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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Luna de miel de un millonario Joe y Tu
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Lo siento chicas pero estoy a 2 semanas de terminar mis clases y comensar mis examenes finales y vere si pase todo el año en la universidad *-*
les dejo la nove ok las quiero adios
Twitter @Inscandinavia
les dejo la nove ok las quiero adios
Twitter @Inscandinavia
Capítulo 16
«Mejor me habría quedado
en casa», pensó Joe, sombrío, a los pocos minutos de llegar a casa de Russell.
Antes habría soportado el frío menosprecio de Roberta que la penetrante mirada
de Nicole.
Pero esa noche no le
quedaba más remedio que aguantar aquella mirada. Y el interrogatorio nada sutil
al que lo estaban sometiendo sobre lo que realmente había ocurrido en Dream
Island.
—Lo siento, amigos —dijo
nada más apurar su primera copa de vino, la del aperitivo—. Habéis sido muy
amables al invitarme a venir esta noche, pero lo cierto es que no me apetece
mucho hablar, y cenar tampoco, la verdad. Así que será mejor que me vaya a casa…
Bellevue Hill no quedaba
lejos de la mansión que Russell había adquirido en Bondi.
—No seas estúpido —protestó
inmediatamente Russell—. Mira, no vamos a continuar interrogándote, ¿verdad,
Nicole? No te vayas. Tómate otra copa —y se la rellenó.
Joe suspiró.
—No sé si lo entiendes.
Russ.
—Yo sí —dijo Nicole,
suavizando la expresión de su mirada por primera vez en toda la tarde—. Tú
quieres a _____, ¿verdad?
—Más de lo que nunca
habría creído posible.
—Entonces tienes razón —repuso
ella—. No deberías quedarte aquí esta noche. Debería ir buscarla a casa de sus
padres y decírselo ya.
—¿Qué? Dios mío. Nicole.
¿Cómo podría hacer una cosa así? _____ me odia.
—No, no te odia. Hoy
estuve comiendo con ella y no te odia en absoluto. Es justo lo contrario, de
hecho.
El corazón empezó a
latirle tan rápidamente que hasta le martillearon los oídos.
—¿Todavía me quiere?
—Sí.
—¿Pero cómo es posible,
después de todo lo que le he hecho?
—Porque es _____, por
eso. Porque es buena, amable y generosa. Ella no se venga, Joe. Nunca. Y
tampoco es mentirosa. La única razón por la que continuó tomando la píldora fue
porque no podía soportar la perspectiva de volver a tener otro hijo tan pronto.
Después de todo, sólo han pasado tres meses. Probablemente tenía demasiado
miedo de decírtelo. Tú puedes llegar a ser bastante intimidante, Joe, sobre
todo para alguien como _____.
Joe se la quedó mirando
durante un buen rato, hasta que finalmente negó con la cabeza.
—Si lo que me estás
diciendo es cierto, entonces es imposible que pueda seguir queriéndome. No
después de la manera en que me he comportado.
—El amor no es algo que
muera fácilmente. Al menos el verdadero amor.
—¡Pero ella no me
creería si de repente le dijera que la amo! —gruñó—. Pensaría que se trataría
de una mentira más.
Nicole se encogió de
hombros.
—Entonces tendrás que
convencerla. Al fin y al cabo, ¿qué tienes que perder?
Joe se volvió hacia
Russell, buscando su opinión.
—Russ. ¿Qué dices
tú?¿Crees que tengo alguna oportunidad?
—Yo nunca te he visto
rechazar un desafío, amigo. Si realmente amas a _____ como yo amo a Nicole,
nada excepto la muerte podrá impedirte que intentes recuperarla.
—¡Dios mío, tienes
razón! —exclamó Joe, saltando con un resorte de la silla.
—Entiendo que ya no vas
a quedarte a cenar —dijo Russell, irónico.
Joe ya se dirigía hacia
la puerta.
—Lo siento, amigo —le
dijo por encima del hombro, sin detenerse—. Tendremos que dejarlo para otra
ocasión.
—¿Crees que debería
haberle contado también lo de esas pinturas? —le preguntó Nicole a su marido,
una vez que Joe se hubo marchado.
—¿No te parece que ya
has hablado bastante por una noche?
Nicole se ruborizó.
—Tenía que hacer algo.
Parecía tan triste, Russ. Triste y derrotado. Nunca lo había visto así antes.
—Es que nunca antes
había estado enamorado.
—Tú dijiste que había
estado enamorado de Jackie Foster.
—Bah, eso sólo fue deseo
—de repente Russell se acordó de la cita que Jackie había concertado con Joe
para ese miércoles. Confiaba en que no fuera a causarle problemas.
—¿Qué te pasa? —le
preguntó Nicole, preocupada. Rusell pensó en contárselo, pero luego cambió de
idea.
