Back [Harry Styles]

GOLPE BAJO PONIENDO BON JOVI ESO NO SE HACE, AHORA CADA VEZ QUE ESCUCHE LA CANCIÓN ME VOY A ACORDAR DE HARRY, horrible, horrible, horrible, bue re que le encantaba. 
Suerte!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ojalá conozcas a alguno ahi en la facultad y te enamores, tipo libros... bueno chau
xoxo

Listen: Shiver by Coldplay.

Capítulo 2.

Lunes 9 de Abril del 2012, 08.45 pm. 60 Lincoln Center Plaza. Nueva York.

- Me siento demasiado hiperactiva en este momento. ¿No crees que esto es lo mejor que puede sucedernos? Estamos en Juilliard, demonios. Esto es genial. Increíble…

Una semana después me había acostumbrado a lo poco silenciosa que era Samantha. Hablaba todo el tiempo que respiraba exceptuando cuando dormía. Porque también hablaba cuando comía si era necesario, y no dejaba ni un segundo de reírse o hacer comentarios graciosos sobre todo. Era de alguna manera exasperante a veces, pero realmente necesitaba una energía emprendedora y positiva como la de ella en ese momento de mi vida.

Ella sabía… todo. No había ningún detalle sin revelar, porque pensé que era mejor hacerlo de esa manera. Nadie me conocía allí. Incluso si terminaba lejos de Samantha y con su odio ganado, nadie podría creer lo que ella decía porque no tenía pruebas al respecto. Y tampoco me interesaría lo que pensara el resto esa vez. Iba a ser lo más cercano a mi misma que podía sin todos mis afectos a mi lado apoyándome. Aunque ser uno mismo sea más difícil que aparentar, era hora de que lo hiciera sin pensar y afrontara las consecuencias que me llevaría vivir allí.

- ¿No estás emocionada? No hablas. Eres demasiado callada, Katelyn; demuestra algo, deja esa maldita actitud inglés y comparte mi emoción hawaiana.
- Tienes algún problema en la cabeza, ¿lo sabes? -pregunté, sin siquiera sonreírle, mientras nos adentrábamos en el gigante edificio de la institución educativa.
- Ríe un poco conmigo, ¿quieres? Te he escuchado llorar anoche. Y no tienes que hacerlo más. -la observé, frunciendo mis labios antes de esbozar una pequeña sonrisa.- Vas a salir de esto y ¿sabes? Te ayudaré. Pero tienes que proponértelo tú sola. Tu futuro… en realidad, nuestro futuro; nuestro futuro real, empieza hoy. Bailarás para artistas mundialmente conocidos y yo estaré en Hollywood… en algún momento. -rió y me golpeó con fuerza. Era demasiado demostrativa a nivel físico y todavía no me acostumbraba a ello.- Conoceremos a alguien con quien compartir todo esto y nos olvidaremos de todo eso, ¿está bien? -asentí, con pena.

No era tan sencillo para mí olvidar. Jamás lo había sido, y me resistía por completo a cualquier tipo de cambio normalmente. Los detestaba, y pensaba que las cosas no avanzarían a menos que algo bueno sucediera en mi vida. Pero quizás, sólo quizás, Sam tenía razón. Quizás esto era lo bueno que estaba esperando. Quizás esta era mi oportunidad de encontrar lo que mi vida necesitaba. Quizás esta era mi oportunidad de volver a empezar, sin ningún prejuicio o problema.

- Cuatro años en tu enorme vida no van a significar nada cuando estés en la cima del mundo, Kate. Ya no sentirás más nada. Créeme. Vámonos.

Intenté creer en sus palabras y las repetí en mi mente para ocupar ese espacio de vacío y soledad con palabras de aliento. Debía concentrarme en bailar, sólo bailar y viajar al pequeño mundo donde mis sueños eran mi realidad a cada segundo. Debía centrarme en ser la mejor de mi clase, en buscar pequeños trabajos y reconocimiento. Debía formarme profesionalmente, y dejar de lado mi vida sentimental hasta que pudiera ignorar por completo el dolor. Debía dejar de llorar en silencio cada noche por Harry, deseando sentir sus brazos alrededor de mi cintura como si mi vida dependiera de ello. Debía dejar de pensar.

