"Una Oferta Irresistible" - NicholasJ&Tu (Adaptación) TERMINADA!

Los caminos del Señor eran inescrutables, pensó Marcy. La chica ésa, ____(tn), de ojos claros como diamantes y origen privilegiado, estaba en una encrucijada. Le faltaba algo, alguien. Marcy se lo había notado enseguida porque tenía un sexto sentido para esas cosas. Bill solía decirle que esa intuición la había heredado seguramente de su abuela escocesa. Además, Marcy haría cualquier cosa por Nicholas.
Menos de diez minutos después, mientras las chicas se deleitaban con la deliciosa fuente de marisco que Marcy les había colocado sobre la mesa, Nicholas Jonas apareció a la entrada del patio, con aquel magnetismo tan característico en él.
Varias personas lo saludaron y él respondió con la mano. Paseó la mirada por el patio hasta que divisó la rechoncha figura de Marcy. Inmediatamente empezó a caminar hacia ella; se movía con tal gracia y dinamismo que ____(tn) sintió una oleada de emoción atenazándole la boca del estómago. Poseía un atractivo tan especial que ____(tn) tuvo ganas de esconder la cabeza debajo de la mesa. Iba derecho hacia ellas, con esa abundante mata de pelo castaño oscuro peinada hacia atrás que le llegaba hasta el cuello de la camisa tejana azul. Miró a las chicas con aquel par de sorprendentes ojos azul turquesa.
Marcy siguió la mirada de las chicas y se volvió.
—¡Nicholas! —dijo en tono maternal.
¿Y ése era el hombre que buscaba esposa? Era tan guapo y tan dinámico que le dolían los ojos de mirarlo. En ese momento su mirada de un azul intenso la estudiaba detenidamente; luego se puso a mirar a Julie, que estaba literalmente boquiabierta.
—Bueno, ya veo que habéis llegado a la ciudad sanas y salvas.
—¿Conoces a estas jóvenes, Nicholas? —Marcy reaccionó tardíamente.
—Nos hemos cruzado en la carretera. Pero aún no nos hemos presentado.
—Me llamo Julie Maitland —intervino Julie, esbozando su mejor sonrisa a lo Drew Barrymore—. Y ésta es mi amiga…
—Soy ____(tn) Stirling —dijo ____(tn), queriendo identificarse ella sola.
—¿____(tn)? ¿Como la hija de Príamo, rey de Troya? —la miró con aquello ojos sorprendentes, evaluándola detenidamente—. Un nombre bello y peligroso para una mujer bella y peligrosa —respondió Nicholas, viendo delante de él a una mujer a quien podría desear con todas sus fuerzas pero que evidentemente no estaba a su alcance.
Al mirarla a los ojos pensó en un río de aguas plateadas; tenía las pestañas tan espesas como un bosque de helechos negros. Tenía la piel sedosa, del color de las magnolias y el cuello esbelto. Desear a una mujer como ella le acarrearía nefastas consecuencias y él no era hombre de anhelar cosas que estuvieran fuera de su alcance.
—Nicholas Jonas —se presentó—. Aunque ése no es mi nombre de pila. Mi madre me puso Jerry por mi abuelo materno que era inglés, pero aquí me rebautizaron en menos de una semana.
—¿Por ese pelo tan maravilloso que tienes? Marcy le acarició los cabellos con afecto; le sacaba más de treinta centímetros de estatura—. Les estaba contando a estas chicas que has puesto un anuncio en el periódico para encontrar esposa.
____(tn) pensó que quizá se avergonzaría delante de ellas. Pero se equivocó totalmente.
—Claro que sí. Así me ahorraré tiempo del que no dispongo. Pero hay una condición: las mujeres frívolas no tienen por qué molestarse. Una oferta seria requiere una respuesta seria.
Julie arqueó las cejas, totalmente atónita.
—Cuesta creer que alguna mujer pudiera resistirse. —Él la miró y sacudió la cabeza.
