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El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por kathy styles Vie 28 Jun 2013, 12:55 pm
bienvenidas a las nuevas lectoras y ahora va un mini-maraton, espero que os guste xx''-Kathy
Capitulo 11
Lunes, vuelta a clases.
_____ había pasado un fin de semana tranquilo. Había adelantado sus tareas y encargado del aseo completo de la casa. El trabajo de ama de casa pesaba, y más aun con la repentina decaída de su madre, quien no se levantó de la cama, ni se movió. Fue sorpresivo, debido que, ella estaba bien el viernes.
Le llevó comida a toda hora a su cama, rara vez la encontraba despierta. Casi no comió, ni bebió agua, únicamente para sus medicamentos.
El domingo por la noche, se encargó de conseguir una cita con el médico de su madre. Le dieron número para el lunes, por la tarde. Tendría que faltar a la biblioteca, estaba segura que Greta no tendría problema con ello.
El lunes por la mañana llegó con la cabeza hecha un lío, tendría que apurarse para llegar a tiempo al hospital cuando saliese de clases. Esperaba que el doctor le recetara algo más efectivo para su madre, tal vez un psicólogo, o algún medicamento más. No le sabía nada bien la idea de más narcóticos en el organismo de su madre, pero si eran la única solución…
Con la cabeza entre sus manos, sentada ya en su lugar, se enterró en sus pensamientos. Ni siquiera se había acordado que tenía lengua en su primer período. El revuelo de su mente aumentó, ahora Harry se había entrometido en aquel lío mental.
Ella estaba hecha un desastre esa mañana, estaba cansada, preocupada. Su expresión vacía, pálida, no quería que Harry la viera así. Pero tarde era, el timbre la sobresaltó y junto a él, los pasos del Sr. Styles.
A través de sus dedos lo ojeó. Hablando con un par de alumnos, sonriente. Le envidiaba el hecho de poder darle tan buena cara a la vida. Se enterró de nuevo en sus manos cuando el rizado dio comienzo a la clase.
Ella no sabía si él la miraba, la ignoraba, no sabía. Lo cierto es, que Harry abarcaba una preocupación, inquietud.
¿Qué pasaba con _____? Lo averiguaría después.
-Saquen Romeo y Julieta, por favor – Inquirió. Esperando algún tipo de respuesta por parte de ella.
La morena se incorporó y trató de ponerle su mejor cara a la clase, pero sus facciones denotaban que algo no andaba bien. Harry se percató al instante, y aclaró su mandíbula, ella le miro. En cambio él, Inclinó su cabeza hacia el costado, sin tocar su hombro, con una expresión confundida. Ella negó con una pequeña sonrisa, en gesto de que todo estaba bien.
La clase prosiguió con normalidad, Styles, era quién guiaba la lectura.
-Esos violentos deleites tienen fines violetas, y mueren es su triunfo, como el fuego y la pólvora, que se consumen al besarse.
Con cada pausa, se escuchaba un murmullo por parte del sexo femenino, un “Ahhhhhhh” suspiraban al unisonó. Era inevitable no echar un suspiro al aire, escuchar aquella voz potente, masculina, no hacía más que envolverte en un sin fin de fantasías.
El timbre sonó dando fin a la clase, como animales, salieron todos fuera del salón. _____ imitó el gesto, fallando, cuando una mano se aferró a su brazo, deteniéndola. Se dio vuelta y encontró a la única persona que quedaba en salón. Por inercia y por si acaso, entornó la puerta y fijó su atención en él.
-Hola – Masculló sonriente el rizado.
-Hola – Contestó ella de la misma forma
-¿Qué ha pasado? – Adivinó él. Ella le miró con más intensidad y suspiró.
-Mamá - Comenzó – Ha empeorado repentinamente. Hoy la llevo al hospital…
-_____... – Tendió la mano y la apoyo encima de la de la chica, ambas extendidas en el escritorio - ¿Necesitas algo? – Murmuró. Ella negó con una sonrisa forzada – Quiero ayudarte – Le replicó y se soltó del aferre de su mano al sentir pasos.
-Es imposible así – Rió ella. Delatando la situación – No deberíamos estar aquí – Musitó. Harry sacó un papel y anotó algo de manera fugaz, se lo extendió y la morena le miro con sus brillosos ojitos, y los labios curvados.
-Llámame cuando estés en el hospital, mantenme al tanto – Ella asintió y vio desaparecer de repente por la puerta, sin siquiera decir adiós.
Ahora ella apretaba entre sus dedos aquel papel con el número de Styles, su profesor. Sonrió por dentro y salió del salón, distraída, suspirando…
-¡Madre mía! – La voz chillona entró por sus oídos. De todas las personas rondando, ¿Se tenía que chocar con ella?
-Disculpe – Inquirió, fría como el hielo. – No la vi
-¡Pero por supuesto que no! – Chilló nuevamente, captando la atención del rizado que caminaba a sus espaldas – Atrevimiento de tu parte – Suspiró ofendida.
_____ no hizo más que fulminarla con la mirada. No se percató de la presencia de Harry, sin embargo, Francesca sí.
-Querida – Sonrió con gracia – Ten más cuidado al caminar, no vayas a lastimarte.
¿Qué? Ella no entendía porque de pronto la bipolaridad de Francesca cobraba efecto.
-Sí, claro – Murmuró y se apartó. Enfadadísima, al ver a Harry detrás de ellas. Ahora comprendía todo.
-Las adolescentes… - Suspiró abatida viéndola irse, cuando Harry tomó lugar hacia ella – Uno las trata de la mejor forma y míralo por ti mismo, Harry ¡Una maleducada!
El rizado asintió con indiferencia, _____ los vio a lo lejos. Esto no le pintaba nada bien.
------
No se los volvió a cruzar en el resto del día. No quiso. Por lo menos a ella, Harry no tenía la culpa, debido que, no conocía a Francesca tal cual era.
Al salir del instituto fue por su madre y tomó un taxi que la dejó en el hospital.
-Bien – El Doctor Glyde juntó sus manos apretándolas, tomó aire antes de hablar – Los momentos lucidez comienzan a ser menores.
-¿A qué se refiere? – Preguntó _____, sentada en frente al hombre en su oficina. Mientras su madre, era tratada por un psicólogo.
-Se está consumiendo – Inquirió – Pastillas, cigarros, falta de alimento…
-Tiene que haber algo para detenerlo – Interrumpió ella.
-No es tan fácil. ¿Cuánto lleva con este estilo de vida, cuatro quizás cinco años? – La morena asintió destrozada. – Vamos a internarla – Dijo finalmente.
-¿Internarla? – De los ojos comenzaron a brotar lagrimones, sus pupilas se enrojecían ¿Qué pasará? Glyde asintió levemente.
-Tratamiento intensivo – Replicó después – Quince días, que podrán extenderse.
-¿Y en que la beneficiará?
-Acortaremos los narcóticos. Dependerá de su organismo el tiempo que le tome acostumbrarse – Ella asintió, abatida. – Terapia psicológica – Inquirió – [b style="mso-bidi-font-weight:normal"]Psicóloga cinco días de la semana. Se reciben visitas únicamente los jueves.[/b] – Afirmó finalmente.
Después de intensificar las pautas del tratamiento y finalizar el acuerdo médico, _____ salió al pasillo del hospital con el corazón en la mano. Se sentía perdida, la cabeza le daba vueltas centrífugas.
No tenía apoyo de nada ni nadie, se sentía sola. Se recostó contra una de las paredes blancas y se dejó caer, chocando las rodillas contra su rostro húmedo. Abrió el papel ya arrugado y discó, lo necesitaba.
-¿Aló? – Respiró hondo al escuchar su voz del otro lado de la línea - ¿Hay alguien?
-Harry – Alcanzó a articular, con la voz consumida, arrastró las letras entrecortadas.
-_____ - Le replicó – Dime como ha ido todo…
-Ven – Le interrumpió. No podía aguantar un segundo más. - Por favor - Acabó por quebrarse, Harry se estremeció.
-¿Al hospital? Ya estoy saliendo, en cinco minutos estaré ahí, tranquila.
Fue ella quien cortó y dejó caer su rostro, ni siquiera podía ir a ver a su madre como consuelo, nunca se sintió tan vacía.
----
Llaves, teléfono, dinero. Todo listo. Prendió el coche y condujo hasta el hospital, preocupado, asustado.
Aparcó en el primer lugar que encontró y bajó a paso apurado. Atravesó las puertas y deslumbró a las enfermeras que charlaban distraídamente en la recepción.
-¿Psiquiatría? – Preguntó.
-Buenas tardes – Murmuró una de ellas, las otras rieron. Harry no movió ni media facción. – Psiquiatría – Le repitió la enfermera de no más de veinticinco – Pasillo dos – Señaló y luego le sonrió coquetamente
-Gracias – Replicó al tiempo que atravesaba aquel pasillo, lleno de doctores, puertas que llevaban a múltiples habitaciones, consultorios. Miraba a su alrededor ni rastro de ella.
Una sombra se vio al final del corredor, no una sombra, un cuerpo comprimido contra el suelo. Ni siquiera lo dudó y se echó a correr, recibiendo rezongos de los funcionarios por el paso apurado que llevaba.
Se frenó sobre sus pies al tenerla en frente, ella dejó ver su rostro hermoso, devastado.
-Oh, _____ - La miró desde arriba, como lloraba sin miras de parar - _____. – Repitió.
Sin decir más se dejó caer a su lado y la contuvo fuertemente en sus brazos. Apoyó el mentón sobre su cabello y la apretó contra él. Ella lloraba, trataba de hablar, él de escuchar.
-La internaron, Harry – Musitó – La internaron.
No supo que decirle, sabía que ninguna palabra remediaría la situación.
-Estoy sola – Murmuró después, controlando la respiración.
-No, no lo estás – Le acarició el cabello con una de sus manos, con la otra se encargó que ella no se escapase de su pecho, presionando su espalda con fuerza, afecto – Yo estoy aquí, _____.
Capitulo 11
Lunes, vuelta a clases.
_____ había pasado un fin de semana tranquilo. Había adelantado sus tareas y encargado del aseo completo de la casa. El trabajo de ama de casa pesaba, y más aun con la repentina decaída de su madre, quien no se levantó de la cama, ni se movió. Fue sorpresivo, debido que, ella estaba bien el viernes.
Le llevó comida a toda hora a su cama, rara vez la encontraba despierta. Casi no comió, ni bebió agua, únicamente para sus medicamentos.
El domingo por la noche, se encargó de conseguir una cita con el médico de su madre. Le dieron número para el lunes, por la tarde. Tendría que faltar a la biblioteca, estaba segura que Greta no tendría problema con ello.
El lunes por la mañana llegó con la cabeza hecha un lío, tendría que apurarse para llegar a tiempo al hospital cuando saliese de clases. Esperaba que el doctor le recetara algo más efectivo para su madre, tal vez un psicólogo, o algún medicamento más. No le sabía nada bien la idea de más narcóticos en el organismo de su madre, pero si eran la única solución…
Con la cabeza entre sus manos, sentada ya en su lugar, se enterró en sus pensamientos. Ni siquiera se había acordado que tenía lengua en su primer período. El revuelo de su mente aumentó, ahora Harry se había entrometido en aquel lío mental.
Ella estaba hecha un desastre esa mañana, estaba cansada, preocupada. Su expresión vacía, pálida, no quería que Harry la viera así. Pero tarde era, el timbre la sobresaltó y junto a él, los pasos del Sr. Styles.
A través de sus dedos lo ojeó. Hablando con un par de alumnos, sonriente. Le envidiaba el hecho de poder darle tan buena cara a la vida. Se enterró de nuevo en sus manos cuando el rizado dio comienzo a la clase.
Ella no sabía si él la miraba, la ignoraba, no sabía. Lo cierto es, que Harry abarcaba una preocupación, inquietud.
¿Qué pasaba con _____? Lo averiguaría después.
-Saquen Romeo y Julieta, por favor – Inquirió. Esperando algún tipo de respuesta por parte de ella.
La morena se incorporó y trató de ponerle su mejor cara a la clase, pero sus facciones denotaban que algo no andaba bien. Harry se percató al instante, y aclaró su mandíbula, ella le miro. En cambio él, Inclinó su cabeza hacia el costado, sin tocar su hombro, con una expresión confundida. Ella negó con una pequeña sonrisa, en gesto de que todo estaba bien.
La clase prosiguió con normalidad, Styles, era quién guiaba la lectura.
-Esos violentos deleites tienen fines violetas, y mueren es su triunfo, como el fuego y la pólvora, que se consumen al besarse.
Con cada pausa, se escuchaba un murmullo por parte del sexo femenino, un “Ahhhhhhh” suspiraban al unisonó. Era inevitable no echar un suspiro al aire, escuchar aquella voz potente, masculina, no hacía más que envolverte en un sin fin de fantasías.
El timbre sonó dando fin a la clase, como animales, salieron todos fuera del salón. _____ imitó el gesto, fallando, cuando una mano se aferró a su brazo, deteniéndola. Se dio vuelta y encontró a la única persona que quedaba en salón. Por inercia y por si acaso, entornó la puerta y fijó su atención en él.
-Hola – Masculló sonriente el rizado.
-Hola – Contestó ella de la misma forma
-¿Qué ha pasado? – Adivinó él. Ella le miró con más intensidad y suspiró.
-Mamá - Comenzó – Ha empeorado repentinamente. Hoy la llevo al hospital…
-_____... – Tendió la mano y la apoyo encima de la de la chica, ambas extendidas en el escritorio - ¿Necesitas algo? – Murmuró. Ella negó con una sonrisa forzada – Quiero ayudarte – Le replicó y se soltó del aferre de su mano al sentir pasos.
-Es imposible así – Rió ella. Delatando la situación – No deberíamos estar aquí – Musitó. Harry sacó un papel y anotó algo de manera fugaz, se lo extendió y la morena le miro con sus brillosos ojitos, y los labios curvados.
