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Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
O W N :: Archivos :: Canceladas
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Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
Holaaaaaaaaa, ¡¡Nueva lectora aquí!! bueno, no tan nueva... lol.
Hace mucho empece a leer tu novela, y me gustó. Me encanta el personaje y toda la trama, es todo muy loco que ella sea un phoenix, jaja.
Bueno, estoy esperando a que la sigas pronto, besos y cuídate :)
Hace mucho empece a leer tu novela, y me gustó. Me encanta el personaje y toda la trama, es todo muy loco que ella sea un phoenix, jaja.
Bueno, estoy esperando a que la sigas pronto, besos y cuídate :)
Milapotato
Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
¿Por qué no subes capitulos? Estoy preocupada y un poco emocionada por saber que va a suceder, vamos, sube cuando menos un capitulo! No nos dejes así...
Atte: Preocupada.
Atte: Preocupada.
Invitado
Invitado
Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
NUEVA LECTORA!
Me he enganchado mucho de tu novela!
Tienes que seguirla quiero ver que pasara con el torneo, con todo!
Me encanta babe <3
Me he enganchado mucho de tu novela!
Tienes que seguirla quiero ver que pasara con el torneo, con todo!
Me encanta babe <3
Pepaa
Capitulo Trece || Esquivar
Primero que nada, lamento muchísimo mi desaparición. No tengo excusa. Supongo que me emocione con mis demás novelas y descuide a esta cuando dije que no lo haría :c soy una maldita perra y pueden insultarme si es lo que desean D:
Traje los cinco capítulos que había dicho que era la maratón, espero que les guste realmente y puedan saber disculparme u.u No quiero abandonar esta novela, pero estoy tan obsesionada con terminar una al menos este verano que me supera.
De todas formas, el martes tendran dos capitulos :3
Les quiero dar la bienvenida a todas las nuevas lectoras. Perdon sino respondo comentarios pero ya es muy tarde y tengo sueño :c espero que les agrede los capitulos y bueno, perdon una vez mas.
Traje los cinco capítulos que había dicho que era la maratón, espero que les guste realmente y puedan saber disculparme u.u No quiero abandonar esta novela, pero estoy tan obsesionada con terminar una al menos este verano que me supera.
De todas formas, el martes tendran dos capitulos :3
Les quiero dar la bienvenida a todas las nuevas lectoras. Perdon sino respondo comentarios pero ya es muy tarde y tengo sueño :c espero que les agrede los capitulos y bueno, perdon una vez mas.
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Capítulo Trece.
Esquivar.
Esquivar.
- Effy – me llamo Miranda cuando estaba sacando las frazadas de mi cama para acostarme. La mire e hice un gesto para que siguiera hablando - ¿Tú crees que fue Harry quien coloco su nombre en el cáliz?
Me mordí el labio inferior tratando de no pensar demasiado en lo que había pasado pocas horas antes. No quería pensar ni una mierda de ese torneo, no entendía porque lo hacía cuando los alumnos corrían peligros. Había escuchado que personas habían muerto en busca de ser el ganador de la estúpida copa esa, pero parecía que nadie tenía lo suficiente cabeza para pensar en el peligro, ni Cedric, mi supuesto mejor amigo.
- No lo creo. Harry no haría tal cosa – dije mirándola fijamente – Ahora deja de hacer estúpidas preguntas y duérmete de una vez – continúe hablando con brusquedad.
Miranda agacho la cabeza y se recostó en cama al igual que yo, segundos después Hermione salió del baño y apago la luz. Nos deseó buenas noches y las dos respondimos ante sus palabras.
Aun mi cabeza no dejaba de procesar, no podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido ese día: Me hice amiga Krum, Malfoy no quitaba sus ojos de mí, Cedric me decía cosas horribles, y Harry era sentenciado a muerte. ¿Y ahora como resolvería todo aquello? Bueno, lo primero no era ningún problema porque Krum – a pesar de ser alguien muy parecido a mi carácter – me caía bien y no había necesidad de destruir una amistad con él, pero si tener cuidado y no darle la espalda, podría pegarte un puñal. Segundo, no importaba mucho si Malfoy me miraba o no, pero me inquietaba sentir su mirada sobre mí, veía en mi mente las miles de imágenes de los dos juntos y no me gustaba para nada sentir las cosas que sentía dentro de mí. Tercero, iba a vengarme de Cedric, lo había jurado y no iba a perdonarlo tan fácil por sus palabras. Si el supiera lo horrible que es no tener padres… al menos el tenia a Amos para hacerle compañía. Y cuarto, debía ayudar a Harry en todo. Tenía muchísimo miedo de que algo le llegara a pasar. Y muy a mi pesar, también a Cedric, por más que se haya portado como idiota conmigo.
Decidí dormirme, no me hacía bien quedarme pensando y no dormiría nada. Lo peor es que mañana había clases y eso era lo que más odiaba de toda estas mierdas. Pero sabía lo que vendría en sueños, sus ojos en mí nuevamente como esta tarde.
Draco jamás saldría de mi cabeza.
Al otro día.
Hermione me despertó a los gritos diciéndome que ya era tarde. Hice un esfuerzo sobre humano para no echármele encima y golpearla, así que me arregle lo más rápido que pude y baje corriendo las escaleras dirigiéndome al comedor. Aún faltaban quince minutos para la primera clase y debía apurarme en desayunar.
Una vez entrando al comedor, sentí las miradas sobre mí. Esto de tener algo así como “popularidad” me molestaba ¿Por qué tenían que mirarme? Como si yo fuera un bicho o algo así. Bueno, el fénix puede ser un bicho ¿No?
<< No te pases >> me regaño Effelia.
<< Solo bromeaba. Tranquila >> respondí con una sonrisa en mi mente.
Llegue a la mesa de Gryffindor y me senté de lado de Harry, quien apenas podía comer algo. Lo salude y también a los demás, pero me extrañe no ver a Ron cerca, sino que estaba del otro lado de la mesa.¿Qué diablos estaba pasando?
- Está molesto conmigo porque piensa que lo traicione – respondió mi primo como si adivinara que era lo que estaba pensando. Lo mire confusa y el me devolvió la mirada de resignación – Nadie me cree que no puse mi nombre en el cáliz…
- ¡Potter tramposo! – le grito Malfoy pasando por detrás nuestro.
Tome una tostada y se la arroje por la cabeza. Le di justo en el blanco y Pansy chillo preocupada por si el bello rostro del rubio quedara desfigurado.
- Cuidado, Malfoy – le dije fulminándolo con la mirada.
- ¡Eres una bestia! – grito Pansy mirándome mal.
- Y tú eres una chillona – conteste imitando su voz – y una regalada. Idiota hija de perra.
Me gire e ignore todo el drama que estaba haciendo Parkinson cuando todos se empezaron a burlar de ella, incluso los idiotas de su casa. Harry me dedico una sonrisa pequeña y unas gracias, a lo que respondí también con una sonrisa y un pequeño empujón en el brazo.
- Yo si te creo, tonto. Vamos, debemos ir a clases…
- No has desayunado – frunció el ceño y señalo mi comida.
- No importa, vamos antes de que nos castiguen.
Nos levantamos y caminamos en dirección a nuestra primera clase, pero antes de que pudiera entrar al aula, recordé que debía hacer algo muy importante. Me despedí rápidamente de Harry, a lo que este me miraba confundido y me pregunto a donde iría. Le guiñe el ojo y prometí que luego se lo contaría.
Siruis Black y yo nos habíamos puesto en contacto en mi estadía en Hogwarts. Al estar bajo la supervisión de Dumbledore, se le fue más fácil comunicarse conmigo, ya que de esa forma el ministerio de magia no estaba pisándome los talones como siempre. Jamás pensé que él quisiera tener una relación de “tío y sobrina” pero me agrado el hecho de que dijera que era igual que mi madre, Helena.
Corrí aún más hacia la lechuzeria, rezando que ningún profesor me viera. Sabía que esto de saltearme clases me perjudicaría, pero poco me importaba con la mente desarrollada que tenía Effelia. Sus conocimientos eran infinitos, sabia la mayoría de las cosas que se enseñaban en Hogwarts y desde un principio me recalco que no me era necesario estudiar de libros, pero si prestar atención cuando ella compartía sus conocimientos conmigo. Era como tener un libro adentro de tu cabeza y que una voz te relate oración por oración. Además, sentía que ya lo había escuchado aquello miles de veces y mi cerebro ya comenzaba a captar miles de información por segundo.
Una vez en la lechuzeria, me senté en el suelo en un lugar donde no hubiera excremento de estas aves. Saque la tinta y el papel, colocando este último en un libro y comencé a escribirle lo ocurrido, contándole como Harry había quedado seleccionado en el Torneo de los Tres Magos. Esperaba una respuesta sabia de Siruis, quizás el pudiera darnos una pista de que era lo que estaba sucediendo.
Le entregue a Sky – mi lechuza, si es que la recuerdan – la carta y le acaricie la cabecita mientras ella emitía pequeños sonidos de forma de felicidad.
- Llévale a Siruis, y no vengas sin una respuesta.
La lechuza asintió fielmente y se marchó de repente. Quede observándola al mismo tiempo que me paraba y me apoyaba en la baranda. Ojala yo fuera así, un ave libre sin nada que pueda atarte.
Decidí que aquel día no asistiría a clases, sino que visitaría a Hagrid, quien seguramente estaba en su cabaña con alguna de sus criaturas raras. Luego le pediría a Hermione o a Miranda que me pasara todo lo que habían visto en el día y las tareas, solo esperaba que McGonagall no me comenzara a buscar o sino estaba en serios problemas.
Baje la colina con cuidado de no caerme, a veces podía ser torpe a pesar de que era una gran atleta, pero ya saben, mejor prevenir que lamentar. Llegue a la puerta del semi gigante y toque varias veces.
- ¡Ya voy, ya voy! – dijo detrás de la puerta. Volví a tocar para molestar - ¡Dije que ya voy! ¡¿Quién...Effy!?
- ¡Hey, Hagrid! – salude con una sonrisa, esperaba que no se volviera loco y me enviara a clases.
- Jovencita, usted debe irse ya mismo – se cruzó de brazos y me miro con severidad.
- No quiero irme – replique y lo imite – Además, yo… yo ya he visto lo que sucederá en las clases por lo que no tengo que preocuparme demasiado ¿No me das algo de comer? Estoy muerta de hambre y no desayune nada. Vamos, Hagrid, solo esta vez ¿Si?
No sé cómo hice, pero puse mi mejor cara de perrito mojado para que el semi gigante se derritiera ante mi “encanto”, o bueno si es que podría llamársele así. Pero funciono, Hagrid me dejo entrar y me dio unas ricas tartas que había preparado y, según él, eran viejas recetas que había adquirido en uno de sus viajes al mundo Muggle.
- ¿Cómo te estas llevando con Miranda?
- Bien, creo – conteste encogiéndome de hombros para darle un sorbo a mi te.
- ¿Cómo que creo? Pensé que ustedes tendrían una buena química, que serían amigas, hermanas incluso – frunció el ceño confundido.
- Recién nos conocemos hace pocas semanas, además sabes como soy de simpática – ironice y negué la cabeza.
- Effy, sabes que debes cuidar de Miranda ¿No? ¿Dumbledore te dijo de los peligros que ella corría? ¿Del por qué esta en Hogwarts?
- Ese es el problema – dejo la taza arriba de la mesa y alzo mis brazos protestando - ¡Dumbledore nunca dice nada! Siempre quiere hacerse el misterioso y dejar que busquemos el porqué de todo cuando él ya lo sabe. Sé que tengo que proteger a Miranda, lo sé bien. Se la habilidad que su fénix posee y que mi fénix debe proteger al suyo, pero no sé nada mas de ella aparte de que estaba en un convento y que… y que una monja murió delante de sus ojos – Hagrid asiente - ¿Qué sabes de eso?
- Dumbledore la rescato a la pequeña. No se sabe quién fue, solo que asesinaron a una monja y casi la matan, sino fuera porque justo apareció Dumbledore y el hombre desapareció. El Ministerio pensó que si ella, al no tener un carácter fuerte sino más bien tranquilo y calmado, jamás podría ocasionar algún problema o exponerse, pero no contaban con que la hallarían. Miranda es muy importante, y debes protegerla. De contrario, solo estaremos destinados a la muerte.
- Estas exagerando – revolee los ojos y me pare. – Bien, ya estoy llena y te agradezco por ello, pero será mejor que asista al menos a una clase antes de que me corten la cabeza. Adiós, Hagrid.
Me despedí finalmente del semi gigante y retome mi rumbo hacia el castillo, pero aun no sabía mi horario, así que solo esperaba que se encontrara un Gryffindor de mi año para poder pedirle que me dijera que nos tocaría ahora. Pero no encontré a ninguno, sino al idiota de Cedric que venía caminando hacia mi dirección con Daphne. Los ignore a pesar de sentir sus gritos llamándome, y tome la ruta hacia las escaleras de la torre de Gryffindor, donde ellos no tenían acceso al ser de otras casas.
No pretendía ir a la torre de mi casa, pero en cuanto me asegure de que ellos se habían resignado y se perdieron entre la multitud, retome mi camino en búsqueda de alguien que me ayudara. Encontré a Seamus hablando con Dean, su mejor amigo. Bueno, al menos me había salvado de una.
Horas después.
Me recosté en mi cama mientras Sky entraba por la pequeña ventana y me dejaba el sobre arriba de la cama. Al tomarla, sentí el perfume característico de mi abuela, por lo que deduje que pertenecía a ella y a mi abuelo.
Leí con una sonrisa mientras me contaba que mi abuelo había tenido una caída, pero que no me preocupara, porque solo debía hacer reposo y tomar unas cuantas pastillas para calmar el dolor. A decir verdad, ellos tenían 71 y 67 años. No era por ser pesimista, pero los muggles morían antes que los magos o brujas. No sabía que haría si los dos estuvieran muertos, no podría seguir delante de ninguna forma. Pero no debía pensar en aquello, porque ellos estaban aún vivos y cuando me graduara, volvería a vivir con ellos como siempre.
Guarde la carta en el cajón y me despedí de mi lechuza cuando entro Miranda y Hermione riéndose entre ellas. La castaña me miro con desaprobación y me comenzó a regañar por faltar la mayoría de las clases y pasarme la otra durmiendo. Miranda solo asentía con la cabeza dándole la razón a su amiga.
- Bien, déjame tranquila – refunfuñe y la mire mal.
