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When Summer ends - Louis Tomlinson
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
Capitulo 14
El resto de la semana pasó sin complicaciones. Louis apenas me miraba, excepto cuando necesitaba hacerlo como profesor y ni siquiera eso ocurría a menudo. En cierta manera estaba agradecida porque no quería hablarle. Sobre todo después de que la mitad de la escuela presenció su llegada al aparcamiento el martes por la mañana con la Srta. Teller en el asiento del copiloto de su coche.
Después de irse con él, el lunes después de la escuela era bastante obvio que ella se había quedado en su casa. Sinceramente, me enfermaba, pero hice mi mayor esfuerzo para no dejar que me afectara, bueno, para intentar no mostrar que me afectaba, era algo más cercano a la verdad.
Los rumores comenzaron inmediatamente. Las charlas de la nueva pareja caliente de profesores se esparcieron alrededor de todo el instituto en cuestión de minutos. Cada vez que alguien lo mencionaba me dolía el estómago pero me esforcé en no mostrarlo. En vez de eso, flirteé con Olly y fingí que estaba ansiosa por verlo el sábado.
Toda la semana estuve realmente ocupada después de clases, lo que ayudó a que mi cabeza se alejara de mi profesor de Cálculo. El miércoles y el jueves me fui a casa con Nick y estudiamos. Sin embargo y para ser honesta, esa semana no necesité que me ayudara demasiado, las notas de Louis y la ayuda que me dio el lunes me dejaron las cosas bastante claras. También ayudó que a Tricia le gustara Cálculo, por lo que estaba llevando el proyecto en clase. Así que después de que Nick y yo estudiáramos un poco veíamos una película o hacíamos algo antes de cenar.
Era divertido estar cerca de Nick. Él evitaba hablar de su madre a toda costa, ambos lo hacíamos. El aniversario de su muerte era el domingo por lo que íbamos a ir allí por la mañana temprano para que él pudiera presentar sus respetos y luego teníamos planeado salir para que pudiese alegrarse y distraerse un poco.
El viernes por la noche fui a cenar con Sam. Estuvo bien; como de costumbre, Sam no falló en hacerme reír con sus historias de citas desastrosas y sus mejores éxitos de todos los tiempos. Me sugirió salir el sábado de la semana siguiente en lugar del viernes. Uno de sus amigos, a quien ya había conocido por Louis, iba a hacer una fiesta y Sam quería que fuese con él.
Me dijo que Amy podía ir también y me imaginé que a ella le encantaría.
Así que después de que le hice prometerme cinco veces que Louis no estaría ahí, finalmente acepté ir. Me pareció algo divertido sin embargo, por lo que la fiesta sería probablemente buena.
Él sábado estaba sentada, viendo cómo las manecillas del reloj se movían demasiado rápido. Por centésima vez miré mi teléfono, ansiosa de que sonara y que fuese Olly para cancelar la cita o algo.
Un asqueroso caso de indigestión me hubiese venido muy bien en este momento. Quizá pudiese llamarle y decirle que tenía indigestión... Cuando oí que un coche aparcó fuera dejé salir un gemido de frustración.
Había llegado justo a tiempo. Siete en punto en la puerta, tenía que darle puntos al chico por ser puntual.
Realmente iba a intentarlo en esa cita. Olly era un chico agradable y atractivo, iba a hacer mi mayor esfuerzo por seguir adelante.
Me dirigí al piso de abajo lentamente, dejando que mi padre abriese la puerta. ¡Quizás él asustase a Olly por mí y de esa forma ni siquiera tendría que ir!
Me detuve detrás de mi padre, que estaba parado ahí, mirando. Su postura no era muy cordial mientras bloqueaba la entrada, dejando que Olly se quedara afuera.
—Estoy hablando en serio, conozco a tu padre y si escucho una sola cosa acerca de que no la has tratado bien esta noche, se lo diré antes de ir a buscarte —le amenazó mi padre.
Wow, pobre Olly, ni siquiera había cruzado la puerta y ya se lo estaba diciendo. Sonreí como disculpándome mientras tocaba el brazo de mi padre, haciéndole saber que estaba allí. Se giró ligeramente para mirarme, todavía con el ceño fruncido. Siempre había sido protector conmigo; era hija única por lo que exageraba completamente. Era casi divertido en una manera malditamente embarazosa.
—Lo entiendo, y ni siquiera soñaría con tratarla mal, lo prometo. —Olly le dio su palabra, luciendo como si quisiera huir gritando. Corre, por favor, corre. Sin embargo no lo hizo. Mi corazón se hundió al ver que mi papá le hacía señas para que entrara a la casa.
—Hey, Olly. —Me obligué a sonreír y me giré hacia mi papá—. Tenemos que irnos papá. No volveré tarde —le prometí al tiempo que agarraba mi chaqueta del perchero y me dirigía rápidamente a la puerta antes de que él pudiera seguir fastidiando a Olly.
—Está bien calabacita, diviértete. —Papá me sonrió antes de girarse y darle una última mirada amenazante.
Agarré el brazo de Olly y casi lo empujé por la puerta, cerrándola detrás de mí. Dejó salir un largo suspiro antes de mirarme con los ojos como platos.
—Maldición, Chloe, ¡tu papá sí que asusta! —masculló, sacudiendo la cabeza.
Me reí y rodé mis ojos.
—Es inofensivo, a menos que me lastimes, en ese caso te perseguirá. —Bromeé y le sonreí.
Se rió silenciosamente, y frotó su nuca tímidamente.
—Por cierto, te ves genial. —Me halagó, repasando lentamente mi cuerpo con la vista.
Me sentí cohibida a pesar de que no estaba usando nada revelador, sólo un pantalón negro y una remera verde; nada especial porque no quería darle una impresión equivocada. Aunque puede que flirteando con él durante toda la semana le hubiese dado ya una impresión equivocada.
Pero juré que en serio iba a intentarlo. Tal vez hasta llegase a gustarme y no le habría dado una falsa impresión después de todo. Supuse que veríamos cómo iba a medida de que transcurriese la noche.
—Gracias, tú también. —Y era cierto, su cabello rubio estaba bien peinado, estaba usando unos jeans y una agradable camisa abotonada azul. Esa camisa le hubiese quedado diez veces mejor a Louia. Oh por el amor de Dios, ¡tengo que dejar de pensar en mi estúpido profesor!
—¿Estás lista? —me preguntó, mientras dirigía la mirada hacia su auto. Asentí y lo seguí, me subí y odié lo mal que se sentía todo. Hasta su lindo auto limpio parecía estar mal de alguna manera.
—Entonces, había pensado que podíamos ir a Zac's —sugirió, haciendo que sonara como una pregunta.
—Claro, me encanta Zac's. —Estaba bien, porque el lugar no era demasiado romántico tampoco, sólo un lindo lugar que tenía hamburguesas geniales. Olly sonrió, arrancó el auto y lo sacó de la entrada.
Estuvimos en un silencio incómodo la mayor parte del trayecto, haciendo algunas conversaciones sobre las clases y la película que íbamos a ver. En realidad, suspiré de alivio cuando paró el auto en el estacionamiento del restaurante porque por lo menos ahora tendríamos algo para distraernos de la incomodidad.
Me sentí incómoda y extraña durante el tiempo que estuvimos en el restaurante. Sinceramente intentaba con todas mis fuerzas que me gustara. Él era dulce y verdaderamente divertido de un modo nervioso, pero no teníamos nada en común por lo que pasamos gran parte del tiempo pensando en algo de qué hablar mientras comíamos.
En el fondo yo sabía que a pesar de que estaba tratando de darle una oportunidad, mi corazón se negaba incluso a pensar en él de esa manera. A lo largo de la cita seguía comparando las citas que había tenido con Louis, en las que reíamos con facilidad y siempre teníamos algo de qué hablar. Tal vez era porque Louis era mayor o algo, más experimentado, así que sabía cómo hacer que una chica se sintiera cómoda.
Yo realmente no podía decir qué era exactamente, lo único que sabía era que no había chispa entre Olly y yo.
Después de terminar de comer, decidimos dirigirnos al cine donde nos reuniríamos con el resto de mis amigos. En silencio tuve la esperanza de que una vez que estuviéramos con otras personas ambos pudiéramos relajarnos, y tal vez seríamos capaces de salvar el resto de la noche.
Olly se negó a dejarme pagar la comida. Mientras caminábamos hacia el coche, sentí su mano rozarse contra la mía. Instintivamente me aparté y fingí buscar mi móvil en mi bolso, por si acaso estaba tratando de tomar mi mano o algo así. Secretamente deseaba que él no hubiera sugerido ese restaurante en primer lugar. La única razón por la que estaba haciendo esto era para tratar de darle celos a Louis y conseguir algo de venganza, pero incluso eso no estaba funcionando como había planeado.
Hablamos de música durante el camino, por suerte, en el momento en que nos detuvimos en el estacionamiento, sólo quedaban unos cuantos minutos hasta que nos pudiéramos reunir con los demás.
Sentí que me relajaba porque solo con saber que la parte de la cita había terminado, bueno, hasta que me llevara a casa de todos modos.
Amy me sonrió en cuanto entramos por la puerta. Yo resistí el impulso de poner los ojos en blanco frente a su obviedad. Sabía que ella inmediatamente me arrastraría al baño para sacarme el chisme de la cena. No estaba equivocada. Tan pronto como llegamos donde ella, Nick, y cinco de nuestros otros amigos estaban, agarró mi mano y asintió hacia los baños.
