Re: Instituto Fénix | N. C.

por **Carstairs** Vie 04 Mayo 2018, 9:21 pm

Juli:

por **lovesick** Vie 04 Mayo 2018, 10:01 pm

:

por **lovesick** Vie 04 Mayo 2018, 10:09 pm

P.D. AL COMENTARIO DE ARRIBA.:

por **lovesick** Lun 07 Mayo 2018, 10:38 pm

Capítulo 19

Good girls can be bad girls [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo][Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Maite Stoke | Abeja Reina

No era mi imaginación. La habitación apestaba a muerto.

La cabeza aún me daba vueltas y mi estomago amenazaba con comerse así mismo. El recuerdo de las luces cegadoras, cigarrillos, drogas y alcohol a medio terminar me invadió.

Al parecer nos habíamos divertido demasiado, me aguanto las ganas de reírme. Había sido un milagro volver al Instituto.

— ¿Qué puede ofrecer una chica como yo para conseguir una buena botella de un chico como tú? — Pregunté al chico del otro lado de la barra mientras casualmente me colocaba de tal manera en la que mi escote quedara a la vista.

No era la primera vez que hacía algo como esto y era culpa de Chloe, ella era quién me había ensañado algunas técnicas de encanto femenino para conseguir siempre lo que quisiera si así lo deseaba. Al principio me carcomía la culpa, pero luego de un rato supongo que me había dejado llevar.

El dulce moreno se estaba resistiendo, continuó secando algunos vasos.

—Vamos. Tiene que haber algo que pueda ofrecerte. — Dije con una sonrisa, mientras me descubría los hombros. Un par de pestañeos en su dirección y una que otra sonrisa coqueta lo harían comer de mi mano. — No me digas que un chico aburrido es quién trabaja aquí.

Él finalmente sonríe. Bingo.

—Veo que estamos progresando. — Una risa de niña pequeña salió de mí.—Estoy segura de que podemos divertirnos más que esto.

—Tienes razón, muñeca. Pero será otro día donde no esté en turno ni tu tan ebria. — Comentó él como si nada, mejor dicho como si yo le importara.

—Vale. ¿Y qué me dices de la botella? Al menos ofréceme un descuento. — ¿En verdad le había dicho eso? ¿He perdido el toque por estar encerrada o por qué él no ha caído rendido ante mí? Intento no mostrarme decepcionada, un poco se sexo no me hubiera venido mal está noche.

— Está bien, te llevaré la botella en donde sea que estés. — Dijo él guiñándome un ojo.

Cierro los ojos unos momentos. Definitivamente seguía borracha. Me envuelvo en mis sabanas, no tengo idea de que hora es pero la habitación está tan silenciosa que yo creo que nadie se ha levantado.

—¡Eso! ¡Las chicas buenas también pueden ser malas! — Gritó Adele ayudándome a subir a nuestra mesa para bailar bajo las luces rojas, parpadeantes. Adele nos había conseguido un poco de hongos en los baños, me sentía tan relajada y al mismo tiempo imparable. Blaire también se levantó y se dejó llevar por el ritmo, era como una gata, una que ya le estaba poniendo sus garras a Adele y moviendo sus encantos justo alrededor de ella.

Abrí los ojos al escuchar la alarma de la habitación. Habíamos acordado casi a golpes que cada tres días a una de nosotras le tocaba apagarlo. —¡Maldición, Blaire! ¡Apaga la puta alarma! — Le gritó Adele desde su cama, a mí lado.

Debían ser alrededor de las 6:10 a.m. —¡Puta madre, Blaire! — Grito Adele de nuevo, escuché como se ponía de pie. — Oigan, Blaire no está. — De inmediato me senté en mi cama aun sin poder abrir bien los ojos por falta de sueño.

—¿Cómo qué no está? — Preguntó Lily aún con la almohada sobre la cara.

— ¿Eres estúpida o qué? Te estoy diciendo que Blaire no durmió aquí, de hecho su cama está... perfectamente tendida. — Adele, tenía razón. Blaire podría jugar con las reglas del Instituto pero en el tiempo que llevábamos aquí jamás había tendido su cama.

¿Por qué ahora sí?

—¡Oye, Abeja Reina! — Me gritó Adele para llamar mi atención, a decir verdad aún podía ver una serie de matices coloridos tras de ella. — Saldremos un momento. — Dijo señalando a Blaire quién no paraba de maldecir en voz baja, no perdió el tiempo en quitarse la sudadera semi transparente para quedarse únicamente en el bralette que llevaba. No puedo evitar enarcar una ceja al descubrir que tiene tatuado en su pecho un corazón. Justo en medio. —Le han derramado su bebida, y casi golpea a la chica.

—La imbécil lo hizo apropósito. Su novio estaba viéndome las piernas, no es mi culpa que no pueda mantener el interés de su hombre.

—Como sea. La chica la amenazó con decirle al gerente y llamar a la policía por ser una incitadora. — Adele soltó eso con una sonrisa mientras me unía a la risa.

— No me apetece estar de nuevo en la estación de policías, así que me largo. — Dijo Blaire comenzando a andar hacia la salida luego de sentirse un poco ofendida, pero no era su culpa ser un imán de problemas.

— ¿Dijo "de nuevo"? — Jamás había conocido a alguien que estuviera antes en la estación, Adele simplemente se encogió de hombros y me hizo una señal con los dedos de que la encontraría fumando.

Carajo.

Liliana se levanto de su cama como si no se creyera lo de la cama tendida. También me levante a abrir la ventana para cambiar de aires, o el olor de 3 personas crudas me terminaría por asfixiar. Aun tenía un poco de ascos.

—¿Creen que le sucedió algo? — Preguntó Liliana.

— Venía detrás de nosotras. — Comentó Adele rascándose la cabeza mientras se sentaba en la cama de nuestra compañera desaparecida.

— ¿Y si sólo nos trajo de vuelta y se fugó sola? — Preguntó Liliana super seria. Odiaba admitirlo pero de nosotras tres, la que parecía agradarle más era Adele pero sólo porque ahora sé que existe cierto interés mutuo entre ellas.

Así que el que se haya fugado sin nosotras era una posibilidad.

En algún momento de la noche tuve la necesidad de vomitar, el lugar más próximo era fuera del bar. A penas llegué a la calle, divise a varias personas andando y platicando en plena madrugada. Ninguna de ellas me ponía más atención de la necesaria.

Cuando pase la manga de mi suéter para limpiar los rastros de saliva de mis labios deslumbre a Adele apoyando cada una de sus manos en la pared mientras besaba a Blaire de una manera fogosa. Desde aquí podía ver como le metía la lengua hasta la garganta.

Con que así las cosas, eh.

Me acerque a ellas lo suficiente como para que notaran mi presencia pero estaban tan ocupadas que tuve que carraspear para llamar su atención. Blaire abrió los ojos sin dejar de besar a Adele, al verme rápidamente giro el rostro mientras Adele rozaba su nariz contra su piel pidiéndole más. — Hagan eso en privado, ¿quieren?

El puño de Adele chocó contra la pared de ladrillos en una mini rabieta, Blaire sacó de su pantalón la petaca que últimamente traía consigo a cualquier momento para darle un gran trago.

Se supone que debemos dejar, olvidar y compensar. Yo lo sabía, eso habían hecho conmigo mis padres biológicos. Y ahora eso hacía yo con las relaciones, un modo de decir que el trauma de mi niñez me hace huir del amor.

Pero al parecer A también sabía el mecanismo a la perfección. — Sólo me estaba divirtiendo un poco. — Dijo ella como si tuviera que darme una explicación.

Comencé a reír al verla un poco avergonzada. ¿Acaso era su sentimiento de culpa hablando por ella? A veces me pedía mi teléfono prestado cuando el suyo se quedaba sin batería, aunque al principio la tal Emilia le contestaba, comenzaban a ser más las veces donde la ignoraba. —Tranquila, A. No soy novia de ninguna de las dos. — Le dije con complicidad.

Liliana apareció antes de que pudiera decirle algo más, Blaire se aguantó la risa burlona al verla ya que se venía acomodando el vestido y el cabello despeinado. Ugh. ¿Yo era la que quería salir y ellas terminaban fajando? ¡Qué injusto!

— ¿Qué? ¿Qué sucede? — Preguntó. — Las estaba buscando adentro. ¿Por qué no me avisaron? — Se cruzó de brazos y posó su mirada en Adele, quién no tardó en señalarle que tenía el labial corrido en la boca. — Vaya. No sé cómo paso. ¿Y por qué huele a cierta cosa ilegal?

Respire. Olía a marihuana. Blaire en estos segundos ya se había hecho de un porro. — Curioso. No creí que tu supieras como huele la marihuana. — Le dijo la castaña a Lily.

— Que no me comporte como una irracional o como una puta como tú, no significa que no sepa divertirme. — Blaire le mostro los dientes.

— La puta irracional te pide que nos muestres lo contrario. — Contestó metiendo su mano a su bolsillo para sacar una pequeña bolsa transparente con más cigarrillos. Sin dudarlo caminé hacia ella tomando uno.

— No tengo porque demostrarles algo.

— Tomaré otro, al menos así si se pelean, con un poco de suerte, no me daré cuenta. — Le pase uno a Adele.

—Vamos, Lily. Uno no te va a matar, además te ves un poco tensa. — Mis dedos le extendieron uno. — La oferta expira en cinco.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

—¿Cómo mierda vamos a volver al Instituto? — Estábamos dentro del coche que nos habíamos conseguido, con las ventanillas abajo. — No creo que pueda manejar. — El comentario de Liliana nos causó gracia.

—Para empezar, creo que ni siquiera sabes en donde queda. — Otra oleada de risa nos invadió.

—Tienes razón, no lo ubico en el puto mapa. — Sentíamos calor. Amaba sentirme así, como el aire. Liviana, fresca... libre.

—Si nos atrapan, estoy segura de que nos encerraran en un solitario. — Comentó Adele mientras estiraba la mano por fuera de la ventana para tirar la ceniza. — No creo que me de risa cuando eso suceda. — Se comenzó a carcajear.

Sí que estábamos drogadas.

—Ni siquiera sabes si es cierto. — Dije yo.

—Oh, claro que es cierto. — Dijo Blaire con los ojos cerrados, su cabeza estaba sobre mis piernas en el asiento trasero del auto, Lily estaba sentada en el del conductor y Adele en el asiento del copiloto. — Y es horrible. Te encierran en un pequeño cuarto con una cama y un foco.

—Eso suena muy de televisión o series carceleras.

— Te apuesto a que se inspiran en esa mierda.

—¡Maldición! ¿Estoy viendo mal o son casi las 4 a.m.? — Todas sacamos el humo tosiendo. Liliana incluso encendió el ventilador del auto. — ¿Qué vamos a hacer? — Vi como lanzaba la colilla hacia afuera. — No pueden atraparnos manejando sin licencia, ni borrachas ni menos drogadas.

