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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Camp Ukiki |NC|
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Camp Ukiki |NC|
El campamento Ukiki para jóvenes problema no es como todos los campamentos de los que se pueda conocer, es uno singular y diferente. Lo principal en el campamento Ukiki es el buen trato hacia el otro, por esto, se cuenta con más de 200 participantes para una estadía placentera para aquellos que ingresan. Estas doscientas personas se dividen entre las diversas actividades recreativas para los jóvenes ingresados, además para la limpieza y la cocina.
Cada año se atiende a más de 300 personas, y ¿por qué es singular el campamento?
Por lo siguiente, no sólo ingresan muchachos comunes y corrientes, sino que cada uno de ellos cuenta con un problema o desorden, el campamento cuenta con 50 terapeutas que atienden a todos y cada uno de las jóvenes que entran al campamento. De igual manera se cuenta con 10 nutriólogos que ayudan en la cocina y especialistas en deporte para las actividades.
Si tú te encuentras en esta situación y sientes que estás solo… no te preocupes, el campamento Ukiki siempre tendrá un lugar para ti.
- ROLLES:
- • La de personalidad antisocial |Voluntario | Peter Pan:
- Parece que a la chica hippie se le pasó la mano con su protesta en contra de experimentación con los animales. Desafiante y desobediente por naturaleza, fría y muchas veces sin emociones. Veamos si el campamento Ukiki la hace cambiar de dirección.
- • Adicta a las apuestas | Voluntario | Wickam.:
- Las deudas la tienen envuelta y papá no puede soltar más dinero a la joven problema, por lo que sólo hay dos opciones, ir a prisión o asistir al campamento Ukiki.
- • La adicta a las compras | Voluntario | Grimes.:
- Cinco mesadas gastadas en ropa en menos de tres horas, la chica ya tiene ropa nueva que no usa y aun así quiere más. Papá y mamá no están muy contentos con el derroche de dinero que hace la princesita, sólo una solución pudieron encontrar… el campamento Ukiki.
- • La cleptómana | Voluntario | Isaiah,:
- Robar maquillaje no es algo anormal en las jóvenes de hoy en día, pero cuando se roba un neumático para un auto que ni siquiera se posee es una completa locura.
- • La mitómana | Voluntario | prinsloo.:
- “Una rana gigante se lo llevó, mi perro le escupió fuego y mi unicornio tiene el cuerno más poderoso que he visto”, son las pocas mentiras que la joven ha dicho y lo más increíble de todo es que ella misma las cree, sin embargo, en el campamento Ukiki se encuentra con profesionales que no creerán sus mentiritas.
- • Envuelto en las drogas | Voluntaria | weolicylan.:
- La juventud parece estar hundiéndose en un hoyo y el chico está entrando en éste. Digamos que no se encuentra del todo poseído por el éxtasis, la marihuana o la cocaína, pero ha comenzado a ser un problema para papá y mamá.
- • Desórdenes alimenticios | Voluntario | O'neill:
- Una manzana un día, dos litros de agua el otro y tres dulces de colores para el siguiente, la chica necesita ayuda y eso es algo que sabe a la perfección, sin embargo, la belleza tiene un precio muy alto.
- • El adicto al celular e internet | Voluntaria | HyunWoo. :
- Despegar los ojos de su aparato móvil es más difícil que pasar cinco noches en vela por jugar en el mismo o revisar sus redes sociales, lo malo para él es que el campamento Ukiki prohíbe el uso de dispositivos móviles.
PEQUEÑAS REGLAS
• Paciencia.
• Respeto.
• Orden.
• Cada una tendrá una semana para postear su capítulo.
• A las tres faltas, la escritora quedará fuera de la novela.
• Los capítulos deben tener un mínimo de cuatro hojas en Word.
• Ortografía por favor.
• RESPONSABILIDAD.
• Diviértanse.
MURO INTERACTIVO
FICHAS
• Paciencia.
• Respeto.
• Orden.
• Cada una tendrá una semana para postear su capítulo.
• A las tres faltas, la escritora quedará fuera de la novela.
• Los capítulos deben tener un mínimo de cuatro hojas en Word.
• Ortografía por favor.
• RESPONSABILIDAD.
• Diviértanse.
MURO INTERACTIVO
FICHAS
Última edición por Peter Pan el Jue 25 Dic 2014, 2:24 am, editado 2 veces
Bart Simpson
Re: Camp Ukiki |NC|
Turnos.
• prinsloo.
• Wickam.
• HyunWoo.
• Tessa
• Peter Pan
• weolicylan.
• O'neill
• Grimes.
Reglas Del Campamento.
• Hora de despertar: 8 am.
• Al no comer cualquier comida del día, se aumentará una plato de comida aparte del que se ha dado.
• En el caso de los trastornos alimenticios, deberán terminar su rebanada de pastel de chocolate completa. En caso de que no lo hagan, serán dos porciones de pastel más.
• Los campistas deben entrar a todas sus clases y cumplir con todas las actividades.
• Queda estrictamente prohibido faltarle al respeto a los instructores voluntarios.
• La hora de regresar a las cabañas a dormir es a las 9 pm, quien esté fuera después de esa hora tendrá un castigo.
• Faltarle el respeto a los compañeros de cabaña queda prohibido.
•El incumplimiento de cualquiera de estas reglas puede causar la expulsión a la cabaña de desolación por una noche, o como muchos campistas la llaman: el hoyo.
•Las cabañas quedarán conformadas por 6 campistas y 2 voluntarios que se ocuparán de mantener el orden. Cada cabaña lleva por nombre uno de los valores para recordar a los campistas que deben ejercerlos día a día.
Cabaña Amor:
• Bolomey Kesia Alessandra.
• Jones Hills Elizabeth.
• Malone Jenna Rose.
• Rellish Isabelle.
• Strawfield Kendall Ralleigh.
• Underwood Jayden Leah.
Encargadas de la cabaña:
• Presbant Wilhelmina.
• Neeson Grace Jennifer.
Cabecera de capítulo.
