All Over Again [Harry Styles]. Continuación.

Me encantoo...siguela pronto porfa!
Leí tu respuesta a un comentario mio...claro que no la voy a dejar de leer, la amo, estoy demasiado obsesionada con esta novela como para dejar de leerla porque le empezaste a poner nombre a la protagonista; creo que ya me estoy empezando a acostumbrar al nombre de todos modos. Por cierto la idea del video y del soundtrack me parecen estupendas, gran idea!
Besos, bye ;)

Bueno, solo cimbro pata decirte que leí tu sexy Capitulo, yo se que todas esperábamos 1313 pero sé que en el siguiente tendremos lo que queremos Cx
Eso... No es muy largo mi coment pero igual(: comento jaja

*comento

No iba a decírselo ni en un millón de años, pero era una de mis... pequeñas... fantasías. Jamás lo había creído posible ni lo había pensado regularmente, pero me generaba emoción hacer un acto tan ruidoso y desordenado en lo que podría decirse la catedral del silencio y el orden. Suponía que era parte del líbido que a todas las personas nos llame la atención y nos atraiga lo prohibido. Así como a mí me atraía Harry en un mundo en el que tenía que ser lo opuesto a lo que él era o en lo que me convertía cuando estaba junto a él.

- Sorpresa. -susurró en mi oído, atrayéndome a él por mi cintura, una vez que hubo abierto la puerta de la biblioteca.- ¿Adivinaste? -volvió a murmurar, la vibración de su voz cosquilleando mis oídos y extendiendo el estremecimiento por toda mi nuca.

Asentí levemente, corriendo mi cabeza hacia la izquierda para quitar su boca de mi oreja y atraparla con la mía en su lugar. Harry no dejó que profundice el contacto, separándose para quedar a su altura considerablemente lejos de mi alcance. Bufé y quise golpear mi pie contra el piso en señal de capricho. Odiaba cuando él estaba al control y a la vez me fascinaba toda la anticipación que generaba en mí. Era odioso y excitante a la vez, de una forma que lograba exasperarme. Me soltó con una sonrisa, esa sonrisa controladora de la cual solo podía suponer que iba a hacerme esperar más. Gruñí y rodé mis ojos, alejándome de él. No me había quedado más opción que recorrer el lugar, mientras veía de reojo como Harry trababa la puerta desde adentro y movía algunas cosas de lugar. Había estado una sola vez ahí, pero en ese momento me parecía más grande. Tenía estanterías repletas de libros, algunos viejos y abandonados desde hace años, y otros nuevos y ordenados por todos lados. La limpieza predominaba en el lugar, por más antigua que pudiera ser su estructura. Miré hacia arriba para observar la arquitectura, la madera tallada decorando el ambiente, de una forma tan detallista que parecía irreal. Todo era añejo y se notaba su desuso y la falta de una remodelación, pero era linda a su estilo. La acústica del lugar estaba hecha precisamente para mantener el sonido de afuera alejado de la sala, y viceversa. Parecía ideal para hacer el tipo de cosas que ibamos a hacer, pero a la vez parecía desubicado. No es la clase de lugar donde debería hacerse y ese contraste es lo que hace que a todo el mundo le llame la atención hacerlo.
Continué mi recorrido por uno de los pasillos, deslizando mi dedo índice para confirmar lo impecable que estaban los estantes. Irónicamente, estaba en la sección de religión. Biblias, libros sobre el budismo, judaísmo y otras miles de religiones que desconocía, adornaban las repisas con su tinte tradicional y anticuado. Sonreí para adentro y negué repetidas veces por el mismísimo tono sarcástico de la situación, ordenándome a continuar caminando. Pero algo me detuvo. Sus brazos en mi cintura, atrayéndome hacia su frente. Me sobresalté por el tacto, relajandome enseguida al sentir su respiración en mi cuello. Su nariz se rozaba contra este, moviéndose suavemente, buscando que ladeara mi cabeza hacia mi derecha para otorgarle acceso pleno, algo que no hice. Iba a continuar con mis brazos cruzados pero decidí poner mis manos sobre las suyas, sin encontrar otro lugar donde colocarlas. Aún estaba enojada con Harry y su manipulación reiterativa. Pareció notarlo, cuando sus manos se adentraron en mi ropa y con un solo movimiento brusco logró hacer que mi cuello quede expuesto a él. Mientras me besaba la piel libre de mi cabello, acariciaba mis costillas y mi estómago con sus frías manos. Contacto que no hizo más que generarme un escalofrío y una sonrisa de su parte sobre mi nuca.

