"ROSE GARDEN" (Nick y Tu) 2° Temporada TERMINADA!!!

─tengo que ir a casa─
─lo se─ dijo Nick con una sonrisa
─ ¿me acompañas?─ el brillo que surgió en su mirada y la sonrisa en sus labios fue la respuesta. ─supongo que tendremos que levantarnos ¿puedo…ducharme?─
─si me invitas claro que si─ dijo con una mirada juguetona.

Media hora más tarde ambos estaban ya vestidos y listos en el estacionamiento del hotel.
─en tu auto supongo, no tengo opción─ ______ le dio las llaves y le indico el camino.

/////NARRA NICK/////

─hacia donde─ le dije antes de llegar al siguiente cruce.
─a la derecha─ bien, gire el auto a la derecha. La mire y ella estaba sumida en sus pensamientos, iba mirando por la ventanilla del auto con la mirada perdida en el paisaje, tenía los ojos cristalinos, como si estuviera reteniendo lagrimas, y estaba pálida de nuevo. Paramos en el siguiente semáforo pues estaba en rojo, la mire y seguía igual que antes, con un aire de desolación que no comprendí.
Quite una mano del volante y tome una de las suyas, enseguida regreso su atención a mí y sonrió tristemente, no me agrado verla en ese estado. Me lleve su mano a los labios y la bese una y otra vez, ella me miraba, pero en su mirada había tristeza y miedo, pude verlos.
─que te pasa─ le pregunte suavemente.
─pronto lo sabrás…y…y─
─shhh… no digas nada, todo estará bien─
─lo prometes─ me miro con ilusión, y con esperanza.
─lo prometo─ le sonreí. En ese instante el semáforo cambio y me puse de nuevo en marcha. Avanzamos unos instantes en silencio. Me di cuenta de que no sabía bien que había pasado con ella en ese tiempo, y sería bueno saberlo. ─dime, tu hermano… ¿cómo es? ¿A qué se dedica?─ Antes de contestar me regalo una sonrisa, eso era señal de que para ella su hermano era muy importante, y lo imaginaba, pues era su única familia.
─Ángel es…─ soltó una pequeña risita, como si recordara ciertas cosas ─…es un excelente hermano, un poco celoso, un tanto desesperado cuando se estresa, pero es un hermano genial, y un tío excelente con los gemelos, lo adoran, en cuanto a su profesión, bueno es un gran empresario, es un hombre de negocios, y le va muy bien, antes solo abarcaba un sector en su empresa pero, bueno ahora que estamos ambos, es el propietario o más bien somos propietarios de las empresas Collingwood, un conglomerado de compañías internacionales que trabajan en todos los sectores imaginables. Es un hombre hecho a sí mismo que aparece en las listas de los solteros millonarios más apetecibles de Inglaterra, aunque por este momento está con alguien, las mujeres lo siguen como abejas a la miel, la abuela antes de morir nos dejo, o más bien me dejo a mi casi todos sus negocios externos, eso hizo que nos pensáramos en expandir el imperio, y bueno, ya lo estamos haciendo y nos va muy bien, aunque él se encarga por ahora de la mayoría de los negocios─
─me imagino que tus bebés tienen algo que ver─
─si, Ángel no quería que los descuidara siendo tan pequeños, y yo pensaba lo mismo, así que bueno, cuando nacieron, eran prematuros y se quedaron unos días en el hospital, luego tenía que cuidarlos y fueron creciendo y, si un bebe es mucho trabajo, ya te imaginaras dos─
