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Camp Ukiki |NC|
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Re: Camp Ukiki |NC|
Capítulo 04
ELIZABETH JONES
– Ciérrate, por favor, sólo hazlo. – le imploraba a la maleta que reposaba en mi cama – Por favor – rogaba al artefacto como si en realidad fuera a responderme o fuera capaz de notar cualquiera atisbo de desesperación enclaustrado en mi tono de voz y complacerme aunque fuera únicamente por unos segundos de mi vida. No funcionó.
Me quité de encima de la maleta y me bajé de la cama, la estudié por unos segundos y bufé desesperada. Unos cuantos golpes se escucharon en la puerta, me volteé y caminé hasta ella para abrirla, como siempre con una sonrisa en mi rostro a pesar de que sonreír era lo que menos quería hacer en ese momento.
– Señorita Jones, su padre desea que baje a desayunar con ellos. – irónico, siendo él quien me había ordenado no pisar fuera de mi habitación hasta que ordenara el equipaje. Señalé mi maleta aún sin terminar y me encogí de hombros. Antes de que la muchacha, quien no conocía, mas portaba un uniforme de servidumbre, pudiera decir algo más, papá hizo su presencia detrás de ella y entró en mi habitación. La muchacha se encogió en su lugar y miró hacia el piso más que atemorizada.
– No entiendo por qué tardas, no puede ser tan difícil – bufó papá sin siquiera mirarme, últimamente evitaba hacerlo. Su vista se enfocó en la maleta y se rió amargamente. – Y tu madre sigue insistiendo que no es necesario enviarte tan lejos. – se removió el cabello – No puedes llevar tanto, no hay manera de que te deje salir de la casa de esta manera. Tienes que madurar Elizabeth, tomar consecuencia de tus estupideces. En parte sé que tengo la culpa de haberte mimado más de lo que debería, nunca te puse un freno, pero te lo estoy poniendo ahora, ya no puedo cargar contigo. – no me podía enojar con él, aunque sus palabras fueran duras, parte de mí sabía que tenía razón, era joven y estúpida.
Su expresión era cansada, sus ojos decaídos y su cabello se veía más desordenado de lo normal. Asentí y callé, ya lo había decepcionado suficiente.
– No es tanta ropa, es sólo que la maleta es muy pequeña, tal vez si me devuelves la tarjeta para ir a comprar una nueva pueda…
– Increíble – me interrumpió, casi gritó, con un tono sarcástico – Parece que me ignoras en todo lo que te digo. No te devolveré la maldita tarjeta, no saldrás de esta maldita casa si no es para ir a ese campamento y no comprarás ninguna maldita maleta. – gruñó exasperado, no obstante, se veía al borde de las lágrimas. – Tú – señaló a la sirvienta que aún esperaba al lado de la puerta. Ella se acercó indecisa. – Ordénale eso, no quiero nada más que lo básico, cualquier cosa que sobre se retira, no llevará nada más que eso. Quiero una maleta liviana y para nada sobrecargada que pueda cerrar fácilmente y al abrirla ver que todavía le sobre espacio. – la pelirroja asintió sin siquiera intentar negarse, temblaba levemente. Papá salió de la habitación y azotó la puerta a sus espaldas luego de estar fuera. Me encogí ante el estruendo y una lágrima resbaló por mi mejilla, la retiré rápidamente antes de que la otra persona en la habitación lo notara.
Me dedicó una mirada compasiva antes de acercarse a mi maleta y comenzar a seguir las instrucciones de mi padre. Ni siquiera intenté persuadirla de lo contrario, mi padre era el que le pagaba y el que tenía la capacidad de despedirla si así lo quería. No la metería en problemas por mi culpa.
Caminé al baño de mi habitación y cerré la puerta, provocando mucho menos ruido que mi progenitor. Me acerqué al lavabo y salpiqué mi rostro con un poco de agua. Cualquier intento para lograr mantener mis lágrimas al margen, llegaría ser claramente en vano. Ya protegida por las paredes, la puerta y el sonido del agua correr permití que las lágrimas salieran libremente, mis piernas perdieron fuerza y caí de rodillas en la cerámica del baño.
Nada de esto era a propósito, nunca quise decepcionarlo, nunca fue mi intensión hacer que se sintiera avergonzado de llamarme hija o siquiera mirarme. Ni siquiera sabía lo que hacía o por qué, sólo sabía que lo necesitaba.