- Para la próxima, hubieras ido a desayunar antes ¡Te la perdiste en grande! – exclamo Hermione con una sonrisa boba en el rostro.
- ¿Ron al fin se te declaro? – levante las cejas. Ella se puso seria.
- Ja-ja, siempre eres tan graciosa, Effy. Pero no. ¡George le pidió una cita a Miranda!
- ¿George, que?
No, no, no. El por favor no.
- ¡George Weasley! ¿Qué otro George conoces? – se burló Hermione.
Bien, Miranda se estaba metiendo con personas que eran de mi completa propiedad; Si los gemelos me pertenecían, por ende, también George.
Me mordí el labio inferior tratando de no pensar demasiado en lo que había pasado pocas horas antes. No quería pensar ni una mierda de ese torneo, no entendía porque lo hacía cuando los alumnos corrían peligros. Había escuchado que personas habían muerto en busca de ser el ganador de la estúpida copa esa, pero parecía que nadie tenía lo suficiente cabeza para pensar en el peligro, ni Cedric, mi supuesto mejor amigo.
- No lo creo. Harry no haría tal cosa – dije mirándola fijamente – Ahora deja de hacer estúpidas preguntas y duérmete de una vez – continúe hablando con brusquedad.
Miranda agacho la cabeza y se recostó en cama al igual que yo, segundos después Hermione salió del baño y apago la luz. Nos deseó buenas noches y las dos respondimos ante sus palabras.
Aun mi cabeza no dejaba de procesar, no podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido ese día: Me hice amiga Krum, Malfoy no quitaba sus ojos de mí, Cedric me decía cosas horribles, y Harry era sentenciado a muerte. ¿Y ahora como resolvería todo aquello? Bueno, lo primero no era ningún problema porque Krum – a pesar de ser alguien muy parecido a mi carácter – me caía bien y no había necesidad de destruir una amistad con él, pero si tener cuidado y no darle la espalda, podría pegarte un puñal. Segundo, no importaba mucho si Malfoy me miraba o no, pero me inquietaba sentir su mirada sobre mí, veía en mi mente las miles de imágenes de los dos juntos y no me gustaba para nada sentir las cosas que sentía dentro de mí. Tercero, iba a vengarme de Cedric, lo había jurado y no iba a perdonarlo tan fácil por sus palabras. Si el supiera lo horrible que es no tener padres… al menos el tenia a Amos para hacerle compañía. Y cuarto, debía ayudar a Harry en todo. Tenía muchísimo miedo de que algo le llegara a pasar. Y muy a mi pesar, también a Cedric, por más que se haya portado como idiota conmigo.
Decidí dormirme, no me hacía bien quedarme pensando y no dormiría nada. Lo peor es que mañana había clases y eso era lo que más odiaba de toda estas mierdas. Pero sabía lo que vendría en sueños, sus ojos en mí nuevamente como esta tarde.
Draco jamás saldría de mi cabeza.
Al otro día.
Hermione me despertó a los gritos diciéndome que ya era tarde. Hice un esfuerzo sobre humano para no echármele encima y golpearla, así que me arregle lo más rápido que pude y baje corriendo las escaleras dirigiéndome al comedor. Aún faltaban quince minutos para la primera clase y debía apurarme en desayunar.
Una vez entrando al comedor, sentí las miradas sobre mí. Esto de tener algo así como “popularidad” me molestaba ¿Por qué tenían que mirarme? Como si yo fuera un bicho o algo así. Bueno, el fénix puede ser un bicho ¿No?
<< No te pases >> me regaño Effelia.
<< Solo bromeaba. Tranquila >> respondí con una sonrisa en mi mente.
Llegue a la mesa de Gryffindor y me senté de lado de Harry, quien apenas podía comer algo. Lo salude y también a los demás, pero me extrañe no ver a Ron cerca, sino que estaba del otro lado de la mesa.¿Qué diablos estaba pasando?
- Está molesto conmigo porque piensa que lo traicione – respondió mi primo como si adivinara que era lo que estaba pensando. Lo mire confusa y el me devolvió la mirada de resignación – Nadie me cree que no puse mi nombre en el cáliz…
- ¡Potter tramposo! – le grito Malfoy pasando por detrás nuestro.
Tome una tostada y se la arroje por la cabeza. Le di justo en el blanco y Pansy chillo preocupada por si el bello rostro del rubio quedara desfigurado.
- Cuidado, Malfoy – le dije fulminándolo con la mirada.
- ¡Eres una bestia! – grito Pansy mirándome mal.
- Y tú eres una chillona – conteste imitando su voz – y una regalada. Idiota hija de perra.
Me gire e ignore todo el drama que estaba haciendo Parkinson cuando todos se empezaron a burlar de ella, incluso los idiotas de su casa. Harry me dedico una sonrisa pequeña y unas gracias, a lo que respondí también con una sonrisa y un pequeño empujón en el brazo.
- Yo si te creo, tonto. Vamos, debemos ir a clases…
- No has desayunado – frunció el ceño y señalo mi comida.
- No importa, vamos antes de que nos castiguen.
Nos levantamos y caminamos en dirección a nuestra primera clase, pero antes de que pudiera entrar al aula, recordé que debía hacer algo muy importante. Me despedí rápidamente de Harry, a lo que este me miraba confundido y me pregunto a donde iría. Le guiñe el ojo y prometí que luego se lo contaría.
Siruis Black y yo nos habíamos puesto en contacto en mi estadía en Hogwarts. Al estar bajo la supervisión de Dumbledore, se le fue más fácil comunicarse conmigo, ya que de esa forma el ministerio de magia no estaba pisándome los talones como siempre. Jamás pensé que él quisiera tener una relación de “tío y sobrina” pero me agrado el hecho de que dijera que era igual que mi madre, Helena.
Corrí aún más hacia la lechuzeria, rezando que ningún profesor me viera. Sabía que esto de saltearme clases me perjudicaría, pero poco me importaba con la mente desarrollada que tenía Effelia. Sus conocimientos eran infinitos, sabia la mayoría de las cosas que se enseñaban en Hogwarts y desde un principio me recalco que no me era necesario estudiar de libros, pero si prestar atención cuando ella compartía sus conocimientos conmigo. Era como tener un libro adentro de tu cabeza y que una voz te relate oración por oración. Además, sentía que ya lo había escuchado aquello miles de veces y mi cerebro ya comenzaba a captar miles de información por segundo.
Una vez en la lechuzeria, me senté en el suelo en un lugar donde no hubiera excremento de estas aves. Saque la tinta y el papel, colocando este último en un libro y comencé a escribirle lo ocurrido, contándole como Harry había quedado seleccionado en el Torneo de los Tres Magos. Esperaba una respuesta sabia de Siruis, quizás el pudiera darnos una pista de que era lo que estaba sucediendo.
Le entregue a Sky – mi lechuza, si es que la recuerdan – la carta y le acaricie la cabecita mientras ella emitía pequeños sonidos de forma de felicidad.
- Llévale a Siruis, y no vengas sin una respuesta.
La lechuza asintió fielmente y se marchó de repente. Quede observándola al mismo tiempo que me paraba y me apoyaba en la baranda. Ojala yo fuera así, un ave libre sin nada que pueda atarte.
Decidí que aquel día no asistiría a clases, sino que visitaría a Hagrid, quien seguramente estaba en su cabaña con alguna de sus criaturas raras. Luego le pediría a Hermione o a Miranda que me pasara todo lo que habían visto en el día y las tareas, solo esperaba que McGonagall no me comenzara a buscar o sino estaba en serios problemas.
Baje la colina con cuidado de no caerme, a veces podía ser torpe a pesar de que era una gran atleta, pero ya saben, mejor prevenir que lamentar. Llegue a la puerta del semi gigante y toque varias veces.
- ¡Ya voy, ya voy! – dijo detrás de la puerta. Volví a tocar para molestar - ¡Dije que ya voy! ¡¿Quién...Effy!?
- ¡Hey, Hagrid! – salude con una sonrisa, esperaba que no se volviera loco y me enviara a clases.
- Jovencita, usted debe irse ya mismo – se cruzó de brazos y me miro con severidad.
- No quiero irme – replique y lo imite – Además, yo… yo ya he visto lo que sucederá en las clases por lo que no tengo que preocuparme demasiado ¿No me das algo de comer? Estoy muerta de hambre y no desayune nada. Vamos, Hagrid, solo esta vez ¿Si?
No sé cómo hice, pero puse mi mejor cara de perrito mojado para que el semi gigante se derritiera ante mi “encanto”, o bueno si es que podría llamársele así. Pero funciono, Hagrid me dejo entrar y me dio unas ricas tartas que había preparado y, según él, eran viejas recetas que había adquirido en uno de sus viajes al mundo Muggle.
- ¿Cómo te estas llevando con Miranda?
- Bien, creo – conteste encogiéndome de hombros para darle un sorbo a mi te.
- ¿Cómo que creo? Pensé que ustedes tendrían una buena química, que serían amigas, hermanas incluso – frunció el ceño confundido.
- Recién nos conocemos hace pocas semanas, además sabes como soy de simpática – ironice y negué la cabeza.
- Effy, sabes que debes cuidar de Miranda ¿No? ¿Dumbledore te dijo de los peligros que ella corría? ¿Del por qué esta en Hogwarts?
- Ese es el problema – dejo la taza arriba de la mesa y alzo mis brazos protestando - ¡Dumbledore nunca dice nada! Siempre quiere hacerse el misterioso y dejar que busquemos el porqué de todo cuando él ya lo sabe. Sé que tengo que proteger a Miranda, lo sé bien. Se la habilidad que su fénix posee y que mi fénix debe proteger al suyo, pero no sé nada mas de ella aparte de que estaba en un convento y que… y que una monja murió delante de sus ojos – Hagrid asiente - ¿Qué sabes de eso?
- Dumbledore la rescato a la pequeña. No se sabe quién fue, solo que asesinaron a una monja y casi la matan, sino fuera porque justo apareció Dumbledore y el hombre desapareció. El Ministerio pensó que si ella, al no tener un carácter fuerte sino más bien tranquilo y calmado, jamás podría ocasionar algún problema o exponerse, pero no contaban con que la hallarían. Miranda es muy importante, y debes protegerla. De contrario, solo estaremos destinados a la muerte.
- Estas exagerando – revolee los ojos y me pare. – Bien, ya estoy llena y te agradezco por ello, pero será mejor que asista al menos a una clase antes de que me corten la cabeza. Adiós, Hagrid.
Me despedí finalmente del semi gigante y retome mi rumbo hacia el castillo, pero aun no sabía mi horario, así que solo esperaba que se encontrara un Gryffindor de mi año para poder pedirle que me dijera que nos tocaría ahora. Pero no encontré a ninguno, sino al idiota de Cedric que venía caminando hacia mi dirección con Daphne. Los ignore a pesar de sentir sus gritos llamándome, y tome la ruta hacia las escaleras de la torre de Gryffindor, donde ellos no tenían acceso al ser de otras casas.
No pretendía ir a la torre de mi casa, pero en cuanto me asegure de que ellos se habían resignado y se perdieron entre la multitud, retome mi camino en búsqueda de alguien que me ayudara. Encontré a Seamus hablando con Dean, su mejor amigo. Bueno, al menos me había salvado de una.
Horas después.
Me recosté en mi cama mientras Sky entraba por la pequeña ventana y me dejaba el sobre arriba de la cama. Al tomarla, sentí el perfume característico de mi abuela, por lo que deduje que pertenecía a ella y a mi abuelo.
Leí con una sonrisa mientras me contaba que mi abuelo había tenido una caída, pero que no me preocupara, porque solo debía hacer reposo y tomar unas cuantas pastillas para calmar el dolor. A decir verdad, ellos tenían 71 y 67 años. No era por ser pesimista, pero los muggles morían antes que los magos o brujas. No sabía que haría si los dos estuvieran muertos, no podría seguir delante de ninguna forma. Pero no debía pensar en aquello, porque ellos estaban aún vivos y cuando me graduara, volvería a vivir con ellos como siempre.
Guarde la carta en el cajón y me despedí de mi lechuza cuando entro Miranda y Hermione riéndose entre ellas. La castaña me miro con desaprobación y me comenzó a regañar por faltar la mayoría de las clases y pasarme la otra durmiendo. Miranda solo asentía con la cabeza dándole la razón a su amiga.
- Bien, déjame tranquila – refunfuñe y la mire mal.
- Para la próxima, hubieras ido a desayunar antes ¡Te la perdiste en grande! – exclamo Hermione con una sonrisa boba en el rostro.
- ¿Ron al fin se te declaro? – levante las cejas. Ella se puso seria.
- Ja-ja, siempre eres tan graciosa, Effy. Pero no. ¡George le pidió una cita a Miranda!
- ¿George, que?
No, no, no. El por favor no.
- ¡George Weasley! ¿Qué otro George conoces? – se burló Hermione.
Bien, Miranda se estaba metiendo con personas que eran de mi completa propiedad; Si los gemelos me pertenecían, por ende, también George.
Jaeger.
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Capitulo Catorce || Parejas, dragon y una venganza
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Capítulo Catorce.
Parejas, dragon y una venganza.
Parejas, dragon y una venganza.
Miranda se estaba arreglando al espejo mientras Hermione y Ginny la ayudaban a arreglar los últimos toques de su atuendo. Usaba unos jeans y una remera bastante lindos, además de que eran perfectos para ella y la hacían verse realmente bien. Le pase su saco largo negro y ella me agradeció con una sonrisa nerviosa. Según lo que nos había dicho, era su primera cita y estaba demasiado emocionada por ello.
Aun no entendía que le veía a George Weasley, y no entendia tampoco que le veía George a ella. Estúpido amor o atracción o lo que sea que estaban sintiendo. Solo no quería que George me cambiara por Miranda, Fredd temía lo mismo, así que habíamos hablado bien para intervenir en la relación si éramos despechados de la vida de su gemelo. No era que no estuviésemos contentos por ellos, George era una gran persona y, bueno, a pesar de que no me agradaba la idea de tener más cerca a Miranda de mí, ella era buena y lo haría feliz. Pero cuando mi egoísmo salía a flote, era difícil pararlo.
Me despedí de todas y, a regañadientes haciéndole caso a Effelia, le desee buena suerte a Miranda. Ella, sin que yo se lo pidiera, me abrazo con fuerza y me agradeció mil veces por todo lo que había hecho por ella. Iba a golpearla si no me soltaba, así que aun abrazada le dedique una mirada de advertencia a mi amiga castaña que había entendido el mensaje y me la quito de encima.
