Back [Harry Styles]

Algún adelanto de CUANDO se van a encontrar o hablar o mirar o besar o abrazar o algo??????????

pd: me cae re bien esta piba es re dramática re copada
pd2: odio cuando no decís cuando subís no ves que después te tengo que stalkear :@

Sabes Sam me esta cayendo realmente bien, es de ese tipo de personas que con conocerlas poco con esa loca forma de ser caen muy bien rápidamente,espero y siga siendo amiga de Kate ya que hace que por lo menos sonría y créeme que es mucho avance.

Ohhh eso si que me impacto por fin Kate hablara con su padre y no se Tal vez eso los lleve a una futura reconciliación y pues el le haga ver que ella no tiene la culpa de todo lo sucedido y es de una oportunidad de ser feliz... Que se lo merece.

Yo solo espero con ansias el día en que Kate y Harry vuelvan a estar juntos y puedan disfrutar de esa amor que ambos se tienen, porque mira que superar las distancias...ya es un GRAN avance.

Tu no te preocupes Charlie sube en cuanto puedas, entiendo que lo más importante ahora es la Universidad y pues tomate el tiempo que necesites, recuerda que tus fieles lectoras siempre te apoyaremos.

Dios mio Santo! Casate conmigo! esta historia es lo más hermoso que he leido, Siento horrible por Harry la ama tanto que a pesar de todo el daño que le hizo ella a el, sigue esperando su regreso, me recuerda la pelicula de Hatchi por alguna razón:( y eso me deprime más!
Tienen que estar juntos, son alamas gemelas, se AMAN, no debrian de correr de su destino porque en algun momento los golpeara y duro, siguela pronto, Me encanta leer tu novela.

Quiero un Harry para mi<3

Oh dios siguelasiguelaa <33

Omg! Me encantó este capítulo. Me sorprende lo mucho que nos parecemos Sam y yo, es increíble!. 
Ya quiero que llegue el momento de el reencuentro de Kate y Harry asdfghjkl de solo pensarlo ya me emociono  :aah: .
Y oh por Dios! Va a hablar con su papá,  que bueno! Ojalá y se arregle todo, que lleven una buena relación y Kate pueda ser feliz. Ojalá también se arreglen las cosas con Nathalie. 
Amo tu novela! :enamorado: .
Te deseo mucha suerte en la universidad. Ahora si me despido besitos  :bye:

subi que no aguanto más 

Sam t kiero loka nunca cambiez

ooh Charlie!!
seguila, seguila!!
hermoso!
besos :)

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Capítulo 3.

Martes 29 de Mayo del 2012, 16.50 pm. Oficinas en algún edificio de Nueva York.

Bajé del lujoso Audi que George manejaba. Le agradecí con una pequeña sonrisa porque el misterioso y educado empleado había llegado a agradarme pese a su insistencia por perseguirme a todos lados. Él se alejó cuando me observó adentrarme en el gigantesco edificio, vidriado y decorado de forma frívola pero moderna y lujosa.

Y yo odiaba todo ese maldito lujo.

Sólo porque era su imperio; sólo porque significaba que todo era puro material, puro dinero que circulaba en vez del cariño que debía existir en nuestra relación.

No era como si realmente quisiera estar allí. Luego de aceptar su maldita llamada, la insistencia con encontrarnos se había vuelto frecuente. Prácticamente me encontraba obligada a verlo, porque estaba alojándose en Nueva York y se había excusado con complicaciones en la transferencia de dinero por mi cuenta bancaria, así que me daría un cheque en mano para que pudiera cubrir mis gastos habituales.

Y no era como si nuestra reunión implicara más de eso; sólo tomaría el maldito cheque y me alejaría de él, porque no tenía intenciones de tratar con la persona que se había olvidado de mi existencia por tres años.