—Estamos hablando de alguien que se asocie conmigo en mi negocio. Tengo un rancho ganadero llamado Jabiru. Quiero una mujer que comparta mis planes, una mujer que pueda darme hijos para amarlos y disfrutar de ellos juntos. No estoy buscando a una chica que quiera venirse conmigo para jugar a las casitas. Yo espero más, mucho más.
Julie tosió.
—Bueno, eso me lleva a hablar de mi solicitud dijo, medio en broma.
Él se echó a reír con una risa cálida y profunda. En vez de hablar como un pueblerino, se notaba que había recibido una educación esmerada, además de aquel atractivo acento ligeramente inglés.
—Redáctala —la invitó—. No hace falta que envíes una fotografía. Ahora que te he visto sé como eres; una mujer muy guapa. También sé que lo dices en broma. Eres la hija de un hombre muy rico y te han dedicado siempre cuidados extremos. Te han mimado.
Julie suspiró.
—Así es exactamente como me educaron mis padres. ¿Qué te parece ____(tn)? ¿Qué ves en ella? —a Julie no se le había escapado la corriente de interés subyacente que fluía entre su amiga y Nicholas Jonas.
Se volvió a mirar a ____(tn).
—Es una persona que ha sufrido en algún momento de su vida, pero al mismo tiempo es alguien que no se deja abrumar.
—Has dado en el clavo. Siéntate con nosotras y cuéntanos más cosas —lo invitó Julie—. Charlemos juntos.
Sacudió la cabeza, como si ya hubiera hablado demasiado.
—Me encantaría pero otra vez será. Voy con el tiempo justo.
—Tienes que comer algo, Nicholas —Marcy aprovechó para decir—. Os puedo poner a los tres en una mesa mayor.
—Por favor, quédate a comer con nosotros —le dijo ____(tn) con tanto sentimiento que hasta ella misma se sorprendió.
Jamás había conocido a nadie en toda su vida con quien comparar el tremendo impacto que le había causado ese hombre.
—Está bien —decidió rápidamente—. Tengo ganas de comer el cordero asado que hace Marcy. Y ponme verdura también, Marcy; toda la que quieras. Hace días que no cocino.
—¿Quieres decir que cocinas para ti mismo? —le preguntó Julie, que lo mejor que sabía hacer era tortilla francesa.
—Soy un experto —contestó sin falsa modestia.
—Es cierto —corroboró Marcy, esbozando una sonrisa cariñosa—. Empezó enseñándolo su madre y yo continué con las lecciones dándole varios libros de cocina. Aquí donde lo veis, Nicholas vive como un señor feudal.
Complacida por el desarrollo de los acontecimientos, Marcy se afanó en prepararles una mesa algo mayor cerca de la otra. Nicholas, acostumbrado a ayudarla, llevó la fuente de marisco de las chicas hasta la otra mesa; incluso volvió a por el jarrón de flores al ver que no había uno sobre la nueva mesa. Finalmente ayudó a ambas chicas a sentarse con un ademán elegante, antes de hacerlo él.
—¿Bueno, qué estáis haciendo aquí? —preguntó—. ¿De vacaciones?
—Los padres de Julie tienen una casita aquí —le explicó ____(tn), volviéndose para mirarlo de frente.
—¿Casita? Estoy seguro de que es lo suficientemente grande como para perderse dentro— se burló él.
Ambas chicas asintieron con la cabeza.
—Está sobre el cabo que forma Bahía Aurora.
—Vaya, me encanta ese lugar —dijo él.
Aunque parecía estar dirigiéndose a Julie, su mirada no abandonaba el rostro de ____(tn), como si quisiera memorizar sus facciones.
A ____(tn) todo ese interés le pareció tan desconcertante como emocionante.
—¿Jabiru te mantiene muy ocupado?