Daphne me había alcanzado ayer cuando estaba corriendo a las mazmorras porque llegaba tarde a la clase de Historia de Magia. Como no habíamos hablado desde el incidente de Cedric, todavía nos quedaba charlas pendientes.
- Eff, espera por favor – la había escuchado detrás de mí.
Voltee y vi a la castaña corriendo con velocidad hasta que logro alcanzarme y se me tiro con euforia. Caí derechito al suelo y con todos mis libros que se habían desparramado por todo el suelo. Iba a asesinar a Daphne.
- ¡Lo siento! – chillo a tiempo, antes de que pudiera hacer algo más que mirarla fulminantemente.
- Tonta – dije tomando mis libros e incorporándome - ¿Qué sucedió? Llego tarde a clases y…
- ¡Y debes hablar con Cedric! – me interrumpió ella y me miro de forma severa - ¿Cuánto tiempo ha pasado? No pueden seguir peleados. Ustedes nunca antes lo habían hecho…
- Tu misma lo dijiste, “antes”. Ahora ya paso y no quiero hablar con él, ni de el – replique mirándola mal – Daphne, simplemente no te metas. Eres amiga de los dos y no quiero que te involucres en nuestros problemas.
- ¡Pero…!
- Pero nada, Daph – interrumpí. Si iba a vengarme de Cedric, Daphne no debería estar en el medio – Ya, me voy a clases.
- ¡De acuerdo! – asintió derrotada - pero más te vale que te pases todo el día conmigo mañana. Estoy cansada de estar con las idiotas que le hacen caso a todo a Pansy.
- Parkinson no es nada, no dejes que te moleste. Y si lo hace, me avisas ¿Bien?
- Bien – sonrió y me dio un corto abrazo - ¡Nos vemos mañana a las nueve en nuestro antiguo lugar!
Y eso había sido todo. Daphne y yo habíamos aclarado bien que ella no estaría metida en los problemas míos y Cedric, y pasaríamos tiempo juntas. En las vacaciones no pudimos vernos porque sus padres me odiaban y pensaban que yo era un mal ejemplo para su hija – en parte tenían toda la razón.
- ¡Ey, sabandija! – escuche unas voces familiares.
Me di vuelta y me encontré con los dos gemelos que caminaban en mi dirección. A diferencia de Fredd, George estaba más arreglado e incluso se había peinado. Les sonreí y agite mi mano en el aire. Espere a que ellos llegaran, y me arrepentí cuando comenzaron a desordenarme el pelo y hacerme cosquillas.
- Suéltenme antes de que los golpee – dije mientras soltaba pequeñas risitas - ¡Ya está bien! – grite cansada y ellos me soltaron de inmediato.
- No te enojes, nena – me dijo Fredd mientras yo me acomodaba la ropa.
- Hoy es un buen día y tú nos gritas.
- Y no solo eso…
- Nos amenazas – dijeron al mismo tiempo.
- Gemelos tenían que ser – negué con la cabeza sonriéndoles – Wow, George, estas muy guapo – me
burle mientras él me fulminaba con la mirada a mí y a su hermano, ya que ambos estábamos riéndonos de él.
- Incluso se bañó ¡Hace semanas que no lo hace! – exclamo su gemelo.
Hice una mueca de asco y lo golpee en el hombro para que se callara, pero no pude evitar reírme también.
- Bien, tonto. Espero que no lo arruines y después estés llorando por los rincones.
- No lo hare ¿Nadie puede confiar en mí?
- No. – respondimos Fredd y yo al mismo tiempo.
- ¡Hey! ¡Es mi gemelo, no el tuyo! – me acuso el pelirrojo.
- Ya, ya. Enserio, no lo arruines.
- Se supone que Fredd es el mujeriego ¿Por qué me lo dicen a mí? – bufo molesto.
- Ya, yo me voy con Daphne, ustedes sigan su camino.
Me despedí de ellos y observe de reojo que justo Miranda iba bajando las escaleras nerviosa. Tenía una sonrisa extendida en el rostro que se ensancho más cuando vio a George esperándola tan arreglado. Fredd se despidió de su hermano y corrió hacia mi lado, pasando una mano alrededor de mis hombros.
Según lo que dijo, ya no tenía que seguir acompañando a su hermano porque su acompañante ya había llegado, y que ahora él también quería ir a ver a su futura chica.
- ¿Te gusta Daphne? – levante las cejas en forma divertida.
- Si, podría decirse que si – se encogió de hombros.
- Fredd, te quiero, pero Daphne es mi mejor amiga y si le llegas a hacer algo malo, te castro.
Lo escuche tragar saliva y eso me hizo sonreír, me dio a entender que había captado la idea y sabía que yo no estaba bromeando. Llegamos al patio donde había algunas ruinas, además que debajo estaba la casa de Hagrid. Daphne nos esperaba con un intento de picnic, seguramente había estado leyendo los libros muggle de amor y toda esa cursilería que mi abuela me compraba, y por eso, yo se los prestaba a Daphne, quien los leía y luego me contaba de pies a cabeza la historia. Al menos me salvaba de las preguntas interrogativas de mi abuela.
Fui desterrada totalmente desde que ellos se miraron a los ojos. Ninguno me hablo o me hizo caso cuando dirigía la palabra, estaban tan ocupados en hablar entre ellos mismos que ni siquiera voltearon a verme una vez. Al menos me despidieron cuando dije que me iba. Bien, veía que Fredd no estaba jugando, que de verdad Daphne le estaba gustando, y ella, oh por Merlín ¡Había que ser idiota para no darse cuenta de lo enamorada que debía estar! Llegaba a un punto en que casi me daba pena.
Al dejar a los tortolitos solos, me di cuenta de que ya no tenía nada para hacer, salvo vagar por los lugares de todo el castillo o por los alrededores. Justo cuando pensaba irme hacia la cabaña de Hagrid, vi a Ron que estaba sentado apoyando la espalda en el tronco del árbol. Había hablado muy pocas veces desde que él y Harry se habían peleado, y creo que era el momento de que hiciera algo.
- Ronald – lo llame mirándolo seria.
- Hola, Effy ¿Cómo estás? – me pregunto con un tono un poco desanimado.
- Bien ¿Y tú? ¿Cómo estás? ¿Sigues igual de idiota? – me cruce de brazos y me lo quede viendo parada.
- ¡Harry no me conto nada! ¡Es un mentiroso! – chillo molesto mientras se paraba.
- ¡No me chilles y mide tus palabras! – lo regañe y el miro hacia abajo molesto – Harry es tu mejor amigo desde que tienen once años, te salvo muchas veces de que te mataran, Ron. Salvo a Ginny, también – el siguió sin responderme – No te voy a obligar a que vayas y le des un abrazo como los buenos amigos que eran, pero al menos piensa que Harry jamás te mentiría a ti, nunca.
El pareció pensarlo unos segundos. Puse una mano en su hombro en forma de consuelo. Era raro verlos peleados, ósea, esos dos se pasaban cada instante juntos, eran mejores amigos y siempre se apoyaban costara lo que costara. No entendía que estaba cambiando ahora, no quería que las cosas cambiaran. Me fui de Hogwarts viéndolos convertirse en mejores amigos, mi idea no era volver y verlos peleados.
- Se algo… sobre la primera prueba – susurro y me quede sorprendida.
- ¿Enserio? – me acerque más a él para que pudiera confiarme el secreto.
- Pero no debes decírselo a Harry – me apunto con el dedo.
Asentí a regañadientes y unimos nuestros meñiques cerrando el trato. Algo infantil, sí, pero era Ron Weasley, a veces no se podía pasar en alto lo infantil.
- La primera prueba son dragones – susurro.
- ¡¿DRAG…?!
- ¡Cállate! – puso sus manos en mi boca y evito de que gritara. – Ahora todos nos están viendo.
Sí, todos nos miraban. Incluido la idiota de Pansy y Draco, quien este último tenía el ceño fruncido. Mordí la mano del pelirrojo y el enseguida se quejó. Lo arrastre a un lugar privado para que terminara de contarme, quizás no podía yo contárselo a Harry, pero si se lo decía a Miranda o a Hagrid, de seguro ellos dos podrían hacérselo saber.
Llegamos a un pasillo desierto, por lo que nos sentamos en unos bancos y me conto de que su hermano – no recuerdo cual nombre, son tantos – le había informado de que la primera prueba serian Dragones, ya que él estaba en Rumania entrenándolos.
Quede sorprendida realmente. Quería verle la cara de terror a Cedric cuando se enterara de que iban a ser dragones los cuales le iban a cortar su cabecita. ¡Y decía que no había problema! ¡Los querían matar a los pobre! Aunque Fleur no me daba un poco de lastima, esperaba que no les sucediera nada a los otros tres.
Aunque trate de convencer a Ron de que se lo contara a Harry, aun se resistía a la idea. De todas formas, no quería intervenir más en su relación, ellos solos volverían a ser los mejores amigos como siempre lo fueron. Además, aún quedaba tiempo para la primera prueba, por lo que no debía preocuparme mucho por ahora.
Cuando estaba a punto de llegar hacia las escaleras que me dirigían a la torre de Gryffindor, sonreí burlonamente al ver a los dos estúpidos y gordos guarda espaldas de Malfoy. Snape, como años atrás, los había castigado y no les había dado nada de comer. Tuve una idea un plan para vengarme, sin dudas no fallarían.
- ¿Tienen hambre mis gorditos? – me agache un poco para observar sus rostros llorones y de niños tristes. Ellos asintieron – Les tengo una rica cena - dije en tono amable.
Saque mi varita y les di un manjar del cual iban a disfrutar. Los gordos me agradecieron escupiéndome la comida en la cara mientras trataban de colocar todo en su boca.
Si supieran que esa comida era solo una ilusión y eran gusanos.
Me reí a carcajadas cuando Malfoy se los grito y se rompió el hechizo, haciendo que ellos comenzaran a gritar asustados. Ahora tendrían más cuidado al meterse conmigo.
Jaeger.
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Capitulo Quince | | Botones y hurón.
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Capítulo Quince.
Botones y hurón.
Botones y hurón.
Leí molesta el diario al leer todas las estupideces que la idiota aquella había escrito. Era imposible que Harry dijera cosas que se perjudicara a el mismo, y estaba segura de que esto salía de la mente de esa maniática.
Antes de que arrugara el papel y lo tirara a la basura, decidí leer la entrevista que le había hecho a Cedric, pero no era nada de lo común, no había nada que lo perjudicara. Lo mostraban como un chico inteligente, humilde, generoso y trabajador. Pero eso sí, había una pregunta que me había descolocado totalmente.
“Le pregunte al joven Cedric Diggory como última pregunta a quien le dedicaría la copa de los Tres Magos si llegaba a ganar. Este respondió: - Se la dedicaría a mi padre, obviamente. Pero también a Effy Potter, mi mejor amiga.
Al parecer el joven mantiene un estrecho lazo con la muy conocida fénix con Diggory ¿Compartirán un romance? ¿En verdad son amigos? ¿Harry Potter está contento con esta amistad o romance que mantiene su prima con su contrincante? ¿Y de qué lado estará Effy Potter en todo este asunto?”
- ¡Mierda! – grite cuando me canse de leer estupideces.
Enrolle el papel entre mis manos sin darle importancia a los gritos del puto periódico donde estaba la foto de la mujer. Lo tire a la chimenea con fuerza y me jure vengarme lo antes posible de todos ellos. Malditos desgraciados ¡El profeta no tenía por qué sacar cosas de mi! ¡Iba a presentar una queja en el ministerio, y les convenía hacerme caso!
Cuando me gire enfadada, observe que todos tenían el diario en sus manos y me observaban. ¿Acaso pensaban que enserio…? ¡Idiotas!
- ¡¿Qué?! ¡¿Ustedes también creen que tengo algo con Diggory?! – grite nuevamente, pero no espere respuesta porque enseguida subí las escaleras hacia mi cuarto.
- ¡Espera, Effy! – escuche a Miranda gritarme a mis espaldas, pero seguí caminando hasta llegar a mi cuarto en encerrarme.
Patee con fuerza un baúl pero aquello provoco que el pie comenzara a dolerme por haber sido tan estúpida. Por Merlín ¡¿Acaso no podían meterse en su vida y dejarme tranquila?! ¡Bastante ya tenía con tener que aguantarme las miradas sobre mí por ser un fénix, y ahora por ser la supuesta novia de mi mejor amigo!
<< Bueno, si es que después de todo se merece aquel importante titulo >> Me dijo Effelia con sarcasmo.
<< ¿Quién iba a decir que la criatura más sabia y amable fuera así? >> pregunte divertida, pero fastidiada aun por el golpe.
<< Soy amable, no estúpida a diferencia de otras. >>
Iba a mandarla al diablo por querer pasarme por encima, pero Miranda llego justo e interrumpió nuestra charla mental. Quizás era mejor así, sino Effelia y yo nos quedaríamos horas peleando y eso era agotador para mi cabeza en aquellos momentos. Me senté en mi cama y di golpecitos al frente para que la rubia se sentara.
- Yo si te creo que no tienes nada con Diggory – me sonrió Miranda dándome apoyo.
- Gracias, entonces – conteste no muy segura.
- Pero creo que él siente algo por ti…
La interrumpí con la mirada fulminante que le envié. Lo que tampoco quería saber era si Cedric me veía de otra forma o no, pero era casi imposible tomando en cuenta de que el sentía cosas por otra chica, que obviamente no era yo. Cedric me hubiera dicho hace años que sentía algo por mí, o incluso pudo habérmelo dicho desde que nos encontramos, o en cualquier momento en que pasamos juntos. Estaba segura de él pero… pero recordé de sus palabras y me pregunte si Cedric alguna vez no me oculto algo importante.
Días después.
Al parecer, Hagrid estaba enterado por la prueba de los dragones y Ron había echo una estúpida estrategia para que Harry supiera cuál era su primera prueba, por lo que deje de intervenir en sus asuntos y comencé a meterme más en los míos. Uno de ellos era pasar tiempo con Daphne y – muy a mi pesar – Cedric. Las cosas no estaban del todo bien con este último, aún seguía estando herida por lo que lo trataba con indiferencia y frialdad, aunque el parecía entenderme del porqué de mi actitud.
Miranda estaba insoportable la mayor parte de los días hablando solamente de George esto, George lo otro. ¡Incluso me conto que tenía un gemelo! Idiota, como si yo no lo conociera.
