"The Boyfriend League" (joejonas & tu)

El equipo siempre vende los programas por un dólar en los juegos. En el interior están las estadísticas de cada Serpiente. Hubo también una lista del equipo visitante, pero no incluía sus estadísticas. Creo que el consenso general fue: ¿A quién le importa? No son nuestros chicos. Ragland era bastante fiel a su equipo.

—La noche de apertura, es la noche libre de las serpientes —dijo Bird—. No es que necesitemos ninguna serpiente más.

En la mayoría de las fiestas en casa, había regalos. La apertura, era siempre serpientes que parecían colas de serpientes de cascabel en un palo. Gran sorpresa, cuando se agitaba, aplaudan juntos para hacer un sonido como una serpiente de cascabel enojada. Haciendo el chasquido, que mostraba lealtad del equipo. Abanicos de papel era también un regalo muy popular, por lo menos un juego a la semana. Bird y yo teníamos una buena colección: cojines de asientos, gorras del equipo, camisas del equipo, bates del equipo, lápices, pelotas de beisbol, lo que los comerciantes locales estuvieran dispuestos a donar.

—Me gusta la forma en que se mueve el segunda base cuando va después de un roletazo. —Dije.

—Sí, es muy fluido. Ojala hubiera traído los binoculares de papá.

—Vamos a ser capaces de ver mejor una vez comiencen las prácticas de bateo. —Desde que estábamos en segunda fila, justo a la derecha del campo de beisbol, tendríamos una gran vista.

— ¿Te gusto tener un hombre en la casa? —Pregunto Bird—. Es difícil de decir. Joe es muy tranquilo. Por alguna razón, pensé que los chicos eran ruidosos.

—Estoy segura que los verdaderos hermanos, lo son. Estos chicos probablemente están tratando de ser amables.

—Supongo. Jugo lanzando la pelota con Papá anoche.

—Debe haber sido una ráfaga para tu papá.

Sonreí. —Sí, lo fue.
Aunque papá, leal como siempre, se había detenido en mi habitación antes de ir a la cama para hacerme saber que seguía siendo su favorita lanzadora-de-pelota.

—El tipo bueno. —Me había guiñado un ojo, pero nadie puede reemplazarte.

Sus palabras me hicieron desear jugar con ellos, pero yo no quería que Joe me viera como uno de los chicos. Si uno de los compañeros le preguntara acerca de mí, yo no quería que su recomendación fuera “Ella tiene un gran brazo”.

— ¿Nick está trabajando? —le pregunte.

—No, él todavía está en busca de algo, aunque me da la impresión de que el trabajo no está muy alto en su lista de prioridades. Es todo acerca del beisbol.

—Un poco como nosotras ¿eh?

Bird sonrió. —Sí.

— ¿Crees que los chicos prefieran a las chicas que no lo son?

Ella me miró. — ¿Por qué no lo harían?

—No lo sé. Yo solo…

— ¿Quieres un novio?

—Sí, algún chico que este bien con que no una sea reina de belleza.

—Tiffany no tiene novio, tampoco.

—No pero un monto de chicos cuelgan a alrededor. Tiene una cita para la fiesta de graduación. —Ella había sido coronada reina del baile, en realidad.

—No parece real para mí —dijo Bird—. Tú, en cambio, eres muy real —ella se apretó contra mi hombro, apuntando hacia el campo—. Sabes, que ellos llaman a la tercera base la “esquina caliente”. Creo que nuestra tercera base podría ser la razón.

Ella tenía razón. Había cosas más importantes que discutir sobre mi hermana. Tenía chicos para clasificar, puntuar y tasarlos.

—Nunca me di cuenta de la apretada agenda que tienen, con los juegos, las prácticas y el trabajo —dije—. Necesitamos algo de verdadero tiempo con los chicos, pero no sé cuándo vamos a conseguirlo.

Lo conseguimos mucho más pronto de lo que esperamos. Cuando el entrenador había gritado que la práctica había terminado, Nick se había quitado la máscara de receptor, camino hasta la reja de protección, y nos sonrió a Bird y a mí —al menos creo que la sonrisa fue para mí, también— y dijo: —Algunos de nosotros iremos a comer pizza. ¿Por qué no vienen?

