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Instituto Fénix | N. C.
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Re: Instituto Fénix | N. C.
Capítulo 004
El lado bueno de las cosas
Maite Stoke
El día había amanecido hermoso, siempre ame que el sol me diera directo en la cara, era mas reconfortante que un buen suéter o un té caliente en invierno. Se sentía como si el planeta me estuviera abrazando con los rayos del sol, dándome su calor natural. Como las pequeñas brizas refrescantes en verano, que me tranquilizan diciéndome que todo va a mejorar. Como si por un segundo el mundo entero me apoyara y estuviera a mi favor.
Es una lastima que pase este día hermoso observando lo que va a ser mi “cárcel” por mucho tiempo al parecer.
Un día perfecto para divertirse quedo arruinado.
Lo primero que hice al llegar fue registrar hasta el último rincón que pude del lugar. Vine con mis padres y en cuanto logre me distancié de ellos saque mi celular para llamar a Chloe. Me había despedido de ella ayer también por teléfono, las dos odiábamos las despedidas muy emocionales, y como no podíamos hacer una gran fiesta con la temática “Buena suerte Maite en el instituto para señoritas con problemas” no teníamos mucho que hacer.
- ¿Y? ¿Qué te parece? – Hice una panorámica con la videollamada a penas me contesto.
- Desde acá se ve bastante grande, aunque un poco pretencioso ¿no te parece? – Preguntó Chloe desde el otro lado.
- ¿Sí? A mí me parece que pretende ser justamente lo que es. – Gire el celular para que pudiera ver de nuevo. – Es una especie de cárcel para niñas ricas y problemáticas, y se ve exactamente así.
- Por eso es que no entiendo que supone que hagas ahí, no importa lo que digas para mí esto no tiene sentido. – Del otro lado de la pantalla podía verla con una expresión de preocupación.
Me tome un momento para volver a mirar a mi alrededor, para mí tampoco tenía mucho sentido, pero tampoco es que tuviera vos y voto en este momento. Lo único que sé es que, si voy a estar metida en este lugar por no sé cuánto tiempo, voy a tener que acostumbrarme y sacarle el lado bueno a esta situación.
-Pero para mis padres si tiene sentido esto, con eso de que no quieren que el pasado vuelva a mí, y que deje a tras mi vida anterior y ya sabes cómo sigue todo el discurso.
La verdad es que el pasado no se iba a ir nunca, es parte de todo lo fui y de los que soy, nunca se iba a ir.
-Si, lo sé, pero ¿Por qué pensarían que queres dejar volver a tu pasado? – La frustración de su voz era evidente, y realmente no sé si es por mí, porque que no quiere que yo esté encerrada, o porque no quiere quedarse ella sola. Si bien era imposible que se quedara completamente sola, claramente nadie seria como yo. Nosotras dos como equipo éramos absolutamente toda la diversión, la alegría y la vida que existía en nuestro hogar.
Desde que nos conocíamos las dos fuimos las mejores en todo: hacíamos las mejores fiestas, íbamos a las mejores vacaciones donde invitábamos a todos, teníamos los mejores contactos para lo que quisiéramos. Aunque de todas formas siempre podíamos seguir siendo las mejores por más que estemos separadas, juntas éramos mejores y lo sabíamos.
-Tampoco entiendo porque estas tan emocionada por estar en ese internado.
-Ya te dije que no estoy emocionada por estar en este lugar, no sé porque decís eso. – Me queje.
-Bueno si no es eso ¿Por qué insististe tanto en llegar como dos horas antes de lo que deberías? – Insistió.
-Vos más que nada lo tendrías que saber: “siempre hay que estudiar bien la situación para tenerla controlada”. – Repetí nuestro lema. - ¿Cómo puedo saber a qué me enfrento si ni siquiera conozco el lugar? Tengo que inspeccionarlo y saber cómo sacar ventaja de esto, como manejarlo, no me voy a dejar subyugar por una especie de dictadora de la diversión y permitir que me convierta en un robot igual que el resto de las chicas. – Por primera vez en todo el día, sabía que Chloe me estaba entendiendo. – No te preocupes, me voy a asegurar de sobresalir en este lugar, aunque no sea de la manera más limpia, no voy a ser igual que el resto.
Ambas nos sonreímos cómplices.
- ¿Y cómo todo es en persona?
Me acomodé en un banco que encontré en el gran predio, había estado caminando todo este tiempo y mis zapatos con tacos estaban empezando a molestar a mis pies. Tenía que descansar un poco ya que no quería que la primera impresión que dé a los demás sea el de una chica cansada. Tenía que mostrarme perfecta ante todos.
-Muy grande y anticuado, la verdad es que del edificio no puedo decir mucho, no soy aficionada a la arquitectura. Tiene muchos campos de distintos deportes, los que es horrible. – Hice una mueca de disgusto, odiaba cualquier deporte que fuera el de correr tras alguna pelota como si se tratara de una batalla campal. – Por suerte eso lo pude elegir yo y voy a hacer gimnasia artística. En cuanto a mis compañeras todavía no las conozco. Y después, los profesores son todos correctamente iguales, todos perfectos, parecen sacados de una película, una película de terror, obvio. Lo más seguro es que no sepan nada de la vida exterior, o la vida de otros que no sean ellos. Deben estar tan centrados en sus burbujas surrealistas que no les vamos a importar para nada mas que no sea “corregirnos”.
-Bueno en su defensa, tampoco es que a vos te importe demasiado la vida de los demás como para poder quejarte de eso. – Contraataco riéndose de mí.
La mire haciéndome teatralmente la indignada.
-Eso no es del todo cierto, me preocupan los demás, solo que priorizo mi propio bien estar ante todo.
A lo lejos vi a una pareja joven haciendo señas para mí.
- Te tengo que dejar, mis papás me encontraron y me llaman para que valla con ellos. - Le dije apuntando la pantalla hacia ellos para que los vea.
- Esta bien, pero llámame cuando puedas así me contas como van las cosas.
- No sé si pueda, creo que nos quitan los celulares. – Le dije.
- ¿Qué? – Exclamo casi gritando. - ¿Cómo planeas sobrevivir sin celular ni tecnología? Las redes lo son todo.
-No grites, no se que voy a hacer todavía respecto a eso, todavía estoy pensando como solucionarlo. – Trate de tranquilizarla.
- De acuerdo, llámame cuando lo soluciones lo de tu desconexión con el mundo exterior, bye. – Me lanzo un beso.
-Bye. – Colgué.
Me acerque caminando a la puerta del instituto, no me había dado cuenta de en qué momento se había llenado de autos con chicas y padres, estos últimos con cara de que se estaban sacando un peso de encima, dejando a sus hijas como si fueran paquetes.