También quise hablar muchas veces con Dumbledore sobre cuál era el poder de Miranda pero el viejo no me atendió ni una sola vez. Decidí que si la rubia estaba en peligro de muerte, no me haría responsable si llegaba a pasar algo. Effelia tampoco me rebelaba nada, pero estaba segura que si le insistía un poco más lo soltaría para que me callara.
- Señorita Potter – escuche la voz de Snape de repente, lo que hizo que sobresaltara.
- ¿Si señor? – aclare mi garganta y lo mire fijamente.
- ¿Puede decirle a la clase de que estábamos hablando? – me fulmino con la mirada y solo pude sonreírle torcidamente – Castigada.
- ¡¿Otra vez?! – resople con fuerza.
- Después de las clases la quiero aquí mismo. Ya se pueden ir
Snape a cada instante se le daba por castigarme, últimamente. Tome mis cosas y me marche rápido de las mazmorras, cansada de que siempre pase lo mismo, sabía que era mi culpa pero él no tenía que ser tan jodido.
Alcance a Harry que iba caminando hacia el patio. Esperaba que ya se hubiera enterado de los dragones, así podría quizás ayudarlo o buscar técnicas para vencerlos.
- ¿No vas a esperar a tu prima? – le golpee el hombro de forma juguetona y el me sonrió.
- Lo siento, Effy. Es que… la prueba, Ron y todo lo demás me tiene agotado – suspiro.
- Tranquilo – le masajee la espalda – Ya verás que todo se arreglara.
Quizás nunca debí decir aquello, porque cuando entramos en los pasillos, observamos que todos los estudiantes tenían un broche donde alaban a Cedric e insultaban a Harry. Este me dirigió una mirada molesta y camino más rápido, intentando ignorar las burlas.
- ¡Potter apesta!
- ¡Cállate, Ravenclaw! – exclame empujándolo contra la pared. - ¡Harry, espérame!
Pero Harry sigo caminando sin hacerme caso, no sabía porque se molestaba conmigo cuando yo no tenía la culpa y solo quería animarlo. Observe que paso por un grupo de Hufflepuff que lo molestaba. Empuje a los estúpidos hurones y seguí sus pasos, sorprendiéndome que fuera a buscar a Cedric.
- Ey, Potter – le hablo uno de los amigos de Cedric una vez que llegue al lado del azabache - ¿Te gusta mi botón?
- Púdrete, idiota – lo insulte mientras lo fulminaba con la mirada pero aun así siguieron haciendo bullicio.
- ¿Podemos hablar? – escuche que le susurraba a Cedric.
El castaño asintió y se alejaron un poco, iba a seguirlos pero no sin antes golpear al idiota que más estaba molestando a Harry. Todos los amigos de Cedric me miraron impresionados mientras yo solo sonreía con satisfacción. Me dolía un poco la mano, pero estaba harta de que molestaran a Harry; odiaba que molestaran a una de las pocas personas que más quería en mi vida, y no iba a permitir que siguieran haciéndole la vida imposible. Debía averiguar donde habían conseguido los botones.
- ¿Quién les dio esa mierda? – pregunte mientras tomaba con fuerza le brazo de una chica, haciendo que se incorpore.
- ¿Qué te pasa, tonta? – replico la muchacha intentando zafarse, por lo que le apreté mucho más el brazo, haciéndola gemir de dolor – Suéltame. ¡Ayúdenme!
- ¡Déjala tranquila! – exclamo uno pero lo calle dándole una mirada fuciladoras.
- ¿Quién les dio esa mierda? – insistí, apretando más fuerte el brazo – Voy a romperte el hueso sino lo dices.
- ¿No crees que estas exagerando?
- Tal vez. O tal vez no – sonreí con ironía - ¿Quién fue?
- Malfoy, fue Malfoy – murmuro asustada y cerrando los ojos con fuerza. La solté con brusquedad, lo que hizo que ella callera arriba de uno de sus amigos.
- No te costaba nada decirlo, perra.
Voltee y camine hacia mi primo y el castaño, pero ya habían terminado su conversación. Iba a perseguir a Harry, dispuesta a contarle que había sido el rubio platinado quien estaba expandiendo esa estúpida campaña en su contra, pero Cedric me tomo del brazo antes de que me pudiera ir.
- ¿Es verdad? ¿Potter no me está poniendo una trampa? – pregunto dudoso.
Entrecerré los ojos molesta, si ya de por si estaba furiosa, ahora era todo peor. Quería abalanzarme y golpear a Cedric con todas mis fuerzas, pero lo único que hice fue zafarme de su agarre con brusquedad.
<< Él también tiene un botón. En su bolsillo >> me informo Effelia, mostrándome una parte del pasado donde se veía a Cedric burlándose y exhibiendo el botón.
- Harry te está diciendo la verdad, el no sería tan desgraciado como para mentirte. Él no es como tú.
Del bolsillo delantero de su pantalón, metí la mano apenas y saque el botón que todos estaban usando. No sabía si estaba más enojada o más triste, toda la popularidad que recaía en Cedric lo estaba cambiando. Él no era así, jamás en su vida humillaría a alguien, pero esa era la realidad. Estaba con la campaña que lo apoyaba y, que al mismo tiempo, estaba en contra de Harry. No me hubiera molestado para nada que haya una campaña para Cedric, pero me molestaba que lo molestaran a mi primo, como si no tuviera demasiado.
- Effy, mis amigos me obligaron a usarlo. Te lo ju…
- Me encanta como sigues a tus amigos. Que leal – sonreí con sarcasmo – Adiós, Diggory.
Sin hacer caso a sus llamados, busque con la mirada a Harry y seguí caminando, esperando verlo y estar a su lado. No quería que estuviera solo, Harry no reaccionaba ante las burlas y eso me molestaba de él. Si se reían en su cara, debía golpearlos y hacerlos sufrir para que cierren el pico. Que va, el azabache era más tranquilo y menos agresivo de lo que era yo.
Me encontré con que Moody estaba haciendo dar vueltas a un hurón, por lo que no pude evitar a reír a carcajadas al igual que todos, los cuales se habían comenzado a acercar para observar el espectáculo. Cuando metió al hurón adentro de los pantalones de uno de los gordos, fue cuando me di cuenta de que algo no estaba bien. Esos dos estúpidos siempre se la pasaban con Malfoy, ¿Y ahora donde estaba el idiota?
- Harry, ¿Quién es el…?
- Malfoy – respondió soltando una carcajada.
Por las barbas de Merlín.
- ¡Profesor Moody! ¿Qué está haciendo? – pregunto alterada la profesora McGonagall.
- ¡Enseñando!
Finalmente, McGonagall al darse cuenta de que se trataba de un estudiante, volvió a convertir al hurón en Malfoy, uno asustadizo que comenzó a dar vueltas por el árbol, obviamente, seguido por Moody. Hasta que una vez más, la jefa de la casa de Gryffindor, detuvo el escándalo y agarro al rubio platinado de su brazo.
- En Hogwarts no se permite usar magia en los alumnos, Alastor. Me imagino que Dumbledore se lo ha dicho – dijo con severidad la mujer, apuntándolo con su varita.
- Creo que lo menciono – murmuro ojo loco.
- Pues será mejor que no lo olvide. Ahora, todos a vayan a sus clases – sentencio, haciendo que todos comenzaran a irse – Espere, señorita Potter.
Voltee sorprendida al igual que mi primo, quien me deseo suerte y se marchó. Maldito desgraciado, iba a pagármelas por dejarme sola con McGonagall furiosa. Me acerque a la mujer y me pare enfrente de ella, resistiéndome a mirar a Malfoy, sino estaría riéndome a carcajadas.
- Tengo entendido que el profesor Snape le ha dado un castigo.
- Pero es al finalizar las clases – fruncí el ceño sin entenderla.
- Tendrá que hacerlo ahora – suspiro y cambio su rostro, dándome una mirada triste – El profesor Dumbledore quiere hablar con usted al finalizar las clases.
- De acuerdo – asentí curiosa ¡Por fin el viejo barbón iba a recibirme!
- En cuanto a usted, señor Malfoy – miro con desaprobación al rubio platinado, quien se notaba que estaba muy molesto y avergonzado – Pasara la siguiente hora en el castigo con la señorita Potter, en las mazmorras.
- ¡¿Qué?! ¡Pero yo no hice nada! – replico molesto, zafándose del agarre.
- Me imagino que por algo el profesor Moody lo transformo. Ya mismo los quiero en camino hacia su castigo. Tienen suerte de que Snape no esté dando clases la última hora.
Y allí nos dejó, a ambos con la boca abierta, y solos. Malfoy yo estábamos solos.
Mierda.
Antes de que arrugara el papel y lo tirara a la basura, decidí leer la entrevista que le había hecho a Cedric, pero no era nada de lo común, no había nada que lo perjudicara. Lo mostraban como un chico inteligente, humilde, generoso y trabajador. Pero eso sí, había una pregunta que me había descolocado totalmente.
“Le pregunte al joven Cedric Diggory como última pregunta a quien le dedicaría la copa de los Tres Magos si llegaba a ganar. Este respondió: - Se la dedicaría a mi padre, obviamente. Pero también a Effy Potter, mi mejor amiga.
Al parecer el joven mantiene un estrecho lazo con la muy conocida fénix con Diggory ¿Compartirán un romance? ¿En verdad son amigos? ¿Harry Potter está contento con esta amistad o romance que mantiene su prima con su contrincante? ¿Y de qué lado estará Effy Potter en todo este asunto?”
- ¡Mierda! – grite cuando me canse de leer estupideces.
Enrolle el papel entre mis manos sin darle importancia a los gritos del puto periódico donde estaba la foto de la mujer. Lo tire a la chimenea con fuerza y me jure vengarme lo antes posible de todos ellos. Malditos desgraciados ¡El profeta no tenía por qué sacar cosas de mi! ¡Iba a presentar una queja en el ministerio, y les convenía hacerme caso!
Cuando me gire enfadada, observe que todos tenían el diario en sus manos y me observaban. ¿Acaso pensaban que enserio…? ¡Idiotas!
- ¡¿Qué?! ¡¿Ustedes también creen que tengo algo con Diggory?! – grite nuevamente, pero no espere respuesta porque enseguida subí las escaleras hacia mi cuarto.
- ¡Espera, Effy! – escuche a Miranda gritarme a mis espaldas, pero seguí caminando hasta llegar a mi cuarto en encerrarme.
Patee con fuerza un baúl pero aquello provoco que el pie comenzara a dolerme por haber sido tan estúpida. Por Merlín ¡¿Acaso no podían meterse en su vida y dejarme tranquila?! ¡Bastante ya tenía con tener que aguantarme las miradas sobre mí por ser un fénix, y ahora por ser la supuesta novia de mi mejor amigo!
<< Bueno, si es que después de todo se merece aquel importante titulo >> Me dijo Effelia con sarcasmo.
<< ¿Quién iba a decir que la criatura más sabia y amable fuera así? >> pregunte divertida, pero fastidiada aun por el golpe.
<< Soy amable, no estúpida a diferencia de otras. >>
Iba a mandarla al diablo por querer pasarme por encima, pero Miranda llego justo e interrumpió nuestra charla mental. Quizás era mejor así, sino Effelia y yo nos quedaríamos horas peleando y eso era agotador para mi cabeza en aquellos momentos. Me senté en mi cama y di golpecitos al frente para que la rubia se sentara.
- Yo si te creo que no tienes nada con Diggory – me sonrió Miranda dándome apoyo.
- Gracias, entonces – conteste no muy segura.
- Pero creo que él siente algo por ti…
La interrumpí con la mirada fulminante que le envié. Lo que tampoco quería saber era si Cedric me veía de otra forma o no, pero era casi imposible tomando en cuenta de que el sentía cosas por otra chica, que obviamente no era yo. Cedric me hubiera dicho hace años que sentía algo por mí, o incluso pudo habérmelo dicho desde que nos encontramos, o en cualquier momento en que pasamos juntos. Estaba segura de él pero… pero recordé de sus palabras y me pregunte si Cedric alguna vez no me oculto algo importante.
Días después.
Al parecer, Hagrid estaba enterado por la prueba de los dragones y Ron había echo una estúpida estrategia para que Harry supiera cuál era su primera prueba, por lo que deje de intervenir en sus asuntos y comencé a meterme más en los míos. Uno de ellos era pasar tiempo con Daphne y – muy a mi pesar – Cedric. Las cosas no estaban del todo bien con este último, aún seguía estando herida por lo que lo trataba con indiferencia y frialdad, aunque el parecía entenderme del porqué de mi actitud.
Miranda estaba insoportable la mayor parte de los días hablando solamente de George esto, George lo otro. ¡Incluso me conto que tenía un gemelo! Idiota, como si yo no lo conociera.
También quise hablar muchas veces con Dumbledore sobre cuál era el poder de Miranda pero el viejo no me atendió ni una sola vez. Decidí que si la rubia estaba en peligro de muerte, no me haría responsable si llegaba a pasar algo. Effelia tampoco me rebelaba nada, pero estaba segura que si le insistía un poco más lo soltaría para que me callara.
- Señorita Potter – escuche la voz de Snape de repente, lo que hizo que sobresaltara.
- ¿Si señor? – aclare mi garganta y lo mire fijamente.
- ¿Puede decirle a la clase de que estábamos hablando? – me fulmino con la mirada y solo pude sonreírle torcidamente – Castigada.
- ¡¿Otra vez?! – resople con fuerza.
- Después de las clases la quiero aquí mismo. Ya se pueden ir
Snape a cada instante se le daba por castigarme, últimamente. Tome mis cosas y me marche rápido de las mazmorras, cansada de que siempre pase lo mismo, sabía que era mi culpa pero él no tenía que ser tan jodido.
Alcance a Harry que iba caminando hacia el patio. Esperaba que ya se hubiera enterado de los dragones, así podría quizás ayudarlo o buscar técnicas para vencerlos.
- ¿No vas a esperar a tu prima? – le golpee el hombro de forma juguetona y el me sonrió.
- Lo siento, Effy. Es que… la prueba, Ron y todo lo demás me tiene agotado – suspiro.
- Tranquilo – le masajee la espalda – Ya verás que todo se arreglara.
Quizás nunca debí decir aquello, porque cuando entramos en los pasillos, observamos que todos los estudiantes tenían un broche donde alaban a Cedric e insultaban a Harry. Este me dirigió una mirada molesta y camino más rápido, intentando ignorar las burlas.