─me imagino, debe ser una carga muy pesada─ supuse que el padre de los niños no intervenía, pues no lo mencionaba para nada, para parecer un hombre agradable, ese tal Latham si ese era su nombre, no era muy responsable respecto a sus hijos.
─es agradable tenerlos a ambos, aunque es un poco mas tedioso, pero una vez que te acostumbras, es muy lindo─
─supongo─ dije, imaginándola arropando a los pequeños para llevarlos a la cama, para después darles un beso de las buenas noches y…me sorprendió verme en ese sueño al lado de ella, acariciando el cabello de esos pequeños, para luego apagar la luz y llevarla a dormir entre mis brazos.
─aquí dobla a la izquierda¬─ señalo sacándome de mis pensamientos.
─mis padres estarán en tu casa ¿verdad?─
─eso creo─ me respondió. Después poso una mano en mi brazo. ─si hablas bien con ellos, se que te escucharan, Denise y Paul extrañan a su Nick, creo que es tiempo que regreses a casa─ su voz era dulce y su mirada de absoluta comprensión me dio el valor suficiente para acercarme a mi familia de nuevo, aunque los que más me preocupaban eras mis hermanos, con ellos siempre había guardado una relación muy estrecha y la rompí, no por ella como lo había pensado en un principio, el tiempo y las cosas me hicieron ver que el error había sido solamente mío, no de nadie más.
─No creo que haya problemas con Joe o con Kevin, ellos te quieren mucho y si te disculpas, se que entenderán─ su sonrisa tierna me reconforto y su capacidad para adivinar mis pensamientos no hizo más que creciera cada vez mas lo que sentía por ella.
─y…Frankie─ de los tres era el que más me preocupaba, era el más pequeño de los cuatro, pero instintivamente al ser su hermano mayor más cercano, siempre me imitaba y seguía a todos lados, y ahora que ya está un poco mayor y se da cuenta de las cosas…me preocupaba la imagen de mi que tenia.
>>Eras mi héroe, veo que me equivoque, no eres más que un pobre tonto que no acaba de madurar aunque lo parezca<< sus palabras fueron un puñal que se clavo fuertemente en mi.
─Nick, para Frankie sigues siendo su hermano favorito, te echa de menos, y sé que al igual que los demás, Frankie te está esperando con los brazos abiertos─ dijo sin apartar sus ojos de mi.
Detuve el auto frente a una reja al final de la pequeña colina que acabábamos de subir, era una reja enorme de color plata la cual se abrió de par en par al pulsar _______ el pequeño botón de un control que saco de la guantera del auto. Avanzamos y rodeamos una pequeña fuente que su alrededor tenia pasto. Estacione el auto a un lado de una escalerilla que llevaba a una enorme puerta. No bromeaba cuando decía que su hermano era millonario.
─y tu… ¿me esperabas con los brazos abiertos?─ le pregunte recordando su último comentario. Sonrió y esos hermosos ojos castaños se iluminaron. Se desabrocho el cinturón de seguridad se acerco a mí y tomo mi rostro en sus manos, después se acerco y me beso, y claro yo le correspondí.
─aunque no lo creas…siempre lo he hecho─ deposito otro suave beso en mis labios y se disponía a bajar. Pero la tome del brazo antes de que alcanzara la puerta.
─espera…yo lo hago─ Baje del auto a prisa y lo rodee para abrir su puerta, tome su mano y la ayude a salir. La atraje a mí tomándola por la cintura y ella enredo sus suaves manos en mi cuello.