Al menos en ese aspecto podría decirse que yo tenía suerte, si bien era adoptada, por lo que no pertenecía del todo a este mundo de la alta sociedad, sabía que mis padres adoptivos me amaban. Ellos habían elegido adoptarme al conocerme cuando era chica, y a pesar de que son padres bastantes jóvenes, solo quieren lo mejor para mí y todo lo que hacen, lo hacen bien.
Por eso se que soy afortunada de haberlos encontrado a ellos, ya que sabia que si me dejaban acá era porque estaban preocupados y no porque fuera una vergüenza para la familia o porque soy un estorbo. También por eso es por lo que no me podía quejar demasiado.
-Amor ¿ya te despediste de Chloe? Después no vas a tener tiempo. – Pregunto mi mamá con su tono dulce.
-Si, acabo de colgar. – Conteste mostrándoles el celular en mi mano. – Y les manda saludos.
Me sonríe y comenzamos a entrar con la gente.
- ¿Ya puedo saber con quienes voy a compartir habitación? ¿No hay ningún cartel o algo que lo diga?
-Creo que por allá hay una lista con los números de habitación. – Contesto mi padre señalando hacia una pared.
-Espero que te lleves bien con todas tus compañeras y ojalá sean buenas chicas.
La miro con ternura, a pesar de estar en un lugar como este, ella siempre ve las cosas positivamente, si lleváramos la misma sangre podría decir que al menos herede eso. Me gustaría poder decirlo.
-No creo que sean chicas muy buenas mamá, sabes el lugar en donde estamos. – Le recordé.
Me acomodo el pelo con delicadeza y luego sostuvo mi mano mirándome a los ojos con preocupación.
-Sabes que no estas acá porque creamos que sos una mala persona ¿no cariño?
-Claro, no te preocupes, voy a estar bien. – La tranquilice con un abrazo.
-Por supuesto que va a estar bien, estamos hablando de nuestra Mai, ella puede con todo. – Dice mi papá sonriendo.
Tal vez siempre me tenían mas confianza de la que me gustaría.
-No creo que tengan que quedarse mucho más, pueden irse cuando quieran.
-De acuerdo, primero quiero hablar con la directora que creo que estaba por allá. – Mi mamá buscando entre la multitud.
-Bueno creo que te podemos saludar ahora para que ya te vayas instalando.
Ambos me abrazaron casi cincuenta veces antes de que los perdiera de vista.
Y yo me quede sola en mi nuevo “hogar”.
- Hola:
- Hola!!!! feliz navidad tarde . Acá esta el cap, perdón por la tardanza.Espero que les guste. que tengan un buen año!!!
Carstairs
Re: Instituto Fénix | N. C.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Me ha encantado como iniciaste con este personaje. Realmente esperaba otra cosa y me has sorprendido su personalidad. Espero mantener su esencia en el comodín. <3
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Feliz año!lovesick escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Me ha encantado como iniciaste con este personaje. Realmente esperaba otra cosa y me has sorprendido su personalidad. Espero mantener su esencia en el comodín. <3
Que bueno que te gusto, tenia miedo de hacer mal este personaje mas que nada porque lo vamos a manejar todas.
Ojala puedas seguir pronto!!!
Carstairs
Re: Instituto Fénix | N. C.
Capítulo 05
¿Tregua o guerra?[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Blaire Fenix
La alarma del Instituto sonó tan puntual como siempre. Como si fuera algo ensayado, todos los padres que aún seguían dentro coreografiaron su salida. Abandonar a sus “escorias femeninas” -como suele llamarlo mi madre- aquí era el primer paso.
Camino por los pasillos del Instituto con mi maleta en mano evitando mirar por alguna de las ventanas la libertad que yo sola me negué. Nos formamos en una fila para mantener el orden para saber a que habitación debíamos dirigirnos. Una vez que es mi turno, localizar mi apellido es fácil porque aunque el complejo sea gigantesco, no hay demasiadas chicas debido a la exclusividad que se manejaba. Además mi apellido está negritas.
¡¿Qué mierda?!
Evitó mostrar disgustó por ser el único que está marcado de forma evidente como si quisiera demostrar que ni la hija de la directora tenía esperanza aquí.
Cuando estoy a punto de retirarme, tropiezo con una maleta que ha salido de la nada. Las risas estallan a mi alrededor, dirijo mi mirada a la maleta y luego al brazo que sostiene la misma para encontrarme con una rubia perfecta salida de una portada de revista con un increíble rojo sobre los labios delgados.
Enarco una ceja cuando ambas nos quedamos mirando y al no recibir respuesta alguna por su parte, pateó su maleta sin pensarlo dos veces.
Las risas se detienen y se hace un silencio palpable. — ¿Qué rayos te sucede? ¿Tienes problemas de ira o qué? — Su contestación me hace sentir satisfecha.
Sigo creyendo que es una mala idea. — Dice Liam mientras me deja recargarme en él para que me cambie los zapatos de vestir por mis botas. — Tu madre nos matará o peor aún te encerrará en el Instituto.
—Vamos, Liam. No nací para estar encerrada.— Le sonrió esperando tranquilizarlo. — Además sólo quiero un pastel de cumpleaños y si es posible convencer a alguien de que nos compre un par de cervezas. Eso es todo.
Pareció pensarlo un poco.
Era más que evidente que esto me metería en problemas y que siempre cabía la posibilidad de que mi madre terminará llamando a la suya, pero no pensaba pasar este día en una estúpida cena de negocios donde todos eran demasiado viejos como para ser mis padres.
Finalmente Liam suspiró antes de entrelazar nuestros dedos, por mi parte quería comenzar a correr entre los árboles y dejar atrás la barda de la propiedad Fenix, ansiosa de llegar a Lincoln City, que de ciudad no tenía mucho y era más bien un pueblo pintoresco cerca de la playa donde el clima fresco es lo normal.
Pero Liam no avanzó. — Tengo el presentimiento de que terminarás en el Instituto. Tarde o temprano. No hoy ni mañana. Pero lo ...
— No terminaré en el Instituto. — Aclaro. — No soy tan estúpida, pero si así lo fuera no estaría preocupada. — Digo con tranquilidad a los ojos miel del chico preocupado.
— ¿Por qué estás tan segura?
— Porque sé que me rescatarías.
Sí fuí lo suficientemente estúpida como para que me encerraran.
Término siendo escoltada por el profesor Phillips, de Literatura clásica, que si bien en sus clases no dejaba de hablar ahora no hacía más que acompañarme en silencio. Justo en ese momento observé por una de las ventanas que asomaba hacia el pasillo del otro lado del edificio, a mi madre caminando por con una de las alumnas, quién también tenía su maleta consigo y un gran folder amarillo.