—¿Está al norte o al sur? — Pregunté sacando el celular para teclear en Google Maps la ubicación.

—¿Y si no volvemos? — Preguntó Lily y un silencio inundo el auto.

—¿Estás hablando enserio? — Asintió.

Sentí en mi interior una pequeña pizca de culpa al pensar en esa opción. ¿En verdad le haría esto a mis padres? Antes vivía una vida de excesos controlados pero nunca a costa de su felicidad, siempre me detenía antes de que se enteraran y salieran dañados por mi culpa. Ese era mi limite. No quería darle problemas.

—Escuchen, ya estamos afuera. Así que sólo piénsenlo un poco. — Añadió Lily.

—Tiene razón, somos cuatro. Podemos separarnos. Así sería más difícil que nos encontraran.

—No tenemos suficiente dinero, ni traemos nuestras pertenencias. — Comenté con timidez.

Blaire se levantó y se deshizo de su colilla en una lata de cerveza vacía. Todas la giramos a ver, casualmente estaba muy callada.

—¿Qué? No creo que sea buena idea pero si se quieren ir ahora, háganlo. No voy a detenerlas ni tampoco las voy a delatar.

Liliana se llevó a la boca una uña, pensando. Mientras Adele se ponía de rodillas sobre su asiento para poder ver a Blaire. — ¿Y por qué no? ¿Nos ocultas algo?

— No. Es sólo que es estúpido su plan en este momento. El prefecto y su amigo el profe nos vieron. Es obvio que si desaparecen, van a confesarlo con mi mamá y la policía.

—Mierda. No quiero volver. — Se quejó A creyendo sus razones. — Necesito irme y buscar a...

— ¿A tu novia a la que no le importas? — Interrumpí. Era un tema que no me importaba pero el estar drogada me hizo soltar la lengua. — Querida, Adele: Date cuenta. Además no entiendo porque tan encaprichada con ella, si estabas comiéndote a Blaire a besos.

—Les dije que era una maldita puta. — Liliana aplaudió disfrutando del momento.

—Coméntaselo a tu novio literato, a ver que opina al respecto. — Soltó rápidamente Blaire mientras le daba una patada a su asiento.

—Olvídenlo. Pidamos un maldito taxi. ¡Y ya está! — Gritó alterada Adele.

—No podemos abandonar el auto. Debemos entregarlo. — Estar lejos de ellas en algunas clases me había permitido hacerme de amigas, y amiga de las amigas de mis amigas, y así. Una de ellas me había pasado un número de renta de autos, donde sólo pedían el efectivo y no la identificación.

—Agh. Vamos, alguien présteme su puto teléfono. — Nadie hizo un esfuerzo por darle el suyo, así que tuve que darle el mío con un poco de miedo. Vi como sus dedos tecleaban a cierto número desconocido, tan pronto como se fue el mensaje llegó la respuesta. —Nos llevaran al Instituto. Asunto arreglado.

Nadie se atrevió a abrir la boca para decir algo. Adele, Blaire y Liliana venían en la parte de atrás. Yo venía en el asiento del copiloto.

Todas aquí nos lanzábamos miradas por el retrovisor mientras cierta persona nos llevaban de vuelta, a excepción de Blaire que parecía estar en cualquier lugar menos aquí.

por **Jules** Lun 14 Mayo 2018, 11:51 pm

Baby B :

por **lovesick** Jue 17 Mayo 2018, 9:32 am

Jules escribió:
Baby B

Awww gracias por tu comentario, July. jajajaj espero haya sido lo que esperaban. Espero el otro también sea de tu agrado. Instituto Fénix | N. C. - Página 6 3136398239

Instituto Fénix | N. C. - Página 6 3136398239

Instituto Fénix | N. C. - Página 6 971829111

por **lovesick** Jue 17 Mayo 2018, 9:46 am

Capítulo 20

Señorita Fénix para usted [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Blaire Fénix

¿Estás segura de que puedes tu sola?

Me bajé del auto tropezando y cayendo de rodillas al suelo, sentí como me intentaban ayudar, pero no quería que me tocarán. Melissa cerró la puerta y dijo algo más que no entendí, Mai mencionó algo sobre Benjamín que apenas escuché y las demás se apresuraban a entrar al instituto.

- ¿En dónde… en dónde está? - Pregunté, no había escuchado su voz ni su risa en toda la noche, me sentía borracha y confundida. - ¿En dónde está Liam? – Cerré los ojos ante el mareo y las ganas de vomitar.

-Blaire, vamos. Sabes lo que sucedió con Liam. – Soltó, ¿Lo sabía? Busqué mi celular en bolsillo de mi pantalón, pero recordé que no traía uno.

- ¿Me mandó un mensaje? No encuentro mi… Blaire, sabes que Liam murió hace casi un año. – Espera a que vuelva a levantarme del suelo, estoy borracha y aun así sé que me mira con pena luego de apoyar su mano en mi hombro. – Creí que habías dejado el alcohol… Me quedaré con el auto, que pasen por el a mi dirección. – Le dice a Maite. - ¿Está bien? Te traeré un suero … - Dejo de escucharla y comienzo a caminar al Instituto por instinto.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Al día siguiente siento como si estuviera muriendo, al verme en el espejo lo que más resaltan son mis ojeras y mis ojos hinchados, tengo el rímel corrido y la boca seca. Aún me siento ligeramente borracha. Intento sentir la parte media de mis pantaletas, pero nada, sigo sin menstruar.

Termino de vaciar medio estomago en el baño de Benjamín para asearme y quitarme el olor a alcohol, cigarrillos, marihuana, y a Adele. Buscó entre sus cosas unas aspirinas que me quiten el dolor de cabeza antes de salir de su habitación directo al comedor por algo que mi estómago quiera mantener dentro como un jugo y decido volver a mi escondite por lo que resta del día.

Finalmente supongo que es una de las ventajas de ser el prefecto, no pasar el domingo en tu lugar de trabajo. Me levanto de la cama, arreglo el pequeño desastre que hice para que Ben no lo note y me marcho a mi habitación.

¿En dónde has estado? – Me pregunta Maite alcanzándome por el pasillo, trae ropa deportiva. ¿Cómo puede hacer ejercicio cuando yo me siento como basura? – Adele y Liliana han pensado que tal vez te descubrieron y que nos delataste. ¿En dónde dormiste? ¿Dormiste con él?

No me sorprende. -De haberlas delatado, no estaríamos aquí. ¿Cómo que en donde dormí? – Miento. – En la misma habitación que ustedes y no he dormido con nadie.

-Bueno, luego de haberte visto en acción y con la reputación que te cargas no me sorprendería que te acuestes con un él o ella. – No puedo evitar soltar un gruñido. – Además tu cama…Qué nos hayan hecho un favor no significa que me haya acostado por él. – Solté. Llegamos a la habitación sólo nos encontrábamos nosotras dos para mi alivio.

- Por cierto. La profesora Melissa ha venido hace un rato, nos trajo a todas uno. – Me lanzó la botella del suero, lo abrí al instante porque me sentía seca aún después de tomar varios vasos de agua. Sentí la mirada de Maite sobre mí que me hacía sentir incomoda.

- ¿Te gusto o qué? – Ella toma las cosas del baño dispuesta a salir de la habitación, pero se detiene y se sienta en uno de los muebles cerca de mí.

- ¿Por qué ella nos trajo? Y… ¿Quién es Liam?

Liam vierte un poco del alcohol que trae en su petaca de plata en mi vaso para luego volverme a rodear entre sus brazos. Su mejor amigo Luca toca la guitarra y canta una canción de manera suave, estamos aquí frente a la fogata en plena noche de verano en las arenas de las playas frías de Linconl City. Una joven mayor que nosotros llega de la mano con un chico como de nuestra edad. – Hola, chicos. – Saludan sentándose en la arena y de inmediato noto su parecido con Luca. Liam se levanta y me invita a caminar con él.

-Mierda. No creí que fuera cierto. – Habla cuando estamos cerca del agua, lo tomó de la mano y lo jaló sintiendo como me estremezco por el frio al mojarme los pies. – Es su hermana de Luca, Melissa es mayor que nosotros y anda con alguien de 19.

La miro a lo lejos. Ella y yo somos las únicas chicas. -Liam, tiene como 24 no es como si fuera una anciana y no es como si tuviéramos 7 años. – Contesto. – No la había visto aquí antes. – En un lugar “ni tan pequeño ni tan grande” como lo era Linconl City y sus alrededores, solía distinguir a mucha gente en especial por ser contactos con mi madre.

-Es porque no estaba aquí, se fue a otro estado a estudiar algo en belleza creo. Y volvió apenas. – Suelta, Liam mientras me hace girar como si bailáramos. – Deberías hablar con ella. Supongo que pueden hacer más cosas de chicas o algo por el estilo. – Asiento, él tenía razón, toda mi vida había estado junto a él.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Apago la alarma al sonar exactamente a las 5:30 ya que era mi turno luego de no hacerlo. Siento como Liliana se levanta y busca sus cosas intentando no hacer ruido para salir de la habitación, yo por mi parte a las 6:00 voy saliendo de la habitación para poder ir a tomar algún jugo y buscar a mi novio molesto antes de que comiencen las clases.

-Srita. Fénix. – Me paro en seco, me enderezó y giro a ver a mi madre que aparece dentro de un bonito vestido verde y el cabello en un moño de lado. – Espero no esté pensando en saltarse sus clases. – Suelta. – Y me gustaría hacerle saber que en lo personal me siento minúsculamente orgullosa de que no se haya metido en problemas esta semana. – Comienza a caminar hacia a mí, toma mi mentón entre sus dedos. – No rompas tú récord, querida. – Dicho eso se va por uno de los pasillos.

Benjamín al verme entrar a su oficina sin tocar su puerta y repentinamente, baja su vaso para dedicarme una mirada filosa. - ¿Por qué me has dado un puto reporte falso? – Cierro la puerta, aunque estoy casi segura de que eso no va a evitar nada.

Tú dime Blaire ¿Por qué crees que te di un maldito reporte falso que al parecer sólo te ha motivado más? – No puedo decir nada al respecto porque tengo idea de todo lo que he hecho, sólo que no sé cuál de ese motivo a Ben. – Besaste a una chica. – Eso se sintió como una cachetada. – La besaste, Blaire. Te pregunté si sucedía algo y me dijiste que no me preocupara. Confié en ti para enterarme en el comedor por Mía que la rebelde hija de la directora dio todo un show. Sí creíste que era porque me habías llamado imbécil o porque me mandaste a la mierda te equivocaste.

Me siento frente al escritorio de Ben quién ya se ha puesto de pie y deambula, sé que está molesto porque me mira serio e intenta controlar su tono de voz. – Por una vez, déjame explicarme. – Deja correr las cortinas de las 2 pequeñas ventanas que dan al pasillo puesto que la otra da una vista hacia el jardín y el bosque después de la barda.

