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Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
ashhh ese nick es un guache ella toda bonita le da un beso que se que le gusto y el la trata asi ...
ja!! pero ya lo veremos rogando porque le de otra y esta vez no en la mejilla precisamente jajajajajjaja
esperare los dos capss!!!!!! pronto jejeje
ja!! pero ya lo veremos rogando porque le de otra y esta vez no en la mejilla precisamente jajajajajjaja
esperare los dos capss!!!!!! pronto jejeje
jennito moreno
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Jojo son lo máximo! Más tardecito subo sus cap's, ahora no puedo :/ pero de todas maneras hoy tienes sus dos capítulos! :)
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Catherine escribió:Jojo son lo máximo! Más tardecito subo sus cap's, ahora no puedo :/ pero de todas maneras hoy tienes sus dos capítulos! :)
Siiiiiiiiiiiiiiiiii SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAA
.Lu' Anne Lovegood.
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Nueva lectora!:D awwws te juro que amo la novela! Es realmente genial aunque Nick sea un bruto de primera!-.- como se atreve a enfadarse solo por el simple hecho de que _____ intenta Carla las gracias de una manera linda? En fin, siguela pronto!:) realmente deja muy enganchada la novela!^.^
Muffin_Nickita_Jonas92
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Jaja siento mis faltas de ortografía! :oops: Pero con mis deditos gorditos no puedo escribir muy bien en el iPod!:$ jeje bien, te dejo de molestar!:)
Muffin_Nickita_Jonas92
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
hahahahah Muffin_Nickita_Jonas92 He reído con lo de tus deditos gorditos! :3 Fresh no te preocupes y Bienvenida ;)
Ya subo :B
Ya subo :B
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
CAPITULO 15
- ¿Y ahora qué, “señor Tracy”?- preguntó con una mezcla de burla y aburrimiento en el tono de voz. Nick Jonas no se parecía en absoluto al Dick Tracy del celuloide, pero la miró como si realmente ella hubiera dado en el clavo al llamarle de aquel modo socarrón. Como él no decía nada, _____ insistió.- ¿Qué me dice, arrestamos a los malos y nos tomamos un batido de vainilla?
Nick había conducido todo el día sin rumbo fijo. Se habían detenido el tiempo justo en una gasolinera para que ella pudiera refrescarse en los lavabos. Nick había comprado unos bocadillos y los habían tomado en silencio mientras _____ se preguntaba si él sabía realmente adonde se dirigía. De eso hacía ya bastantes horas. Anochecía y _____ empezaba a creer que él estaba tan asustado como ella, aunque nunca lo confesaría.
- ¿Y bien?
- _____, estoy pensando.- su tono fue cortante al responder.- Si no es capaz de decir algo que me ayu de, será mejor que mantenga la boca cerrada el resto del camino.
_____ arqueó las cejas al tiempo que apretaba los puños sobre el regazo, furiosa.
- ¿El resto del camino? ¿Y puede saberse exactamente hacia donde conduce ese camino del que habla, Nick?- casi estaba gritando.- Que yo sepa, hemos pasado al menos tres veces por este mismo cruce. ¿Acaso se ha perdido?
- _____.- la regañó con la mirada, aunque no parecía hacer el menor caso a sus quejas. Más bien, parecía tener la mente ocupada con otros pensamientos. Quizá valoraba la posibilidad de dejarla tirada en la siguiente cuneta. Era obvio que su compañía no le resultaba agradable, sobre todo después de que les hubieran disparado a ambos y hubieran salvado la vida por los pelos. _____ casi le compadecía. No es que fuera precisamente una romántica cita para ambos… En realidad, ella comenzaba a tenerle manía por la forma en que ignoraba continuamente sus deseos. Por su parte, Nick no parecía entusiasmado con la idea de hacerle de niñera. Mejor, se dijo para sus adentros. Cuanto antes se cansara, antes la dejaría en paz. En paz… ¿y dónde podría estarlo ya? Durante un segundo, recordó el escarpado acantilado que conducía a la playa de San Jorge. Tal vez… Oh, pero no… De ninguna manera regresaría a esconderse al lugar al que había prometido no volver. De ninguna manera permitiría que unas cuantas balas silbando junto a su oído fueran suficiente motivo para escuchar los sermones de mamá.
- Tengo que encontrar un lugar seguro para ti, _____ Baker.
_____ comprendió que Nick hablaba para si mismo a pesar de hacerlo en voz alta. Parecía preocupado. Por fin, detuvo el motor y aparcó el vehículo en un lugar apartado de la carretera general. La miró con expresión muy seria.
- No puede volver al apartamento, _____.- dijo después de clavar en ella un buen rato su mirada escrutadora.- Y no puedo protegerla si continúa empecinada en seguir haciendo su vida como si nada hubiera sucedido.
- ¿Qué sugiere, Nick? Oh, ya se lo que haremos…- de nuevo, quería burlarse de él por poner aquella cara que vaticinaba los más terribles peligros y que hacía que se le pusiera la piel de gallina. En verdad, que hacía que se sintiera también una gallina. Cobarde y atemorizada. Odiaba sentirse así. Rió sin ganas y comentó en un tono exageradamente teatral que emulaba a la Escarlata de Lo que el Viento se llevó.- “Volveré a Tara y mañana… todo será diferente”.
Al parecer, su broma no causaba el menor síntoma de diversión en Nick. Por el contrario, este parecía a punto de estrangularla. Sus ojos brillaban intensamente a causa de la rabia, la impotencia y el cansancio.
- ¿Cree que esto es un juego, señorita Baker?¿Cree que puede hacer un chiste de todo, incluso del hecho de que su vida corra peligro porque no supo portarse como la niñita buena que es?- estaba claro que no esperaba ella respondiera a ninguna de aquellas preguntas. _____ pestañeó sorprendida por la repentina explosión de mal humor. Nick golpeó el volante con los puños y clavó otra vez sus ojos en ella. Estaba furioso e imitó el tono frívolo de ella.- Ya se lo que haremos, _____… Hablaremos con ese tipo, ya sabe… El que intenta freírla a tiros y agujerear su preciosa pero hueca cabeza… Eso es. Solo tenemos que hablar con él. Usted se acerca a él y lo mira con esos ojos inocentes suyos y le dice, “perdone, señor asesino, ¿sería tan amable de no dispararme la próxima vez que me vea?; gracias, ha sido un encanto”… ¡Por todos los Cielos, _____!... No tiene idea de lo…
- Ya basta, Nick… No tiene que insultarme solo porque no se le ocurre nada, ¿vale? No es culpa mía que usted sea un mal policía… No es culpa mía que haya gente por ahí que dispara a los demás y les hace huir de sus hogares, ¿no cree?
Las palabras de ella le cayeron como un jarro de agua fría. La vio abrir la puerta del automóvil y saltar a la carretera con un rápido movimiento. Puso el motor en marcha y la siguió, aminorando la velocidad para colocarse a su paso. _____ paseaba cabizbaja sin importarle que estuviera oscuro, que hiciera frío y que pronto comenzara a llover.
Abrió la ventanilla y la llamó, pero ella se limitó a levantar la barbilla y mirar hacia otro lado.
- _____, no sea tonta. Suba al coche.- ordenó, tratando de disimular su propio enfado. Solo le faltaba una escenita de ruegos y sollozos para terminar aquella extraña velada.- _____, cogerá una pulmonía… No sea niña.
- Lárguese, Nick.- ella le sacó la lengua en un gesto tan infantil que Nick sintió deseos de colocarla sobre sus rodillas y propinarle una buena tunda.- Si fuera un caballero, dejaría que se me pasara y esperaría a que estuviera más calmada para seguir haciendo observaciones humillantes sobre mi persona.
- _____... No soy un caballero. Solo soy un pobre policía que trata de cumplir con su deber. ¡Estúpida mujer! ¿No ve que trato de impedir que la maten?- frenó en seco y salió del coche, interceptándole el paso. _____ cruzó los brazos sobre el pecho en actitud desafiante.- Entre en el coche, _____.
- ¡No! Ya estoy harta de seguirle a todas partes como un perrito faldero.
- Le aseguro que la llevaré a un lugar donde estará a salvo.
- ¡Já! No existe ese lugar y lo sabe, Nick Jonas. No trate de engañarme.
- Existe, _____…
Oh, no… Aquella mirada. _____ supo que él había investigado a conciencia cada detalle de su pasado. Pero no lo permitiría.
- No puedo ir allí.- replicó.
- Irá, _____.
- ¡No! Nunca haría nada que pusiera en peligro a mamá… Ni lo sueñe, Nick.
Será mejor que piense otra cosa.
- No hay otra cosa, _____.- la miró con cierta compasión.- Sabe que nadie la buscará allí. De hecho, nadie sabe que ese lugar existe.
- ¿Se burla de mí?
- Claro que no, _____. Pero hemos de ir.
- Dígame la verdad…- _____ supo por la expresión del hombre que él también estaba cansado de soportarla. La idea la puso de peor humor.- No tienen ni una sola pista sobre el asesino, ¿no es así? No sabe como detenerle y no puede protegerme, ¿no es cierto?
- No es cierto, _____.- mintió para infundirle confianza, pero ella frunció los labios en un mohín que le hipnotizó contra su voluntad.
- ¿No lo es? Entonces, dígame porqué no hay una docena de hombres uniformados velando por mi seguridad. Me han disparado. Con balas de verdad, Nick. Dígame porqué no estoy en mi apartamento tomando tranquilamente una taza de café mientras un poli me dice eso de “tranquila, señorita Baker, pillaremos a ese desgraciado”… ¿Cree que soy tonta, cree que no vi como me miraba su capitán? ¡El no me cree! ¡Y tampoco usted!
Nick no contestó. Era lista esa _____.
- ¿Nick…? ¿Qué le pasa, porqué no dice nada?
