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Peter Pan Draco Malfoy y tu
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: Peter Pan Draco Malfoy y tu
Capítulo 18
Al siguiente día ella y James disfrutaron de no recibir clases, ella por Hendrix y él por Lupin que al enterarse de lo de la chica quiso que su representado también se distrajera, y qué mejor si se hacían compañía.
Azazel por supuesto estaba muy molesto, a él Slughorn no le quiso conseguir los permisos. Ahora se arrepentía de no esperar por el lobo.
Caminaron hacia el lago, y allí comieron golosinas y comida muy rica que los elfos les prepararon.
–Lo debiste de ver, casi le da un infarto –dijo riéndose a carcajada limpia
–Con lo que le gusta saltarse clases, me extraña que no viniera contigo
–Se peleó de nuevo con la griffindor, aun no superan estar en último lugar –y más risas siguieron durante toda la mañana.
Remus que pasaba por ahí, los vio y le fue imposible no recordar los tiempos en que Lily solo le dirigía la palabra a él, solían reír de la misma manera, solo que de temas muy distintos. Ellos solían burlase de las travesuras que le salían mal a James Potter y más cuando el loco de Sirius estaba incluido. Y es que a esos dos casi nunca les salían las bromas sin él presente, era quien los mantenía quietos el tiempo necesario y quien elaboraba los mejores planes.
También le extrañaba que Soet no tuviera nada físico o del carácter, parecido a Lily, que era pelirroja, pecosa, blanca como la nieve y de unos ojos idénticos a Harry, mientras que Soet pelinegra, trigueña, ojos color chocolate como los de su padre y ese mismo carácter endemoniado, estallaban en segundos y ligero olvidaban los rencores, eso sí, nada podía tocar sus sentimientos, por que no la contaban luego.
Cómo podía ser su hija y no tener nada suyo. Y lo más intrigante, cómo Snape pudo tenerla consigo si era la viva imagen y carácter de quien en vida le hiciera la vida imposible. Y eso incluyendo el hecho de que era malísima en pociones. La única respuesta que encontraba era que por amor al recuerdo de Lily.
Soet caminó hacia el castillo sola, James se fue a buscar unos libros que necesitaba a la biblioteca. Iba rodando una piedra cuando casi choca con un chico
– ¡Alex!, que susto me sacaste –el rubio sonrió
–No esperaba encontrarte aquí –Siguieron platicando de cosas triviales y Soet sintió que su amistad evolucionaba a grandes pasos, pues se había encariñado mucho de él – ¿entonces hay alguien que te guste?
–Pues ni siquiera lo he pensado, supongo que no –entraron al castillo ya en hora de la cena y ninguno andaba en los pasillos
El rubio la tomó por los hombros y la chocó con brusquedad a la pared, la besó lento y suave, como queriéndola compensar por el golpe
–Lo siento Alex, no me gustaría hacerte daño, pero…
–No hables más, a mí ya me quedó claro –la volvió a besar y se fue sin añadir nada.
La morocha cerró los ojos. Cómo no se había dado cuenta, él la buscaba para adivinación y no le gustaba practicar, solo buscaba a hablar con ella, también la invitaba a Hosmedage, cómo no se fijó que él lo hacía en plan de cita.
Entró al gran comedor y vio que Alex la ignoraba, así que decidió comer en la mesa de su hermano.
–Jovencita te equivocaste de mesa –el profesor Slughorn le indicó amable la mesa de ravenclow
–Déjeme quedarme, solo esta vez por favor –rogó ella, Harry quien estaba cerca, al escucharla le alarmó su tono por lo cual volteó a la mesa de los maestros, donde la profesora McGonagall al verlo preocupado llamó al profesor y con la mirada le dijo que estaba bien que ella se quedara allí.
– ¿Qué pasó hermanita? –preguntó Harry al retirarse Slughorn
–Nada de qué preocuparse… en serio Harry, solo son cosas de chicas –inventó al ver que su hermano no iba a ceder con facilidad. Las chicas le dirigieron una mirada de nos cuentas luego a lo que ella solo asintió con la cabeza.
–Suéltalo –le dijeron luego de que la llevaran a rastras a la torre de astronomía. Les contó lo ocurrido con Alex y lo mal que se sentía por no corresponderle. Ellas la aconsejaron diciéndole que no tenía nada malo y cuando se enteraron de que Narcissa la había invitado, la animaron a asistir, sobre todo porque ellas veían que eran tal para cual, solo que no se lo dijeron.
El sábado empacó temprano luego de avisarle a Draco que lo acompañaría. Salió recordando que volvió a sonar tanto con Ian como con Tom, y ahora para añadirle sal al pastel, soñaba con su maestro de defensa contra las artes oscuras.
–Llegas tarde, apúrate que si no nos quedamos del último tren –la regañó Draco a lo que ella le imitó todo lo que decía, incluso llegó a divertirle, terminaron riéndose.
Al llegar a la mansión Narcissa los recibió muy alegre. Y cenaron sin que nada pasara, le prepararon la habitación donde dormiría y se acostó a dormir, pero eran las diez y no podía conciliar el sueño, así que decidió visitar la habitación hechizada de la casa de Sirius, desde que se robó el anillo no lo usó porque Isbell y Gefrina tenían el sueño liviano, con cualquier movimiento suyo despertaban, además de que ella era muy bulliciosa.
Se encontró con la misma habitación que antes y se cambió por ropa más bonita y cómoda, no todos los días podía usar cosas así, se preguntó qué cosas podría sacar de allí. Subió al segundo piso donde ahora había un restaurante italiano, pidió una pizza al camarero y se sentó en la esquina. Pidió una foto de su padrino y cuando apareció disfrutó de esa delicia junto a él.
Un sueño realizado a medias.
Al terminar el salón de películas apareció, los estrenos no le parecían mucho, por lo que solo vio películas antiguas.
Hermione, Ron, Ginny, Harry, Luna y Neville conversaban en la biblioteca, molestándose entre sí.
–Tendrás que aceptarlo, si a ella le gusta… –dijo sugerente Ron
–Es que no lo quiero para ella, ni siquiera se ven bien juntos
–Eso es mentira Harry –contradijo Hermione
–huu… amor, amor en el aire –dijo Ginny haciendo corazones en el aire
–Eso es, siempre olvido lo importante… –Hermione se levantó y comenzó a caminar veloz a uno de los libreros, seguida por los demás
– ¿A qué te refieres? –preguntó Luna sin llegar a comprender el inmediato cambio de su amiga. Hermione sacó un libro y lo llevó a la mesa más cercana
–Este es un libro de la magia merliniana, magia tan antigua y poderosa, que no muchos son capaces de realizar –explicó señalando el libro y luego lo abrió –En el tiempo de merlín a amar no se le llamaba así, se le llamaba… otorgar el alma… cuando amabas a alguien te entregabas literalmente –añadió
– ¿Quiere decir que no puede amar? –preguntó confundido Ron
–Exacto –respondió su novia, afirmando algo de lo que les gustaría no fuera cierto.
