Internado McMillan

—Oh vamos Daira, no iremos a ver a la reina. Es solo una nueva escuela —dije sin dejar de jalar su brazo para poder sacarla del auto que me regalo papa antes de entrar al internado —. Escucha querida, si no sales ahora mismo y te dejare aquí sola para que vayas a tu habitación
—Vale, vale, tampoco es necesario que te molestes. Escucha, necesito pedirte un favor. —se detuvo en medio del camino y tomo mis hombros con sus manos, se veía seria y lucía muy graciosa—. Como sabrás yo no era muy popular en la escuela y yo no… —mis ojos se abrieron a mas no poder al reconocer al tipo de espaldas, parecía buscar a alguien
—OPD, Zayn ¿eres tú? —grite haciendo caso omiso a mi hermana pasé a su lado para saltar a los brazos del moreno. Pareció desconcertado por un momento, pero enseguida se repuso  y me apretó entre sus brazos mientras me daba vueltas sin parar. Los recuerdos de cuando éramos jóvenes y no nos separábamos nunca me invadieron y tuve que hacer un gran esfuerzo para no llorar —. No puedo creer que estés aquí  
—Lo mismo digo hermosa. ¿Cuándo volviste a Londres? Gracias por llamarme, ¿eh? —dijo dejando de darme vueltas
—Lo siento, llegue la semana pasada y he estado re ocupada y… ¿Qué diablos miras? —no dejaba de mirar sobre mi hombro y no me gustaba ni un poco que no me hagan caso, voltee la mirada y vi a Daira mirando a sus pies con timidez, su rostro brillaba con un tono colorado y se estaba mordiendo la uña del dedo índice —oh, Zayn ella es mi hermanastra Daira —dije tratando de librarme de su abrazo —¿has estado haciendo ejercicio?
—¿Otra? —me susurro al oído ignorando mi cometario. Desde la muerte de mi madre, papa a pasado por una gran cantidad de novias que no duraban más de un mes— hola
—Hola —susurro mi hermana casi imperceptiblemente —. Escucha, yo… me iré adelantando a mi habitación ¿de acuerdo? —dicho esto tomo sus maletas y se fue.
—Supongo que es un poco tímida —dijo apenas aguantando una risa. Pasó su brazo por mis hombros y tomo un par de mis maletas en su mano libre y empezamos a caminar —te hago un trato. Te llevo hasta tu habitación y luego nos vamos a conocer el campus, ¿vale?
—Vamos gigantón —acomode el resto de maletas en mis manos y continue —oye, tu si que creces mucho en dos años. Juro que cuando me fui te llegaba a los ojos y ahora me llevas casi toda una cabeza y eso que llevo tacos —dije levantando los zapatos para mostrar el zapato rosado de tacon que llevaba puestos
—Eh, calla que no es mi culpa que seas enana. ¿Cómo te ha ido todo este tiempo? ¿Cómo es que el encanto latino no se te ha pegado? —le di un codazo en el estomago. Gracias a al nueva ex novia de papa me tuve que mudar a Perú hasta terminar la secundaria —calma que solo bromeaba
—Cállate antes de que enfurezca y te deje de hablar —me solté de su brazo al llegar a los dormitorios de las chicas. Tome las maletas de su mano y entre corriendo al edificio.
Adentro era  tal como me lo imaginaba, todo tenia un aspecto muy antiguo y parecía que se iba a derrumbar en cualquier segundo. Logre maniobrar con las maletas para sacar las llaves de la habitación que tenia en el bolsillo trasero de mis jeans. Con todo el esfuerzo y dolor de mi alma logre subir hasta el tercer piso con las 6 maletas en brazos y las tire todas al piso para poder abrir la puerta de la habitación. Acorde al diseño del recibidor la habitación era rustica, con un viejo empapelado, una cama individual y un camarote, un escritorio con una lámpara sobre el y un gran librero que ocupaba casi toda una pared, a su lado estaba una puerta que supongo era el baño. Lo único bueno de la habitación era las grandes ventanas que daban paso a un balcón, la cama individual estaba a su lado y no dude en colocar todas mis cosas en ella. Rápidamente me cambie de blusa y me puse una de gaza un poco translucida que enseñaba un poco mi brasier. Baje corriendo las escaleras mas rápido de lo que las subí y con la misma rapidez Salí del lugar. El frio aire de Londres azoto contra mi cuerpo y me despeino nublando mi vista con mechones de cabello, frustrada di unos pasos a ciegas antes de chocarme con algo. Líquido caliente fue vertido sobre mi ropa nueva.
—Maldita sea —grite logrando deshacerme de los mechones de cabello, un tipo rubio se encontraba frente a mi con un Cappucchino en la mano. Mire hacia mi blusa que se encontraba de un color marrón y se pegaba hacia todo mi cuerpo, instintivamente cruce mis brazos sobre mi pecho tratando de cubrirme —serás idiota
—¿ups? —Dijo el tipo con indiferencia —escucha, ahora mismo estoy ocupado. Mándame la factura de la tintorería —dicho esto se fue corriendo