- Jenna Malone:
- Código:
<br><center><div style="width: 500px; padding: 15px; margin: 0 auto; background-image:url(http://www.dolliehost.com/dolliecrave/myspace-layouts/girly/192.gif);"><div style="background-color: #ccff66; width: 478px; font-size: 25px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">Capítulo 00</div><div style="background-image: url('http://data3.whicdn.com/images/111935861/large.jpg'); width: 470px; height: 210px; border: 4px ridge #ccff66;" ></div><div style="background-color: #ccff66; width: 478px; font-size: 15px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">Jenna Malone</div></div></center>
- Kesie Bolomey:
- Código:
<link href='http://fonts.googleapis.com/css?family=Raleway' rel='stylesheet' type='text/css'><br><center><div style="width: 500px; padding: 15px; margin: 0 auto; background-image:url(http://24.media.tumblr.com/tumblr_l6zkdgtfv11qcdtsho1_400.png);"><div style="background-color: gray; width: 478px; font-size: 25px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">Capítulo 00</div><div style="background-image: url('http://data3.whicdn.com/images/111935861/large.jpg'); width: 470px; height: 210px; border: 4px ridge gray;" ></div><div style="background-color: gray; width: 478px; font-size: 15px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">KESIA BOLOMEY</div></div></center>
- Jennifer Neeson:
- Capítulo 00JENNIFER NEESON GRACE
- Kendall Strawfield:
- Código:
<br><center><div style="width: 500px; padding: 15px; margin: 0 auto; background-image:url(http://funlava.com/wp-content/uploads/2013/05/tumblr_lm4la94TGz1qfxndko1_500.jpg);"><div style="background-color: darkorchid; width: 478px; font-size: 25px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">Capítulo 00</div><div style="background-image: url('http://data3.whicdn.com/images/111935861/large.jpg'); width: 470px; height: 210px; border: 4px ridge darkorchid;" ></div><div style="background-color: darkorchid; width: 478px; font-size: 15px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">KENDALL STRAWFIELD</div></div></center>
- Isabelle Rellish:
- Código:
<br><center><div style="width: 500px; padding: 15px; margin: 0 auto; background-image:url(http://slodive.com/wp-content/uploads/2011/05/white-backgrounds/diamond-background.jpg);"><div style="background-color: #3399ff; width: 478px; font-size: 25px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">Capítulo 00</div><div style="background-image: url('http://data3.whicdn.com/images/111935861/large.jpg'); width: 470px; height: 210px; border: 4px ridge #3399ff;" ></div><div style="background-color: #3399ff; width: 478px; font-size: 15px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">ISABELLE RELLISH</div></div></center>
- Jayden Underwood:
- Código:
<br><center><div style="width: 500px; padding: 15px; margin: 0 auto; background-image:url(http://media.tumblr.com/tumblr_lmltqes3dr1qddttn.jpg);"><div style="background-color: Crimson; width: 478px; font-size: 25px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">Capítulo 00</div><div style="background-image: url('http://data3.whicdn.com/images/111935861/large.jpg'); width: 470px; height: 210px; border: 4px ridge Crimson;" ></div><div style="background-color:Crimson; width: 478px; font-size: 15px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">JAYDEN LEAH UNDERWOOD</div></div></center>
- Elizabeth Jones:
- Código:
<br><center><div style="width: 500px; padding: 15px; margin: 0 auto; background-image:url(http://data2.whicdn.com/images/151629733/large.jpg);"><div style="background-color: #009999; width: 478px; font-size: 25px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">Capítulo 00</div><div style="background-image: url('http://data3.whicdn.com/images/111935861/large.jpg'); width: 470px; height: 210px; border: 4px ridge #009999;" ></div><div style="background-color: #009999; width: 478px; font-size: 15px; font-family:Raleway; color: #c6c6c6;text-align: center; line-height: 100%; text-shadow: 1px 1px 1px #181818; padding: 3px; text-transform: uppercase; letter-spacing: 2px;margin-bottom: 6px; margin-top:6px;">ELIZABETH JONES</div></div></center>
Última edición por Vodka. el Vie 04 Dic 2015, 12:02 am, editado 2 veces
Bart Simpson
Re: Camp Ukiki |NC|
Introducción
Jenna Malone✯
La campana del receso se abre paso al igual que los alumnos por los pasillos mientras se dirigen hacia la cafetería. Ahí va Jenna, sola como casi siempre lo está.
No es que le moleste, simplemente sabe que la mayoría no puede seguir su ritmo de vida.
- ¿Qué hay, Jenna? – pregunta uno de sus pocos amigos.
- Nada, sólo quiero llegar a la comida ya, ¿sabes? – se soba la barriga – Siento que no he comido nada en días, como aquella vez que tomé sólo agua durante dos semanas por un experimento de la NASA.
- Jamás hiciste un experimento de la NASA – entrecierra los ojos.
- Claro que lo hice – defiende señalándolo con el dedo índice.
- Como digas, ¿hiciste la tarea de ciencias químicas? – rasca su nuca.
- La hice. ¿Tú no? – pregunta avanzando en la fila para comprar su almuerzo.
- No le entendí, ¿podrías pasármela?
- Claro, no veo el por qué no – toma su bolso y de él saca uno de sus cuadernos entregándoselo al tonto y flojo de su amigo.
- Te lo regreso luego – dice despidiéndose.
La rubia espera aproximadamente diez minutos hasta que puede comprar su almuerzo para a continuación dirigirse a una mesa vacía.
La chica toma uno de sus libros y empieza a leer ignorando los comentarios hirientes de los chicos y chicas sin cerebro frente a ella. A veces los comentarios hacia ella duelen pero no es como si le importara demasiado para atormentarse a ella misma por lo que dicen. Es mejor aprovechar las amistades que conserva y seguir su vida tan normal como siempre lo ha hecho.
- ¿Qué tal estuvo la escuela, cariño? – pregunta Brooke cuando la chica sube al auto para regresar a casa.
- Genial, la pasé muy bien. Un hombre fue a hablarnos sobre el cine y dijo que parezco modelo. Le dije que los encargados del desfile de Victoria’s Secret me invitaron a la pasarela pero no me creyó.
- Jenna – revolea los ojos – Sabes que eso no es cierto.
- Claro que lo es – se cruza de brazos – Tú nunca me crees nada.
- Cariño, olvidemos el tema – suspira y estaciona el auto – Vayamos por algo de pan.
Ambas bajan del vehículo y se encaminan hacia la panadería en busca de algo dulce. Jenna elige como diez panes y mientras Brooke sigue eligiendo, la rubia platica con las empleadas.
- Mi familia tenía una panadería – dice sonriente.
- Imagino que les fue bien, linda – responde una señora de aproximadamente cuarenta y cinco años de edad.
- No tanto, cerró hace como un año. Pero el mismísimo Al Pacino fue a comprar tres panes, lo recuerdo como si hubiera sido ayer – la mujer la observa impresionada.
- Eso debió ser fantástico – la mujer se encuentra más al pendiente de las historias de Jenna que de la misma tienda.
- Basta – anuncia Brooke en modo de regaño a la chica – ¿Me cobra por favor?
Dicho esto la rubia se aleja molesta de ahí, su madre nunca le cree y eso la hace enojar. Sale del local y espera a que Brooke salga para que abra el auto.
El camino hacia su hogar es en silencio con una chica rubia haciendo pucheros de enojo mientras la mujer, Brooke, la ignora del todo y sigue el camino hasta casa. Una vez dentro la chica entra corriendo dejando la puerta abierta para que su madre pueda pasar.
- ¿Jenna? – preguntan desde la planta baja de la casa – ¿Cariño? – una vez más y no pasa siquiera el minuto cuando el ruido de alguien bajando se escucha por toda la casa.
- ¡Papi! – grita con emoción y a continuación se lanza a los brazos de Zsadist.
- ¿Cómo está la princesa más bella del mundo? – pregunta abrazando con fuerza a su hija.
- Genial. Creí que trabajarías hasta tarde hoy – dice ya con sus pies tocando el piso.
- Igual yo pero me tomé el día para llevarte con Lilian.
- ¿Alguien puede ayudarme? – pregunta Brooke con drama mientras cruza la puerta. Al instante Zsadist se acerca a ella y toma las bolsas de pan para después darle un beso en los labios.
- Lilian tiene una sorpresa para Jenna – continúa hablando mientras lleva el pan a la cocina – Me ha llamado esta mañana y no puedo esperar a que la escuches, sé que te encantará.
- Muero por saber de qué se trata.
- Entonces alístate que estamos por irnos.
- Claro.
La rubia sube corriendo por las escaleras hasta llegar a su cuarto y tomar una blusa limpia y unos jeans para vestirse. Cuando está lista baja de la misma manera en que subió. Se detiene en busca de ambos padres, sin embargo, el claxon del auto llama su atención, sale de la casa y sube al vehículo donde Brooke y Zsadist la esperan.
