Re: Desperately Seeking Shapeshifter NICK Y TU TERMINADA

por **aranzhitha** Dom 08 Dic 2013, 12:29 pm

siguela!!

por **PushMYSoulovato** Dom 08 Dic 2013, 1:23 pm

jamileth escribió:
PushMYSoulovato escribió:Me encanta esta novela tiene un "nose se que" que "que se yo" que hace que la ame Me encanta tu manera de escribir,me atrapo completamente esta fic,tenes sin duda una fiel lectora

Besos :hug: & seguila pronto
Bienvenida!!!
y gracias por leer la nove ;)

Muchas gracias! Y de verdad,me encanta,segui asi <3

por **chelis** Dom 08 Dic 2013, 2:39 pm

otrooooo

por **jamileth** Dom 08 Dic 2013, 3:25 pm

Capítulo 13

El domingo era un día tranquilo y maravilloso. Nick me tenía el turno de la mañana para ejercitar mis músculos. Con su calmante ayuda, los cambios venían con menos dolor, si no eran rápidos. Sin embargo, el progreso era el progreso, y lo tomaría.

Él tenía que comprobar un trabajo en la mañana, así que lo acompañe a una pequeña casa en las afueras. Esperé en la camioneta mientras él llamaba a la puerta. Él se presentó a una mujer de mediana edad, con un niño sentado en su cadera. Estaban parados en la puerta hablando, lo suficientemente lejos para no podía oír su conversación, pero por la expresión de Nick era grave.

Rodeo la casa y comprobó las cerraduras de las ventanas. A continuación puso a prueba la seguridad de la alarma, luego examinó los barrotes de las ventanas del fondo, probándolas con fuerza. El no parecía satisfecho, así que volvió a ellos con un destornillador. Después de chequear la casa, Nick le hizo a ella unas preguntas más, tomando notas en su portapapeles.

Finalmente asintió con la cabeza y se dirigió a la camioneta, y vio a la mujer entrar de nuevo.

Cuando Nick regresó a la camioneta, cogí el portapapeles y examine las notas escritas.

–No hay avistamientos en siete días, no hay intentos de robo ¿Qué es esto?

Puso en marcha la camioneta en reversa.

–La señora Pierce está siendo acechada. Compruebo regularmente para garantizar su seguridad.

–¿Acechada?, ¿Por quien?

Nick me miró y luego volvió a la carretera.

–Un clan rival. Su marido murió el año pasado y otro clan lince está tratando de entrar en su zona. Ellos la están animando para que ceda su territorio, pero ella no ésta lista todavía, así que estamos manteniendo una estrecha vigilancia sobre ella

–Pobre mujer– dije suavemente –¿Y ese es tu trabajo? ¿Protegerla? ¿Y a otras como ella?

–Además de otras cosas– dijo. –Sirvo a la alianza, y ella es miembro de la Alianza. Tengo que proteger a cualquiera que sea cazados por otros.

Justo como él me estaba protegiendo. ¿Yo era su trabajo también? ¿Solo uno con beneficios? No me gustaba ese pensamiento. Condujo a casa en un tenue silencio.

Cuando llegamos a su casa, extendió su mano hacia mí.

Puse al mía en silencio

Se me acercó.

–No voy a dejar que nada te suceda, ___________________. Tú no tienes que preocuparte.

–Sé que lo harás.

Fue agradable pasar el resto de la tarde juntos y relajados, y mi ansiedad decayó pronto. Cuando él se sentó en le sofá a ver televisión, yo puse mis piernas sobre las de él y me tendí en el sofá, leyendo una revistas de juegos.

Nick asó los filetes que yo había traído de mi casa- agradable y raro. Mientras que él no tenía las mismas ansias de comer la carne cruda como yo, lo entendió. Cuando me quejaba de mis gustos extraños como lobo y él no tenía lo mismo, él se inclinó y me beso la frente.

-A los osos nos gusta un poco de todo.

El brillo travieso de sus ojos me hizo ruborizar.

El lado juguetón de Nick estaba enterrado, pero estaba ahí. Yo estaba bastante segura que no lo demostraba a mucha gente, y eso me complacía que me lo hubiera mostrado a mí. Cuando estuvimos cansados de ver televisión, jugamos cartas. Yo no sabía el poker, así que jugamos a otra slapjack en su lugar. Perdí todo el tiempo.

–Es porque tú tienes manos de Godzilla– me quejé, recogiendo las cartas. –Tenemos que jugar a otra cosa.

El simplemente me dio una perezosa y lenta sonrisa, que hizo que mi corazón se agitará.

–Elige un juego, entonces.

Cambiamos por el siguiente que fueron los corazones, que también perdí. Pasamos toda la tarde tratado diferentes juegos de cartas y alternativamente discutíamos y reíamos de ellos. El tocaba mi piel frecuentemente, sus manos me rozaban como si no pudiera evitarlo, y yo me inclinaba en cada contacto. Yo odiaba ser tocada antes de que mi secreto hubiera salido, ahora estaba hambrienta por él.

Nick me hizo cambiar una vez más esa tarde, y aunque me quejé lo hice. Gracie se presentó para supervisar, pero rápidamente perdió el interés y volvió a enviar mensajes de texto, vagando de nuevo en su cabaña. Supongo que ella se siente como si yo no fuera a ninguna parte, ella realmente no tenía que supervisarme. Eso estaba bien para mí- me moví en forma de lobo y corrí por el bosque con Nick a mi lado.

Cuando el segundo cambio fue hecho, colapsé en el patio delantero, jadeando, y luego rodé por el pasto.

–ten piedad de mí. No puedo soportar otro cambio.

Nick se puso de cuclillas al lado de mi cuerpo desnudo, cuando yo puse dramáticamente mi mano sobre mi frente como si un desmayo. Él me estudió con ojo crítico.

–Estas sudando menos ¿Te dolió?

–Siempre duele– le dije con irritación, pero acepté su mano que me tendió y me levanté. –Pero no fue tan malo esta vez.

–Estas mejorando– dijo Nick –Eso es bueno.

Todavía odiaba el cambio, pero no parecía tan terrible como castigo cuando Nick cambió a oso y corrió conmigo. No me sentí tan sola entonces.

–Supongo que eso significa que no voy a morir tan pronto como todo el mundo piensa.

Las manos de Nick se cerraron sobre mis hombros, y me volvió hacia él.

–No vas a morir– dijo él, con un borde de gruñido en su voz. –No voy a dejarte.

Él me tomó en sus brazos, y la siguiente cosa que supe, él me estaba besando duro, feroz. Mis piernas desnudas envueltas alrededor de su torso y me aferré a él, olvidado el agotamiento en un arrebato de lujuria. La lengua de Nick me acarició profundamente mi boca. Gemí en respuesta.

Me llevó hasta la escalinata del porche delantero, luego a la casa y subió las escaleras hacia su habitación. Nuestras bocas estaban aún pegadas mientras empujaba la puerta abierta de su habitación, entró y luego la cerró de golpe detrás de él.

Luego estamos en la cama, besándonos apasionadamente y tiré de la camisa que cubría sus músculos. Quería su piel caliente contra la mía, su cuerpo en lo más profundo del mío. Levanté mis caderas.

–Por favor Nick. Te necesito.

Su lengua lamía la mía, luego bajaba ligeramente por mi garganta, por mis pechos desnudos, por mi estómago plano. Yo temblaba con anticipación mientras el saboreaba mi ombligo, luego empujo si muslos separándolos.

–Nick– suspire, cuando sus dedos separaron mis pliegues de su mirada. –Tú no tienes que...

El me dio una fiera mirada que hizo que mis palabras murieran en mi garganta.

–Quiero probarte otra vez.

–No puedo discutir con eso– le dije con voz temblorosa, y luego gemí cuando su boca se dirigió inmediatamente hacia mí y empezó a chupar. –Oh. Oh. Dios. Oh Nick– gemí. Él se había dio directo por el oro esta vez. Mis manos empuñaban las mantas y mis caderas se levantaron contra su boca. Una cadena de palabras de necesidad caían de mis labios mientras seguía lamiendo y chupando mi carne resbaladiza. Oí el murmullo de placer en lo profundo de su garganta y supe que disfrutaba degustandome como yo lo disfrutaba.

Un orgasmo estalló a través de mi cuerpo y grité, levanté mis caderas aún más alto. Yo lo necesitaba más profundo dentro de mí y se lo dije.

