Re: Proposición Despiadada (Harry Styles Y ______)

por **Devon.** Dom 24 Nov 2013, 10:14 am

C'mon C'mon baby I can't feel you

por **Devon.** Dom 24 Nov 2013, 10:15 am

Te pase otra pagina (toma que fiera que soy reheheheh)

Espero que vuelvas pronto y la sigas ...

Te estare esperando, cuanto sea necesario ...

TKM ;)

besossssssssssssssssssss Mari

por **Aniina** Mar 03 Dic 2013, 12:13 am

Hellooo ladies bellas y hermosas

Que tal estan?

PERDONENME, PERDONENME... estaba super, super ocupada con la uni, especificamente mas con quimica y laboratorio (Puta quimica pero la amo), creo que la profesora me odia en serio... Siento mucho haberme perdido, pero aqui estoy, y tengo casi casi,mejor dicho, tengo una semana libre, al fin , de clases, por la elecciones municipales en mi pais, y bla bla bla... En todo este tiempo, bueno, han pasado tantas cosas, que buaa, es larguito de contar, y pues, no creo que ustedes quieran saber... En serio que las extrañe mucho mucho mucho... Son las Mejores, gracias por tenerme paciencia, y tambien muchisimas GRACIAS POR PASARME DE PAGINA... SON LAS MEJORES DEL MUNDO, LAS AMO CON VIDA PRINCESAS. Respondo primero los comentarios y luego capitulo... Bien.. Aqui estan las respuestas.

magic directioner forever :

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

kissesOfSugar :

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

mari2900 :

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

Barbiih :

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

EileenR13 :

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

JOHANNASAID:

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

fran stiles:

Gracias por tenerme paciencia, son las mejores.

Ahora dedicare capitulo a la que logre pasarme de pagina.♥:)
Gracias por lograrlo mis bebas:D

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

Maraton dedicado a mi adorada y loquisha Mari♥

DISFRUTEN NENAS

♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

Capitulo 14
(Parte 2)

Si hubiera sido un hombre violento, habría utilizado la violencia en ese momento. Cuando miró por encima del hombro de Lana a su encantadora Invitado, que estaba más preciosa que nunca, vio la tensión y el asco en su mirada.

No había oído del todo su conversación, pero sospechaba que Lana debía de haberle dicho algo que a Invitado la había molestado mucho.

Con brusquedad. Harry se quitó las manos de Lana de encima y la empujó. Entonces se acercó a Invitado y le rodeó la cintura con el brazo para atraerla a su lado.

—Lo siento, Lana —le dijo en tono frío—, pero tus problemas maritales no son asunto mío. No eres bienvenida en mi casa. Y, por si Invitado no te lo ha dicho, estamos prometidos.

Lana tardó un momento en recomponerse, y los observó con mirada calculadora.

—Sí, me lo ha dicho. Estaba deseando hacerlo. Pero tú no la amas, Hazz; me amas a mí.

—Sé que no te amo —dijo con una risotada seca—. Nunca te he amado, Lana. Lo nuestro no fue más que un capricho sexual, y se me ha pasado completamente. Me he olvidado de ti.

—¿De verdad? Pues la semana pasada no se te había pasado aún —le soltó—. Estabas muy, pero que muy encaprichado conmigo. Oh, sí, le conté a tu querida señorita remilgada todo lo que me hiciste.

—Estoy seguro de que estabas deseando contárselo —soltó él, detestando la tensión que notó en Invitado—. Al igual que yo estoy deseando que salgas de mi casa.

Sacó su teléfono móvil del pantalón y pidió un taxi. No le costó pedir lo que quería, ya que la compañía de taxis sabía que era un cliente muy bueno.

—Dentro de diez minutos tendrás un taxi en la calle —le dijo a Lana, que estaba que echaba humo—. No le hagas esperar.

—¡No me puedes hacer esto! —gritó—. Te denunciaré, asqueroso. Te llevaré a juicio para que me pases una pensión.

—Si lo haces, vas a perder, condesa— Nada más casarte, perdiste cualquier oportunidad de sacarme ni un centavo. Ahora, vístete. Tus diez minutos ya están corriendo. Vamos, Invitado, el olor en esta habitación es insoportable.

Harry la sacó de la habitación, pero sintió la resistencia en su cuerpo.

