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Mensaje por jackson. Mar 02 Feb 2021, 8:11 pm

≠ Titulo: Nothing Last Forever.
≠ Autor: Colectiva.
≠ Adaptación: Ninguna, tiene referencia a una canción.
≠ Genero: general
≠ Advertencias: Lenguaje explicito, vulgar, escenas +18, uso de drogas, etc.
≠ Otras páginas: No.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
NOTHING LAST FOREVER
Están rodeados de todo lo que desean y necesitan, placeres de la vida, vicios y fama. Son los mejores corredores de carreras clandestinas y el mundo parece estar a sus pies. No hay quien los derribe de su pedestal, pues ellos han forjado su camino a su manera.

Viven al límite sin importarles a quien dañen en el camino hacia su éxito, pero en toda historia siempre existirá una persona que los haga cambiar de parecer y querer entregar todo de sí.

Todo parece pintar bien en sus vidas, pero siempre hay obstáculos que los hacen ganar unas cosas y perder otras. Poco a poco sus relaciones se ven afectadas y, en un abrir y cerrar de ojos están cayendo en un abismo muy lentamente.

Nada dura para siempre y eso ya lo tenían claro desde el inicio, pero nunca pensaron que esa frase los golpeara tan fuerte.

—Al final, tú también cambiaste —susurro cuando finalizó la llamada.

Lucha por tu vida o lucha por la de ella, pero no dejes que se derribe todo lo que has construido en el camino.

Cabecera

Código:
<link href="https://fonts.googleapis.com/css2?family=Big+Shoulders+Inline+Display:wght@700&display=swap" rel="stylesheet"><center><img src="https://cr.emedemujer.com/wp-content/uploads/sites/7/2017/06/regadera.gif" style="width: 450px; height: 200px; border: 2px solid #303030;"/><div style="width: 454px; height: 50px;background:#303030;"><div style="width: 450px; height: 50px; text-align: center;font-size: 25px;font-family: 'Big Shoulders Inline Display', cursive;position: relative; bottom: -13px;letter-spacing: 10px;">CAPÍTULO  001</div></div>
<div style="width: 450px;text-align:justify; font-family: Arial;color:#e6e6e6; font-size:14px;">Proin viverra, lectus in malesuada semper, ipsum diam malesuada nunc, et condimentum dui massa ut arcu. Etiam posuere malesuada est, ut consectetur metus suscipit nec. Suspendisse non vehicula enim. Sed porta, nisl eu pellentesque vehicula, magna metus dignissim sapien, ut vestibulum nulla risus vitae nibh. Proin tincidunt dignissim mattis. Nunc sapien turpis, porttitor iaculis sollicitudin ut, lobortis eu purus. Aenean rutrum dignissim molestie. Nunc ante tellus, tempor et varius et, pulvinar malesuada elit. Phasellus commodo, erat vel feugiat luctus, sem leo bibendum lacus, ut pellentesque elit arcu quis orci. In dictum dictum dapibus. Praesent pulvinar euismod ligula at consequat.Etiam quis pellentesque orci.
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Última edición por jackson. el Mar 16 Feb 2021, 8:02 pm, editado 2 veces
jackson.
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Mensaje por pixie. Miér 03 Feb 2021, 3:34 pm

me conecto solo al ordenador para pasar por aquí, holi Nothing last forever | N.C. | 3136398239

___________________________________________


ausente.
pixie.
pixie.


http://lachicaimposible.tumblr.com
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Mensaje por lovesick Miér 03 Feb 2021, 8:41 pm

Estoy emocionada 🌚🙌🏼
lovesick
lovesick


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Mensaje por Jaeger. Dom 07 Feb 2021, 3:52 pm

aquí pasandome y deseando que inicie ♥
Jaeger.
Jaeger.


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Mensaje por jackson. Dom 14 Feb 2021, 9:34 pm

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CAPÍTULO  001


2 meses antes.

El constante golpeteo de la lluvia sobre mi capucha mojada no era nada con lo que no hubiéramos lidiado antes, hoy había arribado uno de los pedidos para Myles así que teníamos que ser lo bastante rápidos para no tener a la policía encima de nosotros.

—¡Mierda Rusty! Mueve tu trasero de esas cajas y comienza a cargar o me veré en la penosa necesidad de patear tu trasero y sabes que amare hacerlo.

La lluvia opacaba mis gritos, pero cuando vi sus dos pulgares hacia arriba sabía que me había escuchado a la perfección.
Mi celular comenzó a sonar y deje la caja que estaba cargando, el nombre de Cassidy apareció en el hizo que todo mi cuerpo se tensara, con un rápido movimiento respondí y coloque mi celular entre mi hombro y oído. Levante la caja y la cargue en mi auto.

—Están a 15 minutos de ustedes, son cuatro patrullas y una suburban negra, alguien tuvo que informarles sobre el encargo de esta noche.
—Bien. Muévete de ahí, necesito que te unas a nosotros sobre la 79 para perderlos.

Sin esperar respuesta colgué y cerré la cajuela de mi Huracan.

—¡Es hora de movernos! —camine hacia la puerta de mi auto— Están mas cerca de lo que los necesitamos, solo despístenlos y cuiden que la mercancía llegue al Underground.
—Asegúrense de perderlos antes de llegar a nuestro punto e imbéciles —la voz de Lion se detuvo en seco—, ninguno muera o se deje atrapar por esos patrulleros.

Los motores de todos comenzaron a rugir a la par de que las luces de las patrullas destellaban a lo lejos. Los carros comenzaban a desaparecer uno por uno, con una ultima mirada hacia las patrullas que comenzaban a aparecer pisé el acelerador y salí de ahí.
La música de mi auto resonaba por los altavoces, nos incorporamos en la 79 y divise el Camaro de Cassidy, cuando pensamos que ya nos habíamos desecho de los policías estos aparecieron justo detrás de nosotros. Con un cambio de luces todos sabían que hacer, nos separamos y comenzamos a perdernos entre las calles de Chicago.
Después de manejar por treinta minutos entre las calles llegue al Underground, la mayoría de mis compañeros ya se encontraban ahí y estaban descargando las cajas dentro del club. Me estacione justo detrás de Cassidy, podía verla recargada en su auto platicando con Myles.

—¡Hermano! —la gruesa voz de Myles me dio la bienvenida— Eres el mejor, no pensé que todo esto estuviera hoy en mi club.
—Ya sabes que soy un hombre de palabra —estreche su mano entre la mía—. Tenemos negocios que arreglar, mis hombres no se marcharan de aquí hasta que no les de su parte del trato.

El semblante de Myles se volvió serio, asintió hacia el club y camine detrás de él.

☾ ⋄ ☽  ☾ ⋄ ☽  ☾ ⋄ ☽

Actualidad.
Roseanne.

La tarde se volvía cada vez mas larga, toda esta farsa que mi padre estaba creando por su nuevo nombramiento en la policía me parecía más un chiste que algo serio. La mayoría de las personas presentes llevaban sonrisas falsas, vestidos elegantes y caros, pero sobre todo eran hipócritas queriendo tener su nuevo y reluciente As bajo la manga, así como lo habían hecho con el anterior subdirector de la policía. En el mundo de los adultos como solía llamarlo mi mamá, todos establecían conexiones para beneficiarse en caso de necesitarlo y mi padre tenia que hacerlo si quería llegar a ser el próximo director de la policía.

Camino alrededor del recinto observando a todos socializar, mi madre se encuentra hablando con el señor Green, una mueca se forma en mis labios cuando la escucho elogiar el trabajo del señor Green y después decirle que cualquier cosa siempre contara con la ayuda de mi familia. Desvió mi mirada con disgusto mientras tomo un sorbo de mi copa con algún champan demasiado costoso.

—¿Acaso eso que miro en el rostro de la señorita Roseanne Coleman es desagrado?

Una melodiosa voz interrumpe mis pensamientos, pongo los ojos en blanco y me giro para observa aquellos ojos marrones que me miran con diversión. Coloco una enorme sonrisa falsa en mi rostro cuando respondo.

—Claro que no. Como hija del nuevo subdirector policial debo de mantener esta hermosa sonrisa en mi rostro —vuelvo a sonreír—, para que no piensen que quiero estrangularlos a todos.

Arabella podía ser un dolor de cabeza cuando se lo proponía, tomando un sorbo de su champan oculta su sonrisa por mi contestación. Con un rápido vistazo a su atuendo hago una nota mental para después preguntarle donde consiguió aquel hermoso vestido rojo que se ciñe a la perfección a su cuerpo.

—Sabes, escuche que Harold festejaría su cumpleaños esta noche en el Underground así que…

No logre terminar mi frase cuando Bella ya se encontraba negando hacia mí.