Nos sentamos juntas en la gran sala de conferencias donde nos darían la primera información de ingresantes, además de comunicarnos del sistema de becas que poseía la institución externa a las que hacían por selección, las cuales Sam y yo teníamos. Encima de cada uno de las mesas había pequeños planos e información escrita en ellos, que diagramaba cada horario de las diferentes carreras que ofrecía la universidad.

Estaba todo tan organizado que me parecía ideal, y rápidamente pude sentirme cómoda con el control que había en la institución. La mujer con rulos colorados cayendo sobre su rostro desprolijamente acomodó sus anteojos sobre sus ojos y frunció su nariz de una forma algo graciosa. Aunque demasiado graciosa para Sam, quien rió como si nunca lo hubiése hecho antes en el día, o en el mes. La mujer la observó con desdén, pero eso no impidió que Samantha continúe con su show con un poco más de discreción.

La señora de no más de cincuenta años volvió su vista al papel que tenía entre sus manos, leyendo en voz alta los nombres que figuraban en la lista, Sam siendo la primera con su apellido que comenzaba con la primera letra del abecedario. Garabateó sobre su nombre antes de continuar, avanzando entre comentarios de aviso que se encontraban presente.

Había casi cien alumnos en el lugar pero todos parecían en silencio si los comparaban con lo escandalosa que era Samantha. Mi nombre fue escuchado en la acústica perfecta del lugar, retumbando en los rincones interrumpiendo mi pequeña risa por los comentarios estúpidos de mi compañera. Me observó detenidamente cuando advertí mi asistencia, y volvió sus ojos a su lista una vez más antes de volver a mirarme.

- ¿Katelyn Thomson? -repreguntó, su mirada fija en mí.
- Si. -asentí levemente, frunciendo mi ceño por su repentina actitud.
- El rector me informó que solicitaba su presencia en su oficina. -informó, antes de continuar con el listado.

Observé a la castaña a mi lado, quien sonrió; aunque su sonrisa parecía intacta. Siempre allí, expuesta en su rostro. Me levanté de mi asiento llevando el mapa conmigo para no tener que consultar más nada en la universidad. Sam golpeó mi cadera suavemente, bromeando.

- ¡Ve por él, nena!

Y reí, mordiendo mi labio inferior, mientras negaba con mi cabeza levemente por lo aniñada que era.


- Todo está en orden entonces, Srta Thomson. -afirmó el rector de la universidad, su cabello blanco y su voz ronca de experiencia, casi calvo a pesar de su edad no anciana.
- Creo que si. Lamento no haber completado algunos espacios de las planillas. Fue una decisión…
- ¿Repentina? Lo puedo ver. -comentó, reclinándose en su gran asiento negro de cuero, observándome fijamente.
- Creo que… debería volver a la charla. -murmuré, removiéndome en mi lugar, sintiéndome incómoda ante su mirada acosadora.
- No es por lo único que la llamé. -me detuvo, interrumpiéndo mi huída.

Señaló la silla delante de su escritorio, donde me encontraba antes; volví a sentarme.

- Recibí su e-mail sobre su pedido de exclusión… de alguna manera. -habló, midiendo sus palabras.- Y Juilliard se caracteriza por cubrir ese tipo de capricho de artistas de confidencialidad, ya sabe. -sonrió amable y supe que lo estaba diciendo en forma burlesca y no ofensiva hacia mí. Le sonreí para que continuara.- Así que comprendo que no quiera que nadie sepa de su estadía aquí…
- Ni obtenga información sobre mí. -agregé, antes de que terminara y asintió antes de proceder con su punto.
- Precisamente. Ni tampoco, aceptar nada que llegue aquí para usted, ¿supongo? -preguntó, reflexivo.

Me congelé ante su pregunta. No lo había pensado hasta el momento, pero suponía que pedía que mi paradero y estadía allí sea restringida, nadie sabría donde me encontraba. No sabrían mi apartamento ni que estudiaba allí. No podrían contactarme ni saber absolutamente nada de mi vida en ese momento. Pero jamás había pensado en el envío por correo. Y quizás tuve que haberlo hecho.

El director general de la Universidad Juilliard, Robin, asintió levemente, con una sonrisa.

