The Punk Muffins Tour.

cap

—Dime que esto es una puta broma.

Leonor Apricott estaba encerrada en un cuarto que ella consideraba pequeño para las seis personas que se encontraban en él. Junto a ella y su desesperación, se encontraban tres burros repletos de distintas prendas adecuadas a cada una de las tres chicas que estaban con ella.

—Emma, si no te gusta dímelo. No eres más o menos rebelde por decir palabrotas en cada frase, ¿Sabes? —Reclamó la vestuarista.—Además, tampoco te vas a morir por llevar rosa.
—El rosa es sólo uno de los pocos problemas que le veo a esta cosa que me has obligado a ponerme. —Leo enarcó una ceja, esperando a que Emma McKlein acabase otro de sus famosos y tediosos discursos sobre el mundo injusto y esas cosas. —Con esta faldilla parezco una monja y, seguro que esto ya lo sabes, soy bajita y las faldas largas me hacen parecer un puto pitufo.
—Emma, ese vocabulario. —Riñó Brett, su manager.

En esos momentos, era cuando se podía notar la poca paciencia que poseía la veinteañera vestuarista que se encargaba de preparar a aquel temido trío llamado Wild Lilies. Solo se le había puesto una regla de vestuario: que lleven al menos una pieza de la última colección de Moschino a los VMA’s. Sorprendentemente, había resultado sencillo hacer el vestuario de Nova ya que había accedido a llevar una camiseta de inspiración McDonald’s a modo de vestido junto a unos pumps negros. Derrie tampoco había rechistado mucho—lo cual alertó a Freddie y a Brett — y aceptó llevar un jersey que acababa arriba del ombligo con letras rosas de la marca pedida, una faldilla de talle alto y con vuelo hasta los muslos y unos pumps rosas, a juego con las letras del top. El problema ahora estaba en Emma y en su incapacidad de entender la norma impuesta.

—Mira…Mientras no te pongas las botas esas tan horrorosas con una plataforma de dos metros, proyecto de malota, haz lo que quieras.
—¿Por qué me llamas proyecto de malota? —Protestó la pelinegra. —Yo no llamo a Nova “proyecto de prostituta”.
—¿Qué tengo que ver yo en esto? —Dijo la rubia mientras se cruzaba de brazos.
—En que si tu puedes ir de zorra, yo no sé por qué no pued…
—Salsa, tequila, corazón, cerveza…
—¿Qué coño haces, organismo mono celular? —Se quejó la pelinegra.
—Es que me aburro. Así que canto.—Dijo la pelirroja con total naturalidad.


Dylan estaba sentado en cima de un amplificador mientras jugaba al Dumb Ways To Die en su teléfono móvil. Normalmente este holgazán ya estaría arrancándose los pelos y subiéndose por las paredes mientras saca espuma por la boca cual spiderman contagiado por la rabia, pero en este caso se encontraba totalmente relajado. Era tal su nivel de tranquilidad, que había apagado su busca — puesto que la principal causante de todos los casi-ataques cardíacos en este tour se encontraba en plena prueba de vestuario — e incluso se estaba planteando echarse una pequeña siesta. Al día siguiente serían los premios aquellos de MTV donde se entregan galardones por los mejores videoclips, pero todos parecían no notar aquella cercanía.
Mientras el supuesto miembro de seguridad vagueaba, Mad Sounds, The Granade Chapter y Tessa Kravitz se encontraban haciendo el soundcheck para el concierto que tenían después de la esmentada gala. El chico no era un fanático de aquella música que ellos tocaban, pero debía admitir que no lo hacían mal. A menudo pensaba que, a pesar de poner de los nervios a toda persona que pasase por ahí, eran unos chicos carismáticos y apasionados de su trabajo.

—¡Dyl! —Exclamó Allison mientras respiraba entrecortadamente. —¿Has visto a Derrie o a Lucas?
—No. —Hizo una pausa. —Bueno, Derrie estaba en la prueba de vestuario y Lucas está tocando junto a Tessa.
—Dylan… Hace una hora que Wild Lilies acabó la prueba de vestuario.
—¡Mierda! —Exclamó el chico, levantándose de un salto y guardando el teléfono móvil en el bolsillo. —¿Tu por el ala este y yo por la oeste?
—Ajá. —Allison asintió rápidamente, dando así el fin de esa conversación.

Ambos miembros de seguridad estaban dándose especial prisa por encontrar a aquella pelirroja del demonio. Y con darse especial prisa me refiero a que Emma y Nova les habían sobornado con una importante suma de dinero —Diez dólares a cada uno— para capturar a la mayor de las Sheehan y conseguir que no gaste ni una sola broma pesada ni antes ni durante los VMAs, puesto que ambas chicas se jugaban tener una libertad total para hacer lo que quieran durante una semana.



—Entonces… ¿Nosotros no podemos ir a los VMAs? —Preguntó Jonah, mientras jugaba con el Señor Booboo, un peluche que tenía desde los tres años. El Señor Booboo fue un obsequio de su abuelita, con la que pasaba la mayor parte del tiempo cuando sus padres trabajaban.
—Jonah, ¿Acaso somos famosos? — Le contestó Owen mientras le dedicaba una de esas miradas que decían: “no puedes ir enserio”. —¡Claro que no podemos ir a los premios!¿Pero tu estás tonto?
—P…perdón, Owen. —Kleinkstein bajó la cabeza. —Es que pensaba que como también estamos en el tour pues… eso, que podríamos asistir a los premios.
—No te preocupes Jon, aún nos queda la tele. —Dijo Coraline, provocando una enorme sonrisa en el rostro del vulnerable chico de cabello castaño.