Aproximadamente media hora después Jenna se encuentra ya sentada frente a su terapeuta, sus padres detrás de ella esperan ansiosos por la noticia.
- Hola, Jenna – saluda la mujer – Espero hayas estado de maravilla.
- Lo he estado – sonríe ampliamente.
- Tengo una noticia para ti, se la comenté a tu padre y a Brooke pero ellos quisieron esperar hasta que yo te dijera.
- Genial, dime – se mueve en su asiento con desesperación a la vez que aplaude unas cuantas veces.
- ¿Recuerdas del campamento que hablamos hace ya unos meses? – pregunta inclinándose hacia adelante.
- Claro, lo recuerdo. ¿Por qué? – frota sus manos.
- Me di a la tarea de inscribirte. Podrás asistir en tres semanas al Campamento Ukiki.
- ¿Qué? ¡Ah!
Kesia Bolomey✯
- Y bien, ¿qué quisieras compartirme hoy, Martha? – pregunta el terapeuta de la mujer.
Martha es una mujer de edad avanzada, sin embargo, su piel se encuentra bien conservada dándole un aspecto más joven, sus cabellos rubios y peinados caen sobre sus hombros, sus ojos azules viajan del terapeuta a la ventana preguntándose si debe involucrar a su vecina que es como su nieta en sus sesiones de terapia hasta que se decide por hacerlo.
- Es sobre mi vecina Kesia – dice encogiéndose de hombros.
- Nunca haz mencionado ninguna Kesia – el hombre cruza una pierna y centra los ojos en la mujer.
- Kesia es mi vecina, para mí es algo así como mi nieta. La quiero demasiado y sé que ella también tiene afecto por mí – cruza los dedos de sus manos y los coloca sobre sus rodillas – Hemos estado hablando últimamente.
- Ajá – dice el hombre para que la mujer continúe hablando.
- Me ha comentado que tiene algunas deudas que sus padres no quieren pagar – traga saliva y continúa hablando – Creo que ella está metida en las apuestas, no me lo ha confirmado del todo pero con lo que me ha dicha puedo estar segura de ello. Ella tiene un problema y no sé cómo ayudarla.
- Bueno, Martha. Para ayudar a alguien primero hay que estar seguros de que esa persona quiere la ayuda que se le ofrece, si no la quiere pues no veo mucho qué hacer.
- Sé que ella internamente quiere ayuda pero no lo admite.
- ¿Cómo lo sabes? – pregunta entrecerrando los ojos.
- Soy la única con la que ella puede expresarse libremente, por eso sé que no me mentiría y en sus ojos puedo ver la falta de atención y ayuda – afirma la mujer colocándose un mechón de cabello detrás de su oreja.
- Martha… – comienza pero se detiene por unos segundos – La semana pasada me llegó esto – busca dentro de uno de los cajones de uno de los muebles colocado cerca de la puerta. Cuando por fin lo tiene lo mira unos segundos y camina hasta quedar frente a la mujer nuevamente y se lo entrega.
- ¿Campamento Ukiki? – pregunta confundida mientras continúa leyendo la hoja.
- Es un campamento para jóvenes problema, lo he recomendado a varios de mis pacientes y ahora te lo recomiendo a ti, ofréceselo a la chica, si dices que eres a la única que en realidad le tiene confianza, quizá acepte ir. He visto grandes mejorías en mis pacientes que han asistido.
- Pero Dylan, esto es en Canadá – exclama la mujer con preocupación en su tono de voz.
- Así es, Martha – asiente el hombre.
Martha camina por las calles del centro de Nevada, sus pensamientos están sumergidos en aquél campamento recomendado por su terapeuta. El precio no era el más bajo que haya visto y además se situaba en Canadá, sin embargo, aquella joven causaba demasiadas emociones en la mujer, por una parte se identificaba con ella y el hecho de que no sabía el paradero de su madre biológica despertaba su lado sobreprotector para con la chica.
Levanta la mano para pedir un taxi y a continuación se dirige hasta su casa. Una vez frente a la puerta, echa una mirada hacia la casa donde Kesia vive, suelta un suspiro e introduce la llave en la cerradura para después entrar y dejar su bolso sobre la mesita de centro de la sala. No pasan ni cinco minutos cuando vuelve a tomar el bolso y sale de su hogar para dirigirse hacia el de su vecina, toca la puerta tres veces y espera a que abran.
- Hola, Martha – saluda la rubia con media sonrisa.
- Estaba por ir al super mercado en busca de provisiones y se me ocurrió que quizá querrías acompañarme – dice encogiéndose de hombros y con un tono algo indiferente.
- Uhm… – gira el rostro hacia atrás preguntándose si su padre se molestará o no, sin embargo, no le da demasiada importancia y continúa hablando – Claro, sólo tomo mi bolsa y vamos.
Deja la puerta entre abierta y corre hasta su habitación para tomar aquella mochila que lleva a todos lados para después salir por la puerta junto a Martha.
- Vamos – toma el guante de Martha y ambas se encaminan al súper mercado situado a unas cuantas cuadras – ¿Cómo te fue hoy en la terapia?
- Muy bien, linda. De hecho hay algo que quisiera comentarte respecto a lo que traté hoy – suelta un suspiro.
- Soy toda oídos – le sonríe a la mujer quien se limita a responder la sonrisa.
- En un momento, querida.
El camino hacia el local fue en silencio, sin embargo, un silencio cómodo y tranquilo. Una vez dentro del súper mercado, Martha continuó hablando.
- ¿Recuerdas lo que me contaste con respecto al dinero? – pregunta observando las verduras congeladas.
- Claro que lo recuerdo – dice mientras coloca en el carrito una bolsa con zanahorias y chicharos – ¿Qué pasa con eso?
- Dylan me habló sobre un campamento – se gira para quedar frente a la rubia quien frunce el entrecejo confundida.
- ¿Campamento? – pregunta recargándose sobre el carrito – ¿Campamento de qué?
- Para jóvenes como tú – responde con voz temblorosa.
- Jóvenes como yo – entrecierra los ojos – ¿Cómo es un joven como yo?
- Con problemas, linda – la chica suelta una carcajada – No me mal entiendas, yo sólo quiero tu bienestar y creo que este campamento puede ayudarte.
- No sé, Martha – habla mientras avanza con el carrito a la sección de cereales – Todo eso suena un tanto ridículo…
- No lo es, Kesia – interrumpe Martha tomando una caja de cereal de arroz inflado – Sólo considéralo.
- Háblame más sobre ese campamento – suspira con resignación mientras toma una galleta de muestra y la come.
- Dylan dice que es muy efectivo, además cuando regreses debes tomar terapia para que te ayude a reforzar lo aprendido en el campamento – la rubia asiente – El campamento se efectúa en Canadá y…
- Espera – interrumpe – ¿En Canadá?
- Así es – toma un vaso con café y dos galleras.
- ¿Cuánto cuesta el famoso campamento? – toma otra galleta y la mastica a duras penas – No tengo para costearlo, Martha. Por más bueno que sea yo… simplemente no tengo dinero.
- Linda, jamás te pregunté si tenías dinero – toma la mano de la rubia – Sólo quiero que accedas a ir.
- Si piensas que te dejaré pagarlo estás equivocada, Martha – coloca su otra mano sobre la de Martha.
