Back [Harry Styles]

Me controlé, estaba a nada de llorar, pero me controlé. Me alegra de cierta forma que Kate no pueda tener una relación con alguien que no sea Harry, porque eso me da a saber que ella aún no lo olvida. Muero por leer ya los flashbacks de H. Me encantó el capítulo Charlie, síguela en cuanto puedas.

Por fin me puse al corriente


Agh, ya necesitaba leer tu novela, aunque solo fueron dos capitulos,
fueron emocionantes y cautivadores.

Charlie... que estres con la escuela, si fuese por mi me la pasaría revisando el foro todo el tiempo.

Bueno... no, pero si. El punto es que amo con pasión tu forma de escribir, bueno ya me tengo que meter a bañar y hacerle un favor a la humanidad

Dios, si que es intenso el amor de Kate y Harry, osea no poderse acostar con alguien así no estés en tus 5 sentidos y lo desees ESO ES FUERZA DE VOLUNTAD y amor.
Te quiero

Free'

siguela, quiero qe se vean, qe esten juntos de nuevo qe no sufran

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Capítulo 4.

Domingo 1 de Julio del 2012, 15.45 pm. Pequeño departamento. Nueva York.

- Apróximadamente, ¿cuántas veces al día puedes ver esa película sin querer arrancarte los ojos luego de cinco minutos? Katelyn, es mierda. Ni siquiera tuvo demasiada repercución o premios ganados. Creo que hasta estoy comenzando a odiarte por esto.
- Si ha ganado premios, Sam. Deberías informarte.
- Seguro los de festivales que a nadie más que a tí le interesa. Vamos, vayamos a Central Park.
- Corrimos allí en la mañana, ¿cuántas veces al día puedes ir a ese maldito parque sin arrancarte los ojos luego de cinco minutos?

Y la oí insultarme por mi tono burlesco y rodé mis ojos. Porque así era nuestra relación formada hacía pocos meses. Vivíamos discutiendo por absolutamente todo, simplemente porque el deporte en las mañanas -o las mañanas, en su totalidad- no era para mí, y mirar 500 Days Of Summer tampoco era su actividad preferida.

Pero nos manejabamos con la compañía de la otra en la ciudad y tampoco queríamos cambiar eso, porque pensábamos rentar otro apartamento más espacioso para ambas una vez que la universidad comenzara en vez de soportar nuevos compañeros de cuarto en lo que la institución nos otorgaba. Y estaba feliz con eso, porque permanecer estancada en mi soledad en una ciudad aún desconocida no me parecía buena idea.

- ¿Sabes qué? Creo que deberíamos hacer algo este verano.
- ¿Cómo que? -pregunté, mi vista fija en la televisión de nuestra habitación compartida mientras ella se sentaba en su cama contigua a la mía.
- No lo sé… es aburrido estar aquí dentro.
- Piensa en algo más interesante que en eso antes de interrumpirme.

Rodó sus ojos y comenzó a mirar sus uñas. La observé de reojo, como sus cejas se fruncían y su mente quedaba en blanco. Samantha solía tener ese tipo de actitudes como si el mundo a su alrededor no existiera por algunos minutos y luego su hiperactividad estallaba en su mayor esplendor.

Y me asustaba verla de esa manera.

- Bien.

Habló tranquila y eso obtuvo mi atención, porque esperaba otro tipo de reacción de su parte. La miré, y me di cuenta que estaba hablando seriamente y pocas veces la había visto de esa manera desde que la conocía. Me miró de vuelta, antes de bajar su mirada a las uñas una vez más y continuar con sus palabras.

- Creo que… iré a visitar a mi familia.
- Oh… -mordí la parte interior de mi mejilla, mis ojos abriendose en sorpresa- Eso... está bien, Sam.

No esperaba que ella quisiera volver a Hawaii. Según ella me había contado en pocas oportunidades, sus padres estaban ofendidos con ella por lo que había hecho con su ex-novio, por alertar a toda su religiosa familia al respecto; y no la aceptaban como era. No aceptaban que ella no tuviera sus mismas creencias y no aceptaban sus actitudes liberales, ridículas y extrañas.