Subí el ascensor hasta el piso nueve, donde se suponía que se encontraba su oficina. Me encontré con un estudio, repleto de cabinas con empleados tecleando en sus computadoras o hablando por teléfonos celulares. Había un murmullo constante de trabajo y efectividad, y me recordaba cuando visitaba la primera empresa de mi padre en Doncaster, siendo tan sólo una niña inocente que no quería nada más en el mundo que pasar tiempo con su padre, conociendo de su oficio.

Alejé el recuerdo de mi mente; mis ambiciones ahora eran mucho mayores y no soportaba saber que él no estaba a mi lado para compartirlas, por más que quisiera negarlo hasta que se convirtiera en mi realidad.

Caminé hacia el escritorio de recepción, donde una esbelta rubia observaba una pantalla, sus cejas fruncidas en concentración. No notó mi presencia hasta que carraspeé, mi garganta doliendo por el resfrío que aún perduraba. Ella levantó sus ojos sólo para observarme confundida y con superioridad.

Y podría haberle desfigurado su perfecto rostro de muñeca con mi puño en ese momento, pero decidí respirar y apurar el maldito tramite.

- Hola, estoy buscando a Edward.
- Edward, ¿qué? -preguntó, sin siquiera devolverme el saludo.

Rodé mis ojos.

- Tu jefe. Edward Thomson.
- Oficina 512, ¿tiene una cita programada? -pregunto, tomando su agenda electrónica.

Negué cuando sus ojos se posaron en mi segundos después.

- Entonces no se que es lo que hace aquí. -soltó, volviendo a su tarea.
- Claramente vengo a verlo. Sino no estaría aquí. -musité, devolviendo la connotación sarcástica.
- Las citas están disponibles recién para diciembre. Comuníquese vía internet. El Sr. Thomson está en una reunión en este momento.
- Bien, ¿lo siento? Pero soy su jodida hija, así que ingresaré a su maldita oficina en este momento sin dejar que le avise si no me da el endemoniado pase, ¿está bien?

La rubia de porcelana que parecía ser inmutable convirtió sus facciones ante mi tono alto y autoritario de voz. Tartamudeó para hablar, abriendo su boca sin encontrar nada que decir. Bajó su vista a la agenda, tecleó en ella algunas veces y volvió su vista a mi, sus ojos apenados suplicando disculpas. Le sonreí socarrona, sólo por su actitud previa.

- L-lo lamento, Srta. Thomson. ¿Podría facilitarme su identificación?

Estiré la pequeña tarjeta ante ella, y copió mis datos de ella. Me la devolvió, su día siendo miserable desde que había sido tan grosera conmigo ganándose probablemente una sanción si lo comentaba a mi padre. Probablemente no iba a hacerlo; pero que ella se arrepintiera por su falta de educación y respeto hacia mí sólo por mi edad, era lo que precisamente quería.

- Esto es suyo. Oficina 512, final del tercer pasillo a la derecha. Disculpe… las demoras, Srta Thomson.

Estiré mis labios en una mueca antes de tomar el pase entre mis manos y alejarme de allí. Caminé rápidamente siguiendo sus indicaciones, doblando a la derecha para encontrar puertas sin números, pero la 512 resaltando en un dorado tan reluciente que parecía de oro puro; y siendo mi padre, no me sorprendería que lo fuera.

Era el momento; al fin había llegado. Estaba frente a su puerta, el material separándonos de nuestro encuentro. No sabía si lo deseaba o si estaba condenada al momento; sólo sabía que mi corazón latía contra mi pecho con fuerza, como si tuviera miedo de lo que pudiera llegar a suceder. Porque a pesar de todo, Edward seguía siendo el hombre que me golpeó y degradó como si no fuese de su sangre, como si no fuese su propia creación.

Abandoné todo pensamiento negativo y decidí concentrarme. Sería un papelerío fácil y podría volver a mi vida sin tener que conversar con él, o siquiera volver a verlo o escucharlo jamás. Porque eso era lo que quería si no recordaba cada momento de felicidad que habíamos compartido.