- Cariño, eres importante para mí – cierra los ojos con fuerza y una que otra lágrima se escapa por sus lagrimales – Sólo quiero que estés bien, ¿podrías ir?
- No lo sé…
- Hazlo por mí – tal y como si esas hubiesen sido las palabras mágicas, Martha logró llegar al corazón de la chica.
- Lo haré – concluyó con un abrazo antes de pensar en los aspectos negativos de haber aceptado ir.
Jennifer Neeson✯
Un día menos ha pasado y Jenna lo ha tachado en su calendario, la chica espera con ansias el comienzo del campamento. Ya cinco años consecutivos van en que Jenna se ha ofrecido de voluntaria y este año es especial porque el mismísimo Samuel Ukiki le ha pedido encargarse de uno de los talleres.
- ¡Jenna, baja a comer! – la voz de su nana la saca de sus pensamientos y con una sonrisa se aleja de su cuarto sin dejar de observar el calendario.
Una vez que cierra la puerta se aproxima a paso veloz hasta el comedor donde su plato yace sobre la mesa. Su nana se encuentra acomodando lo que falta en la mesa y su hermana menor ocupa un lugar en la misma.
- ¿Estás emocionada? – pregunta de repente la niña.
- Lo estoy, linda – responde mientras da unos cuantos aplausos y acto seguido se dispone a comer.
Después de dejar a su hermanita en clases de Kung-Fu, la castaña puso su coche en marcha con destino al centro de la ciudad; había algunas cosas que debía conseguir para su estancia en el campamento.
Protector solar, un traje de baño, materiales extras para sus clases y algunos cosméticos llenan las bolsas que la chica lleva en sus manos. No cabe duda que Jenna está tan feliz que podría contagiar su felicidad a todos en el centro comercial y mientras el tiempo siguiera pasando, más alegría se acumularía en ella hasta el día en que el campamento dé inicio.
Isabelle Rellish✯
Cinco y treinta pm de la tarde marca el reloj cuando Anne se encuentra frente a la puerta de su hogar. El trabajo fue extenuante y todavía pasó por provisiones al súper mercado, no es culpa de Robert trabajar dos turnos seguidos, sin embargo, a veces necesita ayuda en la casa.
- ¡Isa! – grita en busca de su hija, sin embargo, ésta no responde – ¡Isabelle! Baja a ayudarme con las provisiones.
Una vez más, su hija no responde ante su llamado. Con el entrecejo fruncido por la confusión, deja las compras sobre uno de los sillones y se encamina por el pasillo que va directo a la habitación de la pelirroja. Gira la perilla y una vez abierta la puerta asoma la cabeza dentro del cuarto vacío.
Es raro que su hija no se encuentre en casa porque son más de tres horas después de que ella salió del colegio. Busca su celular y llama una, dos, tres y cuatro veces a su hija, pero ésta sigue sin responder.
- ¿Dónde te encuentras, niña? – dice para sus adentros recargándose en la barra de la cocina.
Pasan algunos minutos en los que la intranquilidad y desesperación invaden a la mujer hasta que su mirada se centra en los tres mensajes en el teléfono de casa, quizá uno sea de su hija.
Con el teléfono sobre el oído, presiona la tecla y comienza a escuchar cada uno de los mensajes.
Señores Rellish-Sparks, le informamos que su hija se encuentra detenida en Wall-Mart al norte de la cuidad, por favor no tarde, les daremos los detalles al llegar.
Su hija sigue detenida, por favor no tarden.
Seguimos esperándolos, no tarde o su hija será entregada a la policía.
Su hija sigue detenida, por favor no tarden.
Seguimos esperándolos, no tarde o su hija será entregada a la policía.
Al instante un escalofrío recorrió la piel de Anne y el terror se apoderó de ella, con rapidez toma las llaves de su auto y conduciendo lo más calmada posible llega hasta el local. Baja del auto y a grandes zancadas se encamina dentro de la tienda.
Busca la oficina del gerente y una vez que la encuentra sus piernas parecen flaquear cuando ve a Isabelle sentada en una de las sillas frente al escritorio con esposas en las muñecas.
- ¡Isa! – grita llamando la atención de todos en el lugar, incluso la de su hija – Soy Anne, la mamá de Isa – se presenta apresuradamente – ¿Qué hace ella aquí?
- Señora Rellish – se levanta de su asiento el gerente, acto seguido le indica a Anne que tome asiento junto a su hija – Sorprendimos a su hija robando cosas del local.
- ¿Qué? Discúlpeme pero mi hija no es ninguna ratera – excusa dándole una mirada a su hija quien se limita a bajar el rostro.
- Esta grabado, señora – se levanta de su asiento y con un control remoto reproduce el vídeo de la evidencia.
Anne mira horrorizada la escena, su hija tomando objetos de la tienda escondiéndolos en las bolsas de su suéter. El sentimiento de la mujer es parecido a cuando te echan una cubeta con hielos en la espalda, no puede evitar soltar lágrimas.
- Isa – la observa y la chica sólo esquiva su mirada, es vergonzoso que al fin su madre se dé cuenta de aquello que ha estado ocultando desde hace algunos años ya – Disculpe las molestias – se gira hacia el gerente del local – No volverá a suceder algo como esto.
- Así será ya que me veré en la penosa necesitar de vetarla de aquí – casi se le salen los ojos de la cada, sin embargo, sabe que es lo mejor que puede hacer el hombre.
La mujer se despide a duras penas del hombre y junto a su hija salen del lugar en silencio hasta llegar al coche.
- ¿Hay algo que quieres contarme? – pregunta apretando como fuerza el volante del auto.
- No – responde de manera cortante.
Anne se limita a suspirar pesadamente y a recargarse por completo en el asiento, a continuación sus manos cubren su cara intentando ocultar las lágrimas que resbalan por sus ojos.
- Dime qué sucede, hija – intenta una vez más pero Isabelle la ignora y gira el rostro hacia la ventana – Te estoy hablando.
- ¡No quiero hablar ahora! – grita dando por terminada la charla.
Su madre se toma unos segundos para recuperar la compostura y después encender el auto para ir a casa, ya tendrán el suficiente tiempo para hablar de la situación.
Isa coloca la salsa de tomate sobre el espagueti con carne molida mientras Anne salpimienta los vegetales precocidos y ninguna de las dos dice nada. Isa intenta ignorar todo, en cambio Anne, suelta una que otra lágrima aún por lo sucedido horas antes. Robert ha llegado de trabajar y se encuentra sentado en el comedor esperando a que la cena esté servida, Anne sabe que tiene que hablar sobre esto ya, de otro modo el conflicto se hará más grande.
Una vez que la comida está lista y servida en la mesa, la familia se encuentra reunida en el comedor. Ningún ruido aparte de los cubiertos chocar entre sí se escucha hasta que Robert intenta romper el hielo.
- ¿Qué tal estuvo el día para ambas? – pregunta mientras pincha un trozo de brócoli.
- Aburrido – responde Isa.
- Pésimo – ahora es Anne quien habla.
- ¿Por qué, cariño? – pregunta una vez más el hombre. Anne echa un vistazo a su hija antes de comenzar a hablar.
- Me hablaron del Wall-Mart que está al norte de aquí
- Me retiro – se apresura a hablar la pelirroja.
- ¡Tú no te vas de aquí! – la detiene su madre, la chica se limita a sentarse una vez más acorralada por lo que su madre está a punto de decirle a papá.