Algo duro y espeso empujó mi centro. Su boca continuó chupando y lamiendo mi clítoris, y luego metió sus dedos en mi cuerpo. Una vez, dos veces. O gemí y casi me caigo de la cama por la fuerza del segundo orgasmo, más allá del primero. Mi cuerpo estaba atormentado por estremecimientos que duraron un largo rato, hasta que Nick levantó la cabeza y rozó sus dedos sobre mi pierna.

Saqué mis brazos de él, esperando que su gran cuerpo me cubriera, para hundirse sobre mí, hundirse en mí. Esperé para que el tomará el control de la situación- y de mí.

Pero el me beso mi rodilla por última vez y se puso de pie.

–Gracias ___________________.

Me senté, tratando de tirarlo hacia abajo, encima mío. Por el amor de Dios, todavía estaba completamente vestido.

–No me lo agradezcas hasta que estés dentro de mí.

Él lo negó y se inclinó para besarme, su boca sabia como....bueno sabía a mí.

–No esta noche– dijo suavemente –Estas cansada.

–No ese cansancio– le apunté, pero el negó con la cabeza.

–Descansa, volveré mas tarde.

El se levantó y salió de la habitación.

Bueno, maldición. Tiré una almohada a la puerta, confundida y herida. Nick le encantaba besar. Le gustaba tocarme, lamerme, pero cuando se trataba de sexo real, se detuvo y se fue.

O ...... ¿era lealtad a Nikolina? No lo sabía.

*****

La mañana siguiente, Nick nos dejó en el trabajo con un beso para mí y una mueca a Gracie.

–Quiero quedarme contigo, pero tengo unos pocos casos que comprobar. Te recojo a las cinco.

–Estaré bien– dije en voz baja, luego saludé con la mano mientras él se alejaba.

Cuando entramos en la agencia, Gracie se apoyó en una silla y comenzó un texto. Yo puse los ojos en blanco.

Mi hermana se sentó en su escritorio, tarareando suavemente solo para sí mientras trabajaba. Llevaba un pañuelo rosado brillante sobre un suéter blanco, y yo solo podía imaginar lo que estaba escondiendo.

–Bonita bufanda– bromeé –¿tuviste un buen fin de semana?

Mi hermana asintió y no levanto la vista de su pantalla. –Muy refrescante, y estoy lista para enfrentarme a la semana. Va a ser muy activa. Tenemos mucho planeado.

Sabía que se refería al baile. Que sin duda sería de gran ayuda para nuestro negocio si despegamos. Sinceramente esperaba que todo fuera bien, Bath estaría devastada sin nadie se presentara porque la agencia estaba dirigida por un humano y no un supe.

–Ustedes deberían contratarme– ofreció Gracie, sin levantar la vista de su teléfono celular, sus pulgares volando sobre el teclado mientras ella mandaba un mensaje.

Bet me lanzó una mirada horrorizada.

–Es muy agradable que te hayas ofrecido Gracie pero estamos bien con el personal.

–Solo lo decía– dijo Gracie, balanceando un pie sobre un lado de la silla que hacia que el vestido se le subiera al muslo. –Yo no confiaría en un vegetariano que me diga el mejor corte de carne, si sabes lo que quiero decir.

Bath apretó un poco los dientes.

Cogí una pila de correo de la esquina de mi escritorio y sonreí a Gracie.

–Así que ¿Con quien sales hoy?

Gracie se encogió de hombros.

–Lancé algo en el calendario. ¿Me puedes hacer un reservación en algún lugar?

Oh, muchacho. La diversión de un lobo escolta. O espía, pensé con un gruñido, ya que su función principal era la de mantener un ojo sobre mí y rendir cuentas.

–Ah, aquí vamos– dijo Gracie, mirando su telefono. –Estoy saliendo con un coyote a las tres y un vampiro a las ocho de esta noche– Ella miró hacia mi y guiñó un ojo. –Está lista por algo de acción caliente esta noche. Vamos a ver una pelicula y he oido que va haber un besuqueo, wink wink.

–Tu papá no lo aprobaría.

–Nop– estaba de acuerdo. –tu no le dices a él con quien estoy saliendo, y yo no le digo a nadie lo que estabas gritando por Dios anoche. El sonido se transmite, ya sabes.

Me congele, luego me obligué a relajarme. Gracie estaba tratando de sobornarme.

–Termina con el vampiro. Yo no me quedaré hasta tarde solo para ver lo que haces con un chico muerto.

Gracie hizo una mueca.

–Bien, lo voy a cambiar por un sátiro a las cuatro y media.

8/10

por **jamileth** Dom 08 Dic 2013, 3:59 pm

Saque una lista de restaurantes en línea e hice una reserva para Gracie......y luego pasé un poco de tiempo navegando por internet para saber qué hacer con un hombre para que paré con la eyaculación precoz. Yo estaba bastante segura de que muchas mujeres no tenían que lidiar con enormes cambiaformas de oso, vírgenes de veintisiete años, pero se puede encontrar cualquier cosa en internet si buscas lo suficiente. Y mientras hacia click en una página de técnicas, empecé a hacer notas mentales.

Por si acaso.

Gracie sonrió sobre mí.

–Por cierto. A mis hermanos le va a gustar que seas ruidosa en la cama–

Y ahí mi buen humor se fue.

*****

–Guau, nunca he salido con un sátiro antes– dijo Gracie con arrulladora voz, con la barbilla apoyada sobre sus puños mientras se inclinaba sobre la mesa en el restaurante. –¿Que se siente ser tú?

Desde el otro lado de la habitación, puse los ojos en blancos y desplegué mi servilleta sobre mi regazo.

– siento tener que venir aquí– le dije a mi hermana. –Pero es mejor no dejar sola a Gracie con nadie.

–Deberías haberle advertido sobre los sátiros– dijo Batheshba con voz suave. –Tu sabes que solo quieren un cosa.

–Oh, lo sé– deliberadamente mantuve mi voz baja para que el sonido no viajara por el comedor a los oídos del lobo de Gracie. –Pero si tratas de hablar algo con Gracie, ella solo hace lo que ella quiere.

–Buen punto. Entonces ¿cómo están las cosas?–

Jugué con mi tenedor, desesperadamente queriendo descargarme en ella. Los lobos no querían dejarme sola. La psico de Gracie. Nick tenía una novia de la infancia que no la había visto en años y quería volver con ella después de que termináramos. Y creo que me estoy enamorando de él, y eso es probablemente lo peor que me podría pasar porque nada en mi vida es estable en estos momentos. Y me aterra y no sé qué hacer.

Pero no podía cargar todos mi problemas sobre ella- ella se hubiera hecho cargo, empujando sus necesidades y deseos a un lado por mí, como siempre lo hacía. Yo necesitaba manejar las cosas por mí misma.

Batheshba conversaba con el camarero para ordenar, y cuando ella lo miró, vi otra visión de las mordeduras de amor alrededor de su cuello. Miré su cara, tan animada. Cuándo el camarero coqueteó con ella, se sonrojó pero desvió su broma con una fácil sonrisa.

Mi hermana era feliz. Real y verdaderamente feliz. Y todo eso debido a Joe.

Yo había visto a mi hermana en su peor momento, escavando una tumba bajo la lluvia en el medio de un desierto después de que ella había matado a un hombre para salvarme. Vi a mi hermana lo más estresada- tratando de mantener su trabajo, mi vida y su relación justo poco tiempo atrás.

Era raro que la viera totalmente contenta.

No podía arruinarlo. Simplemente no podía.

Batheshba chasqueó un dedo enfrente de mi cara.

–Tierra a ___________________, vuelva por favor.

–Lo siento– espeté, –La hamburguesa casi cruda, gracias– Empujé el menú al camarero. Cuando se alejó, Bath me dio una curiosa mirada

– ¿De qué se trata?

Estaba tratando de pensar la manera de desviarme de ella, cuando la bulliciosa risa de Gracie sonó al otro lado del restaurant. Bath volvió la cabeza para ver e inspiró fuerte.

– ¿Cómo te sientes acerca de contratar a Gracie para trabajar en la agencia?– le pregunté.

Las cejas pálidas de Bath se arrugaron.

— No me gusta la idea. ¿Por qué?

No me gustaba tampoco, pero era lo único que me había venido a la cabeza. Yo jugaba con mi cubertería.

— Pensé que podía ser una buena idea añadir una supe.

Bath bajó la voz.

— Ella es terriblemente desagradable.