- ¿Qué te deje explicar qué? ¿Qué te deje explicar la razón por la que odias a Liliana? ¿Qué me digas que estabas carajos estabas haciendo con… la chica Benet en el bar o la razón por la que te escapaste?

-Por qué mencionas a la mojí…¿qué carajos tiene que ver Liliana en esto? – Me controlo para no iniciar otra pelea. - Sólo escúchame.

Camino hasta el escritorio sentándose en el borde frente a mí. - ¿O me quieres decir si te acostaste con él? – Se muerde uno de sus labios para después tensar su mandíbula con demasiada fuerza, y fruncir el ceño, se inclina hasta el punto donde puedo sentir su aliento. -Contéstame, Blaire. - Susurra. - ¿Te acostaste con el profesor Philips luego de verse en clases? Porque si te acostaste con él… lo mato.

Hago un esfuerzo por recordar que es lo que pretendía demostrar.

-No. No me acosté con él. – Era cierto, aunque mi voz no sonó como esperaba. Él maldijo, quería besarlo, pero se alejó al ver mis intenciones. –Y lamento que… le dije a Mía que era lesbiana y sé que eso no lo justifica. - No sabía por dónde empezar y por la manera en la que está sé que el sexo de reconciliación no lo va a arreglar esta vez.

- ¿Se supone que eso me hace sentir mejor? ¿Qué mi novia diga que es lesbiana, que lo niegue y que bese a una alumna que por cierto duerme en la misma habitación que ella? – Era obvio que ya había investigado. –¿Sabes qué? Acabo de decidir que no me interesa. No quiero seguir escuchándote. – Levanta más la voz, me esquiva para poder salir, sin embargo, pasó por debajo de su brazo y me interpongo entre él y la puerta.

Ben. Detente. Ben, no me dejaste… No sigas. Benjamín déjame … ¡Detente, Blaire! – Gritó él de pronto.

-Estaba con el profesor Philips sólo porque a Lili… Blaire, déjame pasar. A ella le gusta y quería que se alejará de ti luego de que apos…Blaire. – Ben intentaba quitarme de su camino, lo abrazó con fuerza de su cintura luego de que tomará e pomo y no quisiera soltarlo, no saldría conmigo encima de él así que comencé a decir todo lo más rápido que podía. – No sucedió nada con Philips. Entiende. ¡No sucedió nada con él! Yo sólo me quede lo suficiente como para molestarla a ella y a ti por ignorarme porque podría estar embarazada.

Benjamín soltó el pomo de la puerta mientras yo aún lo abrazaba, se enderezo. – ¡Está vez llegaste al límite! – Colocó sus manos en mis hombros intentando alejarme. – Debes de dejar de mentir compulsivamente no sólo porque salgo contigo sino porque soy la autoridad de este instituto.

- ¿Qué? No sé trata de que seas la autoridad del instituto. – Quería llorar, estaba siendo completamente sincera y la única persona que podía creerme no lo hacía. – Mi periodo no me llega.

-Vamos, Blaire.

Lo solté. - ¿Todo se trata de eso? ¿De qué eres la autoridad? ¿Así que eras la autoridad en el puto bar? Tienes razón me disculpo, error mío, todo el tiempo creí que estaba hablando con mi novio no con el idiota del prefecto. – Esta vez yo abrí la puerta, iba a arreglar mi problema yo sola.

Me tomó del brazo y comencé a jalarme para que me soltará. -Blaire. - Salí al pasillo sin importarme quién estuviera ahí y él igual. – ¿Ahora a dónde vas? - Grita Ben haciendo un eco. - ¡Blaire!

¡Señorita Fénix para usted! – Recalqué.

:

por **Carstairs** Mar 29 Mayo 2018, 4:30 pm

Hola!!! acá haciendo acto de presencia para comentar tus capítulos!

Abeja Reina:

Mala Hierba:

Me encantaron los capítulos, tuvieron mucha personalidad de sus protagonistas!
voy a hacer todo lo posible para subir esta semana, si no, el finde seguro.

por **lovesick** Sáb 02 Jun 2018, 8:26 pm

Carstairs escribió:Hola!!! acá haciendo acto de presencia para comentar tus capítulos!

Abeja Reina:
Mala Hierba:
Me encantaron los capítulos, tuvieron mucha personalidad de sus protagonistas!
voy a hacer todo lo posible para subir esta semana, si no, el finde seguro.

Vickyyyyyyyy Instituto Fénix | N. C. - Página 6 1857533193

Jajajajajaj me alegra que te hayan gustado ambos capitulos. Espero los tuyos con ansias que me muero por saber que tramas para la doble cara. creepygusta

por **Jules** Miér 15 Ago 2018, 1:19 pm

:

por **Jules** Miér 15 Ago 2018, 1:58 pm

Capítulo 21

Unos instantes que me sentí en el cielo. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Liliana Sorrento Quintana

Deje descansar mi cabeza sobre la madera fría del suelo. Sentía que la cabeza me daba vueltas y mi cerebro no dejaba de trabajar mi vida es una mierda total solo pude pensar mientras las ganas de vomitar se hacían presentes. Me levanté del suelo corriendo hacia el baño para dejar salir todo lo que tenia por dentro en el retrete. Mi vista se había nublado un poco aduras penas notando la luz de la luna entrando indecente por la única ventana de la habitación. Sonreí limpiándome la cara, aunque mi vida fuera una mierda en este momento, no cambia nada del mundo haber roto unas cuantas reglas intentando levantarme. Aun sentía un poco de calor, opte por deshacerme del vestido y la ropa interior que me estorbaba. Estaba complacida de que Adele y Maite estuvieran profundas mientras que Blaire milagrosamente no se encontraba por ningún lado tal vez cogiéndose al idiota del prefecto y sin ninguna vergüenza me metí entre las cobijas de mi cama designada y me dejé llevar por el sueño con una sonrisa en la cara de la diversión que había tenido.

Nunca fui de aquellas chicas que después de una borrachera se quedara todo el día en la cama esperando que la resaca pasara y saciando mi apetito con un montón de comida chatarra. Tal vez era porque si mis padres me descubrían que me había desvelado o tomado antes de cumplir los 18 me dejarían botada en un internado. Y pensándolo bien a pesar de aparentar comportarme bien termine atrapada en un miserable internado. Revise el reloj a mi lado y eran las 5 de la mañana. Adele y Maite seguían durmiendo como si su vida dependiera de ello, así que aproveche para escabullirme en la ducha. En unos minutos ya me encontraba en el patio corriendo y sudando intentando purificar mi cuerpo. Al terminar de dar 12 vueltas, me senté en las gradas a hidratarme.

— ¿tendrás una botella de agua extra? — tragué lo más fuerte que pude y di un pequeño vistazo sobre mi hombro izquierdo. Puede ver de reojo como sonreía ampliamente, fruncí mi ceño aun molesta con su presencia y empaqué mis cosas dispuesta a irme del lugar.

— no, no tengo — respondí cortante colgándome la maleta a mi hombro derecho

— ¿te vais tan pronto? — me intercepto rápidamente haciéndome tropezar junto a su pecho. Sentí como las mejillas se me calentaban e inmediatamente me alejé de él — no te he visto en esta semana, pensé que nos veríamos después de clases para las traducciones. Además, has faltado a clase. La directora nos ha pedido que al mínimo incumplimiento del reglamento llenáramos un reporte

— he faltado dos veces a clase ¿Por qué aun no me he metido en problema?

— pensé que te había ocurrido algo— tragué de nuevo saliva viendo su rostro expresando preocupación. Aunque podía ser también decepción, era mala intentando leer las expresiones de las personas — no quería precipitarme sin saber que pasaba realmente — mordí mi labio apenada y apreté las cuerdas de mi maleta tal vez era preocupación sin embargo las imágenes de Blaire seduciéndolo y tocándolo en su escritorio me hacían querer abofetearle, y mi maldita imaginación solo podía crear la imagen que evite ver como espectadora. Me reí por dentro de mí misma. Querer a abofetear a un profesor que no me veía mas que una simple mocosa y no podía corresponder los caprichosos deseos carnales de esta.

— nada de qué preocuparse — trate de mantenerme lo mas calmada posible frente al profesor Phillip. Respire profundo ocultando mi molestia hacia él — y no creo que sea apropiado que se meta con las estudiantes de manera tan personal — recalque la palabra personal intencionalmente. Sus ojos celestes se abrieron como dos grandes platos casi como si se fueran a salir de su sitio — puede que se meta en problemas serios

Tome la botella de agua y se la deje en una de las gradas del lugar y me retire sin mirar atrás. Sentí que el bolso pequeño de mi maleta vibro. Revise a mi alrededor si había alguien observándome y saque mi celular que parpadeaba el nombre de David y un breve mensaje de este acompañado: Preciosa ¿Nos vemos esta noche? No pude evitar sonreír intentando no gritar como preadolescente hormonal.

Creo que será para otra ocasión

Lleve la pantalla del celular a mis labios sin dejar de sonreír tontamente.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Eran las 3 de la mañana y aun no podía creer que había decidido quedarme en cama todo el día anterior, pero aun así estaba agradecida de que nadie se había atrevido a molestarme. Mi celular empezó a vibrar, al revisar la pantalla el nombre de David apareció. Apague la pantalla para luego cerrar mis ojos y tratar de quedarme dormida de nuevo. Algo que me fue imposible durante dos horas resultando que mi frustración floreciera y al final me decidiera levantarme de la cama para salir a correr de nuevo. Después de correr por una hora sin parar divisé a lo lejos al profesor Phillips, empecé a correr en dirección opuesta de donde él venia para entrar al instituto de nuevo. Sin darme me tropecé con el diablo en la entrada de mi habitación.

— ¡¿QUE TE PASA?! — Blaire grito histérica

— ¿Qué te pasa a ti? ¿acaso estás en tus días? — Desde el día de la fiesta Blaire no se encontraba de buen humor y cualquier cosa la irritaba, incluso más de lo normal.

— ¡¿porque siempre tienes que arruinarme el día imbécil?!

— solo fue un accidente, no es para ta …

Todo paso tan rápido que aduras penas asimilaba la situación en que me encontraba envuelta. Mi pierna derecha tenía unas pequeñas gotas de sangre que habían caído de mi nariz rota. Vi cómo se enorgullecía haciéndome parecer más débil que ella. La sangre se me calentó en un segundo, y aunque intente mantener la calma lo único que pude pensar era que la quería estampar contra el suelo.

— te la ganaste puta loca — susurre entre dientes frunciendo mi entre cejo mientras limpiaba mi nariz

— y ¿qué vas a hacer mojigata? ¿llamar al perro faldero del perfecto para que me castigue? — sonrió de forma cínica y sin pensarlo me lance hacia ella tumbándola en el suelo. Blaire se golpeo la cabeza contra suelo desorientándola por unos segundos los cuales aproveche para proporcionarle un puño con todas mis fuerzas en la cara.

