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Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
aww en serio que quiero que todos los lobos Andersons se mueran!!! :muere:
Pobre rayiz!! Y Nick que no sabe que hacer!!
Siguela!!! Espero el maraton!!
Pobre rayiz!! Y Nick que no sabe que hacer!!
Siguela!!! Espero el maraton!!
aranzhitha
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Hola!
aaaah me encanta!!!
síguela pronto si?
aaaah me encanta!!!
síguela pronto si?
Wiskis
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Capítulo 16
A la mañana siguiente, me desperté con el sonido de los martillos y los taladros. Un rápido vistazo por la ventana mostró que la furgoneta del empleado de mantenimiento Wilder estaba estacionada en el frente. Oí martilleos en el techo y la débil llamada de una voz a otra, Jackson pidiéndole a Nick que le entregara algo. Debería haber estado irritada porque me hubieran despertado, pero me sentí una extraña ráfaga de felicidad en su lugar. Me gustó ver la vieja casa tomando forma y se pregunté cómo se vería cuando todo estuviera listo.
Y luego me pregunté si estaría alrededor para verlo. Suspiré y me vestí con una camiseta y unos vaqueros manchados de pintura. Tal vez podría servirles un poco de ayuda.
En la planta baja, encontré a Dan cableando una estufa nueva. Se retiró unos metros ante la vista de mí.
Me metí las manos en los bolsillos y le di una mirada tímida.
—Estoy bien. ¿Jackson y Nick están en el techo?
—Sí. Se supone que debo decirte que no tienes permitido ir a trabajar hoy. Nick dice que se supone que debes buscarlo cuando despiertes.
—Lo buscaré muy pronto —le dije, sin ningún tipo de prisa por verlo por el momento.
Dan me dio una rápida sonrisa y volvió a quejarse con la nueva estufa. Era brillante y negra y tenía una tapa de cristal. Ya me gustaba.
—Tú y Jackson hicieron un gran trabajo, Dan —dije, pasando mis dedos sobre la nueva estufa—. Ustedes los Wilders deberían estar orgullosos.
—Mi apellido es St. James —dijo Dan—. Sin relación con Jackson. No es más que mi alfa.
—¿Pero pensé que las manadas estaban basadas en familias? —Me senté en la mesa y cogí una manzana, mordiéndola.
—La mayoría lo están —coincidió Dan—. Mi familia es... ya no están por aquí. —Tragó duro y apartó la cara, concentrándose en la estufa—. ¿Podrías pasarme esos alicates?
Los arranqué de la caja de herramientas cercana y se los entregué, sintiéndome como una idiota. No quería preguntar sobre su familia, me había dicho que habían partido hace poco tiempo, y la herida estaba claramente aún fresca, pero tenía que saber más acerca de cómo funcionaban las manadas. Estaba desesperada por este conocimiento.
Dan debió de notar mi ansiedad. Después de un momento, levantó la vista, me devolvió las pinzas, y añadió:
—No teníamos un alfa cuando Jackson llegó. Cuando los otros partieron, me quedé con él.
Interesante. Pensé por un momento, luego delicadamente redacté mi siguiente pregunta. —¿Así que ustedes dos no tienen una manada en este momento?
—Somos una manada, de dos. Podría unirme a otra manada, pero Jackson no puede. Sería inmediatamente desafiado por el alfa, si alguno incluso lo deja acercarse. Así que sólo nos importa nuestro propio negocio y tratar de mantenernos fuera del territorio de todos.
Eso sonaba solitario. Pero podría ser perfecto para mis necesidades.
—¿Qué pasa si alguien quisiera unirse su manada?
Él me dio una mirada de sorpresa.
—¿Quieres emparejarte con Jackson?
—¿Qué? ¡No! ¿Es esa la única manera en que puedo unirme?
Él se encogió de hombros.
—Así es como se hace.
—Eso es bárbaro.
—Puede no parecer correcto para los humanos normales, pero el instinto de lobo es muy difícil de cambiar.
No podía discutir con eso.
—Además —continuó Dan con voz cuidadosa—. Si te unieras a nuestra manada, me imagino que la otra manada retaría a Jackson por ti.
Dejé escapar un suspiro de frustración. Jackson era un buen hombre, pero era un hombre, y había ocho pueblerinos Anderson.
—Sólo estaba pensando en voz alta. No me voy a unir a la manada de nadie.
Una mirada aliviada se disparó sobre su cara, rápidamente enmascarada. Marginada incluso entre los lobos, esa soy yo. Decidí cambiar de tema.
—La nueva estufa está muy bien.
Él sonrió abiertamente hacia mí.
—También tengo una nueva lavadora-secadora para instalar. Y nuevos sanitarios, pero quieren hacer eso después de que el techo haya sido parchado.
Sonreí ante la idea.
—Este lugar se verá casi como un hogar una vez que todo esté hecho. ¿Me pregunto por qué Nick la dejó llegar a estar tan descuidada?
Dan me dio una mirada divertida.
—Creo que el instinto finalmente hizo efecto.
Yo no sabía nada acerca de los instintos de los cambiadores, así que tuve que preguntar.
—¿Qué clase de instinto?
—Ya sabes. Los osos y sus guaridas. Cosas de la familia —Él se encogió de hombros—. Tomó una compañera y está haciendo una casa para ti.
Antes de que pudiera contestar, oí el sonido de neumáticos de camión en el camino de grava.
—¿Otra entrega? —le pregunté a Dan con una sonrisa.
No se veía feliz.
—No, señora.
Un temblor ansioso estalló en mi estómago y me baje del mostrador de un salto, moviéndome hacia la gran y abierta ventana en la cocina. Detrás de la furgoneta Wilder vi la camioneta de color verde brillante de la familia Anderson, y mientras miraba, Levi, Wyatt, Maynard, y Gracie se amontonaron fuera de la camioneta. Olfatearon el aire, luego comenzaron a dirigirse hacia la casa. El martilleo en el techo se detuvo en seco.
Mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Cada hueso de mi cuerpo me gritaba que corriera, pero sabía que los lobos no respetaban a un cobarde. Cualquier debilidad que mostrara sólo empeoraría las cosas. Apretando mis manos, me acerqué al porche y me detuve al frente de los escalones del porche.
Levi me vio y dio unos pasos en mi dirección. Maynard y Wyatt estaban sonriendo, pero Gracie parecía hosca. Levi hizo un gesto con la mano hacia mí, haciéndome señas para que fuera hacia adelante.
—Ven aquí, muchacha.
Mis músculos se bloquearon y me tragué el gemido en mi garganta, obligada a obedecer al alfa. Su mirada me estaba fija sobre mí, y di un paso escaleras abajo, luego un segundo, arrastrando mis pies tanto como pude. No quería obedecer, pero la voluntad del alfa era abrumadora.
Antes de que mis pies pudieran tocar el suelo, Nick se dejó caer desde el techo. Aterrizó delante de mí en cuclillas, bloqueándome del alfa, impidiéndome responder a su llamada. Se puso de pie, una mano yendo protectoramente detrás de él para protegerme.
—Déjala en paz —gruñó. Su voz sonaba más bestial de lo que alguna vez la había oído.
—Hola, Papá Oso —dijo Gracie arrastrando las palabras, sin miedo—. Hemos venido a ver cómo está tu chica. Papá quiere un examen sorpresa.
—Tienen que abandonar esta propiedad —dijo Nick—. Ahora. —Su espalda erizada, y podría haber jurado que estaba a punto de que le brotara piel. Sus manos se apretaron, y me di cuenta de que le habían crecido garras. Su forma entera temblaba de rabia.
Era lo más cerca que alguna vez había visto llegar a Nick de perder su control.
Levi pareció darse cuenta de hasta qué punto Nick estaba en el borde, porque hizo una pausa y levantó una mano, ordenándoles a sus lobos que pararan.
—He venido a ver cómo está la chica. Ver cómo le está yendo con su cambio, ya que decidiste enviar a su compañero lobo a casa. Si ella no está controlando su cambio, es nuestra. No te dejaré destruirla.
El bajo retumbar en la voz de Nick continuó, y me di cuenta de que era un gruñido en toda regla. Su espalda comenzó a ondear con el cambio de los músculos.
—Ustedes son los que la obligaron a cambiar. Sabías que si la asustabas…
—No importa si es de una manera u otra —dijo Levi aire de suficiencia—. Si estuviera aprendiendo de la forma en que se suponía que lo hiciera, no hubiera pasado, ¿verdad?
—Maldita sea, no van a tocarla.
—Nuestro pacto decía que ibas a enseñarle como cambiar, y que ella mantendría a un lobo a su lado. Pero me enteré esta mañana de que Gracie no es bienvenida, y uno de mis hijos tiene imágenes de tu mujer vomitando sangre —Él levantó su barbilla, mirándome directamente alrededor de la forma enorme y tensa de Nick—. Así que quiero ver su cambio. Ver que progreso está haciendo.
Me congelé. Todavía me sentía destrozada por el feo cambio feo de anoche. Si me obligaban a cambiar ahora, sería igual de duro, e igual de doloroso. Ellos también sabían eso.
—Ella cambiará por ti —dijo Nick, sus palabras arrastradas, como si las estuviera diciendo alrededor de una boca llena de colmillos—, sobre mi maldito cadáver.
Los ojos de Levi se ensancharon verdes.
—Eso se puede arreglar, Bjorn. Cuatro contra uno. Poderosas palabras mayores.
Salí de detrás de él.
—Cuatro contra dos.
La boca de Gracie se curvó en una mueca de desprecio. ¿Por qué había pensado alguna vez que podríamos ser amigas? Ella fue amable conmigo por tanto tiempo como pensó que iba a sacar algo de ello.
—Cuatro contra tres —dijo otra voz, y Jackson saltó desde el tejado, caminando hacia nuestro lado.
—Cuatro contra cuatro —dijo una voz detrás de mí, y vi a Dan salir de la casa, con un martillo en su mano.
Los labios de Levi retrocedieron con un gruñido.
—Así que, ¿estás diciendo que nuestro tratado ha terminado, Nick?
—Tú lo rompiste. Toca a mi compañera y perderás tu mano.
Maynard hizo un puño, pero Levi levantó una mano.
—Que así sea. Será mejor que cuides tu espalda, entonces. Si tenemos que ir a través de ti para conseguirla, lo haremos.
Contuve mi respiración mientras los lobos se giraban y apilaban de nuevo dentro de la camioneta, luego se fueron. Nadie respiró hasta que su camioneta había desaparecido por la autopista. Cuando se fueron, de repente jadeaba por aire, sintiéndome mareada.
Nick se volvió y me agarró la cara con sus manos, con sus ojos todavía salvajes buscando los míos.
—¿Estás bien?
Asentí con la cabeza, y luego me retiré de su abrazo.
—No deberías haber hecho eso —dije en voz baja—. La pelea es en serio ahora.
—La pelea se volvió en serio anoche cuando trataron de atacarte —dijo, su voz casi animal por la furia—. La pelea se volvió seria cuando te asustaron deliberadamente para forzar un cambio, y entonces apareció aquí para tratar de forzar otro. ¿Habrías sido capaz de cambiar para mostrarles?
Negué con la cabeza.
—Exactamente. Ellos sabían eso, también —Mientras miraba, sus garras retrocedieron y su mano acarició mi cabello, tocaron mi mandíbula, mis hombros, constantemente tocándome y calmándome—. Están jugando con nosotros, ___________________. Estoy cansado de jugar.
Levanté la vista hacia él, tan fuerte y furioso en mi nombre, y me pregunté simplemente qué estaba pensando. Jackson y Dan se dirigieron al lado de la casa, sin duda para darnos privacidad.
—Pero también estamos jugando —le dije en voz baja, mis propias emociones en un torbellino—. Esta cosa entre nosotros, es simplemente un juego de engañarlos. Ellos lo saben. Nosotros lo sabemos. ¿Por qué nos preocupamos?
A la mañana siguiente, me desperté con el sonido de los martillos y los taladros. Un rápido vistazo por la ventana mostró que la furgoneta del empleado de mantenimiento Wilder estaba estacionada en el frente. Oí martilleos en el techo y la débil llamada de una voz a otra, Jackson pidiéndole a Nick que le entregara algo. Debería haber estado irritada porque me hubieran despertado, pero me sentí una extraña ráfaga de felicidad en su lugar. Me gustó ver la vieja casa tomando forma y se pregunté cómo se vería cuando todo estuviera listo.
Y luego me pregunté si estaría alrededor para verlo. Suspiré y me vestí con una camiseta y unos vaqueros manchados de pintura. Tal vez podría servirles un poco de ayuda.
En la planta baja, encontré a Dan cableando una estufa nueva. Se retiró unos metros ante la vista de mí.
Me metí las manos en los bolsillos y le di una mirada tímida.
—Estoy bien. ¿Jackson y Nick están en el techo?
—Sí. Se supone que debo decirte que no tienes permitido ir a trabajar hoy. Nick dice que se supone que debes buscarlo cuando despiertes.
—Lo buscaré muy pronto —le dije, sin ningún tipo de prisa por verlo por el momento.
Dan me dio una rápida sonrisa y volvió a quejarse con la nueva estufa. Era brillante y negra y tenía una tapa de cristal. Ya me gustaba.
—Tú y Jackson hicieron un gran trabajo, Dan —dije, pasando mis dedos sobre la nueva estufa—. Ustedes los Wilders deberían estar orgullosos.
—Mi apellido es St. James —dijo Dan—. Sin relación con Jackson. No es más que mi alfa.
—¿Pero pensé que las manadas estaban basadas en familias? —Me senté en la mesa y cogí una manzana, mordiéndola.
—La mayoría lo están —coincidió Dan—. Mi familia es... ya no están por aquí. —Tragó duro y apartó la cara, concentrándose en la estufa—. ¿Podrías pasarme esos alicates?
Los arranqué de la caja de herramientas cercana y se los entregué, sintiéndome como una idiota. No quería preguntar sobre su familia, me había dicho que habían partido hace poco tiempo, y la herida estaba claramente aún fresca, pero tenía que saber más acerca de cómo funcionaban las manadas. Estaba desesperada por este conocimiento.
Dan debió de notar mi ansiedad. Después de un momento, levantó la vista, me devolvió las pinzas, y añadió:
—No teníamos un alfa cuando Jackson llegó. Cuando los otros partieron, me quedé con él.
Interesante. Pensé por un momento, luego delicadamente redacté mi siguiente pregunta. —¿Así que ustedes dos no tienen una manada en este momento?
—Somos una manada, de dos. Podría unirme a otra manada, pero Jackson no puede. Sería inmediatamente desafiado por el alfa, si alguno incluso lo deja acercarse. Así que sólo nos importa nuestro propio negocio y tratar de mantenernos fuera del territorio de todos.
Eso sonaba solitario. Pero podría ser perfecto para mis necesidades.
—¿Qué pasa si alguien quisiera unirse su manada?
Él me dio una mirada de sorpresa.
—¿Quieres emparejarte con Jackson?
—¿Qué? ¡No! ¿Es esa la única manera en que puedo unirme?
Él se encogió de hombros.
—Así es como se hace.
—Eso es bárbaro.
—Puede no parecer correcto para los humanos normales, pero el instinto de lobo es muy difícil de cambiar.
No podía discutir con eso.
—Además —continuó Dan con voz cuidadosa—. Si te unieras a nuestra manada, me imagino que la otra manada retaría a Jackson por ti.
Dejé escapar un suspiro de frustración. Jackson era un buen hombre, pero era un hombre, y había ocho pueblerinos Anderson.
—Sólo estaba pensando en voz alta. No me voy a unir a la manada de nadie.