{*}
Los recuerdos, eso es lo peor en lo que puedo dejarme llevar ahora. Sensaciones, alegrías, adquisiciones, todo eso debía quedar en olvido. Estaba obligada a dejarlo ahí, sin embargo, no sabía si mi autocontrol lo permitiría, todo tiene un límite y yo ya estaba llegando a mi punto de quiebre. Rondé de nuevo por mi armario. Luego de que al menos la mitad, si no más, de mis pertenencias fueran retiradas de mi maleta y recolocadas en mi armario, ni siquiera me atreví a abrir la maleta para revisar que había quedado, sólo había caminado al armario y hasta entonces simplemente rozaba las prendas y recordaba cómo, cuanto y el precio al cuál las había conseguido.
Inspiré en el nuevo aroma de muchas y aprecié la suavidad de la tela que aún no llegaba a tocar la piel de mi cuerpo y tenía el leve presentimiento de que nunca lo haría. Pasé mi mano por el cuero de zapatos, bolsos y chaquetas que nunca llegué a comprobar si en realidad fueron cómodos o no como la dependienta de la tienda había asegurado.
Un sentimiento de vacío me sofocó ante la incertidumbre de no saber si alguna vez volvería a sentirme así. No sabía cómo hacer para eliminar el sentimiento, lo que sí sabía es que no tenía por seguro cuánto tiempo más podría soportarlo.
{*}
Me gustaría decir que el agua me calmaba o me llamaba, sin embargo, no lo hacía, por eso cuando vi el lago del campamento no me apeteció acercarme a él, podría adjudicarle la culpa a mis padres por ello, mas no serviría de nada, por lo que simplemente lo dejé de lado y continué caminando por el lugar, simplemente para, ilusamente, intentar distraer mi mente de aquel mismo sentimiento que me ahogaba desde hacía unas cuantas horas.
Todos los voluntarios de este lugar parecían ser sacados de un cuento para niños. Todos sonrientes y exuberantes de alegría, tanto que realmente pensaba que ellos fueran los que tenían algo mal en ellos, sin contar los más que ridículos nombres que le otorgaron a las cabañas. Podía jurar que creían que todos acá éramos niños asustadizos de papá y mamá que necesitaban ser tratados frágil y cuidadosamente o podrían correr el riesgo de quebrarlos. Yo no era ninguna niña, eso lo sabía, y en lo único para lo que dependía de mis padres era económicamente, sin embargo, esa parecía ser la parte más primordial de mi vida por lo que no encontraba ningún derecho para permitirme quejarme. No obstante, eso mismo estaba haciendo.
Bufé y crucé mis brazos ante un ráfaga nocturna, esperando brindarme un poco más de calor de lo que mi abrigo brindaba. Ya llevaba varias horas acá y aunque se suponía que debíamos desempacar aún no me atrevía a abrir mi maleta para hacerlo, sabía que si lo hacía, evitar lamentarme sería aún más difícil y ciertamente no quería hacerlo frente a mis compañeras de habitación. Aún así, pese al hueco en mi pecho y mi dificultad para respirar, le había brindado una sonrisa a todas y cada una de las personas que me dirigió la palabra, era parte de mis modales y a pesar de las circunstancias no los dejaría de lado, no podía dejarlos de lado; así que nadie en este campamento sabía la verdad de como me sentía realmente, de este sentimiento que amenazaba con ahogarme segundo a segundo, y dudaba, si no es que estaba segura, de que en ningún momento estas personas realmente lo supieran.
– Estás un poco alejada de la fogata. – hablaron a mi lado. Me sobresalté un poco y miré a mis lados, mas no vi nada más que una sombra a un par de metros de distancia. Enfoqué mejor mi vista para ver al muchacho que se encontraba recostado al tronco de un árbol.
– Podría decir lo mismo. – espeté insegura. Rió pareciendo divertido y levemente sorprendido, se levantó de su lugar y metió lo que pareció ser una pequeña libreta en su bolsillo trasero.
– Se podría decir que yo no tengo que estar ahí necesariamente, soy voluntario, – aclaró encogiéndose de hombros. Asentí y aparté la vista. – y nunca te he visto antes por lo que asumo que tu sí deberías.
– Es un lugar muy grande, quien sabe realmente, puede que simplemente no haya llamado tu atención.
– Alguien como tú siempre llama la atención y de haberte visto antes puedes estar muy segura que no te hubiera olvidado. – me sonrojé en ese momento, no era común en mí, pero ahora no pensaría mucho al respecto, sólo me restaba agradecer a la oscuridad que permitía que éste pasara desapercibido.
– Mucha gente; necesitaba espacio. – obvié sus palabras anteriores y me decidí a contestar su implícita pregunta. Asintió.
– Hubieras ido a la cabaña o hablado con algunas de las voluntarias que estuvieran cerca.
– Te dije que necesitaba mi espacio. Fue el único método que encontré para conseguirlo.
– O para buscar una forma de escape. – me miró con una ceja elevada.
– ¿Acaso la hay? – reí amargamente. – Sería algo… carente de inteligencia. De una manera u otra, si la encontrara, que lo dudo, aunque sea por casualidad, no llegaría muy lejos.