— eres una maldita fácil — Blaire sin perder tiempo me tomo de la coleta y la jalo para que dejara de golpearle la cara haciendo que perdiera el equilibrio para evitar caerme incrusté mis uñas en su rostro.

— ¡PELEA! — una chica grito a todo pulmón haciendo que el pasillo se abarrotara de pendejas chismosas.

— eres una maldita perra asolapada — exclamo Blaire dándome un rodillazo en el vientre, para luego lanzarme un puñetazo en el hombro izquierdo. Caí al suelo retorciéndome del dolor y Blaire se levantó directamente a patearme sin ningún objetivo en particular. Su zapato golpeo mi boca, mis costillas y mi estomago repetidas veces. Sin mucho que pudiera hacer mas que proteger mi rostro de otra patada, me quede esperando a que se cansara de golpearme.

— basta Blaire — escuche la voz del perfecto encima de nosotras. Los golpes habían parado y con dificultad pude volver a respirar — ¿Qué rayos te pasa? ¿acaso quieres matarla?

— bájame maldita sea Benjamín — intente levantarme del suelo para alejarme de la loca de Blaire, pero unas manos me detuvieron

— espera un momento — la voz del profesor Phillips sonaba algo preocupada, y sentí como mi piel se erizaba por su contacto. Blaire pataleaba porque el perfecto la soltara — déjame ayudarte — me apoye en uno de sus hombros mientras que él con delicadeza tomaba mi cintura. No pude evitar escapar un quejido por el dolor que sentía en el cuerpo.

— tienes que calmarte — insistía el perfecto a Blaire que parecía no hallar la razón. El perfecto termino por llevarse a Blaire para calmarla en otro lado.

— ¿Cómo te sientes? — me pregunto por lo bajo el profesor Phillips mirándome con detalle. Me dolía cada parte de mi cuerpo con solo respirar y no me imaginaba como iba hacer si empezaba hablar.

— ¡todos a sus respectivas clases! — grito la directora dispersando el montón de chicas en el pasillo. Alcance a ver a Maite y Adele entre la multitud. Y como si fuera una caricatura Adele le paso por lo bajo un par de billetes a Maite las muy perras apostaron quien iba a ganar pensé intentando no reírme — no hay nada que ver aquí. Cualquiera que este fuera de su salón de clases será castigada severamente — todas desaparecieron inmediatamente — lleva a la señorita Sorrento inmediatamente a la enfermería, Phillips.

Dicho esto, el profesor Phillips me acerco a él intentando acostar todo mi peso en su cuerpo. Maldecía a Blaire en parte por no haberme golpeado en alguna pierna para que el profesor me alzara en sus brazos y poder embriagarme en su aroma. Me mordí la mejilla izquierda suspirando pausadamente sacando esos pensamientos de mí cabeza.

— gracias — pronuncie casi en susurro cruzando la puerta. El profesor Phillips me alzo por unos instantes y me dejo en la camilla. Unos instantes que me sentí en el cielo.

— ¡¿Qué rayos paso?! — exclamo conmocionada la enfermera al entrar a la habitación

— pelea entre estudiantes — se limitó a decir el profesor Phillips alejándose para dejar que la enfermera hiciera su trabajo. Me agarro la cara y empezó a limpiar la sangre seca que tenia en esta. Sin aviso me rompió la camisa para verme las contusiones que tenía en el cuerpo. El profesor Phillips se tenso mientras el rostro le cambiaba de color al igual que la mía.

— voy a esperar afuera

— no — lo interrumpió — necesito ayuda con algunas cosas — le entrego una caja de primero auxilios. El profesor se quedo viendo la caja confundido

— yo no sé mucho de …

La enfermera lo miro fríamente para callarlo y obligarlo a ayudarla lo mas pronto posible. Me sentí como un muñeco de prueba mientras la enfermera limpiaba y cerraba alguna que otra gran herida. Al final, el resultado de la pelea me dejo múltiples moretones en todo el cuerpo, dos costillas rotas, un diente desportillado, el labio y la nariz rota. A pesar de que estaba esperando el regaño de la directora Fénix, lo único que dijo fue que descansara en mi cuarto por el resto del día, y el día siguiente. La enfermera me había dicho que necesitaba al menos unos ocho días, pero me imaginaba que obtener un día y medio por parte de la directora era más que un milagro.

— ¿estaban peleando por el perfecto? — Maite salto a mi cama con una gran sonrisa en su rostro esperando con ansias mi respuesta

— siento dañar tus ilusiones, pero Blaire me rompió la nariz sin razón alguna — le hice una señal a Maite para que se moviera de mi cama para poder dormir en paz.

— eso no es muy de Blaire, algo debiste hacerle — se metió a la conversación Adele sin dejar de ver su celular. Suspire molesta ante su ignorante cometario y Maite asintió sin perder la sonrisa.

— yo no sé ustedes, pero a pesar de que no voy a clases mañana debo descansar.

Apague la lampara de mi lado, para luego envolverme con las sabanas como si eso fuera a evitar escuchas los murmullos y las burlas de Adele y Maite. Y muy a pesar del dolor que tenía por todo mi cuerpo pude dormir con facilidad. No puedo contar cuantas veces me desperté quejándome del dolor en el torso, pero como así me despertaba volvía dormir a los pocos minutos. La ultima vez que me desperté fue pasadas las 12. Maite y Adele no se encontraban en la habitación mientras que la cama de Blaire se veía exactamente como el día anterior. Después de arreglarme con una sudadera gris holgada y una camisa blanca de manga corta. Me dirigí a la oficina de la directora Fénix para hablar con ella sobre lo que había pasado ayer. La secretaria no se encontraba a la vista de la oficina, lo cual era rato ya que por lo general esta estaba sentada como un halcón vigilando a cada momento. Mire curiosa a mi alrededor y algunos papeles que estaban en el escritorio tirados.

— no te preocupes, mi esposa no será un problema — la voz de mi padre adentro de la oficina de la directora hizo que se me tensara el cuerpo. Me quede unos instantes paralizada y no sabía si acercarme para saber si había sido una alucinación o irme y quedarme con la duda.

Al final opte por acercarme lentamente mientras una sensación rara aumentaba en mi estómago. Escuchaba gruñidos y gemidos mientras más me acercaba. Noté que la puerta estaba entreabierta y vi la escena más choquéate en mi corta existencia. Vi a mi padre cogiéndose en cuatro a la directora Fénix, ósea a la madre de Blaire.

Sali de aquel lugar para buscar refugio en mi habitación lo más rápido que el cuerpo me permitía. Empecé a respirar aceleradamente mientras que mi cuerpo no para de temblar. No podía creer que mi padre estuviera engañado a mi madre. Nunca los veía peleando, siempre estaban felices y enamorados. Él no podía hacerle eso a mi madre, a nosotros, a mí. Mi cabeza parecía que iba a explotar en cualquier momento. Y como si fuera un chiste del universo choque de nuevo, pero esta vez con el profesor Phillips quien no dudo en ayudarme a levantar.

— estas pálida — me tomo de los hombros con fuerza — ¿te encuentras bien? ¿te duele algo? — negué con la cabeza. Sentía que iba a dejar de respirar en cualquier momento. El profesor Phillips miro para todos lados y sin decir nada me hizo caminar hasta el estacionamiento privado del instituto donde estaba su camioneta. Me ofreció sentarme adentro de este para luego decirme que volvería al rato.

Empecé a llorar como una niña pequeña, no entendí por qué mi padre haría algo así a mi madre. Sabía que nuestra familia no era perfecta, pero mis padres siempre se veían bien. ¿Qué significaba esto? ¿hace cuánto la estaba engañado? ¿planean divorciarse? Me sentía estúpida por llorar con una situación como esta. El profesor Phillips volvió con una taza en sus manos con un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] en color rojo.

— te traje esto — se sentó a mi lado con la mirada algo inquieta. Tirando toda la razón de lado por unos minutos lo abrace con fuerza. Tal vez no era simplemente haber visto a mi padre con la directora, simplemente era el hecho de que no soportaba tantas cosas. Estar aquí encerrada, lejos de mi familia y con las peores compañeras de la historia. Sentirme sola. Cualquier cosa o todo podía ser la causa, pero ya no podía negarme tener la necesidad de querer que alguien me abrazara y me consolara.

jellou :posoc: :

por **Carstairs** Dom 09 Sep 2018, 8:52 pm

Hola!!! Primero lo primero... Comentar.

Jules escribió: y no creo que sea apropiado que se meta con las estudiantes de manera tan personal — recalque la palabra personal intencionalmente. Sus ojos celestes se abrieron como dos grandes platos casi como si se fueran a salir de su sitio — puede que se meta en problemas serios

Por favor, Estoy segura de que en su mente estaba desafiándolo a que se meta de forma MUCHO MAS PERSONAL!!

Jules escribió:— espera un momento — la voz del profesor Phillips sonaba algo preocupada, y sentí como mi piel se erizaba por su contacto. Blaire pataleaba porque el perfecto la soltara — déjame ayudarte — me apoye en uno de sus hombros mientras que él con delicadeza tomaba mi cintura. No pude evitar escapar un quejido por el dolor que sentía en el cuerpo.

Maldecía a Blaire en parte por no haberme golpeado en alguna pierna para que el profesor me alzara en sus brazos y poder embriagarme en su aroma. Me mordí la mejilla izquierda suspirando pausadamente sacando esos pensamientos de mí cabeza.

Esos dos. Jajajaja siento la química entre esos dos. Instituto Fénix | N. C. - Página 6 2841648573

Jules escribió:Al final opte por acercarme lentamente mientras una sensación rara aumentaba en mi estómago. Escuchaba gruñidos y gemidos mientras más me acercaba. Noté que la puerta estaba entreabierta y vi la escena más choquéate en mi corta existencia. Vi a mi padre cogiéndose en cuatro a la directora Fénix, ósea a la madre de Blaire.

Todos tenemos a la madre de Blaire como una perra pero wow..
Aunque ya te lo había dicho te lo vuelvo a decir, tu capitulo fue impactante!
ahora subo el mio

por **Carstairs** Dom 09 Sep 2018, 8:55 pm

Capítulo 22

Golpes bajos y miradas.[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Adele Benet

El agua hirviendo recorría y quemaba mi cuerpo barriendo cualquier rastro de jabón en el. El agua caliente relajaba mi mente, me tranquilizaba, y ya hacía 20 minutos que debería haber salido de la ducha, pero sólo observaba mis dedos arrugarse, intentando pensar en otra cosa, algo sin sentido o mejor si nada en absoluto.