—Nada. Sólo espero que
las cosas se solucionen para estos dos, eso es todo.
Joe se dirigió derecho a
Woolahra. Para cuando aparcó frente a la casa de los Donnelly, un fuego le
quemaba las entrañas. Lanzó una mirada nerviosa a la casa. Incluso aunque _____
lo amara, algo que dudaba seriamente, estaba seguro de que ni ella ni sus
padres lo recibirían con los brazos abiertos.
Una mirada al espejo
retrovisor le descubrió unos ojos irritados y una barba de dos días. Esa mañana
no había tenido fuerzas para afeitarse, después de unas pocas horas de sueño.
Afortunadamente, llevaba la ropa limpia y sin arrugas. Apretando los dientes,
bajó del coche y subió los escalones del portal. Había luz en el piso superior.
El timbre resonó en el
silencio, pero no oyó pasos. A la segunda llamada, sí que oyó a alguien acercarse.
La puerta se abrió de
golpe y allí estaba su _____, radiante con aquel vestido amarillo que recordaba
haberle comprado una vez, pero que ella nunca se había puesto. Llevaba el
cabello recogido en un elegante moño francés y lucía unos pendientes de perla.
Iba poco maquillada, con un toque de brillo en los labios.
Durante un instante que
a Joe se le hizo eterno. _____ no pronunció una sola palabra. Simplemente se lo
quedó mirando.
Pero por lo menos no le
había insultado. Eso le infundió una cierta confianza.
—Necesito hablar
contigo, _____ —le dijo al fin—. ¿Puedo entrar?
Un brillo de alarma
asomó a sus enormes ojos castaños.
—Mis padres no están en
casa.
Joe frunció el ceño,
extrañado. Sonaba, y parecía, como si tuviera miedo. Seguro que no podía temer
que fuera a cometer algún acto violento contra ella… Nunca le haría el menor
daño. ¡Jamás!
_____ intentó
tranquilizarse, pero fue imposible. No podía creer que Joe estuviera allí,
delante de ella… Y tampoco podía dar crédito a la irracional alegría que había
experimentado nada más verlo.
Había estado arriba, en
su habitación, intentando trabajar con entusiasmo en lo que Nathan le había
aconsejado: pintar más desnudos. Pero, para su sorpresa, había descubierto que
no quería hacerlo. Aquellas dos obras habían sido auténticas excepciones, la
expresión artística de un terrible sufrimiento. Algo extremadamente privado.
Acababa de decidir que al día siguiente telefonearía a Nathan para que las
retirara del escaparte cuando de repente sonó el timbre. Y ahora la razón de
todo aquel sufrimiento estaba frente a ella, deseando hablar. El mismo hombre
que le había impedido explicarse, que le había prohibido que le dirigiera
siquiera la palabra. El mismo hombre que la había expulsado de la isla, de su
casa, de su vida.
Una mirada a su
expresión decidida le confirmó que había ido a buscarla para que volviera con
él. Y lo más aterrador de todo era lo mucho que le entusiasmaba la perspectiva.
«¿Es que nunca aprenderás?», le reprochó una voz interior.
—¿Qué demonios estás
haciendo aquí?
—Vengo de casa de
Russell y de Nicole…
—¡Oh, no! —exclamó _____,
consternada—. Ella te lo dijo, ¿verdad? Lo de las pinturas.
—Yo sé nada de ninguna
pintura —replicó—. Lo que me dijo Nicole es que todavía me amas.
—¿Qué? ¿Cómo se ha
atrevido a decirte algo así?
—Pues porque te quiere.
Como yo.
—Oh, sí, ya vi lo mucho
que me querías cuando encontraste esas píldoras. Tuviste una manera muy extraña
de demostrármelo, Joe Jonas.
—Te pido disculpas por
mi comportamiento, _____ —continuó con un tono sorprendentemente sincero.
Una vez más, _____ se
recordó lo hábil que era mintiendo…
—Debí haberte dejado que
te explicaras.
«Desde luego», pronunció
para sus adentros, furiosa.
—Mi única excusa es que
cuando encontré esas píldoras, fue como si de repente me hubieran transportado
al pasado…
Aquello sí que la
sorprendió.
—¿Me estás diciendo que
Jackie Foster también estuvo tomando la píldora? ¿Qué habría podido tener hijos
si hubiera querido?
—Peor que eso. Fingió
que deseaba tener un bebé cuando, durante todo el tiempo, sabía que no podía.
Incluso antes de casamos. Me enfurecí cuando lo descubrí. Yo creía que me
amaba. Como yo la amaba a ella.
_____ se lo quedó
mirando con la boca abierta.
