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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Lo siento, ayer llegué muy tarde a mi casa y por eso no puede subir. Ya les dejo los dos caps C:
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
CAPITULO 29
_____ acarició el lomo del gato mientras cambiaba el canal de la televisión con expresión de aburrimiento. El animal ronroneó mimosamente y ella, en respuesta, le palmeó la cabeza.
- ¿Quieres un poco?- _____ dejó que “Minino” olisqueara su plato de huevos revueltos y al ver que apartaba enseguida el hocico, sonrió y depositó la bandeja sobre la caja que le hacía de mesa. Por lo que le costaba el alquiler, no había podido conseguir ningún piso mejor que aquél. El que no estuviera amueblado era un inconveniente, de acuerdo. Pero al menos su casero no había puesto objeciones a que se trajera a “Minino” consigo. Y aquel sofá de segunda mano había sido una auténtica ganga. Se recostó en él y el gato subió sobre sus muslos y se acurrucó contra ella.
- Otra vez juntos y solos, ¿qué te parece?
Por supuesto, el animal no contestó.
- Oye, para ser mi único amigo por aquí, no eres demasiado conversador que digamos, ¿sabes?
Esta vez, “Minino” alzó sus orejas puntiagudas y saltó de su dueña para pasearse con insistencia ante la puerta.
- ¡Eso es, ignórame! Condenado bicho sin modales…- _____ sonrió y estaba a punto de volver a cambiar de canal, cuando el sonido del timbre llamó su atención. Miró a “Minino”, divertida al ver que seguía girando frente a la puerta.- Vamos, ¿qué esperas? Abre la puerta…
No era esperaba que la obedeciera en realidad, así que se levantó con desgana y se dirigió a ella. ¿Quién podía ser a estas horas? Además, nadie excepto su madre y Dennis, el vigilante, conocían su nueva dirección. Imaginó que sería alguno de aquellos vendedores pesados. De esos que tratan de endosarle a uno un juego de cuchillos chinos o una enciclopedia para adornar las estanterías. Y ella ni siquiera tenía todavía estanterías. A pesar de todo y como sabía lo duro que era ganarse la vida en una ciudad como aquella, abrió la puerta, no sin antes cerciorarse por la mirilla de que su vendedor no tenía aspecto peligroso. Bueno, en realidad tampoco tenía aspecto de vendedor. Una mujer hermosa, de unos cuarenta años. El cabello protegido bajo un pañuelo de seda oscuro y los ojos ocultos bajo enormes gafas de sol aunque hacía un par de horas que había oscurecido. _____ echó una ojeada a su traje. Un Donna Karajan. Era evidente que la mujer no lo había comprado de saldo. Demasiado elegante. No encajaba con el perfil que ya había dibujado en su mente de los “acosadores comerciales” como los llamaba mamá.
- ¿Puedo ayudarla en algo?- preguntó, algo cohibida porque la mujer la miraba de arriba abajo con evidente gesto de sorpresa. _____ pensó que su reacción era algo desproporcionada, para ser sinceros. ¿Qué esperaba encontrar en un barrio como aquel? ¿Una ávida receptora de sus productos mega-caros, con pijama de Versace y mascarilla de arcilla traída de Egipto en la cara? Qué pena, ese día no vendería un solo alfiler, intuyó _____. Solo estaba ella. _____ Baker. Costurera en paro y emocionalmente muerta desde que cierto tipo insensible invadía sus sueños cada noche.
- Eso creo.- la mujer pareció acariciarla con los ojos.- ¿Puedo pasar?
- Yo…- _____ titubeó. ¿Cómo era aquello que solía decir mamá sobre los desconocidos? ”No se les abre la puerta, no se les deja entrar en casa jamás. ¿Lo prometes, _____ cariño?” Venga, mamá. No parece que tenga intención de atracarme. La mujer comprendió que _____ evaluaba la conveniencia de dejarla pasar y sonrió.
- Por favor, deje que me presente.- sacó una mano de uñas perfectamente esmaltadas del guante de piel que la protegía del frío. La extendió hacia ella.- Soy Claire. Alex y yo fuimos juntas a la escuela… Nunca le habló de mí, ¿no es eso?
_____ se sintió culpable por causar la tristeza que veía en los ojos de ella. Le franqueó la entrada enseguida.
- Vaya, una amiga de Alex… Por favor, perdone que sea tan bruta, pero es que yo… - se disculpó – Bueno, no esperaba recibir visitas y usted… Vaya, es que Alex no me lo contaba todo, ¿sabe?
La mujer la siguió hasta el sofá. _____ apartó las cajas para que pudiera sentarse cómodamente. “Minino” trató de defender su territorio cuando _____ le obligó a bajar del sofá para hacer sitio a su visita. Le sorprendió que el animal reaccionara violentamente y gruñera mientras ponía todos los pelos de su cuerpo peludo de punta.
- Qué bicho tan repugnante…- murmuró la mujer, esquivándolo cuando “Minino” intentó pasar junto a sus piernas.
_____ pensó que tampoco era demasiado educado por su parte que criticara a su mejor y único amigo con tanta sinceridad. Puede que “Minino” no fuera un gato de anuncio. Puede que incluso su aspecto de gato salido de una película de terror no inspirara ternura precisamente. Pero por pura cortesía, la dama en cuestión debía tragarse sus opiniones.
- Es inofensivo. No la molestará, ¿verdad, “Minino”?
En respuesta, el gato maulló con todas sus fuerzas y _____ tuvo que arrastrarlo literalmente hasta la cocina.
- Quédate aquí, ¿de acuerdo? – otro maullido con el que le decía que no tenía la menor intención de obedecer. _____ colocó los brazos en jarras.- Pero, ¿qué te pasa? Gato estúpido… ¿No ves que es amiga de Alex? ¿Acaso quieres que piense que sus otros amigos estaban chiflados?
“Minino” agachó las orejas y se acurrucó en un rincón de la cocina.
- Eso está mejor. Si te portas bien, después mojaremos un par de galletas en tu leche. Pero como no se fiaba, terminó encerrándolo en el dormitorio.
Después, abrió la nevera y se mordió los labios avergonzada. A decir verdad, no había tenido tiempo de hacer compras. Regresó al salón y cruzó los brazos sobre el pecho, incómoda porque la mujer no apartaba la mirada de ella.
- ¿Agua… café…? Lamento no poder ofrecerle nada mejor. Pero acabo de mudarme y…
- Es un lugar horrible.
- Perdón… ¿cómo dice?
- Este sitio. Es asqueroso. Pero tiene buenas vistas. Ese granuja siempre tiene las mejores vistas.
- Oiga, tampoco es necesario que…- _____ se interrumpió al ver como la mujer abandonaba el sofá y clavaba sus ojos increíblemente azules en ella.
- No tienes ni idea, ¿verdad?
- No la entiendo.
- No tienes ni la menor idea de porqué estoy aquí, ¿no es cierto?- insistió ella.
- Porque era amiga de Alex… Esta aquí por eso, ¿no?- _____ se humedeció los labios, intuyendo que algo no iba bien. La expresión de aquella mujer era… No sabría describirla exactamente. Pero no parecía querer que fueran amigas a partir de aquel día, eso estaba claro. Y además, había algo en ella que le resultaba familiar… Trató de recordar donde había visto antes aquellas atractivas facciones.
- Oh, Alex… Sí, éramos muy amigas en realidad.- la mujer sonrió, pero a _____ su sonrisa le pareció ambigua, casi sarcástica.- De hecho, teníamos muchas cosas en común, querida. Compartíamos al mismo hombre, ¿sabes? Pero claro, Alex nunca te contó eso. Es el tipo de cosas que uno no cuenta a los demás. El tipo de cosas que las zorras como tú y tu amiga mantienen en secreto hasta que alguien, un día, lo descubre.
- Verá, yo…
- Pero no te preocupes. Ya he pensado en una solución.- la mujer se mostraba ahora inquieta. Su mirada vagaba con rapidez hacia distintos ángulos del apartamento, como si buscara… _____ palideció, reconociendo al fin la identidad de la mujer. No podía creer que estuviera allí, con ella… ¿Claire Evans, la esposa del Alcalde…? La había visto un par de veces en las noticias, siempre relacionada con sus obras de caridad y sus magníficos diseños. Aunque lo cierto es que en ese momento, no se parecía en nada a la amable mujer que saludaba a los niños del albergue para huérfanos mientras sostenía el brazo de su importante esposo. ¿Qué podía querer una mujer como Claire Evans de alguien como ella? Nada tenía sentido. Y sobre todo, ¿por qué decía aquellas cosas extrañas sobre Alex, sobre ella misma…? Supo que la señora Evans no estaba bien. Lo supo por el modo en que sus ojos brillaban y su gesto hermoso comenzaba a desdibujarse para dar paso a un semblante cruel que pondría los pelos de punta a cualquiera.
- ¿En serio…?- _____ sintió que el pánico se apoderaba de ella al percibir el frío metal de la barandilla a sus espaldas. Claire caminaba hacia ella inexorablemente en dirección al pequeño balcón y _____ ya no podía retroceder más o quedaría incrustada en el metal. Su mente le gritaba que saliera a toda prisa de allí. Pero la mirada de Claire era implacable. Solo había una pregunta que se repetía sin cesar en la mente de _____. ¿Por qué? Tragó saliva, considerando las posibilidades que había de que la señora Evans no fuera una psicópata peligrosa a pesar de que esa era justamente su expresión. De repente, comprendió que Claire Evans estaba íntimamente relacionada con lo sucedido a Alex. Pudo leerlo en sus ojos, llenos de una despiadada e irracional satisfacción.
- Por favor, señora Evans… Deje que hablemos de ello, ¿quiere?- probó suerte, pero ella le sonrió nuevamente con su gesto de maníaca homicida que haría parecer un auténtico angelito al psicópata de la Matanza de Texas.