—Ni se te ocurra. Siempre te metes en problemas cuando rondas esos lugares, no quiero tener que volver a salvar tu borracho trasero y menos esta noche, realmente estoy un poco cansada.

La mire indignada, solo me había rescatado un par de veces y con eso tenia para reprenderme cuando quería desaparecer en alguna fiesta.

—Eres una mala amiga, deberías apoyarme en todas mis locuras y lo único que haces es reprenderme. Además, no estaba tan ebria ese par de veces que me rescataste.
—¿Quieres que sea mala? La ultima vez que te rescate ni siquiera podías mantenerte en pie, mencionaste un nombre extraño con K y dijiste que él estaba encantado contigo, pero resulta que el muy cobarde solo te abandono en el club y se marcho sin ti.
—Biennn, me mantendré lejos de los problemas y si algo me llega a pasar en algún momento juro que no volveré a llamarte, ¿contenta?

Cuando iba a responder mi madre se acerco a nosotras, se veía radiante como siempre y quizás un poco ebria. Su sonrisa se ensancho por completo cuando observo que estaba acompañada de Arabella.

—Cariño, que alegría volver a verte. No pensamos que fueras a presentarte hoy, sabemos que estas muy ocupada planeando tu boda.

El cuerpo de Bella se tensa a mi lado, su sonrisa es forzada y me mira sobre la copa de su champan.

—Madre detente, necesito que me acompañes al tocador —ella me observa con asombro cuando mi voz sale molesta—. Ahora.

Tomo su mano y la alejo de ahí, odio que haga preguntas imprudentes y más cuando se trata de una amiga. Sabia que a ella no le molestaba hablar sobre su prometido, pero también sabía que si podía evitarlo lo hacía.
Exactamente a las 6 todos comenzaron a retirarse incluso nosotros, mi madre iba con unas copitas de más y mi padre no paraba de despedirse de todos. Cuando entramos en la camioneta me saque las zapatillas y deje salir un suspiro de alivio.

☾ ⋄ ☽  ☾ ⋄ ☽  ☾ ⋄ ☽

Me encontraba en mi habitación cuando mi celular comenzó a vibrar, lo tome y observe que era un mensaje de Dominic.

Dominic: ¿Te voy a ver esta noche en lo de Harold?
Dominic: Ya va una semana que no te veo, por favor no me dejes plantado otra vez ☹

Sabía que le había prometido a Bella mantenerme alejada de los problemas, pero necesitaba salir y disfrutar un poco. ¿A quién le haría daño un poco de sana diversión?

Rose: Quizá…
Rose: Si pagas todas las bebidas que consuma :D
Dominic: Sabes que haría cualquier cosa por ti 😉

Con una sonrisa traicionera me levante de mi cama, una fiesta de cumpleaños no podía volverse un desastre. Me cambie la ropa por un vestido negro de tirantes ajustado con un escote en la parte trasera de la espalda, me coloque mis tacones negros, me arregle el cabello y el maquillaje.
Sali de mi casa diciéndole a mis padres que volvería mas tarde, tome un taxi y me dirigí hacia el club.

Cuando el taxi se estaciono en la entrada del club, pude observar que ahí estaba Dominic recargado en su Mercedes-Benz fumando un cigarro mientras su mirada estaba dirigida hacia el cielo. Cuando cerré la puerta del taxi y me acerque, él poso su mirada sobre mí y mordió su labio.

—Mierda, me encanta como te ves en ese vestido.

Sus manos se enrollaron en mi cintura, sonreí cuando sentí sus manos paseando por el borde del escote de la parte trasera de mi vestido.

—Si te portas bien quizá tengas permitido ver que hay debajo.

Una sonrisa apareció en sus labios, tirando su cigarro, tomo mi mano y nos adentramos por las enormes puertas del Underground.

☾ ⋄ ☽  ☾ ⋄ ☽  ☾ ⋄ ☽

Killian.

Lo que iba a ser una salida normal con mi hermana se volvió una guerra entre mis padres y yo. Nery se encontraba sentada en las escaleras con lagrimas en los ojos, por eso ella odiaba que pasara a recogerla cuando ellos se encontraban en casa.

—¡No puedes juzgar todo lo que hago! —lo señalo mientras me acerco nuevamente— Tuviste tu oportunidad para ser un ejemplo que seguir en esta familia, pero lo único que hiciste fue joder a tu secretaria en tu maldita oficina.

Las palabras abandonan mis labios sin censura alguna, puedo escuchar a mi madre llorar, pero no me giro a mirarla.

—¡Well, por favor! No hay necesidad de decir todas esas cosas.
—No mamá, él cree que puede juzgar todo lo que hago y que me quedare callado.

Antes de hacer algo de lo que me arrepienta salgo de la casa dejando a Nery plantada por segunda ocasión. Camine hacia mi motocicleta, me coloque mi auricular y después mi casco, me monte sobre ella e hice rugir el motor mientras salía de ahí. Iba camino hacia el gimnasio cuando mi teléfono comenzó a sonar, respondí la llamada por el auricular y la voz de Alex llego a mí.

—Gran jefe asesino, tenemos un gran problema.
—¿Qué sucede?
—El pequeño Dominic quiso jugar en nuestras zonas otra vez. Tenía a tres de sus chicos cerca del Underground, cuando me vieron corrieron como las ratas que son.

Maldita sea, lo que menos necesitaba ahora era escuchar que el imbécil se estaba metiendo nuevamente en mis puntos de venta.

—¿Dónde está el imbécil ahora?
—En el Underground, esta festejando el cumpleaños de Harold.

Mi rumbo había cambiado ahora, iba a encontrar a ese idiota y lo iba a usar como saco de boxeo.

—Quiero a todos cerca, por fin va a conocer quien demonios soy.

☾ ⋄ ☽  ☾ ⋄ ☽  ☾ ⋄ ☽

Me estacione cerca de la entrada, baje a toda velocidad, no iba a retrasar lo inevitable. Siempre pensaba con la cabeza fría pero estaba tan molesto que ni siquiera podía pensar, cuando entre salude a un par de rostros conocidos, localice a Dominic que se encontraba en una zona VIP.
Cuando el tipo de seguridad me vio, tomo la esquina de su camisa y hablo por el intercomunicador. Sabia que solo tenia un par de minutos antes de que Myles apareciera y me detuviera. Así que camine decidido hacia donde se encontraba, sin pensarlo dos veces conecte mi puño en el rostro de ese imbécil, lo vi caer al suelo y sin perder más tiempo lo tome de la camisa para que recibiera mi siguiente golpe.
La gente a nuestro alrededor gritaba, estaba tan concentrado golpeándolo que no sentía los golpes que de repente conectaban con mi rostro o costillas. De repente fui sacado de encima de Dominic, comencé a protestar, pero la voz de Rusty me hizo entrar en la poca razón que me quedaba.

—¿Qué demonios, amigo? Estabas a punto de matarlo a golpes si no te detenía —me solté de su agarre y señalé al imbécil que estaba en el suelo.
—No quiero tu mierda cerca de mis zonas, esto solo es un maldito aviso, la próxima vez hare un maldito agujero en tu cabeza —me limpie la sangre que escurría de mi labio—. Ahora levántate del maldito suelo y pon en marcha tu auto.

Camine hacia la salida cuando sentí que alguien me empujaba por la espalda, me gire para enfrentar a quien sea que hubiera sido y me sorprendo cuando veo a una Castalla bastante familiar.

— ¿Te crees increíble solo por golpear a alguien distraído? —su dedo conectó en mi pecho, estaba pinchándome.
— ¿Quién demonios eres? ¿La defensora de los imbéciles? —trate de continuar mi camino, pero me tomo por el brazo deteniendo.
—Eres un idiota, no deberías golpear a la gente cuando esta distraída. Él te hubiera ganado sino fueras tan cobarde.  

Reí con sorna, no podía creer las estupideces que salían de la pequeña boca de esta chica. Me encantaban las chicas que desafiaban a los hombres, pero ella simplemente me irritaba.

—Como sea, solo observa que ese imbécil solo es un charlatán más.

Me aleje de aquella chica sin mirarla otra vez, había algo en ella que me parecía bastante familiar pero no lograba recordar donde la había visto. Cuando salí mi auto ya se encontraba estacionado junto a mi moto, Cassidy tenía una gran sonrisa.

La gente comenzaba a aglomerarse fuera del club, se corrió tan rápido la voz de una carrera que de poco a poco fueron llegando más personas con sus automóviles dispuestos a correr con quien fuera posible.

Rusty caminaba a mi lado con una estúpida sonrisa en su rostro, a él siempre parecía divertirle cuando golpeaba a Dominic. Caminamos hacia mi auto mientras mi amigo comenzaba a decirme lo divertido que fue ver como aquella chica me enfrentaba.

