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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
ahh malditos tipos!!
Donde esta Nick cuando se necesita!!
Esos tipos dan asco y miedo!!
Siguela!!
Donde esta Nick cuando se necesita!!
Esos tipos dan asco y miedo!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Esta chica no me gusta!!!.... aaahhhh creo que nick se los comera cuando se entere que fueron a ver a la rayiiss!!!
chelis
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Cuando llegamos al centro comunitario Little Paradise, me quedé impresionada. Pacas de heno decorativos se habían colocado cerca de las puertas delanteras, y Ryder y Ellis Russell se alzaban sobre ellas, colgando un letrero que proclamaba con orgullo BAILE DE GRANERO. Ryder incluso llevaba un sombrero de vaquero y una camisa roja a cuadros.
Yo todavía estaba en mi uniforme de trabajo de jeans una camiseta. La camiseta de hoy decía Ten cuidado, muerdo, una oda a mi raro sentido del humor.
Cuando nos bajamos del auto de Jeremiah, Gracie se protegió los ojos del sol poniente y se quedó mirando el cartel.
—Luce bien —dijo en voz alta. Luego añadió—: El cartel, también.
Ellis Russell se dio la vuelta, y podría haber jurado que se sonrojó un poco.
—Hey, ___________________ —dijo—. Bath está adentro si estás buscándola.
Le di un pequeño saludo y tiré del brazo de Gracie, arrastrándola dentro del centro comunitario. Sus sandalias golpeaban con cada paso, pero ella estaba sonriendo como si fuera divertido.
—No me di cuenta que había un código de vestimenta —dijo—. Me habría puesto algo bonito.
—¿Un vestido de verano? —dije en broma. Su vestuario era todo vestidos de verano. Entre más corto sea, mejor.
—¿Cómo lo adivinaste?
—Sólo una corazonada —le dije secamente. Los hombres estaban moviendo pacas de heno a las esquinas de la habitación, y unas pocos mesas plegables habían sido colocadas a lo largo de una pared para las bebidas. El fuerte olor a heno y were-puma tocó mi nariz. Fue inteligente Bath al contratar a los Russell para hacer el trabajo pesado.
Kevin Russell tiró a un lado su fardo de heno y se acercó a nosotros, levantando su gorra y limpiándose debajo de sus cejas. Me di cuenta de que su mirada fue a Gracie y su pequeño vestido y piernas largas y bronceadas.
—Ustedes están aquí temprano.
—El trabajo estaba lento —dije con un encogimiento de hombros—. Decidimos venir a ver si podíamos ayudar.
Él inclinó la cabeza, parpadeando una sonrisa hacia Gracie.
—Tu hermana está en la cocina, tratando de hacer todo ella misma.
—Iré a ayudarla, entonces. Gracie, ¿vienes?
—Creo que me quedaré por aquí y… supervisar el heno —dijo en voz baja y ronca.
Kevin le dio otra mirada apreciativa, luego me guiñó un ojo. Sus pulgares enganchados en los pasadores de su pantalón.
—Vamos, señorita Gracie. Voy a hacerte un asiento.
Estaba coqueteando deliberadamente para quitar a Gracie de mi espalda. Buen hombre. Saludé con la mano a unos cuantos más de los Russell y me metí en la cocina.
Bath estaba sola, cortado sándwiches en cuatro partes con forma de triángulos. Ella levantó la mirada un momento y luego siguió cortando.
—Estás aquí temprano. ¿Pasa algo?
No pasé desapercibida la nota de tensión en su voz, Bath quería malditamente que esto resultara bien esta noche. Levanté una rebanada de tocino de la enorme bandeja al lado de la línea de preparación de sándwich.
—Entonces, ¿quieres las buenas noticias o las malas noticias?
Ella levantó la vista de nuevo y pensó por un segundo.
—¿Buenas noticias?
Incliné la cabeza y le di una pequeña sonrisa.
—¿Estoy aquí dos horas antes?
Una ceja se levantó.
—¿Y las malas noticias?
—Traje a Gracie.
—Oh, ___________________ —exclamó, dejando a un lado los cuatro triángulos perfectos y estirándose para el próximo sándwich—. ¿No pudiste deshacerte de ella por la tarde? ¿Establecerla con otro sátiro?
—Pensé que sería una buena idea para mantenerla cerca —dije—. Ya que la manada de lobos pasó por la agencia más temprano y se inscribió en el servicio.
El corte hacia abajo de mi hermana titubeó y gritó, chupando su pulgar. Bath dejó caer el cuchillo, mirándome con los ojos muy abiertos.
Tomé un cuchillo limpio, la empujé a un lado y comencé a cortar mientras ella chupaba la sangre de su dedo pulgar. Al cortar, le hablé de los lobos y de lo que habían dicho.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó mi hermana en voz baja.
Me encogí de hombros con más calma de la que sentía.
—¿Qué puedo hacer?
Bath frunció el ceño y se estiró para tirar de su cola de caballo por costumbre. Su mano revoloteó, sin encontrar nada, ya que su cabello estaba acomodado en un moño.
—No estoy tan segura de que sea aconsejable invitar a la manada de lobos al servicio y dejar que los tengan citas con los clientes de la Alianza.
—No lo es. No confío en ellos, pero ¿qué podemos hacer? Si nos negamos a servirlos en la agencia, van a causar un escándalo enorme. Sabes que Joe quiere los lobos se unan. Una manada de lobos guía y las otras la seguirán. Si los hacemos enojar, nos despedimos de todos. Todo lo que podemos hacer es poner sus perfiles en el sistema y esperar que nadie muestre interés.
No le dije a mi hermana acerca de la oferta de tres por uno que me habían mencionado. Algunas cosas simplemente no eran para compartir. Tenía planeado acurrucarme en los brazos de Nick y decirle, sin embargo.
Hablando de eso…
—¿Has visto a Nick hoy? —Puse a un lado el plato de sándwiches.
Bath se trasladó al mostrador lejano, buscando copas de plástico. Eran el tipo que tenías que armarlas, y cogió una pila y comenzó a encajarlas.
—No. Está fuera con Joe en un trabajo, y he estado muy ocupada comprando todo el vino del condado. Tengo una variedad, porque no estoy segura de lo que a las distintas razas les gusta beber. ¿Crees que esto está bien? —Hizo un gesto hacia las filas y filas de botellas.
Me apoyé encontra el mostrador, preguntándome exactamente qué tipo de trabajo estaban haciendo Nick y Joe. No pregunté, sin embargo, sólo pondría a mi hermana más ansiosa. Así que busqué en las variedades de vino.
—Si es gratis, a nadie le va a importar si se trata de un barril, una caja, o una botella.
—Tienes un punto —dijo ella, mordiéndose el labio—. Sólo quiero que esta noche vaya perfectamente. Para mostrarle a Joe que soy una buena pareja para él, y que no tengo que tener pelaje para ser capaz de juntarme con la Alianza o ejecutar un negocio en Alianza.
Por Dios. Mi hermana realmente estaba nerviosa.
—Entonces, ¿qué más hay en el menú de esta noche?
—Pastel de melocotón —anunció mi hermana—. Y la falda va a ser entregada media hora antes de que el baile comience oficialmente. Austin está afuera en una carrera de cerveza, ya que muchos de los clientes van a querer eso.
—Buena idea —dije—. ¿Qué más hay que hacer?
Mi hermana se apoyó en el mostrador por un minuto, luciendo agotada.
—Todo.
Le di una sonrisa alegre.
—Entonces creo que es una cosa buena que me presentara temprano.
Yo todavía estaba en mi uniforme de trabajo de jeans una camiseta. La camiseta de hoy decía Ten cuidado, muerdo, una oda a mi raro sentido del humor.
Cuando nos bajamos del auto de Jeremiah, Gracie se protegió los ojos del sol poniente y se quedó mirando el cartel.
—Luce bien —dijo en voz alta. Luego añadió—: El cartel, también.
Ellis Russell se dio la vuelta, y podría haber jurado que se sonrojó un poco.
—Hey, ___________________ —dijo—. Bath está adentro si estás buscándola.
Le di un pequeño saludo y tiré del brazo de Gracie, arrastrándola dentro del centro comunitario. Sus sandalias golpeaban con cada paso, pero ella estaba sonriendo como si fuera divertido.
—No me di cuenta que había un código de vestimenta —dijo—. Me habría puesto algo bonito.
—¿Un vestido de verano? —dije en broma. Su vestuario era todo vestidos de verano. Entre más corto sea, mejor.
—¿Cómo lo adivinaste?
—Sólo una corazonada —le dije secamente. Los hombres estaban moviendo pacas de heno a las esquinas de la habitación, y unas pocos mesas plegables habían sido colocadas a lo largo de una pared para las bebidas. El fuerte olor a heno y were-puma tocó mi nariz. Fue inteligente Bath al contratar a los Russell para hacer el trabajo pesado.
Kevin Russell tiró a un lado su fardo de heno y se acercó a nosotros, levantando su gorra y limpiándose debajo de sus cejas. Me di cuenta de que su mirada fue a Gracie y su pequeño vestido y piernas largas y bronceadas.
—Ustedes están aquí temprano.
—El trabajo estaba lento —dije con un encogimiento de hombros—. Decidimos venir a ver si podíamos ayudar.
Él inclinó la cabeza, parpadeando una sonrisa hacia Gracie.
—Tu hermana está en la cocina, tratando de hacer todo ella misma.
—Iré a ayudarla, entonces. Gracie, ¿vienes?
—Creo que me quedaré por aquí y… supervisar el heno —dijo en voz baja y ronca.
Kevin le dio otra mirada apreciativa, luego me guiñó un ojo. Sus pulgares enganchados en los pasadores de su pantalón.
