"Once upon a time" (Louis Tomlinson y Lila Tyler)

Louis terminaba de colocarse la corbata, le ayudé a ordenar su mochila y salimos a desayunar. Louis me obligaba a levantarme más temprano, aún tenía ciertos beneficios en la escuela, y uno de esos era tener la mejor comida en la cafetería. La única condición es que llegáramos temprano, para no crear controversia y envidias.
Cuando entramos, el lugar estaba vacío, pero salía un delicioso aroma a pastel de manzana. Louis me dio la mano y me dirigió a la misma mesa de siempre, en un rincón. Corrió la silla para que me sentara, en ese aspecto seguía siendo un caballero.
Ya habían pasado dos meses desde que volvimos de las vacaciones de invierno, dos meses en que lo de ser novios se había formalizado. Toda la escuela sabía que Louis y yo estábamos juntos, que dormíamos en la misma habitación e íbamos a cualquier lado, juntos. Al principio fue extraño, pero ya no parecía sorprender a nadie. Me gustaba el hecho de que Louis se comportara como el chico ideal frente a los demás, en especial frente a los idiotas que se creían mejores. Pero en cuanto nos encerrábamos en nuestro cuarto, o estábamos solos, volvía a ser el mismo chico divertido y bufón de antes.
Sus padres no habían vuelto a visitarnos y la Directora Green no había llamado nuestra atención, siendo que habíamos quebrado las reglas unas cuantas veces desde que volvimos. Como esa vez en que nos escapamos de una clase porque Louis había preparado una merienda en el jardín. Los cuidadores hacían la vista gorda a todo lo que hiciéramos, parecía que casi tenían miedo. No sabía si la posición social de Louis se interponía en aquello, y tampoco me iba a calentar la cabeza pensando en aquello, así que sólo disfrutaba de su compañía.
—Pastel de chocolate, ¿qué te parece? —me sobresalté un poco al escuchar a Louis en mi oído. Le sonreí y le dije que me gustaba mucho el pastel de chocolate. Dejó un plato sobre la mesa y antes de sentarse, me besó en los labios.
—Era mi beso de Buenos Días —me dijo.
—Claro, ahora tienes un beso de Buenos Días, de Buenas Tardes, de Buenas Noches, de Buenas clases, de Bueno almuerzo, de Buena Suerte en tu examen de Historia, de Buena…
—De acuerdo, ya entendí. Pero, ¿qué se supone que haga? Me gusta besarte —bajé la mirada, avergonzada. Se suponía que con el tiempo tendríamos más confianza, y a pesar de que ya la teníamos, aún me sonrojaba cuando Louis se comportaba como un príncipe.
—Ya, pero es todo el día —era estúpido, a mí también me gustaba besarlo, no sabía por qué discutía, tal vez el orgullo o el hecho de que yo lo besaba cuando estábamos a solas y él en cualquier lugar.
—Si no quieres que te bese más, sólo dilo —se había enfadado. Se me olvidaba que Louis tenía su carácter a veces, era complicado porque lucía como un chico con una sonrisa durante las 24 horas del día, pero lo que la mayoría no conocía, y lo que yo ignoraba hace dos meses, era que Louis al igual que podía ser un príncipe, podía ser un ogro.
M reí de él todo el desayuno, y cuando comenzaron a llegar los demás, nos fuimos.
El enfado no se le quitó hasta que me dejó en mi clase de Literatura y él se fue a la suya, antes de que se marchara, le di un beso de Despedida y sonrió. Me dijo que nos veríamos en el receso, y no lo dudé.
El profesor nos hizo realizar un análisis de un texto, pero no estaba concentrada en eso. Louis me había mandado un mensaje de texto diez minutos después de despedirnos y me decía que era importante. ¿Qué pudo haber ocurrido en sólo diez minutos?
Ni siquiera oí el timbre que daba término a la clase. Salí disparada del salón y casi choqué con Louis en el pasillo, que venía hacia mí.
—Lila, ven, sígueme —me dijo. Sin darme explicaciones, comenzó a caminar. Llegamos a nuestra habitación y Louis me obligó a entrar, recién habían tocado el timbre y ese día no quería saltarme clases.
—¿Qué sucede, Lou? —él miró al suelo y de su bolsillo sacó un sobre. Tenía uno de los lados rasgados, obviamente, Louis ya había leído la carta en su interior.
Me pregunté quién enviaba cartas en estos tiempos, existían los teléfonos y el email para comunicarse, aunque olvidaba que la escuela controlaba el uso de aparatos tecnológicos, a excepción de los celulares.