Aprovechó para mirarle a la cara y vio que tenía un rostro de rasgos bien dibujados, la boca preciosa y sensual, la mandíbula fuerte y un hoyuelo en la barbilla. También se fijó en sus ardientes cabellos.
—Me ha costado años de trabajo duro levantar ese lugar.
—¿Pero estás contento con ello?
Se le pusieron los ojos brillantes.
—Es mi Tierra Prometida. Yo lo considero mi verdadero hogar.
—Entonces eres un hombre con suerte.
—Supongo que sí.
La miró. ¿Por qué percibía un trasfondo triste en sus palabras? No tenía sentido. Ambas mujeres eran jóvenes y podía imaginar el estilo de vida que llevaban.
—¿Pero llegar a anunciarte? —Julie había seguido su diálogo con avidez—. Me apuesto a que podrías conseguir la mujer que quisieras.
—Creo que eres demasiado amable. Quizá haga falta un milagro para dar con la mujer adecuada, pero seguiré intentándolo. Llevo una vida agotadora, pero espero poder tomármelo con más tranquilidad muy pronto. Ya tengo treinta y cuatro años. Es hora de formar una familia.
Julie se echó a reír.
—¿Pero no conoces a todas las lugareñas?
—Las conozco de vista —reconoció—. Pero no las he invitado a ir al rancho —dijo—. Os sorprendería ver cuánta gente lee este periodicucho local.
—¿Entonces cómo lo vas a saber? —____(tn) le preguntó en tono suave.
—Sé que será como un relámpago que cae del cielo —dijo en tono de broma—. ¿Cómo lo llaman los franceses? ¿Un coup de foudre? Es decir, un flechazo.
—¿Y crees que eso ocurre de verdad? —____(tn) le preguntó con gran interés.
No había sido su intención que la pregunta sonara tan exaltada. Normalmente ningún hombre la fascinaba, solía más bien ocurrir lo contrario.
—Estoy seguro de ello —le contestó con voz extrañamente ronca—. Pero voy en busca de algo que no sea tan extravagante como una ardiente pasión.
—¿Y no te das cuenta que eres la persona más apropiada para ello? —le dijo Julie, echándole una mirada juguetona.
—Una pasión precipitada puede resultar muy destructiva, ¿no os parece? —siguió diciendo—. Me pregunto cuántas personas han caído en las redes de la tristeza. Sé que ocurre.
—¿Entonces tienes planeado que sea un matrimonio de conveniencia? —le preguntó ____(tn), con un toque de discrepancia en la voz.
¿Qué demonios le pasaba? Se sentía muy tensa.
—Bueno, debe ser algo conveniente, de eso estoy seguro. Quizá ni lo uno ni lo otro. Muchas culturas celebran matrimonios de conveniencia; lo llevan haciendo desde hace cientos de años y parece que ha funcionado.
—¿Entonces quieres decir que enamorarse no es la solución?
____(tn) insistía y no sabía bien por qué. Si al menos Nicholas dejara de mirada de aquel modo.
—Lo que quiero decir es que muchos matrimonios por amor acaban en divorcio —contestó con claridad—. He visto muchas relaciones tambalearse. Normalmente la mujer se queda sola y tiene que proporcionarles un hogar a sus hijos.
—Sí —dijo ____(tn), pero entonces cambió bruscamente de tema—. Entonces eres inglés.
—Soy tan australiano como tú —sus preciosos ojos la miraban con interés.
—Me refería a que tienes acento inglés —tuvo que esforzarse para sonreír pues tenía la boca seca—. ¿De dónde te viene?
—Mi madre era inglesa —explicó brevemente.
—Ah, entiendo —dijo ____(tn), viendo que no iba a extenderse en ese tema.
Juraría que Nicholas y ____(tn) sentían una atracción mutua.
Marcy llegó en el momento justo, con una fuente de cordero asado y otra más pequeña con verduras. Mientras disfrutaban de la comida dejaron de charlar un momento. Al principio Nicholas comió vorazmente. ____(tn) se fijó que tenía modales en la mesa, estaba totalmente concentrado en la deliciosa comida que tenía delante.
