Duda Razonable {Larry Stylinson} HOT -TERMINADA-

Louis desenganchó su funda y su placa, con los ojos pegados al culo de Harry mientras este se inclinaba sobre el mostrador del desayuno para pulsar el botón del contestador automático. Era la mejor vista del día y pasaba todas las noches cuando llegaban a casa. Entonces, al igual que de costumbre mientras escuchaba, Harry se quitó la camisa, enrollándola para arriba y tirándola a la canasta arriba de la máquina de lavar ropa en el armario junto a él.

Sabía que tenía una sonrisa cursi en su rostro. Harry había comentado sobre la mirada un par de veces cuando había cogido a Louis buscando, pero infierno, su novio era caliente. Anchos hombros bronceados, cintura delgada, afiladas caderas y un culo para morirse. Mientras su mirada retrocedía, Harry se volvió, una perturbada expresión torciendo los labios en una línea sombría.

―¿Y? ― preguntó Harry.

―Sí. Lo que quieras, puedes tenerlo ―respondió Louis, deslizándose hacia su hombre. Agarró las caderas de Harry y lo acercó, apretándolo contra las suyas, esperando que Harry pudiera salir de su estado de ánimo.

Harry lo rechazó. ―Ya sea “sí”, o “cualquier cosa que quiera”, pero definitivamente no ambos.

―Me perdí ―dijo Louis, sacudiendo la cabeza―. Sólo quiero llevarte a la cama, tal vez cenar cerca de esos abdominales y acurrucarme contigo en el sofá.

La expresión de Harry se suavizó un poco. ―Lauren.

Louis arrugó la nariz. ―No quiero hablar de ella.

―Yo sí.

Había sabido que esto sucedería. Louis suspiró y puso las manos en los bolsillos para mantenerlas fuera de Harry. De lo contrario, lograría distraerse de muchas deliciosas maneras que Harry, claramente, no estaba sintiendo en ese momento.

―Ella volvió ―agregó Harry.

―Te diste cuenta de eso también, ¿eh?

―Estoy hablando en serio. Ella está de vuelta y te quiere.

―Lo bueno de ser humano es que puedo elegir si quiero ser tenido, y yo no lo hago. Al menos, no por ella. Tú, en cambio, puedes tenerme en cualquier momento que desees. ―LOuis dio un único paso para atraer sus cuerpos juntos―. ¿Puede “en cualquier momento” ser pronto?

Harry sonrió, miró hacia otro lado como si estuviera avergonzado. ―Louis, ¿podemos concentrarnos sólo un minuto aquí? Tu ex, la única con la que te comprometiste, conviviste, tenido relaciones sexuales todas las noches, está de vuelta en la ciudad, en tu territorio y ella quiere tu polla alojada profundamente en su cuerpo.

―No teníamos relaciones sexuales todas las noches.

―¿Por qué no? Nosotros tenemos sexo todas las noches.

Louis movió las cejas. ―Eres así de bueno, bebé.

Finalmente, Harry se rió. Louis tomó el alivio de la tensión para atraer a Harry en sus brazos, donde pertenecía.

―¿Spaghetti? ―sugirió Louis.

―¿Qué carajo estás hablando ahora?

―Cena. En los abdominales.

―¿Salsa roja y queso? ―preguntó Harry.

―¿Demasiado desordenado?

―¿Te parece?

Louis sonrió con la inspiración. ―¡Sopa!

―Porque eso no es desordenado ―bromeó Harry.

―Porque cuando se desliza sobre ti, tengo que probarlo de todas las superficies de tu cuerpo. ―Louis se apoyó, acariciando un punto detrás de la oreja de Harry―. Hoy tengo las manos temblorosas. ¿Qué si gotea sobre tus bolas?

―Quemaría como el infierno. ¿Cómo va a ser eso sexy? ―Harry criticó. Por su tono de voz ronca, Louis sabía que estaba consiguiendo atravesarlo, sin embargo.