Una mirada aliviada se disparó sobre su cara, rápidamente enmascarada. Marginada incluso entre los lobos, esa soy yo. Decidí cambiar de tema.
—La nueva estufa está muy bien.
Él sonrió abiertamente hacia mí.
—También tengo una nueva lavadora-secadora para instalar. Y nuevos sanitarios, pero quieren hacer eso después de que el techo haya sido parchado.
Sonreí ante la idea.
—Este lugar se verá casi como un hogar una vez que todo esté hecho. ¿Me pregunto por qué Nick la dejó llegar a estar tan descuidada?
Dan me dio una mirada divertida.
—Creo que el instinto finalmente hizo efecto.
Yo no sabía nada acerca de los instintos de los cambiadores, así que tuve que preguntar.
—¿Qué clase de instinto?
—Ya sabes. Los osos y sus guaridas. Cosas de la familia —Él se encogió de hombros—. Tomó una compañera y está haciendo una casa para ti.
Antes de que pudiera contestar, oí el sonido de neumáticos de camión en el camino de grava.
—¿Otra entrega? —le pregunté a Dan con una sonrisa.
No se veía feliz.
—No, señora.
Un temblor ansioso estalló en mi estómago y me baje del mostrador de un salto, moviéndome hacia la gran y abierta ventana en la cocina. Detrás de la furgoneta Wilder vi la camioneta de color verde brillante de la familia Anderson, y mientras miraba, Levi, Wyatt, Maynard, y Gracie se amontonaron fuera de la camioneta. Olfatearon el aire, luego comenzaron a dirigirse hacia la casa. El martilleo en el techo se detuvo en seco.
Mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Cada hueso de mi cuerpo me gritaba que corriera, pero sabía que los lobos no respetaban a un cobarde. Cualquier debilidad que mostrara sólo empeoraría las cosas. Apretando mis manos, me acerqué al porche y me detuve al frente de los escalones del porche.
Levi me vio y dio unos pasos en mi dirección. Maynard y Wyatt estaban sonriendo, pero Gracie parecía hosca. Levi hizo un gesto con la mano hacia mí, haciéndome señas para que fuera hacia adelante.
—Ven aquí, muchacha.
Mis músculos se bloquearon y me tragué el gemido en mi garganta, obligada a obedecer al alfa. Su mirada me estaba fija sobre mí, y di un paso escaleras abajo, luego un segundo, arrastrando mis pies tanto como pude. No quería obedecer, pero la voluntad del alfa era abrumadora.
Antes de que mis pies pudieran tocar el suelo, Nick se dejó caer desde el techo. Aterrizó delante de mí en cuclillas, bloqueándome del alfa, impidiéndome responder a su llamada. Se puso de pie, una mano yendo protectoramente detrás de él para protegerme.
—Déjala en paz —gruñó. Su voz sonaba más bestial de lo que alguna vez la había oído.
—Hola, Papá Oso —dijo Gracie arrastrando las palabras, sin miedo—. Hemos venido a ver cómo está tu chica. Papá quiere un examen sorpresa.
—Tienen que abandonar esta propiedad —dijo Nick—. Ahora. —Su espalda erizada, y podría haber jurado que estaba a punto de que le brotara piel. Sus manos se apretaron, y me di cuenta de que le habían crecido garras. Su forma entera temblaba de rabia.
Era lo más cerca que alguna vez había visto llegar a Nick de perder su control.
Levi pareció darse cuenta de hasta qué punto Nick estaba en el borde, porque hizo una pausa y levantó una mano, ordenándoles a sus lobos que pararan.
—He venido a ver cómo está la chica. Ver cómo le está yendo con su cambio, ya que decidiste enviar a su compañero lobo a casa. Si ella no está controlando su cambio, es nuestra. No te dejaré destruirla.
El bajo retumbar en la voz de Nick continuó, y me di cuenta de que era un gruñido en toda regla. Su espalda comenzó a ondear con el cambio de los músculos.
—Ustedes son los que la obligaron a cambiar. Sabías que si la asustabas…
—No importa si es de una manera u otra —dijo Levi aire de suficiencia—. Si estuviera aprendiendo de la forma en que se suponía que lo hiciera, no hubiera pasado, ¿verdad?
—Maldita sea, no van a tocarla.
—Nuestro pacto decía que ibas a enseñarle como cambiar, y que ella mantendría a un lobo a su lado. Pero me enteré esta mañana de que Gracie no es bienvenida, y uno de mis hijos tiene imágenes de tu mujer vomitando sangre —Él levantó su barbilla, mirándome directamente alrededor de la forma enorme y tensa de Nick—. Así que quiero ver su cambio. Ver que progreso está haciendo.
Me congelé. Todavía me sentía destrozada por el feo cambio feo de anoche. Si me obligaban a cambiar ahora, sería igual de duro, e igual de doloroso. Ellos también sabían eso.
—Ella cambiará por ti —dijo Nick, sus palabras arrastradas, como si las estuviera diciendo alrededor de una boca llena de colmillos—, sobre mi maldito cadáver.
Los ojos de Levi se ensancharon verdes.
—Eso se puede arreglar, Bjorn. Cuatro contra uno. Poderosas palabras mayores.
Salí de detrás de él.
—Cuatro contra dos.
La boca de Gracie se curvó en una mueca de desprecio. ¿Por qué había pensado alguna vez que podríamos ser amigas? Ella fue amable conmigo por tanto tiempo como pensó que iba a sacar algo de ello.
—Cuatro contra tres —dijo otra voz, y Jackson saltó desde el tejado, caminando hacia nuestro lado.
—Cuatro contra cuatro —dijo una voz detrás de mí, y vi a Dan salir de la casa, con un martillo en su mano.
Los labios de Levi retrocedieron con un gruñido.
—Así que, ¿estás diciendo que nuestro tratado ha terminado, Nick?
—Tú lo rompiste. Toca a mi compañera y perderás tu mano.
Maynard hizo un puño, pero Levi levantó una mano.
—Que así sea. Será mejor que cuides tu espalda, entonces. Si tenemos que ir a través de ti para conseguirla, lo haremos.
Contuve mi respiración mientras los lobos se giraban y apilaban de nuevo dentro de la camioneta, luego se fueron. Nadie respiró hasta que su camioneta había desaparecido por la autopista. Cuando se fueron, de repente jadeaba por aire, sintiéndome mareada.
Nick se volvió y me agarró la cara con sus manos, con sus ojos todavía salvajes buscando los míos.
—¿Estás bien?
Asentí con la cabeza, y luego me retiré de su abrazo.
—No deberías haber hecho eso —dije en voz baja—. La pelea es en serio ahora.
—La pelea se volvió en serio anoche cuando trataron de atacarte —dijo, su voz casi animal por la furia—. La pelea se volvió seria cuando te asustaron deliberadamente para forzar un cambio, y entonces apareció aquí para tratar de forzar otro. ¿Habrías sido capaz de cambiar para mostrarles?
Negué con la cabeza.
—Exactamente. Ellos sabían eso, también —Mientras miraba, sus garras retrocedieron y su mano acarició mi cabello, tocaron mi mandíbula, mis hombros, constantemente tocándome y calmándome—. Están jugando con nosotros, ___________________. Estoy cansado de jugar.
Levanté la vista hacia él, tan fuerte y furioso en mi nombre, y me pregunté simplemente qué estaba pensando. Jackson y Dan se dirigieron al lado de la casa, sin duda para darnos privacidad.
—Pero también estamos jugando —le dije en voz baja, mis propias emociones en un torbellino—. Esta cosa entre nosotros, es simplemente un juego de engañarlos. Ellos lo saben. Nosotros lo sabemos. ¿Por qué nos preocupamos?
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
No creía que fuera posible que Nick se viera más furioso. Estaba equivocada. Sus ojos se volvieron ranuras estrechas y su boca se apretó en una línea dura. —Ya nadie está jugando a nada. Me perteneces, y aquí es donde te vas a quedar.
Quería creerle. De alguna manera, dudaba de que los lobos lo permitieran, sin embargo.
Poco después de que los lobos habían huido, Ellis y Kevin se presentaron, y capté el olor de Joe también. Se quedó afuera con Nick, y los vi salir para patrullar los terrenos, probablemente para olfatear cualquier pista de lobos merodeando alrededor de la propiedad. Ellis y Kevin me seguían de cerca. Los dejé para que jugaran Xbox, mientras yo trabajaba en mi computadora. Mis cuentas de juegos se habían quedado inutilizadas en las últimas semanas, pero no tenía ganas de perderme en un juego. Había demasiadas cosas sucediendo.
Demasiadas cosas sucediendo, y nada que pudiera hacer. Cada vez que sugería dirigirme al trabajo, alguien me daba una mirada fea. Si cogía un pincel o un martillo, alguien lo tomaba de mi mano. Traté de hacer la comida para el equipo, y Savannah se dejó caer por la casa con un par de sándwiches.
Las citas restantes que había programado con Nick fueron canceladas. Era demasiado peligroso para nosotros salir para una noche informal en la ciudad cuando los lobos estaban decididos a acosarme. Eso me dejó confinada sin nada que hacer mientras todos a mí alrededor se peleaban para salvar mi trasero.
Eso me irritó. Aquí estaba yo tratando de ser más fuerte, más seguro, y todavía estaba resguardada y protegida de todo y de todos.
Me registré en el sitio web de Liaisons y me desplacé a través de mi bandeja de entrada, leyendo todo por encima sin detenerme en nada en particular. Me sentía de mal humor, no estaba bien en mi piel. No podía concentrarme. Le di un vistazo a algunas cosas, entonces pensé por un minuto y busqué la base de datos para los hombres oso. Sólo un puñado apareció, no eran los cambiadores más comunes, y la mayoría estaban fuera del estado. Contuve el aliento al ver el nombre Nikolina e hice clic en su perfil. Me quedé mirando su foto, luego miré sus estadísticas. Un metro con ochenta y cinco centímetros. Ochenta y dos kilogramos, apuesto a que todo era músculo, también. Se veía fuerte. Su perfil estaba inactivo, lo que significaba que no había iniciado sesión en bastante tiempo. Ella sería un buen partido para Nick, él no tendría que tener cuidado con ella. Harían lindos cachorritos de oso juntos. Simplemente podía verlos, vagando juntos por el bosque, dos osos en un agradable paseo…
Cerré la computadora de golpe, con el ceño fruncido.
Jackson y Dan terminaron por el día y deambulé de regreso a la cocina, preparé un sándwich, y entonces me senté de nuevo en el sofá, esperando.
Cuando el anochecer golpeó, Ellis y Kevin se fueron y Jeremiah y Austin aparecieron. Charlaron con Nick y Joe por un corto tiempo, luego se fueron, sin entrar a la casa. Ante mi ceja se arqueada, Nick dijo—: Ellos van a patrullar los terrenos esta noche.
—¿Qué pasa con el cambio? —le pregunté.
Él negó con la cabeza.
—Eso puede esperar a mañana —Su mano rozó mi cabello y me dio un beso en la frente antes de dirigirse más profundo dentro de la casa para comprobar las ventanas y puertas.
Lo seguí cuando subió las escaleras y entró a nuestra habitación.
—¿Vendrás a la cama conmigo esta noche?
—Sí.
Apreté mis dientes, frustrada. No había dormido conmigo las últimas dos noches.
—¿Es porque necesito protección, o porque quieres?
—Ambas.
Una oleada de deseo corrió a través de mí, haciendo que mis pezones se endurecieran. Aparté la sensación, cruzando mis brazos sobre mi pecho.
—No te entiendo, Nick.
Se quedó de pie donde estaba. —¿Quieres que duerma en otro lugar?
—¡No! Sólo... no sé lo que estás pensando —La frustración y la tensión del día llegaron a mí y me senté en el borde de la cama, tratando de no tirar algo a la pared por la frustración.
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir esto —le dije, gesticulando hacia la cama—. Yo y tú. Tú y yo. Juntos en la cama, besándonos y tocándonos, pero no teniendo verdadero, sexo en todo el sentido. Y la cosa con Nikolina. No sé a dónde está yendo todo esto, y eso me vuelve loca.
Se había quedado muy quieto.
—¿Y a dónde crees que esto debería ir?
Quería ahogarlo por haber dicho eso.
— Quiero que me digas lo que sientes por mí, — gruñí— . Quiero que dejes de ser tan tranquilo y fuerte, y solo de una buena vez dime lo que sientes por mí, ¡ya! ¿Está esto tu-y-yo yendo a alguna parte?, ¿ o es sólo una distracción momentánea en el camino a Nikolina? Eso es lo que necesito saber, porque me estás lanzando mensajes contradictorios aquí. En un momento no puedes esperar para darme un beso, pero no tendrás relaciones sexuales conmigo. ¿Quieres sostenerme y acariciarme en la noche, pero luego no quieres todo.
— ___________________...
— ¿Es tan malditamente difícil decir si me amas o no?
Se sentó a mi lado en la cama y luego me llevó a su regazo, así que estuvimos cara a cara. Yo no estaba vestida solo mis bragas y camiseta y podía sentir el calor de su erección entre mis piernas.
Sus oscuros ojos encontraron los míos.
— ___________________, sabes lo que siento por ti.
— No, no lo se. Realmente me gustaría que lo digas en voz alta.
— Te amo, — dijo simplemente, y sentí una oleada de triunfo— . Te he amado desde que trepaste sobre mí como a un árbol y me llamaste por ese nombre estúpido. Tenías miedo, pero te negaste a a mostrarlo. Yo admiraba eso. Mis sentimientos por ti han no han hecho más que crecer.
— ¿Entonces Nikolina está fuera de la foto? — Solté.
— Nunca estuvo en la foto, — dijo él suavemente, frotando sus pulgares en el parche de piel desnuda encima del borde de mi ropa interior— . Mi vida con ella y el clan oso terminó cuando tenía quince años. Pensé que podría volver algún día si extrañaba el clan. Si extrañaba a mi familia. Si quería sentar cabeza. Estaba allí esperando por mí si yo lo quería.
Apenas me atrevía a respirar.
Delineó mi cuerpo a todo lo largo con las puntas de sus dedos, subiendo mi esternón y bailando suavemente sobre mis frágiles clavículas. Nick parecía fascinado por sus dedos sobre mi piel, su mirada los seguían en vez de mirarme a los ojos.
— Cuando te reclamé como mi compañera, yo me comprometí contigo. Ese fue mi camino a seguir. No el clan oso. Contigo, y con la Alianza. Yo te di mi casa y mi protección, porque esas son las cosas que puedo darte para demostrar que me importas.
Apoyé la mano en su pecho, sintiendo la piel caliente a través de su camisa.
— ¿Y tu corazón?
— Siempre lo has tenido, — dijo bruscamente.
Cogí su pelo rebelde.
— ¿Entonces por qué me sostienes a un brazo de distancia?
Suavemente me agarró la mano en la suya, deteniéndome antes de que pudiera tocarlo.
— Debido a que esta relación no es lo que yo quiero, ___________________.
Le fruncí el ceño, no me gustaba el tono amenazador de su voz.
— Esto se trata de ti, ___________________. Siempre ha sido de ti. — Sus ojos oscuros eran muy, muy serios. Ni un atisbo de sonrisa en su rostro severo— . No soy Roy, para forzarte a una vida que no deseas. No soy Levi, para obligarte a un compañero que no elegiste.
Mi aliento se quedó atrapado en mi garganta.
— ¿Es por eso que no vas a tener sexo conmigo?
Su mirada me acarició la cara.
— No lo haré, porque eso te ataría a mí. Muchas otras libertades en tu vida te han sido quitadas, no voy a forzarte a mis deseos y necesidades. Cuando haya terminado el problema con los lobos y seas libre de elegir, realmente libre, entonces podemos tener sexo si así lo deseas. Y si no, está muy bien, también.