—Vamos, señorita Gracie. Voy a hacerte un asiento.
Estaba coqueteando deliberadamente para quitar a Gracie de mi espalda. Buen hombre. Saludé con la mano a unos cuantos más de los Russell y me metí en la cocina.
Bath estaba sola, cortado sándwiches en cuatro partes con forma de triángulos. Ella levantó la mirada un momento y luego siguió cortando.
—Estás aquí temprano. ¿Pasa algo?
No pasé desapercibida la nota de tensión en su voz, Bath quería malditamente que esto resultara bien esta noche. Levanté una rebanada de tocino de la enorme bandeja al lado de la línea de preparación de sándwich.
—Entonces, ¿quieres las buenas noticias o las malas noticias?
Ella levantó la vista de nuevo y pensó por un segundo.
—¿Buenas noticias?
Incliné la cabeza y le di una pequeña sonrisa.
—¿Estoy aquí dos horas antes?
Una ceja se levantó.
—¿Y las malas noticias?
—Traje a Gracie.
—Oh, ___________________ —exclamó, dejando a un lado los cuatro triángulos perfectos y estirándose para el próximo sándwich—. ¿No pudiste deshacerte de ella por la tarde? ¿Establecerla con otro sátiro?
—Pensé que sería una buena idea para mantenerla cerca —dije—. Ya que la manada de lobos pasó por la agencia más temprano y se inscribió en el servicio.
El corte hacia abajo de mi hermana titubeó y gritó, chupando su pulgar. Bath dejó caer el cuchillo, mirándome con los ojos muy abiertos.
Tomé un cuchillo limpio, la empujé a un lado y comencé a cortar mientras ella chupaba la sangre de su dedo pulgar. Al cortar, le hablé de los lobos y de lo que habían dicho.
—¿Qué vas a hacer? —preguntó mi hermana en voz baja.
Me encogí de hombros con más calma de la que sentía.
—¿Qué puedo hacer?
Bath frunció el ceño y se estiró para tirar de su cola de caballo por costumbre. Su mano revoloteó, sin encontrar nada, ya que su cabello estaba acomodado en un moño.
—No estoy tan segura de que sea aconsejable invitar a la manada de lobos al servicio y dejar que los tengan citas con los clientes de la Alianza.
—No lo es. No confío en ellos, pero ¿qué podemos hacer? Si nos negamos a servirlos en la agencia, van a causar un escándalo enorme. Sabes que Joe quiere los lobos se unan. Una manada de lobos guía y las otras la seguirán. Si los hacemos enojar, nos despedimos de todos. Todo lo que podemos hacer es poner sus perfiles en el sistema y esperar que nadie muestre interés.
No le dije a mi hermana acerca de la oferta de tres por uno que me habían mencionado. Algunas cosas simplemente no eran para compartir. Tenía planeado acurrucarme en los brazos de Nick y decirle, sin embargo.
Hablando de eso…
—¿Has visto a Nick hoy? —Puse a un lado el plato de sándwiches.
Bath se trasladó al mostrador lejano, buscando copas de plástico. Eran el tipo que tenías que armarlas, y cogió una pila y comenzó a encajarlas.
—No. Está fuera con Joe en un trabajo, y he estado muy ocupada comprando todo el vino del condado. Tengo una variedad, porque no estoy segura de lo que a las distintas razas les gusta beber. ¿Crees que esto está bien? —Hizo un gesto hacia las filas y filas de botellas.
Me apoyé encontra el mostrador, preguntándome exactamente qué tipo de trabajo estaban haciendo Nick y Joe. No pregunté, sin embargo, sólo pondría a mi hermana más ansiosa. Así que busqué en las variedades de vino.
—Si es gratis, a nadie le va a importar si se trata de un barril, una caja, o una botella.
—Tienes un punto —dijo ella, mordiéndose el labio—. Sólo quiero que esta noche vaya perfectamente. Para mostrarle a Joe que soy una buena pareja para él, y que no tengo que tener pelaje para ser capaz de juntarme con la Alianza o ejecutar un negocio en Alianza.
Por Dios. Mi hermana realmente estaba nerviosa.
—Entonces, ¿qué más hay en el menú de esta noche?
—Pastel de melocotón —anunció mi hermana—. Y la falda va a ser entregada media hora antes de que el baile comience oficialmente. Austin está afuera en una carrera de cerveza, ya que muchos de los clientes van a querer eso.
—Buena idea —dije—. ¿Qué más hay que hacer?
Mi hermana se apoyó en el mostrador por un minuto, luciendo agotada.
—Todo.
Le di una sonrisa alegre.
—Entonces creo que es una cosa buena que me presentara temprano.
***
bueno chicas aqui esta el capitulo :D
cuidense :bye:
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
aww pobre de Bath!
Tiene muchas presiones!!
Extraño a Nicholas!!
Siguela!!
Tiene muchas presiones!!
Extraño a Nicholas!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Trabajamos amigablemente durante la tarde. A medida que los Russell y Gracie acomodaban el área de baile, mi hermana y yo preparábamos la comida. Galletas, pastelitos y aperitivos estaban también en el menú. Cuando empezó a sacar los ingredientes para chile hecho en casa, la detuve. A este ritmo, tendríamos suficiente comida para alimentar a un ejército.
Austin volvió con la cerveza y bolsas de hielo, su prima Savannah supervisando. Ella me dio una leve sonrisa mientras entraba con dos bolsas de hielo en sus brazos, mientras que Austin se acercó y me alborotó el cabello.
—Hola, Savannah —dije alegremente—. Me alegro de verte fuera de casa.
Ella se sonrojó y asintió con la cabeza, y luego desapareció en la cocina. Mi hermana reclutó a Kevin y Gracie para llenar algunos de los barriles con hielo para la cerveza. Mientras lo hacía, me moví al lado de Austin.
—¿Ella está bien? ¿Tu prima?
Austin asintió.
—Tiene una mirada triste en su rostro de vez en cuando, pero parece estar bien. Tratamos de no dejarla sola todo el tiempo. He oído que el chico lobo no puede tener una pista.
Asentí con la cabeza, pensando en el anhelo desesperado de Connor por Savannah.
Austin se puso rígido de repente, y levanté la cabeza mientras un olor familiar se metió en mi nariz. No Gracie, pero casi. Era extraño oler a lobo justo cuando habíamos estado hablando acerca de ellos…
Y entonces me di cuenta de que las cosas estaban a punto de ponerse muy mal. Ya que Connor había claramente seguido a Savannah hasta aquí.
Tres de los Russell dejaron lo que estaban sosteniendo, sus cuerpos poniéndose rígidos de ira.
Luego, la puerta de la cocina se abrió.
—¿Savannah? —llamó un hombre.
Oh, mierda.
Kevin y Ellis pasaron junto a mí, Austin unos pasos atrás. La puerta no se había cerrado aún detrás de Connor antes de ser abordado y lo arrojado al suelo. Los Russell apilados encima de él, y los sonidos humanos de rabia dieron paso a gruñidos animales. Ellis se levantó de nuevo, una señal segura de que iba a cambiar.
—Savannah —gritó Connor, el sonido luego ahogado por el golpe de un puño en su mandíbula—. ¡Quiero verla!
—Saca a Savannah de aquí —gritó Kevin desde el tumulto.
Vi a Savannah dudar, pero no se fue. Su rostro parecía agonizar.
Un grito de dolor brotó de Connor, y los gruñidos se intensificaron. Me precipité hacia adelante, empujando a mi manera a través de las extremidades dando paliza.
—Ya basta —grité, agarrando manos y brazos y tratando de hacer mi camino por el hervidero de cuerpos—. ¡Kevin! ¡Jeremiah! ¡Ellis! ¡Deengan esto ahora mismo!
Me ignraron. Austin intentó levantarme, pero me aferré a la camisa de Ellis, reacia a retirarme de la pelea.
Connor siguió luchando, y mientras miraba, su rostro parecía crecer más canina, un ligero cambio que ocurriendo incluso mientras luchaba contra Ellis y Jacob.
—Sólo quiero hablar con ella —gruñó.
—No se permiten lobos —dijo Ellis, inclinándose sobre la forma propensa de Connor con un gruñido salvaje que encrestaba su labio—. Nadie quiere a los de su sucio tipo rondando por aquí.
Me estremecí y me movió hacia delante, justo a tiempo para atrapar un puño volador. Me golpeó en la boca, y envolví mis manos alrededor de ese gran brazo y lo mordí.
—Ay —gritó Kevin, y todos los ojos se volvieron hacia mí—. ¿Qué mierda, ___________________?
Lo solté, mi labio encrespándose en mi propio gruñido. La boca de Connor estaba sangrando, con el rostro desafiante, la nariz crujía como un gruñido de lobo. Parecía listo para enfrentarse a todos los Russell, sus fosas nasales dilatadas. No le importaba si ganaba o no, me di cuenta. Sencillamente tenía que ver a Savannah o volverse loco.
Y de repente, entendí eso.
—Déjenlo ir —dije, y solté el brazo de Kevin—. Él sólo quiere hablar con ella.
Austin se interpuso entre Connor y yo. Sus manos levantadas en un gesto conciliador.
—___________________, necesitas dejar que nosotros nos encar…
Alguien se movió a mi lado y atrapé una bocanada del olor de Gracie. Sabía lo que ella estaba sintiendo: ira e indignación. Sentí un poco de ello por mí misma al ver a los tres Russell golpeando a Connor.
La parte de lobo en mí se agitó.
—¿Encargarse? —terminé por él—. ¿Quieres decir, quieres molerlo a golpes sólo porque él es un lobo?Soy un lobo, también.
Jeremías meneó la cabeza.
