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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Instituto Fénix | N. C.
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Re: Instituto Fénix | N. C.
- JULES :
- Holi. Holi. Me devoré tu cap. Me gustó mucho porque encuentro interesante que el profesor Philiphs y el consumo de drogas ya esten apareciendo más.
Me sentí bien tonta porque yo si me reí cuando le dice "cucaracha" al bebe de Blaire. Y conociendo a mi personaje, te apuesto a que pensaría que no lo pudiste haber dicho mejor. Además me pareció super tierno que ella se ofreciera a ayudarla, me suena a que se van a volver más unidas.Jules escribió:
— ¿Por qué me ayudas? ¿no me odias por haberte golpeado? O ¿por el profesor Phillips?
— claro que te odio — torcí mis labios molesta ante la posición en que me estaba poniendo — pero entiendo en la situación en que estas pasando en este momento
— ¿no me jodas que te cogiste al profesor Phillips y también estas embarazada? — jalé un mechón de su cabello — auch — se quejó rápidamente y solté su cabellera para levantarme
— no ha pasado nada con el profesor Phillips — sentí mis orejas calientes por el comentario de Blaire — y si pasara no seria tan descuidada como tu
— claro — alargo con una sonrisa amarga interrumpiéndome — se me olvida que eres señorita perfección y eres intocable — Blaire tenía razón, no era intocable. Yo podría estar pasando por la misma situación. Al fin y al cabo, sigo siendo mujer y las mujeres siempre estamos más expuestas.
— Blaire — suspire agotada por su inmadurez. Me senté en el suelo junto a ella y tragué saliva — Si el perfecto no quiere hacer responsable de sus acciones y necesitas a alguien que sostenga tu mano para la decisión que quieras tomar con tu cucaracha yo estaré para ti — Blaire se me quedo mirando por unos instantes y como si le hubiera dicho el chiste más gracioso del mundo empezó a reírse a carcajadas.Jules escribió:— Lily — me interrumpió haciendo que me derritiera por la manera en que mi nombre sonaba con su encantador acento — para eso estoy aquí — puso su mano en mi hombro con delicadeza — para ayudar a mis estudiantes con sus problemas — mi corazón termino por explotar, pero no de la mejor manera. Sonreí amargamente y agarré mi bolso.
¿Por qué ninguno de mis boys es así de comprensible como él? JAJAJAJAAJ No ma. Yo me imagine a Philiphs y siento pena por ella, es decir, se muere por un profesor y le pasan cosas con él pero él nada, necesito más acción entre ellos y ver que pasa.Jules escribió:— Richi nos separó una mesa V.I.P — grito una de las chicas del grupo mientras entrando al lugar. Era unos centímetros mas alta y una cabellera negra hasta la mitad de la espalda. Me miro con una gran sonrisa y me entrego una peluca ondulada de color lila
— gracias — tome la peluca confundida. Sabia que Halloween era en una semana, pero no me esperaba que lo estuvieran celebrando tan temprano. Sin embargo, volviendo a aplicar la misma regla no lo pensé demasiado y con ayuda de otra chica me coloque la peluca, difume un poco las sobras de mis ojos como un estilo de mascara.
Después de unos cuantos tragos y porque unos amigos del chico que estaba conmigo dijo su nombre puede recordar que era David. Era divertido poder dejar toda la mierda del internado atrás y embriagarme en la colonia de David mientras nos mordíamos los labios entre besos.
OMAIGA.
JAJAJAJA ¿Quién como Lily? Podra actuar muy mojigata pero la neta le pasan cosas súper cool que quiero que me pasen. Además que onda con lo de la peluca en perra.JULES escribió:— voy a pedir un trago mas y vamos a un lugar privado — mordí mi labio y le di un fugaz beso en los labios mientras acariciaba sus músculos. David respondió con un okay y me encamine hacia la barra pidiendo dos shots de vodka.
— pásame otro escoces — gire la mirada asustada por reconocer ese acento. El rostro apagado del profesor Phillips sentado en la barra con un vaso vacío hizo que el estómago se me contrajera. No sabia si correr para que no reconociera o simplemente quedarme ahí congelada como pendeja.
Esta parte fue mi favorita. óseaaaaaaaaaa ya está apunto de irse a comer al papi de David y no mames que se encuentra a su boy sentado derrotado en el bar.
Morí.
Me gusto mucho tu cap amiga. Como siempre creo que mantienes mucho tu estilo en escribir y que la personalidad de Lily resalta en las escenas donde se reta y hace cosas que no haría ella. Además me encanta cuando ve a su boy, porque así me siento yo cuando el mío siquiera entra al salón jajajaj Me identifico con ella.
Pero tengo unas dudukis.
¿Osea se supone que pasa un mes desde la pelea con Blaire?
¿Y entonces se cambia lo de halloween por navidad? Y es por eso que ella celebra en el antro?
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Hola, Andy. En nombre de nosotras tres, gracias por leernos. Sí, sigue en pie. Pronto subiremos.Andy Belmar. escribió:Hola chicas, desde hace tiempo soy lectora fantasma de esta novela, espero que la continúen :)
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Capítulo 25
¿como podia odiarte? Parte 2 [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Liliana Sorrento Quintana
— pásame otro escoces — gire la mirada asustada por reconocer ese acento. El rostro apagado del profesor Phillips sentado en la barra con un vaso vacío hizo que el estómago se me contrajera. No sabía si correr para que no reconociera o simplemente quedarme para ahí congelada como pendeja. Mi respiración se volvió más pesada al tener al profesor Phillips a unos metros de distancia. Me mordí el labio inferior nerviosa mientras veía su perfil perfecto con la expresión desanimada. Respiré profundo y decidí en acercarme para probar mi suerte. Sim embargo, como una señal del destino David apareció enfrente de mi con una media sonrisa pícara.
— ¿Por qué demoras tanto? — tomo uno de los shots y se lo bebió en un segundo. Llevo su mano a mi cintura y me atrajo a él con fuerza. Sonreí amargamente sin poder articular palabra y volviendo nuestro apartado V.I.P. David me beso con intensidad, pero para ser sincera solo podía dejar escapar furtivas miradas en donde el profesor Phillips estaba
— ¿sabes? — interrumpí el beso abruptamente — debo volver a casa temprano. Mejor veamos en otra ocasión ¿te parece? — David empezó a reír sutilmente dándome besos en el cuello
— no voy a dejar que desaparezcas otra vez — sentía su respiración en mi cuello. Lo aleje de nuevo intentando expresar mi mejor cara de poker. David alzo la ceja derecha sorprendido — ¿estás de broma?
— no — sentencie fría a lo cual molesto a David. Se levanto de su sitio y se fue del antro sin decir palabra. Volví a mirar a la barra admirando su espalda. Tome una bocanada de aire, me levante de mi asiento y con el pensamiento decidido me encamine hacia él.
— dame algo más fuerte — en su tono de voz se notaba que algo lo molestaba. Sabia que si caminaba por las puertas de este antro sin hablar con él no podría dormir.
— quiero lo mismo — exclame al bartender. Phillips me mira de reojo sin perder su expresión nostálgica, para luego beber un poco más de su vaso — ¿puedo acerté compañía? — señalé la silla a su lado.
— creo que un poco de compañía no hará daño — parecía absorto en sus pensamientos. Lo mire por unos segundos intentando encontrar la causa de aquella extraña situación. Me senté a su lado con torpeza y lo miré de reojo.
— no deberías estar bebiendo solo — me mordí el labio inferior mientras mi rostro se calentaba. El bartender nos sirvió las bebidas.
— no me molesta estar solo — se tomó el trago de un solo tirón. Yo no tenia ni idea de que era, pero no quería parecer intimidada por mi impulsividad así que hice lo mismo. Grave error. La bebida quemo mi garganta, y lo único que puede hacer fue rascar mi lengua con la punta de mi uña por un falso intento por quitar el sabor.
— detesto el whisky — susurre intentando que fuera más para misma que para él. Sim embargo, escuche al profesor Phillips soltar una risa por lo bajo. Mi rostro se calentó mas de lo que ya estaba.
— tu querías acompañarme — su risa se intensifico, y no pude evitar contagiarme con esta. Escucharlo carcajear hizo que me relajara. Su risa era tan sensual, pensé a mis adentros viéndolo a los ojos celestes. No importaba si me reconociese, aceptaría millones de castigos con volver a vivir este momento.
— si hubiese sabido que era whisky, no me habría molestado en pedirlo — el negó sutilmente con su cabeza sin dejar de sonreír — me gustas más cuando sonríes — trago saliva volviendo a estar serio. Apretó su mano izquierda con fuerza haciéndome que me inquietara.
— no creo que tu novio le guste que andes coqueteado con otros — sus palabras me cayeron como un balde de agua fría y no puede evitar reírme para evitar que se diera cuenta.
— él no es mi novio — aclare irritada con su comentario mientras mis orejas se calentaban. Phillips hizo una mueca confusa para mí. Parecía juzgarme por mi comentario y juzgar a las personas no era algo que él hacía normalmente.
— mira niña — hizo una pausa dejando su bebida bruscamente en el bar y fijando su mirada celeste llena de ira hacia mi — las chicas como tu son un problema. Solo quieren acaparar la atención de tipos maduros para llenar ese cariño que su padre nunca les dio — mis mejillas se calentaron. Nunca lo había visto de esa manera tan agresiva — o eres una ramera que busca dinero fácil
— imbécil, no sabes nada de mi — solté al instante de golpear fuertemente su mejilla con mi palma. El profesor Phillips simplemente pago sus tragos y desapareció del antro con prisa. Yo pagué el whisky a medio tomar que había pedido lista para irme también cuando sentí algo debajo de mi zapato. Era un hermoso anillo de zafiro con pequeñas incrustaciones de diamante.
Abrí los ojos mirando el techo frustrada, me envolví toda y cerré los ojos con la esperanza de que la noche anterior simplemente hubiera sido un mal sueño, pero era más que obvio que todo había sido real. Mire el reloj de mi mesa de noche que marcaba más de las 8. Había dormido más de lo permitido y llegaba tarde a la clase de etiqueta.
— llega tarde señorita Sorrento — la maestra Harmon con toque de picardía — sabe el castigo por llegar tarde ¿verdad? — asentí tímida mordiendo mi labio inferior, para luego verla señalar la pared.
— cómo iba diciendo tendremos una celebración por la llegada de navidad y año nuevo. La familia Sorrento junto con la nuestra directora Fénix — abrí mis ojos confundida ante la noticia mientras la maestra me entrega los pesados libros. Las piernas me fallaron por unos instantes y recibí un golpe en cada gemelo con la regla que la maestra siempre cargaba consigo — algunas de ustedes serán honorablemente escogidas para representar a la institución con distinción y disciplina…
Sentí como la voz de la maestra se desvanecía y se convertía en un simple zumbido. Aun no me sentía preparada para ver la cara de mi padre después de la escena con la directora Fénix. Y no me consideraba con la suerte suficiente para no ser seleccionada en un evento que mi propia familia está siendo responsable. La mano de Adele frente a mi cara hizo que me despertara de mi dilema emocional.
— la clase ya termino retrasada — soltó irritada para luego girar su vista a una chica de cabello castaño que la esperaba en la puerta del salón — esta chica ya tiene el cerebro frito. Mejor vámonos Lena — Adele poso su mano sobre el hombro de la chica para obligarla a salir del aula junto a ella.
— gracias Adele — susurre dejando los libros en el escritorio vacío de la maestra Harmon. La chica castaña se despidió con una gran sonrisa siguiendo a mi compañera de cuarto. Perra. Pensé molesta al caer en cuenta que la maestra me dejo parada toda la clase, y luego irse sin siquiera relevarme de mi castigo. Tome mis cosas para la siguiente clase, y puede divisar encima de estas una nota de detención — tiene que ser una puta broma
Al final del día, me encontraba limpiando algunos de los vidrios exteriores del instituto. El clima estaba bastante frio, estaba aliviada de haber traído varios suéteres al internado. Sin embargo, mis manos empezaban a tornarse de un color morado por estar expuestas al frio y el agua helada.
— maldito frio de invierno — trate de calentar mis manos con mi aliento
— la estaba buscando desde hace unas horas señorita Sorrento — me sorprendió la presencia del perfecto a unos cuantos metros
— bueno, aquí estoy — escondí mis manos en mi suéter — ¿en que soy buena Sr. Klausen?
— la directora me envió para buscarla — chasquee la lengua incomoda con lo que se vendría encima. El perfecto me hizo una señal con la cabeza para que lo siguiera. Nos detuvimos en el salón de Ballet que estaba vacío a excepción de la maestra Tash y Blaire que por lo visto no parecía disfrutar su clase privada.
— Suficiente — la voz del Sr. Klausen resonó en el aula interrumpiendo el regaño la profesora Tash. Blaire intentaba recuperar el aliento sosteniendo parte del cuerpo en sus rodillas. — Señorita Fénix. Tome sus cosas y venga conmigo.
La maestra colocó molesta sus manos sobre su delgada cintura. Y a pesar de que el perfecto solo quería ayudar a Blaire, esta parecía más fastidiada que agradecida por la ayuda.
— Está a mitad de su sesión y para cómo está… — miro a Blaire con desprecio antes de volver a posar su mirada al perfecto Klausen — …desempeñándose. Debería tomarse esto con más seriedad señorita Fénix — argumentó la maestra Tash. Blaire fulmino al perfecto de nuevo. Parecía que le pedía con la mirada que se alejara. Decidí entrar al salón por lo cual Blaire miro asombrada por mí presencia.
—Señorita Fénix. Haga lo que le pedí. — volvió a ordenar el perfecto ya frustrado con la situación. Blaire no lo cuestiono enderezándose mientras pasaba enfrente del perfecto Klausen —Tash, un consejo para el futuro: no intente trasgredir mis órdenes, esto evitara malentendidos entre nosotros — Dicho simplemente comenzó a caminar. Blaire sonrió de la forma más picara posible, y como si tuviera cinco años le saco la lengua a la maestra
— el perfecto no te salvara la próxima vez pequeña puta — susurro para que solo Blaire la escuchara, pero mi oído era mejor que la maestra sabia. Empecé a caminar intentando desaparecer de aquella escena sin ser percibida, pero como buena cazadora de drama no pude dejar de verlas. Blaire le saco el dedo medio, y estaba segura de que la maestra Tash estaba a nada de golpearla.
— ¡Apúrense! La directora Fénix quiere verlas inmediatamente — grito el perfecto en la entrada interrumpiendo la tensiónate ambiente entre Blaire y la profesora. Blaire salió corriendo a mi lado sin dirigirme la mirada
— ¿en qué mierda nos metiste ahora mojigata? — dijo entre dientes mientras intentábamos seguirle el paso al perfecto
— ¿yo? — la mire sorprendida por su actitud tan cínica — tu eres la que se la pasa jodiendo mi vida en cada oportunidad. Incluso cuando intento ayudarte con…
— sh ya llegamos — las orejas se me calentaron con su impertinencia. La directora tan pulcra como siempre hablaba con la recepcionista y al notar nuestra presencia nos invito a su oficina. No pude evitar volver a recordar las imágenes de mi padre con ella, que lograron una arcada automáticamente que tuve que controlar poniendo mi mano en mi boca.
— querida Blaire — sonrió ampliamente — ¿Cómo van las clases privadas de Ballet? — apretó su mejilla derecha a lo cual Blaire quito su mano con brusquedad
— como una mierda madre — la directora dejo salir una carcajada intimidante. Al menos no era mi madre y en parte sentía pena por Blaire por tener una madre como ella.
— niñas, por favor tomen asiento — nos señaló las cómodas sillas enfrente de su escritorio. Hizo una señal al perfecto para que se retirara de la oficina — señorita Sorrento ¿Cómo siguen tus heridas? — pregunto sentándose en el borde del escritorio mientras entrelazaba sus dedos
— he estado peor — no pude ocultar mi desconformidad ante la situación.
— tsk — Blaire cruzo los brazos dirigiendo su mirada colérica hacia otro lado de la habitación
— bueno, lo importante es que has recuperado la movilidad a un 70% — sonrió un poco — y espero que hallas recibidos las apropiadas disculpas por parte de mi hija — miro a Blaire quien solo se encogió de hombros molesta
— si para eso querías que viniéramos…
— Blaire — la interrumpido de inmediato — las traje aquí para discutir el evento que tendremos para navidad. Como deben saber por la maestra Harmon la familia Sorrento va a cooperar con la institución para poder recaudar fondos — apreté mis puños con el pensamiento de ver a mi padre y a esa mujer intercambiado miradas en el evento mientras mi madre ayudaba a la organización de este.
— y ¿qué tiene que ver con nosotras? — pregunto Blaire cortante. Su pierna derecha se movía inquietamente. Tenía la sensación de que quería alejarse lo antes posible de aquí
— en realidad, tiene que ver todo con ustedes dos — hizo una pequeña pausa, se levantó de su sitio para posarse enfrente de su pequeña librería y admirar un portarretrato que había en esta — como mi hija estas obligada a dar la cara por el instituto, pero desafortunadamente prefieres siempre dar tu peor espectáculo frente a las demás personas que nos rodean y arrastrando algunas cuantas personas contigo, incluyendo a la señorita Sorrento aquí presente. Cualquier aspereza que tengas con la señorita Liliana debe acabar inmediatamente — nos lanzó una mirada fulminante, intimidante. Tragué saliva y me mordí la mejilla izquierda.
— Liliana tiene la misma culpa que yo — expreso exasperada Blaire intentando echarme al agua. No podía creerlo
— señorita Sorrento su padre espera que ayudaras con la organización de nuestro evento — fruncí el ceño al escucharla remarcar la palabra “nuestro”. No es tuyo perra, mi padre no te pertenece — aunque con la situación que se presentó con mi distintiva hija apreciaría mucho que las dos trabajaran para atender a los invitados juntas
— decidiré dependiendo de lo que mi padre vea conveniente — sentí un apretón ligero en el hombro izquierdo provocándome un pequeño escalofrió
— claro pequeña — su sonrisa me provocaba asco y miedo — solo consúltalo bien con la almohada antes de tomar tu decisión a la ligera. Solo digo que vendría muy bien convivir mas tiempo con mi adorada Blaire
— ¿acaso la convivencia diaria que tenemos ahora no es suficiente? ¿quieres que nos cosamos para ir al baño juntas? — la mierda que salía de Blaire en ese momento solo provocaba que se me pusieran los pelos de punta.
— debo terminar mis tareas de hoy ¿puedo retirarme? — mordí mi lengua colérica al saber que aun debía ser amable con la directora cuando por dentro me moría por mandarla a la mierda.
— claro que puedes — me acompaño hasta la salida de su oficina — de todas maneras, necesito hablar con Blaire de otros temas personales — poso su mano en mi espalda con firmeza — tal vez en un futuro puedan lograr verse como hermanas
Sentí como mi cuerpo se había puesto pesado por su comentario y solo pude verla con cara de terror. La directora carcajeo sin vergüenza alguna y la pobre Blaire que no había escuchado eso ultimo solo quedo con el rostro confundido sin saber lo que en realidad pasaba. Esta tipa tenía la intención de tener más que una relación fugaz con mi padre, pero estaba muy equivocada si creía que iba permitirlo.
Aun no me decidía que debía hacer con lo del evento de navidad. Y mi padre, no había hablado conmigo sobre cual era la mejor opción. Sin embargo, me parecería que la idea de ayudar a organizar la fiesta no era tan desastrosa, y mantener un ojo encima a la directora.
— ¿Liliana? — la voz de Blaire interrumpió mis pensamientos. Era raro que me llamara por mi nombre y no por uno de sus estúpidos apodos. Además, que aduras penas nos habíamos hablado después del incidente en la oficina de su madre.
— ¿Qué quier…
— ya tomé una decisión — exclamó con los labios se tensaron y con los ojos rojos aguantando las ganas de llorar supe la respuesta — quiero abortar — trague saliva y como un gesto de solidaridad tome su mano apretándole con fuerza. No podía darle la espalda en una decisión tan delicada con esta.
— tu eres la que sabe todas las salidas de este lugar — encogí mis hombros sonriendo amargamente. Era una decisión difícil, pero era su cuerpo. Las dos nos carcajeamos un poco ante mi comentario — cuando quieras nos vamos
— hoy — exclamó segura Blaire. Así que saque mi celular y marque a la una persona que ponía ayudarme en ese momento. A la única persona que entendería por lo que estaba pasando Blaire.
— necesito tu ayuda ¿puedes venir lo antes posible?
Blaire y yo esperábamos en una cafetería del pueblo tomando un poco de chocolate caliente. Note como Blaire sacaba una petaca y vaciaba ligeramente un poco de alcohol en su taza de chocolate negro. La escena se parecía a una película de misión imposible con los nervios de punta a cada momento, y gafas oscuras para ocultar parte de nuestros rostros. El Lincoln de la familia se parqueo enfrente de la cafetería, para luego escuchar la bocina indicándonos que había llegado nuestro transporte.
— la clínica más cercana cierra a las siete — dije agarrando mi cartera y levantándome de mi asiento.
— ¿porque no podíamos comprar una pastilla abortiva? — Blaire me siguió mientras las dos salíamos de la cafetería — ¿no es más fácil?
— y ¿si no funciona? — chasque mi lengua molesta — debes informarte bien sobre tu situación
— si este es un plan para que me quede el bebé…
— no — la interrumpí de inmediato irritada — deja de pensar que todos conspiran en tu contra. Esto es para que tengas una buena idea de lo que viene y para eso necesitas un profesional para que te de la mejor opción para que no mueras en el intento.
Blaire abrió su boca para protestar, sin embargo, al ver mi expresión molesta decidió cerrar la boca. Nos subimos al auto sin decir palabra alguna y mi hermana quien solo sonrió al vernos entrar empezó camino a la clínica. Al llegar, Blaire parecía más ansiosa y estar intoxicada no ayudaba a calmar sus nervios mientras esperábamos.
— ¿te estas arrepintiendo? — le pregunto mi hermana quitándole la petaca que tenía en las manos
— no, no me importa esta cucaracha — mi hermana me miro extrañada — Benjamín de todas maneras no me quiere, así que mucho menos va a querer a la pequeña cucaracha — se le podían ver como sus ojos que se empezaron a humedecer mientras se toca el vientre
— Blaire tienes que calmarte — susurre tomado sus hombros. La guie a sentarse en la sala de espera mientras que Abigail le traía un vaso de agua — ¿estas seguras que esto es lo que quieres? — Blaire limpio su nariz y asintió con los labios fruncidos con el intento de no llorar
— señorita Fénix, acompáñeme por favor — una enfermera rubia con una amable sonrisa escolto a Blaire a uno de los consultorios. Fue inesperado que Blaire volteara a mirar donde estaba sentada como si esperara que saliera corriendo cuando me diera la espalda.
— te esperare cuando salgas
— no puedo creer que estés rompiendo las reglas — Abigail me entrego un vaso de Starbucks y le pegue un sorbo sin quiera mirarla
— es por una buena causa
— si papá se entera de esto va a estar super enojado — me quedé en silencio ante su comentario. Mi padre valía mierda. — te recuerda a Tessa ¿verdad?
— no quiero que termine suicidándose como lo hizo Tessa — Abigail poso su mano sobre mi hombro para reconfortarme mientras esperábamos
— Tessa se suicidó porque pensaba que nadie la apoyaría. No busco ayuda en las personas a su alrededor y asumió que nadie la escucharía
— también es culpa de nosotros Abby — mi hermana hizo una mueca de dolor — si hubiéramos visto las señales
— no es culpa de nadie — sentencio molesta. Sabía que Abigail se sentía igual o peor de culpable que yo, pero a ella se le dificultaba mas aceptar los errores.
— gracias — no quería pelear en este momento — gracias por acompañarme para ayudar a mi compañera. Pensé que me odiabas…
— no seas ridícula — Abigail empezó a reírse como si no hubiera un mañana para luego abrazarme — Se que hemos tenido un poco de competencia…
— ¿competencia?
— lo que quiero decir es ¿Cómo podría odiarte? no puedo odiar a mi hermana
Sin darnos cuenta Blaire apareció junto con la misma enfermera. Se veía algo pálida, pero parecía estar más calmada
— ¿Cómo te fue? — pregunte curiosa mientras íbamos a una pequeña farmacia dentro de la clínica
— como tengo pocas semanas. Así que me recomendó la píldora, no puedo hacer esfuerzo y probablemente tendré cólicos fuertes, náuseas y sangrado abundante. — sonaba algo doloroso por lo que tenia que pasar Blaire — también me darán antibióticos para evitar infecciones
— bueno en unos días todo acabara trate de animarla mientras reclamábamos los medicamentos
— el problema es ¿cómo voy a hacer para que mi madre no se entere y poder evitar clases por al menos 4 días?
— y ¿si dices que te encuentras enferma? — sugirió mi hermana
— no es tan fácil
— dejármelo a mi — trate de calmar a Blaire — yo pensare en algo, solo sigue las indicaciones de la enfermera. Nadie se va a enterar Blaire, te lo prometo.