– ¿Carente de inteligencia? – rió, demostrándome que había sido el único retazo de información que había guardado de mis palabras – una manera muy cordial para decir estúpido.
Me encogí de hombros y me negué a darle respuesta, ya estaba acostumbrada a que las personas me criticaran por no decir malas palabras, irónico, si se ve de la perspectiva de un adulto, pero al parecer para los jóvenes no utilizar este tipo de vocabulario era una señal de superioridad, no lo hacía con ese motivo, así era la única manera en la cual sabía comportarme. A pesar de todo, la costumbre no eliminaba el dolor ante las críticas.
Debió haber notado mi incomodidad por lo que dejó de reír y se acercó más a mí. Me tendió su mano esperando que la tomara.
– Adam Brody. – se presentó.
– Elizabeth – respondí tomando su mano – Jones, Elizabeth Jones – terminé al ver que seguía esperando.
– Bueno, Elizabeth Jones, cualquier cosa que necesites, o aunque no necesites nada, sólo búscame. – besó el dorso de mi mano y se giró para volver a la fogata.
– ¿Y por qué debería hacerlo? – se detuvo y se volteó para mirarme con una ceja elevada – Buscarte – aclaré – ¿Por qué debería buscarte?
– Creo que porque estoy acá para eso – se encogió de hombros – o porque yo también tengo planeado buscarte, toma la respuesta que prefieras.
- hi. :
- Sé que no me tocaba subir, pero encontré mi compu y encontré el capítulo, y no sé, estaba muy emocionada y quería subirlo, en serio lo siento si no debí haberlo hecho. Pero de todas maneras espero que les guste.
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
---------
Re: Camp Ukiki |NC|
UY!
Adam, eres un coqueto con la Elizabeth
Sé que a ella le gustó, wn. Se notó en su expresión corporal(?????)
Ahque, me encantó tu capítulo, Ally. Disculpa que no haya posteado antes pero me fui de vacaciones a Acapulco #PresumidaModeOn y sólo entraba al foro desde el celular, así que no posteaba porque odio los teclados táctiles.
En fin, lo amé y no te preocupes, el orden de los factores no altera el producto(?) por lo tanto no pasa nada porque lo hayas subido antes que Pris.
Repito, me encantó, lo amé. Me encanta Elizabeth y la forma en que su padre fue duro con ella, me dio risa lo de la maleta xddd y bueno, mis posts no son muy largos por más "jfdjdañkdñas" que llegue a poner pero aquí está. Es más largo que tu post hacia mi cap(?)
BESOS! :abby:
Bart Simpson
Re: Camp Ukiki |NC|
Lamento no andar tan activa por este tema, pero primero quiero leer y comentar como se debe ;-; les prometo que en cuanto tenga un leve respiro comienzo por acá
Mucho amorsh para todas
Mucho amorsh para todas
Kurisu
Re: Camp Ukiki |NC|
Lamento haber estado desaparecida, las clases en la universidad iniciaron y realmente es feo. Si aún están en la secu, disfruten
Bien, ya me pongo a leer los capítulos y a dar los respectivos comentarios.
Yo tengo mí capítulo a medias, no se si me toca pero puedo subirlo?
No quiero que esta N:C se estanque :C
Bien, ya me pongo a leer los capítulos y a dar los respectivos comentarios.
Yo tengo mí capítulo a medias, no se si me toca pero puedo subirlo?
No quiero que esta N:C se estanque :C
HyunWoo.
Re: Camp Ukiki |NC|
Están en alguna página del muro interactivo :skip:
Bart Simpson
Re: Camp Ukiki |NC|
lol
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
---------
Bart Simpson
Re: Camp Ukiki |NC|
Oh por dios soy la peor, no crean que me he olvidado de esta nc, amo esta idea debo comentar todos los capitulos que he estado ausente :sad: mañana intento comentar todo, porque mañana tengo mi uñtimo examen final de mate en la u y luego soy libre
prinsloo.
Re: Camp Ukiki |NC|
Capítulo 05
JENNIFER NEESON GRACE
Sentir el aroma del café recién preparado hizo que despierte del sueño un tanto raro en el que me encontraba. Abrí los ojos con pereza y divisé el dormitorio; las maletas vacías estaban posicionadas al lado del armario justo como los dejé ayer por la noche. Una sonrisa se posó sobre mis labios al ver la fecha de hoy en el calendario que estaba frente a mí hoy daba inicio a mi primer año como voluntaria en el campamento de Samuel, un amigo cercano de la familia. Aún recuerdo cómo soltó las palabras con amabilidad y ansiedad, al darme a conocer que me invitaba a ser parte del proyecto de este año. Mantener conversación con una persona que no sea de tu mismo rango de edad suele ser incómodo, pero es todo lo contrario con Samuel. Él es de esas personas que siempre ven el lado bueno de las cosas o problemas, es por eso que nunca encuentro molestia al conversar con él. Era muy agradable.