Como era de esperar, todos los miembros del tour habían dejado claro que eran conocidos, que la gente les apoyaba y que la cosa acababa de comenzar: The Punk Muffins subieron al escenario dos veces para recoger los premios al video del año y a mejor video con mensaje social; aparte, también ganaron el de mejor cinematografía. Así que ya pueden imaginarse como estaban después de la gala, mientras se cambiaban para el after-party; Alex DeLarge se llevó un galardón a mejor video masculino; Tessa Kravitz se llevó dos; a mejor video femenino y a mejor coreografía; Mad Sounds se llevó el de mejor video rock y el de mejor edición; The Grenade Chapter también hizo doblete al apoderarse de los premios de mejores efectos visuales y a canción del verano; Greenless se hizo con el de mejor artista revelación, y Wild Lilies se hicieron con los de mejor vídeo pop, mejor dirección.
Todo el mundo en el tour estaba celebrando los triunfos con champán que habían traído sus respectivos managers pero los jóvenes músicos opinaban que necesitaban un poco más de acción, así que fueron pasándose un par de botellas de vodzka.

—¡¿Queréis dejar la botella de una vez?! —Exclamó Kelsie poniéndose de los nervios. —¡Si seguís bebiendo el puñetero vodzka, os prohibiré beber en el after-party!
—¡Me la suda, rubia!¡Novs y yo tenemos permiso del jefe! —Exclamó Emma mientras chocaba los cinco con la rubia.

A todo esto se debía decir que se agotaron las botellas en las furgonetas que las llevaban a la tan esperada fiesta, y— mágicamente— consiguieron conservar la compostura y posar sonrientes como personas mínimamente civilizadas ante los fotógrafos ansiosos de capturar en sus aparatos la juventud gloriosa de aquel grupo. Una vez entraron en la fiesta, se miraron entre todos y sonrieron.

—Enseñemos quien manda aquí, chavales. —Sentenció Marc. Dicho aquello, cada uno se fue por su parte y se fundieron en aquella masa de personas borrachas ansiosas de acaparar más fama con algún escándalo o alguna conversación.  

La música resonaba por todo el lugar y , puesto que ya habían pasado unas horas, las personas empezaban a sentir los efectos de la droga líquida en su mentalidad y su forma de actuar. Por ejemplo, Nova Walker llevaba sus tacones en la mano, y Emma estaba comiéndole la boca —hablando vulgarmente— a un total desconocido. Aunque, no tan desconocido al parecer, ya que se trataba de  Freddie Miller .




Emma despertó con un fuerte dolor de cabeza en un cuarto que desconocía y junto a una persona que roncaba desesperadamente. Levantó la sábana con cuidado de no despertar al chico, y observó—entre otras cosas—que ambos estaban desnudos. La chica suspiró y se arregló un poco el cabello.

—¿Por qué no aprenderás, Emma?

La pelinegra se vistió con la misma ropa que usó para el after-party y salió de aquella habitación.
Cuando subió a su planta, se encontró a Nova caminando de un lado a otro mientras gritaba improperios y a Derrie reírse sin parar.

—¡Pero mira quien decide aparecer! —Dijo la mayor de las Sheehan mientras aplaudía irónicamente. —¿Sabías que Nova cree que está embarazada? ¡Vamos a ser tías!
—Nina, ¿te has hecho la prueba esa de los embarazos?
—¡No hace falta por que tengo un retraso! —Exclamó la rubia desde la otra punta de la planta. —¡Joder, joder!¡No estoy lista para ser madre!
—Bueno chicas, felicidades por sus lo…¿Madre? —Se atrabancó Brett, quien caminaba hacia ellas con el ceño fruncido. Freddie, que se encontraba a su lado, miró a Emma enrojecido. —Chicas, ¿qué está pasando aquí?
—Que a Nova le ha dado la paranoia de que está embarazada. —Dijo McKlein mientras se peinaba los rizos.
—Y que Ems viene de una noche de pasión y locura. —Continuó la pelirroja mientras intentaba aguantar la risa.
—¡Brett!¡Brett por favor no me mates! —Dijo Nova mientras corría hacia su manager. —Ten…tengo un retraso y eso significa que…
—No estás embarazada, calma. —Dijo Brett mientras rodaba los ojos. —Dejando ese tema a parte; más os vale no darme más guerra el resto del día.

Todos asintieron y se metieron en sus respectivas habitaciones mientras pensaban en algo que hacer. Emma, al entrar a su cuarto, empezó a darle vueltas al enrojecimiento del ayudante de manager al verla; es decir, se habián acostado juntos…Tampoco era algo tan raro, ya que ambos estaban borrachos.

—¿Qué te traes con Freddie, víbora que se suelta con todo lo que se mueve en cuanto bebe demasiado? —Dijo Derrie totalmente seria mientras entraba a la habitación, lo cual extrañó muchísimo a Emma.
—¿Te crees que yo podría tener algo serio con ese?Puff—Dijo la pelinegra mientras se tumbaba boca arriba en la cama de un salto, —Nos acostamos y ya está.