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When Summer ends - Louis Tomlinson

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 When Summer ends - Louis Tomlinson - Página 4 Empty Re: When Summer ends - Louis Tomlinson

Mensaje por 1DemiLovaCB Sáb 09 Mar 2013, 10:13 am

mimi94 escribió:me dejas aquí continua la me muero de ganas de saber que pasa que dos capítulos tan fantásticos me encanta :))!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Tendrá que ser más tarde ahorita acompañaré a mi papá para hacer un trabajo. -Todo estaba fríamente calculado, sabía que iban a querer más así que lo deje ahí :jajajaj:
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 When Summer ends - Louis Tomlinson - Página 4 Empty Re: When Summer ends - Louis Tomlinson

Mensaje por mimi94 Sáb 09 Mar 2013, 10:21 am

quiero que sepas q me encanta pero siguela cuando llegues hehe por cierto como se llama el libro en realidad? porque creo que me lo comprare!!
mimi94
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 When Summer ends - Louis Tomlinson - Página 4 Empty Re: When Summer ends - Louis Tomlinson

Mensaje por 1DemiLovaCB Sáb 09 Mar 2013, 11:29 am

mimi94 escribió:quiero que sepas q me encanta pero siguela cuando llegues hehe por cierto como se llama el libro en realidad? porque creo que me lo comprare!!

... when summer ends de Isabelle Rae
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 When Summer ends - Louis Tomlinson - Página 4 Empty Re: When Summer ends - Louis Tomlinson

Mensaje por 1DemiLovaCB Sáb 09 Mar 2013, 11:56 am

Capitulo 21


Sus ojos perforaban los míos y una pequeña sonrisa estiraba las esquinas de su boca. Apreté mi mano detrás de su cabello mientras que su mano acariciaba hacia abajo mi espalda despacio haciéndome estremecer con deseo. Justo cuando creí que no podía más con la provocación, él comenzó a aproximar lentamente su rostro más cerca del mío. Mis entrañas brincaban de la alegría con la idea de que me besara, si me besaba, entonces esto significaría que todavía me quería y todo lo que había hecho por mí desde que rompimos realmente significó algo. ¿Tenía razón Amy de que todavía me quería? Él no podía estar mirándome como una menor; porque su boca estaba ahora peligrosamente cerca de la mía. Cada centímetro de su cuerpo endurecido y tonificado estaba presionado contra mí, y yo apenas podía contenerme de chillar por la excitación.

Cuando sus labios estuvieron a punto de tocar los míos, la puerta del dormitorio se abrió otra vez y los pasos de Amy comenzaron a llegar en esta dirección. Louis gimió cuando se separó de mí. La desilusión me inundó. ¡Demonios, Amy, márchate! Le miré en un tono suplicante. Él sonrió tristemente cuando retrocedió y dejé que sus brazos cayeran de mi cintura. Sentí mi corazón hundirse.

Él sólo seguía haciendo esto todo el tiempo, y eso me mataba. Un minuto parecería que iba a besarme y en el siguiente regresaba a ser sólo un profesor otra vez. Era como si quisiera ilusionarme de nuevo, sólo para entonces poder arruinarlo por diversión o algo así. Sin embargo, yo sabía que él no haría eso.
Quizás era sólo que no podía controlarse, él había sido un mujeriego antes de que nos conociéramos después de todo, así que probablemente no estaba acostumbrado a estar cerca de una chica que quería y no hacer algo sobre ello. Si él quería a una chica entonces la tenía. Creo que para él era un poco difícil estar cerca de mí a veces debido a esto. Sólo deseé ser más que sexo para él, que quisiera más que sólo mi cuerpo, porque estaba lastimándome gravemente sin siquiera darse cuenta.

Suspiré y me obligué a no llorar.

—Iré a cepillar mi cabello y a por mis cosas, entonces estaré lista para marcharme —mascullé ya que Amy entraba en la cocina. Ella pareció un poco avergonzada; como si hubiera interrumpido algo. Resistí al impulso de fulminarla con la mirada por arruinar mi momento con Louis por segunda vez en la misma mañana. Primero arruinó mi abrazo y ahora había arruinado un beso potencial y una sesión caliente de besuqueos. Adoraba a mi mejor amiga, pero a veces podría realmente estrangularla.

—Tienes tu bolso de noche allí. Lo saqué del coche de Sam para ti anoche —masculló Louis, frotándose la nuca y mirando en todas partes menos a mí.

—Gracias, será sólo un par de minutos entonces.

Agarré la mano de Amy y la jalé al dormitorio conmigo, no queriendo dejarla sola con Louis. Las cosas eran lo suficientemente incómodas como estaban sin agregarle presión alguna o pequeños comentarios sobre nosotros siendo una «linda pareja» o algo así.

Ella me miró con curiosidad cuando agarré mi bolso de la puerta y me quitaba la ropa de fiesta con la cual había dormido.

—¿Así que vas a decirme por qué sigues disparándome miradas asesinas? —preguntó, riéndose mientras se sentaba en el borde de la cama.

Suspiré y cerré los ojos. —Louis iba a besarme pero saliste del cuarto —admití de mala gana. Ella chilló y prácticamente rebotó en la cama. La callé y me estremecí, esperando que Louis no escuchara esto y se preguntara qué pasaba.

—¡Lo siento, oh Dios, lo siento tanto!—ella susurró, poniéndome la cara de cachorro de perro.

Suspiré y agarré un par de jeans, una camiseta, y suéter de mi bolso, poniéndomelos.

—No te preocupes por ello. Habría sido un error de todos modos y sólo habría despertado mis esperanzas. Fue mejor que salieras cuando lo hiciste porque no le puedo dejar tomarme el pelo todo el tiempo. —Traté de creerme las palabras conforme las dije.

—¿Chloe, qué vas a hacer? Tú todavía estas totalmente loca por él —dijo ella, mirándome compasivamente.

Me encogí de hombros. —No hay nada que yo pueda hacer. Él no me quiere así que lo estoy dejando ir e intentando seguir adelante, como me dijiste. —Ella hizo rodar sus ojos.

—Te dije que siguieras adelante porque creía que no había ninguna posibilidad de que volvierais a estar juntos. Demonios, me dijiste que no había posibilidad, pero créeme; ese tipo todavía te quiere. Hay una posibilidad ahí y no creo que debas rendirte. Te hizo tan feliz cuando estuvisteis juntos. —Jadeé impactada. Ella fue la que prácticamente me forzó para que avanzara a estar con alguien más. Incluso me había hecho salir en esa cita con Olly y darle una oportunidad. ¡Joder, Olly! Me había olvidado completamente de él. Estaba tan perdida en el momento con Louis en la cocina que hubiera hecho cualquier cosa con él, y ahora Olly sólo estaba apareciendo en mi cabeza. Era una novia terrible.

—Tú fuiste la que me dijo que me rindiera, Amy. Avanza, me dijiste. —Levanté mis manos en exasperación—. Además, no tengo posibilidades con él. Ya no le gusto así, creo que todavía desea mi cuerpo, pero él está con la señorita Teller ahora de todos modos. No tengo ninguna oportunidad compitiendo contra ella, quiero decir, ¿la has visto? Ella es perfecta —me quejé, haciendo plaf al lado de ella en la cama tratando de no hacer puchero como un niño de tres años.

Ella sacudió su cabeza. —¿Sabes qué? No creo que él esté saliendo con ella —dijo Amy pensativamente.

Yo la miraba como si estuviera loca. Por supuesto él salía con ella; ha estado por toda la escuela la semana pasada. Ella frunció el ceño y negó—. Creo que él no está interesado en ella en absoluto. Nadie los ha visto besarse, o abrazarse, o mostrar cualquier señal de estar en una relación. Todo el mundo sólo asume que ellos están juntos. Tal vez es inocente, tal vez ellos son sólo amigos. Él te mira como si te quisiera, entonces, ¿por qué estaría con ella si él te quisiera? —preguntó ella, mordiendo su labio como hacía cuando pensaba realmente con fuerza.

Suspiré profundamente. —Amy, la trae a la escuela cada día y la lleva a casa con él. Es bastante obvio que duermen juntos. Ella es hermosa, y agradable y elegante y lo suficiente mayor para él. Ellos hacen la pareja perfecta —confesé de mala gana aunque cada palabra parecía quemar mi garganta al salir.

Ella sacudió su cabeza.

—Tal vez es algo más. Es sólo que no lo creo completamente.

Ya había tenido suficiente de hablar de esto, no quería seguir y seguir con la misma cosa, era doloroso.
Necesitaba largarme del apartamento de Louis porque mientras más tiempo pasara, más extrañaba los viejos tiempos que pasé aquí.

—Vamos a olvidarlo —dije firmemente, dejándole saber que esto era el fin de la conversación. Pareció que comprendió la indirecta mientras que se levantaba de la cama y asintió tristemente antes de dirigirse al cuarto de baño.

Agarré mi bolso para buscar mi cepillo del pelo, pero debí haber olvidado meterlo. Suspiré y me acerqué al tocador de Louis donde él guardaba un peine para poder al menos quitarme el enredo de cabello por la cama. Mientras revolví por el cajón superior en busca del peine noté un porta retrato en el cajón superior. Estaba justo en la parte de atrás, prácticamente escondido por un montón de ropa.

La curiosidad sacó lo mejor de mí, así que lo alcancé preguntándome de quién era. Yo no había visto ninguna foto cuando me quedé aquí, así que era nueva.

Agarré el marco y aguanté la respiración en mi garganta mientras que miré a la pareja en el recuadro.
Éramos Louis y yo en la boda de su hermana. Nuestra primera cita. Fue la fotografía profesional que había sido tomada en el jardín detrás de la iglesia. Parecíamos tan lindos sonriéndonos el uno al otro.

Sonreí por como él me miraba tiernamente en la fotografía.

¿Por qué demonios habría comprado él esto? ¿Estábamos aún juntos cuándo él la pidió? ¿Pero aún si estábamos todavía juntos cuándo él la pidió, no estábamos juntos ahora, así que por qué lo tendría en un marco dentro de sus cajones? Seguramente si quería guardarlo entonces lo habría escondido en un cajón o algo, así nadie lo vería. ¿Y si la señorita Teller lo vio cuando se quedó o algo así? Ella obviamente sabría que era yo y le preguntaría sobre ello. ¿Le habría dicho él sobre nosotros? ¿Estaba tan enganchado a ella que se había arriesgado decirle sobre él durmiendo con una menor? Debían tener algo aún más serio de lo que yo pensaba si le confió ese secreto. Froté mi pulgar sobre el cuadro ligeramente, mirándole en su traje. De alguna manera me había olvidado un poco sobre aquel día, las fotos siempre tenían un modo de recordarte cosas que tu mente olvidó. Incluso me encantaría realmente tener una copia de esta foto, yo no tenía ninguna foto de él en absoluto, y me encantaría sólo poder contemplar una imagen de él antes de irme a dormir. ¡Wow, Chloe, que afortunada de que nadie pueda oír tus pensamientos porque suenas seriamente como un acosador trastornado justo ahora!

Amy salió del cuarto de baño así que rápidamente regresé la fotografía y busqué en el cajón otra vez el peine, arrastrándolo por mi cabello, haciéndome parecer un poco más presentable. Traté desesperadamente de fingir que mi corazón no trataba de salirse de mi pecho. Le sonreí cuando terminé y fingí que no había visto nada allí, no quise sus interpretaciones en ello otra vez, no podía lidiar con más cosas hoy.

El paseo a casa fue tranquilo; íbamos todos sentados en un silencio incómodo de camino a casa de Amy.

Él detuvo el auto un par de casas más allá, de modo que sus padres no la vieran llegar en el auto de un tipo extraño cuando se suponía que había estado quedándose en mi casa.

Le sonreí a Amy cuando agarró su monedero y abrió su puerta.

—Gracias por traerme, Sr. Tomlinson. —Ella le sonrió con desdén haciéndole quejarse silenciosamente.

—No se preocupe, señorita Clarke. La veré mañana en clase.

—Te recogeré por la mañana, Chloe —me dijo Amy cuando salía del coche.

Asentí y sonreí.

—Sí gracias, nos vemos —dije mientras cerraba la puerta y caminaba por la calle hacia su casa.

Louis arrancó otra vez, dirigiéndose hacia mi casa. Le eché un vistazo por el rabillo del ojo. No tenía ni idea de qué decirle, así que no dije nada. Hubiera preferido realmente que me hubiera dejado primero para no quedarme en el coche a solas con él. Aquella cosa en la cocina me había hecho sentir un poco incómoda alrededor de él porque yo no podía dejar de pensar en ello. Pero claro, no quería realmente a Amy sola con él tampoco, por si acaso le decía algo sobre mí y lo empeoraba.

Aparcó un par de casas lejos de la mía y apagó el motor, volteó desde su asiento para mirarme con curiosidad.

—¿Crees que Amy dirá algo a alguien? Si crees que sí entonces sería mejor que nosotros fuéramos y digamos algo primero, sonará mejor viniendo de nosotros que ser reportados.

Negué. —Ella no dirá nada, no tienes de que preocuparte.

Pareció un poco aliviado. —Bien, dale las gracias por mí.

Asentí, masticando mi labio nerviosamente.

—Gracias por traerme, y por lo de anoche. —No sabía realmente cómo mostrarle lo agradecida que estaba con él por salvarme y luego dejarnos quedar en su casa para que no nos metiéramos en problemas.

—No te preocupes, no tienes que seguir agradeciéndome.

—¿Sería inadecuado si te abrazara otra vez? —pregunté, tratando de no mostrarle cuánto lo necesitaba.

Él sonrió tristemente y asintió.
—Totalmente inadecuado —confirmó él.

Suspiré y sujeté con mi mano la manija de la puerta, resignándome al hecho de que realmente había terminado, que estaba de vuelta como mi profesor desde ahora y nada más.

—¿Chloe? —se rió y se inclinó adelante en su asiento, pasando un brazo alrededor de mi hombro, jalándome más cerca de él. Sonreí agradecidamente y le abracé de vuelta, aferrándome a él, aspirando su olor. Realmente no quería salir del coche y regresar a la normalidad. Estar cerca de él, incluso por pequeñas cosas como esta, sólo hacía acelerar mi corazón. Daría lo que fuera para que esto fuera normal, para que esto fuera permitido y fácil. Pero supongo que no todo en la vida es fácil porque ¿dónde estaría la diversión en ello? Yo sólo no podía ver la diversión de esta situación en este momento.

Salí del abrazo ya que sentí que mis ojos comenzaban a hormiguear por las lágrimas; tenía que marcharme antes de llorar encima de él.

—Gracias, y supongo que te veré en clase mañana —mascullé, forzando una sonrisa. Él asintió y frunció el ceño. Tragué el nudo en mi garganta; ¿Él tampoco quería que me marchara? No dijo nada así que empujé la puerta abierta y me fui sin mirar atrás, luchando con las lágrimas por todo el camino.

[...]

La mañana siguiente, Amy me recogió para ir a la escuela, interrogándome sobre Louis, del viaje entero y lo que él había dicho después de que ella saliera del coche. Parecía como si quisiera saber cada cosa que había pasado desde que rompimos. Me negué a hablar sobre ello por el teléfono anoche cuando llamó; simplemente no podía forzar a salir las palabras mientras que aún todo estaba fresco. Después de una buena noche de sueño me sentí mucho mejor sobre ello. Sí, habíamos tenido un par de momentos que podrían haberse convertido en algo más de no haber sido por la interrupción de Amy, pero aquellos momentos habían pasado ahora, así que sólo tenía que seguir adelante.

Cuando nos detuvimos en el instituto localicé a Olly casi inmediatamente, estaba parado charlando con un grupo de sus amigos y un par de chicas demasiado obvias intentando tener suerte con el equipo de natación. Tragué e inmediatamente me sentí horrible. ¿Qué se supone que iba a decirle hoy? La última vez que nos vimos tuvimos una gran pelea y se marchó enojado y dejó que me fuera sola a casa desde la escuela.

Decidí sólo fingir que no le vi y me encaminé a mi casillero con Amy. Definitivamente no me importaba aplazar una discusión en potencia con él. Uní mi brazo con el de Amy y puse una gran sonrisa falsa, que por supuesto ella vio a través inmediatamente.

—Olly está por ahí —susurró ella mientras andábamos por el aparcamiento.

—Mmm hmm —mascullé, masticando mi labio, mirando la escuela, prácticamente contando los pasos que faltaban para estar fuera de peligro dentro para poder evitar una probable situación dolorosa y embarazosa.

—¿No vas a decir hola? ¿Qué es lo que vas a hacer con él hoy? —preguntó, dirigiéndome alrededor de un grupo de chicas que chillaban sobre el concierto de Justin Bieber que fueron a ver ese fin de semana.

Suspiré y sacudí mi cabeza.

—No tengo idea. Todavía estoy intentando toda la cosa de seguir adelante, pero para ser sincera, él probablemente siga enojado conmigo por ir a la fiesta, y yo todavía estoy enojada con él por decirme que no podía pasar el rato con Sam. No estoy segura a dónde seguiremos después de eso —confesé con un encogimiento.

Justo cuando entrábamos en la seguridad de las puertas principales le escuché gritar mi nombre. Gemí e inmediatamente pensé cuán incorrecto sería el seguir caminando y fingir sordera temporal. ¿Yo podría lograrlo, verdad? Podría pasar la mañana preguntando a cada uno; «¿lo siento, qué dijiste?» Parpadeé con mis ojos a Amy para ver si ella tenía la misma idea que yo, pero sólo me miró compasivamente y supe que no podía ser cruel. Yo no soy cruel, era la persona que hacía cosas para la gente todo el tiempo porque no me gustaba herir sus sentimientos o decir a la gente no.

—Te veré en clase —dije a Amy mientras soltaba su brazo del mío y asentía, dirigiéndose hacia nuestros casilleros donde Nick esperaba ya por nosotros con una gran sonrisa en su cara. Tomé un profundo aliento y me dispuse a ser fuerte. No iba a aguantar las tonterías posesivas de Olly, así que si él no pedía perdón entonces hasta aquí llegábamos, yo iba a terminar. Al instante como que deseé que no me pidiera perdón, sólo así podría librarme de él.

Cuando me volví atrás en su dirección fingí no darme cuenta de que estaba allí. Caminaba rápidamente hacia mí pareciendo un poco avergonzado, pero lindo como de costumbre.

—Oye, estaba esperándote —dijo cuando me alcanzó.

Cambié mi mochila en mi hombro incómodamente.

—¿Sí? Lo siento, no te vi.

Asintió, sus ojos buscando algo en mi rostro.

—¿Cómo estuvo la fiesta del sábado por la noche? —preguntó. Una ceja fue levantada cuestionablemente, pero en su cara no había alguna otra emoción.

¿Bien cómo contesto a aquella pregunta, voy con la verdad? De hecho me drogaron y casi me violaron, pero mi ex novio, quien a propósito, es nuestro profesor, irrumpió en el cuarto y le dio una golpiza al tipo antes de cargarme por la casa, llevarme con él y dejarme dormir en su cama. Ah sí y él casi me besó esta mañana. ¡Sí, no creo que la verdad fuera bien recibida aquí! Bueno entonces voy con una mentira.

—Estuvo realmente bien; me puse bastante borracha y pasé la mayor parte de ayer en la cama —contesté, tratando de no dar ninguna señal de estarle mintiendo. ¡De hecho no era una total mentira, si uno sacara todas las cosas malas que pasaron, quedaba realmente mi noche del sábado exacta!

Él frunció el ceño, pero su expresión rápidamente se aclaró.

—Eso está bien. ¿Cómo fue eso de pasar el tiempo con el hermano de tu ex? —preguntó. Su tono fue demasiado controlado. No era exactamente lo que él me preguntaba, pero creo que era su modo de conseguir que yo hablara de Sam.

Me encogí de hombros.

—Bueno, él es un gran chico. —No me molesté en dar muchos detalles; él todavía no había pedido perdón así que no le debía nada.

—Correcto, gran chico, impresionante —refunfuñó él sarcásticamente por lo bajo.