Como nuestros caminos se cruzaron, no dijo absolutamente nada que pareciera que ni siquiera me notó. Benjamín era el único disponible en estos momentos y a quién se acudía cuando los problemas de disciplina se ocasionaban fuera de las aulas.
Al poner un pie dentro de su despacho, Ben comenzó a cuestionarme para poder regañarme justificadamente.
— No han pasado más de 5 horas desde que te salvé de un castigo y mira en dónde estás. — Dijo entredientes por si alguien estaba cerca.
Pero yo por mi parte no pude evitar gritar. — ¡Ella puso su maleta frente a mi! ¡Y ni siquiera se disculpó!
— ¿Sabes qué? No estoy para comenzar a lidiar contigo.
— ¿Me está usted echando, Sr. Klausen? — En realidad el que no quisiera verme me resultaba divertido, considerando que hacía menos de cinco horas no podía dejar de gemir contra mi. —Y yo que esperaba ansiosa ser castigada. — Moleste mordiéndome el labio provocativamente mientras separaba las piernas logrando que mi falda se levantara. — Tal vez deba meterme en otro... o con otro, como el profesor Phillips.
— Adiós, Srita. Fenix. —Dijo él sin siquiera molestarse en verme. Me levanté de mala gana del sillón y camine hacia la salida sin antes tomar mi maleta. — Y recuerde que su novio apreciaría que no le mostrará la falta de bragas a otro hombre. — Levanté mi dedo medio hacia su dirección y escuché apenas su risa victoriosa antes de salir de su despacho.
Me dirigí hacia las escaleras finalmente junto con otras chicas que también buscaban su habitación. La mía era la del final del pasillo, pero cuando me acerco a ella noto que la puerta está entreabierta.
¡Ugh, carajo!
De entre todas las posibilidades, yo tenía siempre la peor. No tenía de otra, o pensaba en una tregua, o me dejaba llevar por el arte de la guerra, la rubia supermodelo estaba en la misma habitación que yo, lidiando con uno de los cajones de la cama que había elegido.
— Así que las problemáticas están aquí. — Dijo una chica bastante tímida para mi gusto a mis espaldas situada aún en el umbral de la puerta. — Por mi no se detengan, quiero estar en primera fila si van a dar un espectáculo. — Soltó con descaro sacado de quién sabe dónde tornando su aura a una completamente diferente.
— El papel de la Doble Cara no podría quedarte mejor, arpía.— Le señale casi al mismo tiempo en el que me dejé caer en uno de los colchones.
— Es claro que ninguna de ustedes podría ser la Abeja Reina. — Agregó la rubia.
— Entonces eso te vuelve la Mala Hierba. — Menciona la castaña apuntándome con el dedo antes de lanzar sus cosas al suelo al elegir su cama.
Me había adueñado de una de las camas que están cerca de la venta en un intento de no sentirme asfixiada por tener que compartir habitación de nuevo con personas que no conozco y que en realidad no me interesaba conocer.
Finalmente la última chica entra y sé que es la hija que todos quieren tener en cuanto pone un pie dentro con tan refinado porte. — ¿Ocurre algo aquí? — Pregunta al encontrarnos en tal situación. Casi puedo decir que es como una mini versión de lo que sería la presidenta de la escuela o alguna mierda parecida.
— Damas con ustedes la Mojigata. — Suelto mirándola de pies a cabeza. — Ni un sólo pelo despeinado. ¿Qué? ¿Acaso tu mamá te pega?
Sin embargo me devuelve una mirada mordaz que me hace cruzar de brazos.
— No. No ocurre nada. — Señala la Abeja Reina con una sonrisa, por unos segundos creo que se van a abrazar para volverse mejores amigas hasta que la rubia se acerca a mí extendiendo su mano. — ¿Sin rencores? No quiero tener que dormir con ojo abierto en tu presencia, eso sería maleducado. Además pareces ser bastante capaz de romperme la cara.
Eso último le gusta a mi ego, pero me niego a tomarla de la mano. — Me disculparía pero mejor nos salvo a todas el trasero. No tardan en hacer inspección de rutina, así que señoritas, sin traen algo que no deban como cigarrillos o alcohol, será mejor que lo escondan porque de lo contrario todas tendremos problemas.
Camino por los pasillos del Instituto con mi maleta en mano evitando mirar por alguna de las ventanas la libertad que yo sola me negué. Nos formamos en una fila para mantener el orden para saber a que habitación debíamos dirigirnos. Una vez que es mi turno, localizar mi apellido es fácil porque aunque el complejo sea gigantesco, no hay demasiadas chicas debido a la exclusividad que se manejaba. Además mi apellido está negritas.
¡¿Qué mierda?!
Evitó mostrar disgustó por ser el único que está marcado de forma evidente como si quisiera demostrar que ni la hija de la directora tenía esperanza aquí.
Cuando estoy a punto de retirarme, tropiezo con una maleta que ha salido de la nada. Las risas estallan a mi alrededor, dirijo mi mirada a la maleta y luego al brazo que sostiene la misma para encontrarme con una rubia perfecta salida de una portada de revista con un increíble rojo sobre los labios delgados.
Enarco una ceja cuando ambas nos quedamos mirando y al no recibir respuesta alguna por su parte, pateó su maleta sin pensarlo dos veces.
Las risas se detienen y se hace un silencio palpable. — ¿Qué rayos te sucede? ¿Tienes problemas de ira o qué? — Su contestación me hace sentir satisfecha.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Sigo creyendo que es una mala idea. — Dice Liam mientras me deja recargarme en él para que me cambie los zapatos de vestir por mis botas. — Tu madre nos matará o peor aún te encerrará en el Instituto.
—Vamos, Liam. No nací para estar encerrada.— Le sonrió esperando tranquilizarlo. — Además sólo quiero un pastel de cumpleaños y si es posible convencer a alguien de que nos compre un par de cervezas. Eso es todo.
Pareció pensarlo un poco.
Era más que evidente que esto me metería en problemas y que siempre cabía la posibilidad de que mi madre terminará llamando a la suya, pero no pensaba pasar este día en una estúpida cena de negocios donde todos eran demasiado viejos como para ser mis padres.
Finalmente Liam suspiró antes de entrelazar nuestros dedos, por mi parte quería comenzar a correr entre los árboles y dejar atrás la barda de la propiedad Fenix, ansiosa de llegar a Lincoln City, que de ciudad no tenía mucho y era más bien un pueblo pintoresco cerca de la playa donde el clima fresco es lo normal.