- Supongo que eso tampoco lo querías. Bien. -afirmó, acomodandose en su asiento y acercándose a mí por encima del escritorio, inclinándose en él, casi susurrando.- Olvidemos eso por un momento. Y supongamos que algo ha llegado a mi oficina para usted, Srta Thomson.

Me paralicé. Sentí mi corazón latir con fuerza y mis pupilas dilatarse, igual que mis ojos se encontraban abiertos cual platos.

- ¿D-de… d-de dónde proviene? -pregunté, luego de algunos segundos.
- Inglaterra. Holmes Chapel. De donde vienes ahora, ¿verdad? -preguntó y asentí, casi sin conciencia, atónita.- No tuve que haber dicho esto luego de recibir su e-mail pero… llegó ayer, también. Y fue el primero desde que está en los apartamentos de la institución. Desde ahora, no recibirá información de los paquetes que lleguen aquí, ni absolutamente nada relacionado con personas que intentan localizarla. Pero supongo que… dirijo una institución de drama porque adoro el drama, ¿no es así? -sonrió autosuficiente, y no pude despegar mis ojos de él, aún enferma de ansiedad por entender lo que sucedía a mi alrededor.- Sólo dígame si quiere tenerlo, Srta. Thomson. Sino, puedo hacer que lo tir…
- No. -solté, sin dejar que termine su oración.- Lo quiero. S-sólo… sólo esta vez.

Robin revisó en su cajón luego de abrirlo con una llave diminuta. Extendió por encima del escritorio un pequeño paquete cuadrado, con una sonrisa adornando su rostro. No escuché más de su discurso estúpido y sólo interesante para él, sino que lo saludé de forma educada para retirarme del lugar y volver a la puerta del aula donde debía estar, apoyándome contra la pared a un costado.

Respiré profundamente antes de romper el maldito papel que envolvía varias veces el objeto con el fin de protegerlo. Encontré una caja allí, negra y casi elegante. Pegada a ella y arrugada por su envoltorio, se encontraba una pequeña nota. Y su caligrafía estaba en ella.

Me senté instantáneamente, y no supe si fue consciente o mis piernas me obligaron a hacerlo por su temblor. Tomé el papel rugoso entre mis manos, despegándolo de la caja para leerlo con mayor facilidad. Pero antes de hacerlo, negué con mi cabeza algunas veces y mi vista se nubló completamente de lágrimas, impidiéndome la lectura. Las limpié, buscando concentrarme en respirar para entender qué diablos había enviado.

Pero al abrir la caja, hubiera preferido no haberlo hecho jamás.

Dentro del cuadrado había un reloj. Un precioso, increíble y gran reloj dorado. Lo tomé entre mis manos para observarlo con cuidado, mi pulgar acariciando el cristal donde las agujas se movían, aún con el horario de Inglaterra por lo que podía notar. Giré el objeto para continuar con mi inspección entre ojos y mejillas empapadas, encontrando letras grabadas allí. Pasé mis dedos por el relieve antes de sobar mi nariz y rápidamente secar mis ojos.

“I’ll always be waiting for you -H”

Lloré incluso más fuerte. Pensé que nadie podía verme, pero la realidad es que los alumnos que deambulaban por los pasillos estaban observándome con lástima e inquietud. Pero ni siquiera me interesaba. Él siempre esperaría por mí. Y sus palabras no sólo estaban grabadas en ese maldito reloj, sino parecían haberse transcribido a mi corazón.

Luego de mi catársis de unos largos minutos, recordé la nota. Y la necesitaba, para seguir con mi masoquismo intenso. Para seguir llorándolo y recordándome que nada en mi vida había sido mejor que su presencia. Que nada podría reemplazarlo, mucho menos una exitosa carrera profesional de lo que siempre había soñado.

“Iba a darte esto en unas semanas, cuando pensaba proponerte algo… pero ya no estás aquí para tenerlo.
Quería que lo tuvieras contigo.
Sabes de dónde proviene esa frase.
Y guardo ese recuerdo conmigo para siempre, cariño.
Te extraño; y duele mucho estar lejos de tí.

Just you try and stop me, I’ll be waiting in line.

i l y

Harry.”