—No dejes que Lana nos lo estropee todo, Invitado —le dijo mientras la conducía por el pasillo.

—Te acostaste con ella —respondió Invitado en tono rotundo e incrédulo—. Estaba vestida de novia.

—Mira, no terminé. Lo dejé en cuanto me di cuenta de lo que estaba haciendo. Por eso bebí tanto en el vuelo de vuelta a casa. Porque estaba completamente asqueado conmigo mismo por permitir que esa fulana estuviera a punto de seducirme. Confía en mí cuando te digo que ya no la quiero. Es a ti a quien deseo, Invitado. Tienes que creerme.

Invitado se detuvo en el rellano de la escalera y lo miró con gesto dolido.

—No, Harry —dijo en tono vacío y sentido—. No tengo que creerte.

Entonces se soltó de él y corrió escaleras abajo. Harry fue tras de ella, movido por el miedo que le atenazaba las entrañas.

—¿Qué vas a hacer? —le gritó.

Ella no respondió, tan sólo corrió más deprisa.

El la alcanzó en la puerta de atrás, le agarró del brazo y le dio la vuelta para que lo mirara.

—No puedes huir de mí así. Tenemos que hablarlo.

Ella negó con la cabeza; estaba pálida pero en su mirada había determinación.

—No hay nada de qué hablar. No puedo casarme contigo, Harry. Ni vivir contigo en esta casa.

—¡Pero si te encanta esta casa!

—Ya no.

—¿Por qué no? ¿Maldita sea, Invitado, qué es lo que te ha dicho Lana?

—No importa.

—Pero a mí sí. Dímelo.

—Muy bien. Me ha dicho que lo habéis hecho por toda la casa; incluso en el garaje.

Harry hizo una mueca de asco. ¡Qué demonios!

—Compraré otra casa —dijo directamente.

Ella negó con la cabeza, tristemente.

—Oh. Harry. No puedes arreglar este problema con dinero. El caso es que yo…

—¿Qué?

Ella negó con la cabeza, visiblemente angustiada.

—Me doy cuenta de que no puedo casarme sin amor. Lo siento, Harry; lo siento mucho, pero he tomado una decisión y esta vez no conseguirás hacerme cambiar de opinión. Me marcharé en cuanto recoja todas mis cosas. No te preocupes por la indemnización por despido; renunciaré a ello por no haberte dado las dos semanas de aviso.

—¡No te atrevas a devolverme el maldito anillo! —le soltó Harry cuando vio que ella empezaba a quitárselo.

—De acuerdo —respondió ella en ese tono tranquilo que tanto solía gustarle a él, pero que en ese momento le estaba volviendo loco—. No te lo devolveré.

Harry frunció el ceño y se quedó boquiabierto cuando ella fue hasta la piscina y lo tiró al agua. Como gesto era tanto dramático como concluyente. Harry la observó que se alejaba con la cabeza bien alta.
Por una parte, quería ir detrás de ella y tomarla entre su» brazos, pero por otra sabía que la técnica de cavernícola no funcionaría. Esa vez no.

Así que se dio la vuelta para enfrentarse a Lana por última vez antes de que se marchara. Llegó a las escaleras justo cuando ella bajaba con unas maletas en la mano.

—Tú sabías que el conde era gay cuando te casaste con él, ¿no?

—Por supuesto —le soltó ella.

—Te pagó para que te casaras con él.

—Vaya, vaya, Sherlock Holmes y tú harías buena pareja; pero la señorita repipi y tú, no. ¿Y sabes por qué no, Harry? Porque está enamorada de ti.

—¿Cómo? Y te lo ha dicho a ti, ¿no?

—No con esas palabras. Pero siempre he sabido que Invitado estaba enamorada de ti. Las mujeres sentimos estas cosas en otras mujeres. Por eso no podía soportarla.

—Estás equivocada —dijo él, pensando que si Invitado lo amara no se marcharía.
Lana se echó a reír.

—¿Por qué no te puede amar. Harry? Pero no te lo pregunto porque no lo sepa. No quieres el amor de una mujer, ¿verdad? Sólo quieres su cuerpo. Y, en el caso de Invitado, su destreza para dirigir la casa sin contratiempos. La muy boba va a pasarlo mal si se casa contigo. Y tú, que eres un canalla, un hombre frío e interesado, en cuanto te aburras de la sosa y aburrida de tu novia vendrás a buscarme. ¿Y sabes qué, cariño? No te rechazaré. Pero la próxima vez, tendré un precio.