— Pero va a parecer menos extraño a los nuevos clientes si tenemos al menos un supe en la nómina,- le dije razonablemente. — Como ella dijo, la gente confiará más en nosotros si no todos somos seres humanos.

— Tú no eres humana, ¿recuerdas?

— No es lo mismo, sin embargo. Tú misma lo dijiste.

Bath se mordió el labio, mirando a Gracie mientras ella pensaba.

— No lo sé. Yo no creo que podamos confiar en ella.-

— Probablemente tengas razón,- le dije, dejando caer el tema.

— Así que ¿de qué color elegiste los vestidos de dama de honor?

Sus ojos se iluminaron y sacó una revista de bodas de su bolso.

— Estaba pensando que tal vez verde pavo real, pero tienes que prometer que no tienes el mismo color de cabello para la boda.

Sonreí de vuelta a mi hermana.

— No puedo prometer nada.

— Oh, y yo quería recordarte,- dijo Bath, chasqueando los dedos. — Tú y Nick.

— ¿Nick y yo qué?

— Ustedes deben salir en otra cita. ¿Has ido a ver una película ya?

Gemí.

— No me gimas,- dijo mi hermana alegremente. — Tú sabes que no va a funcionar. Sólo asegúrate y ve algo popular. Tendrás que ir a este teatro.- Ella escribió la dirección y me entregó la hoja de papel. — El dueño es amistoso con los weres, y contrata a un montón de supes adolescentes.

— Viva. Estoy segura de que Nick estará encantado. Sabes que tengo que llevar a Gracie, ¿verdad?

Bath me dio una mirada recatada.

— Entonces no vayas a ver una película romántica. Ve a ver algo con un montón de armas.

— Sí, pero luego me tengo que quedar allí, también.

— Sí, pero tendrás a un hombre con el que besarte. Eso es para lo que un agradable y oscuro cine es. Y creo que tendrás que tomar algunas decisiones serias. ¿Crees que puedes manejar eso?

Mi cara se sentía rojo brillante. La expresión en el rostro de mi hermana era totalmente inocente. ¿Alguien le había dicho que Nick y yo estábamos coqueteando? ¿Nick le había dicho a Joe y Joe se lo contó a mi hermana?

— ¿Bueno?- apuntó Batheshba ante mi silencio.

— Estoy segura de que puedo arreglar algo,- murmuré.

*****

Llamé a Nick para decirle que nos veríamos tarde esa noche. La cita de Gracie estaba en marcha, y luego hubo una pequeña crisis en la agencia donde tuvimos que rediseñar las invitaciones al baile de granero. Bath consideraba el lema de Ryder – ¿Quién quiere encontrarse con una pequeña cola?– potencialmente ofensivo, y pasamos dos horas discutiendo sobre el diseño y las letras de las invitaciones digitales rediseñadas que decían simplemente Baile de Granero en la parte superior.

— Ustedes me están volviendo loca,- dijo Ryder, ajustando la letra. — Tú vas a ocasionarme un tic permanente con todos estos cambios.- Como si nos diera la razón, sus dedos se contrajeron en el ratón y ella se llevó una mano atrás y se frotó la nuca.

— Jar jar,- dijo mi hermana. — Yo estoy pagándote horas extras para solucionar eso. Tú dijiste que querías las horas extras.-

— No contigo cerniéndote sobre mi hombro.- Si alguien paraba el autoritarismo de mi hermana, era Ryder. — ¿No tienen ustedes a algunos hombres a los que ir a hacerle el dulce, dulce amor?-

Mi hermana se ruborizó. Yo rodé los ojos.

Ryder hizo un movimiento de espantando con sus manos.

— Lo digo en serio. Ustedes tendrán la nueva invitación en la mañana, sin ningún tipo de consignas espeluznantes. Lo prometo.

Sentada en mi escritorio, sus pies sucios apoyados en mi teclado – a groso modo- Gracie bostezó.

— En serio. ¿Podemos irnos ya? Se está haciendo tarde, y tengo que elegir al afortunado con el que voy a salir mañana.

Cogí mi bolso e hizo una nota mental para rociar mi teclado en la mañana con jabón antibacteriano.

— ¿Por qué no sólo eliges al que sea el más atractivo?

Gracie se echó a reír a carcajadas.

— Vengo de una manada de lobos, tonta. Sé perfectamente que los alfas son para las siguientes tres manadas más cercanas. Es casi como estar atrapada en un matrimonio arreglado.- Sus ojos brillaron. — Tengo opciones ahora, y me gusta. Todos ellos son atractivos.

Su elección de palabras me había dejado fría. ¿Matrimonio arreglado? Eso me hizo pensar inmediatamente en Nick y Nikolina. Nos lo habíamos pasado –coqueteando– y moviéndonos directamente hacia caricias calientes e intensas, pero nada más. ¿Estaba él guardándose para ella?

De repente me sentí muy culpable. ¿Era un error de mi parte querer a Nick? Yo sólo era una mestiza. ¿Qué podría ofrecerle a él excepto una pelea de nunca acabar con la manada de lobos y un grupo de acosadores de los que nunca podría tener la pista?

Sólo pensar en ello me deprimía. Cuando llegamos a casa, Nick me recibió en la puerta, con la cara llena de preocupación.

— ¿Qué pasa?

Dudé, incapaz de decirle que estaba celosa de una mujer a la que nunca había conocido. Yo dudaba que él entendiera; yo no me entendía.

— Sólo un largo día en la oficina.

Confundiendo mi tristeza por agotamiento, Nick me levantó en sus brazos y comenzó a llevarme hacia las escaleras.

— Espera,- protesté. — Mi hermana quiere que vayamos a un cine.

Un bajo gruñido retumbó de la garganta de Nick.

— Tu hermana puede esperar. Estás cansada.

— No, estoy bien,- le dije y me deslicé fuera de sus brazos hasta que mis pies estaban en el suelo. Ante su mirada escéptica, dije, — En serio, estoy bien. Vamos y terminemos con esto, así mi hermana nos dejará en paz.

— Una película,- repitió Nick.

— Igual que en tu lista,- estuve de acuerdo. — ¿Qué tipo de películas te gustan?-

— Aquellas en donde el monstruo se come a todos.

No es mi tipo de película. Sonreí y extendí la mano para suavizar la parte delantera de su camisa de franela.

— ¿Qué te parece si la escojo en tu lugar? Te prometo que va a ser algo que nos permitirá un montón de tiempo para besarnos.

Él gruñó, su mano deslizándose alrededor de mi cintura y tirando de mí más cerca.

Me tomé eso como un sí.

— Genial. Dame cinco minutos y voy a buscar a Gracie.

Eso provocó una nueva mueca en su cara.

— Gracie puede conseguir su propio aventón.

*****

El cine estaba lleno, y me acordé de la sugerencia de mi hermana de que veamos algo popular, lo mejor para ser vistos en público. Los olores en el aire eran pesados - adolescentes, perfumes, palomitas de maíz, y pensé que incluso atrapé un tufillo de un cambia forma. Gracie vagó dentro coqueteando ante el mostrador de refrigerios con la esperanza de comida gratis mientras nos daban las entradas. Nick tomó mi mano mientras esperábamos en la fila, y la gente se movió con cuidado a su alrededor, como si tuvieran miedo de incurrir en su ira. Tuve que admitir, que lo encontré un poco raro. Esta era su expresión de buen humor.

Mientras llegaba a la ventanilla, miré la lista de películas. Más de la mitad de los teatros tenían una película adolescente muy popular que yo sabía que Nick odiaría. Compré las entradas de todas maneras, dándole una sonrisa inocente cuando él frunció el ceño.

— He estado esperando todo el año para ver esto,- le dije.

Él me lanzó una mirada de sufrimiento, pero no dijo nada, extendiendo su mano para que pudiera tomarla de nuevo. Puse la mía en la suya y nos dirigimos hacia el interior.

Olí a lobo tan pronto como entramos. Lobo, palomitas de maíz con mantequilla y queso nacho. El rugido de las voces era casi abrumador en el área pequeña, junto con el olor espeso de humano sobre humano. Miré a mi alrededor, mi mano apretada en la de Nick.

— ¿Hueles eso?

— Huelo a adolescentes.

Gracie se paseó, con un cubo de palomitas acunado en cada brazo.

— Lista cuando ustedes lo estén.

Bueno, fue sorprendentemente considerado de Gracie llevarnos palomitas de maíz. Extendí la mano por un cubo.