Soet despertó en medio de medio kilo de toallitas para las lágrimas, oh dulces películas tristes y románticas, recordó donde debería estar y se marchó al momento. Justo para cuando Draco tocó su puerta
–Pase –él ya estaba cambiado con una túnica que le sentaba bien
–Levántate dormilona –se le quedó viendo a los ojos – ¿qué ocurre?, te duele algo…
–No, fue una pesadilla… –dijo sin saber si le creería o no
Al llegar a Hogwarts por polvos flú, el joven aprovechando el momento de mareo de la morocha, la tomó en brazos besándola como nunca nadie la había besado
–No me gusta que él te bese, aléjalo –dijo retirándose, pero ella lo tomó del brazo y lo obligó a verla
–Y tú te crees que yo voy a dejar de besar a alguien por que tú lo dices, además te vi con una rubia tonta el otro día y parecías muy a gusto… –sus ojos brillaron de furia
–Me agradan tus celos –dijo besándola a la fuerza –yo no beso a nadie, si tú no lo haces
–Una semana –dijo sin querer que él pensara que tenía el control, a decir verdad ambos se morían por besarse otra vez y que durara más
–Bien, si funciona… –dejó la frase inconclusa sin poder contenerse de besarla.
Ambos sintieron una conexión especial, mágica. Como un llamado en la sangre, que les decía que el otro, era su hogar. Se marcharon luego de una sesión de besos en los pasillos. En sus salas comunes se cambiaron por el uniforme y se marcharon al gran comedor.
– ¿Por qué crees que tarden tanto? –preguntó Harry por décimo tercera vez
–E… Allí vienen ya –Ron se levantó y les hizo señas a ambos para que se acercaran
–Hola –dijo Soet abrazando a su hermano
–Saliendo de la cena tenemos que hablar en la sala –dijo Harry serio
– ¿Es grave? –recorrió los rostros serios de sus amigos
–Debes saberlo –dijo Hermione sin querer decirle nada. Se apresuró a cenar y se fue con Luna, Isbell y Gefrina. No se dieron cuenta de que un par de ojos les seguía de cerca.
– ¿Pusiste la poción?
–Sí, también la recibió sin darse cuenta, la líder estará satisfecha con los resultados
–Hablen… y vayan al grano –amenazó entrando a la sala de menesteres
–Encontramos un libro en el que… –Hermione con su súper memoria le explicó lo que decía al texto
–Entonces no debo enamorarme… ¿cómo se supone que voy a evitarlo?, entienden que eso no lo puedo controlar ¿cierto?
–Bueno no estaría mal que te alejaras de los chicos –dijo Harry que extrañamente era el único clamado del grupo. A lo que recibió una mirada de reproche por parte de las chicas –Solo digo…
En un momento las miradas del rubio y la morocha se cruzaron, en ellas había duda, preocupación y anhelo. Recordaban los besos y las caricias como si todavía estuvieran allí. Les preocupaba cómo seguirían luego, porque aunque no lo dijeran esperaban con ansias otro encuentro.
– ¿No me dijiste como te fue en la mansión Malfoy? –preguntó Harry cuando se alejaron a un espacio del salón
–Bien, Narcissa es muy encantadora
–Sí, se ve que te guarda mucho aprecio… yo… lo prometo, en serio, lo derrotaremos, una vez lo hicimos y ahora contigo será más sencillo…
Harry no podía estar más equivocado, esta solo era la calma antes de la tormenta, una antesala a el caos que se avecinaba. El señor tenebroso volvería cuando los sentimientos internos fueran externalizados.
En sus casas, los muggles ya presentían que algo venía y se preparaban, sin conocer que las fuentes de sus sospechas les eran invisibles. Un nuevo orden y legado de batalla se acercaba sigiloso. A los mortífagos en Askaban les ardía a fuego vivo la marca tenebrosa, no comprendían a que se debía, solo que debían escapar pronto y unírsele a su siempre Lord… Voldemort.
El hombre que en un pasado les guio al reinado de oscuridad más grande que el mundo muggle o mágico hubieran conocido. Y así los volvería a llevar a la gloria. No habría hechizos prohibidos o castigados, solo magia oscura que descubrir, magia que los haría grandes. Magia que los llevaría a dominar a los asquerosos muggles, esos seres que según ellos, eran menos que los elfos domésticos.
Truenos y relámpagos retumban en el cielo. Un cielo americano. Derek un joven mago lo veía sin pestañear, las gotas pesadas de agua caían empapándole la ropa, recordándole que en cielo es el mismo para todos, pero que la pureza de la sangre debe mantenerse, así en su familia se ha mantenido esa llama de vida, sangres puras, sin una gota de sangre muggle cruzando por sus venas, los ancianos lo vieron asintiendo con la cabeza… el momento del viaje había llegado…debían recurrir.
Al siguiente día ella y James disfrutaron de no recibir clases, ella por Hendrix y él por Lupin que al enterarse de lo de la chica quiso que su representado también se distrajera, y qué mejor si se hacían compañía.
Azazel por supuesto estaba muy molesto, a él Slughorn no le quiso conseguir los permisos. Ahora se arrepentía de no esperar por el lobo.
Caminaron hacia el lago, y allí comieron golosinas y comida muy rica que los elfos les prepararon.
–Lo debiste de ver, casi le da un infarto –dijo riéndose a carcajada limpia
–Con lo que le gusta saltarse clases, me extraña que no viniera contigo
–Se peleó de nuevo con la griffindor, aun no superan estar en último lugar –y más risas siguieron durante toda la mañana.
Remus que pasaba por ahí, los vio y le fue imposible no recordar los tiempos en que Lily solo le dirigía la palabra a él, solían reír de la misma manera, solo que de temas muy distintos. Ellos solían burlase de las travesuras que le salían mal a James Potter y más cuando el loco de Sirius estaba incluido. Y es que a esos dos casi nunca les salían las bromas sin él presente, era quien los mantenía quietos el tiempo necesario y quien elaboraba los mejores planes.
También le extrañaba que Soet no tuviera nada físico o del carácter, parecido a Lily, que era pelirroja, pecosa, blanca como la nieve y de unos ojos idénticos a Harry, mientras que Soet pelinegra, trigueña, ojos color chocolate como los de su padre y ese mismo carácter endemoniado, estallaban en segundos y ligero olvidaban los rencores, eso sí, nada podía tocar sus sentimientos, por que no la contaban luego.
Cómo podía ser su hija y no tener nada suyo. Y lo más intrigante, cómo Snape pudo tenerla consigo si era la viva imagen y carácter de quien en vida le hiciera la vida imposible. Y eso incluyendo el hecho de que era malísima en pociones. La única respuesta que encontraba era que por amor al recuerdo de Lily.
Soet caminó hacia el castillo sola, James se fue a buscar unos libros que necesitaba a la biblioteca. Iba rodando una piedra cuando casi choca con un chico
– ¡Alex!, que susto me sacaste –el rubio sonrió
–No esperaba encontrarte aquí –Siguieron platicando de cosas triviales y Soet sintió que su amistad evolucionaba a grandes pasos, pues se había encariñado mucho de él – ¿entonces hay alguien que te guste?
–Pues ni siquiera lo he pensado, supongo que no –entraron al castillo ya en hora de la cena y ninguno andaba en los pasillos
El rubio la tomó por los hombros y la chocó con brusquedad a la pared, la besó lento y suave, como queriéndola compensar por el golpe
–Lo siento Alex, no me gustaría hacerte daño, pero…
–No hables más, a mí ya me quedó claro –la volvió a besar y se fue sin añadir nada.
La morocha cerró los ojos. Cómo no se había dado cuenta, él la buscaba para adivinación y no le gustaba practicar, solo buscaba a hablar con ella, también la invitaba a Hosmedage, cómo no se fijó que él lo hacía en plan de cita.