- ¿Hablar de ello, dices? Oh, no, querida… No es necesario, de veras. Ya te he dicho que tengo la solución perfecta a todos nuestros problemas.- entornó los párpados como si tramara su siguiente movimiento que no incluía para nada ayudar a _____ a apartarse de la barandilla.- A partir de ahora, le tendré más vigilado, eso es… Sí, le vigilaré muy bien. Tengo que ser muy cuidadosa si no quiero que vuelva a enredarse con otra de sus rameras. Ya sabes como son esas mujeres…
- ¡No!... Oh, Dios, señora Evans… Claire, ¡míreme!... ¿No se da cuenta de que no sé de qué me está hablando?- preguntó desesperada, en un último intento por hacerla entrar en razón.
- Oh, pero sí que lo sabes, querida… - en esta ocasión, sonrió con cierta ternura.
Eso, unido a sus evidentes intenciones, hacía que _____ recordara aquellas muñecas diabólicas de las películas de terror- Estoy hablando de Anthua. Y de Alex… ¿te acuerdas de Alex? Ella también quiso engañarme… como tú. Pero las dos sabemos que no resultará, querida. Porque en realidad, a Anthua le gustan todas… Hasta las zorras insignificantes y sin clase como tú. Claro que él no tiene la culpa de ser como es. Por eso, he de protegerle de todas…
- Se equivoca, Claire. Le juro que yo no… ¡Diablos, ni siquiera he hablado con él una sola vez! Además, usted… Usted tiene a su marido… ¿Es que no le importa que la descubran ni siquiera por él? Destrozará su carrera y la vida de ambos…
- Mi marido…- ella asintió con claro desprecio.- Sí, es un buen tipo… Pero no le importo nada… Jamás le importé. Por supuesto, él me importa más o menos lo mismo. Sin embargo, Anthua… Bueno, él es el único hombre al que he amado, ¿sabes?... No permitiré que nadie se interponga en nuestro camino.
- No lo haré, se lo prometo. Pero Claire…
- Basta ya de mentiras. Se acabó, querida. Nunca más tendrás que volver a mentir. – Se inclinó sobre ella y _____ arqueó ligeramente la espalda contra el balcón.- Pero no tengas miedo, no te dolerá… Solo tienes que saltar y todo habrá terminado.
- No, por favor… Claire, no lo haga.
- Ssshhhh… Tranquila, solo será un segundo.
_____ cerró los ojos cuando las manos de Claire presionaron con fuerza sus hombros. Toda su vida pasó fugazmente por su cerebro como una película, bastante aburrida por cierto, que tocaba a su fin. Aunque no tenía por costumbre rezar, lo hizo entonces. Más que nada, por si realmente había alguien allá arriba que pudiera escucharla. Y no se refería al tipo que limpiaba los cristales. Una vez se convenció de que el hombre de los milagros estaba de vacaciones, se resignó a tener sus últimos pensamientos antes de quedar aplastada contra el asfalto. Y aunque pareciera una tontería, aquel último pensamiento tenía una cara bastante familiar… Vaya, tanto que diría que le tenía allí mismo, a tan solo unos pasos… ¡Nick! No supo quien había gritado antes su nombre. Su mente, su corazón, sus cuerdas vocales… Pero estaba allí…
Y todo fuera dicho de paso, ¿qué hacía allí? Vaya, vaya… Así que el señor Jonas le hacía una visita de cortesía. Qué oportuno.
- ¡Apártese de ella, señora Evans!
Claire giró la cabeza al escuchar la voz que provenía del salón, pero no la soltó.
- He dicho que se aparte de ella, señora.- Nick lo repitió con el mismo tono imperativo. Parecía sereno. Pero en su interior, apelaba a todas las religiones conocidas porque la mujer colocara las manos en lugar visible y lejos de _____.- Vamos, señora Evans… Deje que la chica se vaya. Usted no quiere hacerle daño, ¿verdad?
- No… Yo no…
Nick suspiró. Buena chica. Vio como la esposa del Alcalde separaba sus manos de _____ e inclinaba la barbilla, claramente abatida. Pero lo que no pudo ver fue como ella extraía sigilosamente un revólver del interior del bolsillo de su chaqueta. _____ sí lo vio. Y no lo pensó dos veces. Reaccionó del único modo que se le ocurría. Gritando con tanta fuerza como se lo permitían sus pulmones y reteniendo a Claire contra ella para evitar que se diera la vuelta y disparara contra Nick.
- ¡Nick, no!... Tiene una pistola… ¡es una trampa!- gritó al tiempo que Claire giraba y apretaba el gatillo.
Nick intentó esquivar la bala. No le preocupaba a decir verdad, salvo por el hecho de que si él moría, _____ no tendría ninguna oportunidad. Solo sabía que nunca había disparado a una mujer y sus principios le decían que tenía que agotar todas las posibilidades antes de hacerlo. Pero _____… Gritó cuando Claire se abalanzó sobre ella. Y entonces no vaciló un instante. Apretó el gatillo hasta casi vaciar completamente el cargador. Las sienes le martilleaban alocadamente… ¿Dónde diablos estaba _____? Claire Evans se balanceó ligeramente y por fin, su cuerpo se dobló sobre el balcón y desapareció.
- ¡_____!
Nick corrió hacia donde las dos mujeres habían forcejeado hacía unos segundos.
Se asomó con el rostro desencajado por el pánico. ¿Y si ella... y si estaba allí abajo, tendida…? Oh, no, ¿cómo iba a soportarlo? Cerró los ojos y los abrió de inmediato al escuchar una voz débil.
- Nick…
¿_____?
- ¡Sujétate fuerte, _____! Sujétate a mi mano…- Nick no podía creerlo. Ella estaba viva. Había caído al vacío, pero no había muerto. Se aferraba como podía a los barrotes de la barandilla y trataba de asir la mano que él le tendía…- ¡Vamos, _____! Sé que puedes hacerlo…
- No puedo, Nick…- susurró _____ casi sin aliento.
- Maldita sea, _____…¡Coge mi mano… cógete a ella!
- No puedo… Oh, Dios… Pesa demasiado…
Nick frunció el ceño, aturdido, angustiado, confuso… Por fin comprendió a lo que se refería. La señora Evans se balanceaba en el aire, sus dedos se cerraban como garfios sobre uno de los tobillos de _____. Apenas respiraba ya, pero se negaba a abandonar este mundo sin llevarse a _____ con ella. Apretó los labios, furioso, al ver como las lágrimas se deslizaban por las mejillas de la joven.
- Duele, Nick… No puedo soltarme.- la voz de _____ se apagaba por momentos.
- ¡No! No te rindas, _____… Coge mi mano, cariño, no pienso soltarte… Yo te subiré.- la tranquilizó.
- No puedo… Déjame, Nick. Caeremos los dos…
- ¡No, _____! – Nick apenas podía pensar. Algo no estaba funcionando, pero no podía perder la consciencia… ahora no. _____ le necesitaba… Y esa maldita psicópata seguía allí, tirando de ella hacia abajo con el último resquicio de vida que le quedaba.
Era _____, su _____… Siempre lo había sido en realidad. Claire Evans podía irse al infierno. Supo que solo había una opción. – _____, mírame…
Ella lo hizo, con sus ojos hermosos y grandes… “_____, no te sueltes…”, aulló su corazón.
- Escucha… No dejaré que te caigas. Pero tienes que confiar en mí, ¿me oyes?- quiso reír cuando ella asintió, obediente como una niña. Lo hubiera hecho si no hubiera estado tan asustado.- ¿Confías en mí, _____?
- Sí… Sí, Nick…- musitó. El dolor era ahora insoportable. Aquellos dedos se agarrotaban sobre su piel y le cortaban la circulación.
- Bien…- Nick tomó aire antes de continuar.- Voy a contar hasta tres. Y cuando lo haga, cerrarás los ojos y tiraré de ti hacia arriba. ¿Lo has entendido?
- Sí, pero ella…
- Ya no podemos hacer nada por ella, _____.
- Pero no podrás con el peso de las dos…- replicó, extenuada.
Nick no le dijo que ya lo sabía y que no tenía intención de poner a prueba su fuerza. Era mejor para _____ no saberlo.
- Confía en mí.- insistió.- ¿Preparada? Uno, dos… ¡tres!
_____ no supo como lo había logrado. Solo le vio apuntar hacia ella. Lo siguiente que escuchó fue un gran estruendo seguido de otros dos, un estallido en sus oídos y al instante siguiente, estaba tumbada en el suelo, sobre Nick… Nunca había imaginado que la próxima vez que le viera sería bajo aquellas circunstancias. Pero se alegró a pesar de todo. Le oyó mascullar de dolor cuando ella se apoyó en su hombro para erguirse.
- ¿Nick… estás bien?
- Estoy bien, _____…
Pero no pudo terminar la frase. La bala de Claire le había alcanzado en el hombro y prácticamente se estaba desangrando. _____ gritó, doblemente horrorizada. Nick no tenía buen aspecto. Y por otro lado, la mano de la señora Evans, que Nick había amputado de un disparo certero, seguía sobre su tobillo. Se desmayó justo cuando unos cuantos hombres uniformados irrumpían en su apartamento.
- ¿Quieres un poco?- _____ dejó que “Minino” olisqueara su plato de huevos revueltos y al ver que apartaba enseguida el hocico, sonrió y depositó la bandeja sobre la caja que le hacía de mesa. Por lo que le costaba el alquiler, no había podido conseguir ningún piso mejor que aquél. El que no estuviera amueblado era un inconveniente, de acuerdo. Pero al menos su casero no había puesto objeciones a que se trajera a “Minino” consigo. Y aquel sofá de segunda mano había sido una auténtica ganga. Se recostó en él y el gato subió sobre sus muslos y se acurrucó contra ella.