Sentí todo mi mundo alrededor girar y releí la nota hasta sentir que me derrumbaba por completo. Tenía tachones y probablemente había dudado cada palabra; pero no podía encontrarle defectos. No podía encontrar algo que no hiciera que mi corazón se derritiera de amor y ardiera de dolor. Lo necesitaba más de lo que necesitaba cualquier cosa en el mundo en ese instante.

Escuché bullicio a mi alrededor pero no me interesó. A mi lado, ví moverse estudiantes, pero sólo uno se agachó hacia mi diminuta estructura; aún más pequeña por mi situación. Y con sólo ver su cabello, supe que era Sam. Pero lo confirmé cuando me abrazó como sólo había hecho la primera noche en que nos habíamos conocido, buscando expresarme su apoyo con mi largo relato de vida.

Lloré en su hombro, y ella me preguntó que me sucedía. Pero no podía hablar y decir algo coherente.

- Él… o-tra vez.

Me abrazó un poco más contra ella. Respiré, intentando volver a hablar y fallé.

Hasta que pude hacerlo finalmente, calmando mi sollozos para comunicarme con mi nueva compañera.

- No puedo estar sin él.

Triste.

Y desgarrador por la manera en la que mi voz había sonado.

Pero real. Tan real que atormentaba.


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Respuestas:

Hey, hey, hey. No tardé tanto esta vez. Sin revisar y algo rápido. A modificar, si tengo tiempo. Voy a avisarles si lo cambio, tranquilas. Quizás suba el sábado o el domingo si no me dan demasiadas cosas para hacer de la facultad. Paciencia. Gracias por todo. Charlie loves you♥.

ME MATAS. LO QUIERO MUCHO Y LA QUIERO MUCHO Y QUIERO SABER QUE VA A PASAR AY ME HACE MAL ES MUY LINDO MUY TIERNO Y SUFRO MUCHO ME ENCANTA

ganas siempre, ya me di por vencida...
sobre lo que leí, creo que odio ODIO odio QUE HAYA tanta tristeza, depresión, ugh me saca. Ahora se arrepiente, la odio y a vos por creerla y hacerla tan histérica, loquita, vacia, sin nada y por no valorar nunca nada de lo que tuvo y dejarse llevar por todos sus sentimientos de egoísta, suicida UH ME CALMO. A veces la quiero ojo, pero suelo tirarme más por los personajes masculinos, en todo lo que lea, las minas suelen ser tan estúpidas y a veces aburridas por lo predecible que son. En fín, sufro por harry, no por ella. ELLA SE LO MERECE u_u definitivamente no voy a leer más a las cuatro de la mañana porque me afecta. Obvio, que el capitulo te quedo lindo, aunque ODIO todo eso que esta pasando ahora pero bueno, hubo tiempos mejores ahre.
Espero que cuando aparezca louis, me pongas con él
u know you love me xoxo

me atraganté con la tostada y el cafe con leche

u jokin rite ?

Charlie

Ame los dos capitulos, últimamente no he tenido tiempo
ni para escribir yo, me duele tanto eso.Y creo que entre semana
no lo tendre pero no creas que descuido tu novela, la amo
con cada centimetro de mi cuerpo

Y amo tu manera de hacer que mi imaginacion vuele hasta los cielos
de verdad Charlie, tal vez creas que soy dramatica pero tu
tienes un gran talento que hace causar sonrisas y muchas emociones

xx

Free'

Oh Dios santísimo!  :imdead: Morí morí morí ASDFGHJKL me encantaaaaa. Es perfecta!  Aaaaaaaaaaaahhhhh!!!!!! 
No comenté el primero porque no había podido entrar al foro,  cuando lo hice lo leí,  luego pasé la pagina y ahí estaba el segundo.  Morí de emoción y ahora estoy sin palabras! Es demasiado perfecta: los mensajes,  el reloj, la nota, HARRY!   :enamorado:  Zjzjsjzjxmznxasdfghjkl. Me identifiqué totalmente con Sam y es porque yo soy igual a ella  :corre: . Pero dios!  Lo de Kate y Harry es totalmente perfecto. 
Muero si él empieza a trabajar con el papá de Kate y sería demasiado loco que Louis apareciera pero si eso es lo que tienes planeado creo que moriré totalmente  .
Por favor hermosa trata de seguirla rápido. Te deseo mucha suerte en la universidad. Besitos