—Vamos al baño antes de la película, Chloe —gorgojeó alegremente. Suspiré abatida, sabiendo que era inútil discutir, y le permití llevarme hacia los baños de señoras. Tan pronto como la puerta se cerró se volvió hacia mí, mirándome expectante—. ¿Y? —suspiré y me encogí de hombros.
—No sé, es un buen chico solo que... —Me interrumpí, sin saber qué más que decir.
—Es sólo que todavía estás colgada del imbécil ese —concluyó ella, poniéndose la mano en la cadera con evidente desaprobación.
—Amy, lo estoy intentando, de verdad, pero sigo pensando en Louis todo el tiempo. Es demasiado pronto para empezar a tener citas con alguien más. Olly es dulce, gracioso, y caliente, pero no pude dejar de pensar en Louis toda la noche —hice una mueca y me senté en la encimera al lado del lavabo, esperando a que me regañara otra vez para poder seguir adelante.
No lo hizo, en lugar de eso se sentó junto a mí y pasó el brazo alrededor de mi hombro.
—Sé lo que es tener sentimientos por alguien y no ser capaz de hacer nada al respecto. Basta con vernos a mí y a Ryan, he estado loca por él desde siempre, y apenas si le he hablado. Podría ser peor, podrías haber tenido a Louis frente a tu cara todos los días, porque créeme, ¡es duro! —Me miró sabiamente.
Asentí y no le dije que ya tenía a Louis frente a mí todo el tiempo, me hubiera gustado poder decírselo y entonces ella entendería mejor porque estaba molesta y luchando por seguir adelante.
—Dale una oportunidad a Olly —imploró—. Toma su mano, bésalo, mira si algo puede crecer a partir de ahí. Todo lo que tienes que hacer es encontrarlo atractivo. Lo otro podría venir después. Él es un buen chico. Apuesto a que será un gran novio. —Ella me miró suplicante mientras apretaba mi hombro—. Si le das una oportunidad y no funciona, me comprometo a comer helado contigo hasta que nos salga por las orejas. —Se hizo una cruz sobre el corazón y asintió.
Me reí ante su solemne voto y asentí en aceptación.
—Está bien, tienes razón. Vamos a ver la película. —Puse una sonrisa falsa en mi boca y me levanté. Sólo necesitaba a esforzarme más, eso era todo. Ella sonrió, y salimos del baño, en dirección a donde se encontraban los demás charlando en el vestíbulo.
Olly me sonrió mientras subíamos así que le devolví la sonrisa y fui a pararme a su lado. Tragué saliva y dejé que mi mano rozara la suya a propósito. Él me dio una mirada rápida, con una sonrisa tirando de las comisuras de su boca mientras acariciaba con un dedo el dorso de mi mano. Contuve la respiración y lo miré, sus ojos brillaban de esperanza, como si estuviera esperando mi permiso o algo así. Sonreí y le di la vuelta a mi mano para que nuestras palmas quedaran frente a frente, silenciosamente le di el visto bueno, él sonrió y tomó mi mano firmemente.
Mal. Se sentía mal. ¡No debería estar sosteniendo su mano!, pero dejé que pasara de todos modos.
—¿Quieres palomitas o algo? —me preguntó, sonriendo. Me encogí de hombros.
—Claro, si quieres. Yo las compro porque tú pagaste la cena. —Rodó los ojos y tiró de mí hacia los puestos, sacando su cartera para pagar a pesar de que le acababa de decir que yo lo haría.
El resto de la noche fue mejor que el inicio. Olly pasó el brazo sobre el respaldo de mi asiento, pero no hizo ningún otro movimiento para tocarme, lo cual agradecí. Siguió lanzándome miraditas a lo largo de la película, lo vi un par de veces por el rabillo del ojo.
[...]
Cuando la película terminó me sentía enferma. Un viaje en auto con él significaba besarme; desde fuera la cita probablemente parecía que iba bien. Probablemente él esperaba besarme en la puerta como mínimo. Amy asintió para darme valor mientras nos despedíamos en el estacionamiento.
Me mordía las uñas mientras caminábamos hacia su auto. Él aún sostenía mi otra mano; su pulgar dibujaba pequeños patrones contra mi palma mientras el silencio parecía sobrepasarnos a los dos. Sonreí agradecida cuando abrió la puerta para mí. Era un caballero además de ser un dulce.
Hablamos sobre la película en el camino a casa, diciendo nuestras partes favoritas. Eso parecía llenar el incómodo silencio que se mantenía en el aire. Cuando nos detuvimos frente a mi casa miré hacia él nerviosamente, sólo para ver que ya se había bajado del auto. Llegó a mi lado y abrió la puerta para mí, mientras yo sólo me sentaba ahí pensando qué diablos debía decir.
¿Pensará él que lo voy a invitar dentro o algo? ¿Será por eso que se bajó del auto? ¡Oh! Es que no tuvo suficiente de mi papá antes, ¿qué quiere entrar y verlo de nuevo?
—Olly, no puedo invitarte dentro —murmuré, mirando entre él y la puerta nerviosa. Él rió y sacudió su cabeza.
—Sólo iba a acompañarte hasta la puerta. —Tomó mi mano y prácticamente me arrastró por el camino hasta la puerta. Me sentí enferma. Mi corazón golpeaba tan rápido en mi pecho, a esta velocidad probablemente tendría un ataque cardíaco antes que me besara.
—Lo pasé bien, gracias —murmuré, aún un poco escasa de palabras. Él sonrió y asintió.
—¿Piensas que podría invitarte a pasear mañana? —preguntó, mirándome esperanzado.
Por una vez estaba agradecida de tener una excusa y no tener que pensar en una.
—No puedo mañana, tengo planes todo el día, lo siento.
Él pareció un poco desilusionado y yo instantáneamente me sentí culpable. Odiaba hacer sentir mal a la gente, que era usualmente por lo cual terminaba haciendo cosas que no quería hacer todo el tiempo, porque tenía problemas para decir no.
—Oh, está bien… supongo, Quizás el lunes en la escuela. ¿Podemos almorzar juntos o algo? —Ofreció nervioso.
Oh demonios, otra cita. Bueno, más o menos otra cita. Yo quería decir no, quería empujarlo hacia su coche y decirle que estaba totalmente loca por el profesor, pero todo lo que pude ver fue la cara de Amy diciéndome que necesitaba seguir adelante, y la cara de la Srta. Teller mientras flirteaba con Louis y sus pequeños viajes de casa a la escuela juntos cada día esta semana.
Di un gran suspiro y me tragué la inmensa duda que tenía sobre si estaba lista para esto o no.
—Claro, almuerzo suena bien —acepté, tratando de sonar más confiada de lo que me sentía por dentro.
Él sonrió ampliamente.
—¡Genial! —dijo animado—. Bueno, buenas noches entonces y gracias por una gran noche. Se paró un poco más cerca de mí. Resistí el instinto de abofetearlo mientras comenzaba a inclinarse hacia mí.
O mierda, solo házlo, Chloe, sigue adelante y deja de compararlo con Louis. ¡Louis siguió adelante, entonces tú también deberías!
Los labios de Olly presionaron los míos sólo por unos segundos y en ese momento no sentí nada. Nada de calor, nada de chispas, sin pasión que corriera por cada una de mis venas. Nada. Fue un buen beso, suave y dulce, pero no me hizo sentir nada. Obviamente sí le hizo sentir algo a él porque se retiró y sonrió ampliamente como si hubiese ganado la lotería o algo. Forcé una sonrisa en respuesta.
Él asintió hacia su auto
—Debería irme entonces.
Yo sonreí y luego comencé a reír.
—Sí, papá probablemente está mirando por la ventana, por lo que estará aquí en un minuto o dos —bromeé, mientras él dirigía sus ojos hacia la ventana y los achicaba nerviosamente—. Estoy bromeando, te veo el lunes.
Él se rió como cordero y sacudió su cabeza.
—Ya nos veremos. —Se volvió y caminó hacia su auto mientras yo entraba. Cuando estuve dentro me recliné contra la puerta y me negué a llorar. Realmente me sentía como si hubiese engañado a Louis, pero eso era estúpido porque él no me quería. Suspiré y me empujé desde la puerta hacia el dormitorio.
[...]
A la mañana siguiente rodé y mi mano golpeó algo duro. La cosa dura gruñó, así es que salté un kilómetro, un grito estaba a punto de romper por mi garganta, hasta que vi allí a Nick, sonaba dormido.
¿Qué demonios estaba haciendo él en mi cama? Sacudí su hombro bruscamente.
—¿Nick qué estás haciendo aquí? —grazné. Me recosté nuevamente cerca de él, acurrucándome cerca en su lado y apoyando la cabeza en su pecho.
Bostezó ruidosamente.
—Vine a buscarte —murmuró.
Junté mis cejas y volteé mi cabeza para poder ver el despertador. Aún no eran ni las ocho de la mañana.
No se suponía que estuviera aquí hasta las nueve.
—¿Viniste a buscarme una hora antes y luego sólo decidiste tomar una siesta en mi cama? —me burlé, sonriendo socarronamente.
Él sonrió tristemente.
—No podía dormir así que pensé en venir a verte temprano. Tu madre me dejó subir. Aún estabas dormida y decidí dejarte dormir en vez de despertarte. Debo haberme quedado dormido también —articuló, frotándose los ojos bruscamente.
Gemí.
¿No podía dormir? Apostaba que ese era el código para «estaba alterado por mi mamá y estuve recostado, despierto y alterado toda la noche». Lo abracé fuerte y tiré las sábanas hacia arriba envolviéndonos.
—Vuelve a dormirte, no necesitamos ir todavía —susurré, recosté mi cabeza en su pecho nuevamente escuchando el latir perezoso de su corazón.