- Otra vez juntos y solos, ¿qué te parece?
Por supuesto, el animal no contestó.
- Oye, para ser mi único amigo por aquí, no eres demasiado conversador que digamos, ¿sabes?
Esta vez, “Minino” alzó sus orejas puntiagudas y saltó de su dueña para pasearse con insistencia ante la puerta.
- ¡Eso es, ignórame! Condenado bicho sin modales…- _____ sonrió y estaba a punto de volver a cambiar de canal, cuando el sonido del timbre llamó su atención. Miró a “Minino”, divertida al ver que seguía girando frente a la puerta.- Vamos, ¿qué esperas? Abre la puerta…
No era esperaba que la obedeciera en realidad, así que se levantó con desgana y se dirigió a ella. ¿Quién podía ser a estas horas? Además, nadie excepto su madre y Dennis, el vigilante, conocían su nueva dirección. Imaginó que sería alguno de aquellos vendedores pesados. De esos que tratan de endosarle a uno un juego de cuchillos chinos o una enciclopedia para adornar las estanterías. Y ella ni siquiera tenía todavía estanterías. A pesar de todo y como sabía lo duro que era ganarse la vida en una ciudad como aquella, abrió la puerta, no sin antes cerciorarse por la mirilla de que su vendedor no tenía aspecto peligroso. Bueno, en realidad tampoco tenía aspecto de vendedor. Una mujer hermosa, de unos cuarenta años. El cabello protegido bajo un pañuelo de seda oscuro y los ojos ocultos bajo enormes gafas de sol aunque hacía un par de horas que había oscurecido. _____ echó una ojeada a su traje. Un Donna Karajan. Era evidente que la mujer no lo había comprado de saldo. Demasiado elegante. No encajaba con el perfil que ya había dibujado en su mente de los “acosadores comerciales” como los llamaba mamá.
- ¿Puedo ayudarla en algo?- preguntó, algo cohibida porque la mujer la miraba de arriba abajo con evidente gesto de sorpresa. _____ pensó que su reacción era algo desproporcionada, para ser sinceros. ¿Qué esperaba encontrar en un barrio como aquel? ¿Una ávida receptora de sus productos mega-caros, con pijama de Versace y mascarilla de arcilla traída de Egipto en la cara? Qué pena, ese día no vendería un solo alfiler, intuyó _____. Solo estaba ella. _____ Baker. Costurera en paro y emocionalmente muerta desde que cierto tipo insensible invadía sus sueños cada noche.
- Eso creo.- la mujer pareció acariciarla con los ojos.- ¿Puedo pasar?
- Yo…- _____ titubeó. ¿Cómo era aquello que solía decir mamá sobre los desconocidos? ”No se les abre la puerta, no se les deja entrar en casa jamás. ¿Lo prometes, _____ cariño?” Venga, mamá. No parece que tenga intención de atracarme. La mujer comprendió que _____ evaluaba la conveniencia de dejarla pasar y sonrió.
- Por favor, deje que me presente.- sacó una mano de uñas perfectamente esmaltadas del guante de piel que la protegía del frío. La extendió hacia ella.- Soy Claire. Alex y yo fuimos juntas a la escuela… Nunca le habló de mí, ¿no es eso?
_____ se sintió culpable por causar la tristeza que veía en los ojos de ella. Le franqueó la entrada enseguida.
- Vaya, una amiga de Alex… Por favor, perdone que sea tan bruta, pero es que yo… - se disculpó – Bueno, no esperaba recibir visitas y usted… Vaya, es que Alex no me lo contaba todo, ¿sabe?
La mujer la siguió hasta el sofá. _____ apartó las cajas para que pudiera sentarse cómodamente. “Minino” trató de defender su territorio cuando _____ le obligó a bajar del sofá para hacer sitio a su visita. Le sorprendió que el animal reaccionara violentamente y gruñera mientras ponía todos los pelos de su cuerpo peludo de punta.
- Qué bicho tan repugnante…- murmuró la mujer, esquivándolo cuando “Minino” intentó pasar junto a sus piernas.
_____ pensó que tampoco era demasiado educado por su parte que criticara a su mejor y único amigo con tanta sinceridad. Puede que “Minino” no fuera un gato de anuncio. Puede que incluso su aspecto de gato salido de una película de terror no inspirara ternura precisamente. Pero por pura cortesía, la dama en cuestión debía tragarse sus opiniones.
- Es inofensivo. No la molestará, ¿verdad, “Minino”?
En respuesta, el gato maulló con todas sus fuerzas y _____ tuvo que arrastrarlo literalmente hasta la cocina.
- Quédate aquí, ¿de acuerdo? – otro maullido con el que le decía que no tenía la menor intención de obedecer. _____ colocó los brazos en jarras.- Pero, ¿qué te pasa? Gato estúpido… ¿No ves que es amiga de Alex? ¿Acaso quieres que piense que sus otros amigos estaban chiflados?
“Minino” agachó las orejas y se acurrucó en un rincón de la cocina.
- Eso está mejor. Si te portas bien, después mojaremos un par de galletas en tu leche. Pero como no se fiaba, terminó encerrándolo en el dormitorio.
Después, abrió la nevera y se mordió los labios avergonzada. A decir verdad, no había tenido tiempo de hacer compras. Regresó al salón y cruzó los brazos sobre el pecho, incómoda porque la mujer no apartaba la mirada de ella.
- ¿Agua… café…? Lamento no poder ofrecerle nada mejor. Pero acabo de mudarme y…
- Es un lugar horrible.
- Perdón… ¿cómo dice?
- Este sitio. Es asqueroso. Pero tiene buenas vistas. Ese granuja siempre tiene las mejores vistas.
- Oiga, tampoco es necesario que…- _____ se interrumpió al ver como la mujer abandonaba el sofá y clavaba sus ojos increíblemente azules en ella.
- No tienes ni idea, ¿verdad?
- No la entiendo.
- No tienes ni la menor idea de porqué estoy aquí, ¿no es cierto?- insistió ella.
- Porque era amiga de Alex… Esta aquí por eso, ¿no?- _____ se humedeció los labios, intuyendo que algo no iba bien. La expresión de aquella mujer era… No sabría describirla exactamente. Pero no parecía querer que fueran amigas a partir de aquel día, eso estaba claro. Y además, había algo en ella que le resultaba familiar… Trató de recordar donde había visto antes aquellas atractivas facciones.
- Oh, Alex… Sí, éramos muy amigas en realidad.- la mujer sonrió, pero a _____ su sonrisa le pareció ambigua, casi sarcástica.- De hecho, teníamos muchas cosas en común, querida. Compartíamos al mismo hombre, ¿sabes? Pero claro, Alex nunca te contó eso. Es el tipo de cosas que uno no cuenta a los demás. El tipo de cosas que las zorras como tú y tu amiga mantienen en secreto hasta que alguien, un día, lo descubre.
- Verá, yo…
- Pero no te preocupes. Ya he pensado en una solución.- la mujer se mostraba ahora inquieta. Su mirada vagaba con rapidez hacia distintos ángulos del apartamento, como si buscara… _____ palideció, reconociendo al fin la identidad de la mujer. No podía creer que estuviera allí, con ella… ¿Claire Evans, la esposa del Alcalde…? La había visto un par de veces en las noticias, siempre relacionada con sus obras de caridad y sus magníficos diseños. Aunque lo cierto es que en ese momento, no se parecía en nada a la amable mujer que saludaba a los niños del albergue para huérfanos mientras sostenía el brazo de su importante esposo. ¿Qué podía querer una mujer como Claire Evans de alguien como ella? Nada tenía sentido. Y sobre todo, ¿por qué decía aquellas cosas extrañas sobre Alex, sobre ella misma…? Supo que la señora Evans no estaba bien. Lo supo por el modo en que sus ojos brillaban y su gesto hermoso comenzaba a desdibujarse para dar paso a un semblante cruel que pondría los pelos de punta a cualquiera.
- ¿En serio…?- _____ sintió que el pánico se apoderaba de ella al percibir el frío metal de la barandilla a sus espaldas. Claire caminaba hacia ella inexorablemente en dirección al pequeño balcón y _____ ya no podía retroceder más o quedaría incrustada en el metal. Su mente le gritaba que saliera a toda prisa de allí. Pero la mirada de Claire era implacable. Solo había una pregunta que se repetía sin cesar en la mente de _____. ¿Por qué? Tragó saliva, considerando las posibilidades que había de que la señora Evans no fuera una psicópata peligrosa a pesar de que esa era justamente su expresión. De repente, comprendió que Claire Evans estaba íntimamente relacionada con lo sucedido a Alex. Pudo leerlo en sus ojos, llenos de una despiadada e irracional satisfacción.
- Por favor, señora Evans… Deje que hablemos de ello, ¿quiere?- probó suerte, pero ella le sonrió nuevamente con su gesto de maníaca homicida que haría parecer un auténtico angelito al psicópata de la Matanza de Texas.
- ¿Hablar de ello, dices? Oh, no, querida… No es necesario, de veras. Ya te he dicho que tengo la solución perfecta a todos nuestros problemas.- entornó los párpados como si tramara su siguiente movimiento que no incluía para nada ayudar a _____ a apartarse de la barandilla.- A partir de ahora, le tendré más vigilado, eso es… Sí, le vigilaré muy bien. Tengo que ser muy cuidadosa si no quiero que vuelva a enredarse con otra de sus rameras. Ya sabes como son esas mujeres…
- ¡No!... Oh, Dios, señora Evans… Claire, ¡míreme!... ¿No se da cuenta de que no sé de qué me está hablando?- preguntó desesperada, en un último intento por hacerla entrar en razón.
- Oh, pero sí que lo sabes, querida… - en esta ocasión, sonrió con cierta ternura.