Tomé el picaporte redondo entre mis manos y entré sin tocar. Si quería mostrarme fuerte, tenía que hacerlo en todos los aspectos. Me petrifiqué cuando sentí la mirada de tres hombres mayores sobre mí, en especial la de quien estaba en el medio, sus ojos casi grises y opacos atacándome con su sorpresa. Bajé mi mirada indignada segundos después, bajando la guardia sólo unos minutos.

Mi corazón galopaba contra mi pecho pero quería detenerlo de una maldita vez y que realmente no me interesara en absoluto estar frente a él; frente al hombre que más había amado y más me había amado por los simples lazos de sangre que compartíamos. Escuché su voz ordenándole a sus compañeros que retomarían la reunión luego y los sentí caminar por mi lado, cerrando la puerta luego de pedirme permiso para hacerlo y musitar sus respectivas despedidas.

Cuando la puerta hizo el ruido que debía hacer para implicar que estaba cerrada, levanté mi mirada para encontrar la suya perdida, sorprendida y casi… enternecida. Señaló atónito el asiento que estaba frente a su escritorio, invitándome a sentarme allí. Negué con mi cabeza y mordí mi labio de forma nerviosa, recuperando la energía que necesitaba segundos después.

- Sólo firma el papel y me iré de una maldita vez, Edward. No necesitamos hacer esta idiotes.
- Vocabulario, Katelyn. -soltó, como hacía cuando era pequeña y solía insultar por pequeños golpes; porque era la única vez que lo hacía, porque sabía que no le gustaba y complacerlo era parte de mi rutina por todo el cariño que me daba a cambio, diferencia de mi madre.

Rodé mis ojos.

- ¿De verdad? Ya soy lo suficientemente grande como para que controles esto. Además, ¿crees que tienes derecho luego de no haber influído en mi educación por años? Porque yo creo que no.
- Siéntate. -ordenó.
- No.
- Katelyn…
- No.
- Siéntate ahí, hija.

Y tan sólo escuchar esa manera de dirigirse a mí de una manera tan dulce me recordó a mi pasado feliz junto a él, a las tardes de ajedrez y películas de Disney por las que terminaba dormido en el sofá de la sala de estar. Lo miré a los ojos, su expresión cansada y reprimida ordenándome a través de su ternura que le obedeciera.

Y lo hice, rodando mis ojos y simulando que lo hacía por mi propio mérito y no por su estúpido pedido.

- ¿Cómo estás? -preguntó, sus manos entrelazadas arriba del escritorio repleto de papeles, observándome fijamente.

Había olvidado ese hábito invasivo en mi padre.

- ¿Importa, realmente?
- Siempre. -admitió, pestañeando fugazmente.
- Oh, claro. -escupí, sonriendo de manera irónica- Puedo ver cuánto te ha importado durante estos años.
- No seas irrespetuosa.
- ¿Eso te recuerda a Lily y te pone nervioso? Porque no es mi maldito problema. Sólo quiero el dinero y largarme de aquí.

Respiró profundamente por su nariz, cerrando sus ojos con fuerza y negando paulatinamente. Temí por un segundo haber sobrepasado los límites, asustada de que volviera a sentir alguna agresión física. Aunque lucharía por mi defensa, él simplemente era más grande y fuerte; no sólo por la edad, sino porque mi estatura y contextura física era patéticamente pequeña y débil.

Sin embargo, luego de algunos segundos, sus facciones se relajaron y sus ojos duros volvieron a los míos. Bajé mi mirada, sintiéndome casi avergonzada de tratarlo de esa manera. Estaba conteniéndose y lo sabía; no debía incitar a su parte enferma.