Él suspiró, pareció relajarse de nuevo mientras envolvía sus brazos a mi alrededor, apretando la parte de atrás de mi cabeza. Él estaba respirando profundo en minutos mientras yo sólo me quedé tendida ahí, despierta, tratando de no llorar porque él estaba tan triste. Hoy era el día que yo tenía que ser fuerte.
Hoy era el día que necesitaba cuidar de él y asegurarme que estuviera bien, a diferencia de lo normal.
Cerré mis ojos y finalmente me deslicé en el sueño también.
Dos horas después en el maravilloso estacionamiento del cementerio. Tragué el nudo que se había formado en mi garganta durante el viaje. Odiaba estar aquí tanto como él, pero no podía dejar que lo hiciera solo. Sostuve su mano firmemente mientras comenzábamos el camino hacia donde estaba enterrada. Cuando llegamos me detuve unos pasos más lejos y lo dejé poner las flores en su tumba.
Lirios blancos, sus favoritos.
Me mantuve ahí quieta, esperando a ver qué quería hacer él. Algunas veces él se quería quedarse un rato ahí, pero la última vez que vinimos, para su cumpleaños, no pudo estar más de un minuto o algo así. Le había llevado flores y no nos pudimos quedar porque él no fue capaz de contenerse. Nick suspiró profundamente y se sentó en el césped cerca de su lápida. Me moví y me senté a su lado, presionando mi cuerpo contra el de él mientras tomaba su mano. Su agarre de mi mano era firme y sólo nos sentamos ahí en silencio, mirando la tumba, mientras él decía lo que quisiera decir dentro de su cabeza.
Después de un tiempo, apoyé mi cabeza en su hombro mientras él mantenía mi mano muy firme y su cuerpo comenzó a temblar.
—No me puedo quedar más —murmuró después de unos diez minutos.
—Ok, nos vamos —susurré, sin confiar en mí para hablar. Envolví mi brazo en su cintura, aferrándome a él fuertemente mientras caminábamos en silencio su auto.
—¿Quieres ir por algo para comer? —Ofrecí, mirando su triste rostro.
Él asintió y puso en su cara una sonrisa falsa.
—Realmente no quiero comer nada fuera —levantó sus hombros, todo su postura era triste alterada.
Hacía doler mi corazón.
—A mi casa entonces —sugerí, sabiendo que él no querría ir a su casa y ver a su padre mientras estaba alterado; ellos se evitaban el uno al otro como la peste en días tristes, cada uno conteniéndose a sí mismo en vez de uno al otro. Nick sonrió agradecido y nos dirigimos a mi casa.
Mientras estábamos comiendo Amy entró como un torbellino por la puerta sin golpear como hacía siempre y prácticamente gritó mi nombre mientras resbalaba hasta detenerse frente a mí. Yo miraba entre ella y Nick, en shock.
¿De qué demonios se trata esto?
—Amy, ¿qué? —Lloriqueé mientras ella prácticamente brincaba en el lugar frente a mí. Ella tenía sus manos aplaudiendo juntas y la sonrisa más grande de su cara.
—Estaba escuchando la radio y entonces adivina qué —dijo ella, agarrando mi brazo tan fuerte que realmente dolía.
—Auch, ¿qué? —pregunté, tratando infructuosamente de separar sus dedos de mi brazo.
—¡Daniel increíble Masters viene a la ciudad! —gritó haciendo que mis oídos pitaran.
—¡Santa madre de… imposible! —Inspiré.
Ella asintió, aún saltando en su lugar.
—Oh sí y hará un concierto privado para cincuenta personas, es como en un mes y puedes ganar entradas de la radio. Regalarán dos de ellas. ¡Todo lo que tenemos que hacer es esperar a que salga una de sus canciones, llamar a la estación de radio, ser la 10ª llamada y contestar la pregunta correctamente! ¡Son prácticamente nuestras ya! —gritó, aplaudiendo y corriendo hacia la radio de la cocina la encendió con máximo volumen.
Miré hacia Nick disculpándome, pero él estaba sacudiendo su cabeza entretenido. Quizá ver a Amy toda loca sobre una estrella pop distrajo su mente de su madre. Era realmente una buena cosa.
—Daniel Masters no es tan bueno, su voz es un poco aguda —bromeó, ganándose miradas letales de ambas. Daniel Masters era el cantante más sexy de los alrededores. Amy y yo teníamos una pequeña obsesión con él, en el mejor de los sentidos por supuesto, nada como perseguirlo o algo así.
Los tres nos sentamos ahí a jugar cartas por casi una hora antes de que la canción saliera.
Instintivamente Amy y yo alcanzamos nuestros teléfonos móviles, llamando a la estación de radio. Y aunque él no soportaba a Daniel Masters, Nick sacó su móvil y trató de llamar por nosotras también.
Acerqué el teléfono a mi oreja excitada, pero quedé colgada así es que corté y traté de llamar de nuevo y de nuevo, pero nada pasó. Miré hacia Amy para ver una expresión desesperada en su cara mientras hacía un puchero, intentando lo mismo que yo, sólo re-llamando una y otra vez. Cuando la canción terminó pusieron a alguien en la línea quien, por supuesto, sabía que el cumpleaños de Daniel era el 7 febrero, entonces la estúpida chica ganó los tickets en vez de nosotros.
Gruñí frustrada y lancé el móvil lejos de mí, haciendo pucheros.
Nick se rió y sacudió su cabeza. Mirándonos a Amy y a mí mientras ambas nos sentamos ahí enfurruñadas como niñas pequeñas.
—No es el fin del mundo, estará en You Tube.
1DemiLovaCB
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
Capitulo 15
Mis padres dejaron que Nick se quedara esa noche. Por supuesto tuvimos que dejar la puerta abierta toda la noche para que pudieran escuchar si algo pasaba, y Nick tuvo ue dormir en el suelo de mi dormitorio, pero confiaban en nosotros, así el estar en la misma habitación era agradable. Ellos sabían que éramos sólo amigos y que yo todavía estaba colada por Louis así que lo dejaron pasar por su madre.
Por la mañana nos llevó en coche a la escuela y yo ignoré el hecho de que entramos en el estacionamiento al mismo tiempo que la sexy pareja de profesores. Contuve el aliento cuando caminaron hacia el instituto charlando felizmente; obviamente les estaba yendo bien. Los ojos de Louis se posaron en mí por una fracción de segundo así que sonreí y fingí que no me importaba. Me devolvió la sonrisa y sujetó la puerta para que su nueva pequeña compañera de cama entrara en el instituto. Mientras caminaba tras ellos, se apartó a un lado, sujetando la puerta para mí también.
—Tras usted, señorita Henderson. —Sonrió haciendo que mis entrañas se derritieran. ¡Estúpidas entrañas, ya va siendo hora de que lo superes! Quería abofetearme y llamarme nombres por todavía estar bajo su hechizo cuando él obviamente había seguido adelante hacia algo más grande y mejor que yo, bueno, quizá no más grande pero indudablemente mayor y sexy.
—Gracias —murmuré incómoda.
—¿Crees que podría tener unas palabras contigo antes de clase? —preguntó, ladeando la cabeza hacia un lado viéndose divino. Tragué con fuerza y asentí preguntándome de qué iba esto—. Bien. Ven a mi despacho conmigo. —Asintió hacia el pasillo, así que me despedí con la mano de Nick, prometiendo verle a la hora del almuerzo y seguí a Louis por el pasillo. Intenté no mirar su culo mientras caminábamos, pero fallé en mi tarea miserablemente.
Cuando llegamos, abrió la puerta e inmediatamente se fue a su escritorio, hurgando en la pequeña bolsa que llevaba con él. Solo le observé con curiosidad preguntándome si me iba a preguntar sobre mi cita del sábado. No podía pensar en otra razón para que quisiera hablar conmigo. Había ido bien durante toda la semana sacando en mi proyecto una A por primera vez en cálculo por la presentación que Tricia hizo el viernes, así que no podía querer sermonearme sobre eso.
Se giró y me sonrió. Intenté desesperadamente no devolverle la sonrisa, pero era tan difícil no sonreírle al estúpido.
—¿Has oído que Daniel Masters va a dar un concierto el mes que viene? —preguntó, mirándome con curiosidad mientras se sentaba en el borde de la mesa.
Asentí. —Sí, lo escuché en la radio el domingo. —Suspiré con tristeza pensando en ello de nuevo.
—¿No conseguiste entradas? —dijo con una socarrona sonrisa en su cara cuando me lo preguntó.
Negué con la cabeza tristemente y dejé que mis hombros cayeran derrotados.
—No, agotadas. Intentamos ganar alguna de la radio porque es un concierto exclusivo, pero no lo conseguimos.
Asintió, mordiéndose el labio inferior, mirándome divertido por algo. —¿Qué pasa con el chico que te gusta? Quiero decir, su música es horrible.
Puse los ojos en blanco. —Sí, Louis, recuerdo que no te gusta. Hay alguna razón para haberme arrastrado aquí lejos de mis amigos o… —dejé la frase en el aire, cruzando mis brazos sobre el pecho. Ya estaba molesta, por lo que él necesitaba parar de ser sinuoso.
Se rio y sacudió la cabeza. —Toma. —Sostuvo un sobre hacia mí, sus ojos brillaban con diversión.
—¿Qué es eso? —pregunté, frunciendo el ceño hacia el sobre mientras lo cogía de su mano.
—Es una nota de detención. Dios, ¿quieres simplemente abrirlo, ver qué es y parar con esa actitud? —dijo, riéndose.