— ¿Por qué demoras tanto? — tomo uno de los shots y se lo bebió en un segundo. Llevo su mano a mi cintura y me atrajo a él con fuerza. Sonreí amargamente sin poder articular palabra y volviendo nuestro apartado V.I.P. David me beso con intensidad, pero para ser sincera solo podía dejar escapar furtivas miradas en donde el profesor Phillips estaba
— ¿sabes? — interrumpí el beso abruptamente — debo volver a casa temprano. Mejor veamos en otra ocasión ¿te parece? — David empezó a reír sutilmente dándome besos en el cuello
— no voy a dejar que desaparezcas otra vez — sentía su respiración en mi cuello. Lo aleje de nuevo intentando expresar mi mejor cara de poker. David alzo la ceja derecha sorprendido — ¿estás de broma?
— no — sentencie fría a lo cual molesto a David. Se levanto de su sitio y se fue del antro sin decir palabra. Volví a mirar a la barra admirando su espalda. Tome una bocanada de aire, me levante de mi asiento y con el pensamiento decidido me encamine hacia él.
— dame algo más fuerte — en su tono de voz se notaba que algo lo molestaba. Sabia que si caminaba por las puertas de este antro sin hablar con él no podría dormir.
— quiero lo mismo — exclame al bartender. Phillips me mira de reojo sin perder su expresión nostálgica, para luego beber un poco más de su vaso — ¿puedo acerté compañía? — señalé la silla a su lado.
— creo que un poco de compañía no hará daño — parecía absorto en sus pensamientos. Lo mire por unos segundos intentando encontrar la causa de aquella extraña situación. Me senté a su lado con torpeza y lo miré de reojo.
— no deberías estar bebiendo solo — me mordí el labio inferior mientras mi rostro se calentaba. El bartender nos sirvió las bebidas.
— no me molesta estar solo — se tomó el trago de un solo tirón. Yo no tenia ni idea de que era, pero no quería parecer intimidada por mi impulsividad así que hice lo mismo. Grave error. La bebida quemo mi garganta, y lo único que puede hacer fue rascar mi lengua con la punta de mi uña por un falso intento por quitar el sabor.
— detesto el whisky — susurre intentando que fuera más para misma que para él. Sim embargo, escuche al profesor Phillips soltar una risa por lo bajo. Mi rostro se calentó mas de lo que ya estaba.
— tu querías acompañarme — su risa se intensifico, y no pude evitar contagiarme con esta. Escucharlo carcajear hizo que me relajara. Su risa era tan sensual, pensé a mis adentros viéndolo a los ojos celestes. No importaba si me reconociese, aceptaría millones de castigos con volver a vivir este momento.
— si hubiese sabido que era whisky, no me habría molestado en pedirlo — el negó sutilmente con su cabeza sin dejar de sonreír — me gustas más cuando sonríes — trago saliva volviendo a estar serio. Apretó su mano izquierda con fuerza haciéndome que me inquietara.
— no creo que tu novio le guste que andes coqueteado con otros — sus palabras me cayeron como un balde de agua fría y no puede evitar reírme para evitar que se diera cuenta.
— él no es mi novio — aclare irritada con su comentario mientras mis orejas se calentaban. Phillips hizo una mueca confusa para mí. Parecía juzgarme por mi comentario y juzgar a las personas no era algo que él hacía normalmente.
— mira niña — hizo una pausa dejando su bebida bruscamente en el bar y fijando su mirada celeste llena de ira hacia mi — las chicas como tu son un problema. Solo quieren acaparar la atención de tipos maduros para llenar ese cariño que su padre nunca les dio — mis mejillas se calentaron. Nunca lo había visto de esa manera tan agresiva — o eres una ramera que busca dinero fácil
— imbécil, no sabes nada de mi — solté al instante de golpear fuertemente su mejilla con mi palma. El profesor Phillips simplemente pago sus tragos y desapareció del antro con prisa. Yo pagué el whisky a medio tomar que había pedido lista para irme también cuando sentí algo debajo de mi zapato. Era un hermoso anillo de zafiro con pequeñas incrustaciones de diamante.
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Abrí los ojos mirando el techo frustrada, me envolví toda y cerré los ojos con la esperanza de que la noche anterior simplemente hubiera sido un mal sueño, pero era más que obvio que todo había sido real. Mire el reloj de mi mesa de noche que marcaba más de las 8. Había dormido más de lo permitido y llegaba tarde a la clase de etiqueta.
— llega tarde señorita Sorrento — la maestra Harmon con toque de picardía — sabe el castigo por llegar tarde ¿verdad? — asentí tímida mordiendo mi labio inferior, para luego verla señalar la pared.
— cómo iba diciendo tendremos una celebración por la llegada de navidad y año nuevo. La familia Sorrento junto con la nuestra directora Fénix — abrí mis ojos confundida ante la noticia mientras la maestra me entrega los pesados libros. Las piernas me fallaron por unos instantes y recibí un golpe en cada gemelo con la regla que la maestra siempre cargaba consigo — algunas de ustedes serán honorablemente escogidas para representar a la institución con distinción y disciplina…
Sentí como la voz de la maestra se desvanecía y se convertía en un simple zumbido. Aun no me sentía preparada para ver la cara de mi padre después de la escena con la directora Fénix. Y no me consideraba con la suerte suficiente para no ser seleccionada en un evento que mi propia familia está siendo responsable. La mano de Adele frente a mi cara hizo que me despertara de mi dilema emocional.
— la clase ya termino retrasada — soltó irritada para luego girar su vista a una chica de cabello castaño que la esperaba en la puerta del salón — esta chica ya tiene el cerebro frito. Mejor vámonos Lena — Adele poso su mano sobre el hombro de la chica para obligarla a salir del aula junto a ella.
— gracias Adele — susurre dejando los libros en el escritorio vacío de la maestra Harmon. La chica castaña se despidió con una gran sonrisa siguiendo a mi compañera de cuarto. Perra. Pensé molesta al caer en cuenta que la maestra me dejo parada toda la clase, y luego irse sin siquiera relevarme de mi castigo. Tome mis cosas para la siguiente clase, y puede divisar encima de estas una nota de detención — tiene que ser una puta broma
Al final del día, me encontraba limpiando algunos de los vidrios exteriores del instituto. El clima estaba bastante frio, estaba aliviada de haber traído varios suéteres al internado. Sin embargo, mis manos empezaban a tornarse de un color morado por estar expuestas al frio y el agua helada.
— maldito frio de invierno — trate de calentar mis manos con mi aliento
— la estaba buscando desde hace unas horas señorita Sorrento — me sorprendió la presencia del perfecto a unos cuantos metros
— bueno, aquí estoy — escondí mis manos en mi suéter — ¿en que soy buena Sr. Klausen?
— la directora me envió para buscarla — chasquee la lengua incomoda con lo que se vendría encima. El perfecto me hizo una señal con la cabeza para que lo siguiera. Nos detuvimos en el salón de Ballet que estaba vacío a excepción de la maestra Tash y Blaire que por lo visto no parecía disfrutar su clase privada.
— Suficiente — la voz del Sr. Klausen resonó en el aula interrumpiendo el regaño la profesora Tash. Blaire intentaba recuperar el aliento sosteniendo parte del cuerpo en sus rodillas. — Señorita Fénix. Tome sus cosas y venga conmigo.
La maestra colocó molesta sus manos sobre su delgada cintura. Y a pesar de que el perfecto solo quería ayudar a Blaire, esta parecía más fastidiada que agradecida por la ayuda.
— Está a mitad de su sesión y para cómo está… — miro a Blaire con desprecio antes de volver a posar su mirada al perfecto Klausen — …desempeñándose. Debería tomarse esto con más seriedad señorita Fénix — argumentó la maestra Tash. Blaire fulmino al perfecto de nuevo. Parecía que le pedía con la mirada que se alejara. Decidí entrar al salón por lo cual Blaire miro asombrada por mí presencia.
—Señorita Fénix. Haga lo que le pedí. — volvió a ordenar el perfecto ya frustrado con la situación. Blaire no lo cuestiono enderezándose mientras pasaba enfrente del perfecto Klausen —Tash, un consejo para el futuro: no intente trasgredir mis órdenes, esto evitara malentendidos entre nosotros — Dicho simplemente comenzó a caminar. Blaire sonrió de la forma más picara posible, y como si tuviera cinco años le saco la lengua a la maestra
— el perfecto no te salvara la próxima vez pequeña puta — susurro para que solo Blaire la escuchara, pero mi oído era mejor que la maestra sabia. Empecé a caminar intentando desaparecer de aquella escena sin ser percibida, pero como buena cazadora de drama no pude dejar de verlas. Blaire le saco el dedo medio, y estaba segura de que la maestra Tash estaba a nada de golpearla.
— ¡Apúrense! La directora Fénix quiere verlas inmediatamente — grito el perfecto en la entrada interrumpiendo la tensiónate ambiente entre Blaire y la profesora. Blaire salió corriendo a mi lado sin dirigirme la mirada
— ¿en qué mierda nos metiste ahora mojigata? — dijo entre dientes mientras intentábamos seguirle el paso al perfecto
— ¿yo? — la mire sorprendida por su actitud tan cínica — tu eres la que se la pasa jodiendo mi vida en cada oportunidad. Incluso cuando intento ayudarte con…
— sh ya llegamos — las orejas se me calentaron con su impertinencia. La directora tan pulcra como siempre hablaba con la recepcionista y al notar nuestra presencia nos invito a su oficina. No pude evitar volver a recordar las imágenes de mi padre con ella, que lograron una arcada automáticamente que tuve que controlar poniendo mi mano en mi boca.
— querida Blaire — sonrió ampliamente — ¿Cómo van las clases privadas de Ballet? — apretó su mejilla derecha a lo cual Blaire quito su mano con brusquedad
— como una mierda madre — la directora dejo salir una carcajada intimidante. Al menos no era mi madre y en parte sentía pena por Blaire por tener una madre como ella.
— niñas, por favor tomen asiento — nos señaló las cómodas sillas enfrente de su escritorio. Hizo una señal al perfecto para que se retirara de la oficina — señorita Sorrento ¿Cómo siguen tus heridas? — pregunto sentándose en el borde del escritorio mientras entrelazaba sus dedos
— he estado peor — no pude ocultar mi desconformidad ante la situación.
— tsk — Blaire cruzo los brazos dirigiendo su mirada colérica hacia otro lado de la habitación
— bueno, lo importante es que has recuperado la movilidad a un 70% — sonrió un poco — y espero que hallas recibidos las apropiadas disculpas por parte de mi hija — miro a Blaire quien solo se encogió de hombros molesta
— si para eso querías que viniéramos…
— Blaire — la interrumpido de inmediato — las traje aquí para discutir el evento que tendremos para navidad. Como deben saber por la maestra Harmon la familia Sorrento va a cooperar con la institución para poder recaudar fondos — apreté mis puños con el pensamiento de ver a mi padre y a esa mujer intercambiado miradas en el evento mientras mi madre ayudaba a la organización de este.
— y ¿qué tiene que ver con nosotras? — pregunto Blaire cortante. Su pierna derecha se movía inquietamente. Tenía la sensación de que quería alejarse lo antes posible de aquí
— en realidad, tiene que ver todo con ustedes dos — hizo una pequeña pausa, se levantó de su sitio para posarse enfrente de su pequeña librería y admirar un portarretrato que había en esta — como mi hija estas obligada a dar la cara por el instituto, pero desafortunadamente prefieres siempre dar tu peor espectáculo frente a las demás personas que nos rodean y arrastrando algunas cuantas personas contigo, incluyendo a la señorita Sorrento aquí presente. Cualquier aspereza que tengas con la señorita Liliana debe acabar inmediatamente — nos lanzó una mirada fulminante, intimidante. Tragué saliva y me mordí la mejilla izquierda.
— Liliana tiene la misma culpa que yo — expreso exasperada Blaire intentando echarme al agua. No podía creerlo
— señorita Sorrento su padre espera que ayudaras con la organización de nuestro evento — fruncí el ceño al escucharla remarcar la palabra “nuestro”. No es tuyo perra, mi padre no te pertenece — aunque con la situación que se presentó con mi distintiva hija apreciaría mucho que las dos trabajaran para atender a los invitados juntas
— decidiré dependiendo de lo que mi padre vea conveniente — sentí un apretón ligero en el hombro izquierdo provocándome un pequeño escalofrió
— claro pequeña — su sonrisa me provocaba asco y miedo — solo consúltalo bien con la almohada antes de tomar tu decisión a la ligera. Solo digo que vendría muy bien convivir mas tiempo con mi adorada Blaire
— ¿acaso la convivencia diaria que tenemos ahora no es suficiente? ¿quieres que nos cosamos para ir al baño juntas? — la mierda que salía de Blaire en ese momento solo provocaba que se me pusieran los pelos de punta.
— debo terminar mis tareas de hoy ¿puedo retirarme? — mordí mi lengua colérica al saber que aun debía ser amable con la directora cuando por dentro me moría por mandarla a la mierda.
— claro que puedes — me acompaño hasta la salida de su oficina — de todas maneras, necesito hablar con Blaire de otros temas personales — poso su mano en mi espalda con firmeza — tal vez en un futuro puedan lograr verse como hermanas
Sentí como mi cuerpo se había puesto pesado por su comentario y solo pude verla con cara de terror. La directora carcajeo sin vergüenza alguna y la pobre Blaire que no había escuchado eso ultimo solo quedo con el rostro confundido sin saber lo que en realidad pasaba. Esta tipa tenía la intención de tener más que una relación fugaz con mi padre, pero estaba muy equivocada si creía que iba permitirlo.
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Aun no me decidía que debía hacer con lo del evento de navidad. Y mi padre, no había hablado conmigo sobre cual era la mejor opción. Sin embargo, me parecería que la idea de ayudar a organizar la fiesta no era tan desastrosa, y mantener un ojo encima a la directora.
— ¿Liliana? — la voz de Blaire interrumpió mis pensamientos. Era raro que me llamara por mi nombre y no por uno de sus estúpidos apodos. Además, que aduras penas nos habíamos hablado después del incidente en la oficina de su madre.
— ¿Qué quier…
— ya tomé una decisión — exclamó con los labios se tensaron y con los ojos rojos aguantando las ganas de llorar supe la respuesta — quiero abortar — trague saliva y como un gesto de solidaridad tome su mano apretándole con fuerza. No podía darle la espalda en una decisión tan delicada con esta.
— tu eres la que sabe todas las salidas de este lugar — encogí mis hombros sonriendo amargamente. Era una decisión difícil, pero era su cuerpo. Las dos nos carcajeamos un poco ante mi comentario — cuando quieras nos vamos
— hoy — exclamó segura Blaire. Así que saque mi celular y marque a la una persona que ponía ayudarme en ese momento. A la única persona que entendería por lo que estaba pasando Blaire.
— necesito tu ayuda ¿puedes venir lo antes posible?
Blaire y yo esperábamos en una cafetería del pueblo tomando un poco de chocolate caliente. Note como Blaire sacaba una petaca y vaciaba ligeramente un poco de alcohol en su taza de chocolate negro. La escena se parecía a una película de misión imposible con los nervios de punta a cada momento, y gafas oscuras para ocultar parte de nuestros rostros. El Lincoln de la familia se parqueo enfrente de la cafetería, para luego escuchar la bocina indicándonos que había llegado nuestro transporte.
— la clínica más cercana cierra a las siete — dije agarrando mi cartera y levantándome de mi asiento.
— ¿porque no podíamos comprar una pastilla abortiva? — Blaire me siguió mientras las dos salíamos de la cafetería — ¿no es más fácil?
— y ¿si no funciona? — chasque mi lengua molesta — debes informarte bien sobre tu situación
— si este es un plan para que me quede el bebé…
— no — la interrumpí de inmediato irritada — deja de pensar que todos conspiran en tu contra. Esto es para que tengas una buena idea de lo que viene y para eso necesitas un profesional para que te de la mejor opción para que no mueras en el intento.
Blaire abrió su boca para protestar, sin embargo, al ver mi expresión molesta decidió cerrar la boca. Nos subimos al auto sin decir palabra alguna y mi hermana quien solo sonrió al vernos entrar empezó camino a la clínica. Al llegar, Blaire parecía más ansiosa y estar intoxicada no ayudaba a calmar sus nervios mientras esperábamos.
— ¿te estas arrepintiendo? — le pregunto mi hermana quitándole la petaca que tenía en las manos
— no, no me importa esta cucaracha — mi hermana me miro extrañada — Benjamín de todas maneras no me quiere, así que mucho menos va a querer a la pequeña cucaracha — se le podían ver como sus ojos que se empezaron a humedecer mientras se toca el vientre
— Blaire tienes que calmarte — susurre tomado sus hombros. La guie a sentarse en la sala de espera mientras que Abigail le traía un vaso de agua — ¿estas seguras que esto es lo que quieres? — Blaire limpio su nariz y asintió con los labios fruncidos con el intento de no llorar
— señorita Fénix, acompáñeme por favor — una enfermera rubia con una amable sonrisa escolto a Blaire a uno de los consultorios. Fue inesperado que Blaire volteara a mirar donde estaba sentada como si esperara que saliera corriendo cuando me diera la espalda.
— te esperare cuando salgas
— no puedo creer que estés rompiendo las reglas — Abigail me entrego un vaso de Starbucks y le pegue un sorbo sin quiera mirarla
— es por una buena causa
— si papá se entera de esto va a estar super enojado — me quedé en silencio ante su comentario. Mi padre valía mierda. — te recuerda a Tessa ¿verdad?
— no quiero que termine suicidándose como lo hizo Tessa — Abigail poso su mano sobre mi hombro para reconfortarme mientras esperábamos
— Tessa se suicidó porque pensaba que nadie la apoyaría. No busco ayuda en las personas a su alrededor y asumió que nadie la escucharía
— también es culpa de nosotros Abby — mi hermana hizo una mueca de dolor — si hubiéramos visto las señales
— no es culpa de nadie — sentencio molesta. Sabía que Abigail se sentía igual o peor de culpable que yo, pero a ella se le dificultaba mas aceptar los errores.
— gracias — no quería pelear en este momento — gracias por acompañarme para ayudar a mi compañera. Pensé que me odiabas…
— no seas ridícula — Abigail empezó a reírse como si no hubiera un mañana para luego abrazarme — Se que hemos tenido un poco de competencia…
— ¿competencia?
— lo que quiero decir es ¿Cómo podría odiarte? no puedo odiar a mi hermana
Sin darnos cuenta Blaire apareció junto con la misma enfermera. Se veía algo pálida, pero parecía estar más calmada
— ¿Cómo te fue? — pregunte curiosa mientras íbamos a una pequeña farmacia dentro de la clínica
— como tengo pocas semanas. Así que me recomendó la píldora, no puedo hacer esfuerzo y probablemente tendré cólicos fuertes, náuseas y sangrado abundante. — sonaba algo doloroso por lo que tenia que pasar Blaire — también me darán antibióticos para evitar infecciones
— bueno en unos días todo acabara trate de animarla mientras reclamábamos los medicamentos
— el problema es ¿cómo voy a hacer para que mi madre no se entere y poder evitar clases por al menos 4 días?
— y ¿si dices que te encuentras enferma? — sugirió mi hermana
— no es tan fácil
— dejármelo a mi — trate de calmar a Blaire — yo pensare en algo, solo sigue las indicaciones de la enfermera. Nadie se va a enterar Blaire, te lo prometo.
- oops i did it again/part 2:
Perdon la tardanza (again) ya me pongo al dia. Espero satisfaga sus expectativas novelísticas para poder seguir escribiendo. No lo tomen personal, normalmente llego tarde para todo. Cuídense seguimos en contacto
Besitos
Jules
Re: Instituto Fénix | N. C.
Juli me alegra que hayas subido, creo que necesitaba tu capitulo para no quedarme con la inquietud. Te dejo mi comentario.
- Juli <3:
- — dame algo más fuerte — en su tono de voz se notaba que algo lo molestaba. Sabia que si caminaba por las puertas de este antro sin hablar con él no podría dormir.
— quiero lo mismo — exclame al bartender. Phillips me mira de reojo sin perder su expresión nostálgica, para luego beber un poco más de su vaso — ¿puedo acerté compañía? — señalé la silla a su lado.
Me encanta cuando Lily se vuelve más atrevida, siento que la situación se vuelve más realista, en esta parte me moría por saber si la reconocería.
Ay ay ay, Philiphs. NOOOOOOOOOO. Jajaja está es una de las situaciones que amo, cuando escribes que él se ríe y ella se relaja o entra en trance. O MG ¿Y esta Lily que toma valor cuando usa peluca? Goodbye David, u are not the only one.— detesto el whisky — susurre intentando que fuera más para misma que para él. Sim embargo, escuche al profesor Phillips soltar una risa por lo bajo. Mi rostro se calentó mas de lo que ya estaba.
— tu querías acompañarme — su risa se intensifico, y no pude evitar contagiarme con esta. Escucharlo carcajear hizo que me relajara. Su risa era tan sensual, pensé a mis adentros viéndolo a los ojos celestes. No importaba si me reconociese, aceptaría millones de castigos con volver a vivir este momento.
— si hubiese sabido que era whisky, no me habría molestado en pedirlo — el negó sutilmente con su cabeza sin dejar de sonreír — me gustas más cuando sonríes — trago saliva volviendo a estar serio. Apretó su mano izquierda con fuerza haciéndome que me inquietara.
¡no! yo esperaba que él se diera cuenta de que era Lilylas chicas como tu son un problema. Solo quieren acaparar la atención de tipos maduros para llenar ese cariño que su padre nunca les dio — mis mejillas se calentaron. Nunca lo había visto de esa manera tan agresiva — o eres una ramera que busca dinero fácil
— imbécil, no sabes nada de mi — solté al instante de golpear fuertemente su mejilla con mi palma. El profesor Phillips simplemente pago sus tragos y desapareció del antro con prisa. Yo pagué el whisky a medio tomar que había pedido lista para irme también cuando sentí algo debajo de mi zapato. Era un hermoso anillo de zafiro con pequeñas incrustaciones de diamante.don't know whypero no supero que él dijera que era una ramera, independientemente de que no sabe que se trata de Liliana y me alegro que ella se haya defendido, de haberse tratado de mí le hubiera dado un puñetazo.como si tuviera cinco años le saco la lengua a la maestra
— el perfecto no te salvara la próxima vez pequeña puta — susurro para que solo Blaire la escuchara, pero mi oído era mejor que la maestra sabia.
AAAA gracias por poner la parte en la que colaboré me encantó como lo describes desde la perspectiva de Lily y amé mucho más esta parteno recuerdo a ver escrito eso, but lo améme encanta como Tash la insulta.
JAJAJAJAJ Shit. No lo veía venir. Bien jugado, directora F. Bien jugado.
— claro que puedes — me acompaño hasta la salida de su oficina — de todas maneras, necesito hablar con Blaire de otros temas personales — poso su mano en mi espalda con firmeza — tal vez en un futuro puedan lograr verse como hermanas
En general esta fue mi escena fav. Me pareció adorable que B adoptará el apodo de cucaracha para el hijo no deseado es como su momento de vulnerabilidad y aceptación hacia Lily. Además me encanta como le dice que la esperará, porque en definitiva ella ni siquiera lo esperaba, al menos no de ella. Much menos con un Benjamín molesto por terminarlo así porque sí y que no acepta o mejor dicho— no, no me importa esta cucaracha — mi hermana me miro extrañada — Benjamín de todas maneras no me quiere, así que mucho menos va a querer a la pequeña cucaracha — se le podían ver como sus ojos que se empezaron a humedecer mientras se toca el vientre
— Blaire tienes que calmarte — susurre tomado sus hombros. La guie a sentarse en la sala de espera mientras que Abigail le traía un vaso de agua — ¿estas seguras que esto es lo que quieres? — Blaire limpio su nariz y asintió con los labios fruncidos con el intento de no llorar
— señorita Fénix, acompáñeme por favor — una enfermera rubia con una amable sonrisa escolto a Blaire a uno de los consultorios. Fue inesperado que Blaire volteara a mirar donde estaba sentada como si esperara que saliera corriendo cuando me diera la espalda.
— te esperare cuando salgascreeque ella está embarazada.
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
- Juli:
Esta relación amistad, odio, compañía y peleas es genial. Me causa mucha gracia y me encantajules escribió:— si tengo, pero si sigues así — la deje en sentada junto al inodoro. Me sorprendí de que se dejara ayudar por mi sin protestar, y sin quédarme mucho tiempo con ella me devolví a la habitación y bote el cesto en una de las basuras del pasillo dejemos que alguien mas se encargue de eso pensé asqueada. — Todo el instituto se va a enterar que tienes un pan en el horno — dije entrando de nuevo al baño y alzando su cabello marrón con uno de mis elásticos.
— ¿Por qué me ayudas? ¿no me odias por haberte golpeado? O ¿por el profesor Phillips?
— claro que te odio — torcí mis labios molesta ante la posición en que me estaba poniendo — pero entiendo en la situación en que estas pasando en este momento
— ¿no me jodas que te cogiste al profesor Phillips y también estas embarazada? — jalé un mechón de su cabello — auch — se quejó rápidamente y solté su cabellera para levantarmejules escribió:— Lily — Nunca había utilizado mi nombre tan informalmente y eso hizo que mis mejillas se calentaran al instante. Se sentó a mi lado sin dejar de sonreír y poniendo su palma en mi frente sin pensarlo dos veces. Mi corazón parecía salirse de su puesto por su contacto, o incluso explotar — ¿Cómo te sientes?
— bien — la voz apenas salió de mi garganta por todo el procesamiento que hacia mi cerebro ante la situación. La expresión de su rostro cambio por uno de preocupación mientras yo tragaba saliva inquieta.