- Detesto cuando haces esto. -musité, mi resistencia en su máxima expresión, mientras humedecía mi cuello y suspiraba sobre él para que la piel se erice.
- ¿Hacer qué? -murmuró entre besos.
- Esto. -señalé sus manos.- Provocarme, jugar conmigo.
- Es divertido.
- No lo es.
- Si lo es. Ahora que ya no hay más juegos, sabes lo que va a suceder. Desde el principio lo sabías, deberías tranquilizarte y aprender a dejarte llevar un poco más. -aconsejó, mordiendo mi piel.

Suspiré sin poder evitarlo. Mordí mi labio inferior por su contacto y cercanía, mi mente y mi mirada volviéndose una nebulosa. Pero, de repente, una luz. Jugar, dejarme llevar y provocar se unieron en mi cerebro en una perfecta cadena de relaciones. Ok. Él quería jugar. Ya había sido su turno y había ganado. Pero los juegos siempre tenían al azar dando vueltas y cambiando el destino. Y, en ese momento, era mi turno de dar vuelta el juego a mi favor. Giré sobre mi propio eje, enfrentándolo. Sus ojos estaban algo oscurecidos y rompí el contacto para besar su mandíbula. Sus defensas cayeron y su mandíbula se tensó notablemente, cerrando sus ojos. Me acerqué a su oído cuando noté mi cintura libre de sus manos, susurrando suavemente.

- Es mi turno de jugar.

Me solté de él frente a su mirada confundida y, sonriéndole, giré para salir corriendo. Escuché como bufó en frustración y reí. Corrí por todos los pasillos, esquivando a Harry y sus pasos que se sentían en el silencio del lugar, intentando ser lo más sigilosa posible. Mi corazón latía fuertemente al cabo de un minuto repleto de adrenalina y anticipación por nuestro pequeño juego.

- Esto no tiene sentido, Kate. -dijo, su voz sonando divertida.- Voy a encontrarte, estamos solos aquí.
- Desde el principio sabes como vamos a terminar, entonces deberías jugar. -repetí el significado de su frase, mientras continuaba escondiendome por diferentes lugares para que no me encontrara.

Sentí su risa una vez más y me adentré en el último pasillo. Me sostuve de una de las grandes estructuras de libros, más del doble de mi altura, observando el resto del lugar desde allí en busca de su presencia, con una sonrisa y la respiración agitada. Pero sin que lo esperara, Harry tomó mis caderas, girándome hacia él con rudeza, logrando que chocara contra el estante de libros de sólida madera antigua. Grité sobresaltada y divertida, mientras él me mantenía presionada contra los libros, su respiración igual de irregular que la mía y su sonrisa victoriosa. Repetí el gesto por inercia y me besó. Sin ninguna paciencia ni ternura. Había posesión, diversión y adrenalina mientras recorría mi boca por completo. Sus brazos se aferraron a mi cintura con fuerza, igual que los míos en su cuello para tener mejor acceso. No aguante la intensidad de sus besos y gemí en su boca. Sentí su corazón latir con rapidez contra mi pecho y eso pareció enloquecerme aún más, mientras él presionaba más nuestros labios, como si quisiera consumirnos allí mismo a los dos. Mientras me distraía con el contacto desesperado, sus manos desabotonaron mi pollera y cayó libremente hacia mis pies. Me separé unos centímetros con mis ojos bien abiertos y salí de ella. Me observó lascivamente antes de levantarme de mi lugar para que mis piernas se unan a su cintura, algo moderadamente fácil por su altura y mi peso. Sus labios fueron a mi cuello, mientras nos giraba para apoyarnos contra el otro lado lleno de libros, más precisamente en una escalera fija para buscar los tomos de mayor altura. Parecía estar más cómodo de esa forma, mientras me reclinaba sobre la pequeña escalera y no me dejaba más opción que aferrarme a su espalda entretanto él me enoloquecía con su lengua y su boca en mi piel.