Me tragué mi cabreada respuesta y abrí el sobre, sacando dos entradas para el concierto. ¡Oh mi Dios! Mi boca se abrió en shock mientras mi corazón empezaba a latir demasiado rápido. Joder, ¡estoy sosteniendo entradas para el concierto! ¿Lo voy a ver en directo? Grité y salté arriba y abajo en el sitio, cosa que solo hizo que Louis riera y sacudiera su cabeza ante mí. Miré hacia él con incredulidad. ¿Ha conseguido estas entradas para mí, sabiendo que me encantaba Daniel Masters? Maldición, él era realmente un cielo.
—¿Son tuyas? —pregunté sin aliento. Sonrió y sacudió la cabeza lentamente pero no elaboró respuesta alguna—. ¿De quién son? —le pregunté, rezando porque dijera que me las iba a vender.
—Tuyas —respondió, con su voz toda ronca y sexy haciendo que mi vientre sintiera un cosquilleo.
—¿Me las vas a vender? —le pregunté esperanzada, saltando en el sitio de nuevo.
—Son tuyas, las he conseguido para ti. No te las estoy vendiendo. —Puso los ojos en blanco como si hubiera dicho algo estúpido.
—¿Las has conseguido para mí? —pregunté, tragándome el nudo de la garganta.
Él se encogió de hombros como si no fuera gran cosa. —Escuché que iba a hacer el show y pensé que querrías ir. El manager del club en el que solía trabajar tiene algunos contactos. Aparentemente su hermano es el tío que contrata los lugares y esas cosas así que le pregunté si podía conseguirme un par de entradas. Sé que es tu favorito.
¿Por qué demonios había hecho eso? Ya no estamos saliendo juntos, ¿así que por qué se ha tomado la molestia de hacer esto por mí?
—¿Por qué ibas a conseguirlas para mi? —le pregunté, mi voz se estaba quebrando ligeramente mientras hablaba.
Me miró fijamente, con sus ojos grises clavados en los míos haciendo que todo mi cuerpo se sintiera como si estuviera en llamas.
—Sabía que no serías capaz de conseguir las entradas, pensé que te gustaría ir —explicó simplemente.
—Gracias —dije efusivamente. Él asintió, con sus ojos todavía fijos en los míos. Quería tirarme a sus pies y suplicarle que me diera otra oportunidad, suplicarle para que cambiara de parecer, dejar a la profesora sexy que era diez veces mejor para él que yo—. ¿Cuánto te debo? —pregunté, rompiendo el silencio antes de que hiciera lo que mi corazón me gritaba que hiciera.
—Nada, no tuve que pagar por ellas. —Me dio la espalda, ocupándose de mover cosas alrededor de su mesa—. Usé un favor; no me costaron nada.
¿Realmente no tuvo que pagar por ellas? Me acerqué a él sabiendo que la campana estaba por sonar y su clase empezaría pronto. Toqué su brazo, y se dio la vuelta hacia mí, sus ojos se entrecerraron y su cuerpo se tensó.
Oh Dios, ¿podía besarle? ¿Me devolvería el beso si lo hiciera?
—Gracias —susurré agradecida. Esa era una de las cosas más bonitas que nadie había hecho por mí, tan atento y adorable.
—De nada —susurro él. Estaba tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo filtrándose en el mío.
Dios, lo necesito tanto. ¿Por qué tenía que pasar esto? ¿Por qué tenía que ser mi estúpido profesor?
—Deberías irte, la campana está por sonar.
Antes de poder detenerme di un paso adelante y presioné mis labios contra su mejilla suavemente, dejando a mi boca permanecer en su piel unos segundos más mientras disfrutaba de la sensación de él bajo mis labios de nuevo. Él gimió en la parte posterior de su garganta y giró su cara ligeramente hacia la mía para que mis labios tocaran la comisura de su boca. Sentí a mi corazón dejar de latir mientras la esperanza empezaba a crecer en mi interior. Quería tanto que me besara. Si moviera su cara de nuevo nuestros labios conectarían. Me aparté ligeramente con lo que ya no estaba besándole, pero nuestras caras estaban tan cerca que podía sentir su aliento rozando mi mejilla y mi cuello.
—Por favor vete, Chloe —rogó, cerrando sus ojos y sus manos en apretados puños.
—Gracias por las entradas. Eso fue muy dulce, Louis.
—No fue nada, me alegro de que te gusten. —Dio un paso atrás, cruzando los brazos sobre el pecho—. No estoy seguro de lo que le dirás a Amy, suerte con eso. —Sonrió y rió a la vez que prácticamente salté fuera de la clase. Cuando miré de nuevo hacia él, me guiñó un ojo y mi sonrisa creció de manera imposible.
No le dije a Amy lo de las entradas. Aunque no me faltaban ganas, especialmente cuando estaba gimiendo y quejándose sobre no poder ir. Se sentían como si estuvieran quemando un agujero en mi bolsillo y no pude hacer desaparecer la sonrisa emocionada de mi cara durante toda la mañana. Cuando llegó la hora del almuerzo Olly se dejó caer a mi lado, sonriendo felizmente. Mi corazón se hundió. Me olvidé que habíamos tenido una medio cita, y había acordado comer con él hoy.
—¿Hey, quieres ir a comer fuera o algo? —preguntó.
¡Mierda, supongo que acepté así que no puedo decir exactamente que no!
—Claro.
Cogí mi sándwich y mi bebida para seguirle fuera del edificio, ignorando la sonrisa orgullosa de Amy. Él caminó hacia los bancos de la parte posterior del instituto y se sentó mirándome con expectación.
Tragué saliva y me senté a su lado con una sonrisa forzada.
—¿Así que, que tal el resto del fin de semana? —preguntó, comiendo su sándwich.
Me encogí de hombros. —Estuvo bien. No he hecho gran cosa, pasé el día con Nick, y entonces Amy vino a pasar la tarde. ¿Qué tal tú? —pregunté, apartándome ligeramente de él ya que mi brazo no paraba de rozar el suyo mientras nos movíamos para comer.
Un ceño fruncido cubrió su frente. —¿Pasaste el día con Nick? Entonces habéis vuelto o… —dejó sin terminar la frase, apartando la mirada de mí.
Sonreí y puse mis ojos en blanco. La gente siempre asume cosas sobre Nick y yo. Me volvía loca. ¿No podían dos personas ser solo amigos? ¿Por qué siempre tiene que estar pasando algo?
—Definitivamente no —confirmé.
Él sonrió feliz, girándose en su asiento para mirarme. —Genial, pensé que querías decir… no importa, supongo que no importa lo que pensaba.
—Pensabas que había vuelto con mi ex —deduje.
Él asintió—. Sí, lo siento. Es raro que seáis amigos, no se ve muy a menudo.
Me encogí de hombros. —Sí, pero la gente se olvida de que Nick y yo éramos buenos amigos, incluso antes de que saliéramos, de manera que eso hace que sea más fácil. Quiero tenerlo en mi vida, tan sólo tenemos que trabajar un poco más para hacer que eso suceda. Fue un poco tenso al principio, pero ahora es genial.
Él sonrió con alegría y extendió la mano para acariciar mi flequillo lejos de mis ojos.
—Bueno, entonces eso está muy bien —susurró. Sus ojos se movieron a mis labios mientras se acercaba a mí.
¡Oh no! Tengo que hablar con él y explicarle algunas cosas de Louis antes de que empiece a enamorarse de mí y entonces termine siendo herido o algo así.
Extendí la mano y tomé la suya que estaba acariciando mi mejilla. Tiré hacia atrás, sonriendo disculpándome.
—Olly, necesito hablar contigo acerca de algo.
Él me miró con curiosidad mientras se entrelazaban nuestros dedos, dejando su mano en mi regazo. — Está bien, ¿qué pasa?
Suspiré. ¿Cómo diablos puedo decir esto sin dar nada y sonar yo misma como una idiota que está obsesionada con su ex-novio?
—Bueno, este verano empecé a salir con alguien. —Frunció el ceño. La situación era dolorosa de hablar al respecto por lo que en realidad preferiría no hacerlo en absoluto.
Se apartó aún más, con el ceño fruncido mientras dejaba ir mi mano. —Muy bien, así que estás viendo a alguien —acusó, frunciendo el ceño.
Negué rápidamente. —No, honestamente no lo estoy. Es sólo que realmente me gustaba y luego él rompió conmigo como hace dos semanas y yo todavía no creo que lo haya superado del todo. —Wow eso ni siquiera cubre una décima parte de lo que estoy sintiendo.
—El chico que te dejó, ¿qué es, estúpido o algo? —preguntó, mirándome confundido.
¡Aww, qué dulce ha sonado eso! Sonreí. —No sé. Simplemente no funcionó y no quiero precipitarme en algo si no lo he superado, porque eso no sería justo para ninguno de nosotros. —Sonreí disculpándome.
—Así que todavía estás ligada a este chico que te dejó. ¿Crees que volveréis a estar juntos? —preguntó, su expresión era esperanzada mientras estudiaba mi rostro.
—No, no. —No había ninguna posibilidad de que Louis me quisiera ahora que él estaba saliendo con la señorita Teller. No bajaría de grado a una colegiala estúpida después de estar con ella. Por no mencionar el hecho de que pensó que yo había mentido sobre mi edad y era mi profesor. Todo hacía imposible para nosotros el volver a estar juntos, así que podría decir con absoluta certeza que Louis y yo habíamos terminado… para él al menos.
—Entonces... tal vez podríamos tomarnos las cosas con calma o algo hasta que sientas que lo has superado —sugirió Olly, ladeando la cabeza hacia un lado y poniéndome cara de cachorrito.