— no deberías estar corriendo, o haciendo algún tipo de ejercicio por dos semanas
Espero que sepas que me tenes super intrigada con estos dos, es como que estoy todo el tiempo esperando que se besen de una vez y nunca pasa jajajajajules escribió:
— pásame otro escoces — gire la mirada asustada por reconocer ese acento. El rostro apagado del profesor Phillips sentado en la barra con un vaso vacío hizo que el estómago se me contrajera. No sabia si correr para que no reconociera o simplemente quedarme ahí congelada como pendeja.
Me causo mucha gracia esta parte porque realmente me lo puedo imaginar sentado tomando para ahogar sus penasjules escribió:— pásame otro escoces — gire la mirada asustada por reconocer ese acento. El rostro apagado del profesor Phillips sentado en la barra con un vaso vacío hizo que el estómago se me contrajera. No sabía si correr para que no reconociera o simplemente quedarme para ahí congelada como pendeja. Mi respiración se volvió más pesada al tener al profesor Phillips a unos metros de distancia. Me mordí el labio inferior nerviosa mientras veía su perfil perfecto con la expresión desanimada. Respiré profundo y decidí en acercarme para probar mi suerte. Sim embargo, como una señal del destino David apareció enfrente de mi con una media sonrisa pícara.
Tengo muchos sentimientos encontrados... osea me sigue cayendo bien phillips, pero esta como muy resentido con ella, sin cotar que prácticamente se quejo de ella sin saber con quien hablaba, encima que se deja seducir por sus alumnas les hecha la culpa a ellas, que se decida, si le gusta lily...jules escribió:— mira niña — hizo una pausa dejando su bebida bruscamente en el bar y fijando su mirada celeste llena de ira hacia mi — las chicas como tu son un problema. Solo quieren acaparar la atención de tipos maduros para llenar ese cariño que su padre nunca les dio — mis mejillas se calentaron. Nunca lo había visto de esa manera tan agresiva s de diamante.— o eres una ramera que busca dinero fácil
— imbécil, no sabes nada de mi — solté al instante de golpear fuertemente su mejilla con mi palma. El profesor Phillips simplemente pago sus tragos y desapareció del antro con prisa. Yo pagué el whisky a medio tomar que había pedido lista para irme también cuando sentí algo debajo de mi zapato. Era un hermoso anillo de zafiro con pequeñas incrustacione
Odio a esa mujer, creo que no hay ninguna de las tres que la haga quedar al menos decente, si hay algo en lo que estamos todas muy de acuerdo, es que la directora es de lo peorjules escribió:— en realidad, tiene que ver todo con ustedes dos — hizo una pequeña pausa, se levantó de su sitio para posarse enfrente de su pequeña librería y admirar un portarretrato que había en esta — como mi hija estas obligada a dar la cara por el instituto, pero desafortunadamente prefieres siempre dar tu peor espectáculo frente a las demás personas que nos rodean y arrastrando algunas cuantas personas contigo, incluyendo a la señorita Sorrento aquí presente. Cualquier aspereza que tengas con la señorita Liliana debe acabar inmediatamente — nos lanzó una mirada fulminante, intimidante. Tragué saliva y me mordí la mejilla izquierda.
— Liliana tiene la misma culpa que yo — expreso exasperada Blaire intentando echarme al agua. No podía creerlo
— señorita Sorrento su padre espera que ayudaras con la organización de nuestro evento — fruncí el ceño al escucharla remarcar la palabra “nuestro”. No es tuyo perra, mi padre no te pertenece — aunque con la situación que se presentó con mi distintiva hija apreciaría mucho que las dos trabajaran para atender a los invitados juntas
Bueno todo el final del capitulo tambien me encanto, lily tiene su parte super tierna, me mori como la apoyo y estuvo para B en ese momento tan delicado y que le aclare al final que no la va dejar solajules escribió:— ¿Cómo te fue? — pregunte curiosa mientras íbamos a una pequeña farmacia dentro de la clínica
— como tengo pocas semanas. Así que me recomendó la píldora, no puedo hacer esfuerzo y probablemente tendré cólicos fuertes, náuseas y sangrado abundante. — sonaba algo doloroso por lo que tenia que pasar Blaire — también me darán antibióticos para evitar infecciones
— bueno en unos días todo acabara trate de animarla mientras reclamábamos los medicamentos
— el problema es ¿cómo voy a hacer para que mi madre no se entere y poder evitar clases por al menos 4 días?
— y ¿si dices que te encuentras enferma? — sugirió mi hermana
— no es tan fácil
— dejármelo a mi — trate de calmar a Blaire — yo pensare en algo, solo sigue las indicaciones de la enfermera. Nadie se va a enterar Blaire, te lo prometo.
Hola!! bueno como no habia comentado la primera parte comento tus dos geniales capítulos juntos, me encantaron, tuvieron de todo y me los lei en segundos!!
Carstairs
Re: Instituto Fénix | N. C.
Doble cara:
El golpe de sus tacones resonaban contra el piso perfectamente limpio y lustrado. Golpe tras golpe muy bien sincronizados como si marcara el tiempo de alguna canción, por supuesto una canción aburrida y con ritmo del tipo militar.
Había interrumpido una clase y su discurso, aunque de manera más formal, no era nada nuevo para nosotras. Durante un mes todos los profesores nos habían dado charlas sobre el gran baile de navidad; nos habían estado dando clases de como se suponía que debíamos comportarnos en una fiesta tan importante como la iban a dar.
Esta semana esas charlas se habían intensificado por lo que estaba segura de que ninguna en todo el salón estaba prestando atención al 100%, apenas si llegaba a un 30%. Yo por mi parte, solo podía pensar en cuánto deseaba que esos zapatos que sonaban con tanta fuerza fuesen nuevos y mantuvieran una suela intacta y completamente lisa; podía imaginarla resbalando con un simple mal paso pero para mi mala suerte las arpías saben usar tacones hasta en el infierno, y esto se parecía mucho al infierno, estaba claro que su reina sabía caminar por el.
— Como ya estuvimos anunciando durante toda la semana, el día de hoy se celebrará la fiesta de Navidad, gracias a la cortesía del padre de una alumna, donde podremos recaudar dinero para los fondos de la escuela y caridad. — Mire a Liliana quien ya había mencionado muy por encima que su padre era quien organizaba la fiesta junto la directora, y podría jurar que la mirada que le lanzaba era más de asco que de odio. — Tuvieron sus clases intensivas de etiqueta y todos los entrenamientos necesarios para que esta velada salga perfecta. Así que por favor me gustaría que todas estén al nivel, y está de más decir que no quiero ninguna sorpresa de su parte.
—¿Soy yo o eso se parece más a una amenaza que a una petición? — Preguntó Maite en un susurro.
— Por favor, ¿Cómo puedes decir eso? Sólo es una petición muy amable — Me burlé mientras sonreía.— Aunque claro, seguro que si no cumplimos con su expectativa podrías desaparecer por un mes… como mínimo.
Ella rió.
— Bueno, estoy segura que de todas formas mis compañeras de cuarto me van a buscar por cielo y tierra si desaparezco. — dijo con sarcasmo.
— Seguro.
— Pero si somos realistas, las que encabezan la lista en ser las primeras castigadas está muy claro que son Blaire y la chica a mi lado. — Me señaló.
— En ese caso, me siento aliviada de que seas la encargada de dirigir nuestro rescate. Nunca desaprovecharía la oportunidad de estar al mando y de paso de ser la que descubra el gran misterio.— La tente.Nuestra conversación fue interrumpida por la voz irritante de la directora.
— Por supuesto que esperamos el mismo compromiso tanto de las que van a servir como de las que van a participar de la fiesta acompañando a los invitados. Es la oportunidad que tienen todas para demostrar lo que han aprendido y de hacer quedar bien a este Instituto. — Hizo una pausa mirándonos. — sin más que decir, las esperamos listas en dos horas para irnos.
Giró su cuerpo con una molesta elegancia en su lugar y salió del salón. Al instante en el que traspasó las puertas un murmullo que cada vez fue subiendo el volumen llenó mis oídos de conversaciones de gente.
— Desde que entramos trato de encontrarle algún parecido con Blaire, pero son tan diferentes. Nunca pensaría que son madre e hija.
— Blaire me saca de quicio, pero la prefiero mil veces antes que a ella, esa mujer me da miedo. — Aclaré.
Lena se acercó a nosotras mientras salíamos.
— ¿Díganme que no soy la única que piensa que esto es un asco?
— Tan asqueroso que siento que voy a vomitar, “Dama, caballero ¿Necesitan algo?” — Repetí una de las frases que se suponía teníamos que decir.
— Nunca chocar a los invitados, siempre todo por y con la derecha…
— Que alivio que yo esté con los invitados. — Me interrumpió mi rubia compañera de cuarto.
— A nosotras nos enseñaron mayormente a no decir estupideces.
— Eso es tener suerte.— Comentó Lena.
— Obvio linda, no hay forma en que yo me ponga esos uniformes que nos hacen ver a todas iguales en una fiesta, soy demasiado genial para eso, mientras ustedes sirven champaña yo voy a estar tomándolo. — Se dio media vuelta y se fue hacia el lado de los dormitorios. Me reí del hecho de que pensara que era más trágico usar uniforme en una fiesta que el tener que servir para otras personas.
— ¿Hay alguna forma en que esa chica no haga una salida dramática? — Preguntó.— No, creo que es imposible. — Respondí.
— De todas formas, una fiesta es una fiesta. Y por lo que veo ya mejoraste mucho desde la primera vez que nos vimos, lo que significa que siempre podemos robar un poco de alcohol mientras nadie esté mirando.— Sí, gracias a tu ayuda, voy a necesitar mucho alcohol en mis venas para poder resistir toda la noche sin querer matar a alguien. — Me lamente.
—Todas lo vamos a necesitar. — Afirmó. Por suerte Lena se las había ingeniado para hablar con el profesor Cameron y convencerlo para que se ofreciera a hacerse cargo del suministro de mis medicamentos como lo hacía con ella. Le dijo que me sentiría más cómoda con alguien que me reflejé confianza y para mi fortuna sólo revisa que me tome mis dosis semanales y mi conducta. Por supuesto, no espera que ande por los pasillos como una zombie, así que mientras no tenga ningún escándalo no tenía porqué sospechar nada. Lena le había dicho también que me iba a apoyar en el tratamiento.
Es curioso que el profesor Cameron sea una persona tan agradable, pero a su vez trabaja en un lugar tan horrible. Y no hay manera que me crea que exista algún profesor que no sepa de todas las extorsiones y crueldades de la directora, y a su vez nadie mencione en voz alta los castigos más terribles que someten a algunas alumnas. Por suerte nunca me habían castigado de esa forma, pero se sabía de chicas a las que sí y ellas tampoco hablaban de eso.
Me dirigí a mi habitación, aunque por desgracia habría deseado haber esperado unos minutos más ya que en el camino me cruce a Blaire, y por supuesto, cómo no iba a ser incómodo, ambas íbamos al mismo lugar y solo nos miramos por dos segundos como si eso significaba algún tipo de saludo y recorrimos los pasillos en completo silencio salvo el ruido de conversaciones ajenas dentro de las otras habitaciones. Lo bueno era que al cruzar la puerta Maite estaba frustrada por su difícil decisión entre sombras y labiales que quedarán perfectos con su vestido y antifaz, sin dejarnos tiempo para ningún pensamiento antes de asaltarnos con veinte preguntas.
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Abeja Reina:
—¿Sabes? Si dejas de moverte es muy seguro que no te saque un ojo. — Regañe a Blaire que se estaba dejando de maquillar. Tenía potencial incluso con el antifaz. ¡Qué desperdicio de ocasión!
—¿Que no estabas saliendo con el bartender? — Escuche a Adele luego de preguntarle a Blaire si alguien interesante vendría.— Nada oficial.— Dije como si fuera obvio. — Que salga con alguien no significa que realmente salga con alguien. Además, necesito contactos para todo. Ya estás. Te ves estupenda. — Digo sonriente, detestaría desperdiciar una gran oportunidad para maquillar a cualquiera. Llevamos el vestido que queremos, sin mostrar demasiado porque somos alumnas destacadas. Excepto Blaire y Adele. - Además, necesito nuevos contactos. No se van a hacer solos.
Adele viene acompañada de Lena, Liliana se acerca a nosotras alisando su vestido. — Deberías tener cuidado. Hay muchas dealers en el Instituto a las que les molestaría tu comentario — Enarco una ceja ante el comentario de Lena. A mí parecer era como cualquier otra, fingiendo que era una aunque en el fondo fuera otra.
— ¿Sabes? Eso suena a amenaza. — Comentó B mientras se veía las uñas como Lena no le importara, mientras que yo simplemente veía las expresiones de Lena ante eso. Adele le lanzó una mirada feroz a Blaire antes de llevarse a Lena lejos.
—Puedo defenderme sola. — Me señalé a mi misma.
—Por supuesto que puedes, a ver cuando decides hacerlo. — Me regaña.
Varias camionetas negras aparecieron de pronto, en caravana. — Parece que alguien se ha molestado con no ser Lena, la nueva novia de Adele. — Dijo Liliana, B hace una cara de disgusto mientras yo enredo un mechon de su pelo entre mis dedos, B frunce la boca ante su comentario.
Sin embargo, le sonríe a la mojigata. — ¿Por qué querría ser Lena cuando soy Blaire Fénix? — Rió ante lo último, cualquiera diría que está celosa. Y sí lo pensaba mejor, me agradaba la idea de que Adele y Blaire terminaran juntas.
—Vamos, señoritas. — Tome a Lily del brazo. — Subamos antes de que me toque con alguna perra más loca que ustedes.
❃❃❃❃❃
La lluvia de las típicas luces navideñas repartidas en todo en pasillo de la entrada me cegó los ojos en el instante que entre, seguramente se debía a la casi nula iluminación que tuvimos en todo el viaje. Pero tenía que admitir que el lugar se veía realmente hermoso y estaba bien decorado. A pesar de que nosotras éramos las primeras en llegar, se podía notar que iba a ser una gran fiesta.
No tan asombrosa como las que solía hacer yo, pero casi igual de buena.— Toma tu antifaz. — Le extendí su antifaz y me puse el mío. Si bien todas todas teníamos los mismos, el de nosotras tenía un toque de encaje que lo hacía más elegante.
—Gracias. — Dijo Lily, quien se lo había dejado en habitación y yo se lo había encontrado.
— Lo tenía preparado pero cuando salí me olvidé completamente.
— Es por que están en las nubes. — Suspire frustrada. — La única cosa realmente interesante que tenemos de parte del instituto y a ustedes les importa un carajo.
Soy consciente de que una parte mía está algo molesta porque todas mis compañeras de cuarto tienen sus secretos y yo no sé de qué se tratan.
En mis tiempos dorados sabía los chismes de todo el mundo, pero ahora vivía con 3 chicas que andan siempre en modo sospechosas y no me puedo enterar de absolutamente nada. Es mucho más estresante el hecho de que viendo la guerra interna que existe entre ellas, mientras que yo practicamente soy la amiga de todas.
De todas formas, la otra parte de mi me reta por ser un poco egoísta y pretender que mi vida acá sea igual que a la que tenía afuera, no podía esperar saber siempre todo y de todos, menos en un lugar donde hay secretos por todos lados. Por ahora era suficiente el respeto que me tenían el resto de mis compañeras.
— Algunas de nosotras tenemos otras cosas en las que pensar aparte de las fiestas. — Contestó.
— Disculpala, estoy segura de que no está acostumbrada a preocuparse por los problemas reales que trae la vida REAL. — Se escuchó una voz bastante irritante.Todo este tiempo dentro del instituto había hecho un buen trabajo evitando a Bridgette, mi antigua compañera de colegio. Pero está claro que no se puede escapar de alguien por toda la vida.
— ¿Ahora te dedicas a meterte en conversaciones ajenas? Querida, cada vez tenes menos modales.— Maldita estúpida.
— Escuchen, si va a ver una especie de pelea de perras, creo que me voy a retirar. Ya tuve suficiente de peleas. — Lily me miró con una ligera sonrisa antes de irse.
— No me quiero imaginar que habrás hecho para venir como representante, todos sabemos que tu lugar original es la servidumbre.
— Muy obvia Bridgette, muy obvia. ¿Acaso no se te ocurren insultos mejores? — Cuestione amargada.
— Las cosas como son. — Se justificó.
Siempre fue muy típico de ella creer que era mejor que yo sólo porque ella sí había nacido en cuna de oro. Sin embargo lo que más le sacaba de quicio era que a pesar de eso, yo era mejor que ella en todo. Había que aceptarlo, me juntaba con mejor gente, tenía las mejores fiestas y en poco tiempo pude convertirme en la reina de nuestro colegio y sacarle su lugar. Tu rencor es muy entendible, Brid.
Lo que no era entendible que es que siga creyendo que soy su proyecto de venganza, después de todo yo gané porque si tengo carisma, un poco al estilo Regina George pero sin tantas puñaladas por la espalda. Ella sólo era una bully chillona como la copia barata o la segunda parte de Chicas pesadas, y yo nunca me dejaría intimidar por una bully.
— Mirándote, está más que claro que cualquier zorra puede actuar como buena alumna. — Dije y antes de que pudiera acotar algo más la Srita. Wilde interrumpió nuestra agradable charla.
— Chicas, por favor, si no es mucha molestia dejen el chusmerio para después. Esta llegando mucha gente. Es su responsabilidad como representantes hacerlos sentir cómodos. Así que circulen. —Ordeno y se fue a lo que yo supongo molestar a otras chicas que también estaban en grupo.✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾
Mojigata:
El lugar en donde se estaba haciendo la recaudación era inmenso, al igual que deslumbrante. Me encanta el gran candelabro central iluminando todo el lugar, las decoraciones navideñas y cortinas de terciopelo me hacían recordar las navidades con mi familia. Toda la tensión que tenía en el cuerpo se fue aplacando poco a poco y me sentía como en casa.— Lily. — La voz de mi madre me despertó de mis pequeños pensamientos.
— Madre. — Sonreí al verla junto al brazo de mi hermano — ¡Chris! — dije emocionada y salí rápidamente hacia ellos para luego ser abrazada con fuerza por mi hermano.
— Como me haces falta hermanita. — Sonrió Chris para luego darme un beso en la frente.
— El lugar está precioso. — Sonrió sin dejar de apreciar cada detalle del lugar. Mi madre también me abrazó con delicadeza. Extrañaba sus abrazos y su calor maternal.
— Tú padre junto con la directora se esmeraron para conseguirlo a tiempo para el evento cariño. — Escuchar nombrar a mi padre y a la directora en la misma frase hizo que un nudo en el estómago apareciera.
— Hablando de mi padre ¿Dónde está? — Pregunte algo ansiosa pensando lo peor.
— Está hablando con la directora. — Sonrió ingenua — Arreglando los últimos detalles del evento. Para tener todo perfecto antes de que los invitados lleguen. — Vi el rostro de mi madre destilando ignorancia por la situación de mi padre y la directora me sentía tan impotente.— ¿Estas bien, hermanita? — Christopher noto mi ansiedad inmediatamente. Puso su mano sobre mi hombre desnudo y note los ojos mi madre penetrándome. Sonreí amargamente y negué con la cabeza.
— ¿Porque Abigail no los acompaña? — Intente desviar su preocupación por mí.
— Mencionó que venía con Víctor como a las 10 de las noche — Empecé a jugar con mis pulgares mientras me mordía el labio.
— Ya casi van hacer las 8. — Exclamó mi madre emocionada — Voy a buscar a tu padre para estar al lado de él cuando lleguen los invitados. No se le olviden también estar presentes niños. — Beso mi mejilla delicadamente para luego retirarse.
— A mi no puedes engañarme, hermanita. — Christopher tomó mi mano impidiendo que me escapara y me llevó a una rincón para que nadie nos escuchara. — Sabes que puedes confiar en mí. — Me quedé en silencio por unos segundos para luego mirarlo con dolor.
— Creo que papá está engañando a mamá. — Christopher sonrió primero para luego alargar una carcajada.
— ¿Eso es lo que te preocupa? — Su voz sonaba arrogante y yo solo podía verlo confundida, no entendía porque la situación le provocaba risa.— ¿Por qué crees que Carl no es duro conmigo? — Abrí los ojos como platos — Conozco a todas sus amantes. Lo descubrí por primera vez cuando tenía doce, estaba tirándose a una de las empleadas de la casa, en el garage.
— ¿Todos estos años has sido consciente de la infidelidad de nuestro padre? — Lo interrumpí sorprendida. No podía creer que Christopher supiera de esto — ¿Porque no le dijiste a mamá?— ¿Para qué? ¿Para que nos separaran? ¿Para que nuestros abuelos nos quitaran de todas las propiedades y dejarnos en la ruina? — Le di una cachetada en la mejilla desesperada por lo estaba diciendo me sentía con un arranque de ira incontrolado.
— ¿Sólo te importa eso? ¿Sólo te importa el dinero? — Christopher me miró sorprendido por mi acción tocándose la mejilla rojiza.— No seas ingenua, Liliana. — Con sus dedos me empujo con fuerza. — Mamá ya sabe de sus infidelidades y siempre se las perdonas por el mismo motivo. No quiere dejar los lujos de lado. Mamá es una perra sedienta de dinero, al igual que tú y Abigail.
Acaricié una de mis clavículas adolorida mientra el miedo me recorría en el cuerpo. Christopher sólo me miró con el ceño fruncido despidiendo odio, para luego irse sin decir palabra alguna. No sabia que acaba de pasar, pero no me sentía culpable. Estaba harta de que la familia siempre fuera una máscara social, pero en parte así habíamos sobrevivido todos estos años.
— Señorita Sorrento, los invitados están por aproximándose y sus padres piden su presencia en la entrada principal inmediatamente. — La voz de Carlos me hizo sentir inquieta. No esperaba que mi padre trajera a su guardaespaldas a la recaudación.
— Gracias, Carlos — El guardaespaldas me hizo una señal para que lo siguiera. — ¿Como te ha ido, Carlos? — Pregunté algo apenada.— Todo bien — respondió algo seco, lo cual me hizo sentir culpable. Por unos minutos el silencio se hizo presente y la ansiedad volvía a mi cuerpo.
Carlos carraspeó su garganta un momento y se paró en seco haciendo que me estrellara con su espalda.— Lo siento.
— Gracias por hablar con tu padre para que no me despidieran. — Pude ver como apretó sus puños
— Intente agradecer antes, pero no contestabas mis mensajes o llamadas.
— No agradezcas — interrumpí — Al final todo fue mi culpa. Si te hubiera hecho caso las cosas no se hubieran salido de control. No podía dejar que te despidieran por mis caprichos. — Él sonrió y mis mejillas se calentaron; era un sentimiento incontrolable que aún a pesar de los años seguía apareciendo.— Me alegra también que estés bien. — Sonreí tímidamente ante su preocupación.
— Me entere que te casaste y tienes un bebé. — Carlos se rió un poco llevándose la mano a la nuca.
— Cariño — Escuche la voz de mi madre — Ya es hora. — Paró en seco al ver de reojo a Carlos. Frunció los labios molesta. — Carlos.
— Sra. Sorrento, su marido me pidió el favor de escoltar a la señorita Liliana hasta la entrada.— Vamos madre — La tome del brazo obligándola a caminar. No quería que hiciera una escena — No queremos hacer esperar a los invitados.
Nos alejamos de Carlos lo más rápido posible.
Entendía que mi madre se sintiera tensa cada vez que trataba con él, pero yo ya no era una niña y ya no existía más que vagos recuerdos entre los dos; que solo se quedaban en eso recuerdos. Entre las acompañantes podía ver a Maite con una gran sonrisa y tomando la mano de todo el mundo: maestros, padres, empresarios, accionistas y demás. Y dentro de los invitados pude divisar a la familia de Cameron y esté incluido. Cameron no dudo en acercarse y yo no podía salir corriendo ya que las miradas de mis padres me penetraban intensamente esperando que me comportara con diplomacia.
— Exquisita y elegante como siempre. — Cameron exclamó con una sonrisa pícara mientras tomaba mi mano para besarla.— Tiene que ser una broma. — Quite mi mano bruscamente antes de que pusiera tocarme con sus asquerosos labios — ¿Qué rayos haces aquí, Cameron?
— Cariño — Dijo entre dientes mi madre para evitar levantar la voz.— Tu padre invito a mi familia. — Llevo sus manos a los bolsillos de su pantalón de Calvin Klein. — Como una disculpa por la escena del último evento. Déjame decirte que el haber desaparecido te ha sentado muy bien. — Examino mi cuerpo como un pedazo de carne. Las orejas se me calentaron de la rabia.
— Y es honor tenerlos en esta espléndida noche. — Habló mi padre apretando la mano del padre de Cameron con fuerza, para luego saludar de beso en la mejilla a su pareja.
— Liliana no te veía desde... — Hizo una pausa intentando encontrar la palabra adecuada.
— Desde que su hijo intentó sobrepasarse conmigo. — Corte su silencio mientras fruncía los labios. Mis padres y los padres de Cameron me quedaron viendo con la boca abierta.
— Cielo, pero que cosas dices — Mi madre apretó mi brazo con fuerza lastimándome en el proceso — Estoy segura que Cameron solo intentaba bromear y lo mal interpretaste.