—Las rameras siempre lo tienen, Lana. Pero tengo que darte una noticia. No sé si Invitado me ama o no, pero yo sé que la amo, más de lo que habría creído posible amar a nadie. Invitado no es el juguete de ningún hombre. Ni es sosa o aburrida. Es una mujer cariñosa, inteligente y sexy. Oh, sí, es muy sexy, de un modo que tú jamás soñarías ser. ¡Ahora sal de aquí o lo sentirás!

—Eres tú quien va a sentirlo —lo amenazó con la cara sofocada.

—Déjame en paz, ¿quieres? —dijo Harry con desprecio mientras abría la puerta de la casa—. Vuelve a Milán, donde puedes ser lo que siempre has sido: una mujer vanidosa y superficial.

Lana resopló muy enfadada, y salió de allí echando humo.

Harry cerró la puerta de golpe, se dio la vuelta y se dirigió a la cocina muy pensativo. ¿Sería posible que Invitado lo amara?

Apenas se atrevía a creerlo. Él no era digno de su amor.

Lana tenía razón. Hasta hacía poco, había sido un canalla, un tipo frío e interesado.

Sin embargo, tenía que averiguarlo. Tenía que conseguir que Invitado lo mirara a los ojos y le dijera que no lo amaba.

por **Aniina** Mar 03 Dic 2013, 12:17 am

Capitulo 15

Cuando se oyeron unos golpecitos a la puerta, Invitado gimió exasperada. Estaba recogiendo sus cosas lo más rápidamente posible, sabiendo muy bien que Harry no la dejaría marcharse así como así.

Las dos maletas con las que había llegado hacía dieciocho meses estaban llenas, y la ropa que se había comprado ese día estaba guardada otra vez en las bolsas de plástico. En cinco o diez minutos habría podido salir de allí.

Invitado se preparó para más argumentos estilo Harry, y fue a abrir la puerta.

—Por favor, no empieces otra vez —le dijo nada más verlo—. Me marcho en un rato y no hay más que hablar.

—¿Me amas?

La inesperada pregunta la pilló de sorpresa.

—Lana me dijo que sí —continuó Harry, buscando su mirada.

Invitado sabía que confesar su amor por él sería su perdición. Un rato antes había estado a punto de reconocerlo, pero se había contenido justo a tiempo.

—¿Y qué sabrá ella? —le respondió Invitado.

—Ésa no es una respuesta, Invitado. Quiero oírte decir que no me quieres. Porque yo te quiero a ti.

La sorpresa ante aquella inesperada afirmación dio rápidamente paso a la furia.

El ruido de su bofetada resonó en la noche.

Harry maldijo mientras se tambaleaba hacia atrás en el pequeño rellano y se llevaba la mano a la mejilla caliente, con los ojos muy abiertos.

—Decirle a una mujer que se la ama cuando no es verdad es más de lo que nadie podría soportar —gritó Invitado con los ojos llenos de lágrimas—. ¡Sal de aquí! —gritó mientras lo empujaba en el pecho con violencia—. ¡Vete de mi vista!

Él le agarró de las manos y la zarandeó.

—Es cierto, Invitado. Te amo.

—No te creo —sollozó ella—. Sólo lo dices para conseguir lo que quieres.

—Estás equivocada —respondió él mientras negaba con la cabeza—. Si lo piensas bien, no es algo que yo diría si no lo sintiera.

Invitado gimió con desesperación; porque, contrariamente a lo que decía él, ella estaba segura de que lo diría si fuera necesario.

—Estás disgustada. Invitado, y no puedes pensar a derechas. Mira, Lana se ha ido. ¿Por qué no vienes conmigo a casa y te sirvo un brandy? Necesitas calmarte; estás muy nerviosa.

Primero mentiras, y ahora amabilidad. Después empezaría a besarle la mano, y ella no sabría ya ni dónde estaba.
¡Pero ya no pensaba caer en eso nunca más!

