I Knew You Were Trouble: parte II (Harry Styles y Jodie Foster)

em serio teddy acepyaste mi idea y haras maraton?? omg yeeeeah jajaj x esl tengo la trilogia de 50 shadows en pdf en mi celu jaja que nunca me saco de encima
pobre teddy te csstigaron, pero peor aun que veguenza que tus psdres te descubran
tranquila yo te espero y tengo pavienca WIII MARATON

Cuando subís el MARATON?

Hoy subís el MARATON?

new readerrrrrrrrrrrrrr here :)
siguela pliiiiiiiiiiiiiiiiiiis sos una genia escribiendo eh?? (no es pregunta es una afirmacion o.O) jajajja kisses take care!!! :D

Sexy Teddy cuando subis?

¡Siguela! no sé que cojones está pasando pero todas las novelas que me gustan no la están subiendo, sube que me da una vaina Teddy :c

Me vas a matar de verdad matar MATAR!!! Subí!!

Teddy, ¿cómo te pillo tu madre leyendo 50 Sombras de Grey? O.o
Que mala suerte y además que vergüenza, a mi si me pasara eso me moriría.. jajajjaja espero que el castigo no dure toda tu vida y puedas subir capítulo lo antes posible!
Ese maratón de 5 capítulos suena muy bien, baah que digo suena genial jasfdhdkjfhsdgjk lo espero con ansias y sino todas tus readers le diremos a tu madre que tienes una novela que mantener!! (? okno .__.
Besos Teddy xx :bye:

Capítulo 24.

"Will you stay, even if it hurts? Even if I try to push you out will you return?"

Desperté sobresaltada con una enorme capa de sudor cubriéndome el pecho. Mi respiración era irregular y podía escucharla rebotar en las paredes de mi habitación. Mis labios no paraban de susurrar su nombre.
Harry.
Me llevé una mano a la frente, que ahora se encontraba perlada de sudor, y cerré los ojos un instante para ver si así intentaba calmarme. Poco a poco, los latidos de mi corazón y mi respiración frenética volvieron a su estado normal; el dolor que oprimía mi pecho por fin se detuvo. Después de contar hasta diez, hice a un lado las sábanas de mi cama y caminé en círculos por la habitación. Era la octava vez en dos semanas que me sucedía esto. La octava, y era horrible; como si todo el dolor que ocultaba en el día debajo de mi máscara de indiferencia saliera por las noches y me recordara que estaba hecha una mierda por más que lo disimulara.
Y que nadie, menos él, iba a darse cuenta.
Suspiré desganada y volví a dejarme caer en el áspero colchón de mi cama, con la vista inexpresiva fijada en el techo.
Me preguntaba si Harry sabía que me estaba haciendo perder la cabeza. Sus cambios bruscos de emociones y la forma tan irracional en la que tomaba sus decisiones me dejaban desconcertada. Un día pensaba que le gustaba, y al otro era como si no existiera, como si nada hubiese pasado entre nosotros. Lo peor de todo era que yo sí había sentido algo cuando me besaba...cuando sus manos recorrían mi cuerpo de una forma tan delicada y cuidadosa mientras sus labios exploraban meticulosamente mi cuello.
Sus ojos, su cabello. Todo lo que era Harry Styles me hacía sentir de una manera preocupante. Me ponía nerviosa, feliz, triste...enojada. Y era aterrador, porque nada de eso era normal en mí. Me giré sobre la cama y apoyé una mejilla debajo de mis manos.
Mierda.
Iba a ser imposible poder conciliar el sueño en lo que restaba de la noche, así que ni me molesté en cerrar los ojos y no intenté dormirme. Ahora más que nunca extrañaba mi verdadero hogar, a mis amigos, a Niall. Volví a girarme en el colchón y solté un suspiro de agotamiento. Niall. Él tendría las palabras exactas para consolarme en estos momentos, al igual que Laura y Susan, pero ahora no contaba con ninguno de ellos y quizás jamás volvería hacerlo. Me odiaban y tenían todos los motivos del mundo para hacerlo.
Me sorbí los mocos y me llevé un dedo al lágrimal de mi ojo derecho. Oh genial, estaba llorando. Otra vez. Usualmente no era de las que lloraban, pero al parecer había perdido mi fuerza interna a lo largo de estas dos semanas. ¿Era por Harry? ¿Porque extrañaba mi viejo hogar? ¿Por mis viejos amigos? Cerré los ojos y me tapé la boca con las dos manos, sofocando un sollozo. Cuando no pude soportarlo más y estaba dispuesta a dejarme ahogar con mis propias lágrimas, mi Blackberry comenzó a vibrar encima de mi peinadora. Me limpié la cara con la plama de mi mano y le lancé una mirada fugaz al despertador que se encontraba en la cómoda de al lado: las cinco de la mañana. Me golpeé la cabeza contra el colchón y maldije entre dientes hasta quedarme corta de malas palabras. Saqué un pie de la cama, luego el otro, y fui por mi celular dando trompicones por todo el trayecto. Tuve que cerrar los ojos por un momento al verme afectada por el instantáneo resplandor de la luz, pero después logré que mis ojos se adaptaran a la claridad. Comencé a teclear rápidamente y revisé la bandeja de entrada, casi muriendo de un infarto y queriendo tirar el maldito cacharro por la ventana al leer que tenía un nuevo mensaje de Harry.

