Instituto Fénix | N. C.

 



























 








































 







Aún con sus piernas alrededor de mi cuerpo, logro bajar hasta el botón de sus jeans, Adele se muerde los labios al entender mis intenciones y enreda mechones de mi pelo alborotado entres sus dedos. — Vamos, Blaire. Quiero saber lo que una chica mala puede hacer.

me alegra poder escucharte de nuevo [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

Miré las tijeras con detenimiento, y sin discriminación alguna, comencé a morder la uña de mi dedo índice. Sabia que no debía hacerlo, pero mi ansiedad había vuelto apuñalándome en cada parte de mi cuerpo. Respire hondo y deslice las tijeras entre mis cabellos empezando a cortarlo poco a poco. Algunas lagrimas empezaron a resbalar sobre mis mejillas mientras las imágenes de aquella noche invadían mi cabeza, repitiéndose sin fin; en las noches me atormentaban con más intensidad y aduras penas podía conciliar unas pocas horas de sueño, que están acabando con mi salud mental. La piel me ardía en cada parte de mi cuerpo donde había posado sus manos hambrientas. Los ojos se llenaron de lagrimas cuando pude ver algunos moretones que no sanaban del todo, y que seguían doliendo cuando los rosaba con mis dedos.

— Ellos no te van a hacer daño — Sin embargo, pude notar como se quebraba mi voz en un falso intento de darme fuerzas. Sabía muy bien que en el fondo seguía teniendo miedo, de volver a caer en sus manos y ya no tener la suerte de ser salvada. Solté las tijeras dejando salir un largo suspiro, limpie las lágrimas de mis mejillas y mire mi reflejo en el espejo. Solo era un simple corte hasta los hombros, pero me hacía sentir que podía empezar de nuevo – me gustaría tal vez ponerle algo de color…

— ¿Liliana? — la voz de Blaire me saco de mis pensamientos — ya paso un buen rato y realmente necesito entrar — mire en pequeño reloj que colgaba encima del espejo. Habían pasado casi dos horas desde que entre al baño.

— ya salgo Blaire — aclare mi garganta mientras levantaba con rapidez los pedazos de cabello del suelo para botarlo en la basura. Al abrir la puerta del baño Blaire se me quedo viendo sorprendida al verme.

— wow — solo pudo pronunciar sin quitarme la vista de encima. No pude evitar sonrojarme un poco. ¿me vería mal? No pude evitar pensar apenada por haber tenido un estúpido ataque de impulsividad.

— ¿tan mal se me ve? — pregunte ahogando mis palabras, toque un mechón de mi cabello inconscientemente. Blaire sacudió su cabeza sonriendo amablemente. Era raro verla sonreír de esa manera, usualmente sonreía de forma soberbia. Detestaba que sonriera como si fuera inalcanzable, o intocable emocionalmente.

— no te vez nada mal mojigata — iba a agradecerle cuando paso por mi lado de un salto — pero necesito orinar — cerró la puerta con brusquedad a mis espaldas. Rodeé mis ojos irritada por no dejarme hablar, pero no pude evitar sonreír de lado. Emprendí camino a la cocina, donde afortunadamente no había rastro de Adele, ni de Maite. Servi un poco de agua, y me pude divisar a las antes mencionadas en la parte trasera de la casa. Maite estaba arreglando unos tulipanes, mientras Adele se encontraba tomando el sol a unos metros de Maite. Aproveche para salir de la casa aprovechando que estaban cada una ocupada, mire la bicicleta de Adele, y rogando que al volver no se enojara por haberla tomado sin permiso. Me aleje de la casa mientras admiraba la hermosa vista que tenía por delante.


El pequeño paseo hasta el pueblo me había dejado exhausta. Definitivamente no iba a volver hacer un viaje así en bicicleta, ya no estaba en la misma condición física que hace unas semanas atrás. Desde que nos habíamos hospedado en la cabaña de Maite, y por culpa de los terrores nocturnos —que me acosaban sin descanso— para matar tiempo me sentaba en la sala viendo series mientras me llenaba de chocolatinas y golosinas hasta quedarme dormida. Sin mencionar que los dulces fueron el reemplazo perfecto para la ansiedad que me provocaba la falta de los speed, y a pesar de que tenía mis recaídas emocionales la compañía de las chicas con sus tonterías hacia más llevaderos los días, era lindo estar con ellas a pesar de las diferencias que teníamos.