¿Y qué podía decir, salvo que todo cuanto había dicho era verdad? En esos momentos, a nadie le importaba si ella se lanzaba al vacío desde el último piso de un rascacielos. Ella no era nadie para el departamento de policía de Nueva York. No era nada para nadie al parecer. Excepto para él. La contempló con secreta admiración. Las primeras gotas de lluvia salpicaron su rostro pequeño. Se mezclaban con aquellas lágrimas que _____ trataba de contener sin éxito. En un impulso, le rodeó la cara con las manos, apartando con las yemas de sus dedos el agua que le caía por las encendidas mejillas. Vaya, sí que era bonita… No como aquellas chicas delgadas como palos de escoba que se paseaban medio desnudas por los pasillos del edificio de L’Antino. No. _____ Baker no se parecía en nada a una de esas mujeres raquíticas que masticaban apio frente al televisor y gastaban la mitad de su sueldo en pagar los honorarios de su psicoanalista. _____ era la causa del psicoanalista, pensó con cierto sarcasmo. Lo sería sin duda para él. Aún así, no podía apartar la mirada de sus labios húmedos, entreabiertos… ¿Acaso era una invitación? ¿Lo era? Al diablo si no lo era… Supo que después se arrepentiría, pero no tenía alternativa. Inclinó la cabeza sobre la de ella y apresó su boca con delicadeza, abriéndola sin que opusiera resistencia y explorándola al instante con suavidad al notar como ella respondía del mismo modo a la caricia. Deslizó las manos por su espalda y la obligó a permanecer pegada a su pecho, el cuerpo ligeramente arqueado bajo el suyo. _____ no protestó. Eso sí era una grata sorpresa. _____ Baker no había protestado… Se dijo que utilizaría aquella táctica más a menudo. Al separar su boca de la de ella, se maravilló por el efecto que había causado sobre el estado de ánimo de la mujer. Por primera vez, ella parecía relajada, sin fuerzas para pelear. Bien. Le gustaba así… Bueno, para qué engañarse. _____ le gustaba de cualquier manera. Aunque así, quieta, muy quieta… tan quieta que por un loco momento, Nick soñó tenerla así para siempre… ¿Para siempre…? Aquella palabra hizo que la soltara de inmediato. _____ tuvo que hacer malabarismos por conservar el equilibrio y no dar con su trasero en el suelo.
- ¡Usted!... ¿Cómo se atreve…?
Nick sonrió con cinismo. Ya la veía venir. Ahora ella fingiría que se sentía ultrajada y le exigiría una explicación, quizá hasta una promesa de que no se volvería a repetir. ¡Encantado! Ni por un momento quería pensar que repetiría aquella estupidez. Tal vez era mejor que le siguiera el juego y fingiera que estaba arrepentido y sorprendido por lo sucedido. De hecho, representaría el papel de su vida con tal de mantenerla bien lejos… ¿Siempre…? La maldita palabra le martilleaba el cerebro. No podía pensar en protegerla mientras pensaba en besarla y en…
- Lo lamento, _____.- se encontró pronunciando las palabras con asombroso y sincero arrepentimiento. “Tiembla, Al Pacino”, pensó con desgana. Nunca le habían gustado las mentiras. En especial, no le gustaba tener que mentir para estar a salvo de una mujer que ni siquiera era su tipo. Porque no lo era. Solo la había besado, demonios.
Tampoco era para darse golpes en el pecho.
- ¿Lo lamenta?- el tono de ella sonó a decepción, pero al instante, lo disfrazó con una buena dosis de agresividad. Por cierto que lo acompañó con una sonora bofetada que dejó sus cinco pequeños dedos marcados en el mentón de Nick.
- _____, ¿no cree que está exagerando un poco?- Nick se frotó el lugar donde ella había golpeado. No le dijo que no le había dolido lo más mínimo, por supuesto. No quería que ella repitiera utilizando uno de sus viejos zapatos. – He salvado su vida, ¿no?
Al menos merezco un poco más de gratitud.
- No ese tipo de gratitud, Nick. No se confunda.
- Está bien, está bien… No se porqué lo hice.
“Porque estabas preciosa con la lluvia mojando tu cara y la luna dibujando figuras en tu cabello, _____ Baker”, dijo mentalmente y una vez más, se regañó por tener aquel tipo de pensamientos. Por su parte, _____ ya se sentía bastante herida ante su declaración. Era como si le hubiera confesado abiertamente que jamás se habría fijado en una mujer como ella de no ser porque estaban solos y deprimidos.
- No volverá a repetirse.- insistió él, abriendo la puerta del coche para invitarla a entrar.
- ¿Lo promete?- _____ rezó con todas sus fuerzas para que él negara. Como en las películas románticas, deseaba que Nick Jonas, un desconocido para ella, la tomara en sus brazos y jurara que lo repetiría tantas veces como le diera la gana, incluso más. Pero no. Aquello no era una película romántica. Aquello era la vida real. Y por descontado, Nick Jonas no tenía intención de convertirla en la heroína de sus fantasías sexuales. Le pareció escuchar que él lo prometía con solemnidad. Se acomodó con desgana en el asiento y esperó a que él hiciera lo mismo.
- ¿_____?
Se volvió hacia él. Así que nada de besos, pensó. Solo una relación meramente profesional. El la protegía y ella intentaba no ser el blanco de las balas de algún chiflado. Punto final. ¿Y después de eso? Qué tontería. No habría un después. Ya debía sentirse agradecida solo por el hecho de que él quisiera protegerla a pesar de que no creyera una sola palabra de su historia. Pero no. No se sentía agradecida. Se sentía triste y desilusionada. Y poco atractiva. De repente, recordó aquella vez en el colegio, cuando Jordan Kane, el chico más guapo del curso, había hecho aquella odiosa pregunta en mitad de la clase de geografía: “si estuvieras en una isla desierta y tuvieras que elegir qué llevarte, ¿qué no escogerías?” y había subrayado cruelmente la partícula no, para que no quedara ninguna duda de su intención de ridiculizarla al responder. La había mirado con sus ojos de gato salvaje y había dicho en voz bien alta: “no me llevaría a _____ Baker” Y ella solo había podido ahogar un sollozo y salir corriendo de la clase para no escuchar las risas de los demás. Basta. Eso pertenecía al pasado. Ahora había cambiado. Puede que no fuera una mujer increíblemente hermosa. Pero ese Nick no era nadie para ridiculizarla. Ni siquiera era tan atractivo como Jordan. A pesar de aquella mirada penetrante, de sus labios expertos y cálidos moviéndose sobre los suyos…
- ¿_____… está bien?
- Ya le he oído. Ah, pero no crea que me importa que no sea su tipo. ¿Sabe una cosa, Nick Jonas?- le apuntó con el dedo- Tampoco yo le llevaría a una isla desierta.
¿Isla desierta? ¿De qué demonios hablaba? Tuvo la precaución de no preguntar y dejó que ella se acurrucara en el asiento y durmiera el resto del trayecto hasta San Jorge.
Nick había conducido todo el día sin rumbo fijo. Se habían detenido el tiempo justo en una gasolinera para que ella pudiera refrescarse en los lavabos. Nick había comprado unos bocadillos y los habían tomado en silencio mientras _____ se preguntaba si él sabía realmente adonde se dirigía. De eso hacía ya bastantes horas. Anochecía y _____ empezaba a creer que él estaba tan asustado como ella, aunque nunca lo confesaría.
- ¿Y bien?
- _____, estoy pensando.- su tono fue cortante al responder.- Si no es capaz de decir algo que me ayu de, será mejor que mantenga la boca cerrada el resto del camino.
_____ arqueó las cejas al tiempo que apretaba los puños sobre el regazo, furiosa.
- ¿El resto del camino? ¿Y puede saberse exactamente hacia donde conduce ese camino del que habla, Nick?- casi estaba gritando.- Que yo sepa, hemos pasado al menos tres veces por este mismo cruce. ¿Acaso se ha perdido?
- _____.- la regañó con la mirada, aunque no parecía hacer el menor caso a sus quejas. Más bien, parecía tener la mente ocupada con otros pensamientos. Quizá valoraba la posibilidad de dejarla tirada en la siguiente cuneta. Era obvio que su compañía no le resultaba agradable, sobre todo después de que les hubieran disparado a ambos y hubieran salvado la vida por los pelos. _____ casi le compadecía. No es que fuera precisamente una romántica cita para ambos… En realidad, ella comenzaba a tenerle manía por la forma en que ignoraba continuamente sus deseos. Por su parte, Nick no parecía entusiasmado con la idea de hacerle de niñera. Mejor, se dijo para sus adentros. Cuanto antes se cansara, antes la dejaría en paz. En paz… ¿y dónde podría estarlo ya? Durante un segundo, recordó el escarpado acantilado que conducía a la playa de San Jorge. Tal vez… Oh, pero no… De ninguna manera regresaría a esconderse al lugar al que había prometido no volver. De ninguna manera permitiría que unas cuantas balas silbando junto a su oído fueran suficiente motivo para escuchar los sermones de mamá.
- Tengo que encontrar un lugar seguro para ti, _____ Baker.
_____ comprendió que Nick hablaba para si mismo a pesar de hacerlo en voz alta. Parecía preocupado. Por fin, detuvo el motor y aparcó el vehículo en un lugar apartado de la carretera general. La miró con expresión muy seria.
- No puede volver al apartamento, _____.- dijo después de clavar en ella un buen rato su mirada escrutadora.- Y no puedo protegerla si continúa empecinada en seguir haciendo su vida como si nada hubiera sucedido.
- ¿Qué sugiere, Nick? Oh, ya se lo que haremos…- de nuevo, quería burlarse de él por poner aquella cara que vaticinaba los más terribles peligros y que hacía que se le pusiera la piel de gallina. En verdad, que hacía que se sintiera también una gallina. Cobarde y atemorizada. Odiaba sentirse así. Rió sin ganas y comentó en un tono exageradamente teatral que emulaba a la Escarlata de Lo que el Viento se llevó.- “Volveré a Tara y mañana… todo será diferente”.