Eso, unido a sus evidentes intenciones, hacía que _____ recordara aquellas muñecas diabólicas de las películas de terror- Estoy hablando de Anthua. Y de Alex… ¿te acuerdas de Alex? Ella también quiso engañarme… como tú. Pero las dos sabemos que no resultará, querida. Porque en realidad, a Anthua le gustan todas… Hasta las zorras insignificantes y sin clase como tú. Claro que él no tiene la culpa de ser como es. Por eso, he de protegerle de todas…
- Se equivoca, Claire. Le juro que yo no… ¡Diablos, ni siquiera he hablado con él una sola vez! Además, usted… Usted tiene a su marido… ¿Es que no le importa que la descubran ni siquiera por él? Destrozará su carrera y la vida de ambos…
- Mi marido…- ella asintió con claro desprecio.- Sí, es un buen tipo… Pero no le importo nada… Jamás le importé. Por supuesto, él me importa más o menos lo mismo. Sin embargo, Anthua… Bueno, él es el único hombre al que he amado, ¿sabes?... No permitiré que nadie se interponga en nuestro camino.
- No lo haré, se lo prometo. Pero Claire…
- Basta ya de mentiras. Se acabó, querida. Nunca más tendrás que volver a mentir. – Se inclinó sobre ella y _____ arqueó ligeramente la espalda contra el balcón.- Pero no tengas miedo, no te dolerá… Solo tienes que saltar y todo habrá terminado.
- No, por favor… Claire, no lo haga.
- Ssshhhh… Tranquila, solo será un segundo.
_____ cerró los ojos cuando las manos de Claire presionaron con fuerza sus hombros. Toda su vida pasó fugazmente por su cerebro como una película, bastante aburrida por cierto, que tocaba a su fin. Aunque no tenía por costumbre rezar, lo hizo entonces. Más que nada, por si realmente había alguien allá arriba que pudiera escucharla. Y no se refería al tipo que limpiaba los cristales. Una vez se convenció de que el hombre de los milagros estaba de vacaciones, se resignó a tener sus últimos pensamientos antes de quedar aplastada contra el asfalto. Y aunque pareciera una tontería, aquel último pensamiento tenía una cara bastante familiar… Vaya, tanto que diría que le tenía allí mismo, a tan solo unos pasos… ¡Nick! No supo quien había gritado antes su nombre. Su mente, su corazón, sus cuerdas vocales… Pero estaba allí…
Y todo fuera dicho de paso, ¿qué hacía allí? Vaya, vaya… Así que el señor Jonas le hacía una visita de cortesía. Qué oportuno.
- ¡Apártese de ella, señora Evans!
Claire giró la cabeza al escuchar la voz que provenía del salón, pero no la soltó.
- He dicho que se aparte de ella, señora.- Nick lo repitió con el mismo tono imperativo. Parecía sereno. Pero en su interior, apelaba a todas las religiones conocidas porque la mujer colocara las manos en lugar visible y lejos de _____.- Vamos, señora Evans… Deje que la chica se vaya. Usted no quiere hacerle daño, ¿verdad?
- No… Yo no…
Nick suspiró. Buena chica. Vio como la esposa del Alcalde separaba sus manos de _____ e inclinaba la barbilla, claramente abatida. Pero lo que no pudo ver fue como ella extraía sigilosamente un revólver del interior del bolsillo de su chaqueta. _____ sí lo vio. Y no lo pensó dos veces. Reaccionó del único modo que se le ocurría. Gritando con tanta fuerza como se lo permitían sus pulmones y reteniendo a Claire contra ella para evitar que se diera la vuelta y disparara contra Nick.
- ¡Nick, no!... Tiene una pistola… ¡es una trampa!- gritó al tiempo que Claire giraba y apretaba el gatillo.
Nick intentó esquivar la bala. No le preocupaba a decir verdad, salvo por el hecho de que si él moría, _____ no tendría ninguna oportunidad. Solo sabía que nunca había disparado a una mujer y sus principios le decían que tenía que agotar todas las posibilidades antes de hacerlo. Pero _____… Gritó cuando Claire se abalanzó sobre ella. Y entonces no vaciló un instante. Apretó el gatillo hasta casi vaciar completamente el cargador. Las sienes le martilleaban alocadamente… ¿Dónde diablos estaba _____? Claire Evans se balanceó ligeramente y por fin, su cuerpo se dobló sobre el balcón y desapareció.
- ¡_____!
Nick corrió hacia donde las dos mujeres habían forcejeado hacía unos segundos.
Se asomó con el rostro desencajado por el pánico. ¿Y si ella... y si estaba allí abajo, tendida…? Oh, no, ¿cómo iba a soportarlo? Cerró los ojos y los abrió de inmediato al escuchar una voz débil.
- Nick…
¿_____?
- ¡Sujétate fuerte, _____! Sujétate a mi mano…- Nick no podía creerlo. Ella estaba viva. Había caído al vacío, pero no había muerto. Se aferraba como podía a los barrotes de la barandilla y trataba de asir la mano que él le tendía…- ¡Vamos, _____! Sé que puedes hacerlo…
- No puedo, Nick…- susurró _____ casi sin aliento.
- Maldita sea, _____…¡Coge mi mano… cógete a ella!
- No puedo… Oh, Dios… Pesa demasiado…
Nick frunció el ceño, aturdido, angustiado, confuso… Por fin comprendió a lo que se refería. La señora Evans se balanceaba en el aire, sus dedos se cerraban como garfios sobre uno de los tobillos de _____. Apenas respiraba ya, pero se negaba a abandonar este mundo sin llevarse a _____ con ella. Apretó los labios, furioso, al ver como las lágrimas se deslizaban por las mejillas de la joven.
- Duele, Nick… No puedo soltarme.- la voz de _____ se apagaba por momentos.
- ¡No! No te rindas, _____… Coge mi mano, cariño, no pienso soltarte… Yo te subiré.- la tranquilizó.
- No puedo… Déjame, Nick. Caeremos los dos…
- ¡No, _____! – Nick apenas podía pensar. Algo no estaba funcionando, pero no podía perder la consciencia… ahora no. _____ le necesitaba… Y esa maldita psicópata seguía allí, tirando de ella hacia abajo con el último resquicio de vida que le quedaba.
Era _____, su _____… Siempre lo había sido en realidad. Claire Evans podía irse al infierno. Supo que solo había una opción. – _____, mírame…
Ella lo hizo, con sus ojos hermosos y grandes… “_____, no te sueltes…”, aulló su corazón.
- Escucha… No dejaré que te caigas. Pero tienes que confiar en mí, ¿me oyes?- quiso reír cuando ella asintió, obediente como una niña. Lo hubiera hecho si no hubiera estado tan asustado.- ¿Confías en mí, _____?
- Sí… Sí, Nick…- musitó. El dolor era ahora insoportable. Aquellos dedos se agarrotaban sobre su piel y le cortaban la circulación.
- Bien…- Nick tomó aire antes de continuar.- Voy a contar hasta tres. Y cuando lo haga, cerrarás los ojos y tiraré de ti hacia arriba. ¿Lo has entendido?
- Sí, pero ella…
- Ya no podemos hacer nada por ella, _____.
- Pero no podrás con el peso de las dos…- replicó, extenuada.
Nick no le dijo que ya lo sabía y que no tenía intención de poner a prueba su fuerza. Era mejor para _____ no saberlo.
- Confía en mí.- insistió.- ¿Preparada? Uno, dos… ¡tres!
_____ no supo como lo había logrado. Solo le vio apuntar hacia ella. Lo siguiente que escuchó fue un gran estruendo seguido de otros dos, un estallido en sus oídos y al instante siguiente, estaba tumbada en el suelo, sobre Nick… Nunca había imaginado que la próxima vez que le viera sería bajo aquellas circunstancias. Pero se alegró a pesar de todo. Le oyó mascullar de dolor cuando ella se apoyó en su hombro para erguirse.
- ¿Nick… estás bien?
- Estoy bien, _____…
Pero no pudo terminar la frase. La bala de Claire le había alcanzado en el hombro y prácticamente se estaba desangrando. _____ gritó, doblemente horrorizada. Nick no tenía buen aspecto. Y por otro lado, la mano de la señora Evans, que Nick había amputado de un disparo certero, seguía sobre su tobillo. Se desmayó justo cuando unos cuantos hombres uniformados irrumpían en su apartamento.
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
CAPITULO 30
- Hola.
- Hola.
Nick luchó contra la sensación de sopor que le producían los calmantes que acababan de administrarle. No sabía cuanto tiempo llevaba en aquella cama, pero los músculos del brazo le dolían como si le hubiera pisoteado una manada de elefantes furiosos. Echó una fugaz ojeada al vendaje de su hombro.
- Me han dicho las enfermeras que un detective pesado no dejaba de llamarme mientras le trasladaban al quirófano.- le regañó con la mirada.- Supongo que no esperarías que te zurciera yo misma la herida, ¿no?
Nick torció los labios en una sonrisa.
- ¿Crees que estoy loco? Tu reputación te precede, _____ Baker.- respondió, tratando de disimular el nerviosismo que le producía su visita. Quizá _____ solo había pasado a despedirse. Era lo normal, después de todo lo que habían compartido en los últimos días. Sin embargo… Bueno, la idea no le llenaba de júbilo. Se perdió en los ojos de _____ y de pronto, sintió la necesidad de ser sincero. - Solo quería asegurarme de que estabas a salvo.
- Lo estaba. La octava parte de Claire Evans y yo nos libramos de la caída.- se alzó ligeramente la pernera de los vaqueros y le mostró las marcas que los dedos con “rigor mortis” de Claire habían dejado en su tobillo. Nick desvió la mirada y luego la clavó en los ojos de _____.
- Lo siento. No se me ocurrió otra forma de librarte de ella.- se disculpó.