CAPITULO 67

─no sabes cuánto extrañaba esto─ le dije sin pensar, pues era lo que sentía, ella sonrió y la bese.
─creciste un poco─ me dijo─
─eso creo, pero…es perfecto, que no sabes que se ve mejor que tenga que agacharme un poco para besarte─ su rostro tomo un tono rojizo, el mismo que tomaba cada vez que decía algo como eso.
─ven conmigo─ dijo alejándose un poco de mí y jalando mi mano.
Abrió la puerta y pude notar lo grande que era esa casa, era…enorme le di las llaves del auto totalmente distraído.
─yo puse la misma cara─ me dijo divertida. Después jalo de mi mano un poco, pero al instante la puerta sonó y ella se apresuro a abrirla de nuevo.
─hola Connor─ saludo ella.
─buenos días señorita Collingwood, vengo por los contratos de comercio que mando el señor Collingwood─
─ ¡oh!, espera, enseguida los traigo, pasa y ve con la señora Blair a la cocina a tomar algo enseguida te traigo los papeles─
─gracias señorita, con permiso─ el chico se quito la gorra azul que traía puesta y entro en la casa, me sorprendió la facilidad de palabra y la imponencia con la que hablaba, sin duda había aspectos de ella que habían cambiado, o más bien madurado.
─espérame aquí, hay…tengo que hablarte de algo muy importante, y…ya no puedo…Nick─
─calma─ le dije tomándola por los hombros, y acariciándola suavemente. ─ve trae esos papeles, y entrégalos, después podremos hablar a gusto, al parecer no hay nadie en casa─ dije sonriéndole, estaba tan nerviosa, era claro que quería dejar todas las cartas sobre la mesa antes de cualquier cosa, y eso era lo mejor para ambos, pues esta vez no pensaba dejarla ir. ─voy a curiosear en lo que buscas los papeles y los entregas─ Le giñe un ojo y ella solo asintió para luego desaparecer hacia el lado derecho.
Por mi parte me dirigí al lado contrario, cruce una amplia puerta y pude ver lo espaciosa que era la sala. En el centro había una pequeña mesa de madera con un pequeño florero en el centro, y esparcidos a su alrededor había juguetes de colores. Me acerque y tome uno entre mis manos, me deje caer en el sillón con un pequeño cochecito color verde en la mano. Alcance la mesa y tome una pequeña flor de felpa, era una margarita con una cara sonriente en el centro, no pude evitar sonreír.
─disculpe señor, la señorita Collingwood─ pregunto el mismo chico que había desaparecido hacia un momento tenía cerca de unos quince años según parecía, imagine que un estudiante haciendo mandados de alguien.
─supongo que fue a buscar los papeles─ le conteste con una sonrisa. Enseguida ella apareció más allá del umbral de la puerta, lo llamo y le dijo que le explicaría algunas cosas que le diría a una tal Liz. El chico camino hacia ella y desaparecieron de mi vista.
Un sonido llamo mi atención, cuatro patas se acercaban velozmente, no podía creerlo.
─ ¡Elvis!─ lo llame y él se acerco moviendo impaciente su cola. Se paro en sus dos patas y lamio mi barbilla un tanto emocionado. ─calma muchacho─ le dije, el se sentó en el suelo, pero se movía impaciente. Me agache y lo abrace, lo hechaba tanto de menos, lo había dejado con mi familia, no podía creer que hasta a mi mascota había abandonado, solo esperaba que mi familia me recibiera con la misma calidez que él.