Al parecer, su broma no causaba el menor síntoma de diversión en Nick. Por el contrario, este parecía a punto de estrangularla. Sus ojos brillaban intensamente a causa de la rabia, la impotencia y el cansancio.
- ¿Cree que esto es un juego, señorita Baker?¿Cree que puede hacer un chiste de todo, incluso del hecho de que su vida corra peligro porque no supo portarse como la niñita buena que es?- estaba claro que no esperaba ella respondiera a ninguna de aquellas preguntas. _____ pestañeó sorprendida por la repentina explosión de mal humor. Nick golpeó el volante con los puños y clavó otra vez sus ojos en ella. Estaba furioso e imitó el tono frívolo de ella.- Ya se lo que haremos, _____… Hablaremos con ese tipo, ya sabe… El que intenta freírla a tiros y agujerear su preciosa pero hueca cabeza… Eso es. Solo tenemos que hablar con él. Usted se acerca a él y lo mira con esos ojos inocentes suyos y le dice, “perdone, señor asesino, ¿sería tan amable de no dispararme la próxima vez que me vea?; gracias, ha sido un encanto”… ¡Por todos los Cielos, _____!... No tiene idea de lo…
- Ya basta, Nick… No tiene que insultarme solo porque no se le ocurre nada, ¿vale? No es culpa mía que usted sea un mal policía… No es culpa mía que haya gente por ahí que dispara a los demás y les hace huir de sus hogares, ¿no cree?
Las palabras de ella le cayeron como un jarro de agua fría. La vio abrir la puerta del automóvil y saltar a la carretera con un rápido movimiento. Puso el motor en marcha y la siguió, aminorando la velocidad para colocarse a su paso. _____ paseaba cabizbaja sin importarle que estuviera oscuro, que hiciera frío y que pronto comenzara a llover.
Abrió la ventanilla y la llamó, pero ella se limitó a levantar la barbilla y mirar hacia otro lado.
- _____, no sea tonta. Suba al coche.- ordenó, tratando de disimular su propio enfado. Solo le faltaba una escenita de ruegos y sollozos para terminar aquella extraña velada.- _____, cogerá una pulmonía… No sea niña.
- Lárguese, Nick.- ella le sacó la lengua en un gesto tan infantil que Nick sintió deseos de colocarla sobre sus rodillas y propinarle una buena tunda.- Si fuera un caballero, dejaría que se me pasara y esperaría a que estuviera más calmada para seguir haciendo observaciones humillantes sobre mi persona.
- _____... No soy un caballero. Solo soy un pobre policía que trata de cumplir con su deber. ¡Estúpida mujer! ¿No ve que trato de impedir que la maten?- frenó en seco y salió del coche, interceptándole el paso. _____ cruzó los brazos sobre el pecho en actitud desafiante.- Entre en el coche, _____.
- ¡No! Ya estoy harta de seguirle a todas partes como un perrito faldero.
- Le aseguro que la llevaré a un lugar donde estará a salvo.
- ¡Já! No existe ese lugar y lo sabe, Nick Jonas. No trate de engañarme.
- Existe, _____…
Oh, no… Aquella mirada. _____ supo que él había investigado a conciencia cada detalle de su pasado. Pero no lo permitiría.
- No puedo ir allí.- replicó.
- Irá, _____.
- ¡No! Nunca haría nada que pusiera en peligro a mamá… Ni lo sueñe, Nick.
Será mejor que piense otra cosa.
- No hay otra cosa, _____.- la miró con cierta compasión.- Sabe que nadie la buscará allí. De hecho, nadie sabe que ese lugar existe.
- ¿Se burla de mí?
- Claro que no, _____. Pero hemos de ir.
- Dígame la verdad…- _____ supo por la expresión del hombre que él también estaba cansado de soportarla. La idea la puso de peor humor.- No tienen ni una sola pista sobre el asesino, ¿no es así? No sabe como detenerle y no puede protegerme, ¿no es cierto?
- No es cierto, _____.- mintió para infundirle confianza, pero ella frunció los labios en un mohín que le hipnotizó contra su voluntad.
- ¿No lo es? Entonces, dígame porqué no hay una docena de hombres uniformados velando por mi seguridad. Me han disparado. Con balas de verdad, Nick. Dígame porqué no estoy en mi apartamento tomando tranquilamente una taza de café mientras un poli me dice eso de “tranquila, señorita Baker, pillaremos a ese desgraciado”… ¿Cree que soy tonta, cree que no vi como me miraba su capitán? ¡El no me cree! ¡Y tampoco usted!
Nick no contestó. Era lista esa _____.
- ¿Nick…? ¿Qué le pasa, porqué no dice nada?
¿Y qué podía decir, salvo que todo cuanto había dicho era verdad? En esos momentos, a nadie le importaba si ella se lanzaba al vacío desde el último piso de un rascacielos. Ella no era nadie para el departamento de policía de Nueva York. No era nada para nadie al parecer. Excepto para él. La contempló con secreta admiración. Las primeras gotas de lluvia salpicaron su rostro pequeño. Se mezclaban con aquellas lágrimas que _____ trataba de contener sin éxito. En un impulso, le rodeó la cara con las manos, apartando con las yemas de sus dedos el agua que le caía por las encendidas mejillas. Vaya, sí que era bonita… No como aquellas chicas delgadas como palos de escoba que se paseaban medio desnudas por los pasillos del edificio de L’Antino. No. _____ Baker no se parecía en nada a una de esas mujeres raquíticas que masticaban apio frente al televisor y gastaban la mitad de su sueldo en pagar los honorarios de su psicoanalista. _____ era la causa del psicoanalista, pensó con cierto sarcasmo. Lo sería sin duda para él. Aún así, no podía apartar la mirada de sus labios húmedos, entreabiertos… ¿Acaso era una invitación? ¿Lo era? Al diablo si no lo era… Supo que después se arrepentiría, pero no tenía alternativa. Inclinó la cabeza sobre la de ella y apresó su boca con delicadeza, abriéndola sin que opusiera resistencia y explorándola al instante con suavidad al notar como ella respondía del mismo modo a la caricia. Deslizó las manos por su espalda y la obligó a permanecer pegada a su pecho, el cuerpo ligeramente arqueado bajo el suyo. _____ no protestó. Eso sí era una grata sorpresa. _____ Baker no había protestado… Se dijo que utilizaría aquella táctica más a menudo. Al separar su boca de la de ella, se maravilló por el efecto que había causado sobre el estado de ánimo de la mujer. Por primera vez, ella parecía relajada, sin fuerzas para pelear. Bien. Le gustaba así… Bueno, para qué engañarse. _____ le gustaba de cualquier manera. Aunque así, quieta, muy quieta… tan quieta que por un loco momento, Nick soñó tenerla así para siempre… ¿Para siempre…? Aquella palabra hizo que la soltara de inmediato. _____ tuvo que hacer malabarismos por conservar el equilibrio y no dar con su trasero en el suelo.
- ¡Usted!... ¿Cómo se atreve…?
Nick sonrió con cinismo. Ya la veía venir. Ahora ella fingiría que se sentía ultrajada y le exigiría una explicación, quizá hasta una promesa de que no se volvería a repetir. ¡Encantado! Ni por un momento quería pensar que repetiría aquella estupidez. Tal vez era mejor que le siguiera el juego y fingiera que estaba arrepentido y sorprendido por lo sucedido. De hecho, representaría el papel de su vida con tal de mantenerla bien lejos… ¿Siempre…? La maldita palabra le martilleaba el cerebro. No podía pensar en protegerla mientras pensaba en besarla y en…
- Lo lamento, _____.- se encontró pronunciando las palabras con asombroso y sincero arrepentimiento. “Tiembla, Al Pacino”, pensó con desgana. Nunca le habían gustado las mentiras. En especial, no le gustaba tener que mentir para estar a salvo de una mujer que ni siquiera era su tipo. Porque no lo era. Solo la había besado, demonios.
Tampoco era para darse golpes en el pecho.
- ¿Lo lamenta?- el tono de ella sonó a decepción, pero al instante, lo disfrazó con una buena dosis de agresividad. Por cierto que lo acompañó con una sonora bofetada que dejó sus cinco pequeños dedos marcados en el mentón de Nick.
- _____, ¿no cree que está exagerando un poco?- Nick se frotó el lugar donde ella había golpeado. No le dijo que no le había dolido lo más mínimo, por supuesto. No quería que ella repitiera utilizando uno de sus viejos zapatos. – He salvado su vida, ¿no?
Al menos merezco un poco más de gratitud.
- No ese tipo de gratitud, Nick. No se confunda.
- Está bien, está bien… No se porqué lo hice.
“Porque estabas preciosa con la lluvia mojando tu cara y la luna dibujando figuras en tu cabello, _____ Baker”, dijo mentalmente y una vez más, se regañó por tener aquel tipo de pensamientos. Por su parte, _____ ya se sentía bastante herida ante su declaración. Era como si le hubiera confesado abiertamente que jamás se habría fijado en una mujer como ella de no ser porque estaban solos y deprimidos.
- No volverá a repetirse.- insistió él, abriendo la puerta del coche para invitarla a entrar.
- ¿Lo promete?- _____ rezó con todas sus fuerzas para que él negara. Como en las películas románticas, deseaba que Nick Jonas, un desconocido para ella, la tomara en sus brazos y jurara que lo repetiría tantas veces como le diera la gana, incluso más. Pero no. Aquello no era una película romántica. Aquello era la vida real. Y por descontado, Nick Jonas no tenía intención de convertirla en la heroína de sus fantasías sexuales. Le pareció escuchar que él lo prometía con solemnidad. Se acomodó con desgana en el asiento y esperó a que él hiciera lo mismo.
- ¿_____?