- ¿Bromeas? Siempre soñé con tener una experiencia de este tipo. – Comentó de buen humor.- Ya sabes… Estar colgada a cincuenta metros del suelo, con un pedazo de carne cadavérica con la manicura francesa sujetándome y un policía chiflado disparando contra mí…
- Lo siento, _____. No quise asustarte, pero no podía decírtelo. No creí que confiaras tanto en mi puntería.- Nick apresó los dedos de ella sobre la sábana. _____ se soltó.- No pensaba disparar contra ti, _____.
- Oh, ya lo se…
- Pero no podía dejar que cayeras. Lamento haberte asustado.
Ella encogió los hombros con falsa indiferencia. Cielos, ¿cómo era posible que Nick siguiera afectándola de aquel modo? Espió su rostro con disimulo. Estaba despeinado y pálido a causa de la sangre que había perdido. Profundas ojeras se marcaban bajo sus ojos. No tenía buen aspecto. En verdad, estaba hecho un asco. Pero las rodillas de _____ temblaban de todos modos.
- No puedo dejar de pensar en el Alcalde Evans…
- Nunca cambiarás, _____. Siempre pensando en los demás.- la regañó cariñosamente.
- Es que es algo tan… Bueno, quiero decir que todo este asunto acabará con su carrera política.
- Quizá no.- Nick lo dijo como si no le importara lo más mínimo en realidad.- Por lo que se, el Alcalde, L’Antino y el departamento de policía han llegado a un acuerdo. Parece que tu jefe play boy y nuestro Alcalde dejarán que las cosas se queden como están por el bien de las carreras de ambos.
- Pero, ¿la prensa…?- _____ no podía creer que todo quedara como si nada hubiera sucedido.
- No subestimes el poder del dinero, pequeña _____.- Nick supo que _____ desconocía por completo los entresijos del mundo de los mortales. En su mundo casi perfecto, la gente no sobornaba, ni asesinaba ni se costeaba con fondos públicos lujosas mansiones en la costa. Así era _____. Aunque a juzgar por su expresión curiosa, puede que hubiera cambiado algo después de todo.
- Odio pensar que vivo entre tanta corrupción. Pero te diré algo, Nick Jonas…- le señaló con su dedo fino y Nick observó que sus uñas cortas estaban ligeramente astilladas y amoratadas.- En el fondo, siento pena por Claire Evans. Nadie merece morir de una forma tan horrible.
- Oh, claro que no. Excepto cuando ese alguien quiere enviarte derechita al otro barrio. – comentó sarcástico, comprendiendo que _____ siempre sería su patrona de las causas perdidas.
- No te burles, Nick. A veces, una mujer es mucho más complicada que todo lo que vemos a su alrededor.
- La _____ de siempre, costurera y filósofa en paro. Pero dime una cosa, ¿por qué gritaste? Esa loca podía haberte pegado un tiro. O peor aún, podía haberlo hecho yo mismo.- gruñó al recordarlo. Sabía muy bien porqué lo había hecho. Para salvar su vida.
- Pero no lo hiciste. En lugar de eso, vaciaste el cargador sobre la señora Evans.- observó, queriendo parecer disgustada. Lo cierto es que sentía deseos de zarandearle y abrazarle y gritarle que le adoraba y que le encantaba que, una vez más, hubiera sido su héroe. Claro que Nick no estaba para tanto sentimentalismo. Más bien, parecía que le incomodaba su presencia allí. Muy bien. Le daría las gracias y por fin se libraría de ella.
- No todo el cargador.- la corrigió él y _____ se estremeció al comprender que esa única bala había sido decisiva para que ella siguiera con vida. Guiada por la emoción, acarició la mejilla áspera de Nick. Percibió como se contraía al contacto, pero dejó que sus dedos se quedaran allí un rato. Solo por esta vez. Y solo porque Nick había demostrado ser un buen amigo.
- Gracias de nuevo.
- _____…- ella pensó que aquella expresión extraña en el rostro de Nick quería decir algo. Pero no. Formaba parte de su papel de poli duro y enseguida, la sustituyó por su habitual gesto severo.- Parece que al final, L’Antino se queda contigo.
- Vaya, Nick… Tal como lo dices, suena como si fuéramos amantes.
Las cejas de Nick se arquearon visiblemente. ¿Amantes? ¿Ese fantoche de
L’Antino y ella…? La idea le produjo escalofríos. Quizá se había cargado a la persona equivocada después de todo.
- Adams me ha contado que ese cretino despidió a McKendrie a pesar de que rechazaste su puesto.- comentó. _____ asintió.
- Ese capitán tuyo es un cotilla. Por cierto, creo que le gustabas a Delta.
- ¿Yo?
- Tú, señor Nick. Aunque no se porqué.- cambió de tema, consciente de que
Nick no apartaba los ojos de su boca. Era como un poderoso imán para ella y lo peor de todo, es que no estaba segura de que fuera real o solo formara parte de su imaginación. -
Pero sí, así es. L’Antino me quiere. En el sentido más casto de la palabra. Resulta que ha descubierto que soy la única persona… ¿cómo dijo? Ah, sí… “capaz de arrojar un mínimo de creatividad y frescura a su nueva colección”.
_____ imitó con teatral entonación la voz de diseñador y Nick descubrió que quería escuchar su voz cada día después de aquel. Pero, ¿cómo decírselo? ¿Cómo se declara uno a la chica que quiere cuando la chica en cuestión es todo cuanto has soñado tener alguna vez y no tienes nada especial que ofrecerle? No era fácil pronunciar las palabras acertadas.
- ¿Te lo imaginas?
Por un momento, Nick había perdido el hilo de la conversación.
- Esa es mi chica… - Nick ahogó una exclamación de dolor cuando ella se inclinó para besarle en la frente. Sus labios estaban tan cerca que deseó con todas sus fuerzas no estar tremendamente agotado para apoderarse de ellos. Pero _____ no estuvo cerca tanto tiempo y Nick perdió la oportunidad.
- Gracias, Nick Jonas… Vaya, es la segunda vez que digo esto. Espero que nadie más quiera liquidarme por un tiempo.- rió. Con aquella risa que a Nick le entumecía los sentidos y le disparaba el corazón. Con aquella risa que le cautivaba y que en aquellos momentos, le hacía olvidarse de su herida y le despertaba las ganas de saltar de la cama
y abalanzarse sobre ella para no dejarla ir jamás.
- Voy a echarte de menos, _____.- reconoció, aclarándose la garganta porque aquel conocido nudo se adueñaba de ella como en su anterior despedida.- Quiero decir que… Bueno, ya sabes… Te echaré de menos.
- Yo también, Nick.
- Promete que te cuidarás.
- Lo haré.
- Y que no te meterás en líos.- añadió, agonizando por dentro porque ella se alejaba de la cama y en unos minutos, quizá ya no volvería a verla.
- Oye, tiene gracia que me pidas eso. Porque que yo recuerde, eres tú el que suele disparar contra todo bicho viviente…- _____ se mordió los labios al ver que él no reía.- Está bien, lo prometo.
- Buena chica.- aceptó Nick.
- Odio que digas eso…- ya estaba junto a la puerta.
- ¡_____!
- ¿Sí, Nick?- ella se volvió con rapidez, regresando a la cama cuando él lanzó un gemido.- ¿Te encuentras bien… necesitas más calmantes? Será mejor que llame a una enfermera…
El capturó su mano antes de que esta llegara al interruptor que alertaría al personal del hospital. Se daba perfecta cuenta de que había sido una jugada sucia. Pero no iba a dejar que _____ se le escapara por una mera cuestión de principios.
- No necesito una enfermera.- dijo con voz grave y clavó los ojos en las sábanas cuando ella se aproximó. Notó que se estaba ruborizando hasta las pestañas.
- ¿Seguro que no, Nick? No tienes buen aspecto.- _____ temió que fuera a desmayarse, a juzgar por el sudor que le perlaba la frente.- Tu herida…
- ¡Al diablo con la herida!- tiró de ella hasta que sus rostros quedaron lo bastante cerca. La mirada de _____ era toda una declaración de buenos sentimientos, tan dulce, tan limpia… Nick pensó que quizá la suerte estaba de su lado. Sus alientos se confundían. _____ nunca le había parecido tan bonita.- Demonios, _____, yo…
Sin pensarlo o tal vez porque ya lo había pensado demasiado, aplastó su boca contra la de ella. _____ no se resistió. En realidad, _____ le correspondió como aquella noche en la que había descubierto que la amaba. Nick se mareó cuando ella se apartó al instante siguiente.
- Ya veo que se encuentra mejor, detective.- la voz de la enfermera mientras le cambiaba el apósito, le sacó de su fugaz desvanecimiento. Se sonrojó. ¿El… se sonrojaba? Ahora sí había picado completamente el anzuelo. Aquella _____… Parecía inofensiva si uno no la conocía. Pero no lo era. Era diabólicamente encantadora. Tan hermosa por dentro que hacía que fuera la chica más bonita del universo. Tan divertida, tan tozuda, tan… a punto de morir en tantas ocasiones. Recordarlo hizo que le acometiera otra leve sensación de mareo.
- Bueno. Esperemos que esto le tranquilice, señor Jonas. Ya empezábamos a estar un poco hartas de usted.- la enfermera se volvió hacia _____, sonriente.- ¿Usted es
_____ Baker?
- Eso creo.
- ¡Aleluya!- la enfermera le palmeó el cachete sin ninguna delicadeza y Nick abrió del todo los párpados.- Vamos, no se haga el dormido. Aquí está su _____, ¿lo ve?
- Oiga, señora…- Nick iba a protestar por la rudeza del trato, pero cerró la boca de inmediato cuando la enfermera le sacudió las almohadas con idéntica brusquedad. A este paso, podía terminar muerto si se le ocurría contradecir a aquella enfermera con cara de bulldog.