Una pequeña risita y pequeños golpes contra el suelo me distrajeron de Elvis, quien enseguida se levanto para rodear a la pequeña criaturita que gateaba velozmente con dirección a la sala, venia de la puerta del fondo de la habitación, por la misma que entro Elvis. La pequeña niña llevaba un vestidito color rosa con un pequeño listón de un rosa más fuerte al rededor de su cuerpecito. Se detuvo en el borde del sofá frente a mí y se sentó en el suelo. Tenía el ceño fruncido mientras me observaba de la misma manera en que su hermano lo había hecho la primera vez. Era una pequeña preciosa, tenía el pelo rizado y al igual que su hermano tenía los ojos y el cabello del mismo color de los de su madre. Sus pequeños ojos estaban posados en mí, después aparto su mirada y se ayudo del sofá para poder ponerse de pie. Elvis se sentó a mi lado un tanto emocionado. La pequeña lo miro y recargo su pequeño cuerpo contra el sofá para sonreírle a Elvis y aplaudir. Su gesto me conmovió de una manera poco usual. Sentí la misma sensación que con su hermano. No podía más que sonreírle a esa encantadora bebé. Regreso su mirada a mí y su sonrisa me cautivo por completo, Bajo su mirada y con un pequeño dedo señalo los juguetes que tenía en mi regazo, los mire y regrese la mirada a ella, que ahora tenía el pequeño dedo entre los labios.
─lo quieres─ le señale con la pequeña flor en la mano. Ella sonrió y movió su cuerpecito de un lado a otro. ─tómalo─ le dije, enseguida ella estiro su pequeña mano, y después frunció el ceño, supongo que al comprobar que no lo alcanzaba. Bacilo un poco al dar un paso al frente, mientras se sostenía del sofá con una mano. Se tambaleo un poco cuando se soltó, y se quedo parada en ese sitio. Miro sus pies y después regreso su mirada a mí con una sonrisa en su pequeño rostro. Estiro sus pequeños brazos al frente y con pequeños pasos se comenzó a dirigir en mi dirección. Sentí una inmensa alegría al verla caminar dirigida hacia mí. Solté la pequeña flor y me hinque al tiempo que ella caminaba un poco más a prisa. Tomo de mis manos y se acerco a mí con esa hermosa sonrisa. Me abrazo, y lo único que pude hacer fue abrazarla y ponerme de pie con ella en brazos. Separo su pequeño rostro de mi pecho y me miro. Poso sus manitas en mi rostro y soltó una risita demasiado tierna, giro su rostro y señalo a la bola de pelos a mi lado.
─ ¡Evis!─ dijo. Su voz fue como una dulce melodía que entro en mí y se instalo en mi corazón haciéndolo saltar.
─ ¡Papi…Evis!─ >>Papi<< al igual que con el pequeño Kyle, sucedió lo mismo en mi interior, no entendía por qué los pequeños me había llamado así, pero eso causaba una inmensa alegría, tal vez con su padre no convivían mucho, y esa ausencia la remplazaban con cualquier persona que les brindara cariño.
Me senté en el sofá con la pequeña en mi regazo, levante la pequeña flor y la puse en sus manos, ella me miraba contenta con una pequeña sonrisa traviesa y su labio inferior dentro de su boquita. Era fabuloso sentir tanta ternura y sentirse tan a gusto con una pequeña personita con la cual no podías más que ver sus movimientos y sonreír.
─mida─ dijo al tiempo que sacaba de entre su pequeño vestido una pequeña cadenita de plata que…era tan…familiar, no podía ser…era…era la misma que…la misma que una vez hace tiempo arroje a su balcón. Le dije que hiciera lo que quisiera con ellas, y que fue lo que hizo…se las dio a sus hijos. La tome entre mis manos y la mire, ese sentimiento de decepción, de… de…y sigo siendo un completo idiota.
─ ¿Nick?─ Llamo sacándome de mis pensamientos. ─ ¿Qué haces aquí?─ dijo con el ceño fruncido.
─Frankie─ me levante de mi lugar con la pequeña en mis brazos. Frankie por su parte cargaba a su pequeño hermano.
─ ¡mi!─ protesto el pequeño haciendo un mohín y removiéndose en los brazos de mi hermano.
─yo…─solté un suspiro pesado. Deje a la pequeña en el sofá, enseguida comenzó a hacer pucheros y a jalar de mi brazo con sus pequeñas manitas, me rompió el alma verla así.
─cárgala─ dijo Frankie seriamente
─no puedo─
─ ¿Por qué?─ sonó extrañado
─porque…ella… _________....─me pase una mano por el pelo ─porque les puso a sus hijos esas cadenas, no…no eran para ellos─
─no, pero tu se las dejaste ¿me equivoco?─
─pero…no…debo irme, no soporto esto─
─Nick no seas idiota─ su voz alterada y con tristeza me hizo girarme y mirar el semblante de preocupación que tenía.
─no puedo Frankie, yo…ya los veré en casa, será mejor que recoja mis cosas y me aleje de ella─ no podía, simplemente no podía con eso, la quería, pero…no lo soportaba aun sabiendo que era estúpido mi actuar.
─Nick─
─no puedo, soy tan poco que…que no le importo que algo que yo compre con tanto…tanta ilusión terminara siendo algo bonito para sus hijos, no Frankie…no─
─es que eres tan idiota que no te das cuenta─ dijo poniendo al pequeño a un lado de su hermana. Quien reclamaba aun mi atención con pequeños sonidos de disgusto.
─no tu no lo ves…mira, no discutiré contigo por ella, ya no, pero…─Frankie saco su teléfono de su bolsillo, tenía la cara roja, estaba irritado, y me dolía que la siguiera defendiendo.
Los dos pequeños me miraban con disgusto al no tomarlos en brazos y esas pequeñas expresiones de disgusto acababan conmigo.
─a quien ves Nicholas─ me puso su teléfono casi en la punta de la nariz, retrocedí un poco y mire la imagen en su teléfono. Era… ¿yo?, pero que…
─ahora velo a él y dime lo que ves─ aparto el teléfono de mi vista y apunto al pequeño que jugaba con una pequeña bola azul.
El parecido…no…
─ ¡es tu hijo Nicholas!─ las palabras me llegaron de súbito y al mirar a los dos pequeños sentí una gran opresión en el pecho.
─son tus hijos─