¿Podría tomármelo con calma con él? ¿Qué significaría eso? Salir en citas, besos, y cogiendo su mano.
Supongo que podría hacerlo, siempre y cuando ambos entendiéramos que no era nada serio. Yo sabía que no tenía fuertes sentimientos por él, pero era dulce. Tal vez, como Amy siempre dice, mis sentimientos crecerían una vez superase a Louis.
Tal vez algún día me haría que me rindiese a él, y yo estaría dejando pasar una oportunidad que se debe agarrar con ambas manos. Louis y yo habíamos terminado.
Tenía que aceptar ese hecho.
—¿Qué pasa si solo estoy por despecho contigo y ambos terminamos heridos? —Me interrogué, dándole a él la oportunidad de alejarse de mí. Odiaría el terminar haciéndole daño
Él se encogió de hombros. —Quién sabe, pero nunca lo sabrás si no lo intentas y quiero intentarlo. —Sus ojos azules ardían en los míos, deseando que le diera una oportunidad. Podía sentir como mi resistencia se desmoronaba. ¿Por qué? ¿Por qué nunca puedo decir que no a la gente?
—Vamos a tener que tomárnoslo muy lento, Olly —dije en voz baja, sin confiar en mi voz para hablar.
Acabo de hacerlo… dando el importante paso y eligiendo continuar. Ahora sólo tengo que hacer que mi corazón siga adelante.
Él sonrió y me cogió la mano de nuevo, sonreí y miró nuestras manos entrelazadas. Todavía se sentía mal, pero era agradable saber que yo estaba intentándolo.
—Entonces nos lo vamos a tomar despacio —confirmó. La campana sonó marcando el final de la comida, y me sonrió con decepción en su rostro—. Creo que debemos ir a clase. Te veré en cálculo.
Se puso de pie y agarró mis cosas del almuerzo vacías tirándolas en la basura por mí. Sonrió y extendió la mano para que yo la tomase, así que puse la mano de nuevo en la suya mientras caminábamos por el pasillo hacia mi siguiente clase. Se detuvo ante la puerta de mi clase de español y sonrió.
—Nos vemos en un rato —me murmuró, metiendo un poco de mi pelo suelto detrás de mi oído por mí.
—Sí. Gracias por acompañarme a clase.
—No te preocupes. —Se volvió y corrió prácticamente por el pasillo llegando tarde a su clase por acompañarme a mí a la mía. Mientras lo observaba corriendo, vi a Louis parado allí. Era como si estuviera congelado en el sitio, mirándome fijamente, frunciendo el ceño con enojo.
Bueno, era más como una mirada flagrante en realidad.
¿Qué diablos es esa mirada? Suspiré y vi que se dirigía al aula de clases.
Me di por vencida tratando de averiguar lo que pasaba por esa sexy cabeza suya.
1DemiLovaCB
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
aslkdjlaklkadlaknda.
Dios, esta noche necesito un par de capítulos más para sentirme realizada.
No puedes dejarlo así. .l.
Dios, esta noche necesito un par de capítulos más para sentirme realizada.
No puedes dejarlo así. .l.
Mslistie
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
estoy de acurdo con Mslistie la novela me encanta de verdad pero necessito que louis y chloe se reconcilienn
mimi94
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
Capitulo 16
Me senté junto a Amy. Estaba sonriéndome expectante así que supe que nos había visto en el pasillo y ahora quería oír el cotilleo del almuerzo. Sonreí burlona lo que casi le hace dar brincos en su silla mientra me miraba suplicante.
Me reí con tristeza. —Fue agradable —declaré, sabiendo que querría detalles, y que la mataría tener que esperar.
—¿Yyyyyyy? —gritó con excitación.
Me encogí de hombros de forma evasiva. —No lo sé, fue agradable. Fue dulce. Le conté lo de Louis y que no estaba preparada para nada y él dijo que podríamos tomárnoslo con calma. Luego me tomó de la mano y me acompañó a clase. —Fue así, sin detalles jugosos como ella pensaba.
Suspiró con dramatismo. —Bien, está muy bueno, así que eres afortunada. Espero que le des una oportunidad apropiada, Chloe, porque es un tío simpático.
—Le daré una oportunidad apropiada. Con suerte, lo de tomárnoslo con calma ayudará —confirmé, volviéndome hacia la parte delantera de la clase mientras entraba el profesor. Durante toda la clase ignoré las miradas fijas de Amy y su obvia frustración por no conseguir el cotilleo.
Cuando la clase terminó, enganchó su brazo con el mío y brincó a mi lado. —¿Así que te besó otra vez? —preguntó con los ojos abiertos de par en par.
Sacudí la cabeza. —Nop.
—¿Crees que lo hará? —preguntó, sonriendo.
Tragué saliva. Realmente no quería pensar en eso aún. —Probablemente —admití de mala gana.
—Oh, por el amor de Dios, está bueno —dijo con entusiasmo—. Y tú ya sabes como es su cuerpo por todos los encuentros de natación. Oh, Dios, ¡tu novio está en el equipo de natación! Tendrás que ir a todas las competiciones y esas cosas para animarlo. ¡Podrás acosarle en su traje de baño! —chilló.
Guau, ¡está fatal que Amy esté más emocionada con esto que yo!
—Baja el tono, Amy. No es mi novio. —Fruncí el ceño mientras nos deteníamos fuera del aula de Louis.
Esta clase sería embarazosa con Louis y Olly en la misma habitación.
—¿No te ha pedido salir oficialmente? —preguntó, con un mohín de decepción.
—No —respondí—. Ahora vamos adentro y consigamos un asiento antes de que el Sr. Tomlinson nos castigue por llegar tarde o algo. —Me metí en el aula para ver que Louis ya estaba sentado en su escritorio, mirándonos mientras entrábamos. Sonreí pero él no devolvió la sonrisa.
¿Pero qué problema tiene ahora? Esta mañana pasamos un momento genial, y ahora me está mirando enfadado otra vez.
Olly sonrió mientras entrábamos y señaló con la cabeza los asientos vacíos cerca del suyo.
Afortunadamente los asientos no estaban en primera fila esta vez. Sonreí y caminé hacia él, dejándome caer a su lado y Amy al mío.
—Ey, cuánto tiempo sin vernos —bromeó, sonriendo mientras corría su silla más cerca de la mía. Su lado estaba prácticamente pegado al mío, haciéndome sentir incómoda.
—Sí, casi me olvido de cómo eres. —Le saqué la lengua haciéndole reir y su brazo se deslizó a través del respaldo de mi silla, descansando allí casualmente.
Louis se puso en pie. Su cuerpo parecía un poco tenso mientras miraba alrededor de la clase.
—Hoy sólo tenemos media lección, ya que ha sido convocada una asamblea para los de último curso a las dos y media en la entrada. No tenemos tiempo para empezar nada nuevo, así que qué tal si repasamos algunas de las reglas de proporciones previstas para mañana. —Se encogió de hombros, sus ojos escudriñando el aula. Cuando se posaron en mí, frunció el ceño y apartó la vista rápidamente.
¿Pero qué demonios le pasa ahora? Honestamente, ya no tengo ni idea de como funciona su cerebro.
Pensé que le conocía bien, pero todo esto sólo demuestra que no tengo ni idea de quién era en primer lugar.
Refunfuñé y saqué mi libro de texto, pasando rápidamente a la página que dijo. Todo tipo de ecuaciones y fórmulas saltaron hacia mí desde la página. Mi cerebro inmediatamente empezó a apagarse. Me concentré en lo que Louis estaba diciendo delante de la clase, intentando entender de qué estaba hablando, pero sabía que necesitaba más ayuda individual. Nunca entendería esta estúpida asignatura así que dí gracias a los astros por tener a Nick.
Olly estaba jugando con la parte de atrás de mi pelo mientras estábamos allí sentados, retorciéndolo alrededor de su dedo mientras yo trataba de concentrarme, pero fallé miserablemente cuando empecé a soñar despierta con Louis otra vez. Estaba caminado alrededor de la clase y no podía evitar mirar su culito respingón mientras me mordía el labio inferior. Pensamientos de rodearle con mis brazos, y recorrer su espalda con mis dedos, bombardearon mi cerebro.
De pronto se paró delante de mí, mirándome con expectación. Oh, Dios, ¿qué me perdí? Miré alrededor buscando a Amy para que me ayudara, pero ella me estaba mirando con los ojos abiertos de par en par.
—Eh... —balbuceé, sin saber qué se esperaba de mí.
Se rió sin gracia, su rostro serio. —Bonita respuesta —dijo con sarcasmo. Se volvió hacia Olly y entrecerró los ojos—. Quizá deberías dejar que se concentre en lugar de manosearla en medio de mi clase —gruñó.
La boca de Olly se abrió de golpe mientras sacaba rápidamente el brazo del respaldo de mi silla. —No la estaba manoseando —replicó inocentemente.
Louis hizo un sonido de mofa con la garganta. —Sr. Hawk, sé que es difícil mantener las manos lejos de una chica guapa cuando tienes diecisiete años, pero inténtelo y conténgase, al menos dentro del recinto del instituto. De modo contrario, habrá castigos a la hora del almuerzo durante el próximo mes —dijo bruscamente, caminando de vuelta a su escritorio. Me quedé mirando a su espalda estupefacta y callada.
Amy se estaba riéndose nerviosamente en voz baja tapándose la boca con la mano. Una rápida ojeada a Olly me dijo que estaba sonriendo también, como si estuviera intentando no reírse a carcajadas. ¿Qué diablos es tan divertido? ¿Louis acaba de hacerme parecer como una furcia en medio de su clase y a ambos les parece divertido? Hundí mi cabeza, sonrojándome como loca. ¡Por favor, por favor, por favor, qué termine pronto esta clase! No levanté la vista durante el resto de la clase y dos minutos después de las dos y media, Louis anunció que nos teníamos que dirigir a la entrada para la asamblea con el director.