—Bien si no hay nada más entonces creo que terminamos. Tengo que hablar con Amy antes de que comience la clase… —fui bajando el tono, mirando fijamente con ansias el vestíbulo a donde Amy y Nick se reían juntos.

Él no dijo nada así que me di la vuelta para alejarme; antes de que consiguiera dar incluso más de dos pasos él cogió mi mano para detenerme.

—Espera, no hemos terminado de hablar —insistió él. Suspiré y le regresé la mirada, parecía molesto e incómodo, y yo imaginé que me veía exactamente igual.

—Mira, siento haberte dicho que no podías ir a la fiesta. Tan pronto como entré al coche supe que no debería haberlo hecho. Volví corriendo al instituto, pero no pude encontrarte. No debería haber tratado de darte órdenes y tengo que aprender a confiar en ti. Sólo que es difícil para mí, yo… —Él frunció el ceño, viéndose un poco dolido.

Sentí mi corazón hundirse. Olly el chico agradable estaba de vuelta y él había pedido perdón, lo cual yo no esperaba, así que, ¿significaba eso que podríamos volver a comenzar? ¿Podría volver con él después de aquel casi beso con Louis? ¿Sería necesario confesárselo, o sólo lo olvido porque técnicamente nada pasó?

Él sonrió y me miró tristemente.

—Es difícil para mí confiar en una chica después de Christina. Ella básicamente arruinó todo y me convirtió en aquel tipo posesivo del viernes. Realmente lo siento. —Apretó mi mano ligeramente cuando miraba en mis ojos disculpándose.
¿Christina? ¿Qué hizo ella para hacerle así?

—¿Christina? —pregunté un poco confundida. Ella era su última novia con la cual había roto hace unos cuatro o cinco meses. Se fue a una escuela diferente, pero por lo visto ellos estuvieron juntos durante aproximadamente un año.

Él asintió y dio un paso acercándose.

—Ella me engañó —confesó él—. Y desde entonces sólo lo tengo difícil para acercarme a una chica porque sigo pensando en ellos haciéndome lo mismo.

Él me miraba como si yo fuera el gran lobo malo a punto de comerme a su abuela o algo así.
Mi estómago comenzó a doler con la culpa. Aquí estaba él, desahogando su corazón contándome sobre su ex y diciéndome a qué se debían sus problemas de confianza, y yo había tenido aquel pequeño desliz con Louis ayer. Sabía que definitivamente no podía decirle a Olly ahora, porque probablemente le confirmaría todo lo malo que él pensaba de las mujeres. ¡Quizá nunca confiaría en una chica de nuevo!

—Oh, no sabía —murmuré, masticando mi labio y deseando que la tierra se abriera y me tragara para llevarme lejos de esta difícil conversación.

—Sí, no le dije a nadie. Sólo quise que supieras por qué fui así contigo; no era sólo porque estaba siendo un idiota, lo prometo. —Acarició un lado de mi cara con la parte de atrás de un dedo y sentí que una sonrisa tiraba en la esquina de mi boca. Esto como que le daba sentido y explicaba por qué enloqueció, pero eso no lo excusaba aun y todavía necesitaba saber que yo no toleraría eso de él otra vez.

—Lo entiendo, Olly; ella te hizo daño así que tú piensas que cada hará lo mismo. Pero yo no soy así, lo prometo. Yo no engaño —dije las palabras, pero mi mente parpadeó a los labios llenos de Louis que se acercaban lentamente a los míos, y cómo el frío de la nevera me había puesto la piel de gallina o tal vez lo de la piel de gallina fue causado por la anticipación del beso, no estaba segura. Aunque sabía una cosa con certeza; estaba segurísima de que yo lo habría engañado ayer si Amy no hubiera entrado.

Él asintió y ahuecó mi mejilla con su mano.

—Lo sé y lo siento. ¿Me perdonas? —preguntó, poniéndome cara de cachorrito. Se vió tan lindo cuando lo hizo, todo ojos grandes azules y boca triste.

Tragué en voz alta. —Sí bien, pero no lo harás otra vez, ¿verdad? No toleraré eso, así que necesitas asimilarlo muy rápidamente.

Él sonrió felizmente y asintió.

—Absolutamente, lección aprendida, lo prometo.

Hice rodar mis ojos juguetonamente y asentí.

—Así que, ¿cómo estuvo tu cena familiar? —pregunté, queriendo cambiar el tema porque la culpa del casi beso me hacía sentir terrible.

Él sonrió y negó desdeñosamente.

—Podemos hablar más tarde —susurró mientras presionaba sus labios contra los míos. Gemí, un poco asustada de que realmente me besara en medio del pasillo con todos parados alrededor de nosotros. Él no se retiró tampoco, no era sólo un picotazo; era un apropiado, completo-beso. Le respondí el beso, pero podía sentir que el calor inundaba mi cara con la idea de la gente mirando. Odiaba cuando la gente se besuqueaba en el pasillo, Amy y yo por lo general hacíamos bromas de ello y ahora aquí estaba yo haciéndolo.

Él chupó mi labio inferior pidiendo entrar entonces le aparté, levemente sin aliento.

No había ninguna manera de que yo fuera a besarme de lleno en el pasillo, ni una maldita posibilidad de que ocurriese. Él sonreía abiertamente feliz mientras su otro brazo serpenteaba alrededor de mi cintura, jalando mi cuerpo al suyo mientras presionaba sus labios de vuelta a los míos suavemente. Una de sus manos recorrió abajo mi espalda hacia mi trasero haciéndome retorcer y desprenderme de modo que el beso se rompiera. Parece que necesitamos hablar sobre las reglas de «tomar las cosas despacio» otra vez.

Alguien limpió su garganta directamente al lado de nosotros haciéndome brincar un kilómetro. Olly se retiró un poco renuente, y dimos la vuelta, esperando que fuera Amy o alguien tonteando. Sin embargo no era Amy. En cambio, Louis estaba parado allí con una cara que echaba chispas. Pareció que mi corazón dejó de latir mientras que mi sangre recorría fría. Su mandíbula estaba apretada, sus ojos severos y furiosos cuando miraba a Olly. Silenciosamente agradecí a mis estrellas la fortuna de que yo no recibiera esa mirada fulminante de muerte porque él de verdad que asustaba cuando estaba enojado.

Me sonrojé como loca y me alejé de Olly rápidamente. Literalmente sentí nauseas de que el único profesor que tuvo que pasar por la esquina fue mi ex. Imagino que esto era mi karma por mentirle a Olly sobre la fiesta. ¡Jódete, Chloe, porque el karma puede ser una perra!

—Ya he hablado con usted sobre esto, Sr. Hawk. Es contra reglas escolares esta clase de cosas dentro la propiedad escolar y lo sabe. Por lo tanto ambos obtendrán una detención por el resto de la semana. Hora del almuerzo. En mi salón —escupió Louis venenosamente.

Mi boca cayó abierta de la impresión. ¿Una semana de detenciones por un beso? ¿Está loco? No pude controlar la mirada fulminante que le di. Yo sabía que él fue un héroe y que se supone que estaba agradecida, pero odiaba con una pasión esta parte de su personalidad.

—¿Por qué? —desafié. ¿La gente hace mucho más que esto en los pasillos y no se lleva nada más que una reprimenda, y nosotros obtenemos una semana entera de detenciones? ¡Qué imbécil! Él me miró como si hubiera dicho algo estúpido cuando cruzó los brazos arrogantemente sobre su pecho. Yo podría haberme dado de bofetadas por notar cómo su camisa blanca, tenía tres botones abiertos exponiendo así la parte superior de su pecho. No debería notar cosas así cuando estaba enojada con él, de hecho, olvídalo, yo no debería notar ninguna cosa de él.

—Demostración pública de afecto, señorita Henderson —contestó inteligentemente, sonriéndome con arrogancia. ¿Está disfrutando de esto? ¿Se regodeaba haciéndome enojar o algo así?

—¡Fue un beso! —grité, lanzando mis manos en exasperación.

—Que no es permitido en los pasillos del instituto —respondió él, pareciendo tan enojado conmigo como yo estaba con él.

—Esto es estúpido; nadie más da una semana de detenciones por un maldito beso. Compruebe con ellos, pregunte por ahí, lo más que ellos darían sería uno —repliqué, frunciendo el ceño. Podía sentir la ira hirviendo dentro de mí. Quería golpear algo sólo entonces yo podría soltarlo. ¡Hmm, tal vez debería golpearlo en su guapo rostro y así realmente ganarme las detenciones!

—No me importa lo que los otros profesores harían, no es su decisión, es la mía. Una semana, comenzando hoy. —Él dio vuelta para irse, pero Olly dio un paso al frente rápidamente.

—Yo no puedo esta semana, Sr. Tomlinson, tengo entrenamientos de natación toda la semana para alistarme en las pruebas cronometradas, en horas del almuerzo y después de clase —explicó él, mirándole en un tono suplicante.

Una sonrisa se retorció en la esquina de la boca de Louis.

—Bien, la próxima semana entonces. —Se volteó para mirarme y noté que su sonrisa se convirtió en una estúpida sonrisa satisfecha que hizo sacudir mis interiores un poco—. Señorita Henderson, usted todavía puede hacer las suyas esta semana. —Giró y se fue y quise abofetearme por mirarle el trasero en sus jeans.

Olly me miró disculpándose.

—Lo siento, fue totalmente mi culpa.

Cerré los ojos y gemí de la frustración. No quería pasarme la semana atrapada en un salón de clases con Louis. ¿Por qué me pasaba esto a mí?

Qué hice yo para merecer esto, esto era más que el karma, esto era más que la revancha por algo que había hecho en una vida anterior o algo así, una especie de redención enferma.

—No te preocupes por eso, Olly. —Suspiré y puse mi mochila en mis hombros, tratando de no estar molesta con él—. Te veo luego —murmuré cuando me dirigí por el pasillo hacia Amy que sonreía abiertamente de oreja a oreja mirándome. Me acerqué a ella, mirándola con curiosidad. Tal vez se perdió la escena entera que Louis acababa de hacer, o tal vez sonreía abiertamente del todo por otros motivos.

Ella agarró mi brazo tan pronto como me puse a su lado.

—¡Vamos al cuarto de baño antes de clase! —chilló con entusiasmo.

Asentí y le dejé conducirme mientras gritaba «hola» a Nick sobre mi hombro. Tan pronto como estuvimos en los baños ella aplaudió con sus manos y dio brincos con entusiasmo como un niño de cinco años que le habían dicho que lo llevarían a Disneyland.

—¿Qué me perdí? —pregunté confundida.

Oh por dios, Chloe, ¿acaso no viste cuán enloquecidamente celoso estaba Louis en ese momento? —ella prácticamente gritó.


TENGO QUE SALIR DE NUEVO :wut: LO ÚNICO QUE QUERÍA ERA UNA TARDE DE SÁBADO TRANQUILA PARA SUBIR POR LO MENOS HASTA LA PARTE DEL... Y DEJARLAS SAJDHASKJDHA PERO YA VEO QUE NO SE PODRÁ :(
ME DESPIDO GRITANDO PORQUE ESTO ME HACE FANGIRLEAR MUCHO ASJHDKASJDHASJKHDJKASHD
1DemiLovaCB
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Mensaje por Mslistie Sáb 09 Mar 2013, 2:53 pm

xgnbzksjnvj dkjv. Solo me limito a decir, que quiero más. *-*
Buah, adoro este libro!
Mslistie
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Mensaje por 1DemiLovaCB Sáb 09 Mar 2013, 7:35 pm

Capitulo 22


¿Qué diablos le pasaba a esta chica hoy? ¡Celoso, él no era celoso, sólo estaba siendo un idiota! La miré como si hablara un idioma extranjero y ella rodó sus ojos hacia mí, todavía saltando arriba y abajo con entusiasmo.

—Es un idiota.

Fruncí el ceño con enojo. ¿Qué había visto en él de todos modos?
Obviamente, su aspecto, pero él nunca era así cuando estábamos juntos, era dulce y divertido, amable y cariñoso. Entonces, ¿qué había cambiado para que él comenzara a actuar así conmigo? ¿Sintió como si necesitara convertirse en un nombre estricto en la escuela y así pudiera ser tomado en serio o algo así, y estaba usándome para hacerlo porque me conocía? ¿Era eso lo que era?

—¡Contrólate, Chloe, por el amor de Dios! ¡Él sólo te dio una semana de detenciones por besaros en el pasillo! ¿Has visto su cara? Parecía que quería sacarle la mierda a Olly. ¡Me sorprende que no orinara sobre ti para marcarte con su olor, era tan obvio! —exclamó, agarrando mi mano y apretándola un poquito fuerte.

¿Orinar en mí? Ella realmente había perdido el rumbo aquí, él estaba haciendo sus deberes docentes y fue un poco —bien, un mucho— exagerado.

—¡Amy, estás leyendo cosas en él porque eso es lo que quieres ver! —protesté, sacudiendo mi cabeza con fiereza mientras jalaba mi mano de su cada vez más fuerte agarre.

Ella gruñó con frustración y sujetó mis hombros, que aún me temblaban un poco.

—¡No, no lo hago! Soy la única que ve las cosas con claridad aquí. Te pierdes cosas porque estás herida, ¡él está enojando porque está celoso de ti con Olly y soy la única que puede ver los dos lados! Ella no podía tener razón. ¿Por qué iba a estar celoso de Olly si tiene a alguien ya? ¡Oh, por el amor de Dios, mi cerebro duele! —Amy, aprecio el esfuerzo que estás poniendo en hacer que me sienta mejor, pero en serio, déjalo.

Duele seguir hablando de ello. Sólo quedan poco más de nueve meses y entonces nunca quiero verlo de nuevo. Apenas nueve meses y luego puedo fingir que nunca lo conocí —dije las palabras más para mí misma que ella. Quería tratar de creer que podía fingir que nunca lo conocí, pero sabía en el fondo que nunca podría olvidarlo. Él era mi primer amor y me llevaría mucho tiempo superarlo, pero lo haría con el tiempo. Al menos, lo esperaba.

Amy suspiró y sacudió la cabeza decepcionada.

—Está bien, cada vez que vea algo que no está bien, te lo voy a señalar y entonces podrás hacer tu propia opinión al respecto. Créeme si quieres, o no, lo que sea. Pero estoy diciéndote la verdad, Louis estaba celoso —afirmó, mirándome con complicidad.

Asentí y sonreí, fingiendo que le creía, pero ella se dio cuenta inmediatamente y se rió.

Nunca pude mentirle a mi mejor amiga.

—Está bien, haz lo que quieras, ¿vamos a clase? —Miré con nostalgia a la puerta, necesitando dar esta conversación por finalizada. Ella asintió y enlazó su brazo con el mío mientras caminábamos de vuelta a Nick que nos estaba esperando por los casilleros.

—Hola, ¿tuvieron un buen fin de semana? —preguntó, sonriendo mientras echaba el brazo alrededor de mi hombro.

Abrí la boca para responder, pero Amy me cortó.

—Oh, tuvimos un fin de semana increíble, pasaron muchas cosas interesantes. —Ella me sonrió, así que traté de no mostrar ninguna reacción cuando Nick la miraba con curiosidad, obviamente preguntándose qué significaba eso. Me miró a mí, así que me encogí de hombros y fingí estar confundida mientras Amy reía para sus adentros a sabiendas.

Nos dirigimos a nuestras respectivas clases. Amy y yo fuimos a los vestidores y nos cambiamos a pantalones cortos y camisetas porque al parecer hoy corríamos. Suspiré mientras tiraba de mi pelo para arriba en un desordenado moño. Ésta debía de ser la peor clase en el mundo. Sólo esperaba poder llegar a correr en línea recta y no caer de cara o algo así. Olly estaba allí también, detrás de mí y Amy, corriendo lentamente en vez de presionando como otros en la clase.

Me di cuenta de que Olly lanzaba una mirada feroz a un par de tipos cuando lo pasaron, su mano tocando mi espalda posesivamente cuando Spencer se desaceleró para hablar con nosotros —bueno, más bien coquetear con Amy, pero eso no impidió que Olly tomara mi mano, poniéndola a propósito en medio de nuestros cuerpos. Gemí en voz baja. No quería ser mala ni nada, pero si él iba a seguir con la cosa de los celos entonces yo le pondría fin. Comprendí que había sido herido antes, pero eso no significaba que no podría al menos tratar de confiar en mí. Me negué a tolerarlo siendo posesivo todo el tiempo.

Fruncí el ceño, pero no dije nada delante de Amy y Spencer, hablaría de ello con Olly otra vez, cuando estuviéramos solos.

—Te veré más tarde —murmuré al final de la clase cuando me acompañaba hasta los vestidores de mujeres para que pudiera ducharme y cambiarme.

—Sí, aunque no hasta el final del día, tengo práctica de natación a la hora de comer. —Él frunció el ceño.

Solté un bufido.

—Sí, y tengo la detención —me quejé.

Él sonrió disculpándose.

—Lo siento por eso. ¿Estás enfadada conmigo? —preguntó, dándome la cara de cachorro tan condenadamente buena.

Negué en respuesta. Estaba un poco enfadada con él por besarme, pero la mayor parte de mi ira estaba dirigida firmemente a Louis.

—No, está bien. Solo no vuelvas a hacerlo, ¿ok? No me gusta mucho el PDA (Public Displays of Affection) y eso. —Me encogí y sonrojé de nuevo sólo de pensar en ello.

Él asintió y se veía un poco triste.

—Bueno, te veré al final del día. Espero que te vaya bien en detención.

—Sí, espero que lo de natación también vaya bien —contesté, y luego en el último momento coreé—:¡Vamos equipo! —Tratando de ser solidaria y entusiasta. Se echó a reír y me dio un pequeño empujón hacia los vestidores para que me cambiara.

Para el resto de la mañana sólo podía pensar sobre por qué pensó Amy que Louis estaba celoso de Olly.

¿Estaba celoso? En una ocasión había considerado lo mismo, pero sabía que él se había ido. Él fue el que me dijo que todo había terminado, si aún sintiera algo por mí, entonces no habría hecho eso. ¿Qué posible razón podría tener para romper conmigo? A menos que tuviera miedo o algo, tal vez tenía miedo de meterse en problemas si continuaba. Yo podía entender eso, por supuesto, pero, ¿tenía que hacerlo de manera tan horrible? ¿Para decirme que era una suerte que pasara ahora, antes de que desarrollamos sentimientos el uno por el otro? Eso implicaba que él no sentía nada por mí en primer lugar. Entonces, ¿por qué iba a estar celoso?

—Oh, por amor de Dios —murmuré. ¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?

—Chloe, ¿tienes algo que quieras compartir con la clase? —preguntó la señora Flats.

¿Oh rayos, dije eso en voz alta? Negué rápidamente la cabeza y la miré disculpándome.

—No, lo siento. —Hice una mueca, esperando que no meterme en más problemas, no necesitaba más detenciones aparte de las de Louis.

Lo único bueno que veía de las detenciones era que no vería a Olly para el almuerzo en las próximas dos semanas, eso me daría tiempo para dejar de sentirme culpable del «casi beso» con Louis, y entonces podríamos poner un poco de espacio entre nosotros para que no fuera posesivo todo el tiempo.

—¡Sigue con eso, por favor! —espetó la señora Flats, señalando con la cabeza mi libro de texto que estaba cerrado en mi escritorio. Guau, ¿cuánto tiempo había estado pensando en Louis? Suspiré y abrí mi libro, haciendo mi mayor esfuerzo en concentrarme.

La mañana transcurrió lentamente porque en todo lo que pude pensar fue en Louis y lo que iba a decirme en detención. Tal vez no me diría nada, tal vez me ignoraría por completo. Esperaba que él lo hiciera, sería más fácil que tener una pelea ardiente con él o algo así.

Caminaba detrás de Amy al área de recreo, comprando un sándwich y haciendo caso omiso de sus sonrisas simpáticas.

—Que te diviertas —bromeó ella, apretando mi hombro en un gesto de apoyo.

—Gracias, estoy segura de que será divertidísimo —mascullé.