—Esto está de muerte —alzó la cabeza y levantó la jarra de cerveza—. Hemos estado trabajando fuera durante cuatro días seguidos sin apenas descansar. Ha sido demasiado agotador. Las riadas nos han hecho retrasamos, pero el campo está bien ahora que la tormenta ha amainado.
—¡Esto es otro mundo! —dijo ____(tn), mirando los helechos que colgaban de las cestas—. Jamás he visto vegetación como la de aquí. ¡Y qué colorido! El cielo es de un azul profundo y brillante, la tierra es a veces roja y otras esmeralda, las interminables playas de arena blanca, el brillante mar azul.
—Así son los trópicos, señorita —dijo en tono suave—. Me imagino que conocéis la mayoría de las islas del Gran Arrecife Coralino.
—Conocemos bien Hayman —contribuyó Julie, comiéndose una ostra muy grande con mucha delicadeza.
—Por supuesto.
Momentáneamente bajó los ojos. Hayman era uno de los destinos turísticos más famosos del mundo; claro que, sólo para millonarios.
—En realidad he viajado por las Whitsunday con amigos —dijo ____(tn) y sonrió al recordar una de las vacaciones más agradables y tranquilas dé su vida.
—Sí, es un lugar glorioso —añadió, comiendo el último trozo de patata asada—. Está muy cerca pero no he podido ir desde hace años.
—¿Quieres decir que no has podido ni siquiera tomarte unas vacaciones? —le preguntó Julie.
—He tenido cosas más importantes que hacer dijo riendo—. No me quejo. Jabiru es mío y amo ese lugar. Por otra parte es bueno gozar de la compañía de dos bellas mujeres —dijo, mirándolas a las dos—. ¿Sabéis algo del trabajo de un rancho?
—Un poco —asintió ____(tn)—. Me invitaron una vez a una carrera en Monaro Downs. Fue un evento grandioso. El dueño es Sir Jock Macalister —dijo con naturalidad—. Siendo un ganadero seguramente lo conocerás. Monaro Downs es el buque insignia de los Macalister en la Comarca del Canal.
—Sé dónde está —la interrumpió, sorprendiéndola con su tono seco.
____(tn) se ruborizó.
—¿Qué ocurre? ¿Te he molestado? —dijo en tono bajo.
Nicholas apretó los dientes. Tal era la magia de esa mujer que estuvo a punto de decir que sí.
—En absoluto. Cualquiera que sea de por aquí conoce a los Macalister y su imperio.
—¿Entonces te impresionó? —añadió él.
—Desde luego que sí —replicó ____(tn), mirándolo con cierto recelo—. Jamás he visto un lugar como aquél; la mansión más elegante situada en medio de millones de acres de monte. No hay nada aparte de kilómetros y kilómetros de pastos y colinas. Me perdí el milagro de las flores salvajes porque estuve en plena sequía. Mis padres tuvieron la suerte de contemplar el espectáculo; dijeron que era increíble.
—¿No fuiste con ellos en ese viaje?
—En aquel momento estaba en el internado.
—¿Internado? —Red arqueó las cejas—. Tus padres viven aquí, ¿no?
—Mi padre es un hombre de negocios de Sídney. —le dijo con calma; no se atrevió a mencionar los importantes contactos que su padre mantenía con Macalister.
—¿No sabéis lo que es el colegio normal? —dijo, frunciendo aquellos labios sensuales—. Lo siento —sonrió a ____(tn) de forma que hizo que se le acelerara el pulso—. Debería sujetarme la lengua. ¿Tienes hermanos?
—Soy hija única.
—No me digas más —dijo, encogiéndose de hombros—. Yo también fui hijo único. ¿Y tú, señorita Julie? —se dirigió a ella en tono medio burlón pero sin mala intención.