CAPITULO 68

─ ¡No!─ casi grite ─ ¡No!─
─si Nick, esas cadenitas son lo único que tienen de su padre─
─no, no, no─ Miraba a los pequeños y ellos me miraba confundidos y con miedo. Tome a Frankie por los hombros y lo moví ─dime que no es cierto─
─no seas idiota, son idénticos a ti Nicholas, eres tan torpe que no te diste cuenta, tan torpe que no te has puesto a pensar en hace cuanto tiempo estuviste con su madre y en qué edad tienen los niños─

Y ahora que lo pensaba…Frankie tenía razón, los pequeños tenían como un año, y quitando los meses de embarazo, pero…la cabeza me dio vueltas y me hirvió la sangre. Solo alguien podía aclarar todo.
Gire sobre mis talones y me dispuse a salir.
─ ¡Nick!─ llamo Frankie, gire la cabeza y vi pánico en sus ojos.
─no vayas a cometer una tontería de la que te arrepientas después, escúchala─
─escucharla, ella es la que ha cometido un gran error…que no le perdonare─ tras decir eso salí a donde estaba ella despidiendo la camioneta blanca que ya salía del camino.
Giro y al verme sonrió, pero su sonrisa se desvaneció al instante.
─Nick que…─
─ ¿hasta cuándo?─
─Nick yo no, de que hablas─
─te he preguntado algo, ¿hasta cuando me lo ibas a ocultar?─ el terror se apodero de su mirada y su semblante cambio de nuevo. No podía con la rabia que sentía. Estaba por explotar.
─Nick…─ su voz fue un susurro apenas audible.
─ ¡CONTESTAME MALDITA SEA!¬─ la tome por los hombros y la sacudí. Ella comenzó a sollozar y a temblar.
─me lastimas─ dijo, pero eso no me importaba en ese instante.
─ ¡suéltala!─ Frankie me empujo obligándome a soltar de mi amarre su brazo, note las marcas rojizas que deje en su piel. Pero mi furia me segaba. ─_________, perdóname, no…pude contenerme más─ se disculpo Frankie me imagino que por haberme contado la verdad.
─Déjanos…déjanos a solas Frankie─ hablo con un tono de voz frio que no era lo mismo que expresaba su mirada.