Recogí mi mochila rápidamente, no queriendo estar en clase más tiempo del necesario.
—Te veré allí, tengo que ir al baño —murmuré a la vez que prácticamente corría saliendo del aula, intentando no llorar de vergüenza e indignación. Me dirigí al baño más cercano y me encerré, golpeando con la mano contra el lateral del cubículo por la frustración. ¿Cómo se atreve Louis a hacerme eso delante de todo el mundo? Después de un par de minutos, inspiré unas cuantas veces para calmarme y abrí la puerta. Según salí, casi pego un grito cuando vi a alguien allí de pie, apoyado de manera informal contra la pared. Los ojos grises de Louis ardían de preocupación, pero podría decir, por la forma de encajar su mandíbula, que también estaba enfadado.
—¿Qué quieres? ¿No sabes que estos son los aseos de las chicas? —dije enfadada mientras me dirigía a los lavabos para lavarme las manos.
—Necesito hablar contigo —murmuró, pasándome una toalla de papel para secarme las manos.
—¿Te vas a disculpar por abochornarme delante de todo el mundo? —dije entre dientes, fulminándole con la mirada.
—¿Abochornarte? ¿De que demonios va eso? Tú fuiste la que le permitió manosearte en clase —replicó de forma acusadora.
¿Manosearme? ¿Ahora se está burlando de mí? —Realmente eres un imbécil a veces, ¿lo sabes? —Me coloqué la mochila en el hombro preparándome para irme enfadada de forma dramática.
Resopló. —¿Por qué? ¿Por qué soy un imbécil? ¿Por decirle a ese crío que quite sus malditas manos de encima a mi chica? —gritó, se echó las manos a la cabeza con exasperación mientras me miraba atentamente, sus ojos taladrando los míos.
Le miré con incredulidad. ¿Me acaba de llamar su chica? Oh, Dios mío, ¿está celoso de Olly? ¿Era de eso de lo que iba esa escenita? No, no puede ser, no puede estar celoso. Él está con la Señorita Teller. Sólo me dice esto ahora porque... porque... Pero yo no tenía ni idea de por qué lo diría, no podía pensar en una simple razón para que esas palabras salieran de su boca.
—Yo no soy tu chica —susurré, sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas mientras decía esas palabras.
Suspiró y se dio la vuelta alejándose de mí, liberándome de su intensa mirada. —Lo sé, no quería decirlo así, sólo quería decir... —Meneó la cabeza pero no continuó.
—¿Qué? —pregunté, necesitando que terminara la frase.
—Es sólo que es extraño verlo. Debería irme. Ni siquiera sé por qué estoy aquí hablando contigo. Tengo que irme —murmuró mientras sujetaba la manilla de la puerta, preparado para irse.
Agarré su brazo impidiéndole marchar; él volvió la cabeza para mirarme.
—¿Por qué viniste aquí entonces, Louis? —pregunté en voz baja, no confiando en mi voz para hablar correctamente. Tragó saliva y me miró como disculpándose.
—Parecías disgustada. Quería asegurarme de que estabas bien —susurró—. Siento haberte avergonzado en clase, no pretendía hacerlo. No lo volveré a hacer. —Frunció el ceño y empujó la puerta para abrirla, saliendo rápidamente, dejándome allí de pie por segunda vez mirándole estupefacta.
Permanecí allí un minuto entero preguntándome si estaba celoso porque aún me quería, o si sólo estaba molesto porque Olly tenía sus manos sobre algo que él había tenido. Honestamente no sabía la respuesta a esa pregunta, pero no me iba a permitir a mí misma empezar a pensar en ello otra vez. Él había tenido la oportunidad perfecta de decirme que todavía me quería, también había tenido numerosas oportunidades antes, pero las dejó escapar en cada ocasión.
Abrí el grifo de agua fría y me salpiqué un poco de agua en la cara, intentando ralentizar mi respiración antes de dirigirme a la entrada donde la asamblea ya estaba en marcha. Me escondí en un lateral y escuché el final de lo que el director estaba diciendo. Algo acerca de votar con el comité social y luego ellos organizarían la excursión. Recorrí la habitación con la mirada buscando a Amy. Estaba sentada junto a Nick, ambos sonriendo animadamente así que lo que quiera que fueran a votar era obviamente algo bueno.
Cuando todo el mundo empezó a salir en fila, esperé a un lado a Amy. Ella brincó felizmente a mi lado.
—Esto va a ser alucinante, ¿por qué vas a votar? Apuesto a que te gusta como suena lo del santuario de caballos, ¿verdad? —Puso los ojos en blanco en broma.
¿Santuario de caballos? ¿Qué me perdí exactamente? —No he oído nada de eso, ¿qué santuario de caballos? —pregunté confusa.
Chilló y saltó de arriba a abajo. —¿No lo oíste? ¡Oh, Dios, esto te va a encantar! —Me agarró el brazo y empezó a conducirnos por el pasillo hacia nuestras taquillas mientras no paraba de hablar, haciéndome un relato palabra por palabra de todo lo que me había perdido.
Aparentemente, a causa del trabajo de voluntariado que nuestro curso había hecho para la agencia de medio ambiente plantando arboles y recogiendo basura de las calles, íbamos a ser recompensados con una cierta cantidad de dinero que iba a ser usada para una salida de un día, a nuestra elección, de aquí a un mes. Había tres opciones que teníamos que votar entre todos. La primera que tuviera más votos, sería concertada para un sábado del próximo mes. Las opciones eran: visitar un santuario de caballos y cepillar a los caballos, un día en un parque temático o practicar paintball.
Expresé mi emoción. Amaba los caballos, pero sabía que no había posibilidad de que la gente pudiera votar por eso. Mi segunda opción sería definitivamente el parque temático, incluso aunque me asustaban un poco las vueltas. La única cosa que no querría hacer sería lo del paintball. No me gustaba ningún tipo de deportes o actividades que incluyeran correr, esconderse o ensuciarse.
Nick sonrió con entusiasmo. —Definitivamente voy a votar por el paintball.
Un montón de chicos aplaudieron y empezaron a hablar animadamente sobre quién iba a disparar a quién, empezaron a empujarse unos a otros en broma. Puse los ojos en blanco y me dirigí a mi taquilla en silencio, rezando que hubiera alguna manera de que pudiera quedar fuera de eso y hacer algo divertido que no implicara caerme, romperme un tobillo o hacerme parecer una idiota.
1DemiLovaCB
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
Capitulo 17
Un brazo rodeó mi hombro. Sonreí y rodé mis ojos pensando que era Nick, pero cuando me di la vuelta fue la cara sonriente de Olly la que me saludó en vez de la de Nick.
Resistí la urgencia de quitarme su brazo de encima. Era diferente cuando Nick lo hacía porque sabía que no significaba nada, pero con Olly sabía que había un motivo detrás. Y ese motivo me hacía sentir incómoda.
—¿Quieres que te lleve a casa? —Se ofreció.
Miré a Amy. Siempre regresaba a casa con ella así que tal vez podría desesperadamente necesitarme o algo, deseé. Ella sonrió emocionada y yo gemí mentalmente ¡Debí haber sabido que no me ayudaría!
—Gracias Olly, eso sería genial —mentí, sonriéndole.
Él esperó pacientemente, hablando con uno de sus amigos del equipo de natación, mientras yo tomaba los libros de mi casillero. Cuando ya no pude posponerlo más, me di la vuelta poniendo una falsa sonrisa mientras me ofrecía su mano, otra vez. Me forcé a mí misma a aceptar su mano, uniéndolas, dejando que nos dirigiera hacia su auto en un silencio incómodo. Bueno, al menos para mí era incomodo, porque él no parecía sentirlo también.
De camino a casa hablamos un poco acerca de nuestro día. Como es típico de los chicos, iba a votar por el paintball. Le dije que yo iba a votar por el santuario de caballos, y cómo solía montar cuando era pequeña pero había tenido que dejarlo hacía unos años porque no se acomodaba con mis horarios.
Lo miré secretamente varias veces en el camino. Tenía que admitir que era bastante atractivo. Su cabello rubio desordenado apuntaba en todas direcciones, pero se veía muy bien así. Nunca antes había salido con un chico rubio, usualmente mi tipo eran los de cabello castaño. Supongo que siempre hay una primera vez para todo. Cuando se detuvo fuera de mi casa sonreí agradecida, esperando que eso fuera todo. Pero para mí horror, apagó el motor y me miró expectante.
—¿Crees que pueda pasar un rato? ¿O podemos ir a ver una película? —preguntó nerviosamente.
Miré a mi casa. Mis padres no llegarían aún, tendríamos otra hora y media antes de que salieran del trabajo. Supongo que puedo invitarlo a pasar un rato. Esa es la clase de cosas que haces cuando quieres conocer a alguien, ¿no?
—Claro, pasa. Podemos ver una película.
Salí del auto y caminé hacia la casa, sintiéndome un poco enferma. ¿Intentaría besarme? ¿Qué haría yo si lo intentaba? Tan rápido como esos pensamientos se formaron, los envié lejos. Él dijo que se lo tomaría lento así que no podía esperar mucho hoy. Esperaba que no.
Sonrió tímidamente mientras entraba al recibidor.
—¿Están tus padres en casa o…? —su voz se apagó, mirando nervioso a su alrededor. Yo me reí.
Probablemente le tenía miedo a papá.