Entró al gran comedor y vio que Alex la ignoraba, así que decidió comer en la mesa de su hermano.
–Jovencita te equivocaste de mesa –el profesor Slughorn le indicó amable la mesa de ravenclow
–Déjeme quedarme, solo esta vez por favor –rogó ella, Harry quien estaba cerca, al escucharla le alarmó su tono por lo cual volteó a la mesa de los maestros, donde la profesora McGonagall al verlo preocupado llamó al profesor y con la mirada le dijo que estaba bien que ella se quedara allí.
– ¿Qué pasó hermanita? –preguntó Harry al retirarse Slughorn
–Nada de qué preocuparse… en serio Harry, solo son cosas de chicas –inventó al ver que su hermano no iba a ceder con facilidad. Las chicas le dirigieron una mirada de nos cuentas luego a lo que ella solo asintió con la cabeza.
–Suéltalo –le dijeron luego de que la llevaran a rastras a la torre de astronomía. Les contó lo ocurrido con Alex y lo mal que se sentía por no corresponderle. Ellas la aconsejaron diciéndole que no tenía nada malo y cuando se enteraron de que Narcissa la había invitado, la animaron a asistir, sobre todo porque ellas veían que eran tal para cual, solo que no se lo dijeron.
El sábado empacó temprano luego de avisarle a Draco que lo acompañaría. Salió recordando que volvió a sonar tanto con Ian como con Tom, y ahora para añadirle sal al pastel, soñaba con su maestro de defensa contra las artes oscuras.
–Llegas tarde, apúrate que si no nos quedamos del último tren –la regañó Draco a lo que ella le imitó todo lo que decía, incluso llegó a divertirle, terminaron riéndose.
Al llegar a la mansión Narcissa los recibió muy alegre. Y cenaron sin que nada pasara, le prepararon la habitación donde dormiría y se acostó a dormir, pero eran las diez y no podía conciliar el sueño, así que decidió visitar la habitación hechizada de la casa de Sirius, desde que se robó el anillo no lo usó porque Isbell y Gefrina tenían el sueño liviano, con cualquier movimiento suyo despertaban, además de que ella era muy bulliciosa.
Se encontró con la misma habitación que antes y se cambió por ropa más bonita y cómoda, no todos los días podía usar cosas así, se preguntó qué cosas podría sacar de allí. Subió al segundo piso donde ahora había un restaurante italiano, pidió una pizza al camarero y se sentó en la esquina. Pidió una foto de su padrino y cuando apareció disfrutó de esa delicia junto a él.
Un sueño realizado a medias.
Al terminar el salón de películas apareció, los estrenos no le parecían mucho, por lo que solo vio películas antiguas.
Hermione, Ron, Ginny, Harry, Luna y Neville conversaban en la biblioteca, molestándose entre sí.
–Tendrás que aceptarlo, si a ella le gusta… –dijo sugerente Ron
–Es que no lo quiero para ella, ni siquiera se ven bien juntos
–Eso es mentira Harry –contradijo Hermione
–huu… amor, amor en el aire –dijo Ginny haciendo corazones en el aire
–Eso es, siempre olvido lo importante… –Hermione se levantó y comenzó a caminar veloz a uno de los libreros, seguida por los demás
– ¿A qué te refieres? –preguntó Luna sin llegar a comprender el inmediato cambio de su amiga. Hermione sacó un libro y lo llevó a la mesa más cercana
–Este es un libro de la magia merliniana, magia tan antigua y poderosa, que no muchos son capaces de realizar –explicó señalando el libro y luego lo abrió –En el tiempo de merlín a amar no se le llamaba así, se le llamaba… otorgar el alma… cuando amabas a alguien te entregabas literalmente –añadió
– ¿Quiere decir que no puede amar? –preguntó confundido Ron
–Exacto –respondió su novia, afirmando algo de lo que les gustaría no fuera cierto.
Soet despertó en medio de medio kilo de toallitas para las lágrimas, oh dulces películas tristes y románticas, recordó donde debería estar y se marchó al momento. Justo para cuando Draco tocó su puerta
–Pase –él ya estaba cambiado con una túnica que le sentaba bien
–Levántate dormilona –se le quedó viendo a los ojos – ¿qué ocurre?, te duele algo…
–No, fue una pesadilla… –dijo sin saber si le creería o no
Al llegar a Hogwarts por polvos flú, el joven aprovechando el momento de mareo de la morocha, la tomó en brazos besándola como nunca nadie la había besado
–No me gusta que él te bese, aléjalo –dijo retirándose, pero ella lo tomó del brazo y lo obligó a verla
–Y tú te crees que yo voy a dejar de besar a alguien por que tú lo dices, además te vi con una rubia tonta el otro día y parecías muy a gusto… –sus ojos brillaron de furia
–Me agradan tus celos –dijo besándola a la fuerza –yo no beso a nadie, si tú no lo haces
–Una semana –dijo sin querer que él pensara que tenía el control, a decir verdad ambos se morían por besarse otra vez y que durara más
–Bien, si funciona… –dejó la frase inconclusa sin poder contenerse de besarla.
Ambos sintieron una conexión especial, mágica. Como un llamado en la sangre, que les decía que el otro, era su hogar. Se marcharon luego de una sesión de besos en los pasillos. En sus salas comunes se cambiaron por el uniforme y se marcharon al gran comedor.
– ¿Por qué crees que tarden tanto? –preguntó Harry por décimo tercera vez
–E… Allí vienen ya –Ron se levantó y les hizo señas a ambos para que se acercaran
–Hola –dijo Soet abrazando a su hermano
–Saliendo de la cena tenemos que hablar en la sala –dijo Harry serio
– ¿Es grave? –recorrió los rostros serios de sus amigos
–Debes saberlo –dijo Hermione sin querer decirle nada. Se apresuró a cenar y se fue con Luna, Isbell y Gefrina. No se dieron cuenta de que un par de ojos les seguía de cerca.
– ¿Pusiste la poción?
–Sí, también la recibió sin darse cuenta, la líder estará satisfecha con los resultados
–Hablen… y vayan al grano –amenazó entrando a la sala de menesteres
–Encontramos un libro en el que… –Hermione con su súper memoria le explicó lo que decía al texto
–Entonces no debo enamorarme… ¿cómo se supone que voy a evitarlo?, entienden que eso no lo puedo controlar ¿cierto?
–Bueno no estaría mal que te alejaras de los chicos –dijo Harry que extrañamente era el único clamado del grupo. A lo que recibió una mirada de reproche por parte de las chicas –Solo digo…
En un momento las miradas del rubio y la morocha se cruzaron, en ellas había duda, preocupación y anhelo. Recordaban los besos y las caricias como si todavía estuvieran allí. Les preocupaba cómo seguirían luego, porque aunque no lo dijeran esperaban con ansias otro encuentro.
– ¿No me dijiste como te fue en la mansión Malfoy? –preguntó Harry cuando se alejaron a un espacio del salón
–Bien, Narcissa es muy encantadora
–Sí, se ve que te guarda mucho aprecio… yo… lo prometo, en serio, lo derrotaremos, una vez lo hicimos y ahora contigo será más sencillo…
Harry no podía estar más equivocado, esta solo era la calma antes de la tormenta, una antesala a el caos que se avecinaba. El señor tenebroso volvería cuando los sentimientos internos fueran externalizados.