Pero Liam no avanzó. — Tengo el presentimiento de que terminarás en el Instituto. Tarde o temprano. No hoy ni mañana. Pero lo ...
— No terminaré en el Instituto. — Aclaro. — No soy tan estúpida, pero si así lo fuera no estaría preocupada. — Digo con tranquilidad a los ojos miel del chico preocupado.
— ¿Por qué estás tan segura?
— Porque sé que me rescatarías.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Punto para ti, Liam. Sí fuí lo suficientemente estúpida como para que me encerraran.
Término siendo escoltada por el profesor Phillips, de Literatura clásica, que si bien en sus clases no dejaba de hablar ahora no hacía más que acompañarme en silencio. Justo en ese momento observé por una de las ventanas que asomaba hacia el pasillo del otro lado del edificio, a mi madre caminando por con una de las alumnas, quién también tenía su maleta consigo y un gran folder amarillo.
Como nuestros caminos se cruzaron, no dijo absolutamente nada que pareciera que ni siquiera me notó. Benjamín era el único disponible en estos momentos y a quién se acudía cuando los problemas de disciplina se ocasionaban fuera de las aulas.
Al poner un pie dentro de su despacho, Ben comenzó a cuestionarme para poder regañarme justificadamente.
— No han pasado más de 5 horas desde que te salvé de un castigo y mira en dónde estás. — Dijo entredientes por si alguien estaba cerca.
Pero yo por mi parte no pude evitar gritar. — ¡Ella puso su maleta frente a mi! ¡Y ni siquiera se disculpó!
— ¿Sabes qué? No estoy para comenzar a lidiar contigo.
— ¿Me está usted echando, Sr. Klausen? — En realidad el que no quisiera verme me resultaba divertido, considerando que hacía menos de cinco horas no podía dejar de gemir contra mi. —Y yo que esperaba ansiosa ser castigada. — Moleste mordiéndome el labio provocativamente mientras separaba las piernas logrando que mi falda se levantara. — Tal vez deba meterme en otro... o con otro, como el profesor Phillips.
— Adiós, Srita. Fenix. —Dijo él sin siquiera molestarse en verme. Me levanté de mala gana del sillón y camine hacia la salida sin antes tomar mi maleta. — Y recuerde que su novio apreciaría que no le mostrará la falta de bragas a otro hombre. — Levanté mi dedo medio hacia su dirección y escuché apenas su risa victoriosa antes de salir de su despacho.
Me dirigí hacia las escaleras finalmente junto con otras chicas que también buscaban su habitación. La mía era la del final del pasillo, pero cuando me acerco a ella noto que la puerta está entreabierta.
¡Ugh, carajo!
De entre todas las posibilidades, yo tenía siempre la peor. No tenía de otra, o pensaba en una tregua, o me dejaba llevar por el arte de la guerra, la rubia supermodelo estaba en la misma habitación que yo, lidiando con uno de los cajones de la cama que había elegido.
— Así que las problemáticas están aquí. — Dijo una chica bastante tímida para mi gusto a mis espaldas situada aún en el umbral de la puerta. — Por mi no se detengan, quiero estar en primera fila si van a dar un espectáculo. — Soltó con descaro sacado de quién sabe dónde tornando su aura a una completamente diferente.
— El papel de la Doble Cara no podría quedarte mejor, arpía.— Le señale casi al mismo tiempo en el que me dejé caer en uno de los colchones.
— Es claro que ninguna de ustedes podría ser la Abeja Reina. — Agregó la rubia.
— Entonces eso te vuelve la Mala Hierba. — Menciona la castaña apuntándome con el dedo antes de lanzar sus cosas al suelo al elegir su cama.
Me había adueñado de una de las camas que están cerca de la venta en un intento de no sentirme asfixiada por tener que compartir habitación de nuevo con personas que no conozco y que en realidad no me interesaba conocer.
Finalmente la última chica entra y sé que es la hija que todos quieren tener en cuanto pone un pie dentro con tan refinado porte. — ¿Ocurre algo aquí? — Pregunta al encontrarnos en tal situación. Casi puedo decir que es como una mini versión de lo que sería la presidenta de la escuela o alguna mierda parecida.
— Damas con ustedes la Mojigata. — Suelto mirándola de pies a cabeza. — Ni un sólo pelo despeinado. ¿Qué? ¿Acaso tu mamá te pega?
Sin embargo me devuelve una mirada mordaz que me hace cruzar de brazos.
— No. No ocurre nada. — Señala la Abeja Reina con una sonrisa, por unos segundos creo que se van a abrazar para volverse mejores amigas hasta que la rubia se acerca a mí extendiendo su mano. — ¿Sin rencores? No quiero tener que dormir con ojo abierto en tu presencia, eso sería maleducado. Además pareces ser bastante capaz de romperme la cara.
Eso último le gusta a mi ego, pero me niego a tomarla de la mano. — Me disculparía pero mejor nos salvo a todas el trasero. No tardan en hacer inspección de rutina, así que señoritas, sin traen algo que no deban como cigarrillos o alcohol, será mejor que lo escondan porque de lo contrario todas tendremos problemas.
Última edición por lovesick el Dom 03 Oct 2021, 2:13 am, editado 8 veces
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Uyyyy que buena forma de desarrollar a la abeja reina. Espero llegar al mismo nivel al escribirla como lo haz hecho tu. Feliz a*o nuevo chicas, espero que podamos seguir la novela sin complicaciones,
y terminar los ultimos del tema general. Por cierto, el capitulo de Brenda tambien esta genial, por que siento que mi pj va a hacer el ultimo en enterarme de todo pero bueno, me tocara a empezar a escribir, esta vez no quiero atrasarme.
y terminar los ultimos del tema general. Por cierto, el capitulo de Brenda tambien esta genial, por que siento que mi pj va a hacer el ultimo en enterarme de todo pero bueno, me tocara a empezar a escribir, esta vez no quiero atrasarme.
Jules
Re: Instituto Fénix | N. C.
Jules escribió: Uyyyy que buena forma de desarrollar a la abeja reina. Espero llegar al mismo nivel al escribirla como lo haz hecho tu. Feliz a*o nuevo chicas, espero que podamos seguir la novela sin complicaciones,
y terminar los ultimos del tema general. Por cierto, el capitulo de Brenda tambien esta genial, por que siento que mi pj va a hacer el ultimo en enterarme de todo pero bueno, me tocara a empezar a escribir, esta vez no quiero atrasarme.
Ayyy que bueno que te gusto, creo que va a ser el personaje que va a unir bastante . El siguiente capitulo me toca a mi...