Tomé una respiración profunda y me dirigí a su aula, sintiendo mi corazón hundirse con cada paso que daba. Cuando llegué, él no estaba allí todavía, así que entré, tomando asiento junto a la ventana. Con suerte habría otras personas que tuvieran detenciones con él hoy, de manera que no sería tan incómodo. Empecé a comerme un sándwich distraídamente. Entró unos cinco minutos más tarde y me sonrió con cierta tristeza.

—Hola —saludó tímidamente.

—Hola —dije, sacando mi tarea de inglés para poder a empezarla.

Tomé mi iPod, pero justo cuando estaba a punto de encenderlo lo vi tirar de la silla de la mesa frente a la mía y sentarse en ella para quedar frente a mí.

—Mira, lo siento, sigo siendo un idiota contigo todo el tiempo, pero la verdad es que tienes que dejar de hablarme como si fuera más que un maestro para ti. No puedes responderme y cuestionar mis decisiones ante todo el mundo. Sé que exageré un poco con las detenciones de una semana, pero no le contestarías así a otro profesor, ¿verdad? —preguntó, ladeando su cabeza a un lado y pareciendo adorable.

Me encogí de hombros. Supuse que tenía razón, nunca desafiaría a otro profesor de esa manera, pero solo él me hace enojar todo el tiempo.

—Supongo que no, lo siento.

—Entiendo que te hago enfadar. Sé que la mayor parte del tiempo me estoy comportando contigo como un idiota, pero no me doy cuenta hasta después, cuando tengo tiempo para pensar sobre ello. Lo siento mucho. Llevé esto demasiado lejos, no tienes que quedarte por una semana. Sólo hoy y vamos a dejarlo todo, ¿ok? —ofreció, sonriendo. No pude evitar sonreír a cambio. Su sonrisa era hermosa. ¿Por qué tenía que ser tan guapo, dulce y encantador? Secretamente deseaba que se apegara a ser el idiota para que fuera más fácil poder odiarlo.

—¿En serio? —pregunté esperanzada.

Él asintió.

—En serio —confirmó—. Y lo siento, soy un imbécil.

Mordí el interior de mi mejilla y traté desesperadamente de no sonreír cuando me sonrió, pero no pude evitarlo.

—Eres un imbécil. —Estuve de acuerdo. Sentí un rubor arrastrándose sobre mi rostro, que hizo crecer su sonrisa de forma más pronunciada.

—Sí, pero soy un imbécil que se disculpa con Maltesers. ( Burbujas de leche malteada, recubiertas de chocolate con leche, sin colorantes ni aromas artificiales)

Dejó caer una bolsa de Maltesers en el escritorio, sonriendo maliciosamente.

Sonreí. Esos eran mis favoritos, él lo sabía.

—Bueno, entonces estás perdonado —gorjeé, agarrando la bolsa con entusiasmo.

Él se rió entre dientes.

—Tan fácil de comprar. Una bolsa de estos y eres masilla en mis manos —bromeó, haciéndome un guiño.

Me reí y rasgué la bolsa. Su mano se disparó acaparando uno de una forma rápida.

—¡Oye! —protesté, fingiendo mirarlo molesta mientras golpeaba ligeramente el dorso de su mano. Él sólo se rió y lo tiró hacia arriba en el aire tratando de atraparlo en su boca, pero falló y volvió a caer sobre el escritorio haciéndome reír.

—¡Fallaste! —canturreé, riendo.

—Maldita sea, voy a tratar de nuevo. —Tomó otro de la bolsa y lo intentó de nuevo, pero golpeó en su mejilla y cayó al suelo.

—Maldita sea, uno más. —Rió consiguiendo otro de mi bolsa. Este ni siquiera se acercó a la boca y solté una risita histérica ante él.

—Suerte que no eres un profesor de educación física porque tu lanzamiento apesta —bromeé.

—Bueno, entonces tú puedes hacerlo mejor, pequeña señorita arrogante.

Me miró desafiante, cruzando los brazos sobre el pecho. Sonreí y agarré uno de la bolsa tratando de tirarlo en mi boca, pero golpeó en mis dientes y rebotó en el escritorio haciéndolo reír. Lo recogió e intentó atraparlo de nuevo, pero era evidente que los dos apestábamos en el juego.

—Diez puntos para el primero en hacerlo. Voy a ir a comprar más.

Sonrió y prácticamente salió corriendo de la habitación para ir a la máquina expendedora.

Me reí cuando regresó con tres bolsas más, colocándolas en mi escritorio, sonriendo ampliamente.

Cuando estaba jugando a esto me recordó gran parte del tiempo que habíamos pasado juntos e hizo que mi corazón se acelerara. Éste era mi Louis, el Louis que me hacía sonreír y ruborizar, y reír tontamente.

Para cuando sonó la campana, el suelo estaba cubierto con pequeñas bolas de chocolate y mis costados dolían de tanto reír. Parecía que conejos gigantes se habían colado y hecho un lío en todas partes.

Cuando la campana sonó Louis frunció el ceño.

—No me di cuenta de que hubiéramos hecho esto durante tanto tiempo, necesitaba calificar algunas pruebas para la siguiente clase. —Hizo una pequeña mueca, buscando de nuevo en su escritorio que estaba lleno con su trabajo.

Sonreí.

—Bueno, tal vez deberías haberlo hecho el fin de semana en lugar de dejarlo hasta la hora del almuerzo —bromeé.

Él se encogió de hombros. —Debería haber hecho, pero tenía otras cosas en mi mente. —Sonrió y sacó otra bolsa de Maltesers, entregándomela.

—Ten. Sabía que no llegaríamos a comer ninguno así que te he comprado algunos para llevar.

Sonreí. ¡Tan malditamente dulce!

—Gracias. —Me ruboricé de nuevo. ¡Guau, Chloe, deja de ruborizarte! —¿Quieres que te ayude limpiar este desastre? —le pregunté, mirando alrededor a los cuatro paquetes de delicias esparcidos por todo el suelo. De los cuatro paquetes con que habíamos jugado, se las había arreglado para atrapar unos cinco, y yo uno, pero incluso ese uno fue porque lo tiró en mi boca desde corta distancia para hacerme sentir mejor.

—No, yo lo hago. ¿Qué tal una revancha mañana? —ofreció, sus ojos brillaban con diversión. Mi estómago comenzó a revolotear.

—Pensé que me liberabas de las detenciones —contesté. En realidad, como que esperaba que cambiara de opinión y me obligara a pasar la semana con él porque era muy divertido pasar tiempo con él, era agradable fingir que estábamos en su casa jugando, en lugar de en un aula.

—Te quité la semana. Pero debido al lío que has hecho en mi aula, tengo la sensación de que tienes que ser castigada por ello —bromeó, pateando las bolitas a un lado de la habitación tratando de juntarlas en un montón.

Me eché a reír y puse mis libros sin abrir en mi mochila. No había hecho ni un poquito de trabajo este mediodía, y no podría estar más feliz por ello.

—Castigada, ¿en serio? La mayoría de éstos son intentos fallidos tuyos —repliqué, sonriéndole.

—Sí, pero no olvidemos quién ganó, después de todo. Tus habilidades de captura apestan más que la mías, señorita Henderson. —Sacudió ligeramente mi nariz haciéndome reír y ruborizar como una loca.

Me encantaba cuando me hacía eso.

—Bueno, entonces supongo que te veré a la misma hora mañana. —Me encogí de hombros y luché por quitar la sonrisa de felicidad de mi cara ante la idea de pasar otra hora con él. Rogué para que él fuera así, en lugar del imbécil Louis que odiaba.

—Sip, y te veré en clase en un momento. —Se volvió y se dirigió a su pequeña habitación, regresando con una escoba para que pudiera barrer. Lo miré durante unos segundos, por alguna razón se veía tan sexy haciendo eso. Su camiseta se subía ligeramente en la espalda, dejando al descubierto un poco de piel mientras se inclinaba. No podía quitar mis ojos de ese trozo de piel. Guau, estaba seriamente trastornada si me ponía caliente mientras él está barriendo. ¿¡De verdad has perdido el rumbo, Chloe!?

Levanté mi mochila sobre mi hombro y me dirigí hacia la puerta.

—Entonces, nos vemos en clase, —le dije mientras me mordía el labio. Él asintió, sonriendo. Dudé en la puerta. No quería salir de la habitación y volver a la normalidad de nuevo. Parecía que cada vez que me alejaba de él y lo veía de nuevo, él cambiaba. No quería que eso pasara de nuevo hoy.

Me obligué a salir e irme directamente a mi clase de español. Amy me estaba esperando en la puerta con Olly, él me miraba con disculpa, con el pelo todavía húmedo de su práctica de natación. Sonrió mientras los alcanzaba.

—Así que, ¿cómo fue? —preguntó, rozando su mano sobre mi mejilla ligeramente. Me encogí de hombros y sentí el rubor subir a mi cara cuando pensé cómo había sido. «Lo más divertido que había hecho en mucho tiempo» era lo que quería decir, pero eso no se lo podía decir a él.

—Está bien, era detención así que... —interrumpí realmente no queriendo mentirle demasiado.

Él sonrió y envolvió su brazo alrededor de mi cintura, tirando de mí hacia él.

—Lo siento. ¿Puedo recompensártelo después de clase? ¿Tal vez te lleve a alguna parte? Tengo práctica de natación hasta las cuatro, pero podría llegar a tu casa después o podrías esperarme hasta que termine. Podrías mirar si quieres —sugirió, mirándome con esperanza.

¿Mirarlo nadar? ¡Hmm, no es lo que yo llamaría diversión, pero supongo que eso es lo que una novia hace!

—Claro, miraré y luego iremos a alguna parte. —Me encogí de hombros. Él sonrió e inclinó la cabeza para darme un beso, así que volví la cabeza a un lado rápidamente, él me puso mala cara.

—¿En serio? ¡Acabo de hacer detención por esto! —espeté.

Él se rió y me besó en la mejilla antes de empujarme rápidamente.

—No puedo evitarlo, lo siento. Bueno me tengo que ir, llego tarde a clase. Nos vemos en Cálculo —dijo mientras corría por el pasillo a toda velocidad.

Amy estaba apoyada contra la pared, mirándome.

—¿Y bien? ¿Cómo fue realmente? —preguntó ella, levantando una ceja. Sabía que no podía mentirle así que enredé mi brazo con el suyo y la arrastré a la clase donde hablamos en susurros en la parte posterior de la clase. Cuando que terminé con mi pequeña historia de la hora de detención en el almuerzo ella estaba prácticamente vibrando de emoción.

—¡Te lo dije! —susurró, sonriendo como una loca.

Giré los ojos.

—Sí, pero eso no prueba nada, aparte de que es un tipo divertido. Esto no significa nada, Amy.

—¿La ceguera es hereditaria en tu familia? —bromeó. Cuando el maestro pasó por delante comenzamos la tarea que se suponía deberíamos estar leyendo y traduciendo.

Después de clase caminamos rápidamente a Cálculo sabiendo que todos los asientos estarían tomados de nuevo.

Hmm, me pregunto si Olly guardaría uno para nosotros de nuevo, como la última vez, ojalá que no sea cerca del frente porque probablemente me sonrojaré si Louis mira en mi dirección.

Cuando nos dirigimos a Olly estaba sentado en el medio con un par de sus amigos, dos asientos vacíos junto a él. Me dirigí a sentarme a su lado.

—¿Este asiento está ocupado? —le pregunté, sonriendo.

—Lo está ahora. —Sonrió y palmeó la silla para que me sentara.

Louis entró y bajé los ojos rápidamente, fingiendo buscar algo dentro de mi mochila mientras me sonrojaba como loca. Mi corazón tartamudeó en el pecho. Lo oí reír, así que levanté la vista justo cuando él se inclinaba hacia abajo para recoger algo, lanzó un Malteser en la basura con una sonrisa en su rostro.

Era evidente que le habían faltado algunos cuando limpió, había un par esparcidos por el suelo. ¡Bendito fuera, nunca fue demasiado bueno en poner orden! Me reí también, lo cual hizo que Olly me mirara como si estuviera loca. Me di cuenta de que estaba sentado muy lejos de mí hoy, con las manos firmemente sobre el escritorio. El pequeño regaño de Louis sobre él sobándome en su clase había obviamente tenido el efecto deseado.

—Bueno chicos, hay otra asamblea para los de último año hoy de nuevo, así que sólo tendremos clase hasta las dos y media. Iba a empezar algo nuevo hoy pero como no vamos a tener mucho tiempo, ¿qué tal un examen rápido en su lugar? —ofreció Louis, sonriendo.

—¿Qué día…? —exclamé sorprendida. De ninguna manera. ¡No estoy preparada para un maldito examen sorpresa!
¡Eso es totalmente injusto!

Louis se echó a reír.

—¿Qué día... qué, señorita Henderson? —preguntó, sonriéndome alegremente.

—¿Un examen sorpresa, en serio? ¿No se supone que debe avisarnos antes para que podamos estudiar? —me quejé, tratando de poner la cara que él decía que me hacía parecer linda.

Él sonrió y se encogió de hombros.

—Bueno, creo que éste es uno sin previo aviso. Vamos a ver qué tan duro lo han intentado en el último par de semanas.

Gemí y puse mi cabeza en mis brazos, tratando desesperadamente de recordar todo lo que Nick me había enseñado en el último par de semanas. Por lo menos lo tenía que hacer mejor que el último examen que hice donde saqué todo mal y él me sugirió que consiguiera un tutor. Oí a Louis reírse y poner un pedazo de papel en mi escritorio, así que levanté la cabeza para mirarlo.

Él sonrió con su sonrisa que de alguna manera siempre me hacía sentir como si yo fuera la única chica en el mundo. Suspiré soñadoramente cuando pensé en él abrazándome de nuevo, sólo un pequeño abrazo o sosteniendo mi mano, o algo.

El examen no fue tan malo en realidad. Nick había hecho un gran trabajo como tutor en todas estas cosas, y aunque sabía que no tenía todo bien, sabía que no había fracasado por completo, así que estaba feliz.

A las dos y media, todos nos dirigimos a la asamblea. Me senté en uno de los asientos, al final, sabía de qué se trataba, el viaje con el dinero que nos había sido adjudicado. La votación había tenido lugar el viernes por lo que, probablemente, iban a anunciar lo que habíamos decidido.

Me senté allí mordiéndome nerviosamente el labio, escuchando cómo el director Sherman fue hablando de forma monótona sobre las opciones y lo orgulloso que estaba de que hubiéramos hecho todo el trabajo voluntario en primer lugar y cómo se reflejaba maravillosamente en el instituto. Crucé los dedos y oré por algo que no fuera paintball, que no era lo mío en absoluto. Si era lo votado a continuación, fingiría una enfermedad o algo así. Prefería quedarme en casa que correr por ahí consiguiendo que me dispararan.

—Está bien, así que con un número abrumador de votos, la actividad por la que el ochenta y tres por ciento de ustedes votaron fue… —Hizo una pausa para un efecto dramático, y sentí que se me encogía el corazón con cada segundo que pasaba—. ¡Paintball!

La sala entera estalló en vítores lo que ahogó mi gemido. Una rápida mirada en torno a la sala demostró que era sólo yo y el grupo de porristas las que no estábamos contentas al respecto. Todas estaban chillando en una voz aguda sobre su manicura y cómo la pintura no sería buena para sus extensiones.

Guau, no podía decir que estuviera muy contenta con la compañía de mi pequeño club «Odio el paintball».

—Apuesto a que estás contenta con eso, ¿eh? —me susurró Louis al oído. Salté a causa de lo cerca que estaba de mí.

Me volví y gemí. —¡No quiero ir al maldito paintball! —me quejé, haciendo un mohín.

Él se echó a reír. —Ay, pobre bebé. Nunca se sabe, tal vez te guste. ¡Sé que yo voy a disfrutarlo! —Sonrió felizmente.

¿Él va a ir?
—Entonces, ¿tú también vas?

Él asintió.

—De chaperón —confirmó—. Yo voté también. Creo que fue mi voto el que decidió. —Me guiñó un ojo antes de sonreír y alejarse. Me reí entre dientes, mirando cómo se alejaba.

Nick estaba prácticamente saltando arriba y abajo con entusiasmo. Me reí mientras levantaba a Amy y la hacía girar haciéndola gritar y reír. Sonreí. Probablemente no sería tan malo como imaginaba, pero si lo era siempre podía fingir una lesión o algo si totalmente lo odiaba. Al menos mis amigos lo iban a disfrutar, y me podía sentar en el banquillo y verlos. ¡De todos modos, no era hasta dentro de dos semanas por lo que tenía mucho tiempo para prepararme!


:aah: estoy enamorada de Louis otra vez sdfjkhkdjhsd

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Mensaje por Mslistie Dom 10 Mar 2013, 4:18 am

En serio, no soporto a Olly, me pone de los nervios -.-
A ver si Chloe lo manda ya a tomar por culo y se centra en el señorito Louis.
Ofú, quiero saber que tipo de relación tiene L con ¿Teller era?, en fin, la rubia potentorra e idiota.

Muá.- <3
Mslistie
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Mensaje por 1DemiLovaCB Dom 10 Mar 2013, 1:23 pm

Capitulo 23


Cuando la asamblea terminó todos arrancaron a hablar emocionados sobre el viaje. Todo lo que podía oír era gente hablando sobre cuán «increíble» sería. Increíble mi trasero, iba ser una tortura, pero por lo menos les gustaría a mis amigos. Amy y Nick aún estaban haciendo tonteras por ahí, riendo como niños. Nick lucía tan feliz que hizo que mi corazón se apretara.

Me encantaba verlo feliz. Desde que su madre murió, hice lo que pude para que esa sonrisa se ensanchara, pero no ocurría muy a menudo, especialmente no cerca del aniversario de su muerte.

Un brazo se apoyó sobre mi hombro por lo que me volví rápidamente, para ver a Olly sonriendo de oreja a oreja.

—Hey tú, ¿estás preparada para verme nadar? —preguntó.

¡Oh mierda! Me olvidé de eso. Wow ¡otra hora de diversión! Plasmé una sonrisa falsa.

—Claro —asentí. Él sonrió y comenzó a llevarme en sentido contrario de mis amigos—. Espera un segundo, tengo que decirle a Amy que no necesito que me lleve a casa. —Me sacudí su brazo de mis hombros y volví a mi grupo, con Olly siguiéndome como un cachorrito perdido.

Amy sonrió mientras llegaba hasta ella.

—Estás muy molesta por esto, ¿no? —se rió maliciosamente.

—Bueno, no estoy muy contenta con la idea de correr por los bosques y herirme y luego ser atacada con paintballs que aparentemente dejan moretones cuando te golpean —admití, frunciendo el ceño y haciendo pucheros como una niña pequeña.

Nick estalló en risas. —Había olvidado que probablemente tú te quebrarías un tobillo con toda esa carrera y tendríamos que llevar tu trasero al hospital. —Se burló, mientras me tomaba por la cintura y me levantaba sobre su hombro.

Yo chillé, riendo tontamente hasta quedar sin aliento.

—¡Bájame!—lloriqueé, palmeando su trasero, riendo como loca.

—¡Nick, saca tus sucias manos de mi novia! —gruñó Olly.

Nick cambió mi peso sobre su hombro, pero no me bajó.

—Eh cálmate Olly, harás estallar algún vaso sanguíneo —bromeó, riéndose.

Traté de mirar a Olly, pero estaba en la dirección equivocada, por lo cual todo lo que podía ver era el trasero de Nick, sus pies y el suelo. ¿Es en serio, Olly? ¿Realmente está celoso de que Nick me toque de nuevo? Oh Dios, esto tiene que parar. Me volverá loca con todas sus tonteras posesivas.

—¡Ponla abajo, ahora! —ordenó Olly.

Podía sentir la ira hirviendo dentro de mí. No iba a dejar que alguien me ordenara qué podía hacer y eso iba para mis amigos también. Había estado saliendo con él exactamente durante una semana, pero ni siquiera habíamos hablado este fin de semana, por lo eran como cinco días, ¿y él pensaba que le podía hablar a mis amigos así? ¿Había perdido la cordura?