―Oh, sí. Que sea Gazpacho⁵.

―Bueno―murmuró Hary―. Dicen que los tomates son geniales para la próstata. Mantener tu próstata feliz está en mi lista de “quehaceres”.

―Tengo una manera segurísima para hacer eso y te involucra a ti machacándolo.

―¿Estás seguro? Lauren podría poseer un arnés con polla ―Harry supuso.

―Bueno. ―Louis atrapó el lóbulo de Harry entre los dientes mientras hablaba alrededor del sabroso bocado―. Ella puede ir y joderse a sí misma.

Harry sacó la cabeza a un lado, liberando su oído. ―Louis.

Louis besó su cuello.

Harry le dio un codazo. ―Louis.

―¿Hm?

Las manos de Harry presionando sobre sus hombros hicieron a Louis darse cuenta que no iba a distraer a Harry por mucho tiempo si no se enfocaba en sus preocupaciones. No importa qué tan fuera de base estaba. ―¿Qué?

―Andy me dijo que ella había decidido recuperarte.

―¿Quién es Andy? Oh, espera, ¿ese pequeño twink⁶ de mierda? ―preguntó Louis, recordando vagamente la rojiza cabeza y al pecoso niño-hombre con nariz respingona.

―Su compañero. Ella te quiere de vuelta, y él dijo que ella no renunciará a un desafío.

Louis suspiró. ―Eso es lo que la convierte en una buena agente del FBI y lo que la hizo un buen detective. Pero también es lo que la hizo una pésima novia. Cuando ella me tubo, ya no representaba un desafío.

Puso sus manos sobre el mostrador, poniendo entre paréntesis a Harry, así que estaba más o menos atrapado. 

―¿Qué tengo que hacer para demostrarte que te quiero a ti, y sólo a ti? Nómbralo. Haré lo que quieras, cuando quieras, cómo quieras.

La mirada distraída en el rostro de Harry le molestaba. Casi parecía no creer en él. Ya que Louis nunca le había dado nada de qué preocuparse, no veía por qué era un problema ahora. No podría ser algo tan simple como Lauren. No con el énfasis de su amante puesto en la antigua relación de Louis con ella hace años, agregó mentalmente.

―No sé lo que va a tomar― respondió Harry después de un momento.

―¿Puedes por lo menos darme un punto de partida?

―Sí ―dijo, sonriendo levemente. Harry se tocó los labios―. Aquí mismo.

―Ahora estamos hablando.

Se movió, capturando el dedo de Harry entre los labios, disfrutando de la textura más rugosa y deslizándose afuera para darse acceso completo a lo que realmente quería, la boca de Harry. El sabor amargo y como la canela del chicle que había estado masticando mientras terminaban de cambiarse. La renuencia general de Harry se desvaneció en el suave deslizar de labios y la curiosidad volvió.

Esta parte nunca cambiaría. Louis nunca se cansaba de saber que Harry no podía resistirse a un acalorado beso. Había sido así desde el principio, cuando Louis había probado finalmente esos sedosos labios, después de unas cervezas de más. Había sido un riesgo, ya que ninguno de ellos había estado con hombres antes. Los sueños eróticos de Louis lo habían hecho dolorosamente consciente de su compañero hasta que finalmente se había quebrado, tomó la oportunidad y permitió que el placer se deslizara desde los dedos en el grueso cabello de Harry a la presión de su boca en los moldeables labios.

Dios, era un recuerdo caliente. Esa había sido la noche que él había chupado su primera polla. Borracho, sí, pero si no hubiera estado borracho, él no se hubiera atrevido. Y si no se hubiera atrevido, Harry no podría haber visto cuán geniales estarían los dos juntos.
Pero ellos eran grandiosos, increíbles y él no se estaba deteniendo en un simple beso para que lo supiera. Conocía a su hombre lo suficiente para saber que Harry se cocinaría a fuego lento si Louis lo tomaba lento.