En sus casas, los muggles ya presentían que algo venía y se preparaban, sin conocer que las fuentes de sus sospechas les eran invisibles. Un nuevo orden y legado de batalla se acercaba sigiloso. A los mortífagos en Askaban les ardía a fuego vivo la marca tenebrosa, no comprendían a que se debía, solo que debían escapar pronto y unírsele a su siempre Lord… Voldemort.
El hombre que en un pasado les guio al reinado de oscuridad más grande que el mundo muggle o mágico hubieran conocido. Y así los volvería a llevar a la gloria. No habría hechizos prohibidos o castigados, solo magia oscura que descubrir, magia que los haría grandes. Magia que los llevaría a dominar a los asquerosos muggles, esos seres que según ellos, eran menos que los elfos domésticos.
Truenos y relámpagos retumban en el cielo. Un cielo americano. Derek un joven mago lo veía sin pestañear, las gotas pesadas de agua caían empapándole la ropa, recordándole que en cielo es el mismo para todos, pero que la pureza de la sangre debe mantenerse, así en su familia se ha mantenido esa llama de vida, sangres puras, sin una gota de sangre muggle cruzando por sus venas, los ancianos lo vieron asintiendo con la cabeza… el momento del viaje había llegado…debían recurrir.
korediaz
Re: Peter Pan Draco Malfoy y tu
Hola chicas!!
Tiempo sin publicar, hasta oxidada me siento.
Bueno no publicaba porque quería terminar la edición de la novela. Ahora que todo ya está terminada, voy a intentar subir capitulo al menos una vez por semana. Y digo intentar porque soy muy olvidada. Pero los comentarios siempre me refrescan la memoria, así que ya saben.
Besos.
Tiempo sin publicar, hasta oxidada me siento.
Bueno no publicaba porque quería terminar la edición de la novela. Ahora que todo ya está terminada, voy a intentar subir capitulo al menos una vez por semana. Y digo intentar porque soy muy olvidada. Pero los comentarios siempre me refrescan la memoria, así que ya saben.
Besos.
korediaz
Re: Peter Pan Draco Malfoy y tu
Capítulo 19
— ¿Harry?
—Sí.
—Ustedes… bueno ¿ya no me guardan secretos cierto?
—No, ninguno.
—Me gustaría mostrarles algo —la morocha les guio a la habitación en casa de Sirius Back, les mostró lo que se podía hacer con la segunda planta, los chicos estuvieron maravillados por la cantidad de usos que podían darle. Al final Soet quería entregarle el anillo a su hermano, pero este se lo devolvió diciéndole que se lo regalaba, pues al ser un objeto Black, era suyo por herencia. Así cuando el viviera allí, luego de graduarse podían verse todos los días, pues la chica no sabía cuál sería su destino. Después les mostró la salida a la casa, Harry quiso comprobar que todo estuviera en orden, así que salieron.
—Pues el elfo no estuvo aquí tampoco Harry —comentó Ron luego de ver la capa de polvo sobre los objetos.
— ¿Qué es eso? —preguntó Luna.
—Es un papel… dice… el hechizo es apolúo epí jéi éi epistrefo… ¿Qué creen que… sea? —la mirada de Hermione se fue directa a Soet.
—Creen que es el hechizo que necesitamos…
—No creo que sea conveniente realizarlo antes de saber que significan esas palabras, Hermione podrías traducirlo, debemos volver a Hogwarts, incluso aquí corremos peligro —de inmediato regresaron a la escuela donde fueron directo a la dirección, Hermione en todo el camino trataba de recodar algunas palabras que había aprendido de otros idiomas, para dictaminar a cuál pertenecía.
— ¿Cómo es que fueron sin que lo notáramos?, burlaron la seguridad del castillo, significa que otros también pudieron hacerlo —se alarmó McGonagall.
—Es por un anillo… larga historia —dijo Soet mostrándole el anillo.
Le relataron lo que descubrieron, la maestra con su sabiduría mandó a llamar al ministerio, Cornelius y su ahora preocupado secretario llegaron por los polvos flú.
— ¿Qué ha pasado Minerva? —preguntó Cornelius a lo que repitieron el procedimiento de contarle, estuvieron discutiendo por vario rato, Soet se apartó un poco del grupo para poder serenarse.
—Déjalo en nuestras manos, lo resolveremos —le dijo Percy y puso su mano en el hombro de la muchacha en señal de apoyo.
—Lo sé, es solo que esto es… ¡rayos!... tan frustrante… digo, no quiero que ese hombre vuelva, pero tampoco quiero morir —la apretó contra sí, diciéndole con gestos que la ayudaría.
— ¿Quieres un helado? —dijo después de un rato.
—Me gustaría, pero aquí no venden —el pelirrojo le hizo una seña de silencio con el dedo indicador en los labios y la guio a la sala común de griffindor.
—Una ventaja de ser por mucho tiempo prefecto es que… conozco muchos secretos de la sala común —en un retrato dijo una contraseña extraña y este se abrió dando paso a una heladería repleta de todos los sabores—. ¿Te gustaría que te los dijera? —la morocha asintió múltiples veces y con una sonrisa extendida en su rostro.
Le sirvió uno de uva mientras que él comió de almendra. Le contó uno que otro pasadizo que conoció gracias a que seguía a los gemelos George y el fallecido Fred. También le levantó mucho el ánimo, por alguna razón le parecía una hermanita más, con sus hermanos no podía tener esa clase de conversaciones, pues o eran bromistas o simplemente no congeniaban con él.
A la hora de la cena decidieron que ya era hora de salir. Fueron riendo por el camino y cuando llegaron al gran comedor no tenían hambre así que se disculparon con los chicos y se fueron al campo de quidich donde practicaron hasta altas horas de la noche. En una vuelta cerrada sobre una torre Soet cayó de la escoba, pero antes de que Percy pudiera llegar a ella, se detuvo en el aire, voltearon a todos lados pensando que era el hechizo de alguien, pero no. Practicó un rato más en compañía de su nuevo amigo.
Se fueron a la sala de griffindor para contarles y mostrarles a los demás lo que podía hacer.
—Genial —dijo Ron.
— ¿Estas segura de que no estas levitando?
—No Hermione, simplemente pasa —Percy se fue a la dirección a buscar a la directora y de inmediato fue en busca de los magos expertos en invención de hechizos y del área de comunicación.
—Les presento a Grey Loranfield experto en invención de hechizos y Aralia Brulstroot, la mejor en nuestra área de comunicación —los chicos les saludaron, Hermione se apresuró a darle el papel a la anciana, ella después de un rato dictaminó que era griego antiguo.
—No hay palabras exactas en su traducción, pero vendría significando algo como ¨destruir a la que volverá¨
Soet Salió corriendo y llorando, se metió en la torre de astronomía, allí no la buscarían pues ese lugar ni siquiera le gustaba. Lloró y lloró por ratos, hasta que un par de brazos la envolvieron, acarició su espalda y besó su frente
—Deben destruirme.
—Eso no ocurrirá.
—Deben hacerlo si quieren que no vuelva, es la única opción.
—Siempre habrán más opciones, las encontraremos —se durmió en los brazos del rubio. Este al notarlo, la cargó en brazos y la llevó a la sala común de griffindor donde ya sus amigos esperaban preocupados, incluso sus amigas de ravenclow—. La encontré en la torre de astronomía, ¿dónde dormirá?
—En mi habitación —dijo Harry indicándole por donde llevarla. Al entrar, Draco la depositó con suavidad, le acomodó el cabello y las almohadas. Harry vio las acciones del chico y se suavizo la opinión que tenía de él, después de todo talvés su hermana si estaría bien.