Se volvió hacia él. Así que nada de besos, pensó. Solo una relación meramente profesional. El la protegía y ella intentaba no ser el blanco de las balas de algún chiflado. Punto final. ¿Y después de eso? Qué tontería. No habría un después. Ya debía sentirse agradecida solo por el hecho de que él quisiera protegerla a pesar de que no creyera una sola palabra de su historia. Pero no. No se sentía agradecida. Se sentía triste y desilusionada. Y poco atractiva. De repente, recordó aquella vez en el colegio, cuando Jordan Kane, el chico más guapo del curso, había hecho aquella odiosa pregunta en mitad de la clase de geografía: “si estuvieras en una isla desierta y tuvieras que elegir qué llevarte, ¿qué no escogerías?” y había subrayado cruelmente la partícula no, para que no quedara ninguna duda de su intención de ridiculizarla al responder. La había mirado con sus ojos de gato salvaje y había dicho en voz bien alta: “no me llevaría a _____ Baker” Y ella solo había podido ahogar un sollozo y salir corriendo de la clase para no escuchar las risas de los demás. Basta. Eso pertenecía al pasado. Ahora había cambiado. Puede que no fuera una mujer increíblemente hermosa. Pero ese Nick no era nadie para ridiculizarla. Ni siquiera era tan atractivo como Jordan. A pesar de aquella mirada penetrante, de sus labios expertos y cálidos moviéndose sobre los suyos…
- ¿_____… está bien?
- Ya le he oído. Ah, pero no crea que me importa que no sea su tipo. ¿Sabe una cosa, Nick Jonas?- le apuntó con el dedo- Tampoco yo le llevaría a una isla desierta.
¿Isla desierta? ¿De qué demonios hablaba? Tuvo la precaución de no preguntar y dejó que ella se acurrucara en el asiento y durmiera el resto del trayecto hasta San Jorge.
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
CAPITULO 16
- Creo que pasaremos la noche en ese motel de ahí.- informó Nick y _____ abrió los ojos sin el menor entusiasmo.- Aún queda bastante para llegar a San Jorge. No hay necesidad de pasar la noche en vela.
¡Qué bien! Lo que siempre había soñado. Una noche idílica con el apuesto pero antipático detective Nick. Se bajó del coche con desgana y le siguió hasta el interior del motel. El tipo del mostrador les observó con cautela antes de aceptar el fajo de billetes que Nick tendía hacia él.
- Nombre.- solicitó con voz pastosa.
- Smith. John Smith.- Nick había respondido con total rapidez y naturalidad.
- Ya.- el tipo le dedicó una desagradable sonrisa en la que faltaban absolutamente todos los dientes delanteros.- Y supongo que ella es Pocahontas.
- No.
- ¿Su hermana, entonces?
Nick se impacientó ante la curiosidad maliciosa del hombre.
- Señor y Señora Smith, idiota.
- Está bien, hombre. No se ponga así…- _____ ocultó la caja que transportaba a
“Minino”, consciente de que el empleado del motel no le quitaba la vista de encima.-
Un momento… No está permitido tener animales. Tendrá que dejarlo en el coche.
_____ negó con la cabeza, mirando a Nick en actitud suplicante. Nick suspiró.
Sacó un par de billetes más y se los entregó al tipo con expresión irritada.
- ¿Suficiente?
- Solo por esta noche. Habitación 201.Tenga, sábanas limpias y un par de toallas.- le entregó la llave y el resto de las cosas.
Nick ni siquiera le dio las gracias. Con un gesto, indicó a _____ que caminara delante de él. Una vez en la habitación, _____ se dejó caer pesadamente sobre la cama, abriendo la jaula y aceptando que el animal se restregara repetidamente contra sus muslos.
- Estarás contenta.- observó Nick, de peor humor que de costumbre.- Tu gato piojoso me ha costado una fortuna.
- Te devolveré hasta el último centavo cuando lleguemos a San Jorge.- prometió, a sabiendas de que Nick no quería su dinero. Solo quería castigarla por haber traído a “minino” en contra de su voluntad, por haberse metido en aquel lío, por obligarle a permanecer a su lado cuando quizá todo lo que él quería hacer era ver una buena película en compañía de su bonita esposa… Vaya, no lo había pensado. ¿Era posible que en algún lugar existiera una señora Nick? Espió de reojo al hombre, su expresión ceñuda, sus fuertes manos de dedos largos que se movían inútilmente sobre el televisor para hacerlo hablar… No había ninguna alianza en sus dedos. Pero eso no quería decir nada. Era probable que alguien tan precavido como él se deshiciera de sus objetos personales durante una misión.
- ¿En serio? ¿Qué eres, señorita Baker? ¿Una rica heredera que huye de su reales obligaciones para pasar el rato?- se burlaba. Pero no parecía furioso con ella exclusivamente. En realidad, Nick había llegado al punto en que el mundo entero le disgustaba. _____ chasqueó la lengua al ver como él daba un par de puñetazos sobre el aparato. Se acercó a él y le apartó con gesto condescendiente. Nick sonrió con cinismo.-
No me digas que también sabes arreglar televisores.
- ¿Te sorprendería?- inquirió molesta por el tono sarcástico de su voz.
- _____… Seré tu esclavo el resto de mi vida si logras que pueda ver las noticias sin escuchar tu molesto parloteo durante los próximos cinco minutos.
_____ le lanzó una mirada asesina. No era necesario que fuera tan hiriente, señor
Nick. Le odió por aquella dosis gratuita de sarcasmo. Tampoco es que ella estuviera pasando las vacaciones de su vida.
- Tus deseos son órdenes.- dijo en el mismo tono que él había utilizado y después, se inclinó y siguió con los dedos el cable que había tirado en el suelo. Al encontrar el enchufe al final, se lo mostró con maliciosa satisfacción y lo introdujo en e orificio de la pared. Como por arte de magia, la hermosa Neve Palmer, presentadora de las noticias de las ocho, les saludó desde la pantalla con su suave acento del sur.
- Y ahora, creo que me daré una ducha… Y Nick – clavó su mirada rabiosa en él antes de entrar en el cuarto de baño.- si escuchas mi molesto parloteo en el lavabo… Por favor, no me dispares. Suelo cantar mientras me ducho.
- Muy graciosa.
_____ cerró la puerta de un fuerte portazo. Dejó que el agua corriera con libertad por su cuerpo, sintiendo que la cálida temperatura le calmaba los nervios. ¿Qué se había creído ese cretino de Nick? Se portaba de un modo despreciable, más arisco que un puercoespín. ¿Qué culpa tenía ella de que no pudiera estar donde o con quien deseaba estar? Vaya, otra vez pensando en lo mismo. Se regañó a sí misma por la insistencia de sus pensamientos. No era asunto suyo si Nick tenía la suerte de que alguna mujer le esperara en casa a pesar de su humor de perros. De hecho, compadecía a la mujer si esta existía. Le oyó tocar a la puerta con los nudillos y se sobresaltó.
- _____… Llevas media hora ahí adentro. Te arrugarás si sigues bajo el agua.
- No me molestes, Nick. Tengo que desintoxicarme de tu insoportable compañía.- gritó ella desde el otro lado de la puerta. Se lo largó con total naturalidad, como si no le importara el efecto que sus palabras causaran en él. Sí, _____ era siempre tan graciosa… Nick pensó que le gustaría retorcer su esbelto cuello en cuanto todo hubiera terminado. Ya disfrutaba imaginando que lo hacía, cuando ella abrió la puerta de repente y salió del cuarto de baño, envuelta en aquella minúscula toalla. Santo Cielo… ¿Cómo es que en los moteles nunca tenían toallas del tamaño de las personas adultas? ¿Acaso las fabricaban expresamente para gente con problemas de crecimiento?
Aquella en concreto, apenas lograba cubrir las sugerentes curvas del cuerpo de _____.
Ella la sostenía con una mano firme sobre sus senos y con la otra, intentaba cerrarla a la altura de sus muslos. Recorrió aquellas curvas con disimulo, deteniéndose en la línea de la garganta, en la delicada barbilla… El cabello húmedo le caía sobre los hombros y al mover la cabeza, salpicó de diminutas gotas el rostro de Nick. Se apartó como si ella le hubiera arrojado ácido hirviendo en lugar de inofensiva agua potable.
- Todo tuyo.- comentó _____ con alegría, haciéndose a un lado para dejarle pasar.
Nick no movió un músculo. Si lo hacía, ambos se tocarían inevitablemente.
Tuvo que apartar con rapidez la mirada para que ella no percibiera lo turbado que se sentía por la visión.
- ¿Nick…?
- Necesito esa ducha.- murmuró y prácticamente la arrolló para entrar al lavabo y cerrar la puerta a sus espaldas inmediatamente.
Al cabo de unos minutos, ya se sentía mejor. Limpio y casi relajado. Comprobó que ella aún seguía despierta. Estaba sentada en la orilla de la cama y cambiaba de canal con expresión aburrida. Le dirigió una mirada fugaz mientras él se sentaba en el otro extremo. _____ rió para sus adentros. Lo cierto es que le divertía la actitud de Nick. El pobre hombre había enjuagado su camisa y el resto de su ropa y la había puesto a secar en el lavabo. Mientras que ella ya se había cambiado y se había puesto su pijama favorito, Nick mantenía su propia toalla alrededor de su esbelta cintura. A _____ le recordaba aquellos viejos cinturones de castidad que utilizaban en la Edad Media para preservar la virtud. La idea la hizo sonreír. ¿Nick temía por su virtud? ¿Y ella era la causa de sus temores? ¡Era ridículo! Pero él no se despegaba de su lado de la cama ni hacía el menor movimiento. Le observó durante un buen rato y comprobó que Nick ni siquiera había pestañeado cuando ella le había obligado a visualizar un capítulo completo de la reposición de la serie “Santa Bárbara”. Le admiró en silencio por su valor. Ella misma no había sido capaz de aguantar si bostezar un par de veces.