—No como ellos.
—Es justo como nosotros —espetó Gracie—. Es por eso que Maynard y papá la quieren tan malditamente, grandísimo idiota.
—Connor no es como los otros —dije en voz baja—. Lo conozco. —Empujé entre ellos, poniendo mis manos en mis caderas para aumentar mi masa—. Connor firmó para estar en la Alianza. Es tan bienvenido como cualquier Russell.
—O yo. —La normalmente juguetona voz de Gracie era fría y antipática.
La expresión de Kevin se ensombreció.
—¿Qué entonces?
—Sólo quiero hablar con Savannah —jadeó Connor—. Luego prometo que me voy.
Todos miramos a Savannah, situándose en el lado opuesto de la habitación. Su rostro estaba mortalmente blanco mientras miraba la escena.
—¿Quieres hablar con este lobo mediocre? —dijo Kevin, y yo quería darle una patada.
Savannah vaciló. Después de un largo rato, largo, negó con la cabeza.
—No. —Entonces se dio la vuelta y regresó a la cocina.
Miré a Connor. La angustia estaba grabada en su hermoso rostro. Ellis lentamente se bajó de él, y Connor se arrastró y se dirigió hacia la puerta, su paso airado. Kevin le dio un codazo a Austin con una sonrisa.
Irritada con ambos, les di un empujón y corrí tras Connor.
—Connor, espera —dije, persiguiéndolo a través del estacionamiento. No se volvería a mirarme, pero finalmente lo alcancé y le toqué el brazo—. ¿Estás bien?
Volvió sus oscuros y atormentados ojos hacia mí.
—¿Me veo bien? La amo. No puedo pensar en nadie más que ella. No me importa que no sea una mujer lobo. Quiero llevarla a mi lado y mantenerla a salvo. Pero ella ni siquiera quiere hablar conmigo.
—Voy a hablar con ella —le dije, sin ayudarlo con su dolor—. A ver si puedo averiguar qué la está molestando.
—Yo sé lo que la está molestando —escupió—. La follé. Me suplicó que la dejara ir cuando nos enteramos de que estaba en celo, pero mi padre no estaría de acuerdo. Así que dormimos juntos, y ahora me odia porque no fue su elección.
Savannah tenía todo el derecho a estar molesta. ¿Qué podía decir?
—Yo sólo… sólo quiero hablar con ella. Sostenerla en mis brazos y dejarle saber que me preocupo por ella. Que es la única para mí, y que la amo y a nuestro hijo.
¿Hijo? bien, maldición. Por supuesto que estaba embarazada después de estar en celo. Así era como funcionaba la naturaleza. La parte humana de mí simplemente no había sumado dos y dos.
—Hablaré con ella y veré cómo se siente. Te llamaré por la mañana, ¿de acuerdo?
Detrás de nosotros, oí la puerta del centro comunitario cerrarse de golpe, y nos giramos para ver a Gracie pisando fuerte por el estacionamiento, sus sandalias golpeando el pavimento. Estaba furiosa, su cabello rizado volando.
—Vamos, Connor —dijo ella, mirando por encima de mí—. Vamos a decirle a papá justo lo que piensa la Alianza de los lobos, y ver lo que tiene que decir al respecto.
—Gracie —comencé, una nota de alarma en mi voz.
Gracie me enseñó los dientes.
—Los oíste. Los lobos son una mierda y buenos para nada. ¿No es como si todos los lobos fueran así, al igual que estoy segura de que no todos los were-gatos son gilipollas —espetó—. Estás mejor con nuestra especie, y cuanto antes te das cuenta de eso, mejor será para ti. Siempre vas a ser basura para ellos, sólo por el tipo de piel que te crece. Y no lo olvides.
Con eso, se subió al coche de Connor y no miró hacia mí. Connor, con los hombros caídos, echó una última mirada abatida al centro comunitario y luego entró, también.
Los vi marcharse, con los brazos cruzados con fuerza sobre mi pecho. No sabía qué hacer. Me gustaba Connor. Me gustaban Jackson y Dan. Incluso me gustaba Gracie en una rotonda manera, pero odiaba al resto de los lobos. Pero lo que había pasado en el centro comunitario me alarmó. Los lobos eran los enemigos de la Alianza. Habían intimidado a otros supes durante tanto tiempo que no estaban familiarizados con ser superados en número, y estaba claro que no les gustaba. ¿Sería siempre una guerra entre nuestras razas?
Y por supuesto había que pensar en Savannah. Si Connor tenía razón, ella llevaba a su bebé. Un gato-perro-humano.
Yo realmente, realmente quería hablar con Nick en este momento, para compartir mi confusión y hacer que él frotara mi espalda y me dijera que todo estaría bien. Para recordarme que era bienvenida, no el enemigo. Él estaría aquí pronto, y miré al reloj con ansiedad.
Frotándome mis brazos, volví al centro comunitario. Los tres Russells estaban de pie junto a la cerveza, cada uno con una botella en la mano, presionando sus mandíbulas donde Connor había conseguido golpearlos.
Kevin se volvió hacia mí y se ajustó su gorra de béisbol con el ceño fruncido.
—Él te golpeó, también, ¿eh?
Toqué mi mejilla palpitante y levanté una ceja.
—En realidad, tú lo hiciste.
Su mirada de vergüenza casi valió la pena.
Austin volvió con la cerveza y bolsas de hielo, su prima Savannah supervisando. Ella me dio una leve sonrisa mientras entraba con dos bolsas de hielo en sus brazos, mientras que Austin se acercó y me alborotó el cabello.
—Hola, Savannah —dije alegremente—. Me alegro de verte fuera de casa.
Ella se sonrojó y asintió con la cabeza, y luego desapareció en la cocina. Mi hermana reclutó a Kevin y Gracie para llenar algunos de los barriles con hielo para la cerveza. Mientras lo hacía, me moví al lado de Austin.
—¿Ella está bien? ¿Tu prima?
Austin asintió.
—Tiene una mirada triste en su rostro de vez en cuando, pero parece estar bien. Tratamos de no dejarla sola todo el tiempo. He oído que el chico lobo no puede tener una pista.
Asentí con la cabeza, pensando en el anhelo desesperado de Connor por Savannah.
Austin se puso rígido de repente, y levanté la cabeza mientras un olor familiar se metió en mi nariz. No Gracie, pero casi. Era extraño oler a lobo justo cuando habíamos estado hablando acerca de ellos…
Y entonces me di cuenta de que las cosas estaban a punto de ponerse muy mal. Ya que Connor había claramente seguido a Savannah hasta aquí.
Tres de los Russell dejaron lo que estaban sosteniendo, sus cuerpos poniéndose rígidos de ira.
Luego, la puerta de la cocina se abrió.
—¿Savannah? —llamó un hombre.
Oh, mierda.
Kevin y Ellis pasaron junto a mí, Austin unos pasos atrás. La puerta no se había cerrado aún detrás de Connor antes de ser abordado y lo arrojado al suelo. Los Russell apilados encima de él, y los sonidos humanos de rabia dieron paso a gruñidos animales. Ellis se levantó de nuevo, una señal segura de que iba a cambiar.
—Savannah —gritó Connor, el sonido luego ahogado por el golpe de un puño en su mandíbula—. ¡Quiero verla!
—Saca a Savannah de aquí —gritó Kevin desde el tumulto.
Vi a Savannah dudar, pero no se fue. Su rostro parecía agonizar.
Un grito de dolor brotó de Connor, y los gruñidos se intensificaron. Me precipité hacia adelante, empujando a mi manera a través de las extremidades dando paliza.
—Ya basta —grité, agarrando manos y brazos y tratando de hacer mi camino por el hervidero de cuerpos—. ¡Kevin! ¡Jeremiah! ¡Ellis! ¡Deengan esto ahora mismo!
Me ignraron. Austin intentó levantarme, pero me aferré a la camisa de Ellis, reacia a retirarme de la pelea.
Connor siguió luchando, y mientras miraba, su rostro parecía crecer más canina, un ligero cambio que ocurriendo incluso mientras luchaba contra Ellis y Jacob.
—Sólo quiero hablar con ella —gruñó.
—No se permiten lobos —dijo Ellis, inclinándose sobre la forma propensa de Connor con un gruñido salvaje que encrestaba su labio—. Nadie quiere a los de su sucio tipo rondando por aquí.
Me estremecí y me movió hacia delante, justo a tiempo para atrapar un puño volador. Me golpeó en la boca, y envolví mis manos alrededor de ese gran brazo y lo mordí.
—Ay —gritó Kevin, y todos los ojos se volvieron hacia mí—. ¿Qué mierda, ___________________?
Lo solté, mi labio encrespándose en mi propio gruñido. La boca de Connor estaba sangrando, con el rostro desafiante, la nariz crujía como un gruñido de lobo. Parecía listo para enfrentarse a todos los Russell, sus fosas nasales dilatadas. No le importaba si ganaba o no, me di cuenta. Sencillamente tenía que ver a Savannah o volverse loco.
Y de repente, entendí eso.
—Déjenlo ir —dije, y solté el brazo de Kevin—. Él sólo quiere hablar con ella.
Austin se interpuso entre Connor y yo. Sus manos levantadas en un gesto conciliador.
—___________________, necesitas dejar que nosotros nos encar…
Alguien se movió a mi lado y atrapé una bocanada del olor de Gracie. Sabía lo que ella estaba sintiendo: ira e indignación. Sentí un poco de ello por mí misma al ver a los tres Russell golpeando a Connor.
La parte de lobo en mí se agitó.
—¿Encargarse? —terminé por él—. ¿Quieres decir, quieres molerlo a golpes sólo porque él es un lobo?Soy un lobo, también.