Frankie me miro retadoramente y a ella le lanzo una mirada de disculpa para luego caminar con dirección a la puerta.
─no estaré lejos─ dijo desafiante, para luego entrar en la casa.
Regrese mi mirada a ella, y levanto la barbilla en un gesto obstinado.
─Habla─ la incite.
─cuando me fui de Teaneck por primera vez, me enferme, al principio fue por una descompensación que tenia por no comer bien, pero después, me mareaba y tenía nauseas, fue cuando me puse mal en verdad y mi hermano me llevo al médico preocupado, ya sospechábamos algo, y más al descubrir que la pequeña píldora que Sofía me había dado no pudo funcionar porque estaba caducada. Supe que estaba embarazada y eso alegro la tristeza que tenía en esos momentos─
─y no me lo dijiste─
─trate de hacerlo─ respondió rápidamente. Sonto un suspiro y se giro para darme la espalda. ─regrese y trate de hacerlo, pensé…pensaba que eso ayudaría a arreglar nuestros problemas, en un principio llegue a pensar que todo estaría bien, pero en cuanto te vi…─
─que─ la incite.
─Aun recuerdo ese día, tú estabas con…Margaret, yo la vi salir de tu recamara, la ilusión que tenia desapareció en ese momento, quería hablarte, decirte pero…luego dijiste que yo no te importaba, que no me habías querido, que…que ya habías obtenido algo bueno de mi y que era tiempo de seguir adelante…─ admito que me comporte como un completo idiota ese día, pero lo cierto es que estaba dolido, lastimado…y para terminar, ebrio. _________ se giro y me miro a los ojos, con esa mirada cargada de tristeza y vacio, mas mi furia no permitió que tomara en cuenta sus sentimientos, no me importaban en ese momento. ─…no…no pude seguir escuchándote, si eso era lo que sentías, no tenía ningún caso, no podía arriesgarme a contarte la verdad y que me dijeras de frente lo que ya había escuchado, no podría soportar que pensaras que ese bebé era solo para retenerte conmigo─
─y fue cuando te largaste y decidiste alejarlos de mí por tu cuenta─
─entiéndelo Nicholas, si tu no me amabas de la misma forma en que yo a ti, qué sentido tenía entonces decirte la verdad y que no amaras a ese bebe como yo ya lo hacía─
─ ¡NO!, FUISTE EGOISTA, TAN EGOISTA QUE NO TE PARASTE A PENSAR QUE EL QUE NO TE AMARA A TI NO ERA MOTIVO PARA NO AMAR A MI HIJO, A MIS HIJOS, LOS ALEJASTE DE MI Y ESO NO TE LO PERDONO NI LO HARE JAMAS, TE ODIO─ su semblante se torno mucho mas pálido de lo que ya estaba, y su mirada se profundizo en ese vacío que hacia carecer de brillo sus ojos. Tarde me di cuenta de lo estúpidas que fueron mis palabras, pues yo la amaba y no dejaría de hacerlo nunca. ─________─ susurre tratando de acercarme a ella, pero camino hacia atrás como si mi cercanía le quemara. Dio media vuelta y dio unos cuantos pasos antes de pararse y girar solo un poco su rostro hacía mi.
─ No era mi intención alejarlos de ti, sabía que tu debías saber la verdad, solo…no pude regresar pronto y…si de algo te sirve…no eres un extraño para ellos, ve y…recupera el tiempo que te he hecho perder─ su voz era apenas audible, después de eso, se apresuro a subir a su auto con manos temblorosas arranco y se seco una lagrima antes de avanzar y desaparecer por el camino.

CAPITULO 69

Me quede parado, clavado en el suelo por unos instantes.
─ ¿dónde ha ido ________?─
─no lo sé─ le dije distantemente mirando en dirección por donde se había ido.
Un grito agudo me regreso al mundo y corrí a toda velocidad hasta llegar al origen del llanto incesante. Era la pequeña…mi pequeña la que gritaba y lloraba mientras su hermano solo sollozaba. La tome en brazos y la acune en mi pecho abrazándola fuertemente. Después me tumbe en el suelo y tome a su hermano en brazos, los presione contra mí, eras míos, mis niños, mis hijos, ahora comprendía esos sentimientos que sin darme cuenta habían despertado en mi.
─Tranquila mi pequeña, tranquila─ trate de calmarla, pues su llanto no paraba, se retorcía y me alejaba con sus pequeñas manos, al igual que su hermano, los coloque en la alfombra y Kyle corrió a la ventana y aparto la cortina mirando a través de la ventana, regreso su mirada a mí y después a la ventana, mientras su hermana estaba sentada llorando desconsoladamente. No soportaba verla así. La tome de nuevo en brazos y me levante con ella.
─ No llores más princesa, papi esta aquí─ le dije. >>papi<< ambos me habían llamado así antes, y me preguntaba él porque <<─si de algo te sirve…no eres un extraño para ellos…─>> ¿les había hablado de mi?
─ ¡mami!─sollozo la pequeña.
─tranquila─ le dije, pero al instante ella se jalo hacia Frankie quien venía entrando. Quería que él la cargara, y aunque me dolió accedí.
─tranquila Natalie, mami ya viene─ la calmo mi hermano, pero ella seguía llorando. Poso sus pequeños ojos en mi y su mirada era sumamente triste.
─cuales…cuales son sus nombres─ en realidad no sabia bien.
─Natalie Caroline, y…Kyle, Nicholas Kyle─ le puso mi nombre. Mire al pequeño y me miraba fijamente, mire a su hermana y ella estaa aun llorando. Aun recordaba aquella conversación que tuvimos aquel dia después de que estuvimos juntos, el recuerdo me asalto de pronto como un huracán en pleno apogeo