— Pero no es forzar. — Rocé mis dedos por su mejilla, sintiendo la dura línea de su mandíbula— . Me alegro de que me ames. — Mas bien volviéndome loca de contento.
— Lo sé, — dijo en un murmullo suave— . Y yo no quiero que te sientas como si tienes que decir nada. No voy a empujar.
Me congelé en su mirada conocedora. Debería haberle dicho algo a cambio. Reclamarlo. Afirmar la relación. Pero de pronto yo estaba paralizada por el miedo.
Un destello de dolor se disparó a través de la mirada de Nick, y él muy suavemente me besó en la frente.
— Tienes que decidir lo que quieres, ___________________. No voy a forzar una decisión o una relación contigo. No soy como Roy. Y no soy como Levi. Soy muy paciente. Y voy a esperar hasta que estés segura.
Quería creerle. De alguna manera, dudaba de que los lobos lo permitieran, sin embargo.
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Poco después de que los lobos habían huido, Ellis y Kevin se presentaron, y capté el olor de Joe también. Se quedó afuera con Nick, y los vi salir para patrullar los terrenos, probablemente para olfatear cualquier pista de lobos merodeando alrededor de la propiedad. Ellis y Kevin me seguían de cerca. Los dejé para que jugaran Xbox, mientras yo trabajaba en mi computadora. Mis cuentas de juegos se habían quedado inutilizadas en las últimas semanas, pero no tenía ganas de perderme en un juego. Había demasiadas cosas sucediendo.
Demasiadas cosas sucediendo, y nada que pudiera hacer. Cada vez que sugería dirigirme al trabajo, alguien me daba una mirada fea. Si cogía un pincel o un martillo, alguien lo tomaba de mi mano. Traté de hacer la comida para el equipo, y Savannah se dejó caer por la casa con un par de sándwiches.
Las citas restantes que había programado con Nick fueron canceladas. Era demasiado peligroso para nosotros salir para una noche informal en la ciudad cuando los lobos estaban decididos a acosarme. Eso me dejó confinada sin nada que hacer mientras todos a mí alrededor se peleaban para salvar mi trasero.
Eso me irritó. Aquí estaba yo tratando de ser más fuerte, más seguro, y todavía estaba resguardada y protegida de todo y de todos.
Me registré en el sitio web de Liaisons y me desplacé a través de mi bandeja de entrada, leyendo todo por encima sin detenerme en nada en particular. Me sentía de mal humor, no estaba bien en mi piel. No podía concentrarme. Le di un vistazo a algunas cosas, entonces pensé por un minuto y busqué la base de datos para los hombres oso. Sólo un puñado apareció, no eran los cambiadores más comunes, y la mayoría estaban fuera del estado. Contuve el aliento al ver el nombre Nikolina e hice clic en su perfil. Me quedé mirando su foto, luego miré sus estadísticas. Un metro con ochenta y cinco centímetros. Ochenta y dos kilogramos, apuesto a que todo era músculo, también. Se veía fuerte. Su perfil estaba inactivo, lo que significaba que no había iniciado sesión en bastante tiempo. Ella sería un buen partido para Nick, él no tendría que tener cuidado con ella. Harían lindos cachorritos de oso juntos. Simplemente podía verlos, vagando juntos por el bosque, dos osos en un agradable paseo…
Cerré la computadora de golpe, con el ceño fruncido.
Jackson y Dan terminaron por el día y deambulé de regreso a la cocina, preparé un sándwich, y entonces me senté de nuevo en el sofá, esperando.
Cuando el anochecer golpeó, Ellis y Kevin se fueron y Jeremiah y Austin aparecieron. Charlaron con Nick y Joe por un corto tiempo, luego se fueron, sin entrar a la casa. Ante mi ceja se arqueada, Nick dijo—: Ellos van a patrullar los terrenos esta noche.
—¿Qué pasa con el cambio? —le pregunté.
Él negó con la cabeza.
—Eso puede esperar a mañana —Su mano rozó mi cabello y me dio un beso en la frente antes de dirigirse más profundo dentro de la casa para comprobar las ventanas y puertas.
Lo seguí cuando subió las escaleras y entró a nuestra habitación.
—¿Vendrás a la cama conmigo esta noche?
—Sí.
Apreté mis dientes, frustrada. No había dormido conmigo las últimas dos noches.
—¿Es porque necesito protección, o porque quieres?
—Ambas.
Una oleada de deseo corrió a través de mí, haciendo que mis pezones se endurecieran. Aparté la sensación, cruzando mis brazos sobre mi pecho.
—No te entiendo, Nick.
Se quedó de pie donde estaba. —¿Quieres que duerma en otro lugar?
—¡No! Sólo... no sé lo que estás pensando —La frustración y la tensión del día llegaron a mí y me senté en el borde de la cama, tratando de no tirar algo a la pared por la frustración.
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir esto —le dije, gesticulando hacia la cama—. Yo y tú. Tú y yo. Juntos en la cama, besándonos y tocándonos, pero no teniendo verdadero, sexo en todo el sentido. Y la cosa con Nikolina. No sé a dónde está yendo todo esto, y eso me vuelve loca.
Se había quedado muy quieto.
—¿Y a dónde crees que esto debería ir?
Quería ahogarlo por haber dicho eso.
— Quiero que me digas lo que sientes por mí, — gruñí— . Quiero que dejes de ser tan tranquilo y fuerte, y solo de una buena vez dime lo que sientes por mí, ¡ya! ¿Está esto tu-y-yo yendo a alguna parte?, ¿ o es sólo una distracción momentánea en el camino a Nikolina? Eso es lo que necesito saber, porque me estás lanzando mensajes contradictorios aquí. En un momento no puedes esperar para darme un beso, pero no tendrás relaciones sexuales conmigo. ¿Quieres sostenerme y acariciarme en la noche, pero luego no quieres todo.
— ___________________...
— ¿Es tan malditamente difícil decir si me amas o no?
Se sentó a mi lado en la cama y luego me llevó a su regazo, así que estuvimos cara a cara. Yo no estaba vestida solo mis bragas y camiseta y podía sentir el calor de su erección entre mis piernas.
Sus oscuros ojos encontraron los míos.
— ___________________, sabes lo que siento por ti.
— No, no lo se. Realmente me gustaría que lo digas en voz alta.
— Te amo, — dijo simplemente, y sentí una oleada de triunfo— . Te he amado desde que trepaste sobre mí como a un árbol y me llamaste por ese nombre estúpido. Tenías miedo, pero te negaste a a mostrarlo. Yo admiraba eso. Mis sentimientos por ti han no han hecho más que crecer.
— ¿Entonces Nikolina está fuera de la foto? — Solté.
— Nunca estuvo en la foto, — dijo él suavemente, frotando sus pulgares en el parche de piel desnuda encima del borde de mi ropa interior— . Mi vida con ella y el clan oso terminó cuando tenía quince años. Pensé que podría volver algún día si extrañaba el clan. Si extrañaba a mi familia. Si quería sentar cabeza. Estaba allí esperando por mí si yo lo quería.
Apenas me atrevía a respirar.
Delineó mi cuerpo a todo lo largo con las puntas de sus dedos, subiendo mi esternón y bailando suavemente sobre mis frágiles clavículas. Nick parecía fascinado por sus dedos sobre mi piel, su mirada los seguían en vez de mirarme a los ojos.
— Cuando te reclamé como mi compañera, yo me comprometí contigo. Ese fue mi camino a seguir. No el clan oso. Contigo, y con la Alianza. Yo te di mi casa y mi protección, porque esas son las cosas que puedo darte para demostrar que me importas.
Apoyé la mano en su pecho, sintiendo la piel caliente a través de su camisa.
— ¿Y tu corazón?
— Siempre lo has tenido, — dijo bruscamente.
Cogí su pelo rebelde.
— ¿Entonces por qué me sostienes a un brazo de distancia?
Suavemente me agarró la mano en la suya, deteniéndome antes de que pudiera tocarlo.
— Debido a que esta relación no es lo que yo quiero, ___________________.
Le fruncí el ceño, no me gustaba el tono amenazador de su voz.
— Esto se trata de ti, ___________________. Siempre ha sido de ti. — Sus ojos oscuros eran muy, muy serios. Ni un atisbo de sonrisa en su rostro severo— . No soy Roy, para forzarte a una vida que no deseas. No soy Levi, para obligarte a un compañero que no elegiste.
Mi aliento se quedó atrapado en mi garganta.
— ¿Es por eso que no vas a tener sexo conmigo?
Su mirada me acarició la cara.
— No lo haré, porque eso te ataría a mí. Muchas otras libertades en tu vida te han sido quitadas, no voy a forzarte a mis deseos y necesidades. Cuando haya terminado el problema con los lobos y seas libre de elegir, realmente libre, entonces podemos tener sexo si así lo deseas. Y si no, está muy bien, también.
— Pero no es forzar. — Rocé mis dedos por su mejilla, sintiendo la dura línea de su mandíbula— . Me alegro de que me ames. — Mas bien volviéndome loca de contento.
— Lo sé, — dijo en un murmullo suave— . Y yo no quiero que te sientas como si tienes que decir nada. No voy a empujar.
Me congelé en su mirada conocedora. Debería haberle dicho algo a cambio. Reclamarlo. Afirmar la relación. Pero de pronto yo estaba paralizada por el miedo.
Un destello de dolor se disparó a través de la mirada de Nick, y él muy suavemente me besó en la frente.
— Tienes que decidir lo que quieres, ___________________. No voy a forzar una decisión o una relación contigo. No soy como Roy. Y no soy como Levi. Soy muy paciente. Y voy a esperar hasta que estés segura.
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Con eso, me deslizó de su regazo, rozó sus dedos sobre mi mejilla y salió de la habitación.
Me quedé mirando detrás de él, mi corazón latía con fuerza. Sé que no eres como ellos. Pero las palabras se me atascaron en la garganta, al igual que el Te amo, que también yo había estado demasiado aterrorizada para pronunciar.
¿Amo a Nick? ¿O simplemente lo quiero porque era seguro y bueno para mí? Me tumbé en la cama y miré al techo, preguntándome cuando la vida se había vuelto tan confusa.
* * * * *
No dormí bien esa noche. Cada vez que cerraba los ojos, veía a los lobos. Y cuando yo soñaba, Roy estaba allí en mis sueños, intimidándome. Me desperté sobresaltada tras otro mal sueño, empapada en sudor, y me dí cuenta de que Nick todavía no había venido a la cama. Fui de puntillas por el suelo y entreabrí la puerta del dormitorio ahora nivelada y con los goznes engrasados y me asomé por el pasillo. Nick estaba sentado en una silla plegable en el fondo de la sala, mirando a la oscuridad, su mirada fuera de la ventana. Olí un poco de brisa y me dí cuenta que la tenía entreabierta así él podía oler cambios en el aire. Sobre su regazo había una escopeta.
Un cosquilleo gracioso pasó por mí a la vista de eso. Me acerqué al dormitorio y cerré la puerta y luego me apoyé en ella. Al ver la pistola en su regazo me hizo sentir todo tipo de cosas. Horror de que podíamos haber llegado a esto. Temor de que los lobos puedan atacar y herir a Nick.
Y una sensación profunda y cálida que le importara lo suficiente acerca de mí para llegar tan lejos.
Cuando por fin llegó el amanecer, me desperté con lo que sonaba como un disparo, y salté de la cama. Corrí escaleras abajo, fosas nasales dilatadas, muy asustada. Sonó de nuevo, y lo seguí hasta la cocina. . .
Sólo para ser recibida por Dan y Savannah sentada en el suelo, una pila de baldosas de cerámica frente a ellos. Savannah levantó la vista del cortador de baldosas, con el pelo largo y oscuro derramándose sobre sus hombros.
— ¿Te despertamos? Lo siento.
Encajé las manos en mi cintura, dispuesta a dejar de temblar.
— Yo sólo. . . Pensé. . . no importa.
Ella me dio una mirada suave, luego bombeó la manija de la cortadora de baldosas nueva. Hizo un sonido crujiente como una escopeta, una vez más, y ella puso la baldosa redimensionada a un lado. Un bonito blanco y negro para un suelo de damero, a menos que supusiera mal.
— La baldosa es bonita.
— Nick pensó que podría gustarte, — dijo Savannah con frialdad— . Puedes ayudarnos a colocar las baldosas, si quieres.
— Está bien.
— Probablemente será más fácil si te pones unos pantalones, — comentó— . Así Dan puede parar de mirar al suelo.
Oh. En mi prisa, yo no había puesto una pizca de atención a lo que llevaba puesto. Me lancé al piso de arriba, agarré mis viejos pantalones vaqueros y me los puse, luego corrí de vuelta a la cocina. No había ni rastro de Nick, y era extraño cómo mi corazón se desplomó con eso.
— ¿Han visto a Nick?
— Él se fue. Él y Joe tenían algún plan grande hoy. Sin embargo, mis hermanos están rastreando todo el terreno, no te preocupes.
Me senté con las piernas cruzadas en el suelo. Yo no estaba preocupada. Si Nick pensó que estaba a salvo con todos los Russell respirando en mi cuello, yo estaba a salvo. Solo . . . decepcionada de que no lo vi. Sentí la extraña necesidad de tocar su mano, hacerle saber que yo estaba bien.
Dan se enderezó cuando me senté.
— Si ustedes están bien, yo voy a ir a ayudar a Jackson con el techo, — dijo, y desapareció.
Le di una mirada inquisitiva a Savannah.
— Es el gato en mí, — dijo— . Es muy joven por lo que probablemente todavía lo perturba.
— Oh, — dije, levantando mis rodillas. No me había dado cuenta de nada discordante sobre Savannah o el resto de los Russell. ¿Tal vez era una cosa de cambiadores –nacidos– ? — . ¿La mayoría de las especies se llevan tan mal como los lobos y gatos?
— Más que todo estos dos, — dijo alegremente— . A pesar de que la mayoría encuentran a los were serpientes poco fiables. Y el olor de los vampiros increíble, pero aparte de eso, son inquietantes.
Hice una nota mental para añadir esto a la base de datos de mi hermana. Tal vez nos faltan algunos elementos vitales al no tener un cambiador nato trabajando allí.
Savannah volvió a cortar baldosas, entregándome cada pieza, que fue recortada.
— ¿Quieres hacer esto?
— No, — le dije— . Lo estás haciendo muy bien. Agradezco la ayuda.
— Me da la oportunidad de salir de la casa,— dijo— . Sin embargo me temo que lo mismo no va para ti. Arresto domiciliario hasta que Nick de la orden.
— No voy a ninguna parte. — Me estremecí ante el pensamiento— . A pesar de que probablemente debería llamar a mi hermana y asegurarme de que tiene cobertura en la agencia.
No pude, sin embargo. Yo tenía muchas preguntas corriendo por mi mente. Cogí un trozo de baldosa de mármol y pasé los dedos por el borde áspero, arenoso. caro. Me preguntaba si lo que Dan había dicho sobre Nick haciendo una guarida, una casa para su compañera era verdad.
¿Por qué lo dudo? ¿Por qué yo estaba corriendo asustada ahora? No me podía imaginar estar con alguien que no sea Nick. Sin embargo, cada vez que pensaba que las riendas de la relación estaban en mis manos, me asustaba. La última vez que había elegido con quien había querido estar, él había sido un monstruo. ¿Qué pasa si yo estaba siendo estúpida otra vez? Peor aún, ¿y si arruinaba la vida de Nick en lugar de la mía?
Después de seis años de estar a merced de otros, yo estaba a cargo de mi propio destino, y estaba aterrorizada ante la idea.
Tragué saliva.