- Basta de tele por hoy, _____… Será mejor que echemos una cabezada.- Nick saltó de su posición y antes de que ella pudiera protestar se metió en la cama.
- ¿Vamos a dormir juntos… los dos…?- la pregunta murió en sus labios al recordar que él no llevaba puesto más que aquella minúscula toalla que escasamente contenía su fabulosa anatomía.
- ¿Esperabas que me portara como un caballero y durmiera en el suelo?- la espetó, exasperado y se colocó en uno de los extremos.- Oye, _____… Hay sitio suficiente para que no tengamos que rozarnos siquiera. Y te prometo que no tengo la menor intención de atacarte en mitad de la noche.
“Y ojala pudieras hacerme la misma promesa”, pensó Nick, tirando de la sábana con brusquedad y cubriéndose con ella hasta las orejas. Sintió como el colchón se hundía levemente al recibir el peso de ella. Colocó una almohada entre ambos, alargó la mano sobre la lámpara y apagó la luz. En la oscuridad, podía escuchar como ella contenía la respiración. No podía culparla. El hacía lo mismo en realidad. Tras varios intentos inútiles por conciliar el sueño, lanzó un gruñido, se despojó de la toalla con un rápido movimiento y se acomodó nuevamente en su lado de la cama. La oyó soltar una exclamación ahogada.
- ¿Porqué has hecho eso?
- ¿Hacer qué? ¡Demonios, _____, duerme de una vez!
- No creas que soy tan tonta… Se que ha tirado la toalla que llevaba puesta.- le recriminó, alegrándose de que él no pudiera ver el rubor que teñía sus mejillas. ¿Rubor? Más que avergonzada, se sentía excitada ante la idea de su completa desnudez. Dudaba que Nick fuera consciente de sus actos y de las consecuencias que estos tenían sobre sus nervios.
- _____… Estaba empapada. Lo siento si tus convicciones morales te impiden conciliar el sueño mientras me imaginas desnudo… Pero no pienso coger una pulmonía solo porque eres demasiado pudorosa.
- Oh, eres… Está bien, haz lo que quieras.- gritó _____, al tiempo que abandonaba la cama y cogía su almohada.- Pero no voy a compartir la cama con un desconocido en cueros.
- _____, vuelve a la cama.- ordenó y esta vez, encendió la luz de la lámpara para contemplar la expresión azorada de la mujer. _____ negó con un gesto de su barbilla.- No puedo creerlo… ¿Quieres hacer el favor de meterte en la cama de una vez, maldita cabezota?
- Ni lo sueñes, Nick.
- Muy bien…
_____ abrió los ojos desmesuradamente. ¿Qué estaba haciendo? Nick amenazaba con despojarse de la sábana y salir en su busca.
- ¡Espera! ¿Qué… qué crees que estás haciendo?- preguntó alarmada y desvió la mirada hacia la ventana, no sin antes echar una inocente ojeada a la parte de su cuerpo que él había dejado a la vista. _____ apretó los ojos con fuerza. Tenía que borrar aquella imagen de su cabeza cuanto antes. No era más que un pecho desnudo. Solo eso. Claro que no había visto otro igual… Pero no. Tenía que borrarla.
- _____… Abre los ojos.
- No.
- Entonces, ven y trata de conciliar el sueño.
- Pero es que… tú…
- Si no lo haces, me pasearé desnudo por toda la habitación hasta que amanezca… Y te obligaré a mirar, _____. – añadió y reprimió la risa cuando escuchó que ella maldecía en voz baja.
- ¡De acuerdo, de acuerdo!- _____ volvió a meterse en la cama, colocándose tan lejos de él que estuvo a punto de caer por el borde del colchón. Unos segundos más tarde, ella aún seguía inquieta por la proximidad de su cuerpo. Nick, por el contrario, emitía unos extraños sonidos… ¡Bruto insensible! Apenas había cerrado los ojos y ya dormía como un angelito. Carraspeó ruidosamente, deseando que fuera suficiente para despertarle.
- ¿Y ahora qué sucede…?
- Estás roncando.- le increpó - No puedo dormir escuchando tus ronquidos toda la noche.
- _____… Te juro que si ese matón no te liquida, puede que lo haga yo personalmente.- advirtió, pero ella sabía que solo trataba de asustarla para que le dejara en paz. Muy bien. Pero antes, tendría que responder a unas cuantas preguntas antes de que distrajera su atención con aquella espléndida figura de atleta paseándose con descaro por su mente.
- Contesta a una cosa, Nick… Te prometo que después me tragaré la lengua y no te molestaré más.- propuso, encogiendo las rodillas en el estómago al notar como él se volvía hacia ella e invadía su parte de colchón.
- Está bien. Pero como sea otra de tus tonterías…
- Dime, Nick… ¿Cómo supiste que nadie me encontraría en San Jorge? A decir verdad, es el primer lugar donde alguien buscaría si quisiera encontrarme, ¿no crees? Y estoy segura de que en L’Antino no te facilitaron esa información.- observó en voz baja.
Nick suspiró.
- Ya puedes estar segura de que no. Sabes muy bien que mentiste cuando cumplimentaste tu solicitud de empleo. Lo que no entiendo, es porqué lo hiciste. ¿Tanto te avergüenzan tus orígenes, _____?
- ¡Claro que no!- protestó ante el evidente desprecio que había en las palabras del hombre.- Es solo que yo… Yo… Bah, no lo entenderías…
- Haré un esfuerzo, _____. ¿Por qué mentiste? ¿O es que mentir ya se ha convertido en algo tan habitual para ti que ya no distingues la realidad de la ficción?
- No tienes ni idea…
- No, no la tengo. Pero se que inventaste una familia que no existe en un lugar que no existe… ¿California, _____? Ni siquiera tienes el aspecto de la típica chica californiana.- se mofó, sintiendo en el fondo una punzada de compasión por la joven que quería ser otra persona para impresionar al mundo.
- Eso es, ríete de mi…- se acurrucó más bajo las sábanas, humillada.- Alex dijo… Ella pensaba que ser la solterona de oro de mi pueblo y haber ganado el concurso de salto con sacos no eran referencias muy sólidas para una empresa como L’Antino. ¿Crees que Delta McKendrie me hubiera contratado si me hubiera presentado ante ella como la simpática _____ de San Jorge? Sabes muy bien que no, Nick...
- Es posible. Pero a mí me cae bien _____.- aquello terminó por descolocar a
_____. ¿En serio? Estuvo a punto de girar para plantarle un enorme beso en la cara, pero supo que Nick lo malinterpretaría. El aclaró rápidamente.- Quiero decir que imagino que la verdadera _____ podría llegar a caerme bien.
- ¿La verdadera _____?- repitió, sospechando que no se trataba de un piropo.-
¿Y yo que soy, una vulgar imitadora?
- Duerme, _____…- Nick suspiró. Había logrado hacerla enfadar… otra vez. Y era tan fácil. Bastaba apretar un simple botón y ella se encendía como la antorcha de los Juegos Olímpicos.
- Aún no has contestado a mi pregunta, Nick.- le recordó ella.
- ¿Y cuál era?- su tono denotaba cansancio. Nick pensó que tendría que amordazarla si quería dormir un par de horas.
- ¿Cómo lo supiste…?
- _____… Soy policía, ¿recuerdas? Puede que un mal policía. Pero he hecho mis deberes.
- Así que me has investigado a fondo.- ella parecía sorprendida por su descubrimiento.- Aunque no tan a fondo. Si hubieras hecho bien tu trabajo, ya sabrías que nunca tuve nada que ver con ese Graham o como se llame.
- Claro. Lo discutiremos mañana, si te parece. Buenas noches, _____.
- Buenas noches.
Nick rezó porque el sueño se apoderara pronto de ella. _____ Baker no era incombustible aunque lo aparentara. No estaría despierta toda la noche. En algún momento, ella cerraría los ojos y entonces… Dios, ella le había dejado extenuado y sin fuerzas. Imaginó como sería hacer el amor con _____. Un combate a vida o muerte, un asalto tras otro, aniquilando su mente y su autocontrol hasta que ya no le quedara más remedio que rendirse a sus pies… Condenada _____. Escuchó su respiración acompasada. El no tendría la suerte de conciliar el sueño mientras imaginara aquellas tórridas escenas con _____ encima de él… Basta. Utilizó la poca voluntad que le quedaba para ordenarse dormir.
¡Qué bien! Lo que siempre había soñado. Una noche idílica con el apuesto pero antipático detective Nick. Se bajó del coche con desgana y le siguió hasta el interior del motel. El tipo del mostrador les observó con cautela antes de aceptar el fajo de billetes que Nick tendía hacia él.
- Nombre.- solicitó con voz pastosa.
- Smith. John Smith.- Nick había respondido con total rapidez y naturalidad.
- Ya.- el tipo le dedicó una desagradable sonrisa en la que faltaban absolutamente todos los dientes delanteros.- Y supongo que ella es Pocahontas.
- No.
- ¿Su hermana, entonces?
Nick se impacientó ante la curiosidad maliciosa del hombre.
- Señor y Señora Smith, idiota.
- Está bien, hombre. No se ponga así…- _____ ocultó la caja que transportaba a
“Minino”, consciente de que el empleado del motel no le quitaba la vista de encima.-
Un momento… No está permitido tener animales. Tendrá que dejarlo en el coche.
_____ negó con la cabeza, mirando a Nick en actitud suplicante. Nick suspiró.
Sacó un par de billetes más y se los entregó al tipo con expresión irritada.
- ¿Suficiente?
- Solo por esta noche. Habitación 201.Tenga, sábanas limpias y un par de toallas.- le entregó la llave y el resto de las cosas.
Nick ni siquiera le dio las gracias. Con un gesto, indicó a _____ que caminara delante de él. Una vez en la habitación, _____ se dejó caer pesadamente sobre la cama, abriendo la jaula y aceptando que el animal se restregara repetidamente contra sus muslos.