-Llámame cuando estés en el hospital, mantenme al tanto – Ella asintió y vio desaparecer de repente por la puerta, sin siquiera decir adiós.
Ahora ella apretaba entre sus dedos aquel papel con el número de Styles, su profesor. Sonrió por dentro y salió del salón, distraída, suspirando…
-¡Madre mía! – La voz chillona entró por sus oídos. De todas las personas rondando, ¿Se tenía que chocar con ella?
-Disculpe – Inquirió, fría como el hielo. – No la vi
-¡Pero por supuesto que no! – Chilló nuevamente, captando la atención del rizado que caminaba a sus espaldas – Atrevimiento de tu parte – Suspiró ofendida.
_____ no hizo más que fulminarla con la mirada. No se percató de la presencia de Harry, sin embargo, Francesca sí.
-Querida – Sonrió con gracia – Ten más cuidado al caminar, no vayas a lastimarte.
¿Qué? Ella no entendía porque de pronto la bipolaridad de Francesca cobraba efecto.
-Sí, claro – Murmuró y se apartó. Enfadadísima, al ver a Harry detrás de ellas. Ahora comprendía todo.
-Las adolescentes… - Suspiró abatida viéndola irse, cuando Harry tomó lugar hacia ella – Uno las trata de la mejor forma y míralo por ti mismo, Harry ¡Una maleducada!
El rizado asintió con indiferencia, _____ los vio a lo lejos. Esto no le pintaba nada bien.
------
No se los volvió a cruzar en el resto del día. No quiso. Por lo menos a ella, Harry no tenía la culpa, debido que, no conocía a Francesca tal cual era.
Al salir del instituto fue por su madre y tomó un taxi que la dejó en el hospital.
-Bien – El Doctor Glyde juntó sus manos apretándolas, tomó aire antes de hablar – Los momentos lucidez comienzan a ser menores.
-¿A qué se refiere? – Preguntó _____, sentada en frente al hombre en su oficina. Mientras su madre, era tratada por un psicólogo.
-Se está consumiendo – Inquirió – Pastillas, cigarros, falta de alimento…
-Tiene que haber algo para detenerlo – Interrumpió ella.
-No es tan fácil. ¿Cuánto lleva con este estilo de vida, cuatro quizás cinco años? – La morena asintió destrozada. – Vamos a internarla – Dijo finalmente.
-¿Internarla? – De los ojos comenzaron a brotar lagrimones, sus pupilas se enrojecían ¿Qué pasará? Glyde asintió levemente.
-Tratamiento intensivo – Replicó después – Quince días, que podrán extenderse.
-¿Y en que la beneficiará?
-Acortaremos los narcóticos. Dependerá de su organismo el tiempo que le tome acostumbrarse – Ella asintió, abatida. – Terapia psicológica – Inquirió – [b style="mso-bidi-font-weight:normal"]Psicóloga cinco días de la semana. Se reciben visitas únicamente los jueves.[/b] – Afirmó finalmente.
Después de intensificar las pautas del tratamiento y finalizar el acuerdo médico, _____ salió al pasillo del hospital con el corazón en la mano. Se sentía perdida, la cabeza le daba vueltas centrífugas.
No tenía apoyo de nada ni nadie, se sentía sola. Se recostó contra una de las paredes blancas y se dejó caer, chocando las rodillas contra su rostro húmedo. Abrió el papel ya arrugado y discó, lo necesitaba.
-¿Aló? – Respiró hondo al escuchar su voz del otro lado de la línea - ¿Hay alguien?
-Harry – Alcanzó a articular, con la voz consumida, arrastró las letras entrecortadas.
-_____ - Le replicó – Dime como ha ido todo…
-Ven – Le interrumpió. No podía aguantar un segundo más. - Por favor - Acabó por quebrarse, Harry se estremeció.
-¿Al hospital? Ya estoy saliendo, en cinco minutos estaré ahí, tranquila.
Fue ella quien cortó y dejó caer su rostro, ni siquiera podía ir a ver a su madre como consuelo, nunca se sintió tan vacía.
----
Llaves, teléfono, dinero. Todo listo. Prendió el coche y condujo hasta el hospital, preocupado, asustado.
Aparcó en el primer lugar que encontró y bajó a paso apurado. Atravesó las puertas y deslumbró a las enfermeras que charlaban distraídamente en la recepción.
-¿Psiquiatría? – Preguntó.
-Buenas tardes – Murmuró una de ellas, las otras rieron. Harry no movió ni media facción. – Psiquiatría – Le repitió la enfermera de no más de veinticinco – Pasillo dos – Señaló y luego le sonrió coquetamente
-Gracias – Replicó al tiempo que atravesaba aquel pasillo, lleno de doctores, puertas que llevaban a múltiples habitaciones, consultorios. Miraba a su alrededor ni rastro de ella.
Una sombra se vio al final del corredor, no una sombra, un cuerpo comprimido contra el suelo. Ni siquiera lo dudó y se echó a correr, recibiendo rezongos de los funcionarios por el paso apurado que llevaba.
Se frenó sobre sus pies al tenerla en frente, ella dejó ver su rostro hermoso, devastado.
-Oh, _____ - La miró desde arriba, como lloraba sin miras de parar - _____. – Repitió.
Sin decir más se dejó caer a su lado y la contuvo fuertemente en sus brazos. Apoyó el mentón sobre su cabello y la apretó contra él. Ella lloraba, trataba de hablar, él de escuchar.
-La internaron, Harry – Musitó – La internaron.
No supo que decirle, sabía que ninguna palabra remediaría la situación.
-Estoy sola – Murmuró después, controlando la respiración.
-No, no lo estás – Le acarició el cabello con una de sus manos, con la otra se encargó que ella no se escapase de su pecho, presionando su espalda con fuerza, afecto – Yo estoy aquí, _____.
kathy styles
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por ||Hazzy|| Vie 28 Jun 2013, 1:03 pm
oooooooooo pobre rayis su mamama porfa siguelaaaaaaaa
||Hazzy||
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por kathy styles Vie 28 Jun 2013, 1:24 pm
Capitulo 12
-¿Puede al menos despedirse? – Harry era quien hablaba con el doctor Glyde ahora, mientras _____ reposaba en una de las tantas sillas del hospital.
-Muy breve – Replicó él.
Con una media sonrisa, Harry se acercó de nuevo a la morena que ya había tomado normalidad, digiriendo la situación, dejándose llevar por la idea de que todo era para mejor.
Cuando lo vio acercarse le dedicó otra sonrisa, más tranquila. Harry hizo ademán de que se levantara y ella obedeció.
-¿Estás segura? A lo mejor debería comenzar el tratamiento sin ningún otro choque emocional – Inquirió él, enroscando su cabello entre sus dedos.
-Hay cosas que aclarar, Harry. Recuerda que ella es mi madre y la de Lía, a lo mejor quiere organizar esta situación a su manera – Suspiró, y le pasó por alado.
Se dio media vuelta para verla desaparecer en aquel extenso pasillo, tan decidida pero asustada.
Se sentó en el asiento que hace dos segundos había ocupado _____. Cerró los ojos procurando relajarse un poco, quizás no debería tensarse por una situación ajena. O quizás ya no pensaba que se tratase de algo ajeno a él. ¿Por qué de pronto la preocupación? No lo sabía, no con certeza. Pero si de algo no tenía dudas, era que no iba a dejarla sola, ni un segundo.
Una cálida mano recorrió su rostro con ternura, sintió una yema acariciar desde su mejilla hasta su mentón, un suspiro escapó de su boca. Entreabrió los ojos, despacio, la oscuridad culminaba y un paisaje borroso tomó lugar. Con más claridad los abrió completamente dejando ver a una bellísima _____, parada justo en frente a él.
-Harry – Rió ella. Aun había lágrimas en sus ojos, pero el llanto había cesado.
- ¿Me quedé dormido? - Murmuró sin dejar de verla, y sentir un frío tomar lugar donde ella segundos antes tenía posada su mano. _____ asintió con gracia. - ¿Cuánto tiempo pasó?
-Como cuarenta minutos – Le miró – Y tú necesitas descansar. – Las ojeras resaltaban en su cara, era obvio que se caía de sueño pero aun así no estaba listo para dejar a _____ sola.
Negó deliberadas veces – No aun – Sonrió y se paró - ¿Cómo ha ido?
-Bien – Musitó ella – Haremos que funcione.
-¿Y ahora? ¿Qué sigue? – Inquirió Harry.
-Yo iré a buscar a Lía al jardín y tú te irás a tu apartamento. – El rizado negó divertidos.
-Vamos por tu hermana – Sonrió.
Y sin decir más la metió a cariñosos empujones al auto, hasta que ella aceptó su compañía. _____ quería tenerlo a su lado cada segundo de lo que quedase el día, quería sentirse acompañada. Pero no quería molestarlo, las voces volvieron a hablar dentro de ella “Profesor, alumna.” Se sacudió en el vehículo tratando de liberarse de aquellos pensamientos, que al fin y al cabo eran verdaderos. Harry atendía al tráfico mientras ella le indicaba donde ir.
Una vez estacionado frente al jardín, pudo ver desde la ventana a su pequeña hermana jugando en el patio delantero, sonriente. No tenía ni idea de lo que estaba sucediendo. _____ maldijo en voz baja y cerró sus ojos con fuerza, no sabía que palabras usar, por dónde empezar.
-No puedo… - Murmuró, sintiendo como sus ojos volvían a aguarse.
Harry se estremeció de solo verla quebrarse de nuevo, no iba a permitirlo.
-Escucha, _____ - Se giró para mirarla a los ojos – Has pasado por mucho, lo se. Nunca nadie te dijo las cosas con delicadeza, como debían ser dichas. – Suspiró – Hazle el favor a tu hermana y no dejes que le pase lo mismo, no lo permitas.
La morena tragó saliva.
-Dile la verdad, y dale todo tu cariño, lo necesitará – Inquirió, sonando tan firme y serio que a _____ se le puso la piel de gallina. Tenía razón, no iba a dejar que su hermana cayera en el mismo dolor que ella tuvo cuando su padre se fue. Nunca nadie la abrazó, nunca nadie le prometió que todo estaría bien. Fue ella quien contuvo a su madre y siguió de frente con la vida. - Sólo dale una figura fuerte a la cual recurrir, en quien apoyarse.
Una mano temblorosa jaló el picaporte, abrió con lentitud la puerta y el aire del exterior chocó contra ella. Le dedicó una mirada a Harry antes de bajar, él con su encanto le miró con ojos perdidos, conmocionados. Finalmente salió.
Lía corrió a ella en cuanto la vio.
-¡_____! – Se arrojó a sus brazos, la morena intentó poner su mejor cara.
-Linda, hoy vamos temprano a casa – Le sonrió. La pequeña le miró extraño.
-¿Por qué? ¡Quiero quedarme a jugar! – Protestó.
-Mañana vuelves, hoy jugaremos en casa – La tomó entre brazos y se despidió de las maestras de Lía. La niña saludó con su manito a sus amigos.
Se extrañó más cuando subió a un auto desconocido, con otro desconocido sentado en asiento delantero. Lía contaba con la misma astucia que su hermana mayor y le dedicó una mirada asustada a la morena cuando le abrochó el cinturón en el asiento trasero.
-_____ ¿Quién es? – Se metió un dedo en la boca avergonzada. Su hermana rió y besó su frente.
-Él es Harry, es mí… - Se quedó pensando ¿Profesor? ¿Conocido?
-Amigo – Interrumpió él, dando vuelta para mirar a la pequeña – Hola Lía, me llamo Harry. – Sonrió. Se veía tan hermoso, _____ se controló de no comerle los labios en el momento.
-¿Te gustan las princesas? – Le replicó ella tímida.
-Sí, me gustan – Prosiguió él con extrema tranquilidad en su voz, mientras _____ se acomodaba nuevamente en el asiento de copiloto – Tú pareces una.
La pequeña sonrió con gracia ¡si Harry era todo un príncipe azul! Puso el auto en marcha y en el camino se la pasó hablando con Lía, quien tomó confianza rápido. _____ fue incapaz de emitir sonido, los nervios la comían viva. Estaban a punto de llegar y Lía no encontraría a su madre en casa.
Una vez aparcado el auto, los tres bajaron. _____ no le protestó a Harry el hecho de que aun se mantuviera al margen de la situación, le necesitaba, necesitaba hablar con alguien, que la contenga, que la abrazase.
El cerrojo giró, la puerta abierta y una casa oscura. _____ se encargó de prender las luces, Lía salió disparada, probablemente a ver a su madre. La morena se tensó al sentarse en el sofá café de la sala, él la siguió y le pasó el brazo por la espalda. Ambos se esperaban lo peor.
-¿Mami? – Se oyó una voz al final del pasillo - ¿Mami? – Repitió. Los pasos se oyeron cada vez más cerca hasta que a sus pies se encontraba una pequeña confusa - ¿Dónde esta mamá? – Preguntó después.
_____ tragó saliva, tenía que hablar.
-¿Por qué no te pones la pijama, cariño? – Le tomó la mano – Yo te acompaño.
Se la llevó hasta la habitación sin darle tiempo de hablar, la cambió rápidamente y la metió en su cama.
-Quiero dormir con Roco – Dijo. _____ le alcanzó el perro de peluche y ella lo abrazó con fuerza - ¿Dónde está mamá?
La morena se sentó en el borde de la cama y le miró con ternura, debía ser fuerte.
-Lía… - Suspiró - ¿Recuerdas que mami no ha estado sintiéndose bien? – Con una manta cubriendo hasta su boca asintió. – Bien. – Suspiró – Ahora la están cuidando para que pueda volver lo más pronto con nosotras. Y cuando regrese, podrás jugar el día entero con ella, incluso podremos salir a pasear las tres – Sonrió, su hermanita también.
-¿Cuándo vuelve?