— Deberías disculparte ahora mismo. — Ordenó mi padre. Cameron simplemente disfrutaba el espectáculo.
— No lo voy hacer. — Me solté del agarre de mi madre con fuerza. — Imbécil.— Susurre alejándome lo antes posible de todos ellos. Sentía un nudo en la garganta ante tanta mierda en pocos minutos y aún no estábamos ni a mitad del evento.
Sentí la necesidad de esconderme en el baño, y estaba agradecida que pudiera sentarme en el pulcro piso para intentar contenerme y poder pasar la noche sin necesidad de peleas, pero con todo lo que sucedía no sabía si podía tragarme todos estos sentimientos. Mire el reloj que descansaba arriba del espejo. Solo había pasado unos pocos minutos y no podía esconderme aquí para siempre. Al menos podría tratar de ignorar a Cameron, o ir a pasar el resto de la velada con las chicas que estaban sirviendo. Después de casi una hora de analizar la situación en que me enfrentaría, me levanté de un salto y salí del baño con paso firme.
❃❃❃❃❃
— Es encantador verte colaborando con estas … — Hizo una mueca despectiva mirando a las chicas que servían a las personas del evento — Chicas tan problemáticas. — Finjo sonreir mientras la señora tomaba de su copa de champán.
— Señorita Sorrento. — La voz del profesor Phillips me sorprendió, pero estaba agradecida de que llegara a mi rescate aunque él no lo supiera.— Phillips pensé que no vendrías al evento. — Me tense un poco mientras la señora apretaba el brazo de este con una gran sonrisa en la cara. vieja aprovechada pensé torciendo mi boca algo celosa.
— Quería revisar el estado de mis estudiantes. — Me miró con una sonrisa de medio lado, sonreí tímidamente aunque para ser sincera aun seguía molesta por lo del bar.— ¿Qué hay de Mónica?¿Donde dejaste a tu prometida? — Me tense al escuchar la palabra prometida. ¿Qué mierda estás hablando mujer? pensé casi en shock mientras me mordía el labio inferior.
— Creo que esto es algo personal — Dije con falsa cortesía.— Es mejor si me retiro atender otros invitados. Un gusto verlo profesor Philips, espero disfrute si velada.— Liliana. — quería quedarme, pero debía pensar en el sentimiento de tristeza que me estaba abundando en este momento. Me molestaba tener estos sentimientos, y no poderlos expresar sin pensar en las consecuencias.
Sonríe, y no te quejes. Debes ser perfecta.✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾✾
Mala Hierba:
Debíamos estar en el clímax de la celebración, la mayoría se encontraba en el centro de la pista, otros bebiendo en las barras que se habían montado y los solteros codiciados a los que se pretendía impresionar se encontraban a lado de unas mesas compartiendo momentos con las adoradas hijas del Instituto Fénix.Encontraba un poco estimulante el hecho de que todos tengamos antifaces e intentó descifrar quienes son, debía conocer a la mayoría, mi madre era una ciudadana involucrada con Lincoln City.
Mi madre quién no pasaba de desapercibida, merodeaba todo con la elegancia de una gacela; llevaba un precioso antifaz verde del mismo color que el vestido que la hacía lucir exquisita, ella lo sabía, yo lo sabía, debajo de esa fachada de “directora” se escondía una mujer de carácter fuerte lista para la adversidad.
Miró a mi alrededor mientras sostengo una charola vacía, y pasando de antifaz en antifaz me encuentro a unos ojos azul grisáceo inconfundibles que me hacen perder la respiración y quedarme quieta por la impresión, y aunque él no me mire siento como mis piernas luchan por no doblarse, él la mira con intensidad y le ve irse casi al mismo tiempo en el que él mueve un pie en dirección a la mía sin quitarle el ojo a mi madre.
Era inconfundible; su porte, las facciones debajo del antifaz.
Todo él y sus recuerdos son una ola inmensa, a pesar de eso me aparto de su camino esperando no llamar su atención pero la siguiente canción provoca que los invitados busquen a sus parejas y me vea envuelta entre empujones y pisotones discretos del baile perdiendo el rastro de un fantasma de mi vida.
Mi padre.
Me dedico a caminar lejos de la pista, intentando alejar ese impulso estúpido de buscarlo entre las personas por inercia, me enfoco en tomar las copas y acomodarlas en la charola para llevarlas a lavar.
Liliana camina hacia mí en cuanto me ve, en su rostro se refleja un poco de alivio por alguna extraña razón. — Estoy segura de que Maite tenía altas expectativas de este baile. — Dice aligerando el ambiente, bebo lo que queda de una copa rápidamente antes de ponerla en la charola.
— ¿Qué tal te va siendo la putita de todos? — Suelto en broma, ella lo capta pero se limita a darme un vaso de la mesa de a lado.
— Creo que prefiero el término acompañante. — Suelta un suspiro. —Tengo la ligera sospecha de que toda mi vida ha sido una mentira. — Le hago una señal para que me siga a la siguiente mesa. — Y que a la única a la que le mienten es a mí. — Superalo, princesa. La gente miente, sólo hay que saber mentir mejor que los demás. — Por encima de su hombro, logro ver a Adele quién también me ve de manera seria sin mucho afán (porque en este momento no soy su persona favorita) y sigue con lo suyo.
— O no mentir. — Asiento. — ¿Si supieras algo sobre alguien que me importa, me lo dirías?— Me pregunta de pronto, se juega un poco el cabello de manera nerviosa pero me mira directamente a los ojos.Me lo pienso un poco aunque no tenga mucho que pensar. — Me ayudaste a pesar de lo que te he hecho. Así que sí. Te lo diría. — Relajo un poco mi mandíbula y le sonrió. — ¿A qué viene todo esto? Como puedes ver me encuentro ocupada siendo la servidumbre de los codiciados.
— Creo que he visto a … creo que he visto a … — Me cruzo de brazos esperando a que lo suelte.
— Oye tú. — Dice alguien a mis espaldas, la profesora Wilde, de etiqueta y protocolo apareció a mi lado, discretamente me tomó del brazo y sentí como me pellizcaba. — Querida, si te veo holgazaneando y distrayendo a las demás, haré que pases una semana en los solitarios. ¿Quedó claro? — Asentí sobandome antes de mirar cómo se iba casi tan rápido como llegó. Tome las estúpidas copas y las lleve a la cocina para volver a salir, esta vez ofreciendo un poco de champaña. ❃❃❃❃❃❃
Maite me hace señas discretamente, dejó de servir antes de derramar un poco a la mujer de vestido dorado, que me recuerda mucho a Liliana. — Ya puedes retirarte, gracias. — Dice ella, moviendo su mano para que me vaya, me colocó tras de la abeja reina fingiendo que estoy buscando a quién servir. —¿Dime, has visto a tu Romeo? — Me pregunta por lo bajo.
—En primera, Romeo y Julieta está sobrevalorado. Segundo, creo que esperaba algo más estimulante de tu parte, sólo harás que me castiguen. — Maite me mira preocupada.
— Tengo la ligera sospecha de que la mojigata de Liliana está teniendo una leve discusión con él. — Sin ser consciente, me encuentro siguiéndola por mera curiosidad y una pequeña parte de mi preocupación.
En efecto Liliana le dice algo a Benjamín, en una zona apartada y discreta pero no tanto para no llamar la atención, él quien sólo está cruzado de brazos escuchándola; se le nota molesto bajo ese antifaz negro que hace lucir su piel más pálida de lo que en verdad es. — Sostén esto. — Maite se queda muy atrás de mí como para escuchar pero lo suficientemente cerca para observar la escena.
— No es de tu interés. ¿Además si lo fuera porque no es ella la que me está reclamando? — Liliana coloca un dedo en el pecho de Benjamín.
— Eres un idiota si crees que me voy a tragar lo de no es lo que parece porque lo que vi sí fue exactamente lo que pareció. — Reclama Lily, tan molesta como cuando me insulta y se deja llevar.
Benjamín ya me tiene dentro de su campo visual, los reflectores de luces guinda hacen que no distinga su mirada esmeralda y que lo que sea que esté a punto de presenciar no parezca real.— Eres un idiota ¿Sabes por qué? — Lily tiene sus manos hechas puños, una punzada de pánico me invade el cuerpo que sólo comienzo a escuchar lo más importante.No puedo dejar de mirar a Benjamín, asustada. Liliana, no.
— Porque ella acaba de tener un maldito aborto.
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¡Yei! Al fin, está la primera parte del especial. Chicas, me alegra mucho haber escrito esto con ustedes, no me imagino haciendo esta novela con alguien más. En lo personal, como ya se los dije, creo que nuestras partes y personalidades se complementaron muy bien, además creo que las ideas fluyeron demasiado para este Especial. Gracias de nuevo, y las leo pronto por todos lados.
Última edición por lovesick el Vie 06 Sep 2019, 6:59 pm, editado 2 veces
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Adele:
— JASMIN — Grite dos o tres veces a la chica que me daba la espalda hasta que se dio vuelta hacia mi. — Falta hielo en el barril de las botellas ¿Podrías ir a buscar un poco más por favor? — Pregunte con una simpática y suplicante sonrisa.
— ¿Te rompieron las piernas? — Me miró de mala forma. — Anda a buscar vos.
En general, lograba que la gente hiciera lo que le pedía sin problemas y realmente no me llevaba mal con nadie del internado, excepto mis pesadas compañeras de cuarto. Pero el dia de hoy estaban todas revolucionadas porque la mayoría de los padres estaban presentes en la fiesta, y mientras que algunas querían pretender que eran las niñas perfectas para que las liberen de la prisión, otras esperan que sus familias hicieran como si ellas no existieran y evitarlos a toda costa. Así que en mi defensa esta abrupta y grosera respuesta no tenía nada que ver conmigo. Entonces lamentablemente tenía que recurrir a la extorsión.
— Mira linda, espero que empieces a bajar tu mal humor porque seamos realistas, la que tiene todas las de perder sos vos. — Comencé mi amenaza. No es que me gustara usar estas tácticas, normalmente prefería manipular a las personas para que crean que les parece bien hacer lo que yo quiere, asi podia mantener un buen trato, pero hoy no tenía ni tiempo ni ganas como para invertirlo es esta chica. — Sabemos que yo no voy a salir del internado en un buen tiempo, recién entro. Pero vos… Estoy segura de que serias la más perjudicada si hago un escándalo, seguro a tus papis les fascina la idea de que si hija tiene una pelea en la fiesta y estoy de humor para una pelea. — La desafíe.
— Toma esto. — Me dio con bronca su bandeja vacía antes de irse.
Durante gran parte de la noche me dediqué a levantar vasos, copas y restos de basura. Era mejor eso que interactuar con las personas ofreciéndoles cosas. Cada tanto insultaba a algún idiota que se pasaba a mi lado sin tener en cuenta mi bandeja repleta o a los que se amontonan y no dejaban pasar. No puedo llevar la cuenta de cuantas veces pedí permiso y cuantas veces me ignoraron, mi paciencia se agotaba. Pero lo peor de todo no eran las personas excesivamente elegantes, lo que mas me tenia alterada era que había visto a mi padre y no me había dirigido la palabra por ahora, pero su gesto de sonreír y levantar la copa hacia mí sólo me advertía que en segundos se avecinaba su tormento. Tenía la esperanza de que con las máscaras no me reconociera, pero ¿porque tener esperanzas? Pensé en darme la vuelta y escapar entre la multitud, pero sabía que eso era inútil y a pesar de que estaba tentada mientras miraba todos los espacios por donde podría escapar, me quedé inmóvil mientras mi padre se acercaba.
—¡Hija mía! Que preciosa estas. — Me dio un abrazo que hubiera podido engañar a cualquiera. — Nos haces falta en la casa. — Otra vez, más mentiras.
Mi padre siempre fue muy bueno engañando y manipulando, era muy fácil creerle. Por suerte ya no caía en sus trampas.
— No creí que vinieras ¿No tenias eventos más importantes a los cuales asistir? — Termine con la actuación.
— Claro, pero la verdad es que tu hermana estaba demasiado insistente y me dijo que si no venía yo, iba a venir ella. — Explicó.
— Y por supuesto, es preferible venir y asegurarte que me tengan controlada por tu cuenta que arriesgarse a que venga Carol y tenga una conversación frente conmigo. — Agarré una copa de champaña de la bandeja y me la tomé de golpe. — Contra una de tus hijas es muy fácil enfrentarse, la tratas de loca y se acabó el problema, siempre hay una loca en las grandes familias, pero ¿Qué pasaría si tus dos hijas se ponen en tu contra? No creo que se te sea tan fácil.
Aún sonriente acercó su mano a mi rostro y me quito el antifaz.
— Cariño ¿No te viste al espejo estos días? Pareces muy enferma con esas ojeras. ¿Realmente crees que hay alguna oportunidad en la que tu hermana te crea? — Se estaba burlando de mi.
— Creo que la estás subestimado, si nos viéramos se pondría de mi lado y te podríamos enfrentar.
— Y ahí está mi gran ventaja en el asunto. Ustedes no se hablan hace años, o al menos una conversación decente. Con tu estado y después de todo lo que hiciste ella cree que esto es lo mejor. — Explico.
La ira se apoderaba de mi. Estaba segura de que él ya no tenia ningun poder sobre mí y en mi cabeza, pero estaba equivocada. Lo quiera o no todavía me veía afectada por sus palabras. Mi hermana y yo casi no hablamos, era cierto. Aunque pudiera comunicarme con ella nadie me podía asegurar que me crea o se ponga de mi lado, eso también era cierto.
Aleje mi vista de la suya por un segundo, quiza asi podria recuperar la valentía que poco a poco iba perdiendo. Entre la multitud pude divisar a Blaire no muy lejos mio, parecia que estaba teniendo una discusión muy acalorada con el perfecto. Aparentemente no era la única que estaba teniendo una noche de mierda. Cerca de ellos se encontraba Maite quien observaba también la situación de la ahora no tan pareja con cara de desaprobación. Intente inconscientemente encontrar a Lily sin tener éxito, no sabia por que pero por el dia de hoy ellas eran lo único real que tenía, saber que estaban en la misma habitación de daba un poco de fuerza.
— No vas a poder evitar que nos veamos toda la vida — Le advertí intentando sonar confiada.
— Tampoco es que tuviera que hacer demasiado ¿No te das cuenta? Miras en a tu hermana como la veías a tu madre: Una mujer noble y sensible cegadas por todo el amor que tienen. — Hizo una pequeña pausa para tomar un trago de su copa. — Cuando en realidad ambas siempre fueron conscientes de la vida que tenían y de cómo eran las cosas, y siempre estuvieron muy conformes con eso.
— No te voy a permitir que hables mal de ellas. — El odio había inundado todo mi ser.
— Digo las cosas como son, y en el fondo lo sabes… ¿Nunca pensaste que yo soy el único que se preocupa por vos? Al fin y al cabo, el único que esta soy yo, ni tu tonta noviecita de barrio.
— Si le hiciste algo…
— ¡Deja ya las amenazas por favor! — Exclamó. — A esa chica no le costó mucho decidir entre vos y una gran cantidad de dinero que le va a servir por muchos años. Y no hace falta que grites. — Me callo antes de que pudiera decir algo. — No hace falta que me creas, solo hace falta que averigües que a esta altura ya ni siquiera está en el país, recuerdo haberle comprado un pasaje para este mes. — Informo.
— No puede ser. — Dije más para mi misma.
Una parte de mi sabía que era cierto, desde hacía mucho era consciente de que algo pasaba y de que ella prácticamente me había dejado, solo que me negaba creer que era a causa de plata.
— Linda, espero que pronto te hagas a la idea de que el único que esta soy yo. — Explico como si eso fuera un consuelo. — Y que aparte de mi estas sola.
Como si de un verdadero padre se tratara me dio un abrazo, aunque sin una pizca de cariño. Yo me quedé inmóvil inclusive hasta cuando se despidió y no pude moverme hasta perderlo de vista. Me sentía una idiota por haber sido tan afectada por sus palabras, y por saber que a pesar de ser horribles eran ciertas. Mi hermana nunca había intentado hablar conmigo antes o después de que entrara al instituto y Emilia había ignorado todos los intentos de mi parte por comunicarme con ella. Tenía que dejar todo mi pasado atrás y comenzar de nuevo, solo que encerrada en el instituto no lo iba a lograr.
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Blaire:
— ¡No! — Ben quería gritar pero sólo arrastró los dientes. — ¿Cómo pudiste no decirme algo tan importante? — Se había levantado el antifaz manteniéndolo encima de su cabello, podía ver todas las expresiones de su rostro. Odio. Frustración. Ira. Tristeza.
— Oh, no. No quisiste escucharme y cuando lo hiciste no me creíste. ¡Estabas tan ocupado cazándome! ¡Defendiendo a otros pero no a mí! — Mantenía su expresión seria pero su mirada lo delataba. — Te lo dije, Ben. Explícitamente te dije que mi periodo no llegaba.
—¿Cómo podía creerte, Blaire? Estabas actuando de manera estúpida, como si fueras imparable, llena de mentiras, luego tu castigo, actuabas como si yo no fuera suficiente. — Benjamín se mordió el interior de la mejilla antes de pasarse los dedos por uno de sus ojos. — Era mi bebé, también. Y tú fuíste increíblemente egoísta. Tú simplemente…
Evite mirarlo y fije mi vista buscando un punto para no llorar. — Dilo, Benjamín. Vamos, dilo. — Pedí nerviosamente.
— ¡Lo abortaste! Mierda, Blaire. Lo abortaste. — Su voz se fue apagando, carraspeo un poco para quitarse el nudo de la garganta. — Mirame cuando te hablo. — No quería hacerlo, no iba a sentir culpa por algo que al final de cuentas era lo mejor para todos, incluso para Ben aunque no quisiera aceptarlo en este momento. —QUE ME MIRES CUANDO TE HABLO — Puso su mano en mi barbilla obligándome a verlo. — Al menos dime que lo dudaste un poco.
Los ojos de Ben se veían cristalizados. — Por supuesto que sí. — Aparte su mano de mi barbilla de un manotazo.— En el mejor de los casos mi madre lo habría dado en adopción o te habría pagado para que te fueras con él… lejos de mí. — Se abstiene de dar un golpe en la pared.
— Ah, no lo sé. — Su tono era sarcástico y no pudo evitar poner los ojos en blanco mientras se cruzaba de brazos. — Tal vez eso hubiera sido lo mejor. — Su mirada se vuelve arisca, se acomoda de nuevo el antifaz y mete las manos en los bolsillos de sus pantalones de tela negros. — Liliana me vio besando a Mia en la pista. — Él era el hombre que me había salvado la vida y ahora … había besado a aquella que fornico con mi padre.
Me alejé de él. — Al menos lo sabes por mi. — Su voz se relaja antes de sonreír de manera amarga, por unos instantes me hace sentir intimidada y por supuesto, hecha mierda.
Tomó lo poco que quedaba en una copa de Borgoña y se lo lanzó directo a la cara. — ¡Vete a la mierda, Benjamín! — Las gotas del líquido escurren por sus mejillas, Adele y Maite sólo sostienen la charola.
— ¿B?
— Ahora no, Maite.
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Maite:
— Entonces si me lo permite, déjeme conseguirle un poco. — Sonreí, rogando con todo el corazón que dijera que sí y me dejara ir; hombre, más allá de los 50 y con poca actitud de fiesta me estaba aburriendo con su plática sobre la venta de su caballo. — Verá que le consigo ese vino que tanto le gusto o algo mejor.
Vamos, señor. Déjeme ir, por amor de Dios. — Está bien, querida. — Dicho eso no me costó nada alejarme de él y caminar hacia la cocina donde robe uno que otro aperitivo sin embargo mi disgusto fue evidente cuando vi que tiraban toda una charola de bocadillos únicamente porque tenían mostaza en vez de mayonesa.
¿La comida no debe desperdiciarse o sí? — Escuché la voz de Brid tras de mí, no sabía si yo la odiaba más o Chloe a juzgar por su expresión, traía su charola del almuerzo lo cual era raro. Ella odiaba la comida de la cafetería.
—Bridgett ¿Por qué no te largas a vivir tu asombrosa vida llena de excesos a otro lado? — Señaló Chloe a la charola con una sonrisa. — Y maldecirnos sin tu presencia. Oh, no. Mi vida será tan miserable sin ti. — Ahogué una risa.
—Exactamente, Chlo. Ya que tengo demasiada comida, creí que debía… — Sentí como un poco de batido me caía sobre el cabello, incluso sentí como terminaba de derramar su jugo por dentro del cuello de mi blusa lo cual resultaba estúpido porque de todos modos me empaparia si lo derramara por encima. — Hacer servicio comunitario. Buen provecho, perra.
Bueno, Bridgett. Lo que no te mata te hace más fuerte.
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Adele no pudo evitar arrugar su rostro, molesta de que yo estuviera descansando tras una de la cortinas de las ventanales observando a lo lejos al señor que acompañaba hace un tiempo. Se acercó a mí mientras vigilaba que algún profesor la viera. — ¿Por qué a ti nunca te atrapan rompiendo las reglas?
— No lo sé. Soy grandiosa. — Conteste mirando como sobaba uno de sus pies, apostaba a que los tacones no eran sus mejores aliados. — Por cierto, si escuchas que están dando bocadillos de mostaza, no comas nada de eso. Creeme.
— ¿Por qué? ¿Están envenenados o algo? — Dice recargándose en la pared mirando la fiesta con un poco de odio, mirá por detrás de la cortina e intenta abrir las ventanas pero no son de las que se abren.
— Mejor aún, yo misma lo recogí del basurero.— Adele giró a verme esperando a que en cualquier momento le dijera que es mentira. — Espero que Bridgett coma de mi mierda, porque la comida no debe desperdiciarse.
Blaire camina con paso decidido a algún lugar, sé que es ella por su manera de caminar. — Blaire. — Le hablo cuando pasa frente a nosotras. Ella se detiene y se acerca del mismo modo que Adele, se levanta el antifaz y se limpia las mejillas. — ¿A donde ibas?
— Es buen momento para largarme de aquí, ya no hay nada que me detenga. — Dijo bajando la voz. — A menos que quieras quedarte, ignora esto. — Adele se asomo por detrás de la cortina, ambas se quedaron calladas, hasta que Blaire suspiró pasándose una mano por el cabello.— Estoy saldando cuentas, así que llevaré a Liliana conmigo. — Un intento de sonrisa quería aparecer en su rostro pero parecía que su mente iba a mil por hora. — ¿Vendrás, A?
—¿Eres tonta, ciega o ambas? Las entradas están llenas de guardias. ¿Cómo planeas hacer eso? — Adele estaba igual de interesada que yo, aunque una parte de mi me decía que estaba preocupada por la estupidez que haría, B. “No lo hagas, confía en tus padres.” — Además te verán salir. — “Saldrás pronto”. Adele movió la cabeza en negación.— Buena suerte con tu castigo.
Escuchamos una serie de aplausos mientras veíamos a su madre y al padre de Lily subir a la tarima. Blaire no pudo evitar arrugar su frente mientras su entrecejo se frunció y se mordía los labios. — Voy a incendiar este lugar. —Señaló Blaire antes de volver a vernos. Adele no confiaba en ella pero al igual que yo sabíamos que B ya lo había decidido, no iba a volver al instituto.
— Antes de eso deben de encontrar a Liliana. —A no sabía si ir, se sentía más tentada que yo.
— ¿Alguien la ha visto? — preguntó Blaire sería. Negué con mi cabeza mientras que Adele sólo frunció sus hombros indiferente ante la pregunta.
— ¿Qué pasa si Liliana no quiere venir? — Preguntó Adele vigilando por la cortina que nadie se acercara mientras platicabamos. No decía que sí pero tampoco decía que no.
— No creo que nos delate. — La defendí inmediatamente. Vamos, A. Hablamos de la mojigata.
— ¿Cómo sabes eso? — frunció la frente Adele aún escéptica de que Liliana se quedará callada en el dado caso que no quisiera ir con nosotras.
— Puede ser una estirada y aparentar ser miss perfection pero no nos va delatar — ahora Blaire era quien hablaba. Me sorprendía como Blaire hablaba de Liliana. Las amistades llegaban de lugares inesperados.
—Iré contigo. — ¿Qué acabas de decir?
— Me mandan un texto si la encuentran, y nos vemos de nuevo aquí — Adele y yo asentimos decididas y nos separamos en búsqueda de Lily.
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Blaire:
— ¿La encontraste? — Me pregunta Adele, quien trae una botella de whisky vacía. Niego — Mierda. Tengo la impresión de que entre más nos tardemos, es más posible que nos atrapen.
— ¿Así que vendrás? Creí que no estabas segura. — Le preguntó un poco interesada, dejando de mirar a los alrededores para mirarla a ella. Nos encontramos en un pequeño armario cerca de los baños, donde sólo había cajas con los vinos y la mayoría de las bebidas que no necesitaban refrigeración.
Enarca una ceja — No pienso morir incinerada. Además si sobrevivo no me apetece la idea de quedarme con la maldita… con la directora.
— La pobre Lena estará devastada — Suelto esperando ver su reacción, inclina un poco la cabeza.
— Te aseguro que tu madre lo estará aún más. — Se encoge de hombros. No puedo evitar reír un poco, pero con todos los sentimientos encontrados, me detengo y cierro los ojos para tranquilizarme — La Blaire que yo conozco no dejaría que unas cuantas lágrimas le arruinen sus planes. — Lleva algunos de mis cabellos detrás de la oreja y roza mi mejilla suavemente.