- Estarás contenta.- observó Nick, de peor humor que de costumbre.- Tu gato piojoso me ha costado una fortuna.
- Te devolveré hasta el último centavo cuando lleguemos a San Jorge.- prometió, a sabiendas de que Nick no quería su dinero. Solo quería castigarla por haber traído a “minino” en contra de su voluntad, por haberse metido en aquel lío, por obligarle a permanecer a su lado cuando quizá todo lo que él quería hacer era ver una buena película en compañía de su bonita esposa… Vaya, no lo había pensado. ¿Era posible que en algún lugar existiera una señora Nick? Espió de reojo al hombre, su expresión ceñuda, sus fuertes manos de dedos largos que se movían inútilmente sobre el televisor para hacerlo hablar… No había ninguna alianza en sus dedos. Pero eso no quería decir nada. Era probable que alguien tan precavido como él se deshiciera de sus objetos personales durante una misión.
- ¿En serio? ¿Qué eres, señorita Baker? ¿Una rica heredera que huye de su reales obligaciones para pasar el rato?- se burlaba. Pero no parecía furioso con ella exclusivamente. En realidad, Nick había llegado al punto en que el mundo entero le disgustaba. _____ chasqueó la lengua al ver como él daba un par de puñetazos sobre el aparato. Se acercó a él y le apartó con gesto condescendiente. Nick sonrió con cinismo.-
No me digas que también sabes arreglar televisores.
- ¿Te sorprendería?- inquirió molesta por el tono sarcástico de su voz.
- _____… Seré tu esclavo el resto de mi vida si logras que pueda ver las noticias sin escuchar tu molesto parloteo durante los próximos cinco minutos.
_____ le lanzó una mirada asesina. No era necesario que fuera tan hiriente, señor
Nick. Le odió por aquella dosis gratuita de sarcasmo. Tampoco es que ella estuviera pasando las vacaciones de su vida.
- Tus deseos son órdenes.- dijo en el mismo tono que él había utilizado y después, se inclinó y siguió con los dedos el cable que había tirado en el suelo. Al encontrar el enchufe al final, se lo mostró con maliciosa satisfacción y lo introdujo en e orificio de la pared. Como por arte de magia, la hermosa Neve Palmer, presentadora de las noticias de las ocho, les saludó desde la pantalla con su suave acento del sur.
- Y ahora, creo que me daré una ducha… Y Nick – clavó su mirada rabiosa en él antes de entrar en el cuarto de baño.- si escuchas mi molesto parloteo en el lavabo… Por favor, no me dispares. Suelo cantar mientras me ducho.
- Muy graciosa.
_____ cerró la puerta de un fuerte portazo. Dejó que el agua corriera con libertad por su cuerpo, sintiendo que la cálida temperatura le calmaba los nervios. ¿Qué se había creído ese cretino de Nick? Se portaba de un modo despreciable, más arisco que un puercoespín. ¿Qué culpa tenía ella de que no pudiera estar donde o con quien deseaba estar? Vaya, otra vez pensando en lo mismo. Se regañó a sí misma por la insistencia de sus pensamientos. No era asunto suyo si Nick tenía la suerte de que alguna mujer le esperara en casa a pesar de su humor de perros. De hecho, compadecía a la mujer si esta existía. Le oyó tocar a la puerta con los nudillos y se sobresaltó.
- _____… Llevas media hora ahí adentro. Te arrugarás si sigues bajo el agua.
- No me molestes, Nick. Tengo que desintoxicarme de tu insoportable compañía.- gritó ella desde el otro lado de la puerta. Se lo largó con total naturalidad, como si no le importara el efecto que sus palabras causaran en él. Sí, _____ era siempre tan graciosa… Nick pensó que le gustaría retorcer su esbelto cuello en cuanto todo hubiera terminado. Ya disfrutaba imaginando que lo hacía, cuando ella abrió la puerta de repente y salió del cuarto de baño, envuelta en aquella minúscula toalla. Santo Cielo… ¿Cómo es que en los moteles nunca tenían toallas del tamaño de las personas adultas? ¿Acaso las fabricaban expresamente para gente con problemas de crecimiento?
Aquella en concreto, apenas lograba cubrir las sugerentes curvas del cuerpo de _____.
Ella la sostenía con una mano firme sobre sus senos y con la otra, intentaba cerrarla a la altura de sus muslos. Recorrió aquellas curvas con disimulo, deteniéndose en la línea de la garganta, en la delicada barbilla… El cabello húmedo le caía sobre los hombros y al mover la cabeza, salpicó de diminutas gotas el rostro de Nick. Se apartó como si ella le hubiera arrojado ácido hirviendo en lugar de inofensiva agua potable.
- Todo tuyo.- comentó _____ con alegría, haciéndose a un lado para dejarle pasar.
Nick no movió un músculo. Si lo hacía, ambos se tocarían inevitablemente.
Tuvo que apartar con rapidez la mirada para que ella no percibiera lo turbado que se sentía por la visión.
- ¿Nick…?
- Necesito esa ducha.- murmuró y prácticamente la arrolló para entrar al lavabo y cerrar la puerta a sus espaldas inmediatamente.
Al cabo de unos minutos, ya se sentía mejor. Limpio y casi relajado. Comprobó que ella aún seguía despierta. Estaba sentada en la orilla de la cama y cambiaba de canal con expresión aburrida. Le dirigió una mirada fugaz mientras él se sentaba en el otro extremo. _____ rió para sus adentros. Lo cierto es que le divertía la actitud de Nick. El pobre hombre había enjuagado su camisa y el resto de su ropa y la había puesto a secar en el lavabo. Mientras que ella ya se había cambiado y se había puesto su pijama favorito, Nick mantenía su propia toalla alrededor de su esbelta cintura. A _____ le recordaba aquellos viejos cinturones de castidad que utilizaban en la Edad Media para preservar la virtud. La idea la hizo sonreír. ¿Nick temía por su virtud? ¿Y ella era la causa de sus temores? ¡Era ridículo! Pero él no se despegaba de su lado de la cama ni hacía el menor movimiento. Le observó durante un buen rato y comprobó que Nick ni siquiera había pestañeado cuando ella le había obligado a visualizar un capítulo completo de la reposición de la serie “Santa Bárbara”. Le admiró en silencio por su valor. Ella misma no había sido capaz de aguantar si bostezar un par de veces.
- Basta de tele por hoy, _____… Será mejor que echemos una cabezada.- Nick saltó de su posición y antes de que ella pudiera protestar se metió en la cama.
- ¿Vamos a dormir juntos… los dos…?- la pregunta murió en sus labios al recordar que él no llevaba puesto más que aquella minúscula toalla que escasamente contenía su fabulosa anatomía.
- ¿Esperabas que me portara como un caballero y durmiera en el suelo?- la espetó, exasperado y se colocó en uno de los extremos.- Oye, _____… Hay sitio suficiente para que no tengamos que rozarnos siquiera. Y te prometo que no tengo la menor intención de atacarte en mitad de la noche.
“Y ojala pudieras hacerme la misma promesa”, pensó Nick, tirando de la sábana con brusquedad y cubriéndose con ella hasta las orejas. Sintió como el colchón se hundía levemente al recibir el peso de ella. Colocó una almohada entre ambos, alargó la mano sobre la lámpara y apagó la luz. En la oscuridad, podía escuchar como ella contenía la respiración. No podía culparla. El hacía lo mismo en realidad. Tras varios intentos inútiles por conciliar el sueño, lanzó un gruñido, se despojó de la toalla con un rápido movimiento y se acomodó nuevamente en su lado de la cama. La oyó soltar una exclamación ahogada.
- ¿Porqué has hecho eso?
- ¿Hacer qué? ¡Demonios, _____, duerme de una vez!
- No creas que soy tan tonta… Se que ha tirado la toalla que llevaba puesta.- le recriminó, alegrándose de que él no pudiera ver el rubor que teñía sus mejillas. ¿Rubor? Más que avergonzada, se sentía excitada ante la idea de su completa desnudez. Dudaba que Nick fuera consciente de sus actos y de las consecuencias que estos tenían sobre sus nervios.
- _____… Estaba empapada. Lo siento si tus convicciones morales te impiden conciliar el sueño mientras me imaginas desnudo… Pero no pienso coger una pulmonía solo porque eres demasiado pudorosa.
- Oh, eres… Está bien, haz lo que quieras.- gritó _____, al tiempo que abandonaba la cama y cogía su almohada.- Pero no voy a compartir la cama con un desconocido en cueros.
- _____, vuelve a la cama.- ordenó y esta vez, encendió la luz de la lámpara para contemplar la expresión azorada de la mujer. _____ negó con un gesto de su barbilla.- No puedo creerlo… ¿Quieres hacer el favor de meterte en la cama de una vez, maldita cabezota?
- Ni lo sueñes, Nick.
- Muy bien…
_____ abrió los ojos desmesuradamente. ¿Qué estaba haciendo? Nick amenazaba con despojarse de la sábana y salir en su busca.
- ¡Espera! ¿Qué… qué crees que estás haciendo?- preguntó alarmada y desvió la mirada hacia la ventana, no sin antes echar una inocente ojeada a la parte de su cuerpo que él había dejado a la vista. _____ apretó los ojos con fuerza. Tenía que borrar aquella imagen de su cabeza cuanto antes. No era más que un pecho desnudo. Solo eso. Claro que no había visto otro igual… Pero no. Tenía que borrarla.
- _____… Abre los ojos.
- No.
- Entonces, ven y trata de conciliar el sueño.
- Pero es que… tú…
- Si no lo haces, me pasearé desnudo por toda la habitación hasta que amanezca… Y te obligaré a mirar, _____. – añadió y reprimió la risa cuando escuchó que ella maldecía en voz baja.