Ella se echó hacia atrás, sacudiendo la cabeza.

— Consigue el tuyo. Tuve que coquetear duro para esto.

— ¿Te vas a comer dos cubos de palomitas de maíz?-

— No,- dijo ella, haciendo malabares con ellos en su cadera.

— Uno es para comer. El otro es para tirarles a todos los demás en el teatro.

— Gracie,- regañé. — Si te arrojan fuera, no te vamos a llevar de vuelta hasta que la película termine.-

Nick se inclinó en mi oído.

— Optimismo a ultranza,- dijo. Ante mi risa, sacó su mano de la mía, y añadió, — Voy a conseguirnos algo de comer.

— Sólo una bebida para mí,- le dije, y le di a Gracie su boleto mientras esperábamos que Nick sobrellevara la línea de la cafetería.

Ella se rió a carcajadas ante el título de la película.

— ¿Esto es lo que yo creo que es? La del hombre lobo adolescente enamorado de la vampiro?

— Esa es la única.

— Oh hoooooombre,- Gracie arrastró las palabras. — Esto va a ser divertido.

Me encogí de hombros.

Ella me dio una mirada especulativa.

— Así que, ¿las cosas se están calentando entre ustedes dos?-

Eso fue directo hasta para ella.

— No es asunto tuyo.

— Por supuesto que es mi asunto,- dijo ella, mirando hacia abajo y moviendo una chancla contra el suelo. — Estás en mi manada. Lo que te hace mi asunto.

Yo no estoy en tu manada. Contuve las palabras y sólo respondí,

— No es asunto tuyo.

Ella se inclinó más cerca, sonriendo con esa sonrisa medio salvaje.

— ¿El es bueno besando?

— No es asunto tuyo,- repetí de nuevo.

9/10

por **jamileth** Dom 08 Dic 2013, 4:19 pm

Gracie encogió sus delgados hombros.

— Sólo por curiosidad. Él parece un tipo nervioso, es todo. Como si hubiera saltado en el momento que tocaste su polla.

No tenía idea de qué tan cerca de la verdad era eso. Ella me estaba mirando como un halcón, así que dije:

— A Nick no le gustan los lobos. Algo sobre el sonido de chasquido que sus cuellos hacen cuando se rompen, me dijo.

Gracie se me quedó mirando. Y luego soltó una risa nerviosa.

— Deja de joderme.

Yo simplemente estudié mis uñas.

Ella resopló y estampó un pie.

— Lo que sea. Voy a conseguir un asiento.

Sonreí con satisfacción cuando se fue. Se sentía bien finalmente obtener una ventaja sobre Gracie. Cuando Nick regresó a mi lado, le sonreí y tomé el refresco que me ofrecía.

— Ven. Vamos a conseguir nuestros asientos.

Una vez en el cine, nos sentamos en la parte trasera. Gracie tenía un asiento a un lado. Oí el golpe de sus chanclas cayendo al suelo, y un momento después, sus pies descalzos se plantaron en la parte posterior de la silla frente a ella. Nick movió el reposa brazos entre nosotros a un lado y tiró de mí acercándome, y yo estaba muy feliz de acurrucarme contra su costado. Esto era muy agradable. Romántico, incluso si la presencia de Gracie era inevitable. Apoyé la cabeza contra su brazo, y vimos preestrenos mientras las personas se presentaban en la sala de cine. No hablamos, pero no me importó. Esa era una de las cosas que me gustaba de Nick. Yo no tenía que hablar y hablar para conseguir mi punto de vista.

Después de un rato, las luces se apagaron y comenzó la película. Un adolescente sin camisa entró en la pantalla, y las chicas en el teatro jadearon con deleite.

Nick soltó un bufido.

Echando un vistazo por encima a mi cita, ahogué la risa levantándose de mi garganta. Estaba mirando la pantalla, con una mirada medio incrédula medio disgustada en su rostro mientras el adolescente se transformó en un hombre lobo y comenzó a correr por el bosque.

— ¿Todo bien?- Le pregunté, inclinándome.

Él me dio una mirada extraña y se inclinó para susurrarme.

— ¿Por qué querías ver esta película?

El cálido aliento de Nick me hacía cosquillas en la oreja, y reí entonces, ganando unas pocas miradas de odio del resto de la audiencia, ya que la escena que se desarrollaba era una dramática, entre el hombre lobo y su novia vampiro.

— Pensé que podía recoger algunas sugerencias de cambiantes,- le susurré a Nick.

Se inclinó hacia mí y me susurró:

— Cambió en dos segundos. Eso no es normal.

No, no lo era. Pero fingí ignorancia.

— ¿No?

Él asintió con la cabeza.

— Sus pantalones también desaparecieron con él. También mierda.

Sonreí mientras Nick se volvió hacia la pantalla. La historia continuó, el héroe lobo perseguido por los vampiros malos a pesar de las súplicas de su novia. Cuando el lobo saltó de un acantilado y desapareció en el río embravecido abajo, Nick me dio una callada señal de pulgares hacia arriba, como si aprobara la prematura muerte del héroe.

Me reí de nuevo, deslizando mi mano por su muslo.

Su atención estaba fija al instante en mi mano.

Deliberadamente, doblé mis dedos sobre sus músculos y dirigí mi atención de nuevo a la pantalla. El musculoso novio lobo estaba subiendo desde el río, la escena sin duda añadida para presentar al increíblemente pulido cuerpo del joven actor. Su piel bronceada brillaba mientras salía a la orilla. Las mujeres del público suspiraban con apreciación mientras se doblaba y comenzaba a cambiar de nuevo a un hombre lobo. Al mirar hacia Nick, él rodó sus ojos. Me reí de eso, divirtiéndome mucho más de lo que yo había esperado.

La escena regresaba al vampiro, y, sorprendida, me di cuenta de que olía a lobo. Mi cerebro había estado tan centrado en el lobo en la pantalla que yo no había notado el fuerte olor de él hasta ahora. Me puse rígida en la silla.

El brazo de Nick se envolvió sobre mis hombros y me jaló más fuerte.

— Shh.

— ¿Tú…?-

— Lo huelo.- Su voz era tranquila y baja, apenas audible por el ruido de la sala. — Cerca de Gracie.

Recorrí el teatro, en busca de la cabeza rizada de Gracie. Uno de sus hermanos se sentaba en el asiento junto a ella, con la mano en sus palomitas de maíz. Él me miró, sonrió y se volvió de nuevo a la película.

Mi cuerpo se heló de miedo.

La mano de Nick frotó mi brazo.

— Estoy aquí.

— ¿Por qué ellos me están siguiendo?- Le susurré. — Enviaron a Gracie. ¿Qué más necesitan?

— Ellos te están recordando que eres suya,- dijo Nick en voz baja.

Recordándome a quién le pertenezco, sólo en caso de que lo olvidara. Irritación pasó a través de mí. ¿Es eso lo que era? ¿El constante seguimiento era para recordarme que nunca podía escapar de la manada de lobos? ¿Qué ellos estarían persistentemente al margen, esperando por mí?

Odiaba eso. Y los odiaba a ellos. Bueno, ¿si querían recordarme? Yo les recordaría a ellos que había elegido a alguien más.

—Si ellos van a ver, —dije, —vamos a darles algo que ver.

Tiré de la camisa de Nick. Cuando él inclinó más cerca a mí, apreté mis labios a los suyos y lo besé. Sus brazos fueron alrededor de mi cintura y me atrajo hacia su regazo. Oí las risas ahogadas de personas sentadas cerca de nosotros, pero no me importó. Entrelacé mis dedos detrás de la cabeza de Nick, su largo y desgreñado cabello rozando contra mi brazo. Mis labios bloquearon los suyos, y no tuve que fingir mi jadeo de deleite cuando sentí que su lengua lamió mi boca.

Su beso fue intenso y posesivo. Cuando traté de apartarme para comprobar al lobo, sus dedos suavemente tiraron de mi cara de nuevo a la suya, y su boca atrapó la mía una vez más. No era una reclamación dura—un beso tierno y suave que derritió mi interior y hizo que mi pulso se acelerara con deseo. Me acomodó en su regazo, sus manos acariciando mi espalda, y me di cuenta que esto era en parte consuelo, en parte deseo. Incluso mientras él les mostraba a los demás que yo le pertenecía, él me acercaba para protegerme.

Y yo fui, de muy buena gana.