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¿Estás teniendo pesadillas otra vez?
Me he dado cuenta de que no has podido dormir.
Dime que no es por mi culpa.

Harry.

Le di un giro de 180 grados a mi cabeza para ver si estaba siendo espiada, mis ojos tan abiertos como un par de platos. ¿Cómo sabía él que estaba despierta? ¿Me estaba mirando? ¿O simplemente fue coincidencia?
Expulsé una gran cantidad de aire y releí tres veces el mensaje de texto, todavía sin poder ceérmelo.

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Pensé que no existía para ti, Styles.
Y no, no he tenido pesadillas, gracias.
De hecho, he dormido bastante bien.

Jo.

"Dime que no es por mi culpa". A veces me impresionaba la autoestima tan alta que tenía este chico.
El celular me vibró otra vez.

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Me estás mintiendo, te conozco aunque no lo creas.
¿Y por qué dices que no existes para mí?

Harry.
PD: necesito que vengas un momento.

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¿En serio es necesario que te responda?
No seas idiota.

Jo.
PD: Y tendrás que arrastrarme para eso.

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Me gusta cuando me desafías, preciosa ;)

Harry .xx

Fruncí el ceño y ladeé la cabeza, mirando el mensaje que acababa de recibir. ¿Pero qué diablos...?
Entonces comprendí cuando lo escuché golpear la puerta. Ésta se abrió súbitamente y quedé paralizada cuando lo vi debajo del umbral, con su corto pantalón de dormir y el pecho divinamente descubierto. De repente sentí un frío recorrerme el cuerpo y acariciarme las piernas; cuando vine a darme cuenta, estaba en ropa interior.
—¿Has solicitado mi ayuda?—Preguntó con voz divertida. Aunque por la oscuridad no podía verle bien la cara, supe que estaba sonriendo.
La humillación me agarró de sorpresa e impidió que pudiera moverme hasta que mi cerebro procesara y comprendiera la gravedad del momento. Cuando mis neuronas hicieron corto, le di la espalda para atravesar mi habitación dando gigantescas zancadas y me tiré en la cama. Tomé rápidamente las sábanas y me enredé en ellas como pude, cubriendo mi desnudez hasta la altura de mis pechos.
—¿Qué quieres?—mascullé.
—¿Lo haces para no provocarme, preciosa?—se rió caminando unos cortos pasos hasta estar completamente dentro del cuarto—. Porque allí no hay nada que no haya visto antes...pero agradezco tu consideración.
—Te pregunté que qué diablos querías—insistí con mi voz áspera, intimidada por su prescencia. Él terminó sentándose a mi lado, tan cerca que pude sentir el calor que irradiaba su cuerpo.
—Sólo quería saber si estabas bien...eso era todo.
—¿Y ya?—pregunté, fingiendo desinterés.
Él asintió lentamente, con los labios apretados.
—Y ya.
—Bien...lo estoy. Te puedes ir.
—Por favor, no has dormido estos últimos días...es más que obvio que algo malo te pasa.
—¿Entonces si lo sabes para qué preguntas?—lo miré con rabia, deseando asesinarlo con la mirada— ¿Y cómo sabes que no he dormido en todos estos días? ¿Me estás acosando?
—No desperdiciaría mi tiempo acosando a alguien que vive bajo mi mismo techo, Jo. Es estúpido, ilógico y suena a algo que haría Reagan—rió un poquito, pero luego sacudió la cabeza y carraspeó—. Como sea... ¿Te has visto a un espejo últimamente? Cualquiera con ojos se daría cuenta que no estás durmiendo bien.
Se me salió una risita ahogada, lo más parecida a la de una persona lunática, y acosté la cabeza en el espaldar de la cama.
—Me estás volviendo loca, ¿lo sabías? No te...entiendo. No me hablas desde el "incidente", actúas como si no existiera...¿y ahora vienes a las cinco de la mañana para regañarme porque luzco como una abandonada? ¿Es eso siquiera normal?
—En parte es tu culpa—comentó sin perder la calma, y precisamente su tranquilidad ante la magnitud del asunto era lo que más me molestaba—, no eres tonta...por lo menos no tanto. Sabes que te lo advertí: no te acostumbres a mí, ¿lo recuerdas?
—Corrección: a la parte buena de ti. Sí, lo recuerdo muy bien.
—Exactamente. No deberías estar tan sorprendida—sacudió la cabeza perplejo—. Dios, me equivoqué, sí que eres tonta.
—Si vas a comenzar a insultarme puedes largarte.
—Tú no quieres que me vaya, preciosa—su voz ronca y lenta me afectó hasta la más insignificante de mis terminaciones nerviosas—. Pensé que tal vez habrían cosas de las que querrías hablarme.
Harry estaba tan cerca de mí que podía escuchar los latidos de su corazón martillar en su pecho. Me aferré a la sábana y me mordí el labio, temiendo a que mis hormonas volvieran a traicionarme. A través de la oscuridad pude vislumbrar su instantánea sonrisa de medio lado, y aunque no podía verla con claridad, supe que era perfecta e irónicamente, sublime. Entorné los ojos e intenté comprender el misterio de su enigmática y peligrosa perfección.
—A veces creo que lo sabes todo—confesé en voz baja, intentándo buscar sus ojos en medio de la oscuridad—, creo que me asustas.
—¿Tanto como para no querer volver a verme?—susurró en mi oído.
—Tanto como para no querer volver a verte—declaré con amargura, sin embargo, era mentira.
—Eso quiere decir que he hecho las cosas bien...misión cumplida, agente Foster.

"He hecho las cosas bien". Sentía cómo el alma se me caía directo a los pies. ¿Qué cosas?