Di un vistazo al reloj en forma de hongo que estaba en la mesa de noche abrí los ojos exageradamente y me desprendí de las sábanas; es increíble como nadie en esta casa estaba de pie. El reloj marcaba las 7:30 am.
–¡ Jenna, Sol. Bajen a desayunar! – Escuché la voz de Nana desde el primer piso. Se le notaba aún la voz adormilada, deduje quien se había quedado viendo películas hasta altas horas ayer por la madrugada.
Caminé hasta el dormitorio de mi hermana, abrí la perilla y ahí se encontraba ella aún envuelta en el edredón de color melón que papá le obsequió meses atrás. Sin pensarlo dos veces brinqué encima de ella, como era de suponerse se levantó alarmada por el impacto pero sonrió al verme.
–Buenos días también para ti, Jennifer– Soltó las palabras aún con los ojos cerrados e intentó sonar molesta.
–La pequeña Solange se ha enojado– Trate de no reír pero me fue imposible. Sol se unió a las carcajadas y así terminamos, ambas riéndonos de nada. Sí que iba ser difícil separarme de ella y de las locuras que siempre hacemos.
–¡Hoy es el gran día Jenny! Hoy vas a conocer rostros nuevos, chicos guapos de los cuáles me enviaras fotos para dar mi punto de vista, bueno y… – Respiró y continuó –Decirte cuál es tu alma gemela– suspiró como una chica enamorada en un día de “San Valentín” –Tú te encargas de ver su personalidad y yo de su físico– Al oír lo último la miré extrañada a lo que ella me guiñó.
–Yo no voy a buscar un novio, yo iré para apoyar en el proyecto de este año. Así que elimina esas ocurrencias tuyas de la cabeza.
–Sí claro– Rodó los ojos –Vayamos a desayunar que Nana debe estar esperando– Se levantó y me dejó ahí aún recostada en la cama –¿No vienes?– Logré escucharla , pero no me dio tiempo de responder– ¡Jennifer deja de pensar en los chicos buenos que conocerás y bajemos a desayunar! – Gritó y salió corriendo de la habitación para descender por las escaleras.
Revisaba una y otra vez la hoja de color lila en el cual estaba escrito todo lo que tenía que llevar, estaba muy emocionada. Solange por otro lado, me sonreía y a la vez acomodaba la caja de pastillas en la maleta negra que estaba encima de la cama. Como bien ordenó mamá, lo primero que tenía que empacar eran las dichosas cápsulas que debo tomarlas a diario y Sol siguió las órdenes de mamá por mí. Soledad nuestra Nana, volvía a doblar las playeras y los acomodaba en las maletas más pequeñas. El único sonido en la habitación eran las manecillas del reloj que indicaba el poco tiempo que me restaba para estar aún en casa.
–Pastillas, maquillaje, vestidos, playeras, ropa de baño, listo– Sol conforme iba acomodando tachaba el papel que segundos atrás lo tenía en mis manos. Es impresionante como ella está emocionada al igual que yo. – ¡Falta el protector solar! – Gritó en dirección mía a lo que yo respondí con una mueca – ¡Hey! La que irá al campamento eres tú, así que ve a buscar el bloqueador en las bolsas de compras que se encuentran en el primer piso – Me ordenó como si fuera una niña pequeña, reí e hice caso a su mandato.
Luego de terminar con las maletas nos fundimos en un abrazo familiar las tres. Nana y Sol como siempre en estas situaciones se encontraban ambas con lágrimas en los ojos, eran realmente dramáticas. Aún no llegaba el auto que me llevaría hasta mi nuevo proyecto, pero aquí nos encontrábamos las tres con los ojos rojos y las mejillas húmedas. Era la primera vez que estaría fuera de casa por largo tiempo, sí que iba ser difícil ya que Sol y yo hacemos todo las dos juntas.
–Robert ha llegado. Ya es hora corazón– Nana secaba las lágrimas que aún descendían por mis mejillas, mientras Sol iba por mis maletas y ambas me dedicaban una sonrisa triste.
–Jenna te voy a extrañar, pero no seré egoísta y te compartiré con aquellas personas que necesitan de un apoyo para continuar con sus vidas. Lo harás bien y no dudes de eso– Los brazos de Sol se encontraban rodeándome la cintura y su mirada puesto en mí– Y si quieres prueba de tu trabajo, solo mírame. Si no fuera por ti ahora sería una chica envuelta en drogas, pandillas o quizás con algún problema alimenticio ya que nuestros padres ni siquiera se presentan en días importantes.– Sus ojos reflejaban dolor en las últimas palabras pronunciadas, me apretó más fuerte y depositó un cálido beso en mi mejilla.