- No lo se, pero podrás visitarla – Dijo cuando dejó un beso en su frente.
-¿Pero tu te quedas? – Un tono de desentendimiento en la voz de la pequeña la mataba, no comprendía, no podía, era muy pequeña.
-¡Mi vida! Claro que yo me quedo. Ahora tienes que dormir, mañana estarás de regreso para jugar con tus amigos – Sonrió – Te quiero, Lía.
-Yo también – Contestó cerrando los ojos.
Le dio un último beso de buenas noches y dejó encendida su pequeña lámpara rosa, para que no tuviera miedo.
Harry la vio acercarse por el pasillo en silencio, la miró callado, expectante de que ella hablara primero.
-Se lo ha tomado bien, por ahora… – Dijo _____ con una sonrisa de oreja a oreja y echó a abrazar a Harry con todas sus fuerzas.
-Te dije que podías hacerlo – Le sonrió, recibiendo la calidez de la chica.
-Gracias – Suspiró ella después separándose. De repente sintió un cariño incontrolable salir de ella, se limitó a acariciar su mejilla – Has sido… Incondicional – Agregó después.
-Sentí la necesidad de estar contigo, perdón, siento la necesidad de acompañarte. – Le tomo la mano que yacía en su mejilla, entrelazándola a la altura de sus hombros – Tal vez esté loco, pero sentí algo cuando te conocí. Aquí – Le inspiró, con su voz melódica. Colocó la mano de la morena sobre su corazón – Y con cada día contigo, ha empezado a latir más y más fuerte. Casi ni lo controlo – Rieron - ¿Estoy loco? – Cuestionó después en voz alta.
-Si estás loco... – Dijo ella – Entonces yo también. Porque desde el primer día de clases, no he dejado de pensar en ti… - Suspiró. Las palabras hicieron que Harry se elevase por lo menos cien metros y sintió que tocaría el cielo en aquel momento. -¿Me permitirías cometer un grave error? – Señaló sus labios – ¿Del que probablemente me arrepentiré?
_____ sintió que perdía la cordura, pero ¡Aquella confesión de parte de él! No podía posponer más lo que para ella era inevitable, las ganas de explorarlo entero podían más que ella.
Harry sintió una corriente eléctrica, _____, su alumna, estaba insinuando besarlo. La situación se le va de las manos, esto ya sobrepasó cualquiera de sus límites, pensó. ¿A quién quería engañar? Su mente ya había pasado el límite hace semanas.
-Que me valga el arrepentimiento – Susurró el rizado y terminó por acortar la distancia. En menos de dos segundos, la piel de los labios de _____ encajó en la de Harry.
kathy styles
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por kathy styles Vie 28 Jun 2013, 1:34 pm
Capitulo 13
En cuanto rozó los labios de la morena, un hormigueo le recorrió de pies a cabeza. Era tan suave, fina, delicada como la porcelana. Sus labios se movieron sobre los de ella y por inercia sostuvo su cintura, apegándola más a él. _____ no se quedó quieta, de pronto pisaba el cielo. Enroscó sus dedos entre los rizados cabellos de Harry y atrajo sus labios aun más, deseando obtener más de él. Y así lo hizo, fue él quien intensificó el beso dando paso a su lengua.
No podían negarlo, ambos se lo estaban pasando de maravilla, ni miras tenían de detenerse. Los jadeos entrecortados surgieron de parte de _____ cuando con suma confianza, Harry le acarició la cadera por debajo de su holgada camiseta, dando contacto a su piel. Sus manos no parecían querer detenerse, le pedían que subiera, pero aun así se controló. Se limitó a generar una fuerza cálida, unos masajes estremecedores a los lados de su abdomen.
Sin embargo ninguno le perdió la atención al juego de sus labios, se estaban explorando por completo, sus lenguas se entrelazaban de manera cariñosa, posesiva. El beso se tornó violento y apasionado, y poco a poco, cayeron en el sofá nuevamente.
_____ se acomodó suavemente en su regazo, y él se afirmó a uno de sus mulos para continuar besándola de una manera exquisita, dejándola suspirando entre medio.
Se separaron para tomar un respiro, se miraron a los ojos. Ambos exhalaban entrecortadamente, no decían nada, no sabían que decir, ni que estaba pasando.
_____ podía evidenciar el susto en los ojos de Harry, la inseguridad. La manera leve en que fruncía los labios preocupados, sin razón. Ella intentó simular calma, y con las manos aun rodeando su nuca, su cabello, le sonrió.
-No estás haciendo nada malo – Suspiró – Es lo que sentimos, es inevitable, Harry.
-No es eso… - Revoleó su cabeza – Nos estamos equivocando, yo me equivoqué…
-No – Negó ella interrumpiendo sus palabras – ¿Por qué no puede ser real lo que sentimos?
-Porque soy tu profesor, _____ - Suspiró, desviando la mano que ocupaba antes la pierna de la morena - ¿Sabes lo que significa? – Ella asintió, con la mirada gacha – Entonces comprendes porque me equivoqué.
-¿Qué hay de aquello especial que hace minutos sentiste al conocerme? – Se levantó del sofá, de repente, Harry le daba vueltas a las palabras, a los sentidos.
-Es así, _____. ¡Maldición, si me gustas, mucho! – Sostuvo su frente con la palma de su mano, echando sus rizos hacia atrás – Pero nuestros roles no permiten que nada pase entre nosotros… No lo permiten. – Casi susurró. – Desearía haberte conocido antes...
-Pero yo no quiero dejarte ir – Soltó _____, una voz tan dulce como la de ella no podía ser ignorada por Harry, aunque quisiera, no. – En menos de dos semanas, te me has hecho indispensable – Suspiró – Nunca nadie me cuidó tanto apenas me conoció.
No iba a romper en llanto, pero la hinchazón en sus ojos volvió, le era inevitable. ¿Cómo es que aquello que hace tan pocos minutos era perfecto se desmoronaba? Sabía de antemano que nada de esto era un cuento de hadas, pero aun así se había dejado flotar un poco en la nube del Styles. ¿Por qué no? Él era todo lo que ella no se dio cuenta que buscaba, su estabilidad, y de pronto, se lo arrebataban, el mismo se arrebataba.
Harry miró el reloj con extremada arrogancia, no quería irse, quería abrazarla, acurrucarla hasta que se durmiese, besarla, tocarla. ¡Dios! La tentación lo cegaba. Pies a Tierra, se repitió. Se contuvo a mirarla a los ojos, si lo hacía, probablemente perdería la cordura y acabaría haciéndola suya en ese mismo sofá, le confesaría cuanto le atraía, cuanto pensaba en ella a diario. No, Harry, no, detente.
-Es tarde – Inquirió. – Tengo que irme.
La morena asintió débil, y él la siguió hasta la puerta.
-¿Así nada más? ¿Te irás? – Musitó, parada en el margen.
-No quiero causarnos problemas. Por favor, no lo hagas difícil.
-Tú lo haces difícil. Me besas, me contienes y… ¿Te vas? – Enfatizó, con un tono de ira mezclado con tristeza.
-Hablaremos luego – Se limitó a responderle. Y salió de la casa, obligándose a no dar vuelta para mirarla. Parada junto a la puerta, expectante, brillando como la luna.
-¡Mierda! – Golpeó el volante una vez dentro del auto. - ¿Qué me has hecho, _____? – Murmuró después.
Ni siquiera cenó al llegar al departamento, se quitó la ropa y se acostó en bóxer, como solía hacer. No quería ni imaginarse como estaría _____ ahora, vulnerable, triste, desconsolada. La actitud de Harry había vuelto a quebrajarla, pero el rizado no podía permitirse poner en riesgo su profesión, su trabajo y mucho menos ponerla en riesgo a ella como estudiante.
Las ganas de correr a su casa nuevamente no faltaron. Trató de idearse planes para poder sacar adelante la situación, no quería olvidarse de ella. Pero aun así debía. Al otro día la vería nuevamente, en clase…
Para _____ la situación no era distinta, se le habían quitado las ganas de todo. Se le dificultaba comprender el porqué de que Harry Styles de pronto se hubiera hecho tan presente en su vida, tan necesario. Apretó su cara contra la almohada dejando que sus lágrimas la empapasen. Aun así, no podía olvidar lo feliz que fue minutos antes, la sensación de un cosquilleo tremendo cuando él la rozó. Sus labios, eso sí que sería algo que no olvidaría. La manera en que la besó y de pronto el mundo había quedado detrás. Se enfureció de solo pensar en la actitud de Harry, como se fue tan deprisa, preocupado.
Al fin y al cabo él tenía razón, estaba arriesgando mucho.
Se decidió. Lo dejaría en paz, es lo menos que podía hacer después de que la ayudara tanto. Sería egoísta si lo siguiese provocando en contra de la voluntad de Harry, estaba prohibida su situación y las consecuencias serían más graves para él que para ella. Mañana sería un día como otro, y Harry Styles, sería un profesor como otros.
kathy styles
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por kathy styles Vie 28 Jun 2013, 1:47 pm
Capitulo 14
Aquella noche, _____ no había pegado un ojo. Se levantó cientos de veces, paseó por la casa, ordenó, se recostó sobre la puerta para ver a Lía dormir. Nada funcionaba, el sueño no llegaba a ella.
Como una pequeña lámpara encendida en su cerebro, recordó lo que su madre le había pedido al despedirse ¡Rayos! ¿Cómo se le pudo haber olvidado? Claras estaban las razones del por qué, sacudió su cabeza para evitar que el nombre del rizado se interpusiera en sus asuntos.
Cogió el teléfono y del cajón de su madre, sacó la libreta de números familiares. Rió sarcásticamente a lo bajo cuando pasó una página con el número de su padre, ni en sus sueños. Lo que en realidad ella buscaba era el número de la hermana de su madre, Beth.
La tía Beth siempre fue una mujer complicada. Protestona como nadie, de rasgos más masculinos que femeninos, era la adoración de _____ cuando era pequeña. Debido al poco interés que Beth causaba en los hombres, no había tenido chance de casarse, ni mucho menos, formar una familia. Por eso cuando _____ llegó al mundo, todo su universo giró entorno de la pequeña.
La amaba, era una segunda madre. Le complacía todos sus caprichos y la mimaba de la forma que su madre nunca hizo. Pero el mundo cayó abajo, cuando a Beth, le ofrecieron un trabajo en las afueras de la ciudad, se había ido lejos, a la ciudad de Chester. Allí se estableció como jueza de la corte más prestigiosa de la ciudad.
A _____, el asunto le rompió el corazón. Solo tenía siete años cuando ella se marchó, y ante la separación, las visitas se hicieron cada vez menos. Para _____ fue como un abandono. La última vez que la vio fue cuando tenía quince, dos años antes. Beth conoció a Lía y quedó encantada, prometió visitarlas más seguido, pero su trabajo se lo impedía con más frecuencia.
Ahora _____ le necesitaba, de seguro Beth no estaba enterada de la recaída de su hermana. Discó su número pasadas las dos de la madrugada, no le importó, era un tema urgente.
-¿Diga? – La voz ronca de una mujer de cincuenta años se escuchó del otro lado del tubo.
-¿Beth? Soy _____.
Un diluvio de emoción entró en la mujer mayor, habían intercambiado varios e-mails en los últimos meses, contándose de vaga manera como iban sus vidas, pero ¿Escuchar su voz? ¿La voz de su pequeña _____? Eso no había ocurrido en dos años, dos largos años.
Se saludaron de manera cariñosa, manteniendo la normalidad, como si nunca se hubieran distanciado. Era hora de contarle la situación, y _____ tomó un respiro antes de hablar.
-¿Internada? ¿Cuándo ha decaído?
-Hace dos días – Suspiró – No sé qué haré. No puedo ocuparme de todo, trabajo, instituto, Lía. Es todo un desorden, por eso mamá pidió que te llamara.
-¡Niña! – Resopló - ¿Por qué no me habías dicho antes?
-No lo sé, todo paso demasiado rápido, creo.
-Mi jubilación llegará la semana entrante ¿Sabías? - _____ negó como si ella fuese a verla – Cogeré el primer vuelo a Port Buoyant, de eso estate segura.
-¿Lo harías?
-¡Por supuesto! Quiero ver a tu madre cuánto antes y más a ustedes dos. Iba a llamarlas pero no quería ilusionar a nadie hasta que mi jubilación no llegara.
-Beth… No sabes el peso que me has quitado de encima – Se relajó la morena, echándose sobre el sofá donde horas antes, estaban ella y Harry.
Siguieron hablando un rato más, poniéndose al tanto de todo. Por supuesto _____ no le mencionó nada del asunto Styles, era algo que no le diría a nadie.
Se acostó a las cuatro de la madrugada, con un alivio enorme, una sensación de paz. Cerró los ojos y durmió tres horas, cuando menos se lo esperó, el despertador ya le indicaba que la hora de sueño había acabado.
¡Diablos! Lo había olvidado, Lía entraba al jardín más tarde que ella. Tendría que faltar a su primer período para llevarla. Daba la coincidencia que su primera clase del martes, era lengua. Esta vez no evitó que la imagen de Harry entrara en su cabeza, y junto a ella, lo sucedido la noche pasada. ¿Cómo se comportaría con él en clase? Después de aquel el rechazó que él le causó, así como si nada, como si fuese un bipolar.
No sabía que sentía, había enojo, una rabieta mínima. No podía creer como el hombre tan maduro que Harry Styles había demostrado ser, se esfumaba ante aquella atracción. Qué cobarde, pensó. Inclusive ella era más valiente que él, tenía más coraje. Debería sentirse avergonzado. Pero el sentimiento de tristeza también acaparaba una gran parte de su corazón, se había ilusionado, y, por alguna razón, sabía que las cosas no habían terminado allí.
---
Harry tragó saliva antes de pisar el instituto. Se pasó la noche decidiendo, pensando si se había arrepentido o no de haber cortado el momento. Lo obvio era, que su cabeza decía que sí, y su corazón que no. ¿Quién tenía la razón? Como si fuese a saberlo.