- Estése quieto, señor Jonas. Y háganos un favor a todos, ¿quiere? Declárese de una vez.- Miró a _____ con expresión condescendiente – Y usted, querida. Ya sé que este tipo es inaguantable, pero… Por Dios, tenga un poco de compasión con nosotros. Diga que sí y lléveselo de aquí.
La enfermera se despidió de ellos con un último cachete sonoro en los mofletes de Nick. El no apartaba los ojos de _____.
- ¿Nick…?- ella parecía perpleja. Perpleja. Pero no enfadada. Era una buena señal.
- _____… Esa mercenaria de la sanidad tiene razón. Sácame de aquí.
_____ rió con nerviosismo. Así que “sácame de aquí”… Era la declaración más patética que había escuchado. Bueno, no es que hubiera escuchado muchas. Pero si lo hubiera hecho, sin duda aquella lo sería. Le dio un par de palmaditas accidentalmente… sobre el hombro herido. El gimió.
- _____, por favor…
- Vamos, Nick. No esperarás que crea que tú… que yo… Oh, no. No soy tan tonta, ¿entiendes? Se perfectamente cuando alguien me toma el pelo y tú…
- _____, si te vas… - se incorporó como pudo sobre las almohadas.- Haré que te detengan.
- Ay, Nick. Eres un tipo muy divertido, ¿lo sabías? – _____ arrugó la nariz al ver que su mano volvía a palmear sin querer su herida.- Lo siento… ¿Y con qué cargos, puedes decírmelo?
- Acércate y te lo diré.
_____ titubeó. No parecía estar bromeando. Tal vez… Vaya, tal vez él estaba realmente queriendo decir lo que ella creía que quería decir.
- _____ Baker. Estás detenida.- le susurró al oído.- Por tus ojos. Y por el modo en que haces que quiera perderme en ellos y no pensar en nada más. Y por tu risa. Porque quiero despertar cada día y escucharla mientras discutimos sobre si mi camisa y mi corbata combinan mientras tomamos unos cafés juntos en una de esas tazas con mariposas que pintaste cuando tenías tres años. No lo niegues, me he aprendido muy bien tu expediente. Y también por tu absoluta falta de malicia. Porque crees que todo el mundo merece una oportunidad, incluso cuando te hacen saltar al vacío desde un sexto piso. Y por tu enorme corazón. Por tu generosidad. Y por tu gato espantoso. Ah. Y por tu madre, no lo olvides. Ella me adora y no quiere que nos divorciemos… Ah, se me olvidaba… Ese tipo… Wilson. Lo odio. Odio que sea alto y atractivo y todo un guaperas recién salido de la universidad sin granos en la cara. Detesto pensar que te tendrá mientras yo me paso el resto de mi vida preguntándome como sería estar en su lugar… Y también por tu boca deliciosa. Sobre todo por esto último… ¿_____… qué me dices?
Ella no contestó enseguida.
- No ha estado mal, Nick. Pero aún no has dicho lo más importante.- le recordó.
- _____, me han herido… ¿Sabes cuánta sangre he perdido? No esperarás que recite “Romeo y Julieta” en estas condiciones. – la miró con desesperación, aunque reconoció en su fuero interno que estaba más que dispuesto a hacerlo.
- Adiós, Nick.
El dijo algo entre dientes y _____ se inclinó para escucharle con claridad.
- Perdón, Nick… ¿qué has dicho?
- He dicho “porque te quiero”, maldita cabezota.
- Vaya, lo dices como si te fuera a provocar un infarto reconocerlo…
- Cielos, ¿es que nunca te callas?
Para lograrlo, Nick la besó nuevamente. En esta ocasión, _____ escuchó toda una orquesta de afinados violines en su cabeza. Pero no. No era posible. Aunque tal vez si le besaba otra vez… Perfecto. Acababa de comprobar que era Nick quien hacía sonar aquellos violines. Maestro…
- Nick, la otra noche…
- ¿Estás embarazada?- preguntó, súbitamente sorprendido porque la idea ni siquiera le inquietaba.- Oye, _____… No se si estoy preparado para algo así, pero quiero que sepas que yo… Quiero decir que yo…
- Pero, ¿de qué hablas, Nick? Me refería a la otra noche, antes de eso… Dijiste que era hermosa, que me protegerías… No hablabas conmigo, ¿no es así?- la mirada de _____ se ensombreció momentáneamente.- Adams me contó lo de Rosie Morales.
- No, _____… Nunca se trató de ella.- acaricio su nariz con los labios.- Siempre fuiste tú, ¿no lo entiendes? Siempre supe que alguien como tú se cruzaría en mi camino.
_____ extendió las manos hacia él.
- En ese caso, detective… Puede esposarme. Porque acepto todos los cargos.
Excepto uno.- le guiñó un ojo con picardía.- O tal vez dos. En primer lugar, no puedes odiar a David.
- Entonces, no dejes que vuelva a ponerte las manos encima. O me veré obligado a presentarle a ya sabes quién.
- ¿”Lily”?- preguntó _____ con malicia y una oleada de placer la recorrió cuando
Nick le rodeó la cintura con su brazo sano.- Y en segundo lugar, he de confesarte algo. Mi madre no te adora. En realidad, Nick, creo que le gustaría que te destinaran a algún lugar bien lejos de mí. Alaska, tal vez.
- Te equivocas, querida _____. Si no, ¿cómo explicarías esto?
_____ contempló atónita la nota que acompañaba a las flores que había junto a su cama.
“Querido señor Nick. A pesar de que ha sido usted el peor “yerno” que podía imaginar, he de reconocer que no está del todo mal. Claro que mi _____ es algo fuera de serie. De cualquier modo, le deseo de corazón una rápida recuperación. No olvide que aún tenemos ese asunto pendiente. Suya, Mary”
- ¿Qué asunto pendiente?- _____ le miró sorprendida.
- ¿No lo adivinas, _____?- le sostuvo las manos entre las suyas.- _____ Baker… ¿Te casarás conmigo, en Las Vegas o en cualquier parte del mundo que prefieras donde nadie quiera matarnos?
- Vaya, Nick… Esa sí que es una pregunta que yo no…
- _____, di solo que sí.- suplicó, consciente de que podían estar varios días discutiendo el tema.
- Claro, Nick. Claro que…
- Buena chica.
Y a pesar de que odiaba que aquella enfermera robusta les espiara a través del cristal, decidió que tenía que besarla otra vez. Solo por si no estaba del todo convencida.
_____ era muy capaz de echar a correr en el último momento. Y él no estaba para maratones precisamente. _____ tampoco protestó. ¡Sí!. Por fin, él y _____ estaban de acuerdo en algo sin que ninguno de los dos corriera peligro.
- Y otra cosa, _____. Si alguna vez ese fantoche de L’Antino trata de ponerte un dedo encima, ¿querrás contármelo, cariño?
- Oh, no… Ya empiezas a darme órdenes otra vez. Tú, señor Nick…
- Calla, _____. Y bésame.
Y ella, milagrosamente, obedeció…
- Hola.
Nick luchó contra la sensación de sopor que le producían los calmantes que acababan de administrarle. No sabía cuanto tiempo llevaba en aquella cama, pero los músculos del brazo le dolían como si le hubiera pisoteado una manada de elefantes furiosos. Echó una fugaz ojeada al vendaje de su hombro.
- Me han dicho las enfermeras que un detective pesado no dejaba de llamarme mientras le trasladaban al quirófano.- le regañó con la mirada.- Supongo que no esperarías que te zurciera yo misma la herida, ¿no?
Nick torció los labios en una sonrisa.
- ¿Crees que estoy loco? Tu reputación te precede, _____ Baker.- respondió, tratando de disimular el nerviosismo que le producía su visita. Quizá _____ solo había pasado a despedirse. Era lo normal, después de todo lo que habían compartido en los últimos días. Sin embargo… Bueno, la idea no le llenaba de júbilo. Se perdió en los ojos de _____ y de pronto, sintió la necesidad de ser sincero. - Solo quería asegurarme de que estabas a salvo.
- Lo estaba. La octava parte de Claire Evans y yo nos libramos de la caída.- se alzó ligeramente la pernera de los vaqueros y le mostró las marcas que los dedos con “rigor mortis” de Claire habían dejado en su tobillo. Nick desvió la mirada y luego la clavó en los ojos de _____.
- Lo siento. No se me ocurrió otra forma de librarte de ella.- se disculpó.
- ¿Bromeas? Siempre soñé con tener una experiencia de este tipo. – Comentó de buen humor.- Ya sabes… Estar colgada a cincuenta metros del suelo, con un pedazo de carne cadavérica con la manicura francesa sujetándome y un policía chiflado disparando contra mí…
- Lo siento, _____. No quise asustarte, pero no podía decírtelo. No creí que confiaras tanto en mi puntería.- Nick apresó los dedos de ella sobre la sábana. _____ se soltó.- No pensaba disparar contra ti, _____.
- Oh, ya lo se…
- Pero no podía dejar que cayeras. Lamento haberte asustado.
Ella encogió los hombros con falsa indiferencia. Cielos, ¿cómo era posible que Nick siguiera afectándola de aquel modo? Espió su rostro con disimulo. Estaba despeinado y pálido a causa de la sangre que había perdido. Profundas ojeras se marcaban bajo sus ojos. No tenía buen aspecto. En verdad, estaba hecho un asco. Pero las rodillas de _____ temblaban de todos modos.
- No puedo dejar de pensar en el Alcalde Evans…
- Nunca cambiarás, _____. Siempre pensando en los demás.- la regañó cariñosamente.
- Es que es algo tan… Bueno, quiero decir que todo este asunto acabará con su carrera política.