<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>
—Sabes— le dije, mientras la besaba para después acurrucarse en mi pecho y tomarla de las manos mientras la abrazaba —algún día, que no quiero que sea muy lejano…tendremos quizás unos cuantos bebes corriendo por una casa donde viviremos tu y yo—
—Nicholas— dijo con una sonrisa mientras alzaba su mirada hacia mí.
—quiero no sé, tal vez un par de niñas tan hermosas como su mami, y quizás un par de hombrecitos tan sexis como su papá que te parece—
—me parece, perfecto, aunque tendrás que ayudar a cuidarlos, porque digo, cuatro pequeños, ya sé lo que es eso—
— ¿a si? ¿Y cómo es que lo sabes?—
—Digamos que tu mamá me cuenta lo frustrante que es, pero al mismo tiempo lo lindo de tener tantos hijos, aunque una niña le hubiera caído bien a tu mamá—
—si lo sé, la abuela solía decir que Joe era muy lindo para ser niño, que debería haber sido niña, y hasta la fecha recordarle eso lo hace enojar— le dije sonriendo.
—lo recordare la próxima vez que me moleste—
—Sabes, si tenemos una linda niña me gustaría ponerle Melisa y si es un niño tal vez Kyle o William tu qué dices, ¿cómo se van a llamar nuestros otros dos hijos?— se hecho a reír mientras negaba.
—eres único, aun falta mucho para eso, pero…tal vez a u niño, le pondría Nicholas como tú o Tyler y me agrada Natalie, pero dejemos eso para después, primero déjame terminar de estudiar ¿te parece?—
—Perfecto señorita Becket— bese su frente y nos preparamos para despedirnos pues el autobús se acercaba al edificio donde se bajaban ella y Sofía.
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

─ven aquí─ dije tratando de olvidar mi estupides abrazando a mi pequeña, aun no sabía sus razones para no decirme nada, pero era claro…que había pensado en mi con ellos, y ellos sabían que era su padre por ella.
─ ¡NO!─ grito y se refugió en los brazos de mi hermano. Note un pequeño movimiento abajo y vi al pequeño Kyle abrazarse de la pierna de mi hermano mientras me observaba. Extendí los brazos hacia él y se oculto haciendo pucheros. Me dolió inmensamente el que no dejaran que me acercara.
─porque…─ apenas si logre escuchar mi propia voz.
─ sin querer han visto como discutías con su madre, no esperes que te quieran en este momento, te tienen miedo─
─ella─ mi furia se centro de nuevo en ________.
─No Nick, ella no…ambos…y…─ se vio interrumpido por otro ataque de llanto de Natalie, mi pequeña Natalie. ─le he marcado a _______ al móvil y no contesta, Nicholas si algo le pasa…lo pagaras caro─ dicho eso, tomo a Kyle de la mano y despareció por el pasillo, mientras yo los veía alejarse y Natalie me miraba con esa mirada triste y llorosa.


No sé cuánto tiempo paso desde que me deje caer en uno de los sofás, con la mente llena de preguntas, dudas y todo lo que mi cerebro podía formular, pero el estruendo de la puerta hizo que regresara de mi ensoñación.
─ ¡ERES UN COMPLETO IDIOTA!─ fueron las palabras que recibí por parte de Joseph. Me levante y lo enfrente, no era posible que la siguieran defendiendo después del daño que ella me había causado.
─ si en algo aprecias a la madre de tus hijos será mejor que camines y vayas a verla─ dijo Kevin en aire ausente mientras Joe subía las escaleras a toda prisa.
─ ¡No! Ella es…─
─ Nicholas, no es momento quieres─
─ ¡TE LO ADVERTÍ, TE DIJE QUE TE IBAS A ARREPENTIR POR TUS IDIOTECES!─ grito Frankie empujándome, yo no comprendía nada
─ ¡PERO QUE…!─
─ _________ tuvo un accidente en el auto─ dijo Kevin carente de voz agarrando a Frankie con fuerza y el se abrazo a mi hermano mayor. Y fue entonces cuando mi corazón se detuvo y cayó en el inmenso vacío.