- ¿Qué le has dicho para salir? -susurré, casi sin voz. Me había dejado sin sentido. Mi mente ahora comenzaba a desaparecer y a reemplazarse por una nube sin razón ni conocimiento alguno.
- Enfermería. -gruñó, su voz reproduciéndose en mi interior, mientras quitaba mi sweater por encima de mi cabeza y dejaba un corto beso en mis labios al terminar con su propósito, volviendo a mi cuello.
- Es buena excusa. -admití, volviendo a sostenerme de su cuerpo.

Lo sentía cerca, pero lo quería más cerca aún. Deslicé mis manos con cuidado para sacar su abrigo pero se separó de mí impidiéndomelo. Fruncí el ceño por el frío que me golpeó repentinamente, y lo vi negando repetidamente. Mi confusión aumentó. No comprendía nada de lo que estaba sucediendo y solo tenía una cosa en mente, algo que él parecía no querer darme. Volvió a mí, retomando sus besos mojados y su arduo trabajo en mi cuello, volviendo a mi oreja, mordiendo el lóbulo de esta ganándose un jadeo de mi parte.

- Esto es solo un arreglo de cuentas, cariño. No tenemos mucho tiempo.

Gemí al comprender sus palabras. No tendríamos sexo, pero él buscaría la forma de liberarme. Y la simple idea ya encendía mi cuerpo desde la punta de los dedos de mis pies, hasta el último cabello que poblaba mi cuero cabelludo. Mi cabeza daba vueltas, mareada, mientras miles de posibilidades cruzaban mis ojos. La anticipación parecía matarme, mientras me arqueaba hacia a él dejando que hiciera lo que quisiera conmigo. Me sentí imposiblemente más débil en ese momento, pero lo necesitaba. Odiaba volver a recordar las bromas de Mandy y su insistencia respecto al tema, porque resultaba que era verdad. Dependía mi parte sexual; ellas lo sabían, yo lo sabía y, por suerte, Harry también lo tenía asumido.
No necesitó mucho tiempo más para que empezara a pensar formas de rogarle que dejara la anticipación e hiciera algo más que solo mordisquear mi piel. Pero me mantuve en silencio hasta que sus manos acariciaron mis muslos con lentitud. La piel de ellos se erizó por su contacto en reacción instantánea y tiré mi cabeza hacia atrás, apoyándome en otro escalón. Con mi espalda sobre éstos, y mis piernas en candado sobre sus caderas, él se movió hacia mí. Gemí por la fricción, aunque no me permitió disfrutarla cuando se separó un poco más, sus manos recorriendo la silueta de mi cintura, llegando a mis caderas. Deslizó mi ropa interior hasta los pies y con un solo movimiento la saqué. No quise mirarlo a los ojos por lo que lo besé con fuerza. Respondió a mis labios y eso no hizo más que estimularme más. Ansié por su contacto algunos segundos hasta que su mano dejó mis muslos para escurrirse hacia el centro. Gemí y me removí en la incomodidad de la pequeña escalera cuando sus dedos hicieron contacto en mi parte más sensible, rozando en pequeño círculos. Jadeé por algo de aire y mi corazón se detuvo algunos segundos igual que mi respiración. Se sentía tan bien sentirlo finalmente que creía que podía desmoronarme entre sus brazos en algunos cortos segundos. Abrí mis ojos luego de presionar mis párpados juntos con fuerza, observando como su boca se abría hacia la mía buscando una respuesta. Pese a lo abrumada que me sentía por sus caricias, le respondí por lo apasionada que me parecía toda la situación. Sus dedos continuaron haciendo magia sobre ese punto débil, mi mente en estado de parálisis total y mis labios volviéndose otra vez incapacitados de seguir su ritmo. Se dio cuenta, por lo que volvió a bajar por mi mandíbula generando un espasmo en todo mi cuerpo. Sabía cuán sensible era mi cuello a sus mordiscos y succiones, y cuán bien podría hacerme sentir en situaciones como esa.