—Ella te lo dijo hombre, sin dudas ni titubeos —se recargo sobre el capo de mi auto—. Incluso llegue a pensar que también la golpearías.
—Odio golpear mujeres.

Me subí y encendí el auto, el rugir del motor hizo que mi adrenalina subiera a mil. Ahora iba a enseñarle a ese idiota quien mandaba aquí, me acerqué a la línea de salida y lo vi montado en su Mercedes-Benz, los rastros de mis golpes comenzaban a hacerse visibles con moretones.
Solo éramos él y yo, todo o nada. Una despampanante chica se coloco en medio de ambos autos con una mascada verde, hice rugir mi motor cuando pisé el acelerador. Cuando la mascada voló por los aires solté el freno y aceleré a fondo. La carrera consistía en darle una vuelta a toda la zona cercana del club, la carretera principal solía ser la más peligrosa porque estaba transitada a estas horas de la noche.

En un pequeño despiste me igualo en la carretera, era bastante difícil saltear los automóviles que se encontraban en el camino. Metí la tercera velocidad y aceleré, estábamos a metros de la meta, la presión y la adrenalina se sentían por todo mi cuerpo. Por cuestión de segundos y maniobras, gane. Derrape mi automóvil para quedar justo a un lado de su Mercedes-Benz, una sonrisa triunfa brillo en mis labios.
La gente se acumulaba alrededor de mi auto y todos me felicitaban mientras bajaba, me acerque hasta su auto y me recargue en el capo con la mirada fija en él.

—Regresa a dentro con lo demás y mantente alejado de mis zonas —sonreí con sorna mientras tomaba las llaves de su mano.

Él realmente parecía molesto, cuando le lancé a Rusty las llaves para que llevara el auto a otro lugar, me volví para encontrarme con aquella chica que defendió al imbécil ese.

—Llévalo al taller de Ivanov, Fede —él asintió mientras se alejaba hacia el auto—. Parece que tu amiguito no es tan bueno como pensabas —pellizque su mejilla con suavidad.
—No vuelvas a tocarme —empujo mi mano lejos.

La mire con detenimiento y se repente ya sabía dónde la había visto.

—Así que dime Rosie, ¿de donde sacas a perdedores como él?

Me miro indignada y después molesta.

—¿Cómo demonios sabes mi nombre?

Coloque un mechón de cabello detrás de su oreja mientras me acercaba para susurrarle.

—Cariño, la ultima vez que nos vimos estabas deseosa por gritar mi nombre.

Su cuerpo se tenso bajo mi toque y se alejo de mi sin volver a mirarme. Sonreí victorioso pero mi sonrisa fue borrada en instantes, Myles se encontraba cerca de la entrada con una mirada mordaz.
Iba a golpear mi trasero por arruinar su club pero sobre todo cuando se enterara cual había sido el motivo.

ahhh:
jackson.
jackson.


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Mensaje por trunks Lun 01 Mar 2021, 6:03 pm

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Mensaje por lovesick Sáb 06 Mar 2021, 3:00 pm

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Mensaje por pixie. Lun 26 Abr 2021, 6:38 pm

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CAPÍTULO  002


KAI

Eran apenas las cuatro de la tarde, me acababa de despertar y todo lo que había hecho era darme una ducha para tratar de despejarme del día anterior. Quién demonios me había mandando beber tanto, aunque para ser honestos, nadie tiene que decirme que beba, acabo siendo el primero en acabarse la copa. Siempre es más sencillo que iniciar una conversación o escuchar tonterías, que es lo que pasaba más a menudo en el club. El sonido ensordecedor que me viene con la resaca no me lo quita nadie, es casi como si siguiera escuchando el mismo instante infinitamente, la misma bala siendo disparada a cámara lenta.

Cojo una aspirina del cajón de la cocina y me la tomo bebiendo a morro del grifo, cualquier copa de bourbon o whisky sabe mejor que el agua llena de cloro y sabor a hierro de las tuberías de Chicago. No soporto el sabor, cojo una cola de la nevera y el azúcar hace que el sabor amargo se esfume. Odio este sabor, se parece demasiado a la sangre.

Noto una cabezada contra mi pierna, Six se ha levantado al escuchar la nevera y ahora reclama algo de comida mientras se refriega en la pierna sabiendo que va a ser alimentada. Cojo una lata de comida y pongo su contenido en el cuenco de porcelana, en un segundo ya ha subido a la encimera y da cabezazos contra mi mano para que la deje comer.

Echo una mirada hacia el dormitorio y veo que sigue en la cama, al parecer ahora tengo compañera de piso sin comerlo ni beberlo. Cojo la cafetera americana y me sirvo una taza con tres de azúcar. Cojo el teléfono y busco entre mi agenda de contactos, la cual no es muy extensa y encuentro su nombre. Hace unos días que ha vuelto a acudir a mi mente, ya ni la bebida parece de ayuda.

— Es solo por que ya hace cuatro años, es el mismo mes —trato de convencerme absorbiendo hasta la última gota de café— Es solo por eso.

Sin embargo, cada vez que pienso en ti Gabi, me pregunto si estás bien, si lograste sobrevivir aunque sea malviviendo como yo. Que si al final acabaste yendo a la cárcel, aunque mis fuentes me aseguraron que tu nombre no estaba en ninguna del estado. Si te mudaste a la costa, o si te has vuelto a enamorar y al fin eres feliz. Ojalá seas más feliz que este jodido trapo viejo.

Las plantas parecen estar más mustias que yo, o al menos parecían igual de tristes. Cojo el espray y empiezo a humedecerlas para que absorban el agua y los últimos rayos de luz del día. Mañana su color se habrá vuelto más verde, se habrán fortalecido.

— Quieres más a tus plantas que a mi —suelta Lizzy a mis espaldas, puedo ver que su tono se ha vuelto burlón.
— Cuido de todos mis vegetales de la misma forma, ¿tú también estás un poco mustia? —pregunto y ella arquea la ceja, a lo que yo respondo con un par de dosis de agua de mi dosificador— ¿Estás mejor ahora?
— Eres imbécil —responde arreglándose el pelo levemente mojado— Este vegetal necesita que le hagas el desayuno.
— Me duele lo suficiente la cabeza y el estómago como para no acercarme a la comida, a no ser que quieras restos de lo que pueda residir dentro de mi barriga.
— Tal vez no deberías haber bebido tanto, entonces podrías darme una dosis de amabilidad y hacerme el desayuno.

Iba a responderle, cuando mi teléfono de prepago me interrumpe.
Era otro encargo; La carnicería de Liu, recogida antes de caiga la noche.

— Tengo trabajo, ¿vas a quedarte todas las noches?
— Un acuerdo es un acuerdo Kai, no me jodas. —me responde dándome una palmada en el hombro y un medio abrazo.
— Yo no veo que de momento nos esté llevando a ninguna parte... —echo un suspiro largo y muevo la cabeza de izquierda a derecha para luego añadir:— Vale, compra algo de comer si vamos a acabar viviendo juntos.

╳  ╳  ╳  ╳  ╳  ╳


Al llegar a la carnicería la noche se cernía sobre el cielo, las luces azuladas del interior alumbraban la calle, mientras que a la otra parte del mostrador el hombre que atendía a la clientela se había tornado rosa por las luces de las neveras que hacían que aquella carne no se viera grisácea. Miro mi reloj, era la hora. Me acabo el cigarro, y lo tiro en un charco que había en la carretera y me adentro en la tienda de barrio.

Al entrar el hombre que estaba atendiendo avisa al otro, que estaba cortando en filetes un trozo de carne con el cuchillo. Él me mira de reojo, acto seguido dirige su mirada hacia el reloj de la pared y me hace una seña para que me acerque. Se saca los guantes y me dirige al interior de la zona de almacenaje, separada por una cortina de trenzas de plástico.

Ya había estado en este lugar antes, hay que cruzar el interior del congelador para llegar al almacén de la mercancía. En la nevera pueden verse algunos cuerpos de animales colgados, otros pedazos estan en mesas, lo peor de aquello era encontrarse con algo peor que un rastro de un cadáver animal. Era como pasear por el purgatorio durante un instante, todo rodeado de frío y muerte.

Al salir de allí el calor te invadía de inmediato, y daba gracias por aquello. Casi podía sentir la vida dándote otra oportunidad, recordándote que aquél calor corporal te pertenecía. El despacho no es más que una mesa con una silla en la parte del demandante y una de notario para la del demandado, alrededor cubierto de unas estanterías básicas con papeles y cajas.

El hombre se adentra por una puerta en la que indica que solo el personal puede entrar, y saca una bolsa negra del gimnasio que deja sobre la mesa. La bolsa como siempre estaba cerrada por un candado de llave, nunca sabía que había dentro, pero al apreciar la poca refrigeración que necesitaba no estaba nada relacionado con la carne que vendían. Además, mi jefe nunca comería de donde trata sus problemas.