—Bájame Nick —di la instrucción, tratando de levantarme. Él inmediatamente me bajó entre sus brazos hasta ponerme de pie.

Miré a Olly haciendo una advertencia. No quería tener esta pelea frente a mis amigos y avergonzarlo, así que esperaría a que estuviéramos solos para soltarle el sermón. Puse mi mano en su pecho y lo empujé hacia atrás un poco, él estaba parado muy cerca de Nick para mi gusto. La mirada de ira en su rostro era un poquito atemorizante y no quería que pelearan o algo así. Él frunció el ceño y tomó mi mano de su pecho, entrelazando nuestros dedos mientras se alejaba, tirándome a su lado, posesivamente.

Me volví en dirección a Amy, notando que ella estaba frunciendo el ceño hacia Olly.

—Voy a ir a ver a Olly nadar esta noche, por lo que no necesito que me lleves Amy. Los veré mañana, ¿ok? —Sonreí reafirmado lo que decía a Amy y Nick. Nick lucía muy molesto y estaba mirando fijamente a Olly. Sacudí mi cabeza, discretamente, diciéndole que no dijera nada sobre lo que había sucedido, yo necesitaba hacerme cargo y no quería involucrarlo a él.

Él me miró rápidamente y asintió, mirando hacia otro lado, con las cejas juntas.

—Sip, te veo mañana —murmuró.

—¿Estás segura que no quieres volver conmigo? —preguntó Amy, poniendo sus manos en sus caderas mientras miraba a Olly con un ceño aún más fruncido.

—Estoy segura —confirmé—, Olly y yo tenemos algo que conversar — levanté mis cejas como explicación.
Una sonrisa tiró de sus comisuras, ella obviamente había entendido que lo quería hacer pasar un infierno por ese pequeño espectáculo.

—Bien, te recogeré por la mañana —replicó.

Asentí y le sonreí antes de volverme hacia Olly y mover mi cabeza indicando que fuéramos hacia su estúpida práctica de natación. Una vez que estuvimos en el pasillo, solos, saqué mi mano de su agarre, airadamente.

—¿Qué demonios fue eso? —lloriqueé, levantando mis manos con exasperación.

Sus cejas bajaron juntas en confusión.

—¿Qué? Oh vamos, ¡él tenía sus manos sobre ti! ¿Yo sólo debo dejarlo? —preguntó airado.

—¡Diablos sí! Se supone que lo dejes, Nick y yo somos amigos, nada más. Por el amor de Dios Olly, esto es patético y ¡tienes que madurar! ¡No voy a aguantar que este tipo de cosas estén sucediendo todo el tiempo, tienes que confiar en mí o no hay razón para que estemos juntos! —casi grité.

Sus cejas bajaron aún más pero no dijo nada por unos segundos y sólo nos mirábamos uno al otro, ninguno de nosotros quería retroceder. Me reusé a ser la primera en romper el silencio. Yo no había hecho nada malo. Él necesitaba aceptar que Nick y yo éramos amigos mucho antes de que él y yo comenzáramos a salir y quería mantenerlo así.

Después de un minuto, me miró apesadumbrado y desvió su mirada. La emoción de la victoria viajó por mis venas. Yo siempre me retractaba en este tipo de situaciones. Nunca había ganado una discusión así, por eso estaba más que orgullosa de mi misma.

—Lo siento, no debí haber dicho nada sobre eso —admitió gruñendo.

Sacudí mi cabeza. Todavía estaba enojada con él y no lo dejaría salir tan fácil.

—No, no debiste, Nick y yo somos amigos, puedes aceptarlo o no, es tu decisión. —Levanté los hombros cruzando mis brazos delante de mi pecho, de manera defensiva.

Él asintió y dio un paso al frente, inclinándose levemente para mirarme directo a los ojos. Él plasmó una cara de niñito perdido de nuevo.

—Lo siento, Chloe. Soy un idiota, no debería seguir sintiéndome inseguro respecto a ti. —Se acercó y peinó mi cabello detrás de mi oreja suavemente.

—Tienes toda la maldita razón y no es sólo conmigo con quien tienes que disculparte —dije austeramente.

No iba a aceptarlo sólo porque él me ponía esa cara si quería, realmente tendría que esforzarse para estar conmigo.

Él juntó sus cejas, apretó levemente su mandíbula pero rápidamente cambió su expresión y sonrió.

—Sí, hablaré con Nick mañana y le diré que lo siento. —Me agarró de la cintura y me tiró más cerca de él, haciendo un puchero—. No estés enfadada conmigo. Realmente lo siento. ¿Me perdonas? —suplicó mientras miraba a los ojos.

Lo miré derrotada y asentí. Demonios, ¿Por qué no puedo tener pelotas y sólo decir no a la gente de vez en cuando? Él tenía la última oportunidad y eso era todo. Tan pronto como lo echara a perder hasta ahí llegábamos. Nadie podía acusarme de no tratar de olvidar a Louis; estaba haciendo mi mejor esfuerzo, eso seguro.

—Olly no voy a soportarlo de nuevo. Tienes que dejar de ser posesivo, lo digo en serio —le advertí. Él sonrió y asintió, acercando su boca hacia la mía. Lo observé cuando me di cuenta de que estaba a punto de besarme en territorio del instituto. ¿En serio? Puse mis manos en su pecho y lo empujé que lejos de mi—. ¿De nuevo? Por amor de Dios estamos en el instituto y tuvimos problemas por eso ¡esta mañana! —lloriqueé sin creérmelo.

Él hizo rodar sus ojos. —Estamos en un pasillo desierto Chloe, nadie nos habría visto. —Agarró mi mano y me tiró en dirección a la piscina. Me mantuve atrás de él resistiéndome como una niña malcriada. Me condujo a los asientos al lado de la piscina antes de irse a alistar con su equipo de natación.

El entrenamiento de natación fue aburrido. Juré que la próxima vez que tuvieran que someterme a esto, me aseguraría de traer un libro o algo para leer. Estaba tan aburrida que incluso contemplé la posibilidad de adelantar en mi libro de cálculo preparándome para la próxima clase.

Dejé mi mente vagar hacia otros sitios y estaba felizmente soñando sobre Alex Pettyfer cuando sentí que la línea de asientos en que yo estaba, se movía. Lancé una rápida mirada al lado para ver qué Louis se había sentado en la silla a mi lado. No estaba mirando hacia mí, estaba mirando los nadadores con un falso gesto de interés en su cara. Me reí en silencio, preguntándome qué estaría haciendo aquí. Una sonrisa tiró de los bordes de sus labios cuando finalmente se giró a mirarme.

—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté.

Levantó sus hombros.

—Lo mismo que tú.

Me reí —¿Estás mirando a tu novio nadar? —me burlé—. ¿Cuál es? ¿Lo conozco?

Él sonrió ampliamente y apuntó a uno de los chicos que estaba a punto de lanzarse.

—Ése, el que tiene un lindo trasero y un torso deseable —bromeó con una voz fingida, haciéndome reír histérica.

Nos sentamos ahí riéndonos por un par de minutos que nos ganaron miradas del entrenador de natación, probablemente porque estábamos interrumpiendo su práctica o algo así. Traté de no mirar a Louis porque cada vez que lo hacía empezaba a reír de nuevo.

Él se inclinó más cerca de mí.

—Sabes, esos speedos no dejan mucho a la imaginación. Tu novio luce como si estuviera un poco frío —bromeó calladamente de una forma sombría. Estallé en risas nuevamente y rápidamente puse mi mano sobre mi boca para amortiguar el sonido mientras recibía otra mirada del entrenador. Él sonrió maliciosamente—. Quizás debería ofrecerle un par de mis calcetines para la próxima vez que lo vengas a ver, así estarás más impresionada —murmuró él. Palmeé su brazo, mordiendo mis labios para poder detener mi risa. Sabía que sólo se estaba burlando en todo caso, Olly no había salido aún del agua, por lo que ninguno de nosotros tenía una idea si lucía «frío» o no.

—Calla, ¡vas a hacer que nos echen de aquí! —siseé, riendo aún para mí misma.

Él sonrió malvadamente y encogió sus hombros.

—No importa, sólo te llevaré a casa si quieres, así no tendrás que esperar hasta quedar tiesa de aburrimiento.

¿Estaba mal esperar a que nos echaran sólo para estar de nuevo en el auto con él?

—No estoy tiesa de aburrida. Realmente estaba haciendo listas alfabéticas de música en mi cabeza —contesté levantando mis hombros.

Él levantó una ceja juguetona y sentí mis entrañas retorcerse.

—Ok, quizás puedes sortearlo apilando madera y ser espantoso y luego tirar toda esa basura de Daniel Masters en la que estás —sonrió irónico.

Hice rodar mis ojos con su comentario. ¿Qué pasa con los chicos que odian al pobre de Daniel?

—Oh! Sabes que en realidad te gusta.

Él asintió, viéndose pensativo. —Sí, su torso es bastante deseable, también —respondió con una voz falsa.

Estallé en risas, otra vez, pero rápidamente lo cambié por una tos. Louis palmeó mi espalda, mirándome con una mueca de preocupación, mientras el entrenador nos miraba. Si Louis no fuera profesor nos hubiesen echado ahora, de seguro.

Cuando me calmé, sonrió y dejó de palmear mi espalda.

—¿Entonces qué harás esta noche? —preguntó, sentándose hacia atrás en su silla y poniendo sus pies en el asiento del frente.

Levanté mis hombros; no tenía idea de lo que Olly quería hacer. Yo sólo quería ir a casa, pero había acordado darle una última oportunidad, así es que sentía que debía mantener el plan.

—Realmente no sé, quizás una película o una cena, no estoy segura aún. ¿Qué hay sobre ti? —pregunté, mordiendo mis labios y esperando que no dijera que iba a ver a la señorita Teller esa noche. Odiaría oír esas palabras salir de su boca.

—No mucho, me encontraré con Sam para unos tragos y luego iremos a casa de mis padres. No los he visto en un tiempo, por lo que probablemente mi madre me quiera alimentar o algo así. —Él levantó sus hombros y no pude evitar notar que lucía un poco triste por alguna razón. ¿Es que no quiere ir a casa de sus padres?

—¿No quieres ir? —pregunté con curiosidad.

Él sonrió tristemente.

—Sí quiero, es sólo que recibiré diez mil preguntas sobre ti toda la noche, lo que es, a veces, un poco extraño —dijo levantando sus hombros.

—Sí, creo que podría ser —respondí tranquilamente—. Bueno, diles que envío saludos —en cuanto lo dije arrugué mis cejas. ¿Cómo diablos puede decirles eso? Apuesto que les ha dicho que rompimos, no puede decir que aún me ve en la escuela todos los días.

—Se lo diré —asintió y sonrió. Se levantó y miró hacia abajo, hacia mí—. Supongo que debería partir entonces. Te veré mañana.

Asentí, realmente no quería que se fuera. Hablar con él era tan fácil, era tan rico estar con él nuevamente y sólo disfrutar su compañía, que no quería que terminara.

—Sí, que tengas una buena cena esta noche. Supongo que te veré en detención para esa revancha. Se rió y asintió. —Sip, nos vemos. —Se veía reacio a partir yo me sentía con ganas de agarrar su mano y tirarlo hacia el asiento a mi lado, sólo para oírlo hablar un poco más. O quizás sólo debiera decirle a Olly que me sentía mal o algo así y pedir a Louis que me llevara a casa para tener otros quince minutos de su tiempo.

No hice nada de eso, en todo caso, entonces él sonrió y partió, dejándome mirar su espalda, mi corazón se hundía con cada paso que lo alejaba de mí.

¿Por qué vino aquí en primer lugar? Él estuvo aquí solo un par de minutos y todo lo que hizo fue hablar conmigo. Podía suponer que quizá estuvo hablando con alguien más antes de hablar conmigo. Estaba demasiado ocupada soñando despierta, así es probablemente no hubiese notado una manda de elefantes bailando frente mi antes de que él se sentara junto a mí. Podría haber estado ahí por horas, por lo que yo sabía.

Volví mi atención a la piscina e hice mi mejor esfuerzo para ver a Olly nadar, pero no sabía cuál de ellos era. Todos estaban usando gorras de natación y lentes de natación, así que todos lucían igual. Jesús, apesto como novia, ¡ni siquiera podía apuntar a mi novio en un grupo de chicos! Reí calladamente para mí misma y esperé pacientemente que se acabara la hora que faltaba.

Cuando finalmente él estuvo listo nos dirigimos a un pequeño restaurante, que Olly decía que servían la mejor pasta que había probado alguna vez. Sólo sonreí y le seguí la corriente, sin importarme realmente a dónde íbamos. Cuando nos detuvimos en el estacionamiento me reí para mí misma, era el bar con un pequeño restaurante a un lado, yo había estado aquí antes con Louis para comer. Sonreí con el recuerdo de nosotros jugando pool en la parte trasera y me forcé a salir del auto y seguir a Olly dentro.

Cuando entramos nos dijeron que había una pequeña espera para obtener mesa, aparentemente tenían una congestión, por lo que nos dijeron que esperáramos en un lado. Estaba tomando mi bebida mientras hablábamos sobre sus pruebas de natación y la carrera en la que estaba el próximo fin de semana contra todos los institutos de alrededor. Hice mi mejor esfuerzo para interesarme en lo que él estaba diciendo, pero los deportes y esas cosas simplemente no era lo mío, así es que como que entró por una oreja y salió por la otra.

De pronto alguien me agarró desde atrás. Y chillé y derramé la mitad de mi coca cola sobre el piso con un salto de sorpresa. Mi corazón se paró en un segundo pensando que había sido asaltada o algo así. La persona que tenía ahora sus brazos alrededor de mi cintura sólo se rio. Olly se adelantó mirando sobre mi hombro, en su cara se veía una ira de muerte.

Me aflojé y miré hacia atrás rápidamente, sólo para ver a Sam sosteniéndome. Me relajé en cuanto me di cuenta de que no estaba siendo atacada o algo así. Le dé un codazo las costillas. Desafortunadamente no tuvo realmente mucho efecto, sólo lo hizo reír más fuerte y me soltó.

—¿Qué demonios Sam? ¡Eso no fue divertido! —le dije desganada mientras palmeaba su pecho, pero me reía aliviada al mismo tiempo. Mi corazón lentamente comenzó a latir de nuevo y él simplemente casi cayó al suelo riéndose.

—Hola bombón. Lo siento, no me pude resistir. ¿Quizá tenga que comprarte una nueva bebida en todo caso? —se burló, asintiendo hacia el mojado charco en la alfombra bajo mis pies.

Y rodaron mis ojos y miré hacia el vaso que estaba sosteniendo, sólo le quedaban como dos centímetros en el fondo. ¡Niño idiota estúpido!

—Quizá debería tirar el resto de la bebida sobre tu rostro por asustarme —sugerí burlándome y mirándolo irónica.

Él encogió sus hombros. —No es como si nunca me hubiese sucedido antes, sólo trata de que no entre en mis ojos, ¿lo harías? Gotas de Coca-Cola —bromeó.

—Bueno te mereces esas gotas, ¡imbécil! —me reí y le di una palmada en el pecho de nuevo. Él sonrió abiertamente y yo le sonreí de vuelta. Realmente me gustaba Sam, era un gran tipo, por eso no podía realmente mantenerme enfadada con él.

Olly agarró mi cintura y me alejó de Sam mientras continuaba intentando matarlo con los ojos. ¿O Dios, de verdad? ¿De nuevo con la posesividad?

—¿Te importa? Estás interrumpiendo —gruñó Olly.

Sam sonrió y levantó sus hombros. —No me importa para nada —se mantuvo confiado mientras cruzaba los brazos sobre su pecho. Luché contra una sonrisa sobre cómo era de lanzado Sam. De hecho ésa era una de mis cosas favoritas de él, y Louis era igual.

Un momento, joder, ¿estaba Louis también aquí? Él dijo que se encontraría con Sam para tomar un trago, ¿iban a hacer eso aquí? Recorrí con los ojos el bar y vi a Louis justo caminando desde atrás, obviamente saliendo de los baños que estaban ahí.

Su mirada se encontró con la mía y una media sonrisa cruzó su rostro antes de fruncir el ceño y comenzar a caminar hacia nosotros, saludando entre la multitud. No pude evitar notar lo sexy que se veía. No se veía diferente una hora atrás en la escuela, pero sólo estar fuera de ese lugar lo hacía lucir distinto. Más joven, más dulce y definitivamente más apuesto.

Alejé los ojos de Louis y miré atrás a Olly mientras su agarre se ceñía en mi cintura.

—Quizá tenemos que ir a otro lado para comer Chloe. Este lugar parece demasiado lleno —sugirió Olly, con su voz tensa y controlada.

Sam sonrió ampliamente. —Nah, vamos chico, tendrán una mesa desocupada para ustedes en un minuto. ¿Por qué no te compro una nueva bebida bombón? —Sam sonrió irónico hacia mí, sus ojos brillaban de entretenimiento. Se volvió para mirar a Olly—. ¿Querrá tu chico de rebote una? —preguntó en un tono educado que no se ajustaba a las palabras que había dicho.

¡Mierda! —¡Sam! —lloriqueé frunciendo el ceño. ¿Qué demonios está haciendo? ¿Está tratando de alterar a Olly a propósito?

Me miró con los ojos bien abiertos, dándome una mirada de «yo no he hecho nada».

—¿Qué? Sólo estoy siendo amable y ofreciendo comprar una bebida —dijo inocentemente pero sus ojos se veían juguetones y burlescos.

Olly dio un paso adelante, tirándome hacia atrás de él rudamente.

—Ey, ¿por qué no simplemente te alejas, maldición? —dijo lentamente.

Sam sólo rio e hizo rodar sus ojos.

—Tú no eres su dueño. Creo que me quedaré un rato a hablar con mi amiga. —Levantó sus hombros.

—¡Sólo piérdete antes de que te obligue! —advirtió Olly, acercándose más a Sam.

Miré su espalda sin poder creérmelo. ¿Cuál demonios era su maldito problema? Retiré mi muñeca de su agarre. Sabía que Sam estaba presionando mucho, pero estaba malditamente loco y pensaba que lo iba a dejar apartarme de mis amigos sólo porque son hombres.

—Olly no lo hagas —advertí frunciendo el ceño. Noté que Louis caminaba hacia el lado de Sam pero no saqué mis ojos de Olly, quien estaba mirándome airadamente, todo su cuerpo tenso y molesto.

—Sólo vamos a otro lugar. —Se acercó a mí para alcanzar mi mano de nuevo. En realidad lucía como si él, a propósito, se hubiese parado a mi lado para interponer su cuerpo entre Sam y yo, eso me enojo un más. Gracias a Dios él no había notado a Louis parado ahí. Si supiera que Sam era el hermano de Louis podría haber llegado a la conclusión de que Louis era el ex novio de quien le había hablado.

Sacudí mi cabeza negando.

—No, sólo quedémonos aquí y todos nos comportaremos bien —sugerí queriendo mirar qué haría. Tiene que intentar dejar de hacer esto. Tengo permitido tener amigos hombres y él tiene que aceptar eso. Éste era el punto de quiebre si no reaccionaba, entonces eso sería todo. Su única posibilidad se habría esfumado.

—Por amor de Dios Chloe. ¿Es esto una maldita broma? ¿Otro amigo hombre que supuestamente tengo que aceptar que tenga su mano sobre ti? —siseó, mirándome sin creerlo.

Gemí mentalmente. No había pasado la prueba.

—¿Sabes qué Olly? Vete a tomar por el culo —contesté ácidamente, volviéndome y caminando como una tormenta hacia la puerta. Ignoré la risa de Sam detrás de mí y el pinchazo de maldiciones que Olly trató de silenciar con su aliento. No tenía idea cómo llegaría a casa pero no había ninguna manera de que me sentara en el auto de Olly, así que sólo tenía esperanzas de que hubiese una ruta de bus o algo por este camino.

Justo cuando iba a mitad del estacionamiento Olly tomó mi mano.