—¿Qué tú la amabas? Pero
yo creía que… —lo había creído incapaz de amar. Había pensado que sólo se había
casado con aquella mujer para tener hijos al igual que había hecho con ella.
—Bueno, eso creía yo en
aquel entonces. Ahora no, porque ahora sé lo que es el amor verdadero. Es lo
que siento por ti. _____. Por eso me puse hecho una furia cuando pensé que sólo
habías aceptado mi propuesta de luna de miel para vengarte. Me dolió tanto, que
me cegué.
_____ seguía
desconfiando. Demasiadas veces le había dicho que la amaba.
—No te culparé si no me
crees —continuó él—. O si aún me sigues odiando.
No lo odiaba. «Aunque
debería», pensó, furiosa. Irguió los hombros. No iba a dejarse manipular esa
vez. ¡Ya no!
—¿Vas a invitarme a
entrar? Me estoy quedando frío aquí fuera.
—Está bien… —rezongó.
Lo llevó a la cocina-comedor
de la parte trasera de la casa. No quiso llevarlo al salón, para no sentarse en
el sofá con él. Todavía temía que Joe intentara aprovecharse de ella en el
terreno sexual.
No podía permitirse
confiar en él. Punto.
—Siéntate —le dijo,
señalándole la mesa de la cocina—. ¿Te apetece té o café?
«Lo que quiero», pensó Joe,
«es que dejes de comportarte como si fuera a abalanzarme sobre ti. El sexo es
lo último que tengo en la cabeza en este momento».
—Un café estaría bien.
La observó mientras
hacía el café y pensó en todas las otras ocasiones en que le había visto hacer
lo mismo durante su corto matrimonio. Era una mujer muy casera. La clase de
chica buena, dulce y hogareña que un hombre como él podría sentirse tentado de
no valorar adecuadamente.
Eso era precisamente lo
que había hecho con la mujer que amaba. Y no volvería a ocurrir.
—Gracias —le dijo cuando
ella le puso la taza delante, junto con un pedazo de pastel de zanahoria.
—Mamá es una buena
cocinera —comentó _____ en respuesta al elogio que él le hizo sobre el pastel.
—¿Mamá? —alzó la mirada,
frunciendo el ceño. Ella no se había sentado a la mesa, sino que se había
quedado de pie, apoyada en la encimera, con los brazos cruzados—. Tú siempre la
llamas «madre».
—Decidí de dejar de
llamar «padre» y «madre» a mis padres de una vez. No después de lo buenos y
cariñosos que han sido conmigo en mi situación actual. Así que ahora son «papá»
y «mamá» —explicó—. Mamá se ha portado maravillosamente.
—Dudo que esté igual de
contenta conmigo —murmuró Joe—. ¿Dónde están, por cierto?
—Ha salido a cenar. Una
cita romántica.
—¿Una cita romántica? —Joe
no podía estar más sorprendido. No era ningún secreto que la señora Donnelly
llevaba los pantalones en la familia. No se los podía imaginar saliendo a cenar
juntos en plan romántico.
—Ahora se llevan mucho
mejor. Seguramente gracias a que papá ha demostrado una gran astucia en los
negocios y ha conseguido hacer mucho dinero… —explicó con tono irónico.
—¿Tu padre? ¡Pero si
siempre ha sido un hombre acaudalado! —Joe lo sabía porque había investigado el
estatus financiero de Henry Donnelly antes de tomar la decisión de casarse con _____.
Lo cual le provocó un
remordimiento de conciencia… ¿Qué no se había rebajado a hacer con tal de
proteger su patético orgullo herido?
—Bueno, ahora lo es
mucho más —replicó _____ con tono cortante—. Así que, si estás pensando en
agitar tu chequera delante de las narices de mi madre, como hiciste la última
vez… estás perdiendo el tiempo.
Joe encajó el golpe en
silencio, porque tenía razón. Había intentado ganarse la aceptación de sus
padres haciendo alarde de su riqueza.
—¿A qué hora llegarán a
casa?
_____ miró el reloj de
la cocina: eran las ocho y media.
—Todavía no llevan fuera
ni dos horas. Para cuando vuelvan, ya hará rato que te habrás marchado.
Joe la miró; todavía no
había pasado lo peor. El pensamiento de que _____ nunca llegara a convencerse
de que él realmente la amaba le resultaba insoportable. Tenía que hacer todo lo
posible por recuperarla. Y para eso tendría que tener paciencia. Y
tranquilidad. Aunque no se sintiera en absoluto tranquilo por dentro.
—¿Por qué no te sientas?
—le sugirió—. Siéntate a tomar un café conmigo.
—No, gracias. No tomo
café por las noches: algo que a estas alturas deberías saber.
Joe pensó que la
situación era todavía más difícil de lo que había imaginado. El tono de _____
sonaba amargo. Cínico.