Y aunque Sam fuera casi de otro planeta, no lo era. Era humana y sentía igual que cualquier otra persona. La relación con sus padres la frustraba y era casi su debilidad, por lo que concluía que haber decidido venir a Estados Unidos no era una cuestión de probar el país. Había sido porque quería huír de la pequeña isla de una vez, y es por eso que lograba entender a la perfección como me sentía respecto a Harry.

Porque ella también había abandonado a quienes amaba para que tuvieran una oportunidad mejor de la que ella les podía otorgar.

Sin embargo, aunque creía que volver era lo mejor para su familia que probablemente la extrañaba pese a los rechazos que en algún momento mostraron hacia ella, no salía beneficiada en eso. Mientras ella estuviera con su familia y amigos, yo me quedaría allí. Sola. Sin ningún tipo de apoyo moral y físico para acompañarme. Sin nadie quien me insistiera que saliera del maldito enredo de sábanas para vivir en vez de morir cada día un poco más por su ausencia.

Porque yo no tenía a nadie que me esperara en mi país de origen, ni tenía familia que visitar en casa.

Porque no podía volver como si todo fuera normal, cuando nada lo era en la realidad.

Porque no podía enfrentarlo, no podía verlo, y no podía soportar el dolor que le causaría.

Algunos segundos de silencio invadieron el lugar, mientras ella se decidía a observarme fijamente y yo disimulaba interés en la pantalla, la película aún reproduciéndose.

- Pero deberías venir conmigo. Porque no pienso ir y dejarte aquí lamentando absolutamente todo lo que sucedió. O vienes conmigo o no planeo moverme de aquí. -espetó rápido Sam, con su manera extraña de hablar.
- ¿Qué? No. Esto es tu familia, tu viaje. Ve y hazlo, no sientas culpa por dejarme aquí…
- ¿Culpa? No puedo soportar estar allí sin alguien, Katelyn. Necesito alguien que salga conmigo sin ser una perra que va a juzgar todo lo que haga. Supongo que ya… eres mi amiga. -explicó suave, y la miré delicadamente- Por favor, quiero que vengas conmigo y disfrutemos del lugar juntas. Jamás he podido hacerlo con alguien que me… entienda, o intente entenderme, como tú.

Y no necesité mucha más insistencia de su parte para aceptar.

Porque no tenía más nada que perder y estar en una isla paradisiaca olvidándolo era mejor que estando en Nueva York, repleta de tránsito, ruidos y personas ocupadas que sólo entristecían mis días a cada segundo.

¿Verdad?

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Corto, pero si todo sale bien mañana voy a estar subiendo la parte que falta (y quizás otra más, sino la adicional la subiré el jueves a la noche/viernes a esta hora). Respondí todos sus comentarios y se me borró todo. Algún día voy a responderles pero sepan que los leo y me río, o las odio por odiar a Kate cada vez que los leo, y siempre me hacen sentir mejor con todo. De verdad, con unas pocas palabras no saben el impacto que tienen en mi día si estoy de malhumor. Gracias por eso y por su paciencia de siempre. Charlie loves you♥.

¿Ya te había dicho que amo a Sam? Creo que ya pero Dah!! Es que encerio que me cae bien esa chica, por su forma loca de ser, por que sabe ser amiga pero más que nada por que supo entender a Kate y créeme que eso no es tarea fácil y bueno tu me entiendes más que nadie ya que Kate es tu creación, como si fuera tu hija y eso te convierte en la persona que más amo en este mundo!!! (Eso sino raro) pero al grano... Chan, chan, chan...YA QUIERO QUE SEAN LOS FLASH BACKS DE HARRY!!! Creo que me exalte un poco pero es que realmente amo cuando narra el, cuando aparece el o cualquier cosa que tenga que ver con el.