—No quiero ir a tu casa a tomar un brandy —dijo mientras se atragantaba con las lágrimas que le rodaban por las mejillas—. Quiero salir de aquí, y alejarme de ti.

por **Aniina** Mar 03 Dic 2013, 12:21 am

Capitulo 15
(Parte 2)

Harry vio la verdad en su expresión, oyó la verdad en su voz. Lana tenía razón. Ella estaba enamorada de él, lo amaba. Si no lo amara, no se pondría así.

—Y quiero que me quites las manos de encima —continuó rabiosa sin dejar de llorar.

Harry hizo una mueca de pesar mientras trataba de hacer lo correcto. Su primer impulso fue el de estrecharla entre sus brazos para demostrarle cuánto la amaba; pero se daba cuenta de que eso podría ser muy negativo para él.

—De acuerdo —murmuró mientras le quitaba las manos de los hombros—. Pero no creo que debas irte a ningún sitio esta noche, Invitado. Estás demasiado nerviosa para conducir.

—No te atrevas a decirme lo que puedo y no puedo hacer. Soy adulta y sé exactamente lo que soy capaz de hacer. Y sé también de lo que tú eres capaz, Harry. Practicaste el sexo con ella con el vestido de novia puesto.

Harry hizo una mueca. Si pudiera retroceder en el tiempo, no habría ido a Milán la semana anterior. Pero su amor propio le había empujado a hacerlo.

Lana había sido la primera mujer que había roto con él, y sencillamente no había podido soportarlo. Y no porque la amara, sino porque había pensado que era de su propiedad. Ella le había herido en su orgullo al dejarlo por otro hombre.

Invitado no lo dejaba por otro hombre. Lo dejaba y punto.

Pero tenía que encontrar el modo de llevar mejor todo aquello si no quería perderla.

—¿Adonde irás? —le preguntó él en voz baja.

—Eso no es asunto tuyo.

Harry trató de que no le entrara el pánico; y se consoló pensando que fuera donde fuera, Invitado llevaría encima su teléfono móvil. En el presente era muy fácil contactar con la gente. Y si las cosas se ponían feas, podría contratar a un detective privado para que la buscara.

—Lo nuestro no termina aquí, Invitado. Ella se limpió las lágrimas de los ojos y lo miró con intención.

—Oh, sí, sí que termina aquí. Harry. Ahora, si haces el favor de quitarte de en medio, tengo que llevar las cosas al coche.

Harry decidió que Invitado tampoco iba a querer su ayuda. ¡Era desesperante no saber lo que hacer! Jamás se había sentido tan mal en su vida. Dejarla allí le parecía un gesto débil y cobarde. ¿Pero qué más podía hacer?

—Te llamaré —le dijo antes de darse media vuelta y marcharse.

Con cada escalón que bajaba Harry se hundía más en la miseria. Su instinto de cavernícola le decía que estaba cometiendo un error al dejar que ella se marchara de ese modo. Pero su parte de hombre liberal, su parte más sensible, la parte que estaba descubriendo desde que estaba con Invitado, le decía que tenía que ser paciente.

Nunca había estado enamorado en su vida.

Era una tortura aquello del amor.

Cuando oyó el ruido del coche de Invitado avanzando por el camino. Harry sintió como si alguien le arrancara el corazón. Ella se había ido; se había marchado de verdad. Ella le había dicho varias veces que no tenía amigos, de modo que se quedó todavía más preocupado. De repente, la casa se quedó muy silenciosa.

—La recuperaré —dijo Harry mientras se tomaba un trago de brandy—. Si no es mañana, al día siguiente; o al otro.

Su tono era firme; pero en el fondo. Harry no estaba nada convencido. Como había dicho Invitado, no podía comprarla, ni persuadirla con palabras de amor; sencillamente, porque ella no le creía.

Seducirla una segunda vez tampoco era una opción viable.

¿Entonces qué le quedaba?

Por primera vez en muchos años. Harry estaba perplejo.

por **Aniina** Mar 03 Dic 2013, 12:27 am

Capitulo 16

El doctor Daniel Bayliss estaba leyendo en su salón cuando sonó el timbre de la puerta. Echó un vistazo a su reloj con cierta incertidumbre, se puso de pie y fue a contestar.

Al ver a su hija allí a la puerta de su casa Daniel sintió una alegría instantánea, a pesar de la cara de aprensión de Invitado.

—¡Invitado! —exclamó—, ¡Pero qué alegría verte! Pasa, pasa…

—Ay, papá —exclamó antes de echarse a llorar.