Pero la culpa era
solamente suya. Aquél no era el tono natural de _____.
—Entonces tómate una
copa de vino, un oporto. Sé que tu padre tiene. Me tomé una copa con él cuando
le pedí tu mano.
—Preferiría mantener la
cabeza despejada si no te importa. Sé lo muy inteligente que eres, Joe. Puedes
convencer a cualquiera de lo que quieras. Pero esta vez no se servirá. Tendrás
que demostrarme tu amor no con palabras, sino con actos.
Tardó unos segundos en
tomar conciencia de la importancia de lo que _____ acababa de decirle. Al
pedirle que le demostrara su amor con actos, le había ofrecido una posibilidad…
¡una posibilidad que estaba decidido a aprovechar! Si Nicole tenía razón. _____
todavía lo amaba. Y entonces todo lo que tenía que hacer era lo que ella
acababa de pedirle.
_____, por su parte,
deseó que Joe dejara de mirarla de aquella manera, como si no tuviera ninguna
oportunidad de resistirse a él…
—En ese caso, si tú me
lo permites… —empezó él— me gustaría volver a cortejarte. Y, esta vez, de la
manera apropiada, dure lo que dure. Podremos salir juntos hasta que te
convenzas de que te amo. No habrá sexo. Disfrutaremos simplemente de nuestra
mutua compañía. Hablaremos.
—¿Sólo hablar? —inquirió,
escéptica.
—¿Dudas que pueda
pasarme sin sexo? Te recuerdo que estuve sin hacer el amor tres meses enteros.
—Eso fue porque yo no te
lo permití.
—¿Me estás diciendo que
me lo permitirías ahora? ¿Qué quieres que te haga el amor?
—No tergiverses mis
palabras. Lo único que estoy diciendo es que no me fío que no vayas a usar el
sexo en tu beneficio.
—Te prometo que no lo
haré.
—Como si me prometes la
luna. Eso no significa que no vayas a hacerlo.
Joe apretó los dientes:
aquello se estaba complicando. Se estaba poniendo muy dura con él. Aquella
expresión de desafío le sentaba bien, sin embargo. Le brillaban los ojos y
tenía el labio inferior ligeramente avanzado, provocativamente. Unos pocos días
atrás, no habría dudado en besarla hasta debilitar su voluntad. Esa vez, sin
embargo, tendría que encontrar otra manera. Un solo movimiento físico por su
parte y sería hombre muerto.
—Mira, eres tú la que ha
dicho que tenía que demostrarte mi amor con actos y no con palabras —le recordó—.
Pues entonces déjame hacerlo. Sal conmigo a ver lo que pasa. Si no lo consigo,
si fracaso, siempre podrás pedir el divorcio.
Pero _____ temía que
quien al final terminara fracasando fuera ella, y no él. ¿Cómo podría soportar
repetidamente su compañía y no ceder al constante anhelo que se había apoderado
de ella en Dream Island, y que todavía no había olvidado? Incluso en aquel
momento ansiaba decirle: «todo está perdonado, cariño», sólo para poder sentir
su boca en sus labios una vez más.
Nunca antes había
entendido realmente la expresión «estar locamente enamorada». Sería una locura
volver a caer en sus brazos. ¡Una locura total! Y sin embargo… quería hacerlo.
Tenía que echarlo de
allí. ¡Cuanto antes!
—Me gustaría acostarme
temprano para poder pensar en todo esto —le dijo, orgullosa de la tranquilidad
de su tono—. Así que, si no te importa, prefiero que te marches. No quiero que
mis padres le vean aquí cuando vuelvan.
—¿Por qué no?
—No me gustaría tener
que explicarles por qué te dejé entrar, en primer lugar.
Joe esbozó una mueca.
Eso significaba que tenían una pésima opinión de él.
—Como quieras —se
levantó—. ¿Cuándo podré llamarte?
—Yo te llamaré. Mañana.
Le lanzó una mirada que
indicaba a las claras que no estaba nada contento con la manera en que habían
ido las cosas. Pero… ¿qué había esperado? ¿Qué se arrojara a sus brazos sólo
porque le había pedido perdón y le había dicho que la amaba? No le había pasado
desapercibido que quizá Joe había podido esperar que, como resultado de haberle
arrojado las píldoras al mar, ella se hubiera quedado embarazada. Ésa habría
podido ser razón suficiente para que decidiera mentirle de nuevo.
—Buenas noches, Joe —se
despidió con tono firme.
Cerró la puerta a su
espalda y se apoyó en ella, cansada. Cerrando los ojos, suspiró profundamente.
Sólo entonces oyó su coche alejándose por el sendero de entrada, y volvió a
abrirla para cerciorarse de que realmente se había marchado.
Efectivamente.