Su mirada de posesión debilitó las rodillas de Louis con lujuria.

Sus bocas se estrellaron juntas, raspando dientes, magullando labios, lenguas chocando. Harry fue más allá, ahuecando la polla de Louis y dándole dos golpes rudos a través del material, antes de dejarlo ir y caminar de regreso a su habitación.

Louis le vio salir, jadeando y sonriendo al inesperado movimiento que Harry había hecho.

Pero sus localizadores sonaron. Louis gimió. ―¿Y ahora qué? ―murmuró de mala gana, terminando lo que había prometido ser con certeza un gran sexo.

Harry ya agarraba su teléfono y tenía el ceño fruncido. ―Golpe en el caso.

Louis leyó el texto también. ―Un nuevo secuestro. Jesús, este mundo está jodido.

Harry empuñó su mano en el frente de la camisa de Louis, girándolo y tirando de él hacia atrás contra su cuerpo. ―Uno para el camino, hasta que pueda joderte adecuadamente ―gruñó.

Louis re-abrochó sus piezas y su placa. Otro minuto y su compañero había regresado con una camisa limpia.

―Vamos ―dijo Harry.

―A cualquier lugar que me guie tu culo, bebé.

―Odio esa mierda de bebé ―espetó Harry.

―Ya lo sé. ―Louis golpeó el sexy culo―. Bebé.

Harry apagó el motor cuando llegaron a la comisaria diez minutos más tarde. Después de haber tenido más que su parte justa de inseguridad en las últimas horas, optó por una actitud distante.
No quería que Louis pensara que estaba necesitado. Eso podría enviarlo a los brazos de Lauren.

Pero, Dios, necesitaba a Louis. Lo necesitaba tanto que le dolía. Louis se había convertido en todo para él. Más que compañeros, más que amigos, más que un amante, Louis personificaba todo esto. No parecía haber un punto en el que Harry se cansara de él.

Se bajó del automóvil primero. Más de esa yo-no-necesito-esperarte-autosuficiencia de mierda que estaba haciendo. Sí, sabía que estaba tirando basura, pero de alguna manera se sentía más hombre por ser un hijo de puta después de desnudar su corazón a Louis. Los celos son una mierda. 
También hacían de Harry un asno, de eso se dio cuenta mientras Louis gritaba, y luego corría para alcanzarlo. Disminuyó la velocidad. La única concesión que hizo de haberlo escuchado.

Su relación era prácticamente perfecta. Seguro estaban las ocasiones en que Harry encontraba su maldita toalla en el suelo, pero entonces él a veces dejaba platos en el fregadero y Louis se hacía cargo de ellos. Simbiótico, pensó Harry. Ellos estaban en una relación mutuamente beneficiosa. Louis lo había dicho una vez. Harry tuvo que buscar esa palabra, pero lo cierto es que encajaba.

Harry destelló una sonrisa forzada a la recepcionista. Ella tocó el botón de apertura y él se dirigió directamente a la unidad de localización de niños. Ni Hary ni Louis hablaron hasta que llegaron allí.

―¿Qué tienes? ―Dijo Louis.

―Mujer caucásica, siete años, vista por última vez en la parada del autobús esta mañana ―dijo el oficial.

Harry miró su reloj con sorpresa. ―Son las ocho, ¿qué les tomó tanto maldito tiempo para informarlo?

―La escuela no llamó por la ausencia y los padres trabajan. Hubo cierta confusión sobre cual día la recogerían. Ella fue secuestrada esta mañana alrededor de las siete.

―Mierda ―dijo Louis, estirándose por el informe impreso―. Envíanos esta y todo lo demás que tengas. Ella tiene la edad adecuada y las circunstancias correctas para ser una víctima potencial del tipo que estamos buscando.

―Lo conseguiré ―respondió el oficial.

―Lauren va a querer esto ―reflexionó Louis.