— Hey, ¿Savannah? ¿Puedo hacerte una pregunta?
Su expresión se volvió instantáneamente alerta.
— Por supuesto.
Seguí a pasando mis dedos por el borde de la baldosa. Tan bonita y suave, pero tan peligrosa por los bordes.
— ¿Cómo se veían los lobos, cuando te capturaron?
Ella pensó por un minuto y luego ofreció.
— Indiferentes.
Esa no era la respuesta que había estado esperando.
— ¿Indiferentes? ¿Cómo es eso?
Ella se encogió de hombros.
— Son unos completos imbéciles , pero cuando me robaron ellos tuvieron cuidado de no hacerme daño. Creo que fue más que llamar a un farol que otra cosa. Me mantuvieron en una cabaña en medio del bosque. Estaba encadenada a la pared, pero aparte de eso, me dejaron mi privacidad. Me daban de comer tres veces al día. No me acosaron. A ellos simplemente no parecía importarles en absoluto. Totalmente desinteresados. Es la cosa gato.
Se me ocurrió un lobo en particular que estaba muy interesado, pero no dije nada.
— ¿Y Gracie?
— Ella es extraña. Fue muy amable conmigo, pero cada vez que su padre llegaba, ella se quedaba muy callada. Creo que su familia sacaba lo peor de ella.
Asentí con la cabeza.
— Y. . . ¿Connor?
Los ojos de Savannah se estrecharon, y por un momento ella se parecía a Joe cuando se enfadaba.
— ¿Por qué me preguntas acerca de él?
— Debido a que está enfermo de amor por ti y estoy tratando de entenderlo, ya que todos fueron tan indiferentes a ti.
Su boca se suavizó un poco.
— No Connor.
— No Connor ¿qué?
— Él no es como los demás. Cuando enumero la manada Anderson, no lo tomo en cuenta. Él es diferente.
— Entonces, ¿por qué no hablas con él?
Ella me dio una sonrisa triste y cogió otra baldosa.
— Porque no es lo suficientemente diferente.
Eso me pareció bastante injusto.
— Tú no lo sabes.
— ¿No lo sé? Le rogué que me enviara a casa porque estaba en celo, que me enviara de vuelta a mi novio. Sin embargo, Connor no hizo caso. Al final del día, todavía obedeció a su alfa. No puedo amar a un hombre así. Necesito que mis necesidades y las necesidades de mi hijo sean lo primero en su mente. — Su voz se había vuelto dura— . Dormía conmigo sabiendo que él estaba destruyendo mi relación con mi novio, y a él no le importaba.
Negué con la cabeza.
— ¿Estás segura de que no estaba haciendo lo mejor para ti? ¿Y si él te dejaba ir y el alfa te mataba? Levi y los demás son crueles, pero eso no quiere decir que Connor lo es. O que él no tiene la capacidad de amar.
Ella no dijo nada.
Eso realmente me molestaba, así que continué.
— El hecho de que él es diferente no quiere decir que es tu enemigo. Júzgalo por sus acciones, Savannah, no por las acciones de los demás.
Ella seguía sin decir nada.
Mi estómago dio un pequeño giro divertido, y le saqué la baldosa de las manos, obligándola a mirarme.
— Está enfermo de amor por ti. Él te quiere a su lado, pero no sabe cómo lograrlo. Él quiere compartir su vida contigo, y tú no lo dejaste entrar.
— ¿Eso crees?
— Creo que si le preguntas, él lo daría todo por ti. Manada, familia, a él no le importa. Tú eres la que le importa. Es obvio que él te adora. . . y que no le quieres dar una oportunidad.
Ella me dio una mirada extraña, y luego una sonrisa irónica curvó su boca.
— ¿Estamos hablando de mi relación. . . ¿o la tuya?
No tenía respuesta para ella. ¿Estaba cerrándome a Nick? Le entregué la baldosa de nuevo y me puse de pie, murmurando algo sobre la necesidad de aire fresco. Salí al porche y me di cuenta de que los escalones de madera combados habían sido reparados. Me dirigí a la parte delantera de la casa, dando la vuelta, estudiando de la casa. La nueva capa de pintura le había dado nueva vida, y los agujeros en el techo estaban parcheados y recubiertos de tejas. El porche se hundía aún en los bordes, pero se podría resolver fácilmente. Sabía que iba a serlo en las próximas semanas.
Nick había comenzado a hacer de esta casa un hogar una vez que me había mudado, fui yo quien le preguntó acerca de los osos. Yo quien preguntó sobre Nikolina. Él nunca lo había dicho, ya que a él no le importaba, y él nunca había mentido, tampoco. ¿Por qué yo estaba tan segura de que lo forcé a quedarse aquí? ¿Que yo iba a salir herida? ¿Qué si se quedaba porque. . . él quería, porque quería estar conmigo?
Me froté los brazos y supe la respuesta. Él quería que yo fuera libre para amarlo. Y se paraba, me esperaba con su mano extendida, hasta que estuve lista para tomarla. Él quería que estuviera segura. Muy segura. Quería saber que yo lo quería porque quería estar en una relación con él, no porque simplemente estaba alineando otro protector.
Yo sabía lo que había en mi corazón.
Pero lo difícil era admitirlo.
Me quedé mirando detrás de él, mi corazón latía con fuerza. Sé que no eres como ellos. Pero las palabras se me atascaron en la garganta, al igual que el Te amo, que también yo había estado demasiado aterrorizada para pronunciar.
¿Amo a Nick? ¿O simplemente lo quiero porque era seguro y bueno para mí? Me tumbé en la cama y miré al techo, preguntándome cuando la vida se había vuelto tan confusa.
* * * * *
No dormí bien esa noche. Cada vez que cerraba los ojos, veía a los lobos. Y cuando yo soñaba, Roy estaba allí en mis sueños, intimidándome. Me desperté sobresaltada tras otro mal sueño, empapada en sudor, y me dí cuenta de que Nick todavía no había venido a la cama. Fui de puntillas por el suelo y entreabrí la puerta del dormitorio ahora nivelada y con los goznes engrasados y me asomé por el pasillo. Nick estaba sentado en una silla plegable en el fondo de la sala, mirando a la oscuridad, su mirada fuera de la ventana. Olí un poco de brisa y me dí cuenta que la tenía entreabierta así él podía oler cambios en el aire. Sobre su regazo había una escopeta.
Un cosquilleo gracioso pasó por mí a la vista de eso. Me acerqué al dormitorio y cerré la puerta y luego me apoyé en ella. Al ver la pistola en su regazo me hizo sentir todo tipo de cosas. Horror de que podíamos haber llegado a esto. Temor de que los lobos puedan atacar y herir a Nick.
Y una sensación profunda y cálida que le importara lo suficiente acerca de mí para llegar tan lejos.
Cuando por fin llegó el amanecer, me desperté con lo que sonaba como un disparo, y salté de la cama. Corrí escaleras abajo, fosas nasales dilatadas, muy asustada. Sonó de nuevo, y lo seguí hasta la cocina. . .
Sólo para ser recibida por Dan y Savannah sentada en el suelo, una pila de baldosas de cerámica frente a ellos. Savannah levantó la vista del cortador de baldosas, con el pelo largo y oscuro derramándose sobre sus hombros.
— ¿Te despertamos? Lo siento.
Encajé las manos en mi cintura, dispuesta a dejar de temblar.
— Yo sólo. . . Pensé. . . no importa.
Ella me dio una mirada suave, luego bombeó la manija de la cortadora de baldosas nueva. Hizo un sonido crujiente como una escopeta, una vez más, y ella puso la baldosa redimensionada a un lado. Un bonito blanco y negro para un suelo de damero, a menos que supusiera mal.
— La baldosa es bonita.
— Nick pensó que podría gustarte, — dijo Savannah con frialdad— . Puedes ayudarnos a colocar las baldosas, si quieres.
— Está bien.
— Probablemente será más fácil si te pones unos pantalones, — comentó— . Así Dan puede parar de mirar al suelo.
Oh. En mi prisa, yo no había puesto una pizca de atención a lo que llevaba puesto. Me lancé al piso de arriba, agarré mis viejos pantalones vaqueros y me los puse, luego corrí de vuelta a la cocina. No había ni rastro de Nick, y era extraño cómo mi corazón se desplomó con eso.
— ¿Han visto a Nick?
— Él se fue. Él y Joe tenían algún plan grande hoy. Sin embargo, mis hermanos están rastreando todo el terreno, no te preocupes.
Me senté con las piernas cruzadas en el suelo. Yo no estaba preocupada. Si Nick pensó que estaba a salvo con todos los Russell respirando en mi cuello, yo estaba a salvo. Solo . . . decepcionada de que no lo vi. Sentí la extraña necesidad de tocar su mano, hacerle saber que yo estaba bien.
Dan se enderezó cuando me senté.
— Si ustedes están bien, yo voy a ir a ayudar a Jackson con el techo, — dijo, y desapareció.
Le di una mirada inquisitiva a Savannah.
— Es el gato en mí, — dijo— . Es muy joven por lo que probablemente todavía lo perturba.
— Oh, — dije, levantando mis rodillas. No me había dado cuenta de nada discordante sobre Savannah o el resto de los Russell. ¿Tal vez era una cosa de cambiadores –nacidos– ? — . ¿La mayoría de las especies se llevan tan mal como los lobos y gatos?
— Más que todo estos dos, — dijo alegremente— . A pesar de que la mayoría encuentran a los were serpientes poco fiables. Y el olor de los vampiros increíble, pero aparte de eso, son inquietantes.
Hice una nota mental para añadir esto a la base de datos de mi hermana. Tal vez nos faltan algunos elementos vitales al no tener un cambiador nato trabajando allí.
Savannah volvió a cortar baldosas, entregándome cada pieza, que fue recortada.
— ¿Quieres hacer esto?
— No, — le dije— . Lo estás haciendo muy bien. Agradezco la ayuda.
— Me da la oportunidad de salir de la casa,— dijo— . Sin embargo me temo que lo mismo no va para ti. Arresto domiciliario hasta que Nick de la orden.
— No voy a ninguna parte. — Me estremecí ante el pensamiento— . A pesar de que probablemente debería llamar a mi hermana y asegurarme de que tiene cobertura en la agencia.
No pude, sin embargo. Yo tenía muchas preguntas corriendo por mi mente. Cogí un trozo de baldosa de mármol y pasé los dedos por el borde áspero, arenoso. caro. Me preguntaba si lo que Dan había dicho sobre Nick haciendo una guarida, una casa para su compañera era verdad.
¿Por qué lo dudo? ¿Por qué yo estaba corriendo asustada ahora? No me podía imaginar estar con alguien que no sea Nick. Sin embargo, cada vez que pensaba que las riendas de la relación estaban en mis manos, me asustaba. La última vez que había elegido con quien había querido estar, él había sido un monstruo. ¿Qué pasa si yo estaba siendo estúpida otra vez? Peor aún, ¿y si arruinaba la vida de Nick en lugar de la mía?
Después de seis años de estar a merced de otros, yo estaba a cargo de mi propio destino, y estaba aterrorizada ante la idea.
Tragué saliva.
— Hey, ¿Savannah? ¿Puedo hacerte una pregunta?
Su expresión se volvió instantáneamente alerta.
— Por supuesto.
Seguí a pasando mis dedos por el borde de la baldosa. Tan bonita y suave, pero tan peligrosa por los bordes.
— ¿Cómo se veían los lobos, cuando te capturaron?
Ella pensó por un minuto y luego ofreció.
— Indiferentes.
Esa no era la respuesta que había estado esperando.
— ¿Indiferentes? ¿Cómo es eso?
Ella se encogió de hombros.
— Son unos completos imbéciles , pero cuando me robaron ellos tuvieron cuidado de no hacerme daño. Creo que fue más que llamar a un farol que otra cosa. Me mantuvieron en una cabaña en medio del bosque. Estaba encadenada a la pared, pero aparte de eso, me dejaron mi privacidad. Me daban de comer tres veces al día. No me acosaron. A ellos simplemente no parecía importarles en absoluto. Totalmente desinteresados. Es la cosa gato.
Se me ocurrió un lobo en particular que estaba muy interesado, pero no dije nada.
— ¿Y Gracie?
— Ella es extraña. Fue muy amable conmigo, pero cada vez que su padre llegaba, ella se quedaba muy callada. Creo que su familia sacaba lo peor de ella.
Asentí con la cabeza.
— Y. . . ¿Connor?
Los ojos de Savannah se estrecharon, y por un momento ella se parecía a Joe cuando se enfadaba.
— ¿Por qué me preguntas acerca de él?
— Debido a que está enfermo de amor por ti y estoy tratando de entenderlo, ya que todos fueron tan indiferentes a ti.
Su boca se suavizó un poco.
— No Connor.
— No Connor ¿qué?
— Él no es como los demás. Cuando enumero la manada Anderson, no lo tomo en cuenta. Él es diferente.
— Entonces, ¿por qué no hablas con él?
Ella me dio una sonrisa triste y cogió otra baldosa.
— Porque no es lo suficientemente diferente.
Eso me pareció bastante injusto.
— Tú no lo sabes.
— ¿No lo sé? Le rogué que me enviara a casa porque estaba en celo, que me enviara de vuelta a mi novio. Sin embargo, Connor no hizo caso. Al final del día, todavía obedeció a su alfa. No puedo amar a un hombre así. Necesito que mis necesidades y las necesidades de mi hijo sean lo primero en su mente. — Su voz se había vuelto dura— . Dormía conmigo sabiendo que él estaba destruyendo mi relación con mi novio, y a él no le importaba.
Negué con la cabeza.
— ¿Estás segura de que no estaba haciendo lo mejor para ti? ¿Y si él te dejaba ir y el alfa te mataba? Levi y los demás son crueles, pero eso no quiere decir que Connor lo es. O que él no tiene la capacidad de amar.
Ella no dijo nada.
Eso realmente me molestaba, así que continué.
— El hecho de que él es diferente no quiere decir que es tu enemigo. Júzgalo por sus acciones, Savannah, no por las acciones de los demás.
Ella seguía sin decir nada.
Mi estómago dio un pequeño giro divertido, y le saqué la baldosa de las manos, obligándola a mirarme.
— Está enfermo de amor por ti. Él te quiere a su lado, pero no sabe cómo lograrlo. Él quiere compartir su vida contigo, y tú no lo dejaste entrar.
— ¿Eso crees?
— Creo que si le preguntas, él lo daría todo por ti. Manada, familia, a él no le importa. Tú eres la que le importa. Es obvio que él te adora. . . y que no le quieres dar una oportunidad.
Ella me dio una mirada extraña, y luego una sonrisa irónica curvó su boca.
— ¿Estamos hablando de mi relación. . . ¿o la tuya?
No tenía respuesta para ella. ¿Estaba cerrándome a Nick? Le entregué la baldosa de nuevo y me puse de pie, murmurando algo sobre la necesidad de aire fresco. Salí al porche y me di cuenta de que los escalones de madera combados habían sido reparados. Me dirigí a la parte delantera de la casa, dando la vuelta, estudiando de la casa. La nueva capa de pintura le había dado nueva vida, y los agujeros en el techo estaban parcheados y recubiertos de tejas. El porche se hundía aún en los bordes, pero se podría resolver fácilmente. Sabía que iba a serlo en las próximas semanas.
Nick había comenzado a hacer de esta casa un hogar una vez que me había mudado, fui yo quien le preguntó acerca de los osos. Yo quien preguntó sobre Nikolina. Él nunca lo había dicho, ya que a él no le importaba, y él nunca había mentido, tampoco. ¿Por qué yo estaba tan segura de que lo forcé a quedarse aquí? ¿Que yo iba a salir herida? ¿Qué si se quedaba porque. . . él quería, porque quería estar conmigo?