Llegado ese momento se
puso a temblar, como si su cuerpo se hubiera rendido al fin a la marea de
emociones que la visita de Joe le había provocado.
La incredulidad y la
duda habían batallado constantemente en su interior con la secreta esperanza de
que quizá, sólo quizá, él la amara realmente. Había sonado tan sincero… Y le
había prometido que mantendría las manos quietas. Y que la escucharía.
El Joe que había
encontrado sus píldoras no había estado en absoluto dispuesto a escucharla.
Sólo había dos razones posibles para aquel cambio de actitud. O finalmente
había llegado a darse cuenta de que la amaba de verdad… o había calculado la
posibilidad de que se hubiera quedado embarazada, después de todo.
De alguna manera,
aquella última razón se le antojaba absurda. Esa noche no se había mostrado en
absoluto duro o implacable con ella. Había derrochado sinceridad. No, no podía
contemplar una posibilidad tan cínica. No era justo. No, seguramente la amaba.
Ese pensamiento bastó
para hacerle llorar.
—Oh, Joe —sollozó, y
enterró la cara entre las manos—. Oh, querido mío…
Para cuando regresaron
sus padres, _____ ya se había lavado la cara y recuperado lo suficiente para
decirles con aparente tranquilidad que Joe se había presentado allí para
declararle su amor. Lo habían hablado, les dijo, e iban a intentarlo de nuevo.
Añadió también que no pensaba apresurarse en volver al hogar conyugal, sino que
Joe pretendía cortejarla de nuevo, como cuando fueron novios.
Su padre se había
quedado impresionado y su madre se había puesto a dar saltos de alegría.
—¡Qué maravillosa
noticia, cariño! —había exclamado—. Quién sabe… ¡el próximo año a lo mejor
hasta me haces abuela!
Val's Matth.
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Me encanta siguela please es super linda :D
-GrizJonasLovatoCyrus-
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Ohh no te preocupes tu tranquila :D
Si no puedes subir ahh pues esperaremos :D
Y pff ame el CAP awww!! Si que bello <3
Joe ya le dijo a la rayis que la amaaaaa y ella
Que bueno se hace del rogar jejejejeje que bien
Para que aprenda Joe :D
SUBE CUANDO PUEDAS :D
Si no puedes subir ahh pues esperaremos :D
Y pff ame el CAP awww!! Si que bello <3
Joe ya le dijo a la rayis que la amaaaaa y ella
Que bueno se hace del rogar jejejejeje que bien
Para que aprenda Joe :D
SUBE CUANDO PUEDAS :D
Karli Jonas
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Ameeeeeee ell capii! Siguelaaa!!
Esta demas decirtee q amo como escribes! Pero siguelaa
Con caracter de urgenciaa!!!
Besossss
Siguelaaaaaaa
#SIGUELA!!!
Atrt: ti siempre fiel lectoraaa!!! :)
Esta demas decirtee q amo como escribes! Pero siguelaa
Con caracter de urgenciaa!!!
Besossss
Siguelaaaaaaa
#SIGUELA!!!
Atrt: ti siempre fiel lectoraaa!!! :)
Yhosdaly
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
aaaa geniallll!!!!!!!!1
me encanto
tienes que seguirlaa
ya quiero saber comom
reaacionara joe con las pinturas de _____
aaaaaaaaaaaa
sigiue :)
me encanto
tienes que seguirlaa
ya quiero saber comom
reaacionara joe con las pinturas de _____
aaaaaaaaaaaa
sigiue :)
next to you
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
ahhhh...me encanto el cap..
y no te preocupes..
esperare cap muy ansiosa. :D
y el cap me encanto como se le insinuo joe de nuevo a la rayis contraatacando con sus palabras jajaja
siguela!!!!!!!!
y no te preocupes..
esperare cap muy ansiosa. :D
y el cap me encanto como se le insinuo joe de nuevo a la rayis contraatacando con sus palabras jajaja
siguela!!!!!!!!
jamileth
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Uff no sabes amo tú novela es mi lectura antes de dormir y la vdd es que me encanta siguela pronto plis :)
MileyCyruZ
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Siguelaaa!!
Siguelaaa
Porfisss!!!!
Q esperaaa tan tortturantee!!!
Siguelaaa
Porfisss!!!!
Q esperaaa tan tortturantee!!!
Yhosdaly
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Chicas estoy trabajando en una tienda de ropa y por ello me e demorado en subir estos dias ok pero aqui estoy como siempre sin fallarles ok un beos :)
Capítulo 17
A la mañana siguiente, _____
se despertó teniendo el periodo. De manera extraña, la llegada de la evidencia
de que no había concebido le provocó una ligera punzada de decepción.
Después de un viaje al
cuarto de baño, bajó para prepararse una taza de café, lo cual le recordó la
conversación con Joe de la noche anterior, Realmente se había mostrado muy dura
con él. Demasiado.