- Quizá no.- Nick lo dijo como si no le importara lo más mínimo en realidad.- Por lo que se, el Alcalde, L’Antino y el departamento de policía han llegado a un acuerdo. Parece que tu jefe play boy y nuestro Alcalde dejarán que las cosas se queden como están por el bien de las carreras de ambos.
- Pero, ¿la prensa…?- _____ no podía creer que todo quedara como si nada hubiera sucedido.
- No subestimes el poder del dinero, pequeña _____.- Nick supo que _____ desconocía por completo los entresijos del mundo de los mortales. En su mundo casi perfecto, la gente no sobornaba, ni asesinaba ni se costeaba con fondos públicos lujosas mansiones en la costa. Así era _____. Aunque a juzgar por su expresión curiosa, puede que hubiera cambiado algo después de todo.
- Odio pensar que vivo entre tanta corrupción. Pero te diré algo, Nick Jonas…- le señaló con su dedo fino y Nick observó que sus uñas cortas estaban ligeramente astilladas y amoratadas.- En el fondo, siento pena por Claire Evans. Nadie merece morir de una forma tan horrible.
- Oh, claro que no. Excepto cuando ese alguien quiere enviarte derechita al otro barrio. – comentó sarcástico, comprendiendo que _____ siempre sería su patrona de las causas perdidas.
- No te burles, Nick. A veces, una mujer es mucho más complicada que todo lo que vemos a su alrededor.
- La _____ de siempre, costurera y filósofa en paro. Pero dime una cosa, ¿por qué gritaste? Esa loca podía haberte pegado un tiro. O peor aún, podía haberlo hecho yo mismo.- gruñó al recordarlo. Sabía muy bien porqué lo había hecho. Para salvar su vida.
- Pero no lo hiciste. En lugar de eso, vaciaste el cargador sobre la señora Evans.- observó, queriendo parecer disgustada. Lo cierto es que sentía deseos de zarandearle y abrazarle y gritarle que le adoraba y que le encantaba que, una vez más, hubiera sido su héroe. Claro que Nick no estaba para tanto sentimentalismo. Más bien, parecía que le incomodaba su presencia allí. Muy bien. Le daría las gracias y por fin se libraría de ella.
- No todo el cargador.- la corrigió él y _____ se estremeció al comprender que esa única bala había sido decisiva para que ella siguiera con vida. Guiada por la emoción, acarició la mejilla áspera de Nick. Percibió como se contraía al contacto, pero dejó que sus dedos se quedaran allí un rato. Solo por esta vez. Y solo porque Nick había demostrado ser un buen amigo.
- Gracias de nuevo.
- _____…- ella pensó que aquella expresión extraña en el rostro de Nick quería decir algo. Pero no. Formaba parte de su papel de poli duro y enseguida, la sustituyó por su habitual gesto severo.- Parece que al final, L’Antino se queda contigo.
- Vaya, Nick… Tal como lo dices, suena como si fuéramos amantes.
Las cejas de Nick se arquearon visiblemente. ¿Amantes? ¿Ese fantoche de
L’Antino y ella…? La idea le produjo escalofríos. Quizá se había cargado a la persona equivocada después de todo.
- Adams me ha contado que ese cretino despidió a McKendrie a pesar de que rechazaste su puesto.- comentó. _____ asintió.
- Ese capitán tuyo es un cotilla. Por cierto, creo que le gustabas a Delta.
- ¿Yo?
- Tú, señor Nick. Aunque no se porqué.- cambió de tema, consciente de que
Nick no apartaba los ojos de su boca. Era como un poderoso imán para ella y lo peor de todo, es que no estaba segura de que fuera real o solo formara parte de su imaginación. -
Pero sí, así es. L’Antino me quiere. En el sentido más casto de la palabra. Resulta que ha descubierto que soy la única persona… ¿cómo dijo? Ah, sí… “capaz de arrojar un mínimo de creatividad y frescura a su nueva colección”.
_____ imitó con teatral entonación la voz de diseñador y Nick descubrió que quería escuchar su voz cada día después de aquel. Pero, ¿cómo decírselo? ¿Cómo se declara uno a la chica que quiere cuando la chica en cuestión es todo cuanto has soñado tener alguna vez y no tienes nada especial que ofrecerle? No era fácil pronunciar las palabras acertadas.
- ¿Te lo imaginas?
Por un momento, Nick había perdido el hilo de la conversación.
- Esa es mi chica… - Nick ahogó una exclamación de dolor cuando ella se inclinó para besarle en la frente. Sus labios estaban tan cerca que deseó con todas sus fuerzas no estar tremendamente agotado para apoderarse de ellos. Pero _____ no estuvo cerca tanto tiempo y Nick perdió la oportunidad.
- Gracias, Nick Jonas… Vaya, es la segunda vez que digo esto. Espero que nadie más quiera liquidarme por un tiempo.- rió. Con aquella risa que a Nick le entumecía los sentidos y le disparaba el corazón. Con aquella risa que le cautivaba y que en aquellos momentos, le hacía olvidarse de su herida y le despertaba las ganas de saltar de la cama
y abalanzarse sobre ella para no dejarla ir jamás.
- Voy a echarte de menos, _____.- reconoció, aclarándose la garganta porque aquel conocido nudo se adueñaba de ella como en su anterior despedida.- Quiero decir que… Bueno, ya sabes… Te echaré de menos.
- Yo también, Nick.
- Promete que te cuidarás.
- Lo haré.
- Y que no te meterás en líos.- añadió, agonizando por dentro porque ella se alejaba de la cama y en unos minutos, quizá ya no volvería a verla.
- Oye, tiene gracia que me pidas eso. Porque que yo recuerde, eres tú el que suele disparar contra todo bicho viviente…- _____ se mordió los labios al ver que él no reía.- Está bien, lo prometo.
- Buena chica.- aceptó Nick.
- Odio que digas eso…- ya estaba junto a la puerta.
- ¡_____!
- ¿Sí, Nick?- ella se volvió con rapidez, regresando a la cama cuando él lanzó un gemido.- ¿Te encuentras bien… necesitas más calmantes? Será mejor que llame a una enfermera…
El capturó su mano antes de que esta llegara al interruptor que alertaría al personal del hospital. Se daba perfecta cuenta de que había sido una jugada sucia. Pero no iba a dejar que _____ se le escapara por una mera cuestión de principios.
- No necesito una enfermera.- dijo con voz grave y clavó los ojos en las sábanas cuando ella se aproximó. Notó que se estaba ruborizando hasta las pestañas.
- ¿Seguro que no, Nick? No tienes buen aspecto.- _____ temió que fuera a desmayarse, a juzgar por el sudor que le perlaba la frente.- Tu herida…
- ¡Al diablo con la herida!- tiró de ella hasta que sus rostros quedaron lo bastante cerca. La mirada de _____ era toda una declaración de buenos sentimientos, tan dulce, tan limpia… Nick pensó que quizá la suerte estaba de su lado. Sus alientos se confundían. _____ nunca le había parecido tan bonita.- Demonios, _____, yo…
Sin pensarlo o tal vez porque ya lo había pensado demasiado, aplastó su boca contra la de ella. _____ no se resistió. En realidad, _____ le correspondió como aquella noche en la que había descubierto que la amaba. Nick se mareó cuando ella se apartó al instante siguiente.
- Ya veo que se encuentra mejor, detective.- la voz de la enfermera mientras le cambiaba el apósito, le sacó de su fugaz desvanecimiento. Se sonrojó. ¿El… se sonrojaba? Ahora sí había picado completamente el anzuelo. Aquella _____… Parecía inofensiva si uno no la conocía. Pero no lo era. Era diabólicamente encantadora. Tan hermosa por dentro que hacía que fuera la chica más bonita del universo. Tan divertida, tan tozuda, tan… a punto de morir en tantas ocasiones. Recordarlo hizo que le acometiera otra leve sensación de mareo.
- Bueno. Esperemos que esto le tranquilice, señor Jonas. Ya empezábamos a estar un poco hartas de usted.- la enfermera se volvió hacia _____, sonriente.- ¿Usted es
_____ Baker?
- Eso creo.
- ¡Aleluya!- la enfermera le palmeó el cachete sin ninguna delicadeza y Nick abrió del todo los párpados.- Vamos, no se haga el dormido. Aquí está su _____, ¿lo ve?
- Oiga, señora…- Nick iba a protestar por la rudeza del trato, pero cerró la boca de inmediato cuando la enfermera le sacudió las almohadas con idéntica brusquedad. A este paso, podía terminar muerto si se le ocurría contradecir a aquella enfermera con cara de bulldog.
- Estése quieto, señor Jonas. Y háganos un favor a todos, ¿quiere? Declárese de una vez.- Miró a _____ con expresión condescendiente – Y usted, querida. Ya sé que este tipo es inaguantable, pero… Por Dios, tenga un poco de compasión con nosotros. Diga que sí y lléveselo de aquí.
La enfermera se despidió de ellos con un último cachete sonoro en los mofletes de Nick. El no apartaba los ojos de _____.
- ¿Nick…?- ella parecía perpleja. Perpleja. Pero no enfadada. Era una buena señal.
- _____… Esa mercenaria de la sanidad tiene razón. Sácame de aquí.
_____ rió con nerviosismo. Así que “sácame de aquí”… Era la declaración más patética que había escuchado. Bueno, no es que hubiera escuchado muchas. Pero si lo hubiera hecho, sin duda aquella lo sería. Le dio un par de palmaditas accidentalmente… sobre el hombro herido. El gimió.
- _____, por favor…
- Vamos, Nick. No esperarás que crea que tú… que yo… Oh, no. No soy tan tonta, ¿entiendes? Se perfectamente cuando alguien me toma el pelo y tú…
- _____, si te vas… - se incorporó como pudo sobre las almohadas.- Haré que te detengan.