Espero y puedas subir mañana ( no es presión) y si no pues no importa yo por tu nove espero li que sea al fin y al cabo gracias a tu GRANDIOSA forma de escribir cualquier novela que comienzo a leer me parece aburrida, además es la primera novela en la que me esfuerzo en los comentarios a las otras solo les ponía "síguela" y por más buena que sea digo: "Charlie escribe mejor" y pues muchas gracias por dejarme traumada con tu nove y con la incapacidad de leer alguna otra novela. La pregunta del millón *tambores* ¿Tienes alguna novela que te guste leer o considera buena?
Bueno bye y síguela cuando puedas.

che sigo odiando a esta pelotuda chau

Siguelaaa!!!!!!
Quiero saber de HARRY!!!!! pobresito =/
besos

si te digo algo te puteo asi que mejor no digo nada

cómo le da la cara para irse a hawaii, que desubicada.

hgtfdc quiero a harry bebe ))):

No se pq odian a kate, te juro q quiero ahora, aunque tenga los re problemas, se haya ido y no vuelva, pero la quiero
La re amo a sam, y creo que ya te lo dije.
No veo la hora q aparezca harry again, lore re re extraño.
Y bueno eso basicamente, perdon x no comentar antes charrr
Nos estamos leyendo pronto, hace q aparezca el putito xfa

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Capítulo 4.

Lunes 9 de Julio del 2012, 19.56 pm. Oficinas en algún edificio de Nueva York.

No sabía que diablos estaba haciendo allí otra vez. No sabía que me había llevado hasta ese lugar.

Casi de forma inconsciente, había llamado a George y le había pedido que pasara por el departamento a buscarme. Casi de forma inconsciente le había pedido que me lleve con mi padre; y tal vez, de forma muy consciente, él observó mi rostro fuerte y roto a la vez, intentando mantener mi compostura, e hizo un comentario refiriéndose a que debía darle una oportunidad. Tal vez él era más consciente de todo lo que había sucedido entre nosotros, más de lo que yo era consciente de las razones por las que estaba en el piso de sus oficinas una vez más.

Esta vez al llegar al piso nueve y encontrarme con su recepcionista al salir de allí, la menuda mujer similar a una muñeca de porcelana tallada abrió sus ojos, levantando sus perfectas cejas en sorpresa, saludándome de una forma cálida y diplomática. Le sonreí de forma irónica, porque la primera impresión que tenía de ella era la de la soberbia empleada que ni siquiera me dirigía la palabra o me permitía explicarle quien realmente era y por qué quería comunicarme con Edward.

- Buenas tardes, Srta Thomson. ¿Desea hablar con su el Sr Thomson? En este momento se encuentra en una importante reunión con uno de sus mayores contribuyentes… -la observé fijamente y de forma nerviosa, acomodó su cabello volviendo su vista a la pantalla.- Pero puedo informarle que está aquí.
- Muchas gracias… pero entraré de todas formas.

Me despedí con una sonrisa forzada y ella se sorprendió por mi actitud, marcando rápidamente lo que suponía que era el número interno de la oficina de mi padre, para que no se sorprendiera con mi aparición repentina. Porque Edward odiaba las apariciones repentinas, los imprevistos y todo lo que estuviera fuera de su control; especialmente en su empresa.

Entré sin tocar la puerta justo como la otra vez, sólo para encontrar a mi padre con su traje desarreglado, algo despeinado y su imagen estresada junto a otros dos hombres que rondaban su edad. Uno de ellos tenía una computadora mientras el otro le señalaba diferentes puntos en unos papeles que probablemente habían estado discutiendo toda la maldita tarde.

Sin embargo, al interrumpirlos, los tres hombres me miraron fijamente, principalmente Edward. Parecía enojado por la interrumpción y no pude no sentirme culpable con ello; hasta que vi el cambio de facciones y sentimientos que hubo en él, sus rasgos suavizándose y suspirando entre el estrés. Me sonrió de forma débil, de esa manera que extrañaba tanto que aún dolía. Mantuve mi mirada inmutable en él y cerré la puerta detrás de mí.