— No lo harán — Afirmo, inhalo y exhalo para volver a ser yo.
—Bien — Comenta ella como si mi respuesta la hubiera tranquilizado, me iba a largar de aquí como diera lugar. — Porque estoy segura de que podría haberse ganado mi libertad contando lo tuyo con el perfecto, y si que estuve tentada, pero en cambio, decidí apostar por vos, asi que espero que valgas la pena.
— Bien — Vuelvo a decir yo — Adele, lamento lo de las pastillas. Sé que parte de eso es mi culpa y que posiblemente me esté disculpando porque me acaba de pasar algo malo que tal vez me merecía.
Ella me da la botella para que la meta en la caja que está debajo de un estante y al mismo tiempo saco otra. — Si, sueles hacer cosas que lastiman a los demás… — Suelta antes de que le ponga la botella contra su pecho con un poco de fuerza — Pero también otras que no. — Dicho eso, aparta la botella hacia un lado y simplemente se estira para llegar tan cerca de mi boca sin besarme, sólo lo necesario para que yo sienta casi el roce de sus labios, que por necesidad yo beso.
No puedo evitar buscar y sentir un poco de reconfortamiento en ella; en sus manos que están alrededor de mi cintura y las mías tocando su rostro, en sus labios tan delicados y suaves. Nuestro beso es sublime y cálido. Como la de dos amigas que se dan calma una a la otra, pero eso cálido simplemente se vuelve más intenso.
No sé qué es lo que le ha pasado a Adele, pero una parte de mí me dice que al igual que todas las demás, no lo ha disfrutado mucho. No tengo claro en qué momento soy yo la que comienza a besar su cuello, mientras ella baja sus manos a mis muslos sintiendo como mi corazón comienza a latir más fuerte. Quiero decirle que cierre la puerta. — Deberíamos seguir buscando a Liliana. — Dice antes de que llegue a más. Se lo agradezco mientras respiro de manera pesada intentando recuperar el aire puesto que aún sigue siendo vital, ahora sé porqué la gente recurre al sexo después de una ruptura.
Asiento. Toma de nuevo la botella y simplemente me da un vistazo rápido antes de irse. Salgo unos minutos después de ella e intentó apresurar mi paso, vamos mojigata ¿en dónde mierda te metiste?
— Liliana. Dame una señal. — Susurro paseandome de nuevo entre las personas.
— ¿Por qué la Srita. Sorrento debería darle una señal? — Pregunta una voz conocida tras de mí. Oh, maldición. — Ah, Srta. Fenix. Debí imaginarlo. — No parece feliz de verme y sé que no me va a dejar ir sin explicación alguna.— ¿Y bien?
— La directora Fénix me volvió su niñera. Y como puede ver apesto en mi trabajo. Si tiene duda alguna pregúntele a ella. — Por favor, por favor. Mientras el profesor Phillips intentaba descifrar si me creía o no, empezó a buscar algo con la mirada por todo el lugar y ahora su expresión era más de preocupación.
— Algo no anda bien.— Soltó de golpe. Vi a lo lejos un chico estaba en una esquina mirando nerviosamente a todos lados por encima de las escaleras y de pronto dejó de hacerlo para dirigirse a lo que sea que estuviera allá arriba.
— ¿Qué carajos? — Espere unos cuantos segundos, pero no volvió a aparecer. El profesor Phillips miró hacia donde yo estaba mirando.
—Srta. Fénix ¿Qué vió?
—Un chico rubio... sospechoso y desapareciendo por allá.— Hice un gesto con mi cabeza señalando por donde el chico se había ido.
—¿Alto, robusto, con la cara ancha y nariz aguileña? — Asentí sintiéndome intimidada por la perfección con la que lo había descrito.
— No hay tiempo, puede que Liliana este en peligro. — Dijo emprendiendo camino con agilidad y rapidez. Yo lo seguí lo más rápido que podía hacia las escaleras que estaban en cada orilla de la sala. Al llegar arriba había más mesas y unas cuantas puertas en lo que seguía del pasillo, la estructura me recordaba más a un teatro que a un salón de eventos.
— ¿Lily? — Dos puertas eran sanitarios vacíos. Así que me apresure a revisar las demás. Al igual que Phillips que revisaba el área de al lado cubriendo más terreno — ¿Liliana? — Volví a llamar, intentando abrir cada una de las puertas pero la mayoría estaban aseguradas. Hasta que llegue a la última. Intenté abrirla pero no cedió.
—Lily — Phillips se unió mis llamados. El lugar era tan grande que nuestras voces se perdían en este. Dudaba mucho que Liliana pudiera escucharnos a menos que la tuviéramos enfrente.
— ¡Lily! — Grité y golpeé la puerta, para después pegar mi oído esperando escuchar algo, pero no fue así, sin embargo cuando estaba a punto de rendirme la puerta se movió un poco como si la hubieran empujado por dentro
— ¡Liliana! — Volví a gritar.
— ¿Blaire? — Philips estaba en el corredor, se apresuró para llegar a mí — ¿La encontraste?
—¡Philips! Está bloqueada y puede que Liliana este dentro — Con un brazo me empujo hacia atrás delicadamente para que le diera espacio porque este hombre iba a derribar la puerta.
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Liliana:
Estaba a punto de decirle a Blaire que mi padre y su madre estaban teniendo un amorío cuando la maestra Wilde nos interrumpió de manera abrupta. Me sentí mal por de que no importa el motivo los profesores terminan regañando a Blaire por algo que no estaba haciendo. Sin embargo, mientras esperaba que la profesora Wilde se alejará pude reconocer al perfecto besándose con la profesora Tash en la pista de baile. Oh, oh sólo pude pensar frunciendo el ceño molesta.
— Nos traeré dos martinis.— Dijo la maestra Tash, quien se dirigió hasta el bar que había el lugar. Camine hasta el perfecto, sintiéndome agradecida, porque podría hablar con el prefecto a solas.
— Eres un idiota si crees que me voy a tragar lo de no es lo que parece porque lo que vi sí fue exactamente lo que pareció. — reclame enojada al perfecto haciendo que se le borrara la sonrisa de los labios.
— No es de su interés. ¿Además si lo fuera porque no es ella la que me está reclamando? — Coloqué un dedo en su pecho Benjamín molesta por su actitud. Pude ver que su mandíbula se tensaba mientras intentaba mantener la compostura. No me importaría si terminaba en ese internado hasta que muriera. No se la iba dejar pasar — Eres un idiota ¿Sabes por qué?
— ¿Por qué, señorita Sorrento? — Apreté mis puños controlando mis impulsos de golpearlo — Ilumine mi ignorancia por favor.
— Porque... — tomé una bocanada de aire antes de poder seguir hablando — Ella acaba de tener un maldito aborto — La quijada del perfecto se abrió, de golpe, que si no fuera porque la tenía pegada esta hubiera caído al suelo. Sin embargo, dejó salir una gran carcajada de prepotencia.
— Señorita Sorrento creo que estar con Blaire tanto tiempo está haciendo que adquiera sus malos hábitos — Abrí mis ojos sorprendida. Ahora entendía porque Blaire había tomado aquella decisión — Este tema del embarazo ha ido muy lejos. No creo que sea justo jugar con un tema de esos
— No estoy mintiendo, acompañe a Blaire hacerse un aborto unas semanas atrás — saque mi celular y le mostré la foto que había tomado a la lectura de prescripción para que mi hermana pudiera adquirir algunos antibióticos. El perfecto miro la pantalla del celular con el ceño fruncido.
— Esto no es verdad.— Murmuró atónito por lo que estaba leyendo.
— Y ya entiendo porque tomó la decisión.
Blaire no tardó en llegar y los dos desaparecieron. Creo que en vez arreglar la situación, termine en cagarla por completo. Una chica con la bandeja de vinos pasó, cogí una copa y lo tomé de un solo para calmar los nervios y matar las malas decisiones.
— Lily — Esa voz conocida me hizo dar un escalofrío. Me di la vuelta, y vi a Brian con una gran sonrisa de lado. No estaba solo, Ryan estaba a su lado revolcándose el cabello.
— Hola chicos.— sonreí un poco para no hacerlos sentir despreciados.— Que raro verlos aquí. No pensé que les gustaba este tipo de eventos.
— Cameron nos dijo que iba ser emocionante
— Creo que se equivocó sobre la parte emocionante. Sólo hay adultos estirados aquí — Ryan hizo una mueca para luego acercarse lentamente a mi — A excepción de la servidumbre y las acompañantes.
— Y ¿Están buscando a Christopher? — Intenté cambiar el tema. Brian puso su brazo sobre mis hombros. Me sentí asqueada ante su tacto frío.
— En realidad estábamos esperando encontrarte — ahora Ryan hablaba acercándose más a mi — Alguien nos pidió el favor te buscáramos para hacerte una invitación
— Pues dígale a esa persona que no estoy interesada, estoy muy ocupada como para perder el tiempo con ustedes — quite su brazo, e intenté alejarme de ellos. No estaba para bromas en este momento.
— Tal vez te diviertas — Ryan se interpuso en mi camino. Rodee mis ojos molesta, y me gire para escapar por el otro lado.
— ¿Por qué no van a molestar a otra chica? Tengo trabajo que hacer — Brian apretó mi mano con fuerza. Algo no me daba buena espina con ellos, y solo pensaba en tratar de alejarme sin hacer un escándalo y volver a tener todas las miradas de los invitados sobre mi. Me safe de su agarre nuevamente con fuerza, pero Brian agarró mi brazo derecho bruscamente haciéndome daño mientras Ryan vigilaba que nadie se diera cuenta de la situación.
— Deja de ser tan arisca con nosotros — Susurró Ryan cerca que mi oído mientras acariciaba mi cuello con sus alargados dedos.
— Eres un cerdo, déjame en paz o…
— ¿Qué vas hacer? — Intenté resistirme, pero dos contra uno era algo injusto — No creo que nadie te crea. Eres solo una zorra caliente que le gusta que le rueguen — Me jalaron con fuerza para hacerme caminar a una parte más alejada. Las voces se hacían más pequeñas mientras nos adentramos a un pasillo con varias puertas. Nadie prestaba atención más que a ellos mismos.
— Chicos no hagan esto — Rogué finalmente con los ojos llenos de lágrimas — Ustedes son amigos de Christopher. Nos conocemos desde pequeños.
— No te preocupes nos vas a pedir más — Brian abrió una de las puertas y Ryan me tiro dentro de la habitación haciendo caer al suelo. Cameron se encontraba en esta esperando. Trague saliva asustada de la situación en la que me encontraba.
— Chicos así no se trata una dama.— Cameron se acercó a mí para extenderme la mano. La rechace, y me levante por mi cuenta.
— Déjeme ir — Ordene con la voz quebradiza. Cameron sonrió de lado haciéndome sentir miedo. No sabia porque no trataba de gritar, tal vez porque la última vez que lo hice nadie, ni siquiera mi propia familia intentó ayudarme. Me culparon a mi, en vez de ayudarme.
Agarre fuerzas y golpee en la entrepierna a Cameron, para luego intentar encontrar una salida pero no había ni una sola ventana. Brian me agarró por la espalda aprisionando mis brazos mande mi cabeza con toda la fuerza que pude hacia atrás. Los dos caímos al suelo y por unos segundo me sentí mareada.
— ¡La muy maldita perra me rompió la nariz! — Chilló Brian tocándose la nariz ensangrentada. Me levanté rápidamente y corrí hasta la puerta
— ¡No la dejen ir! — Gritó Cameron quien aún no podía del dolor. Sentí un fuerte agarre en el cabello. Ryan me tiró al suelo con fuerza y aprisionó mis piernas con las suyas. Vi como rasgo parte de mi vestido con el afán de desnudarme. Enterré mis uñas en su rostro a lo cual hizo que me lanzara una cachetada. Mi vista se nubló por unos segundos por el golpe, pero pude divisar uno de mis tacones a unos cuantos centímetros. Agarre mi tacón y se lo lanze en la cabeza. Sin embargo, esto fue en vano ya que Brian tomó mis muñecas con una mano mientras la otra la metía dentro de mi sostén y manosear mi pecho.
— ¡NO!— Grité entre sollozos intentando patalear para liberarme. Cameron se puso a mi lado y me dio otra cachetada aún más fuerte.
— Maldita perra, ahora si me cobrare todas.
No pude contener las lágrimas sintiendo como sus manos manoseaban mi cuerpo. No podía liberarme de ningún modo, ni aunque pusiera todas mi fuerza el esfuerzo era en vano. Sin embargo, escuché como la puerta fue abierta de un solo golpe.
— ¡Maldito imbécil!— Phillips agarró de los hombros a Ryan y lo tiró aún lado con fuerza. Y sin mucho pensarlo soltó un puñetazo a Cameron en la mandíbula que lo dejó noqueado. Brian me soltó sin pensarlo y salió corriendo de la habitación no sin antes ser interceptado por Blaire, quien lo hizo caer atravesando su pierna. Brian cayó como un costal de papas y Blaire le dio una gran patada en la boca haciendo que rodará sobre sí mismo y quedar boca arriba.
— ¡Puto maniaco! Aprovechándose de chicas indefensas — Dejó caer su pie sobre el estómago del chico.
— Liliana — La voz de Phillips me hizo caer en cuenta que ya no había peligro. Me senté en el suelo tratando de tapar las partes descubiertas en donde mi vestido roto ya no cubría apropiadamente.
— ¿Cómo te encuentras? ¿Llegamos tarde? — Blaire se acercó a mí con rapidez intentando mantener la calma. Phillips tenso la mandíbula y negué rápidamente para relajarlos.
— Estoy bien — Phillips se quitó su saco y lo dejó sobre mis hombros para luego abotonar dos botones de este, y así cubrir mi cuerpo. Su colonia inundó mi nariz de paso y pude encontrar alivio. Tenía ganas de abrazarlo y que pedirle que no me dejara ir.
— Tenemos que llevarte a un lugar seguro — Habló Phillips ayudándome a levantar. Blaire hizo que me sentara en el pequeño sofá de la habitación.
— Espera — Lo detuvo Blaire a lo que Phillips la miró molesto. — No vamos a sacarla de aquí ahora, llamará la atención — Señaló la puerta.
— Blaire.
— Y únicamente lograras humillarla más. — Estaban mirándose fijamente como si se tratara de un debate. — ¿Por qué mejor no vas por un vaso de agua? Así ella se calmara un poco, antes de que la llevemos a algún lado.
— ¿Es lo que quieres, Lily? — me sonrojo por unos segundos. Asintiendo sin decir palabra alguna — Está bien — el suspiro indeciso y desapareció. Me tense viendo el cuerpo de Cameron aún en el suelo. No quería que Phillips se fuera no me sentía segura , en eso Blaire apretó mi mano.
— No tenemos tiempo — empezó hablar Blaire apresurada — No es el mejor momento y entenderé cualquier decisión, pero las chicas y yo vamos a escapar ¿Quieres venir?
— ¿Ahora? — fue lo mejor que pudo llegar a procesar mi cerebro. Blaire rodeó los ojos y se mordió el labio intentando de no decir algo ofensivo.
— ¿Quieres venir o no? Si te quedas lo más probable que que tengas que volver a lidiar con esta mierda — Me señaló a Cameron, antes de acercarse a él y revisar en sus bolsillos meticulosamente — Maite dijo que tenía una cabaña lejos de aquí. No más maltratos. No más mentiras. No más internado.
Era una idea maravillosa. Pensar que podría salir de toda esta tragedia me hacía sentir mariposas revoloteando en el estómago. Mire a Blaire quien estaba algo distraída sacándole el efectivo y las tarjetas de crédito que cargaba Cameron en los bolsillos.
— Blaire, no lo sé. — fue lo único que pude decir después de maravillarme con la idea. Blaire suspiró frustrada conmigo.
— Liliana, lo entiendo. Entiendo que acabas por pasar por algo traumático y no tengas claras tus ideas ahora — le quito el reloj bañado en oro a Cameron — si cambias de opinión antes de que nos vayamos escríbeme
— El perfecto se quedó con mi celular — Blaire sacó el suyo, y sin dudarlo me lo entregó — no creo que lo necesite — Phillips llegó con una botella de agua, y se sentó a mi lado. Guarde el celular en una de las bolsas del saco — tengo que irme, tratare de regresar
Blaire guiñó su ojo derecho, y se fue dejándonos solos. No iba regresar. Phillips se me quedó viendo sin decir palabra alguna. Me sentía incómoda por el silencio y creo que trataba de darme mi espacio para asimilar las cosas que habían pasado, pero lo unico que podia pensar era que el profesor Phillips estaba a mi lado.
— Gracias — apriete la botella un poco — si no fuera por ti…
— No lo digas — el color celeste de sus ojos se oscureció un poco y acuno mis manos entre las suyas — todo va estar bien — susurro dibujando una leve sonrisa en su rostro. Mire a Cameron que un estaba en el suelo inconsciente, y no pude evitar empezar a llorar. Sus brazos rodearon mi cuerpo reconfortandome. Mi corazón palpitaba con intensidad intentando salir de mi pecho. Su aroma me embriagaba y su tacto hacía que el miedo se disipará. Me separé un poco de él, para luego mirarlo a los ojos.
— Lo siento — susurré mirando sus labios. Y sin darle tiempo a reaccionar me incliné hacia él para finalmente tocar sus labios con los míos.
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Última edición por lovesick el Vie 06 Sep 2019, 7:27 pm, editado 2 veces
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Re: Instituto Fénix | N. C.
Gracias, Andy. Pronto recibirás noticias nuestras.Andy Belmar. escribió:Hola! Aquí su lectora fantasma, espero que la sigan :)
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Re: Instituto Fénix | N. C.
Lily:
— Lo siento — Susurré mirando sus labios. Y sin darle tiempo a reaccionar me incliné hacia él para finalmente tocar sus labios con los míos. Desafortunadamente nuestros labios solo duraron unos cuantos segundos antes de que Phillips tomara mis hombros para apartarme de él. No me sorprendía que lo hiciera, aun asi no podia evitar sentir una punzada en el pecho.
— Lily…
— Yo sé… — Susurré agachando la mirada intentando suprimir las ganas de llorar. Aparte mi vista y con la manga de su saco perfumado limpie con rapidez una lágrima que había escapado sin aviso — No me ves de la misma manera y más encima tienes una prometida — Sentí sus dedos rozar mi cuello con suavidad para apartar mi cabello desarreglado.
— No…
— Mi mandíbula. — Los dos volteamos a ver a Cameron quien murmuraba quejándose desde el suelo. Abrí los ojos asustada y agarre el brazo de Phillips con fuerza. Cameron frunció el ceño al mirar a Phillips — Voy hacer que te pudras en la cárcel. — Escupió Cameron señalando con ira. Phillips se levantó de inmediato con el ceño fruncido, haciendo que Cameron empezara a retroceder asustado pero Phillips sin perder tiempo lo agarró del cuello de la camisa .
— No me importa. — Solo podía ver su espalda encorvada y los músculos del cuerpo que se le tensaron haciendo que su camisa blanca se apretara. — Porque antes de que me lleven partire tus piernas para que no vuelvas a tocar a Liliana en tu vida. — Mis mejillas se calentaron pero no podía evitar temblar de la ansiedad que me provocaba pensar que Phillips estuviera en la carcel por mi culpa.
— Profesor Phillips. — Susurre ansiosa mientras mi respiración se volvía agitada. Phillips estaba tan absorto en su “plática” con Cameron que ni volteo en mirarme. Mordí mi mejilla izquierda intentando calmarme y apreté el sofá en donde estaba sentada .
— No tengo miedo de tus amenazas anciano. — A pesar de que en su voz notaba algo de miedo Cameron seguía alterando los nervios de Phillips — Y espera cuando estés en la cárcel, no podrás salvarla a esa perra. — Y lo logró. Phillips simplemente perdió la compostura. Phillips golpeaba sin piedad el rostro de Cameron. Me levanté de inmediato y me abalance sobre él para detenerlo.
— ¡James! — Grité agarrando su brazo izquierdo. Con el pequeño forcejeo caí cerca de Cameron untándose las manos de un poco de sangre. Phillips detuvo de inmediato su arrebato de ira y me miró. Era la primera vez que podía notar el azul celeste de sus ojos tan intensos, sin embargo al verme sus pupilas se dilataron un poco. Mire el rostro de Cameron que ahora estaba irreconocible por la sangre y la hinchazón de los golpes. Me senté enfrente de Phillips para evitar que Cameron siguiera recibiendo daño.
— Él te quería violar y ¿ahora lo estás defendiendo? — Su color de ojos se oscureció rápidamente.
— ¡NO LO ESTOY DEFENDIENDO! — Escupí molesta — ESTOY EVITANDO QUE TE METAN PRESO — Volvió a mirar a Cameron, estiró sus dedos y noté sus nudillos salpicados de sangre.
— No iba dejar que te volviera hacerte daño. — Murmuró aún tenso por la situación. Tome su rostro con mis manos ocultas en las mangas de su chaqueta.
— Tú no conoces a la familia de Cameron. — mis mejillas habían empezado a calentarse. Era la primera vez que tocaba su rostro. Y a pesar de ser muy mínimo el contacto sentia como mi estómago se revolvía. — Nunca te vuelvas enemigo de un Santoro.
El profesor Phillips y yo nos quedamos en silencio por unos minutos. Mire por unos escasos segundos sus labios, quiero besarlo de nuevo. Phillips tomó mis manos y las apartó de su rostro, intenté alejarme para no hacer mas incomodas las cosas entre los dos pero sus manos apretaron con delicadeza las mías para evitar que me alejara de él.
— Phillips hay que buscar una salida.
— ¿Segura que no hay otra solución? — Suspire intentando acomodar mi cabello todo despeinado por el enfrentamiento con los amigos idiotas de mi hermano. Phillips se que quedo mirando con el ceño fruncido.
— La familia Santoro es muy poderosa, ni mi propia familia puede ir en su contra. — Negué con mi cabeza intentando contener la rabia y la tristeza que aparecia en mi pecho. — Phillips me miró frustrado. Salimos de la habitación dejando a Cameron retorciéndose del dolor. — No es la primera vez que Cameron se sale con la suya — Susurre mas para mi misma viendo a Cameron, pero Phillips escucho perfectamente lo que acaba de decir.
— ¿Lo ha intentado antes? — Preguntó tenso. Sentía sus ojos encima, pero no quería hablar de lo que me llevó a parar en el instituto. Aparte la mirada irritada, el tomo mi hombro y me obligó a girar sobre mis tobillos para que lo mirara. — ¿Por eso terminaste en el instituto? ¿por culpa de él? — Me sonroje incomoda. Maldito psicólogo, pensé hacia mis adentro. Era en vano tratar de ocultar las cosas a este hombre.
— Eso no importa ahora. — Quite su mano de mi hombro un poco molesta. — Cameron es peligroso, por favor vamonos de aqui. — Fruncí mi labio inferior e hice que mis ojos se llenaran de lágrimas un poco para hacerlo cambiar de tema y poder salir de esta situación lo antes posible. Suspiro y tomo mi rostro entre sus fuertes manos, no pude evitar dejar salir un gemido ahogado por su tacto. Sus ojos color celeste eran tan intenso e intimidante, que sentia mi estomago revolverse inquieto. Y beso mi frente con ternura. — Yo te protegeré, Lily. — Un sentimiento como de algo atravesando mi pecho apareció al escuchar sus palabras. Lleve sus manos a sus muñecas y las apreté suavemente.
— Phillips... — Susurré apretando mis dientes para no llorar, aunque ya varias lágrimas se habían escapado. No podía encontrar las palabras para expresarle mis sentimientos de agradecimiento, y un simple gracias no le hacía justicia. Phillips se separo de mi, y seguimos caminando por el extenso pasillo. El edificio era más enredado de lo que parecía pero por fin encontramos la puerta para la salida de emergencia escondida en una mini bodega. Abrí la puerta para asegurarme que si fuera la salida, una de las luces parpadeaban y la otra no funcionaba totalmente. El lugar daba mal impresion pero parecia ser nuestra unica salida.
— Creo que es la salida. — Dije por lo bajo. — Eso espero — Le ofrecí una sonrisa a Phillips quien miraba por encima de mi hombro. Philips me la devolvió y mis mejillas se calentaron, mire para otro lado para evitar que notara el sonrojo en mi rostro.
— ¡ENCUÉNTRENLO! — El silencio se rompió por las órdenes de un hombre que resonaban por los pasillos. Phillips se acercó a la puerta que daba al pasillo asomando un poco la cabeza.
— La policía. — Susurró sin dejar de ver el pasillo. Corrí hacia donde él se encontraba y vi a dos oficiales buscando en el área. Lo tome del brazo, y lo empecé a jalar en dirección a la salida
— Vámonos antes de que te encuentren. — Al llegar a la salida Phillips se paró en seco. — ¿Qué haces? ¿Hay que movernos rápido?
— Lily — Suspiró tomando mi hombro con su mano derecha mientras sostenía la puerta con la otra mano — Lo siento.
— Phillips me salvaste. — Mis ojos se llenaron de lágrimas intentando no pensar en la situación en la que me encontraría si no fuera por él y Blaire. — ¿Por qué pides disculpas? — Pregunte confundida. Dio un paso hacia adelante, e inclinó su cabeza para acercarse a mi rostro. Sentí mi corazón acelerarse ante su cercanía. Acarició mi mejilla y no pude evitar cerrar los ojos para disfrutar su tacto.