- Ay, Nick. Eres un tipo muy divertido, ¿lo sabías? – _____ arrugó la nariz al ver que su mano volvía a palmear sin querer su herida.- Lo siento… ¿Y con qué cargos, puedes decírmelo?
- Acércate y te lo diré.
_____ titubeó. No parecía estar bromeando. Tal vez… Vaya, tal vez él estaba realmente queriendo decir lo que ella creía que quería decir.
- _____ Baker. Estás detenida.- le susurró al oído.- Por tus ojos. Y por el modo en que haces que quiera perderme en ellos y no pensar en nada más. Y por tu risa. Porque quiero despertar cada día y escucharla mientras discutimos sobre si mi camisa y mi corbata combinan mientras tomamos unos cafés juntos en una de esas tazas con mariposas que pintaste cuando tenías tres años. No lo niegues, me he aprendido muy bien tu expediente. Y también por tu absoluta falta de malicia. Porque crees que todo el mundo merece una oportunidad, incluso cuando te hacen saltar al vacío desde un sexto piso. Y por tu enorme corazón. Por tu generosidad. Y por tu gato espantoso. Ah. Y por tu madre, no lo olvides. Ella me adora y no quiere que nos divorciemos… Ah, se me olvidaba… Ese tipo… Wilson. Lo odio. Odio que sea alto y atractivo y todo un guaperas recién salido de la universidad sin granos en la cara. Detesto pensar que te tendrá mientras yo me paso el resto de mi vida preguntándome como sería estar en su lugar… Y también por tu boca deliciosa. Sobre todo por esto último… ¿_____… qué me dices?
Ella no contestó enseguida.
- No ha estado mal, Nick. Pero aún no has dicho lo más importante.- le recordó.
- _____, me han herido… ¿Sabes cuánta sangre he perdido? No esperarás que recite “Romeo y Julieta” en estas condiciones. – la miró con desesperación, aunque reconoció en su fuero interno que estaba más que dispuesto a hacerlo.
- Adiós, Nick.
El dijo algo entre dientes y _____ se inclinó para escucharle con claridad.
- Perdón, Nick… ¿qué has dicho?
- He dicho “porque te quiero”, maldita cabezota.
- Vaya, lo dices como si te fuera a provocar un infarto reconocerlo…
- Cielos, ¿es que nunca te callas?
Para lograrlo, Nick la besó nuevamente. En esta ocasión, _____ escuchó toda una orquesta de afinados violines en su cabeza. Pero no. No era posible. Aunque tal vez si le besaba otra vez… Perfecto. Acababa de comprobar que era Nick quien hacía sonar aquellos violines. Maestro…
- Nick, la otra noche…
- ¿Estás embarazada?- preguntó, súbitamente sorprendido porque la idea ni siquiera le inquietaba.- Oye, _____… No se si estoy preparado para algo así, pero quiero que sepas que yo… Quiero decir que yo…
- Pero, ¿de qué hablas, Nick? Me refería a la otra noche, antes de eso… Dijiste que era hermosa, que me protegerías… No hablabas conmigo, ¿no es así?- la mirada de _____ se ensombreció momentáneamente.- Adams me contó lo de Rosie Morales.
- No, _____… Nunca se trató de ella.- acaricio su nariz con los labios.- Siempre fuiste tú, ¿no lo entiendes? Siempre supe que alguien como tú se cruzaría en mi camino.
_____ extendió las manos hacia él.
- En ese caso, detective… Puede esposarme. Porque acepto todos los cargos.
Excepto uno.- le guiñó un ojo con picardía.- O tal vez dos. En primer lugar, no puedes odiar a David.
- Entonces, no dejes que vuelva a ponerte las manos encima. O me veré obligado a presentarle a ya sabes quién.
- ¿”Lily”?- preguntó _____ con malicia y una oleada de placer la recorrió cuando
Nick le rodeó la cintura con su brazo sano.- Y en segundo lugar, he de confesarte algo. Mi madre no te adora. En realidad, Nick, creo que le gustaría que te destinaran a algún lugar bien lejos de mí. Alaska, tal vez.
- Te equivocas, querida _____. Si no, ¿cómo explicarías esto?
_____ contempló atónita la nota que acompañaba a las flores que había junto a su cama.
“Querido señor Nick. A pesar de que ha sido usted el peor “yerno” que podía imaginar, he de reconocer que no está del todo mal. Claro que mi _____ es algo fuera de serie. De cualquier modo, le deseo de corazón una rápida recuperación. No olvide que aún tenemos ese asunto pendiente. Suya, Mary”
- ¿Qué asunto pendiente?- _____ le miró sorprendida.
- ¿No lo adivinas, _____?- le sostuvo las manos entre las suyas.- _____ Baker… ¿Te casarás conmigo, en Las Vegas o en cualquier parte del mundo que prefieras donde nadie quiera matarnos?
- Vaya, Nick… Esa sí que es una pregunta que yo no…
- _____, di solo que sí.- suplicó, consciente de que podían estar varios días discutiendo el tema.
- Claro, Nick. Claro que…
- Buena chica.
Y a pesar de que odiaba que aquella enfermera robusta les espiara a través del cristal, decidió que tenía que besarla otra vez. Solo por si no estaba del todo convencida.
_____ era muy capaz de echar a correr en el último momento. Y él no estaba para maratones precisamente. _____ tampoco protestó. ¡Sí!. Por fin, él y _____ estaban de acuerdo en algo sin que ninguno de los dos corriera peligro.
- Y otra cosa, _____. Si alguna vez ese fantoche de L’Antino trata de ponerte un dedo encima, ¿querrás contármelo, cariño?
- Oh, no… Ya empiezas a darme órdenes otra vez. Tú, señor Nick…
- Calla, _____. Y bésame.
Y ella, milagrosamente, obedeció…
FIN
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Bueeeeeno hasta aquí llego la nove, la verdad me encantó compartirla con ustedes C: fueron las mejores y las quiero mucho :')
Espero les guste el final, a mi sí me gustó<3
Quizás más adelante suba otra adaptación, cualquier cosita yo les aviso.
Las quiere,
Cath.
Espero les guste el final, a mi sí me gustó<3
Quizás más adelante suba otra adaptación, cualquier cosita yo les aviso.
Las quiere,
Cath.
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Owwwwws tenias razón es un hermoso final! Perfecto!^.^ gracias por subirla! Por compartirla con nosotras!:) espero leerte pronto!:D
Muffin_Nickita_Jonas92
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaiiii
ameeee esta noooooooveeeeeeeee!!!!!!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahh poooorfiiiinn nick y ______ estan juntooossss
ameeee esta noooooooveeeeeeeee!!!!!!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahh poooorfiiiinn nick y ______ estan juntooossss
chelis
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh y si subes otraaaaaaaa
aaaii estareeeeee
gracias por subirlaaaaaa
aaaii estareeeeee
gracias por subirlaaaaaa
chelis
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
ohhhhhh no ya se acaboo?? :(
ashhh me encanto la nove gracias por subirla!!
espero que subas otras y cuenta conmigo para leerlas!!!
ashhh me encanto la nove gracias por subirla!!
espero que subas otras y cuenta conmigo para leerlas!!!
jennito moreno
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
DSKHGKJHSKJHKJDGBNFKHGEHRGHRIEAHG El mejor final de todos para la mejor nove de todas...¡Esta es una de las mejores adaptaciones que he leído! y espero que sigas en el foro con una nove tuya o una adaptaciones :]..También siento mucho haber comentado 2 días después..¡CASI MUERO CUANDO VI QUE HABÍAS PUBLICADO EL FINAL!, bueno te doy las gracias por haber compartido la nove y SÍGUE CON MÁS hhahah
Annabeth
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Muffin_Nickita_Jonas92 escribió:Owwwwws tenias razón es un hermoso final! Perfecto!^.^ gracias por subirla! Por compartirla con nosotras!:) espero leerte pronto!:D
Verdad que si? :3 Me encantó compartirla con ustedes C:
Nos leeremos pronto ;)
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
chelis escribió:aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaiiii
ameeee esta noooooooveeeeeeeee!!!!!!
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahh poooorfiiiinn nick y ______ estan juntooossss
Chiii la mejor parte la rayis obedeció<3
Nos leeremos C:
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
jennito moreno escribió:ohhhhhh no ya se acaboo?? :(
ashhh me encanto la nove gracias por subirla!!
espero que subas otras y cuenta conmigo para leerlas!!!
Me encantó compartirla con personas como tú fieles *w*
Gracias y nos leeremos soon :B
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
InYourDreams escribió:DSKHGKJHSKJHKJDGBNFKHGEHRGHRIEAHG El mejor final de todos para la mejor nove de todas...¡Esta es una de las mejores adaptaciones que he leído! y espero que sigas en el foro con una nove tuya o una adaptaciones :]..También siento mucho haber comentado 2 días después..¡CASI MUERO CUANDO VI QUE HABÍAS PUBLICADO EL FINAL!, bueno te doy las gracias por haber compartido la nove y SÍGUE CON MÁS hhahah
Aww eres un amor, siempre que leía tus comentarios salía la sonrisita de estúpida :B
Gachaas :3 Nos leeremos prontin c:
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
Bueeeno hermosuras me emocioné con sus comentarios son un amor. Lo pensé y subiré otra adaptación: Noches de baile en el Infierno, la han leído? A mí me fascinó :3
En unos días más la subo y aquí publicaré el link, sale?
Nos leemos, las quiero muchísimo<3
En unos días más la subo y aquí publicaré el link, sale?
Nos leemos, las quiero muchísimo<3
Catherine
Re: Peligrosa Relación (Adaptacion Nick & tu)
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOKIIISSS
Y YO NO LA HEEE LEIDOOOOOO!!!!!!!!......
ESPERO EL LINK...
Y YO NO LA HEEE LEIDOOOOOO!!!!!!!!......
ESPERO EL LINK...
chelis
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