–Sabes que el esfuerzo de ellos es para nuestro bien, quiero verte fuerte y decidida en cuanto a tus estudios. No querrás ser la culpable de mi regreso apresurado o ¿si? – Acuné su rostro y pude observar una leve risita que salida de sus labios aún temblorosos.
–Claro que no. Samuel jamás me hablaría. Él cuenta contigo en esto y sé que no lo defraudarás. Así que sube ya al auto que Nana y yo necesitamos empezar con la merienda.– Me llevó con leves empujones, a lo que reímos todos los presentes.
Subí al auto en el cual ya estaban todas las maletas, Robert subió seguido de mí y encendió el vehículo. Mientras yo aún divisaba por la ventana, como Solange se quebraba en brazos de Nana. Ambas levantaron miradas y me dedicaron una sonrisa torcida. A lo cual les correspondí con una sonrisa nostálgica.
Abrí los ojos cautelosamente al sentir el llamado de Robert, indicándome que ya habíamos llegado y a la vez sacaba las maletas y las posicionaba en la vereda de entrada del campamento. Sentí nervios al observar el letrero enorme con las letras enmarcadas "Camp Ukiki”. Me despedí de Robert y abrí paso entre la multitud para llegar hasta la cabaña en el cuál me hospedaría. Saqué el manual del bolso que llevaba colgado en el hombro izquierdo y traté de guiarme, me era imposible volteaba de todas las formas el dichoso mapa pero nada de hallar una salida.
–¿Jennifer Neeson?– Aquella voz ronca hizo que volteara y me encontrara con el castaño rizado. –Pero quién lo diría, sí que has crecido. Mira nada más, estás hecha una chica sensual– Le di un golpe leve en el abdomen a lo que hizo una mueca de dolor, obviamente fingido. –Pero tu fuerza no ha cambiado, sigues siendo Hulk en versión femenina– Ambos reímos, pero el sonido del celular nos interrumpió. –¿No contestaras? – Logre oírlo a lo que solo asentí. –Bueno, te veo luego, un gusto volver a verte Jenny– Depositó un beso en mi mejilla en lo que yo rebuscaba en mi bolso tratando de guiarme por el sonido y lograr encontrar el móvil.
Luego de informarle a Sol que había llegado bien, seguí caminando en busca de la cabaña. Sonaba cursi ser parte de la cabaña “Amor” pero no estaba ahí para corregir nombres o quejarme; ademàs todos los nombres de las cabañas eran de valores los cuales todos debíamos ejercerlas. Mientras caminaba divisaba las distintas personas que serían parte del proyecto de este año, cada una de ellas con sus historias, sus problemas, sus miradas perdidas en la nada. El golpe en mi hombro hizo que deje de observar al resto y centré mi vista al frente en donde quedé perpleja con aquellos ojos color café que estaban clavados en mí.
–Deberías observar por donde caminas.– Traté de responder pero él era tan rápido en hablar como en teclear. Hablaba conmigo o eso deduje, ya que su vista bajo inmediatamente hacia su móvil. –¿También estás inscrita en esta mierda de campamento? Si es así, un gusto pasar tiempo dentro de esto. Porque si hay chicas como tú, me quedo con gusto– Alzó su mirada, me guiño y sentí una leve sonrisa que se le escapaba de los labios.
–¿Eres así siempre? Digo, tratas de impresionar a una persona pero a la vez manipulas el celular. No entiendo cómo puedes hacer ambas cosas– Alzó la mirada sonrío, pero volvió a lo suyo. –Voy retrasada. Un gusto, espero te acoples en el campamento.– Traté de seguir mi camino pero sentí un agarre en mi brazo impidiendo así que siga avanzando.
–Respondiendo tus preguntas. Todo está en la concentración, puedo hablarte y a la vez analizar tu estado de ánimo con tan solo escuchar tu voz. Por ejemplo, en este momento estás preocupada, nerviosa, ansiosa y un poco enojada. Las dos primeras deben ser porque vas retrasada y porque hoy es la “Gran apertura” del campamento, lo último deduciendo debe ser por mi presencia ya que estas escuchándome quieras o no. Y, no traté de impresionarte solo quise ser amable– Sonrió de lado, soltó su agarre y volteo para que continúe su camino.– Thomas Lancaster, para servirte– Fue lo último que dijo antes de adentrarse entre la multitud de todos los participantes del campamento.