La boca de Nick se alejó de la mía una eternidad después.

—Se ha ido, —susurró, sus labios rozando contra los míos, enviando escalofríos por mi columna.

—Mmm, —dije en voz baja, aturdida por su beso.

Rozó sus labios contra los míos de nuevo, luego acarició mi cuello.

—Huele el aire. Dime si olfateas algo.

Inhalé, peor todo lo que olía era el embriagador aroma de Nick.

—Nada. —Nada más que él.

Su enorme mano rozaba mi espalda, y Nick presionó un beso en mi cuello.

—¿Quieres bajar de mi regazo ahora?

Yo no quería ir a ninguna parte. Cuando vacilé, su baja risa envió anhelo a través de mi cuerpo.

—Te perderás el resto de la película si te quedas en mis brazos.

—Oh, maldición, —dije ligeramente, rozando un dedo por su frente y acurrucándome cerca.

—Piensa en todos esos consejos de cambio que podrías estar perdiéndote, —murmuró, y su mano se deslizó a mi trasero, ahuecándolo y poniéndome más cerca de su cuerpo. —Además, tú escogiste la película.

—¿Hay una película? —Bromeé, incluso mientras me movía por otro beso. Cuando su boca se movió a la mía de nuevo, me olvidé de los lobos, la película, y todo excepto la sensación del cuerpo de Nick contra el mío.

* * * * *

Cuando dejamos el cine, Gracie estaba sola otra vez. Ella se apegó a nosotros como si nada hubiera pasado.

—Película de mierda, ¿eh? Hombre, estaba totalmente apoyando a los lobos y no a los vampiros.

Me encogí de hombros. Yo había dejado de prestar atención a la película hace mucho tiempo. Nick mantuvo un brazo casual envuelto sobre mis hombros, el gesto posesivo. Escaneó el estacionamiento mientras caminábamos hacia el camión, y supe que él estaba revisando para asegurarse que no íbamos a encontrarnos con cualquier sorpresa. Con su brazo alrededor de mis hombros y su gran forma erguida a mi lado, yo no estaba preocupada por los lobos. Déjalos que me sigan por ahí. Yo les mostraría que Nick y yo éramos el trato real.

Excepto que no lo son, una pequeña voz susurró en mi cabeza. ¿Qué pasa con Nikolina?

El regreso a casa fue en silencio. Por lo menos yo estaba en silencio. Gracie seguía y seguía sobre la película, claramente entusiasmada con ella a pesar de declarar que era –mierda.– Perdida en mis pensamientos, la dejé parlotear. Cuando llegamos a casa, Nick me miró gravemente, me tocó la mejilla.

—Cuando entremos, ve arriba y dirígete a la cama. Voy a cerrar la casa.

De repente la cama parecía como una gran idea. Bostecé.

—¿No debería cambiar?

—Eso puede esperar hasta mañana. —Se inclinó y besó mi frente, luego asintió mientras abría la puerta del frente. —Adelante.

Me sentí aliviada de oír eso—estaba tan cansada que no creía que pudiera mantener la forma animal por más de un minuto antes de cambiar de nuevo y enrollarme en una bola cansada. Llegué a la habitación, deslicé fuera de mis pantalones vaqueros y zapatos, y caí en la cama. Olfateé, notando un aroma limpio y fresco—él había comprado nuevas mantas. Me acurruqué en ellas, disfrutando el sentimiento de la tela contra mi piel, y caí dormida en momentos.

Desperté un poco más tarde por manos deslizándose sobre mis caderas y una boca cálida rozando sobre mi vientre. Por un momento el terror bloqueó mi cuerpo mientras recordaba a Roy, pero otro aroma estaba espeso en mi nariz, alejando de los recuerdos de inmediato.

—¿Nick? —Jadeé.

Sus ojos oscuros quemaron sobre los míos, con un brillo salvaje en ellos mientras él se inclinaba para besar a mi estómago de nuevo.

—Lo siento, te desperté, —dijo ásperamente, no sonando arrepentido en lo más mínimo. —Sólo quería tocarte un poco.

—Oh, —suspiré, mis caderas arqueándose cuando sus dedos se burlaron de la curva sensible de una rodilla. Volví a pensar en mis preocupaciones anteriores sobre Nikolina, y dudé. —Tal vez no deberíamos…

Hizo una pausa. Se sentó. Bajó la mirada hacia mí.

—¿Te estoy forzando? ¿Estás queriendo salir de esto?

—¿Salir de qué? ¿Nuestra relación falsa? —Me reí débilmente. Mi corazón latía como un colibrí en mi pecho.

Él pareció herido a mi risa, su cara volviéndose de piedra.

Oh. No me había dado cuenta que estaba hiriendo sus sentimientos. Mis dedos fueron a su gran brazo.

—Estoy tratando de dejarte a ti salir de ello, tonto. No quiero robar el compañero de otra mujer.

—Ella no es mi compañera, —murmuró, sus manos tirando mi camiseta arriba para exponer mis pechos.

—Ella es bonita, —admití y pensé en la forma alta y robusta de la cambiadora-osa. —Y fuerte. Y ella no huele a perro mojado.

—Tú no hueles a perro mojado, —murmuró contra mi vientre, besando la carne pálida allí.

—¿Entonces a qué huelo?

—Como que tú me perteneces.

Mi aliento se atrapó en mi garganta a la mirada posesiva en sus ojos.

—¿Y lo hago? ¿Te pertenezco?

—Sólo ti tú quieres.

—Nick Bjorn, —dije en voz suave y regañina. —Esa es una respuesta de coño.

—No te forzaré a nada, ___________________. Tu vida es tuya. No le pertenece a un lobo o compañero. Sólo a ti.

Tan dulce. Pasé mis dedos sobre sus labios.

—Estoy usando tu marca. Estoy doliendo para que tú me tomes como tuya en todos los sentidos. Ya no es fingir para mí. —Mis manos se movían por su pecho. —Te deseo.

Sus ojos llamearon, reflejando la luz de la manera que todos los cambiadores hacían, y me estremecí de placer.

—Quiero que me marques, —dijo él con voz ronca.

—¿Qué? ¿Podemos… está eso permitido? ¿Podemos hacer eso?

—No me importa, —dijo, su voz un retumbo en su pecho. —Quiero que todos vean tu marca en mí.

Emoción escandalosa estremeció sobre mí, y toqué su cuello. Todo el mundo vería que yo lo había reclamado como propio. Los lobos lo odiarían, también.

Me encantaría malditamente cada minuto de ello.

Lamí mis labios, de repente superada con el deseo de hundir mis dientes en su piel y saborearlo.

—¿Estás seguro? —Pregunté una última vez.

—Lo quiero más que nada.

Envolví mis puños en su camisa y tiré de él hacia un lado, animándolo a darse la vuelta. Él lo hizo, y me senté a horcajadas sobre su pecho.

—¿Puedo tocarte en todas partes?

—Si te gusta, —dijo roncamente.

—Oh, me gusta, —dije con una sonrisa. Mis manos deslizaron su camisa por su cuerpo, y él se estiró y la agarró, desgarrando la tela de su pecho. Un suspiro de placer se me escapó a la vista. Él era todo músculo grueso y duro ligeramente espolvoreado con pelo dorado. Me senté hacia atrás y pase las yemas de mis dedos a lo largo de su pecho, sintiendo la contracción de sus músculos bajo mis manos. Envolví mis manos en su pelo del pecho y de repente quería sentirlo contra mi piel desnuda. Desgarré mi propia camiseta, mis pequeños senos saltando con el movimiento.

Él dio un gemido de necesidad, una gran mano extendiéndose para rozar un pico. Me arqueé contra su toque, luego me incliné sobre él y rocé mis pezones contra su pecho, disfrutando las ondas de choque que se dispararon a través de mi cuerpo—y su inhalación aguda de aliento.

Se extendió hacia mí de nuevo, y atrapé su mano y la obligué a la cadera de mis jeans.

—Déjame tocarte, —lo regañé con una sonrisa, luego me incliné y lamí uno de sus pezones duros y planos.

Gimió otra vez y su mano ahuecó mi trasero, amasando el músculo allí. Me moví contra su agarre, disfrutando la sensación, y arremoliné mi lengua alrededor de la areola de su pezón, luego mordí ligeramente la punta. Un retumbo comenzó bajo en su garganta mientras yo bromeaba con la otra con la punta de mis dedos.