Sintiéndose culpable,
miró el reloj de la cocina: eran poco más de las ocho. No era demasiado
temprano para llamar a Joe y disculparse. Si él había podido ser lo
suficientemente maduro como para ir a buscarla para pedirle perdón, seguro que
ella podría hacer lo mismo. Además, tampoco había sido enteramente inocente de
lo que había sucedido en Dream Island. Nunca debió haberle dejado pensar que
estaban intentando tener un bebé. Eso había sido una maldad por su parte.
Sin pensárselo dos
veces, descolgó el teléfono inalámbrico y marcó el número de Bellevue Hill.
—Residencia Jonas —respondió
Roberta.
—Roberta, soy _____.
¿Está Joe?
—No, ha salido para la
oficina. Quizá lo localice en el teléfono del coche.
—No, no me gusta
llamarlo cuando está conduciendo. Esperaré a que llegue. Ah, y… Roberta, tenía
usted razón. Joe me quiere. Vino a verme anoche y hemos decidido volver a
intentarlo.
—Sabía que algo bueno
debía de haber sucedido. Esta mañana estaba de muy buen humor. Entonces…
¿cuándo volverá a casa?
—Aún no. Pronto, quizá.
Me estoy haciendo la difícil.
—No es una mala táctica
con hombres como él. Pero cuidado: ya sabe que la paciencia no es una de las
virtudes del señor Jonas.
_____ se echó a reír.
—Ya lo sé. Seguiremos en
contacto, Roberta. Adiós.
_____ colgó, todavía
sonriendo. Era bueno que gente como Roberta también pensara que Joe la amaba.
Eso reforzaba su confianza.
Sabía que su marido no
tardaría mucho en llegar al centro de la ciudad. Media hora a lo sumo,
dependiendo del tráfico. Images ocupaba uno de los pisos altos de un bloque de
oficinas de Goulburn Street. Joe solía tener por costumbre entrar a las ocho y
media. Desayunaría primero y después lo llamaría al móvil.
Veinte minutos después,
eso era precisamente lo que estaba haciendo.
—¡_____! ¡Qué alegría
que me hayas llamado tan pronto!
—Joe, he estado pensando…
—¿Sí?
—Me porté fatal contigo
anoche.
—No, no, te mostraste
perfectamente razonable. Y sensata.
—¿De veras?
—Absolutamente. Tienes
todo el derecho a no confiar en mí. A no creerme.
—Pero yo te creo…
—¿Y confías también?
—Sí, también confío en
ti.
—Oh, _____… querida…
Parecía emocionado, lo
cual la emocionó también a ella.
—Llévame a cenar esta
noche por ahí —le pidió con voz ronca—. A algún lugar especial y romántico.
—Hecho. ¿A las siete y media?
—De acuerdo.
—Estupendo.
—Tengo el periodo —le
informó de pronto, deseosa de librarse de aquel último resto de duda—. Cuando
dejas de tomar la píldora, el periodo suele retrasarse un par de días. A no ser,
por supuesto, que te hayas quedado embarazada por accidente.
—Bueno, eso no pudo
haber sucedido, ¿verdad? Quiero decir que… nosotros no mantuvimos relaciones
sexuales después de que yo te tirara las píldoras.
A _____ no le gustó que
lo hubiera llamado así: «tener relaciones sexuales» en lugar de «hacer el
amor».
—El esperma puede vivir
durante cuarenta y ocho horas, Joe. Yo creía que ya lo sabías.
—Oh. Bueno, supongo que
sí. En teoría. Pero no se me ocurrió la posibilidad.
—A mí sí.
—Oh, _____, lo siento.
Seguro que estabas muy preocupada.
—Desde luego.
—_____…
—¿Sí?
—Quiero que sepas que te
amo y que quiero que vuelvas conmigo… aunque no quieras tener hijos.
—Aprecio mucho que me
digas eso, Joe. Pero puedes estar tranquilo. Quiero tener hijos. Que hoy haya
tenido el periodo ha hecho que me dé cuenta de las ganas que tengo de tenerlos.
Por muy extraño que pueda parecer, casi me he sentido un poquito… decepcionada.
—Sé que serás una madre
maravillosa.
—Eso espero.
—_____, debo dejarte,
cariño. Esta mañana tienen que ponerme al tanto de todo lo que ha pasado
durante mi ausencia. Lo siento.
—No pasa nada. Nos vemos
esta noche.
Esa misma mañana, algo
más tarde, recibió una llamada de Nathan para informarle de que una cliente
estadounidense había visitado la galería y se había enamorado de una de sus
pinturas: la que tenía por título Desesperación.