Me froté los brazos y supe la respuesta. Él quería que yo fuera libre para amarlo. Y se paraba, me esperaba con su mano extendida, hasta que estuve lista para tomarla. Él quería que estuviera segura. Muy segura. Quería saber que yo lo quería porque quería estar en una relación con él, no porque simplemente estaba alineando otro protector.
Yo sabía lo que había en mi corazón.
Pero lo difícil era admitirlo.
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
CAPITULO 17
Quedarse en la casa con un puñado de Russells y sin Nick me volvía loca. Inquieta me paseaba hasta que escuche su gran camioneta andando por el camino de entrada. Me quedé en la cocina, esperando, mientras intercambiaba unas palabras con Savannah y Kevin. Ellos hablaron un momento, luego escuche una camioneta más pequeña que se alejaba, y Nick entró por la puerta delantera. Yo le sonríe desde detrás de la isla de la cocina, sintiendo extrañamente vacilante e incierta después de mi revelación de la tarde. Si yo viniera a él, podría confiar, o ¿podría simplemente pensar que lo estoy usando?
Nick parecía cansado, además, sus ojos hundidos.
-¿Largo día? -Pregunté.
El asintió
–Necesito una ducha. Todavía huelo a sudor
Tenía un millón de cosas que quería preguntarle. ¿Por qué estaba tan cansado? ¿Dónde había estado? ¿Estaba todo bien? Pero ellas podían esperar
–Voy a empezar la cena– dije.
Mientras él se bañaba arriba, chequeé dos veces todas las cerraduras de las ventanas y las puertas solo para estar segura, luego empecé la pasta. Al tiempo que él llegó, ya tenía pan francés cortado en delgadas rebanadas y la pasta de microondas servida en platos de papel. Su boca se curvo en una sonrisa débil a la vista
–Apreció la cena
–Solo te advierto que no soy muy ama de casa– bromeé. –Si no se puede calentar en el microondas, está fuera de mi alcance
–Pero yo te hice esta enorme cocina– dijo el bruscamente, tomando una cerveza de la nevera y se sentó
Mi boca se abrió un poco.
Me guiño un ojo y giró la tapa de la cerveza.
–¿Acabas de hacer una broma?– le pregunté, confundida con su alegría.
–Quería ver la expresión de tu cara– admitió.
Me eché a reír a pesar de mi misma.
Tuvimos una agradable cena, hablando de cosas intrascendentes- reparación de viviendas, que planeaba hacer a continuación en la casa, el tiempo- evitando los temas que molestarían a cualquiera de los dos.
Hasta que no pude soportarlo más
–¿Dónde estuviste?– solté.
Un indicio de sonrisa tiró de su boca.
Me sonrojé.
–Me preocupe por ti. Te habías ido todo el día. ¿Hay algún problema?–
La mirada de sus ojos era posesiva y caliente, y mis pezones se endurecieron.
–Pensando en mí todo el día?– dijo con voz ronca.
–No cambies el tema–
La insinuación de una sonrisa permaneció en su boca, diciendo que él me seguía la corriente.
–Joe y yo fuimos a buscar a Tony
–¿Quién?
El asintió en forma corta con la cabeza, jugando con el vacío cuello largo de él, la botella casi eclipsada por su mano.
–Tony Anderson. Joe cree que es el eslabón más débil. Pensamos que si nadie no iba a dar más detalles sobre el plan de los lobos, Tony lo haría.
Tragué fuerte.
– Ustedes no lo torturaron ¿cierto?
–Nop– él se paró, su gran forma casi borro las luces de la cocina. –Pero puedo ser convincente si de verdad es necesario.
No bromeaba. Me estremecí.
La dura expresión de su rosto se desvaneció
–Te estoy asustando– dijo en voz baja. –Lo siento
–Oh. No– dije a toda prisa, pero el ignoro mis protestas.
–Sube. Estaré allí pronto.
Me iluminé
–Así que ¿podemos seguir hablando?
–Para que puedas dormir un poco. Es tarde, y tú eres frágil
¿frágil?
– Siente como mi frágil puño empujaba mi frágil cerebro– murmuré.
Su boca se torció, y me di cuenta que estaba conteniendo otra sonrisa.
–Necesitas descansar
–¿No debería tener por lo menos un turno esta noche?– quería mantener el hábito. Ahora que tenía una onza de control de nuevo, no había manera de que me dé por vencida.
–Eso puede esperar a mañana. Le pediré a Savannah venir otra vez. Ella puede supervisar
Mi corazón de desplomó.
–¿Tu no quieres mi ayuda?
El negó con la cabeza.
–Se necesita a alguien con más paciencia
Nadie tiene más paciencia que Nick. Miré a su espalda, herida. Sabía lo que era. Él me estaba dando espacio. No me acorralaría.
Bueno maldición, yo quería estar apretada. Yo no quería espacio- lo quería a él en mi espacio. Subí las escaleras, mordiendo mi labio y cerré la puerta de la habitación de golpe detrás de mí. Así que yo le mostraría lo difícil que sería dejarme ir, entonces. Crucé la habitación y tiré la bolsa de ropa interior fuera del armario. Había estado guardándola para una ocasión especial, y ahora era ese momento. Me puse el sujetador y las bragas de encaje bastante cutre y luego me puse mis pantalones vaqueros y la camiseta encima de ellos. Antes de jugar, necesitaba tener una conversación seria con Nick. Sobre el hombre que me había cambiado y lo que le había pasado a él.
Llamó a la puerta mientras me sentaba la borde de la cama, pasando mis palmas por mis jeans.
–Adelante
Entró y examinó la habitación, cerró la puerta detrás de él.
– ¿Está todo bien?
Asentí con la cabeza y di unas palmaditas sobre el colchón cerca de mí.
–Quiero hablar contigo
Dudó por un momento, luego se acercó y se sentó a mi lado. Siempre me sentí pequeña a su lado. Era extraño que el pudiera ser tan enorme y yo no me asustara en lo más mínimo. Roy había sido pequeño y compacto, y me asustaba muchísimo.
Suspiré. No podía dejar esto de lado por más tiempo. Estiré mi mano y tome la gran mano de Nick, y sus dedos se cerraron sobre los míos.
–Entonces, ¿Que te dijo Joe acerca de Roy? Porque es hora de que hablemos de él
–Nada
Levanté una ceja ante eso.
–Me dijo que estaba en tu pasado, y en el de Batheshba, que no había que preocuparse de nuevo. No dijo nada más
Joe era un buen tipo. Me gustaba como protegía a mi hermana incluso de su mejor amigo. Tome un lento respiro, componiéndome a mí misma, luego mire sus manos y hablé:
–Cuando tenía dieciséis, conocí a un hombre mayor– comencé a sentirme un poco enferma y aliviada al mismo tiempo. –Yo era una especie de niña salvaje. Mi mamá era una borracha y mi papá nunca estaba en casa. Mi hermana se ocupó de mí. Batheshba fue siempre el adulto en nuestra pequeña familia, cuidando de mamá y de mí, la casa, asegurándose que las facturas estuvieran pagadas, todo eso. Cuando ganó la beca para la universidad, la animé a tomarla. Yo iba a extrañarla muchísimo, pero era lo mejor para ella. – Sonreí un poco ante el recuerdo, pensando en su alegre rostro ese día. –Bath, merecía ser alguien increíble, inteligente y educada. Yo no podía detenerla.
Nick no dijo nada, me apretó la mano un poco. Yo pasé libremente mi mano sobre sus nudillos.
–Conocí un tipo llamado Roy, pocas semanas después que ella se hubiera ido. Yo estaba bebiendo con algunos amigos y nos fuimos a una fiesta universitaria. Roy estaba allí, pero no estaba en la universidad. Él era mecánico, y tenía veinticinco años y era guapo y un poco peligroso.
bueno chicas aqui se termina la maraton :D
gracias por los comentarios :D
cuidense
bayy :bye:
Quedarse en la casa con un puñado de Russells y sin Nick me volvía loca. Inquieta me paseaba hasta que escuche su gran camioneta andando por el camino de entrada. Me quedé en la cocina, esperando, mientras intercambiaba unas palabras con Savannah y Kevin. Ellos hablaron un momento, luego escuche una camioneta más pequeña que se alejaba, y Nick entró por la puerta delantera. Yo le sonríe desde detrás de la isla de la cocina, sintiendo extrañamente vacilante e incierta después de mi revelación de la tarde. Si yo viniera a él, podría confiar, o ¿podría simplemente pensar que lo estoy usando?
Nick parecía cansado, además, sus ojos hundidos.
-¿Largo día? -Pregunté.
El asintió
–Necesito una ducha. Todavía huelo a sudor
Tenía un millón de cosas que quería preguntarle. ¿Por qué estaba tan cansado? ¿Dónde había estado? ¿Estaba todo bien? Pero ellas podían esperar
–Voy a empezar la cena– dije.
Mientras él se bañaba arriba, chequeé dos veces todas las cerraduras de las ventanas y las puertas solo para estar segura, luego empecé la pasta. Al tiempo que él llegó, ya tenía pan francés cortado en delgadas rebanadas y la pasta de microondas servida en platos de papel. Su boca se curvo en una sonrisa débil a la vista
–Apreció la cena
–Solo te advierto que no soy muy ama de casa– bromeé. –Si no se puede calentar en el microondas, está fuera de mi alcance
–Pero yo te hice esta enorme cocina– dijo el bruscamente, tomando una cerveza de la nevera y se sentó
Mi boca se abrió un poco.
Me guiño un ojo y giró la tapa de la cerveza.
–¿Acabas de hacer una broma?– le pregunté, confundida con su alegría.
–Quería ver la expresión de tu cara– admitió.
Me eché a reír a pesar de mi misma.
Tuvimos una agradable cena, hablando de cosas intrascendentes- reparación de viviendas, que planeaba hacer a continuación en la casa, el tiempo- evitando los temas que molestarían a cualquiera de los dos.
Hasta que no pude soportarlo más
–¿Dónde estuviste?– solté.
Un indicio de sonrisa tiró de su boca.
Me sonrojé.
–Me preocupe por ti. Te habías ido todo el día. ¿Hay algún problema?–
La mirada de sus ojos era posesiva y caliente, y mis pezones se endurecieron.
–Pensando en mí todo el día?– dijo con voz ronca.
–No cambies el tema–
La insinuación de una sonrisa permaneció en su boca, diciendo que él me seguía la corriente.
–Joe y yo fuimos a buscar a Tony
–¿Quién?
El asintió en forma corta con la cabeza, jugando con el vacío cuello largo de él, la botella casi eclipsada por su mano.
–Tony Anderson. Joe cree que es el eslabón más débil. Pensamos que si nadie no iba a dar más detalles sobre el plan de los lobos, Tony lo haría.
Tragué fuerte.
– Ustedes no lo torturaron ¿cierto?
–Nop– él se paró, su gran forma casi borro las luces de la cocina. –Pero puedo ser convincente si de verdad es necesario.
No bromeaba. Me estremecí.
La dura expresión de su rosto se desvaneció
–Te estoy asustando– dijo en voz baja. –Lo siento
–Oh. No– dije a toda prisa, pero el ignoro mis protestas.
–Sube. Estaré allí pronto.
Me iluminé
–Así que ¿podemos seguir hablando?
–Para que puedas dormir un poco. Es tarde, y tú eres frágil
¿frágil?
– Siente como mi frágil puño empujaba mi frágil cerebro– murmuré.
Su boca se torció, y me di cuenta que estaba conteniendo otra sonrisa.
–Necesitas descansar
–¿No debería tener por lo menos un turno esta noche?– quería mantener el hábito. Ahora que tenía una onza de control de nuevo, no había manera de que me dé por vencida.
–Eso puede esperar a mañana. Le pediré a Savannah venir otra vez. Ella puede supervisar
Mi corazón de desplomó.
–¿Tu no quieres mi ayuda?
El negó con la cabeza.
–Se necesita a alguien con más paciencia
Nadie tiene más paciencia que Nick. Miré a su espalda, herida. Sabía lo que era. Él me estaba dando espacio. No me acorralaría.
Bueno maldición, yo quería estar apretada. Yo no quería espacio- lo quería a él en mi espacio. Subí las escaleras, mordiendo mi labio y cerré la puerta de la habitación de golpe detrás de mí. Así que yo le mostraría lo difícil que sería dejarme ir, entonces. Crucé la habitación y tiré la bolsa de ropa interior fuera del armario. Había estado guardándola para una ocasión especial, y ahora era ese momento. Me puse el sujetador y las bragas de encaje bastante cutre y luego me puse mis pantalones vaqueros y la camiseta encima de ellos. Antes de jugar, necesitaba tener una conversación seria con Nick. Sobre el hombre que me había cambiado y lo que le había pasado a él.
Llamó a la puerta mientras me sentaba la borde de la cama, pasando mis palmas por mis jeans.
–Adelante
Entró y examinó la habitación, cerró la puerta detrás de él.
– ¿Está todo bien?
Asentí con la cabeza y di unas palmaditas sobre el colchón cerca de mí.
–Quiero hablar contigo
Dudó por un momento, luego se acercó y se sentó a mi lado. Siempre me sentí pequeña a su lado. Era extraño que el pudiera ser tan enorme y yo no me asustara en lo más mínimo. Roy había sido pequeño y compacto, y me asustaba muchísimo.
Suspiré. No podía dejar esto de lado por más tiempo. Estiré mi mano y tome la gran mano de Nick, y sus dedos se cerraron sobre los míos.
–Entonces, ¿Que te dijo Joe acerca de Roy? Porque es hora de que hablemos de él
–Nada
Levanté una ceja ante eso.
–Me dijo que estaba en tu pasado, y en el de Batheshba, que no había que preocuparse de nuevo. No dijo nada más
Joe era un buen tipo. Me gustaba como protegía a mi hermana incluso de su mejor amigo. Tome un lento respiro, componiéndome a mí misma, luego mire sus manos y hablé:
–Cuando tenía dieciséis, conocí a un hombre mayor– comencé a sentirme un poco enferma y aliviada al mismo tiempo. –Yo era una especie de niña salvaje. Mi mamá era una borracha y mi papá nunca estaba en casa. Mi hermana se ocupó de mí. Batheshba fue siempre el adulto en nuestra pequeña familia, cuidando de mamá y de mí, la casa, asegurándose que las facturas estuvieran pagadas, todo eso. Cuando ganó la beca para la universidad, la animé a tomarla. Yo iba a extrañarla muchísimo, pero era lo mejor para ella. – Sonreí un poco ante el recuerdo, pensando en su alegre rostro ese día. –Bath, merecía ser alguien increíble, inteligente y educada. Yo no podía detenerla.
Nick no dijo nada, me apretó la mano un poco. Yo pasé libremente mi mano sobre sus nudillos.
–Conocí un tipo llamado Roy, pocas semanas después que ella se hubiera ido. Yo estaba bebiendo con algunos amigos y nos fuimos a una fiesta universitaria. Roy estaba allí, pero no estaba en la universidad. Él era mecánico, y tenía veinticinco años y era guapo y un poco peligroso.
bueno chicas aqui se termina la maraton :D
gracias por los comentarios :D
cuidense
bayy :bye:
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
ahh la dejaste en la parte mas interesante!!!
No es justoo! Quiero mas por favor!!
Nick le dijo que la ama!!!
Siguela!!
No es justoo! Quiero mas por favor!!
Nick le dijo que la ama!!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Eres maaalaaaaaa!!!!..... La dejas en lo mas interesante!!!!!.... Aaaaaahhhh siguela prontooo!!!
chelis
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Que tonta y completamente ingenua había sido entonces. Había estado tan deslumbrada por su sonrisa libertina y su pelo negro y espeso.