Al ingresar a la cabaña no había nadie dentro, mirè el celular y faltaban 5 minutos para la hora que me indicò Samuel esboce una sonrisa al ver que había sido puntual. Divisè el lugar el cual era muy grande y hermoso, me sentè en uno de los sofás y tomè los apuntes que estaban encima de la mesita de centro. Indicaba las actividades y cursos que llevaríamos toda esta semana. También se encontraba todos los nombres de las integrantes que serían parte de esta cabaña, son siete chicas cada una con diferentes problemas. Acomodè algunas cosas y me dispuse a esperar a que cada una llegue e iniciemos el proyecto, el cual lo había esperado con muchas ansias.
Luego de pequeñas diferencias que hubo entre dos integrantes de la cabaña; Kendall dio por inaugurado el cuarto de desolación o conocido mejor como “el hoyo”. Un famoso cuarto en el que consta dormir sola apartada de todas tus compañeras de la cabaña, claro esta que aquel cuarto era supervisado por una de las encargadas de las cabañas.
Mientras iba recorriendo los pasillos, los cuales estaban en silencio ya que todos estaban afuera disfrutando de la fogata, respondìa los mensajes de Sol la cuàl estaba entusiasmada porque habìa logrado las notas más altas de su grado en la escuela.
–Pequeña Neeson, vas tarde para mi famoso discurso– Girè y me encontré con su cabellera negra con rayitos blancos. –¿Como te va recibiendo el campamento? ¿Algún problema?– Aquel hombre acomodaba pequeños apuntes en uno de sus bolsillos del saco color azul marino que llevaba puesto.
–Señor Ukiki, hasta ahora todo va bien. Ya vamos iniciando las fogatas. A decir verdad no voy tarde, vengo por usted la señora Saavedra está preguntando por usted ya que debe dar por inaugurado el campamento y para eso necesitamos de sus pequeñas palabras de aliento, a lo que le llama usted “Famoso Discurso”.
–De cuando acá me llamas señor. ¡Dios! haces que me sienta un viejo jubilado.– Me tomò de los hombros –Te conozco desde que naciste, asì que tienes el derecho de llamarme Samuel. Tu padre y yo somos como hermanos de diferentes madres.– Ensancho una sonrisa, a lo que yo asentí.– Bien vayamos porque Saavedra es capaz de hacer un escándalo.
Di un vistazo al reloj en forma de hongo que estaba en la mesa de noche abrí los ojos exageradamente y me desprendí de las sábanas; es increíble como nadie en esta casa estaba de pie. El reloj marcaba las 7:30 am.
–¡ Jenna, Sol. Bajen a desayunar! – Escuché la voz de Nana desde el primer piso. Se le notaba aún la voz adormilada, deduje quien se había quedado viendo películas hasta altas horas ayer por la madrugada.
Caminé hasta el dormitorio de mi hermana, abrí la perilla y ahí se encontraba ella aún envuelta en el edredón de color melón que papá le obsequió meses atrás. Sin pensarlo dos veces brinqué encima de ella, como era de suponerse se levantó alarmada por el impacto pero sonrió al verme.
–Buenos días también para ti, Jennifer– Soltó las palabras aún con los ojos cerrados e intentó sonar molesta.
–La pequeña Solange se ha enojado– Trate de no reír pero me fue imposible. Sol se unió a las carcajadas y así terminamos, ambas riéndonos de nada. Sí que iba ser difícil separarme de ella y de las locuras que siempre hacemos.
–¡Hoy es el gran día Jenny! Hoy vas a conocer rostros nuevos, chicos guapos de los cuáles me enviaras fotos para dar mi punto de vista, bueno y… – Respiró y continuó –Decirte cuál es tu alma gemela– suspiró como una chica enamorada en un día de “San Valentín” –Tú te encargas de ver su personalidad y yo de su físico– Al oír lo último la miré extrañada a lo que ella me guiñó.
–Yo no voy a buscar un novio, yo iré para apoyar en el proyecto de este año. Así que elimina esas ocurrencias tuyas de la cabeza.
–Sí claro– Rodó los ojos –Vayamos a desayunar que Nana debe estar esperando– Se levantó y me dejó ahí aún recostada en la cama –¿No vienes?– Logré escucharla , pero no me dio tiempo de responder– ¡Jennifer deja de pensar en los chicos buenos que conocerás y bajemos a desayunar! – Gritó y salió corriendo de la habitación para descender por las escaleras.
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Revisaba una y otra vez la hoja de color lila en el cual estaba escrito todo lo que tenía que llevar, estaba muy emocionada. Solange por otro lado, me sonreía y a la vez acomodaba la caja de pastillas en la maleta negra que estaba encima de la cama. Como bien ordenó mamá, lo primero que tenía que empacar eran las dichosas cápsulas que debo tomarlas a diario y Sol siguió las órdenes de mamá por mí. Soledad nuestra Nana, volvía a doblar las playeras y los acomodaba en las maletas más pequeñas. El único sonido en la habitación eran las manecillas del reloj que indicaba el poco tiempo que me restaba para estar aún en casa.