- Hola, Kate. -habló suavemente, sus compañeros mirándolo extrañado.- Pasa, por favor. Acomódate donde desees, -señaló un grupo de sillones blancos, decorados con pequeños detalles en rojo, acorde con el resto de la decoración.- no creo que esto lleve más que algunos minutos.
- Y-yo… -miré a mi alrededor, completamente confundida por su actitud, volviendo a centrar mi ojos en los suyos suplicantes.- C-creo que deberia…
- No. Quédate. Insisto. -pidió, otra vez sonriéndome como hacía años no lo hacía.- Almorzaremos cuando termine. Por favor.

Suspiré finalmente y asentí, acercándome a los sillones para desparramarme allí. Era estresante verlo. Era estresante encontrarlo otra vez y no poder culparlo por absolutamente nada. Era abrumador saber que realmente tuvo que tratar psicológicamente sus problemas con mi madre y la locura que lo había invadido, y era abrumador que ahora supiera cuánto se había equivocado conmigo, cuando todo en lo que mi mente pensaba cuando lo tenía enfrente era en el momento en que su mano chocó mi mejilla con desprecio.

Decidí dejar de escuchar su conversación cuando los términos económicos que utilizaban saturaron a mi habilidad cognitiva, y observé a mi alrededor pausadamente. No había tenido tiempo de mirar su oficina la última vez, pero si lo tenía ahora; mientras esperaba a que terminara y entender que diablos realmente hacía allí por mi propia voluntad.

El espacio era similar a sus oficinas en Londres, Manchester y Doncaster. No conocía todas las de su cadena de empresas, pero si las de Inglaterra y todas eran similares. Recordaba que tenía fotos de mi madre por todos lados en ellos, también conmigo, pero ahora no existía más aquello. Sólo había un sólo portarretrato; uno sólo, que si ajustaba mi vista, podía ver claramente mi foto del jardín de infantes, mi primer día. Y lo recordaba porque él la había tomado cuando me había acompañado hasta allí, llorando porque no quería dejarlo; y lo recordaba porque me había pedido por favor que sonriera, aunque fuese para él, y que me dejaría volver a casa. Y lo hizo una vez que cumplí con mi parte y sonreí a la cámara. No asistí a mi primer día sólo porque cumplí su deseo y el recuerdo me hizo sonreír de la manera más sincera que lo había hecho desde que había dejado mi hogar.

También podía hacer memoria de la cantidad de veces que había estado en esa situación de niña. Recordaba insistirle a mi madre que me llevara a la oficina con papá, porque me aburría en casa si no estaba con mis amigas o en danza, y estar acompañándolo y viajando en ascensores todo el día me parecía más divertido. Porque siempre había preferido pasar tiempo con él y no con mi madre, porque ella jamás había aceptado nada de mi existencia.

Quince minutos después mi mente dejó de divagar cuando los dos hombres mayores me saludaron educadamente antes de retirarse del lugar. Edward me observó de manera fija y penetrante, como era de costumbre. Tenía esa manera de mirar tan fuerte y arrolladora que no hacía más que bajar mis barreras hacia él. Porque era mi padre a pesar de todo, y lo extrañaba y odiaba como a nadie.

- Kate, siéntate aquí.

Señaló delante de su escritorio y lo hice, de manera incómoda, revolviéndome en mi lugar. Él tomó el teléfono entre sus manos antes de hablarme.

- ¿Qué quieres almorzar? -preguntó de manera suave, sus ojos azules resplandecientes fijos en mí.
- ¿Almorzar? Son casi las cuatro de la tarde. -hablé, irónica y confundida.

Él negó suavemente, cerrando sus ojos.

- He estado con ellos desde el mediodía, así que pienso almorzar. De todas formas, ¿has almorzado? -volvió a preguntar, y lo miré fijamente algunos segundos antes de negar levemente, escondiendo mi rostro de su mirada reprobatoria.- Lo imaginé. Pediré algo.

La realidad era que él me conocía. Había escuchado mis quejas respecto a lo que mis compañeras de danza decían porque al ser de baja estatura, quizás mi peso siempre era diferente al de las chicas altas y esbeltas que competían contra mí. Quizás demasiadas veces había intentado alimentarme de otra forma y era por eso que mi metabolismo en el presente era tan flexible y podía alimentarme a base de chocolates y pizza porque eso era lo que básicamente comía a lo largo del día. Pero él conocía hasta mi más mínimo complejo y siempre había insistido que mi talento no se basaba en mi altura ni en mi peso, sino en la intensidad con la que lo hacía.