- ¡Potter apesta!
- ¡Cállate, Ravenclaw! – exclame empujándolo contra la pared. - ¡Harry, espérame!
Pero Harry sigo caminando sin hacerme caso, no sabía porque se molestaba conmigo cuando yo no tenía la culpa y solo quería animarlo. Observe que paso por un grupo de Hufflepuff que lo molestaba. Empuje a los estúpidos hurones y seguí sus pasos, sorprendiéndome que fuera a buscar a Cedric.
- Ey, Potter – le hablo uno de los amigos de Cedric una vez que llegue al lado del azabache - ¿Te gusta mi botón?
- Púdrete, idiota – lo insulte mientras lo fulminaba con la mirada pero aun así siguieron haciendo bullicio.
- ¿Podemos hablar? – escuche que le susurraba a Cedric.
El castaño asintió y se alejaron un poco, iba a seguirlos pero no sin antes golpear al idiota que más estaba molestando a Harry. Todos los amigos de Cedric me miraron impresionados mientras yo solo sonreía con satisfacción. Me dolía un poco la mano, pero estaba harta de que molestaran a Harry; odiaba que molestaran a una de las pocas personas que más quería en mi vida, y no iba a permitir que siguieran haciéndole la vida imposible. Debía averiguar donde habían conseguido los botones.
- ¿Quién les dio esa mierda? – pregunte mientras tomaba con fuerza le brazo de una chica, haciendo que se incorpore.
- ¿Qué te pasa, tonta? – replico la muchacha intentando zafarse, por lo que le apreté mucho más el brazo, haciéndola gemir de dolor – Suéltame. ¡Ayúdenme!
- ¡Déjala tranquila! – exclamo uno pero lo calle dándole una mirada fuciladoras.
- ¿Quién les dio esa mierda? – insistí, apretando más fuerte el brazo – Voy a romperte el hueso sino lo dices.
- ¿No crees que estas exagerando?
- Tal vez. O tal vez no – sonreí con ironía - ¿Quién fue?
- Malfoy, fue Malfoy – murmuro asustada y cerrando los ojos con fuerza. La solté con brusquedad, lo que hizo que ella callera arriba de uno de sus amigos.
- No te costaba nada decirlo, perra.
Voltee y camine hacia mi primo y el castaño, pero ya habían terminado su conversación. Iba a perseguir a Harry, dispuesta a contarle que había sido el rubio platinado quien estaba expandiendo esa estúpida campaña en su contra, pero Cedric me tomo del brazo antes de que me pudiera ir.
- ¿Es verdad? ¿Potter no me está poniendo una trampa? – pregunto dudoso.
Entrecerré los ojos molesta, si ya de por si estaba furiosa, ahora era todo peor. Quería abalanzarme y golpear a Cedric con todas mis fuerzas, pero lo único que hice fue zafarme de su agarre con brusquedad.
<< Él también tiene un botón. En su bolsillo >> me informo Effelia, mostrándome una parte del pasado donde se veía a Cedric burlándose y exhibiendo el botón.
- Harry te está diciendo la verdad, el no sería tan desgraciado como para mentirte. Él no es como tú.
Del bolsillo delantero de su pantalón, metí la mano apenas y saque el botón que todos estaban usando. No sabía si estaba más enojada o más triste, toda la popularidad que recaía en Cedric lo estaba cambiando. Él no era así, jamás en su vida humillaría a alguien, pero esa era la realidad. Estaba con la campaña que lo apoyaba y, que al mismo tiempo, estaba en contra de Harry. No me hubiera molestado para nada que haya una campaña para Cedric, pero me molestaba que lo molestaran a mi primo, como si no tuviera demasiado.
- Effy, mis amigos me obligaron a usarlo. Te lo ju…
- Me encanta como sigues a tus amigos. Que leal – sonreí con sarcasmo – Adiós, Diggory.
Sin hacer caso a sus llamados, busque con la mirada a Harry y seguí caminando, esperando verlo y estar a su lado. No quería que estuviera solo, Harry no reaccionaba ante las burlas y eso me molestaba de él. Si se reían en su cara, debía golpearlos y hacerlos sufrir para que cierren el pico. Que va, el azabache era más tranquilo y menos agresivo de lo que era yo.
Me encontré con que Moody estaba haciendo dar vueltas a un hurón, por lo que no pude evitar a reír a carcajadas al igual que todos, los cuales se habían comenzado a acercar para observar el espectáculo. Cuando metió al hurón adentro de los pantalones de uno de los gordos, fue cuando me di cuenta de que algo no estaba bien. Esos dos estúpidos siempre se la pasaban con Malfoy, ¿Y ahora donde estaba el idiota?
- Harry, ¿Quién es el…?
- Malfoy – respondió soltando una carcajada.
Por las barbas de Merlín.
- ¡Profesor Moody! ¿Qué está haciendo? – pregunto alterada la profesora McGonagall.
- ¡Enseñando!
Finalmente, McGonagall al darse cuenta de que se trataba de un estudiante, volvió a convertir al hurón en Malfoy, uno asustadizo que comenzó a dar vueltas por el árbol, obviamente, seguido por Moody. Hasta que una vez más, la jefa de la casa de Gryffindor, detuvo el escándalo y agarro al rubio platinado de su brazo.
- En Hogwarts no se permite usar magia en los alumnos, Alastor. Me imagino que Dumbledore se lo ha dicho – dijo con severidad la mujer, apuntándolo con su varita.
- Creo que lo menciono – murmuro ojo loco.
- Pues será mejor que no lo olvide. Ahora, todos a vayan a sus clases – sentencio, haciendo que todos comenzaran a irse – Espere, señorita Potter.
Voltee sorprendida al igual que mi primo, quien me deseo suerte y se marchó. Maldito desgraciado, iba a pagármelas por dejarme sola con McGonagall furiosa. Me acerque a la mujer y me pare enfrente de ella, resistiéndome a mirar a Malfoy, sino estaría riéndome a carcajadas.
- Tengo entendido que el profesor Snape le ha dado un castigo.
- Pero es al finalizar las clases – fruncí el ceño sin entenderla.
- Tendrá que hacerlo ahora – suspiro y cambio su rostro, dándome una mirada triste – El profesor Dumbledore quiere hablar con usted al finalizar las clases.
- De acuerdo – asentí curiosa ¡Por fin el viejo barbón iba a recibirme!
- En cuanto a usted, señor Malfoy – miro con desaprobación al rubio platinado, quien se notaba que estaba muy molesto y avergonzado – Pasara la siguiente hora en el castigo con la señorita Potter, en las mazmorras.
- ¡¿Qué?! ¡Pero yo no hice nada! – replico molesto, zafándose del agarre.
- Me imagino que por algo el profesor Moody lo transformo. Ya mismo los quiero en camino hacia su castigo. Tienen suerte de que Snape no esté dando clases la última hora.
Y allí nos dejó, a ambos con la boca abierta, y solos. Malfoy yo estábamos solos.
Mierda.
Jaeger.
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Capítulo Dieciséis. || Castigo.
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Capítulo Dieciséis.
Castigo.
Castigo.
Caminamos a paso lento hacia nuestro castigo, en silencio, el cual era un tanto incomodo. Los nervios me estaban carcomiendo por dentro y no sabía que iba a hacer. Había estado tratando de evitar a Malfoy desde hace bastante tiempo, y como obra del destino, teníamos que compartir castigo. Y Merlín sabía que nos haría hacer Snape. De seguro todo el trabajo caería en mis hombros, debido a que era una Gryffindor y el muy idiota tenía una preferencia hacia el rubio platinado.
El castigo iba a ser una tortura.
- Todo por culpa del estúpido de tu primo ¿Quién se cree que es? – farfullo a unos metros de las mazmorras – Potter no hace más que darme problemas y…
- ¿Y quieres salir todavía más lastimado? – interrumpí fulminándolo con la mirada – No molestes, Malfoy.
- Mi nombre es Draco. – su tono de voz había cambiado, por uno más suave. Aun así, no dejaba de sonar pretencioso.
- Lo sé – musito.
El ambiente se vuelve más tenso y nos quedamos nuevamente en silencio. Es difícil a veces tratarlo mal, solo me recuerda a una sonrisa de un joven que en el futuro amare y entregare toda mi vida en sus manos. Sonaba estúpido lo que pensaba, pero así iba a ser mi futuro si era al lado de Draco Malfoy. Obviamente, íbamos a ser como cualquier pareja, con nuestras peleas, nuestros buenos y malos momentos. Aun así, íbamos a estar juntos por un buen tiempo. En todas las visiones que intentaba buscar otro camino que no sea estar con él, inevitablemente el aparecía en mi camino. No importaba la edad, él estaba conmigo.
<< Algunas cosas del destino no se pueden cambiar >> dijo Effelia con sabiduría.
<< Estar cerca de él, lo único que me traerá son problemas con todo el mundo >> suspire lentamente, provocando que el volteara a verme.
- ¿Snape te castigo por que no estabas prestando atención?
Lo mire desconfianza y confundida. El tono de su voz no sonaba altanero y pretencioso como siempre. Me asuste al darme cuenta incluso de que me agradaba el sonido de su asquerosa voz.
- No te interesa – pare con brusquedad delante de él. Malfoy me imito y frunció el ceño ante mi actitud. Había cosas que debía dejar en claro – Mira, solo vamos a cumplir con el castigo y listo ¿De acuerdo? No es necesario que seas amable conmigo sino quieres, pero te aconsejo que por lo menos, te dediques a cumplir parte de tu castigo y no me molestes, porque ahí si vas a conocerme enojada.
Parecía que lo estaba pensando, pero me inquietaba que sus ojos no se hayan volteado hacia otro lado en vez de penetrar los míos. Me sentía tan incómoda y nerviosa a su lado; el puto corazón no dejaba de latir y sentía que unas cataratas saldrían de mis manos en cualquier momento. No quería, realmente no quería sentir nada por el ser despreciable que tenía delante de mis ojos, pero ¿Y si había algo más allá de Draco Malfoy? ¿Algo que no sea solo superficialidad y pretensión? ¿Si había alguien más allí adentro?
- Pensar que eras diferente sí que fue un error – dijo mientras me rebajaba con la mirada. Levante una ceja incrédula – Eres igual de problemática que Potter.
<< Bien, a tirar todas las teorías a la mierda >>
Iba a empujarlo, a tirarme encima de él y a propinarle golpes, pero decidí mejor no hacerlo. Mas castigos no quería, en verdad que no; además tenía que ir a ver a Dumbledore después, debía averiguar todo sobre Miranda, ya sea sus poderes, pasado, presente y futuro.
Le mostré el dedo del medio al rubio platinado y camine hacia el aula donde daba clases Snape, y al entrar estaba él, esperándonos mientras miraba un reloj de bolsillo.
- Cinco segundos tarde, señorita Potter y señor Malfoy – espeto con la voz gruesa y arrastrada.
- Lo siento, señor – me limite a decir, ¿Qué más podía hacer en mi defensa contra él? Nada, definitivamente nada.
- Con un “Lo siento” no hará que mis preciados segundos vuelvan – se giró con brusquedad y tomo tres pergaminos. – Síganme.
Snape camino hacia una puerta vieja y oxidada que había medio escondida por un pizarrón. Draco y yo lo seguimos, extrañados. Al parecer el tampoco sabía de la existencia de esa puerta, y en cuanto el profesor la abrió, me di cuenta de que era algo así como una bodega, donde estaba repleta de cajas, bibliotecas llena de libros y frascos llenos; todo estaba lleno de tierra, polvo y telarañas. De solo pensar en un bicho de seis u ocho patas - ¿Y por qué no? Quizás más – un escalofrío recorrió por toda mi espalda.
El hombre de cabello negro nos sonrió con maldad. Esto no me estaba gustando nada.
- Espero que puedan limpiarlo a tiempo…
- ¡¿Espera que yo limpie eso?! – chillo Malfoy.
- Sí, señor Malfoy – asintió Snape –Vendré dentro de una hora y espero que este reluciente.
- Pero…
- Sin peros, Potter
Y así sin más, Draco y yo nos quedamos limpiando, sin siquiera poder oponernos porque sabíamos que vendría un castigo peor; con Snape no se juega. Habíamos decidido cerrar la puerta – sin importarnos morirnos por falta de aire – ya que podría entrar tierra o bichos en las mazmorras y eso sumaria otro castigo que no estábamos dispuestos a cumplir, en cambio, el rubio mataba a las cucarachas con su varita, divirtiéndose y lanzando risitas tontas, también estúpidos comentarios.
- ¡Aja! ¿Creías que te escaparías del gran Draco Malfoy? Muy equivocada, ratita.
- ¿Le hablas a una rata muerta? – fruncí el ceño mientras lo miraba incrédula.
- Cállate – farfullo mirando hacia abajo, y pese a la poca luz que había, note sus mejillas enrojecidas, algo que me hizo sonreír.
- Deberías dejar de jugar y ayudarme. No puedo terminar sola.
- ¿Y si no quiero? – sonrió altaneramente.
- Te corto los huevos – le tire la escoba.
Quise echarme a reír por sus ojos abiertos como platos y lo torpe que había agarrado la escoba, pero era mejor no reír y hablarle enserio, sino sería peor. Por suerte, me hizo caso y comenzó a barrer la tierra mientras yo iba a sacándole polvo a los frascos.
- Que estúpida poción – pensé.
- ¿Qué poción?
Oh mierda, lo había dicho en voz alta.
Gire para decirle que no era su puto problema saber qué cosa tenía en mi mano, pero cuando lo hice me encontré con que su cuerpo estaba tan cerca de mí, casi rozándome. Me mordí con fuerza el labio y me dije a mi misma que tenía que calmarme.
- Poción de amor – aclare mi garganta y volví a dejarla donde estaba – es una estupidez.
- ¿El amor? Sí, es una estupidez. – él se alejó, comenzando a barrer otro costado.
- No, el amor no es una estupidez – lo contradije, y por otra parte, también me contradecía a mí misma.
- ¿Te gusta llevarme la contra acaso, Potter? – frunció el ceño mientras seguía con la escoba
- ¿Por qué estas barriendo tan mal? – suspire y puse las manos en mi cadera.
- Porque estos trabajos no los tengo porque hacer yo –tiro con brusquedad la escoba hacia el suelo – Soy Draco Malfoy ¡No sé por qué tengo que estar encerrado en este horroroso lugar!