—Soy la única hija de la familia, gracias a Dios, pero tengo dos hermanos mayores. ____(tn) y yo hemos sido amigas desde que entramos en St. Catherine's, un colegio exclusivo para señoritas.
—¿Quieres decir que también a ti te despacharon? —preguntó asombrado.
—No, yo no vivía allí. Los padres de ____(tn) viajaban mucho —le informó Julie.
—Vaya —Nicholas sacudió la cabeza—. Parece imposible que cualquier padre pudiera separarse de ti. Incluso ahora se nota la infelicidad reflejada en tu mirada, ____(tn).
La miró con una intensidad a la que estaba aún empezando a acostumbrarse.
—Yo no llegué a la universidad —dijo ____(tn) cambiando de tema—. Pero me imagino que vosotras sí.
Julie asintió.
—Yo hice lo que me mandaron. Terminé a trancas y barrancas. ____(tn) es el cerebro. Las dos trabajamos para mi padre. Es corredor de bolsa.
Eso le llamó la atención.
—Qué interesante. He ganado un poco jugando a la bolsa. Es sorprendente lo que las chicas hacéis hoy en día. Nos ponéis en evidencia a los hombres; lo único que necesitáis es una oportunidad.
—¿Entonces no eres uno de esos hombres machistas? —le preguntó ____(tn), sintiendo de nuevo una oleada de atracción hacia Nicholas Jonas.
Él se bebió lo que le quedaba de la cerveza.
—Ni hablar. Las mujeres tienen recursos que los hombres no tenemos. Conozco a una mujer que se puso al mando de una enorme explotación cuando su marido murió; era tan dura e inteligente como el mejor de los hombres. En realidad soy un gran admirador de la fuerza que tienen las mujeres. Y también siento gran compasión por las débiles y vulnerables que siempre tienen algún hombre cerca que las maltrata. —Serás un marido maravilloso —suspiro Julie.
—Voy a hacerlo lo mejor posible. Un compromiso es algo muy serio. ¿No es cierto?
Ninguna de las jóvenes iba a discutírselo. Lo cierto es que estaban embelesadas.
Minutos después Nicholas echó la silla hacia atrás, listo para la acción.
—¡Qué rico! —dijo con satisfacción—. Marcy conoce a la perfección el camino para llegar al corazón de un hombre —dijo sonriendo—. Julie, ____(tn), ha sido un placer conoceros —dijo, mirando primero a una y luego a la otra—. Pero debo marcharme ya. Espero que disfrutéis de lo que os quede de vacaciones, antes de volver a vuestro lujoso mundo.
—Supongo que no podríamos visitar Jabiru —dijo con descaro Julie.
Estaba a punto de sacudir la cabeza, pero entonces cedió. Fue algo impulsivo.
—No veo por qué no, si estáis interesadas —se sorprendió a sí mismo diciendo, a pesar de ir en contra de su buen juicio—. No puedo venir a buscaros, aunque me gustaría mucho; ahora no es un buen momento. Pero creo que para la semana que viene tendremos menos trabajo. Si queréis conducir hasta allí os recibiré con gusto.
—¿Entonces qué día de la semana próxima? —insistió Julie, dispuesta a hacerlo en helicóptero si hiciera falta. Aquel hombre era tan interesante. —Llamadme —dijo con esa voz tan profunda y sonora—. Marcy os dará mi número.
Dios mío, qué tonto puede llegar a ser un hombre, pensaba mientras salía a la calle. La pequeña Julie no estaba más que divirtiéndose un rato, eso se veía. ¡Pero qué demonios! Estaba harto de tanta tranquilidad. La otra, ____(tn), aunque escuchaba a su amiga con una mezcla de hilaridad y consternación, emitía otra clase vibraciones. De todos modos, no tenía nada que hacer con ella. Pertenecía a un mundo al que él jamás podría acostumbrarse. Sólo de pensar en eso sintió una rabia inútil; no serviría de nada volver a verla.