Me detuve en un poste telefónico y dejé la bicicleta en el suelo, para luego tomar el teléfono y poner unas monedas en la cajita. Saque un artículo del periódico de la semana pasada con un número que había escrito en una esquina. Acaricie mi cuello intentado relajar mi estrés. No sabía porque me sentía nerviosa

— Si es tan amable ¿puedo tomar su nombre? — suspire inquieta mientras enredaba a mi dedo índice con el cable enroscado del teléfono

— Mónica — puede escuchar como tecleaba en su ordenador. Mordí mi labio aún más ansioso sin saber si el aceptaría la llamada, aunque me daba mas miedo decir mi nombre e implicarlo en nuestra desaparición

— su llamada va a ser transferida en unos segundos, por favor manténgase en la línea — escuche una música de fondo mientras que la espera se hacía eterna parecía durar una eternidad.

— ¿ahora que paso? — pude notar su irritación. Estaba segura de que había tensado su mandíbula y apretado los dientes para poder disimular su poca emoción al haber escuchado el nombre de Mónica.

— Soy Liliana – exclame rápidamente por si decidía colgar el teléfono. Creo que fue mala idea haberme hecho pasar por ella.

— Lily — susurro mientras un silencio se hacía presente, y una sensación rara había parecido en mi estomago — ¿sabes que tan peligroso es el haberme llamado?

— lo sé — lo interrumpí rápidamente — estoy llamando por una cabina telefónica – mire hacia los lados nerviosa para ver que nadie estuviera demasiado cerca para escuchar. Estaba segura de que me veía como una persona paranoica que estaba segura de que alguien estaba siguiendo. Aunque no estaba de más ser precavido en esta situación - Tenía que saber cómo estabas, encontré un artículo en donde decía que los cargos que te hizo Cameron fueron retirados — el silencio volvió y mi ansiedad volvió de nuevo mientras esperaba su respuesta

— acepté en pagar una multa por el alboroto en la fiesta — sonreí aliviada — suspendieron mi licenciatura en psicología. Y gracias al padre de Mónica solo me dieron unas horas de voluntariado para que no revocaran mi título del todo. Podre volver a ejercer mi licencia en unas semanas mas

— lo siento mucho Phillips, no quería que pasaras por todo esto. Ni mucho menos involucrarte con mis problemas…

— prometí protegerte Lily — susurro suavemente interrumpiendo mi disculpa. Mis mejillas se calentaron al escucharlo decir eso — aunque si me gustaría saber que hiciste con mi auto — los dos reímos por lo bajo

— el auto está bien, prometo que te lo devolveré y te reembolsare cualquier daño que tenga…

— Lily — me interrumpió riendo un poco más alto. Deje de respirar por unos segundos con sus carcajadas, sentía que el corazón no me dejaba de latir aceleradamente; no podía evitar sentirme estúpida escuchando su risa — solo quiero saber dónde estás — empecé a jugar con la punta de mi pie trazando líneas imaginarias en el pavimento como niña pequeña

— este… — hice un puchero — no puedo decirte — volvió el silencio que solo pudo romperse con un suspiro resignado de Phillips, pude imaginármelo revolver su cabello por la frustración. Era un gesto muy seguido cuando debatíamos en el colegio.

— me alegra poder escucharte de nuevo…

Este hombre me hacia sentir mariposas en el estomago con solo escuchar su voz. Mordí mi labio estrujando el teléfono entre mis manos. ¿estaría mal querer abrazarlo fuertemente? Pensé con ganas de llorar, porque no podía verlo en estos momentos. Sabia que él solo se estaba preocupando de forma paternal, pero no podía evitar desear verlo y volverlo a besar. Mi corazón se encogió al recordar que me rechazo cuando lo bese el día que me salvo. ¿Por qué tenia que tener un apego amoroso con alguien inalcanzable como él?


— con que aquí estaba mi bicicleta — escuche la voz de Adele detrás de mí. Abrí mis ojos como plato mientras dejaba el teléfono en su puesto. Pude notar como la temperatura de mi cara incrementaba al instante, y se me erizaba la piel.