- ¡De acuerdo, de acuerdo!- _____ volvió a meterse en la cama, colocándose tan lejos de él que estuvo a punto de caer por el borde del colchón. Unos segundos más tarde, ella aún seguía inquieta por la proximidad de su cuerpo. Nick, por el contrario, emitía unos extraños sonidos… ¡Bruto insensible! Apenas había cerrado los ojos y ya dormía como un angelito. Carraspeó ruidosamente, deseando que fuera suficiente para despertarle.
- ¿Y ahora qué sucede…?
- Estás roncando.- le increpó - No puedo dormir escuchando tus ronquidos toda la noche.
- _____… Te juro que si ese matón no te liquida, puede que lo haga yo personalmente.- advirtió, pero ella sabía que solo trataba de asustarla para que le dejara en paz. Muy bien. Pero antes, tendría que responder a unas cuantas preguntas antes de que distrajera su atención con aquella espléndida figura de atleta paseándose con descaro por su mente.
- Contesta a una cosa, Nick… Te prometo que después me tragaré la lengua y no te molestaré más.- propuso, encogiendo las rodillas en el estómago al notar como él se volvía hacia ella e invadía su parte de colchón.
- Está bien. Pero como sea otra de tus tonterías…
- Dime, Nick… ¿Cómo supiste que nadie me encontraría en San Jorge? A decir verdad, es el primer lugar donde alguien buscaría si quisiera encontrarme, ¿no crees? Y estoy segura de que en L’Antino no te facilitaron esa información.- observó en voz baja.
Nick suspiró.
- Ya puedes estar segura de que no. Sabes muy bien que mentiste cuando cumplimentaste tu solicitud de empleo. Lo que no entiendo, es porqué lo hiciste. ¿Tanto te avergüenzan tus orígenes, _____?
- ¡Claro que no!- protestó ante el evidente desprecio que había en las palabras del hombre.- Es solo que yo… Yo… Bah, no lo entenderías…
- Haré un esfuerzo, _____. ¿Por qué mentiste? ¿O es que mentir ya se ha convertido en algo tan habitual para ti que ya no distingues la realidad de la ficción?
- No tienes ni idea…
- No, no la tengo. Pero se que inventaste una familia que no existe en un lugar que no existe… ¿California, _____? Ni siquiera tienes el aspecto de la típica chica californiana.- se mofó, sintiendo en el fondo una punzada de compasión por la joven que quería ser otra persona para impresionar al mundo.
- Eso es, ríete de mi…- se acurrucó más bajo las sábanas, humillada.- Alex dijo… Ella pensaba que ser la solterona de oro de mi pueblo y haber ganado el concurso de salto con sacos no eran referencias muy sólidas para una empresa como L’Antino. ¿Crees que Delta McKendrie me hubiera contratado si me hubiera presentado ante ella como la simpática _____ de San Jorge? Sabes muy bien que no, Nick...
- Es posible. Pero a mí me cae bien _____.- aquello terminó por descolocar a
_____. ¿En serio? Estuvo a punto de girar para plantarle un enorme beso en la cara, pero supo que Nick lo malinterpretaría. El aclaró rápidamente.- Quiero decir que imagino que la verdadera _____ podría llegar a caerme bien.
- ¿La verdadera _____?- repitió, sospechando que no se trataba de un piropo.-
¿Y yo que soy, una vulgar imitadora?
- Duerme, _____…- Nick suspiró. Había logrado hacerla enfadar… otra vez. Y era tan fácil. Bastaba apretar un simple botón y ella se encendía como la antorcha de los Juegos Olímpicos.
- Aún no has contestado a mi pregunta, Nick.- le recordó ella.
- ¿Y cuál era?- su tono denotaba cansancio. Nick pensó que tendría que amordazarla si quería dormir un par de horas.
- ¿Cómo lo supiste…?
- _____… Soy policía, ¿recuerdas? Puede que un mal policía. Pero he hecho mis deberes.
- Así que me has investigado a fondo.- ella parecía sorprendida por su descubrimiento.- Aunque no tan a fondo. Si hubieras hecho bien tu trabajo, ya sabrías que nunca tuve nada que ver con ese Graham o como se llame.
- Claro. Lo discutiremos mañana, si te parece. Buenas noches, _____.
- Buenas noches.
Nick rezó porque el sueño se apoderara pronto de ella. _____ Baker no era incombustible aunque lo aparentara. No estaría despierta toda la noche. En algún momento, ella cerraría los ojos y entonces… Dios, ella le había dejado extenuado y sin fuerzas. Imaginó como sería hacer el amor con _____. Un combate a vida o muerte, un asalto tras otro, aniquilando su mente y su autocontrol hasta que ya no le quedara más remedio que rendirse a sus pies… Condenada _____. Escuchó su respiración acompasada. El no tendría la suerte de conciliar el sueño mientras imaginara aquellas tórridas escenas con _____ encima de él… Basta. Utilizó la poca voluntad que le quedaba para ordenarse dormir.
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Y uno más porque me siento buenita :B
CAPITULO 17
CAPITULO 17
Casi habían llegado a la pequeña carretera comarcal que conducía a San Jorge. _____ ya podía oler el estofado de ternera de mamá y aunque odiaba que ella siempre se saliera con la suya y la hiciera repetir plato, sabía que sucumbiría a la tentación de probarlo una vez más. Contempló su imagen en el espejo retrovisor, mientras le daba a Nick las indicaciones oportunas para llegar. Vaya, sí que tenía mal aspecto. El rostro pálido, el cabello descolorido y sin brillo y profundas ojeras alrededor de los ojos. Podía pedirle a Nick que se detuviera antes de cruzar aquel enorme cartel que daba la bienvenida a San Jorge. Pero, pensándolo bien, era una estupidez. Total, nadie allí esperaba que ella regresara convertida en la top model del año. De hecho, nadie le prepararía un comité de recepción como no lo habían hecho al despedirla. Para San Jorge como para el resto del mundo, ella no era más que un número que formaba parte de las estadísticas del índice de población.
- No te preocupes, _____. Estás perfecta.
Ella le dedicó una mueca de disgusto. No podía animarla por más que mintiera descaradamente. Era obvio que no la consideraba atractiva y a juzgar por la poca atención que le había prestado desde hacía unas horas, tampoco la consideraba inteligente. Nick no había tratado de entablar conversación desde que abandonaran el motel. Evidentemente, no creía que ella fuera capaz de mantener una conversación adulta de más de dos palabras. Bien. Al diablo con Nick. Ya estaban allí. Le dijo que estacionara frente a la bonita casa color rosa pastel. Nick se dispuso a salir del vehículo, pero de pronto, _____ se vio asaltada por un repentino ataque de pánico. Acababa de recordar que no habían preparado una historia que contar a Mary. Mamá era muy lista. Debían hacer coincidir sus versiones antes de que ella les bombardeara con su habitual interrogatorio. Clavó las uñas en el brazo de Nick, evitando que se moviera de su asiento. La miró con expresión interrogante.
- ¿Ocurre algo, _____?
- Vaya, creo que sí… No lo había pensado hasta ahora.
- ¿Pensar qué? _____, te aseguro que tengo palpitaciones cuando me miras de esa manera.- él pretendía suavizar la tensión, pero no lo había logrado.- Está bien. Dime que pasa.
- Tú… Yo… - se humedeció los labios con nerviosismo. Nick intentó no seguir el movimiento de aquella lengua con sus ojos, pero era prácticamente imposible. ¿Lo hacía a propósito? Esperaba que no. Rezaba porque no. “Tranquilo, Nick”, se dijo, “pronto, todo esto será un simple recuerdo y podrás reírte de ello”. Pero no ahora. Ahora ella estaba allí. Su boca estaba allí. Estaba a punto de conocer a su madre y se sentía como un muchacho nervioso en el cine que babeaba esperando que las luces se apagaran para poder pasar a la acción. Apartó aquella idea ridícula de su cabeza.-Mira, Nick, ya se que estás acostumbrado a presentarte en los domicilios de las personas decentes y enseñar tu placa y todas esas tonterías… Pero esto es San Jorge. Y esa es mi casa. Y la que aguarda al otro lado de la puerta, es Mary Anne Baker. Y no la conoces.
- No puede ser tan fiera, _____.
- ¿Ah, no? Espera y verás.- _____ rió sin ganas y le hizo una señal para que le siguiera. Empujó la verja de madera del mismo color que el resto de la casa y se volvió.- En serio, Nick. No puedo presentarte a mi madre y decirle que eres un agente de policía que me protege de ser convertida en colador por un psicópata. No sería acertado, créeme.
- No pensaba hacer eso, _____. No soy tan insensible.
- ¡No me digas!- _____ tocó al timbre y al momento, Nick pudo escuchar los pasos apresurados en el interior de la casa.- ¿Y qué piensas contarle? Será mejor que pienses algo rápido, porque te advierto que mi madre tarda menos de diez segundos en recorrer la distancia desde la cocina hasta esta puerta. La he cronometrado.
- Te dije que tendría un plan.- Nick le rodeó la cintura con su brazo y _____ frunció el ceño, desconfiada.
- ¿Un plan? Déjame adivinarlo. Ya se. Piensas decirle que te enamoraste perdidamente de mi durante un desfile en Roma, que nos prometimos y que nos hemos casado en Las Vegas porque no podíamos esperar un minuto más para estar juntos…- por supuesto, estaba bromeando, pero su buen humor desapareció al comprobar que él no reía.- Nick, no. No puedes…
- Chica lista. Salvo por ese pequeño detalle de Roma. Nunca estuvimos allí, cariño, ¿acaso has olvidado nuestra fantástica luna de miel en México?
_____ vio como el manillar de la puerta era girado desde el otro lado.
- ¡No puedes hacer eso!- exclamó.