Sentí sus dedos rozar a lo largo de la costura de mis jeans, rozando contra mi sexo. Jadeé en respuesta.

—No es justo.

—No me hables de justo, —dijo en un áspero bajo. —Estoy a punto de venirme en mis pantalones.

—Deja que te ayude con eso, —dije, deslizándome fuera de él y echando mano a su cinturón. Sus manos golpearon las mías, y en segundos tenía sus pantalones y bóxers alrededor de sus rodillas. Los saqué el resto del camino y él los echó de una patada al suelo; su mirada absortamente centrada en mi cuerpo. Era una sensación embriagadora y deliciosa, que yo tuviera a este hombre grande y desnudo tan completamente cautivado por mis toques simples. Mi mano rozo como pluma su torso, rozó su abdomen y entonces se detuvo.

Había visto su polla un montón de veces antes, pero esta era mi oportunidad para realmente explorarlo y tocarlo. Y lo que vi hizo mi boca un poco seca incluso mientras hacía mi sexo humedecerse. Envolví mis dedos alrededor del contorno. Gimió en respuesta, y mientras yo miraba, otra gota de líquido preseminal se deslizó por la cabeza, la punta ya mojada.

—___________________… por favor, —gimió. —Voy a—

—Shhh, —dije y rápidamente agarré la cabeza en mi palma, un truco que acababa de aprender en Internet. O esto iría muy, muy bien, o sería un desastre.

Todo su cuerpo se estremeció.

Apreté la cabeza de su polla y seguí apretando.

Él casi se cayó de la cama, sus caderas meciéndose, su aliento escapando en un jadeo enorme. Pero no se vino. Mantuve mi agarre firme y continué apretando por un momento más, y luego solté.

Él jadeó y me miró en shock.

—¿Sin habla? —Jesús, esperaba que no estuviera en dolor.

Nick sacudió su cabeza hacia mí.

—¿Dónde aprendiste eso?

—Internet, —dije orgullosamente, luego lamí mi mano mojada, resbaladiza con su líquido preseminal. Sabía a sal y Nick, y era totalmente delicioso.

Gimió de nuevo a la vista, extendiéndose por mí, pero me deslicé fuera de su alcance y me senté a horcajadas en sus rodillas esta vez, lo mejor para concentrar mis esfuerzos.

—Acuéstate, —le dije con voz coqueta. —Estoy jugando y no quiero ser interrumpida.

Se dejó caer hacia atrás a las almohadas con otro gemido, su polla sacudiéndose ligeramente contra mi mano.

—Dime si te vas a venir, —dije, —y puedo apretar de nuevo.

—No estoy seguro de que lo quiera, —gruñó.

—¿Me privarías de llegar a tocarte? —dije ligeramente, rozando mis dedos a través de los gruesos risos rubios que rodeaban su sexo. —Hombre cruel.

—___________________...

Reconociendo el tono desesperado en su voz, inmediatamente puse mi mano de nuevo en la corona de su polla y apreté.

—Nunca llegaré a explorarte si no duras unos minutos más, —bromeé. —Acuéstate y piensa en ecuaciones matemáticas.

Mantuve una mano agarrando la cabeza de su polla con fuerza, y con mi otra, toqué sus pesadas bolas. Hizo un sonido de asfixia mientras yo tocaba la piel suave, y sus caderas se mecieron mientras frotaba la unión, luego me agachaba para probarlo con mi lengua.

—___________________, —gruñó duro, y sentí su mano cerrarse sobre la mía, forzándola abajo y sobre su eje grueso, bombeando en mi mano.

—No, Nick, —dije, apretando fuerte otra vez.

—Yo. Quiero. Venirme.

—Lo sé, —dije suavemente. —Pero quiero morderte primero, y no he terminado de jugar aún...

Antes de que pudiera terminar mi declaración burlona, me arrastró por su cuerpo y apretó mi boca a su cuello. Su otra mano se fue al vuelo de mis jeans, haciendo estallar los botones separados. Me arqueé contra su mano, de repente queriendo esa mano grande y cálida en mi ropa interior, y me incliné y lamí la base de su cuello, animándole.

—Justo así, —suspiré cuando deslizó su mano en mis bragas y sus dedos encontraron mi sexo caliente y resbaladizo.

Su respiración salía en afilados e irregulares jadeos mientras sus dedos se deslizaban por mis pliegues, deslizándose sobre mi clítoris y sumergiéndose más profundo. Grité y levanté mis caderas contra su mano mientras él hundía un dedo grueso muy dentro de mí. Mi grito surgió como un siseo y mis uñas se clavaron en sus hombros.

—Muérdeme, —gruñó bajo, el retumbo construyéndose en su garganta. —Márcame, ___________________. —Su dedo empujó de nuevo en mi calor húmedo.

Arremoliné mi lengua sobre la piel caliente y suave de su cuello y luego mordí, marcando mis dientes sobre la piel. Su cuerpo se movió bajo el mío, su mano sacudiéndose en mis bragas, causando que yo empujara duro contra su mano con un gemido. Su gran cuerpo se tensó y metió su dedo dentro de mí de nuevo, y lo mordí otra vez. Y luego una tercera vez cuando él metió su dedo profundo dentro de mí de nuevo y me destrocé, mi grito de éxtasis saliendo como un gemido mientras mordía su cuello una vez más, mis caderas meciéndose contra su mano una y otra vez, mi cuerpo temblando.

Cuando por fin dejé de temblar, me quedé tumbada sobre él, mi boca enterrada contra su cuello. Lamí su piel en disculpa.

—Creo que te mordí demasiado fuerte.

—Ni tal cosa, —dijo suavemente, y sentí su mano deslizarse fuera de mis bragas, y me abrazó cerca. Yo no necesitaba mirar hacia abajo para ver si él se había venido o no; sentí la humedad.

Suspiró y volvió su cabeza hacia la mía, e impulsivamente lo bese. —Eso estuvo bien.

—Muy bien, —estuvo de acuerdo ásperamente, y yo hubiera apostado que estaba ruborizándose en la oscuridad.

Pasé un dedo por su pecho desnudo.

—Pero no tan bueno como sexo completo, —dije en voz baja.

—No, —estuvo de acuerdo después de un momento.

Entonces ¿por qué no tendría sexo conmigo? Lo miré fijamente, esperando a que dijera más. Cuando no lo hizo, rocé la punta del dedo sobre su pecho.

—¿Nick?

—¿Hm? —Me tiró más cerca, acurrucándome.

Tenía que preguntar por qué nos deteníamos cada vez antes de que selláramos el acuerdo, pero… de repente tenía miedo de la respuesta. ¿Y si él estaba conteniéndose debido al clan oso? ¿Quería yo escuchar eso? ¿Entonces qué pasaría? ¿Nuestra semi-relación moriría?

Apoyé mi mejilla contra su pecho.

—Nada.

10/10

bueno chicas se acabo la maraton :D
espero que les haya gustado y bueno seguire subiendo caps :D
bueno cuidense y gracias por comentar :bye:

por **chelis** Dom 08 Dic 2013, 5:34 pm

me facinaron los caaapiiiiisss!!!...

por **chelis** Dom 08 Dic 2013, 5:36 pm

ya quiero mas caaaapiiisss!!...

por **aranzhitha** Dom 08 Dic 2013, 11:38 pm

aww me encantaron los capitulos!!
Nick es un amor!
Siguela!!

por **chelis** Lun 09 Dic 2013, 9:12 am

Siiiiii..... Prontooo... Pon otroooo

por **jamileth** Lun 09 Dic 2013, 6:25 pm

CAPITULO 14

Nick nos llevó a trabajar a la mañana siguiente. Gracie saltó tan pronto como el camión se detuvo, pero cuando me moví para seguirla, Nick tomó mi mano. Me acercó a él y me besó en la frente.

-No dejes la agencia hoy, ___________________. Si sucede algo, llámame inmediatamente. Estaré allí tan pronto como pueda. ¿Entiendes?

Asentí con la cabeza. Parecía tenso y triste por tener que dejarme.

-Voy a estar perfectamente bien,- le dije. -Nunca pasa nada. ¿Qué está pasando?

-Sólo rumores,- dijo Nick. -Estoy tomando dos de los Russell para comprobar que pasa.

Si fueran sólo rumores, no habría estado prácticamente vibrando con la tensión. Me apretó la mano.

-Ten cuidado.

Me atrajo hacia él y luego me besó con fuerza. Estaba sorprendida, pero se lo devolví con la misma pasión.