- Harry. -susurré, casi imperceptible, sonando más a una plegaria que a su propio nombre. Me sentía sin aire, y no sabía a que aferrarme más que a sus hombros, mis piernas convirtiéndose en gelatina por su fricción.
- Está bien, cariño....

Sus palabras graves lograron que otro quejido saliera de mi boca, sonando más a un gruñido que a otro sonido. Rió suavemente y eso me incentivó aún más. Mis caderas se movieron a la par de él sin que pudiera notarlo y sentía como mi cuerpo comenzaba a ser solo una mezcla extraña de sensaciones que no podía controlar bajo ningún punto de vista. Harry intentó tranquilizarme con sus suaves besos, sus labios siendo el mejor calmante que podía existir. Mi respiración estaba fuera de lugar igual que el latido de mi corazón contra mi pecho y no podía hacer nada al respecto. Ni quería hacerlo.
Su par de ojos verdes se posaron en los míos y eso fue todo lo que bastó para que esos mismos dedos mágicos fueran a mi interior directamente. Gemí con fuerza, olvidándome de donde me encontraba o, mejor dicho, recordando que podía hacerlo porque estábamos solos los dos, precisamente en el último pasillo de la biblioteca. Harry comenzó un vaivén que parecía estar diseñado para llevarme a la locura. Intentaba silenciarme pero mi cuerpo temblaba levemente y parecía estar fuera de control. Me agarré de su hombro con fuerza y él se acercó más a mí, sus dedos entrando y saliendo de mi organismo, ensordeciendo por completo cualquier otro sonido que me rodeara. Mi boca fue a su cuello y desesperadamente tracé una línea con mi lengua desde sus labios hasta el final de su mandíbula, donde se unía con su oreja y bajaba hacia el cuello. Gimió y esos solo me alteró más, logrando que continúe. Tenía hambre de él. De toda su totalidad, masculina, fuerte e increíblemente atractiva. Toda la situación me arrebataba, me descolocaba y aún más cuando su pulgar libre volvió a delimitar pequeños movimientos sobre el centro de mi cuerpo. La sensibilidad y el placer me recorrieron la sangre, de forma gruesa y espesa, sin buscar detenerse. Mordí la piel de Harry antes de soltarme completamente, una de mis manos aferrándose con fuerza a uno de los estantes, buscando un sostén. Mi cuerpo se estremeció completamente y mi cabeza se cayó hacia atrás, mis ojos cerrándose con fuerza y mi cara contorsionandose de satisfacción absoluta. Volvió a humedecer mi cuello y lo que alcanzaba de mi clavícula, mordiéndo, succionando y pasando su lengua, arrolladoramente.

- Te ves demasiado bien. -murmuró, y aceleró todos sus movimientos.