Siempre que leo algún capítulo de tu novela creo que es el mejor que he leído pero siendo tu "LA GRANDÍSIMA CHARLIE" siempre sabes como sorprenderme y es por eso que amo esta novela.
Como siempre digo en todos los nuevos capítulos de "Back" y es lo primero que pienso en cuanto término de leerlos es: pobre Harry como debe de estar sufriendo además lo siento como a un pequeño bebe desprotegido.
"Cuando pensaba proponerte algo" Wow eso si que acabo con la poca cordura que tenía, y es algo ya muy común siendo que Harry siempre me mata con sus pequeños detalles, pero entonces eso quiere decir que Harry le propondría a Kate que tuvieran una relación, QUE FUERAN NOVIOS!!!! pero no Kate se tenía que ir, en fin la entiendo a la pobre, sufrió demasiado solo espero que llegue el día en que tenga un poco de felicidad, si es al lado de Harry, pues mejor!!

VE POR EL!!!!!!!!!!! O QUE VALLA POR TI MANDALE ALGO SAM SE CUPIDO PORFAVOOOR!!!!!

No tiene descripción la forma en la escribes es simplemente genial!
Siguela!!!
Besos

Me encantó. No sé q hacer casi grito de emoción cdo harry le regaló el reloj y con eso escrito. Tenías q elegir shiver? Me hace mal DEJAME
Y cuand me respondiste hace rato
un comentario diciendo q no te gustaban mucho los finales felices supuse q te gustaba el efecto mariposa (aunq en cierta manera termina bien, solamente que no se quedan juntos) a mi me encanta la peli gracias x acordarte
perdon por comentar tan tard
y espero que te vaya bien en todo tus estudios
hasta ahora q es lo q notas más dificil? Contame

Solo te puedo decir que llore y mucho, créeme. SIGUELA...

Capítulo 2.

Sábado 12 de Mayo del 2012, 13.16 pm. Central Park. Nueva York.

- Esto es realmente precioso. -comentó Sam, por primera vez deslumbrada y silenciada desde que la había conocido.

Y lo era. Nunca había estado en Central Park antes. En realidad, no había conocido Estados Unidos hasta el momento, pero desde que había llegado a Nueva York un mes atrás, jamás habíamos tenido tiempo para conocer la ciudad más que la zona céntrica. Habíamos visto el parque a lo lejos millones de veces, pero era el primer fin de semana que habíamos decidido escaparnos de nuestras obligaciones diarias del estudio para finalizar la secundaria. Y valía la pena hacerlo, porque el paisaje frente a nosotras era relumbrante.

- Podría llorar por esto.
- No, no. Prefiero que no lo hagas. -bromeé, golpeandola con mi codo suavemente.

Era una broma interna entre nosotros. Descubrí realmente por qué habían llamado a la loca psiquiátrica de Samantha desde Hawaii; porque tenía un potencial que era indudable. Literalmente podía llorar de forma dramática cada vez que se lo proponía o que le parecía que debía hacerlo, y esa situación manipuladora no le permitía para nada tener relaciones estables. Razón por la que comprendía mi historia más de lo que yo había pensado que entendería.

Nos acomodamos debajo de un árbol, la primavera cercana al verano acechándonos con su calor y temperatura elevada por las edificaciones de nuestro alrededor. El tiempo era agradable y me sentía con cierto aire de libertad en medio de tanta ciudad tóxica y repleta de movimiento las veinticuatro horas. Pese a que había vivido en ciudades, pasar de la tranquilidad y quietud de Holmes Chapel al bullicio constante que es Nueva York era de cierta forma abrumador. Y necesitaba un respiro de todo ello, por lo que decidí que nuestras visitas a diferentes parques iban a hacerse semanales desde ese momento.

- ¿Sabes cantar? Porque todo este aire hippies de guitarras y contemplación de la naturaleza da espacio a que alguien cante al compás del momento. -reí ante su ocurrencia estúpida, como cada idea que salía de su mente.- Podríamos fumar, también. Supongo que eso ayudaría a la credibilidad del momento.
- ¿Sabes? Este momento es real. No necesitas crear una escena y dramatizarla como en un teatro, Sam. Puedes mantenerte normal por algunos segundos sin pensar en ello. Yo lo sé. -apreté su hombro, y ella rodó sus ojos con diversión.