Si bien las horas de entrenamiento con el equipo de hockey había ayudado a soltar un poco de ira, lamentablemente en el momento que salí de la cancha y pise las duchas del campo, la adrenalina del partido ya se había ido y lo único que podía hacer era escuchar su horrible voz en mi cabeza, tan sarcástico, con su toque de gracia pero amenazante, me sacaba de quicio.

Me había mandado a llamar con la profesora Tash, como si yo fuese su perrito faldero que tenía que hacer todo lo que de decía, y quiera o no lo era, básicamente todas en este lugar lo éramos.

-Adelante señorita Benet. - dijo la directora desde el otro lado en cuanto escuchó el golpe de la puerta.

Abrí la puerta lujosamente tallada, me quede quieta en el umbral y la encontré parada del lado derecho de la habitación guardando un libro que se veía muy viejo en una pequeña pero muy sofisticada biblioteca.

-Pasa queria, por favor, toma haciendo.- Señaló una silla dorada con tapizado de cuero verde que se encontraba frente el escritorio.

Pasé despacio y me senté.

Nos quedamos en silencio unos segundos que parecían eternos. Ella parecía analizar la situación antes de decir algo, y yo estaba esperando poder hacerme invisibles, como si el hecho de pensarlo tanto lo hiciera realidad.

-Te mande a llamar porque me di cuenta de que hasta ahora no tuvimos ninguna charla. - se sentó en la silla quedando al frente mío. - Y dado a la ficha que tenemos tuya, y a la conversación que mantuve con tu padre días antes del comienzo de la cursada, comprendo que seguro no has tenido toda la atención requerida debido a tu situación y quiero remediarlo.

Las palabras situación y remediarlo habían sido marcadas intencionadamente sobre el resto, estaba muy claro que quería provocar. Y estaba más claro que yo, al ser como era, ya estaba provocada.

-¿Situación? No la estoy siguiendo.- Me hice la desentendida.

-Por supuesto que me sigue, y no crea que por estar simplemente es este internado ya la damos por corregida. - Corregida, como odiaba esa palabra. - Estoy al tanto de su relación amistosa con mi hija.

-Yo con su hija no tengo ninguna relación, y si fuera eso lo que le molesta, creo que debería hablar con ella y no conmigo.

-soy consciente de que mi hija no es un claro modelo a seguir de una joven de su edad, pero el problema acá es usted. Usted es el virus que infecta este hogar. Hay otros, eso seguro, pero usted es la que importa en está ocasión, debería estar agradecida de que estemos todos acá para ayudarla. - Explico muy tranquila.

La mire asqueada.

- ¿Se da cuenta de que empieza a sonar como una secta religiosa o algo parecido? Le comento que soy atea.

Hizo una pausa observandome. Abrió un cajón del escritorio y de él sacó un pequeño frasquito que yo conocía muy bien.

-Encontramos tres frascos como este, y los tres están muy bien cerrados, justo la misma cantidad que su padre me dijo que traería, así que sé que no hay ningún otro. Entonces ¿Me podes explicar porque no hay ninguno abierto? - Su sonrisa se hizo más amplia como sintiendo la victoria.

Me quedé muda, yo sabía dónde estaban esos frascos, y sabía que no estaban a la mano de cualquiera, los había dejado bien guardados dentro de la valija.

-Estoy esperando una respuesta.

-No los necesito, usted lo sabe. - Respondí.

-Lo que yo se es que tu historia clínica dice otra cosa, dice que tenes un problema, y para mejorar debes tomar una de estas pastillas que hay en el frasco todos los días. - saco el precinto y abrió el frasco dejándolo al frente mío.

Vi las pequeñas pastillas color crema que había dentro, luego la mire a ella.

Me estaba desafiando. Me desafiaba a que le desobedezca.

-Como no podemos confiar en que te las tomes por tu cuenta, vamos a tener que controlarte.

-¿Va a venir a mi habitación todos los días a obligarme? ¿O me va a mandar a buscar para así no moverte de tu preciado escritorio?- Pregunte.

-No te preocupes por eso, todavía no lo tengo definido, pero ya voy a encontrar la manera.

Se levantó, fue hasta una mesita que se encontraba al lado de la ventana. Había una bandeja de plata casi del mismo tamaño que la mesa, que tenía una jarra de agua entre otras cosas. Sirvió un poco en un vaso y me lo trajo.

-Por ahora tu único problema es tomar esa pastilla, y no pienses en hacer trampas, no sos la primera a la que tengo que controlar para que tome su medicación.

-Puedo no tomarla si no quiero, no me podes obligar. - la desafíe.

-Querida, no va a hacer falta que te la haga tomar a la fuerza, obviamente si quisiera podría buscar la forma, de eso no hay ninguna duda. Aunque tu padre sí se encargó de eso y me dijo que las consecuencias de tu desobediencia no iban a recaer directamente sobre usted, y que tenía a tu amiga vigilada.

Cerré la canilla con fuerza y me cambié rápidamente dándole un vistazo al vestuario ya vacío. Para mi desgracia todavía era temprano y estábamos técnicamente horario educativo por lo que todavía tenía que tener puesto el uniforme aunque sea sólo para ir a mi habitación o algún lugar aislado donde no se notará que ya caminaba torpe por efectos de la medicación.

Mi padre, su asqueroso dinero y la directora habían ganado. Ganaron y dando golpes bajos, como a mi padre tanto le gustaba. Por supuesto que estaban ganando y era por culpa de la hija de esa mujer.

Si ella no hubiera comenzado ese maldito rumor nada de esto pasaría. Ni siquiera éramos amigas. Desde la salida nocturna que habíamos hecho las energías en el cuarto estaban más tensas que nunca si es que eso era posible.

Si bien era obvio que no pasábamos todo el día juntas, Blaire estaba más desaparecida y misteriosa que nunca, la había visto muy poco. Liliana parecía mucho más molesta con todos, ya había dado indicios de que tenía un interior violento, pero su pelea con B el día anterior había sido épica, demasiado para una mojigata como ella. Yo después de la decepción de esa noche, esperando a Emilia, evitaba cualquier conversación que dure más de tres minutos.

La única inmutable parecía ser Maite, quien actuaba como si nada hubiera pasado. Cada vez que nos veía a alguna nos saludaba, hacía algún chiste o algo parecido. Para tener pinta de chica delicada, no parecía preocuparse mucho. No parecía tenerle miedo a los ataques de Blaire, quien cada vez que nos veía tenía cara de asesina, mucho menos nos iba a tener miedo a Lily o a mi a pesar de que sabíamos que le había contado a un par de chicas de nuestra salida. Claro que cuando la enfrentamos el mismo lunes a la noche dijo que “tenía una reputación que mantener" y también nos aclaró que no había contado los detalles específicos y que tampoco había dicho exactamente con quienes se había escapado.

-Deberías agradecer que Blaire no le presta nada de atención a los rumores, ni mucho menos ahora. Porque nosotras lo podríamos dejar pasar, pero no creo que ella lo haga, sería tu funeral.

-Por favor. Creo que le están dando mucho crédito ¿Porque? tampoco tenemos que pegar la vuelta cada vez que la crucemos, seria estupido. - Me dijo Liliana, quien parecía medio ofendida.

-Claro que no, sólo digo que ella es obviamente mucho más temperamental e irracional que cualquiera de nosotras. Podría delatarnos con sus gritos cuando intente atacar a Maite. - aclare.

-Chicas, aprecio mucho su preocupación hacia mi, aunque estoy segura de que están más preocupadas por ustedes. Pero ¿Porque se encajaría con migo? Obviamente ustedes les caen mucho peor que yo y ya se desquito con Lily, que por siento resultaste ser una gran contrincante, mucho más de lo que A esperaba. Así que, ¿Porque se metería en tantos problemas por tener dos pleitos seguidos? - Explicó la rubia muy relajada.

Y al parecer estaba en lo cierto. Desconocía si Blaire se había enterado o no, pero hasta ahora no había hecho ningún comentario sobre eso. Aunque claro, recién era martes, y si la había visto 3 horas aparte de las clases, era mucho.

Eso, por supuesto que me beneficiaba, porque si la veía está vez la temperamental iba a ser yo. Y si era sincera no estaba en condiciones de mantener ninguna pelea. Ya me había costado bastante mantener el ritmo en el partido de hoy.

De repente un pequeño empujón en el hombro me sacó de mis pensamientos. Me gire entre desconcertada y molesta, pero antes de poder decir algo, la persona desconocida ya me había pasado y se había volteado para quedar en frente.

-Disculpa. - Dijo de forma bastante amable, cosa que me sorprendió, últimamente todo en mundo era molesto. - Intenté advertirte, te dije permiso varias pero no me escuchaste, así que mis únicas opciones eran tratar de pasarte o seguir tu paso de zombi por todo el pasillo. - Rió

Me quedé quieta unos segundos todavía aturdida, miré a la persona que me hablaba, y creía conocerla. Era una chica no muy alta, de pelo castaño y ojos muy oscuros. Claro que la conocía, estaba en el equipo de hockey, aunque nunca estuvimos en el mismo grupo. No estaba sonriendo, más bien tenía una expresión de burla, pero estaba segura de que tenía una sonrisa linda.

-No, disculpame a mi. Creo que anoche no dormí bien y ahora me trae consecuencias.

-Si, se nota. La verdad es que tu juego de hoy fue lamentable. - Se mofo.

-¿Disculpa? - Pregunte algo ofendida.

-Por favor, te eh visto jugar antes y veo tus movimientos. Se que por más bostezos que tengas nunca perdes de vista la bocha, y hoy apenas la estabas buscando y no la encontrabas. - Se explicó.

-¿Me estuviste observando jugar? Eso es muy raro, ni siquiera se tu nombre. Deberías hablarlo con la psicóloga. - La ataque con toda furia que le pude lanzar.

Ella sólo sonrió. Parecía que hoy no obtenia nunca el efecto intimidante que queria reflejar. De todas formas tenía que admitir, que su sonrisa si que era bastante linda como había supuesto.

-O tal vez vos deberías pasar menos tiempo con la psicóloga. Creo saber reconocer a una persona bajo los efectos de una pastilla en especial.

-¿Estás diciendo que estoy drogada?

-Bueno, no del tipo de drogas que generalmente se usan para salir y pasar un buen reto. - Aclaró. - Si no más bien del tipo que los padres, y una maldita directora prefieren que tomes para estar arreglada.

Me quedé completamente helada.

-¿Qué? - Fue el único sonido que salió de mi boca.

-Bueno, no pensarás que sos la única en este lugar que toma ese tipo de cosas ¿no? - Mientras decía esto ya estaba siguiendo su camino alejándose de mí. - Soy Lena, por cierto. - Añadió casi tan fuerte que había parecido un grito.

En cuanto procese lo que había dicho la seguí.

-Entonces ¿También las tomas? - Trote hasta ella y me coloque a su lado mientras seguíamos caminando.

-¡Claro que no! - Dijo como si yo estuviera loca.