El morocho dio las buenas noches a sus amigos y durmió abrazando a su hermana. No dejaba de preocuparle el hechizo. Cómo un lazo tan fuerte podía romperse. Debía haber una forma.
— ¿Señora, no cree que ya es hora de traerla? —preguntó un hombre con la lengua de fuera.
—No, eso yo lo indicaré, por ahora controla a esa niñita estúpida que te ayuda… ¿estás seguro que es de confianza? —ella dudaba mucho, la seguridad en Hogwarts se había reforzado al comienzo del año escolar.
—Sí, la familia Groe apoyó al señor tenebroso y ella espera su ¨gran¨ reconocimiento por su parte —ironizó.
—Y los que la ayudan —achicó los ojos a su siervo.
—También, señora —y se retiró como siempre, empuñando las manos.
—Esta tarde te espero a las tres en el campo de quidich —informó Zachary.
—Claro profesor —respondió la morocha y se fue en compañía de Draco quien vio con mala cara al maestro.
—No me gusta que te vea —la morocha rio.
—Vaya, también me gustan tus celos, ven saltémonos herbología, detesto esa clase.
—Eres muy mala influencia Soet —así la parejita de alumnos se fueron a sentar a la orilla del lago. Disfrutaron de una tarde llena de risas, conversaciones y sobre todo besos, planeaban cómo anunciar sus sentimientos y cómo hacerle frente al regreso del señor tenebroso. Mientras que sus amigos en clases notaban que ellos dos faltaban.
Pasados algunos días, en la cena del gran comedor, todos hablaban de la segunda prueba que se realizaría al día siguiente. Los murmullos eran mayores a lo que comían. En la mesa de slytherin aconsejaban a Azazel, advirtiéndole que no le perdonarían un fallo más, no querían ser la vergüenza pública y a James lo animaban a subir al primer lugar. En la mesa de Hufflepuf a las chicas solo les aconsejaban y les animaban a dar lo mejor de sí mismas, sin importar si ganaban o no. En la de griffindor le obligaban a un pobre Wilis que aguantaba que todos le dijeran que no debía perder y menos contra las serpientes, a Anne solo la ignoraban o le gritaban que se saliera de la competencia, les parecía que era pésima la actuación que ella tubo.
En la mesa de ravenclow Hilary se apropiaba de toda la fama, les contaba exagerando los eventos, como si sus compañeros no la hubieran visto, Soet por otra parte se dedicaba a explorar las maravillas de su plato, y no es porque le gustara lo que comía si no porque sentía la mirada fija de muchas personas a la vez. Por una parte estaba su maestro, ella dudaba que realmente la mirara a ella, pensaba que se había quedado ido en su dirección de casualidad, también Alex con quien sentía tanta pena, quería su amistad, pero por ningún motivo quería dañarle. Draco la observaba, le gustaba sí, solo que su hermano iba a enterarse antes de tiempo y por las malas, cosa que no quería. Sentía la vista de alguien más, pero no lograba identificarlo.
Se dirigió sola a su sala común más temprano de lo normal, incluso antes de que terminara la cena, las chicas querían quedarse a espiar a Hilary, en la salida se encontró con un chico rubio de ojos grises que la abrazó por la espalda y la condujo a la torre de astronomía.
—Ya me moría por verte —dijo para luego besarla hasta quedarse sin aire.
—Pues para ser un difunto, no besas nada mal —dijo riendo la morocha.
Y se siguieron besando hasta que los interrumpieron.
—Soet —dijo Harry—. ¿Cómo te atreviste? —añadió furioso.
Las caras de estos empalidecieron y el salió furioso de allí con la chica detrás suyo.
—Harry por favor escúchame.
— ¿No es lo que parece, eso ibas a decirme? —preguntó en gritos.
—No… iba a decirte, perdón por amarlo —dicho esto la chica volteó y corrió, el trató de correr detrás suyo, cuando una onda le echó a un lado del corredor. Draco salió de la torre arrastrado, se encontró con Harry quien luchaba por ponerse de pie, pero el temblor era tan fuerte que amenazaba con botar el castillo.
Zachary Hendrix cerró los ojos y suspiró intentando calmarse, en medio del temblor que había arrojado a todos dentro del gran comedor, el caminó erguido, ya era innecesaria su fachada. Se dirigió a la entrada del castillo donde se encontró con Soet que también salía.
—Detente.
—No, y si no se aparta lo mataré —los ojos de Soet habían cambiado de chocolate a grises como todos sus antepasados Black, y su cabello era una mezcla de mechones rojos y negros.
—No te reunirás con él, recuerda cuánto ha luchado tu hermano —dijo tratando de hacerla entrar en razón.
—No me detendrá —Se elevó en el aire y voló lejos de él.
— ¿Qué está pasando?, ¿por qué no podemos detenerlo? —gritó Hermione en medio del temblor, cuando los maestros en Hogwarts intentaban controlar aquel temblor y no podían. Vieron salir al maestro de defensa con tal tranquilidad que les extrañó, cómo es que a él no le afectaba, a menos que fuera el causante, cuando se detuvo, Harry y Draco entraron con las caras pálidas al comedor—. ¿Lo han sentido también?
—Sí, creo que Soet fue la causante… dijo, que estaba enamorada y cuando intenté seguirla una onda me derribó… hay que encontrarla, no sé dónde se metió… prepárense, la tercera guerra mágica ha comenzado—. La profesora McGonagall al escuchar eso, pidió silencio en el comedor.
—Sé que todos creen que el señor tenebroso está muerto, pero no es así, él está por regresar en este momento —los murmullos se escucharon, nadie creía en la palabra de la profesora.
—Es cierto —dijo Harry. —Lo que dijo la profesora es cierto… Voldemort volverá y los necesitamos, los que quieran participar y a los que no, les pedimos que avisen a sus familiares y se protejan… no sabremos cómo vendrá, solo que está sucediendo.
El que Harry, el niño que vivió, les confirmara, puso en movimiento el gran comedor. Los que podían realizaban tele—transportaciones a sus hogares, los menores eran guiados por los prefectos a las mazmorras donde estarían seguros hasta que sus familiares vinieran por ellos, también habilitaron la salida a la casa del hermano de Dombuldore, Aberthford, que ya había sido informado por parte del ministerio. Cornelius se hizo presente al igual que la mayor parte de los aurores, pues no querían descuidar ningún lugar.
Los chicos en medio de la multitud que se movía para todos lados, buscaban a Soet, cuando encontraron al profesor Zachary.
— ¿Cómo a usted no le afectó el temblor?
—Eso me preguntas… Soet salió del castillo, va a reunirse con él, sus poderes ya están por completarse…
— ¿Cómo lo sabe?
—Te quedarás con la duda… por cierto busca en el último librero de la sección prohibida, es el que me faltó registrar —Zachary desapareció en el acto dejando a los chicos con la duda de cómo él sabía todo eso, Hermione, Luna, Neville, Gefrina y un montón de estudiantes de ravenclow se fueron a buscar donde el falso profesor les indicara.
Harry, Ron, Draco, James y Azazel fueron con los alumnos que se quedaron para ayudar para instruirles a cerca de lo que se haría y donde se buscaría a la chica, los alumnos no entendían para que era importante ella, pero cumplieron con la búsqueda porque fue orden de Harry.
Ya, al fin terminada y corregida!