-Ten cuidado hoy,- dijo contra mi boca, me dio un último beso, ligero, y luego me soltó. Sin aliento, me tambaleé fuera de la camioneta. ¿Cómo iba a ser capaz de concentrarme en el trabajo después de ese beso?

Cuando llegué a la oficina, Bathsheba llegó a la puerta.

-Oh, bueno. Pensé que nunca ibas a llegar,- exclamó en un apuro.

Miré mi reloj. Diez minutos antes.

-Tengo que correr,- dijo Bath, y me entregó las llaves de la oficina. -El centro comunitario duplicó la reservación del lugar para el baile de granero de esta noche, y tengo que ir allí y asegurarme de que nos quedamos con el lugar y no la tropa Boy Scout. Ryder ya está ahí esperando, y dijo que el tipo del heno está en camino.

-¿Esta noche?- Repetí.

Ella me dio una mirada extraña.

-¿Lo olvidaste?

-Lo recuerdo. Sólo pensé que era la semana que viene,- le dije. Supongo que me había distraído. -Te llamaré si necesito algo.

Ella asintió con la cabeza, su teléfono ya en la oreja.

Miré a Gracie.

-Supongo que somos sólo tú y yo.

-Buueeeno,- dijo arrastrando las palabras, se dirigió a la mesa de Bath, y se sentó en su silla. Apoyó los pies descalzos sobre el borde de la mesa, sacó su teléfono y comenzó a textear con una sola mano. -Entonces, ¿qué es eso del baile de granero?

-Es una fiesta de la alianza, organizado por la agencia.

Ella no levantó la vista de su mensaje de texto.

-¿Así que puedo ir?

Me senté en mi escritorio.

-No lo sé. ¿Estás en la Alianza?

-No,- dijo con una sonrisa lobuna. -Pero tengo que seguirte a todas partes. Papá lo dijo.

No le hice caso. La versión de Gracie de –seguirme a todas partes–, sólo era cuando le convenía. Era una guardia más displicente de Connor.

-Por otro lado, tus asuntos no son sólo con la Alianza, ¿verdad? Hay vampiros y hadas y algunos lobos, y apuesto a que no todos son de la Alianza.

-No lo son,- estuve de acuerdo. Los que no estaban en la Alianza definitivamente estaban trabajando en esa dirección, sin embargo. -Pero este baile es de la Alianza.

-Es una lástima,- dijo. -Los lobos son buenos bailarines. Supongo que tendrás que representar a nuestra manada en la pista de baile.

Como si quisiera representar a la manada en cualquier forma o manera.

Gracie continuó texteando mientras iba a través de mi correo electrónico. La oficina estaba en silencio, y yo esperaba que Bath lo estuviera haciendo bien. Acababa de coger el teléfono para comprobarlo con ella cuando la puerta sonó contra el cristal. Miré hacia arriba. . . y se me heló la sangre.

Tres hombres entraron, uno limpiándose las manos en un trapo aceitoso. Los tres vestían pantalones vaqueros sucios, gorras de béisbol, sucias y manchadas camisas de uniforme azul. El olor caliente, picante de sudor y el lobo golpeó mi nariz, y retrocedí instintivamente.

La manada Anderson estaba aquí y yo estaba sola, con Gracie.

Bajó los pies del escritorio de mi hermana y se puso de pie, cruzando los brazos sobre el pecho.

-Ya era hora de que llegaran.

¿Los había invitado? Miré con inquietud hacia Gracie. ¿Había esperado deliberadamente a que mi hermana saliera? ¿Iba a entregarme a la manada de lobos?

-Tuvimos que dejar el trabajo,- dijo el primero, limpiándose las manos con el trapo grasiento. Él me miró y guiñó un ojo. -Hey, muñeca.

-Mi nombre es ___________________,- dije secamente, mirando hacia ellos. Maynard era el que tenía el trapo. Las manchas en sus camisas, dijo que los otros dos eran Buck y Wyatt. Me estaban observando con demasiado interés, y la piel de la parte posterior de mi cuello hormigueaba en advertencia. -¿Qué quieres?

Buck se sentó frente a mí y se cruzó de brazos, sonriendo. Tenía los dientes torcidos y su aliento apestaba.

-Quiero que nos coloques con tu agencia. Encuéntranos algunas chicas, como hiciste encontrando algunos hombres para Grace.

Miré con sorpresa.

Ella me miró.

–Sólo registrándote conseguirás algún negocio.- Ella se movió hacia su hermano Wyatt y le pasó un brazo alrededor del cuello en una llave de la lucha libre, a pesar de que era dos veces el tamaño de ella. -Estos idiotas no obtienen mucha acción, no hay una gran cantidad de lobos en la zona.

-Hay algunas manadas en Savage en el este de Texas,- dijo Buck, -pero Dylan no ha puesto su demanda sobre ellas.

Las pobres mujeres.

-Supuse que si queríamos conseguir un poco de cola, este era el lugar,- dijo Maynard, mirando de reojo hacia mí. -Pero estoy dispuesta a salir con casi cualquier cosa.

-No estoy segura,- comencé.

-Ahora es el mejor momento para hacer esto,- interrumpió Gracie. -No hay seres humanos alrededor. Sólo lobos.

-No me importan los humanos,- dijo Maynard. -Siempre y cuando sean bonitas.

Ugh. Dudé, indecisa. Todo en mi cuerpo me dijo que esto era una mala idea, pero ¿qué otra opción tenía? Había cuatro lobos sentado justo frente a mí, y no quería molestarlos. Cualquiera de ellos podría vencerme en una pelea. Además, sabía que mi hermana y Joe querían que la manada se uniera a la Alianza. Joe tenía el sueño de que si todos los supes estaban bajo el mismo paraguas, el acoso por parte de personas ajenas a la Alianza iba a terminar.

Así que les di una sonrisa amable y me volvió hacia el ordenador, abrí un documento de perfil en blanco. -Está bien. ¿Con quién debemos empezar?

-Puedes empezar conmigo,- dijo Maynard. -Después de todo, es lo correcto.

-¿Por qué es eso?-

Sus ojos brillaban.

-Debido a que se supone que eres mi compañera. Soy el mayor. El segundo del alfa.

bueno chicas aqui esta el cap :d
bueno cuidense :D
bayyy :bye:

por **aranzhitha** Lun 09 Dic 2013, 7:46 pm

maldita Gracie le tendio una trampa!!
Nick es un amor!!!
Me encanta!!
Siguela!!

por **Wiskis** Lun 09 Dic 2013, 7:49 pm

Oh Dios!
Ame los capítulos!!! Estuvieron muy buenos :D

Amo como se comporta nick es tan rudo y fuerte, pero en otros temas -1313- es tan inocente)?
Espero que la sigas pronto :D
:bye:

por **chelis** Lun 09 Dic 2013, 8:06 pm

Oooooooohhh!!!... Nick salvalaaaa!!!

por **jamileth** Mar 10 Dic 2013, 3:38 pm

Tragué duro y fingí alegría.

-Demasiado malo para ti que me emparejara. Vamos a trabajar un poco en tu perfil. ¿Nombre?

-Maynard Anderson,- dijo, y luego arrastrando las palabras: -Tú lo sabes.

Yo lo sabía.

-Es sólo una formalidad,- le dije con frialdad.

-Me interesan los nombres, sin embargo. Como el nombre del chico que te convirtió, y por qué no se cierne sobre su hombro en estos momentos. Los lobos vigilan a sus mujeres de cerca.

Me puse rígida de miedo. ¿Qué pensaban que sabían?

Gracie puso los ojos en blanco, ajenos a mi reacción.

-Ellos sólo ven a las que les gustaría atornillar.

-Muy cierto,- dijo Maynard con una sonrisa escalofriante.

Encontré mi voz.

-No estamos aquí para hablar de mí. Estamos aquí para crear un perfil para ti. Si no, voy a tener que pedirte que te vayas. Estoy demasiado ocupada para perder el tiempo. Ahora bien, - dije con firmeza. -¿Edad?

La mirada de Maynard se mantuvo enfocada en mí.

-Treinta y seis.

Cuando lo escribí, le hice la siguiente pregunta, y él me dio sus respuestas y continuamos como la gente normal y civilizada.

-Está bien,- le dije. -Esta parte es acerca de tus preferencias en una pareja, y lo que estás buscando. Vamos a empezar con las especies. ¿Cuál es tu preferencia sexual?