Jeremías meneó la cabeza.
—No como ellos.
—Es justo como nosotros —espetó Gracie—. Es por eso que Maynard y papá la quieren tan malditamente, grandísimo idiota.
—Connor no es como los otros —dije en voz baja—. Lo conozco. —Empujé entre ellos, poniendo mis manos en mis caderas para aumentar mi masa—. Connor firmó para estar en la Alianza. Es tan bienvenido como cualquier Russell.
—O yo. —La normalmente juguetona voz de Gracie era fría y antipática.
La expresión de Kevin se ensombreció.
—¿Qué entonces?
—Sólo quiero hablar con Savannah —jadeó Connor—. Luego prometo que me voy.
Todos miramos a Savannah, situándose en el lado opuesto de la habitación. Su rostro estaba mortalmente blanco mientras miraba la escena.
—¿Quieres hablar con este lobo mediocre? —dijo Kevin, y yo quería darle una patada.
Savannah vaciló. Después de un largo rato, largo, negó con la cabeza.
—No. —Entonces se dio la vuelta y regresó a la cocina.
Miré a Connor. La angustia estaba grabada en su hermoso rostro. Ellis lentamente se bajó de él, y Connor se arrastró y se dirigió hacia la puerta, su paso airado. Kevin le dio un codazo a Austin con una sonrisa.
Irritada con ambos, les di un empujón y corrí tras Connor.
—Connor, espera —dije, persiguiéndolo a través del estacionamiento. No se volvería a mirarme, pero finalmente lo alcancé y le toqué el brazo—. ¿Estás bien?
Volvió sus oscuros y atormentados ojos hacia mí.
—¿Me veo bien? La amo. No puedo pensar en nadie más que ella. No me importa que no sea una mujer lobo. Quiero llevarla a mi lado y mantenerla a salvo. Pero ella ni siquiera quiere hablar conmigo.
—Voy a hablar con ella —le dije, sin ayudarlo con su dolor—. A ver si puedo averiguar qué la está molestando.
—Yo sé lo que la está molestando —escupió—. La follé. Me suplicó que la dejara ir cuando nos enteramos de que estaba en celo, pero mi padre no estaría de acuerdo. Así que dormimos juntos, y ahora me odia porque no fue su elección.
Savannah tenía todo el derecho a estar molesta. ¿Qué podía decir?
—Yo sólo… sólo quiero hablar con ella. Sostenerla en mis brazos y dejarle saber que me preocupo por ella. Que es la única para mí, y que la amo y a nuestro hijo.
¿Hijo? bien, maldición. Por supuesto que estaba embarazada después de estar en celo. Así era como funcionaba la naturaleza. La parte humana de mí simplemente no había sumado dos y dos.
—Hablaré con ella y veré cómo se siente. Te llamaré por la mañana, ¿de acuerdo?
Detrás de nosotros, oí la puerta del centro comunitario cerrarse de golpe, y nos giramos para ver a Gracie pisando fuerte por el estacionamiento, sus sandalias golpeando el pavimento. Estaba furiosa, su cabello rizado volando.
—Vamos, Connor —dijo ella, mirando por encima de mí—. Vamos a decirle a papá justo lo que piensa la Alianza de los lobos, y ver lo que tiene que decir al respecto.
—Gracie —comencé, una nota de alarma en mi voz.
Gracie me enseñó los dientes.
—Los oíste. Los lobos son una mierda y buenos para nada. ¿No es como si todos los lobos fueran así, al igual que estoy segura de que no todos los were-gatos son gilipollas —espetó—. Estás mejor con nuestra especie, y cuanto antes te das cuenta de eso, mejor será para ti. Siempre vas a ser basura para ellos, sólo por el tipo de piel que te crece. Y no lo olvides.
Con eso, se subió al coche de Connor y no miró hacia mí. Connor, con los hombros caídos, echó una última mirada abatida al centro comunitario y luego entró, también.
Los vi marcharse, con los brazos cruzados con fuerza sobre mi pecho. No sabía qué hacer. Me gustaba Connor. Me gustaban Jackson y Dan. Incluso me gustaba Gracie en una rotonda manera, pero odiaba al resto de los lobos. Pero lo que había pasado en el centro comunitario me alarmó. Los lobos eran los enemigos de la Alianza. Habían intimidado a otros supes durante tanto tiempo que no estaban familiarizados con ser superados en número, y estaba claro que no les gustaba. ¿Sería siempre una guerra entre nuestras razas?
Y por supuesto había que pensar en Savannah. Si Connor tenía razón, ella llevaba a su bebé. Un gato-perro-humano.
Yo realmente, realmente quería hablar con Nick en este momento, para compartir mi confusión y hacer que él frotara mi espalda y me dijera que todo estaría bien. Para recordarme que era bienvenida, no el enemigo. Él estaría aquí pronto, y miré al reloj con ansiedad.
Frotándome mis brazos, volví al centro comunitario. Los tres Russells estaban de pie junto a la cerveza, cada uno con una botella en la mano, presionando sus mandíbulas donde Connor había conseguido golpearlos.
Kevin se volvió hacia mí y se ajustó su gorra de béisbol con el ceño fruncido.
—Él te golpeó, también, ¿eh?
Toqué mi mejilla palpitante y levanté una ceja.
—En realidad, tú lo hiciste.
Su mirada de vergüenza casi valió la pena.
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Capítulo 15
Unas cuantas horas después el baile comenzó a llenarse, y el nerviosismo de mi hermana estaba en pleno florecimiento. Ella retorció la larga, sedosa caída de su cabello rubio.—¿Estás segura que luzco bien?
—Luces hermosa —dije por la catorce vez. Ella vestía un vestido de tubo de color amarillo pálido hecho de ojal, y debido al clima se había puesto una chaqueta blanca encima. Estaba dorada y hermosa, y sabía que Joe amaría la vista de ella.
—No luzco como una supermodelo —dijo ella con una sonrisa triste.
—Y eso está perfectamente bien —dije, alcanzándola y dándole un apretón alrededor de la cintura, feliz de poder hacer eso por una vez. Antes de que mi secreto saliera, había estado asustada de tocar a alguien por miedo de que mi olor persistiera. Ahora no tengo que preocuparme de eso, y disfruto tocando.
Especialmente lo disfruto cuando Nick me toca.
Bath me dio una mirada crítica.
—Creo que necesitas más maquillaje en tus mejillas.
Toqué el moretón.
—¿Es malo?
—No es bueno —acordó, sacando un polvo compacto y ofreciéndomelo—. Resta un poco más de importancia que Nick no esté molesto. Créeme.
Sentí un rubor arrastrándose sobre mis mejillas y ajusté mi propio vestido. Mi hermana —A quien le gusta pensar en todo— me había comprado uno corto, ondeante y pequeño de color verde con tiras de espagueti. Me gustó el color y estaba agradecida de que teñí mi cabello rojo para armonizar.
La música cambió a una lenta canción y mi hermana sonrío cuando la pista se llenó con supermodelos de todos tipos y sus parejas. Sabía que ella estaba mentalmente catalogando cuales parecían estar llevándose bien y haciendo notas para cuando volviera a la oficina. Vi tejones bailando con tigres, jaguares bailando con pumas, e incluso la arpía había conseguido un baile o dos en… no una pequeña hazaña. El olor de los diferentes supernaturales llenaba mis fosas nasales, pero no de una mala manera. Cuando vi, una diminuta hembra were-zorra conducir a Jeremiah y otro hombre fuera de la pista de baile y deslizarse entre ellos, sus caderas se mecieron entre ambos hombres.
Había escuchado ese tipo de cosas de las were-zorras.
Savannah había desaparecido, citando un dolor de cabeza. Austin la había llevado a casa y ofreció quedarse con ella.
Hablando de los Rusell… el olor de uno en particular tocó mis fosas nasales y giré para ver a Joe trabajando su camino a través de la multitud. Mi hermana no lo había notado aún, y compartí una sonrisa de complicidad con él mientras se colaba hacia ella, un ramo de rosas en sus manos. Puse una mano sobre mi mejilla moreteada y jugué con mi cabello, empujándolo hacia adelante así no podría arruinar el adorablemente juguetón ánimo en el que parecía estar. Él era tan lindo con ella.
Estaba vestido en un usual traje gris y lucía más bien apuesto. Joe se deslizó detrás de mi hermana y le di a ella una mirada de soslayo, esperando.
Suficientemente segura, de que ella gritaría en sorpresa cuando un brazo serpenteara alrededor de su cintura y la otra presentara las rosas. A la vista de ellas, ella se relajó hacia atrás.
—Hola, bebé.
—Hola, dulce Bathsheba. —Lo escuché susurrar en su oído—. ¿Me extrañaste?
El rubor de mi hermana le dijo todo.
—Voy a ir a revisar nuestras municiones. —Me di la vuelta y me alejé, permitiéndoles unos pocos minutos de privacidad. Mientras cruzaba la habitación, la escaneé por Nick. Lo extrañaba, lo cual me preocupaba. ¿Él me extrañaba como yo a él? ¿O estaba disfrutando unos pocos minutos lejos de mí?
Descorché unas botellas de vino y sonreí aquellos que se detuvieron en la mesa por recargas. No es de sorprender, la gente estaba llenando en la bebida gratis e ignorando los sándwiches y barbacoa. Eso estaba bien. Tan lejos como los bailes iban, este estaba firmemente en la –columna ganadora–. La pista de baile estaba llena, la gente estaba sonriendo, y podía haber jurado que había visto a un señor fey bailando con una were-nutria.