Asiento y cojo la bolsa, me indica el fondo del pasillo donde se encuentra la salida de emergencia; Nos vemos, digo antes de salir por patas.

Me encuentro con mi moto en la entrada y me dirijo hacia la nave en la que mi jefe se esconde, en un polígono de lo más normal a las afueras de Chicago. No hay demasiado tráfico, la mayoría de la gente estaría probablemente o en casa cenando o trabajando para aquellos que no tuvieran tanta suerte. Así que a excepción de los caminos o furgonetas de reparto y algún coche, no hay apenas movimiento.

Conforme me alejaba de las carreteras convencionales aumento la velocidad todo lo que me lo permitía, no es que tenga demasiada prisa pero si puedo entregar el paquete lo antes posible, mejor. Noto como una moto se me adelantó por la derecha, maldito bastardo grito aún sabiendo que no me puede a escuchar. Entonces el aullido de los motores se fue acercando y supe lo que estaba pasando, no era simplemente un kamikaze; era un grupo lleno de ellos. Era una carrera ilegal en pleno suelo urbano.

Después de el par de motos que se dedicaban a vacilar el terreno venían los coches y deportivos equipados, usualmente llamativos y con las luces de bajo encendidas. Un detalle que enciendan esas luces pero las de visibilidad algunos se las pasen por el forro. Un capullo con un Tesla rojo decide acercarse a mi carril mientras trata de adelantar al otro, me muevo a la derecha y me obliga a reducir la velocidad. Me estaba hinchando las narices. Los tres nos movemos como parte del mismo grupo lateral de carrera, el coche del carril del medio trata de usar el modo sport de su coche y adelantarse, a lo que el tesla ahora en el carril izquierdo decide contraatacar acercándose y llevándoselo hacia mi carril. Trato de maniobrar como pudo pero acabo cayendo contra el arcén, menos mal que había reducido la velocidad viendo donde iba a acabar.

Vuelvo a levantarme, compruebo que me encuentro lo suficientemente bien y cojo de nuevo la moto a modo fuego para coger al capullo del Tesla. Voy por detrás del coche amarillo con serigrafía en detalle negro que hacía unos minutos estaba a mi lado, seguramente el imbécil le había acabado adelantando, de todas formas todos iban a acabar al mismo lugar. Al pasar la autopista se dirigen a la primera salida que dirigía a la parte de debajo del puente donde se encuentra parte del polígono y barrio obrero antiguo.

Cuando bajo pudo ver el fervor y la decepción de los participantes, algunos discuten acaloradamente mientras otros empezaban a bailar con las groupies que venían a verles. Bajo la velocidad y busco el coche mientras observo a mi alrededor el panorama, veo alguna que otra cara conocida hasta que me topo con el capullo. Sobre el capó del Tesla estaba Jack, son su sonrisa y su peinado a lo James Dean alardeando por no haber quedado último en la carrera. Al llegar me paro frente a él y me quito el casco para dejarlo sobre los mandos, me ahueco el pelo y escupo parte de la sangre que tenía en la boca.

— Hey imbécil, me debes una moto.

— Yo creo que no.

— Me has tirado un estúpido deportivo amarillo sobre mi moto y me la has jodido, yo simplemente iba a currar y has tenido que venir a joderme. Vas a pagarme la reparación.

— No voy a pagar nada de tu estúpida moto, no haberte caído.

— ¿Caído? —le pregunto, a lo que no puedo evitar reír con sarcasmo. — Me has tirado amigo, si no voy al arcén casi provocas un accidente en plena autopista con tu amigo. Una cosa es hacer carreras de mierda, otra es que la furgoneta de delante casi salga de la carretera con una familia entera.

— Según tengo entendido amigo, tú no eres ningún santo. —me responde acercándose hacia mí.— No pretendas darme lecciones.

— No te estoy dando lecciones, te estoy diciendo que no tienes ni puta idea de conducir.

Obviamente al escuchar aquello, mi no muy amigo James Dean se acerca para tratar de pegarme un puñetazo que evito y niego con la cabeza. — Simplemente págame cuando venga con la factura, y no vuelvas a meterte en mi camino ¿ok?

Dicho esto trato de largarme por donde había venido y acabar con mi trabajo, cuando Jack decide coger la cerveza en mano de su amigo y lanzarmela. Me da en el hombro y se hace añicos, el vidrio de Corona es de risa, y este tío ni siquiera tiene puntería. Me levanto y me voy directo a él quien se rie por haberme tirado la botella, como un crío de doce años y le doy un puñetazo esperando que viera las estrellas. Probablemente no lo ha hecho puesto que se toca la mandíbula como símbolo de dolor pero escupe al suelo y se acerca hacia mí, lo veo a la legua, este tío no solo ha bebido, está drogado ¿pretende pelear?

Trata de lanzarme un golpe pero lo cojo de la espalda y trato de bloquearlo, no te avergüences a ti mismo, ¿quieres? le susurro mientras trata de zafarse. Lo que no me esperaba era recibir una patada por el costado derecho de mis costillas, justo donde me he dado en el accidente haciéndome que lo suelte y me agarre donde me palpita de dolor. Miro hacia arriba y veo a Killian mirándome por encima del hombro, así que Jack es uno de sus protegidos... Vaya ojo.

— Esto no va contigo amigo, enserio.

— Eso lo decidiré yo.

En eso Jack no tiene otra cosa que hacer que aprovechar mi charla con Killian para pegarme un puñetazo en mi mejilla izquierda, a lo que reacciono con una patada para tumbarlo al suelo. Me froto la mejilla, y suspiro. Yo no había venido a esto, solo quería mi compensación económica.

— Creo que es justo que me pague —le explico, ignorando al idiota del suelo y dirigiendome al que se que manda sobre el asunto.— Y tal vez deberías ver a quien has metido en la carrera por algo de dinero... Para una cerrada no te digo que no, pero casi la lía gorda en la autopista...

Por el rabillo del ojo veo como alguien se acerca de espaldas a mi y recibe un golpe que para al instante, Elay había aparecido con Lizzy a la otra parte del círculo que nos rodeaba tratando de animar a su amigo para que se la devolviera. Esta chica creo que está más ida que él. Sin embargo su amigo no lo duda un instante y coge al otro y empieza a propinarle golpes, trato de cogerlo para separarlo y que lo deje, ya que se que si sigue lo siguiente es que el grupo de Killian saque las armas.

Cuando logro separarlo Killian viene de vuelta dándole una patada, a lo que Elay arremete contra él y de nuevo me meto para tratar de pararlo por que se que estos dos locos no acaban hasta que uno no se levante. Gracias a mis intentos me llevo un puñetazo en el mentón que hace que caiga sobre Elay, entonces mi mente empieza a nublarse y veo algo rojo sobre mi ojo derecho.


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GABI

FROM: DOC.
SUB: DELIVERY SERVICE.
MES: 50G PD155 - 50G FH145 - 50G L159
1BTL OXIT - ESTER
1BTL ALC - 5 BAND


Es la llamada de alerta, el beep que nunca quiero que llegue y el que hace que me haya metido en diferentes secciones del mismo hospital desde hace tres meses tratando de tener como excusa querer aprender de cada plata y sector distinto de la medicina. Una enfermera en prácticas, era el objetivo perfecto.

A decir verdad parte de mi admira como una persona puede acabar obteniendo uso de la misma desde diferentes puntos de vista y pequeños trabajos, como cuando yo alguien de a pie tiene una deuda que no puede pagar ¿qué hace? acudir a un prestamista, o alguien peor. Es eso o estar en la calle, o peor la cárcel. Siempre he hecho pequeños trabajos, normalmente era algo así como parte de las relaciones sociales o como mucho sobreabastecer las fiestas de la universidad con un distribuidor muy particular, claro que en cuanto tuve acceso al hospital, me mudé más cerca y crecí mi papel y mi deuda era más grande.

Nunca pensé en ser enfermera, de hecho si alguien me hubiera preguntado a qué quería dedicarme con dieciséis años habría dicho: voy a ser una mujer de negocios, nos mudaremos al puto centro de nueva york y robaré a los ricos chupasangres pederastas. Esa fue la respuesta que le di a mi amigo Ben por aquél entonces, sin embargo ya no estoy enfadada con el sistema del mismo modo, supongo que he madurado. O tal vez tenga otras prioridades, el caso es que nunca creí que esto de tratar de salvar vidas sería lo mío. Aun que de momento solo curo heridas leves, ayudo a dar de comer, vacuno y saco sangre, y ese tipo de cosas que tampoco me parecen del todo difícil.