Me disculpo por las mil tardanzas y prometo que si no me acuerdo de subir un capitulo cada dos días, compensaré con uno más el que deba.
Besos.
korediaz
Re: Peter Pan Draco Malfoy y tu
No pude aguantar las ganas de publicar otro y tada!! aquí esta. Ya son pocos capítulos que faltan.
Capítulo 20
—Te dije que estuvieras preparada.
—No sé cuándo pasó, pero en el colegio ya la están buscando, seguro que ya fue con él —dijo Hilary al hombre con rostro de loco, que venía a exigirle la ubicación de la tal Grindelwood.
—En ese caso… Avada quedabra… —la rubia cayó al suelo con los ojos abiertos y fijos, una lagrima tardía salió y recorrió su rostro—. Ya no le sirves a la señora, espero tus amiguitos Bripud y Richard hagan mejor trabajo
Draco buscaba en cada rincón del cual recordaba le gustaban a su chica. Se sentía culpable pues por él, ella había dicho eso. Su madre lo apretó con sus brazos cuando lo vio entrar al comedor, ya muchas familias mágicas estaban presentes, los Wesley, los Lupin, los Patíl, y otros.
Los demás chicos se reunieron allí también a esperar los resultados de la búsqueda en la biblioteca, Hermione apareció con otros chicos, al cabo de una media hora, con las frentes sudadas y la respiración agitada
—Encontré el hechizo que usó, pero no hay nada de cómo revertirlo —le mostró el libro con grabados dorados, en una de las páginas del centro decía: Eule friqqio enamtare, euntere insumere deriza —significa, has que ella ame y me de la vida, que la fuerza más grande una nuestros lazos… cuando ella te confesó que estaba enamorada, eso activó el hechizo, ahora sus lazos de vida están conectados aún en la muerte.
— ¿Qué hacemos? —nadie de los presentes pudo darle una respuesta, ya habían sido informados de lo que ocurría con la chica y quién era en verdad.
—La salvaremos —se escuchó la potente voz de una mujer al final de la fila, Narcissa Malfoy.
Más voces se le unieron, montaron guardias dentro y fuera del castillo, también en poblados mágicos, el mundo estaba siendo avisado de lo que en breve ocurriría. Incluso en el mundo muggle, avisos se ponían, pidiendo que dieran información sobre el paradero de la morocha, o si veían algo sospechoso se ocultaran en sus casas y no salieran ni dejaran entrar a nadie.
Soet caminaba en busca de su amado. Recorría un bosque desconocido, no era el que estaba junto a Hogwarts, este era más oscuro y profundo. La respiración se le cortaba a medida avanzaba, debía terminar con todo aquel que se interpusiera en su camino, ni hadas ni pequeñas arañitas sobrevivían a su paso. Respondía al llamado de su sangre, la sangre que le decía que esto era su destino.
En el borde del camino, se encontró con un bulto envuelto, era un cuerpo humanoide, al quitarle un poco más el trapo descubrió que estaba cubierto por una sustancia roja y viscosa.
—Debes darle tu sangre y volverá a ser tu amado —dijo una señora de apariencia vieja, parecía como que si el aire soplaba muy fuerte, la iba a derribar—. Rompe tu mano y el vivirá —le pasó un cuchillo y se alejó un poco.
— ¿Quién es usted? —preguntó antes de rociar sangre sobre aquel extraño ser.
—Grismelda Black, tu bisabuela —respondió sonriendo, sabiendo que el señor oscuro estaba por volver.
— ¿La dueña del diario y la habitación? —la anciana asintió.
La forma viscosa se fue agrandando hasta ser del tamaño de un hombre alto, la sustancia viscosa fue consumida y las facciones de su rostro fueron tomando una apariencia joven y hermosa, las demás partes del cuerpo se fueron refinando. La anciana y los hombres a los cuales no podía verles la cara, detrás de ella, se fueron. La manta fue insuficiente y cayó al suelo.
— ¿Trajiste algo para cubrirme? —le preguntó mientras se acercaba y acariciaba el rostro de la joven.
—No, he venido al solo que he despertado.
—Entonces construye una para mí —la joven sin saber qué hacía, levantó las manos e hizo dos puntadas, a medida hizo otras seis, una capa negra y larga se formó—. Eso, mi pequeña, ahora ven conmigo —la guio a una pradera donde se deleitó tocándola y haciéndola suya. Se dejó de preocupar por la guerra que pelearía, solo dejó que el tiempo se detuviera, allí donde todo había comenzado y donde nunca pensó terminar.
Recogió las ropas de ella y la vistió, Soet sentía como su amor se manifestaba en ese hecho. Todo era perfecto, no quería que nada cambiara. Él le explicó como convenció a su abuela, para que al enamorarse, su amor fuera para él. Porque ella siempre sería para él.
Después se reunieron con sus seguidores, los mortífagos.
—Su líder hasta ahora ha hecho un excelente trabajo, gracias a ella ahora he podido reunirme con su nueva ama, la obedecerán a ella como a mí, sin ninguna objeción —los mortífagos asintieron.
—Askaban ha sido saqueada, tenemos a todos los mortífagos libres y esperando sus órdenes Lord —informó un hombre con apariencia de loco.
—Márchate y dirígelos al bosque prohibido, Barty, atacaremos Hogwarts al amanecer —el hombre se marchó llevando consigo a un grupo pequeño.
—Y tú Grismelda, te daré el honor de deshacerte del viejo, como siempre lo quisiste —la vieja sonrió y se marchó dejando de nuevo a la pareja.
—Tom —el joven la vio con intensidad—. No me querrás dejar sola.
—No, tu vendrás conmigo y derribarás el primer muro, serás tú quien esté a mi lado cuando por fin cumpla mi mayor meta —la joven sonrió satisfecha y se acurrucó entre los brazos del joven cuya sonrisa no era de felicidad ni mucho menos, era de placer ante la espera de conquistar el mundo mágico—. Me informaron que te dieron la pócima rictus, durante el campeonato.
— ¿Qué es eso?
—La pócima que activa tus dones, cuando Dorea y yo hicimos el hechizo para que tu existieras, ella consideró necesario que no conocieras de tus poderes hasta que yo lo creyera necesario.
—Por eso puedo volar y hacer magia sin varita.
—También podrás hacer muchas cosas más…
—De pequeña era igual a mi madre —comentó sin saber porque lo hacía en realidad.
—Pero creciste y te volviste como yo quería que fueras —le explicó, Soet sonrió a su amado.
Hablaron durante lo que tardó la preparación de los mortífagos. Se aparecieron a la entrada de Hogwarts.
Dentro del castillo, Harry les indicaba donde debían proteger junto a Remus, George y Percy quienes conocían el castillo muy bien.
—Quiero que en cuanto ellos aparezcan, un grupo se cuele y la libere, tendrán ventaja mientras la tengan —los muchachos estaban por irse a tomar sus lugares cuando un grupo de sexto entró corriendo.
—Están en los límites del bosque prohibido —todos corrieron fuera, se sorprendieron al ver a Soet sonriendo al lado del señor tenebroso.
— ¡Ríndanse y vivirán! —gritó Tom.
—Nunca —gritó Harry
—Hermano únete a nuestra causa, no queremos que mueran… —los chicos y demás familias quedaron viendo sorprendidos a Harry a quien se le saltaban los ojos de la impresión, sus amigos pensaban que la joven estaba bajo el hechizo imperius, Hermione le lanzó un contra—hechizo que solo rebotó en la chica—. No estoy bajo la influencia del imperius, Hermione, él es el amor de mi vida y nos encantará tener a una excelente bruja como tú en nuestras filas.