Aquellos que no estaban bailando parecían estar teniendo un buen tiempo de todos modos. Cada mujer estaba rodeada por un grupo de admiradores; Los hombres de la Alianza superados en números por las mujeres de la Alianza sobre tres a uno. Cada mujer menos mi hermana —quien era humana y estaba tomada— y yo misma, quien era lobo y sólo medio tomada. Nadie se acercó a charlar conmigo, pero entendí sus reacciones. La mayoría de la Alianza tenía una gran marca de pregunta tan lejos como yo estaba preocupada. Si Levi y Maynard eran el tipo de lobos que corrían dentro, no los culpaba. Así que sonreí y llené copas y pregunté a la gente como estaban disfrutando el baile.
Vi a Joe conducir a Bath alrededor de la pista de baile, sus brazos alrededor de su cintura. La mejilla de mi hermana puesta contra su hombro, y los ojos de Joe estaban cerrados mientras se balanceaban con la música, simplemente disfrutando estar en los brazos del otro. Sentí un pinchazo en mi pecho y me di cuenta que era felicidad por mi hermana. Ella había encontrado alguien en quien apoyarse. Eso la hacía tan contenta. Yo amaba su felicidad… y la envidiaba, un poco. ¿Qué sería ser capaz de relajarse en los brazos de un hombre y no preocuparte de si el siguiente cambio te hará vomitar tu bazo, o si los lobos iban a aparecer y exigir un trío?
Estaba tan cansada de los lobos.
Una garganta aclarándose y una tambaleante margarita de tallo largo apareció ante mis ojos.
Levanté la vista a la cara de Nick, una sonrisa curvando su boca. Él había puesto la chaqueta de un traje sobre su playera de Seguridad Rusell, y su cabello estaba mojado y peinado lejos de su cara, como si hubiera sólo saltado fuera de la ducha minutos antes.
—Llego tarde —dijo mientras la música cambiaba a otra lenta canción.
Bajé la botella de vino.
—Eso está bien —dije con una sonrisa, moviéndome alrededor de la mesa hacia él—. ¿Noche ocupada?
—Sí.
—¿Nada que quieras decirme?
—No.
Tomé la flor que sostenía hacia mí y le sonreí.
—¿Olvidaste el resto del ramo?
—No eres el tipo de chica de un ramo.
Me reí.
—No lo soy. Me alegra que me conseguiste ésta —giré la flor—. Me gustan las margaritas.
—Quería algo para tu cabello —dijo en una voz ronca y tomó la flor de mí. Él rompió el tallo y la metió detrás de mi oreja, sus dedos arrastrándose a lo largo de mi mandíbula una vez que l flor estuvo colocada.
Un suave calor se apoderó de mí y di un paso más cerca de él, tirando de las solapas de su chaqueta.
—Eres un buen hombre, Nick Bjorn.
Sus dedos detuvieron su trazado en mi mandíbula.
—¿Por qué estás golpeada? —La rabia en su voz era palpable.
—Rompí una pelea más temprano. No es gran cosa. —Cuando él lució escéptico, envolví un brazo alrededor de su cintura y lo conduje dentro—. ¿Quieres bailar?
—¿No? —dijo con una nota de esperanza.
Deslicé mi mano dentro de la suya y tiré de él más cerca así que pude susurrar en su oído.
—No soy muy una bailarina tampoco, pero mi hermana quiere que tratemos. Para el espectáculo.
Me dio una mirada resignada y me condujo a la pista de baile.
Está bien, así que mi hermana en verdad no había dicho nada acerca de bailar, pero sabía que sería bueno para la relación. Un extra, eso me daba una excusa para acurrucarme profundo en los brazos de Nick y olvidar todas mis preocupaciones.
Cuando estuvimos en la pista de baile, colocó una larga mano en mi hombro y la otra vaciló, como si estuviera inseguro de donde ponerla. Guié su mano a mi cintura y entonces deslicé mis brazos alrededor de su espalda, presionando mi mejilla en su chaqueta. El olor de Nick y calor inmediatamente me envolvieron, y cerré mis ojos con puro placer. Quería desesperadamente decirle acerca de los lobos en la agencia más temprano, o Connor, pero esto demasiado lleno de gente. Tenía que decirle más tarde.
Nos balanceamos con la música, los pasos de Nick vacilando. Estaba claramente incomodo pero tratando por mi bien, y lo apreciaba todo más. Cuando la canción terminó. Le sonreí y tiré de su mano.
—Una canción es suficiente para probar tu devoción. No te torturaré con más.
Él destelló en una de sus raras sonrisas, claramente agradecido por el indulto. Mi corazón tartamudeó a la vista de esto. Nick era áspero en los bordes, pero cuando me sonreía… mi piel se calentaba con mis pensamientos, y yo los forzaba de vuelta la más canales corteses.
—Me alegra que estés aquí —dijo suavemente, sabiendo que él sería capaz de recoger las palabras con su oído cambiante.
—¿Por qué? —Sus cejas se fruncieron y el ceño retomó su cara—. ¿Qué está mal?
¿No podía una chica sólo estar agradecida de verlo? Pero él tenía razón… algo estaba molestándome. Pensé en Maynard y los otros de más temprano hoy y me estremecí.
—No puedo decírtelo aquí.
Su gran mano se apretó en la parte trasera de mi cuello y me empujó cerca… la versión de Nick de un abrazo confortable. Era un gesto que me hizo sentir totalmente poseída y abrumada de su fuerza, pero de una manera placentera. Su ligero abrazo dijo que estaba ahí para mí, que me protegía. No que me forzaría a doblarme a su voluntad.
Aún otra cosa que me gustaba de Nick… él conocía lo que me asusta y trató de que me sienta cómoda a su alrededor en todo momento. Yo tenía el mando en la relación. Una chica podía llegar a acostumbrarse a eso. Siempre que los lobos me dejaran alguna vez.
Tomé su gran mano en la mía y tiré.
—¿Vamos afuera?
Lo conduje a través de las multitudes de cambiantes y gorgones y el señor sabía que más. Pensé que debía de haber visto un vampiro, pero su falta de sociabilidad no me sorprendía —los vampiros estaban tan cómodos alrededor de cambiantes como los cambiantes alrededor de ellos; lo cual no era del todo. Además, imaginé que estar alrededor de un puñado de sudorosa, deliciosa gente lo hacía difícil. Sería como tomar un hombre hambriento en un todo-lo-que-puedas-comer buffet y entonces decirle que podía sólo probar si la cena se lo permitía.
Llegamos a las puertas y escapamos dentro del frío aire de la noche. El estacionamiento estaba abarrotado de autos de todas las marcas, con un muy largo porcentaje de camiones. Los autos estaban estacionados en doble fila detrás de otro, y unas pocas personas juntas en las pacas de heno cerca de la entrada, bebiendo cerveza y charlando. Continué pasándolos al lado lejano del lote de estacionamiento donde los otros no serían capaces de escucharnos sobre la música y la charla más cercana.
Cuando me detuve, deje caer su mano y levanté mi barbilla, olfateando el aire por algunos mirones. El estacionamiento del centro comunitario era demasiado pequeño para la multitud, y como cualquier tejano que se aprecie, las personas habían estacionado en el campo abierto de al lado.
Los arboles punteaban la distancia, y más lejos, vi el ocasional destello de faros en la carretera. Eso era tan privado como conseguiríamos.
—¿Qué es? —dijo Nick. Su tono desaprobando, pero lo conocía ahora, y sabía que estaba desaprobando pero no a mí sino a las cosas que me ponían ansiosa.
Crucé mis brazos sobre mi pecho, insegura de como comenzar. No le iba a gustar lo que estaba a punto de decir.
Él confundió mi cruce de brazos por escalofríos humanos y se sacó su chaqueta, entonces me empujo cerca, envolviéndome en ella. Iba a protestar que ya no sufría de los escalofríos extraños ahora que he cambiado a una forma regular, pero el olor y calidez de su chaqueta eran intoxicantes. Me acurruqué profundo, y cuando me inclinó contra un camión cercano, lo deje empujarme dentro de sus brazos y frotar mi espalda.
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Los lobos podían ronronear, y yo tenía que haber estado ronroneando en este momento.
—¿Qué es lo que quieres decirme? —preguntó Nick en su retumbante voz baja.
—Los lobos se presentaron en la agencia hoy. —Él se puso rígido, sus manos deteniéndose en mi espalda—. Sí, es exactamente tan malo como pensaste. Maynard, Wyatt y Buck se presentaron e hicieron el equivalente lobo de flirtear. Me recordaron que ellos me querían para su esposa y que no iría lejos tan fácilmente.
—¿Ellos? —dijo, su voz un bajo, furioso gruñido.
Asentí, tiritando del recuerdo.
—Maynard hizo bastante claro que le gusta compartir sus juguetes. Ellos me pusieron los pelos de punta.
—¿Dónde estaba tu hermana? ¿Dónde estaba Gracie?
—Bath estaba ahí alistándose para el baile —expliqué—. En cuanto a Gracie, estoy bastante segura que ella los invitó. —Cuando el gruñido se formó bajo en su garganta, coloqué una mano sobre su pecho—. Gracie es Gracie. Ella es inofensiva por si misma, y pienso que le gusto, pero su lealtad nunca va ser de nadie sino la manada. Nosotros solo tenemos que mantener eso en mente.
—No vas a estar solo con ella nunca más —dijo Nick en una voz dura como el hierro—. Si no estoy contigo, uno de los Rusell debe estar.
No hubo quejas de mí. Eso sonaba como un bastante buen plan. Asentí.
Las grandes manos de Nick frotaron mi espalda otra vez, como si pudiera calmar lejos el miedo.
—Debería haber estado a tu lado.
—Tienes cosas que hacer, también —dije suavemente—. Tu trabajo. Personas que proteger. Ayudar a Joe. No puedes ser mi niñera el resto de mi vida.