Estaba nervioso, pero quería verla. Quería que aquellos ojitos lo iluminaran una vez más, quería escuchar su voz. ¡Este chico era un verdadero bipolar! El mismo se asustó de sus pensamientos, no podía sacarla de su cabeza, ni quería.
El timbre sonó. Hora de entrar a clase.
Harry buscó no cruzarse con nada ni nadie conocido, a pasos acelerados, cruzó el pasillo con la mirada en el suelo y al llegar a la puerta, suspiró.
Todos estaban en la clase. Llegó al escritorio, dejó sus cosas y se sentó. Fijó su mirada al frente antes de hablar, paseó sus ojos por el cuarto, había asientos vacíos, como de costumbre. Pero uno en especial ¿Dónde estaba _____?
Temió que algo hubiera ocurrido. Miles de hipótesis de formularon en su mente, pero se dejó llevar por una: Ella estaría enfadada. La comprendía, el mismo sabía que se había comportado como un idiota la noche anterior. No culpó que ella no estuviera allí para mirarlo con los mismos ojos con los que ayer se habían mirado, ni hablarle con la misma boca con la que ayer se habían besado. ¡Argh! Comenzaba a arrepentirse de su decisión. Si no se hubiera marchado tan repentinamente, ella estaría allí, y a lo mejor la noche anterior, hubieran hecho el amor.
-¿Qué tal… - Comenzó a hablar – si hoy hacen una síntesis de lo que hemos avanzado en la lectura?
Sus estudiantes asintieron, pero faltaba alguien por asentir, _____. Le hacía falta en su clase, y al no tenerla allí se dio cuenta, que en realidad cada clase hablaba para ella.
En sus cuadernos comenzaron a escribir, Harry se echó contra el respaldo de la silla y resopló por lo bajo. Quería verla, lo iba a hacer.
[b style="mso-bidi-font-weight:normal"]-¡Martes!-[/b] Casi susurró con una sonrisa. Los alumnos que se sentaban adelante lo miraron, raro. Se encogió de hombros.
-Sí Sr Styles, es martes – Rió uno de ellos. Harry asintió avergonzado y se volvió a sus pensamientos.
Hoy tenía que llevar a Ben a la biblioteca. Con... con _____. Suspiró y pensó que le diría, como actuaría, como hacer que la escuchara. Pero ni él sabía que decirle, si lo único que tenía claro es que no la quería apartar de su camino ¿En qué pensaba? ¿Relación a escondidas? Negó levemente con la cabeza. No sabía qué hacer.
El timbre de salida lo sacó de sus ideas, tenía que cambiar de salón. Se despidió de sus estudiantes y cuando menos lo esperó, la vio cruzar la puerta principal. Aquella fina figura andaba de par en par, moviéndose con su típica dulzura, sus cabellos sueltos, siempre perfumado. Se recargó contra la pared del pequeño pasillo que guiaba a su salón, esperando a que ella apareciese. No lo vería, la tomaría de sorpresa, para que no se escape.
La montonera de jóvenes se dirigió a su recreo y por fin el apretado pasillo vacío. Una sombra indicando una figura que se acercaba apareció, aclaró su garganta con cierto estado de nervios.
-_____... – Susurró cuando la figura apenas se mostró.
-¿_____? – Esa no era su voz, ni su apariencia. - ¿Qué _____? – Terminó por adentrarse completamente al pasillo.
-Oh – Suspiró él, decepcionado. – No, Francesca. Creí que eras otra persona.
-¿Por qué buscabas a _____? De seguro la castigarás ¿No? – Resopló, Harry negó divertido.
-¿Castigarla?
-Sí – Espetó – Como tantas jovenzuelas de aquí, es otra mal educada. – Bufó – Como si la apariencia de angelito fuera a engañarme – Rió.
-¿Mal educada? En mi clase parece bastante serena – Se desordenó el pelo.
-No me has contestado, Harry ¿Por qué la buscabas?
-Ah, sí – Murmuró nervioso – Porque… - Pausó.
-Porque… - Apresuró la italiana.
-¡Porque me alcanzará una tarea que tiene atrasada! – Exclamó.
-Que desastre ¿Atraso de tareas? ¿En la segunda semana de clases? A esa niña le irá mal – Se burló – Deberías considerar bajar puntos por tareas atrasadas, Harry, yo siempre lo hago – El rizado asintió. – Por cierto… No olvides lo del viernes que...
Y antes de que Francesca pudiera terminar la frase, otra persona se sumó al pasillo, la persona que había estado esperando. Los dos se dieron vuelta para verla, allí, _____ fijaba su vista en Harry.
-Oh, lo siento – Farfulló la morena – No quise interrumpir – Agregó después.
-No, _____... – Quiso detenerla Harry, pero ella ya se había dado vuelta, alejándose de ellos.
-Déjala – Interrumpió Francesca – Que te entregue la tarea después.
-Sí, eso – En ese momento quería arrancarla de su camino, esto no le causaría más que problemas. – Me tengo que ir, tengo que dar clase.
La dejó allí parada, de brazos cruzados.
Se dirigió a su siguiente clase, pero en el camino lo único que buscaba era a _____. No la encontraría, se había metido en el baño. Sin éxito alguno, se metió en su clase, no podía llegar tarde.
El período de trabajo concluyo dejándolo agotado. Pero tenía que renovar energías, puesto que, en ese mismo momento se dirigía a la biblioteca. La enfrentaría, sin saber cómo.
Bueno chicas, espero que les haya gustado el mini maraton, le ubire mas, creo en las proximas dos horas
xx'-Kathy
Aquella noche, _____ no había pegado un ojo. Se levantó cientos de veces, paseó por la casa, ordenó, se recostó sobre la puerta para ver a Lía dormir. Nada funcionaba, el sueño no llegaba a ella.
Como una pequeña lámpara encendida en su cerebro, recordó lo que su madre le había pedido al despedirse ¡Rayos! ¿Cómo se le pudo haber olvidado? Claras estaban las razones del por qué, sacudió su cabeza para evitar que el nombre del rizado se interpusiera en sus asuntos.
Cogió el teléfono y del cajón de su madre, sacó la libreta de números familiares. Rió sarcásticamente a lo bajo cuando pasó una página con el número de su padre, ni en sus sueños. Lo que en realidad ella buscaba era el número de la hermana de su madre, Beth.
La tía Beth siempre fue una mujer complicada. Protestona como nadie, de rasgos más masculinos que femeninos, era la adoración de _____ cuando era pequeña. Debido al poco interés que Beth causaba en los hombres, no había tenido chance de casarse, ni mucho menos, formar una familia. Por eso cuando _____ llegó al mundo, todo su universo giró entorno de la pequeña.
La amaba, era una segunda madre. Le complacía todos sus caprichos y la mimaba de la forma que su madre nunca hizo. Pero el mundo cayó abajo, cuando a Beth, le ofrecieron un trabajo en las afueras de la ciudad, se había ido lejos, a la ciudad de Chester. Allí se estableció como jueza de la corte más prestigiosa de la ciudad.
A _____, el asunto le rompió el corazón. Solo tenía siete años cuando ella se marchó, y ante la separación, las visitas se hicieron cada vez menos. Para _____ fue como un abandono. La última vez que la vio fue cuando tenía quince, dos años antes. Beth conoció a Lía y quedó encantada, prometió visitarlas más seguido, pero su trabajo se lo impedía con más frecuencia.
Ahora _____ le necesitaba, de seguro Beth no estaba enterada de la recaída de su hermana. Discó su número pasadas las dos de la madrugada, no le importó, era un tema urgente.
-¿Diga? – La voz ronca de una mujer de cincuenta años se escuchó del otro lado del tubo.
-¿Beth? Soy _____.
Un diluvio de emoción entró en la mujer mayor, habían intercambiado varios e-mails en los últimos meses, contándose de vaga manera como iban sus vidas, pero ¿Escuchar su voz? ¿La voz de su pequeña _____? Eso no había ocurrido en dos años, dos largos años.
Se saludaron de manera cariñosa, manteniendo la normalidad, como si nunca se hubieran distanciado. Era hora de contarle la situación, y _____ tomó un respiro antes de hablar.
-¿Internada? ¿Cuándo ha decaído?
-Hace dos días – Suspiró – No sé qué haré. No puedo ocuparme de todo, trabajo, instituto, Lía. Es todo un desorden, por eso mamá pidió que te llamara.
-¡Niña! – Resopló - ¿Por qué no me habías dicho antes?
-No lo sé, todo paso demasiado rápido, creo.
-Mi jubilación llegará la semana entrante ¿Sabías? - _____ negó como si ella fuese a verla – Cogeré el primer vuelo a Port Buoyant, de eso estate segura.
-¿Lo harías?
-¡Por supuesto! Quiero ver a tu madre cuánto antes y más a ustedes dos. Iba a llamarlas pero no quería ilusionar a nadie hasta que mi jubilación no llegara.
-Beth… No sabes el peso que me has quitado de encima – Se relajó la morena, echándose sobre el sofá donde horas antes, estaban ella y Harry.
Siguieron hablando un rato más, poniéndose al tanto de todo. Por supuesto _____ no le mencionó nada del asunto Styles, era algo que no le diría a nadie.
Se acostó a las cuatro de la madrugada, con un alivio enorme, una sensación de paz. Cerró los ojos y durmió tres horas, cuando menos se lo esperó, el despertador ya le indicaba que la hora de sueño había acabado.
¡Diablos! Lo había olvidado, Lía entraba al jardín más tarde que ella. Tendría que faltar a su primer período para llevarla. Daba la coincidencia que su primera clase del martes, era lengua. Esta vez no evitó que la imagen de Harry entrara en su cabeza, y junto a ella, lo sucedido la noche pasada. ¿Cómo se comportaría con él en clase? Después de aquel el rechazó que él le causó, así como si nada, como si fuese un bipolar.
No sabía que sentía, había enojo, una rabieta mínima. No podía creer como el hombre tan maduro que Harry Styles había demostrado ser, se esfumaba ante aquella atracción. Qué cobarde, pensó. Inclusive ella era más valiente que él, tenía más coraje. Debería sentirse avergonzado. Pero el sentimiento de tristeza también acaparaba una gran parte de su corazón, se había ilusionado, y, por alguna razón, sabía que las cosas no habían terminado allí.
---
Harry tragó saliva antes de pisar el instituto. Se pasó la noche decidiendo, pensando si se había arrepentido o no de haber cortado el momento. Lo obvio era, que su cabeza decía que sí, y su corazón que no. ¿Quién tenía la razón? Como si fuese a saberlo.
Estaba nervioso, pero quería verla. Quería que aquellos ojitos lo iluminaran una vez más, quería escuchar su voz. ¡Este chico era un verdadero bipolar! El mismo se asustó de sus pensamientos, no podía sacarla de su cabeza, ni quería.
El timbre sonó. Hora de entrar a clase.
Harry buscó no cruzarse con nada ni nadie conocido, a pasos acelerados, cruzó el pasillo con la mirada en el suelo y al llegar a la puerta, suspiró.
Todos estaban en la clase. Llegó al escritorio, dejó sus cosas y se sentó. Fijó su mirada al frente antes de hablar, paseó sus ojos por el cuarto, había asientos vacíos, como de costumbre. Pero uno en especial ¿Dónde estaba _____?
Temió que algo hubiera ocurrido. Miles de hipótesis de formularon en su mente, pero se dejó llevar por una: Ella estaría enfadada. La comprendía, el mismo sabía que se había comportado como un idiota la noche anterior. No culpó que ella no estuviera allí para mirarlo con los mismos ojos con los que ayer se habían mirado, ni hablarle con la misma boca con la que ayer se habían besado. ¡Argh! Comenzaba a arrepentirse de su decisión. Si no se hubiera marchado tan repentinamente, ella estaría allí, y a lo mejor la noche anterior, hubieran hecho el amor.
-¿Qué tal… - Comenzó a hablar – si hoy hacen una síntesis de lo que hemos avanzado en la lectura?
Sus estudiantes asintieron, pero faltaba alguien por asentir, _____. Le hacía falta en su clase, y al no tenerla allí se dio cuenta, que en realidad cada clase hablaba para ella.
En sus cuadernos comenzaron a escribir, Harry se echó contra el respaldo de la silla y resopló por lo bajo. Quería verla, lo iba a hacer.
[b style="mso-bidi-font-weight:normal"]-¡Martes!-[/b] Casi susurró con una sonrisa. Los alumnos que se sentaban adelante lo miraron, raro. Se encogió de hombros.
-Sí Sr Styles, es martes – Rió uno de ellos. Harry asintió avergonzado y se volvió a sus pensamientos.
Hoy tenía que llevar a Ben a la biblioteca. Con... con _____. Suspiró y pensó que le diría, como actuaría, como hacer que la escuchara. Pero ni él sabía que decirle, si lo único que tenía claro es que no la quería apartar de su camino ¿En qué pensaba? ¿Relación a escondidas? Negó levemente con la cabeza. No sabía qué hacer.
El timbre de salida lo sacó de sus ideas, tenía que cambiar de salón. Se despidió de sus estudiantes y cuando menos lo esperó, la vio cruzar la puerta principal. Aquella fina figura andaba de par en par, moviéndose con su típica dulzura, sus cabellos sueltos, siempre perfumado. Se recargó contra la pared del pequeño pasillo que guiaba a su salón, esperando a que ella apareciese. No lo vería, la tomaría de sorpresa, para que no se escape.
La montonera de jóvenes se dirigió a su recreo y por fin el apretado pasillo vacío. Una sombra indicando una figura que se acercaba apareció, aclaró su garganta con cierto estado de nervios.
-_____... – Susurró cuando la figura apenas se mostró.
-¿_____? – Esa no era su voz, ni su apariencia. - ¿Qué _____? – Terminó por adentrarse completamente al pasillo.