La sorpresa me recorrió casi al mismo nivel que el placer, sus palabras y su forma de actuar siempre siendo los mejores disparadores. Levanté mi vista, mi respiración desbocada y mi vista perdida buscando la suya, en desesperación por unirnos de alguna forma. Volvió a besarme con lentitud, mientras sus dos dedos acariciaban lentamente ese lugar en mi interior que logró ser mi perdición absoluta. Mis ojos vieron todo negro de repente, pese a que parpadeé. Mis nudillos se emblanquecieron por la fuerza que hacía por sostenerme en mi lugar, y todo músculo que existía desde mi estómago hacia abajo se tensó, de una forma deliciosa e insoportable a la vez. Grité levemente, sin darme cuenta de que lo hacía, mientras caía profundamente en mi lugar preferido. Donde no tenía problemas, pasado o defectos. Donde solo existía un estado de regodeo que parecía irreal, y que lo era luego de algunos segundos. Harry me abrazó, levantándome de las escaleras y buscando la forma de mantenerme aferrada a su cuerpo, mientras intentaba prolongar el final de nuestro acto el mayor tiempo que le fuera posible, lográndolo con un éxito admirable. Cuando volví a la tierra luego de recorrer todo el espacio, mi respiración aún seguía cortada y mi cuerpo convulsionaba levemente en los brazos del chico que me tenía abrazada a él, ahora sobre el suelo. Levanté mi rostro luego de cerrar con fuerza mis ojos y abrirlos para tener más atención, y lo encontré observándome con una sonrisa media burlona y media compasiva. La misma que seguramente le dedique en el baño de mi casa luego de mi pequeña ayuda. Le sonreí devuelta y lo besé torpe y dejadamente. Sabía que a Harry le gustaba cuando me dejaba besar y aunque yo odiaba cuando él tenía el control, lo dejé tenerlo en forma de agradecimiento. Sonrió entre mis labios y me fue inevitable hacer lo mismo. Su frente quedó pegada a la mía, igual que nuestras miradas, y me di cuenta de lo rápido que aún latía mi corazón, sabiendo que las razones no simplemente provenían de lo sexual, sino de quien me tenía en brazos en ese momento.

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Spoiler:

Hey, hey, hey chiquillas. Acá tienen su suciedad. Respecto al video, agradezco su aprobación, pero dudo que vaya a hacerlo por los recursos. Como dije, no se hacer videos. Si alguna sabe hacerlos y se ofrece a la ayuda, es muy probable que lo haga.
El soundtrack probablemente lo haga en la semana que va a pasar entre que termine esta temporada y empiece la otra. Osea, cuando termine esta temporada, voy a dejar pasar una semana hasta que comience la segunda. En esa semana probablemente suba el soundtrack, así tengo tiempo para armarlo con gifs y cosas lindas.
Gracias por sus comentariossss, y ya pronto cambiamos de tema. Charlie loves you.

síguela linda me facina!!!
saludos

Creo que tarde o temprano Kate se va a dar cuenta de que quiere a Harry, y conociendola se va a querer alejar, pffffffffffffffffffff
Me gusto mucho el capitulo @_@, Siguela pronto!

me encantooooooooooooooo siguelaaa<3

HOLA CHARLIE!
OMG! mori con este capitulo! porfin Kate ya se esta dando cuenta que le gusta Harry! bueno ya lo esta aceptando! ya era hora no?
Me mato lo ultimo, donde dice que su corazon latia mas porque estaba en brazos de Harry!
Es que Kate me desespera! ya quiero que lo acepte asi con todas las letras "Estoy enamorada de Harry" o "Lo admito me gusta Harry, demasiado"
o algo asi, no crees?

Bueno Charlie excelente capitulo como siempre, amo tu novela, sere tu fiel lectora, muero por la segunda temporada, que ya Kate le suelte toda la sopa a Harry, que se desahogue con él.
Karry manda! (le puedo decir asi al romance?)

Bye Charlie :D

Genial. Lo describes de una manera... diferente... especial...
No es explícito y mucho menos vulgar pero sabes perfectamente como describir estas situaciones, lo describes de una forma asdfghjkl no tengo palabras(:

Finally 1313 jajjaja
Siguelaaaaa pronto ññ xx