— puedo explicarlo — dije nerviosa mientras subía mis manos a la altura de mi pecho y con las palmas hacia ella

— no seas tan dura con Lily, solo salió a divertirse un rato — mire a Maite aproximándose por mi derecha

— al menos debiste mencionarle a Adele que ibas a tomar su bicicleta — ahora Blaire se acerco por mi izquierda. Trague saliva mientras sentía como me acorralaban entre las tres.

— ¿Qué hacen aquí? — pregunte intentando alejarme de ellas un poco para evitar que vieran mis mejillas enrojecidas por la vergüenza.

— nos aburrimos en la cabaña y decidimos salir al pueblo a distraernos — dijo Maite levantándose las gafas de sol y pegándole un sorbo a su bebida fría

— no cambies el tema, mojigata — chasquee mi lengua irritada por el sobrenombre impuesto por Blaire, quien con agilidad me intercepto por la izquierda.  

— deja de llamarme así, Blaire — Blaire se rio para luego sacar su lengua como niña chiquita hacia mí. Maite llevo su brazo sobre mis hombros

— no se peleen chicas — interrumpió Maite — a ver Lily ¿Por qué no nos cuentas que hacías en el pueblo mientras vamos por una bebida fría? — empezamos a caminar hacia un pequeño Starbucks que había cerca.

— a la próxima avisa que te vas a llevar la bicicleta — Adele frunció el ceno irritada para luego dejar salir un gran suspiro — pensé que la habían robado

— lo cual es tonto — Maite tomo la bicicleta del suelo, y me la paso — nadie se va a robar tu bici fea, el lugar donde estamos es muy seguro

— claro, estamos en medio de la nada — Blaire agarro la mano de Adele para hacerla caminar junto a ella. — lo peor que podía ocurrir es que un asesino serial entre a la cabaña

— es más posible que entre tú y Adele acaben con asesino serial antes que él acabe con nosotras

— eso sí es verdad — no pude evitar reírme por el comentario de Maite. Suspire aliviada porque el tema había sido cambiado un poco, y no tendría que contar el motivo de porque había escapado al pueblo. Las chicas habían olvidado sorpresivamente el tema. Después de llegar al Starbucks y comprar mi bebida, caminamos por el pueblo mientras disfrutábamos del buen ambiente de la gente rural. Los niños jugando, cometas volando y gente ambulante vendiendo comida deliciosa. Casi parecía que éramos totalmente normales sin problemas, sin demonios pisándonos los talones.

— necesito otro tatuaje — exclamo Blaire viendo los bocetos de una vitrina. Blaire entro sin pensarlo mucho, y Adele, Maite y yo nos miramos sin saber que hacer.

— vamos — sonrió Maite con un gesto de su cabeza para luego desaparecer dentro del local.

Entramos y Blaire ya estaba hablado con una mujer pelirroja. La estaba ayudando a escoger un diseño dentro de miles que había en un portafolio en sus manos. Tomé unos que había en la mesa, y no pude evitar maravillarme por los colores y los estilos de los dibujos plasmados en el papel. Blaire se acerco a nosotras con una sonrisa en el rostro

— la chica dijo que podía venir el lunes para tatuarme — nos mostró el diseño que había escogido

— yo quiero hacerme un tatuaje — lloriqueo Maite mirando ilusionada con el dibujo de Blaire

— a mí también me gustaría uno también, pero la verdad no sé dónde podría ponérmelo – ahora Adele lo tenía en sus manos

— no lo sé – me lo paso a mí y negué con mi cabeza – me da miedo no poder soportar el dolor

— y ¿si nos tatuamos todas juntas? – me agarro el brazo Maite mirándonos a todas. Sonreí un poco sin poder saber muy bien cómo responder a su pregunta – es una buena, así todas tendríamos un pedacito de cada una en nosotras, y también nos daría la valentía de poder hacer

— si lo quieren hacer, no me molestaría – Adele frunció los hombros con una tenue sonrisa en su rostro

— solo les advierto que no voy a tatuarme nada cursi – declaro Blaire – no quiero un unicornio, o algo parecido en mi piel — negué con mi cabeza mientras Maite casi nos empujaba hacia la chica de nuevo para que nos hacer una cita con ella.


Maite y yo estábamos en el patio tomando el sol, mientras Adele y Blaire se preparaban para salir a su cita. Cerré mi libro, e intenté mirar por entre la pequeña ventana de la cocina para asegurarme de que ya se habían ido. Me devolví a mirar a Maite que estaba metida en su propio libro y estiré mi brazo para a luego mover mi mano para llamar su atención. Maite giro su cabeza hacia mí, y pude notar como su ceja izquierda se alzaba esperando que empezara hablar.

