"Once upon a time" (Louis Tomlinson y Lila Tyler)

Salí del cuarto de Louis media hora después de que él y Maggie se marcharan. Corrí a todo lo que dieron mis piernas y me escondí en un salón, ni siquiera sabía cuál era, sólo quería estar sola.


Me tapé la boca con la mano, ahogando los sollozos. A quién iba a engañar, ya era demasiado tarde para hacerse la fuerte. El amor era desgarrador cuando otro te lo pisoteaba como lo había hecho Louis.

No supe cuántas veces sonó la campana, retumbaba en mis oídos una y otra vez hasta que tuve que taparme los oídos también, quería soledad absoluta. Pero sabía que eso jamás lo tendría en un internado.

Se hizo oscuro demasiado rápido y tuve que salir de allí antes de que alguno de los cuidadores me encontrara tirada en el suelo. Sacudí mi falda y me arreglé el cabello. Que me expulsaran, no iba a teñirlo.

Mientras caminaba hacia mi cuarto, algunos chicos se me quedaban mirando. No sabía si esta vez era por Louis o porque estaba hecha un desastre. Mis pies se manejaban solos y me guiaban por inercia a mi habitación, por más miedo que tuviera de lo que me esperaba ahí. Porque seguramente, Louis aguardaba mi llegada para decirme que terminábamos. Pero no me pillaría por sorpresa, sino que yo a él.

Me desvié del camino y me dirigí al pasillo de los chicos. No tenía idea de cuál sería el cuarto de Niall, pero lo encontraría aunque me tardara toda la noche y me expulsaran por merodear en los pasillos después del toque de queda. Otra vez.

No fue tan difícil, lo vi apoyado en el umbral de un cuarto, conversando con dos chicos que en mi vida había visto. Niall era muy sociable y las personas lo encontraban adorable, así que nunca tuvo problemas para hacer amigos.

Cuando me vio, quiso despedirse y alejarse, pero los chicos le tapaban la salida y no logró huir cuando llegué a su lado.

—Lila… —murmuró. Los chicos se voltearon y guardaron silencio al verme, seguro me conocían por Louis.

—Niall, tienes razón… —le dije, con la voz quebrada y los ojos llorosos. Ya sabía que daba pena y que parecía un zombie, pero la cara que puso Niall no tenía procedentes.

—¿A qué te refieres? —me preguntó desconcertado.

Era el momento. Lo agarré del cuello de la camisa y tiré de él hacia mí. Cerré los ojos con fuerza cuando lo besé, no quería sentir ningún cosquilleo ni hormigueo, sino todo lo contrario. Y resultó ser muy fácil.

Sin embargo, no me detuve, lo besé hasta quedarme sin aliento, y cuando me separé, lo abracé frente a todos los chicos que se habían amontonado a mirar la escena. No tardarían en esparcir el rumor.

Entre medio de los murmullos, le susurré a Niall bien bajo contra su oído, para que sólo él pudiera oírme:

—Tienes razón, será mejor que esté enamorada de ti.

No sé cuánto tiempo estuvo observándome, sin parpadear, pero cuando hizo un movimiento, fue para asentir con la cabeza, en silencio. Yo también lo hice y di media vuelta, mientras más alejada estuviera del mundo ahora, mejor.

Ahora sí me dirigí direto a mi cuarto. En cuanto abrí la puerta, me encontré con la fría mirada de Louis. No dije nada hasta que me senté y él comenzó a hablar.

—Lila... —murmuró.

—Si lo que quieres es terminar conmigo, entonces tendrás que llevarte tus cosas pronto antes de que las saque al pasillo —le corté. No supe descifrar su mirada, entre asombro y tristeza. Supuse que sería porque no tuvo el privilegio de verme destrozada con su anuncio.

—En realidad, quería decirte otra cosa... —dijo, cada vez másbajo.

—¿Que te vas a casar con la rubia? —le espeté con rabia. No podía dejarme dominar por mis sentimientos, pero era difícil cuando la persona de la que me enamoré me iba a dar un golpe bajo como ese.

—¿Cómo te enteraste? ¿No me digas que tú...?

—Sí, Louis, lo escuché todo.

Bajo la mirada y se refregó la cara con las manos, casi parecía frustrado. Pero tenía que recordar que Louis era un excelente actor, me hizo creer que me amaba, sería muy sencillo hacerme creer que sufría con esto.

—Entonces, tú fuiste quien dijo eso... que me odiabas —me dijo de pronto. Así que lo había oído, bien por nosotros, así dejaba las cosas más claras.

—Sí, y es mejor que te hagas la idea luego. Ahora, si me permites, quiero dormir en mi cuarto, sola —no sonrió, ni frunció el ceño, ni siquiera dijo algo. Si hubiese hecho alguna expresión, cualquiera, me hubiese quebrado de inmediato, pero Louis no hizo ningún gesto, se mantuvo sereno mientras guardaba sus cosas en un bolso y se iba.