Carstairs
Re: Instituto Fénix | N. C.
siii, al fin empieza la acción, no me extraña para nada que el primer encuentro termine en pelea jajajaja, estuvo genial.
Ya me pongo a escribir.
Ya me pongo a escribir.
Carstairs
Re: Instituto Fénix | N. C.
Jajajaja gracias Vicky. Era para hacerle honor al sobrenombre y agitar un poco las cosas.Carstairs escribió:siii, al fin empieza la acción, no me extraña para nada que el primer encuentro termine en pelea jajajaja, estuvo genial.
Ya me pongo a escribir.
¡Sube pronto!
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Capítulo 6
"No existen los objetos personales".[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Adele Benet
Reconsiderando todas mis opciones, tal vez estar acá encerrada no es lo peor que podría pasarme. Por supuesto peor sería seguir viviendo con mi querido y amable padre y su estirada familia. En cambio, al menos el tiempo que durase en este lugar no tenía por qué ser tan terrible, todavía podía divertirme un poco. Mas ahora que comparto habitación con chicas muy interesantes: 2 de ellas armaron alboroto entre si apenas llegaron, por lo que supongo que van a salir chispas de este cuarto muy seguido con esas. Luego estaba la otra con aires de estirada, aunque tan estirada no podía ser, algo debe haber hecho para terminar como nosotras.
-Bueno, supuesta abeja reina, espero que ese reinado del que hablas sea de estas puertas para afuera, porque yo no pretendo ser esclava de nadie. - Parecía que la relación de esas dos chicas iba a continuar de esa forma.
-De acuerdo, voy a respetar el tratar de no matarme con ustedes tres así podemos mantener una tregua mientras convivamos, pero el resto de las chicas que se encuentran en este edificio pueden servir para mi diversión y pueden ser manipulables según me convenga.
Definitivamente, creo que voy a entretenerme bastante con mis nuevas compañeras antes de irme.
Guarde un paquete de cigarros con su encendedor y mi celular en un pequeño compartimiento que se encontraba en bolso para que no me los saquen como me advirtió la chica de cabello castaño y corto. Estoy casi segura de que todas escondimos algo.
Y como por arte de magia a penas terminamos de ocultar nuestras cosas entro una mujer y un hombre bien vestidos, profesores, seguro, por la gran elegancia que llevaban encima.
La mujer que era rubia y tenía sonrisa totalmente exagerada, aunque tenía que reconocer que muy bonita. Llevaba en su mano una lista.
-Buenos días señoritas, como ya sabrán tenemos que registrar sus bolsos para corroborar que no tengan nada fuera del reglamento, y si lo tienen debemos llevárnoslo inmediatamente. – Dijo pasando la mirada por todas. - ¿Podrían decirme sus nombres por favor?
Tanta amabilidad ya que estaba quemando los oídos.
El hombre joven, también rubio y de ojos claros, dejo la caja de cartón con la que había entrado, que contenía objetos de otras habitaciones que seguramente no cumplían con ese maldito reglamento, y comenzó a inspeccionar el bolso de la última chica que había entrado.
-Em… disculpe ¿no deberías revisar usted los bolsos? No quiero que un hombre desconocido toque mis cosas personales. – Cuestiono nuestra super coqueta compañera.
-Señorita, soy su profesor, por ende, no soy un desconocido y estoy autorizado. Y le recuerdo que no deberían tener nada que ocultar, y desde que entraron acá ya no tienen cosas personales que no podamos saber. Ahora ¿podría ser tan amable de decirnos su nombre? – Le contesto el chico con una voz gruesa, pero cortés sin dejar de lado si trabajo.
-Maite Stoke. – Respondió esta entre ofendida y atónita.
Ambas intercambiamos una mueca de horror.
No es que me moleste que un chico revise mis cosas, me molesta de por sí que cualquiera lo haga sin que yo lo permita, pero ¿Qué no tenemos cosas personales que no tengan que saber? Me hacía sentir invadida. Realmente así si te hacían creer que estas en una prisión.
-Bien ¿Quién sigue? – Prosiguió la mujer con la lista.
-Sorrento Liliana.
-Adele Benet.
-Blaire… Feníx. – Dijo la última con resignación. El resto nos miramos con asombro y luego la miramos a ella, quien hizo como si no se diera cuenta.
Una vez examinadas todas nuestras posesiones, el chico se colocó al lado de su compañera y levanto la caja que había dejado en el suelo.
-Si alguna tiene celular, les pido que me lo den ahora.
Liliana y Maite entregaron sus celulares, seguro falsos, y el los en la caja junto al montón de cosas.
- ¿Y ustedes? - inquirió mirándonos a Blaire y a mí.
-No lo tengo, me lo sacaron antes de levantarme.
-Tampoco lo traje ¿Para qué lo iba a traer si no lo voy a poder usar? – Dije fastidiada.
Terminado su trabajo coordinadores se fueron con un saludo a seguir con otras habitaciones.
-Entonces ¿Quién sos? ¿Hija de la directora? – Preguntó Maite recostándose en su cama.
-Creo que es obvio que sí. – Respondió algo molesta.
Liliana se cruzó de brazos y se apoyó en la pared al lado de la ventana. – ¿Eso no trae beneficios? – Sonrió.
Esta largo una risa sarcástica.
-Si por beneficios te referís a más vigilancia y más exigencia de parte de todos los profesores que me conocen y más de la directora. Entonces sí, tenemos todos los beneficios que te imagines.
-Uf, se nota que tu mami te adora, supongo que los padres de ninguna en este lugar sienten un gran aprecio por sus hijas. – Comente.
-Mis padres me quieres. – Expreso la rubia.
-Pero que suertuda, casi que me das envidia. – Dije con ironía y ella solo rodeo los ojos y me miro con mala cara.
-Pero al menos quiere decir que sabes bien a todos y todos los lugares. – Siguió Lily desde la ventana ignorándonos a nosotras y dirigiéndose solo a Blaire.
-Bueno, la si bien mayoría de los profesores este año son nuevos, también conozco a algunos que trabajan con mi mamá hace mucho, y sí, me conozco el lugar como la palma de mi mano.
-Eso es algo bueno. – Digo, ya que cuando planifique mi huida conocer a alguien que sabe bien como funcione todo me va a servir mucho. – Supongo que sabes a donde podemos escaparnos cuando queremos estar tranquilas y donde no nos van a encontrar.
-No solo es bueno, en genial, supongo que no tienen drama en meterse en problemas ¿No?
-Bueno, supuesta abeja reina, espero que ese reinado del que hablas sea de estas puertas para afuera, porque yo no pretendo ser esclava de nadie. - Parecía que la relación de esas dos chicas iba a continuar de esa forma.