Lentamente y con sumo cuidado, extendí una mano para tocarle el rostro, como si fuera una niña asustada a punto de acariciar a un animal salvaje. Mis dedos temblorosos trazaron un camino invisible desde su frente hasta el puente de su nariz, y desde allí hasta culminar en sus labios. Reprimí una risita estúpida aunque no pude evitar que una sonrisa inocente se dibujara en mis labios. Harry no parecía real, era demasiado hermoso, bastante para este maldito mundo de mierda. Bastante hermoso para mí, para cualquiera.
Y él lo sabía.
—Eres un maldito egoísta, Harry.
—Tú no comprendes, Jo—susurró atrapándo mi dedo índice con sus labios, liberando una descarga eléctrica que no tardó en recorrerme el cuerpo entero—, y no espero que lo hagas.
—¿Por qué me estás alejando de ti más de lo que deberías?—le pregunté con una voz trémula que no me pertenecía.
Mi vista se había adaptado a la oscuridad, y ahora mis ojos podían visualizar su expresión confundida y desconcertada, como si discutiera consigo mismo. Unos segundos después, casi a regañadientes y como si quisiera alejarse de mí, se puso de pie.
Le rogué a todos los dioses habidos y por haber para que no se fuera.
—Debemos tener las cosas claras entre nosotros—habló tan rápido que apenas lo entendí—. Me preocupas...es más que obvio que estás confundida y malinterpretaste mucho las cosas—se pasó una mano por el cabello y ladeó la cabeza—. Olvidémonos del asunto.
Abrí los ojos como platos y la mandíbula me llegó hasta el suelo.
¿Qué?
—Pero tú...
—Nada pasó entre nosotros. ¿Me oíste?
—Yo...
—Nada—repitió haciendo énfasis en la palabra.
De repente fue como si me hubiesen encendido una vela detrás de los ojos, porque ahora me costaba mantenerlos abiertos sin tener que parpadear cada maldito segundo. Abrí la boca pero no se me ocurrió otra cosa que sollozar e hipear como la persona cobarde y débil que era. Me tapé la boca con las dos manos y me ordené dejar de llorar, pero no podía.
Simplemente no podía.
Harry seguía de pie, mirándome, matándome con el verde veneno de sus ojos, no hacía nada más que eso. Quemarme, consumirme. ¿Por qué me estaba mirando tanto? Oh claro, estaba llorando. Estaba llorando por él.
—Vamos, no seas ridícula, Jo—dijo, y escuché que la voz le temblaba mientras sus ojos se enfocaban en diferentes puntos en la habitación—. Yo te...yo te lo advertí, ¿de acuerdo? Deja de llorar...eso no resolverá nada. Para, por favor.
—Cállate—conseguí decir entre sollozos. Me limpié las lágrimas con rabia y cerré mis ojos—Cállate—repetí, mi voz estaba destrozada y ronca—, eres un hijo de puta, Harry. Eres un hijo de puta y te odio. ¿Vienes en medio de la noche sólo para decirme que lo olvide? ¿Así y ya? ¿¡Cómo puedes ser tan insensible y estúpido!? ¿Si no querías tenerme cerca de ti entonces por qué demonios comenzaste a fingir que te gustaba? ¿Por qué me besaste? ¿Por qué...?—Y era todo. Las palabras volvieron a estancarse en mi garganta. Me cubrí la boca con la palma de mi mano y estallé en lágrimas. Deseé que todo esto fuera un sueño, una pesadilla. La mano de Harry sobre mi hombro volvió a traerme a la realidad, pero yo la aparté de un manotazo y le arrojé la almohada con la que me cubría—. ¡Lárgate!—le grité, con el tono afectado de rencor. Me puse en pie de un salto y le lancé lo primero que tenía al alcance, desde mis únicos zapatos de tacón, hasta todas las almohadas de mi cama y unos discos de Elvis que se destrozaron al chocar contra la pared—. ¡Lárgate, maldito, lárgate!
Pero él no se iba, él esquivaba los objetos al azar que le arrojaba y, vacilando, como si no estuviera seguro de lo que haría a continuación, como si me temiera, intentaba acercarse a mí. ¿Para qué? ¿Para decirme en la cara que era una estúpida por haberle creído? ¿Para burlarse? Tomé una de las almohadas que se encontraba en el piso y comencé a golpearlo con ella hasta que terminar de echarlo del cuarto. Cuando iba a cerrar la puerta, él metió una mano y me hizo resistencia.