-Lobo,- dijo con otra mirada lasciva hacia mí.

El escalofrío en la parte posterior de mi cuello empezó de nuevo, y mi boca se llenó de saliva.

-Ya veo,- dije sin alterarme. -¿Usted es consciente de que no tenemos muchos lobos utilizando nuestra agencia, Sr. Maynard? Me temo que su reserva de citas será limitada. Tenemos un montón de hermosas mujeres de todas las razas sobrenaturales…

-Está bien.- Sus ojos brillaron mientras me miraba. -Pon cualquier cosa hacia abajo.

Yo seleccioné la casilla "Cualquiera".

–¿Qué constitución física le gusta más?

Una vez más, su mirada se posó sobre mí.

-Pequeña. Pecho plano está bien, también.

Sofoqué el destello de ansiedad que me atravesó, seguí como si nada hubiera estado mal. Iba a mantener esto profesional, maldita sea.

-¿Otras preferencias para las citas?

-Pelo rojo,- dijo, y cuando me volví para mirarlo, esa sonrisa desagradable, lasciva había vuelto.

-Pelo rojo corto,- corrigió. -Me gusta un poco salvaje.

-Me gusta el pelo rojo, también,- dijo Wyatt, su sonrisa lobuna tan repugnante como la de su hermano.

-Prefiero el azul,- dijo Buck con voz cansina. -Un bonito azul, desaliñado para ir con sus grandes ojos marrones.

Mi piel se puso de gallina. Era evidente que se trataba de la siguiente etapa de su acoso, exigir salir con alguien como yo y que me diera cuenta de que no se daban por vencidos. No hice caso de sus miradas punzantes y continué rellenando el cuestionario de citas, omitiendo el perfil de personalidad. Eso llevaría demasiado tiempo, y yo quería salir de aquí lo antes posible. Así que omití el resto de los campos, guardé el perfil, imprimí su confirmación, y luego se lo extendí a Maynard.

-Está todo listo. Usted tendrá que llenar algunos campos más en la intimidad de su casa, y entonces puedes contactar otros perfiles.

Maynard tomó el papel, sonriendo hacia mí.

-¿Dónde está ese compañero tuyo? No lo veo por aquí.

-Está fuera para el día,- dijo Gracie amablemente, y yo podría haberla pateado. -La chica humana, también. Esta noche hay un gran baile. Un baile de la Alianza,- dijo significativamente.

-¿Ah?,- Dijo Maynard, mirando interesado. Él ni siquiera miró en el perfil, sólo lo dobló y se lo metió en el bolsillo. –¿Tú en la Alianza? A Levi no le va a gustar eso.

-Yo no le pregunté si le gustaba o no,- le dije con frialdad y me volví a Buck. -¿Quieres empezar tu perfil?

Los tres hombres estaban parados, y Gracie se movió de nuevo hacia la mesa de Bathsheba, subiendo sus pies de nuevo.

-No necesito uno,- dijo Buck, sonriendo hacia mí.

-¿Has cambiado de opinión?,- Le pregunté, pero no podía decir que lamentaba escuchar eso. Las citas estarían mejor sin ellos.

-No he dicho eso.- Pulsó un gesto a Maynard. -Lo tienes en el sistema, por lo que Wyatt y yo no necesitamos un perfil. Todo el mundo sabe que Maynard comparte con sus hermanos.

Buck miró de reojo y le dio un codazo a Wyatt.

-No puedo esperar hasta que seas la mujer de Maynard.

Maynard me guiñó un ojo, y entonces los tres se volvieron y se fueron, sonriendo hacia mí.

Iba a vomitar. Me levanté de mi escritorio apestando a su olor de lobo, y me apoderé de uno de los archivos en mi escritorio.

-Voy a hacer un poco de presentación,- le dije con voz tensa, los músculos de las pantorrillas ondulando.

-Todo lo que quieras,- dijo Gracie con pereza, recogiendo su teléfono y enviando mensajes de texto nuevo.

Caminé con fuerza de nuevo a la sala de presentación, cerré la puerta y caí al suelo en un montón tembloroso. La necesidad de cambiar luchado en mi interior, y tardé largos minutos, intentando controlarlo antes de que pudiera respirar tranquila de nuevo.

Habían llegado a la agencia específicamente para amenazarme. ¿Cuándo se detendrían? ¿Se detendrían alguna vez?

* * * * *

La tarde era muy lenta.

-¿Hiciste alguna cita para hoy?,- Le pregunté a Gracie esperanzada.

-No,- dijo ella. -Soy toda tuya.

Qué suerte la mía. Trabajé distraídamente hasta que Marie se presentó para hacerse cargo del turno de noche. Había llegado temprano, ya que el resto de nosotros estaría ayudando con el baile de granero. Marie se veía un poco cansada, su normalmente bellamente rizado pelo negro recogido en un moño apretado. No llevaba maquillaje, y pude ver los círculos oscuros bajo los ojos.

Cuando se sentó en una de las mesas, le pregunté:

-¿Estás bien? No te ves muy bien.

-Sólo teniendo problemas para dormir,- dijo Marie, y me dio una leve sonrisa. -No te preocupes por eso. Voy a estar bien una vez que consiga una taza de café.

Me di cuenta de que no se movió hacia la máquina de café, sin embargo. Ella se sentó en el escritorio, como si toda su energía se hubiera ido.

-¿Tienes que ir a casa?- Le pregunté.

-Estoy bien,- subrayó, y oí un poco de molestia en su tono. -He estado trabajando más horas extras de lo que estoy acostumbrada. Estoy bien.- Cuando yo todavía dudaba, ella se echó a reír. -Si eso te hace sentir mejor, cambiaré el timbre del teléfono y tomaré una siesta en la parte de atrás si está tranquilo. ¿De acuerdo?

La culpa pasó por mí. Marie había estado trabajando horas extras ya que Bathsheba y yo nos habíamos hecho cargo. No me había dado cuenta de cuántas.

-Desde que soy tu jefe cuando Bath no está aquí, debo decirte que no. Pero parece que te vendría bien una siesta. Eso sí, no trabajes demasiado duro, y si tienes que salir, llámame, ¿de acuerdo?

-Lo haré,- prometió.

-Me voy de aquí,- le dije, cogiendo el bolso de debajo de mi escritorio. El baile no empezaría por unas horas y yo había programado para trabajar un poco más, pero los teléfonos estaban muertos y era un manojo de nervios. -Acabo de llamar a Jeremías, y está moviéndose para recogernos.

-Diviértete en el baile. Si alguien se emborracha y hace algo vergonzoso, quiero fotos.- Después de un momento más, Marie agregó: -Especialmente Kevin Russell.

Me reí y sostuve la puerta abierta para Gracie, quien paseó a un ritmo mucho más lento.

-Vamos a dejarte en la casa primero.

Gracie parpadeó sus ojos en mí.

-¿Qué quieres decir? Yo voy.

-No se permiten lobos,- le dije. No lobos Anderson, de todos modos. -Este es un baile de la Alianza.

-Tú vas,- señaló.

-Estoy en la Alianza.

-Pero me permiten salir con hombres de la Alianza,- señaló. -¿Puedo hacerlo, pero no puedo ir a tu baile?

Ella tenía razón.

-Esto es tan injusto,- dijo ella en una voz enfurruñada, tirando de su teléfono y empezando a textear de nuevo. -No me gustaría tener que decirle a mi padre que vas a estar fuera esta noche y no puedo estar a tu lado.

Cogí el teléfono de su mano, mi temperamento saltando. -Está bien,- le dije bruscamente y eché el teléfono en el bolso. -Puedes ir al baile, pero tengo unas cuantas reglas.

Gracie cruzó los brazos sobre el pecho y esperó.

-Uno,- le dije. –No enviar textos a tu padre o tus hermanos o cualquier persona que esté en el baile. ¿Entiendes?

Ella asintió con la cabeza.

-Y dos. Muestra tu mejor comportamiento. Esto es muy importante para nuestros clientes y nuestra alianza.

Parecía herida. –¿No confías en mí?

Gracie misma no estaba mal, pero no me fiaba de su familia. -Sólo estoy diciendo en general,- le expliqué.

-Y tres. Ponte unos malditos zapatos.

Gracie me sonrió, encantada. -Puedo comprar unas flip-flop en la estación de servicio.

* * * * *

bueno chicas

aqui esta el cap :D

cuidense :D

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