- Isabelle, fue sorprendida robando – los ojos de Robert se abren como platos por el asombro.
- ¿Isa? – pregunta sorprendido a la chica quien tan sólo baja el rostro avergonzada.
- Lo siento – dice casi inaudible – No pude evitarlo.
- ¿Disculpa? – ahora es su madre quien pregunta – ¿A qué te refieres con “No pude evitarlo”? – hace las comillas en el aire.
- Yo… suelo hacerlo cuando estoy estresada – sus manos comienzan a jugar entre sí mientras ambos padres la miran con horror.
- ¿Qué? – pregunta su padre levantándose de la mesa, en cambio su esposa comienza a derramar lágrimas una vez más.
- Lo siento – repite – Si me disculpan iré a acostarme.
- Hablaremos de esto después – grita su padre cuando la chica desapareció de su vista.
- Hablaré con Gina – se levanta de la mesa y antes que desaparezca por la puerta de la cocina su marido continúa hablando.
- ¿En qué te va a ayudar Gina?
- Es terapeuta, algo debe saber.
Antes de llamar a su amiga se toma el tiempo necesario para calmar sus pensamientos, no es fácil escuchar palabras como esas de tu propia hija y menos cuando no sabes qué carajo hacer al respecto. Toma el teléfono y comienza a presionar los botones.
- ¿Hola? – responden del otro lado de la bocina.
- Es Anne, necesito su ayuda – se apresura a decir.
- ¡Hey! ¿Qué puedo hacer por ti, amiga? – pregunta – ¿Está todo bien en casa?
- No, Gina. Las cosas están mal, ¿sabes? – la desesperación comienza a filtrarse en su tono de voz provocando la preocupación por parte de su amiga.
- Cuéntame – pide con esa voz serena que suele calmar a Anne.
- Se trata de Isa, me llamaron esta tarde de un local… la detuvieron por robar – su voz se corta causando que diga lo último a duras penas.
- Entiendo, ¿Isa lo hace seguido? – cuestiona.
- Yo… no sé, ella dijo que lo hacía cuando estaba estresada o algo así – sus dedos tamborilean sobre la mesa para que la ansiedad no la consuma, su amiga suspira profundamente antes de responder.
- Anne, deberías llevar a Isabelle con un terapeuta. Lo que ella hace no es algo normal y menos por cómo me lo haz contado. Si gustas yo puedo mandarte con una de mis colegas, si fuera por mí la atendería pero sabes que está en contra del código ético.
- Lo sé, muchas gracias, amiga.
- ¿Sabes? Quizá antes podrías enviarla a algún lugar donde pueda distraerse – comienza a decir un tanto misteriosa.
- ¿Un lugar como dónde? – pregunta ahora confundida.
- A mi consultorio llegó una convocatoria sobre un campamento para chicos problema…
- Pero Gina, Isabelle no es una chica problema – la interrumpe un tanto exaltada.
- Nunca dije que lo fuera, pero, creo que le vendría bien asistir, ¿sabes? – Anne se toma unos segundos antes de responder preguntándose si es buena o no la idea.
- ¿Crees que puedas mandarme el documento para revisarlo? – pregunta indiscretamente.
- Claro, en unos minutos te lo envío, lo revisas y me dices qué piensas, ¿vale?
- Sí, lo reviso en cuanto lo envíes.
Y dicho esto la conversación termina dándole paso a los pensamientos de Anne, qué tal si es una mala idea enviarla al dichoso campamento, será cuestión de revisarlo por ella misma.
Kendall Strawfield✯
- ¡Mi hija ha estado un maldito mes en prisión! – dice exaltada Briss.
- No sé qué podría hacer para sacarla de ahí, señora – se acomoda en su asiento – Le dije que esto sucedería y no mal interprete pero su hija no debió prenderle fuego a aquella modelo.
- Sabe que está en contra de la ropa de pieles – intenta excusarse.
- Lo sé y eso es genial, ¿sabe? Es muy buen indicio que Kendall tenga cierto respeto y afecto hacia los animales, sin embargo, aquella violencia la descarga con los seres humanos.
- Ya no sé qué hacer – la mujer cubre su rostro mientras su marido la reconforta con un abrazo.
- ¿No hay alguna alternativa? – pregunta Ryan al señor Hoffman.
- Quizá pueda haber una – responde lentamente.
- ¿Cuál? – ahora pregunta la señora Strawfield.
- Hay un campamento que se hace año con año para jóvenes que padecen ciertos trastornos…
- Dígame cuál es – interrumpe Briss – Haré que ella asista.
- No sé si acepten a alguien como Kendall. Es más bien para trastornos que involucren el control de los impulsos, manías, del estado de ánimo e incluso alimenticios, sin embargo, en todo el tiempo que he apoyado en este campamento, jamás han recibido a jóvenes con trastornos de la personalidad como el de su hija.
- ¿Entonces para qué nos da esperanza? – se queja la mujer.
- Puedo darles el número del encargado, si él acepta ya corre por su cuenta.
- Claro, llamaremos – responde ahora Ry.
¿Cómo iban a hacer para que el hombre aceptase a su hija? Jamás pensaron que algo así sería tan difícil, ni que su hija llegaría tan lejos, sin embargo, todo lo hecho por la chica anteriormente debió darles una pista pero su amor de padres era tan fuerte que se convencieron de que había una cura para la chica.
Aún quedaba la lobotomía, pero no es una opción que pueda tener cabida en la extensa lista de opciones de la familia Strawfield.
El camino del consultorio del doctor Hoffman a casa parece ser inmenso e interminable, Brissa va mordiéndose las uñas mientras Ry da golpes al volante gracias a que cada semáforo parece estar en su contra y ponerse en rojo cada vez que ellos se detienen frente a uno.
El timbre de Briss comienza a sonar a todo lo que da dentro de su bolso, la mujer se apresura a tomarlo con tal desesperación que el móvil se le resbala y cae el piso del auto pero con ágiles movimientos lo recupera y presiona la tecla para responder al llamado.
- ¿Hola? – su tono de voz suena desesperado.
- Hola, Briss. Soy yo Hansel – su amigo parece emocionado del otro lado de la bocina – Me amarás por lo siguiente.
- ¿Qué hiciste? ¡Dime! – exige la mujer provocando risas en el hombre.
- ¿Qué sucede? – la voz preocupada de Ry se hace presente dentro de la conversación.
- Espera – dice Briss tapando con su mano izquierda la bocina del teléfono celular – Concéntrate en el camino.
- Está bien, tranquila – le dice el hombre con una sonrisa, la mujer se limita a revolear los ojos con fastidio.
- Continúa, Hansel. ¿Qué fue lo que hiciste? – pregunta ahora más desesperada.
- El juez Aaron le dio la libertad a Kendall una vez asegurado que la modelo se encuentra bien y un juramento bajo palabra de tu hija de que no volverá a suceder – el corazón de Brissa comienza a latir a mil por minuto, es obvio que está emocionada, sin embargo, sabe que aquél juramento hecho por su hija se romperá una vez que esté fuera.
- Gracias, Hansel. Eres sensacional – pestañea repetida veces para que las lágrimas se contengan en sus ojos.
- Voy en camino a tu casa, Kendall viene conmigo.
- Bien, ten cuidado.
- Claro, adiós.
- Bye – dicho esto, ambos cuelgan – Kendall está libre.