Me guardo el alijo en el interior de los bolsillos de dentro de la bata y con una toalla trato de esconder el bulto hasta llegar al vestuario donde lo guardo al fondo de mi mochila, pongo todas las cosas encima y trato de calmarme. Nadie me ha visto, no hay cámaras en el almacén de los pasillos y no hay tampoco en el vestuario. Es solo un poco de medicinas extras, no es como cuando las robabas de la farmacia Gabi.

Me lavo las manos y trato de refrescarme la cara con agua, noto como estoy más caliente que cuando tomo el sol. El agua me despierta, más que cualquier refresco con cafeína o teína. Doce horas seguidas, que lujo. Me paro un momento en el banco a descansar, contesto a el mensaje del busca llamadas diciendo que todo está en orden, cojo una barrita de chocolate del bolsillo y me la como. Me estiro un poco, y salgo de nuevo de mi escondite a la jaula de loros. Y digo loros, por que un día como hoy sin trabajo hay mucha gente que se dedica a cuchichear más que a otra cosa.

Me acerco al mostrador de Linda y al verme se se sorprende y me dice:— ¿Qué haces aquí?¿No deberías estar en la sala de enfermería?
— ¿De qué hablas? Estoy de guardia.
— ¿Nadie te ha avisado?—dice girándose a sus compañeros y al ver como le ignoran rueda los ojos y me explica:— Ha llegado un chico con una herida abierta en la cabeza y un par de heridas debido a una pelea...—me dice, a lo que yo probablemente le he puesto un careto por que suspira y agrega:— Eres su contacto de emergencia.
— Eso es imposible, no tengo a ningún contacto de emergencia ni yo soy el de nadie.

Ella se encoje de hombros y yo me voy de allí hacia la sala de enfermería para ver que demonios pasa, seguro que es alguna broma de los idiotas de los médicos y las enfermeras que van detrás de estos. Peor que un drama.

Al llegar a la sala no hay nadie, solo los cubículos separados por cortinas y en cada uno unas camillas endebles para pacientes leves. El penúltimo es el que tiene la cortina entre abierta, conforme me acerco escucho unas voces y reconozco la de mi compañera así que me acerco para preguntarle de quien decía que era su contacto... Pero al llegar allí lo supe.

Ni si quiera se como podía reconocerlo; se había cortado el pelo casi al cero, creo que hasta se lo cortaba él por que por la parte de detrás podía ver algún trasquilón. En la parte alta de su frente a la derecha tenía un corte, le había caído la sangre hasta el ojo, la otra parte de la cara tenía el labio partido y la mandíbula amoratada. En su camiseta de color marrón habían restos de lo que suponía que era sus sangre, sobre la mesita restaba el caso de su moto.

Al quedarme ahí quieta mi compañera me miró y me dijo:— Te lo dejo a ti mejor, me voy a por un café ¿quieres?
— No gracias, agua bastará.

Cojo los instrumentos que estaba usando mi amiga y los dejo sobre la bandeja, me pongo los guantes y vuelvo a desinfectar los instrumentos para luego volver a coger el alcohol, el iodopovidona, las gasas y la crema.

— ¿Puedes explicarme que te ha pasado? No me han informado mucho, pero por el corte de tu frente diría que no ha sido solo una pelea parece una conmoción leve.
— ¿Gabi?
— ¿Te has caído de alguna parte?
— ¿Estás de coña? —dice mirándome con la sonrisa ladeada. ¿Está contento de verme?
— ¿O has tenido un accidente?
— Si, pero espera Gabi. —dice con la sonrisa más abierta y sus cejas tornadas en preocupación.— Soy yo.
— Si has tenido un accidente debemos reportarlo, ¿recuerdas algo del vehículo que te golpeó?

Duda por un instante, su sonrisa se apaga y menea la cabeza en forma de negación.

— Voy a proceder a curarte en ese caso, si recuerdas algo puedes decírnoslo a mi o cualquiera de mis compañeros e informaremos a la policía.

Me pongo de pie ante él, empiezo limpiando las heridas quitando los restos de sangre con una gasa y algo de agua oxigenada. La mayoría de heridas son leves, pero la de la frente necesita un par de puntos. Curo las demás con algo de alcohol y betadine y me preparo para coser la de la frente. Sobre mi bandeja de metal se encuentra el hilo, la aguja y lo que había utilizado antes. Los algodones y las gasas aún retienen parte de su sangre, al verla algo en mi se me estremece y no puedo evitar mirarlo de reojo con culpabilidad. Mis manos empiezan a temblar y vuelvo a tener la mirada nublada, no me había pasado desde mi primer paciente en el que fui auxiliar, primera vez y me había topado con un accidente de tren. Nunca pensé que la sangre sería mi detonante, pero así era, pero esta vez no era por cantidad era por él. Tenía que serlo.

Él me las agarra tratando de que paren de temblar, lo que me obliga a devolverle la mirada que se que habrá estado esperando. — Creí que no volvería a verte Gabriela. Te dije que no te decía adiós para siempre, es un mundo pequeño.

No puedo evitar responder con una lágrima.— ¿Por qué estoy como tu contacto de emergencia?
— Nunca lo cambié, supongo.
— Deberías haberlo hecho. —respondí y acto seguido cogí aire, y me centré en mi hilo y aguja. Una vez lo enebro me paso a juntar la herida.
— Venga ya, ah joder —se queja al ver que le pongo los puntos.— ¿Así tratas a tu amigo después de no verlo en cuatro años?

No respondo, acabo de curar la herida le pongo una tirita para salvaguardar los puntos y algo de crema sobre los moratones. Limpio mi zona de trabajo, deshaciéndome de todos los instrumentos y desinfectando la zona. Me despido cordialmente y me preparo para largarme de allí esperando no volver a toparme con aquél rostro, sin embargo él claramente enfadado me coge levemente del brazo para voltearme. Trato de mostrar un rostro neutro, para demostrar que no quiero hablar o discutir sobre nada sin embargo mi amigo insiste.

—  ¿Quieres saber qué me pasa? —le digo harta de ver que no me entiende. Mientras me meneo a un lado al otro del cubículo improvisado de cortinas, mirando para ver que nadie entra.— Que no podías haber elegido peor momento para meterte en mi camino, joder. ¿No has pisado un hospital en cuatro años y ahora que estoy aquí pisas uno? Que ahora mismo no puedo permitirme verte. Que vamos a salir los dos jodidos... ¿no lo entiendes?

— No, no entiendo como una de las personas más importantes de mi vida decide tratarme así después de tanto tiempo sin vernos.

— Parece mentira que hayas olvidado por qué nos separamos, Ben.

— No, Gabi. Ese día se me quedó en la retina.

— Por favor vete —le digo finalmente indicándole la salida de la sala. Él coge sus trastos y sale por la puerta enfadado, casi la rompe de un portazo.

Resoplo y decido acompañarlo a la salida para asegurarme. ¿No podía haber sido dentro de un año, o hace dos, tenía que ser justo ahora? Maldita suerte la mía, vivir cuatro años en otro cubículo sola y ahora que todo parece que vaya a tener un final, todo tiende a desparramarse. Si, que suerte la mía. Que el mismo día que me libré a mi y a mi madre de nuestra peor pesadilla perdí a la persona que más me importaba, luego más tarde la que me dio la vida.

Al acercarme a la salida Linda me coge del hombro y señala a Ben con la mirada, yo me encojo de hombros y le respondo:— Un antiguo compañero del instituto. —A lo que ella responde con un suspiro de alivio y una sonrisa amable, como si aquello fuera a calmarme. Tengo los nervios a flor de piel.— Voy a fumar un momento.

Salgo por detrás de Ben por la salida de urgencias, donde me paro en una esquina para poder encenderme el cigarrillo que guardo en el bolsillo interno de la bata. Siempre he odiado a los médicos que te hablan de salud y tienen un aliento entremezclado un café tocado y a tabaco, y aquí estoy. Nunca pensé que tal vez era más por nervios que por vicio, o tal vez ambas cosas. Pero como una calada hace que respires profundamente y te tranquilices, o al menos esa es mi insalubre rutina.

A la tercera calada veo como dos personas se acercan a Ben, mentiría si no estuviera metiendo las narices en la escena, por que lo cierto es que quería ver como se iba. Como si fuera un espíritu que se aparece en la noche para advertirte, y desaparece con la niebla del amanecer, pero mi amigo no era un ser inerte.

La chica de cabello lacio y largo se tira en sus brazos, no puedo evitar atragantarme con el humo y toso hacia la derecha para tratar de ocultar mi rostro de la vergüenza por estar espiando lo que no me incumbe. El abrazo dura un rato, la chica le llama por algún apodo cariñoso que no logro descifrar, mientras el otro, que supongo que es también su amigo le saluda de manera más cordial sin mucho cariño. Solo llego a entender que le dice gracias, y juntos se van en dirección al este.