—Nunca —imitó Hermione.
Tom Riddle dio la orden a sus mortífagos de que atacaran. La nueva orden del fénix y otras familias que estaban allí comenzaron a combatir, en el cielo se veía un desfile de color, rayos verdes, rojos, azules y hasta rosados.
Soet veía a su hermano pelear en contra suya y le dolía que no la apoyara. Y sus amigos, compañeros y profesores también lo hacían, sus ojos se cristalizaron al ver como unos a otros se herían.
—No llores amor.
—No me gusta que los lastimen —Tom regresó su vista al campo de batalla y suspiró.
Lanzó un último avada kedabra que dio de lleno en el pecho de un chico. Su cabello rubio se sacudió antes de que su cuerpo cayera sin vida.
— ¡Deténgase!, por ser hermano de mi… mujer, te concederé tres horas para que medites mi proposición, Harry si te nos unes, te daré un poder más grande del que nunca has imaginado —los mortífagos desaparecieron en el acto.
— ¿Qué es lo que está pasando? —preguntó un muy molesto ministro.
—No lo sé, creo que es el hechizo, cuando se activó seguro creó un efecto similar al del amor.
Murmullos llenaron el comedor, y los que estaban junto a la puerta se quitaron. Un grupo de magos con distinta apariencia entraron.
— ¿Quiénes son ustedes y qué quieren? —preguntó Harry adelantándose con varita en mano.
—Soy Derek líder de la comunidad Guascary, magos que hemos venido desde américa —la profesora McGonagall se adelantó y saludó a un anciano, enseguida regresó donde Harry y le dijo que ellos eran amigos del profesor Dombuldore.
—Si me das lo que encontraron talvés pueda ayudarlos —Hermione le entregó todos los libros que encontraron y se retiró con él a una mesa alejada de la multitud.
Los demás prepararon estrategias para enfrentar al señor tenebroso sin perder tantas vidas. Ya un número significativo de magos habían perdido la vida en ese encuentro, dos adultos de familia irlandesa y un alumno de Hogwarts, Alex, el amigo de su hermana, Harry supo que al pasar todo, ella tendría que enfrentarse a los demonios que la perseguirían después. Recorrió el gran comedor, la profesora McGonagall había tenido que aplicarle un hechizo de extensión para que todos pudieran entrar.
—El señor Bross cree que puede elaborar el hechizo de separación de almas, podemos lograrlo, solo necesitamos tiempo —dijo Hermione, pero tiempo fue lo que pasó volando, las tres horas se habían acabado.
—Ellos regresaron —informó Colin.
Salieron a enfrentarse a excepción de un pequeño grupo que se quedó con el anciano a protegerlo. El grupo de mortífagos se veía más grande, los chicos habían sido informados de la fuga en Askaban.
— ¿Y qué has decidido Potter? —el muchacho trató de contener el asco.
—Pues me ha faltado tiempo, todavía no me has explicado cómo será que gobernarás —el mago oscuro sonrió.
—Sin asquerosos muggles, sangres sucias y traidores de la sangre —Ron le dedicó una mirada de muérete—. Claro que si ellos acceden a servirme, entonces los dejaré vivir.
—Soet, ¿aún estás de acuerdo con él?
—Claro Harry, será un mundo maravilloso —dijo soñadora.
Hermione leía y leía tratando de encontrar una solución, pero no podía concentrarse pues sabía que su novio y amigos estaban frente a Voldemort. Azazel apareció corriendo y les decía cosas tan rápido que hasta después de dos minutos le pudieron entender.
—Dombuldore, el cuadro, salió…. Que Dombuldore salió del cuadro—. Hermione se levantó de prisa y lo siguió. El antiguo director de Hogwarts estaba atorado, la mitad inferior de su cuerpo todavía estaba en la retratera
—Que gusto verla de nuevo señorita Granger —dijo el barbudo a Hermione que se le lanzó a abrazarlo—. Mucho me temo que todavía no es hora de recibimientos, hagan el favor de llevarme con Bross —los chicos lo cargaron hasta el gran comedor, donde los ancianos conversaron de posibles soluciones.
—Señorita Granger, sé que ya están combatiendo, por favor dígale a Harry que el amor es la fuerza más grande, Tom no creó amor en Soet, simplemente lo desplazó, lleguen a su corazón, el hechizo está casi listo.
Hermione salió corriendo y le informó a su amigo a cerca de lo que ocurrió. Harry no cabía en su asombro.
—Soet —la chica lo miró—. Alex está muerto, el hombre que tienes al lado lo mató, al igual que a muchas otras personas, ¿estás dispuesta a sacrificar nuestras vidas? —si le muchacha entendió lo que su hermano le dijo, no dio muestras de ello.
Draco en un intento de salvar a su chica, le gritó.
—Debes parar esta locura…
korediaz
Re: Peter Pan Draco Malfoy y tu
Capítulo 21
Dean Tomas lanzó un expeliermus junto a Simus y se dieron cuenta que esos hechizos ya no funcionaban contra los mortífagos. Entonces bajo la orden del profesor Zachary, empezaron a utilizar otros hechizos prohibidos, no porque quisieran, sino porque no podían contener tantos mortífagos a la vez. Les asignaron la zona del puente y ya casi volvía a estar destruido.
Neville Logbottom golpeó con los puños a un hombre que quiso lastimar a su novia. Luna con gran agilidad le lanzó un desmayo a un grupo de mortífagos, después se agachó a juntar la varita del chico para entregársela.
Ambos se sentían fuertes estando juntos, un poco más allá de ellos Xenophilos Lovegood luchaba por proteger a su familia, no se trataba de defender el mundo mágico, se trataba de defender a los suyos y su futuro y seguridad. Apoyaba que su hija luchara, pues eso la hacía más merecedora de su orgullo como padre.
Lory Trent enfrentaba a un gigante, le lanzaba de todo, incluso por error, casi le avienta su varita. La emoción de luchar la embargaba. Antes, en la guerra anterior, no pudo luchar pues sus padres la llevaron a Rumania para alejarse del alboroto. Divisó a varios de sus compañeros en su misma posición, lo que la animó a continuar.
La familia Patíl entera combatía con un grupo de enanos que intentaban lanzarles imperius a los contrarios. Las gemelas luchaban codo a codo, lanzando hechizos y protegos al resto de la familia.
Sus tres hermanos mayores lanzaban bombardas a lo loco, por instrucción expresa de Wilis. Y sus padres mandaban al otro mundo a cualquiera que quisiera acercase más de la cuenta.
Abigail Rodenfield bloqueaba los imperius lanzados, desde una ventana en castillo, junto a Larissa Walls, que detenía los hechizos que pudieran dañarlas, también atacaba desde allí a cualquiera que se le cruzaba en la mira, ambas aunque muertas del miedo, haciendo frente, ninguna permitiría que su perfecto futuro se fuera al caño.
Timoty Groe lanzó un desmayo que lo mandó junto al bosque prohibido, donde encontró el cuerpo inerte de su hermana mayor, Hilary. Lloró desconsoladamente, la abrazó y le gritó exigiéndole que resucitara. Un hombre con la lengua de fuera, se le acercó.
—Únete a nosotros o muere como ella… —señaló a su hermana.
— ¿Tú la mataste?