Me masajee la cabeza con mis manos y largue un gran suspiro. Era un bebe, un idiota, un malcriado, un caprichoso, además de altanero, arrogante y pretencioso.
Camine hacia él, sin poder apartar la vista de sus ojos. Pareciera que tenía miedo, seguramente mi cara no era la mejor y ya le había advertido que iba a golpearlo sino hacia las cosas bien, pero solamente le pase el trapo y tome la escoba para comenzar a barrer yo. Pareció captar el mensaje y se dispuso a limpiar los frascos.
El tiempo pasó y seguíamos limpiando. No me creía que todavía no había pasado la hora porque se notaba que nos quedaba demasiado trabajo. Snape tenía este castigo reservado para mí, estaba segura de que era así porque de lo contrario, no hubiera esperado hasta este momento en dárselo a algún alumno.
- ¿Iras con Diggory al baile de navidad? – escuche de repente haciéndome salir de mis pensamientos.
Respire con profundidad mientras el corazón me bombardeaba con fuerza. Antes de responder, termine de tirar con la pala la tierra que contenía en una de las bolsas.
- ¿Por qué iría con Cedric? – pregunte volviendo mi vista hacia él.
Draco había remangado su camisa hasta los cómodos y mantenía el trapo entre sus manos, apretándolo varias veces y dándolo una que otra vuelta, como si estuviera nervioso.
- ¿Qué acaso no es tu novio o ya te dejo por otra?
Su tono de voz. Su tono de voz podía seguir siendo pretencioso y arrogante, pero no entendía porque me gustaba tanto.
- No es mi novio, nunca lo fue ni nunca lo será – apreté con fuerza los dientes – Aparte, creo que no te tendría que interesar con quien voy o no voy al baile.
- Solo estoy sacando un tema de conversación – me miro molesto y tiro con fuerza el trapo al suelo – Estoy tratando de ser amable y tu estas todo el tiempo atacándome.
- Ya te dije que no seas amable conmigo sino quieres – masculle con los dientes apretados. Si no me calmaba, lo mataba – ¿Para qué quieres un tema de conversación entre nosotros? Me has llamado sangre sucia, traidora de sangre, haz insultado a mi casa, mis amigos y a mi primo. – listo, mi auto control se había ido a la mierda - ¡Además, estoy harta que siempre molestes a Harry con que es huérfano! – tire con fuerza la escoba a un lado y me acerque hacia él, extrañamente el no quito su mirada de mí, ni siquiera se aterro que pudiera llegar a saltar sobre el - ¡Yo también lo soy y no es nada lindo, pero como tu tuviste toda esa mierda de comodidad y todas las ideas de mierda que te imponen, no sabes nada! ¡Ni siquiera tienes poder de pensar por ti mismo! ¡Aparte…!
- ¿Quieres ir al baile de navidad conmigo?
- ¡… siempre estas con…! – me detuve con brusquedad y lo mire incrédula – Espera, ¿Qué?
Draco comenzó a mirar hacia otro lado, nervioso y se veía realmente en su rostro que estaba bastante avergonzado. Por mi parte, aun no podía dejar de pensar en sus palabras ¿Ir al baile de navidad? ¿Con Draco Malfoy? ¿Con el idiota que todas las casas – menos la suya, obviamente – odiaba?
- ¿Quieres que vaya al baile… contigo? – pregunte sin poder creerlo - ¿Me estas jodiendo?
- ¿Sí o no? – se cruzó de brazos y comenzó a aclarar su garganta nuevamente. – Mira, si vas conmigo al baile dejare de expandir la campaña contra Potter ¿De acuerdo?
El castigo iba a ser una tortura.
- Todo por culpa del estúpido de tu primo ¿Quién se cree que es? – farfullo a unos metros de las mazmorras – Potter no hace más que darme problemas y…
- ¿Y quieres salir todavía más lastimado? – interrumpí fulminándolo con la mirada – No molestes, Malfoy.
- Mi nombre es Draco. – su tono de voz había cambiado, por uno más suave. Aun así, no dejaba de sonar pretencioso.
- Lo sé – musito.
El ambiente se vuelve más tenso y nos quedamos nuevamente en silencio. Es difícil a veces tratarlo mal, solo me recuerda a una sonrisa de un joven que en el futuro amare y entregare toda mi vida en sus manos. Sonaba estúpido lo que pensaba, pero así iba a ser mi futuro si era al lado de Draco Malfoy. Obviamente, íbamos a ser como cualquier pareja, con nuestras peleas, nuestros buenos y malos momentos. Aun así, íbamos a estar juntos por un buen tiempo. En todas las visiones que intentaba buscar otro camino que no sea estar con él, inevitablemente el aparecía en mi camino. No importaba la edad, él estaba conmigo.
<< Algunas cosas del destino no se pueden cambiar >> dijo Effelia con sabiduría.
<< Estar cerca de él, lo único que me traerá son problemas con todo el mundo >> suspire lentamente, provocando que el volteara a verme.
- ¿Snape te castigo por que no estabas prestando atención?
Lo mire desconfianza y confundida. El tono de su voz no sonaba altanero y pretencioso como siempre. Me asuste al darme cuenta incluso de que me agradaba el sonido de su asquerosa voz.
- No te interesa – pare con brusquedad delante de él. Malfoy me imito y frunció el ceño ante mi actitud. Había cosas que debía dejar en claro – Mira, solo vamos a cumplir con el castigo y listo ¿De acuerdo? No es necesario que seas amable conmigo sino quieres, pero te aconsejo que por lo menos, te dediques a cumplir parte de tu castigo y no me molestes, porque ahí si vas a conocerme enojada.
Parecía que lo estaba pensando, pero me inquietaba que sus ojos no se hayan volteado hacia otro lado en vez de penetrar los míos. Me sentía tan incómoda y nerviosa a su lado; el puto corazón no dejaba de latir y sentía que unas cataratas saldrían de mis manos en cualquier momento. No quería, realmente no quería sentir nada por el ser despreciable que tenía delante de mis ojos, pero ¿Y si había algo más allá de Draco Malfoy? ¿Algo que no sea solo superficialidad y pretensión? ¿Si había alguien más allí adentro?
- Pensar que eras diferente sí que fue un error – dijo mientras me rebajaba con la mirada. Levante una ceja incrédula – Eres igual de problemática que Potter.
<< Bien, a tirar todas las teorías a la mierda >>
Iba a empujarlo, a tirarme encima de él y a propinarle golpes, pero decidí mejor no hacerlo. Mas castigos no quería, en verdad que no; además tenía que ir a ver a Dumbledore después, debía averiguar todo sobre Miranda, ya sea sus poderes, pasado, presente y futuro.
Le mostré el dedo del medio al rubio platinado y camine hacia el aula donde daba clases Snape, y al entrar estaba él, esperándonos mientras miraba un reloj de bolsillo.
- Cinco segundos tarde, señorita Potter y señor Malfoy – espeto con la voz gruesa y arrastrada.
- Lo siento, señor – me limite a decir, ¿Qué más podía hacer en mi defensa contra él? Nada, definitivamente nada.
- Con un “Lo siento” no hará que mis preciados segundos vuelvan – se giró con brusquedad y tomo tres pergaminos. – Síganme.
Snape camino hacia una puerta vieja y oxidada que había medio escondida por un pizarrón. Draco y yo lo seguimos, extrañados. Al parecer el tampoco sabía de la existencia de esa puerta, y en cuanto el profesor la abrió, me di cuenta de que era algo así como una bodega, donde estaba repleta de cajas, bibliotecas llena de libros y frascos llenos; todo estaba lleno de tierra, polvo y telarañas. De solo pensar en un bicho de seis u ocho patas - ¿Y por qué no? Quizás más – un escalofrío recorrió por toda mi espalda.
El hombre de cabello negro nos sonrió con maldad. Esto no me estaba gustando nada.
- Espero que puedan limpiarlo a tiempo…
- ¡¿Espera que yo limpie eso?! – chillo Malfoy.
- Sí, señor Malfoy – asintió Snape –Vendré dentro de una hora y espero que este reluciente.
- Pero…
- Sin peros, Potter
Y así sin más, Draco y yo nos quedamos limpiando, sin siquiera poder oponernos porque sabíamos que vendría un castigo peor; con Snape no se juega. Habíamos decidido cerrar la puerta – sin importarnos morirnos por falta de aire – ya que podría entrar tierra o bichos en las mazmorras y eso sumaria otro castigo que no estábamos dispuestos a cumplir, en cambio, el rubio mataba a las cucarachas con su varita, divirtiéndose y lanzando risitas tontas, también estúpidos comentarios.
- ¡Aja! ¿Creías que te escaparías del gran Draco Malfoy? Muy equivocada, ratita.
- ¿Le hablas a una rata muerta? – fruncí el ceño mientras lo miraba incrédula.
- Cállate – farfullo mirando hacia abajo, y pese a la poca luz que había, note sus mejillas enrojecidas, algo que me hizo sonreír.
- Deberías dejar de jugar y ayudarme. No puedo terminar sola.
- ¿Y si no quiero? – sonrió altaneramente.
- Te corto los huevos – le tire la escoba.
Quise echarme a reír por sus ojos abiertos como platos y lo torpe que había agarrado la escoba, pero era mejor no reír y hablarle enserio, sino sería peor. Por suerte, me hizo caso y comenzó a barrer la tierra mientras yo iba a sacándole polvo a los frascos.
- Que estúpida poción – pensé.
- ¿Qué poción?
Oh mierda, lo había dicho en voz alta.
Gire para decirle que no era su puto problema saber qué cosa tenía en mi mano, pero cuando lo hice me encontré con que su cuerpo estaba tan cerca de mí, casi rozándome. Me mordí con fuerza el labio y me dije a mi misma que tenía que calmarme.
- Poción de amor – aclare mi garganta y volví a dejarla donde estaba – es una estupidez.
- ¿El amor? Sí, es una estupidez. – él se alejó, comenzando a barrer otro costado.
- No, el amor no es una estupidez – lo contradije, y por otra parte, también me contradecía a mí misma.
- ¿Te gusta llevarme la contra acaso, Potter? – frunció el ceño mientras seguía con la escoba
- ¿Por qué estas barriendo tan mal? – suspire y puse las manos en mi cadera.
- Porque estos trabajos no los tengo porque hacer yo –tiro con brusquedad la escoba hacia el suelo – Soy Draco Malfoy ¡No sé por qué tengo que estar encerrado en este horroroso lugar!
Me masajee la cabeza con mis manos y largue un gran suspiro. Era un bebe, un idiota, un malcriado, un caprichoso, además de altanero, arrogante y pretencioso.
Camine hacia él, sin poder apartar la vista de sus ojos. Pareciera que tenía miedo, seguramente mi cara no era la mejor y ya le había advertido que iba a golpearlo sino hacia las cosas bien, pero solamente le pase el trapo y tome la escoba para comenzar a barrer yo. Pareció captar el mensaje y se dispuso a limpiar los frascos.
El tiempo pasó y seguíamos limpiando. No me creía que todavía no había pasado la hora porque se notaba que nos quedaba demasiado trabajo. Snape tenía este castigo reservado para mí, estaba segura de que era así porque de lo contrario, no hubiera esperado hasta este momento en dárselo a algún alumno.
- ¿Iras con Diggory al baile de navidad? – escuche de repente haciéndome salir de mis pensamientos.
Respire con profundidad mientras el corazón me bombardeaba con fuerza. Antes de responder, termine de tirar con la pala la tierra que contenía en una de las bolsas.
- ¿Por qué iría con Cedric? – pregunte volviendo mi vista hacia él.
Draco había remangado su camisa hasta los cómodos y mantenía el trapo entre sus manos, apretándolo varias veces y dándolo una que otra vuelta, como si estuviera nervioso.
- ¿Qué acaso no es tu novio o ya te dejo por otra?
Su tono de voz. Su tono de voz podía seguir siendo pretencioso y arrogante, pero no entendía porque me gustaba tanto.
- No es mi novio, nunca lo fue ni nunca lo será – apreté con fuerza los dientes – Aparte, creo que no te tendría que interesar con quien voy o no voy al baile.
- Solo estoy sacando un tema de conversación – me miro molesto y tiro con fuerza el trapo al suelo – Estoy tratando de ser amable y tu estas todo el tiempo atacándome.
- Ya te dije que no seas amable conmigo sino quieres – masculle con los dientes apretados. Si no me calmaba, lo mataba – ¿Para qué quieres un tema de conversación entre nosotros? Me has llamado sangre sucia, traidora de sangre, haz insultado a mi casa, mis amigos y a mi primo. – listo, mi auto control se había ido a la mierda - ¡Además, estoy harta que siempre molestes a Harry con que es huérfano! – tire con fuerza la escoba a un lado y me acerque hacia él, extrañamente el no quito su mirada de mí, ni siquiera se aterro que pudiera llegar a saltar sobre el - ¡Yo también lo soy y no es nada lindo, pero como tu tuviste toda esa mierda de comodidad y todas las ideas de mierda que te imponen, no sabes nada! ¡Ni siquiera tienes poder de pensar por ti mismo! ¡Aparte…!
- ¿Quieres ir al baile de navidad conmigo?
- ¡… siempre estas con…! – me detuve con brusquedad y lo mire incrédula – Espera, ¿Qué?
Draco comenzó a mirar hacia otro lado, nervioso y se veía realmente en su rostro que estaba bastante avergonzado. Por mi parte, aun no podía dejar de pensar en sus palabras ¿Ir al baile de navidad? ¿Con Draco Malfoy? ¿Con el idiota que todas las casas – menos la suya, obviamente – odiaba?
- ¿Quieres que vaya al baile… contigo? – pregunte sin poder creerlo - ¿Me estas jodiendo?
- ¿Sí o no? – se cruzó de brazos y comenzó a aclarar su garganta nuevamente. – Mira, si vas conmigo al baile dejare de expandir la campaña contra Potter ¿De acuerdo?
Jaeger.
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Capitulo Diecisiete || La primera prueba.
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Capítulo Diecisiete.
La primera prueba.
La primera prueba.
- ¡¿Qué tú vas a qué?! – chillo Miranda después de que le termine de contar sobre el castigo del día anterior.
Las miradas de todos en el comedor recayeron sobre nosotras, y también la de él, quien veía todo divertido desde su mesa. Maldito Slytherin por obligarme a acompañarlo, como si no tuviera otra salida. No podía decir que no, Harry ya estaba bastante mal con el tema de Ron y no quería que siguiera sintiendose así.