CAPITULO 70

─ ¿Qué?─ no pude decir más.
─no te quedes como idiota y camina que el culpable eres tú─ sentencio Joe.


Veinte minutos después llegamos al hospital, antes de que Kevin apagara el auto yo ya salía disparado y entraba a toda velocidad.

─La señorita __________ Collingwood, ¿dónde está?─ pregunte desesperado.
─cálmese señor, está en quirófano la están interviniendo en ese momento─
─donde, déjenme verla─ dije caminando en dirección a un pasillo, no descansaría hasta encontrarla. Pero unos brazos que me jalaron y me hicieron rebotar contra la pared detuvieron mi andar.
─ ¡SI MI HERMANA SE MUERE TE MATO JONAS, TE MATO, TE LO JURO!─ El mismo tipo que había visto por última vez con _________, tenía el semblante pálido y los ojos cubiertos por lagrimas que resbalaban por sus mejillas.
─Ángel─ lo jalo mi madre del brazo y él se dejo caer al suelo, mientras ella lo acunaba en sus brazos.
─no quiero que se vaya, no quiero que me deje solo, es lo único que tengo en la vida─ su llanto era ahogante y mi madre lloraba con él. ─te juro que si algo le pasa a mi hermana, jamás en tu miserable vida volverás a ver a mis sobrinos, me entiendes maldito─ dijo mirándome con rabia.
─ya hijo calma─ lo abrazo mi madre, y él se refugió en sus brazos. Yo solo observaba con un nudo en la garganta que no podía aguantar más. Mientras mi padre se paraba junto a mi madre y mis hermanos me daban una mirada de tristeza.
Gire mi cuerpo hasta poner mi frente en la pared, esto no podía estar pasando, era mi culpa, ella estaba ahí por mi culpa, si algo le pasaba me odiaría a mi mismo por ello, y jamás me lo perdonaría, había dicho cosas sin pensar, le había dicho que la odiaba, y eso no era cierto, la amo más que a nada en el mundo ella es mi vida, y ahora mi vida está muriendo sin ella a mi lado. No pude reprimir las lágrimas que salieron de mis ojos, el dolor era insoportable, y me preguntaba por qué era tan estúpido.

─ ¡MALDITO!─ me gire y un puño aterrizo en mi cara. Caí de espaldas y el que se abalanzó sobre mi fue apartado por un enfermero y por Kevin. ─ ¡SUELTENME!─ gritaba mientras se trataba de zafar del agarre al que estaba sometido. Joe me ayudo a ponerme de pie, y lo hizo bruscamente. Me lo merecía.
─señores, esto es un hospital, por favor guarden la calma o llamare a seguridad─ dijo la voz de una enfermera regordeta que se interpuso entre ese hombre y yo, era él, el tal Latham. Se soltó del agarre de Kevin y se paro frente a mi desafiante.
─Como esta─ escuche a mi madre, gire mi vista y un medico con una bata azul y cubierto de sudor en la frente se acercaba a grandes zancadas.
─Richard di algo─ dijo entre sollozos el hermano de _________.
─están haciendo todo lo posible Ángel─ poso una mano sobre el hombro del hombre y luego tomo su rostro entre las manos. ─tienes que ser fuerte hermano…y prepararte para lo peor─
─ ¡NO!, ¡NO!, ¡NO!─ se dejo caer nuevamente en el suelo y lo golpeaba con dolor, deseaba que me golpeara a mí y terminara con el pobre diablo que había causado esto.
─ ¡enfermera, un calmante pronto!─ exclamo el médico y enseguida la enfermera apareció con una jeringa cargada de un liquido amarillento, el cual le aplicaron a Ángel que al instante se quedo desmayado.
─Latham ayúdame─ pidio el médico al hombre para levantar al inconsciente hermano de ________ y subirlo a una camilla. Mi madre estaba hecha un manojo de nervios mientras mi padre la abrazaba y la consolaba, mis hermanos y Sofía quien estaba ahí también, desaparecieron por el pasillo tras la camilla y yo me deje caer en el suelo en la esquina de una pared, ocultando mi rostro entre mis rodillas. Se estaba muriendo, y todo era mi culpa.