-Oh – Suspiró él, decepcionado. – No, Francesca. Creí que eras otra persona.
-¿Por qué buscabas a _____? De seguro la castigarás ¿No? – Resopló, Harry negó divertido.
-¿Castigarla?
-Sí – Espetó – Como tantas jovenzuelas de aquí, es otra mal educada. – Bufó – Como si la apariencia de angelito fuera a engañarme – Rió.
-¿Mal educada? En mi clase parece bastante serena – Se desordenó el pelo.
-No me has contestado, Harry ¿Por qué la buscabas?
-Ah, sí – Murmuró nervioso – Porque… - Pausó.
-Porque… - Apresuró la italiana.
-¡Porque me alcanzará una tarea que tiene atrasada! – Exclamó.
-Que desastre ¿Atraso de tareas? ¿En la segunda semana de clases? A esa niña le irá mal – Se burló – Deberías considerar bajar puntos por tareas atrasadas, Harry, yo siempre lo hago – El rizado asintió. – Por cierto… No olvides lo del viernes que...
Y antes de que Francesca pudiera terminar la frase, otra persona se sumó al pasillo, la persona que había estado esperando. Los dos se dieron vuelta para verla, allí, _____ fijaba su vista en Harry.
-Oh, lo siento – Farfulló la morena – No quise interrumpir – Agregó después.
-No, _____... – Quiso detenerla Harry, pero ella ya se había dado vuelta, alejándose de ellos.
-Déjala – Interrumpió Francesca – Que te entregue la tarea después.
-Sí, eso – En ese momento quería arrancarla de su camino, esto no le causaría más que problemas. – Me tengo que ir, tengo que dar clase.
La dejó allí parada, de brazos cruzados.
Se dirigió a su siguiente clase, pero en el camino lo único que buscaba era a _____. No la encontraría, se había metido en el baño. Sin éxito alguno, se metió en su clase, no podía llegar tarde.
El período de trabajo concluyo dejándolo agotado. Pero tenía que renovar energías, puesto que, en ese mismo momento se dirigía a la biblioteca. La enfrentaría, sin saber cómo.
Bueno chicas, espero que les haya gustado el mini maraton, le ubire mas, creo en las proximas dos horas
xx'-Kathy
kathy styles
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por ||Hazzy|| Vie 28 Jun 2013, 2:18 pm
YEI ME ENCANTO EL MARATON ESTUVO TAN SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA BESSO XX
||Hazzy||
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por kathy styles Vie 28 Jun 2013, 2:26 pm
si tengo 5 comntarios la subo, ahora solo faltan 4 :P
Kathy
Kathy
kathy styles
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por ||Hazzy|| Vie 28 Jun 2013, 2:30 pm
SI SUBE
FALTAN TRES
FALTAN TRES
||Hazzy||
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por StayWithMe Vie 28 Jun 2013, 3:13 pm
Soy nueva lectora y quiero saber que pasa jajaja sube anda:(
StayWithMe
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por kathy styles Vie 28 Jun 2013, 3:26 pm
son 4 pero por mi amor, les doy maraton :P
Capítulo 15.
_____ estaba en la biblioteca hacía más de una hora. Había llevado a Lía, debido que, no tenía con quien más dejarla. Al parecer, Ben y ella se entendieron a la perfección, tanto que se fueron a jugar ellos y la dejaron sola. Ella sonrió al verlos de lejos colorear unos libros que Greta les regaló.
Llegaron libros nuevos, y se dispuso a colocarlos en los estantes según categorías. No demoró muchos, unos veinte minutos. Cuando finalizó no tenía nada más que hacer. Greta estaba en el puesto principal, llena de papeleo. Toda estaba muy tranquilo, ¿Por qué no subir al ático?
Así lo hizo. El ático era… Como su lugar de despeje. Tan silencioso, apartado del mundo. Se acurrucó en uno de los sofás que había apretujado entre estantes y suspiró. Casi olvidaba que Harry llegaría en cualquier momento, era martes, y vendría por Ben. Resopló, no quería verlo. No después de lo de hoy. Ahora creía entender el porqué de los actos de Harry, por Francesca.
Se asqueó de solo pensar que había compartido algo con aquella mujer, tan desagradable, tan hipócrita. Basta, basta de revuelos, pensó.
En el momento más inoportuno, el silencio fue invadido por el ruido de la puerta abrirse, lentamente. La morena alzó la vista para encontrarse con lo que efectivamente no quería encontrarse, el azulado de los ojos de Harry.
-Greta me dijo que subiera… - Inquirió. Quieto, inseguro, con las manos atadas entre sí. – Yo… - Tragó saliva. – Quería disculparme – Suspiró – Fue muy descortés lo que hice la pasada noche, _____. Estaba asustado…
-¿Asustado? – Habló ella por primera vez – Harry, por favor, ni que hubieras matado a alguien – Resopló.
-Pero besé una alumna – Musitó – Y eso tiene gravedad.
-No creíste que tuviera gravedad cuando lo hiciste… - Suspiró ella.
-Perdón – Dijo al tiempo que avanzaba hasta ella – Perdón… - Repitió.
-No quiero que me digas perdón, solo quiero que me expliques que esta pasando – Aclaró su garganta – Creí que habías dado una vuelta en el asunto, que querías terminar esto antes de que comience – Agudizó. No pudo evitar que un aguajeo se le acumulara en los ojos. – Y ahora ¿Subes aquí? ¿Para verme?
-De eso vine a hablarte… - Se arrodilló en el suelo para quedar a su altura. – Estuve pensando toda la noche, créeme que fue así – Suspiró – Soy el último en quebrantar reglas, soy una persona correcta, alineada… Pero…
-¿Pero? – Lo alentó _____.
-Pero he pensado… Y mucho, por eso vine a pedirte disculpas.
-Ajá… - Murmuró ella desinteresada, sabía que eso no era lo que tenía realmente para decir – Vamos, Harry. Sé que no estas aquí solamente para pedirme perdón – Bufó - ¿Hay algo más que tengas que decirme? ¿Por qué no me hablas de Francesca?
Harry arqueó una ceja, casi había olvidado el episodio de la mañana.
-¿Francesca? No… - Negó deliberadamente con la cabeza – Nunca, _____, nunca.
-¿Nunca? Espero que te la pases bien el viernes – Apretó los dientes, enojada. Se paró y le pasó por alado sin siquiera mirarlo.
-¡Por favor, _____! – Le incitó, haciendo que ella diera media vuelta – Casi me obligó.
-Me imagino…
-Sé que estás enojada conmigo – Suspiró – Pero quiero que me creas, no te estoy siendo deshonesto…
Su voz, su manera de hablar, era lo más convincente en este mundo. La morena maldijo por lo bajo y se volvió para hablar con él.
-Está bien, Harry. Te creo. – Le replicó después. Con sus facciones serias, lo miraba de reojo, esperando que el dijese algo más – Pero no termino de comprender porque estás aquí.
-No me has dejado llegar, _____ - Se acercó hasta quedar frente a frente – No quiero que esto termine aquí. Me cuesta decirlo, demostrarlo. Pero cuando te dejé ayer, todo me carcomía, todo.
Ella suspiró abatida, sin saber que decir.
-Me gustas, Harry – Susurró por lo bajo, mirando sus pies – Pero tengo miedo.
-¿Miedo? – Le alzó la barbilla para que se mirasen
-Sí, miedo – Musitó – De que hoy me quieras, pero mañana no – Tragó saliva, las lágrimas venían – No puedo soportar eso…
Harry negó y con su pulgar, secó aquella lágrima que recientemente se deslizaba hacia su pómulo.
-¿Confías en mi? – La morena no lo miró, esa fue su respuesta – Confía en mí – Afirmó después – Si haré esta locura, la haré bien.
Sin decir más, sin esperar nada más de parte de _____, le atrapó lo labios con furia. Fue una reacción inesperada para ella, pero al sentir el rose no protestó y se unió a él. El beso fue fogoso desde el segundo en el que inició, entrelazaron sus lenguas permitiendo explorar su cavidad bucal. Ella lo tomó de sus mejillas acercándolo más ella, queriendo que no se le escapara. Harry no se echó atrás y con completa seguridad se abalanzó abrazándola por la cintura, sus manos se mezclaron con la tela de su camiseta y pronto rozaron la piel de la morena.
Ella gimió sobre sus labios cuando sintió que la acariciaba.
-Harry… - Murmuró
-Me quedé con las ganas anoche – Admitió él, ella sonrió y de la nuca lo atrajo de nuevo a sus labios.
Capítulo 15.
_____ estaba en la biblioteca hacía más de una hora. Había llevado a Lía, debido que, no tenía con quien más dejarla. Al parecer, Ben y ella se entendieron a la perfección, tanto que se fueron a jugar ellos y la dejaron sola. Ella sonrió al verlos de lejos colorear unos libros que Greta les regaló.
Llegaron libros nuevos, y se dispuso a colocarlos en los estantes según categorías. No demoró muchos, unos veinte minutos. Cuando finalizó no tenía nada más que hacer. Greta estaba en el puesto principal, llena de papeleo. Toda estaba muy tranquilo, ¿Por qué no subir al ático?
Así lo hizo. El ático era… Como su lugar de despeje. Tan silencioso, apartado del mundo. Se acurrucó en uno de los sofás que había apretujado entre estantes y suspiró. Casi olvidaba que Harry llegaría en cualquier momento, era martes, y vendría por Ben. Resopló, no quería verlo. No después de lo de hoy. Ahora creía entender el porqué de los actos de Harry, por Francesca.
Se asqueó de solo pensar que había compartido algo con aquella mujer, tan desagradable, tan hipócrita. Basta, basta de revuelos, pensó.
En el momento más inoportuno, el silencio fue invadido por el ruido de la puerta abrirse, lentamente. La morena alzó la vista para encontrarse con lo que efectivamente no quería encontrarse, el azulado de los ojos de Harry.
-Greta me dijo que subiera… - Inquirió. Quieto, inseguro, con las manos atadas entre sí. – Yo… - Tragó saliva. – Quería disculparme – Suspiró – Fue muy descortés lo que hice la pasada noche, _____. Estaba asustado…
-¿Asustado? – Habló ella por primera vez – Harry, por favor, ni que hubieras matado a alguien – Resopló.
-Pero besé una alumna – Musitó – Y eso tiene gravedad.
-No creíste que tuviera gravedad cuando lo hiciste… - Suspiró ella.
-Perdón – Dijo al tiempo que avanzaba hasta ella – Perdón… - Repitió.
-No quiero que me digas perdón, solo quiero que me expliques que esta pasando – Aclaró su garganta – Creí que habías dado una vuelta en el asunto, que querías terminar esto antes de que comience – Agudizó. No pudo evitar que un aguajeo se le acumulara en los ojos. – Y ahora ¿Subes aquí? ¿Para verme?
-De eso vine a hablarte… - Se arrodilló en el suelo para quedar a su altura. – Estuve pensando toda la noche, créeme que fue así – Suspiró – Soy el último en quebrantar reglas, soy una persona correcta, alineada… Pero…
-¿Pero? – Lo alentó _____.
-Pero he pensado… Y mucho, por eso vine a pedirte disculpas.
-Ajá… - Murmuró ella desinteresada, sabía que eso no era lo que tenía realmente para decir – Vamos, Harry. Sé que no estas aquí solamente para pedirme perdón – Bufó - ¿Hay algo más que tengas que decirme? ¿Por qué no me hablas de Francesca?
Harry arqueó una ceja, casi había olvidado el episodio de la mañana.
-¿Francesca? No… - Negó deliberadamente con la cabeza – Nunca, _____, nunca.
-¿Nunca? Espero que te la pases bien el viernes – Apretó los dientes, enojada. Se paró y le pasó por alado sin siquiera mirarlo.
-¡Por favor, _____! – Le incitó, haciendo que ella diera media vuelta – Casi me obligó.
-Me imagino…
-Sé que estás enojada conmigo – Suspiró – Pero quiero que me creas, no te estoy siendo deshonesto…
Su voz, su manera de hablar, era lo más convincente en este mundo. La morena maldijo por lo bajo y se volvió para hablar con él.
-Está bien, Harry. Te creo. – Le replicó después. Con sus facciones serias, lo miraba de reojo, esperando que el dijese algo más – Pero no termino de comprender porque estás aquí.
-No me has dejado llegar, _____ - Se acercó hasta quedar frente a frente – No quiero que esto termine aquí. Me cuesta decirlo, demostrarlo. Pero cuando te dejé ayer, todo me carcomía, todo.
Ella suspiró abatida, sin saber que decir.
-Me gustas, Harry – Susurró por lo bajo, mirando sus pies – Pero tengo miedo.
-¿Miedo? – Le alzó la barbilla para que se mirasen
-Sí, miedo – Musitó – De que hoy me quieras, pero mañana no – Tragó saliva, las lágrimas venían – No puedo soportar eso…
Harry negó y con su pulgar, secó aquella lágrima que recientemente se deslizaba hacia su pómulo.
-¿Confías en mi? – La morena no lo miró, esa fue su respuesta – Confía en mí – Afirmó después – Si haré esta locura, la haré bien.
Sin decir más, sin esperar nada más de parte de _____, le atrapó lo labios con furia. Fue una reacción inesperada para ella, pero al sentir el rose no protestó y se unió a él. El beso fue fogoso desde el segundo en el que inició, entrelazaron sus lenguas permitiendo explorar su cavidad bucal. Ella lo tomó de sus mejillas acercándolo más ella, queriendo que no se le escapara. Harry no se echó atrás y con completa seguridad se abalanzó abrazándola por la cintura, sus manos se mezclaron con la tela de su camiseta y pronto rozaron la piel de la morena.
Ella gimió sobre sus labios cuando sintió que la acariciaba.