–Pastillas, maquillaje, vestidos, playeras, ropa de baño, listo– Sol conforme iba acomodando tachaba el papel que segundos atrás lo tenía en mis manos. Es impresionante como ella está emocionada al igual que yo. – ¡Falta el protector solar! – Gritó en dirección mía a lo que yo respondí con una mueca – ¡Hey! La que irá al campamento eres tú, así que ve a buscar el bloqueador en las bolsas de compras que se encuentran en el primer piso – Me ordenó como si fuera una niña pequeña, reí e hice caso a su mandato.
Luego de terminar con las maletas nos fundimos en un abrazo familiar las tres. Nana y Sol como siempre en estas situaciones se encontraban ambas con lágrimas en los ojos, eran realmente dramáticas. Aún no llegaba el auto que me llevaría hasta mi nuevo proyecto, pero aquí nos encontrábamos las tres con los ojos rojos y las mejillas húmedas. Era la primera vez que estaría fuera de casa por largo tiempo, sí que iba ser difícil ya que Sol y yo hacemos todo las dos juntas.
–Robert ha llegado. Ya es hora corazón– Nana secaba las lágrimas que aún descendían por mis mejillas, mientras Sol iba por mis maletas y ambas me dedicaban una sonrisa triste.
–Jenna te voy a extrañar, pero no seré egoísta y te compartiré con aquellas personas que necesitan de un apoyo para continuar con sus vidas. Lo harás bien y no dudes de eso– Los brazos de Sol se encontraban rodeándome la cintura y su mirada puesto en mí– Y si quieres prueba de tu trabajo, solo mírame. Si no fuera por ti ahora sería una chica envuelta en drogas, pandillas o quizás con algún problema alimenticio ya que nuestros padres ni siquiera se presentan en días importantes.– Sus ojos reflejaban dolor en las últimas palabras pronunciadas, me apretó más fuerte y depositó un cálido beso en mi mejilla.
–Sabes que el esfuerzo de ellos es para nuestro bien, quiero verte fuerte y decidida en cuanto a tus estudios. No querrás ser la culpable de mi regreso apresurado o ¿si? – Acuné su rostro y pude observar una leve risita que salida de sus labios aún temblorosos.
–Claro que no. Samuel jamás me hablaría. Él cuenta contigo en esto y sé que no lo defraudarás. Así que sube ya al auto que Nana y yo necesitamos empezar con la merienda.– Me llevó con leves empujones, a lo que reímos todos los presentes.
Subí al auto en el cual ya estaban todas las maletas, Robert subió seguido de mí y encendió el vehículo. Mientras yo aún divisaba por la ventana, como Solange se quebraba en brazos de Nana. Ambas levantaron miradas y me dedicaron una sonrisa torcida. A lo cual les correspondí con una sonrisa nostálgica.
(****)
Abrí los ojos cautelosamente al sentir el llamado de Robert, indicándome que ya habíamos llegado y a la vez sacaba las maletas y las posicionaba en la vereda de entrada del campamento. Sentí nervios al observar el letrero enorme con las letras enmarcadas "Camp Ukiki”. Me despedí de Robert y abrí paso entre la multitud para llegar hasta la cabaña en el cuál me hospedaría. Saqué el manual del bolso que llevaba colgado en el hombro izquierdo y traté de guiarme, me era imposible volteaba de todas las formas el dichoso mapa pero nada de hallar una salida.
–¿Jennifer Neeson?– Aquella voz ronca hizo que volteara y me encontrara con el castaño rizado. –Pero quién lo diría, sí que has crecido. Mira nada más, estás hecha una chica sensual– Le di un golpe leve en el abdomen a lo que hizo una mueca de dolor, obviamente fingido. –Pero tu fuerza no ha cambiado, sigues siendo Hulk en versión femenina– Ambos reímos, pero el sonido del celular nos interrumpió. –¿No contestaras? – Logre oírlo a lo que solo asentí. –Bueno, te veo luego, un gusto volver a verte Jenny– Depositó un beso en mi mejilla en lo que yo rebuscaba en mi bolso tratando de guiarme por el sonido y lograr encontrar el móvil.
Luego de informarle a Sol que había llegado bien, seguí caminando en busca de la cabaña. Sonaba cursi ser parte de la cabaña “Amor” pero no estaba ahí para corregir nombres o quejarme; ademàs todos los nombres de las cabañas eran de valores los cuales todos debíamos ejercerlas. Mientras caminaba divisaba las distintas personas que serían parte del proyecto de este año, cada una de ellas con sus historias, sus problemas, sus miradas perdidas en la nada. El golpe en mi hombro hizo que deje de observar al resto y centré mi vista al frente en donde quedé perpleja con aquellos ojos color café que estaban clavados en mí.