—Mi papa está arriba, estará aquí en un minuto —bromeé, señalando con mi cabeza hacia la escalera. Su espalda se irguió al mismo tiempo que aguantaba la respiración, mirando a la escalera con sus ojos bien abiertos. Me empecé a reír y negué con la cabeza. ¡Era demasiado inocente!
—Solo bromeo, Olly. Estás a salvo. Ambos están en el trabajo. —Se rió nerviosamente y frotó con su mano la parte de atrás de su cuello.
—Eso fue cruel —me regañó, pero sonrió al mismo tiempo.
Una hora después estábamos sentados viendo una película. No había puesto nada demasiado romántico, pues no quería darle una impresión equivocada, así que pusimos una comedia. The Hangover 2. Al inicio de la película Olly se había sentado cerca de mí y su brazo descansaba en el respaldo de mi asiento. Todo el tiempo mi corazón estuvo latiendo demasiado rápido porque estaba esperando a ver qué haría después. Como a la mitad me volteé a preguntarle si quería otra bebida o algo, sólo para ver que él también me estaba mirando. Sonreí nerviosamente y su brazo se movió a mis hombros, su mano jugaba con un mecho de mi cabello que caía por mi espalda. Él sonrió y no pude evitar sonreírle también. En verdad tenía una linda sonrisa. No me hacía sentir mariposas revoloteando en mi estómago como la sonrisa de Louis, pero era muy linda. Sus ojos se movieron hacia mis labios y mi respiración se quedó atorada en mi garganta.
—¿Estaría yendo demasiado rápido si te besara ahora? —me susurró.
Oh rayos. Supongo que necesitaba arriesgarme tarde o temprano, así que tal vez sería mejor hacerlo ahora. Negué, ya que no confiaba en mi voz para hablar, él sonrió e instantáneamente empezó a acercar su boca a la mía. Contuve mi respiración mientras sus labios se presionaban suavemente sobre los míos.
No lo odié tanto como pensé que lo haría. Le correspondí y después de algunos segundos, se separó, sonriéndome tiernamente antes de presionar sus labios contra los míos otra vez. Trazó mi labio inferior con su lengua, queriendo profundizar el beso y llevarlo más allá.
Cerré mis ojos y abrí la boca, deseando secretamente no haber dicho que sí. Olly en verdad era muy bueno besando, pero mi cabeza y mi corazón estaban gritándome que todo estaba mal, que necesitaba alejarlo y llamar a Louis para disculparme. Sus brazos me rodearon, acercándome más, presionando mi pecho contra el suyo mientras me besaba apasionadamente.
Gimió en mi boca cuando rodeé su cuello con mis brazos. Se movió ligeramente hacia adelante, tratando de recostarme en el sofá pero yo mantuve los pies en el suelo, negándome a llevarlo más allá de un beso.
Cuando una de sus manos se movió de mi espalda a mi trasero, mis ojos se abrieron en sorpresa y me alejé, rompiendo el beso. Toquetearme no era exactamente a lo que yo llamaría ir lento.
—¡Olly! Lo siento, pero esto es demasiado rápido para mí.
Él sonrió, dejando ver sus lindos hoyuelos.
—Está bien, no te preocupes. —Alejó el cabello de mi rostro, acomodándolo en su lugar. Yo le sonreí agradecida por lo dulce que estaba siendo.
—Gracias.
—¿Fue el beso o las manos? —preguntó, sonriendo casi apenadamente. Me sonrojé y no pude evitar reírme incomoda. Ambos, de hecho.
—Las manos —admití, mordiendo mi labio por cuando estúpida e infantil me había hecho sonar.
—Entonces, si el beso estuvo bien… ¿Tal vez podría mantener quietas mis manos? —Sugirió, riéndose. Y me reí nerviosamente.
—Tal vez deberíamos seguir viendo el resto de la película —sugerí. Él sonrió y asintió, regresando a su lugar, tomó mi mano, mirando la película como si nada hubiera pasado.
Diez minutos después la puerta de la entrada se abrió. Olly saltó y se alejó de mí como si una bomba hubiera explotado, y yo me reí por su expresión preocupada. Mamá y papá llegaron a la sala hablando de cómo habían estado sus días. Papá dejó de hablar y frunció el ceño tan pronto como vio a Olly.
Quien pareció hundirse un poco más en el sofá, casi retorciéndose bajo la mirada acusadora de papá.
Hmm, me pregunto si él pasará el examen de papá. Un par de chicos que había traído a casa hace un año más o menos, me dejaron luego de conocer a mi padre, a él le gustaba probarlos comportándose así un par de veces para ver si sus intenciones eran serias. Afortunadamente, Nick había pasado la prueba con creces, así que a papá le agradaba. Olly solo necesitaba pasar esta etapa de miradas acusadoras y después papá empezaría a tratarlo bien. Mordí mi labio nerviosamente mientras miraba a Olly quien parecía como si estuviera teniendo que hacerse respirar.
—Papá, ¿recuerdas a Olly, de la otra noche? —pregunté, tratando de mantener mi expresión divertida fuera de mi rostro para que papá no empezara con su rutina del policía malo. Papá asintió lentamente.
—¿Cómo podría olvidarlo? Me alegra verte de nuevo, Olly. Así que, ¿qué estás haciendo aquí, sin vigilancia, con MI hija? —preguntó elevando una ceja.
—Amm… Nosotros, solo estábamos… amm… ¿viendo una película? —dijo Olly, casi tartamudeando, haciéndolo sonar más como una pregunta que a una respuesta.
Rodé los ojos y me puse de pie, tomando la mano de Olly, levantándolo también.
—Déjalo en paz, papá. Solo estábamos divirtiéndonos un rato.
—Sí, bueno, dos adolescentes «divirtiéndose un rato» pueden resultar en problemas —respondió papa—. Y si metes a mi hija en problemas, Olly, tendrás que vértelas conmigo.
Me sonrojé furiosamente porque obviamente estaba hablando de sexo y embarazo. Olly negó con la cabeza, espantando.
—No, señor. Nunca metería a Chloe en problemas. Estamos yendo lentamente y… —Olly cortó su discurso, tragando saliva audiblemente. Yo suspiré. Mi papá había estado yendo demasiado lejos. Olly no era muy bueno en eso de guardarse cosas. Así que antes de que la situación se pusiera más embarazosa, caminé fuera del cuarto, jalando a Olly detrás de mí hacia la entrada. Me reí ante lo pálida que estaba su cara.
—Está tratando de molestarte. Sólo ignóralo, se detendrá pronto —le prometí. Sus ojos se movieron más allá de mi hombro, mientras asentía lentamente.
—Rayos, sí que da miedo. ¿No está en la mafia o algo así, verdad? —me preguntó, frotando la parte de atrás de su cuello nerviosamente, haciéndome reír.
—No, es de la CIA, pero no tiene permitido torturar a nadie que sea menor de dieciocho años así que estás a salvo hasta tu cumpleaños —lo molesté, haciéndolo reír quedamente.
—Bueno, eso es un alivio —dijo, rodando los ojos—, será mejor que me vaya. Te veré mañana en la escuela. —Tomó mi mano haciéndome dar un paso hacia el frente, para presionar sus labios contra los míos suavemente solo por unos segundos. Me sonrió antes de darse la vuelta para salir, pero se detuvo tomando la manija.
—Lo olvidé, amm, me preguntaba… quería preguntarte hace rato durante la película pero me acobardé… así que, bueno… Sé que te dije que lo llevaríamos lento, y podemos esperar si tú quieres pero… amm… —Frunció el ceño, incómodo. Yo sonreí pues se veía adorable cuando estaba nervioso. Ya había tenido novia antes, la mayoría de las veces, serias porque con su última novia había estado un año y no había estado con nadie más después de ella. Me acerqué a él, elevando una ceja juguetonamente.
—¿Estás tratando de invitarme a salir, Oliver? —lo molesté. Él siguió frunciendo el ceño e hizo una mueca.
—Sí, lo siento… no estoy haciendo un buen trabajo con eso —no pude evitar reírme.
—Lo estás haciendo bien, sólo relájate y… la respuesta es sí. —Su nerviosismo se desvaneció instantáneamente mientras una sonrisa se apoderaba de su rostro.
—¡Increíble! Bueno, creo que debería irme antes de que tu papá salga y me amenace un poco más. Te enviaré un mensaje más tarde, soy mejor con los mensajes, ya que no puedes ver mis nervios —bromeó.
Estaba agradecida de que no quisiera besarme otra vez antes de salir.
Suspiré aliviada y me recargué en la puerta, felicitándome mentalmente por salir de esta. Me despedí con la mano mientras arrancaba su auto y se iba. Sonreí tristemente para mí misma y cerré la puerta, recargándome contra la madera, pensando en Louis. ¿Qué pensaría de mí aceptando ser la novia de Olly?
Y más importante aún, ¿por qué aún me importaba lo que él pensaría?
[...]
La mañana siguiente Amy y yo estábamos chismeando en nuestros casilleros acerca del concierto de Daniel Masters. Anoche le dije por teléfono que mis padres se las habían arreglado para conseguir boletos como sorpresa. Estaba tan feliz que en verdad lloraba de felicidad, lloraba tanto que no podía entender lo que estaba diciendo así que tuvo que llamarme después de que se hubo calmado. De repente, alguien nos abrazó por los hombros a cada una.
—Así que, ¿de quién hablamos hoy, chicas? —pregunto Nick, mirando por el pasillo discretamente.
—Daniel Masters —suspiró Amy, soñadoramente.