–Yo estaba totalmente enamorada de él en el momento que lo vi. Salimos un par de veces, y luego empezó a declarar su amor por mí. Y yo era una estúpida de dieciséis años de edad, y estaba totalmente a bordo con esto. Realmente no pensé que él era posesivo o trataba de dirigir mi vida. Bath siempre me había dicho que hacer, y mi madre estaba drogada o borracha más de lo que podía
Miré a Nick.
–En ese momento, me gustó que un hombre iba a intervenir y tomar las riendas de mi vida. Alguien que había estado a la cabeza, y yo nunca había sabido que hacer sin alguien allí para guiarme. Un poco triste mirando hacia atrás.
–Sin tristeza– dijo –Tú eras joven. Asustada
Si, pero no soy joven ahora, y tengo miedo todavía. Negué con mi cabeza, cogiendo las riendas de mi historia de nuevo.
–Después de habíamos estado saliendo durante un mes o dos, Roy insistió que me mudara con él. Él me quería en su casa para cuidar de mis necesidades en todo momento. Mi mamá no le gustaba la idea, pero no me importaba. La amenacé con llamar a la policía sobre su drogadicción sino me dejaba ir, así que me dejó ir. Me mudé con Roy y jugamos a la casita por un tiempo. Me salí de la secundaria, para poder pasar todo mi tiempo con él. Si no estaba con él, estaba haciendo algo que le agradaba, como limpiar la casa. Roy le gustaba la casa impecable. Si dejaba un plato en el fregadero el me abofeteaba. Era una manera de enseñarme como ser una novia adecuada, dijo, y que yo era perezosa y no respondía bien-pero respondía con los golpes
La mano de Nick apretó la mía. Le apreté su mano para calmarlo, porque la historia se ponía peor.
–A medida que pasaba el tiempo, parecía que no era capaz de hacer feliz a Roy. Habíamos estado juntos seis meses más o menos, cuando realmente me empezó a pegar. Una vez que perdió los estribos y comenzó a cambiar, y fue entonces cuando me di cuenta que era un hombre lobo. Todo cayó en su lugar después de eso- sus amigos raros que llegaban cada noche por un corto periodo de tiempo, la forma en que desaparecía por horas y luego volvía con olor a bosque. No pregunté- yo estaba demasiado desesperada por hacerlo feliz. Nos metíamos en peleas casi todas las noches, pero esta vez fue peor que nunca. Y esa noche, él me mordió.
La mano de Nick apretó la mía con fuerza
–___________________
Yo no iba a parar; necesitaba decirle todo de esto.
–Roy siempre fue muy exigente antes de eso. El nunca bebía de la misma copa mía. Nunca me dejó usar su cepillo de dientes. Siempre era cuidadoso con el uso de los condones. Solo pensé que era un poco obsesivo. Resulta que no tanto– me reí pero soné hueca. –Esa noche casi me arranco la garganta. Yo creo que no pretendía hacerlo. Era solo el calor del momento, yo ya estaba bastante delicada, y boom. Ahí estaba, sangrando por todas partes. Al principio se sorprendió, pero luego empezó a morderme una y otra vez, y yo no sabía que estaba haciendo. No fue hasta que me empecé a curar de la mordeduras que me di cuenta de lo había estado haciendo- y lo que había hecho. En ese momento era convertirme o dejarme morir, por lo que debo haberle importado un poco para tratar de salvarme ¿cierto?
Mi mano se cerró sobre la suya y seguí acariciando sus nudillos, mi voz cada vez más apretada.
–Estaba tan asustada por aquel entonces. Yo no sabía lo que estaba pasando. El primer cambió fue solo.....horrible. Yo sangraba como una loca, y creo que me quedé en forma de lobo por tres días. – Recordé el horror de esos días. El terror de yo no saber lo que estaba pasando. La soledad y desconcierto. Suspiré –También me comí el gato del vecino
Él no sonrió.
Continúe:
–Roy desapareció de mí y yo tuve que sufrir esto sola. Fue muy doloroso cambiar de nuevo, y todo el tiempo, yo no estaba convencida de que no me hubiera vuelto loca de alguna manera. Hasta que ocurrió de nuevo, y otra vez. Roy no le gustaba que me hubiera convertido en lobo, pero no sabía otra cosa que hacer conmigo. Yo lloraba mucho, porque era una niña y tenía miedo, y a él eso le gustaba incluso menos. Roy quería que fuera fuerte, así que él me golpeaba aún más, tratando me endurecerme. No funcionó. Solo lo hizo ponerse más furioso, y a mí me asustó más.
Oí un suave rechinar y mire hacia arriba y veo la mandíbula de Nick apretada con tanta fuerza que pensé que el podría romper los dientes.
–Continua– rechinó.
–Bath oyó de mi madre que me había ido a vivir con un hombre, y ella no lo aprobaba. Condujo en su pequeño y destartalado coche por diez horas para venir hablar y darme algo de sentido
–Tu hermana es buena persona– dijo suavemente.
Asentí.
–Yo no podía controlar los cambios y volver de nuevo. Cuando Bath llego a mi puerta, al verla entré en pánico y comencé a cambiar. Fue horrible. Mi hermana no sabía qué hacer. Ella pensó que yo estaba teniendo un ataque. Yo tampoco sabía qué hacer. Roy estaba afuera en otros de sus paseos nocturnos. Eso fue....feo. Y tener que explicárselo a mi hermana fue aun peor. Cuando cambié de nuevo, mis ropas habían desaparecido, por supuesto y vio mis magulladuras y las quemaduras de cigarrillos, y las mordidas
Un bajo gruñido si inició en la garganta de Nick.
Toqué su brazo para calmarlo. Todo parecía tiempo atrás. Distante, recuerdos tristes.
–Bath insistió que me fuera a casa con ella. Y yo estaba tan sacudida e insegura de mi misma que le dije que no. Yo creía que no era buena, y estúpida y que Roy estaba en lo cierto en pegarme para hacerme más fuerte. Me había lavado el cerebro
Una vez más rechinó los dientes.
–Espero que esta historia tenga un final feliz, o voy a tener que poner mi puño a través de esa pared
Froté su brazo.
–Ya llegó a eso. De todos modos. Roy llegó a casa y vio a mi hermana empacando una bolsa para mí. La atacó, él era realmente malo en controlarse. Me las arreglé para alejarlo de ella, y luego empezó a atacarme. Lo siguiente que supe, Bath tenía una pistola y....ella le disparó. A la cabeza. Ella pensó que él me iba a matar, y tal vez lo hubiera hecho.
Me asomé hacia él a través de mis pestañas, odiando el temblor de mi voz. El no dijo nada.
–Lo enterramos en el lado de una carretera en el medio de la nada– dije. –Y luego dejamos Nuevo México para bien. Tratamos de que mi mamá viniera con nosotras, pero ella pensó que yo era el diablo después de que me habían cambiado, y ella no entendió....– me encogí de hombros. –Ella me atacó cuando traté de hablar con ella, pero mi mamá siempre estaba borracha y peor drogada. Nos dimos por vencida con ella y nos fuimos del estado. Comenzamos de nuevo. Y aquí estamos hoy. Tu compañera es cómplice de asesinato, y no estoy arrepentida.
Me dio una mirada solemne.
–Tu no me habías dicho nada de Roy antes porque con eso ponías en peligro a tu hermana
Yo asentí
–Ella dio todo por mí. No podía entregarla
–entonces ¿por qué me lo dices ahora?
Me levanté, puse mis manos sobre sus hombros y lo miré directamente a sus ojos.
–Porque he estado pensando en lo que dijiste. Esta relación era mía para dirigir, y que tú me dejarías guiarte
– ¿Y?– su voz era un murmullo cálido.
–Y he decidido que quiero ser tu compañera, Nick Bjorn. Te quiero. Te amo por ser cálido y protector y todavía me das la libertad de ser yo. Me daba miedo pensar que tendría que tomar la decisión, pero luego me di cuenta de que estaba aún más asustada de una vida sin ti a mi lado. – Mis dedos se enredaron en su cabello, y me miro con satisfacción la marca de pareja que había dejado en mi cuello. Me incliné y lo lamió, largo y lento.
Sentí un temblor recorrer su cuerpo grande y me deleitaba en ello.
–Así que estoy tomando el control de esta relación–, dije en voz baja, inclinándome hacia atrás para mirarlo a los ojos de nuevo. –Te quiero a ti como mi compañero, y no voy a aceptar un no por respuesta.
Y con eso, me quité mi camisa.
Nick se quedó mirando mis pechos pequeños, ahuecados por el sujetador travieso. Era de un encaje rojo, semi-copa con relleno suficiente para empujar mi pecho pequeño en algo magnífico. Mientras me miraba, me deslicé fuera de mis pantalones y los tiré a un lado, mostrando mi tanga a juego, que hacia cosas maravillosas a mi culo. Encaje rojo brillante, porque Nick dijo que le gustaba rojo.
Nick se humedeció los labios como si su boca se hubiera quedado repentinamente seca, y me miró.
–___________________, yo...
Apreté un dedo en sus labios.
–Dijiste que querías que fuera mi elección. Estoy eligiendo.
–¿No deberías tomar unos días más para decidir?– Su mirada estaba pegada a mi escote.
Me arrastré hacia adelante, empujándolo hacia atrás sobre la cama.
–Estoy segura de esto. Tuve una larga conversación con Savannah antes, y me hizo darme cuenta de que estaba sosteniendo cosas contra ti y ni siquiera me daba cuenta. Además, me di cuenta de que estaba siendo una cobarde.
Con el más ligero toque de mis dedos, cayó de espaldas en la cama, y yo a horcajadas sobre él. Sus manos se rozaron mis muslos, ahora a horcajadas sobre su pecho.
–No pareces muy cobarde en este momento–, murmuró.
–No,– dije alegremente, mirando Asia él. –Yo quiero esto. Y te quiero para siempre. Compañeros en todos los sentidos de la palabra. Ya sé que no eres como Roy, o Levi, o los demás. Siempre lo he sabido. Acabo de tener un tiempo difícil admitiéndolo a mí misma. –Me incliné y rosé un ligero beso en su boca. –Y ahora quiero mostrartelo.
Se dio la vuelta y de repente estaba debajo de él, con las piernas abiertas, su peso presionando entre ellas. Sentí la dura longitud de su erección contra el pedacito de mi ropa interior y resistí la tentación de frotarme contra su sexo.
–Nick–, le dije suavemente, rozando mis labios contra los suyos mientras hablaba. –Yo soy la que lleva esta relación, ¿no?
Sus caderas flexionadas contra la mía involuntariamente, y sus ojos brillaron con la necesidad. Se inclinó y me besó, duro, y luego se retiró, enterrando su cara en mi cuello.
–Eres tu, pero...
–Vamos a ir rápido la primera vez, y luego después más lento. ¿De acuerdo?
Él asintió con la cabeza. Me moví de debajo de él y me acerque a la cómoda.
–Tengo algo que podemos usar–, le dije, chispas de excitación corriendo por mi cuerpo. Mis pezones estaban duros por la necesidad, y él apenas me había tocado.
Le mostré el tubo de lubricante y él se sonrojó un poco. Lo dejé caer en la cama y mis manos fueron a su cintura, deshaciendo la hebilla de su cinturón y luego deslizando sus pantalones vaqueros por sus piernas. Su pene estaba tan duro y grueso ya que rozó contra mí mientras me movía, y me incliné para darle un ligero beso a la cabeza. Él gimió.
–___________________–, advirtió, con la respiración entrecortada. –A punto de venirme.
Extendí la mano a su pene, tomé la corona de él en mi mano, y se la apreté, esperando.
Su cuerpo se tensó y sus ojos brillaron, y entonces él me alcanzó otra vez, como si estuviera desesperado por poner sus manos sobre mi cuerpo.
Me incliné y lo besé, mordiendo sus labios.
–Normalmente no necesitamos esto, pero eres un tipo grande. Vamos a tener cuidado esta primera vez. Además de que en realidad sólo quiero poner mis manos sobre ti –, le dije, y accionó el tope de la lubricación, escurriendo una pequeña cantidad en mi mano. Me froté las palmas de las manos y entonces, mi mirada fija a la suya, le acaricié la dura y sedosa longitud de su sexo.
Él gimió como un hombre moribundo.
–___________________.
Encantada, envolví mis dedos resbaladizos alrededor de la enorme longitud de ella, acariciando arriba y abajo. Su aliento era un poco brusco, diciéndome que estaba a punto de perder el control, y dejé caer mis manos y me incliné para darle un beso.
–Ahora me lo haces?
Cerró los ojos, respirando con dificultad por un largo rato, y luego se sentó. Sus manos me agarraron y me tiró sobre la cama, presionando besos en mi estómago, como si no pudiera contenerse. Me revolví en el placer de la sensación, mis dedos todavía iba a enredarse en su cabello.
–Por favor, Nick,– le dije. –Te necesito dentro de mí.
Durante un largo momento él se cernió sobre mí, luego se levantó. Él bajó la mirada hacia mí, y luego tiró suavemente mi delicado, pequeño tanga de encaje por mis piernas y lo tiró al suelo. Su mano tomó mi montículo y su pulgar rozó la hendidura de mi sexo.
–Tú ya estás tan mojada.
Él hizo lo que le mandé, y estuve a punto de llegar con la sensación de ese dedo grueso empujando profundamente en mí. Mi respiración se hizo rápida y jadeante, y me mordí el labio, tratando de no corcovear contra su mano y arruinar el momento. Empujó con el dedo, su mirada fascinada al ver mi cuerpo, luego se retiró y acarició el dedo dentro de mí otra vez.
Gemí.
–Otro dedo.
Cuando se añadió la segunda, contuve el aliento, la sensación increíblemente apretada y llena. Él empujó dentro de mí con dos dedos, luego se retiró.
–___________________. Estas tan apretada. No quiero hacerte daño.
–Shh–, le dije, envolviendo una pierna alrededor de su cintura y tirando de él sentí la cabeza de su polla contra mi pierna, duro y resbaladizo. –No lo harás. Sólo estamos siendo muy cuidadosos esta primer vez –. Cuando él todavía vacilaba, me senté y lo besé con fiereza, hasta que sus caderas se sacudieron en contra mío y yo sabía que él estaba cerca. Le di un último beso y luego me recosté en la cama. –Sólo tienes que ir lento–, susurré. –Vas a estar bien.
Agarró mis caderas y me atrajo más cerca, luego se inclinó sobre mí. Nick tenía una intensa mirada de concentración en su rostro, y yo quería besarlo de nuevo. Él estaba preocupado por que iba a hacerme daño.
Con razón, me enteré un momento después. La cabeza de su polla rozó mi sexo y avanzó , un silbido de aire escapando de él. Me mordí el labio para evitar mi propio silbido. Habían pasado seis años desde que había tenido relaciones sexuales, y Nick era un hombre muy, muy grande. Decir que el ajuste fue apretado era una subestimación. Sentí el ardor mientras empujaba un poco, hundiendo la cabeza de su polla . Se sentía bien, pero también dolía.
–Yendo lento–, rechinó él.
–Lento,– estuve de acuerdo, rozando mis dedos sobre sus hombros, animándole.
Sus caderas dieron una oleada pequeña, empujando más profundo. Di un grito ahogado, la quemadura dando paso a una intensa plenitud que me hizo temblar. Oh, Dios. Estaba tan grande y tan profundo dentro de mí, y de repente se sentía tan increíblemente bueno. Mis manos se deslizaron de nuevo a mis pechos, y empecé a tirar de mis pezones otra vez.
–¿Bueno?–, se preguntó.
–Muy bueno–, suspiré. –Realmente bueno.