—Puedo si eso te mantendrá a salvo —gruñó.
¿Pero qué si eso tomaba diez años? ¿O veinte? ¿Qué cuando decidas que quieres reunirte al clan de osos y dejarme para regresar a tu novia osa?
Un aullido de lobo perforó el aire en la distancia.
Me puse rígida y Nick se puso de pie, empujándome detrás de él para que estuviera entre su gran cuerpo y la camioneta. Intenté asomarse sobre su hombro. El viento estaba alto esta noche y en la dirección equivocada para captar un aroma.
—La manada ha vuelto —dijo con un gruñido.
—No toda la manada —dije, escuchando el aullido—. Solo uno. Connor estuvo aquí antes.
—¿Es él?
El tono cambió y de repente me di cuenta que yo podría decir quién era.
—No es él —dije—. Es uno de los otros. Owen.
Nick empezó a quitarse las ropas.
—Voy a enseñarle a ese maldito una lección —dijo con un gruñido—. No te tocará, porque voy a arrancarle los brazos.
Se despojó de sus ropas y yo las recogí, metiendo sus zapatos en mis brazos.
—Regresa dentro —dijo, luego su piel onduló con pelaje, y se agachó para cambiar. Unos instantes después, estaba mirando la enorme forma de pelaje marrón de un enorme oso marrón.
Le di una mirada preocupada.
—Ten cuidado, ¿bien?
Su nariz tocó mi brazo y luego giró la cabeza, indicando que debería regresar adentro. Luego se volvió y empezó a correr hacia los árboles. El aullido se detuvo abruptamente, para luego seguir nuevamente, retirándose.
Apilé prolijamente las ropas de Nick, algo sobre esto me molestaba. Me quité la chaqueta y la puse sobre la ropa, entonces me dirigí hacia el centro. Definitivamente había algo raro de la situación. Todas las veces que había conocido a los lobos, nunca habían ido solos a ninguna parte. Y ese aullido no había sido nada específico, solo había sido un… ¿saludo?
Me puse rígida cuando se me ocurrió algo, y levanté mi cabeza para oler el viento. Atrapé el tenue olor de heno… y lobos.
Mis sentidos entraron inmediatamente en alerta.
El aliento salió desgarrado de mi garganta, jadeando con rapidez. Podía escucharlos ahora, el suave crujido de botas sobre la grava, el olor de hombre mezclado con lobo. Evalué mi entorno, apenas unos metros entre cada coche aparcado en el estacionamiento. Un montón de espacio para ocultarse de alguien. Volvió a mirar a la entrada del baile. Unos cuantos metros, pero podía ser capaz de lograrlo…
Una sombra cayó en frente de mí y alcé la vista consternada mientras Buck Anderson se elevaba de la parte trasera de una camioneta cercana y saltaba al suelo. Me sonrió, luego escupió una bola de tabaco a un costado.
—Parece que hemos llegado justo a tiempo a la fiesta, ¿no?
Alguien llegó desde detrás de mí, y me di la vuelta mientras Maynard agarraba el borde de encaje de mi falda. Tiré del material lejos de él a la vez que él silbaba.
—Bueno —dijo arrastrando las palabras—. ¿No estamos cagando en algodón caro, muchachos? Nuestra mujercita se ve muy deliciosa.
La piel de mi cuerpo se estremeció ferozmente, y supe que empezaría a salir mi pelaje si no era cuidadosa. Me mordí el interior de la mejilla y retrocedí.
—No soy de ustedes. Estoy tomada.
—sigues diciendo eso, pero no veo un alfa aquí con su brazo a tu alrededor, ¿o sí?
Cuando di otro paso hacia atrás, olí a alguien más llegando junto a mí del lado opuesto, bloqueando mi salida de alrededor de la camioneta.
Estaba atrapada.
—Mi compañero es un oso —dije con calma—. Y él va a tenerte para el desayuno si descubre que me estás acosando.
Uno de ellos, Wyatt, tocó mi cabello.
—Sólo un amistoso saludo de la manda, eso es todo. Escuchamos que teníamos negado el baile. Gracie estaba muy disgustada.
—Eso no es cierto —protesté.
Maynard tomó mi brazo y dejé escapar un grito parecido a un lobo. Envolvió un brazo alrededor de mi cintura, apretándome contra él como si quisiera bailar. Sus ojos estaban brillando con amenaza.
—¿Eso significa que vamos a bailar, entonces?
Sentí a otro caminar detrás de mí, presionó sus labios caderas contra mí por detrás, y me vi en el medio de Maynard y Wyatt, sus aromas asfixiándome.
—Ella puede bailar con ambos.
Luché contra su agarre, mi aliento saliendo en cortos y aterrorizados jadeos. Recuerdos de Roy parpadearon en mi mente, rápidos y fuertes, e intenté en no pensar en ellos, incluso cuando Maynard empezó a menear y girar sus caderas contra las mías.
—Suéltame —repetí, el sonido más un gruñido de lobo enojado. Oh, no, sonó como si estuviera a punto de cambiar.
—Nunca voy a dejarte ir, muñeca —Wyatt arrastró las palabras detrás de mí, jugando con endebles tiras de mi vestido como si quisiera moverlas hacia abajo por mis hombros—. A los lobos no les gusta que les digan no. Sobre nada.
Me revolví de sus agarres, y cuando uno alcanzó mi falda nuevamente, el gruñido que surgió de mi garganta definitivamente fue lobuno. Piel brotó de mis brazos y mis músculos crecieron y apretaron.
—Parece que nuestra novia sigue sin poder controlar su cachorro interno —dijo Maynard arrastrando las palabras, y cuando me eché lejos otra vez, me dejaron tambalearme hacia atrás, pero no pude ir muy lejos, mis piernas se estaban acalambrando y cambiando, y caí en cuatro patas, arrojando sangre. Un flash sonó y alcé la vista para ver a Wyatt sosteniendo su teléfono, tomando una foto mía a medio cambio.
—Papá no va a estar contento de que su novia no parezca estar haciendo un buen trabajo con su cambio.
—Estoy pensando que ella necesita algunas clases extra de sus compañeros de manada —dijo el otro con una sonrisa.
Me dejaron allí, vomitando en el vestido de fiesta y cambiando a un bulto miserable y acurrucado de lobo.
Cuando Nick me encontró poco tiempo después, estaba débil volviendo a mi forma humana. No dije nada, incluso cuando tranquilamente limpió la sangre de mi boca y tiró su chaqueta sobre mis hombros.
Joe llegó unos minutos más tarde.
—¿Te encuentras bien? —preguntó, con preocupación en sus ojos.
—Seguro —dije con la voz apagada.
—¿Por qué crees que te atacaron? —preguntó Joe, su tono calmo para mantenerme tranquila.
Le di una mirada plana.
—Me recordaban que les pertenezco. No se van a olvidar de mí. Jamás. Pensamos que renunciarían, pero estábamos equivocados. Solo estaban jugando con nosotros. Nunca tuvieron intención de dejarme ir.
La boca de Joe se apretó y miró a Nick.
—Un señuelo —dijo Nick duramente—. Escuché el aullido y no me di cuenta que me estaban tendiendo una trampa. Uno me mantuvo en uan persecución a través del bosque, y dejé a ___________________ vulnerable. Para cuando me di cuenta… fue muy tarde. —Su enorme mandíbula cuadrada se apretó y casi pude escuchar sus dientes moler con frustración—. Voy a matarlos.
—No lo harás —dijo Joe con voz firme—. ___________________ te necesita a su lado.
Su mano tomó la mía, tirándome contra su costado.
—No dejaré que vuelva a pasar. No va a dejar mi vista.
En vez de hacerme sentir mejor, me sentí peor. Ahora Nick estaba atrapado a mi lado hasta que mi destino se decidiera.
—¿Podemos no contarle nada a mi hermana sobre esto, por favor?
Joe me dio una mirada plana, su boca firme con disgusto.
—No me gusta ocultarle secretos a tu hermana.
—Ella solo se preocupará, y no quiero que salga herida por la mana de lobos —dije, apelando a su lado protector—. Y estoy bien —mentí—. Solo un poco agitada.
Pareció escéptico, pero luego de un momento, se paró y palmeó a Nick en la espalda.
—Le diré a Bathsheba que ___________________ fue a casa contigo.
Nick se agachó y me levantó. Debería haber protestado por ser mimada, pero toda la energía me había abandonado, junto con toda esperanza.
Los lobos no iban a dejarme ir.
Nunca.
bueno chicas aqui esta el capitulo
:D
gracias por comentar y cuidense :D
bay :bye:
—¿Qué es lo que quieres decirme? —preguntó Nick en su retumbante voz baja.
—Los lobos se presentaron en la agencia hoy. —Él se puso rígido, sus manos deteniéndose en mi espalda—. Sí, es exactamente tan malo como pensaste. Maynard, Wyatt y Buck se presentaron e hicieron el equivalente lobo de flirtear. Me recordaron que ellos me querían para su esposa y que no iría lejos tan fácilmente.
—¿Ellos? —dijo, su voz un bajo, furioso gruñido.
Asentí, tiritando del recuerdo.
—Maynard hizo bastante claro que le gusta compartir sus juguetes. Ellos me pusieron los pelos de punta.
—¿Dónde estaba tu hermana? ¿Dónde estaba Gracie?
—Bath estaba ahí alistándose para el baile —expliqué—. En cuanto a Gracie, estoy bastante segura que ella los invitó. —Cuando el gruñido se formó bajo en su garganta, coloqué una mano sobre su pecho—. Gracie es Gracie. Ella es inofensiva por si misma, y pienso que le gusto, pero su lealtad nunca va ser de nadie sino la manada. Nosotros solo tenemos que mantener eso en mente.