—¿Qué me vaya a tomar por el culo? ¿Qué se supone que significa eso? —preguntó, frunciendo el ceño mientras me hacía parar.

Miré y sacudí la cabeza. ¿Podría haberlo dicho más claro?

—Significa que tiraste a la basura tu última oportunidad. Te dije que no iba a aceptar que fueras posesivo y justamente lo hiciste de nuevo. Prometiste que no lo harías. —Levanté mis hombros.

Se lucía herido mientras se acercaba mí, sosteniendo mi cara entre sus manos.

—Chloe, lo siento. Sólo no me gusta que los chicos tengan sus manos sobre ti todo el tiempo. Yo soy tu novio, ¡tengo permitido estar celoso! —dijo ferozmente.

Retiré mi cara de sus manos.

—Hay una gran diferencia entre estar celoso y ser malditamente controlador Olly. Te dije que no tenías razón para estar así, pero te mantuviste así de todos modos. No está bien y lo odio. Lo siento.

Volví mis ojos hacia el edificio y vi a Louis parado ahí, frunciendo el ceño con enfado. Sam tenía un brazo sobre el pecho de Louis, parecía como si lo hubiera detenido ahí mientras hablaba con él, pero estaba muy lejos para oír lo que le estaba diciendo.

—¿Entonces terminamos? ¿Eso es todo? —Olly preguntó, lanzando sus manos al aire exasperado.

—Lo siento pero no puedes hacer eso. A ninguna chica le gusta que le digan qué hacer. Tienes que trabajar en tus cosas, en serio, no todas las chicas son como Cristina pero tú me has alejado porque no puedes confiar en mí. Tiene que haber confianza en una relación, de otra manera no hay sentido en estar con alguien. —Levanté mis hombros. Una gran parte de mí estaba saltando de alegría porque finalmente terminara. Lo intenté pero no funcionó. Ahora era libre para revolcarme en lamentaciones sobre Louis nuevamente.

Él gimió y tomó sus manos en el aire, mirándome desesperado. Me sentí culpable de estar hiriendo a alguien pero para ser honesta no era mi culpa. Sólo habíamos salido por una semana pero aún así él actuaba como si estuviéramos rompiendo un matrimonio o algo así. No era el fin del mundo, él tenía que dejar de sobre reaccionar. No era mi culpa.

—Realmente me gustas Chloe —dijo él inclinándose levemente poniendo la cara que él hacía tan malditamente bien.

Me sentí mal de que esta vez simplemente no me importara. Él se había pasado de la raya hoy. Primero Nick y ahora Sam, era demasiado y había prometido que no lo haría.

—Lo siento pero esto no está funcionando —respondí, tratando de mantener mi voz más fuerte de lo que me sentía.

Me miró enfadado. —Bueno. Lo que sea. Vamos te llevaré a casa —declaró, su voz sin emociones mientras miraba lejos de mí, su cara estaba dura.

Realmente no quería entrar al auto con él de nuevo, tenía el presentimiento de que me rogaría por otra oportunidad en el camino a casa y realmente odiaba decirle que no a la gente y herirlos. No quería ir con él en caso de que me ablandara o algo. Pero por otro lado, no tenía idea cómo llegar a casa desde aquí y probablemente no tenía suficiente dinero para un taxi. Decidí llamar a Amy y pedirle que viniera buscarme, a ella no le importaría.

—Está bien, llamé a Amy para que venga a buscarme. —Levanté un hombro.

Me miró y no dijo nada, sólo se volvió y se dirigió airadamente hacia su auto, con los hombros tiesos y su cuerpo rígido. Bueno, Amy estará contenta ahora. Desde que se enteró de lo de Louis se había convencido de que aún me gustaba, así que quería que lo intentara de nuevo con él. Esa chica cambiaba de opinión malditamente fácil.

Sentí un brazo deslizándose por mis caderas y me volví para ver a Sam sonriendo altivo. —Me puedes agradecer después —se burló.

Y gemí y puse mi cabeza en su pecho. Esto haría las cosas un poco incómodas en el instituto por un par de días; teníamos dos clases juntos así que eso apestaría. Por lo menos realmente no teníamos amigos en común, así que él simplemente volvería a su grupo y yo pasaría el tiempo con mis amigos de siempre, los mismos de antes de que esta pequeña relación sin sentido ocurriera.

—Eres un imbécil Sam —murmuré contra su pecho. Él se rió y pude sentirlo retumbando en mis oídos donde presionaba contra él.

—Oh vamos, te hice un favor. Ese chico no estaba bien para ti, necesitas a alguien mayor. Y los rubios simplemente no te convienen —se burló.

Me reí débilmente.

—Además de ti, ¿quizás? —bromeé, giré los ojos y lo empujé para mirarlo. Estúpido coqueto. Él me miró de vuelta con una mueca de disgusto.

—De ninguna manera, tienes la marca de Louis sobre ti, ya te lo había dicho antes. Mi hermano, por otra parte, te conviene perfectamente. —Apretó mi cintura levemente y comenzó a dirigirme hacia dónde Louis estaba parado. Me reí sin humor sobre el pequeño comentario de Louis pero no dije nada. No quería pensar sobre lo perfecto que era para mí.

Louis estaba parado ahí luciendo un poco incómodo, pero noté una sonrisita en su rostro que él estaba claramente tratando de disfrazar.

—¿Está todo bien? —preguntó cuando llegamos a él.

Asentí y levanté los hombros. Me sentía un poco culpable de no sentir ni siquiera una pequeña molestia por romper, pero no podía forzarme a sentir algo por alguien después de una semana de citas, entonces realmente no tenía nada por qué sentirme mal.

Luego sonrió maliciosamente.

—Bueno por lo menos sabes que no te estás perdiendo nada, me refiero a que lo viste en sus speedos no es gran pérdida.

Me reí y sacudí la cabeza. —No seas malo —dije juguetonamente.

Él sonrió feliz y metió la mano en su bolsillo buscando las llaves.

—Vamos te llevaré a casa.

¡Ah, él es tan malditamente dulce! —¿Sí? Gracias eso estaría genial. Estaba pensando tomar el bus —sonreí agradecida.

Él se volvió hacia Sam. —Te veré dónde mamá. —Sam asintió y me abrazó—. Ahora vosotros dos comportaos, no quiero oír más lloriqueos de él sobre cómo lo haces actuar como un idiota —susurró en mi oído.

Lo empujé y lo miré confundida. ¿Louis le había dicho a Sam que lo hacía actuar como un idiota? Yo no lo hacía hacer nada, era él quien saltaba cuando estaba cerca de mí por nada. Miré y rodaron mis ojos. Probablemente sólo estaba tratando de presionarme.

—Lo que sea Sam, llámame para salir.

—Deja el viernes libre para mí —dijo tras de mí, mientras Louis y yo caminábamos hacia su Jeep.

Lo saludé sobre mi hombro para señalarle que lo había oído. Sonreí agradecida mientras Louis abría la puerta para mí. Siempre era un caballero cuando salíamos, había olvidado que le gustaba hacer cosas como ésa.

Se lo pasó echándome miradas mientras conducía, sonreí después de la décima vez que lo sorprendí mirando.

—¿Qué sucede Louis? Sólo suelta cualquier cosa que esté en tu mente —instruí mirándolo expectante.

Juntó las cejas y abrió la boca para decir algo, pero sólo la cerró de nuevo y miró hacia el camino.

—No iba a decir nada. —Rodé mis ojos. ¿Acaso pensaba que no lo conocía para nada? Levanté las cejas y sólo lo miré, esperando que fuera suficientemente hombre para decirme lo que estaba pensando.

Después de alrededor de un minuto, me miró derrotado.

—Bueno, iba a decir que estoy feliz de que hayas roto con él. No era suficientemente bueno para ti y no deberías dejar a ningún chico tratarte de esa manera.

Asentí. —Sí, lo sé.

—Y me encantó lo de «vete a tomar por el culo». Eso fue increíble —se rió.

Me reí y me sonrojé, avergonzada de haber dicho eso enfrente a él y Sam. En retrospectiva realmente debí haber llevado a Olly hacia un lado para romper con él, y no hacerlo enfrente de otros dos chicos.

—Me alegro de haberte impresionado —respondí, mordiéndome el labio y sólo pensando en cómo su sonrisa iluminaba todo su rostro y lo hacía lucir hermoso para mí. El viaje a casa fue muy corto y cuando se detuvo fuera, sentí bajar mis cejas en desilusión—. Bueno gracias por traerme a casa.

Él sonrió. —Cuando quieras.

Abrí la puerta del auto sin ganas y me forcé al salir.

—Que tengas una buena cena.

Él gimió. —Sip, seguro que será fantástica —dijo sarcásticamente—. Te veré mañana.

Asentí y cerré la puerta del auto, saludando con la mano mientras caminaba hacia mi casa. En cuanto estuve dentro saqué mi teléfono móvil y llamé a Amy, explicándole todo lo que había sucedido con Olly, hasta el último detalle.

[...]

Cuando Amy y yo entramos al instituto el día siguiente me sentí tan extraña que quería huir. Olly estaba conversando con uno de sus amigos en el estacionamiento. No supe qué hacer y sólo me sonrojé bajé los ojos al suelo. Oh Dios esto era horrible. Por lo menos cuando Nick y yo rompimos fue en buenos términos porque prometimos seguir siendo amigos, pero con Olly sólo sería terriblemente extraño por un tiempo ya que habíamos terminado con una pelea en vez de mutuo acuerdo.

Todo el primer período parecía que quería evitarme. En cualquier momento que mirara en su dirección él miraba a otro lado o se volvía para hablar con alguien más para que no fuera hasta él, no es que yo lo tuviera planeado de todos modos pero creo que estaba tratando de mantenerse seguro. Quizás era más fácil para él pretender que nada había pasado, pero yo preferiría por lo menos mantener las cosas amigables.

Estaba realmente expectante sobre mi hora de almuerzo en detención, tanto que prácticamente no podía pensar en nada más, eso hizo parecer que la mañana volara. Agarre un sándwich y me dirigí a la sala de clases de Louis con una gran sonrisa en el rostro, sólo porque podría pasar con él tiempo durante una hora. Cuando llegué a la puerta mentalmente crucé mis dedos de que fuéramos a estar solos.

Repentinamente se me ocurrió algo: ¿y si habían puesto alguien más en detención y tenía que estar ahí por una hora y realmente hacer tareas? Eso apestaría a lo grande.

Dudé con mi mano alzada si golpear. Técnicamente él me había dejado fuera de la detención entonces si había alguien más ahí podía sólo volver a alejarme. No tendría que quedarme realmente a hacer trabajos.

Estaba perdida en mis pensamientos, cuando sentí dos manos en mi hombro haciéndome saltar y gritar del shock. Me volví para ver a Louis parado tras de mí riendo en silencio.

—Debiste haber visto tu cara, ¡wow! Fue como para una foto —se volvió. Asintió hacia la puerta que yo aún no había golpeado o abierto—. ¿Vas a permitir que entremos o la revancha será en el pasillo hoy? —preguntó sonriendo malvado.

Mordí mi labio mientras mi estómago comenzó a saltar.

La palabra «revancha» tenía que significar que estábamos solos, de otra forma no lo hubiese dicho.

Sonreí ampliamente y empujé la puerta para abrirla casi saltando dentro porque estaba muy feliz.

Me volví hacia él y rió.

—Estaba pensando que podríamos lanzar pelotas de baloncesto en vez de bolitas de chocolate, es más fácil de limpiar. —Levantó sus hombros.

Me reí. —No estoy segura de que puedas meter una pelota de baloncesto en tu boca, Louis. Aunque supongo que no puedes meter muchas bolitas de chocolate tampoco —me burlé.

Él sonrió ampliamente y sacó un lote de papel reciclado enrollando, dejándolo en el escritorio cerca de mí. Asintió hacia un pequeño aro que estaba puesto en la muralla, directamente sobre el basurero.

—La primera persona en llegar a diez gana. —Sonrió felizmente y procedió a apuntar para lograr tres puntos, yo sólo reí. Era tan infantil a veces, pero yo realmente adoraba eso de él.

Las siguientes dos semanas pasaron exactamente igual, Olly continuaba mirando de lejos con una expresión un poco herida cada vez que estaba cerca de él, lo que por supuesto me ganó un montón de miradas de su club de admiradoras porque el precioso Olly estaba molesto. Aunque por lo que parecía no se había demorado mucho tiempo en reemplazarme. Tenía una chica diferente colgando de él todo el tiempo rogando por su atención. Para ser honestos, probablemente él estaba feliz de que hubiésemos terminado, por lo menos habría llegado a primera base con un par de ellas.

Louis continuaba siendo agradable conmigo, era extraño tener una conversación normal con él sobre algo aleatorio sin importancia. Cada vez que me miraba, mi corazón se alegraba y las palmas de mis manos se ponían un poco sudorosas. Yo realmente disfrutaba poder hablar con él ocasionalmente. En sus clases él era el profesor, pero si lo veía en el pasillo o algo, era más como mi viejo Louis.

Al final, terminamos teniendo dos detenciones en vez de la semana completa, porque después de eso lo ataron para ayudar a la señorita Teller en su desagradable obra. No podía exactamente negarse a ayudar a su novia, por eso lo vi muy seguido acarrear disfraces por ahí y pintar el set durante la hora de almuerzo. No podía evitar sentirme celosa por ello. Cada vez que la veía sólo quería golpearla en la cara por ser tan locamente perfecta. Ella desagradablemente no tenía defectos, y además era muy simpática también. Realmente no era justo.

Las dos semanas pasaron tan rápido que casi no noté que habían transcurrido y entonces llegó el temido juego de paintball.


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Mensaje por 1DemiLovaCB Dom 10 Mar 2013, 1:24 pm

Mslistie escribió:En serio, no soporto a Olly, me pone de los nervios -.-
A ver si Chloe lo manda ya a tomar por culo y se centra en el señorito Louis.
Ofú, quiero saber que tipo de relación tiene L con ¿Teller era?, en fin, la rubia potentorra e idiota.

Muá.- <3

Tú, que comes que adivinas? Ya te has leido el libro no?
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Mensaje por Mslistie Dom 10 Mar 2013, 1:51 pm

Jajajaja te juro que aún ni me lo he descargado, pero supongo que era ley de vida. Chloe no aguantaría con ese chico ni un minuto más, me alegro de que por fin lo haya dejado y las cosas se centren en el perfecto Louis. *-*
Seguro que pasa algo en el paintball, SEGURO. Estoy deseosa de seguir leyendo. Me encanta demasié. *-*

Muá. <33
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Mensaje por 1DemiLovaCB Dom 10 Mar 2013, 3:22 pm

Mslistie escribió:Jajajaja te juro que aún ni me lo he descargado, pero supongo que era ley de vida. Chloe no aguantaría con ese chico ni un minuto más, me alegro de que por fin lo haya dejado y las cosas se centren en el perfecto Louis. *-*
Seguro que pasa algo en el paintball, SEGURO. Estoy deseosa de seguir leyendo. Me encanta demasié. *-*

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OH MY GOSH ERES UNA BRUJA!! CALLAATEEE!!! no arruines el suspenso! Escribo mas tarde, cuando termine de pasar mis folder a limpio :) ♥
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Mensaje por 1DemiLovaCB Dom 10 Mar 2013, 4:32 pm

Capitulo 24


Sintiéndome algo indispuesta por los nervios, bajé del auto siguiendo a Amy y a Nick. ¿Y si me cayese en medio del bosque, me lastimara y nadie se diera cuenta? ¿Y si permaneciese, durante horas, tirada ahí, pidiendo auxilio? Sabía que estaba siendo algo patética, pero eran los tipos de cosas que me pasaban, un típico momento Chloe.

Mientras íbamos bajando, nos llevaron a los monos que estaban ahí apilados. Cogí uno de mi talla y me lo puse, sintiendo como mi corazón se hundía a cada segundo. Este no era mi plan ideal para pasar una tarde de sábado.

Por favor, por favor, por favor que salga de esto ilesa.

Nos entregaron a cada uno de nosotros, un casco, una pistola y un paquete de pelotas de pintura de repuesto, y nos llevaron a tropel a un pequeño claro en donde estaba, sobre una pequeña plataforma, el instructor preparado para instruirnos. Empezó a enumerar las reglas, cómo recargar la pistola, dónde estaban posicionadas las banderas, qué hacer si resultabas herido, y un sinfín de cosas en las que no estaba muy interesada. En estos momentos preferiría estar en cualquier otro lugar que aquí, especialmente cuando al levantar la vista observé a Louis y a la señorita Teller justo de pie delante de ella, escuchando al tipo. Se les veía como la pareja perfecta, se les veía tan ardorosos juntos y, eso me hacía sentir aún peor.

Me encontraba ahí de pie, observando discretamente cómo la señorita Teller ponía su mano sobre el brazo de él, sonriendo seductoramente. Dentro de mí, me sentí morir. Ella se reía sobre algo que él había dicho, bueno a decir la verdad, se reía tontamente. Inmediatamente me visioné a mí misma yendo hacía donde estaban ellos, tomándole de su perfecto pelo rubio natural, y hundir su bonita cara en el charco embarrado a sus pies. Suspiré. ¿Por qué estaba aquí? Debería de haber dicho que no. En el transcurso del día acabaré dañada, entonces por qué me prestaba a esto, sabiendo que la pareja más reciente y caliente también estaría hoy aquí, juntos. Una cosa era escuchar en el instituto sobre la relación y tener conocimiento de lo que estaba pasando, pero verlo en persona me estaba destrozando el corazón.
¿Por qué no era capaz de olvidarle? ¿De todas formas, qué tenía de especial? De acuerdo era extremadamente ardiente, pero no estaba muy interesada en eso. Él era inteligente y gracioso, dulce y considerado... ¡pero era un profesor! Debería dejar de mirarle de esta forma. Lo que necesito es echar mano a cualquier otro y besarle hasta la inconsciencia y esperar sentir mariposas en el estómago como las que sentí al besar a Louis. Quizás Olly no fuese la persona adecuada, si quizá lo intentase con otro entonces sentiría algo, alguna cosa, solo para que se fuera el dolor y hacerme sentir mejor.

Durante las últimas dos semanas, Louis y yo nos llevábamos tan bien que se me había olvidado el hecho de que estaba cortejando a otra, pero verlo era una tortura. Habían pasado más de seis semanas desde que rompimos, pero seguía sin poder olvidarle. Posiblemente rayaba a la obsesión. Quizá debería ir a terapia o algo parecido.

La señorita Teller echó sus largos, perfectos rizos sobre el hombro y riendo dio a Louis una palmada en el brazo. Él sonrió y movió su cabeza. Yo fruncí el ceño. ¿Qué le estará diciendo para hacerle reír de esa manera? ¡No es tan malditamente gracioso! Ambos se giraron y miraron al tipo que estaba delante del grupo, yo miraba mientras ella se aproximaba a él un poco más, provocando que inconscientemente se apretasen mis puños. Necesitaba desesperadamente darle un puñetazo a alguien, alguien rubio.

—Aterriza, Chloe. —Amy rió, dándome suavemente un codazo en las costillas.

Me sobresalté y la miré. —¿Qué? —pregunté, sonrojándome. ¡Diablos, si la gente supiese en lo que estaba pensando!

—Te encontrabas de nuevo en tu pequeño mundo. El instructor ha dicho que comprobemos nuestras pistolas. Sólo aprieta el gatillo y si sientes que está demasiado fuerte al apretarlo te lo ajustan antes de que empiece el juego —explicó ella, poniendo los ojos en blanco, bombeando el gatillo. Sin lugar a dudas ella sabía que estaba otra vez soñando despierta con Louis, siempre lo sabía, maldita mejor amiga psíquica.

—Vale —murmuré. Alcé la pistola y apreté el gatillo. En vez de piñonear como lo estaba haciendo Amy, mi pistola de alguna forma dio un tirón en mi mano.

—¡Ouch! ¿Qué demonios? —gritó Louis desde delante de mí.

Levanté la vista y pude ver que tenía sobre el hombro una gran salpicadura de pintura naranja. Oh, Dios mío, ¿lo había hecho yo? Me quedé mirando estupefacta la salpicadura.