-Harry… - Murmuró
-Me quedé con las ganas anoche – Admitió él, ella sonrió y de la nuca lo atrajo de nuevo a sus labios.
kathy styles
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por kathy styles Vie 28 Jun 2013, 3:33 pm
Capitulo 16
Dirigió sus manos al comienzo de la camisa de la morena. El uniforme escolar le quedaba estupendo, pero prefería verla sin él. Resbalaron las mangas por sus brazos, dejando al descubierto una gran porción de su pecho. Harry la miró con picardía, ella le sonrió, entregándose al rizado.
Pasó a besarle sus ahora descubiertos hombros, la piel suave _____ desprendía un aroma que lo enloquecía cada vez más. Se separó de ella solo para repetirle una vez más lo hermosa que era.
-¿Por qué te sonrojas? – Rió – Sabes que es cierto.
_____ se encogió de hombros, él la miró con ternura y con dulzura tomó su mentón para acercarla de nuevo a sus labios, devolviendo la fogosidad al momento.
Ella no se quedaría atrás, puesto que ahora, su camisa yacía en el suelo. Tironeó de la camiseta blanca de Harry hasta develar aquel abdomen tan trabajado, él se encargó de quitar la prenda del camino.
La mirada de _____ lo recorrió una vez más, deleitándose por aquellos abdominales y masas musculares que alimentaban bien cada uno de sus brazos. Sus manos recorrieron su torso sin vergüenza, el gimió y apegó sus bocas aun más, encajando su lengua hasta lo más profundo de sí. La tomó del trasero y bajó su falda, con delicadeza, sin apuros. Ella estaba en ropa interior, y Harry excitado, muy excitado.
Ella tembló cuando las manos rozaron la espalda hasta llegar a su sujetador, pero enseguida se tranquilizó, no era la primera vez que tendría relaciones, y con Harry, sentía una plena confianza.
De un momento a otro, _____ quedó completamente descubierta, la inquietante mirada de Harry sobre sus firmes curvas la calentó aun más, sintiendo como su entrepierna generaba un calor vivo.
Harry la tomó firme de la cintura y a pasos torpes la echó con delicadeza en el apretado sofá, donde cabían los dos con dificultad. Evitando que todo el peso cayera en su delicada figura, él se recostó encima, montando las piernas a cada lado de ella, besando su cuello con sensualidad.
Ella lo tomó posesivamente de la espalda, clavando uñas y yemas de los dedos cuando sus manos subieron hasta sus curvas. Las palmas amasaron sus pechos, retorciéndola de un delicioso placer que se evidenciaba con cada gemido. Con sus pulgares aprisiono sus pezones de forma cautelosa, moviéndolos en círculos, excitándose con cada jadeo que _____ le entregaba.
Poco a poco los labios descendieron el camino, hasta llegar a la preciada zona que las manos de Harry ocupaban hasta el momento. Ella lo apresuró, enredando sus manos en los alborotados rizos, bajándolo a la fuerza hasta que el los tomase con su boca. Primero el derecho, refregó su lengua por el territorio hasta llegar a la cumbre, raspando con sus dientes, rogándole por más.
-Oh, Harry – Ronroneaba ella con sus ojos cerrados. Succionó de nuevo curvando sus carnosos labios a su alrededor – Ahhh.
Cada despliegue de sonidos que _____ emitía lo ponían más y más, sintiendo que su pantalón se encogía cada vez más.
Pasó a su otro seno y gimió contra este cuando ella acarició la formada erección que permanecía atrapada en la tela. En cualquier momento explotaría. De la misma manera, con la misma pasión, amamantó el pecho de la morena una vez más. Su otra mano apretaba con firmeza el húmedo seno restante, dejándola deseando por más.
Las cosas dieron vuelta en cuestión de segundos, cuando _____ giró para dejarlo debajo. Se acomodó como una dama delicada sobre sus caderas, y se agachó para comerle los labios una vez más.
-Me tienes loco, _____ - Musitó él, cuando ella abrió el cierre de su jean – Loco, loco, loco – Reiteró.
Ella sonrió para sí misma, las palabras de Harry significaban mucho más de lo que ella le demostraba. Con sensualidad deslizó los jeans por sus piernas, dejando a Harry únicamente en bóxer. Estos remarcaban aun más el miembro firme y despierto que yacía a punto de explotar.
-Mmmm – Alcanzó a murmurar, echando la cabeza hacia atrás cuando _____ lo acarició por encima.
Ambos románticos habían desaparecido por el momento, la candencia los cegó por completo, la lujuria los atrapó. Semi-desnudos, sobre un sofá, ellos se amarían.
¿O no?
Como si fuese algo sincronizado, al tiempo que los temblorosos dedos de _____ apuntaron a juguetear con el elástico del bóxer, unos ruidos al pie de la escalera terminaron por escandalizarlos.
-¿Escuchaste eso? – Inquirió ella con pánico. Harry asintió con los ojos abiertos.
Cubriéndose, _____ caminó hasta la puerta.
-¿Sí? – Gritó ella tratando de sonar normal, pero la agitación que tenía encima no ayudó en nada. Harry rió por lo bajo ante su tono de voz, ella lo miró de mala gana.
-¿_____? ¿Podemos subir a jugar con ustedes? – La voz de Lía se escuchaba cada vez más cerca, junto al sonido del rechine de los escalones.
-¡Espérame allí, cariño! ¡Enseguida bajo! – Le exclamó alejándose de la puerta, estaba a punto de tomar su sujetador cuando la mano de Harry la detuvo.
-Te ves tan sexy entrando en pánico – Le guiñó un ojo él, ella resopló con un toque de vergüenza y luego le golpeó el brazo.
-¿Qué esperas? ¡Vístete! - Le incitó al tiempo que ella se colocaba sus prendas, en menos de dos minutos, estaban perfectamente arreglados.
-Eh, _____... – Le susurró él antes de que ella pudiera abrir la puerta. _____ se giró para encontrarse a Harry señalar algo llamativo debajo de su abdomen.
Ella soltó una carcajada y mordió su labio inferior.
-Soluciónalo – Se burló, y de un portazo salió, bajando las escaleras.
Se encontró con los dos niños al pie de esta, sonriendo juguetonamente.
-¿Qué hay arriba? – Curioseó Ben.
-Más libros – Sonrió simpáticamente ella. No temía que los hayan escuchado, puesto que allí arriba todo era inaudible. Una vez la puerta se atascó, gritó con todas sus fuerzas, pero Greta no escuchó ni un ruido.
-¿No hay juguetes? – Alzó la voz Lía, protestando. La morena negó con la cabeza y les tomó las manos a ambos.
Se sentó sobre el suelo a jugar mientras esperaba a que Harry solucione su problemilla, no le sería difícil en lo absoluto, teniendo la imagen de _____ refresca, aunque deseaba que hubiera sido ella quien lo solucionara.
Una sonrisa radiante se le dibujó en el rostro al verlo bajar. Un poco despeinado, quizás, pero efectivamente sexy.
-Me parece que ya es hora de irnos – Dijo señalando la ventana, que denotaba una noche recién llegada.
_____ aceptó que Harry las llevase a ambas y así lo hicieron. Al llegar Lía se despidió de su nuevo amigo y del encantador Styles. Abrió la puerta y corrió animadamente hasta su casa, dando brinquitos.
-Gracias por traernos – Sonrió _____ abriendo la puerta, Harry le copió el gesto.
-Te llamaré en cuanto llegué a casa ¿De acuerdo? No te eches a dormir sin antes recibir mi llamado – Le replicó él.
-Está bien – Asintió mirando hacia Lía – Tenemos asuntos pendientes – Le incitó antes de cerrar la puerta.
Harry echó la cabeza contra el respaldo del asiento con una sonrisa imborrable, girando únicamente para verla andar, caminar con aquella aura tan serena, tan provocadora.
-¿Tío Harry? – La voz de Ben interrumpió su viaje mental, casi había olvidado que estaba sentando detrás. Dio vuelta para mirarlo. - ¡Es tan bonita! ¡Quiero que sea mi novia! – Soltó después, Harry se carcajeó.
-Me imagino que te refieres a Lía… - Encaró una ceja, pero sabía que no era así, pues tanto los ojos del pequeño como el de Harry se posaban en ella.
Ben negó – Es mi amiga. – Sonrió – Yo quiero a ______.
-¿No te parece que es un poco grande para ti? – Le replicó poniendo el auto en marcha.
El pequeño se encogió de hombros, Harry rió como respuesta.
Una vez desaparecido el auto, _____ giró la llave contra la cerradura para encaminarse a su hogar. Como por arte de magia, todo estaba ordenado. Alguien había estado allí, _____ recordaba haber dejado los trastos sucios para la vuelta y estaban perfectamente brillantes y apilados. Solo pensó en una persona, que la sorprendió saliendo del baño.
-¡Sorpresa! – Aquella voz la volcó por completo.
-¡Beth! – Afirmó dando media vuelta, encontrándose a su tía con los brazos extendidos. Ella se acercó para darse el merecido abrazo que hace dos años no se daban – Pero vendrías la semana entrante ¿Cómo es que…?
-Adelantaron la jubilación – Interrumpió. Con una sonrisa sincera colgada hasta sus mejillas – Ha llegado todo el papeleo ayer en la tarde y el primer vuelo salía en la madrugada.
-Oh, Tía Beth – La aprisionó de nuevo con fuerza, un par de lágrimas empaparon la chaqueta de la mujer. - ¿Cómo has entrado? – Dudó después.
-¿Crees que no guardo la copia de las llaves? – Resopló – Niña, te recuerdo que yo viví aquí también.
-Claro, claro – Replicó ella y fue soltada cuando Beth divisó a la pequeña Lía atravesarse entre ambas.
-¡Muñequita! – Le besó sonoramente la mejilla, la nariz y su frente - ¡Qué cosa más bonita! ¡Como has crecido! Como han crecido – Se corrigió, dando énfasis en “Han”
Beth tenía la cena pronta, había hecho una exquisita lasaña para las tres.
-Ni siquiera te preparé tu cuarto – Bufó _____.
-Ya me he encargado – La morena le miró de mala gana - ¿Qué? Estuve todo el día, sola. Tenía que hacer algo…
Siguieron cenando con tranquilidad, conversando, poniéndose al día.
Beth insistió en encargarse de Lía para irse a dormir, sabía que _____ merecía un poco de tranquilidad, y estaba dispuesta a dársela al máximo.
La morena se dio una ducha caliente y salió en su bata a su habitación. Se colocó el pijama y ordenó un poco su habitación la ropa suelta en el suelo, los papeles, cuadernos…
Ring.
Celular sonando. El sonido le causó un sensación en el estomago ¿Mariposas de nuevo? Sí, sin duda. Lo tenía guardado como “H” puesto que si alguno de sus amigos husmeaba en sus contactos, no tuviera que dar explicaciones. Tomó el teléfono entre sus manos y apretó, simultáneamente lo colocó en su oído para refrescarse con la tibia voz del rizado.
-Ya te hecho de menos – Inquirió él al segundo de atender. La piel de gallina la tomó junto a ese retorcijón en su vientre.
-Y yo a ti – Le replicó, dulce. Como a él le encantaba escucharla.
-Ese tono tímido tuyo… – Suspiró - ¿Cómo lo has hecho?
-¿El hacer qué? – Replicó, revolviéndose los mechones húmedos con la mano libre.
- El hacerme esto – Señaló su corazón, como si ella pudiese verlo - ¿Sabías cuántas mujeres me han atrapado? – No esperó respuesta – Ni una, _____, ni una. Ni una como tú – Inquirió - ¡Y tan rápido!
Estaba atónita.
-Harry… - Suspiró abatida – No sé que decirte… ¿Por qué me dices estas cosas? Me dejas sin palabras – Le murmuró. Harry sonrió antes de hablar.
-Porque digo lo que siento. Y quiero que sigámonos viéndonos. Aunque sea a escondidas…
-Estoy de acuerdo – Le afirmó – No dejo de pensar en ti – Le admitió ruborizada. Agradeciendo que Harry no pudiese verla. – Lo de hoy, lo que casi pasa…
-No quiero apresurarte – Interrumpió, preocupado. – Puedo esperarte, todo lo que quieras.
-No, no es eso – Rió – Iba a decirte que es una pena… Tengo mucha confianza en ti, me has demostrado ser alguien en quien depositar todo – Suspiró – Confío en ti, Harry.
-Y yo en ti, hermosa – Ella se mordió el labio, era la primera vez que la llamaba así.
-¿Sabías qué? Ha llegado mi tía desde Chester, a quedarse en mi casa – Le dijo con emoción – Ella cuidará de Lía así que…
-Este viernes – Interrumpió él con el doble de emoción – Quédate la noche conmigo.
-Harry el viernes…
-En mi departamento – Inquirió
-Francesca… - Resopló ella de mala gana.
-Ah – Bufó él - ¿Y… Si te paso a buscar después de la estúpida cena? – Resopló él con más fuerza, arrepintiéndose por aquel compromiso.
-No lo sé… - De repente unos abrazadores celos terminaron por derribar su ablandado estima.
-Por favor – Le suplicó, con aquella voz dulce, aterciopelada, calmada y serena.
-Lo voy a pensar – Musitó – Debo descansar, nos vemos mañana – Le inquirió, con una ternura escondida en sus palabras.
-Está bien. – Suspiró, quería un sí de su parte – Buenas noches, _____.
Ambos cortaron y suspiraron con la misma intensidad. Preguntándose cómo habían caído en las redes del otro ¿En qué se habían metido? Tampoco lo sabían, pero no tenían intenciones de evitar que continúe.
Dirigió sus manos al comienzo de la camisa de la morena. El uniforme escolar le quedaba estupendo, pero prefería verla sin él. Resbalaron las mangas por sus brazos, dejando al descubierto una gran porción de su pecho. Harry la miró con picardía, ella le sonrió, entregándose al rizado.
Pasó a besarle sus ahora descubiertos hombros, la piel suave _____ desprendía un aroma que lo enloquecía cada vez más. Se separó de ella solo para repetirle una vez más lo hermosa que era.