- ¿Qué? – pregunta sorprendido su marido.
- Lo que escuchaste, está libre – guarda su celular en su bolso y a continuación lo mira – Ese hombre debe aceptarla en ese estúpido campamento.
- Wow, comienzas a hablar como tu hija – se burla ya más aliviado el hombre.
- Cállate y maneja.
Veinte minutos pasaron antes de que Brissa y Ryan pudieran llegar a su destino, pero cuando estuvieron fuera de casa pudieron ver el auto de Hansel y a su hija junto a él. Brissa sale corriendo y abraza con fuerza a su hija quien se limita a apartarla, no la ve desde hace un mes y ahora ella ni siquiera le entrega un abrazo. Sin embargo, Briss acepta con tristeza de que no todo es culpa de ella, sino que su padecimiento la hace ser así.
- ¿Qué hay campeona? – pregunta Ryan a su hija.
- Nada – responde cortante y girando el rostro.
- La prisión te ha cambiado, ¿ah? – bromea y la chica revolea los ojos.
- Tengo hambre, ¿hay algo para comer? – ahora se dirige a Brissa.
- Hay lasaña…
- Quiero pizza – la interrumpe.
- Puedes pedirla, cariño – dice la mujer.
- Bien – se encamina al gran pórtico de su hogar – Ya puedes irte, Hansel.
- Fue un placer sacarte de prisión – grita en tono burlón a la chica quien sin voltear le muestra el dedo índice mientras va caminando – Me encanta esa chica – ríe.
- Gracias, Hansel – habla ahora Ryan – ¿Te gustaría entrar a beber un trago
- Con todo gusto – responde chocando la mano con su amigo.
- Vamos, hombres. Debo hacer una llamada.
Los tres se encaminan a casa, los hombres al mini bar y Brissa va directo al teléfono. De su bolso toma la tarjeta que el Dr. Hoffman le entregó y descuelga el teléfono, lo pone en su oído y una conversación se escucha del otro lado.
- ¡Cuelga el puto teléfono, Brissa! – la voz de su hija se escucha desde arriba y la mujer cuelga el teléfono irritada.
Es tiempo de que su hija deje de hablarle así y sepa cuál es su lugar. Espera cinco minutos y se coloca el teléfono en la oreja, ahora la línea está desocupada y puede marcar el número que viene en la tarjeta.
- ¿Hola? – responden del otro lado de la bocina y su ansiedad se hace presente en sus manos ya que comienza a jugar con sus dedos.
- Buenas tardes, ¿es usted el encargado del campamento? – pregunta con nerviosismo.
- Samuel Ukiki para servirle – responde amablemente.
- Hola, soy Brissa Strawfield. El doctor Hoffman nos habló sobre su campamento y…
- ¿Daniel Hoffman? – interrumpe.
- Sí, él mismo. Uhm…
- ¿Qué es lo que necesita saber? Digo, para hablarme precisamente a mí – pregunta con intriga.
- Quiero que mi hija asista a su campamento – dice apresuradamente.
- Ajá – dice el señor Ukiki.
- Me gustaría que me hablara un poco sobre su campamento también si no es mucha molestia.
- No lo es. Este campamento es para ayudar a aquellos jóvenes problema, se les envía una copia de la convocatoria a cada psiquiatra y terapeuta del continente, al parecer ellos se encargan de distribuirlos porque vienen jóvenes de todo el mundo, el año pasado asistió una joven con anorexia de Suecia.
- Eso suena genial – una risita nerviosa se escapó de sus labios.
- Lo es señora…
- Strawfield.
- Señora Strawfield. El campamento cuenta con personal capacitado en cada área, además hay actividades recreativas para los jóvenes y…
- Sí, el doctor Hoffman lo mencionó, me gustaría saber los requisitos.
- Oh. Mire, señora, los jóvenes deben tener edades entre los diecisiete años y los veintinueve, ni más, ni menos. El campamento se efectúa en Quebec, Canadá y tiene un valor de tres mil quinientos dólares por persona…
- Bueno – lo interrumpe – Ya me ha dicho demasiado y créame que suena grandioso todo pero, yo me pregunto si podrá aceptar a mi hija.
- ¿Qué padece su hija, señora Strawfield?
Brissa se toma unos segundos antes de responder, escucha el timbre de la casa y ve a su hija bajar, llegar hasta ella y tomar dinero de su bolso para después abrir la puerta, pagar al repartidor de pizza, rebatarle la comida, cerrarle la puerta en la cara y después subir hasta su habitación una vez más.
- Ella es antisocial – dice seguido de un suspiro pesado.
- ¿Trastorno antisocial de la personalidad? – hace unos sonidos que no parecen gustarle a Briss, cierra los ojos con fuerza y se dispone a hablar antes de que el señor Samuel continúe hablando.
- Tenemos dinero, ¿sabe? No sería molestia dar un donativo a su campamento pero por favor admita a mi hija, ya no sé qué hacer con ella – su desesperación es tan palpable que el señor Ukiki la nota.
- No sé, señora Strawfield…
- Por favor – interrumpe.
- Uhm – se toma unos segundos para después suspirar con resignación – Espero que el campamento Ukiki pueda servirle de ayuda a su hija, señora Strawfield.
Wilhelmina Presbant✯
- ¿Crees que este me quedaría bien? – pregunta a su madre mientras se coloca detrás de un maniquí.
- Supongo que si – observa su celular – Wilhel, ha pasado más de una hora, llevas tres trajes de baño y aún así no te decides por cuál más comprar. Al menos que te vayas a pasar todo el bendito campamento en el agua no veo la razón de llevar otro traje de baño en tu maleta que por cierto ya está hecha.
- ¡Mamá! – dice la chica en modo de regaño saliendo de detrás del maniquí hasta llegar a su madre – Es sólo que estoy emocionada.
La mujer revolea los ojos y suspira con resignación, cada año que su hija ha asistido de voluntaria al campamento Ukiki sucede lo mismo. Compras y más compras, la chica compra tantas cosas que debe llevar dos maletas repletas de ropa y ahora Denisse se encuentra aburrida y hambrienta después de haber pasado toda la tarde con su hija en el centro de Nueva Orleans.
- Tu padre pregunta dónde estamos – dice la mujer observando su celular a su hija que mira una linda blusa por el vidrio de la tienda.
- Dile que estamos ocupadas y ven – la jala dentro de la tienda y pregunta por la blusa para probársela.
La última prenda entra muy apenas en la maleta y con gran esfuerzo logra cerrarla. Da unos cuantos brinquitos y acto seguido baila por toda su habitación al ritmo de la música que sale de la bocina de su celular.
- ¡Ya duérmete, Wilhelmina Presbat! – se alcanza a escuchar el grito de su padre proveniente de la habitación de abajo.
La chica apaga de inmediato la música de su teléfono móvil y suelta una que otra carcajada por haber hecho enojar a Jared, era imposible no estar emocionada con lo genial que se la había pasado en el campamento años anteriores, ahora sólo falta esperar a que las próximas semanas se pasen volando.
Jayden Underwood✯
Jay se mantiene de pie frente a su madre quien la ayuda a probarse un vestido. Odia tanto ir de compras junto a Sandy porque quiera o no debe ponerse frente aquél espejo que revela cada detalle de su cuerpo, tanto así que pareciera tener el aumento de un microscopio y cada imperfección de ella se revela a todo el mundo.