Pero miré con más atención a la carta y me di cuenta hacia quién estaba dirigida.
—¿Es para mí? —inquirí. Louis asintió y cuando intenté tomarla para leerla, él la apartó asustado.
—No, aún no estás lista para leerla —me advirtió.
—¿Qué? ¿De qué estás hablando? Es para mí, déjame leerla —la puso en alto para que yo no la alcanzara, pero estuve unas cuantas veces a punto de quitársela, así que la apartó más.
—No puedes —me dijo. Bufé, de nada servía que me mostrara la carta si al final no podía leerla—.Niall no sabía lo que escribía.
Dejé de forcejear. Niall me había mandado una carta y Louis la había interceptado.
—¿Y por qué te la entregaron a ti?
—Porque creyeron que estarías conmigo —intenté quitársela otra vez, pero no la alcancé.
¿Qué podía ser tan importante? Louis no quería entregarme la carta, estaba molesta, porque era de Niall hacia mí y Louis la había leído sin mi consentimiento. Intenté quitársela, pero él era más alto que yo. Me decía que no podía leerla, que no estaba preparada. Bufé, Niall era mi mejor amigo ¿Qué podía ser tan terrible?
—¡Vamos, Louis! —el siguió negándose, no tenía caso.
Así que me acerqué a él y puse mis manos sobre sus hombros, acariciándolos. Lo miré fijamente y me acerqué hasta que lo besé, bajó la guardia de inmediato, seguro que sabía que estaba utilizando un truco, pero no me detuvo y pareció que me dejó quitarle la carta finalmente.
Sin embargo, no me separé de él de inmediato. Disfruté del beso y cuando se me acabó la respiración, Louis me miró con algo que supe definir.
—¿Son malas noticias? —le pregunté, asustada. Louis apartó un mechón de cabello rosa de mi frente y se encogió de hombros.
—Depende de cómo lo veas tú.
La ansiedad pudo conmigo y saqué la carta del sombre, y comencé a leer:
“Lila:
Esto es importante. Me voy de mi casa. Conseguí una beca en tu internado y me traslado en una semana más. No preguntes cómo lo conseguí, porque en realidad, ni siquiera yo lo sé.
Sé que parecerá que eso es todo, pero es algo de más, porque lo que quiero contarte en realidad, y el verdadero motivo de esta carta, es el siguiente:
Me junté con tu hermano, Lucas, ya sabes que desde hace un tiempo no nos llevamos para nada bien. Y resultó que este encuentro fue lo que hizo explotar la chispa.
No seré yo quién te lo diga, espero que Lucas te lo diga algún día. Pero lo que hizo… no se lo perdonaré jamás.
Así que, cuando llegue allí, tendremos muchas cosas que hablar.
Niall”
No había entendido nada de nada. Louis tenía el semblante serio, lo que quería decir que él si había comprendido el mensaje oculto de la carta.
—¿Qué sucedió? —le pregunté.
—¿Aún no te das cuenta? —negué con la cabeza y él se frotó los ojos, dudoso de si contarme o no—. Lila… a tu hermano le gusta Niall, ¿no es obvio?
—¿Qué? —respondí por acto reflejo, ni siquiera había escuchado bien porque eso no podía ser verdad. La carta no decía nada, no insinuaba nada, absolutamente nada—. ¿Cómo estás tan seguro?
—Porque a diferencia de ti, yo observé un par de cosas cuando estuvimos en tu casa…
—¡Lucas no es gay! ¿Cuántas veces te lo he dicho? —exclamé.
—¿Y por qué se peleó con Niall? ¿Por qué conocía todas las marcas de ropa que tenía? ¿Por qué me miró cuando estaba desnudo? —balbuceé incoherencias, y me senté junto a él en la cama. Si me ponía a recordar el comportamiento de mi hermano, el repentino alejamiento de Niall y todos esos detalles, tenía sentido lo que me decía Louis.
Pero no le creería hasta que Lucas me lo dijera.
—¿Y qué le habrá hecho a Niall para que se pusiera tan serio y me enviara una carta?
—Esperemos a que lo diga cuando llegué aquí, cosa también fuera de lugar, Lila —lo miré unos segundos y frunció el ceño—. ¿Acaso no lo ves? Están sucediendo cosas extrañas, y me parece más sospechoso que Niall haya sido trasladado.
Así que teníamos dos misterios que resolver, el porqué de la beca de Niall y lo que había hecho mi hermano.