Así, Bird y yo nos encontramos compartiendo una mesa y jarras de cerveza de raíz con los chicos. ¿Qué tan grandioso es eso?

Me podía imaginar el campo durante la práctica y donde había sido colocado cada chico exactamente. Así que sabía que el rubio a mi derecha era el parador en corto y el chico de cabello oscuro a mi izquierda jugó en tercera base. Gracias a la lista que había memorizado casi por completo, conocía la mayoría de los nombres de los chico, también. Chase era el parador en corto, el tercera base era Alan.

En el beisbol, el receptor es también conocido como el general del campo, y era como Nick estaba a cargo, también. Cuando los chicos habían estado tirando mesas juntas, él había gritado: ¡Bird conmigo, ______ con Joe! — Y nos señaló con el dedo —como un auxiliar de vuelo dirigiendo la atención de los pasajeros a las puertas de salida de emergencia— así los chicos sabrían quién era quien. Por supuesto, no quiso decir como novio-novia. Se refería a nuestras familias, que los acogían.

Él se miró de forma mayor que los otros chicos y había una sombra de barba oscura sobre su rostro. Pensé que era un novato en cualquier universidad a la que asistía. Bird sabría los detalles. Tendría que preguntarle más tarde.

—Tenemos una sala de cine, un anfiteatro con conciertos de verano, al aire libre.

—Yo amo lo libre —dijo Ethan.

—No todos somos así, hombre. —Dijo Nick, me miro frotándose los dedos juntos.

—Hasta que no estemos en las Grandes Ligas, somos pobres.

— ¿No son la mayoría estudiantes universitarios? —le pregunte.

—Sí, entonces tenemos películas, música gratuita, ¿qué más?

—Biblioteca, libros gratis —le ofrecí.

Todos los chicos se rieron muy fuerte, como si fuera la cosa más divertida que habían oído alguna vez. Pero era una risa bonachona, no como si se burlaran de mí. Como que tal vez pensaron que yo era muy lista para ofrecer libros gratuitos.

—Mi hermana pequeña tiene este lindo llamado “Free Stuff” —dijo Nick—. Despacha toda esa chatarra: pegatinas, carteles, folletos. A ella le encanta recibir correos.

—Ustedes deben extrañar a sus familias en el verano.

—Los extraño todo el tiempo.

No les pregunte porque no van a casa para el verano, porque sabía la respuesta: Ellos aman el beisbol.

Nick era muy lindo, con un hoyuelo que aparecía en su mejía cada vez que sonreía, lo cual hacia mucho. Yo iba a tener que subir su puntuación a diez.

El camarero se acercó para conseguir nuestra orden, y nos fuimos todos por el buffet —mucho más fácil que tratar de decidir qué tipo de pizza querían todos—. Mientras Bird no había sido capaz de organizar los asientos en la mesa, ella se las arregló para maniobrarlo, así nos sentaríamos en línea junto al buffet.

—Tenía la esperanza de que estaríamos sentadas juntas —dijo ella, cuando llego por un pedazo de “hawaiian heaven”.

Nunca entendí por qué alguien querría piña en la pizza. Yo era un tipo de chica carne-y-patatas. Llegue al pepperoni doble.

—Ya sabes, Bird. ¿No era el punto estar aquí para conocerlos? —le pregunte—. Es cierto. Escucha, Brandon necesita un viaje a casa, y vive al otro lado de la ciudad —dijo Bird—. ¿Estás bien si vuelves a casa con Joe?

—Claro.

Volví a la mesa, la conversación casi se paralizo cuando los chicos volvieron su atención a la comida. No Hawaiian heaven en nuestro extremo.

No hay mucho con verduras, tampoco. Yo no podría tener un novio, pero estoy lo suficientemente familiarizada con los chicos como para saber que comían mucho. Pero estos chicos comían como si el planeta se quedara sin alimentos para mañana, así que tenían que abastecerse ahora.

A medida que lentamente comía mis cuantas rebanadas, deje que mi mirada vagara alrededor de la mesa. Había muchos ochos, nueves, nueve punto cinco, y dieces alrededor. Cualquiera de estos tipos sería el novio perfecto de verano. Todo lo que tenía que hacer era convencerlos que sería la novia perfecta.