- Sí que puedo, _____. Ya lo estoy haciendo, amor mío.- Nick la apretaba contra su cuerpo, ignorando completamente sus protestas. _____ no sabía qué era peor, si escuchar aquel enorme embuste del que pretendía que fuera cómplice o saber que no era más que una mentira. Por un momento, le había gustado que alguien se dirigiera a ella con aquella expresión. “Amor mío”. Sonaba tan bien en los atractivos labios de Nick…
- ¿Puede alguien explicarme qué está pasando aquí?
La voz de Mary rompió el hechizo. _____ cayó súbitamente de la nube a la que había subido mientras imaginaba que realmente ella era “su amor”. Nick analizó con rapidez el rostro de la mujer. Seguía siendo atractiva a pesar de la edad. Aunque no se parecía mucho a _____, adivinó enseguida que había heredado su carácter de ella.
- Señora Baker. Permita que me presente. Nick Jonas.
Mary Anne estrechó su mano con timidez. Después, miró a _____ con esa mirada inquisidora que solo las madres son capaces de utilizar en el peor momento.
- ¿He oído “luna de miel” hace un momento, _____?- preguntó y sus mejillas estaban tan rojas que Nick creyó que la pobre mujer sufriría un desmayo de un momento a otro.- Que yo sepa, eso solo pasa cuando uno se casa.
- Mamá, puedo explicártelo…
Pero Nick ya había tomado a ambas mujeres por el brazo y se adentraba en la casa como si siempre hubiera vivido allí y conociera el camino perfectamente.
- Yo se lo explicaré, “terroncito”.- si trataba de hacerse el chistoso, no tenía la menor gracia. _____ le pisó un pie con disimulo. Nick enfrentó la mirada de Mary Anne y se preparó para lanzar su bomba con toda naturalidad.- Señora Baker… Su hija y yo nos hemos casado.
- No te preocupes, _____. Estás perfecta.
Ella le dedicó una mueca de disgusto. No podía animarla por más que mintiera descaradamente. Era obvio que no la consideraba atractiva y a juzgar por la poca atención que le había prestado desde hacía unas horas, tampoco la consideraba inteligente. Nick no había tratado de entablar conversación desde que abandonaran el motel. Evidentemente, no creía que ella fuera capaz de mantener una conversación adulta de más de dos palabras. Bien. Al diablo con Nick. Ya estaban allí. Le dijo que estacionara frente a la bonita casa color rosa pastel. Nick se dispuso a salir del vehículo, pero de pronto, _____ se vio asaltada por un repentino ataque de pánico. Acababa de recordar que no habían preparado una historia que contar a Mary. Mamá era muy lista. Debían hacer coincidir sus versiones antes de que ella les bombardeara con su habitual interrogatorio. Clavó las uñas en el brazo de Nick, evitando que se moviera de su asiento. La miró con expresión interrogante.
- ¿Ocurre algo, _____?
- Vaya, creo que sí… No lo había pensado hasta ahora.
- ¿Pensar qué? _____, te aseguro que tengo palpitaciones cuando me miras de esa manera.- él pretendía suavizar la tensión, pero no lo había logrado.- Está bien. Dime que pasa.
- Tú… Yo… - se humedeció los labios con nerviosismo. Nick intentó no seguir el movimiento de aquella lengua con sus ojos, pero era prácticamente imposible. ¿Lo hacía a propósito? Esperaba que no. Rezaba porque no. “Tranquilo, Nick”, se dijo, “pronto, todo esto será un simple recuerdo y podrás reírte de ello”. Pero no ahora. Ahora ella estaba allí. Su boca estaba allí. Estaba a punto de conocer a su madre y se sentía como un muchacho nervioso en el cine que babeaba esperando que las luces se apagaran para poder pasar a la acción. Apartó aquella idea ridícula de su cabeza.-Mira, Nick, ya se que estás acostumbrado a presentarte en los domicilios de las personas decentes y enseñar tu placa y todas esas tonterías… Pero esto es San Jorge. Y esa es mi casa. Y la que aguarda al otro lado de la puerta, es Mary Anne Baker. Y no la conoces.
- No puede ser tan fiera, _____.
- ¿Ah, no? Espera y verás.- _____ rió sin ganas y le hizo una señal para que le siguiera. Empujó la verja de madera del mismo color que el resto de la casa y se volvió.- En serio, Nick. No puedo presentarte a mi madre y decirle que eres un agente de policía que me protege de ser convertida en colador por un psicópata. No sería acertado, créeme.
- No pensaba hacer eso, _____. No soy tan insensible.
- ¡No me digas!- _____ tocó al timbre y al momento, Nick pudo escuchar los pasos apresurados en el interior de la casa.- ¿Y qué piensas contarle? Será mejor que pienses algo rápido, porque te advierto que mi madre tarda menos de diez segundos en recorrer la distancia desde la cocina hasta esta puerta. La he cronometrado.
- Te dije que tendría un plan.- Nick le rodeó la cintura con su brazo y _____ frunció el ceño, desconfiada.
- ¿Un plan? Déjame adivinarlo. Ya se. Piensas decirle que te enamoraste perdidamente de mi durante un desfile en Roma, que nos prometimos y que nos hemos casado en Las Vegas porque no podíamos esperar un minuto más para estar juntos…- por supuesto, estaba bromeando, pero su buen humor desapareció al comprobar que él no reía.- Nick, no. No puedes…
- Chica lista. Salvo por ese pequeño detalle de Roma. Nunca estuvimos allí, cariño, ¿acaso has olvidado nuestra fantástica luna de miel en México?
_____ vio como el manillar de la puerta era girado desde el otro lado.
- ¡No puedes hacer eso!- exclamó.
- Sí que puedo, _____. Ya lo estoy haciendo, amor mío.- Nick la apretaba contra su cuerpo, ignorando completamente sus protestas. _____ no sabía qué era peor, si escuchar aquel enorme embuste del que pretendía que fuera cómplice o saber que no era más que una mentira. Por un momento, le había gustado que alguien se dirigiera a ella con aquella expresión. “Amor mío”. Sonaba tan bien en los atractivos labios de Nick…
- ¿Puede alguien explicarme qué está pasando aquí?
La voz de Mary rompió el hechizo. _____ cayó súbitamente de la nube a la que había subido mientras imaginaba que realmente ella era “su amor”. Nick analizó con rapidez el rostro de la mujer. Seguía siendo atractiva a pesar de la edad. Aunque no se parecía mucho a _____, adivinó enseguida que había heredado su carácter de ella.
- Señora Baker. Permita que me presente. Nick Jonas.
Mary Anne estrechó su mano con timidez. Después, miró a _____ con esa mirada inquisidora que solo las madres son capaces de utilizar en el peor momento.
- ¿He oído “luna de miel” hace un momento, _____?- preguntó y sus mejillas estaban tan rojas que Nick creyó que la pobre mujer sufriría un desmayo de un momento a otro.- Que yo sepa, eso solo pasa cuando uno se casa.
- Mamá, puedo explicártelo…
Pero Nick ya había tomado a ambas mujeres por el brazo y se adentraba en la casa como si siempre hubiera vivido allí y conociera el camino perfectamente.
- Yo se lo explicaré, “terroncito”.- si trataba de hacerse el chistoso, no tenía la menor gracia. _____ le pisó un pie con disimulo. Nick enfrentó la mirada de Mary Anne y se preparó para lanzar su bomba con toda naturalidad.- Señora Baker… Su hija y yo nos hemos casado.
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
ajajajajajajajajajajajajajaj
me facina esta noveeeeee
aaaaii si que nick e inteligeeenteee
jajajajajajajajajajajajajajajaja
yo creo que la ma de _____ no se tragara ese cuentoo
jajajajajajjajajajajajajaja
siguela pordfaaaaaa
me facina esta noveeeeee
aaaaii si que nick e inteligeeenteee
jajajajajajajajajajajajajajajaja
yo creo que la ma de _____ no se tragara ese cuentoo
jajajajajajjajajajajajajaja
siguela pordfaaaaaa
chelis
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Jaja me alegra que te cause gracia!xp a mi a veces me da risa también, pero definitivamente no cuando cometo faltas ortográficas!:/ Jaja en fin, estuvieron realmente maravillosos los capítulos, excepto porque Nick es un bruto insensible, Dios! No puedo creer que sea tan cruel! Pero a la vez tan lindo!:) Jaja gracias por subir los capítulos!:D y gracias por la bienvenida!^.^ siguela pronto porfas!
Muffin_Nickita_Jonas92
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
ohhhhhhhhhhhh :!: :!:
me encanta que te sientas buena...
jajajaj ese nick no sabe en la que se metio ahora tendra que "fingir" que te ______ le gusta jajajajja la que le espera....
me encanto sigueeee!!!!1
me encanta que te sientas buena...
jajajaj ese nick no sabe en la que se metio ahora tendra que "fingir" que te ______ le gusta jajajajja la que le espera....
me encanto sigueeee!!!!1
jennito moreno
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
LO SIEEEEEEEEENTO!, estaba de vacaciones, SIN CONEXIONES, intenté meterme por el telefono y no pude, PERDÓN!....D:
Tuuuuuuuuuuuuuus caps, GE-NIA-LES, no lo creeeeeeeeeo, la besó, se "casaron",casi la matan y todo, eres la mejor, te lo juro...
Presentadora: La novela "Peligrosa Relación" ganó a la mejor novela del mundo -aplausos eufóricos-.
fjdhfh tengo imaginación haha, pero enserio te juro que me encantaron TODOS y cada uno de tus caps....se que no merzco nada, pero necesito otro hhhahaha, sube prronto. :D
Tuuuuuuuuuuuuuus caps, GE-NIA-LES, no lo creeeeeeeeeo, la besó, se "casaron",casi la matan y todo, eres la mejor, te lo juro...
Presentadora: La novela "Peligrosa Relación" ganó a la mejor novela del mundo -aplausos eufóricos-.
fjdhfh tengo imaginación haha, pero enserio te juro que me encantaron TODOS y cada uno de tus caps....se que no merzco nada, pero necesito otro hhhahaha, sube prronto. :D
Annabeth
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