-De acuerdo, voy a respetar el tratar de no matarme con ustedes tres así podemos mantener una tregua mientras convivamos, pero el resto de las chicas que se encuentran en este edificio pueden servir para mi diversión y pueden ser manipulables según me convenga.
Definitivamente, creo que voy a entretenerme bastante con mis nuevas compañeras antes de irme.
Guarde un paquete de cigarros con su encendedor y mi celular en un pequeño compartimiento que se encontraba en bolso para que no me los saquen como me advirtió la chica de cabello castaño y corto. Estoy casi segura de que todas escondimos algo.
Y como por arte de magia a penas terminamos de ocultar nuestras cosas entro una mujer y un hombre bien vestidos, profesores, seguro, por la gran elegancia que llevaban encima.
La mujer que era rubia y tenía sonrisa totalmente exagerada, aunque tenía que reconocer que muy bonita. Llevaba en su mano una lista.
-Buenos días señoritas, como ya sabrán tenemos que registrar sus bolsos para corroborar que no tengan nada fuera del reglamento, y si lo tienen debemos llevárnoslo inmediatamente. – Dijo pasando la mirada por todas. - ¿Podrían decirme sus nombres por favor?
Tanta amabilidad ya que estaba quemando los oídos.
El hombre joven, también rubio y de ojos claros, dejo la caja de cartón con la que había entrado, que contenía objetos de otras habitaciones que seguramente no cumplían con ese maldito reglamento, y comenzó a inspeccionar el bolso de la última chica que había entrado.
-Em… disculpe ¿no deberías revisar usted los bolsos? No quiero que un hombre desconocido toque mis cosas personales. – Cuestiono nuestra super coqueta compañera.
-Señorita, soy su profesor, por ende, no soy un desconocido y estoy autorizado. Y le recuerdo que no deberían tener nada que ocultar, y desde que entraron acá ya no tienen cosas personales que no podamos saber. Ahora ¿podría ser tan amable de decirnos su nombre? – Le contesto el chico con una voz gruesa, pero cortés sin dejar de lado si trabajo.
-Maite Stoke. – Respondió esta entre ofendida y atónita.
Ambas intercambiamos una mueca de horror.
No es que me moleste que un chico revise mis cosas, me molesta de por sí que cualquiera lo haga sin que yo lo permita, pero ¿Qué no tenemos cosas personales que no tengan que saber? Me hacía sentir invadida. Realmente así si te hacían creer que estas en una prisión.
-Bien ¿Quién sigue? – Prosiguió la mujer con la lista.
-Sorrento Liliana.
-Adele Benet.
-Blaire… Feníx. – Dijo la última con resignación. El resto nos miramos con asombro y luego la miramos a ella, quien hizo como si no se diera cuenta.
Una vez examinadas todas nuestras posesiones, el chico se colocó al lado de su compañera y levanto la caja que había dejado en el suelo.
-Si alguna tiene celular, les pido que me lo den ahora.
Liliana y Maite entregaron sus celulares, seguro falsos, y el los en la caja junto al montón de cosas.
- ¿Y ustedes? - inquirió mirándonos a Blaire y a mí.
-No lo tengo, me lo sacaron antes de levantarme.
-Tampoco lo traje ¿Para qué lo iba a traer si no lo voy a poder usar? – Dije fastidiada.
Terminado su trabajo coordinadores se fueron con un saludo a seguir con otras habitaciones.
-Entonces ¿Quién sos? ¿Hija de la directora? – Preguntó Maite recostándose en su cama.
-Creo que es obvio que sí. – Respondió algo molesta.
Liliana se cruzó de brazos y se apoyó en la pared al lado de la ventana. – ¿Eso no trae beneficios? – Sonrió.
Esta largo una risa sarcástica.
-Si por beneficios te referís a más vigilancia y más exigencia de parte de todos los profesores que me conocen y más de la directora. Entonces sí, tenemos todos los beneficios que te imagines.
-Uf, se nota que tu mami te adora, supongo que los padres de ninguna en este lugar sienten un gran aprecio por sus hijas. – Comente.
-Mis padres me quieres. – Expreso la rubia.
-Pero que suertuda, casi que me das envidia. – Dije con ironía y ella solo rodeo los ojos y me miro con mala cara.
-Pero al menos quiere decir que sabes bien a todos y todos los lugares. – Siguió Lily desde la ventana ignorándonos a nosotras y dirigiéndose solo a Blaire.
-Bueno, la si bien mayoría de los profesores este año son nuevos, también conozco a algunos que trabajan con mi mamá hace mucho, y sí, me conozco el lugar como la palma de mi mano.
-Eso es algo bueno. – Digo, ya que cuando planifique mi huida conocer a alguien que sabe bien como funcione todo me va a servir mucho. – Supongo que sabes a donde podemos escaparnos cuando queremos estar tranquilas y donde no nos van a encontrar.
-No solo es bueno, en genial, supongo que no tienen drama en meterse en problemas ¿No?
Ya lo dije y lo repito, definitivamente, voy a entretenerme bastante con mis nuevas compañeras.
- Hii:
- Holaaa chicas, perdón, creo que me quedo corto el capitulo, espero que igual les guste.
Carstairs
Re: Instituto Fénix | N. C.
Holaaaaaaaa. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Amé tu capitulo, completamente. Creo que las cosas entre las 4 están saliendo de maravilla. Muero de emoción. Me imagino todos los problemas en los que terminarán.
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Hola, que bueno, siii yo también estoy muy emocionada!!lovesick escribió:Holaaaaaaaa. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Amé tu capitulo, completamente. Creo que las cosas entre las 4 están saliendo de maravilla. Muero de emoción. Me imagino todos los problemas en los que terminarán.
Carstairs
Re: Instituto Fénix | N. C.
ni siquiera se han instalado las chicas y empiezan las disputas y planes para salir del internado. Me muero por saber quien ser la primera en intetar escaparse. Subo en unos minutos mi capitulo, espero lo disfruten y no las aburra mucha.
Jules
Re: Instituto Fénix | N. C.