―Podríamos acortar la lista roja si solo hacemos a la CLU⁷ enviarnos todos los informes, si coinciden con el método de nuestro sujeto o no.

―¿Todo el mundo a la sala de conferencias? ―preguntó Louis.

Harry se encogió de hombros. ―Claro, ¿por qué no? Todo en el mismo lugar. Todos intercambiando la información que llegue. Parece que es una buena manera de estar en la misma página activa.

―¿En lugar de enviar reportes por e-mail?

―Se pierde mucho en los reportes. Los chicos hablan, especulan, notando detalles que los testigos no... ―Harry argumentó.

―Buena idea. ―Palmeó el hombro de Harry, todo dentro de chico-chico, en parámetros aceptables en el ambiente de trabajo, y se dirigió hacia la sala de conferencia de nuevo―. Vamos a llamarlos dentro.

A regañadientes, Harry miró a través de su directorio en el celular y se detuvo en los números recién adquiridos. 

―Voy a llamar a Lauren. Tú llama a Andy.

Sabía que sonaba como celos mezquinos, y tal vez parte de ello lo eran. Sobre todo no quería hablar con Andy y enredarse con el intento del hombre de llevar a Harry a la cama otra vez.

Ellos tenían la trastienda llena menos de cuarenta minutos más tarde. Harry presentó el nuevo secuestro con la ayuda del CLU, Louis presentó el plan de coordinación con la CLU, el FBI, y ellos mismos, ya que habían trabajado estrechamente con las características específicas del perfil del sospechoso.

Prefirieron dirigir a la gente del CLU para que se unieran a ellos en la sala de conferencias para que pudieran proporcionar información fresca, mientras llegaba al resto de su unidad. En una hora, el personal técnico había establecido líneas telefónicas y equipos informáticos para acomodarlos.

Las fotos hicieron su camino a la gran pizarra que dominaba una de las paredes de la habitación. Mapas con trazos que unían los lugares y los niños, mapas generados por ordenador en relieve que mostraban los círculos de contacto y direcciones posibles en que cada niño hubiera sido conducido, si la información había podido ser obtenida. Los parques donde los cuerpos de dos niñas habían sido desechados estaban en un círculo rojo.

En otra pared, los rostros, nombres, lugares, listas de sospechosos, descripciones de los testigos superpuestas en un mapa de la ciudad. Harry estaba en la esquina de la habitación frente a los hallazgos adyacentes. Los secuestros aparentemente no relacionados que aparecían, a la izquierda, mostraban a todos los niños desaparecidos sin relación con el caso actual; los secuestros con aparente relación en el caso, asignados a la derecha. Era la única manera de ver si habían pasado por alto otro niño robado que perteneciera al asesino en serie.

Cruzó los brazos sobre el pecho, moviendo únicamente la cabeza mientras miraba de una pared a la otra. Olió la loción de afeitar de Andy antes de que lo oyera acercarse.

―Tu perfil está fuera ―dijo.

Era el colmo. Harry se volvió. Andy sostenía un sobre manila con una pequeña pila de papeles.

―Acabamos de recibir esto de la oficina del FBI a través de Quántico. Tu perfil está equivocado.

Miró al hombre más pequeño con curiosidad. Andy había parecido insignificante el día anterior, lleno de mezquindades. Hoy rezumaba confianza. El respeto de Harry por el coeficiente del hombre escaló un nivel.

―¿Qué encontraron?

―Hemos estado buscando a un hombre de raza blanca, entre veinticinco y cincuenta sobre la base del promedio de crímenes similares ―comenzó Andy―. Deberían haber ajustado el perfil después de que los primeros dos cuerpos fueron encontrados.

―Lo hicimos.

―No lo suficiente. Nuestros especialistas han analizado las pruebas y han descubierto un par de cosas. La pista más grande es que las niñas no son sexualmente asaltadas. Nada sobre el posicionamiento de los cuerpos o los vertederos sugieren que los secuestros son con una motivación sexual.