Pero no sólo no estaba comiendo por mi complejo de altura, sino que no quería hacerlo, ni lo necesitaba. No quemaba energía y no necesitaba hacerlo. Y no lo tenía allí conmigo para regañarme y hornear galletas para que lo hiciera, así que no le encontraba sentido a comer si no era de esa manera.

Evité la puntada en mi pecho cuando él habló.

- ¿Todo está en orden? -preguntó, luego de que nuestros platos estaban allí, en una rapidez que me parecía extraña para los menús.
- S-si… gracias por esto. -hablé, refiriéndome a la ensalada césar que tenía frente a mí con pequeño trozos de pollo en ella.
- Come, Kate. Si es que todavía esto te gusta, creo que no conozco tus nuevos gustos.
- Está bien.

Almorzamos juntos en silencio, pero no era incómodo; quizás estaba allí porque quería su compañía, todavía no lo sabía. Sólo sabía que había querido ir allí, aunque exista una parte de mi que aún pusiera distancia en su presencia, y me obligara a huír de él, o gritarle hasta que toda mi furia y dolor interno se descargaran completamente.

- ¿Necesitas algo? -consultó cuidadoso, mientras tomaba de su copa agua mineral. Negué con mi cabeza repetidas veces.- ¿Segura?
- Estoy aquí porque quería decirte que me iré a Hawaii el miércoles con Samantha, mi compañera de apartamento. Ella es de allí y probablemente me quede en su casa todo el verano. Quería comunicártelo para que no despidieras a George por no saberlo. -sonreí levemente y él rió ante mi broma.
- Jamás lo despediría. Aunque a veces es algo inepto, tiene mi confianza. Por eso está a cargo de tí. -explicó y mi corazón se achicó ante su cariño.

Necesitaba todo ese amor y a la vez mi organismo lo rechazaba cada segundo un poco más.

Euforia. Esa reacción estaba manifestando.

- De todas formas, ¿todo el verano? ¿y estarás en su casa?
- S-si. Esa es la idea. -expliqué- Hasta una semana antes que comience la universidad, si.
- ¿Quieres dinero para manejarte allí? -preguntó mientras masticaba con naturalidad, sacando su chequera de uno de sus cajones.
- No. No quiero dinero. -espeté con dureza, logrando que me mirara de forma retraída.
- Kate, necesitas dinero. Alquila alguna casa allí y quédense las dos. Yo pagaré por las dos. Es todo un verano… probablemente vaya allí en un mes y pueda darte algo más que esto…
- ¿S-sabes? No tuve que haber venido aquí. No se que estoy haciendo aquí. -interrumpí, levantándome del lugar.

Caminé sin rumbo hasta que encontré mi cartera, colgándola de mi hombro y caminando con rapidez hacia la puerta con mi respiración considerablemente errática. Sin embargo, la manera firme en la que mi nombre fue pronunciado me hizo endurecer y quedarme en mi lugar. Su voz autoritaria aún seguía teniendo los mismos efectos que tenía cuando era una niña. Y no pude moverme, aunque mi mente me gritaba que corra del lugar y me olvide de aquel ser humano a quien debería despreciar, pero que quería de todas maneras como si nada hubiera sucedido.

- Kate… ven aquí, por favor.

Su tono de súplica me hizo voltear con violencia, descontrolada por la reacción agresiva de mi cuerpo. Estaba conteniendo mis lágrimas en ese momento, cuando vi sus cejas fruncidas y su cercanía a mí, más de lo que pensaba que lo estaría. Pero en vez de seguir conversando, sentí sus brazos abrazar mi espalda con fuerza contra su torso, impidiendo que continuara con mi vista retraída y odiosa sobre él.