La mire confundida esperando que me explicara algo más. Al fin y al cabo ella había entrado en este tema, no me podía decir ahora que no quería hablar de eso.

-Bueno, si debería. Pero ambas sabemos que esas pastillas no van a resolver ni cambiar nada y si mantienes un perfil bajo no te molestan tanto. ¿Porque las tomarías? - Pregunto al final.

-No porque yo quiera.

-Eso ya lo supuse. - Interrumpió y yo hice una mueca de molestia. - Lo siento, puedes seguir.

- Al parecer me metí en un problema o no pase tan desapercibida como debería haber hecho, por lo que revisaron mi habitación y encontraron el medicamento que no había tomado. - Le conté.

No me había dado cuenta de cuando pero habíamos salido del edificio, ya habíamos caminado un poco por el patio de adelante y nos sentamos en un banco no muy lejos de la gran puerta. Ella cerró completamente un libro que hasta ahora había tenido marcado con el dedo y que yo ni había notado, y lo dejo a un lado.

-Pero ¿Cómo las dejaste para que las encuentren tan fácilmente? Deberías saber que por cada día tienes que tirar una, o las que tomes. - Hablaba como si lo que estuviera diciendo fuese lo más lógico del mundo. Y quiera o no, realmente era lo más lógico.

-Ni siquiera sabía que podían revisarte las cosas como si nada, no lo pensé mucho. - Me defendí.

-Obvio que pueden, acá nada es tuyo, ni tu propia vida es tuya. Por eso es que nos mandan aca y no a algún psiquiátrico: Es menos escandaloso si llega a salir a la luz, pero igual o peor de controlador.

Agarre el libro que Lena había dejado a un lado: El conde de monte Cristo. Nunca lo había leído, apenas sabía de qué se trataba y por lo que veía ella tampoco había pasado de la página veinte.

Suspire fuertemente frustrada.

-No te preocupes, en unos pocos días se va a calmar todo y podemos ver cómo lo solucionamos. - Me tranquilizó.

-¿Vamos?

-Si, vamos. - Repitió.

-Pero ¿Porque? ¿Me vas a ayudar?

-Claro, como una persona con más experiencia que vos, puedo ayudarte. - Me saco el libro de las manos y se paró. - Además, el profesor Scott va a hacer cambios de equipo y si nos toca en el mismo equipo no puedo permitir que juegues de la misma forma que hoy, da pena.

-Lo se, fue lamentable. - Admiti.

Me dio la razón con la cabeza y me sentí internamente insultada. No estaba acostumbrada a jugar mal, ni mucho menos a que me digan que lo hacía.

-Entonces no te preocupes, yo te voy a ayudar. - Aseguró y Se fue en dirección a las puertas del Instituto para entrar.

-¿Crees que van a decir algo? - Pregunto Liliana preocupada sentándose con su con su bandeja de comida a mi lado.

-¿Quiénes? - La mire y señaló hacia la punta de la mesa.

El grupo pequeño de chicas alrededor de Mai se estaba riendo seguro de algo que ella había dicho. No era extraño verla siempre con distintas personas.

-No. - Lo pensé un rato. - No creo que digan nada, si nos hubiesen querido delatar, lo deberían haber hecho ayer. - Conteste un poco más segura. - Ahora es como si fueran casi cómplices.

-Espero, no estoy de muchos ánimos como para tener problemas. - Murmuró más para ella misma.

-¿Ya tuviste suficientes no? - Me burlé.

-Wow que divertida que sos. - Ironizó. - ah no, espera, quise decir que idiota que sos. - Me miró con fastidio, pero luego vio algo más allá sin prestarme atención, y yo nuevamente seguí su mirada.

Del otro lado del comedor se encontraba Blaire en la parte de la comida. Parecía que estaba decidiendo que comer, o directamente si hacerlo o no ya que miraba todo con cara de asco, y no es que fuera la mejor comida gourmet del mundo, pero la verdad es que tampoco estaba tan mal.

Al final optó por no comer nada, y cuando se dio la vuelta cruzó su mirada de furia con la nuestra. No sabía qué cara tenía Liliana, pero podría jurar que tenía la misma expresión desafiante que yo. Estaba segura que ni nuestra querida B era tan tonta como para meterse en otra pelea, pero contra dos personas.

-Creo que eso era lo más inteligente que podía hacer, después de todo dos contra uno no sería justo. - Comente mientras la veía irse, aunque mientras se iba no nos sacaba ojos de encima.

-¿Dos contra uno? - Interrogó.

-Bueno, tampoco es que ella y yo nos vayamos a abrazar. - Dije esperando terminar la conversación pronto

-Tampoco es que te vallas a pelear por mi.

-¿Tiene que ver con que la directora te haya llamado hoy a la mañana? - Una voz a nuestro lado hizo que nos sobresaltamos.

Maite se estaba sentando al lado mio.

-¿Te llamó la directora?

-Si, la fueron a buscar después de la clase de cosmetología, yo no me di cuenta pero me contó...

-¿De donde saliste? - La interrumpi con fastidio. - ¿Como haces para estar siempre en todos lados?

-Termine de comer y vine porque quería saber si los chismes eran ciertos, y por lo que veo si lo son. - Respondió tranquila. - De todas formas no me respondiste ¿Tiene algo que ver con Blaire? ¿Que te dijeron? No sos una especie de espía o algo asi ¿No? No nos vas a delatar.

Sus palabras me habían abrumado tanto que no sabia que decir. Liliana no sabía si mirarme a mí para que conteste o a Maite para que dé más información.

-No, no nos voy a delatar ni soy una espia o alguna de las estupideces que estas inventando. - Respondí bruscamente intentando levantarme de la mesa.

-¿Y por que te llamaron? - Sus voces sonaron muy sincronizadas y con el mismo tono de curiosidad.

- Eso es tema mio, no les importa.

Me fui tan rápido como pude sin siquiera mirarlas, solo quería salir del comedor y no cruzarme a nadie más.

por **lovesick** Jue 20 Sep 2018, 9:35 am

Capítulo 23

The way you got me [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Blaire Fénix | Mala Hierba

En este momento sentía a Benjamín como si fuera parte de mí, lo tenía en mis venas, en mi esencia, lo sentía más mío que nunca, moví mis caderas con rapidez a horcajadas de él, sentía como se aferraba a mi cintura con una mano, mientras con la otra me jalaba un poco el pelo, besándome y mordiéndome los labios para callar nuestros gemidos pues estábamos en su oficina, para finalmente terminar conmigo diciendo su nombre y quedarnos así unos cuantos segundos intentando controlar nuestra respiración. Él me acarició la mejilla con suavidad, y miró el ojo morado que me había ganado a pulso el día que me drogaron con un tranquilizante para llevarme a mi castigo, lo rodeo con mis brazos una vez más y simplemente me quedo ahí quieta, pero finalmente él decide terminar nuestro último momento. -Gracias por el sexo. – Recalca con cierta molestia, me levanto de sus piernas sin previo aviso para acomodarme el bra que él rompió hace unos momentos de un tirante, mi blusa, falda y medias, sintiendo un vacío. Él también se termina de acomodar los pantalones, me lanza una mirada rabiosa, aunque un tanto sosa. -Si ya acabamos puedes irte. – Se sirve un trago de whisky de una botella que tiene ligeramente menos de lo que tenía hace media hora (ya que la había asaltado) y ni cuenta se estaba dando.

Yo sabía que era mi culpa que me estuviera tratando así, estaba furioso conmigo por terminarlo, pero más aún consigo por aceptar tener nuestro último encuentro. –Ya sabía que eras un gran hijo de puta. – Sin embargo, eso no iba a impedir que me molestará, sintiendo un nudo en mi garganta, miré hacia otro lado. – No te preocupes, me lo vas a agradecer porque será lo mejor para ambos. – Me coloco la sudadera tapando las muñecas moradas y rojas, lastimadas por las cuerdas con las que me habían atado. Giré a ver a Benjamín instintivamente una vez más, en un impulso mío me acerco a él de nuevo haciendo que nos besemos una última vez de manera fogosa que lo lleve a meter sus manos debajo de mi falda y me haga decir su nombre. - Ya me voy. Yo ya acabé contigo. -Me alejo esta vez de él, devolviéndole el favor mientras me limpio con la manga mi boca y le limpio con el dedo el pequeño rastro de brillo labial. Él finge que le importa poco, me mueve la cabeza de un lado a otro en negación para después pegarse el vaso a los labios. – Adiós, Benjamín Klausen.

-Adiós, Blaire Fénix.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

- ¿Qué rayos te pasa? ¿Acaso la quieres matar? – En ese momento comienzo a ser consciente de que Benjamín me aleja de la mojigata que luce destrozada. Jamás debió meterse conmigo ni con lo que es mío.

-Bájame maldita sea, Benjamín. – Mis pies no tocaban el suelo, me abrazaba por la espalda, atrapando mis brazos bajo los suyos. Bájame y déjame terminar con esa hija de puta que tanto te importa. El profesor Philphs apareció en mi campo visual, le hacía un gesto afirmativo a Ben y se acercó a la mojigata sin antes lanzarme una mirada reprobatoria y letal.

- ¡Tienes que calmarte! – Volví a escuchar a Ben trayéndome devuelta al mundo. Sí apenas empecé, el prefecto Klausen me alejo de la escena que había ocasionado y termine en la oficina principal donde mi madre no tardaría en aparecer.

Apenas entramos, él me suelta de su agarre y sin esperar mucho le suelto una cachetada que le hace girar la cara y abrir los ojos. Está desconcertado y sorprendido por lo que acabo de hacer. Se lleva una mano a su mejilla que queda roja por el impacto de mi mano y recobra su postura, está vez mirándome directamente.

- ¡No te vuelvas a acercar a mí! – Un ligero ardor empieza a aparecer en mi mejilla combinado con el dolor de un golpe que me dio la mojigata. Ben frunce la boca y su entrecejo. Siento un nudo en mi pecho y sé que no puedo detenerme. – ¡Vete a consolar a tu obediente putita y déjame en paz! ¡Déjame sola! ¡Váyanse todos a la mierda!

- ¿Cómo se te ocurre? - Mi madre entra echando fuego quitándole la oportunidad a Benjamín de recriminarme algo que sin duda él no vio venir. – ¡BLAIRE FÉNIX BE…! - Me grita ella y se detiene. - ¿QUÉ MIERDA ESTABAS PENSADO? ¿Qué te hizo esa pobre desgraciada para que la golpearás de tal modo? ¿Quién crees que eres? - Me quedo callada, estoy perfectamente sentada frente a ella quién tiene las manos palma contra palma y se apoya con los codos en la mesa luciendo impenetrable, aunque su voz diga lo contrario. – Reacciona, Blaire. Han pasado ya 10 meses desde que Will…

Interrumpo. - ¡No te atrevas a mencionar su nombre! – Grito con fuerza como si la adrenalina de hace unos minutos nunca se hubiera ido de mi cuerpo. -Te lo advierto, madre. - Benjamín me toma del brazo en ese momento, no puedo evitar mirarlo con desprecio. – ¿Me vas a tomar del brazo como si fuera una perra rabiosa? –

Digo sin medir mis palabras.