Cuando estuvo en el umbral de la puerta, se volteó a mirarme. Sus ojos se incrustaron en mí y sentí que caería a un abismo. Abrió la boca para hablar y me dijo:

—Sólo recuerda, aún tienes que aprender a reconocer una actuación —y se fue, cerrando con cuidado la puerta tras de si.

(...)

—Tyler, a la oficina —gruñó el maestro. Me levanté de mala gana, no tenía ánimos de recibir un regaño tan temprano. Me colgué la mochila al hombro y salí del salón, bajo las atentas miradas de mis compañeros.

Ya me conocía el trayecto a la oficina de la directora Green de memoria, era el único camino en el cual no me perdía.

Toqué la puerta y esperé unos minutos, cuando la abrieron, me sorprendí de ver a Niall allí, de pie frente al escritorio de la bruja.

—Lila, Niall, siéntense, tenemos que hablar.

Le hicimos caso y no pude evitar recordar el día en que estuve aquí, pero al lado de Louis esperando una expulsión. Era horrible recordar que aquí comenzó todo, y que seguramente, aquí terminaría todo.

—Su cabello... —me advirtió la directora. Arreglé un mechón de cabello detrás de mi oreja, orgullosa del color que llevaba. No bajé la mirada ni titubeé, ya no tenía miedo.

—Es rosa, gracias por notarlo —le dije. Aunque no pareció enfadada.

—No los llamé para que me hablarás de tu cabello, Lila, sino para conversar sobre el señor Tomlinson.

Sentí como abría la herida en pecho, me pareció que retorcía sus dedos dentro de la carne.

—Me es indiferente... —murmuré.

—El señor Tomlinson abandonó la escuela está mañana.

Abrí los ojos de inmediato, junto con mi boca para dejar escapar un gran "Qué". Eso no podía ser verdad, ¿Louis irse de la escuela, cuando estudió toda su vida allí?

—Eso no es verdad —sin embargo, esas palabras no fueron mías, sino de Niall, que se había puesto de pie y miraba con miedo a la directora.

—Es verdad, abandonó la escuela y canceló la matricula, incluso, dejó una carta que decía que esta era una escuela de mentiras. ¿Saben la gravedad de eso? Desprestigió a este internado.

—¿Y qué tenemos que ver nosotros? —gruñí a la defensiva.

—Que en la carta especificó que alumnos como "Lila Tyler y su antinatural cabello para una sociedad de bien" y "Niall Horan, una perdida de dinero en una beca para alguien sin las aptitudes necesarias", eran la principal causa de que él haya perdido su fé en la educación de esta escuela.

—¿Qué? —susurré. Era oficial, lo odiaba. Lo odiaba demasiado.

—Lo siento, chicos, pero están expulsados de esta escuela —sentenció la directora. Ya no la veía como una bruja, toda mi ira estaba canalizada en Louis y su estúpida carta. Y en Niall, por ser el idiota que me besó.

—¡Esto es tu culpa! —grité. Listo, ya no era yo.

Caminé a zancadas al lado de Niall y levnaté la mano para golpearlo. Di de lleno en su mejilla, sonó tan fuerte que la directora se tapó la boca y Niall volteó su cabeza por el impacto. No era sólo por Louis, sino porque con esto perdí mi oportunidad de estudiar en una buena universidad. O peor aún, de que me aceptaran en otra escuela.

No sé en que momento me sacaron de la oficina de la directora, pero cuando reaccioné, me encontraba en el pasillo, aferrada a Niall.

—Te odio —le dije.

—Ya lo sé, nunca quise que sucediera esto, pero si hubieses visto a esa mujer, y lo que me dijo... —me separé de él, confundida, ¿acaso hablaba de la directora?

—¿De quién estás hablando, Niall?

—De la madre de Louis, la reina. No sabes el ssuto que pasé cuando me fue a visitar a mi casa —me acomodé mejor entre sus brazos, la rabia podía esperar, esto era importante y algo no cuadraba.

—¿Qué te dijo, con exactitud?

—La pregunta es, ¿qué no me dijo? —comencé a atar cabos. La extraña beca de Niall, la perplejidad de la directora, el beso, Maggie, la ruptura.

—¿Ella te amenazó?

—Me dijo que, si no hacia que tú y Louis terminaban, haría que deportaran a mi familia, por ser irlandesa. Lila, en serio lo siento, no quería perjudicarte, jamás pensé que te expulsarían, ni siquiera quería venir a esta escuela, pero lo hice por mis padres.

Me separé de Niall, atónita, y comencé a caminar sin rumbo fijo por los pasillos. ¿Cómo no lo pensé antes? La directora Green no podía tener en nuestra contra, salvo que tuviera órdenes de alguien importante, ¿Y qué más importante que la Reina y ex-suegra?

La bruja, en esta historia, era ella, y debí suponerlo desde un principio.