Harry asintió con la cabeza. Louis y él habían pensado lo mismo. El Jefe había insistido en que el delito sexual no se podía descartar. Debido a que se trataba de niños, y porque era el Jefe, estuvieron deacuerdo.

―Las similitudes no son lo suficientemente comunes como para sugerir un síndrome de desplazamiento específico.

―¿Un qué? ―preguntó Harry.

Andy sonrió. ―A veces un niño es secuestrado con determinados rasgos físicos que recuerdan al asesino a un niño en particular, al que no puede llegar. Tratan de tener otro niño que se acerque a la que realmente quieren, con el fin de representar sus fantasías. No estamos viendo ese patrón. Sólo dos de las chicas son rubias, pero su longitud de cabello son completamente diferentes. El único vínculo con el que podemos contar es la edad y la raza.

―¿Qué pasa con la religión? Si eres un padre llevas a tus hijos a las reuniones de la familia, la escuela, eventos sociales e instituciones religiosas. Cuatro de las niñas provienen de la misma educación religiosa ― sugirió Harry.

―Todas de diferentes iglesias y denominaciones.

―Tal vez ese es el enlace. Está recopilando ¿una de cada una?

Andy sacudió la cabeza. ―La actualización del perfil que he estado mencionando es crítica. Los especialistas parecen sentir que la evidencia apunta hacia una sospechosa, una mujer.

Harry sabía que estaba mirando. ¿Cómo podían haber estado tan lejos? ―¿Por qué mujeres?

―Cada niño ha sido escondido. No bajo una manta, pero en una posición que sugiere un sueño confortable. Has encontrado pequeños osos de peluche con ellos, que han sido rastreados a un gran depósito de suministros. No están sólo en reposo, sino que han sido perfectamente vestidos. El aspecto de la ropa, el posicionamiento, las piezas del diseño y la deliberada perfección al vestirlos, además de una lista de otras cosas apuntan a la mano de una mujer.

―¿Hombre meticuloso?

―Mujer ―insistió Andy―. Es el escenario más probable. Estoy imprimiendo la nueva información para los pizarrones. ¿Quieres publicarlo?

―Sí.

―Bien. Lauren y Louis están haciendo la actualización del CLU y llenando los poderes para cambiar los parámetros.
Mack escaneó el cuarto, pero sólo Andy y él estaban allí.

¿Cuándo se habían ido y por qué no lo había notado?

―Estamos solos ―dijo Andy, declarando lo obvio después de ver a Mack mirar a su alrededor―. ¿Cualquier cosa en particular para la que me quieras solo?

Harry comenzó a reír. ―Joder, pequeño, te daré puntos por persistencia, pero como investigador, estás tras la pista equivocada.

Sonrió con aire de suficiencia. ―No, no lo estoy. Tu compañero apenas puede mantener su pene en jaque alrededor de Lauren, y necesitas una buena y loca jodida con un hombre dispuesto que no volverás a ver cuando este caso haya terminado.

―La polla de mi compañero es su asunto.

―¿Y tuyo?― Andy bromeó.

―¿Es mío y de mi puño?

―Demasiado malo para tu polla, pero voy a asegurarme de contar a Lauren que tu compañero es temporada abierta para coño.―Andy camino alejándose.

Harry se pasó una mano por el cabello. Joder, eso no había ido bien. ¿Temporada abierta? Dios, esperaba que Louis mantuviera su resolución frente a Lauren. Escudriñó la oficina en un vistazo buscando a su compañero a través del cristal de la sala de conferencias. Salían de la oficina del Jefe. La sonrisa de Harry murió a medida que Lauren se levantaba en puntas de pie y plantaba un beso triunfal en la mejilla de Louis. Louis se sonrojó, pero él se reía y tiró de ella en un abrazo. Los chicos de CLU salieron de la oficina detrás de ellos igual de entusiastas, sin embargo, solo chocaron las manos.