— Cuidate, Lily. — susurró depositando un tierno beso en mi frente. Al abrir los ojos pude notar como su mirada se intensificada, volvió a tomar mi hombro y me empujo hacia la salida. El empujón no fue tan fuerte como para hacerme caer, pero me tomó por sorpresa que tuve que sostenerme de la pared para recobrar el equilibrio.
— ¡Phillips! — Grité intentando abrir la puerta. Phillips era inteligente, escuche como arrastraba algo del otro lado y lo dejaba enfrente de la puerta. Mordí mi labio inferior ansiosa, desvie la mirada para examinar en lugar con rapidez. Vi un balde algo roto con materiales de pinturas a su alrededor, lo puse a un lado de la puerta y me subí en el. Me agarre de la parte superior de la puerta e intente alcanzar lo mas que podia hasta la ventana. Vi a Phillips siendo reducido en el suelo como un criminal, y lo peor es que él no ponía resistencia.
— Sue… — Mis brazos me fallaron, aterrice en el balde pero terminó de romperse y yo termine en el suelo retorciéndose del dolor por el impacto. Me quede en posición fetal llorando silenciosamente. Estaba enojada con Phillips, yo no quería que él se sacrificara de esa manera. Era un idiota al creer que al hacer eso iba a cambiar algo. Solo había hecho que Cameron volviera a obtener lo que él siempre quería.
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Maite:
No podía controlar el impulso de morderme las uñas al ser verdaderamente consciente del número de personas que estaban reunidas por el evento. Sabíamos que la mayoría había asistido por puro interés propio, quedar bien con la directora Fénix era como un premio, al menos eso parecía.
Adele a unos cuantos metros se encogió de hombros sin saber nada de Liliana aún. Rellene de vino tinto una copa mientras leía el itinerario de los eventos nocturnos: contorsionismo y malabares, también danza aérea todo con la temática Masquerade para concluir con la subasta con lo que suponía cuadros, joyas y tal vez alguna propiedad.
— ¿Crees que estamos haciendo lo correcto? — Adele enarco una ceja. — No me digas que el hecho de que Blaire juegue con fuego no te pone nerviosa. — Las luces estaban sobre una chica que estaba encima de una pirámide humana al parecer se apoyaría con sus manos y elevaría su cuerpo. — A mi me da la impresión de que un arrebato suyo nos puede costar caro.
— Va a provocar un incendio, no va a asesinar a nadie. —Me miró incrédula. — Y si alguien se quema, en realidad no es que me importe demasiado. — Para ser Adele esta vez estaba siendo muy sincera. — ¿Qué, sucede princesa? ¿Te da miedo fugarte?
No quería contestarle. En realidad no me daba miedo fugarme, pero una parte de mi se sentía culpable por querer escapar del Instituto; era romper la confianza de mis padres sobre sus decisiones, pero ¿encerrarme en el Instituto era necesario?. Únicamente me mordí los labios e intenté no hacer una mueca a ello. Sentí la mirada pesada de Blaire sobre mí, pidiéndome que la siguiera, era una de las pocas personas que estaba de pie y al parecer se dirigía al baño con un poco de prisa. No dude en seguirla.
Me incline un poco para intentar ver si los baños estaban vacíos, había uno que tenía seguro, así que suponía que no servía, a mi señal Adele colocó el seguro a la puerta luego de que entraramos mientras escuchábamos como Blaire vomitaba. Luego de unos momentos salió con los ojos llorosos y camino directo al lavabo, con el antifaz sobre el pelo. —¿En dónde está la mojigata? — Preguntó A.
— No vendrá.— Tenía rimel un poco deslavado, lucía un poco confundida. Arregle un poco mi pelo y de paso el suyo. — Tiene mierda que arreglar y nosotras también.
— ¿Qué haremos entonces?
— Irnos. — Metió las manos en sus bolsillos y sacó varias tarjetas de crédito y un poco de efectivo. — Hora de hacer su tarea, perras.
— Estuviste ocupada. — Comente dejando de lado el estilo y tome las tarjetas, guardandolas entre las medias, mientras que A se escondía un poco de efectivo en el brasier. Les conté sobre el itinerario. — Estaba a punto de preguntar de donde sacaste esto, pero creo que no quiero saber. Nuestra mejor oportunidad será durante la subasta, estarán entretenidos en ver quién puede derrochar más dinero.
— Bien. — Miré a Adele con un poco de preocupación, Blaire no parecía estar en este mundo.
— No creo que esto sea suficiente para las 3 por quién sabe cuánto tiempo. Buscaré el almacén en donde están guardando los abrigos, ahí debe haber más. — Dijo Adele, le di un codazo a Blaire y fue cuando finalmente asintió.
— Una vez que inicie el fuego asegurense de estar lo más cerca de alguna puerta y que nadie las siga. — Se limpio el maquillaje con la manga de su vestido, colocó de nuevo el antifaz en su rostro y nos sonrió.— Hasta entonces.
— No lo digas, porque sé que estás pensando. — Adele fue la siguiente en aproximarse en la puerta. — Bien, puede que ella ha tenido una mala noche. Igual que tú e igual que yo, pero es Blaire. Al final su locura es la que nos sacará. — Eso quieres creer. — Por cierto, escuche algo sobre los aperitivos, si fuera tú mantendría un perfil bajo si es que quieres salir de aquí.
En realidad no tenía muchas ganas de salir de nuevo, estar allá afuera estaba resultando complicado, una parte de mí se alegraba de que ellos no hubieran asistido esta noche, de ser así me habría visto con la tarea de delatar a Blaire, pero no iba a correr ningún riesgo con ellos aquí.
Abrí el grifo de agua y me moje un poco la cara. — Maldita muerta de hambre. — Bridgette. Me gire rápidamente y observe cómo se abría la puerta del baño que estaba bloqueado. Qué estúpida. ¡Debí revisar bien el puto baño! Bridgette no se notaba muy feliz, apostaba a que había comido un poco de la mierda que había levantado del basurero y por lo tanto la había metido en problemas, pero también estaba segura de lo que seguía después.
— ¿Te gustó mi especialidad? Los llamo aperitivos sacados de la basura. — Estaba a punto de decirle algo más pero me dio una cachetada rápida que me tomó de sorpresa, tanto que ni siquiera me había dolido, pero esto no se iba a quedar así, con la mano tomé uno de los adornos sin que se diera cuenta y la golpee del mismo modo, en la cara. Era de plástico, así que no le había hecho algún daño mayor.
Me dio un puntapié en mi intento de alcanzar la puerta, haciéndome caer de rodillas, sentí como me tomaba del pelo y me jalaba con ella para bloquearla de nuevo con el seguro. — Escucha con atención porque sólo lo diré una vez.— Lleve mi mano a su agarre pero ella no cedía. — Tú, la hija de la directora y la rarita me van a sacar de aquí porque si no las voy a delatar.
Reí. Tenía que ser una puta broma. — Buena suerte intentando manipular a Blaire. — Hizo más fuerte su agarre. — He sido… he sido su compañera de cuarto, no hace nada que no quiera y si la delatas, te aseguro que encontrará la forma de vengarse.
— Mientes. — Arrastró las palabras y apretó más su agarre, sentía como mi cabeza comenzaba a palpitar. — Mientes. — Tenía razón, no estaba tan segura de que Blaire quisiera quedarse no luego de tener una escena con el prefecto, no con la presión de Adele detrás, no conmigo arruinado esto.
— No, no lo hago… la única forma de que vengas es que....
— ¿Qué?
— Tu incendia el lugar. — Contesté. — Hazlo antes de que ella lo haga, si lo haces ganarás su confianza, de otro modo solo arruinaras todo si nos delatas, ni tú ni nosotras estaremos afuera como nos gustaría. Será un ganar ganar. —De algún modo en la posición que estábamos Bridgette tenía más fuerza que yo, lo que provocó que quedara acostada en el suelo con sus manos alrededor de mi garganta asfixiandome.
— Más vale que no te equivoques. — Me suelta y se quita de encima mio, comienzo a toser recuperando el aliento y respirando con dificultad arrastrando hacia atrás con mis pies lejos de ella. — Porque si no, la culpa no la tendrá Blaire sino tú.
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Sentí vibrar mi celular por dentro del vestido, me limpie los ojos con un poco de papel y saque el celular para poder leer el mensaje y me pareció de lo más extraño saber que era de Blaire..
Necesito tu ayuda. Encuentrame, rápido.
Soy Liliana.
Me había enviado su ubicación.
Este edificio era muy similar a un hotel, tenía varias puertas con acceso únicamente para el personal que ni de broma iba a poder abrir. Al final, parecía haber luz alumbrando detrás de la puerta que por supuesto estaba cerrada porque conducía al sin fin de escaleras hacia arriba, eran escaleras de emergencia bloqueadas.
Una mano ensangrentada golpeó el vidrio frente a mí dejando la marca de su palma. Por instinto grite asustada. — ¡Maite!
Esa voz… — ¿Lily? — Limpió la ventana dejándola un poco embarrada que apenas si lograba distinguirla. — ¿Qué te sucedió? — Jale la palanca de acceso intentando abrir pero no cedía. — No puedo abrir. ¿Cómo llegaste hacia allá? — Liliana tenía los ojos rojos de tanto llorar, al igual que las mejillas y el cabello despeinado, llevaba un saco de hombre y varios pedazos de tela del vestido caían como si se hubieran desgarrado.
Liliana se echó a llorar de nuevo y me trataba de explicar lo que estaba sucediendo mientras sorbía por la nariz. — Lily, tienes que calmarte. No entiendo muy bien que me tratas de decir. — Asintió y respiró profundo intentando controlarse.
— Se llevaron al profesor Philiphs por mi culpa, lo llevaran a la estación de policía por defenderme.
¿Qué carajo? — Espera, espera. ¿Blaire te hizo esto? — Pregunte nerviosa pero al instante nego.
—¿Qué? No. No. Ella me ayudó. Ayudó a Philiphs, golpeó a Brian y asaltó a Cameron. — Comencé a sacar conclusiones con lo poco que tenía. Movía los dedos de manera temblorosa. — Buscaré otra entrada.
— ¡No! Liliana. — Golpee la puerta llamando su atención. — No entres, escucha: Aquí adentro sin duda están los que te hicieron esto, el evento continúa como si nada hubiera sucedido. ¿Entiendes?
Además si entras solo te van a dejar como carne para el ojo público, pura publicidad.
— ¿Qué se supone que haga?
— Venir con nosotras, somos tu mejor oportunidad. Además ya estás afuera solo tienes que esperarnos hasta que pase lo que tenga que pasar. Luego de eso pensaremos qué hacer. ¿Sí?
Se rasco la cabeza, la situación me ponía ansiosa pero no me podía alejar sin una respuesta. — Bien, yo veré que… — Se quedó callada por unos segundos, mete la mano en uno de los bolsillos del saco para mostrarme un par de llaves de un auto.
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Blaire:
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al escuchar de pronto a los policías, ¿Ahora qué? Cerré el cajón el que estaba bajo la barra de la estación de alcohol guardandome un encendedor en el bolsillo. — ¿Qué se supone está pasando? — Pregunta una de las chicas a mi lado, la profesora Wilde pasa por mi lado, entre la multitud puedo distinguir a mi madre, quién ya está de pie y a juzgar por esa mirada que trae estoy segura de que nadie debería acercarse, el padre de Lily se une a ellas, listos para averiguar lo que sea que está pasando.
— Blaire. — Adele se acerca a mí tan pronto como puede, al igual que yo observa a todos los demás confundida. Una parte de mi me dice que no me acerque demasiado, pero la curiosidad es mayor y caminó hacia mi madre con A pisandome los talones.
— Señora Fénix. Hemos recibido una llamada de emergencia.— Dice uno de ellos, mi madre por alguna razón no parece tragárselo hasta que llega el otro par de patrullas mientras que yo ya busco en mis bolsillos el teléfono hasta que recuerdo que se lo he entregado a Lily antes de separarnos. — Nos han indicado que ha habido un altercado con sus invitados.
— Bien, caballeros. ¿Les parece si continuamos esta conversación lejos de los oídos fisgones? Es un evento para la caridad. — Los policías asienten, mi madre gira buscándome con la mirada entre las personas cuando me ve se que espera que no sea mi culpa. Ella camina con ellos hasta el vestíbulo, pero por el contrario el jefe de policías ya esta entrando al edificio, doy un paso hacia atrás. Mierda, mierda.
El padre de Lily intenta llamar la atención de los demás mientras dice algo por el micrófono. Busco por el lugar a Maite, Lily y a Philips a la vez que camino lo más rápido que puedo poniendo nerviosos a todos los que están cerca de mí. — Blaire. ¿Qué está sucediendo? — Las personas comienzan a amontonarse por todos lados entorpeciendo mi paso, me quito el antifaz para poder ver mejor pero Adele me detiene jalandome del brazo.
— No entiendo cómo pasó. — Digo torpemente mientras los sigo buscando, pero no veo a ninguno de los tres, en cambio justo frente a mí está al tipo que había golpeado, hablando con un hombre de cabellos castaños y a su lado Abigail, la hermana de Lily. — Nos delató, ese imbecil nos delató.
La policía entra al evento sin aviso, haciendo que todo mundo se coloque de pie provocando pánico al verlos con pistolas en mano, me siento impotente sin saber que hacer, escucho a Adele hablándome pero no me puedo mover, estoy quieta observando cómo suben por las escaleras donde no hace mucho corrí con Philips.
Un silencio abrumador inunda el evento, incluso la música de fondo se ve interrumpida, nadie se mueve y están atentos a lo que está a punto de suceder. Oh, mierda. Mierda. Me llevo una mano a la boca cuando Philiphs aparece escoltado por los oficiales y lo obligan a bajar como si fuera un criminal: esposado, cuando pasa frente a mí sé que me ve fugazmente con esos ojos azules pidiéndome que me controle y lo veo salir, no sin antes pasar frente a mi madre que parece que va a destrozarlo a no ser porque los policías lo empujan para que siga avanzando, nunca en la historia del Instituto Fénix había ocurrido algo parecido. Detrás de él, baja otro de los chicos que intentaban abusar de Lily con el último par de oficiales pero a diferencia del profesor, camina con ayuda de uno de los policías y con la cabeza gacha puesto que trae la cara más hinchada de lo que recuerdo.
— Adele, tenemos que irnos. Tenemos que... — Me encuentro con la mirada del chico sobre mi, quién está justo del otro lado del camino que se ha formado. Da un paso hacia mi dirección, uno tras otro. No sé si Adele ya se dió cuenta de que este chico se nos aproxima. Me enderezo sintiendo como una parte despierta, soy consciente de que hago mi mano un puño qué ahora que lo pienso bien, él tal vez pueda bloquear sin mucho esfuerzo y sin que nadie lo note porque si de algo estoy segura es que ninguno de los dos es estúpido.
— Dime. ¿Me equivoco o me da la impresión de que querías hostigarla? — Benjamín se ha colocado frente a nosotras o mejor dicho, frente a mi impidiéndole el paso.
— La conozco. — Responde el otro con cinismo. Ben chasquea la lengua en desaprobación.
— No, no lo haces. — Contesta Ben con energía, sin duda se le está acabando la paciencia.— Alejate de ella antes de que tú y yo acompañemos a los que se acaban de ir. — Dice sin trabas, trago saliva esperando que nadie nos esté prestando atención.
— ¿Un ebrio golpeando a otro invitado? — Estoy casi segura de que el imbécil está sonriendo.
— Pruebame. — Contesta Benjamín de inmediato, el idiota se asoma por el costado de Ben y me da una última mirada que advierte que nos encontraremos de nuevo. Benjamin no pierde tiempo en girar para observarnos de manera desaprobatoria. — Ustedes dos, conmigo ahora. — Soy la primera en seguirlo, por desgracia hasta una puerta contigua que nos lleva por uno de los tantos pasillos que hay en este piso, se detiene y se toma de golpe lo que parece ser un trago de whisky que hay en una mesa, toma dos botellas y se las da Adele, señalándole que siga el camino mientras que yo por mi parte tomo una dispuesta a seguirla.
Adele parece dudarlo un poco; ella me ve a mí, yo miro a Benjamín y él la mira a ella. — ¿Estás sorda? ¿Necesitas que te lo vuelva a repetir? — A enarca una ceja.
— Por supuesto que no. — Simplemente contesta irritada haciendo gruñir un poco a un Benjamín y cuando pasa a su lado lo empuja levemente con el hombro. — Idiota.
Esta vez los ojos verdes e inquietos dejan de seguirla para continuar conmigo.— ¿Él es uno de tus tantos amores fugaces? Porque parecía que iba a golpearte. — Aunque el chico tenía razón, Benjamín estaba ligeramente ebrio; más caluroso con las expresiones de su rostro y tenía las mejillas ligeramente rosas.
— Si estás esperando que te dé las gracias, bien: Gracias…
— ¿O tiene que ver con el profesor Phillips, tu otro gran amor? ¿Adele, tal vez? — Me interrumpe. — ¿Con el tal “Liam”? Porque dudo mucho que se trate de mi.
Toma la botella y se sirve otro trago mientras yo bajo todas mis defensas. — ¿Qué has dicho? ¿Tú qué mierda sabes de Liam? — Recalco. Me digo a mi misma que él no tiene ni puta idea de lo que sucedió. — Tú no sabes absolutamente nada. — Lo empujó con la palma de mi mano haciendo que se recargue en la pared. Mi corazón palpita con prisa, no sé si porque estoy molesta o triste. — Te pediré un maldito taxi así que dame tu teléfono. — Le quito el trago de la mano, percibo ligeramente el olor a cigarrillo, él había dejado de fumar desde que comenzamos a salir. Lo vacío en la maceta que está en el piso y me alejó de él convenciendome que el alcohol es quién lo hace ser un imbécil.
Benjamín parpadea un par de veces, consternado y alcoholizado. — Eres una idiota… idiota y egoísta. — Me aferro al borde de la mesa con fuerza. — Blaire, desde que te vi la primera vez en la arena cuando salvé tu vida supe de inmediato que serías mi maldito problema. — Me muerdo el interior de la mejilla.
— Sí pues debiste hacerme caso, te dije que te alejarás de mi. — Intento que mis ojos no se cristalicen y extiendo la mano esperando el teléfono o sus llaves pero a respuesta choca su palma contra la mía como si me diera cinco, como si fuera un niño pequeño.
— No quiero que hagas nada por mí.
Un par de personas entran al mismo pasillo hablando de la gran escena de Philips haciendo que me calle un millón de cosas y que al final sólo le pueda decir un — Como quieras. — Entre dientes, si le he roto el corazón pero también él ha roto el mío, vaya que lo odio en este momento. Al final del pasillo, con un nudo en el pecho y mis esfuerzos por no voltear a verlo, me encuentro a Mia Tash luciendo espléndida con el vestido entallado y el escote que realza su busto, como he perdido mi antifaz sonríe al verme.
La imagen de ella y Ben besándose comienza a recrearse en mi cabeza. — Está vez el mérito se lo llevo otro. ¿Verdad, pequeña puta? — Me aprieta las mejillas y me da una pequeña palmada antes de acercarse lo suficiente a mi oído. — Aún puedes hacer un berrinche cuando mami venda el tapiz que tu padre tenía en el estudio de tu casa. — ¿Qué? Me toma por los hombros evitando que me aleje más de ella. — Ay, no lo sabías. Me pregunto: ¿Quién se quedará con ese bello paisaje de campo silvestre con piezas de oro, amatista y plata incrustados? No sabes cuantos orgasmos tuve con esa hermosa vista, tuve que ser silenciosa tantas veces porque la pequeña Blaire Fénix y su madre estaban arriba durmiendo. — Pasa de mi lado sin decir algo más, desapareciendo por el camino donde posiblemente se encuentre a Benjamín y termine cogiendoselo en su sala, en su cama, en el piso.
— Tienes que explicarme qué ha sido todo esto. — Adele se acerca a mí con una de las botellas ya vacía, evitando que siga a Mia Tash y mande al carajo nuestro plan. — Porque tengo la sospecha de que casi lo echas a perder y sólo tenemos una puta oportunidad. Esto se esta acabando, Maite estaba equivocada, comenzó casi al mismo tiempo que nos dijo. Así que si vas a hacer algo, hazlo ahora. — Asiento, mirando el tapiz cayendo en la cuenta que Mia también tuvo sexo dentro de mi casa.
Maldita perra.
Grandísima hija de puta.
— Quédate aquí. — La rabia se apodera de mí y me impulsa a caminar directo al tapiz de mi padre, bueno padre, si has venido esta noche por un maldito tapiz, tal vez puedas venir después a recoger las putas cenizas, los pensamientos comienzan a inundar mi mente pero ni siquiera estoy cerca cuando el tapiz comienza a arder en llamas desde el centro provocando que pequeños destellos fuego floten, luego las cortinas y el telón del proyector.
Las personas comienzan a gritar y a empujar porque el fuego se expande rápidamente y provoca que el proyector mismo al igual que las bocinas exploten, como reflejo me agacho ante el sonido. — ¡Blaire! — Escucho a Adele llamarme mientras observo como la alfombra en el suelo comienza también a incendiarse frente a mí propagando más el incendio, miro a Adele sin saber si ella ha visto lo que yo, me pongo de pie para salir de esta sala, el fuego comienza a expandirse más y más en distintas direcciones y provoca que el incendio se descontrole más rápido de lo que había planeado. Los detectores de humo comienzan a sonar.
Esta noche si ha ocurrido un incendio, sólo que no lo he provocado yo.
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Adele:
El revuelo que se había formado minutos antes por la irrupción de los policías y el arresto del profesor Phillips era nada comparado con el caos repentino en el que nos encontrábamos ahora. Parecía que las personas se habían triplicado, los elegantes invitados se habían transformado en una multitud que gritaba y corría por todos lados, algunos intentando encontrar a sus familiares o amigos y otros, más de las que deberían teniendo en cuenta que la mayoría eran padres e hijas, tratando de salvar sólo su propio asqueroso trasero. Imagine que es algo que mi propio padre estaría haciendo por algún lado del salon; siempre pensaba que si no me había matado la calle nada lo haría y viviría solo para seguir atormentandolo. En cambio si llegaba pasarme algo, sería mejor, no sería una carga y tampoco sería su culpa. Por otra parte tampoco podía culparlo, yo no iba a gastar segundos en buscarlo.
— Las puertas de emergencias están cerradas. — Se escuchó el grito de un hombre, luego muchos otras voces que sobresalian entre los gritos para indicar que todos teníamos que salir por la puerta principal pero apenas se podía escuchar algo en concreto y el humo estaba empezando a invadir el aire increíblemente rápido.
— ¿Qué está pasando? ¿No se suponía que vos ibas a prender esto? — Pregunté.
En algún momento del desorden la había agarrado fuerte del brazo para no perderla con la multitud y sólo nos podíamos escuchar intentando gritar más fuerte que el resto.
— No sé. Se suponía que lo haría yo pero ahora no lo sé... Tal vez Maite decidió actuar sin decirnos. — Estaba tan confundida como yo.
— No creo, esa chica será lo que quieras pero no estúpida, no hubiera hecho este desastre. Tenemos que ir por ella y salir por una ventana.
Blaire se quedó unos segundos mirando a su alrededor pensando. — ¡Lily! — Reaccionó de golpe. — Hay que ir por ella.
— ¡Pero si ella no iba a venir con nosotras! — Exclamé pero ya era tarde porque me estaba arrastrando por el salon.
— Tengo la sensación de que después de esto si va a venir.
No muy lejos de nosotras pude divisar al perfecto Benjamin buscando entre las personas con expresión de preocupación. No me hubiera importado su preocupación o sus problemas ya que siempre me miraba con cara de odio o me ignoraba como si fuese menos que una mosca, pero supuse que quizá estaría buscando a B, así que le dí un tirón del brazo a ella para que lo viera, aunque al darse cuenta de a donde apuntaba sólo me miró negando con la cabeza y se apresuró a cruzar el umbral que conducía al pasillo vacío, en el cual el humo todavía no llegaba del todo.
— Dame tu celular.
— ¿Qué? ¿Para qué? — Pregunté sacándolo inconscientemente.
— ¡Sólo dámelo! — Exigió aunque terminó arrancándolo de mis manos.
Comenzó a buscar algo dentro de la pantalla mientras yo corría hacia la salida de emergencias que había al final de uno de los extremos del pasillo. — Mierda. — También estaba cerrada.
— ¿No te parece que si estuviera abierta habría una multitud de personas intentando salir?. — Se burló mientras colgaba la llamada que nadie había contestado: Maite o Liliana.
— Yo que voy a saber, la gente de acá suele ser muy idiota por si no te diste cuenta, además ¿Quién tuvo la estúpida idea de crear un fuego tan grande y con tan pocas salidas? Nuestro plan no incluía matarnos. — Dije fastidiada.
— Vamos, hay que apurarnos. Del otro lado tiene que haber algo o tendremos que romper una ventana.
Corrimos un poco mientras Blaire seguía intentando comunicarse con mi celular, pero parecía que ella tenía una idea de a dónde nos dirigimos mientras abríamos algunas puertas y buscábamos a nuestras compañeras.