-No me deja otra opción, señorita Fénix. –Una mirada rápida me dice que no me va a soltar como si yo me atreviera a golpear a la directora Fénix. ¡A mi madre! -No sabes nada sobre mí. – Suelto a Benjamín y luego a mi madre. -Ninguno de ustedes sabe algo sobre mí.

-Hay rumores sobre ti en el maldito Instituto. Me estás costando prestigio. Me estás costando dinero, Blaire. Me estás costando mi paciencia y mi voluntad. ¡Es todo lo que necesito saber para tomar medidas que no pongan la integridad de personas que está fuera de tu egocentrismo! - Dice cada vez más molesta, está vez ella se levanta y al mismo tiempo habla con fuerza y enojo. - ¡Llévensela fuera de mi vista! – Grita. Enseguida entran dos de los guardaespaldas de mi madre o custodios para mí, un poco menos altos que Benjamín, pero sin duda más fuertes que él, me toman de cada uno de mis brazos, Benjamín pone más fuerza en su agarre no porque quiera ayudarlos sino porque no quiere soltarme.

¡Llévense a la puta hija de la directora! – Grito yo, en cuanto me sujetan de los brazos. - ¡Denle una puta lección porque no puedo controlarla! ¡Llévense a la puta loca! - Me intento soltar, que comienzo a patear el escritorio tirando el café sobrante sobre el escritorio de mamá y varias cosas caen al suelo rompiéndose. - ¡Suéltenme!

- ¡Cállenla y sáquenla de aquí! – Mi madre se toma el puente de la nariz, mientras yo sigo gritando sintiendo que mi corazón se va a salir por mi boca en cualquier segundo.

Pero no eso no sucede, un piquete en mi cuello me toma desprevenida que me hace sentir con rapidez más liviana tanto que mis piernas se doblan y lo último que veo es a Benjamín anonadado frente al escritorio de mi madre.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

¡Corre, Blaire!

¡Corre! ¡Corre!

Pasó de manera rápida entre todos los árboles, me siento en cámara lenta, corro como si mi vida dependiera de ello y es que es así, pero no es suficiente. - ¡William! – Grité sintiendo por unos momentos que perdía el aire en mis pulmones. Él estaba ahí de pie, llevaba la misma ropa que el día de ayer. – Liam.

-No sabes lo bueno que es escuchar tu voz. – Su mirada se encuentra centrada en el atardecer frente a nosotros, yo me encuentro mirando el suelo bajo sus pies.

-Liam, por favor. – Solté nerviosa dando el primer paso para acercarme a él. – Ven conmigo. -No quería que un arrebato mío pudiera costarle la vida. Camine otro poco más, pero ni siquiera podía acercarme lo suficiente -William, por favor… Nada de esto es tú culpa. Mi vida no es tu culpa. ¡Ven conmigo! – Grite por la conmoción, yo era consciente de que los policías y el sheriff estaban rodeándonos para este momento, pero no se acercaban por lo mismo, él estaba justo en el borde del acantilado. – ¿Me escuchaste? Mi vida no es tu culpa… - Liam giro a verme con una media sonrisa. - Vayámonos del pueblo, iremos a cualquier parte o a todas, pero tienes que venir conmigo. Ven conmigo. Ven conmigo. – Sentí como las lágrimas ya escurrían por mis mejillas, estiré mi mano.

Liam se asoma un poco como si intentará encontrar fuerza. – ¡No! ¡Te lo suplico! ¡Te lo suplico! ¡No lo hagas! ¡No lo hagas, Liam! – El mar lo iba a matar, las olas lo estrellarían contra las rocas.

-Blaire, ni siquiera lo entiendes. Yo… no puedo. No puedo conmigo. Ni con papá, ni con mamá. No puedo conmigo para estar contigo… -Llora un poco. - ¿Cómo podría ofrecerte una vida que yo te arrebate? – Pregunta asustado. – Yo…

Saltó por el acantilado.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

No puedo evitar romper en llanto una vez entrada ya en el alcohol robado, la prueba de embarazo está sobre mi cama, tiene ya el resultado y por alguna razón no soy capaz de verlo. ¿Qué mierda voy a hacer si estoy embarazada?

¿Qué acabas de decir? – Dice la mojigata que acaba de entrar a la habitación, mientras yo sólo me quedo ahí quieta, como si fuera eso a evitar que realizara más preguntas. - ¿Estás embarazada? – Pregunta sombría, aunque también puedo ver cierto destello de alegría pecaminosa por sus ojos. – Carajo. – Suelta. - El diablo no sabe si está o no embarazada.

Giró a verla de pies a cabeza, está vez observándola mejor que desde la cafetería. –¿Sabes? En este momento eres el menor de mis problemas. – Suelto, mientras ella me rodea lo más que puede para llegar a su cama. – Pero si me llego a enterar que alguien más lo sabe, juro que no me importaría que me amarrarán en una silla frente al acantilado de nuevo. – Menciono mostrándole mis muñecas. – Así que ni por un segundo creas que puedes meterte conmigo.

-Claramente yo también te demostré que puedo jugar tu juego. – No suena arrepentida pero tampoco tan segura. - Además, tienes razón, que estés embarazada no es mi asunto, es tuyo y del prefecto… a menos que no sea de él considerando lo puta que puedes llegar a ser. – Dice áspera. – Mentira, Adele no tiene pene. Pero me queda muy claro que las mujeres Fénix bien lo saben.

¿Qué? - No tengo ni puta idea de que fue eso último… - Una arcada me invade por lo que tengo que levantarme de inmediato al bote de basura esperando a que el líquido acido en mi garganta salga, pero eso no pasa. He tirado la petaca que Liliana levanta para que no derrame más en el suelo, aunque también la prueba que no puede evitar ver. Ella ve la prueba. Ella me ve a mí. Ala prueba. A mí.

Me llevo instintivamente la mano a la boca, me dejo llevar por un ataque de risa que no puedo controlar y me hace doblarme de manera dolosa. Ella intenta darme la prueba, pero me niego a tenerla. -Yo… definitivamente no sé qué voy a hacer. – Respiro un poco, pero sigo riendo. – Mierda, mierda. Me acabo de coger a Benjamín y ya espero un puto bebe suyo que tendrá sus malditos y grandes ojos verdes…

Liliana no dice nada, únicamente me ve y esta vez sí que no me importa, sacó el basurero de la habitación para volver a entrar y acostarme en mi cama. -Dime algo mojigata. Si fueras… si fueras yo… ¿Qué harías? – Cierro los ojos porque he comenzado a sentirme más mareada y más liviana. – No. Olvídalo. No voy a tener a este bebe y nadie nunca lo sabrá.

-Me alegra tanto no ser tú. No hago esto por ti, pero si fuera tú le diría al Sr. Klausen, es más grande y puede apoyarte, además es su bebe también.

-No es nada mío ni de este bebe. No lo es.

- ¿Alguien puede decirme…? – Entra Maite a la habitación, lo sé porque siento su peso hundir mi colchón. -¿Qué tal tu retiro espiritual? ¿El reclusorio? ¿Academia militar? No. Olvida eso. Si supieran que peleas como un animal no te hubieran dejado salir. Por cierto, gracias. Me hiciste ganar. Tú eres mi alcohólica favorita. – Abro un ojo y está mirándome detalladamente. – Es un milagro que no la hayas descuartizado. – Señala a Liliana. – Sin ofender.

-Veo que ya volviste y ya has apestado la habitación de alcohol… y has vaciado medio estómago. Más te vale que lo laves. – Adele está casi desvistiéndose al entrar por la puerta, se quita el uniforme y se coloca ropa deportiva. – Antes de que me metas en problemas. Otra vez. – Señala.

De nuevo me rio. – Tampoco sé de qué carajo… hablas. – Maite no puede ocultar su sonrisa inmensa y radiante con ese labial rojo.

-Por supuesto que no.– Siento como una almohada me cae en la cara. - Maldita estúpida. No lo sabes.

-Sí que estás ebria. – Me dice la abeja reina, quitando el cojín. – No importa, yo le digo en cuanto deje de arrastrar las palabras.

-Adiós mojigata, adiós hipócrita y adiós cucaracha. – Dice Adele con su típica actitud cambiante.

- ¡Suerte en tú día, querida! – Le grita Maite cerrándole la puerta una vez que sale.

-Alguien dígale que a las cucarachas no se les mata con nada. – Hablo yo, tocando mi vientre en un momento de lucidez esperando sentir algo, una conexión, pero no es así.

HOLI:

por **Jules** Lun 26 Nov 2018, 9:51 pm

Capítulo 24

claro que te odio Parte 1 [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Liliana Sorrento Quintana

Tome una larga ducha caliente antes de dormir esperando sacar toda la mierda que sentía. No podía evitar repetir la escena de mi padre con la directora. Apreté mi cien con fuerza para saca las imágenes con el mediocre intento de sacar las imágenes. Era inútil. A pesar de lo prestigiosa e importante que el instituto era fallaba enormemente en la calefacción. Me acaricie mis antebrazos para no congelarme en los pasillos y me apresure a llegar a mi habitación. Al abrir la puerta me encontré a Blaire con el rostro enterrado en el cesto de la basura vomitando.

— ¿quieres que te traiga algo para las náuseas? — saco su rostro del cesto con las cejas casi tocándose intentado hacer su típica expresión “sigue hablándome y te romperé un dedo” pero con las grandes bolsas negras debajo de sus ojos complementando su rostro amarillezco en vez de miedo, provocaba lastima.

— acaso ¿no tienes vida propia? — escupió irritada para luego, seguir vomitando en el cesto. La habitación ya empezaba apestar. Cuando termino de vomitar la tome del brazo y la lleve hasta el baño para que dejara de vomitar en el cuarto y siguiera inundando el ambiente a sus fluidos gástricos.

— si tengo, pero si sigues así — la deje en sentada junto al inodoro. Me sorprendí de que se dejara ayudar por mi sin protestar, y sin quédarme mucho tiempo con ella me devolví a la habitación y bote el cesto en una de las basuras del pasillo dejemos que alguien mas se encargue de eso pensé asqueada. — Todo el instituto se va a enterar que tienes un pan en el horno — dije entrando de nuevo al baño y alzando su cabello marrón con uno de mis elásticos.

— ¿Por qué me ayudas? ¿no me odias por haberte golpeado? O ¿por el profesor Phillips?