Él gimió y sentí su oleada de caderas de nuevo. Hubo un fuerte dolor de estiramiento que me hizo aspirar el aliento, y luego nada más que placer de nuevo. Se inclinó para besarme y gimió contra mi boca.
–___________________. . . No se. . . se siente tan apretado. . .
–Más profundo, Nick.– Bañé su rostro con pequeños besos, y luego tire de su labio inferior con los dientes. –Por favor. Te necesito .
Él se lanzó hacia delante, asentándose hasta la empuñadura, y jadeé. Se quedó inmóvil, aterrorizado de que me había lastimado.
–No, está bien–, dije en voz baja, levantando mis caderas un poco. –¿Estás tu. . . ?
–Asombroso.– Su voz era tensa con la tensión y el asombro. –Dios. Te amo, ___________________ .
Mi corazón dio un golpe poco extraño en mi pecho.
–Te amo, también, Nick.
Su aliento siseó fuera de él de nuevo a eso, y sus caderas subieron, empujando con fuerza en contra mío
. –No voy a durar mucho.
–Yo tampoco–, rosé los dedos por encima de su pezón y luego me estiré para morderlo en el hombro. –Por favor, por favor, no te detengas.
El gruñido salió de su garganta otra vez, y se retiró un poco, dejando me dolorida y vacía, hasta que surgió profundamente otra vez. Di un grito ahogado ante la sensación abrumadora. Oh, wow. Eso fue. . . increíble. Cuando él subió de nuevo, levanté mis caderas para encontrarme con la suya. Sus golpes comenzaron lento y suave, luego sus manos se deslizaron hasta mis caderas y me anclo. Empezó a moverse duro y rápido, muy dentro de mí con una fuerza salvaje. La jadeante, mirada frenética en su rostro una cosa salvaje mientras se conducía en mí, una vez, dos veces, tres veces y luego gritó, su cuerpo poniéndose rígido.
Sentí su orgasmo muy dentro de mí y empujé mis caderas frenéticamente, casi ahí mismo.
–Nick, por favor–, le dije mientras se mecía en mí.
Él dejó escapar un largo, irregular suspiro y luego se inclinó para besarme.
Me retorcí y le devolví el beso, mordiéndole el labio con fuerza. Estaba enterrado todavía muy dentro de mí y no me importaba que él se hubiera venido, sólo que estaba tan cerca y que no me iba a venir, también. Corrió un mano sobre mi cadera y me acarició la carne, y gemí. Mis manos haciendo puños en las mantas empujadas arriba detrás la cabeza.
–Por favor, Nick, necesito venirme.
–Yo estaba totalmente enamorada de él en el momento que lo vi. Salimos un par de veces, y luego empezó a declarar su amor por mí. Y yo era una estúpida de dieciséis años de edad, y estaba totalmente a bordo con esto. Realmente no pensé que él era posesivo o trataba de dirigir mi vida. Bath siempre me había dicho que hacer, y mi madre estaba drogada o borracha más de lo que podía
Miré a Nick.
–En ese momento, me gustó que un hombre iba a intervenir y tomar las riendas de mi vida. Alguien que había estado a la cabeza, y yo nunca había sabido que hacer sin alguien allí para guiarme. Un poco triste mirando hacia atrás.
–Sin tristeza– dijo –Tú eras joven. Asustada
Si, pero no soy joven ahora, y tengo miedo todavía. Negué con mi cabeza, cogiendo las riendas de mi historia de nuevo.
–Después de habíamos estado saliendo durante un mes o dos, Roy insistió que me mudara con él. Él me quería en su casa para cuidar de mis necesidades en todo momento. Mi mamá no le gustaba la idea, pero no me importaba. La amenacé con llamar a la policía sobre su drogadicción sino me dejaba ir, así que me dejó ir. Me mudé con Roy y jugamos a la casita por un tiempo. Me salí de la secundaria, para poder pasar todo mi tiempo con él. Si no estaba con él, estaba haciendo algo que le agradaba, como limpiar la casa. Roy le gustaba la casa impecable. Si dejaba un plato en el fregadero el me abofeteaba. Era una manera de enseñarme como ser una novia adecuada, dijo, y que yo era perezosa y no respondía bien-pero respondía con los golpes
La mano de Nick apretó la mía. Le apreté su mano para calmarlo, porque la historia se ponía peor.
–A medida que pasaba el tiempo, parecía que no era capaz de hacer feliz a Roy. Habíamos estado juntos seis meses más o menos, cuando realmente me empezó a pegar. Una vez que perdió los estribos y comenzó a cambiar, y fue entonces cuando me di cuenta que era un hombre lobo. Todo cayó en su lugar después de eso- sus amigos raros que llegaban cada noche por un corto periodo de tiempo, la forma en que desaparecía por horas y luego volvía con olor a bosque. No pregunté- yo estaba demasiado desesperada por hacerlo feliz. Nos metíamos en peleas casi todas las noches, pero esta vez fue peor que nunca. Y esa noche, él me mordió.
La mano de Nick apretó la mía con fuerza
–___________________
Yo no iba a parar; necesitaba decirle todo de esto.
–Roy siempre fue muy exigente antes de eso. El nunca bebía de la misma copa mía. Nunca me dejó usar su cepillo de dientes. Siempre era cuidadoso con el uso de los condones. Solo pensé que era un poco obsesivo. Resulta que no tanto– me reí pero soné hueca. –Esa noche casi me arranco la garganta. Yo creo que no pretendía hacerlo. Era solo el calor del momento, yo ya estaba bastante delicada, y boom. Ahí estaba, sangrando por todas partes. Al principio se sorprendió, pero luego empezó a morderme una y otra vez, y yo no sabía que estaba haciendo. No fue hasta que me empecé a curar de la mordeduras que me di cuenta de lo había estado haciendo- y lo que había hecho. En ese momento era convertirme o dejarme morir, por lo que debo haberle importado un poco para tratar de salvarme ¿cierto?
Mi mano se cerró sobre la suya y seguí acariciando sus nudillos, mi voz cada vez más apretada.
–Estaba tan asustada por aquel entonces. Yo no sabía lo que estaba pasando. El primer cambió fue solo.....horrible. Yo sangraba como una loca, y creo que me quedé en forma de lobo por tres días. – Recordé el horror de esos días. El terror de yo no saber lo que estaba pasando. La soledad y desconcierto. Suspiré –También me comí el gato del vecino
Él no sonrió.
Continúe:
–Roy desapareció de mí y yo tuve que sufrir esto sola. Fue muy doloroso cambiar de nuevo, y todo el tiempo, yo no estaba convencida de que no me hubiera vuelto loca de alguna manera. Hasta que ocurrió de nuevo, y otra vez. Roy no le gustaba que me hubiera convertido en lobo, pero no sabía otra cosa que hacer conmigo. Yo lloraba mucho, porque era una niña y tenía miedo, y a él eso le gustaba incluso menos. Roy quería que fuera fuerte, así que él me golpeaba aún más, tratando me endurecerme. No funcionó. Solo lo hizo ponerse más furioso, y a mí me asustó más.
Oí un suave rechinar y mire hacia arriba y veo la mandíbula de Nick apretada con tanta fuerza que pensé que el podría romper los dientes.
–Continua– rechinó.
–Bath oyó de mi madre que me había ido a vivir con un hombre, y ella no lo aprobaba. Condujo en su pequeño y destartalado coche por diez horas para venir hablar y darme algo de sentido
–Tu hermana es buena persona– dijo suavemente.
Asentí.
–Yo no podía controlar los cambios y volver de nuevo. Cuando Bath llego a mi puerta, al verla entré en pánico y comencé a cambiar. Fue horrible. Mi hermana no sabía qué hacer. Ella pensó que yo estaba teniendo un ataque. Yo tampoco sabía qué hacer. Roy estaba afuera en otros de sus paseos nocturnos. Eso fue....feo. Y tener que explicárselo a mi hermana fue aun peor. Cuando cambié de nuevo, mis ropas habían desaparecido, por supuesto y vio mis magulladuras y las quemaduras de cigarrillos, y las mordidas
Un bajo gruñido si inició en la garganta de Nick.
Toqué su brazo para calmarlo. Todo parecía tiempo atrás. Distante, recuerdos tristes.
–Bath insistió que me fuera a casa con ella. Y yo estaba tan sacudida e insegura de mi misma que le dije que no. Yo creía que no era buena, y estúpida y que Roy estaba en lo cierto en pegarme para hacerme más fuerte. Me había lavado el cerebro
Una vez más rechinó los dientes.
–Espero que esta historia tenga un final feliz, o voy a tener que poner mi puño a través de esa pared
Froté su brazo.
–Ya llegó a eso. De todos modos. Roy llegó a casa y vio a mi hermana empacando una bolsa para mí. La atacó, él era realmente malo en controlarse. Me las arreglé para alejarlo de ella, y luego empezó a atacarme. Lo siguiente que supe, Bath tenía una pistola y....ella le disparó. A la cabeza. Ella pensó que él me iba a matar, y tal vez lo hubiera hecho.
Me asomé hacia él a través de mis pestañas, odiando el temblor de mi voz. El no dijo nada.
–Lo enterramos en el lado de una carretera en el medio de la nada– dije. –Y luego dejamos Nuevo México para bien. Tratamos de que mi mamá viniera con nosotras, pero ella pensó que yo era el diablo después de que me habían cambiado, y ella no entendió....– me encogí de hombros. –Ella me atacó cuando traté de hablar con ella, pero mi mamá siempre estaba borracha y peor drogada. Nos dimos por vencida con ella y nos fuimos del estado. Comenzamos de nuevo. Y aquí estamos hoy. Tu compañera es cómplice de asesinato, y no estoy arrepentida.
Me dio una mirada solemne.
–Tu no me habías dicho nada de Roy antes porque con eso ponías en peligro a tu hermana
Yo asentí
–Ella dio todo por mí. No podía entregarla
–entonces ¿por qué me lo dices ahora?
Me levanté, puse mis manos sobre sus hombros y lo miré directamente a sus ojos.
–Porque he estado pensando en lo que dijiste. Esta relación era mía para dirigir, y que tú me dejarías guiarte
– ¿Y?– su voz era un murmullo cálido.
–Y he decidido que quiero ser tu compañera, Nick Bjorn. Te quiero. Te amo por ser cálido y protector y todavía me das la libertad de ser yo. Me daba miedo pensar que tendría que tomar la decisión, pero luego me di cuenta de que estaba aún más asustada de una vida sin ti a mi lado. – Mis dedos se enredaron en su cabello, y me miro con satisfacción la marca de pareja que había dejado en mi cuello. Me incliné y lo lamió, largo y lento.
Sentí un temblor recorrer su cuerpo grande y me deleitaba en ello.
–Así que estoy tomando el control de esta relación–, dije en voz baja, inclinándome hacia atrás para mirarlo a los ojos de nuevo. –Te quiero a ti como mi compañero, y no voy a aceptar un no por respuesta.
Y con eso, me quité mi camisa.
Nick se quedó mirando mis pechos pequeños, ahuecados por el sujetador travieso. Era de un encaje rojo, semi-copa con relleno suficiente para empujar mi pecho pequeño en algo magnífico. Mientras me miraba, me deslicé fuera de mis pantalones y los tiré a un lado, mostrando mi tanga a juego, que hacia cosas maravillosas a mi culo. Encaje rojo brillante, porque Nick dijo que le gustaba rojo.
Nick se humedeció los labios como si su boca se hubiera quedado repentinamente seca, y me miró.
–___________________, yo...
Apreté un dedo en sus labios.
–Dijiste que querías que fuera mi elección. Estoy eligiendo.
–¿No deberías tomar unos días más para decidir?– Su mirada estaba pegada a mi escote.
Me arrastré hacia adelante, empujándolo hacia atrás sobre la cama.
–Estoy segura de esto. Tuve una larga conversación con Savannah antes, y me hizo darme cuenta de que estaba sosteniendo cosas contra ti y ni siquiera me daba cuenta. Además, me di cuenta de que estaba siendo una cobarde.
Con el más ligero toque de mis dedos, cayó de espaldas en la cama, y yo a horcajadas sobre él. Sus manos se rozaron mis muslos, ahora a horcajadas sobre su pecho.
–No pareces muy cobarde en este momento–, murmuró.
–No,– dije alegremente, mirando Asia él. –Yo quiero esto. Y te quiero para siempre. Compañeros en todos los sentidos de la palabra. Ya sé que no eres como Roy, o Levi, o los demás. Siempre lo he sabido. Acabo de tener un tiempo difícil admitiéndolo a mí misma. –Me incliné y rosé un ligero beso en su boca. –Y ahora quiero mostrartelo.
Se dio la vuelta y de repente estaba debajo de él, con las piernas abiertas, su peso presionando entre ellas. Sentí la dura longitud de su erección contra el pedacito de mi ropa interior y resistí la tentación de frotarme contra su sexo.
–Nick–, le dije suavemente, rozando mis labios contra los suyos mientras hablaba. –Yo soy la que lleva esta relación, ¿no?
Sus caderas flexionadas contra la mía involuntariamente, y sus ojos brillaron con la necesidad. Se inclinó y me besó, duro, y luego se retiró, enterrando su cara en mi cuello.
–Eres tu, pero...
–Vamos a ir rápido la primera vez, y luego después más lento. ¿De acuerdo?
Él asintió con la cabeza. Me moví de debajo de él y me acerque a la cómoda.
–Tengo algo que podemos usar–, le dije, chispas de excitación corriendo por mi cuerpo. Mis pezones estaban duros por la necesidad, y él apenas me había tocado.
Le mostré el tubo de lubricante y él se sonrojó un poco. Lo dejé caer en la cama y mis manos fueron a su cintura, deshaciendo la hebilla de su cinturón y luego deslizando sus pantalones vaqueros por sus piernas. Su pene estaba tan duro y grueso ya que rozó contra mí mientras me movía, y me incliné para darle un ligero beso a la cabeza. Él gimió.
–___________________–, advirtió, con la respiración entrecortada. –A punto de venirme.
Extendí la mano a su pene, tomé la corona de él en mi mano, y se la apreté, esperando.
Su cuerpo se tensó y sus ojos brillaron, y entonces él me alcanzó otra vez, como si estuviera desesperado por poner sus manos sobre mi cuerpo.
Me incliné y lo besé, mordiendo sus labios.
–Normalmente no necesitamos esto, pero eres un tipo grande. Vamos a tener cuidado esta primera vez. Además de que en realidad sólo quiero poner mis manos sobre ti –, le dije, y accionó el tope de la lubricación, escurriendo una pequeña cantidad en mi mano. Me froté las palmas de las manos y entonces, mi mirada fija a la suya, le acaricié la dura y sedosa longitud de su sexo.
Él gimió como un hombre moribundo.
–___________________.
Encantada, envolví mis dedos resbaladizos alrededor de la enorme longitud de ella, acariciando arriba y abajo. Su aliento era un poco brusco, diciéndome que estaba a punto de perder el control, y dejé caer mis manos y me incliné para darle un beso.
–Ahora me lo haces?
Cerró los ojos, respirando con dificultad por un largo rato, y luego se sentó. Sus manos me agarraron y me tiró sobre la cama, presionando besos en mi estómago, como si no pudiera contenerse. Me revolví en el placer de la sensación, mis dedos todavía iba a enredarse en su cabello.
–Por favor, Nick,– le dije. –Te necesito dentro de mí.
Durante un largo momento él se cernió sobre mí, luego se levantó. Él bajó la mirada hacia mí, y luego tiró suavemente mi delicado, pequeño tanga de encaje por mis piernas y lo tiró al suelo. Su mano tomó mi montículo y su pulgar rozó la hendidura de mi sexo.