- Vamos, cariño – la alienta su madre – Veamos cómo te queda esto.
Con un suspiro sale junto a su madre y a continuación se coloca frente a lo que más odia, un espejo. Su madre le dice lo hermosa que es pero ella sólo puede ver pellejo colgante y grasa acumulada.
- ¡No lo quiero! – de inmediato vuelve al probador y se despoja de aquellos trapos que la hacen ver horrible y extremadamente obesa.
Una vez vestida la chica sale a grandes zancadas del lugar dejando atrás a su madre quien preocupada se limita a perseguirla a paso veloz por las calles del centro.
- ¿Qué sucede, Jay? – pregunta agitada cuando llega al lado de la chica.
- Nada, es sólo que ese vestido es horrendo – se excusa abrazándose a sí misma.
- Entiendo, cariño. Para mí lucías como una princesa pero si no te gusta no hay problema – dice tomando una de las manos de su hija. Al tocar las manos de Jay puede notar que están más huesudas de lo normal y por su mente pasa aquél horrendo pensamiento de que su hija continúa con sus viejos hábitos.
- Ok – responde mientras aleja las manos y su cuerpo de Sandy.
- ¿Te parece si comemos algo? – propone la mujer tomando del guante a la chica y comenzando a caminar.
- No, ma. No tengo hambre – cierra los ojos con fuerza, la verdad es que se muere por comer algo pero debe ser fuerte y soportar un día más.
- Bueno – se limita a responder.
- Nunca quiere ir conmigo o siquiera comprar una prenda – comenta con lágrimas cayendo por sus mejillas – Sé que mi hija lo sigue haciendo, ella está demasiado delgada. Ayer apenas y toqué su mano y pude sentir sólo huesos yo… yo no sé qué hacer – la mujer vuelve a romper en llanto.
- Sandy, sabes que es muy difícil su situación. Te entiendo como madre pero deberías ponerte un poco en su lugar – responde Emma la terapeuta.
- ¿Cómo? – pregunta casi gritando – ¿Cómo me pongo en su lugar? ¿Me provoco el vómito? ¿Dejo de comer? O dime qué debo hacer para ponerme en su lugar.
- Tan sólo espera a que el tratamiento dé más resultados. Ella sigue siendo adolescente con inseguridades como todos los demás – explica – Sé que eres una buena madre y te preocupas por ella, ¿haz pensado alguna vez en internarla en alguna clínica especial?
- Lo hice pero no me creo capaz de dejarla ahí, ¿sabes? – limpia una de las lágrimas que resbala por su mejilla – No podría dejar a mi bebé en uno de esos lugares.
- ¿Sabes, Sandy? – dice mientras busca en los papeles sobre su escritorio – Hace una semana me llegó una convocatoria sobre un campamento.
- ¿Campamento de qué? – pregunta con expresión confundida.
- Un campamento para jóvenes como Jayden – una vez que lo encuentra se lo entrega a la mujer.
- ¿Campamento Ukiki? – se pregunta a sí misma.
- Me llegó apenas este año pero lleva varios años ya recibiendo jóvenes de todo el país y el mundo – observa a Sandy quien intrigada observa el papel.
- Inscribe a Jayden – dice tragando saliva.
- ¿No quieres hablarlo con ella antes? – pregunta entrecerrando los ojos.
- No, Jay irá. Por favor inscríbela ya – rebusca en su bolso hasta sacar de su cartera una tarjeta de crédito – Pagaré ya mismo.
- Pero Sandy – se levanta de su silla.
- Hazlo, Emma. Yo me encargaré de que mi hija acepte ir.
Elizabeth Jones✯
Raymond como siempre se encuentra revisando el correo sentado en el comedor mientras bebe una taza con humeante café negro.
Algunas cartas de sus familiares extranjeros, otras de ofertas en electrodomésticos e incluso una proveniente de la veterinaria a la que su hija Liz lleva a su pequeña poodle. Sin emgargo, lo que en realidad llama su atención es aquél sobre blanco dirigido hacia él con remitente del banco del cual todas sus tarjetas de crédito fueron expedidas.
Con el entrecejo fruncido toma el asa de la taza y la lleva a sus labios para dar un sorbo, acto seguido la coolca sobre la mesa y se dispone a abrir aquella carta. Con ágiles movimientos abre el sobre y extiende frente a su cara la hoja tamaño carta para leer un sinfín de números enlistados hasta llegar al fin de éstos.
De pronto sus ojos se abren como platos y siente la garganta arder y no exactamente por la temperatura elevada del café, sino que aquella grande cantidad de números le ha dejado casi paralizado y con el corazón palpitando tan rápido que pareciera que le dará un infarto al miocardio.
- ¡ELIZABETH JONES HILLS! – exclama con aquella vena en su cuello demasiado marcada.
No pasan ni tres minutos cuando una mujer entra a la cocina casi corriendo, su expresión facial es de terror ante la voz enojada de su marido.
- ¿Qué sucede, Ray? – pregunta acercándose hasta quedar a su lado – Cariño, deberías tranquilizarte.
- ¡¿Tranquilizarme?! – deja caer el puño sobre la mesa golpeándola con fuerza – ¡Tú hija gastó más de cuatro mil dólares ayer! Su tarjeta está sobre girada.
- ¿Mi hija? Querrás decir, nuestra hija – se cruza de hombros ahora molesta por las palabras de Ray.
- ¡Elizabeth! – grita una vez más.
Por la escalera comienza a bajar una chica de cabello castaño rojizo, baja cada peldaño con pasos torpes y dudosos, el hecho de que papá la llame “Elizabeth” y no “liz” no es una buena señal. Cuando está abajo camina hasta quedar frente a la puerta de la cocina, la chica toma dos o tres respiraciones profundas antes de entrar poco a poco y encontrarse con su padre molesto hasta la médula y a su madre cruzada de brazos junto a él.
- Hola, papi – dijo con voz temblorosa aún sin saber qué fue lo que hizo.
- Ahora me llamas papi, ¿no? – dice Ray con sarcasmo – Gastaste cuatro mil dólares ayer, niña.
- Sólo fui a comprar algo de ropa – se encoge de hombros.
- Sólo a comprar ropa – repite una vez más de manera sarcástica – Todos los malditos días vas a comprar ropa que no usas.
- Claro que la uso – alza la voz molesta por las acusaciones falsas de su padre.
- ¿Enserio?
La observa por unos segundos y después la toma del brazo para guiarla por las escaleras hasta su amplia habitación. Abre la puerta y de un empujoncito la hace entrar, después entra él seguido de Tara y se encamina hasta su closet rebosante de ropa, abre la puerta y ahí se encuentran miles de prendas así como zapatos de todos los colores, formas y texturas que puedan existir en el mundo. Ray se acerca hasta uno de los largos tubos que sostienen la ropa de la chica y toma algunas prendas entre sus brazos, la tira sobre la cama y comienza a restregarte cada prenda en la cara a su hija.
- Prenda nueva – extiende una playera – Aquí tenemos otra – toma otra prenda y continúa haciéndolo – otra más… nueva, nueva, nueva, toda nueva y con etiqueta.
Elizabeth se encuentra observando la escena con espanto, sus ojos se han cristalizado ante lo que su padre hace, como si quisiera ridiculizarla.
- Yo…
- Yo nada – la interrumpe el hombre – Tienes un problema y debe parar ahora mismo – termina saliendo de la habitación dando un portazo a la puerta detrás de él.