— ¿crees que es buena idea? — le pregunte señalando con la cabeza hacia la casa. Maite se voltio su cuerpo hacia la casa y subió sus gafas de sol hacia su cabeza.

— ¿Qué? —  estrujó sus ojos para poder encontrar inútilmente lo que había señalado. Suspire frustrada y se me quedo viendo incrédula esperando más información de mi parte

— pues que Adele y Blaire salgan – la mire como si fuera lo mas obvio del mundo con mis gestos anteriores

— ¿Por qué debería parecerme una mala idea? — me miro algo confundida — además, solo es una cita. No es como si se fueran a casar. Lo más probable es que tengan algo casual y ya – menciono dándole poca importancia a mi pregunta respecto a la cita.

— no creo que sea una buena idea de que salgan…

— no me digas que te gusta Blaire — grito sorprendida Maite con una sonrisa de oreja a oreja mientras agarraba mi brazo. No pude evitar sonrojarme avergonzada por lo que acaba de decir.

— ¡no! ¡no me gustan las chicas! — exclame — solo estoy preocupada por Blaire…

— ¡No mientas Sorrento! ¡Te gusta! Por eso han estado tan unidas últimamente…

— No, no es lo que piensas — la interrumpí rápidamente para que no siguiera diciendo tonterías — Me preocupan las dos. No solo Blaire. Me preocupa el hecho de que han pasado muchas cosas y en este momento Blaire y Adele están en una situación muy frágil. No quiero que se lastimen, y terminen nuestra amistad — me solté del agarre de Maite — tienes que admitir que, entre las cuatro Blaire y Adele son las orgullosas e impulsivas. No siento que las cosas terminen bien

— Tal vez tengas razón, o tal vez no — frunció sus hombros restándole importancia al asunto — solo sé que ellas deben comunicarse entre ellas lo que quieren para evitar cualquier problema. Y nosotras solo podemos aceptar su definición de felicidad

Suspire incómoda para luego, dejar caer mi cabeza en el respaldar de la silla reclinable y sentir en mi rostro como los rayitos de sol de medio día besaban mi piel. No quiero perder a ninguna de las chicas, siento que ya las veo como mi familia.

— ¿Lily? — alce mi cabeza y la gire hacia Maite para verla con una sonrisa pícara — ¿segura que no te gusta Blaire?

— no, Blaire es como una hermana — suspire volviendo a la misma posición de antes — además, no he besado alguna chica — solté, pero era más un pensamiento suelto para mí que para compartir con Maite. La realidad era que no había besado ninguna chica porque me daba pena. Aduras penas, podía relacionarme a veces con los chicos.

— ¿cómo estas tan segura que no te gustan las chicas si no has besado alguna? — de un momento a otro ya no sentía los rayos del sol en mi cuerpo. Abrí los ojos divisando el rostro de Maite cerca del mío. Me veía con una sonrisa pícara dibujada en sus labios, me sonroje por la cercanía e inconsciente me recline para atrás — que tal te guste el sabor a Cherry y aun no lo sabes

— no creo estar preparada para eso — susurre casi sin respiración, estaba entrando en pánico por su cercanía. Maite se acercó más a mí. Pude sentir su nariz rozar la mía y mi corazón se agito por el pequeño roce, volví a reclinarme un poco más. Mis pies ya estaban en puntillas mientras que tratando de mantener el balance de mi cuerpo en la silla.

— no tengas miedo — Maite susurro cerrando los ojos, y consecutivamente mis pies realizaron un último impulso involuntario que hicieron que perdiera el equilibrio. La silla y yo quedamos patas arriba, y el libro que tenía conmigo termino sobre mi cara. Solo podía escuchar la risa de Maite casi ahogándose por mi reacción.

— no es gracioso — dije algo irritada quitándome el libro de la cara. Maite extendió su mano para ayúdame a levantarme y la rechace inmediatamente. Levante la silla mientras me levantaba al mismo tiempo.

— solo era una broma Lily — tome mis cosas rodeando mis ojos. Sin decir palabra entre hacia la casa rápidamente — ¡no te pongas así!

Maldita Maite