En verdad creía que esa mujer no estaba un sólo segundo sin sonreír.

- En fin mi pregunta no fue respondida.
- ¿De qué diablos hablas? -pregunté confundida ante su ofensa.- ¿Si se cantar? -pregunté sorprendida.- ¿Después de vivir un mes conmigo escuchándome cantar en la ducha lo preguntas? No, Sam. No sé hacerlo.
- Hey, yo tampoco. Deberíamos hacerlo de todas formas. ¿Cuál es tu canción favorita?
- No tengo una.
- No empieces a arruinar todo, Katelyn. Empiezo a advertírtelo. Te ducharás con agua fría si no quieres jugar conmigo. -amenazó, la seriedad fingida de su actuación resaltándose de forma exagerada sólo para hacerme reír.
- En este momento… Yesterday, The Beatles.
- Oh, era de esperarse… igual de arrepentida que tú. -me empujó, y volví a mirarla de forma asesina.- Es una buena canción. ¿Tiene que ver con Harry y por eso la prefieres? Porque seguro tiene que ver con él. Todo tiene que ver con él.
- ¿Era realmente necesario? -pregunté, mientras cerraba mis ojos y recostaba mi cabeza en el tronco del árbol. Gruñí y la observé minutos después, en los que decidí calmarme y no pedir un maldito cambio de compañera de departamento a alguien cuerdo.- Si, quizás tiene que ver con él. Creo haberlo escuchado cantar eso alguna vez en su auto… si. -hablé, sonriendo levemente ante el recuerdo.

En mi pecho se instaló esa necesidad desesperada de tenerlo junto a mi. Lo extrañaba mucho. Todavía me resultaba difícil soportar su ausencia y no creía poder superarlo ni siquiera con mucho tiempo más. Jugué con mi mano derecha en mi muñeca izquierda, girando el reloj dorado de un lado a otro. Quedaba algo grande para el tamaño de mis huesos de la zona, pero me rehusaba a no mantenerlo conmigo casi a diario.

Siempre esperé por tí.

Y realmente esperaba que cumpliera con esa especie de promesa grabada en el regalo. Realmente esperaba que el destino diera un giro completo, llevándonos a otra dimensión en la que encontrarnos por casualidad sea más probable que ahora, viviendo en diferentes continentes. Deseaba volver a verlo accidentalmente, que su mirada se cruce con la mía eventualmente y no exista nada más que eso. Que no necesitemos más que ese reencuentro incómodo y agridulce para amarnos una vez más.

Pero sabía que existirían mucho más problemas, reclamos y tristezas que superar si volvíamos a encontrarnos años después.

Aunque soñar es gratis en la ciudad de los sueños.

- Tienes otra vez esa mirada de flashbacks de novela mexicana.

Y reí, porque su comentario parecía bizarro y acertado a lo que mi mente estaba creando en su mundo de felicidad.

Samantha comenzó a cantar desafinadamente la letra de la canción generando un insulto a la música y a cualquier composición de esta. Un grupo de adolescentes menores que nosotras la observó como si fuera un espectáculo de algún ser interplanetario o desconocido para ellos; pero no pudo importarme menos, porque su voz aguda e irritante no hizo más que hacerme reír hasta que mis costillas y todo mi cuerpo en general dolió y se cansó por el aire retenido.

- Eres algo demente.
- Todo el mundo lo dice, pero no creo que sea así. Soy parte de ese grupo de hippies que te mencioné, sólo que no respeto su maldita paz ni sus tradiciones. Básicamente los detesto. Pero me considero una de ellos.
- Eres completamente demente, me corrijo. -hablé, ante su incoherencia.

Mi móvil comenzó a vibrar sobre el pasto imposiblemente más verde claro. Lo levanté de su lugar para observar un nombre en la pantalla que no quería contestar. Era George, el chofer. Y estaba cansada de su protección y seguimiento a todos lados.

No le había dicho dónde estaba y esa era la razón por la que probablemente llamaba. Quería caminar hacia Central Park, diablos. No que un maldito auto lujoso me llevara a cada rincón de la ciudad, cada paso que daba. Era exasperante y molesto. Y no quería nada de todo lo que Edward tenía para ofrecerme.