Capítulo 7
Estas chicas iban a hacer mi estancia un infierno. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Liliana Sorrento Quintana
Llegue a la entrada del internado donde se hallaban padres despidiéndose de sus hijas. Realmente no quería concentrarme en el hecho que parecía que era la única a la cual sus padres habían abandonado en la puerta del edificio. Hasta me sentía inconforme pensar que mis padres ni siquiera se tomaron el tiempo de darle la apropiada inspección y encontrar excelentes referencias gubernamentales antes de dejarme en las garras de desconocidos. Sentí una terrible punzada en el lado izquierdo de mi cuello, era mas que obvio que mi cuerpo me estaba actuando de esa forma por el estrés emocional que tenia en ese momento. Sin siquiera pensarlo dos veces lleve mi mano izquierda hacia donde se producía el dolor y lo presione suavemente con las yemas de mis dedos. Necesitaba tranquilizarme y retraer mis emociones lo mas pronto posible antes de verme con la directora, o terminaría explotando en llanto y/o peor en un ataque de histeria. En ese momento sentí dos gentiles toques en mi antebrazo derecho, lo cual me llevo a girar sobresaltada para hallarme con unos ojos celestes penetrantes.
— discúlpeme — sonrió ampliamente haciendo que en su adonis rostro se formaran pequeños pliegues en las comisuras de sus ojos ahora un poco entrecerrados — ¿necesitas ayuda? — note una fascinante entonación, pero difícil para mí de reconocer al momento en que pronunciaba las palabras.
— ¿perdón? — retrocedí un paso hacia atrás alejándome de él, sin tratar de ser muy evidente ante mi nerviosismo. Sonreí de forma tímida intentando demostrar confusión ante la pregunta.
— ¿necesitas ayuda para encontrar algún lugar y/o alguien en específico? — repitió pausadamente como si yo fuera una niña pequeña. Me mordí el labio inferior con delicadeza para luego tomar una bocanada de aire desviando mi mirada hacia el sobre amarillo que me había entregado mi padre.
— estoy tratando de encontrar a la directora Eunice…
— debes ser la señorita Sorrento — me interrumpió alegremente, lo cual me hubiera molestado al instante, pero su forma de hablar me tenía embelesada de una forma casi estúpida — mi nombre es James Phillips Alberts. La directora Fénix la ha estado esperando, sígame por favor — me entrego una carpeta plástica color azul oscuro con el logo y el emblema del instituto grabados en grande y en el centro de esta — es un gusto poder tener alguien de la misma edad de las alumnas como voluntaria en el instituto — torcí mi boca hacia la derecha disgustada.
Beatriz, mi institutriz, desde pequeña me había inculcado ser honesta, pero cuando crecías en una familia como la mía, esa palabra se difuminaba lentamente mientras te convertías en la misma y/o peor versión superficial e insensible de mis padres. Mire de reojo al lado en donde se encontraba mi apuesto guía y note que el señor Alberts seguía hablando de forma distraída y emocionada sobre el instituto, y que era su primer año en el cómo profesor de historia. Por cortesía sonreía y afirmaba con mi cabeza gentilmente tratando de parecer interesada en lo que decía. Sim embargo, hacia unos minutos en los que me había perdido cuando menciono que era unos de los profesores del instituto, me sentía decepcionada ante aquel descubrimiento. Cuando por fin logramos encontrar a la directora se apreciaba dialogando con una pareja algo joven de lo normal. Si el instituto se veía intimidante, la fundadora de este no se quedaba atrás, su forma de actuar e incluso de vestirse destillaba un carácter fuerte y verla acercarse a mi de forma elegante, pero con firmeza hizo que en mi espalda se recorriera un escalofrió de golpe.
— señorita Sorrento — me extendió la mano, la cual recibí sin pensarlo demasiado — por favor acompáñeme a mi oficina, donde le explicare personalmente las reglas, y demás requisitos del internado — hizo un rápido guiño hacia mí. Antes de irme detrás de la directora, le agradecí al señor Alberts por la ayuda. Al momento de entrar a su oficina me señalo uno de los asientos acolchonados a juego de su escritorio de mármol blanco.
— esto le manda mi padre, y le manda a pedir disculpas por no estar presente hoy — esta sonrió de forma lago exagerada para mi gusto y tomo el sobre amarillo con gentileza
— no te preocupes señorita Sorrento. Es típico de su padre, es un hombre ocupado todo el tiempo — metió el sobre en una de las gavetas del escritorio, y saco una tarjeta de plástico de color negro dorado con mi nombre y apellidos — su padre y yo hablamos sobre su estadía en el internado. A pesar de la generosa suma que su padre ha dado para que su condición no se revelado ante ningún estudiantil, ni mucho menos profesional del instituto, eso no quiere decir que serás la excepción aquí — trague saliva inquieta — deberás respetar y seguir el reglamento al pie de la letra. La carpeta que el señor Alberts te entrego contiene las reglas en general, tu horario general e individual. Sin mas que decir encontraras todo lo necesario en tu carpeta. La tarjeta que te acabo de entregar es para poder entrar a tu habitación, no la pierdas o tendrás que pagar por un nuevo repuesto, al igual que con tu uniforme y materiales escolares ¿alguna duda?
Negue con mi cabeza aun tratando de asimilar toda la información que había entrado en mi cabeza. Después de esa tensiónate conversación con la directora, nos levantamos para que la señora. Fénix me mostrara la habitación en donde me iba a hospedar indefinidamente. En el camino me comento alguna que otra historia de ciertas reliquias regadas por el lugar y parecía todo ir de maravilla para ella hasta cuando vimos una chica de cabellos marrones siendo escoltada por un profesor a quien sabe dónde. Se nos quedo viendo con una sonrisa exagerada tirando a cínica, la misma que la directora me había dado unos minutos atrás. No obstante, el semblante de la directora cambio y se le notaba molesta.
— Recuerde señorita Sorrento cumpla las reglas, y no tendrá que experimentar devastadoras consecuencias.
Sonrió de nuevo, pero esta vez amargamente dejándome en la puerta de mi habitación. Estaba algo en shock por las palabras que me había dicho la directora que las cosas que siguieron no les di la importancia necesaria. Estaba tan pensativa que cuando vinieron dos profesores para hacer una rápida inspección y solicitaron por algún electrónico no hesite en entregar mi celular. Hasta que de forma retardada volvió a mi mente golpeando con fuerza, la misma chica que había visto en el pasillo tenia el apellido Fénix. Como era de esperarse mis compañeras y yo curiosas preguntamos para nuestro beneficio, pero con lo poco que nos dijo Blaire nos había dicho ella era quien mas vigilada estaba.
— buena suerte intentando salir — dije con un tono frustrado y empecé a desempacar mis cosas — además, si sabes como poder salir de aquí ¿Por qué no te has ido? ¿Acaso no tienes a donde ir?
— eso no es de tu puta incumbencia, mojigata — escupió enojada por las preguntas, sin embargo, aún tenía esa sonrisa cínica en su cara. Escuche como las otras dos chicas se reían a lo bajo. Mordí la parte interna de mi mejilla e ignoré la actitud altanera de la chica y seguí acomodando mis cosas. Estas chicas iban a hacer mi estancia un infierno.