–Deberías observar por donde caminas.– Traté de responder pero él era tan rápido en hablar como en teclear. Hablaba conmigo o eso deduje, ya que su vista bajo inmediatamente hacia su móvil. –¿También estás inscrita en esta mierda de campamento? Si es así, un gusto pasar tiempo dentro de esto. Porque si hay chicas como tú, me quedo con gusto– Alzó su mirada, me guiño y sentí una leve sonrisa que se le escapaba de los labios.
–¿Eres así siempre? Digo, tratas de impresionar a una persona pero a la vez manipulas el celular. No entiendo cómo puedes hacer ambas cosas– Alzó la mirada sonrío, pero volvió a lo suyo. –Voy retrasada. Un gusto, espero te acoples en el campamento.– Traté de seguir mi camino pero sentí un agarre en mi brazo impidiendo así que siga avanzando.
–Respondiendo tus preguntas. Todo está en la concentración, puedo hablarte y a la vez analizar tu estado de ánimo con tan solo escuchar tu voz. Por ejemplo, en este momento estás preocupada, nerviosa, ansiosa y un poco enojada. Las dos primeras deben ser porque vas retrasada y porque hoy es la “Gran apertura” del campamento, lo último deduciendo debe ser por mi presencia ya que estas escuchándome quieras o no. Y, no traté de impresionarte solo quise ser amable– Sonrió de lado, soltó su agarre y volteo para que continúe su camino.– Thomas Lancaster, para servirte– Fue lo último que dijo antes de adentrarse entre la multitud de todos los participantes del campamento.
(****)
Al ingresar a la cabaña no había nadie dentro, mirè el celular y faltaban 5 minutos para la hora que me indicò Samuel esboce una sonrisa al ver que había sido puntual. Divisè el lugar el cual era muy grande y hermoso, me sentè en uno de los sofás y tomè los apuntes que estaban encima de la mesita de centro. Indicaba las actividades y cursos que llevaríamos toda esta semana. También se encontraba todos los nombres de las integrantes que serían parte de esta cabaña, son siete chicas cada una con diferentes problemas. Acomodè algunas cosas y me dispuse a esperar a que cada una llegue e iniciemos el proyecto, el cual lo había esperado con muchas ansias.
(****)
Luego de pequeñas diferencias que hubo entre dos integrantes de la cabaña; Kendall dio por inaugurado el cuarto de desolación o conocido mejor como “el hoyo”. Un famoso cuarto en el que consta dormir sola apartada de todas tus compañeras de la cabaña, claro esta que aquel cuarto era supervisado por una de las encargadas de las cabañas.
Mientras iba recorriendo los pasillos, los cuales estaban en silencio ya que todos estaban afuera disfrutando de la fogata, respondìa los mensajes de Sol la cuàl estaba entusiasmada porque habìa logrado las notas más altas de su grado en la escuela.
–Pequeña Neeson, vas tarde para mi famoso discurso– Girè y me encontré con su cabellera negra con rayitos blancos. –¿Como te va recibiendo el campamento? ¿Algún problema?– Aquel hombre acomodaba pequeños apuntes en uno de sus bolsillos del saco color azul marino que llevaba puesto.
–Señor Ukiki, hasta ahora todo va bien. Ya vamos iniciando las fogatas. A decir verdad no voy tarde, vengo por usted la señora Saavedra está preguntando por usted ya que debe dar por inaugurado el campamento y para eso necesitamos de sus pequeñas palabras de aliento, a lo que le llama usted “Famoso Discurso”.
–De cuando acá me llamas señor. ¡Dios! haces que me sienta un viejo jubilado.– Me tomò de los hombros –Te conozco desde que naciste, asì que tienes el derecho de llamarme Samuel. Tu padre y yo somos como hermanos de diferentes madres.– Ensancho una sonrisa, a lo que yo asentí.– Bien vayamos porque Saavedra es capaz de hacer un escándalo.
- Open me:
- Bien aquì dejo mi capìtulo, no es tan largo pero hice el intento(?
Espero sigan con los capìtulos, no quiero que se estanque la N.C
Reportense
HyunWoo.
Re: Camp Ukiki |NC|
Ayyyyyyy! que emocionante ver un capítulo de esta nc ay ya me entraron los filz!
el capítulo está hermoso, en serio hermoso, y espero que la sigan pronto y que se reporten y que sigamos todas con esta bella novela
jaja ahqué.
el capítulo está hermoso, en serio hermoso, y espero que la sigan pronto y que se reporten y que sigamos todas con esta bella novela
jaja ahqué.
I'm just not sure whether my heart is working. And yours is beating double time. Cole & Ro. New Rules
Kida
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