—¿Qué?—mascullé intentándo cerrar la puerta con todo el peso de mi cuerpo, pero él era más fuerte—. ¿Qué quieres ahora maldita sea, Harry?
—No...puedo irme sabiendo que estás llorando, Jo—empujó hacia delante y yo hacia atrás—. Déjame entrar, no puedo...no quiero verte así por mi culpa.
—Harry, lárgate.
—Jo, vamos, quítate de la maldita puerta o voy pegarle una patada, y no me importa despertar a todo el mundo. ¿Me estás oyendo?
Entonces las piernas me cedieron y colapsé detrás de la puerta, cayéndo seca en el suelo. Me abracé las piernas y escondí mi cara detrás de mis rodillas, pensando que así iba a estar a salvo de Harry. Su mano me agarró la muñeca y comenzó a zarandearme lentamente, quizás porque así creía que iba a mirarlo a la cara. El problema era que no me atrevía. ¿Qué pretendía ahora? No entendía las cosas que pasaban por su cabeza, y no estaba segura de querer hacerlo.
—Mírame, por favor.
—Vete.
—Jo...mírame.
—No, no quiero...sal de aquí.
Al cabo de un segundo escuché la puerta cerrarse y creí que se había ido, hasta lo sentí sentarse a mi lado, y sin perder más tiempo, me rodeó con un brazo y me estrechó contra su pecho desnudo. Podía gritarle, podía pegarle y seguir arrojándole objetos al azar...sin embargo, enredé mis brazos en su cuello y rompí a llorar con la cara apoyada en su torso, escuchándo los rápidos latidos de su corazón. ¿Por qué me derrumbaba delante de él? ¿Por qué seguía aquí? Quería que olvidara las cosas, pero...¿cómo podría hacerlo si él insistía en quedarse?
—Lo siento mucho, mucho Jo—se lamentó, con sus labios contra mi cabello, apretándome con más fuerza a su pecho—, no quería...
—¿Qué?—lo hice a un lado, recordando que lo odiaba, y lo miré a través de mi vista borrosa y difuminada—. ¿Lastimarme? ¿No querías lastimarme?
Silencio.
—Eres un estúpido—escupí después de unos segundos.
—Tú no entiendes Jo, ni...
—Ni tampoco esperas a que lo entienda, lo sé—contesté seca, y me limpié las lágrimas con el dorso de la mano—. Pero quiero hacerlo...o quería. Me estás confundiendo mucho, Harry...y ahora no sé qué pensar.
—Ese es el problema: piensas demasiado. Le das muchas vueltas al asunto y...sacas tus propias conclusiones—me dijo, recostando su cabeza en la puerta—. Te haces daño tú sola, luego ahí vas y piensas otra vez...lo cual es un error...y crees que la culpa es de otra persona.
Rodé los ojos y tragué saliva, ahogando y sofocando un sollozo tras otro. Me pellizqué el puente de la nariz y traté de detener las lágrimas que volvían a empañarme la vista. Una parte de mí aceptaba que era muy estúpida e ingenua por haberme aferrado tanto a las pobres promesas de sus palabras, y la otra, bueno, la otra no lograba entenderlo y estaba confundida.
—Bien—mi voz se formó en mi estómago y salió vuelta un gruñido—. Bien—aclaré mi garganta—, si quieres que lo olvide...bien.
—No suenas muy convencida...pero me lo agradecerás al final, estoy seguro. Siempre gano.
Reí con cinismo y negué con la cabeza.
—Vete a la mierda, Harry.
—Espero que algún día me perdones, Jo.
Antes de ponerse de pie y largarse a su habitación, me dió un beso en la mejilla que duró más tiempo de lo usual. Sus labios presioban mi piel con cuidado y estaban tibios, y las mejillas se me encendieron bajo la carnosa textura de su boca. Cerré mis ojos y aguanté la respiración cuando se apartó lentamente de mí y cerró la puerta tras su espalda. Un segundo después, cuando tuve la certeza de que no podía escucharme, me cubrí el rostro con las manos y rompí a llorar.