Tuvimos la suerte de no cruzarnos a nadie importante, al menos ningún profesor o padre. Solo a otras alumnas preocupadas más por salir de ahí que por cuestionarnos qué hacíamos, y de parte de los empleados del evento apenas recibimos alguna mirada, solo uno nos informó que estaban todas las puertas cerradas.
— ¿Porque carajos no atienden el celular? — Exclamó mi compañera cuando entramos a una habitación grande donde había cajas, bolsas, mesas y sillas de sobra. Y lo más importante, había unas ventanas grandes por dónde podríamos salir fácilmente.
Dejamos que estuviera iluminada solo por la luz exterior y cerramos la puerta.
—¿Que vamos a hacer? No creo que te contesten y tampoco creo que lleguen hasta donde estamos mágicamente.
— Por ahora ayúdame con esto. — Pidió y comenzamos a correr un par de mesas paradas que bloqueaba el ventanal.
Una vez despejado el lugar B intento de nuevo comunicarse.
— No contestan. ¿Habrán escapado por la puerta que íbamos a dejar abierta? O quizá salieron antes que todo esto pasará.
— Puede ser, pero si todavía están dentro yo no pienso volver para buscarlas. — Le conteste agarrando una silla dispuesta a romper el vidrio, pero el ruido de unos zapatos me detuvo.
Nos quedamos petrificadas mientras veíamos como la puerta se abría. Aunque parecía que había pasado horas, el realidad no había pasado tanto como para que ya hubieran podido controlar un fuego tan grande y estuvieran buscando gente atrapada. De todas formas se seguía escuchando el revuelo del salón. También era muy pronto para que alguien se hubiera percatado de nuestra ausencia y nos quisieran encontrar. Nunca hubiera creído que fueran las caras de Maite o Liliana las que quisiera ver entrando.
— Hola chicas. ¿Pensaban escapar sin mi? ¿Qué pasó con el resto? — Dijo una voz burlona frente a nosotras.
— ¿Qué estás haciendo acá? — Preguntó B siendo la primera en reaccionar.
— ¿Qué te parece que estoy haciendo? Me uno a la fuga, obviamente. — Respondió como si fuera algo muy lógico.
— Disculpa. ¿Cuál era tu nombre? Ni siquiera te conocemos. — Cuestione molesta.
— Soy Bridgette, una vieja amiga de Mai. Ella me contó todo y me dijo que podía ir con ustedes así que me adelanté a crear la distracción.
— ¿Osea que vos comenzaste este incendio? — Pregunte aunque era más una afirmación. — ¿Estás loca? Íbamos a crear una distracción con el fuego, no suicidarnos y destruir el edificio con nosotras dentro.
— No vas a venir con nosotras. — Sentenció B quitándome la silla de las manos.
Se acercó al ventanal y le dio un golpe rápido con la silla. El impacto no hizo tanto ruido como hubiera esperado, de todas formas el ruido del salón y las sirenas lo había aplacado bastante.
— Por si no se dieron cuenta no era pregunta. Yo voy con ustedes.
— ¿Y qué vas a hacer? ¿Decirles a todos que nos fugamos? Creo que va a ser evidente cuando se den cuenta de que no estamos. — Me reí, era obvio que Maite no la había invitado, ni siquiera la soportaba y nosotras éramos testigo de eso.
— Okey... plan B. — Nos mostró su mano donde tenía un celular bastante viejo. — Tengo un contacto al que debo mandarle un mensaje cuando salgamos y si no se lo mando en unos minutos va a soltar la verdad de todo a sus padres en este momento. Por dónde están saliendo, y qué camino es el que seguro van a tomar. — Amenazó. — ¿Cuánto creen que tardarían en atraparlas si no pasan ni dos minutos que se fueron? Estoy segura de que son capaces de dejar arder este edificio solo para buscarlas y no dejarlas andar sueltas.
— Esta bien, vienes con nosotras. — Dije rápidamente antes de que alguna más diga algo.
— ¿Qué? ¡No! — Gritó Blaire.
— Mira. — Procuré sonar lo más relajada y convincente que pude, me volteé hacia ella para verla. — No tiene que caernos bien, y de nada nos va a servir escaparnos si nos van a encontrar en media hora. Se nos está acabando el tiempo, tampoco es que hubiéramos querido irnos juntas y no sabemos si las chicas vienen, así que viene con nosotras.
Le hice un gesto para que se calmara e intentar que me seguira la corriente.
— De acuerdo, vamos. — Aunque un poco confundida salió por el hueco de la ventana.
— Adelante. — Dije sonriendo dejando pasar a Bridgette primero cuando quedamos solo nosotras dos. Al final salí yo no sin antes agarrar un elemento extra.
Hasta que no salí no me di cuenta que el aire de adentro estaba tan contaminado. Se podía sentir el ruido de la gente, las sirenas y hasta el fuego arder. Pero no alcanzamos a ver nada ni a nadie desde el otro lado del edificio. Las dos ya se habían adelantado unos pocos pasos.
— Ey, linda. — Llame a Bridgette cuando estuve casi a su lado. Y como era de esperarse, se dió por aludida girándose y encontrándose fuertemente con con la vara de madera que había agarrado adentro en su cabeza.
B se dió cuenta ya cuando nuestra pasajera extra se encontraba en el piso y yo me encontraba a su lado sacándole el celular. Por suerte ni tenía contraseña por lo que al prenderlo me mostró directamente el mensaje ya marcado “Me fuí”. Como supuse, no era muy inteligente por lo que lo único que tuve que hacer para que nos pudiéramos ir en paz fue marcar enviar.
— ¿Que hiciste? Estás demente? Pudiste matarla.
— Claro que no, tengo suficiente experiencia en la calle como para saber con qué fuerza y dónde golpearla. Está bien, ni sangre tiene.— Aclare muy tranquila. — No íbamos a llevar a llevar a un psicópata con nosotras, creí que la piromaniaca eras vos.
— ¿No podías esperar a llegar al estacionamiento? — Se había acercado al cuerpo en el suelo para asegurarse que respirara.
— Claro, porque no iba parecer nada sospechoso que ande con un palo, muy casual.
— Ahora tenemos que correrla. — Dijo.
— ¿Tenemos? ¿Por qué? Vámonos.
— No pasa nadie por acá, ¿Y si no la encuentran? Va a quedar aquí.
Saco mi celular de su bolsillo.
— Maite mando mensaje, van hacia el estacionamiento. — Inspeccionó a la desmayada en el piso. — Tenés razón pero la van a encontrar, y si no lo hacen se despertará con un gran dolor de cabeza y sí tiene suerte puede retomar su propia fuga solita. — Se rió al verla y ya sea por la situación, los nervios o la simple idea de imaginarnos a Bridgette despertarse sola, ambas largamos unas pequeñas risas y retomamos nuestro camino.
Nos encaminamos rápidamente al estacionamiento donde nos encontramos a Maite cerca de la entrada a lado de un auto ya encendido. Por cierto, un auto muy lujoso que seguro nos iba a alejar muy rápido.
— ¿Donde se habían metido?
— Pudimos salir antes. ¿Pero por qué prendieron el fuego antes de tiempo? — Preguntó Maite.
— Yo no lo hice, fue tu amiga. — Blaire abrió una de las puertas de atrás. — No importa, después te explicamos. — Respondió al ver la cara de confusión de la rubia quien se subió en el asiento del volante.
B sostuvo fuerte la mano a Lily como si con eso le diera fuerzas. La observé y me di cuenta de que encontraba toda despeinada, con la ropa desarreglada, el maquillaje corrido y los ojos hinchados. Supuse que su apariencia estaba relacionado con el arresto del profesor Phillips y era obvio dado a la actitud de todas que yo era la única sin saber los detalles. Aunque no era el momento de preguntar.
— ¿Sabemos hacia dónde nos dirigimos? — Preguntó Liliana con voz quebrada y débil en un rincón.
— Por ahora salir de acá, una vez que estemos lejos ya tengo una idea . — Contestó poniendo el auto ya en marcha.
— Uhh, que misteriosa — Me burlé.
— Que idiota.
Me giré para sacarle la lengua a B.
— ¡Vamos chicas! Que estamos a un paso de ser libres. — Interrumpió la rubia prendiendo la radio.
— Libres — Susurró acelerando y apartandonos de nuestra prisión.
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- Hola, chicas. Para cuando vean esto ya se los abre dicho por el grupo, pero de nuevo: ¡Mil gracias! Me he divertido, emocionado y frustrado mucho en esta última parte del especial que tardamos más de 3 meses en escribir. Ha sido más de lo que esperaba y estoy feliz de poder subirlo ya terminado. Las amo.
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Me siento muy orgullosa de este especial. Nos tardamos un monton pero salio algo muy hermoso. Me encanta escribir con uds y tener esa peque*a conexion tanto en la escritura como en el dia a dia. Espero podamos hacer mas especiales y estoy muy emocionada que sigamos con la colectiva.
Jules
Re: Instituto Fénix | N. C.
Capítulo 26
No te puedo olvidar. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Blaire | Mala Hierba
10 días antes del fin.
Siento el humo del cigarrillo salir por mis fosas nasales y miro como se eleva al techo. Solía ser feliz con muy poco y ahora, me drogaba para olvidar. Y al parecer no estaba funcionando.
Miro la puerta de la habitación con un poco de inseguridad pero eso no me impide rodar en la cama y sacar por debajo del colchón la postal de la playa que miro con un poco de melancolía y sin dudarlo la pego a mi pecho.
Eran como las estrellas de Van Gogh frente a mis ojos, tan radiantes y borrosas. Inhalo profundamente que siento que el aire arde en mis pulmones, luego una camisa blanca adherida al cuerpo, unos labios carnosos, facciones profundas, nariz perfilada y al final unos ojos verdes atravesándome sin pensarlo dos veces, siento como una corriente eléctrica recorre mi espina dorsal.
Al principio, sólo podía ver sus labios moverse. ― Vamos, vamos… di algo. ― Escucho su voz de pronto, no sé qué me pasa pero siento como si todo se detuviera y volviera a andar, siento su tacto delicado en mi rostro. ― ¿Te encuentras bien? ― Susurra con la voz preocupada, vuelo a respirar con pesadez y me inclino un poco hacia el frente reincorporándome sin dejar de verlo: empapado, temblando de frío.
Estoy desorientada, me doy cuenta de que también llevo el vestido mojado y pegado al cuerpo, que he perdido un zapato.
¿Quién es este hombre? ¿Y qué ha sucedido? Pero tan pronto como me quito el zapato fragmentos míos de los últimos minutos comienzan a llegar, desde que me subo a mi auto hasta que camino a la playa.
―He llamado a la policía, deberían estar…
― Oh, mierda. ―Me levanto de manera torpe y comienzo a correr, mi equilibrio y su velocidad van en mi contra ya que segundos después me derriba y termino conmigo encima de él.
Mi puño va directo hacia su rostro, pero él lo esquiva y toma de mi muñeca sólo con la fuerza suficiente como para evitar que lo golpee y ambos nos lastimemos, mientras hago el mismo movimiento con la mano libre, pero de igual manera fallo. Es por mucho, más alto que yo por lo tanto más fuerte, de algún modo giramos y esta vez yo quedo bajo él.
― Basta. ― Insiste mientras me sigo moviendo bajo su peso, mi corazón comienza a latir de prisa. ― Sólo quiero ayudarte. Te estabas ahogando.
―No pedí tu ayuda. ― Unas cuantas gotas de agua salada caen de su cabello rubio a mi rostro.
―Bueno entonces deja que lo haga, sólo quiero que esperes.
― ¡Déjame en paz! ― Escucha mi voz a punto de romperse y se detiene, cedo ante su agarre, se aleja para sentarse a mi lado mientras yo me limpio las repentinas lagrimas que llenan mis ojos. Minutos después escucho como las sirenas de los oficiales se acercan y las luces terminan de alumbrar el lugar.
El levanta las manos. ― Yo los he llamado.
Soy observada por todos hasta que me tranquilizo. ― Arréstenla. ― Escucho la voz del jefe de policía no muy lejos, la sorpresa se hace evidente en la mirada del hombre que me ha sacado del agua. Por supuesto no espera que la oficial me empuje con la cara en la arena para esposarme.
―Blaire Fénix, queda bajo arresto por conducir bajo estado de ebriedad y dañar propiedad del estado. Cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra en un tribunal judicial. ― Me levantan sin mucho esfuerzo. El chico ya se ha puesto de pie también. ―Tiene derecho a consultar a un abogado antes de hablar con la policía y a tener un abogado presente durante el interrogatorio o más adelante. ― Me colocan una chamarra sobre mis hombros, a él le ofrecen una, pero niega señalando sus cosas tiradas a unos metros.
― No pueden hacer esto. ― Se queja, el jefe de policía saca su teléfono mientras sube a su auto, a mí me dirigen hacia la patrulla. El chico se acerca pero el compañero de la oficial evita que él alcance a tomarme del brazo. ― Deberían llevarla a un hospital acabo de sacarla del mar.
― Si no puede pagar un abogado, el tribunal le asignará uno antes del interrogatorio si así lo desea. ― Me terminan de decir, giro a verlo y gracias a la luz descubro tiene la mirada más intrigante que he visto en mi vida, por supuesto me deja un sentimiento que no puedo explicar. ― Tranquilo. ― Le dice el oficial. ― Escucha: será revisada por el mejor médico cuando lleguemos a la estación, pero dado la señal de tránsito y los buzones de correo con los que se estrelló, además de que estaba conduciendo en estado de ebriedad y posiblemente drogada… será mejor que pase la noche en la estación. Su madre está de acuerdo. ― No parece bastarle.
Estoy a punto de subirme a la patrulla, pero mi nombre en sus labios me hace detenerme. ―Blaire.
― Aléjate de mí. ― No sueno molesta, pero no le estaría haciendo ningún favor si volviera a verme, subo a la patrulla rompiendo contacto visual con él e intentó recuperar el aliento.
El reloj de la mesa de noche marca la 2:31 a.m. no quiero caer en la tentación pero no sé si pueda sobrevivir la noche sin escuchar su voz, sé que posiblemente si pueda pero una parte de mi se niega a no hacerlo. Saco el celular de mi bolsillo trasero sin pensarlo mucho y marco un numero que me gustaría no saberme de memoria y la pequeña espera se me hace mortal.
― ¿Hola? ― Sonrió como una niña pequeña, tonta y pequeña. Me mantengo en silencio porque a decir verdad sólo quería escucharlo y no sé que decir. ― ¿Blaire? ― Me quedo callada. ― Oh, Blaire. Que alivio, amor. Mierda. Te amo. ― Mi nombre en sus labios me vuelve loca, me quedo quieta a pesar de eso pero me olvido de respirar. Si alguna de las chicas se enterara sería mi fin. Escucho como se mueve en donde sea que esté. ― Blaire… responde algo: ¿Tú provocaste el evento? ― Pregunta con cautela.
― Debo colgar. ― Digo por fin.
― Así que no fuiste tú. Te conozco mejor de lo que crees. Escúchame debes volver. ―Dice él rápidamente pero lo interrumpo.
― Estoy tan drogada y en lo único que puedo pensar es en ti. ¿Y tú me estás pidiendo que vuelva? ¿Después de pasar el mejor mes de mi vida? Tienes que estar loco si crees que voy a volver algún día. ― Respondo.
― No. Blaire. No entiendes. El Jefe de Policías le está haciendo un favor a tu madre pero no durará mucho, ella cree que fuiste tú quién provocó el incendio y hubieras podido salir de esta sino hubiera un testigo que afirma haberte escuchado hablar del incendio. Quieren llevar esto a juicio. ¿Entiendes? A tu madre sólo le están dando tiempo antes de que pongan tu cara con un letrero de “Se busca”. En teoría eres mayor de edad, se le quitaría la custodia a tu madre para no romper ninguna formalidad con el Instituto, exactamente en unos días en tu cumpleaños número veinte.
― ¿Qué te hace pensar que voy a volver sólo por limpiar mi nombre?
―Creo que estás drogada y no sabes lo que dices. ― Está molesto que no puedo evitar reírme un poco eufórica. Permanece en silencio después de eso. Se que tiene el ceño y los labios fruncidos, preparándose para mi respuesta. Posiblemente este a lado de un trago de alcohol a medio terminar, encorvado sentado en el sillón negro de cuero. ― Vuelve a mí, Blaire. ― Estoy a punto de colgar pero de pronto escucho que tocan su timbre. Suspira y sé que camina a la puerta. ― Benji. Gracias por esperar. ― Me congelo en la llamada y antes de que diga algo cuelgo.
❋❋❋❋❋❋
― Tiene que haber algo más. ― Adele golpea la mesa, exaltada. Está molesta conmigo pero también está preocupada, igual que Liliana y Maite. ―No podemos dejarlo así.
― ¿Quién lo diría? Hace un mes no soportábamos la idea de estar juntas ni como compañeras de cuarto y ahora hasta quieren meter las manos al fuego por mí. ― Di otra fumada al cigarro y respiré profundamente. ―Y eso no va a pasar.
Adele me dio una sonrisa dolida. ― Hace un mes todo era diferente, Blaire. Yo todavía no terminaba entre tus piernas… ¡Hace un mes no éramos amigas, imbécil!
― ¡Basta! ―Grito Liliana con una calma que no me tragaba pero que necesitaba. La mire suplicante y aunque no quería aceptarlo sabía que yo tenía razón.
―No puedo creerlo. ―Adele se levanta de la mesa comprendiendo que Liliana está de acuerdo, pasa tan cerca de mí que casi siento como sus labios rozan los míos. ― Que quede claro que la Blaire que yo conozco se sacaría un as de cualquier lado y les diría a todos los demás que se fueran a la mierda. ― Esta vez arremete contra Lily. ― ¿Y tú por qué le das ánimos? Sino fuera por ella no estarías aquí. ― Y se va por el pasillo que conduce a las escaleras. Maite ladea la cabeza.
―No lo sé. Me parece una estupidez que simplemente te entregues. Ella tiene razón. ― La excusa Maite.
― A mí me parece una estupidez que estemos teniendo está conversación. Yo soy la que tiene la soga en el cuello.
― Ahora sé porque prefiero el alcohol barato sobre los cigarrillos. Vuelvo a caminar en círculos. ― No sé qué quiere. ― Señaló con un dedo al techo donde Adele estará desahogando su furia de algún modo. ― Pero está decidido. Lily toma la botella de whisky escocés que está en la cocina y comienza a servir. Maite por fin me suelta, toma uno de los tragos que Lily ha servido y bebemos al mismo tiempo. ― Iré contigo. ― Suelta ella ocasionando que escupa mi trago, Maite también luce sorprendida.
Comienzo a toser. ―Oh, por supuesto que no. ¿Por qué crees que estaba saliendo a hurtadillas hasta que tú me detuviste? ― Lanzo la colilla del cigarro al lavaplatos. ―Que hayamos salido del Instituto ha sido un golpe de suerte, nada más. Y eso en la vida no ocurre dos veces.
― Tú misma me dijiste que no lo habías ocasionado. ―Toma mi mano. ― Adele está molesta porque ni siquiera nos lo has pedido pero estamos juntas en esto. Al menos yo no me hice un tatuaje sólo porque sí.
Era una tontería. ― No voy a dejar que vengas, ninguna de ustedes. ¡Mierda! ¿Por qué me lo hacen tan difícil?
―Claro que voy a ir. Tú madre no confiará en ti, pero tal vez en mí sí. ― Lo dice como si no se hubiera escapado con nosotras.
―En todo caso la que debe regresar, soy yo. ―Maite esta vez no está sonriendo, está hablando en serio. ―Esa grandísima drogadicta me amenazo en el baño, dijo que la culpa no la tendrías tú sino yo. No entiendo por qué cambio de parecer.
― Porque para ser honestas, con tu cara de ángel nadie creería que pudieras ocasionar un incendio. Sin ofender. ― Adele aparece mucho más calmada que hace un momento, se ha puesto los zapatos y la chamarra.
― Bueno no me voy a entregar si ustedes vienen. ― Levanto mis manos al mirarla. ― ¿Acaso creen que quiero volver? ¡Me están culpando de algo que pensé pero que no hice!
Adele me mira fastidiada. ― En este punto me importa un carajo lo que pienses. Te. Vas. A. Entregar. Y si no lo haces por las buenas, será por las malas.
Comienzo a reír. ― Vaya. Siempre doble cara. Tengo que admitirlo, juegas muy bien tu papel. ― Adele se endereza y camina decidida a mí, Liliana me toma del brazo y Maite se interpone entre Adele y yo.
―Ambas, se están comportando como unas idiotas. ― Dice Maite, y con las palmas en el pecho de Adele le da un leve empujón para que vuelva a donde estaba. ―Blaire, tú tienes razón, la tienes. Debes entregarte, pero no lo vas a hacer sola. Punto. Además no quiero estar afuera sabiendo que a Bridgette nadie le ha pateado el trasero. ― Contesta Maite sumamente molesta.
―Aún. ― El vaso se estrella en mi mano sobresaltándolas, unas pequeñas heridas en mi mano se abren y se tornan rojas por la sangre. ― Tendrás que hacer fila muñeca, porque esa perra no debió meterse con el diablo.
❋❋❋❋❋❋❋
Lily se encuentra con las palmas sobre el auto de Philips, tiene el cuerpo inclinado y mira hacia el suelo. ― ¿Te encuentras bien?
― Sí, sólo estoy estirando. ― Odiaba cuando las personas se empeñaban en mentirme porque yo era excelente mintiendo. Tiene las llaves de Philips en las manos y las mira con cierta extrañeza.
― ¿Te preguntas si estará ahí? ― Liliana asiente y evita poner los ojos en blanco porque no está pensando sólo en eso. ― Bueno, no creo que esté ahí. En todo caso si lo está debemos saber por qué. Nada sucede sin que mi madre no lo decida.
― Para ser una directora, tú madre es muy influyente. ― Dice con amargura. ― ¿Qué hay de ti?
― Tengo mucho en que pensar como en nuestros padres. ― Me muerdo el labio, he hablado sin tacto alguno. Me sentía avergonzada por lo que se suponía que no sabía. ― En ustedes y en mí, como fui tan tonta. ― Ellas no sabían toda la historia, había omitido la parte en donde Mia Tash estaba en casa de Benjamín. Pensarían que lo estoy haciendo por él y no por mí.
― No estoy muy segura de si van a creerme o no. ― Sus manos se hacen puño y luego vuelve a aflojar. Está nerviosa. ― Intentaré ayudarte pero así como tu madre paga por ti los míos pagaran por mi con tal de no manchar el apellido Sorrento. ― Se refería al momento en el que Philips y yo entramos a rescatarla.
Adele y Maite son las últimas en salir de la cabaña donde hemos pasado el último mes más bueno que he tenido en mucho tiempo. ― ¿Blaire? ― Me habla Maite antes de subir al asiento trasero junto con Adele que sube al auto sin dirigirme la palabra.
― Feliz cumpleaños.
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Capítulo 27
Fortalecidas.[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Adele Benet
Arme el cigarro apenas salí de la casa, me quede afuera un buen rato disfrutando el viento de la mañana. Era muy pacífico el lugar a esta hora y a pesar de todas las circunstancias que me habían llevado hasta acá y de las personas que me rodeaban me sentía muy tranquila.
Aunque también debía admitir que tenía miedo, lo estaba enterrando muy profundo pero seguía dentro mío atormentandome cada tanto. Estos días había sentido una paz muy extraña, a pesar de que estaba aliviada de haber escapado del instituto, no podía dejar de pensar que todo podía terminar en cualquier momento, sentía que la libertad estaba por acabar en cualquier momento. Al fin y al cabo ya me había escapado una vez de mi casa, y como castigo me encerraron así que no me quería imaginar que iba a pasarme si me volvían a encontrar.
La puerta se abrió y de ella salió Blaire colocándose una campera.
—Voy a salir, quiero despejarme un poco. — Anuncio.
—¿Tan temprano te cansaste de nosotras? —Pregunté pero ya estaba pisando la calle y me había ignorado.
En ese instante me di cuenta del tiempo que había pasado distraída en la entrada de la casa, más al ver cómo minutos después Maite salía muy deprisa y se quedaba en la vereda mirando por todos lados. Hizo un gesto de frustración antes de volver y acercarse a mi.
—¿Que te paso? — Pregunté divertida.
—Blaire. — Subió los escalones de la entrada y se quedó a mi lado. — Escuchó que ayer le dije a Lily que hoy deberíamos acomodar la casa y se fue, seguro para no hacer nada.
—Ahora entiendo todo, yo pensaba que estaba de mal humor pero en realidad estaba huyendo de vos.
Se metió dentro mientras se quejaba y luego de guardar el cigarro que estaba a punto de encender, la Seguí hasta la cocina tentada de reírme.
—¿Te parece gracioso? Hace una semana que estamos acá y convertimos la casa en un caos. Hay que limpiarla y mantenerla en orden. — Setencio.
Lily apareció con el tubo y un pico de lo que suponía formaban parte de una aspiradora y ella los miraba frustrada como si fueran parte de algún complejo mecanismo. — Toma, creo que esto te va a tocar a vos si sabes como usarlo. — Me los extendió.
— Claro que se usar una aspiradora, no es una ciencia y estoy segura que es a prueba de tontas. De todas formas yo no voy a limpiar, y menos si Blaire se fue de acá para no hacerlo.