–Tú ya estás tan mojada.
Él hizo lo que le mandé, y estuve a punto de llegar con la sensación de ese dedo grueso empujando profundamente en mí. Mi respiración se hizo rápida y jadeante, y me mordí el labio, tratando de no corcovear contra su mano y arruinar el momento. Empujó con el dedo, su mirada fascinada al ver mi cuerpo, luego se retiró y acarició el dedo dentro de mí otra vez.
Gemí.
–Otro dedo.
Cuando se añadió la segunda, contuve el aliento, la sensación increíblemente apretada y llena. Él empujó dentro de mí con dos dedos, luego se retiró.
–___________________. Estas tan apretada. No quiero hacerte daño.
–Shh–, le dije, envolviendo una pierna alrededor de su cintura y tirando de él sentí la cabeza de su polla contra mi pierna, duro y resbaladizo. –No lo harás. Sólo estamos siendo muy cuidadosos esta primer vez –. Cuando él todavía vacilaba, me senté y lo besé con fiereza, hasta que sus caderas se sacudieron en contra mío y yo sabía que él estaba cerca. Le di un último beso y luego me recosté en la cama. –Sólo tienes que ir lento–, susurré. –Vas a estar bien.
Agarró mis caderas y me atrajo más cerca, luego se inclinó sobre mí. Nick tenía una intensa mirada de concentración en su rostro, y yo quería besarlo de nuevo. Él estaba preocupado por que iba a hacerme daño.
Con razón, me enteré un momento después. La cabeza de su polla rozó mi sexo y avanzó , un silbido de aire escapando de él. Me mordí el labio para evitar mi propio silbido. Habían pasado seis años desde que había tenido relaciones sexuales, y Nick era un hombre muy, muy grande. Decir que el ajuste fue apretado era una subestimación. Sentí el ardor mientras empujaba un poco, hundiendo la cabeza de su polla . Se sentía bien, pero también dolía.
–Yendo lento–, rechinó él.
–Lento,– estuve de acuerdo, rozando mis dedos sobre sus hombros, animándole.
Sus caderas dieron una oleada pequeña, empujando más profundo. Di un grito ahogado, la quemadura dando paso a una intensa plenitud que me hizo temblar. Oh, Dios. Estaba tan grande y tan profundo dentro de mí, y de repente se sentía tan increíblemente bueno. Mis manos se deslizaron de nuevo a mis pechos, y empecé a tirar de mis pezones otra vez.
–¿Bueno?–, se preguntó.
–Muy bueno–, suspiré. –Realmente bueno.
Él gimió y sentí su oleada de caderas de nuevo. Hubo un fuerte dolor de estiramiento que me hizo aspirar el aliento, y luego nada más que placer de nuevo. Se inclinó para besarme y gimió contra mi boca.
–___________________. . . No se. . . se siente tan apretado. . .
–Más profundo, Nick.– Bañé su rostro con pequeños besos, y luego tire de su labio inferior con los dientes. –Por favor. Te necesito .
Él se lanzó hacia delante, asentándose hasta la empuñadura, y jadeé. Se quedó inmóvil, aterrorizado de que me había lastimado.
–No, está bien–, dije en voz baja, levantando mis caderas un poco. –¿Estás tu. . . ?
–Asombroso.– Su voz era tensa con la tensión y el asombro. –Dios. Te amo, ___________________ .
Mi corazón dio un golpe poco extraño en mi pecho.
–Te amo, también, Nick.
Su aliento siseó fuera de él de nuevo a eso, y sus caderas subieron, empujando con fuerza en contra mío
. –No voy a durar mucho.
–Yo tampoco–, rosé los dedos por encima de su pezón y luego me estiré para morderlo en el hombro. –Por favor, por favor, no te detengas.
El gruñido salió de su garganta otra vez, y se retiró un poco, dejando me dolorida y vacía, hasta que surgió profundamente otra vez. Di un grito ahogado ante la sensación abrumadora. Oh, wow. Eso fue. . . increíble. Cuando él subió de nuevo, levanté mis caderas para encontrarme con la suya. Sus golpes comenzaron lento y suave, luego sus manos se deslizaron hasta mis caderas y me anclo. Empezó a moverse duro y rápido, muy dentro de mí con una fuerza salvaje. La jadeante, mirada frenética en su rostro una cosa salvaje mientras se conducía en mí, una vez, dos veces, tres veces y luego gritó, su cuerpo poniéndose rígido.
Sentí su orgasmo muy dentro de mí y empujé mis caderas frenéticamente, casi ahí mismo.
–Nick, por favor–, le dije mientras se mecía en mí.
Él dejó escapar un largo, irregular suspiro y luego se inclinó para besarme.
Me retorcí y le devolví el beso, mordiéndole el labio con fuerza. Estaba enterrado todavía muy dentro de mí y no me importaba que él se hubiera venido, sólo que estaba tan cerca y que no me iba a venir, también. Corrió un mano sobre mi cadera y me acarició la carne, y gemí. Mis manos haciendo puños en las mantas empujadas arriba detrás la cabeza.
–Por favor, Nick, necesito venirme.
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
Se meció sus caderas contra las mías, sus ojos fuertemente entrecerrados mientras me miraba, como fascinado por mi retorciéndome necesitada. Su mano se deslizó entre nosotros y encontró mi clítoris, y casi me levanté de la cama con el pequeño toque. Se meció contra mí de nuevo y frotó ese lugar pequeño, encantador, rozando sus dedos sobre él, mirándome arquearme en la cama. Su mano se deslizó hacia arriba para acunar mi pecho, pellizcando mi pezón mientras su otra mano rozó mi clítoris y mi jadeo se convirtió en súplica.
–Por favor. Oh, Dios, sí. Por favor. Haz eso otra vez.
Cuando él empujó hacia abajo la copa del sujetador y se inclinó para tomar mi pezón en la boca, casi lloró de lo bien que se sentía. Sus dientes rozaban a lo largo de la dura protuberancia, dolor, luego lamió la piel suave, burlándose.
–Por favor, Nick,– suspiré. –Necesito...
–Todavía no–, murmuró contra el pico de mi pecho, luego lo mordió suavemente, que envió otro gemido disparado a través de mí.
–¿Por qué no?– Gemí.
Se sentó y corrió una mano por mi vientre, fascinado por mi cuerpo. Fascinado por todo de mí. Me encantó esa intensa mirada en su rostro tanto.
–No termine contigo–, gruñó bajo en su garganta, y lo sentí empujar dentro de mí otra vez. Gemí mientras el orgasmo empezó a construirse de nuevo.
Sus ojos brillaban, la mirada en ellos intensamente posesiva. Él estaba listo de nuevo? Pero había sido sólo un momento.
–¿Estás tu...?
Me besó, suavemente, en la boca, tomando mis palabras.
Contuve el aliento cuando él me tiró en una posición sentada. Mi beso de regreso fue feroz. Yo lo necesitaba.
Pasó la lengua por mi boca, su mano moviéndose a mi pelo y agarrándolo, sosteniéndome contra él. Me se deleitaba en él - amando que estaba tan salvajemente necesitándome.
–Esto es una fantasía mía–, dijo con voz áspera dureza. –Tu. Contra mí. Retorciéndote de necesidad. Gritando mi nombre.
Sólo la idea de eso me hacía increíblemente caliente.
–Incluso es mejor la realidad. Cada noche, durante el resto de nuestras vidas.
Él gruñó bajo y mordisqueó mi mandíbula y me quedé sin aliento, rastrillando las uñas en su pecho. Estaba tan duro, aún así muy dentro de mí. Levanté mis caderas, balanceándose contra él, y gimió.
–Quiero. . . –Suspiró.
–¿Qué?–, Le pregunté sin aliento, excitada.
–De rodillas–, dijo con un feroz mordisco en mi mandíbula de nuevo, y lo sentí apartarse de mí, tirando de su polla maravillosa, increíble de mi cuerpo. Gemí una protesta, que murió cuando él me jaló de rodillas. Entonces él me dio vuelta hasta que yo estaba en mi estómago, mi culo en el aire. Sus manos fueron a mi culo y palmeó las curvas suaves y redondeadas.
–Tan hermoso.
La respiración fue aspirada fuera de mí cuando sentí la cabeza de su polla contra mi sexo mojado, dolorido. Esa fue toda la advertencia que recibí antes de que él se hundiera profundamente dentro de mí otra vez, llenándome de ese placer intenso. El aliento murió en mi garganta, y sus manos agarraron mis caderas y comenzó a bombear dentro de mí desde atrás. Nick no había aprendido –lento– o –sin prisa– en la cama todavía, él me necesitaba y él tomó. Empujó hacia mí tan duro y rudo que la cama se sacudió y golpeó su piel contra la mía.
Yo estaba delirante de deseo, sintiendo el orgasmo en espiral a través de mí, tan cerca, mi cuerpo dolorido con necesidad intensa. Necesitaba venirme con él dentro de mí. Tan mal. Una mano se deslizó hasta mi sexo y tocó mi clítoris mientras empujaba brutalmente dentro de mí. Tan pronto como lo hice, un sollozo orgásmico escapó de mis labios y me vine, mi cuerpo entero apretando duro, las piernas tiesas y bloqueadas.
Nick dio un gruñido feroz, sus movimientos espasmódicos.
–Yo. . . puedo sentirte. . . viniéndote. Continúa tocando a ti misma.
Me detuve, jadeando, esperando el orgasmo disminuyera.
Él gruñó bajo de nuevo y entonces sentí sus dedos buscando mi clítoris mientras empujaba duro, y luego me estaba disparado en el siguiente orgasmo una vez más, gimiendo su nombre una y otra vez.
El clímax sacudió a través de mí y me estremecí, pero él no dejaba de frotar, sólo seguía tocando y tocando mientras me hacía el amor, y mis palabras se convirtieron en un bajo, sin fin gemir de placer. Yo estaba sin huesos cuando empujó con fuerza una vez más, y luego gritó mi nombre, endureciendo su cuerpo sobre mí. Esta vez, lo sentí retirarse y se dejó caer en la cama, tirando de mi forma sin huesos con él.
–Mierda–, jadeó.
–Sí,– estuve de acuerdo sin aliento, soñadora. Ese fue el más largo, más intenso orgasmo que jamás había tenido.
–Eso fue. . . , –dijo apagándose, sin palabras.
–Sí,– suspiré feliz.
Él me llevó cerca y enterró su cara en mi pelo.
–Dios, Te amo.
Le sonreí y enrosque mis manos en su pelo.
–Yo también te amo, Osito Abrazable.
Estaba bastante segura de que le oí reír.
–Por favor. Oh, Dios, sí. Por favor. Haz eso otra vez.
Cuando él empujó hacia abajo la copa del sujetador y se inclinó para tomar mi pezón en la boca, casi lloró de lo bien que se sentía. Sus dientes rozaban a lo largo de la dura protuberancia, dolor, luego lamió la piel suave, burlándose.
–Por favor, Nick,– suspiré. –Necesito...
–Todavía no–, murmuró contra el pico de mi pecho, luego lo mordió suavemente, que envió otro gemido disparado a través de mí.
–¿Por qué no?– Gemí.
Se sentó y corrió una mano por mi vientre, fascinado por mi cuerpo. Fascinado por todo de mí. Me encantó esa intensa mirada en su rostro tanto.
–No termine contigo–, gruñó bajo en su garganta, y lo sentí empujar dentro de mí otra vez. Gemí mientras el orgasmo empezó a construirse de nuevo.
Sus ojos brillaban, la mirada en ellos intensamente posesiva. Él estaba listo de nuevo? Pero había sido sólo un momento.
–¿Estás tu...?
Me besó, suavemente, en la boca, tomando mis palabras.
Contuve el aliento cuando él me tiró en una posición sentada. Mi beso de regreso fue feroz. Yo lo necesitaba.
Pasó la lengua por mi boca, su mano moviéndose a mi pelo y agarrándolo, sosteniéndome contra él. Me se deleitaba en él - amando que estaba tan salvajemente necesitándome.
–Esto es una fantasía mía–, dijo con voz áspera dureza. –Tu. Contra mí. Retorciéndote de necesidad. Gritando mi nombre.
Sólo la idea de eso me hacía increíblemente caliente.
–Incluso es mejor la realidad. Cada noche, durante el resto de nuestras vidas.
Él gruñó bajo y mordisqueó mi mandíbula y me quedé sin aliento, rastrillando las uñas en su pecho. Estaba tan duro, aún así muy dentro de mí. Levanté mis caderas, balanceándose contra él, y gimió.
–Quiero. . . –Suspiró.
–¿Qué?–, Le pregunté sin aliento, excitada.
–De rodillas–, dijo con un feroz mordisco en mi mandíbula de nuevo, y lo sentí apartarse de mí, tirando de su polla maravillosa, increíble de mi cuerpo. Gemí una protesta, que murió cuando él me jaló de rodillas. Entonces él me dio vuelta hasta que yo estaba en mi estómago, mi culo en el aire. Sus manos fueron a mi culo y palmeó las curvas suaves y redondeadas.
–Tan hermoso.
La respiración fue aspirada fuera de mí cuando sentí la cabeza de su polla contra mi sexo mojado, dolorido. Esa fue toda la advertencia que recibí antes de que él se hundiera profundamente dentro de mí otra vez, llenándome de ese placer intenso. El aliento murió en mi garganta, y sus manos agarraron mis caderas y comenzó a bombear dentro de mí desde atrás. Nick no había aprendido –lento– o –sin prisa– en la cama todavía, él me necesitaba y él tomó. Empujó hacia mí tan duro y rudo que la cama se sacudió y golpeó su piel contra la mía.
Yo estaba delirante de deseo, sintiendo el orgasmo en espiral a través de mí, tan cerca, mi cuerpo dolorido con necesidad intensa. Necesitaba venirme con él dentro de mí. Tan mal. Una mano se deslizó hasta mi sexo y tocó mi clítoris mientras empujaba brutalmente dentro de mí. Tan pronto como lo hice, un sollozo orgásmico escapó de mis labios y me vine, mi cuerpo entero apretando duro, las piernas tiesas y bloqueadas.
Nick dio un gruñido feroz, sus movimientos espasmódicos.
–Yo. . . puedo sentirte. . . viniéndote. Continúa tocando a ti misma.
Me detuve, jadeando, esperando el orgasmo disminuyera.
Él gruñó bajo de nuevo y entonces sentí sus dedos buscando mi clítoris mientras empujaba duro, y luego me estaba disparado en el siguiente orgasmo una vez más, gimiendo su nombre una y otra vez.
El clímax sacudió a través de mí y me estremecí, pero él no dejaba de frotar, sólo seguía tocando y tocando mientras me hacía el amor, y mis palabras se convirtieron en un bajo, sin fin gemir de placer. Yo estaba sin huesos cuando empujó con fuerza una vez más, y luego gritó mi nombre, endureciendo su cuerpo sobre mí. Esta vez, lo sentí retirarse y se dejó caer en la cama, tirando de mi forma sin huesos con él.
–Mierda–, jadeó.
–Sí,– estuve de acuerdo sin aliento, soñadora. Ese fue el más largo, más intenso orgasmo que jamás había tenido.
–Eso fue. . . , –dijo apagándose, sin palabras.
–Sí,– suspiré feliz.
Él me llevó cerca y enterró su cara en mi pelo.
–Dios, Te amo.
Le sonreí y enrosque mis manos en su pelo.
–Yo también te amo, Osito Abrazable.
Estaba bastante segura de que le oí reír.
jamileth
Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA
ahh todo porlo que ha pasado!!!
Nick es un amor!!!
Siguela!!
Nick es un amor!!!
Siguela!!
aranzhitha
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