(...)

Reagan y mamá estaban discutiendo por una estúpida carrera de autos a la que mi hermana quería asistir esta noche. Mamá no se lo permitía porque, además de que Reagan detestaba los autos, había reprobado tres veces consecutivas sus exámenes mensuales de geometría. Era sábado por la noche, y después de haber visto Skins con Lina esta tarde, la pelea entre mi hermana y mamá era lo más interesante que había pasado en todo el día.
—¡No tiene sentido, tú odias esas cosas!—le había dicho mamá durante la cena.
—¡Las personas cambian, ma!—protestaba mi hermana golpeando la mesa con su tenedor.
—¿Ah, sí? ¿Qué sigue mañana? ¿Luchas libres? ¿Camiones monstruo?
—¡Mamá!
—No irás, Reagan y punto—sentenciaba ella usando el dedo índice—. Fin de la discusión.


Me encontraba encerrada en mi habitación, mirando la puerta, mientras estaba de cabeza y con la sangre prácticamente en el cerebro. Los gritos y rabietas de Reagan se escuchaban por toda la casa; sinceramente ya me tenía aburrida. Si Des estuviera aquí Reagan se comportaría de una manera distinta, pero todavía seguía en el trabajo. Lo mismo sucedía con Harry, pero él había salido de fiesta con sus amigos, siguiendo el curso de su vida normal y olvidándose del corto, breve y efímero nosotros. Feliz.
Yo debería hacer lo mismo, sin embargo, se estaba bien de cabeza.
Lina había venido esta tarde para pasarse un rato conmigo. Me contó su nueva adicción a una serie que Arnold le había recomendado, Skins, y terminó contagiándomela. Miramos todos los episodios por internet y nos reíamos como locas frente al computador mientras comíamos palomitas. El resto del día lo matamos hablando sobre cosas sin sentido, y eso logró que me olvidara de Harry por unos instantes, claro, hasta las veces en que ella se molestaba en mencionarlo, ya sea para criticarlo o para decirme cuánto se moría por meterle su palo de golf en el culo. Era un tema viejo del cual estaba cansada...¿es que no podía superar a Harry? ¿A caso le gustaba y estaba ardida con él porque no la quería de vuelta? Se me ocurrían muchas cosas, pero no debía pensar demasiado.