A Daniel se le encogió el corazón. Su hija no le había llamado así desde que tenía diez años.

Daniel hizo lo que haría cualquier padre. Se adelantó y la abrazó, llorando él también. En ese momento, supo cómo se habría sentido el padre del hijo pródigo; aunque su caso fuera más bien el del padre pródigo.

¿Le habría perdonado Invitado por lo que había hecho? Esperaba que fuera así.

Pero sospechaba que no era eso lo que la había llevado a su puerta. Había algo más.

—Pasa. Invitado —le dijo con delicadeza.

La condujo a la cocina, donde hizo que se sentara a la enorme mesa de madera mientras él ponía agua a hervir. Entonces le puso delante una caja de pañuelos de papel. No le preguntó nada ni dijo nada. Se quedó esperando pacientemente hasta que Invitado quisiera empezar a hablar.

—Tienes buen aspecto —dijo ella por fin.

—Tú también.

Nunca la había visto tan bien.

Ella se echó a reír, luego sollozó, y empezó a llorar otra vez. Su padre le acercó la caja, y ella sacó unos cuantos pañuelos para limpiarse con gesto enfadado, como si le diera mucha rabia llorar otra vez.

—¿Dónde está Barbra? —le preguntó después de sonarse la nariz y de tranquilizarse un poco.

—En África, trabajando para las Naciones Unidas.

Invitado frunció el ceño.

—¿No te casaste con ella?

—No. Me di cuenta después de que tú te marcharas de que no la amaba. Lo creas o no, tu madre fue a la única mujer a la que quise.

—¿Entonces por qué le fuiste infiel?

Daniel sacudió la cabeza.

—Muchos hombres les son infieles a sus esposas aunque las amen, Invitado. A veces es difícil explicar el porqué. Para el hombre, el sexo no es siempre una expresión de amor; sino que atiende otro tipo de necesidad. En algunos, la necesidad es puramente sexual. O tal vez buscan una experiencia nueva; un poco de emoción que le dé sabor a sus vidas rutinarias. Para mí, creo que fue la necesidad de saber que aún seguía vivo. Y, por supuesto, las atenciones de Barbra me subieron la moral. Siento que tuvieras que enterarte de que no era el héroe que tú imaginabas, Invitado. Pero la verdad es que la mayoría de los hombres no lo son. Tan sólo son seres humanos, con todos los fallos que tiene un ser humano.

—En eso tienes razón —le dijo con amargura.

Daniel se dio cuenta de que las cosas tenían que irle mal para que Invitado se hubiera presentado en su casa. Cuando se había marchado hacía un año y medio, había dicho que jamás volvería a hablar con él.

Y él la había creído.

Sin embargo Invitado engañaba, y su personalidad aparentemente tranquila y compasiva ocultaba un corazón que era a la vez muy sensible y testarudo.

—¿Por qué no me hablas de él? —le preguntó su padre con delicadeza.

Ella levantó la cabeza y lo miró.

—Vamos —dijo Daniel—. Por eso has venido a casa, ¿no? Para tener un hombro donde llorar. Y yo te quiero, Invitado. Soy tu padre. También he dado algunos buenos consejos en mi vida. Ser médico no siempre se limita a recetar medicinas. La mejor medicina es a veces saber escuchar y hacer sugerencias sensatas.

—Mientras no me digas que he sido una estúpida.

—¿Por qué? ¿Lo has sido?

Ella asintió.

—Sí. He cometido una estupidez enorme.

—Entonces no necesito decirte lo que debes hacer. ¿no crees? Vamos a preparar una taza de té y luego puedes contarme lo que has estado haciendo estos dieciocho meses.

por **Aniina** Mar 03 Dic 2013, 12:47 am

Capitulo 16
(Parte 2)

Invitado le contó todo. No fue fácil, sobre todo cuando tuvo que contarle lo que había pasado esos últimos días. Pero no se dejó nada en el tintero. ¿Qué sentido tenía confiar, si uno no lo contaba todo?

Él no la interrumpió; ni le hizo preguntas tontas. Sólo le dejó hablar, y hablar.

Invitado concluyó su historia contándole la discusión que acababa de tener esa tarde con Harry, además de su dramática marcha.

—Nunca debí acceder a casarme con él —dijo ella con pesar—. Pero fui débil. Al principio, sólo quería acostarme con él. Y luego… quise seguir a su lado.