Lo dejé terminar su vibración en el mismo lugar, volteándome para ver a Sam comiendo una manzana. Era bastante saludable con su alimentación y me preguntaba por qué existían tantos contrastes notorios en su vida. Pero concluí que jamás podría comprenderla, más que en cuestiones excepcionales.

- ¿Quién era? -preguntó, aún masticando.
- George. -nombré, desinteresada, recostándome en la tierra un poco más.

El sol golpeaba mis piernas y acariciaba mi piel para mantenerla en temperatura.

- ¿No vas a atenderlo?
- No. -espeté simplemente.
- Yo soy la demente, pero tú eres quien no contesta a tu padre ni deja que se encargue de tí otra persona que él llamó. -soltó, por primera vez pareciendo seria desde que la había conocido.
- No lo conoces.
- No. Pero creo que ya es hora que dejes ir todo, porque estás en Nueva York. Y nadie puede ser infeliz aquí. Aunque puedo ser la excepción. -habló rápido y continuado, verborrágica como cada segundo de su vida.
- Tú eres probablemente la persona más feliz con lo que sea que tenga que conocí en mi vida. -admití, mirándola de reojo.
- Y tú eres la persona más negada a ser feliz que he conocido en mi vida.
- No soy hawaiana, no puedo tener tu pensamiento liberal de que todo sucederá o pasará. -musité queriendo sonar hiriente, pero su sonrisa seguía allí pese a todo.

Suspiré.

- Eso no implica que compliques todo. ¿Sabes qué? Te apuesto a que no puedes hacerlo. Eres demasiado cobarde como para enfrentar a tu padre de una maldita vez y quitar todas las dudas que tienes respecto a él. Incluso ni siquiera te animas a insultarlo, si eso es lo que sientes que tienes que hacer.
- No estás diciéndome nada nuevo.
- No. Pero se que los desafíos y las competencias te irritan así que podemos apostar.
- No me interesa apostar con esto, Samantha. Es un tema delicado en mi vida.
- Lo que no implica que debas tenerlo tan presente y serio. Relájate un poco. Mira, si aceptas las llamadas de Edward… llamaré a Connor.

Y Connor era su ex-novio, el que había dejado en la pequeña isla. Era americano, nacido en Texas, y ella lo había presentado como el amor de su vida; por lo que tenía que entender que era cierto si así hablaba de él. Habían terminado por su efecto manipulador y su extraña personalidad, pero ella lo había insultado y acusado de abandonador delante de su familia y algunos amigos, por despecho a haber sido dejada de lado.

Si, así de psicópata lograba ser. Acusó de estar embarazada y de ser de él, abandonando el país semanas después, luego de reprocharle frente a casi toda la isla paradisiáca. Por supuesto, él no había llamado. Porque hacía más de un año que su relación se había terminado. Y por supuesto, ella tampoco lo había llamado. Porque tampoco le interesaba realmente; o le interesaba demasiado como para demostrarlo.

- No es lo mismo pero… digamos que en cierto punto lo es. Ambas tratamos con abandonos, ¿verdad? -bromeó con su plan hacia su novio, sonriéndome.- ¿Aceptas?

Le sonreí socarrona. No iba a aceptar. No iba a hacerlo, porque era demasiado importante para mi como para echarlo a perder por una apuesta. Y no quería hacerlo, y no iba a hacerlo… pero mi móvil vibró una vez más.

Y ella lo quitó de mi mano antes de que pudiera verlo.

Samantha me sonrió de esa manera provocativa y desafiante que tanto detestaba.

Observé el iPhone para confirmar que su nombre aparecía en la pantalla.

Y lo tomé sin pensarlo, desbloqueándolo para atender.

- Edward.

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Here I am. No se cuando vuelvo a subir, intentaré que sea lo más pronto posible. Perdón por no responder los comentarios, pero quiero irme a dormir. Pero para responder las dudas, lo que piensan que Harry quería proponerle con el reloj, es exactamente eso que tienen en mente. Nada más rebuscado que eso. Gracias por tooodos sus comentarios, y por desearme suerte siempre. Charlie loves you♥.