—No vas a estar solo con ella nunca más —dijo Nick en una voz dura como el hierro—. Si no estoy contigo, uno de los Rusell debe estar.
No hubo quejas de mí. Eso sonaba como un bastante buen plan. Asentí.
Las grandes manos de Nick frotaron mi espalda otra vez, como si pudiera calmar lejos el miedo.
—Debería haber estado a tu lado.
—Tienes cosas que hacer, también —dije suavemente—. Tu trabajo. Personas que proteger. Ayudar a Joe. No puedes ser mi niñera el resto de mi vida.
—Puedo si eso te mantendrá a salvo —gruñó.
¿Pero qué si eso tomaba diez años? ¿O veinte? ¿Qué cuando decidas que quieres reunirte al clan de osos y dejarme para regresar a tu novia osa?
Un aullido de lobo perforó el aire en la distancia.
Me puse rígida y Nick se puso de pie, empujándome detrás de él para que estuviera entre su gran cuerpo y la camioneta. Intenté asomarse sobre su hombro. El viento estaba alto esta noche y en la dirección equivocada para captar un aroma.
—La manada ha vuelto —dijo con un gruñido.
—No toda la manada —dije, escuchando el aullido—. Solo uno. Connor estuvo aquí antes.
—¿Es él?
El tono cambió y de repente me di cuenta que yo podría decir quién era.
—No es él —dije—. Es uno de los otros. Owen.
Nick empezó a quitarse las ropas.
—Voy a enseñarle a ese maldito una lección —dijo con un gruñido—. No te tocará, porque voy a arrancarle los brazos.
Se despojó de sus ropas y yo las recogí, metiendo sus zapatos en mis brazos.
—Regresa dentro —dijo, luego su piel onduló con pelaje, y se agachó para cambiar. Unos instantes después, estaba mirando la enorme forma de pelaje marrón de un enorme oso marrón.
Le di una mirada preocupada.
—Ten cuidado, ¿bien?
Su nariz tocó mi brazo y luego giró la cabeza, indicando que debería regresar adentro. Luego se volvió y empezó a correr hacia los árboles. El aullido se detuvo abruptamente, para luego seguir nuevamente, retirándose.
Apilé prolijamente las ropas de Nick, algo sobre esto me molestaba. Me quité la chaqueta y la puse sobre la ropa, entonces me dirigí hacia el centro. Definitivamente había algo raro de la situación. Todas las veces que había conocido a los lobos, nunca habían ido solos a ninguna parte. Y ese aullido no había sido nada específico, solo había sido un… ¿saludo?
Me puse rígida cuando se me ocurrió algo, y levanté mi cabeza para oler el viento. Atrapé el tenue olor de heno… y lobos.
Mis sentidos entraron inmediatamente en alerta.
El aliento salió desgarrado de mi garganta, jadeando con rapidez. Podía escucharlos ahora, el suave crujido de botas sobre la grava, el olor de hombre mezclado con lobo. Evalué mi entorno, apenas unos metros entre cada coche aparcado en el estacionamiento. Un montón de espacio para ocultarse de alguien. Volvió a mirar a la entrada del baile. Unos cuantos metros, pero podía ser capaz de lograrlo…
Una sombra cayó en frente de mí y alcé la vista consternada mientras Buck Anderson se elevaba de la parte trasera de una camioneta cercana y saltaba al suelo. Me sonrió, luego escupió una bola de tabaco a un costado.
—Parece que hemos llegado justo a tiempo a la fiesta, ¿no?
Alguien llegó desde detrás de mí, y me di la vuelta mientras Maynard agarraba el borde de encaje de mi falda. Tiré del material lejos de él a la vez que él silbaba.
—Bueno —dijo arrastrando las palabras—. ¿No estamos cagando en algodón caro, muchachos? Nuestra mujercita se ve muy deliciosa.
La piel de mi cuerpo se estremeció ferozmente, y supe que empezaría a salir mi pelaje si no era cuidadosa. Me mordí el interior de la mejilla y retrocedí.
—No soy de ustedes. Estoy tomada.
—sigues diciendo eso, pero no veo un alfa aquí con su brazo a tu alrededor, ¿o sí?
Cuando di otro paso hacia atrás, olí a alguien más llegando junto a mí del lado opuesto, bloqueando mi salida de alrededor de la camioneta.
Estaba atrapada.
—Mi compañero es un oso —dije con calma—. Y él va a tenerte para el desayuno si descubre que me estás acosando.
Uno de ellos, Wyatt, tocó mi cabello.
—Sólo un amistoso saludo de la manda, eso es todo. Escuchamos que teníamos negado el baile. Gracie estaba muy disgustada.
—Eso no es cierto —protesté.
Maynard tomó mi brazo y dejé escapar un grito parecido a un lobo. Envolvió un brazo alrededor de mi cintura, apretándome contra él como si quisiera bailar. Sus ojos estaban brillando con amenaza.
—¿Eso significa que vamos a bailar, entonces?
Sentí a otro caminar detrás de mí, presionó sus labios caderas contra mí por detrás, y me vi en el medio de Maynard y Wyatt, sus aromas asfixiándome.
—Ella puede bailar con ambos.
Luché contra su agarre, mi aliento saliendo en cortos y aterrorizados jadeos. Recuerdos de Roy parpadearon en mi mente, rápidos y fuertes, e intenté en no pensar en ellos, incluso cuando Maynard empezó a menear y girar sus caderas contra las mías.
—Suéltame —repetí, el sonido más un gruñido de lobo enojado. Oh, no, sonó como si estuviera a punto de cambiar.
—Nunca voy a dejarte ir, muñeca —Wyatt arrastró las palabras detrás de mí, jugando con endebles tiras de mi vestido como si quisiera moverlas hacia abajo por mis hombros—. A los lobos no les gusta que les digan no. Sobre nada.
Me revolví de sus agarres, y cuando uno alcanzó mi falda nuevamente, el gruñido que surgió de mi garganta definitivamente fue lobuno. Piel brotó de mis brazos y mis músculos crecieron y apretaron.
—Parece que nuestra novia sigue sin poder controlar su cachorro interno —dijo Maynard arrastrando las palabras, y cuando me eché lejos otra vez, me dejaron tambalearme hacia atrás, pero no pude ir muy lejos, mis piernas se estaban acalambrando y cambiando, y caí en cuatro patas, arrojando sangre. Un flash sonó y alcé la vista para ver a Wyatt sosteniendo su teléfono, tomando una foto mía a medio cambio.
—Papá no va a estar contento de que su novia no parezca estar haciendo un buen trabajo con su cambio.
—Estoy pensando que ella necesita algunas clases extra de sus compañeros de manada —dijo el otro con una sonrisa.
Me dejaron allí, vomitando en el vestido de fiesta y cambiando a un bulto miserable y acurrucado de lobo.
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Cuando Nick me encontró poco tiempo después, estaba débil volviendo a mi forma humana. No dije nada, incluso cuando tranquilamente limpió la sangre de mi boca y tiró su chaqueta sobre mis hombros.
Joe llegó unos minutos más tarde.
—¿Te encuentras bien? —preguntó, con preocupación en sus ojos.
—Seguro —dije con la voz apagada.
—¿Por qué crees que te atacaron? —preguntó Joe, su tono calmo para mantenerme tranquila.
Le di una mirada plana.
—Me recordaban que les pertenezco. No se van a olvidar de mí. Jamás. Pensamos que renunciarían, pero estábamos equivocados. Solo estaban jugando con nosotros. Nunca tuvieron intención de dejarme ir.
La boca de Joe se apretó y miró a Nick.
—Un señuelo —dijo Nick duramente—. Escuché el aullido y no me di cuenta que me estaban tendiendo una trampa. Uno me mantuvo en uan persecución a través del bosque, y dejé a ___________________ vulnerable. Para cuando me di cuenta… fue muy tarde. —Su enorme mandíbula cuadrada se apretó y casi pude escuchar sus dientes moler con frustración—. Voy a matarlos.
—No lo harás —dijo Joe con voz firme—. ___________________ te necesita a su lado.
Su mano tomó la mía, tirándome contra su costado.
—No dejaré que vuelva a pasar. No va a dejar mi vista.
En vez de hacerme sentir mejor, me sentí peor. Ahora Nick estaba atrapado a mi lado hasta que mi destino se decidiera.
—¿Podemos no contarle nada a mi hermana sobre esto, por favor?
Joe me dio una mirada plana, su boca firme con disgusto.
—No me gusta ocultarle secretos a tu hermana.
—Ella solo se preocupará, y no quiero que salga herida por la mana de lobos —dije, apelando a su lado protector—. Y estoy bien —mentí—. Solo un poco agitada.
Pareció escéptico, pero luego de un momento, se paró y palmeó a Nick en la espalda.
—Le diré a Bathsheba que ___________________ fue a casa contigo.
Nick se agachó y me levantó. Debería haber protestado por ser mimada, pero toda la energía me había abandonado, junto con toda esperanza.
Los lobos no iban a dejarme ir.
Nunca.
bueno chicas aqui esta el capitulo
:D
gracias por comentar y cuidense :D
bay :bye:
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
ahh malditos lobos!!! :muere:
no es justo pobre rayiz!!
Nick debe de poner un alto! :calmaos:
Connor es el unico que me cae bien!!
siguela!!!
no es justo pobre rayiz!!
Nick debe de poner un alto! :calmaos:
Connor es el unico que me cae bien!!
siguela!!!
aranzhitha
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Malditos perros!!!!.... Aaaahhhh!!!... Co.o quisiera castrarlos!!!!...
chelis
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Nick lavó mi pelo cuando me senté en la bañera, adormecida por la miseria.