- Mamá – dice con voz temblorosa y se acerca a su madre quien la abraza.
- Está bien, cariño – reconforta a su hija mientras acaricia su lacio cabello.
El motor de la camioneta está apagado y la familia Jones Hills se dispone a salir del vehículo, Raymond, Tara y Liz se encaminan hasta la clínica, entran por el pasillo hasta llegar con la recepcionista.
- Nos gustaría ver al doctor Fromm – dice Tara con voz suave.
- Un momento señora – responde la secretaria – Si gusta tomar asiento, en un momento la hago pasar.
La mujer asiente y junto a su familia toman asiento aproximadamente unos cinco minutos.
- Pueden pasar – se levanta la señorita y los dirige hasta el consultorio.
- Buenas tardes – saluda Tara al doctor quien les indica el asiento.
- Buenas tardes, señora… -dirige su vista hacia el papel en sus manos y continúa – Hills. ¿A qué se debe su visita?
- Bien, no sé muy bien por dónde comenzar. Sólo sé que mi hija tiene un problema – su mirada se posa en Liz quien se limita a bajar el rostro.
- ¿A qué se refiere con “Problema”? – hace comillas en el aire.
- Elizabeth es compradora compulsiva – responde ahora Ray – Tan sólo la semana pasada se gastó aproximadamente ocho mil dólares en ropa y no sabemos qué hacer con ella.
- Bien, ¿qué tienes para decir tú, Elizabeth? – posa sus ojos en la chica quien lo mira segundos después.
- No es mi culpa, siento la necesidad de hacerlo – se encoge de hombros y no dice nada más.
- Su hija necesitará terapia – informa mientras escribe palabras inentendibles en una hoja blanca – Y si no es mucha indiscreción decirlo, el verano está cerca y conozco un campamento que se especializa en jóvenes con problemas similares al de su hija.
- ¿Qué campamento? – pregunta entrecerrando los ojos Raymond.
- El campamento Ukiki – lo mira unos segundos y después continúa escribiendo.
- Jamás escuché de él – habla ahora Tara.
- No puede anunciarse a todo el mundo, señora Hills. Es más bien un tanto exclusivo, trabajé el año pasado ahí y créame que es muy efectivo.
- Sí, lo queremos – dice Ray – ¿Dónde podemos inscribir a Elizabeth?
- Tienen que hacerlo por internet en esta página – toma una libretita de notas y comienza a escribir. Acto seguido se la entrega al señor Jones – No es algo muy barato que digamos, además se encuentra en Canadá pero verá resultados seguros.
- El precio no importa, sólo queremos el bienestar de nuestra hija – dice ahora Tara.
El gran día ha llegado y las puertas del campamento se han abierto, los cientos de jóvenes entran por la enorme puerta. Algunos felices de volver, otros no tanto.
La mayoría se saluda entre sí, algunos otros nuevos giran el rostro en todas direcciones reconociendo el lugar. Una campana suena llamando la atención de todos. Algunos chicos se encaminan frente a un escenario hecho de madera donde una mujer de unos treinta y cinco años sostiene un alta voz y habla cosas inentendibles para aquellos que se encuentran a metros de distancia.
- ¡Buenos días, campistas! – saluda con el entusiasmo que casi todos los voluntarios tienen – Algunos se preguntarán qué rayos harán ahora, ¿no? – la mayoría ríe – Bien, en el tablón de actividades encontrarán las listas donde se encuentran acomodadas las cabañas. Las demás actividades se irán anunciando en el resto del día y la semana. Que tengan una linda estancia.
- Leer:
- Hola, muchachonas.
Al fin damos comienzo a esta colectiva. Espero les guste la introducción y no les aburra :skip:
Me emocioné un poquito escribiendo y al parecer fue demasiado DD:
Ya pues, Feliz Navidad e.é
Bart Simpson
Re: Camp Ukiki |NC|
que hermoso. Jen, amé la introducción es genial como se da todo aslkdjlkadskjlsadl y el comienzo y yo... la amé, ya te lo dije pero amo repetirlo :B laksdjlkasjdlkasdjlkasdjlkads me encantó y ya quiero escribir
Espero que hayan pasado una linda navidad, por cierto.
Cuídense mucho y espero el primer capítulo
Espero que hayan pasado una linda navidad, por cierto.
Cuídense mucho y espero el primer capítulo
Charlie.
Re: Camp Ukiki |NC|
Hermosa!!! te quedó precioso, en serio, amé totalemtene el prólogo, es perfecto Te amo y espero el capítulo.
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
---------
Re: Camp Ukiki |NC|
Ay Jenny me encantó, te quedó hermoso Ya quiero que empecemos a escribir osea asdfga
Isaiah.
Re: Camp Ukiki |NC|
Pero qué hermoso te quedó la introducción, Jenn :skip: Y srsly es suuuuuuper largo, omg. Si la introducción es ASÍ de larga, no me imagino cómo será el capítulo wdejwjqw bueh. me emociona esto, y y y ya tengo ganas de escribir.
miss patterson.
Re: Camp Ukiki |NC|
Chicas :abby:
Gracias por sus bellos comentarios
Igual ya estaba que me moría por comenzar, sólo falta esperar el cap de Mari
Bart Simpson
Re: Camp Ukiki |NC|
Jen, ame completamente la introducción. No podría haber sido más perfecta amo como escribís, me voy a casar con tu forma de escribir, lo digo enserio Espero el primer capitulo que seguro sera así de largo, porque sino es largo, no es tuyo :papada:
wang.
Re: Camp Ukiki |NC|
Me encanta. Jenn escribes y redactas hermoso.
Esto es solo la introducción, pero no puedo esperar a leer más.
Las puertas del campamento ya estan abiertas. Va iniciar todo..
Espero el 1er capítulo
Esto es solo la introducción, pero no puedo esperar a leer más.
Las puertas del campamento ya estan abiertas. Va iniciar todo..
Espero el 1er capítulo
HyunWoo.
Re: Camp Ukiki |NC|
Gracias, Pris y HyunWoo. que creo que no me haz dicho tu nombre
Esperemos a la Mari que anda en Roma y la mala no nos llevó
Ya pues e.é
Bart Simpson
Re: Camp Ukiki |NC|
Nos queda esperarla
Aunque, de seguro la espera será recompensado(?
Es cierto, soy Helen. Decidme como gustes.
Aunque, de seguro la espera será recompensado(?
Es cierto, soy Helen. Decidme como gustes.
HyunWoo.
Re: Camp Ukiki |NC|
Genial, te llamaré pues por tu nombre de ahora en adelante
Bart Simpson
Re: Camp Ukiki |NC|
No las traje conmigo a Roma pero apenas puedo hacer pipí porque ando de un lado para el otro
estoy intentando escribir, no me maten, intentaré subir lo mas pronto que pueda(?
Sheen, la introducción ha estado perfecta, me encanto a cada una las has colocado en el lugar perfecto antes del campamento
pd: solo no le hagan bullying a la jenna cuando ande con sus locuras, ella es un amor y las ama igual que yo
estoy intentando escribir, no me maten, intentaré subir lo mas pronto que pueda(?
Sheen, la introducción ha estado perfecta, me encanto a cada una las has colocado en el lugar perfecto antes del campamento
pd: solo no le hagan bullying a la jenna cuando ande con sus locuras, ella es un amor y las ama igual que yo
prinsloo.
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