Maldita Lauren.

Maldito Louis por follar a Lauren.

Maldito Andy por estar en lo correcto.

Louis la dejó ir y caminaron de regreso a la sala de conferencias.

Harry metió las manos en los bolsillos. Su cuerpo sentía aún, como esperando que el otro zapato cayera. Estaría listo cuando lo hiciera. En cualquier momento, Louis le diría que comer un coño era demasiado sabroso.

―Hey, Harry, una buena noticia ― empezó Louis.

Síp, aquí viene. Buenas noticias Harry, el coño de Lauren tiene una salsa secreta y ella por sí sola ¡resolvió el caso!

―El Jefe está animado por nuestro progreso por lo que nos estará moviendo durante todo el día ―dijo Louis. Aunque hablaba alegremente, sus labios habían tomado un giro irónico. Sus ojos azules bailaban con una broma compartida. Para el Jefe buenas noticias siempre significaba más trabajo.

―Y, ¿cuándo dormimos? ―Harry le preguntó lo obvio.

―Tú y yo nos dividiremos entre los turnos y también lo harán Lauren y Andy. Quiere que Lauren y yo tomemos el turno de la noche. Tú y Andy pueden venir temprano para superponer y discutir los resultados. Haremos lo mismo mañana en la noche. Si nos acercamos podemos volver al turno de día, juntos.

¿Y por qué diablos Louis encontraba hacer eso una buena cosa?

―¿Tú y Lauren?―Repitió Harry.

Los labios de Lauren se extendieron en una mueca salvaje. Por supuesto Louis no lo vio. Estaba mirando a Harry. Pero Harry la vio, y le molestó. Ella sabía exactamente cómo se sentía Harry acerca de la separación. En particular, lo de con quién eran divididos.

―Tú y Andy deben pasar el tiempo juntos, fuera de hora, para intercambiar ideas acerca de nuestro sospechoso ―dijo Lauren.

Viniendo de alguien más, podría ser una buena idea. De Lauren, se sentía como una sugerencia para restregar su piel con papel de lija.

Harry reunió su mirada con la de Louis, un poco molesto de que Louis parecía perfectamente bien con esa idea. ―El único lugar en que me quedo es el bar y mi apartamento.

―Estoy bien con eso ―dijo Andy, entrando fácilmente en la conversación.

―Mi compañero de habitación puede no estarlo ―Harry le dijo, manteniendo la mirada en Louis.

Louis se encogió de hombros. ―Sí, claro. Está bien conmigo.

Los labios de Harry se apretaron. El desinterés casual de Louis le dejó una amarga bilis en la boca.

―Supongo que eso significa que estamos fuera de hora ahora, ¿huh? ―Preguntó Andy―. Vámonos. Brincaré por cerveza y podemos tomarla en tu casa. Infiernos, iré por un bocadillo de pizza también, si quieres. Me muero de hambre.

Andy se trasladó por toda la habitación recogiendo sus cosas.

Louis parecía sentir que algo estaba fuera, pero él no preguntó y Harry no ofreció. La sonrisa de Lauren crecía por momentos.

―Nos vemos ―dijo Harry, después de un minuto.

―Sí. Nos vemos ―respondió Louis, menos confiado.

Harry giró hacia la puerta, se acercó a su escritorio, y recogió las llaves de su coche y la chaqueta. Esperó a Andy, con la esperanza de que Louis tuviera una sacudida de envidia al verlos salir juntos. No miró hacia atrás para ver. Le escocía como el infierno que Louis no se hubiera puesto territorial por su culo.

Andy llegó a su escritorio.

―Vamos ―le espetó Harry.




⁷() Las siglas CLU en mi opinión se refieren a “Children Lost Unit” que sería la unidad de niños perdidos o desaparecidos dentro de la policía. Lo he dejado como en el original pues aparece con bastante frecuencia durante la investigación.