Me había llevado a casa desde el baile, desvestido, luego ayudado a deslizarme en el baño caliente. Cuando eso no me quitó el hedor, calmadamente había empezado a jabonar mi cuerpo. Todo lo que había sentido había sido terriblemente adormecido. En mi mente, seguía oyendo las palabras de Mynard.
¿Piensas que vamos a dejarte ir tan fácilmente?
Los dedos de Nick acariciaron mi mandíbula.
—¿___________________?
—¿Comprobaste a Gracie? —pregunté—. ¿Está en la casa de huéspedes?
Hizo silencio por un minuto. Cuando lo miré, frunció el ceño con fuerza.
—Está vacía. Ella se ha ido.
Eso era, entonces. Habían retirado a su embajador. Lo siguiente era ir por mí, y no aceptaría un no por respuesta. Era simple cuestión de tiempo.
Miré al grifo, incapaz de hacer acopio de pánico o miedo. Todo dentro mio estaba frío.
—___________________. —La gran mano de Nick tocó mi mandíbula, obligándome a girar mi cara hacia él—. Háblame.
Había vivido los pasados seis años bajo un cuidadosamente construido pretexto, y todo había acabado. Me sentí destrozada en el interior.
—Saben que no van a ceder, Nick —dije suavemente—. Lo dejaron claro.
Un bajo y protector murmullo comenzó en su garganta.
—Si alguna vez vuelven a tocarte…
—Lo harán. Esperarán hasta que esté sola, y golpearán.
—No si estoy contigo todo el tiempo. —Extendió su mano bajo el agua para agarrar mi pequeña mano en la suya enrome y darle un pequeño apretón—. No voy a dejar tu lado.
—¿Hasta cuando, Nick? —Lo miré, las lágrimas peligrosamente cerca de llenar mis ojos—. ¿Hasta que hayan pasado seis meses? ¿Un año? ¿Tres? Tienes que seguir con tu vida, también. Estabas planeando regresar al clan de osos. A Nikolina. Sólo te estoy reteniendo.
No dijo nada.
Una pequeña parte dentro de mí se marchitó.
—Ser mi protector no es un trabajo a corto plazo, Nick. Bath tuvo que poner seis años su vida en espera para ser mi perro guardián. Seis años de esperar y preocuparse. De saber que estaba arruinando su vida y estar muy asustada de hacer algo al respecto. Y sólo estoy… —Abofeteé el agua—. Estoy cansada de eso. Soy una prisionera sin importar lo que haga, y tú te ves forzado a ser mi carcelero y guardaespaldas hasta que se den por vencidos o yo lo haga. Y sé que ellos no se rendirán.
—¿Cómo lo sabes?
Porque Roy era así quise decirle pero no lo hice. Mi piel onduló por el recuerdo, y me estremecí a pesar del calor del agua.
Nick tomó una toalla cercana y la sostuvo para mí. Salí, dejando que la metiera a mi alrededor como haría con una niña. Una vez que estuve envuelta, me llevó al dormitorio y se sentó en el borde de la cama, secándome cuidadosamente.
—Dime sobre el sujeto que te convirtió —dijo.
—Preferiría no hacerlo.
—___________________. —Me arrastró a sus brazos y apretó contra su pecho. Sus manos se deslizaron a mi trasero, la piel ligeramente húmeda—. Dime. Ahora mismo quiero matar al bastardo. Quiero matar a los lobos por intentar reclamarte. Así que dime sobre él, o iré a encontrar a algunos lobos Anderson y empezar a golpear cabezas.
Alcé la mirada hacia su rostro serio, su encantadora, dura boca llevados a un ceño fruncido. Tracé con mis dedos ligeramente sus rasgos. ¿Cuánto podía confiar en él? No era sólo mi secreto, después de todo. Era de Bath también.
—No sé si pueda —dije suavemente—. No eres mío.
Enterró su cara contra la pequeña subida de mis pechos, besando mi piel ferozmente.
—Puedes confiar en mí.
—Eso no es lo que estoy diciendo —dije suavemente, pasando mis dedos por su pelo rubio enredado—. Dije que no eres mío, Nick. Eres de Nikolina. Perteneces al clan oso. Todo esto es fingimiento. Aunque me atraigas, y te sientas atraído por mi, esto no puede durar por siempre. Ya sea que los lobos ganen, y ganemos nosotros y regreses al clan oso y a tu familia… y a tu prometida. Pero esto es sólo temporal, no puedo contarte sobre Roy porque no eres mío.
La mirada que me dio era mitad furia, mitad frustración. Muy cuidadosamente, ahuecó mi cara, besó mi nariz, y entonces dijo suavemente:
—Descansa un poco.
bueno chicas aqui esta el cap...
se que es corto..
pero les voy a hacer maraton esta semana asi que bueno
cuidense :D
bayyy
Me había llevado a casa desde el baile, desvestido, luego ayudado a deslizarme en el baño caliente. Cuando eso no me quitó el hedor, calmadamente había empezado a jabonar mi cuerpo. Todo lo que había sentido había sido terriblemente adormecido. En mi mente, seguía oyendo las palabras de Mynard.
¿Piensas que vamos a dejarte ir tan fácilmente?
Los dedos de Nick acariciaron mi mandíbula.
—¿___________________?
—¿Comprobaste a Gracie? —pregunté—. ¿Está en la casa de huéspedes?
Hizo silencio por un minuto. Cuando lo miré, frunció el ceño con fuerza.
—Está vacía. Ella se ha ido.
Eso era, entonces. Habían retirado a su embajador. Lo siguiente era ir por mí, y no aceptaría un no por respuesta. Era simple cuestión de tiempo.
Miré al grifo, incapaz de hacer acopio de pánico o miedo. Todo dentro mio estaba frío.
—___________________. —La gran mano de Nick tocó mi mandíbula, obligándome a girar mi cara hacia él—. Háblame.
Había vivido los pasados seis años bajo un cuidadosamente construido pretexto, y todo había acabado. Me sentí destrozada en el interior.
—Saben que no van a ceder, Nick —dije suavemente—. Lo dejaron claro.
Un bajo y protector murmullo comenzó en su garganta.
—Si alguna vez vuelven a tocarte…
—Lo harán. Esperarán hasta que esté sola, y golpearán.
—No si estoy contigo todo el tiempo. —Extendió su mano bajo el agua para agarrar mi pequeña mano en la suya enrome y darle un pequeño apretón—. No voy a dejar tu lado.
—¿Hasta cuando, Nick? —Lo miré, las lágrimas peligrosamente cerca de llenar mis ojos—. ¿Hasta que hayan pasado seis meses? ¿Un año? ¿Tres? Tienes que seguir con tu vida, también. Estabas planeando regresar al clan de osos. A Nikolina. Sólo te estoy reteniendo.
No dijo nada.
Una pequeña parte dentro de mí se marchitó.
—Ser mi protector no es un trabajo a corto plazo, Nick. Bath tuvo que poner seis años su vida en espera para ser mi perro guardián. Seis años de esperar y preocuparse. De saber que estaba arruinando su vida y estar muy asustada de hacer algo al respecto. Y sólo estoy… —Abofeteé el agua—. Estoy cansada de eso. Soy una prisionera sin importar lo que haga, y tú te ves forzado a ser mi carcelero y guardaespaldas hasta que se den por vencidos o yo lo haga. Y sé que ellos no se rendirán.
—¿Cómo lo sabes?
Porque Roy era así quise decirle pero no lo hice. Mi piel onduló por el recuerdo, y me estremecí a pesar del calor del agua.
Nick tomó una toalla cercana y la sostuvo para mí. Salí, dejando que la metiera a mi alrededor como haría con una niña. Una vez que estuve envuelta, me llevó al dormitorio y se sentó en el borde de la cama, secándome cuidadosamente.
—Dime sobre el sujeto que te convirtió —dijo.
—Preferiría no hacerlo.
—___________________. —Me arrastró a sus brazos y apretó contra su pecho. Sus manos se deslizaron a mi trasero, la piel ligeramente húmeda—. Dime. Ahora mismo quiero matar al bastardo. Quiero matar a los lobos por intentar reclamarte. Así que dime sobre él, o iré a encontrar a algunos lobos Anderson y empezar a golpear cabezas.
Alcé la mirada hacia su rostro serio, su encantadora, dura boca llevados a un ceño fruncido. Tracé con mis dedos ligeramente sus rasgos. ¿Cuánto podía confiar en él? No era sólo mi secreto, después de todo. Era de Bath también.
—No sé si pueda —dije suavemente—. No eres mío.
Enterró su cara contra la pequeña subida de mis pechos, besando mi piel ferozmente.
—Puedes confiar en mí.
—Eso no es lo que estoy diciendo —dije suavemente, pasando mis dedos por su pelo rubio enredado—. Dije que no eres mío, Nick. Eres de Nikolina. Perteneces al clan oso. Todo esto es fingimiento. Aunque me atraigas, y te sientas atraído por mi, esto no puede durar por siempre. Ya sea que los lobos ganen, y ganemos nosotros y regreses al clan oso y a tu familia… y a tu prometida. Pero esto es sólo temporal, no puedo contarte sobre Roy porque no eres mío.
La mirada que me dio era mitad furia, mitad frustración. Muy cuidadosamente, ahuecó mi cara, besó mi nariz, y entonces dijo suavemente:
—Descansa un poco.
bueno chicas aqui esta el cap...
se que es corto..
pero les voy a hacer maraton esta semana asi que bueno
cuidense :D
bayyy
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
fue muy corto!!!!!... pero me alegraste con lo del maratoonn!!!
chelis
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