Daniel suspiró.

—El deseo sexual es un impulso muy potente, Invitado.

—Por eso he tenido que marcharme —gritó ella—. De haberme quedado, él tal vez me hubiera llevado a la cama. Y seguramente yo habría accedido. No soy capaz de pensar a derechas cuando estoy con él.

—Lo amas, hija.

—Tal vez no; tal vez sea lo mismo que tú sentiste con Barbra.

—Tú no crees eso, Invitado; ni yo tampoco. Te conozco, y sé que amas a ese hombre. Y él te ama a ti, si no me equivoco.

Invitado miró a su padre.

—¿Cómo puedes decir eso?

—Invitado, ningún hombre pide matrimonio a su ama de llaves sólo para que ella no se marche, por muy bien que haga su trabajo.

Invitado negó con la cabeza.

—Tú no lo entiendes. Harry tiene una manera muy distinta de hacer las cosas. Créeme cuando te digo que no me ama. Lo que le gusta es tener la casa bien organizada, sin problemas. Por eso me pidió que me casara con él; para mantener el mismo nivel. Si además conseguía con ello asegurarse una compañera de cama conveniente, mejor que mejor.

—Tal vez eso fuera cierto en principio —concedió su padre—. Pero sus sentimientos debieron de cambiar en algún momento, seguramente en ese hotel en Wollongong. Porque la conversación que has mantenido con él esta tarde no me ha parecido algo tranquilo. Maldita sea. Invitado, le llamaste mentiroso, le diste una bofetada y le gritaste. Sin embargo, sigue queriéndote. Créeme Invitado, eso es amor.

Invitado abrió la boca para hablar, pero tardó unos segundos en decir nada.

—¿Lo piensas de verdad'?

—Lo pienso de verdad —respondió su padre con resolución—. Así que, sí. Invitado, creo que has sido una estúpida. Pero no del modo que tú crees. Empezaste a serlo desde e! momento en que te marchaste sin hacer lo que Harry te pidió que hicieras. Cálmate y ve a hablar con él.

—¡Pero él se acostó con esa mujer tan desagradable! ¡Hace menos de una semana!

—¿Y qué?

—¿Y qué?

—Sí, y qué. Está claro que se sintió mal consigo mismo después. ¿Dime, hija, no estuvo a tu lado cuando apareció esa mujer?

—Sí…

—¿La miró como si quisiera tirársela ahí mismo?

—No…

—¿La puso de patitas en la calle sin miramientos?

—Sí, pero…

—Pero nada. Ese hombre merece una medalla por su conducta ejemplar en circunstancias difíciles. ¿Y qué hiciste tú? Tirar el anillo a la piscina.

—Bueno, yo…

—¿Vamos a ver, quieres o no a ese hombre?

—¡Llevo una hora diciéndote que sí!

—Bien. Ahora, tengo que aclararle algo a tu mente femenina. Me has dicho que ayer te hizo el amor en el garaje, ¿no?

Invitado se puso colorada al pensar en lo que habían hecho.

—Sí. ¡Y también se lo hizo a la otra en el garaje!

—No, no es cierto. Practicó el sexo en el garaje. A ti te hizo el amor. ¿Cuántos años dices que tiene Harry?

—Cuarenta.

—Cuarenta —repitió su padre en tono seco—. Por amor de Dios, Invitado, un hombre de su edad y su riqueza habrá tenido a muchas mujeres. Dudo que esta Lana sea la primera a la que se lo ha hecho en el garaje; o en una mesa de comedor. Una de las razones por las que te enamoraste de él fue porque es un hombre de mundo, un hombre experimentado. Te conozco bien, Invitado. Te gustan los hombres de éxito; te gusta que sepan qué pedir en un restaurante o qué vino encargar. Y también que sepan hacer bien el amor. Incluso cuando eras adolescente tus novios tenían siempre unos años más que tú. Todos vestían bien y tenían coches elegantes.

Invitado tuvo que darle la razón.

—Sí, es cierto.

—Disfrutarás mucho siendo la esposa de un millonario. Sobre todo de uno que te ama.

—¿De verdad crees que me ama?

—Sí. Pero lo que yo piense no importa, hija. ¿Qué piensas tú?