Dos cosas persuadieron a
_____ de que la vendiera. La primera era la sorprendente oferta de cuarenta mil
dólares. Y la segunda era el dato de que la mujer volaría de vuelta a Los
Angeles ese mismo día.
—De acuerdo, pero quiero
que retires la otra pintura del escaparate —le dijo a Nathan—. Envuélvemelo,
por favor. Dentro de un rato pasaré a recogerlo.
Fue durante el trayecto
a Bondi para recoger la pintura cuando decidió que no quería esperar hasta la
noche para ver a Joe. Era demasiado tiempo. Quería verlo ya.
Así que, una vez
recogida la pintura, en lugar de volver a casa de sus padres, puso rumbo a
Images.
Faltaba poco para la
hora de comer. Durante la comida, le contaría lo de las pinturas. Se había
quedado muy sorprendido cuando se lo mencionó la noche anterior.
Encontró un lugar en el
aparcamiento de varios pisos que se alzaba frente al edificio donde trabajaba Joe.
Cinco minutos después subía en el ascensor hasta su planta.
Según le habían contado.
Images no era como las demás agencias de publicidad. No se permitía el descuido
en cuestiones de ropa, ni siquiera en los creativos. Los tejanos rotos estaban
prohibidos. Imperaban los trajes.
Así que cuando _____
empujó la puerta de cristal que llevaba a la zona de recepción, se alegró de
haberse vestido y maquillado bien.
No reconoció a la atractiva
rubia que atendía el mostrador principal.
—¿Dónde está Sheryl? —preguntó
directamente.
—Ha salido a comer. ¿En
qué puedo ayudarla, señora?
Evidentemente era nueva.
—He venido a ver a mi
marido. El señor Jonas.
La joven abrió mucho sus
enormes ojos azules.
—¡La señora Jonas! Oh, lo
siento… No me había dado cuenta… Yo pensé que… Oh, perdone, debo de parecerle
una tonta. Mire, creo que el señor Jonas está ocupado con alguien en este
momento.
_____ suspiró: sabía que
debería haber llamado. Pero ahora estaba allí. Y no iba a marcharse sin haber
visto a Joe, al menos unos minutos.
—¿Sabe quién es?
¿Alguien importante?
—Yo, er… no estoy segura
—balbuceó, azorada—. Pero su secretaria me dijo que no le pasara ninguna
llamada.
—Oh, no hay problema.
Pediré consejo a Rachel antes de entrar.
La secretaria pareció
aliviada de poder transferirle la responsabilidad a otra persona.
—Oh, sí, eso será lo
mejor. Rachel decidirá lo que es más oportuno.
_____ se alejó de
recepción por el pasillo que separaba los despachos de los ejecutivos de la
sala principal de trabajo. El de Joe estaba justo al final.
La mesa de Rachel se
encontraba vacía. Parecía como si hubiera salido, así que decidió sentarse a
esperarla. Una vez instalada en el sillón de cuero, el silencio reinante la
hizo ser cada vez más consciente de las dos voces procedentes del despacho de Joe.
No podía entender lo que estaban diciendo, pero una de ellas era femenina.
Cuando reconoció las
palabras «lo siento muchísimo», aguzó todavía más los oídos. Pero fueron los
sollozos de la mujer los que la hicieron levantarse. ¿Quién diablos estaría
allí con Joe?
Tenía que averiguarlo.
Joe acababa de abrazar a
una sollozante Jackie cuando la puerta del despacho se abrió de golpe y _____
apareció en el umbral. Por un instante, se quedó petrificada, muda: la imagen
perfecta de la esposa traicionada. Hasta que giró sobre sus talones y se
marchó.
Joe se apartó de Jackie
y corrió tras ella. La alcanzó en el pasillo.
—No te precipites a
sacar conclusiones —le dijo, y la llevó de vuelta al despacho de Rachel. Una vez
dentro, sin soltarla, cerró la puerta de una patada.
—¡Eres un canalla sin
conciencia…! —le insultó mientras forcejeaba con él, golpeándolo en el pecho y
en la cara.
—No es lo que tú
piensas. Déjame explicarte.
—¡No! —chilló,
ruborizada—. ¡No pienso dejar que me expliques nada!
—Entonces déjame que te
lo explique yo.
Se quedó paralizada al
escuchar la voz de Jackie Foster. La última persona que hubiera querido que le
explicase nada era la ex de Joe. La mujer a la que probablemente seguía amando.
¿Por qué si no la habría abrazado con tanta ternura?
—¿Por qué debería
hacerte caso? —le espetó _____.
—Porque mañana por la
noche… —replicó la mujer en un tono de voz extrañamente tranquilo— probablemente
estaré muerta.
¡Muerta! _____ se la
quedó mirando de hito en hito. No tenía aspecto de enferma. Quizá un poco
delgada. Y tensa. Sí, parecía tensa y cansada. Estaba pálida y tenía los ojos
congestionados. Aunque, por supuesto, había estado llorando.