— claro que te odio — torcí mis labios molesta ante la posición en que me estaba poniendo — pero entiendo en la situación en que estas pasando en este momento

— ¿no me jodas que te cogiste al profesor Phillips y también estas embarazada? — jalé un mechón de su cabello — auch — se quejó rápidamente y solté su cabellera para levantarme

— no ha pasado nada con el profesor Phillips — sentí mis orejas calientes por el comentario de Blaire — y si pasara no seria tan descuidada como tu

— claro — alargo con una sonrisa amarga interrumpiéndome — se me olvida que eres señorita perfección y eres intocable — Blaire tenía razón, no era intocable. Yo podría estar pasando por la misma situación. Al fin y al cabo, sigo siendo mujer y las mujeres siempre estamos más expuestas.

— Blaire — suspire agotada por su inmadurez. Me senté en el suelo junto a ella y tragué saliva — Si el perfecto no quiere hacer responsable de sus acciones y necesitas a alguien que sostenga tu mano para la decisión que quieras tomar con tu cucaracha yo estaré para ti — Blaire se me quedo mirando por unos instantes y como si le hubiera dicho el chiste más gracioso del mundo empezó a reírse a carcajadas. Rodee mis ojos molesta, no podía creer lo imprudente que llegaba hacer. Me levanté con ganas de querer golpearla, pero simplemente salí del baño y me sumergí en mi cama mientras enojada pensaba: “niña idiota.”

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Era un nuevo día, y a pesar de las especificaciones de la enfermera de no sobre esforzarme hoy me encontraba sentada en lo mas alto de las gradas del gimnasio intentando recuperar el aliento. Algunas gotas de sudor bajaban por mi rostro mientras que las heridas palpitaban vivamente. Me sentía mareada por el dolor, y quería acabarlo rápido. Saque de mi bolsa una tableta de speed y me lleve a la boca con rapidez. Estaba segura de que no iba a quitarme el dolor, pero al menos me haría concentrarme en clase. Al tomar el último trago de agua que tenia pude divisar al profesor Phillips con su sudadera gris acercándose con una gran sonrisa.

— Lily — Nunca había utilizado mi nombre tan informalmente y eso hizo que mis mejillas se calentaran al instante. Se sentó a mi lado sin dejar de sonreír y poniendo su palma en mi frente sin pensarlo dos veces. Mi corazón parecía salirse de su puesto por su contacto, o incluso explotar — ¿Cómo te sientes?

— bien — la voz apenas salió de mi garganta por todo el procesamiento que hacia mi cerebro ante la situación. La expresión de su rostro cambio por uno de preocupación mientras yo tragaba saliva inquieta.

— no deberías estar corriendo, o haciendo algún tipo de ejercicio por dos semanas

— solo son ocho días — comente burlona — solo necesitaba despejar mi mente. No quería entrar a las clases cargada de problemas. Ya es malo haberme atrasado en algunas clases por la pelea — me sentí algo relajada hablando con él. No le conté sobre la infidelidad de mi padre con la madre de Blaire, pero no le quitaba el hecho que ese día se quedó junto a mí — gracias — sonreí un poco — gracias por estar conmigo la otra vez. Se que no…

— Lily — me interrumpió haciendo que me derritiera por la manera en que mi nombre sonaba con su encantador acento — para eso estoy aquí — puso su mano en mi hombro con delicadeza — para ayudar a mis estudiantes con sus problemas — mi corazón termino por explotar, pero no de la mejor manera. Sonreí amargamente y agarré mi bolso.

— debo irme — corte la conversación intentando escapar de él. Me levante de inmediato, a lo cual el me imito.

— yo te acompaño — asentí inconscientemente. Me sentí tensa al saber que tenía su mirada encima de mí, pero me molestaba mas que no era porque le atraía, si no porque era su deber como maestro. Los pasillos se empezaban a abundar de estudiantes alistándose para sus. Aproveché el alboroto matutino y me perdí entre las pequeñas multitudes para perderme de la vista del profesor Phillips.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Había casi un mes, trataba de evitar al profesor Phillips para evitar que mis hormonas se salieran de control mientras que aduras penas veía a mis compañeras de cuarto. Blaire aduras penas se asomaba a la habitación. Al principio pensé que había sido enviada a un instituto mental por su madre al enterarse del embarazo, pero como la veía en algunas de mis clases dejé ir aquel pensamiento. Adele se encontraba compartiendo mucho más tiempo con su nueva amiga, Lena, si no me fallaba la memoria. Y Maite, ella seguía con su grupito de amigas que la seguía de un lado para otro como abejitas a su reina. Me volvía a sentir sola, como antes de llegar al instituto. Necesitaba un cambio.

— hola hermanita ¿y ese milagro? — la voz de Chris al otro lado de la línea me hizo el día

— necesito un caballero de brillante armadura que me saque de este encierro — escuche como chasqueaba la lengua y dejaba salir un suspiro. No podía creer que se iba actuar como digno ahora cuando más lo necesitaba

— me sorprende que te demoraras en pedir ayuda para salir — me reí emocionada — te espero en la ciudad en el ranger rover negro ¿te parece?

— llego a las 11 — colgué lo más rápido posible, y miré la hora 8:48 pm. Emocionada me dirigí a la habitación para empacar lo que iba usar esta noche. Cuando llegue Adele estaba leyendo un libro y Maite estaba haciendo su rutina diaria para irse a dormir. Se me iba hacer difícil alistar mis cosas sin que ellas se dieran cuenta y opte por lo que mejor se hacer. Decir la verdad.

— necesito que me hagan un favor — las dos se me quedaron viendo confundidas — voy a salir esta noche y necesito que me cubran — Maite y Adele se quedaron mirando la una a la otra, para luego verme a mí con una expresión de extrañeza.

— haz lo que quieras, pero no me hago responsable de lo que pase

— yo quiero ir — dijo Maite emocionada levantándose de la cama

— no puedes ir — la pare en seco inmediatamente algo irritada. Maite abrió los ojos sorprendida ante mi actitud, no hubiera sido un problema, pero no quería compartir esta noche con nadie — No podemos salir las dos al mismo tiempo — pronuncie más calmada para evitar una mala discusión.

— ¿Por qué no? La otra vez salimos todas y la directora no se entero

— primero: el perfecto nos descubrió y más encima nos debió cubrir, y segundo: era un fin de semana en donde los chequeos no son constantes, incluso nulos — enumere con mis dedos los dos contras principales. Maite torció sus labios dejándose caer en su cama — Ahora estamos a principios de semana y hacen chequeos nocturnos. No nos podemos arriesgar a que se den cuenta de que faltan dos chicas de una misma habitación — explique a Maite esperando que entendiera la situación y no me discutiera de vuelta.

— Blaire también está desaparecida — Adele hablo aun con la nariz metida en su libro. Me sentí como una tonta sabiendo que tenía razón.

— ¿tal vez esta con el perfecto? — encogí mis hombros sin saber que más decir

— está bien — acepto Maite interrumpiendo la conversación — pero me debes un favor, y te aseguro que te lo cobrare — asentí sin pensarlo mucho. Maite volvió a su rutina con gran sonrisa en su rostro haciéndome sentirme un escalofrió en toda la espalda. Deje cualquier temor a un lado y me enfoque en arreglarme antes de las 10 de la noche.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Estaba esperando a las afueras de la una cafetería abrazándome a mí misma para darme un poco de calor. El viento estaba helado para lo destapada que iba y maldije a Christopher por lo bajo por hacerme esperar en este clima. Deje salir un suspiro irritada dispuesta a irme de nuevo al instituto.

— ¿Liliana? — me detuve buscando a la persona que había pronunciado mi nombre — ¿Dónde te metiste? ¿Pensé que habías desaparecido? — sonreí falsamente ya que no podía reconocer al chico que caminaba hacia mí.

— He estado algo ocupada últimamente — dije aun sin reconocerlo intentando seguirla la conversación sin parecer una estúpida

— y ¿vas al antro? — señaló el lugar de perdición en el que Blaire, Adele, Maite y yo habíamos perdido todos nuestros sentidos — si quieres te acompaño — se mordió el carnoso labio inferior desviando la mirada a mi pecho, para luego dibujar una perfecta sonrisa.

— en realidad… — cheque mi celular al recibir un mensaje de texto. Era Chris. Rodee mis ojos al ver el mensaje: “problema en el paraíso. Carl me quito las llaves y rompió mis tarjetas. Lo siento” me mordí el labio inferior molesta — claro, me encantaría — el chico me ofreció su chaqueta demin para protegerme del viento, para luego abrazarme por la cintura.

A pesar de que el antro no estaba tan lleno de gente como los fines de semana, el ambiente estaba totalmente prendido. La música rompía mis oídos, pero me encantaba evitaba que pensara en toda la mierda que pasaba. En la entrada del antro un grupo de chicos y chicas esperaban al adonis que me escoltaba hasta el mismo, quien no dudo en presentarme con orgullo.

— Richi nos separó una mesa V.I.P — grito una de las chicas del grupo mientras entrando al lugar. Era unos centímetros mas alta y una cabellera negra hasta la mitad de la espalda. Me miro con una gran sonrisa y me entrego una peluca ondulada de color lila

— gracias — tome la peluca confundida. Sabia que Halloween era en una semana, pero no me esperaba que lo estuvieran celebrando tan temprano. Sin embargo, volviendo a aplicar la misma regla no lo pensé demasiado y con ayuda de otra chica me coloque la peluca, difume un poco las sobras de mis ojos como un estilo de mascara.

Después de unos cuantos tragos y porque unos amigos del chico que estaba conmigo dijo su nombre puede recordar que era David. Era divertido poder dejar toda la mierda del internado atrás y embriagarme en la colonia de David mientras nos mordíamos los labios entre besos.

— ¿no quieres ir a un lugar mas privado? — la respiración de David estaba entre cortada al igual que la mía. Sus labios estaban mas carnosos y rojos.

— voy a pedir un trago mas y vamos a un lugar privado — mordí mi labio y le di un fugaz beso en los labios mientras acariciaba sus músculos. David respondió con un okay y me encamine hacia la barra pidiendo dos shots de vodka.

— pásame otro escoces — gire la mirada asustada por reconocer ese acento. El rostro apagado del profesor Phillips sentado en la barra con un vaso vacío hizo que el estómago se me contrajera. No sabia si correr para que no reconociera o simplemente quedarme ahí congelada como pendeja.

oops i did it again:

por Contenido patrocinado

ϟ hypatia. aka Kate. MP ϟ Ver perfil.	ϟ dépayser aka Lea. MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae aka . MP ϟ Ver perfil.	ϟ Stark. aka Cande. MP ϟ Ver perfil.

ϟ Legendary. aka Steph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ chihiro aka Zoe. MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu aka Teph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ Calore aka idk. MP ϟ Ver perfil.

ϟ ego. aka Kalgh/Charlie. MP ϟ Ver perfil.	ϟ Asclepio. aka Gina. MP ϟ Ver perfil.
ϟ mieczyslaw aka Alec. MP ϟ Ver perfil.