- Quiero hablar contigo, Katelyn.
- ¿Acerca de qué? ¿Sobre cómo me has golpeado e insultado como si no me conocieras? ¿Sobre como me has abandonado? ¿Quieres hablar de esta maldita marca que tengo justo aquí -señalé mi mejilla izquierda, una pequeña cicatriz en forma de media luna decorándola.- y que intento ocultar con maquillaje para que nadie sepa o recuerde sobre tus abusos? Hablemos sobre cuánto me avergüenza tenerte como padre, sin importar cuán exitoso puedas ser o cuánto dinero me des mensualmente. -me levanté e imitó la acción, enfrentándome con su escritorio de intermediario.- Es desagradable tener que respirar el mismo aire que tú en este momento, y siento ganas de vomitar por lo despreciables que son las personas abusivas y golpeadoras como tú, Edward. Así que si no quieres darme el maldito cheque y esperas comprensión, prefiero esperar a que la “cuenta bancaria y sus transferencias” se reparen o arreglármelas sola. He vivido sin tí durante cuatro años, creo que aprendí a la fuerza a no necesitarte. -terminé mi monólogo, respirando arduamente, mis ojos queriendo empañarse por las lágrimas aunque no se lo hubiera permitido.

Edward me observó con clemencia y dolor en sus ojos. Estaba observando cada una de mis facciones, mi posición y probablemente analizando mis palabras para volver con algún ataque inteligente; porque así de frío y controlador era mi padre con los negocios y suponía que las personas tenían el mismo sistema de comprensión; aunque ese era uno de sus principales errores.

Luego de algunos minutos de silencio, tomó su chequera firmando en ella lo que era necesario para que tuviera validez. Lo arrancó de su lugar de manera prolija, tomando entre sus manos el papel que me facilitaría mis ingresos mensuales. Volvió a mirarme con un desdén de lástima, el dolor invadiendo sus ojos.

- No tengo más adicciones. -musitó, casi en un susurro.- Estoy limpio de alcohol hace casi un año. Supongo que tu madre es otro problema aparte pero… sigo tratándolo, Katelyn.
- No me interesa. -espeté, fijando mis ojos en el papel entre sus manos, fingiendo que su arrepentimiento no me clavaba otra espina más en mi corazón destrozado en pedazos.
-Lamento lo que ha sucedido. No tuve otra opción que irme, de todas maneras. -aceptó, estirando el cheque hacia mí y lo quité de sus manos con violencia, enfureciéndome ante su resignación.
- ¿Llevarme contigo? ¿No podías llevarme contigo? -grité colérica, mi mente nublándose por el enojo.- Sabías que Lily me detestaba. Sabías que no iba a cuidarme, que jamás lo había hecho y que no quería ni siquiera verme. Me quería lejos de tí y tú cumpliste su endemoniado capricho, una vez más. Y sólo volviste para generar más daño y compararme con ella como si mi vida no fuese una mierda antes de tí. No tenías derecho a hacer eso, no tenías derecho a juzgarme cuando las situaciones eran diferentes. No tenías derecho a forzar a que la historia se repitiera. Jamás podré perdonarte eso, Edward.
- Y-yo… fui a verte al Alahambra, ¿sabes? Cada una de tus presentaciones, estuve ahí, como había hecho cuando eras niña en tus conciertos de ballet.

Suspiró de manera temblorosa, y yo cerré mis ojos tragando saliva, intentando controlar las emociones que querían apoderarse de mí.

- La mente puede tener retorcidas maneras de tortura, Katelyn. Y tu madre era la principal motivadora de la mía. Pero aunque me forzaba a creer que eran lo mismo, quizás por desprecio que en ese momento creía tener, iba a verte, intentando encontrar errores… sin encontrarlos. Y seguiste con esto porque yo lo pedí, y supongo que no sólo estoy orgulloso de tí por lo increíble que eres bailando sino que también agradezco que lo hayas hecho porque fue la única manera que encontraron salida a los problemas los profesionales con los que he tratado. No es en absoluto tu culpa todo lo que ha sucedido… lamento no haber podido decirtelo antes. Supongo que todos los hombres tememos a algo y… eres la imagen viva de Lily a los veinte años. -explicó obvio, soltando una sonrisa que quería ablandar el momento de tensión que existía entre nosotros- Digamos que si he soportado verte ahora y conversar contigo, estoy curado, de cierta manera. No creí poder soportar esa… ansiedad que ella me generaba y aún menos el recuerdo que se refleja en tí.