Al verlos a los tres casi puedo acordarme de una melodía, el final de una película del sesenta y nueve, de esas que pese a todo tiene un final feliz para los protagonistas. Así se veía a aquellos tres desapareciendo en oscuridad de la noche, a carcajadas. Me quedé ahí, parada mirando a la nada hasta que el cigarro se apagó solo.


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KAI
— Gracias chicos, aun que de primeras no deberías haberte metido, lo agradezco. —le digo con una media sonrisa a Elay, quien sigue con su rostro neutro y solo asiente para decir "no es nada", supongo.
— ¿Qué esperabas, que te dejáramos ahí? —me regaña Lizzy con rostro dulce mientras me agarra del brazo. Niego con la cabeza y sigo con la mirada hacia delante.— Me has dado un susto de muerte cuando te has desmayado...
— No me lo recuerdes, juraba que tenía la cabeza más dura.

Sigo manteniendo la vista al frente, no hago demasiado caso a la conversación con la que ha cambiado de tema Lizzy, tan solo asiento o digo monosílabos pero sigo sin creer lo que he visto. Tal vez hayan sido alucinaciones mías, igual seguía mareado o me han dado algo de medicina y no lo recuerdo, esa sería la forma más lógica de asimilarlo; no era Gabi, era un producto de mi imaginación provocado por la conmoción.

Pero las alucinaciones no hablan ni responden a mis preguntas, o las evitan, ¿no? Entonces si todo eso era real, si me ha curado y ha estado evitándome la mirada todo el tiempo... ¿No está contenta de verme? No, no lo está. Si lo estuviera no me habría echado así del hospital, no me habría gritado enfadada preguntándome que hacía allí. Soy yo el que vivo en chicago desde hace cuatro años, ¿Qué demonios hacía ella aquí? Y de enfermera, desde cuando Gabi es enfermera si odiaba tener que lidiar con cualquiera que le pareciera débil...

— Kai ¿te encuentras bien? —me pregunta Lizzy sacándome de mis pensamientos.
— Eh, si...—le respondo.
— No, no estás bien, si yo creo que estás más pálido —dice tocándome el rostro.— Tal vez deberíamos volver al Hospital.
— ¡No! —exclamo tajante. A lo que Elay se gira de inmediato y me manda una mirada furiosa.— Joder, que estoy bien, solo tengo que volver a por la moto y...

Mierda.

— Por favor, decidme que cuando recogisteis la moto para llevarla a Stark había una bolsa de deporte color negra con un candado —les pregunto a ambos con cierta desesperación.

— No traías nada cuando acudiste a la meta, venías solo con la moto.

— Elay, ¿tienes el coche cerca? —a lo que mi amigo responde que sí, cerca de mi casa, calle abajo.

Nos apresuramos los tres al coche y nos subimos de inmediato, Elay al volante yo de copiloto y Lizzy detrás. El moreno no se anda con tonterías y sale disparado hacia la carretera a setenta por hora, al acercarse a la carretera que lleva a la autovía acelera hasta llegar a ciento veinte. Tengo el pecho que me sale por la garganta, la velocidad hace que mi corazón vaya más deprisa y en mi mente tan solo puedo ver aquellos cuerpos que habían en la cámara frigorífica de la Carnicería de Liu, ¿será mi final?

¿He estado pagando mi deuda todos estos años para ahora morir de la manera más estúpida, solo por culpa de un imbécil? Y una mierda.

Al llegar a la salida indico a Elay que se desvíe para conducir hacia el arcén donde recordaba haber tenido el accidente, conforme nos acercamos le digo que disminuya la velocidad no quiero perderme nada. Cuando aterizamos en el punto exacto veo extractos de mi puntura y mi fato roto. Este es el punto, trato de ver con los faros del carro de Elay y la linterna de mi teléfono pero no advierto ningún bulto grande de color negro.

Elay se baja del coche junto con Lizzy y me ayudan a buscar por los alrededores algún rastro. Ella recoge algo del suelo, era una especie de cierre metálico, y me lo enseña. ¿Tal vez era lo que une la banda de la bolsa? Al no encontrar nada más decidimos ir hacia donde se había ubicado la meta, probablemente no habrá nadie allí se habrían mudado al bar de la zona o cualquier callejón para festejar. Bajamos de nuevo la inclinación que nos lleva a debajo del puente, todo parecía desierto. Solo habían algunos coches aparcados a las afueras, probablemente parejas acostándose o teniendo su fiesta privada. El suelo está lleno de frenazos, restos de alcohol, copas de plástico, etc. Pero por ninguna parte hay rastro de la bolsa.

Mierda.

Sumido en la más grande desesperación me cojo del cuello y trato de tranquilizarme mientras camino de un lado a otro tratando de juntar las piezas, de recordar qué pasó exactamente. ¿Traje la bolsa hasta aquí o me separé de ella en el accidente? Tal vez alguien la había visto en el suelo y decidió recogerla, o tal vez llamaron a la policía...

Unas luces largas se encienden sobre nosotros, y un vehículo se adelanta hacia nosotros vacilante. Reconocí el Lamborghini al instante, la sangre me empezó a hervir y empecé a cansarme de una historia que parecía tan solo haber comenzado. Era Killian y su estúpido amigo Jack, además de su séquito en la parte de detrás. Aparcaron frente a nosotros de lado y salieron para dejarse caer ante el lateral del vehículo.

— Creo que buscas esto —me dice Killian con una sonrisa de lado triunfante enseñándome la bolsa deportiva.
— Sabes que si, dime tu precio.
— ¿Qué hay aquí? —pregunta divertido señalando el candado.— No parece para ir al gimnasio, aun que no te vendría mal.
— No es mía, es de mi jefe. —respondo seriamente, no estoy para tonterías ni mucho menos para que un par de capullos integrales me quieran hinchar las narices.— Si quieres le llamo y zanjamos el asunto, estoy seguro de que le gustará saber que un par de mamones están tratando de robarle.

Su amigo, la copia barata de James Dean, se enfureció por aquello. Supongo que es por que alguien trataba de amenazar a lo que supongo que para él es su dios, pues no le falta ver a este crio para saber que Killian no es ni la mitad de importante que las mafias y bandas que rodean la ciudad. El rubio lo para alzando el brazo levemente.

— No hay por qué llegar a tanto, pero creo que tendrías que ganártelo.
— ¿Qué quieres? —le vuelvo a preguntar con la voz áspera.— ¿Pasta?
— ¿Crees que me hace falta dinero? —me responde con una sonrisa bien abierta, todo lo que rodea a este tío es una nube gigante de egocentrismo.— No, estoy pensando en que quiero que muestres algo de respeto...

No me jodas.

— Una carrera, si me ganas te doy tu estúpida bolsa. Si no nos la quedamos y nos das tu querida moto y te despides de tu trabajo. Simple, si lo quieres te lo ganas.

¿Enserio, por una carrera? Esa es la idea más estúpida del mundo, pero si es lo que aquí los ególatras quieren... Adelante.

— ¿Voy a correr contra ti? — le pregunto a Killian dudando de su implicación.

— No, yo solo compito en cosas importantes y donde saque una tajada cojonuda. —responde con su mentón bien alto, y luego se acerca a su amigo y lo coge por el hombro.— Mi socio competirá contra el mediocre.

— Amigo, estás jodido, es más rápido que el mismísimo flash —dice uno de los amigos de dentro del coche.

— ¿Veo que lo tenéis muy claro, ya que os veo tan seguros ¿Qué me decís si nos alejamos un poco de las autopistas y los posibles accidentes de los kamikazes?

— Una víbora lo es en cualquier parte, no importa si la reubicas —responde Jack. Pero yo le preguntaba a su socio el que se que ahora mismo manda en la conversación de adultos, a lo que él responde asintiendo.

— El centro comercial que está abandonado en la salida del este, ¿a las siete?

— Ahí estaremos.

holi (::

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Mensaje por jackson. Lun 26 Abr 2021, 8:23 pm

Zowieeee:

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Mensaje por lovesick Lun 26 Abr 2021, 10:17 pm


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Mensaje por pixie. Jue 27 Mayo 2021, 8:52 am

Holi, me paso por que por fin os he podido leer con calma y agradezco un montón vuestros comentarios. Honestamente me ha alegrado mucho el día poder leerlos y ver que os ha gustado como he comenzado la historia de kai y gabi Nothing last forever | N.C. | 1477071114

Karls, ya veremos como acaban en la siguiente ronda con la prueba yay!
y brenda, ya quiero ver lo que tu harás por que me encantó la trama que tenemos  [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
muchas gracias chicas <3

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Mensaje por lovesick Lun 07 Jun 2021, 12:25 am

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CAPÍTULO  003

LIX

Bajo del Jaguar con las llaves en la mano y me detengo de inmediato. 