— discúlpeme — sonrió ampliamente haciendo que en su adonis rostro se formaran pequeños pliegues en las comisuras de sus ojos ahora un poco entrecerrados — ¿necesitas ayuda? — note una fascinante entonación, pero difícil para mí de reconocer al momento en que pronunciaba las palabras.
— ¿perdón? — retrocedí un paso hacia atrás alejándome de él, sin tratar de ser muy evidente ante mi nerviosismo. Sonreí de forma tímida intentando demostrar confusión ante la pregunta.
— ¿necesitas ayuda para encontrar algún lugar y/o alguien en específico? — repitió pausadamente como si yo fuera una niña pequeña. Me mordí el labio inferior con delicadeza para luego tomar una bocanada de aire desviando mi mirada hacia el sobre amarillo que me había entregado mi padre.
— estoy tratando de encontrar a la directora Eunice…
— debes ser la señorita Sorrento — me interrumpió alegremente, lo cual me hubiera molestado al instante, pero su forma de hablar me tenía embelesada de una forma casi estúpida — mi nombre es James Phillips Alberts. La directora Fénix la ha estado esperando, sígame por favor — me entrego una carpeta plástica color azul oscuro con el logo y el emblema del instituto grabados en grande y en el centro de esta — es un gusto poder tener alguien de la misma edad de las alumnas como voluntaria en el instituto — torcí mi boca hacia la derecha disgustada.
Beatriz, mi institutriz, desde pequeña me había inculcado ser honesta, pero cuando crecías en una familia como la mía, esa palabra se difuminaba lentamente mientras te convertías en la misma y/o peor versión superficial e insensible de mis padres. Mire de reojo al lado en donde se encontraba mi apuesto guía y note que el señor Alberts seguía hablando de forma distraída y emocionada sobre el instituto, y que era su primer año en el cómo profesor de historia. Por cortesía sonreía y afirmaba con mi cabeza gentilmente tratando de parecer interesada en lo que decía. Sim embargo, hacia unos minutos en los que me había perdido cuando menciono que era unos de los profesores del instituto, me sentía decepcionada ante aquel descubrimiento. Cuando por fin logramos encontrar a la directora se apreciaba dialogando con una pareja algo joven de lo normal. Si el instituto se veía intimidante, la fundadora de este no se quedaba atrás, su forma de actuar e incluso de vestirse destillaba un carácter fuerte y verla acercarse a mi de forma elegante, pero con firmeza hizo que en mi espalda se recorriera un escalofrió de golpe.
— señorita Sorrento — me extendió la mano, la cual recibí sin pensarlo demasiado — por favor acompáñeme a mi oficina, donde le explicare personalmente las reglas, y demás requisitos del internado — hizo un rápido guiño hacia mí. Antes de irme detrás de la directora, le agradecí al señor Alberts por la ayuda. Al momento de entrar a su oficina me señalo uno de los asientos acolchonados a juego de su escritorio de mármol blanco.
— esto le manda mi padre, y le manda a pedir disculpas por no estar presente hoy — esta sonrió de forma lago exagerada para mi gusto y tomo el sobre amarillo con gentileza
— no te preocupes señorita Sorrento. Es típico de su padre, es un hombre ocupado todo el tiempo — metió el sobre en una de las gavetas del escritorio, y saco una tarjeta de plástico de color negro dorado con mi nombre y apellidos — su padre y yo hablamos sobre su estadía en el internado. A pesar de la generosa suma que su padre ha dado para que su condición no se revelado ante ningún estudiantil, ni mucho menos profesional del instituto, eso no quiere decir que serás la excepción aquí — trague saliva inquieta — deberás respetar y seguir el reglamento al pie de la letra. La carpeta que el señor Alberts te entrego contiene las reglas en general, tu horario general e individual. Sin mas que decir encontraras todo lo necesario en tu carpeta. La tarjeta que te acabo de entregar es para poder entrar a tu habitación, no la pierdas o tendrás que pagar por un nuevo repuesto, al igual que con tu uniforme y materiales escolares ¿alguna duda?
Negue con mi cabeza aun tratando de asimilar toda la información que había entrado en mi cabeza. Después de esa tensiónate conversación con la directora, nos levantamos para que la señora. Fénix me mostrara la habitación en donde me iba a hospedar indefinidamente. En el camino me comento alguna que otra historia de ciertas reliquias regadas por el lugar y parecía todo ir de maravilla para ella hasta cuando vimos una chica de cabellos marrones siendo escoltada por un profesor a quien sabe dónde. Se nos quedo viendo con una sonrisa exagerada tirando a cínica, la misma que la directora me había dado unos minutos atrás. No obstante, el semblante de la directora cambio y se le notaba molesta.
— Recuerde señorita Sorrento cumpla las reglas, y no tendrá que experimentar devastadoras consecuencias.
Sonrió de nuevo, pero esta vez amargamente dejándome en la puerta de mi habitación. Estaba algo en shock por las palabras que me había dicho la directora que las cosas que siguieron no les di la importancia necesaria. Estaba tan pensativa que cuando vinieron dos profesores para hacer una rápida inspección y solicitaron por algún electrónico no hesite en entregar mi celular. Hasta que de forma retardada volvió a mi mente golpeando con fuerza, la misma chica que había visto en el pasillo tenia el apellido Fénix. Como era de esperarse mis compañeras y yo curiosas preguntamos para nuestro beneficio, pero con lo poco que nos dijo Blaire nos había dicho ella era quien mas vigilada estaba.
— buena suerte intentando salir — dije con un tono frustrado y empecé a desempacar mis cosas — además, si sabes como poder salir de aquí ¿Por qué no te has ido? ¿Acaso no tienes a donde ir?
— eso no es de tu puta incumbencia, mojigata — escupió enojada por las preguntas, sin embargo, aún tenía esa sonrisa cínica en su cara. Escuche como las otras dos chicas se reían a lo bajo. Mordí la parte interna de mi mejilla e ignoré la actitud altanera de la chica y seguí acomodando mis cosas. Estas chicas iban a hacer mi estancia un infierno.
Última edición por Jules el Dom 14 Ene 2018, 11:46 am, editado 1 vez
Jules
Re: Instituto Fénix | N. C.
OMFG. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Amé un montón tu capitulo. Me parecio muy interesante todo esto de su manera de pensar.
lovesick
Re: Instituto Fénix | N. C.
Hola... que buen capitulo, fue genial. jaajaaj pobre Lily, es la mas tranquila. Con suerte se van a llevar mejor.
Carstairs
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