—¡Deberías haber puesto el seguro! —gritó el instructor enfadado, mirándome con ferocidad.

¿Qué? Poner el seguro, ¿Y dónde diablos está eso?

—¡Nadie dijo nada de poner el seguro! ¡Simplemente lo apreté! —di un grito ahogado, aún conmocionada de haberle disparado a Louis en el brazo. Aunque intentaban disimular, pude oír a todo el mundo alrededor mío riéndose suavemente. Miré a Louis, pidiéndole disculpas con la mirada. La señorita Teller estaba pululando sobre él con aparente preocupación, pero él me estaba mirando directamente con una sonrisita tirando de la comisura de su boca.

—Lo siento, salió disparado sin querer. No sabía que tenía que poner el seguro —me disculpé, terriblemente sonrojada.

Él movió la cabeza y puso los ojos en blanco.

—No sé preocupe, señorita Henderson, los accidentes ocurren.

Me giré de nuevo hacía el tipo que estaba delante del grupo y que ya había dejado de mirarme con ferocidad, como si fuese un asesino en serie. Estábamos discutiendo y tramando qué hacer cuando nos apoderáramos de la bandera del oponente y también cómo proceder cuando nos disparaban. Teníamos tres bandas amarillas atadas en nuestro brazo y cuando te disparaban te quitabas una banda antes de continuar con el juego.

Aparentemente al llegar al lugar, ya nos habían dividido en dos equipos, por eso algunos de nosotros llevaba monos negros y los otros verde. Miré a mi alrededor para ver quién estaba en mi equipo; por suerte mía; tenía conmigo a Amy y Nick. Me di cuenta de que Louis y la señorita Teller estaban en el equipo negro. Hice un mohín. ¿Por qué no les había separado el tipo estúpido?

Cuando finalmente acabamos, Nick y Amy fueron a que le apretasen un poco más el gatillo, por lo tanto recogí mi casco, girándolo entre mis manos mientras me encaminaba hacía la posición de salida.

Mientras caminaba algo me golpeó fuertemente en el culo. Al sentir el repentino dolor pegué un grito y me di la vuelta rápidamente para ver lo que me había golpeado. Me froté la zona lastimada con una mueca de dolor. Cieno mojado resbalaba entre mis dedos. Fruncí el ceño y me miré el trasero, percatándome que me cubría, pintura azul cielo, el culo y mi mano.

Una risita suave me llamó la atención, así qué levanté la vista y vi a Louis con una sonrisa de satisfacción en su cara.

—Perdón, se me disparó —se rió a carcajadas, encogiéndose de hombros.

Oh, Dios bendito, ¿me acaba de disparar a propósito?

—¡Eres un maldito chiquillo! —grité, riendo.

Se me acercó y me sonrió con esa sonrisa de chiquillo que me gustaba tanto. Todos los demás ya se dispersaban, se escondían o iban camino al punto de salida, por lo tanto estábamos solos.

—¿Restitución a una bruja, eh? —susurró en mi oído, haciéndome temblar un poco.

—¡Te sientes satisfecho! Yo lo hice sin querer —respondí entrecortadamente. Podía oler su loción después del afeitado y su shampoo. Dios mío, hoy huele extraordinariamente bien. Se me había olvidado lo embriagador que resultaba cuando estaba tan cerca. Mi corazón se desbocaba dentro de mi pecho; estaba latiendo tan fuerte que me resultaba extraño que no lo oyese.

—Oh, tú te lo buscaste, preciosa —retó él, riendo mientras se retiraba y corría hacia el bosque dejándome sola.

¿Qué demonios estaba haciendo? Él estaba con otra persona, ¿sin embargo elige hoy para llamarme de nuevo «preciosa»? No me había vuelto a llamar así desde hace un mes ¿y de pronto lo dice como si nada? ¡Maldito sea, ese chico es desesperante!

Me encaminé al punto de salida, encontrando a mi equipo reunido y planificando. —¿Dónde estabas? —preguntó Nick. Sus ojos se posaron en mi culo.

—¿Ya has sido disparada? ¡Si ni siquiera hemos comenzado! —se rió, moviendo la cabeza.

—Lo sé, lo sé. Soy un peso muerto para el equipo, así que no contéis conmigo para ayudar o para cualquier otra cosa —dije poniendo los ojos en blanco.

Presté atención a sus planes. Nos repartiríamos en parejas e intentaríamos acercarnos a la bandera lo más cerca posible. Cuando llegáramos lo más cerca posible, uno de los dos dispararía y cubriría al otro, y así podría permitirle correr y capturar la bandera. Escuchar a los chicos hablar sobre la estrategia sonaba increíblemente sencillo, pero sabía que en realidad no era así.

—Bien, Chloe tú vas conmigo —sonrió Nick.

¡Oh no, eso significaba que me haría correr y jugar en serio, y poner todo en el asador y cosas así! ¿Por qué no podía estar emparejada con otra chica que no se tomara este juego tan en serio?

—¿Por qué no puedo estar emparejada con Amy? —gemí cuando me agarró del mono y me acercó a él.

Sonrió y apuntó con la cabeza en dirección a Amy. Ella estaba hablando con Ryan, coqueteando descaradamente y visto lo visto, lo estaba haciendo muy bien. Definitivamente él estaba muy interesado.

—Porque, bajo petición de Amy, está emparejada con Ryan —explicó Nick, agitando las cejas—. ¿Te resulta tan malo estar emparejada conmigo? —bromeó guasón.

Sonreí y asentí.

—¡Ja, sí! Me vas a hacer correr y otras cosas, ya sabes lo que pasa cuando intento jugar. ¡Me lastimo! —Me estremecí y le mostré mi cara de perro degollado.

—Muy bien, lo tomaremos con calma, y te dejo que me cubras cuando tengamos que recoger la bandera, ¿qué te parece? —se ofreció. Sonreí agradecida y estaba por abrir la boca para darle las gracias, cuando un agudo sonido de una bocina estalló en el aire, comunicando el comienzo del juego.

Nick agarró mi mano y salimos corriendo a través del bosque, ambos derrapando con nuestros pesados cascos. Realmente era divertido esconderse detrás de los árboles, saliendo de detrás de ellos e intentando disparar a la gente. Aunque no era muy buena. Gasté dos de mis tres vidas en una hora. A Nick no le dispararon ni una sola vez. Hice una mueca de dolor y me froté el estómago, donde, escasos diez minutos antes, la última bala me golpeó.

De pronto, Nick se detuvo provocando que me chocara contra él.

—Oh, maldita sea —murmuré, mientras que mi nariz se estrelló contra la parte interior del casco cuando me estrellé contra su espalda.

—Shh, alguien viene. Escóndete —siseó. De repente echó a correr, adentrándose en el bosque, dejándome ahí sola.

¿Mierda, qué demonios? Me agaché y miré ansiosamente a los árboles mientras dos tipos pasaron de largo. Oh Dios, en vez de estar aquí agachada debería de haber corrido detrás de él. ¡Estaba harta de este juego!

—Juro que he escuchado algo —dijo uno de los dos tipos, subiéndose el casco y mirando alrededor, con cautela.

—¡No oíste nada! Vamos, no están ni siquiera cerca de aquí —descartó el otro. Aguanté la respiración mientras que pasaban por mi lado. No quería perder mi última vida, porque si no tendría que regresar a la cabaña y tener que esperar otra hora hasta que terminase. Resultaría muy aburrido, ya que seguramente sería la única que estaría fuera del juego.

Vacilando y, pasados un par de minutos, me volví a levantar. Nada me disparó, por lo tanto me dirigí, para encontrar a Nick, por donde se marchó corriendo y decirle que estábamos a salvo. Después de buscarle durante un par de minutos, no le pude encontrar.

—¡Nick! —susurré gritando, mirando con cautela a mi alrededor mientras que me quitaba el casco para poder ver mejor.

Le busqué durante diez minutos pero de hecho no encontré a nadie. ¡Maldita sea, estúpidas pelotas de pintura! Por qué la gente no podía haber votado por la otra maldita opción, seguramente que las otras dos opciones eran mejores que esta. ¡Ja! Incluso arrancarme las uñas con un alicate oxidado sería mejor que esto.

Gruñí, y decidí renunciar; de todas formas no sería capaz de continuar por mí misma. De repente de la nada alguien me agarró desde atrás y me arrastró detrás de un enorme árbol. Pegué un alarido, pero una mano me tapó la boca.

—Shh, preciosa —siseo Louis en mi oído.

Mi corazón empezó a latir desbocadamente mientras sentía cómo mi espalda se apretaba contra el duro tórax de Louis, un tórax que mis manos y boca habían recorrido incontables veces. Escuché un par de voces dirigirse hacia otra dirección. Después de un minuto de silencio, él me soltó y noté cómo un sonrojo me cubría la cara.

Me di la vuelta para mirarle. Él también se había quitado el casco, y lo llevaba despreocupadamente colgando del brazo. Su pelo estaba en desorden, aplastado y sudoroso por llevar el casco protector.

Desde luego, como siempre, se le veía guapo. Inmediatamente me pregunté cómo estaría mi pelo al estar llevando el mío. Ladeé la cabeza, confundida al comprobar que no tenía intención de dispararme, siendo obvio que me capturó.

—¿Que estás haciendo? ¿Has olvidado que estamos en diferentes equipos? —pregunté, mirándole como si se hubiese vuelto loco.

Él sonrió, y movió la cabeza.

—No, no se me ha olvidado, pero vi que te quedaba tu última vida. Pensé que todavía no querrías estar fuera. —Encogiéndose de hombros.

Miré a ver si sólo tenía una banda amarilla en mi brazo, indicando que me quedaba una vida.

—Oh, bien... gracias —sonreí agradecida.

—De nada. ¿Dónde está tu pareja? Tu equipo nos enfrenta en pares —inquirió él, escaneando con cautela los árboles.

—Ni idea —admití—. Nick se fue corriendo hace unos diez minutos y no soy capaz de encontrarle. —Me senté sobre un árbol caído, soltando el casco y la pistola en el suelo junto a mis pies—. ¿Bueno y cuáles son los planes de tu equipo? ¿Atraer a tus oponentes a una falsa sensación de seguridad, para luego dispararles cuando menos se lo esperen? —pregunté riendo.

Él sonrió avergonzado. —No, nosotros también estábamos emparejados pero le di esquinazo a Caroline.

¿Quién es Caroline? —¿Quién es? —pregunté, frunciendo el ceño.

—Caroline... ah sí bien, señorita Teller para ti —aclaró él, poniendo los ojos en blanco.

Noté la línea de frunce en mi frente. ¿Además fue emparejado con ella? Apuesto que él lo solicitó para poder protegerla y evitar que le salpicase pintura en su perfecto pelo. Estúpida, caprichosa mujer.

—¿Qué pasa con la cara? —pregunto él, mirándome con curiosidad.

¡Oh mierda! —¿Qué cara? —pregunté, fingiendo no saber de lo que estaba hablando, aunque era obvio que estaba enviando pensamientos de odio a la profesora de teatro.

—Esa cara —moviendo la mano delante de mi cara—, la enfadada; estoy pensando en alguna cara dura.

Me encogí de hombros sin comprometerme.

—Sin cara. ¿Por qué desearías dejarla plantada? ¿No deberíais los dos trabajar juntos? —pregunté, intentando distraer su atención sobre mis celos.

—Me vuelve loco coqueteando conmigo todo el tiempo. —Louis se encogió de hombros.

Yo me reí y sacudí la cabeza. Él sí que es raro.

—Pensé que su objetivo era el de flirtear contigo todo el tiempo, cuando salíamos juntos nunca te importó coquetear.

Me sonrió con satisfacción, sus preciosos ojos grises perforando los míos.

—Lo nuestro fue algo distinto, en primer lugar estábamos saliendo, por lo tanto quería que coquetearas conmigo —respondió él. La forma en que me miraba hacía que mi cuerpo se estremeciese. La mirada era dulce e íntima, muy parecida a la manera de mirarme de antaño, sintiendo dolor dentro de mí

—¿Bien y por qué es diferente con ella? ¿No desearías que ella también flirtease contigo? —pregunté, intentando sin éxito apartar mi mirada de su cara.

Él sacudió la cabeza. —No me gusta porque no estoy interesado en ella. —Su cara reflejaba aflicción; sus ojos un poco herméticos.

¿No estaba interesado en ella? ¡Vaya! La usaba para el sexo, que bonito. Así que estaba de vuelta a sus juegos, utilizando a la guapa rubia profesora. ¡Estoy segura que utilizar y tener citas con una compañera no le explotaría en la cara!

—¿Si no estás interesada en ella porque estas saliendo con ella? —pregunté. Una parte de mí estaba furiosa de que se estuviese aprovechando de alguien, pero otra parte de mí se sentía aliviada que no quisiera nada con ella. Sabía que con el tiempo sentaría cabeza con alguien, pero deseaba fervientemente que pasara cuando estuviese en la universidad y no restregármelo en la cara.

—¿Saliendo con ella? Yo no estoy saliendo con ella —indicó él, mirándome como si fuese estúpida.

¿No estaba saliendo con ella? ¿Qué narices?

—¿En serio? Todo el instituto lo sabe. Vosotros dos sois la nueva pareja de moda y en este momento, el objeto del mayor cotilleo. —Le observé mientras que su cara se transformaba de la confusión a la conmoción.

—No estoy saliendo con Caroline, no estoy saliendo con nadie —insistió frunciendo el ceño—. No estoy interesado en nadie más —añadió, mirándome intensamente, como si quisiera decirme algo.

—¿Entonces, sólo te acuestas con ella? —le pregunté. Cada palabra me quemaba la garganta mientras las pronunciaba. En realidad no quería que me respondiera a la pregunta, pero por alguna razón, necesitaba que lo hiciera.

Frunció el entrecejo y me miró como si le hubiese sugerido batear focas o algo así.

—¿En serio? Maldita sea, ¿de dónde sale esto? Tampoco me estoy acostando con ella.

—Se van juntos a casa y vuelven juntos por la mañana —murmuré, un poco confusa sobre lo que estaba pasando. Durante el último mes había visto y oído sobre su pequeño romance y ahora lo negaba... ¿Estaría Amy en lo cierto y todo el mundo interpretaba algo que era algo inocente? No quería acunar esperanzas, pero a pesar de mi sano juicio, podía sentir que ya estaba sucediendo.

—Chloe, Caroline vive calle abajo de mi casa. La llevo en mi coche al instituto y de vuelta porque ella no posee un coche. ¡No estoy interesado en ella! —Movió su cabeza, dando la impresión de estar enfadado.

Sonreí. Tenía razón Amy. Sentí celos y quise ver algo que no existía; después de todo no se estaba acostando con la caliente profesora de teatro. Sentí que me relajaba. Sólo me quedaban otros nueve meses y terminaría el año escolar. Me iría a la Universidad y lo dejaría atrás en el instituto. Con un poco de suerte permanecería «no estoy interesado en nadie» hasta entonces y para nada lo tendría que ver.

Su enfadada expresión se esfumó y él también sonrió. Su mano se extendió hacia mi cara. Mi aliento se quedó atrapado en mi garganta al pensar que me iba a tocar; sin embargo me quitó una hoja del pelo, tirándola al suelo.

De pronto, a nuestra izquierda, algo grujió entre los árboles. Louis se levantó de un salto, me agarró y me giró, un brazo envolviéndome mientras que me apretaba contra su cuerpo.

—Ay, mierda —siseó, mientras escuchaba a alguien reírse.

—¿Sr. Tomlinson, por que la ha movido? ¡Tenía un tiro perfecto! —alguien gimió. Louis me soltó y yo me aparté de su duro cuerpo, mirando confusa a todos los lados. Ahí parado estaba Jimmy un poco desilusionado.

—Ya está fuera, no tiene sentido dejarse tirotear. Le acabo de arrebatar su última vida —respondió Louis, encogiéndose de hombros.

—Ah, vale, bueno nos vamos a llevar a cabo nuestro golpe. ¿Viene? —preguntó Jimmy, empezando a correr a través del bosque sin esperar respuesta.
Confusa miré a Louis.

—¿Qué ha pasado?

Louis se dio la vuelta, dándome la espalda, que estaba cubierta de pintura azul.

—Me lleve uno por ti. Me lo debes, monada —me sonrió satisfecho.

¿Se dejó disparar por mí? ¡Santo Dios, que dulce! —¿Por qué hiciste eso? —pregunté, conmovida.

Se encogió de hombros. —Quería tomar tu última vida, ese culo se ve demasiado limpio —respondió él, levantando una ceja.

—¿Me está mirando el culo, Sr. Tomlinson? —bromeé, obligándome a no sonrojarme mientras lo decía.

—Sabes que debo de decir que no a esa pregunta, señorita Henderson —dijo suspirando—. De todas formas te doy un minuto de ventaja, así que empieza a correr. —Agitó las cejas, inclinando la cabeza hacia un lado.

—¿En serio? —No es posible que quisiera perseguirme a través del bosque para poderme disparar, ¿o sí?

—Cincuenta y cuatro segundos.

—¿Me estás tomando el pelo? Se supone que tenemos que recoger la bandera —dije nerviosa.

—Cuarenta y seis segundos.

¡Dios bendito, lo dice en serio! Agarré mi pistola y el casco, me di la vuelta y salí corriendo a través del bosque, riendo como una loca.

—¡Se acabó el tiempo! —le oí gritar.

Reí tontamente y seguí corriendo. Más adelante se materializó una enorme roca, y haciendo un esprint me escondí detrás de ella. Miré nerviosamente a todos los lados, pero no le veía por ninguna parte. Me di cuenta que al lado de la roca donde estaba situada había otra anexada a ella haciendo la forma de una V. Me deslicé en medio de las dos, adentrándome de tal forma que me cubría por todos los lados excepto de frente. Le podía oír correr así como el grujido de las hojas secas. Con cautela bajé mi pistola y me tapé la boca para no reírme.

—Sal, sal de donde estés —cantaba él, riendo. Me reí tontamente contra la mano y me aplasté más prietamente contra la dura roca. Estaba cerca, podía escuchar su respiración... posiblemente al otro lado de la roca.

—Chloeeeeeeee —llamó con guasa. Me mordí el labio, intentando desesperadamente no descubrirme.

Quería terminar en el día de hoy con una vida; Amy había apostado que sería la primera expulsada, y deseaba por todos los medios ganar esta apuesta.

Respiré aliviada al escucharle correr en la dirección opuesta. Me arrastré hasta el borde de la grieta y eché una ojeadita a mi alrededor, comprobando que no había moros en la costa. Mientras daba un paso vacilante hasta afuera, él saltó desde detrás del recodo. Un grito involuntario, provocado por el susto, salió de entre mis labios

—¡Te encontré! Date la vuelta —sonrió con satisfacción, levantando su pistola, apuntando mi entrepierna, queriendo obviamente dispararme en el trasero.

Reí y retrocedí a la grieta.

—De ninguna manera, me tendrás que obligar —bromeé.

Él se rió y dio un paso adelante. Mientras que él daba un paso adelante, yo daba un paso atrás introduciéndome más en la grieta. Emparejé mi pisada con la suya, observando el júbilo en su cara mientras que le atraía más adentro, caminando a donde dejé la pistola.

—Te voy a disparar en el culo —insistía él, levantado un ceja bromeando.

Mi pie tocó mi casco y rápidamente me incliné y recogí mi pistola del suelo. Al mismo tiempo él saltó hacia adelante, envolviéndome con una mano y sujetándome contra la roca. Su mano agarró mi pistola y la desplazó de tal forma que dejaba de apuntarle. Su duro cuerpo se apretaba con firmeza contra el mío.

Estaba sujeta contra la pared sin poder moverme aunque quisiera. Sus ojos se clavaron en los míos, su cara sólo a unos centímetros de la mía, podía sentir su aliento sobre mi boca. Él no se movió, simplemente se me quedó mirando con una ligera expresión de dolor. Mi corazón se volvió loco, sólo podía pensar en lo cerca que estaba de mí.