-¿Por qué te sonrojas? – Rió – Sabes que es cierto.
_____ se encogió de hombros, él la miró con ternura y con dulzura tomó su mentón para acercarla de nuevo a sus labios, devolviendo la fogosidad al momento.
Ella no se quedaría atrás, puesto que ahora, su camisa yacía en el suelo. Tironeó de la camiseta blanca de Harry hasta develar aquel abdomen tan trabajado, él se encargó de quitar la prenda del camino.
La mirada de _____ lo recorrió una vez más, deleitándose por aquellos abdominales y masas musculares que alimentaban bien cada uno de sus brazos. Sus manos recorrieron su torso sin vergüenza, el gimió y apegó sus bocas aun más, encajando su lengua hasta lo más profundo de sí. La tomó del trasero y bajó su falda, con delicadeza, sin apuros. Ella estaba en ropa interior, y Harry excitado, muy excitado.
Ella tembló cuando las manos rozaron la espalda hasta llegar a su sujetador, pero enseguida se tranquilizó, no era la primera vez que tendría relaciones, y con Harry, sentía una plena confianza.
De un momento a otro, _____ quedó completamente descubierta, la inquietante mirada de Harry sobre sus firmes curvas la calentó aun más, sintiendo como su entrepierna generaba un calor vivo.
Harry la tomó firme de la cintura y a pasos torpes la echó con delicadeza en el apretado sofá, donde cabían los dos con dificultad. Evitando que todo el peso cayera en su delicada figura, él se recostó encima, montando las piernas a cada lado de ella, besando su cuello con sensualidad.
Ella lo tomó posesivamente de la espalda, clavando uñas y yemas de los dedos cuando sus manos subieron hasta sus curvas. Las palmas amasaron sus pechos, retorciéndola de un delicioso placer que se evidenciaba con cada gemido. Con sus pulgares aprisiono sus pezones de forma cautelosa, moviéndolos en círculos, excitándose con cada jadeo que _____ le entregaba.
Poco a poco los labios descendieron el camino, hasta llegar a la preciada zona que las manos de Harry ocupaban hasta el momento. Ella lo apresuró, enredando sus manos en los alborotados rizos, bajándolo a la fuerza hasta que el los tomase con su boca. Primero el derecho, refregó su lengua por el territorio hasta llegar a la cumbre, raspando con sus dientes, rogándole por más.
-Oh, Harry – Ronroneaba ella con sus ojos cerrados. Succionó de nuevo curvando sus carnosos labios a su alrededor – Ahhh.
Cada despliegue de sonidos que _____ emitía lo ponían más y más, sintiendo que su pantalón se encogía cada vez más.
Pasó a su otro seno y gimió contra este cuando ella acarició la formada erección que permanecía atrapada en la tela. En cualquier momento explotaría. De la misma manera, con la misma pasión, amamantó el pecho de la morena una vez más. Su otra mano apretaba con firmeza el húmedo seno restante, dejándola deseando por más.
Las cosas dieron vuelta en cuestión de segundos, cuando _____ giró para dejarlo debajo. Se acomodó como una dama delicada sobre sus caderas, y se agachó para comerle los labios una vez más.
-Me tienes loco, _____ - Musitó él, cuando ella abrió el cierre de su jean – Loco, loco, loco – Reiteró.
Ella sonrió para sí misma, las palabras de Harry significaban mucho más de lo que ella le demostraba. Con sensualidad deslizó los jeans por sus piernas, dejando a Harry únicamente en bóxer. Estos remarcaban aun más el miembro firme y despierto que yacía a punto de explotar.
-Mmmm – Alcanzó a murmurar, echando la cabeza hacia atrás cuando _____ lo acarició por encima.
Ambos románticos habían desaparecido por el momento, la candencia los cegó por completo, la lujuria los atrapó. Semi-desnudos, sobre un sofá, ellos se amarían.
¿O no?
Como si fuese algo sincronizado, al tiempo que los temblorosos dedos de _____ apuntaron a juguetear con el elástico del bóxer, unos ruidos al pie de la escalera terminaron por escandalizarlos.
-¿Escuchaste eso? – Inquirió ella con pánico. Harry asintió con los ojos abiertos.
Cubriéndose, _____ caminó hasta la puerta.
-¿Sí? – Gritó ella tratando de sonar normal, pero la agitación que tenía encima no ayudó en nada. Harry rió por lo bajo ante su tono de voz, ella lo miró de mala gana.
-¿_____? ¿Podemos subir a jugar con ustedes? – La voz de Lía se escuchaba cada vez más cerca, junto al sonido del rechine de los escalones.
-¡Espérame allí, cariño! ¡Enseguida bajo! – Le exclamó alejándose de la puerta, estaba a punto de tomar su sujetador cuando la mano de Harry la detuvo.
-Te ves tan sexy entrando en pánico – Le guiñó un ojo él, ella resopló con un toque de vergüenza y luego le golpeó el brazo.
-¿Qué esperas? ¡Vístete! - Le incitó al tiempo que ella se colocaba sus prendas, en menos de dos minutos, estaban perfectamente arreglados.
-Eh, _____... – Le susurró él antes de que ella pudiera abrir la puerta. _____ se giró para encontrarse a Harry señalar algo llamativo debajo de su abdomen.
Ella soltó una carcajada y mordió su labio inferior.
-Soluciónalo – Se burló, y de un portazo salió, bajando las escaleras.
Se encontró con los dos niños al pie de esta, sonriendo juguetonamente.
-¿Qué hay arriba? – Curioseó Ben.
-Más libros – Sonrió simpáticamente ella. No temía que los hayan escuchado, puesto que allí arriba todo era inaudible. Una vez la puerta se atascó, gritó con todas sus fuerzas, pero Greta no escuchó ni un ruido.
-¿No hay juguetes? – Alzó la voz Lía, protestando. La morena negó con la cabeza y les tomó las manos a ambos.
Se sentó sobre el suelo a jugar mientras esperaba a que Harry solucione su problemilla, no le sería difícil en lo absoluto, teniendo la imagen de _____ refresca, aunque deseaba que hubiera sido ella quien lo solucionara.
Una sonrisa radiante se le dibujó en el rostro al verlo bajar. Un poco despeinado, quizás, pero efectivamente sexy.
-Me parece que ya es hora de irnos – Dijo señalando la ventana, que denotaba una noche recién llegada.
_____ aceptó que Harry las llevase a ambas y así lo hicieron. Al llegar Lía se despidió de su nuevo amigo y del encantador Styles. Abrió la puerta y corrió animadamente hasta su casa, dando brinquitos.
-Gracias por traernos – Sonrió _____ abriendo la puerta, Harry le copió el gesto.
-Te llamaré en cuanto llegué a casa ¿De acuerdo? No te eches a dormir sin antes recibir mi llamado – Le replicó él.
-Está bien – Asintió mirando hacia Lía – Tenemos asuntos pendientes – Le incitó antes de cerrar la puerta.
Harry echó la cabeza contra el respaldo del asiento con una sonrisa imborrable, girando únicamente para verla andar, caminar con aquella aura tan serena, tan provocadora.
-¿Tío Harry? – La voz de Ben interrumpió su viaje mental, casi había olvidado que estaba sentando detrás. Dio vuelta para mirarlo. - ¡Es tan bonita! ¡Quiero que sea mi novia! – Soltó después, Harry se carcajeó.
-Me imagino que te refieres a Lía… - Encaró una ceja, pero sabía que no era así, pues tanto los ojos del pequeño como el de Harry se posaban en ella.
Ben negó – Es mi amiga. – Sonrió – Yo quiero a ______.
-¿No te parece que es un poco grande para ti? – Le replicó poniendo el auto en marcha.
El pequeño se encogió de hombros, Harry rió como respuesta.
Una vez desaparecido el auto, _____ giró la llave contra la cerradura para encaminarse a su hogar. Como por arte de magia, todo estaba ordenado. Alguien había estado allí, _____ recordaba haber dejado los trastos sucios para la vuelta y estaban perfectamente brillantes y apilados. Solo pensó en una persona, que la sorprendió saliendo del baño.
-¡Sorpresa! – Aquella voz la volcó por completo.
-¡Beth! – Afirmó dando media vuelta, encontrándose a su tía con los brazos extendidos. Ella se acercó para darse el merecido abrazo que hace dos años no se daban – Pero vendrías la semana entrante ¿Cómo es que…?
-Adelantaron la jubilación – Interrumpió. Con una sonrisa sincera colgada hasta sus mejillas – Ha llegado todo el papeleo ayer en la tarde y el primer vuelo salía en la madrugada.
-Oh, Tía Beth – La aprisionó de nuevo con fuerza, un par de lágrimas empaparon la chaqueta de la mujer. - ¿Cómo has entrado? – Dudó después.
-¿Crees que no guardo la copia de las llaves? – Resopló – Niña, te recuerdo que yo viví aquí también.
-Claro, claro – Replicó ella y fue soltada cuando Beth divisó a la pequeña Lía atravesarse entre ambas.
-¡Muñequita! – Le besó sonoramente la mejilla, la nariz y su frente - ¡Qué cosa más bonita! ¡Como has crecido! Como han crecido – Se corrigió, dando énfasis en “Han”
Beth tenía la cena pronta, había hecho una exquisita lasaña para las tres.
-Ni siquiera te preparé tu cuarto – Bufó _____.
-Ya me he encargado – La morena le miró de mala gana - ¿Qué? Estuve todo el día, sola. Tenía que hacer algo…
Siguieron cenando con tranquilidad, conversando, poniéndose al día.
Beth insistió en encargarse de Lía para irse a dormir, sabía que _____ merecía un poco de tranquilidad, y estaba dispuesta a dársela al máximo.
La morena se dio una ducha caliente y salió en su bata a su habitación. Se colocó el pijama y ordenó un poco su habitación la ropa suelta en el suelo, los papeles, cuadernos…
Ring.
Celular sonando. El sonido le causó un sensación en el estomago ¿Mariposas de nuevo? Sí, sin duda. Lo tenía guardado como “H” puesto que si alguno de sus amigos husmeaba en sus contactos, no tuviera que dar explicaciones. Tomó el teléfono entre sus manos y apretó, simultáneamente lo colocó en su oído para refrescarse con la tibia voz del rizado.
-Ya te hecho de menos – Inquirió él al segundo de atender. La piel de gallina la tomó junto a ese retorcijón en su vientre.
-Y yo a ti – Le replicó, dulce. Como a él le encantaba escucharla.
-Ese tono tímido tuyo… – Suspiró - ¿Cómo lo has hecho?
-¿El hacer qué? – Replicó, revolviéndose los mechones húmedos con la mano libre.
- El hacerme esto – Señaló su corazón, como si ella pudiese verlo - ¿Sabías cuántas mujeres me han atrapado? – No esperó respuesta – Ni una, _____, ni una. Ni una como tú – Inquirió - ¡Y tan rápido!
Estaba atónita.
-Harry… - Suspiró abatida – No sé que decirte… ¿Por qué me dices estas cosas? Me dejas sin palabras – Le murmuró. Harry sonrió antes de hablar.
-Porque digo lo que siento. Y quiero que sigámonos viéndonos. Aunque sea a escondidas…
-Estoy de acuerdo – Le afirmó – No dejo de pensar en ti – Le admitió ruborizada. Agradeciendo que Harry no pudiese verla. – Lo de hoy, lo que casi pasa…
-No quiero apresurarte – Interrumpió, preocupado. – Puedo esperarte, todo lo que quieras.
-No, no es eso – Rió – Iba a decirte que es una pena… Tengo mucha confianza en ti, me has demostrado ser alguien en quien depositar todo – Suspiró – Confío en ti, Harry.
-Y yo en ti, hermosa – Ella se mordió el labio, era la primera vez que la llamaba así.
-¿Sabías qué? Ha llegado mi tía desde Chester, a quedarse en mi casa – Le dijo con emoción – Ella cuidará de Lía así que…
-Este viernes – Interrumpió él con el doble de emoción – Quédate la noche conmigo.
-Harry el viernes…
-En mi departamento – Inquirió
-Francesca… - Resopló ella de mala gana.
-Ah – Bufó él - ¿Y… Si te paso a buscar después de la estúpida cena? – Resopló él con más fuerza, arrepintiéndose por aquel compromiso.
-No lo sé… - De repente unos abrazadores celos terminaron por derribar su ablandado estima.
-Por favor – Le suplicó, con aquella voz dulce, aterciopelada, calmada y serena.
-Lo voy a pensar – Musitó – Debo descansar, nos vemos mañana – Le inquirió, con una ternura escondida en sus palabras.
-Está bien. – Suspiró, quería un sí de su parte – Buenas noches, _____.
Ambos cortaron y suspiraron con la misma intensidad. Preguntándose cómo habían caído en las redes del otro ¿En qué se habían metido? Tampoco lo sabían, pero no tenían intenciones de evitar que continúe.
kathy styles
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por kathy styles Vie 28 Jun 2013, 3:37 pm
Capitulo 17
-¿Harold? – Volvió a repetir _____, no pudo controlar la carcajada que salió de su boca. Harry negó con la cabeza, que reposaba sobre las piernas de la morena.
Llevaban en la casa de _____ alrededor de una hora. Las clases habían concluido, y era jueves, el día de visitas en el hospital.
Beth se había llevado el auto, tenía un par de compromisos judiciales, asuntos legales que culminar antes de poder establecerse completamente en Port Buoyant.
_____ y Harry ya habían decidido que irían juntos al hospital. Éste no era reconocido en la ciudad por lo que estaban seguros que no sería arriesgado, nadie los reconocería.
-A mi me gusta… - Intervino Lía, quien dibujaba en la pequeña mesa ratona que estaba justo en frente del sofá que ocupaban Harry y _____.