Por unos segundos, se me pasa por la cabeza rayar su precioso auto para hacerlo enojar, seguramente hacerlo sobrepasaría todos los limites inexistentes de nuestra relación. Aunque también puedo simplemente lanzar un encendedor a los asientos y esperar a que arda en llamas. O podría subirme a el y estrellarlo por algún lugar. 

Cada una de esas ideas es más que tentadora que la anterior, pero al final parece que sólo me conformo con el bip del seguro cuando presiono el botón y me encamino a las escaleras de emergencia del maldito puente. 

Mientras bajo lo único que escucho es el ruido del rio Calumet y mis propias pisadas sobre las escaleras de metal, me muevo inconscientemente porque no puedo ver siquiera por donde estoy pisando y sólo me fio de mi memoria. Son las primeras horas de la madrugada, así que avanzo con un poco de prisa porque seguramente debo estar rozando el cambio de turno de los policías, y suficiente tengo como para lidiar con ellos. 

Cuando estoy frente a la puerta que se esconde debajo de la estructura doy un par de golpecitos con los nudillos, el encargado me ciega unos segundos al apuntarme directamente a los ojos.—Ugh, 拉屎. Lixue Siwang. — Digo como de costumbre para que me dejen pasar sin hacer tanto drama.

 ¿Muerte? — Dice Silas sorprendido de verme, el encargado de manejar Savage; uno de los pocos lugares donde se realizan peleas clandestinas aquí en Chicago y por su puesto, la zona de Elliot. 

— Así que está aquí. — Digo con desdén al moreno ojiverde.— Y ya te dije que tú no puedes llamarme así. Ahora abre la maldita puerta. — Ordeno. ¿Acaso Elay te degrado el puesto?, pienso.

—Elay pidió que no te dejará entrar a ti ni a tu otro novio. — Automáticamente mi puño se estrella contra la puerta metálica sobresaltándolo un poco. —Vamos, Lizzy. Vete a dormir, y si quieres en unas cuantas horas te dejaré pasar. 

¡Estúpido, Elliot! No le voy a perdonar el armar una escena, simplemente detenerse a la mitad de una de las calles y bajar del auto tan errático como siempre. Ni siquiera sé porque está tan enojado. — ¿Está peleando, no es así?

Silas asiente, o eso creo porque lo único que veo son sus ojos por el pequeño espacio. —Adiós, Liz...

— Si no me abres voy a llamar a la policía. — Interrumpo con una sonrisa irritada, mientras veo mi manicura restándole importancia a lo que acabo de decir. — Y no me iré de aquí hasta ver que los arresten, en especial a ustedes dos. 

— No lo harías. Tu malhumorado Elay está adentro. 

Era obvio que diría algo como eso. — Pruébame. 

Enarco una ceja esperando su siguiente movimiento mientras saco el estúpido celular y marco al 911 sin presionar el botón de llamar. —Lizzy. — Dice cuando cree que voy a hacerlo. ¡Eso es! ¡Vacila, basura!

— Él estará bien en la cárcel. — Me acerco más a la puerta sin dejar que la pantalla se apague.— En cambio no podría decir lo mismo de ti, eres algo así como una belleza exótica; mírate, los ojos claros, las cejas tupidas, los labios gruesos... tienes el rostro perfilado, la mirada arrogante, extravagantemente guapo. Estoy segura de que muchos hombres van a pagar por tener tu culo en cuanto pongas un pie dentro de prisión. —Para este punto me siento muy poderosa. Por alguna razón los hombres ceden más rápido ante este tipo de amenazas, o afectas su ego o algo que les importe y terminan cediendo. — Última oportunidad.

Silas se toma un momento, pero cierra la pequeña ventana antes de que yo pueda reaccionar. — ¡No! ¡Maldición! — 冷静冷静。你可以打破门,对吧?Retrocedo unos cuantos pasos de la puerta lista para patearla cuando veo como poco a poco se abre y aparece él distante, cruzado de brazos, juzgándome. 

— Esta vez fuiste demasiado lejos. —Menciona, cuando paso frente a él toma el celular de mis manos y borra los tres dígitos antes de que marque por error. 

— Si se trata de Elliot no tengo limites.

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ELAY
 
El puño del hombre se impacta directo a mi mejilla haciéndome perder el equilibrio, las palmas de mis manos evitan que caiga de cara contra la tierra pero aun así termino sobre mis rodillas, me invade la sensación de estar mareado, por unos segundos creo que veo doble y tengo que parpadear un par de veces para recuperar la vista. 

Je m'amuse tellement.

Escupo la sangre mientras me vuelvo consciente de que la multitud arriba grita con euforia; cervezas en las manos, unos cuantos con cigarros, y también se escucha como algunos se aferran a la malla protectora provocando un chillido metálico. 

― 起床!― Grita Muerte con fuerza y determinación. Sé que es una orden porque me está hablando en chino y ella no es de las que da ánimos, al menos no conmigo. Lixue yace arriba, en la zona de espectadores entre todos los demás hombres sin preocupación alguna y eso me hace sonreír a medias.― 你以为我不会找你吗?

Je ne me cachais pas

―游戏结束. 

Me sacudo las manos contra los pantalones de tela una vez que me pongo de pie. ―¿Qué, niño bonito? ¿Acaso ya le pediste a tu puti... 

― Cuidado con lo que dices. ― Intervengo yo, limpiando la sangre de mi boca con la manga de mi camisa.

― ¿Por qué? ¿Tan sensible eres? ― Me pregunta extendiendo los brazos como si esperara aprobación de los demás, y vaya que la recibe. A diferencia de mi, él tiene la boca más grande de lo que debería. ― Vamos, tira el primer golpe. Te daré ventaja. ― Se señala con dos dedos sus mejilla sucia.― Justo aquí. 

Niego con la cabeza.

―¡¿Y por qué mierda no?!― Grita el hombre con molestia, al igual que yo, su ropa está ahora sucia y también tiene hilos de sangre en su rostro y en sus nudillos. ― ¿Sabes algo? No me importa. Terminemos de una vez. ― El hombre choca ambos puños antes de caminar hacia mi dirección me sujeta del cuello de la camisa y me propina de nuevo otro puñetazo antes de soltarme. ―Carajo, si no te resistes siento que podría matarte. ― Dice entre risas. 

—该死的, 艾略特! ¡Rómpele la cara y termina con esto de una puta vez! ― Grita Muerte furiosa desde arriba. 

Non pas encore.

Aun me siento un poco aturdido del último golpe, pero vuelvo a ponerme frente al gran hombre listo para que continúe golpeándome. Sin embargo, está vez su puño impacta contra mi pecho y siento como el aire sale de mis pulmones de inmediato. Me sumerge en una pequeña agonía que obliga a mi cuerpo a luchar por un poco de oxigeno.

¡Elliot!

Y es como si todo pasara frente a mis ojos en cámara lenta.

Mi contrincante, que debe rozar los cuarenta, se parte de risa mientras exige que lo alaben, ni siquiera puedo buscar a Lixue porque las luces me parecen de pronto muy brillosas.

—¿Podrían detener la pe... — Lo derrumbo cuando llevo mis piernas a sus tibias en una llave. Soy más rápido que este americano con cabeza rectangular, así que colocarme a horcajadas de su torso no me cuesta en absoluto por muy golpeado que esté; él ataca primero llevando sus manos alrededor de mi cuello, presionando casi con todas sus fuerzas pero es inútil.

No es porque no sienta o no me duela ni un carajo, porque claro que lo siento y me duele como el infierno, pero ahora todos sus esfuerzos son inútiles porque je suis motivé. Rompo su agarre golpeando sus antebrazos con los codos, y es entonces cuando comienzo a sentir aquel impulso...

Tomo su cabeza entre mis manos y comienzo a azotarla contra el suelo. Una. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis veces. Sus ojos están tan abiertos y atentos a mí pero al siguiente segundo ya no. ―¡Ya basta, Sav! ¡Suéltalo! ¡Vas a matarlo! — No. No. No. ¡No me detengan! ¡¿Qué no se me nota lo bien que la estoy pasando?! 

Pares de brazos me separan de él a la fuerza, está noqueado y llevo su sangre en mis manos. Me alejan contra mi voluntad, me forcejeo contra ellos naturalmente para que me suelten y termino arrinconado dentro de la arena como si fuera un animal rabioso que sólo busca a su presa. 

Esto podrá ser una pelea clandestina pero como en cualquier otra, el réferi debe entrar al área a revisar al hombre que he dejado inconsciente, y con un poco de suerte, sin el cerebro fuera de su lugar. ― ¡Está respirando! ―Grita antes de extender un brazo señalándome para anunciar que yo soy el ganador. 