Y la amaba; yo lo sabía. No comprendía como alguien en el universo podría querer a alguien como Lily, con sus malditas pretensiones continuas y sus actitudes egoístas rutinarias. No entendía como él podía amar todavía a quien odiaba a su única hija, quien había vivido durante nueve meses en su interior. No lograba comprender cómo él podía seguir obsesionado con esa locura, con esa sensación de inestabilidad mental que sus celos incontrolables y maniobras seductivas que ella utilizaba para mantenerlo de su lado.

Tampoco podía entender que hacía allí todavia. Que hacía escuchando excusas, y qué hacía al borde de las lágrimas mientras él se disculpaba; porque era imposible hacer desaparecer de un segundo a otro todo el dolor acumulado que años de represión y culpa contenían. La herida sanaría con el tiempo y su explicación ayudaba a eso, pero no era la vacuna inmediata que nuestra relación necesitaba. Y no podía perdonarlo. No podía mirarlo y no sentir cierto desprecio por sus errores.

- Tengo que irme. -solté, luego de toser por el nudo que se encontraba en mi garganta, mirándolo de manera desafiante y persistente.

Suspiró y se acercó a mí. Pero di un paso atrás cuando vi sus intenciones de contacto físico. Él sólo me miró fijamente, abrazándome con sus ojos y con el arrepentimiento que reflejaban. Quise encerrarme allí junto a él y llorar sentada en su regazo como cuando era una niña, hasta que el dolor fuera un mero recuerdo de lo que fue. Llorar por él, llorar por Harry y por todo lo que había dejado atrás.

- Estoy orgulloso de tí, becada de Juilliard. -bromeó, y me detuve en mi lugar delante de la puerta, antes de tomar el picaporte.- Te llamaré en la semana. Se dócil con George, Katelyn. Creo que está cansado de tener que lidiar contigo.

Y reí por su broma una vez que salí de su oficina sin dirigirle ni una palabra más.

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Here it is. Perdón por el tiempo que tarde. Voy a intentar subir mañana o algún otro día de la semana que pueda. Si todo va bien con la facultad y no tengo más cosas que hacer, los días que probablemente suba son los lunes y los jueves a la noche, digamos madrugada del martes y del viernes. Quizás algún fin de semana también. Todo depende de cuánto tenga que leer o estudiar, pero esos días son los más desocupados. Gracias por sus comentarios, la próx vez los respondo si o si. Charlie loves you♥.

aaaaaaaaaaaaaaaa que miedo, me dio un poco UN POCO de lastima edward pero se que kate va a aflojar en algun momento, igual la odio ojala se pegue el dedo chiquito del pie con un mueble chau

Me cae bien me cae mal me cae bien me cae mal mmmm 

A la que detesto 100% es a Lily pero a este no sé

Pd: estoy comentando del celular y tuve q pasar por mil cosas y se me tildo una vez y todo por vos!!!!!

Mira que después de todo lo que pasó con el papa de Kate anteriormente, aún así Edward logro caerme bien y pues al respecto pienso que Kate no debería de ser tan dura con el, se que ha sufrido mucho por su culpa y que la mayoría de sus problemas se deben a el y la comprendo sólo que se nota que esta arrepentido y yo solo digo que Kate debería de darle una oportunidad Talvez así algún logre superar su pasado y sé de la oportunidad de ser feliz.

He extrañado bastante estos capítulos sin Harry pero en parte también me gustan por que me agrada la idea de saber lo que hace Kate en Nueva York, sólo espero saber más de el aunque dudo que sea pronto y más ahora que Kate rompió casi todos los lazos que los uñían pero... dah no pierdo la esperanza.

No te preocupes Charlie te comprendo con todo eso de los trabajos y eso así que ...relajare y pues las ideas solas surgirán, bye TQM Charlie.

Oh dios esto esta buenitsimoo! espero poco a poco todo se acomode <3