Levanté mi mano, agarrando un lado de su mono y acercándole aún más. Todo su cuerpo se apretaba contra el mío.

—Chloe —gimió él, me miró suplicante. Por una décima de segundo sus ojos se posaron sobre mis labios.

Oh, Will por favor, bésame por favor. Por favor no te retires como hiciste la otra vez. Ahora no hay nadie que nos pueda interrumpir, por favor sólo bésame antes de que espontáneamente me abrase.

—Bésame —susurré suplicando.

Él cerró los ojos y su expresión era como si le hubiese clavado un cuchillo en el estómago. Daba la sensación como si le estuviese torturando. Él abrió los ojos y tragó con fuerza.

—Cierra los ojos —susurró él.

Inmediatamente hice lo que me pedía; estaba tan excitada que apenas podía respirar. Sentí cómo su mano tocaba un lado de mi cara, acariciando mi mejilla, moviéndose despacio por la línea de mi mandíbula. Su dedo pulgar trazó mi labio inferior, obligándome a separar mis labios y gemir entrecortadamente. Todo mi cuerpo vibraba excitado. Era erótico y sexy, demasiado dulce de soportar.

Su mano bajó por un lado de mi cuello, rodeándolo suavemente. Su peso se desplomó contra el mío y, entonces sus suaves labios presionaron contra mi frente. Me sujeté más firmemente a él, levantando la cabeza, esperando que su boca se posara sobre la mía.

Dio un ligero paso atrás, dejó caer su mano de mi cuello. Abrí los ojos y pude ver cómo me observaba con su mandíbula contraída. Sus ojos brillaban excitados, pero su cara estaba endurecida. Aproximé mi cara a la suya, necesitaba sentir sus labios contra los míos.

Él negó.

—No puedo —susurró él, pidiendo disculpas con la mirada.

¡Me estas tomando el pelo! Seguía estando apretado contra mí y me sentía caliente y preocupada. Ignoré su protesta y volví a acercar mi boca a la suya.

—Por favor, Chloe no puedo hacer esto. Eres una menor, por favor, no me obligues hacerlo —suplicó él.

Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

—No te estoy obligando a nada. —Estaba tan cerca, más cerca de lo que ha estado en estas últimas seis semanas, pero seguía siendo demasiado lejos.

—Chloe, posiblemente piensas que no estás haciendo nada, pero créeme, es bastante duro para mí en un día normal, pero esto es una tortura. No quiero sentirme todo el tiempo un pedófilo, pero cuando estoy cerca de ti no lo puedo evitar. —Su mano se desplazó suavemente por mi costado, haciéndome temblar.

—Louis, tú no eres un pedófilo —protesté.

Inclinó la cabeza y besó las lágrimas mientras caían por mis mejillas.

—Técnicamente lo soy, porque no debería mirarte de la forma en que te miro. No debería querer besarte y abrazarte. No debería desear estar cerca de ti, y de ser a la última persona que vieras al dormirte. No debería, pero no puedo parar. En serio, lo he intentado, lo he intentado con todas mis fuerzas, pero no puedo evitarlo. —Frunció el ceño y apretó fuertemente su mandíbula.

¿Seguía mirándome de esa forma? ¿Aún me deseaba? Oh, Dios mío, ¿lo dice en serio? ¿Amy estaba en lo cierto y yo me sentía tan dolorida que no pude ver que aún le gustaba?

—¿Es verdad que todavía te gusto? —pregunté. Esperanza crecía dentro de mí.

Negó fieramente con la cabeza y sentí que mi corazón se rompía, otra vez, en mil pedazos.

—No me gustas, preciosa. Estoy locamente enamorado de ti —respondió suavemente, sintiéndose casi avergonzado al admitirlo.



:wut: NOOOOOOOOOOOO YO CREI QUE ERA TODO UN CAPITULO PEROE STA SEPARADO!!! DEMONIOS SUBO EL OTRO AHORITA!!!
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 When Summer ends - Louis Tomlinson - Página 4 Empty Re: When Summer ends - Louis Tomlinson

Mensaje por 1DemiLovaCB Dom 10 Mar 2013, 4:46 pm

Capitulo 25


¿Me ama? ¿Realmente me ama?

No sabía qué decir. Apenas podía respirar. ¿De verdad me había dicho que estaba enamorado de mí? La esperanza y la felicidad trataban de aplastarme pero no lo permití. Algunas veces me había hecho ilusiones... ¿y si ésta era otra de esas veces? ¿Qué pasaba si de repente cambiaba de idea y retiraba lo dicho?

Yo no era lo bastante buena para él. Louis era increíble y tan especial, merecía a alguien mucho mejor que yo: lo merecía todo. Merecía a alguien como la señorita Teller, que era perfecta y elegante, no una tonta colegiala que apenas podía mirarlo sin sonrojarse.

Me miraba con curiosidad. Bueno, en realidad se veía asustado y yo quería tranquilizarlo. Quería gritar que también lo amaba, que lo quería mucho, pero no me salía ni una palabra.

Su cara se alargó aún más con mi silencio.

—Lo siento, no debí decirlo. Lo siento mucho —dijo dolido y mirándome con tristeza—, soy tu profesor y tengo que esforzarme en ser más responsable. Dejaré mi trabajo o lo que sea que tenga que hacer para poder mantenerme lejos de ti.

Estaba mascullando y atragantándose con las palabras, hablaba demasiado rápido.

¿Está pensando dejar su trabajo? Lo aferré por las solapas del mono cuando se estaba apartando de mí.

—¿De verdad me amas? —susurré, no confiando en mi voz para hablar más fuerte.

Tragó saliva y asintió.

—Sí, pero no debería habértelo dicho. Tengo que guardármelo como lo he estado haciendo las últimas semanas.

Sonreí. No podía luchar más. Tenía el cuerpo erizado, sentía cómo se acumulaban lágrimas de emoción y me di cuenta de que, si él me amaba, tenía que intentarlo. Probablemente me arrancaría de nuevo el corazón cuando cambiara de idea, pero nada importaba en este momento.

—Yo también te amo, Louis —susurré sinceramente.

Todo su cuerpo se tensó. Sus ojos se ensancharon de golpe antes de que una arrebatadora sonrisa se extendiera por su rostro.

—¿De verdad? —gimió presionándome contra la dureza de la piedra.

Mordí mi labio y asentí. Es obvio que estoy perdidamente enamorada. Louis tenía que haberlo sabido antes de que yo se lo dijera. ¿Cómo demonios no lo vio? Era tan obvio como si tuviera escrito «Amo a Louis Tomlinson» en la frente.

Suspiró y con el brazo rodeó mi cintura mientras me explicaba.

—Pensé que había echado a perder mi oportunidad, sinceramente creí que te había perdido, Chloe. Me moría de miedo. He estado triste sin ti las últimas semanas. —Sus ojos grises fijos en los míos me hacían sentir que flotaba.

No quería seguir hablando. Necesitaba sus labios contra los míos. Ahora. Mi cuerpo estaba desesperado.

—Shh, es hora de dejar de hablar —susurré, repitiendo las palabras que le había dicho alguna vez. Subí las manos deslizándolas por su pecho, rodeando el cuello y enredándolas en el pelo de la nuca. Él gimió desde el fondo de la garganta y mi cuerpo pareció incendiarse.

Su boca avanzaba tan lentamente hacía la mía que la espera me iba a matar, pero el momento era perfecto, privado y romántico, quería que durara para siempre. Finalmente su boca tomó la mía, presionando suavemente, sentí que nunca más volvería a respirar.

¡Oh Dios, lo estoy besando otra vez! Había olvidado lo que se sentía, lo increíble que era. Todo mi cuerpo ardía de pasión y no podía acercarme suficiente. Él lo sentía también y me apretaba más contra la roca, las manos bajaban por mi espalda haciendo cosquillear el pelo de mi nuca.

Su lengua se deslizó sobre mis labios y deseosa de más, abrí la boca. Louis entró, explorando suavemente.

Gemí cuando su increíble sabor me estalló en la lengua. Me besó profundamente mientras yo me aferraba con fuerza a su cuello para que no se alejara, no es que lo fuera a intentar, pero por si acaso.

Interrumpió el beso justo cuando me estaba mareando ligeramente. Pensé que se estaba apartando, pero no lo hizo. Me besó el cuello, mordisqueando suavemente la piel y mis rodillas se aflojaron. Gemí ahogadamente cuando besó un camino desde el cuello hasta la oreja.

—Te amo, preciosa —susurró.

Sonreí feliz y jalé un poco el pelo que tenía entre las manos.

—Yo también te amo —balbuceé, incapaz de hablar a través del torrente de sentimientos y sensaciones que pulsaban a través de mi cuerpo.

Se apartó sonriendo de oreja a oreja mientras me retiraba suavemente el pelo de la cara.

—Siento tanto haberte herido, prometo que estaba tratando de hacer lo mejor para ambos. Casi me mató decirte que no podíamos estar juntos. La mirada de dolor que tenías, te lo juro, me perseguía todo el tiempo. Lo siento tanto, preciosa… ¿puedes perdonarme y darme otra oportunidad? Nunca volveré a hacerte daño, lo prometo… ¿Por favor? —suplicó apoyando su frente en la mía. Sus ojos clavados en los míos mostraban pena y arrepentimiento.

Sonreí y apoyé mis labios contra los suyos por un par de segundos.

—Definitivamente —confirmé riendo como tonta y enrojeciendo. Estaba tan feliz que me sentía un poco mareada.

Se rió y el sonido se pareció más a un gruñido de victoria. Envolvió mi cintura con los brazos y me levantó limpiamente del suelo, girando en círculos y haciéndome reír como loca. Me bajó lentamente, deslizándome por su cuerpo hasta que mis pies volvieron a tocar el suelo. Él reía entusiasmado, acariciando mis labios con los suyos, besándome con tanta pasión, que era casi demasiado fuerte de aguantar. Cuando se apartó, no pude borrar la sonrisa de mi cara. Este increíble hombre me quería, me amaba y quería estar conmigo.

—Louis por favor, no vuelvas a hacerme daño —supliqué contra sus labios.

Jadeó y negó fieramente con la cabeza.

—No lo haré, te lo acabo de prometer. Sinceramente pensé que me olvidarías. No creí que tú pudieras sentir por mí lo que yo siento por ti. Pensaba que serías capaz de seguir adelante y ser feliz. Lo esperaba porque te mereces ser feliz. Pero cuando intentaste seguir adelante no pude controlar mis celos y te traté fatal. Lo siento mucho, preciosa. Debería apagar este sentimiento o ignorarlo y alejarme de ti, pero no soy capaz. Ni siquiera está permitido que te hable así, sin embargo, es imposible mantenerme lejos de ti. Aunque merezcas a alguien mejor que yo.

—Para mí no hay nadie mejor que tú —le dije con el ceño fruncido.

Sonrió con gratitud antes de presionar otra vez sus labios contra los míos, terminando la conversación.

Estaba enganchada con el beso, todo mi cuerpo vibraba por la necesidad de más, pero no hizo ningún movimiento para tocarme más allá de acariciar suavemente la espalda hacia arriba y hacia abajo. Un sonido fuerte y agudo atravesó el aire haciéndome chillar del susto. Louis se alejó de mí de un salto, como si hubiera estallado una bomba entre los dos.

Mientras miraba alrededor asustada, Louis se echó a reír.

—Juego terminado —explicó todavía divertido, moviendo la cabeza.

Oh ¿era el final del juego de paintball? Se me había olvidado que por eso estábamos aquí. Estaba tan enganchada con ese beso que si hubiera habido un terremoto, no lo hubiera notado hasta que los labios de Louis se apartaran de los míos.

Lo miré frustrada, no quería irme, aún teníamos mucho de qué hablar. Me tendió una mano sonriendo feliz. Hice una mueca y deslicé mi mano en la suya suspirando con satisfacción por lo bien que se sentía.

De alguna manera se sentía como el hogar. Él tomó las armas y cascos con la otra mano y me dio un pequeño tirón encaminándose hacia la entrada del peñasco. Me pegué a su costado mientras caminábamos y no podía dejar de sonreír. Soltó mi mano, pasando el brazo por mi cintura, acercándome más mientras me besaba tiernamente en la cabeza.

—¿Quieres hacer algo esta noche? —preguntó.

—Claro, ¿qué tienes pensado? —pregunté sonriendo, luchando contra el impulso de saltar.

—Lo que quieras, creo que deberíamos hablar más. Hay muchas cosas que necesitamos tratar —respondió encogiéndose de hombros. Fruncía el ceño pensativo.

—Sí, supongo —le dije asintiendo lentamente.

Me hizo detenerme. No había nadie alrededor pero debíamos estar cerca del claro y de la cabaña de paintball, los árboles ya empezaban a escasear.

—Necesitamos actuar normalmente, preciosa. Hablaremos más tarde y resolveremos qué vamos a hacer, pero por ahora, haremos como si nada hubiera sucedido allí atrás ¿de acuerdo? —demandó, mirándome esperanzado.

Asentí mi acuerdo. Un modo de decir sin decir. Louis sonrió feliz y señaló el sendero con la cabeza.

Sonreí ampliamente y me alejé. En la curva, a punto de dar vuelta, algo golpeó mi culo haciéndome chillar de dolor. Louis se reía malvadamente. Me giré para ver que todavía me estaba apuntando con el arma.

Le miré con incredulidad. Me había disparado en el trasero por segunda vez en el día.

—¡¿Qué demonios?! —grité. Su risa sonó más fuerte.

Dio unos pasos hacia mí y me tomó del brazo. Sus ojos estaban fijos en los míos cuando sacó mi último brazalete, metiéndolo en su bolsillo.

—Te dije que tomaría tu última vida —susurró eróticamente. Presionó sus labios contra los míos otra vez, haciéndome olvidar el pequeño escozor donde me había disparado desde tan cerca. Con disimulo froté el dedo en la pintura fresca, cogiendo una gota con la yema del dedo.

Cuando Louis se separó, rápidamente le embadurné la mejilla.

—Ahora sí estás sexy —murmuré riendo porque se quedó estupefacto. Riendo también, me jaló con fuerza para abrazarme.

—Tú sí que eres sexy —contestó besándome suavemente. Me sonrojé como una tonta. Su sonrisa se hizo más amplia mientras me acariciaba la mejilla caliente.

—Me encanta cuando te sonrojas por mí. Es algo precioso.

Puse los ojos en blanco y lo empujé. Necesitábamos reunirnos con los demás antes de que empezaran a preguntarse dónde estábamos.

—Venga ligón, vámonos. Puedes hacerme sonrojar más tarde —sugerí cogiendo mi arma y mi casco de su mano y señalándole el sendero. Seguramente me volvería a disparar si caminaba yo primero.

—Ajá, sin duda te haré sonrojar más tarde —declaró arrogante, haciendo que mis mejillas ardieran otra vez sin poder evitarlo. Solo Louis tenía ese efecto sobre mí cuando estaba cerca, y él lo sabía malditamente bien.

Me guiñó un ojo y se dirigió al sendero. Igualé mi paso al suyo. Tal vez no se daba cuenta, pero le eché miraditas de reojo mientras avanzábamos. Él caminaba rozando el dorso de su mano con la mía a propósito, y mientras íbamos hacia el claro, su dedo pulgar rodeaba apenas el mío, haciendo galopar mi corazón.

Llegamos al claro y noté que Amy y Nick estaban allí parados con Ryan, charlando alegremente. Sonreí por lo bien que se veía Amy. Estaba tremendamente feliz por ella, porque al fin había hablado con Ryan.

—Hablaré contigo más tarde, preciosa —susurró Louis cuando caminó en sentido contrario al mío. Le miré alejarse luchando contra el deseo de ponerme a bailar en medio del claro. Él me amaba. Realmente me amaba. Nada importaba más allá de esas tres palabras. La cuestión de estudiante-profesor, la de la minoría de edad… ya nada de eso importaba. Sabía que tendríamos que tratar sobre ello. Sería duro, pero lo superaríamos juntos.


:muere: ESTUPIDO LIBRO QUE ME HACE FANGIRLEAR! Ahí lo dejo :)
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 When Summer ends - Louis Tomlinson - Página 4 Empty Re: When Summer ends - Louis Tomlinson

Mensaje por 1DemiLovaCB Dom 10 Mar 2013, 7:48 pm

Capitulo 26

A regañadientes arrastré mis ojos de él y los dirigí hacia mis amigos. Luché con fuerza para sacar la sonrisa en mi rostro, pero probablemente no hice un buen trabajo. Tenía la sensación de que estaría sonriendo en mis sueños esa noche. Pasé mi lengua sobre mis labios todavía sensibles, saboreándolo sobre mi piel. Mi estómago revoloteaba y volví mis ojos hacia él.

Estaba recargado contra un árbol observando a los estudiantes.

—¡Aquí está la mujer desaparecida! —bromeó Nick cuando me levanté para ir hacia ellos.

Me reí y negué con la cabeza.

—Yo no desaparecí; ¡tú te fuiste y me dejaste! —le reprendí en broma, golpeando su brazo.

Él puso los ojos en blanco.

—No lo hice. Yo corrí hacia los árboles esperando que me siguieras, pero tú solo te agachaste, lo que es realmente estúpido. Luego te vi caminando en la dirección equivocada buscándome, pero para ese entonces ya había otras personas alrededor por lo que no podía gritarte o hacer cualquier cosa. Asumí que estabas atrapada y fuera porque solo tenías una vida para vivir —explicaba, riéndose de mi evidente falta de habilidad para el paintball. Sus ojos volvieron hacia la parte superior de mi brazo—. Y yo estaba en lo correcto, tú estabas fuera. ¿Dónde estabas? Amy y Ryan, estaban fuera también y dijeron que no regresaste a la cabaña.

Oh no, ¿qué puedo decir a esto? Me encogí de hombros.

—¿Me perdí? —sugerí esperando que aceptara eso. Lo hizo.

Sus ojos vagaban por mi cuerpo cubierto de pintura, obviamente verificando el daño. Él se echó a reír cuando me dio la vuelta para verificar mi parte posterior.

—¿Te dispararon en el trasero otra vez? Eso es tan gracioso. ¡Solo te podía pasar a ti, Chloe, solo a ti! —bromeaba. Me reí y lo empujé hacia atrás, haciendo un mohín.

—Obviamente no solo a mí porque Amy y Ryan también estaban fuera.

Miré hacia Amy, tenía su mano en el brazo de Ryan, riéndose tontamente sobre algo que él había dicho, mirándolo a través de sus pestañas. Estaba tan orgullosa de ella que podría reventar; había estado loca por él desde siempre. Personalmente no podía ver qué era lo que la atraía. Era guapo, pero no era realmente mi tipo. Él era un deportista completo, con hombros anchos y grandes, y un cuello musculoso y grueso. Todo tonificado, no como el físico de Louis.

Tan pronto como pensé en Louis, mis ojos se movieron en su dirección. La Srta. Teller estaba parada cerca de él, con una sonrisa seductora en su rostro mientras se apartaba un mechón de cabello rubio natural por debajo de la cinta del cabello, sacudiéndolo como una de esas diosas de la televisión.

Oh Dios mío, ¿cómo podía él estar interesado en mí mientras ella estaba haciendo eso frente a él? No tenía, para nada, la oportunidad de competir con esa mujer. Si yo fuera un chico, estaría babeándome por ella también.

Miré hacia otro lado mientras comenzaba a sentirme un poco celosa.

¿Qué haría si él me engañaba? Él nunca había tenido una novia antes; ¿Sabría lo que significa ser fiel? ¿Se aburriría de mí en pocas semanas e iría detrás de otra persona que mereciera su atención? Espera, espera, ¿estoy analizándolo todo otra vez, como antes?

Mire hacia Louis otra vez en el momento exacto en el que él miró hacia mí. Le sonreí y recibí una sonrisa rompecorazones antes de mirar nuevamente a la Srta. Teller. Suspiré y decidí que debía estar tranquila.

Necesitaba dejar de pensar a cerca de situaciones difíciles porque la mayor parte del tiempo estaría llegando a conclusiones enteramente incorrectas a cerca de él.