—No tengo ningún motivo
para mentirte —continuó Jackie—. Tengo un tumor cerebral maligno. He venido a
Sidney para operarme. La operación, muy arriesgada, tendrá lugar mañana: es mi
única esperanza. Pero las posibilidades de que salga bien no son muchas, según
me han dicho, Así que no podría quitarte a Joe, ni aunque quisiera. Joe te ama.
_____: a ti y sólo a ti. Él mismo me lo dijo hace cinco minutos. Simplemente me
estaba ofreciendo un poco de consuelo… y de perdón.
_____ se volvió hacia su
marido, que asintió lentamente con la cabeza.
—Necesitaba su perdón —continuó
Jackie—. Sin él, no podía enfrentarme a la muerte.
«Oh. Dios», exclamó _____
para sus adentros, lanzando a Joe una desesperada mirada. Jackie esbozó una
sonrisa triste.
—Me pesaría
terriblemente sobre la conciencia que mi aparición de hoy pudiera perjudicar de
algún modo vuestra relación. Por favor. _____, créeme. Tu marido es un hombre
maravilloso. De lo que más me arrepiento es de no haberlo apreciado en su justo
valor mientras estuve casada con él. Mi única excusa es casi un tópico: vengo
de una familia desestructurada. Muy desestructurada. De niña tuve que soportar
cosas horribles, que me dejaron incapacitada para tener hijos. Todo ello me
convirtió en una mujer amargada. Odiaba a los hombres. Hasta que descubrí que
mi belleza física me daba la oportunidad de hacérselo pagar —se volvió hacia él—.
Nunca debí haberme casado contigo, Joe. Pero estaba obsesionada con la
venganza, y con la idea de tenerlo todo, materialmente hablando. Te hice daño,
lo sé, y lo lamento mucho. El hombre con el que estoy ahora… él sabe la verdad
sobre mí y me quiere, a pesar de todo. Mañana estará conmigo en el hospital, y
yo espero despertarme por él. Pero si no lo hago, me gustaría morir con la
conciencia tranquila. Ya le he pedido perdón a Joe. Pero me gustaría contar
también con el tuyo. _____.
—¿El mío?
—Sí, tengo la sospecha
de que lo que hice pudo haber influido en tu matrimonio con Joe. Espero que no,
pero tu reacción de hace un momento me da que pensar. No dejes que nada ni
nadie te impida amar a este hombre. Se merece tu amor. Y se merece tener hijos.
Será un padre fabuloso.
—Eso lo pienso yo
también —repuso _____, y lo tomó de la mano.
—Muy bien, entonces.
Tengo que irme. He de estar en el hospital sobre las tres.
—¿Qué hospital? —le
preguntó Joe.
—Royal Price Alfred.
—Iremos a verte mañana.
La expresión de Janet
era tan triste, que a _____ se le saltaron las lágrimas.
—Preferiría que no
fuerais. Estaré en buenas manos. Cuidaos mucho.
—Tú también.
—Oh. Joe… —sollozó _____
cuando Jackie se hubo marchado.
Joe no pronunció una
palabra. Simplemente la acercó hacia sí y la estrechó en sus brazos.
—Te quiero tanto… —pronunció
al fin.
_____ alzó la cabeza y
allí estaba: aquella mirada que siempre había anhelado ver. No la del deseo,
sino la del amor. El amor profundo y verdadero.
Él suspiro que lanzó fue
de completa satisfacción.
Val's Matth.
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Waaa como porque haaaaaa la dejas ahiii sigue sigue sigue sigue sigue sigue ahhhhh quiero mas CAPS
Jejejeje en verdad amo la nove
Y ahh que feo lo que le pasa a Jackie :( eso me luso triste ojalá que salga bien :)
Jejejeje en verdad amo la nove
Y ahh que feo lo que le pasa a Jackie :( eso me luso triste ojalá que salga bien :)
Karli Jonas
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Son ideas mias o la nove sta terminando???
Ahhhh
Siguelaa
Me megaa
FascinnO! :)
Siguelaa con caracter de urgencia plss!!!
Att: tu siempre fiel y mega adicta lectora!!
Ahhhh
Siguelaa
Me megaa
FascinnO! :)
Siguelaa con caracter de urgencia plss!!!
Att: tu siempre fiel y mega adicta lectora!!
Yhosdaly
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
Siguelame encantame hizo llora
ya quiero el siguiente capi :D
ya quiero el siguiente capi :D
-GrizJonasLovatoCyrus-
Re: Luna de miel de un millonario Joe y Tu
aaa pobre jackie que mal ojala viva
aaa me encanto ell cap siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
aaa me encanto ell cap siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
next to you
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