Mire asesinamente a Miranda y ella miro hacia su plato, avergonzada por su reacción. Harry, me miraba intrigado desde el otro lado de la mesa, Hermione estaba al frente de Miranda y también la miraba bastante curiosa. Solo pude medio sonreír y volver a asesinar a la rubia con la mirada.
La tome del brazo, obligándola a que se parara. Me importaba muy poco si ya había terminado de almorzar o no, pero teníamos que irnos ya mismo antes de que me preguntaran algo. Justo cuando estaba por salir, Daphne apareció de la nada, logrando asustarme, y más con la cara de perro que tenía.
- Puta madre – puse una mano en mi pecho - ¡No aparezcas así de la nada!
- Tu y yo vamos a hablar muy seriamente, Effy Potter – se cruzó de brazos y entrecerró los ojos.
Oh no, ¡El hijo de perra no le habrá podido decir! ¡Se suponía que era secreto! No podía arriesgarme a preguntarle allí, delante de todos, los cuales estaban atentos a nuestros movimientos, por lo que la tome con mi mano libre del brazo y me lleve a las dos hacia un lugar más apartado y privado. Llegamos a las ruinas, donde bajando la colina estaba la casa de Hagrid. Saltearnos una clase no nos haría mal ¿No? Eso esperaba de corazón.
- ¿Qué pasa, Daphne? – aclare mi garganta y retorcí mis manos nerviosa.
- ¡¿Cómo es eso que sigues discutiendo con Cedric?! – chillo indignada. Solté un suspiro de alivio, prefería que me regañara por eso y no por lo otro - ¡Es tu mejor amigo, Eff! Te necesita en este momento, no quiero que mis dos mejores amigos sigan peleados.
Daphne estaba molesta, sí, pero también herida. Comprendía que quería que estemos juntos nuevamente después de tanto tiempo pero ¿No entendía que las palabras de Cedric habían sido tan dolorosas? ¿Qué me sentía traicionada y destruida en cuanto las dijo? Aun así, debía dejar de ser tan egoísta, porque también extrañaba a Cedric. Maldito fuera mi orgullo, no permitía que lo pudiera perdonar.
- Voy a pensarlo bien, Daph ¿De acuerdo? Solo no me presiones.
- Está bien, lo siento, no tengo que meterme – murmuro y suspiro – Es que es horrible no tenerlos y, en verdad, necesito que sigan ayudándome a darle su merecido a Pansy.
Reí sin poder evitarlo y ella me siguió. Decidí ser un poco afectiva y darle un pequeño abrazo, el cual no tardó en responderme. Tal vez no tenía a Harry y a Ron juntos o a Cedric conmigo, pero aún me quedaba Daphne, y eso era suficiente.
Un carraspeo hizo que deshiciéramos el abrazo. Miramos a Miranda, quien sonreía tímidamente. Mierda, me había olvidado de su existencia.
- Creo que nunca las presente. – las dos negaron la cabeza con un gesto divertido – Daphne, te presento a Miranda, y Miranda, te presento a Daphne. Las dos serán las próximas señoras de los tontos de los gemelos Weasley.
- ¡Effy! – exclamaron las dos con el rostro enrojecidos. Solté una carcajada de las buenas.
- Patéticas – bromee, aun sonriendo – Te gusta Fredd, Daphne. No lo niegues.
- No, no lo niego – murmuro aun avergonzada - ¿Y a ti te gusta George, verdad? – le pregunto a Miranda, quien sonrió con ternura.
- Tuvimos varias citas – confeso la rubia y ambas soltaron una risita tonta que no quise acompañar, pero si estaba feliz que las dos se llevaran de maravilla.
Decidimos saltearnos la clase y quedarnos platicando, aunque claro que cuando hablaron de los Weasley, fui nuevamente desterrada y quede bastante aburrida y aturdida al escuchar atributos que ni siquiera sabía que los gemelos tenían. En cierta parte, me molestaba que ambas hablaran de ellos y actúen como estúpidas enamoradas – cosa que no estaba muy lejos de la realidad – pero sabía que se debía a mis estúpidos celos. No me agradaba la idea de que para ellos yo ya no fuera su compañera de travesuras, sino sus novias, o bueno, sus amigas. Eran míos y nadie me los podía quitar, sin embargo, no podía dejarlos solos por el resto de su vida.
- ¡Qué bueno que todas tengamos pareja para el baile de navidad! – chillo emocionada Miranda, lo que me hizo salir de mis pensamientos y ponerme en alerta.
Mierda.
- ¿Todas? – Daphne frunció el ceño, mirándome curiosa. - ¿No tienes algo que contarme, Effy?
- Tengo pareja – aclare mi garganta y vi como mi amiga asentía para que siguiera hablando – Draco Malfoy.
Día de la prueba.
Finalmente, el día de la prueba de Harry había llegado. No iba a mentir diciendo que no estaba nerviosa, porque lo estaba realmente y temía por su vida y la de Cedric. Hermione y yo nos habíamos escabullido y fuimos directamente a la carpa donde suponía que debían estar los competidores. Yo decidí entrar directamente, pero ella prefirió estar afuera porque no quería infringir ninguna regla.
Rodee la carpa tratando de que nadie se diera cuenta de mi presencia, y al estar en la entrada, avance, encontrándome con los cuatro competidores.
- ¿Effy? – pregunto Harry mirándome con sorpresa.
- ¿Qué haces aquí, Potter? – pregunto Krum confundido, pero de inmediato comenzó a desordenarme el cabello.
- No me toques, animal – refunfuñe y comencé a acomodarme el pelo – Un día que me peino y ya estás haciendo desastres con mi cabello.
- Está bien, está bien, lo siento – levanto las manos al aire y me miro divertido.
- Effy – Cedric sonreía torcidamente, de forma triste. Solo me digne a observarlo por unos segundos para apartar la mirada de él.
Adoraba tanto a Cedric y odiaba estar así con él, no quería seguir siendo una resentida y solo quería volver a pasar las tardes con el cómo en vacaciones, pero todo era imposible ya. Él estaba cambiando, se estaba dejando llevar por la popularidad y la fama que le brindaba ser uno de los competidores para la copa de Los Tres Magos. Me había herido con palabras que jamás pensé que saldrían de su boca, y estaba usando esos estúpidos botones que Malfoy hizo que todo el mundo usara.
- ¿Estas nervioso? – le pregunte a mi primo, quien negó con rapidez la cabeza – Si, estas nervioso – suspire y le di unas palmadas en la espalda. Me acerque hacia su oído – Hermione están detrás de la carpa, acércate sin que te vean – susurre y el asintió. Gire sobre mis pies y mire a Krum divertida - ¿Y tú, grandote? ¿Nervioso?
- Nadie es rival para mi – sonrió con egocentrismo.
- Ojala que te quemen el culo – me burle y solo revoleo los ojos.
- Que madura.
- Effy – intervino Cedric antes de que pudiera seguir peleando de manera amistosa con Krum. Lo mire seriamente - ¿podemos hablar?
Pensé muy bien antes de contestarle, pero finalmente me rendí, decidiendo a escucharlo por si era la última vez que lo veía. Ese pensamiento hizo que me insultara mentalmente por pensar que Cedric podría acabar muerto. No, él no iba a morir, iba a enfrentar al dragón y a salir victorioso. Estaba segura.
Cedric amago a hablar, pero en cuanto estaba por salir las palabras de su boca, fue opacado por Rita Skeeter, la maldita reportera que nos acusaba de ser un romance en contra de Harry. Por Merlín, ¿Y ahora que iba a inventar? Para colmo, cuando me di vuelta vi a Hermione y Harry abrazados. Mierda, esto también la iba a perjudicar bastante a ella.
- ¡Dos parejas de jóvenes enamorados! – chillo emocionada.
- Genial – dijimos Cedric y yo al mismo tiempo.
- Aunque pasara algo mal este día, de cualquier forma, ambas pareja serán noticia – comento con entusiasmo. Vieja bruja ¡Ellos estaban por enfrentarse a un dragón y solo pensaba en su carrera!
- Usted no debe estar aquí – Krum se acercó y la miro enojado – La tienda es para los campeones y sus amigos.
¡Aja! ¿Acaso se podía pedir a alguien tan genial como él? Krum tenía un carácter parecido al mío, gracias a Dios, el sabia cuando reaccionar con palabras, yo reaccionaba con insultos y juraría que iba a insultar a la desgraciada.
Hermione y yo tuvimos que marcharnos, ya no podían perder más tiempo, por lo que abrace a Krum, deseándole suerte; con mala gana, también le desee suerte a Fleur; Abrace a Harry y a Cedric – si, creándolo o no, lo hice – y Salí de la tienda junto con Hermione, dirigiéndonos a los lugares en las gradas donde Ron nos había guardado el lugar junto con Miranda.
El torneo estaba por comenzar, y sabía que Harry iba a estar bien.
Horas después.
Todos aplaudíamos y gritábamos de alegría por el triunfo de Harry. Era un digno de Gryffindor, por lo que no solo representaba nuestra escuela sino que también nuestra casa, ¡hasta los cuadros aplaudían y celebraban con nosotros! Y por primera vez, la dama Gorda no nos hizo su barata interpretación y nos hizo pasar sin decir la contraseña.
Harry lanzo el huevo de oro y fue Seamus quien lo agarro. Los gemelos lo subieron hacia arriba, aun celebrando por la victoria de mi primo.
- ¡Silencio! – grito Seamus, haciendo que todos se callaran. Ya sabía que lo que venía ahora, por lo que me coloque los tapones antes.
Segundos después, Harry lo abrió, haciendo que todos se retorcieran de dolor ante el horrible sonido que estaba saliendo del huevo. Cuando logro cerrarlo, me saque los tapones, pero aun así todos seguían callados y con la vista detrás mío. Gire y me encontré con Ron. Sonreí sin poder evitarlo. Al fin vendría la reconciliación.
Decidí que mi tiempo ya había terminado en la sala de estar, por lo que me dirigí a la salida cuando todos estaban distraídos. El otro día, no alcance a ir a la oficina de Dumbledore, pero por suerte él no se había molestado. Tuve que esperar hasta aquel día para ir a verlo debido a que estaba ocupado con algunos asuntos.
Camine entre la oscuridad, acostumbrada a la penumbra y sin molestarme siquiera en prender mi varita. Aunque los profesores me vieran, sabrían que si Dumbledore me llamara a tal hora, yo tenía que ir sin chistar. Una vez que estuve frente a la escalera de caracol, sabía que lo que iba a escuchar no me gustaría para nada.
Las miradas de todos en el comedor recayeron sobre nosotras, y también la de él, quien veía todo divertido desde su mesa. Maldito Slytherin por obligarme a acompañarlo, como si no tuviera otra salida. No podía decir que no, Harry ya estaba bastante mal con el tema de Ron y no quería que siguiera sintiendose así.
Mire asesinamente a Miranda y ella miro hacia su plato, avergonzada por su reacción. Harry, me miraba intrigado desde el otro lado de la mesa, Hermione estaba al frente de Miranda y también la miraba bastante curiosa. Solo pude medio sonreír y volver a asesinar a la rubia con la mirada.
La tome del brazo, obligándola a que se parara. Me importaba muy poco si ya había terminado de almorzar o no, pero teníamos que irnos ya mismo antes de que me preguntaran algo. Justo cuando estaba por salir, Daphne apareció de la nada, logrando asustarme, y más con la cara de perro que tenía.
- Puta madre – puse una mano en mi pecho - ¡No aparezcas así de la nada!
- Tu y yo vamos a hablar muy seriamente, Effy Potter – se cruzó de brazos y entrecerró los ojos.
Oh no, ¡El hijo de perra no le habrá podido decir! ¡Se suponía que era secreto! No podía arriesgarme a preguntarle allí, delante de todos, los cuales estaban atentos a nuestros movimientos, por lo que la tome con mi mano libre del brazo y me lleve a las dos hacia un lugar más apartado y privado. Llegamos a las ruinas, donde bajando la colina estaba la casa de Hagrid. Saltearnos una clase no nos haría mal ¿No? Eso esperaba de corazón.
- ¿Qué pasa, Daphne? – aclare mi garganta y retorcí mis manos nerviosa.
- ¡¿Cómo es eso que sigues discutiendo con Cedric?! – chillo indignada. Solté un suspiro de alivio, prefería que me regañara por eso y no por lo otro - ¡Es tu mejor amigo, Eff! Te necesita en este momento, no quiero que mis dos mejores amigos sigan peleados.
Daphne estaba molesta, sí, pero también herida. Comprendía que quería que estemos juntos nuevamente después de tanto tiempo pero ¿No entendía que las palabras de Cedric habían sido tan dolorosas? ¿Qué me sentía traicionada y destruida en cuanto las dijo? Aun así, debía dejar de ser tan egoísta, porque también extrañaba a Cedric. Maldito fuera mi orgullo, no permitía que lo pudiera perdonar.
- Voy a pensarlo bien, Daph ¿De acuerdo? Solo no me presiones.
- Está bien, lo siento, no tengo que meterme – murmuro y suspiro – Es que es horrible no tenerlos y, en verdad, necesito que sigan ayudándome a darle su merecido a Pansy.
Reí sin poder evitarlo y ella me siguió. Decidí ser un poco afectiva y darle un pequeño abrazo, el cual no tardó en responderme. Tal vez no tenía a Harry y a Ron juntos o a Cedric conmigo, pero aún me quedaba Daphne, y eso era suficiente.
Un carraspeo hizo que deshiciéramos el abrazo. Miramos a Miranda, quien sonreía tímidamente. Mierda, me había olvidado de su existencia.
- Creo que nunca las presente. – las dos negaron la cabeza con un gesto divertido – Daphne, te presento a Miranda, y Miranda, te presento a Daphne. Las dos serán las próximas señoras de los tontos de los gemelos Weasley.
- ¡Effy! – exclamaron las dos con el rostro enrojecidos. Solté una carcajada de las buenas.
- Patéticas – bromee, aun sonriendo – Te gusta Fredd, Daphne. No lo niegues.
- No, no lo niego – murmuro aun avergonzada - ¿Y a ti te gusta George, verdad? – le pregunto a Miranda, quien sonrió con ternura.
- Tuvimos varias citas – confeso la rubia y ambas soltaron una risita tonta que no quise acompañar, pero si estaba feliz que las dos se llevaran de maravilla.