― Te recuerdo que esto no es como en Hong Kong, Elay. Cuando dije que el juego termino, esperaba que salieras de la zona.― Menciona Muerte observándolo todo desde el umbral de la entrada a la zona de pelea. ― Aquí no es un pelea o muere. Tú mismo pusiste ese límite. 

― Porque tú me lo pediste. ― Señale, limpiando la sangre que había en mis manos con la tela de los pantalones.  

―¡Porque tengo el capricho de que sigas con vida el mayor tiempo posible!― Emplea un tono mucho más empalagoso. Incluso a esta distancia puedo oler su fragancia a cítricos entre toda la peste nauseabunda varonil. Reconozco esa mirada, está lo que le sigue a molesta. ― Además está ligada a la otra promesa que me hiciste, ¿lo recuerdas? ― Asiento de mala gana.

―Sólo me estaba divirtiendo.

Muerte pone un pie dentro de la arena y empuja a uno de los chicos que se le atraviesa enfrente, su mano impacta contra mi mejilla hundiendo a todo el lugar en completo silencio. No sé si es porque es la única mujer en el Savage o si es porque es a mí a quién golpea, o ambas. ―¡¿Divirtiendo?! ¡La última vez que decidiste divertirte casi mueres por sobredosis, y si no fuera por mi otro novio, quién te encontró, jamás lo hubieras logrado!

Mi corazón aún late con demasiada prisa por el encuentro que la cachetada de Muerte no logra opacar mi entusiasmo. Aunque vaya que tiene fuerza. — Vamos a casa, Lix. Arreglemos nuestra mierda en otro lugar. — Le extiendo la mano en un gesto que sé que a ella le gusta y espero.

Ella en cambio se cruza de brazos y frunce el entrecejo. —No voy a ir a ningún lado. 

¡Agh! ¡Lo que me faltaba! Cuando Muerte se pone así sólo puedo hacer una cosa: Lárguense todos, terminó la función.

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LIX

—¿Por qué carajos nos dejaste a Kai y a mí en el auto? ¿Qué fue lo que hicimos está vez? — Pregunto para variar porque llevamos alrededor de cinco minutos en silencio. Silas ha entrado a la zona de pelea junto con otra persona, por supuesto que Elay lo ve incriminatoriamente por dejarme pasar. Me hago a un lado para que puedan sacar el cuerpo lánguido del hombre, de reojo soy consciente de que va escurriendo sangre de su cabeza.

— 什么不明显? 

— No, no es obvio. 

— Bueno, no voy a decírtelo. — Aclara. — Lo que si te diré es que lo pensé mejor y no vamos a asistir a esa carrera. 

Por un momento creo que tengo la voz de Kai atorada en la cabeza susurrando repetidamente: Yo no veo que de momento nos esté llevando a ninguna parte. JA. Te equivocas, Kai. Creo que esto podría estar dando su primer fruto. — ¿Qué?

— Lo que escuchaste. 

— ¡Vamos a ir! ¡Y vamos a ayudarlo si las cosas salen mal!

— ¿Y por qué haríamos eso? — Pregunta Elliot tan egoísta como siempre. 

— ¡Porque es nuestro amigo! ¡Porque él te cargó por las escaleras de emergencia cuando te estabas muriendo! ¡Y porque yo lo quiero! — Enlisto las razones y Elay simplemente me observa fijamente. — ¡Me prometiste que no harías nada que pudiera atentar contra tu vida! Prometiste que...

— ¡Sé lo que te prometí! — Aclara incómodo. — Aunque estás exagerando. Sabes bien que él no me iba a hacer nada que yo no quisiera. — Dice eso como si el hecho de dejarse golpear fuera algo normal. 

Desde que Elay y yo nos habíamos conocido... no. 
Desde que yo me enamoré de él, no puedo dejar de estar tensa todo el tiempo. Siempre preocupada de que llegue el día en que su inestabilidad le haga perder la vida. 

Sacó las llaves del bolsillo de los jeans y se las lanzo. — Si quieres que llegue a casa sana y salva, será mejor que tú me lleves porque estoy pensando en chocar tu amado auto contra un poste de luz con nosotros dentro. 

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ELAY

Al día siguiente, Muerte es quién me despierta alegando que no hizo compras suficientes para su semana con Kai y que se había traído su billetera con ella; así que él no tendría nada que comer a esta hora y tampoco dinero, por lo que se le ocurrió la grandiosa idea de tener una cita los tres en algún restaurante de la ciudad. 

Por supuesto que evita tomar nuestra conversación a medias de ayer.

— Apresúrate, Elliot. — Me toma de la mano y me lleva más rápido de lo necesario a nuestra mesa al aire libre frente al local, donde puedo distinguir a Kai sentando fumándose un cigarrillo, oculto bajo unos lentes de sol. 

—¿Me extrañaste? — Le pregunta Lix antes de soltarme para correr hacia él. Ágilmente le quita el cigarro  con dos dedos antes de depositarle un beso en los labios. 

—Te extrañe sólo porque te llevaste mi dinero.— Comenta el chico pacíficamente. — Mi billetera. Contigo. — Le cedo a Lix el asiento entre él y yo, por mi parte sólo levanto el mentón a modo de saludo en dirección a Kai quién se reserva tosas las preguntas con respecto a mi labio partido y al pómulo morado. 

—Sí, eh, eso no fue apropósito. — Dice Lix como una niña pequeña. Le da una calada al cigarrillo antes de ofrecérmelo. — Además, hoy invita Elliot a modo de disculpas por su escenita de ayer. ¿No es así, 我的爱

Ah, maintenant je suis ton amour?


Estoy a punto de levantarme pero ella me da un puntapié por debajo de la mesa. —Ya qué. — Suelto yo, tomando uno de los menús que están al centro de la mesa, recibiendo el cigarrillo. 

— Y por cierto tengo un plan B en caso de que pierdas la carrera. — Dice Lix mientras evito poner los ojos en blanco, dejo que el humo salga por nariz un par de veces, creo que la nicotina ha dejado de tener su efecto en mi. 

—¿Crees que perderé la carrera? — No entiendo como Kai se sigue mostrando tan tranquilo, es obvio que le tiene más paciencia de la que yo le tengo a Lixue. 

—No, pero no me fio de nadie a excepción de ustedes dos. — Responde Muerte, está vez quitándome el cigarrillo a mi. — Si algo llega a pasar, robaremos la bolsa. 

— No, no lo harán. — Declara Kai antes de también tomar un menú y elegir que comer. 

— Ya te dije que sólo es un plan b en caso de que quieran sorprendernos con alguna estupidez.

—¿Estás de acuerdo con esto? — Sé que se dirige a mi.

—No. 

— Sé que mi cuello depende de la bolsa pero estoy seguro que Killian cumplirá su parte del trato. 

— ¿Y si no lo hace? — Pregunta Lixue con preocupación. — Primero, Elay se deja golpear. Y ahora, tú no te dejas ayudar. ¿Qué está mal con ustedes dos?

— Preocuparte por el futuro no te va a servir de nada, Lizzy. — Y eso únicamente provoca que ambos se sumerjan en una pequeña discusión.

— ¡Hey! 我有话要给你们两个! — Grita alguien desde uno de los autos que pasan frente al restaurante donde estamos sentados. Saca su mano de la ventana y simula una pistola con los dedos, estoy a punto de levantarme pero siento la mano de Lix sobre la mía deteniéndome, sin embargo cuando baja el pulgar el sonido de algo similar a una ametralladora ligera inunda nuestros oídos y al instante Lixue cae de su silla. 

—¡Muerte!

— ¡Lizzy!— Las personas comienzan a gritar y a correr a nuestro alrededor. No puedo siquiera mirar las placas del auto porque al igual que Kai me coloco a lado de Lix quién tiene los ojos llenos de lagrimas y por su expresión delata lo asustada que está. 

— ¡Maldita sea no siento mi brazo! — Se queja aún acostada, girando la cabeza para evitar ver la sangre en su brazo...

—Sobrevivirás. — Digo entre dientes limpiando rápidamente las lágrimas que han comenzado a salir y que ahora escurren por sus mejillas. 

Por supuesto que Lix había sido la primera en entenderlo todo. Esto sólo es un recordatorio de que ni estando en Chicago podíamos librarnos de nuestro pasado. La intención no era matarla, sino darnos un aviso.— Te sacaré de aquí. — Paso un brazo por debajo de sus piernas mientras ella se sostiene de mi cuello. — Debemos irnos.

— Son balines de goma, tienes adormecido el brazo, sólo eso. — Señala el pelinegro para calmarla cuando Lix ahoga un grito de dolor. — Te llevaremos al hospital. 

— ¡No podemos ir al hospital! 

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué no?! — Exclama disconforme el chico. 

— Porque ella podría estar ahí. — Dice Lixue. 

— ¿Ella? ¿Ella quién?

— La reina de China.


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lovesick
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