—Bueno… ya no era útil, no cumplió su misión —Timoty comprendió que su hermana había pertenecido a los mortífagos.
— ¡Avada quedabra! —gritó antes de que el hombre pudiera hacer algo.
En seguida se marchó del lugar. Tampoco regresaría a casa. Se iría a un lugar tan lejano que nadie sabría de su pasado.
Gefrina lanzaba hechizos por doquier, imaginando que eran su amiga Soet, estaba tan molesta con ella, cómo se le había ocurrido traicionarlos, pero sentía lastima por ella, pues sabía que era por causa de un hechizo. Lanzó un desmayo al hombre que por poco ataca por la espalda a Romilla.
Vio a Richard lanzando hechizos a unos compañeros y se fijó mejor para darse cuenta de que estaba del lado de los mortífagos, le lanzó un bombarda. Luego la conciencia le reclamó el que no haya querido asegurarse si estaba muerto o no. Pero nunca se levantó.
Harry Potter, el niño que vivió, luchaba contra Voldemort, pero este al ser levemente lastimado, se retiró con Soet. Una vieja con apariencia desgastada le combatió. Le daba lastima lanzarle hechizos fuertes, pero ella cada vez que lo lastimaba sonreía con maldad.
—Joven Potter, creí que sería más… ¿poderoso?, que decepción…
—No me importa lo que una vieja chiflada crea.
—O que mala educación, deberías comportarte, aunque sea por el cariño… —la vieja arremetió con hechizos prohibidos, su varita se movía como flan mientras que intentaba contralarla.
— ¿No me recuerdas? —el joven vio tratando de recordar si alguna vez la había visto—. ¿No recuerdas las notas que te mandaba siempre?, oh que decepción que no lo hagas, tu hermana si lo hace —le lanzó un abada que por poco lo mata.
Le respondió con un septumsempra, estaba molesto, ella era la que todo ese tiempo había estado jugando con ellos, por esas desgraciadas notas. La vieja cayó retorciéndose en el suelo hasta que su cuerpo ya ensangrentado, se detuvo.
James Orson reía a carcajadas cuando les puso un hechizo que los desorientaba a un grupo de mortífagos. Los muy tontos se lanzaban maldiciones imperdonables entre ellos, se apartó para poder continuar con su labor.
Le extrañaba que su amigo Azazel no estuviera allí combatiendo, con lo mucho que a él le gustaba. Estaba dando lo mejor de sí, nadie se metía con sus seres queridos, ni siquiera ese adefesio con nariz de repuesto. Lanzó un reducto para salvar a cuatro hufflepufs atrapadas por un gigante, que se despedazó contra un árbol.
Romilla y Zuria con la preocupación reflejada en el rostro, lanzaban hechizos e incluso algunas pociones que empacaron del salón. Los mortífagos en esa zona eran pocos, por lo cual, solo lo defendían ellas y unos cuantos griffindors de apoyo.
Wilis Trubool montaba un trenstral y lanzaba hechizos que los mortífagos ni los veían venir, junto con él, otros griffindors y aurores montaban también, en otros tentrals. Visualizó un grupo de magos oscuros en escobas y acercándose, les lanzaron hechizos para derribarlos y acabaron con todos. Un potente avada quedabra golpeó al tenstral y lo derrivó a una zona alejada en el bosque prohibido. Un mortífago más quedaba en escoba, los aurores de inmediato lo mandaron al otro mundo, y no al muggle.
Anne Cauffman refinaba sus hechizos a medida lanzaba, daba en el blanco de cada objetivo. Los mortífagos caían y caían. No quería usar hechizos prohibidos, por lo cual aprendió unos nuevos que le mencionó el profesor Remus. Un desmayo le lanzó contra un árbol, su visión estaba borrosa cuando un hombre se le acercó. Levantó lento su varita y le apuntó, estaba por lanzar el hechizo mortal, cuando un rayo gris le mandó al otro lado del castillo.
— ¡Vaya!, ¿quién te ha enseñado ese? —dijo la muchacha ya de pie.
—Nuestra amiga Soet —respondió Azazel con calma.
— ¿Ya volvió a nuestro lado?
—No, pero me lo lanzó, y sí que dolió, me salvé gracias a que caí en el agua —Anne notó la humedad en su ropa y se lanzó a besarlo, el muchacho que no lo esperaba, se tardó un poco en responderle. La aferró a su cuerpo y se quedaron así por un buen rato.
Isbell recitaba hechizo tras hechizo y lanzaba maldiciones sin sentir malestar. Deseaba que las guerras ya acabaran. Deseaba salir de Hogwarts y no momentáneamente sino como ya graduada, poder continuar con sus estudios para gerente de bancos, algún día quería poder dirigir gringotts.
Por un rato se detuvo a pensar en su amiga, la pobre estaba hechizada por el mago tenebroso, aunque no negaba que ¨bueno¨ si estaba. La cabaña de Hagrid junto a ella, estalló por un bombarda, su cuerpo fue lanzado a unos metros de allí. Creyó que se lastimaría por el impacto, pero este fue suavizado por un cuerpo que la sostuvo.
—Gracias —dijo sonrojándose.
—De nada, tienes que estar más pendiente, a tu derecha está saturada de mortífagos —el profesor se fue.
Ella solo suspiró dolida porque alguien tan importante para ella, la regañara de ese modo.
Remus Lupin lanzó un avada quedabra a un hombre lobo que intentaba morder a Tonks, esta lo vio agradecida para luego lanzar otro, a una mortífaga detrás del maestro. Lanzaron un reducto, y al alejarse se unieron y formaron un bombarda muy potente que hizo volar a trece seguidores de Voldemort.
Intentaban llegar a la zona central donde Harry entablaba un duelo con Tom Riddle, también Soet estaba allí, erguida y sin mover un dedo. Los rayos la impactaban, pero no provoca ningún mal. Vieron a Hermione acercarse él y aprovecharon para correr hacia ellos.
George le lanzó hechizo tras hechizo junto a Azazel, ambos parecían no querer entender que estaba embrujada, creían que si la dejaban inconsciente, sería más fácil. Pero la muchacha ya harta de tantos hechizos les lanzó un rayo demoledor, su luz fue gris y al impactarlos, los mandó volando hasta el lago. Cuando regresó tuvo que socorrer a varios alumnos que estaban por caer ante las garras de los magos oscuros. Los salvaba, y en cada uno de ellos, veía a su hermano sin poder defenderse.
Draco quería que su chica recapacitara, comprendía que fuera un hechizo muy potente, pero porqué entonces Dombuldore siempre decía que el amor era la fuerza más potente. Hermione llegó cerca de donde él estaba y pudo escuchar lo que dijo. Después de que Harry intentara hablar con ella. Quiso intentarlo.
—Debes parar esta locura, todos los que estamos aquí te amamos —dijo con la esperanza aun latente.
— ¿Me amas? —le preguntó la joven haciéndoles caso.
—Lo hago —respondió con sinceridad, pero la muchacha no cambio su rostro inexpresivo, sino que levantó la mano y lo mandó a volar.
En eso el profesor Zachary Hendrix intentó acercársele, pero Tom le mandó un cruccio que lo debilitó tanto que lo convirtió en quien realidad era.
korediaz
Re: Peter Pan Draco Malfoy y tu
Hola, hola
Ya casi termina la novela y bueno, no podré subir estos días, pero espero les esté gustando.
Ya casi termina la novela y bueno, no podré subir estos días, pero espero les esté gustando.
korediaz
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