— ¿Cuantos años tenes?¿5?— Me sacó los objetos de la mano con brusquedad. — Entonces la de la puerta era B escapándose. — Adivino.
—¿Qué te parece? De todas formas soy la única que se encarga de la comida, debería estar exenta de eso. — Seguí con mi intento de convencerlas.
—Cocinas porque queres, ni que fueras una chef
—Cocino porque si dependiera por ustedes con Maite nos terminaríamos intoxicando, vos no sabes pelar ni una papa y todas pensamos que B podría vivir del alcohol.
A todo esto Mai ya estaba con un balde, un trapo y un secador que dejó en el piso. Le saco a Lily el tubo y el pico de las manos con la misma brusquedad que ella me las había quitado a mi.
—Está bien, si no puedo controlarlas no me sirven. Tampoco es que seamos un asco así que es más que nada ordenar. —Hablaba con nosotras, pero parecía que estaba hablando con sigo misma y solo estaba organizando todo en su cabeza. — Voy a hacerlo sola, ustedes se encargan de la cocina que tengo hambre, y de limpiar los platos.
—Hoy cocino yo. —Dijo Liliana una vez que nos quedamos solas.
—¿Vos? — Pregunté incrédula. Desde que habíamos escapada del evento Liliana se comportaba algo rara, más de lo usual. Y para ser sincera me irritaba su amabilidad y ganas de comportarse como si fuera nuestra hermana mayor o incluso nuestra madre.
— Si, prestó atención, y te vi cocinar un par de veces. Puedo hacerlo, vos limpias después. — La miré unos segundos esperando que cambiara de idea pero tuve que irme resignada.
Quise irme a mi cama para acostarme un rato pero Maite me saco de ahi para poder limpiar. Después de 5 intentos fallidos por quedarme en algún rincón y 5 veces que me corrieran, opte resignada por ayudarla con la ropa. No teníamos muchas cosas ya que sólo escapamos con lo puesto, aunque para nuestra suerte en la casa de playa de Maite había un ropero con lo suficiente para las cuatro, no podíamos ser exigentes, al menos teníamos para cambiarnos.
Estaba en mi tercera y última tanda de lavado cuando empiezo a sentir un olor a quemado y después escuchó un grito proveniente de la cocina. Medite dos segundos antes de ir, pero decidí que si se incendiaba la casa no tendríamos a donde ir.
—¿Qué pasó? —Pregunté llegando
—Nada. —Contestó rápidamente sosteniendo su brazo e intentando ocultar el humo que salía de la estufa.
—¿Qué pasó? — Volví a preguntar más seria.
Ella solo se hizo a un lado resignada. Al acercarme pude ver la olla quemada con una especie de enorme pasta rara dentro, creía distinguir porotos en el medio de todo eso. La miré extrañada y ella levantó su brazo. — Me queme, y bueno…
—No fue lo único que se quemó, claramente. — Sujete su mano y la extendí hacia mí para ver la quemadura. No me extrañaba que sea solo una pequeña mancha rosa, que puse debajo del agua de la canilla. — Exagerada.
—Me arde. — se quejo
Coloque un poco de hielo en un repasador y se lo di
—No es mucho, solo mantenlo fresco, pero que no le dé el hielo directo. De todas formas ¿qué fue lo que hiciste?
—Estaba improvisado. Pero puse el arroz y los porotos a hervir pero no se hacían más y el arroz ya estaba listo así que me frustre un poco y lo deje para que se cocinada todo, pero volví y el agua se había evaporado, ya estaba quemado abajo y el arroz esta muy raro. — Explicó todo bastante rápido como si con cada palabra liberara su frustración.
—Si, lo supuse cuando lo vi. Tienen tiempos de cocción muy diferentes. — Explique intentando revolver la pasta formada. — Lo que debería haber imaginado era esto, era lógico que no podías ni con el arroz.
—Al menos lo intentó —Se defendió.
—Bueno de intentos no comemos, pero seguro que no es algo que seguro una princesa como vos no puede llegar a entender.
Podría haberlo dejado ahí, sabía que podía simplemente decirle que lo arregle ella e irme. Pero estaba claro que la mayor parte dentro mío no quería dejarlo pasar, existía una guerra pasiva-agresiva entre nosotras y en cualquier momento podíamos explotar.
—¿Las princesas como yo? ¿Tengo que recordarte que vos también venís de una familia de plata? No importa que te la des de guerrillera, venís del mismo lugar que yo.
—Al menos yo no vivo en mi propio mundo vistosamente perfecto y lleno de rosas desde donde puedo manipular a todos los que crea inferior a mi. — Había desatado una tormenta y ahora no podía volver atrás.
—Claro porque mi vida es muy perfecta. Es tan perfecta que de todas formas termine encerrada en un maldito internado de recuperación y en la misma habitación que vos. La única chica en el mundo que entiende lo que es un problema de verdad. — Para este punto no sabía quién estaba más molesta ni quién gritaba más.
—Yo no dije eso...
— Claro que no, pero está muy claro que te crees mejor que todos. Te crees una mártir el este mundo hipócrita, y por supuesto mejor que todas las que estamos acá. Siempre juzgandonos por lo que hacemos.
—¿Que yo juzgo? ¿En serio? Si sos vos la que siempre tiene algo que decir sobre todo lo que hacemos. Como si fueras la brújula moral y nunca fueras por el lado malo. Siempre haciendo las cosas bien
—Bueno, para hacer las cosas un poco mejor que vos no hay que hacer mucho, al menos tengo moral. Yo me preocupo por todas, vos serías capaz de vendernos si eso te sirviera para algo. — Aunque su tono era acusador ya no gritaba, pero había irá dentro
—Y sin duda vos intentarías dejarme en el camino si pudieras. Pero ¿sabes que? Te encargaré ahora de todos los problemas de las cuatro ya que te sale tan bien por lo que veo y tienes tanto amor por el grupo. — busque dentro de uno de los cajones y saque una pequeña caja. — Soluciona el problema de que no hay casi plata y vos usaste la poca comida en esa cosa que nadie va a poder tragar.
La cara de Liliana estaba completamente roja probablemente de la ira que sentía en el momento. Podía notar que intentaba contener las lágrimas. Liliana se dejó caer una de las sillas del comedor y agachó la cabeza al suelo mientras mordía sus uñas inquieta.
—la única opción sería robar— susurro para luego negar con su cabeza — voy a mirar si puedo sacar dinero de alguna de mis tarjetas para resolver el problema —Se levantó algo torpe para luego desaparecer de la habitación.
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—Vamos linda. Ven a tomar un trago un conostros. — Escuche la insistencia de un grupito de borrachos en la vereda del frente a la que estaba y una sensación de déja vu invadió mi mente.
Intenté ignorarlos mientras seguía mi camino. Arrastraba a mi lado la bicicleta con la que había venido y buscaba la marca que me iba a indicar que había llegado a mi destino. A pesar de que no estaba segura de lo que estaba haciendo ya no era momento de echarme atrás, solo esperaba no equivocarme.
Conté la cantidad de casas que iba pasando a partir de la T pintada en la pared. Tenían que ser 5 así que una vez que estuve frente a la puerta correcta di 5 golpes espaciados.
Se me ocurrió que esto podría ser un error y qué tal vez ni siquiera encuentre a la persona que estaba buscando pero antes de que pudiera dar un paso atrás ya estaba escuchando a alguien acercarse y de repente estaba frente a un hombre de al menos cuarenta años y con mucho mal humor en su rostro.
—¿Que queres? — Pregunto.
—Busco a Tony. — Conteste muy segura, no iba a dejarme intimidar.
—¿Quien eres?
—Una vieja compañera.
—Espera. — Dudo un rato y cerró la puerta dejándome afuera. Eso me dejaba más tranquila, estar sola adentro no me hacía mucha gracia aunque si quería verlo lo iba a tener que hacer.—Pasa. — Dijo después de aparecer de golpe. Agarro mi bicicleta y la entro dejándola a un costado.
Entre a una sala pequeña y bastante desordenada, los únicos muebles eran una mesita con un sillón al lado. No había ventanas y la única luz era la de un foco que estaba a punto de extinguirse.
El hombre cruzó la sala hasta el otro extremo y abrió una puerta—Ven. — Se perdió dentro y lo seguí un poco dudosa. Pásanos a lo que sería un pequeño pasillo aún más oscuro que de un lado giraba a la izquierda y en el otro se encontraba una escalera al piso de arriba. — Sube las escaleras, es la primera puerta.
—De acuerdo, Gracias. — Me gire y comencé a caminar aun sintiendo una mirada en mi espalda que me seguía.
Las escaleras hacían un ruido horrible y parecían estar inclinadas hacia abajo, tuve que subir con cuidado para no caerme. La casa parecía haberse construido hace décadas y nunca haber recibido una reforma. En el siguiente piso solo había un espacio con dos puertas, toque en la primera y espere.
Al verme me reconoció me reconoció enseguida, lo pude notar por su rostro ya que no largo ni un sonido de su boca. Estaba en estado de shock, y yo también. Cuando me mude con Emilia lo seguía viendo, se volvió un hermano para mi, él como viviera o se ganara la vida no cambiaba nada para mí, conocía personas que hacían realmente daño y esas usaban trajes. Pero después de que los hombres de mi padre me fueron a buscar no tuvimos contacto y sabía que lo había amenazado para que se alejara de mi. No sabía si era correcto de mi parte buscarlo, o esperar alguna reacción positiva de su parte.
—Hola. — Sonreí torpemente.
Todavía con asombro se acercó lentamente y me envolvió fuerte con sus brazos. Por primera vez en mucho tiempo me sentí segura, después de todos estos meses estaba con alguien en quien confiaba realmente.
—Pensé que no iba a volver a verte. — Me soltó y me hizo pasar a la habitación que también estaba bastante vacía con una cama y un escritorio lleno de cosas, pero tenía un gran ventanal que llevaba a un balcón. Ambos nos quedamos parados. —¿Cómo es que llegaste hasta acá?
—Bueno, escuche algunos rumores de tu paradero y tengo que decir que es muy convenientemente cerca de donde estoy, así que después de un viaje igual bastante largo en bicicleta segui tus marcas el las paredes de las calle y te pude encontrar.
—Vamos. —Dijo llevándome a la ventana. La abrió y se sentó en el suelo del balcón, yo me senté al frente.
Mirando hacia la calle me di cuenta que realmente no era un barrio feo, mucho mejor del que vivíamos antes. — Veo que te está yendo bien.
—No me puedo quejar. Mis negocios van bien, tengo una mejor casa, es vieja pero la estamos remodelando, es un vecindario donde hay algún que otro idiota pero es muy tranquilo y mi nuevo compañero a pesar de ser raro es agradable.
—Agradable. Si fuera por él me pegaba una patada para que me fuera. —Le comente.
—Seguro creyó que venías a comprar o algo así, odia atender a mis clientes. — Me explicó
—Tus clientes? Que sofisticado
Volvió a inspeccionarme como si aún no creyera que estaba frente suyo.
—¿Cómo es que estás acá? Hasta donde yo sabía estaban en un reformatorio.
—Bueno digamos que es la fuga de Adele 2.0, vi la oportunidad de escapar con un par de chicas y la tome. No iba a dejar que me volvieran loca en ese internado solo porque mi padre tiene miedo de que haga alguna locura y manche el nombre de la familia. —Intente contarle un par de cosas que me habían pasado, pero eran tantas que no sabía si le había dicho todo. Era bueno hablar con alguien que no te juzgue.
—Bueno, ciertamente ya no sos la niña perfecta a la que conocí hace años.
—Nunca fui la niña perfecta. — Aclaré.
—Lo eras, te guste o no lo fuiste. Te creías muy mala al lado de tu familia pero la verdad es que la chica que fue a mi casa ese día era una completa mojigata, realmente no habías hecho nunca nada malo, no habías roto ninguna regla e internamente siempre intentabas complacer a todos. — Esas palabras se habían quedado en mi cabeza. Nunca me había dado cuenta de cuánto había cambiado en todos estos años, era extraño verme como esa niña.
—Pasaron muchas cosas. — Suspire.
—¿Y ahora qué sigue en tu vida?
—No lo se, por ahora somos como un grupo de 4 chicas intentando escapar de nuestras vidas. —
—¿Un grupo? Estoy sorprendido.— Se burló y le di una patada.
—No se bien para dónde vamos. Pero somos nuestra mejor opción por lo que las cuatro nos necesitamos.
Se levantó y me hizo señas de que me quedara donde estaba. Lo vi hurgar en sus cosas para después volver y extenderme un pequeño bolso.
—¿Que es? —Pregunté al mismo tiempo que lo abría.
—Cosas que te pueden ser útiles, ya sabes como un celular que no puedan rastrear con mi numero agendado, plata y bueno… un poco de hierba para pasar los malos ratos. — Me giño el ojo.
—Gracias, pero no tienes que darme todo esto. Aunque tener como comunicarme con vos me gustaría. —Admiti
—Quédate el resto, y guarda mi número en otra parte. Siempre que necesites puedes llamarme.
—Sos el mejor
—Ya lo se linda.
—Idiota. — Me quede pensando un rato en todo lo que me había dicho. — Creo que debería irme. — Me levanté de golpe y entre.
—Pero recién llegaste.— Se quejó.
—Ya se, perdón pero ahora se como contactarte y nos podemos ver, no me contaste nada de vos solo hablé de mi. — Hice una pausa. — Aunque ahora tengo que arreglar un problema que deje pendiente.
—¿Puedo saber cuál?
—No, pero si sale todo bien te cuento. — Conteste. — Solo te voy a decir que voy a intentar acabar con una guerra con alguien que tranquilamente podría haber sido yo hace un par de años. — Me despedí de él y me fui ideando un plan en mi cabeza
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Me faltaban pocas cuadras para llegar a la casa cuando veo a B y Liliana caminando en mi dirección. Ambas estaban calladas, pero lo suficientemente distraídas como para no notar mi presencia hasta casi chocar.
—Hey, ¿Que hacen? — Pregunté muy tranquila bajandome de la bicicleta.
—Vamos a buscar a Maite y de paso a vos. Tenemos que resolver qué es lo que vamos a hacer. — Contestó B.
Lily tampoco parecía muy enojada, y no estaba segura si era solo porque estaba con B y no quería hacer un escándalo o que realmente se le había pasado la bronca, pero me alegraba ya que todo el camino de vuelta había estado pensando en una idea para resolver los dos problemas
—Okey, pero Liliana y yo vamos a solucionar lo de la comida. ¿Podrías buscar a Mai vos sola Blaire?
—¿Que? — parecía confundida, seguro ya sabía lo que había pasado.
—Pero dijiste…
—Se lo que dije. — Interrumpí a Liliana. — Pero digo muchas cosas así que en compensación hoy voy a darte unas clases.
—¿De que? —cuestionó desconfiada.
—Si te lo digo ahora no tiene gracia. Vamos, no voy a matarte.
Intente sonar confiable pero ella dudó unos segundos. Nuestra amiga solo miraba la escena viendo como si fuera una película, intentando adivinar si vamos a volver a pelearnos o si hacíamos tregua. Para mi suerte acepto.
—Claro, déjenme sola para encontrar a la pérdida. — Se quejó B.
—Nos vemos. — Me despedí tironeando a Lily hasta la casa.
Una vez dentro busqué las llaves del auto, saque solo un poco de plata de la caja y agarre un bolso bastante amplio pero no demasiado como para que nadie sospeche.
—Vamos, nos llevaremos el auto.
—Vas a decirme a donde vamos o que? — Pregunto en la puerta sin moverse.
—En el auto. Vamos que ya es casi de noche. — La apure.
Entramos y antes de que alguna de las dos diga algo ya estaba arrancando. Sabía a dónde íbamos, no era muy seria pero valía la pena. Habíamos comprado en ese lugar de pasada el primer día, y era el lugar perfecto.
—De acuerdo, este es el plan, pero no me interrumpas antes de que te explique al menos el principio. — La amenace. — Vamos a ir a este mercado que está en el medio de la nada y en un lugar bastante tranquilo, es de una marca grande así que no le estás robando a algún trabajador pobre ni esas cosas. Pero es de esos lugares que no les importa a nadie, no tiene guardias, ni cámaras, apenas tiene a alguien que lo atienda porque el lugar es pequeño y está abarrotado de cosas. — Sabía que no estaba llegando al punto pero era bastante evidente por la reacción de mi copiloto que ya entendía por dónde iba el tema. — Ponete el top que hay en el bolso, la vez que fuimos había un tipo bastante baboso e idiota.
—Y ¿pretendes que con un escote le obligue a darnos algo? — me sorprendió que su preocupación no fuera robar, si no la forma el supuestamente se iba a desarrollar el plan
—No seas ridícula, vos solo vas a ser la distracción, yo voy a robarle.
—¿Estás loca? No vamos a robar, esta mal. No puedo creer que esa sea tu gran idea. — Tiro la remera en los asientos del fintó indignada. Deje salir una pequeña risita cuando Liliana captó el verdadero plan.
—entonces ¿como quieres que vivamos? ¿Vamos a pedir limosna o queres que le roguemos a nuestros papis que nos depositen la mesada para poder seguir escapando?. — Me volvía a frustrar su actitud pero seguía intentando sonar calmada, después de todo, no quería volver a pelear
—Podemos conseguir un trabajo o no se, pero tiene que existir otra forma.
—Perfecto, ve a buscar un trabajo. Espero obvio que sea en negro y de todas formas espero que tengas un documento falso, de esos que te cambian la identidad y no solo la edad como los que teníamos antes. Así que sabiendo que no tienes documento confío que tal vez si consigas trabajo pero cuando? Una semana o dos? Tres días? Qué hacemos mientras?. — En algún punto debía admitir que tenía razón, si hubiéramos buscado trabajo desde un principio esto no pasaría, si hubiéramos cuidado la plata en vez de derrochar esto no pasaría. Era nuestra culpa y debíamos resolverlo rápido.
Viajamos en silencio unos diez minutos y a pesar de no hablarme tampoco me había exigido que frenará o que volviera. No podría obligarla a robar así que solo quedaba en ella.
—No volveré a hacerlo nunca en mi vida. — Se dio vuelta para agarrar el top y cambiárselo.
—Obvio. Pero ya vas a ver que te vas a divertir. — Sonreí satisfecha de que fuera más fácil de lo que había creído, pensaba que iba a tener que darle un discurso más amplio.
Llegamos al lugar y por suerte ya había oscurecido. Estacione a la vuelta y espere a que el único auto estacionado se fuera, no era un lugar al que se viniera caminando así que esperaba que no haya algún otro cliente.
—Okay la cosa es así: entras, preguntas sobre algo o le pedís ayuda con lo que sea y lo mantenes distraído lo suficiente como para que yo entré después, meta cosas en el bolso y le saque plata, luego de un rato sales y yo ya voy a tener el auto en marcha. Te juro que es un viejo baboso así que no te va a costar mucho.
—No se si pueda hacerlo. — Dijo bastante nerviosa.
—Mira, no te voy a obligar a hacerlo. Si es lo que quieres, volvemos a la casa. — Intente tranquilizarla. —Pero ya estamos acá, y el que estés cambiada y que me dejaras llegar sin volver me dice que una parte tuya quiere hacerlo. Piénsalo como una aventura, Lily no puedes pretender ser buena todo el tiempo, a la gente le importa una mierda al final del día si fuiste buena. Mira como terminamos si no, ¿crees que alguna de nosotras quiso tomar malas decisiones? Sólo queremos sobrevivir y no se sobrevive siendo buena en un mundo de gente mierda.
—No soy tan buena como crees, y también tome muy malas decisiones. No me conoces. — No parecía que me estaba atacando realmente, esta vez ninguna estaba enojada con la otra. Su mirada se perdió por unos segundos mientras se mordía el labio.
—Es verdad, no te conozco. Porque nunca me diste la oportunidad. Porque al fin y al cabo todo lo que me cuentes puedo usarlo en tu contra ¿no? — Dije muy tranquila casi repitiendo lo que muchas veces me había dicho ella. — Y tal vez lo hubiera hecho, pero ya no. Y por más insoportable que me parezcas a veces, no te voy a traicionar.
—¿Porque yo? — Preguntó.— Estoy segura de que con las otras tendrías más suerte.
—Porque nunca confiaste en mí, eso ya quedo claro, y yo nunca confié en vos. Pero para hacer esto vamos a tener que hacerlo y confiar que ninguna va a traicionar a la otra. Voy a tomar ese riesgo ¿Y vos?
—Me traicionas y te mato. —Amenazó, yo le sonreí.
Una vez listas la primera en salir del auto fue Lily que fue directo a la entrada, yo me quede esperando un momento para darle tiempo de distraerlo. Cuando me pareció que había funcionado ya que no había vuelto decidí entrar.
—¿Y cual podrías recomendarme? — Escuché que preguntaba Lily dulcemente, aunque se notaba sus nervios. Apenas me miró, lo cual era bueno ya que el hombre no tenía que notar mi presencia.
Lo primero que hice fue ir directamente a la caja, si teníamos que salir corriendo prefería al menos llevarme algo de plata. Por suerte no tenía seguro y era cuestión de tocar un botón para que se abra. Si era sincera, también estaba un poco nerviosa así que evitaba mirar para su lado, solo estaba atenta a que nunca dejaran de hablar. A pesar de que estaba agachada estaba segura de que podía verme si se volteaba.
Al terminar, cerré la caja y me levanté lo más silenciosa posible y fui directo a las góndolas donde pretendí estar tratando de elegir que clase galletitas iba a escoger. Por lo poco que pude distinguir de la charla, Mi amiga estaba contándole sobre una anécdota en la playa, supuse que lo que tenía más entusiasmado al hombre era que había mencionado algo de bikinis y no podía dejar de causarme gracia la situación.
— Lo peor de todo es que mi el top de mi bikini se rompió — Liliana empezó a reírse jugando con un mecho de su cabello. El hombre extendió su mano e intentó acariciar el hombro de desnudo de Lily. Me sorprendió cómo rápidamente lo detuvo sosteniendo la muñeca del tipo. Hubo un silencio por unos segundos, Lily estaba totalmente tensa y las dos cruzamos miradas. Di unos lentos hacia donde estaban dispuesta a sacarla de aquella situación, cuando Liliana suspiro y sonrió coquetamente hacia el tipo — aquí no — dejo salir una risita juguetona, pero con matices de nerviosismo en ella. Soltó su mano y se recostó en la vitrina para mostrar mas su pecho — no quiero que la chica se ponga celosa de nosotros — su voz se escuchó casi como un ronroneo, los dos voltearon a mirarme.
Agarre un paquete sin saber lo que era y me puse a leer los ingredientes pero al ver que seguía el silencio levanté mi vista directo a los ojos de él, y sin dejar de verlo le sonreí, sabía que la mayoría de las personas bajan la mirada cuando un desconocido las ve. Y si no parecía sospechosa debería funcionar. Y funcionó. Le pregunto a Lily donde era que se quedaba.
En cuanto agarre un par de cosas salí a penas me di cuenta que nadie notaría mi ausencia, no sin antes hacer una seña para que Liliana esperara unos segundos antes de salir. Me ponía más nerviosa el dejarla ahí adentro así que rápidamente me metí al auto dejando el bolso en el asiento de atrás, arranque y me acerqué a la entrada sin dejar que me vieran por la puerta. Lily tardó lo que me pareció una eternidad y en cuanto puso un pie fuera corrió hacia mí mientras yo apagaba las luces de afuera para que no se viera bien la placa del auto y comencé a manejar.
— ¡Rápido! — Chillo Liliana entre asustada y emocionada. — ya se debió dar cuenta que no entre con él al baño — iba de decir algo, pero pude ver por el espejo como salió de la tienda el tipo e intentaba inútilmente seguirnos, pero nosotras ya estábamos muy lejos como para alcanzarnos. — A dónde vas? Por acá no vamos a la casa — volví a prender las luces del auto cuando nos adentramos más al bosque.
— Era mejor si nos desviaremos para otro lado, para despistar. Ahora doy la vuelta — Prendí la radio a todo lo que daba y antes de llegar a la casa paré en una plaza.
—Okey estoy feliz de compartir toda la ganancia del día con las chicas, pero esto va a ser un premio solo para nosotras. — saque una pequeña botella de vodka saborizado muy cara que había encontrado, y si iba a compartirla no lo iba a hacer con cualquiera. Lo compartiría con la persona que me ayudó a obtenerlo.
— Nunca lo probé. —Dijo sosteniéndolo y sonrojandose.
—Bueno yo tampoco, pero creo que nos lo merecemos después de lo que hicimos.
—No se si merecer es la palabra indicada
Salimos del auto para dirigirnos hasta un banco.
—Vamos, lo merecemos. ¿No me vas a decir que ese idiota te dio pena?
—No, pero lo que sí me dio es terror de que nos descubrieran. Podría haber entrado alguien. — Fácilmente abrió la botella y olió su contenido. Le dio un trago y por su expresión me di cuenta que era fuerte. Pude comprobarlo cuando lo pobre, de todas formas me gustaba.
—Te dio terror pero pude notar que sonreías cuando estábamos recién en el auto, no podes negar que fue divertido. — La acuse.
—De acuerdo, a pesar de que está mal, una vez lejos si me pareció divertido. — Admitió riendo.
Le dimos ambas otros tragos a la botella mientras me contaba que era lo que se había inventado para distraerlo.
Carstairs
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