Y pensé que iba a quedarme helada si él me abrazaba, pero no fue así; me aferré a Edward lo más que pude. Me aferré a mi papá lo más que pude, finalmente soltando mis lágrimas retenidas por años. Lágrimas de impotencia, lágrimas de tristeza, lágrimas de amor, lágrimas de corazón roto e incompleto, lágrimas de hija y niña pequeña desolada, y lágrimas de necesidad.

Porque necesitaba a mi padre, necesitaba de todo ese cariño y comprensión que él podía darme. Necesitaba la manera en que cumplía mis caprichos y me otorgaba dinero sin que me sintiera culpable o usada por ello y necesitaba que se hiciera cargo de mí como estaba haciendo en ese momento. Necesitaba ir al trabajo a verlo como cuando era niña, nuestras tardes de ajedrez y necesitaba de aquellas pequeñas bromas que hacía en todo momento, principalmente cuando era una niña y recién comenzaba a salir con Louis. Necesitaba de mi papá. De todas las maneras que se podía necesitar a una figura paterna.

- Lo siento, pequeña. Lamento todo lo que ha ocurrido. Podemos arreglar esto… puedo arreglar esto si me dejas. Juntos, Katelyn. Podemos hacerlo juntos.
- Por qué me has dejado sola… por qué me has dejado con ella si sabías la locura que podía generar en tí. Por qué no me llevaste contigo, por qué me lastimaste de esa manera tan… cruel y abandónica. No tienes idea…
- La tengo. Kate, lo siento.

Y sabía que lo sentía; pero mi euforia no me permitía subir de lo hundida que me encontraba.

Él me abrazó con más presión, hasta que mis lágrimas y gritos de reproche se abandonaron por fin a la clemencia. Él me acompañó y se disculpó la cantidad de veces que fue necesario. Él volvió a cuidarme y protegerme. Él me devolvió a quien realmente necesitaba, él me devolvió un poco de toda esa vida que creía perdida.

- No volveré a dejarte, porque no creo poder vivir de esa manera otra vez. Eres lo único que me importa ahora mismo y siempre ha sido de esa manera.

Susurré cuánto lo había extrañado y él susurró que él lo había hecho aún más.

Me separó para limpiar suavemente mis lágrimas y me observó con cariño. Una parte de mi volvió a la vida, iluminando suavemente mi mirada, como hacía meses no estaba. Quizás toda mi luz se había consumido con Harry, pero mi padre parecía devolver segundo a segundo un poco más de ella, o al menos de la parte que le correspondía.

- No va a ser fácil esto. -hablé, negando suavemente con mi cabeza
- Ya no lo es. Pero comencemos con que aceptes el dinero y vernos en Hawaii. Conozco un lugar que podría gustarte allí. Mis vacaciones son en dos semanas, ¿está bien?

Asentí y él volvió a abrazarme.

- Pídele a George que te lleve al aeropuerto y coméntale que tiene vacaciones. Está contratado para tí, así que manéjalo.
- Entonces puedo despedirlo. Porque no quiero realmente alguien que me controle todo el tiempo. -bromeé y él rió.
- No lo creo.

Su móvil sonó algunas veces y él lo miró preocupado. Me observó nuevamente como que podría dejarlo para después, pero reafirmé mi cartera en mi hombro para informarle que me retiraba.

- Lo siento.
- Está bien. Atiende tu imperio. -solté y él me sonrió.
- Buena suerte. Te llamo el miércoles.

Asentí y salí del lugar, sin volver a despedirme.

Y al alejarme de las oficinas para adentrarme una vez más en el Audi que George manejaba, sentí que quizás, con el tiempo, las cosas verdaderamente podían mejorar.

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Spoiler:

No está revisado así que perdonen mis errores. Mañana planeo subir; si no puedo, seguramente sea el sábado. Gracias por sus comentarios, los respondí esta vez. En el próximo, aparece Harry aunque sea en recuerdos. No me odien por eso, me disculpo desde ahora por hacerlas desear por su aparición. Charlie loves you♥.


OH DIOS QUE BUENO AUNQUE SIGO ODIANDOLA POR DEJAR A MI BEBITO ))):