Decidimos saltearnos la clase y quedarnos platicando, aunque claro que cuando hablaron de los Weasley, fui nuevamente desterrada y quede bastante aburrida y aturdida al escuchar atributos que ni siquiera sabía que los gemelos tenían. En cierta parte, me molestaba que ambas hablaran de ellos y actúen como estúpidas enamoradas – cosa que no estaba muy lejos de la realidad – pero sabía que se debía a mis estúpidos celos. No me agradaba la idea de que para ellos yo ya no fuera su compañera de travesuras, sino sus novias, o bueno, sus amigas. Eran míos y nadie me los podía quitar, sin embargo, no podía dejarlos solos por el resto de su vida.
- ¡Qué bueno que todas tengamos pareja para el baile de navidad! – chillo emocionada Miranda, lo que me hizo salir de mis pensamientos y ponerme en alerta.
Mierda.
- ¿Todas? – Daphne frunció el ceño, mirándome curiosa. - ¿No tienes algo que contarme, Effy?
- Tengo pareja – aclare mi garganta y vi como mi amiga asentía para que siguiera hablando – Draco Malfoy.
Día de la prueba.
Finalmente, el día de la prueba de Harry había llegado. No iba a mentir diciendo que no estaba nerviosa, porque lo estaba realmente y temía por su vida y la de Cedric. Hermione y yo nos habíamos escabullido y fuimos directamente a la carpa donde suponía que debían estar los competidores. Yo decidí entrar directamente, pero ella prefirió estar afuera porque no quería infringir ninguna regla.
Rodee la carpa tratando de que nadie se diera cuenta de mi presencia, y al estar en la entrada, avance, encontrándome con los cuatro competidores.
- ¿Effy? – pregunto Harry mirándome con sorpresa.
- ¿Qué haces aquí, Potter? – pregunto Krum confundido, pero de inmediato comenzó a desordenarme el cabello.
- No me toques, animal – refunfuñe y comencé a acomodarme el pelo – Un día que me peino y ya estás haciendo desastres con mi cabello.
- Está bien, está bien, lo siento – levanto las manos al aire y me miro divertido.
- Effy – Cedric sonreía torcidamente, de forma triste. Solo me digne a observarlo por unos segundos para apartar la mirada de él.
Adoraba tanto a Cedric y odiaba estar así con él, no quería seguir siendo una resentida y solo quería volver a pasar las tardes con el cómo en vacaciones, pero todo era imposible ya. Él estaba cambiando, se estaba dejando llevar por la popularidad y la fama que le brindaba ser uno de los competidores para la copa de Los Tres Magos. Me había herido con palabras que jamás pensé que saldrían de su boca, y estaba usando esos estúpidos botones que Malfoy hizo que todo el mundo usara.
- ¿Estas nervioso? – le pregunte a mi primo, quien negó con rapidez la cabeza – Si, estas nervioso – suspire y le di unas palmadas en la espalda. Me acerque hacia su oído – Hermione están detrás de la carpa, acércate sin que te vean – susurre y el asintió. Gire sobre mis pies y mire a Krum divertida - ¿Y tú, grandote? ¿Nervioso?
- Nadie es rival para mi – sonrió con egocentrismo.
- Ojala que te quemen el culo – me burle y solo revoleo los ojos.
- Que madura.
- Effy – intervino Cedric antes de que pudiera seguir peleando de manera amistosa con Krum. Lo mire seriamente - ¿podemos hablar?
Pensé muy bien antes de contestarle, pero finalmente me rendí, decidiendo a escucharlo por si era la última vez que lo veía. Ese pensamiento hizo que me insultara mentalmente por pensar que Cedric podría acabar muerto. No, él no iba a morir, iba a enfrentar al dragón y a salir victorioso. Estaba segura.
Cedric amago a hablar, pero en cuanto estaba por salir las palabras de su boca, fue opacado por Rita Skeeter, la maldita reportera que nos acusaba de ser un romance en contra de Harry. Por Merlín, ¿Y ahora que iba a inventar? Para colmo, cuando me di vuelta vi a Hermione y Harry abrazados. Mierda, esto también la iba a perjudicar bastante a ella.
- ¡Dos parejas de jóvenes enamorados! – chillo emocionada.
- Genial – dijimos Cedric y yo al mismo tiempo.
- Aunque pasara algo mal este día, de cualquier forma, ambas pareja serán noticia – comento con entusiasmo. Vieja bruja ¡Ellos estaban por enfrentarse a un dragón y solo pensaba en su carrera!
- Usted no debe estar aquí – Krum se acercó y la miro enojado – La tienda es para los campeones y sus amigos.
¡Aja! ¿Acaso se podía pedir a alguien tan genial como él? Krum tenía un carácter parecido al mío, gracias a Dios, el sabia cuando reaccionar con palabras, yo reaccionaba con insultos y juraría que iba a insultar a la desgraciada.
Hermione y yo tuvimos que marcharnos, ya no podían perder más tiempo, por lo que abrace a Krum, deseándole suerte; con mala gana, también le desee suerte a Fleur; Abrace a Harry y a Cedric – si, creándolo o no, lo hice – y Salí de la tienda junto con Hermione, dirigiéndonos a los lugares en las gradas donde Ron nos había guardado el lugar junto con Miranda.
El torneo estaba por comenzar, y sabía que Harry iba a estar bien.
Horas después.
Todos aplaudíamos y gritábamos de alegría por el triunfo de Harry. Era un digno de Gryffindor, por lo que no solo representaba nuestra escuela sino que también nuestra casa, ¡hasta los cuadros aplaudían y celebraban con nosotros! Y por primera vez, la dama Gorda no nos hizo su barata interpretación y nos hizo pasar sin decir la contraseña.
Harry lanzo el huevo de oro y fue Seamus quien lo agarro. Los gemelos lo subieron hacia arriba, aun celebrando por la victoria de mi primo.
- ¡Silencio! – grito Seamus, haciendo que todos se callaran. Ya sabía que lo que venía ahora, por lo que me coloque los tapones antes.
Segundos después, Harry lo abrió, haciendo que todos se retorcieran de dolor ante el horrible sonido que estaba saliendo del huevo. Cuando logro cerrarlo, me saque los tapones, pero aun así todos seguían callados y con la vista detrás mío. Gire y me encontré con Ron. Sonreí sin poder evitarlo. Al fin vendría la reconciliación.
Decidí que mi tiempo ya había terminado en la sala de estar, por lo que me dirigí a la salida cuando todos estaban distraídos. El otro día, no alcance a ir a la oficina de Dumbledore, pero por suerte él no se había molestado. Tuve que esperar hasta aquel día para ir a verlo debido a que estaba ocupado con algunos asuntos.
Camine entre la oscuridad, acostumbrada a la penumbra y sin molestarme siquiera en prender mi varita. Aunque los profesores me vieran, sabrían que si Dumbledore me llamara a tal hora, yo tenía que ir sin chistar. Una vez que estuve frente a la escalera de caracol, sabía que lo que iba a escuchar no me gustaría para nada.
Jaeger.
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Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
Una palabra que describe mi estado emocional: askjdhfjkashfakldhfakdjfksfhaklfhadfkashfskafhskjfhaksldhfkasjfhaskhfskafh que en español quiere decir: "¡Me encantaron los capitulos! ¡Estuvieron geniales! asdjhfkjadshfksjfhskjdhfasa" Debo decir que no me esperaba que Draco hiciera eso de obligar a Effy a ir al baile con él, pero ¿a quién engaño? ¡Me fascinó que usara esa excusa para ir con Effy! Que tierno :3 Y cuando se ruburizó hahahhaha lo ame, literal. Otra buena noticia se suma a la lista: Cedirc y Effy se reconciliaron. Aunque eso quedo de cierta forma arruinado por la tonta, por no decir (¿escribir?) algo peor (no puedo hacerlo, las malas palabras no estan en mi vocabulario. Parezco una santa XD la verdad no soy una santa).
Te tengo otras dos palabras. La primera es: ¡GRACIAAAAAAAS! y la segunda dice así: ¡SIGUELAAAAAAAA!
Respecto a lo de que casi nos abandonaste, no hay problema con que tardes en escribir o subir, con que subas un capitulo por semana, me basta. De cierto modo te entiendo, así que no te preocupes. Aunque también esta otra opción: Te puedes tardar todo el tiempo que quieras si luego vienes y nos subes un varios capitulos como estos. Sino cualquier opción que elijas (con tal de que subas capitulos) esta bien por mí.
Te lo vuelvo a repetir si es que te lo he dicho antes, sino pues ahora te lo digo: ME ENCANTA COMO ESCRIBES.
Bueno, me tengo que ir. Adios.
Alexa fuera, ¡Paz!
P.D. ¡SIGEUALAAAA!
Te tengo otras dos palabras. La primera es: ¡GRACIAAAAAAAS! y la segunda dice así: ¡SIGUELAAAAAAAA!
Respecto a lo de que casi nos abandonaste, no hay problema con que tardes en escribir o subir, con que subas un capitulo por semana, me basta. De cierto modo te entiendo, así que no te preocupes. Aunque también esta otra opción: Te puedes tardar todo el tiempo que quieras si luego vienes y nos subes un varios capitulos como estos. Sino cualquier opción que elijas (con tal de que subas capitulos) esta bien por mí.
Te lo vuelvo a repetir si es que te lo he dicho antes, sino pues ahora te lo digo: ME ENCANTA COMO ESCRIBES.
Bueno, me tengo que ir. Adios.
Alexa fuera, ¡Paz!
P.D. ¡SIGEUALAAAA!
Invitado
Invitado
Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
Amé los capítulos!!!!!
Ya te extrañaba. Extrañaba tus capítulos tan geniales.
Fueron muy ysdfhbsidf, ¿me explico?
Van a ir al baile juntos, aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. SOY FELIZ. Es tan tierna Effy y su carácter, la amo. Y Draco es un amor, también lo amo. ah.
Lo que se va a armar cuando los chicos se enteren de que van a ir juntos al baile, jujujuju, ok.
En fin, escribes muy lindo y espero que la sigas cuanto antes.
Besitos y cuídate.
Atte: Mila
Ya te extrañaba. Extrañaba tus capítulos tan geniales.
Fueron muy ysdfhbsidf, ¿me explico?
Van a ir al baile juntos, aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. SOY FELIZ. Es tan tierna Effy y su carácter, la amo. Y Draco es un amor, también lo amo. ah.
Lo que se va a armar cuando los chicos se enteren de que van a ir juntos al baile, jujujuju, ok.
En fin, escribes muy lindo y espero que la sigas cuanto antes.
Besitos y cuídate.
Atte: Mila
Milapotato
Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
MARAVILLOSOS!
todos los capitulos me han encantado!
Tienes que seguirla!
amo tu novela
todos los capitulos me han encantado!
Tienes que seguirla!
amo tu novela
Pepaa
Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
No podes dejármela así D: Bueno, me da mucha lastima por Cedric porque realmente quiero se quede con Effy ahahahaha, pero también quiero a Draco so... No sé a cual elegir (siempre me pasa esto con tus novelas, incluso en LMA con Logan y Peter). Amé cuando Draco la invitó, fue tan tierno gunvkvncjmk, encima estaba avergonzado aaaaaaw♥ Creo que nunca me reí tanto como con estos capítulos. Me encantó Cande, seguila cuando puedas perra :3
Cami
Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
YAIIII
SUBISTE CAPP !
TRANQUI! :)
ESPERAREMOS.
SOLO NO LA ABANDONES C:
SUBISTE CAPP !
TRANQUI! :)
ESPERAREMOS.
SOLO NO LA ABANDONES C:
Soiree StyPayHorLikSon
Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
Ale Stypayholikson Potter escribió:Una palabra que describe mi estado emocional: askjdhfjkashfakldhfakdjfksfhaklfhadfkashfskafhskjfhaksldhfkasjfhaskhfskafh que en español quiere decir: "¡Me encantaron los capitulos! ¡Estuvieron geniales! asdjhfkjadshfksjfhskjdhfasa" Debo decir que no me esperaba que Draco hiciera eso de obligar a Effy a ir al baile con él, pero ¿a quién engaño? ¡Me fascinó que usara esa excusa para ir con Effy! Que tierno :3 Y cuando se ruburizó hahahhaha lo ame, literal. Otra buena noticia se suma a la lista: Cedirc y Effy se reconciliaron. Aunque eso quedo de cierta forma arruinado por la tonta, por no decir (¿escribir?) algo peor (no puedo hacerlo, las malas palabras no estan en mi vocabulario. Parezco una santa XD la verdad no soy una santa).
Te tengo otras dos palabras. La primera es: ¡GRACIAAAAAAAS! y la segunda dice así: ¡SIGUELAAAAAAAA!
Respecto a lo de que casi nos abandonaste, no hay problema con que tardes en escribir o subir, con que subas un capitulo por semana, me basta. De cierto modo te entiendo, así que no te preocupes. Aunque también esta otra opción: Te puedes tardar todo el tiempo que quieras si luego vienes y nos subes un varios capitulos como estos. Sino cualquier opción que elijas (con tal de que subas capitulos) esta bien por mí.
Te lo vuelvo a repetir si es que te lo he dicho antes, sino pues ahora te lo digo: ME ENCANTA COMO ESCRIBES.
Bueno, me tengo que ir. Adios.
Alexa fuera, ¡Paz!
P.D. ¡SIGEUALAAAA!
Aww es un placer que la maraton te haya gustado :3 jasdklas pero no te preocupes, tratare de no volver a abandonarlas y no volver a dejar este tema :') sakdlasdjksa ya no sere malditamente obsesiva con una novela solamente xd
Gracias por tu lindo comentario :D ya subo otro!
Jaeger.
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Re: Fly away from here [Draco Malfoy] CANCELADA TEMPORALMENTE
Milapotato escribió:Amé los capítulos!!!!!
Ya te extrañaba. Extrañaba tus capítulos tan geniales.
Fueron muy ysdfhbsidf, ¿me explico?
Van a ir al baile juntos, aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. SOY FELIZ. Es tan tierna Effy y su carácter, la amo. Y Draco es un amor, también lo amo. ah.
Lo que se va a armar cuando los chicos se enteren de que van a ir juntos al baile, jujujuju, ok.
En fin, escribes muy lindo y espero que la sigas cuanto antes.
Besitos y cuídate.
Atte: Mila
Ya volvi asi que no me extrañes tanto *-*
SI BAILE JUNTOS ELLOS DOS :3 son tan lindos y al mismo tiempo tan distintos xd
Ya la sigo :D
Jaeger.
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