—Creo que sería muy estúpido por mi parte pensarlo sin tener más pruebas; pero también que debería ir a averiguarlo.

—Eres una chica muy sensata, Invitado.

—Además, se me ha ocurrido otra cosa.

—¿El qué?

—Cuando lo hicimos en el garaje… no utilizamos protección.
Su padre frunció el ceño.

—¿Quieres decir que podrías estar embarazada?

—Es posible.

—Entonces necesitas volver y hablar con él.

—¿Qué hora es?

—Las diez y media pasadas. A estas horas sólo tardarás unos veinte minutos en coche a Hunter's Hill. ¿Por qué no vuelves, antes de que se te ocurra alguna otra razón para no ir?

Invitado hizo una mueca.

—En cuanto aparezca, va a pensar que ha ganado.

—Lo dudo mucho. No tienes idea de lo tremenda que puedes ser, Invitado. cuando pierdes los estribos.

Invitado suspiró y se puso de pie.

—Tal vez ya no quiera verme. Le di una bofetada. Y también lo empujé; y sé que odia esa clase de comportamiento.

—Sigue queriéndote. Me apuesto lo que quieras. Ahora, vete.
Ella sonrió.

—Gracias, papá. Yo también te quiero, ya lo sabes. Siempre te he querido.

—No tienes ni idea del alivio que siento. Invitado —dijo su padre con voz ronca de la emoción—. Te he echado muchísimo de menos.

Ella se retiró y lo miró a los ojos; y sólo entonces se dio cuenta de lo mucho que le había dolido su separación. Ella había intentado castigarlo, por supuesto, pero ya era suficiente.

—Hice mal en alejarme de ti así —le dijo con verdadero pesar.

—Fui yo quien hice mal. No puedo decirte lo mucho que me alegro de que tu madre no se enterara. Porque ella no se enteró, ¿verdad?

—No.

—Gracias a Dios. Vete, Invitado. Y escucha lo que ese hombre tenga que decirte esta vez. Escúchalo de verdad y no lo juzgues.

—Lo haré, papá. Mira, seguramente no volveré esta noche —añadió—, Pero te llamaré mañana, te lo prometo.

___________________________________

Bueno mis amores, hasta aqui el maraton
Espero les guste♥
Las amo inmensamente.:)
Ya faltan solo 5 capitulos para que termine esta novela...
Me podrian pasar de pagina, como lo hicieron? O es mucho pedir?
Son las mejores...
Aqui les dejo mi Twitter y Skype a las que quieran agregarme, por si quieren saludarme, hablar conmigo, insultarme por no subir capitulos, etc, todo lo que quieran.
Tw: @AniinaOfficial
Sky: AninaOfficial
Las amoo... Bye, nos leemos luego. :D
Cuidense hermosas♥:)xxx

por **||Hazzy||** Mar 03 Dic 2013, 5:38 am

fabulofantastico el maraton como la dejas asi en lo mas fenomenal porfa siguelaaaa go go rayis ve por el mija sigue porfa besos xox

por **||Hazzy||** Mar 03 Dic 2013, 5:39 am

sigueeeeeeeee

por **||Hazzy||** Mar 03 Dic 2013, 5:40 am

por **||Hazzy||** Mar 03 Dic 2013, 5:41 am

por **||Hazzy||** Mar 03 Dic 2013, 5:41 am

@-}--<3

por **||Hazzy||** Mar 03 Dic 2013, 5:42 am

★●★●★●◎★●◎★●◎

por **||Hazzy||** Mar 03 Dic 2013, 5:43 am

★☆●◎★☆●◎★☆●◎■

por **||Hazzy||** Mar 03 Dic 2013, 5:44 am

por Contenido patrocinado

ϟ hypatia. aka Kate. MP ϟ Ver perfil.	ϟ dépayser aka Lea. MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae aka . MP ϟ Ver perfil.	ϟ Stark. aka Cande. MP ϟ Ver perfil.

ϟ Legendary. aka Steph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ chihiro aka Zoe. MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu aka Teph. MP ϟ Ver perfil.	ϟ Calore aka idk. MP ϟ Ver perfil.

ϟ ego. aka Kalgh/Charlie. MP ϟ Ver perfil.	ϟ Asclepio. aka Gina. MP ϟ Ver perfil.
ϟ mieczyslaw aka Alec. MP ϟ Ver perfil.