Fruncí el ceño y tiré mi piernas hacia el frente, dando una pirueta y cayendo sentada en el suelo, de cara al colchón. Crucé mis piernas y estiré mis manos hacia arriba. ¿Cuánto tiempo había durado cabeza abajo? Sentía como si hubiesen pasado mil años, pero cuando miré el reloj, solo habían transcurrido siete minutos. También no me había percatado que Reagan había parado de gritar, por lo que decidí ir a verla y hablar con ella. Necesitaba una distracción, y aunque sea algo egoísta, debía sacar provecho de su reciente estado hormonal y rebelde. Me puse de pie y fui a su cuarto.
Pero no la encontré.
Bajé las escaleras y la busqué en la cocina, en el jardín, y por último, en la sala de estar. Pasé de no sentir nada a estar alerta; no la veía por ninguna parte y temía a que hubiese hecho una locura, una estupidez típica de su edad.
Subí corriendo las escaleras y regresé a su habitación. La registré con la mirada y reparé en la gran ventana que se encontraba abierta de par en par. Me acerqué a ella y miré al exterior: un pequeño vecindario con una hilera de casas iguales, todas con las luces encencidas, recordándome a la pequeña villa que había contruído cuando estaba en tercer grado. Cuando puse las manos sobre el alféizar, mis dedos rozaron una textura suave, como si perteneciera a la de una tela. Bajé la mirada y descubrí que era una blusa vieja de mi hermana...entonces comprendí. Asomé la cabeza y miré por debajo de la ventana, descubriendo una soga trenzada de ropas y pantalones viejos que llegaba hasta el suelo.
No me costó ni un segundo descubrir que Reagan se había escapado a las carreras.

***

¡PERDONEN POR SUBIR TARDE!
Sufrí de un repentino bloqueo mental, alabemos a Charlie por haberme ayudado respecto a la situación de Jo y Harry.
Hoy comienza el maratón, espero que les haya gustado el capítulo de apertura. Lo encontré medio idiota, pero así es la vida XD
En fin cupcakes, con lo del castigo, bueno, ya les dije que fue por leer Fifty Shades. Mi mamá le dijo al PASTOR de la iglesia que investigara de qué se trataba para ver si me lo dejaba leer, ya que "me moría de ganas por hacerlo".
Estoy muerta, he muerto tanto que creo que soy inmortal.
Y bueno, como se habrán dado cuenta, quise regalarles este capítulo al estilo 50 Sombras, un tributo por mi adicción prohibida :')
PD: y perdonen por no haber respondido sus comentarios, como eran muchos y no quería aburrirlas pasando de página, les responderé a partir de este capítulo.

1/5.

Qme dan ganas de pegarte o matarte por haberme dado falsas esperanzas y luego haberte pirado. Pero no lo voy a hacer porque eso significaria impedirte seguir escribiendo asi que mejor nooo ...jagskagsadgakhdkagdahda muerrroooooo es que cmo soy espaola pues el cambio horario es distinto y aqui son las dies y media y m tendre quedar hasta muy tarde para leer tu nove yse supone que mañana madrugo aaaahhhhh me voy a volver loca. OYE PERO LA NOVE Y LOS CAPIS REBUENOS jajajaja

lo amreeeeeed tranquila teddy seguila cuando puedas
y pllooof styles la vuelve a cagar es mas bipolar que yo y yo si que soy bipolar y estoy loca jajaja

Me encantoooo!!!! Siguela ya:( haha

basketballgirl escribió:Qme dan ganas de pegarte o matarte por haberme dado falsas esperanzas y luego haberte pirado. Pero no lo voy a hacer porque eso significaria impedirte seguir escribiendo asi que mejor nooo ...jagskagsadgakhdkagdahda muerrroooooo es que cmo soy espaola pues el cambio horario es distinto y aqui son las dies y media y m tendre quedar hasta muy tarde para leer tu nove yse supone que mañana madrugo aaaahhhhh me voy a volver loca. OYE PERO LA NOVE Y LOS CAPIS REBUENOS jajajaja

Jajaja no quieras matarme, luego entenderás por qué él no quiere que estén juntos.
Tampoco debes madrugar para leer mi fic, los capítulos no van a irse XD Pero lo aprecio mucho, eso sí :)