Apenas podía esperar a esa noche. Sólo estar cerca de él otra vez, hablar con él y envolver mis brazos a su alrededor por un momento sería como el cielo en la tierra. Y su cuerpo… ahora que estaba pensando en él, no podía evitar querer su cuerpo, sabiendo cómo de caliente e increíble era hacer el amor con él.

Me estremecí de deseo y sentí que algo apretaba mi brazo.

—¿Chloe?

Miré hacia arriba rápidamente, sacudiendo la cabeza para limpiar mis pensamientos. Nick estaba chasqueando sus dedos frente a mi rostro, obviamente tratando de tener mi atención.

¿Oh no, estaba soñando despierta?
—Perdona, ¿qué decías? —sonreí disculpándome, haciéndole reír y él puso los ojos en blanco.

Ryan estaba alejándose, lanzando una última sonrisa en la dirección de Amy, lo que la hizo sonreír y morderse el labio antes de saltar a mi lado y cogerme del brazo, hundiendo sus dedos en mi piel mientras me miraba con los ojos muy abiertos.

—¡Él me invitó a salir! Oh chica, ¡realmente me invitó a salir! —susurró ella emocionada, casi sacudiéndome de lo emocionada que estaba. Reí y la abracé.

—¡Estoy tan orgullosa de ti! No puedo creer que finalmente hayas podido hablar con él —la felicité, sonriendo alegremente. Parece que hoy había sido un gran día para nuestras vidas amorosas. Suspiré alegremente y miré furtivamente a Louis; él estaba hablando con el señor Young y luego se recostó relajado contra la puerta del primer entrenador.

—¡Lo sé! Gracias al Señor por el Paintball —dijo con un suspiro soñador. Nunca pensé que podría estar de acuerdo, pero en silencio también di gracias al Señor por el paintball ya que gracias a eso, era uno de los mejores días que había tenido en mucho tiempo.

—Bueno, ¿a dónde vais a ir? ¿Qué te dijo? Dame todos los detalles —le indiqué, uniendo mi brazo con el suyo y arrastrándola hacia el Sr. Young para que pudiese verificar que nos subíamos al autobús y nosotras pudiésemos cotillear sobre Ryan. Estaba muriéndome por hablarle a ella sobre Louis, pero realmente necesitaba hablar primero con él para estar segura de que estaba de acuerdo con que se lo dijera. Lo último que deseaba hacer era perturbarle o arruinar algo cuando habíamos vuelto a estar juntos.

Amy dio un suspiro soñador y comenzó a decirme todo acerca de cómo ella había hecho los arreglos con Nick para ser la pareja de Ryan en el juego. Nos unimos a la fila para subir al autobús y me perdí en su historia sobre el tiempo que estuvieron juntos. Escuché con los ojos bien abiertos y una enorme sonrisa mientras ella hablaba muy entusiasmada sobre todas las cosas que tenían en común. Cómo coquetearon, y como ella no hizo nada para quedar como una tonta frente a él. Seguí en fila hasta que estuve en la puerta, lista para subir a bordo.

Cuando levanté mi pie para subir, un brazo se cruzó a través de la puerta bloqueando mi entrada.

Levanté la mirada y me sorprendí al ver a Louis recostado de forma casual, con sus brazos estirados para yo no pudiera entrar al autobús. Una sexy sonrisa estaba en sus labios, que me hacía desear poder pasar mi lengua sobre ellos. Amy estaba envuelta en su historia así que chocó contra mi espalda sin saber que me había detenido. Me ruboricé como loca, y la sonrisa de Louis se hizo más pronunciada.

—Creo que voy a tener un moretón en el hombro donde usted me disparó, Srta. Henderson. Creo que tendré que darle detención por ello —bromeó él, riendo en voz baja. Reí tímidamente.

—Usted no puede darme detención, Sr. Tomlinson; no estamos en terreno del instituto. Además, fue un accidente y ya me he excusado —dije, bromeando con el asunto de ser maestros.

Él miró hacia mí de manera pensativa.

—Hmm, supongo que está en lo correcto. Pero un paso fuera en los terrenos del instituto y su trasero estará en detención. Puse mis ojos en blanco hacia él; obviamente le gustaba tener ese poder sobre mí.

—Lo tendré presente.

Él sonrió y movió su brazo de la puerta, asintiendo para que pudiera subir. Sentí estremecer mis entrañas por la forma en la que él me miraba, jugando y bromeando.

Mi Louis estaba de vuelta por completo. Me encantaba, lo amaba así.

Mordí mi labio para no decir nada inapropiado y subí al autobús con Amy detrás de mí. Ella se desplomó en el asiento junto al mío, pero era obvio que todavía estaba en la tierra La La con Ryan porque ella se perdió totalmente el incidente de la puerta con Will y continúo con su historia, donde la había dejado. Unos minutos después vi cómo Louis caminaba y tomaba asiento en el frente del autobús.

Después de media hora de chismorreo sobre Ryan y la planificación de su cita mañana en la noche, finalmente estábamos cerca de la escuela. Mi teléfono sonó en mi bolsillo por lo que lo extraje preguntándome de quién sería el mensaje; cuando leí el nombre, inmediatamente sentí mi rostro caliente. Era de Louis.

Tengo que llevar a Caroline a casa. ¿Te paso a buscar a tu casa a las cuatro?

Mi corazón brincó con la idea de verlo. Estaba tan emocionada que casi no podía estar en mi asiento.

¿Espera, a las cuatro? Él había dicho que deseaba hacer algo esta noche, yo esperaba tener tiempo para una ducha y arreglarme el cabello, hacerme ver más digna de su atención. Pero no podía decirle no, si me buscaba a las cuatro, entonces tendría tiempo adicional con él algo de lo cual ciertamente no me quejaría.

Estás ansioso, pensé que nos reuniríamos esta noche.

Le envíe un mensaje de vuelta.

Amy me miraba curiosa. No sabía qué decir. Deseaba decirle. Sabía que ella estaría loca de contenta por mí, pero necesitaba verificar con Louis si él estaba de acuerdo. Él diría que debía pretender que nada había pasado y que esta conversación no podría tenerla con ella con todos los demás estudiantes alrededor.

—Es mi mamá —mentí, encogiéndome de hombros y deseando que mi rostro ruborizado no me delatara.

Mi móvil sonó con su respuesta por lo que abrí con entusiasmo.

¡Definitivamente ansioso! ¿Está bien a las cuatro?

Suspiré de manera soñadora y miré la hora en mi teléfono; era justo después de las tres, por lo menos tendría un poco de tiempo para cambiarme a algo bonito que no fueran unos vaqueros holgados y una camiseta, que era lo que vestí para jugar al paintball.

Claro, te veo luego.

Le envíe de vuelta, apenas pudiendo escribir con mis temblorosas manos ya que estaba muy entusiasmada.

Llegamos a la escuela y Louis bajó primero, de pie al lado del autobús verificando que todos salieran del mismo. Nick estaba esperando por nosotras justo fuera de la puerta con una eufórica sonrisa en su rostro de Yo—pude—dispararos—a—vosotros—con—pintura, como el resto de los chicos que fueron.

Salí con ellos entusiasmada hacia el auto de Amy; estaba literalmente haciendo cuenta regresiva hasta las 4:00 pm cuando volvería a ver nuevamente a Louis. Sentía como si estuviese en una especie de sueño donde no tenía control de mí misma o mis acciones, estaba moviéndome como si estuviese en una especie de trance, dichosamente feliz.

Amy se detuvo fuera de mi casa y me miró suplicante.

—Vendrás mañana a ayudarme a escoger el vestuario, ¿no? —preguntó ella, mordiéndose el labio por los nervios o entusiasmo, probablemente una mezcla de los dos.

Asentí.

—Definitivamente, ¡no me perdería la oportunidad de ponerte deslumbrante para Ryan, por nada del mundo! —bromeé, abrazándola para salir del auto, diciéndole adiós mientras ella conducía por la carretera.

Giré y prácticamente corrí hacia mi casa. Mis padres me miraron de forma extraña mientras pasaba por su lado a máxima velocidad, dirigiéndome a mi cuarto.

—¡Hola mamá, hola papá! —dije mientras pasaba como un tornado por su lado.

—Eh, cielo. ¿Te divertiste? —dijo mi padre a mis espaldas mientras subía las escaleras.

—¡Mucho! —grité desde la parte superior de las escaleras, quitándome la ropa mientras, añadiendo unos preciados segundos adicionales en la ducha.

Me duché tan rápido como fue posible, siendo cuidadosa de no mojar mi cabello, luego me dirigí a mi cuarto, escogiendo unos vaqueros ajustados que sabía le gustarían a Louis ya que la última vez que los utilicé apenas pudo mantener sus manos fuera de mi trasero. Escogí una camiseta negra y un jersey gris para colocarme sobre la camiseta. Me cepillé el cabello y me maquillé pero para ser honesta no necesita mucho. Mi rostro ya estaba iluminado por el entusiasmo, mis ojos brillaban. Suspiré contenta y bajé las escaleras para notificarles a mis padres que iba a salir fuera.

Eran solo veinte minutos para las cuatro, y había podido estar listar en un tiempo record. Estaba orgullosa de mí misma. Fui hacia la cocina; mi padre estaba sentado allí leyendo el periódico, mientras mi madre preparaba la cena para la noche.

—¡Eh! —dije, sentándome en la banqueta justo al lado de mi padre, esperando que ellos no preguntaran por qué estaba tan entusiasmada.

—¿Te divertiste jugando al paintball? Estaba esperando una furiosa llamada de Amy diciéndome que tenía que ir a buscaros al hospital o algo parecido —bromeaba mi padre, chocando su hombro con el mío.

Me reí y agité mi cabeza,
—Sorprendentemente pude pasar toda la tarde ilesa. ¿Quizá mi suerte está cambiando? —sugerí.

Definitivamente mi suerte parecía como si estuviese cambiando alrededor mí. Tenía al chico de mis sueños que estaba enamorado de mí, buenos amigos, padres excelentes y el próximo fin de semana iba a ver a Daniel Masters en concierto. ¿Qué más podía pedir una chica de diecisiete años?

Mi madre sonreía alegre.

—Siempre vas a ser torpe Chloe, naciste así y morirás así —contestó ella, sacando su lengua hacia mí.

Reí y asentí aceptando lo que decía. Miré hacia ella, que estaba cortando unas patatas y de repente me di cuenta de que ella estaba cocinando para mí también.

—Mami, voy a cenar fuera esta noche, ¿está bien? —pregunté, rogando que dijera sí. Mis padres son muy buenas personas y llevaderos la mayor parte del tiempo; recé esperando que ésta no fuera la excepción a la regla.

Ella se encogió de hombros.

—Claro. ¿Amy y tú iréis a algún lugar agradable? —preguntó mi madre.

Ok, no quisiera tener que mentir pero no puedo decirles la verdad. ¿Oh, qué tengo que decirles sobre eso?

—Eh… no estoy segura.

Hice una mueca, esperando que mi contestación fuera aceptable. Aparentemente lo fue ya que ella sonrió y continúo cortando los vegetales.

Unos minutos después mi teléfono comenzó a sonar dentro de mi bolso. Lo saqué con entusiasmo, sabiendo que sería Louis. Salté de mi silla mientras contestaba, no queriendo estar cerca de mis padres en caso de que mi rostro delatara que estaba teniendo una relación ilegal con mi maestro.

—Hola —contesté. Me mordí el labio cuando me di cuenta de lo alegre y entusiasmada que sonaba mi voz.

¿Lo alejaría de mí por ser tan insistente? ¿Él daría un vistazo a mi sonrojado rostro y me vería como una colegiala muy entusiasmada?

—Hola preciosa. Estoy fuera, debo de ir y llamar a la puerta por ti o… —Él se fue apagando y sentí que mi corazón comenzaba a latir erráticamente al sonido de su voz.

De repente, me di cuenta de lo que había dicho. ¿Él quería llamar a la puerta? ¡Oh Dios mío, mi padre literalmente lo mataría!

—No lo hagas, ahora mismo estaré afuera —dije rápidamente.

Mis ojos estaban fijos en la parte posterior de la cabeza de mi padre por si decidía en el momento justo ir fuera y ver a Louis sentando en su auto esperando por mí. Terminé la llamada y me dirigí a la encimera donde había dejado mi cartera; coloqué mi móvil dentro de la cartera y besé a mi padre en la mejilla.

—Os veré más tarde.

—Chloe, en casa antes de las 10:30 —dijo mi padre severamente.

Le di una de mis mejores caras de cachorrito; deseaba el mayor tiempo posible con Louis esta noche.

Estaba considerando la idea de decirles que pasaría la noche en casa de Amy para poderme quedar con Louis pero no podía decir exactamente esas cosas a mis padres. Mis padres preferían que les notificara con antelación aunque eran menos propensos de armar un escándalo si les notificaba antes de salir de la casa.

—Aaa, ¿no puede ser más tarde? ¿11:30, por favor? —rogué, haciendo pucheros hacia él—. No es noche de escuela —añadí.

Él suspiró y aceptó, lo besé nuevamente en la mejilla antes de saltar hacia la puerta.

—¡Sois los mejores, os veré luego! —dije mirando sobre mi hombro.

Tan pronto como abrí la puerta delantera, la felicidad se apoderó de mí. Solo ver estacionado el Jeep plateado de Louis hacía que sintiera mi piel estallar en llamas y mi cuerpo completo comenzó a sentir un hormigueo por el entusiasmo. Él me miraba caminar por el sendero, sus ojos un poco abiertos examinaban todo mi cuerpo. Yo sonreía con satisfacción.

¡Definitivamente a alguien le siguen gustando estos vaqueros!

Deslizándome en el asiento del pasajero de su auto, sonreí. Él todavía recorría mi cuerpo con sus ojos lujuriosamente. Mi corazón latía tan alto que me sorprendía que él no pudiera escucharlo. Él todavía vestía la ropa de esta mañana, pero siempre se veía mucho más sexy fuera de los terrenos del instituto.

—Hola —susurré, sabiendo que mi voz no podría salir adecuadamente si trataba de hablar.

Finalmente sus ojos dejaron mi cuerpo y se encontraron con los míos.

—Hola —susurró de vuelta, sonriéndome. Su expresión parecía igual a la mía, alegría, nerviosismo y un poco de conmoción. Él se inclinó hacia el asiento trasero, yo fruncí en ceño preguntándome qué estaba haciendo hasta que su brazo volvió hacia el frente, sujetando un ramo de tulipanes rojos.

—Te compré esto.

¡Tan Malditamente Dulce! Había olvidado lo adorable que era, cuán atento es él como novio, cómo él siempre me consentía y al parecer recordaba cada pequeño detalle que le había mencionado.

—Oh Louis, son preciosas. Gracias —murmuré, luchando contra una ola de lágrimas de felicidad porque esto era real y él realmente me quería y por fin había terminado el dolor de las últimas seis semanas.
Para siempre.

—De nada, preciosa —sonrió alegremente y mi corazón se derretía un poco cuando él me llamaba preciosa.

Él se estaba acercando a mí, sus deliciosos labios estaban peligrosamente cerca de los mis y casi no podía respirar.

Aquí era donde me despertaba por la alarma de mi reloj y me daba cuenta de que me había quedado dormida y llegaba tarde a clase….
Pero no estaba soñando.

Sus labios presionaron los míos y di un pequeño chillido de entusiasmo mientras mis manos sujetaban la parte posterior de su cabello, no dejándole escapar de mí. Lo deseaba tanto, no era deseo, era necesidad.

Lo necesitaba. Bebí ávidamente de él, besándolo tan ferozmente como él a mí, sintiendo pequeñas chispas de electricidad que parecían correr por mi cuerpo cada vez que él se acercaba a mí. Me acerque más a él, aplastando mi pecho contra el suyo mientras lo besaba apasionadamente, demostrándole todo lo que sentía por él.

Muy pronto él se retiró. Luché para recuperar el aliento, pero necesitaba más. Le puse mala cara para dejarle saber que no había terminado. Él sonrió, mordiéndome los labios rápidamente antes de acomodarse en el asiento y encender el auto.

Suspiré alegremente y me senté nuevamente en mi asiento, tratando de calmar mi cuerpo antes de que literalmente estallara en llamas, no deseaba arruinarle sus asientos de piel. Me coloqué el cinturón de seguridad mientras él salía de mi casa.

—¿Y qué deseas hacer? Si quieres ir a cenar o algo debemos salir un poco de la ciudad para que nadie nos vea —sugirió, con el ceño fruncido.

Me encogí de hombros, me traía sin cuidado lo que hiciéramos, siempre que pudiera estar unas horas con él. Felizmente palearía estiércol siempre y cuando lo estuviera haciendo con él.

—Lo que quieras —susurré, deslizando mis dedos sobre la superficie encerada de uno de los tulipanes, maravillándome de su belleza. Louis como siempre, acertaba comprándome mis flores preferidas.

—Bueno, tenemos que hablar, ¿entonces qué piensas si vamos a mi apartamento y pedimos comida para llevar?

¡Oh sí, yo quería ir a su apartamento! Me encantaba su apartamento, y sobre todo, una visita a su cuarto haría mi noche también.

—¿Comida china? —sugerí, tratando de que mis pensamientos indecentes no se dejaran ver en mi rostro.

—Suena bien.

Sujetó mi mano mientras conducía a su apartamento y no pude evitar mirarlo de vez en cuando. Era tan guapo que hacía que mi corazón latiera más rápido. Mi cuerpo estuvo nervioso todo el viaje en el auto, mis manos sudaban, y mi estómago revoloteaba de entusiasmo.

Sujeté firme su mano, por miedo a dejarlo ir si cambiaba de opinión o algo y después de todo no quisiera estar conmigo. Eso me destrozaría. Fue duro cuando rompimos la última vez pero esta vez sería peor porque ya habíamos dicho la palabra con «A». Sonreí y reí calladamente para mí mientras pensaba sobre él diciéndome que me amaba; saliendo de su boca las palabras más bellas que había oído.

—¿Qué? —preguntó, mirándome por el rabillo del ojo mientras se estacionaba en uno de los lugares para su apartamento.

Me encogí de hombros.

—Sólo pensaba.

Sonrió y besó mi mano antes de soltarla y salir del auto y dirigirse hacia mi lado. Salí antes de que él abriera la puerta por mí, sabiendo que no le gustaba; a él le gustaba comportarse como un caballero y tener esos pequeños detalles como abrir las puertas cuando estábamos saliendo.

Suspiró y me miró intencionalmente mientras me ponía un brazo alrededor de mi cintura, tirando hacia él.

—¿Nuevamente debemos tener la conversación de cómo me dejarás comportarme como un verdadero novio? —susurró, inclinándose y poniendo un suave beso en mi frente. Mi corazón se detuvo y luego aceleró cuando él mencionó la palabra novio y no pude evitar el pequeño chillido que salió de mi boca mientras agarraba su camisa y tiraba de él para acercarlo lo más posible.

—¿Es eso lo que eres? —bromeé.

Él sonrió.
—A menos que prefieras que me comporte como tu maestro —indicó, encogiéndose de hombros, dando un paso hacia atrás, entrecerrando los ojos hacia mí en tono de broma.

—¿Usted piensa que me puede enseñar algunas cosas en su apartamento? —coqueteé, mordiéndome mi labio y tratando de verme sexy pero mi sonrojo probablemente arruinó la situación.

—Seguro, ¿trajo sus libros consigo? —contestó él, sonriendo pero pareciendo estar un poco incómodo al mismo tiempo.

—Maldición, se me olvidó traerlo. Al parecer tendrá que ser una lección práctica —ronroneé sugestivamente, viéndole tragar; con sus ojos más amplios que antes, estrelló sus labios contra los míos, terminando mis patéticos intentos de seducción.


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Mensaje por Mslistie Lun 11 Mar 2013, 5:24 am

MUAJAJAJAJAA. Por fin. Poooooooor fin. *-* Buah, en serio, estoy enamorada de este personaje. Es tan sumamente perfecto que... ogh.
Síguela, SÍGUELA. *-*
Mslistie
Mslistie


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