-Gracias, linda – Le sonrió – Y en cuanto a ti – Miró hacia arriba buscando los ojos de _____ - Exijo más respeto, Harold era el nombre de mi abuelo. – Bufó, con tono chistoso.
Como respuesta, _____ bajó las manos que hasta el momento revolvían sus rizados mechones hasta llegar a sus mejillas, las jaló con ternura.
-Lo siento – Sonrió.
-Se como puedes compensarme – Susurró para que Lía no escuchara. No sería problema, la televisión estaba alta y junto a ella toda la atención de la pequeña.
-¿Ah, si? – Resopló la morena - ¿Cómo?
-¿Sin quejas? – Encaró una ceja. Gesto que la derritió.
-Sin quejas – Repitió – Dímelo.
-Tu y yo – Murmuró – Mi casa, este viernes.
_____ soltó una risa irónica, seguido de incorporarse, dejando que la cabeza de Harry rebotara torpemente sobre el acolchonado sofá.
-Hey – La detuvo el cuando ella se levantó.
-Son las ocho, Harry – Dijo tomando su chaqueta de la percha – No quiero llegar tarde.
-¿No me vas a responder? – Le miró, ella le imitó pero ignorándolo al final. – Cobarde – Inquirió, logrando su objetivo, _____ se paró en seco y colocó una mano en su cintura.
-¿Perdón? ¿Cobarde? ¿Yo? – Bufó soltando otra risa forzada.
-Sí – Suspiró – Tú.
-Lía – Llamó a la pequeña – Ve por tu abrigo.
Lía obedeció y desapareció por el pasillo. En ese momento, _____ sintió unos labios pegados a su nuca.
-¿Vendrás? – Su voz era una caricia en sus oídos, inspiró el aroma masculino obligándose a no perder la cordura en su atractivo.
-Harry… - Suspiró dando media vuelta, quedando a milímetros del otro.
-_____... – Le replicó con el mismo tono, tomando sus manos entre las de él - ¿Por qué lo haces difícil?
-No, no, no – Deliberó junto a un movimiento de cabeza, intentando soltarse del agarre del rizado – Si no hubiera programado una cita, quizás hubiese aceptado.
-¡Que niña más testaruda! – Se burló, con el propósito de hacerla enfadar. - Pero adorablemente celosa
-Bien – Aclaró su garganta, al tiempo que se soltaba de él – Pues esta niña testaruda quiere que te vayas – Señaló la puerta – Ahora.
Harry rodó los ojos y estiró su brazo hasta enredarlo en su cintura y la atrajo para que la mirase directamente.
-¿Me voy? – Le dijo chocando sus narices, _____ sintió que perdía la batalla.
-Em, bueno, tú… - Balbuceó, penetrada por los ojos azules del rizado.
-Me parecía – Interrumpió él.
-No has ganado nada – Giró su cara violentamente ante el intento de Harry de rozar sus labios, como conciencia, estos se plasmaron en su mejilla.
-¿No me darás un beso? – La morena negó divertida - ¿Uno? – Puso su mejor cara de víctima y _____ se tentó, tomo su rostro entre sus manos y junto sus labios en un beso tierno, pequeño, pero tierno.
-¿Contento? – Lo jaló de la mano para que se moviera.
-No del todo – La frenó él, _____ lo comprendió y soltó una queja entre dientes.
-Luego lo discutimos – Resopló y Harry sonrió victorioso, sabiendo que en algún momento la convencería.
Abrigada de pies a cabeza, se asomó hasta el living Lía, viéndose completamente adorable.
_____ se encargó de acomodar a Lía en el asiento trasero, y luego un caballeroso Styles le abrió la puerta para adentrarla al vehículo. Una vez todos arriba, se dirigieron al hospital.
Harry le tendió la mano encima de la de ella cuando notó su expresión cambiar a medida que avanzaban. Sin poder mirarla a los ojos, pendiente del tráfico, acaricio la palma de su mano con el pulgar y la apretó con fuerza.
-Todo va a estar bien – Le dijo después.
Una vez dentro, atravesaron los pasillos con suma tranquilidad, paso calmado. El Dr. Los atendió con suma amabilidad, dejando que _____ y Lía entren a ver a su madre.
Harry la abrazó estrechándola cariñosamente antes de dejarla entrar y volvió a susurrarle que las cosas iban para bien.
La puerta se cerró dejándolo solo entre enfermeros, botiquines y camillas. Un largo pasillo se extendía a su alrededor, dándole la chance de sentarse en paz, ver las cosas pasar tan deprisa. Todos estaban apurados, todos tenían algo pendiente.
No debió darse cuenta que alguien se le acercaba hasta que una voz conocida lo sacó de sus pensamientos.
-¿Harry?
kathy styles
Re: El amor de mi vida es...mi profesor-Harry styles y tu-Dramatica Erotica CANCELADA
por kathy styles Vie 28 Jun 2013, 3:43 pm
Capitulo 18
Maldijo por lo bajo en cuanto lo vio, se suponía que era un hospital poco conocido ¿porque Louis estaría allí?
-Eh, hermano – Insistió pasando su mano extendida de arriba abajo en frente a su cara.
-Louis – Esbozó una media sonrisa - ¿Qué haces aquí?
-Vine a recoger unos exámenes de Abril – Señaló los afiches de su mano izquierda - ¿Qué hay de ti? – Apuntó seguido.
-También – Le replicó, en tono convincente.
-¿Exámenes? ¿De qué? – Se rascó la nuca. Si su propósito era incomodarlo, lo había obtenido.
-De sangre – Suspiró, seguro.
-¿Sangre?
-Sí, Louis, vine a donar sangre – Resopló. Había olvidado lo persistente que era su hermano, en ausencia de su padrastro, Louis se tomaba muy en serio el papel de hermano mayor.
-Entonces, has venido a donar sangre, aquí… - Dijo mirando a su alrededor, Harry asintió. – Si me escondes algo escúpelo ahora, Harry.
-¿Qué? – Encaró una ceja - ¿Por qué habría de esconderte algo? Vamos, Louis, mi niñez acabó – Bufó – Y con ella tu cuestionario.
-Lo lamento, hermano – Se disculpó – Solo me parece extraño que hayas venido a donar a psiquiatría y maternidad, cuando la sala sanguínea está en el cuarto piso…
¡Diablos! La astucia de Louis lo dejaba en evidencia, tragó saliva y pensó en su escapatoria. Imposibilitada por la puerta que acababa de abrirse, justo en frente de sus ojos.
-Ajá. – Encaró una ceja Louis, sin esbozar expresión alguna con su boca cuando la respuesta acababa de salirse de aquella habitación.
_____ le miró aterrada, y jaló a Lía con mayor fuerza de la mano.
-Puedo explicártelo – Habló Harry a Louis.
-Yo, debo irme – Interrumpió _____.
-Déjame alcanzarte – Le tomó el brazo el rizado, quien fue detenido por la mano de Louis en su hombro.
-No, Harry – Inquirió con un tono firme, denotando un enfado – Tu te quedas, ella se va.
-Louis, no entiendes nada – Sacudió el brazo para que lo soltase – No es lo que parece.
-¿Ah, no? – Alzó la voz de manera moderada - ¿Es una casualidad?
Harry tomó un respiro para hablar.
-No te atrevas a mentirme – Lo limitó Louis, _____ miraba la escena, sin saber que hacer.
-No. – Suspiró después, con la mirada fija en la morena – No es una casualidad.
-¿Ustedes? ¿Ella? ¿La chica de biblioteca e inclusiva tu alumna?– Negó varias veces con la cabeza, desagradando con su rostro - ¿Dónde han quedado tus valores, Harry?
-Por favor Louis, no aquí – Dijo mirando a su alrededor, percatándose que uno o dos enfermeros acataban a la escena.
_____ se quedó en el hospital, dejando que los dos hombres se marchasen.
Cruzaron la acera, desprevenidos, sin hablarse.
Si Harry era un joven al pie de la letra, entonces Louis debería estar atado a las reglas. No sabía si su hermano y _____ entablaban un amorío, una amistad o simplemente un pasaje social. Pero todas las cosas pesaban por igual en aquella pequeña ciudad, donde las paredes hablaban y con ellas los problemas.
-¿Qué hay con ella? – Reiteró Louis, una vez sentados frente a frente en un espacioso café. – Las calenturas cuestan caro, Harry.
-¿Calentura? No, no va por ese lado.
-Dime cual entonces– Pestañó su hermano - ¿Has estado coqueteando con tus alumnas?
Harry negó, sacudiendo sus rizos.
-No – Dijo después – No la he buscado yo, ni ella a mi.
-¿Entonces?
-¡No lo sé! – Bufó por encima del café que tenía servido – Con la biblioteca y las clases, comenzamos a llevarnos bien…
-Alto – Suspendió el castaño, alzando la palma brevemente - El Harry que conozco no cometería esta estupidez.
-No he cometido nada, Louis.
-¿Te estás acostando con ella?
El rizado volvió a negar.
-Está en un momento difícil, la estoy ayudando.
-¿O sea que no hay amorío? – Alzó una ceja como si esperase que las palabras de Harry salgan a su gusto.
-Tendrás que ser más específico…
-¡Diablos! – Golpeó la mesa con su puño – Te gusta la niña, ¡Te gusta la niña!
-Baja la voz – Ordenó. Louis asintió con los ojos cerrados.
-Contéstame – Le miró seriamente, dando por sentado que Harry no tendría escapatoria.
-Sí, me gusta.
Maldijo por lo bajo en cuanto lo vio, se suponía que era un hospital poco conocido ¿porque Louis estaría allí?
-Eh, hermano – Insistió pasando su mano extendida de arriba abajo en frente a su cara.
-Louis – Esbozó una media sonrisa - ¿Qué haces aquí?
-Vine a recoger unos exámenes de Abril – Señaló los afiches de su mano izquierda - ¿Qué hay de ti? – Apuntó seguido.
-También – Le replicó, en tono convincente.
-¿Exámenes? ¿De qué? – Se rascó la nuca. Si su propósito era incomodarlo, lo había obtenido.
-De sangre – Suspiró, seguro.
-¿Sangre?
-Sí, Louis, vine a donar sangre – Resopló. Había olvidado lo persistente que era su hermano, en ausencia de su padrastro, Louis se tomaba muy en serio el papel de hermano mayor.
-Entonces, has venido a donar sangre, aquí… - Dijo mirando a su alrededor, Harry asintió. – Si me escondes algo escúpelo ahora, Harry.
-¿Qué? – Encaró una ceja - ¿Por qué habría de esconderte algo? Vamos, Louis, mi niñez acabó – Bufó – Y con ella tu cuestionario.
-Lo lamento, hermano – Se disculpó – Solo me parece extraño que hayas venido a donar a psiquiatría y maternidad, cuando la sala sanguínea está en el cuarto piso…
¡Diablos! La astucia de Louis lo dejaba en evidencia, tragó saliva y pensó en su escapatoria. Imposibilitada por la puerta que acababa de abrirse, justo en frente de sus ojos.
-Ajá. – Encaró una ceja Louis, sin esbozar expresión alguna con su boca cuando la respuesta acababa de salirse de aquella habitación.
_____ le miró aterrada, y jaló a Lía con mayor fuerza de la mano.
-Puedo explicártelo – Habló Harry a Louis.
-Yo, debo irme – Interrumpió _____.
-Déjame alcanzarte – Le tomó el brazo el rizado, quien fue detenido por la mano de Louis en su hombro.
-No, Harry – Inquirió con un tono firme, denotando un enfado – Tu te quedas, ella se va.
-Louis, no entiendes nada – Sacudió el brazo para que lo soltase – No es lo que parece.
-¿Ah, no? – Alzó la voz de manera moderada - ¿Es una casualidad?
Harry tomó un respiro para hablar.
-No te atrevas a mentirme – Lo limitó Louis, _____ miraba la escena, sin saber que hacer.
-No. – Suspiró después, con la mirada fija en la morena – No es una casualidad.
-¿Ustedes? ¿Ella? ¿La chica de biblioteca e inclusiva tu alumna?– Negó varias veces con la cabeza, desagradando con su rostro - ¿Dónde han quedado tus valores, Harry?
-Por favor Louis, no aquí – Dijo mirando a su alrededor, percatándose que uno o dos enfermeros acataban a la escena.
_____ se quedó en el hospital, dejando que los dos hombres se marchasen.
Cruzaron la acera, desprevenidos, sin hablarse.
Si Harry era un joven al pie de la letra, entonces Louis debería estar atado a las reglas. No sabía si su hermano y _____ entablaban un amorío, una amistad o simplemente un pasaje social. Pero todas las cosas pesaban por igual en aquella pequeña ciudad, donde las paredes hablaban y con ellas los problemas.
-¿Qué hay con ella? – Reiteró Louis, una vez sentados frente a frente en un espacioso café. – Las calenturas cuestan caro, Harry.
-¿Calentura? No, no va por ese lado.
-Dime cual entonces– Pestañó su hermano - ¿Has estado coqueteando con tus alumnas?
Harry negó, sacudiendo sus rizos.
-No – Dijo después – No la he buscado yo, ni ella a mi.
-¿Entonces?
-¡No lo sé! – Bufó por encima del café que tenía servido – Con la biblioteca y las clases, comenzamos a llevarnos bien…
-Alto – Suspendió el castaño, alzando la palma brevemente - El Harry que conozco no cometería esta estupidez.
-No he cometido nada, Louis.
-¿Te estás acostando con ella?
El rizado volvió a negar.
-Está en un momento difícil, la estoy ayudando.
-¿O sea que no hay amorío? – Alzó una ceja como si esperase que las palabras de Harry salgan a su gusto.
-Tendrás que ser más específico…
-¡Diablos! – Golpeó la mesa con su puño – Te gusta la niña, ¡Te gusta la niña!
-Baja la voz – Ordenó. Louis asintió con los ojos cerrados.
-Contéstame – Le miró seriamente, dando por sentado que Harry no tendría escapatoria.
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