—Oh, cantantes gays sobre valorados —respondió Nick, asintiendo como si quisiera unirse. Amy hizo una exclamación sorprendida y le dio un codazo en las costillas haciéndolo reír, quitando su brazo de su hombro.
—Ow —gimió, sobándose.
—Aw… ¿El pobrecito bebé fue lastimado por una gran chica mala? —Amy se burló.
Por el rabillo del ojo, vi a alguien acercarse a nosotros. Forcé una sonrisa cuando me di cuenta de que era Olly. Nos habíamos mensajeado por casi una hora la noche anterior, afortunadamente mis padres me habían contratado un paquete con mensajes ilimitados porque de otra forma me hubiera costado una fortuna. Aunque él estaba en lo cierto, definitivamente era mucho mejor con los mensajes. Me sonrió de vuelta, pero su sonrisa no llegó hasta sus ojos. Su cuerpo parecía tenso mientras se detuvo frente a mí y tomó mi mano. Sonreí débilmente y entrelacé nuestros dedos. Cuando me jaló suavemente hacia él, el brazo de Nick se cayó de mi hombro.
—Hola tú —saludo Olly, pareciendo un poco más relajado ahora que estaba cerca de él.
—Hola —apreté su mano un poco, mientras él acariciaba suavemente mi rostro con su otra mano.
—¿Quieres hacer algo después de clase? —me preguntó, mirándome esperanzadoramente. Hice una mueca. Tenía que estudiar con Nick. Los mejores días para él eran los martes y los miércoles así que no podía pedirle que cambiara sus planes para otro día para que pudiera ayudarme con mi estúpida clase.
Miré a Nick para ver si aún estaba dispuesto a ser mi tutor, pero estaba hablando con Amy otra vez.
—No puedo, Olly. Se supone que debo estudiar con Nick hoy. Él me ayuda con Cálculo —le dije en tono de disculpa. Él frunció el ceño decepcionado, y de repente me sentí terrible por ello.
—Yo podría ayudarte a estudiar, no me importaría. Además tiene más sentido que yo te ayude porque soy tu novio, después de todo —dijo, sonriéndome engreídamente.
—Lo eres, pero Nick ya aceptó ayudarme. Lo ha estado haciendo durante las últimas semanas y parece estar dando resultado. Creo que es mejor no dejarlo ya que está funcionando —me encogí de hombros.
Nick parecía ser capaz de explicármelo muy bien y además era muy paciente conmigo. No le importaba hacer una y otra vez hasta que lo entendiera—. Además sería embarazoso que mi novio se diera cuenta cuán mala soy en algo —agregué tímidamente. Él suspiró pero asintió, estando de acuerdo.
—Está bien. ¿Os reunís en la biblioteca o algo? Tal vez nos podríamos ver después. —Negué.
—No, estudiamos en su casa. Es parte del trato, él me ayuda y yo cocino la cena. Estaré en su casa hasta tarde, lo siento.
Su ceño fruncido se hizo más pronunciado.
—Así que estudias con tu ex-novio en su casa, solos, y luego le cocinas la cena y te quedas hasta tarde. ¿Eso es lo que estás diciendo? —me preguntó, su voz se hizo ligeramente más dura mientras me miraba como si estuviera loca.
Santo cielo, ¿está celoso de Nick? ¿Qué diablos está pensando?
—No. Estudio con un amigo y le cocino la cena en agradecimiento. Eso es lo que estoy diciendo —le corregí a la defensiva. Él suspiró y sacudió la cabeza, forzando una sonrisita.
—Sí, lo siento. Olvida lo que te dije. Podemos salir mañana en la noche, si puedes. —Le sonreí y asentí.
¿Estaba celoso? Eso era muy extraño, una conversación surrealista, y no una que quisiera tener con un chico con el que llevaba saliendo menos de veinticuatro horas.
El resto de la semana pasó lentamente, las noticias de que Olly y yo estábamos saliendo se esparcieron, lo que me hizo ganar unas cuantas miradas de las chicas que estaban enamoradas de él. Olly continuó siendo realmente dulce, pagando por la comida y la película cuando salíamos, me llevaba a casa, me acompañaba hasta mis clases y me enviaba muchos mensajes de texto en las noches.
Lo único que no me gustaba era su idea de llevar lento. Lo cual era mucho más rápido que mi idea.
Parecía seguir olvidándolo, y cuando nos besábamos sus manos estaban un poco fuera de lugar. Un par de veces llegaba al punto de empujarlo porque estaba tratando de desabrochar mi sostén o desabotonar mis pantalones. Tan pronto como decía algo, él se detenía inmediatamente y se disculpaba, pero podía notar cómo se estaba frustrando un poco conmigo.
Yo ni siquiera lo estaba considerando, solo habían pasado cinco días desde que me había invitado a salir y eso no era suficiente para que ese tipo de cosas sucedieran entre nosotros, bueno no para mí, de todas formas. Tenía la sensación de que «llevarlo lento» significaba que simplemente no tendríamos sexo por un tiempo y no se daba cuenta de que no lo iba a dejar siquiera llegar a primera base.
Louis fue el mismo toda la semana. Me sentía un poco incómoda cuando estaba con él por la explosión que tuvo en su aula cuando me acusó de dejar que Olly me «manoseara» como él le llamo. Las cosas estaban un poco tensas, un tipo de amistad forzada entre maestro y alumna. No me prestaba atención solo a mí pero tampoco me dejaba sin hacer nada, solo como que ignoraba todo lo que no tenía que ver con sus clases. Un par de veces lo vi darse la vuelta cuando me veía con Olly, con su postura muy rígida.
Todas esas veces, me preguntaba si estaba celoso como pensaba, pero honestamente no tenía idea así que me di por vencida tratando de entenderlo.
El viernes después de la escuela, Olly me llevó a los bancos de fuera para que pudiéramos estar un rato juntos antes de que me llevara a casa. Esa noche no podríamos vernos porque tenía una cena familiar en casa de su tío así que quería pasar un poco de tiempo conmigo. Parecía un poco renuente a visitar mi casa luego de la incómoda escena con mi papá el lunes. Me senté en el banco, disfrutando del sol con mis ojos cerrados deseando el fin de semana, alejada de este lugar y todo el estrés que me provocaba.
—¿Qué haremos el fin de semana? —pregunto Olly, mientras trazaba mi pierna lentamente con una mano. Puse mi mano sobre la suya, manteniéndola quieta cuando estaba a punto de escabullirse a mi trasero.
—Puedo verte mañana durante el día, pero en la noche Amy y yo iremos a una fiesta con un amigo mío —le respondí, encogiéndome de hombros. Tal vez pudiéramos salir a comer o algo parecido. Él se alejó viéndome curiosamente.
—¿Iras a una fiesta? ¿De quién?
—El amigo de un amigo. No conozco al chico, en realidad —admití. Ni siquiera quería ir pero ahora no podía negarme porque Amy estaba súper emocionada.
—¿Quién es ese amigo? —sus ojos eran un poco duros, acusadores y parecían molestos. Sonreí incomoda. ¿Por qué me estaba mirando así?
—Es el hermano de mi ex-novio. —Su cuerpo se tensó y me miró como si hubiera dicho algo estúpido.
—¿Irás a la fiesta con el hermano de tu ex-novio? ¿El mismo ex-novio que aún no superas? —me preguntó, con voz seria y acusadora.
—Sí, somos amigos —¿Por qué diablos estaba mirándome así? Tengo permitido tener amigos.
—Oh, vamos, Chloe. ¿Cuántos amigos hombres necesita tener una chica?
—¿Estás celoso? —le pregunté sorprendida.
—¡Tengo el derecho de estarlo! ¡Eres mi novia pero aún así vas a ir a una fiesta con otro chico, y no con cualquier chico, sino con el hermano del tío que rompió contigo! —casi rugió, bastante molesto.
¿Qué diablos? No hay forma de que lo deje decirme con quién puedo y no puedo salir. No me importa si se siente celoso, ahí es cuando se necesita confianza en una relación. Si él no puede aceptar que yo tenga amigos hombres entonces que mala suerte tiene.
—Olly, tranquilo. Él es mi amigo —rodé los ojos. También había estado dándole miradas asesinas a Nick toda la semana. Cada vez que Nick me tocaba o algo, Olly me besaba o me alejaba de él o algo. Pensé que solo estaba siendo tierno pero, ¿sería otra cosa? ¿Estaba siendo posesivo?
—No puedes ir a la fiesta con él, Chloe, está fuera de discusión y lo sabes. ¿Cómo te sentirías si yo fuera a una fiesta con la hermana de mi ex? —me preguntó, aventando sus manos dramáticamente. Pensé al respecto. ¿Cómo me sentiría? No me importaría porque confiaba en él, y él también debía de confiar en mí.
—Olly, no me molestaría. Es solo una fiesta con un amigo, no es un gran problema —me encogí de hombros, levantando mi mochila para poder caminar lejos de él. Él hizo un sonido de burla.
—Es un problema para mí. Toda la semana he tenido que morderme la lengua cuando Nick estuvo tocándote por todas partes y ahora, ¿esperas que te deje ir a una fiesta por tu cuenta con otro chico? —dijo molesto.
—¿Dejarme? No, no espero que me dejes. No necesito tu maldito permiso para ir. Diablos, hemos estado saliendo por menos de una semana. No necesito pedirte permiso para hacer cosas, eso es estúpido. —Me puse de pie y me coloqué la mochila sobre los hombros.
—¿Entonces piensas que soy estúpido? —me retó, acercándose a mí, ceñudo.
—Ahora mismo, estás siendo infantil. No voy a seguir hablando de esto, llámame el sábado si quieres —me alejé de él dirigiéndome hacia el edificio. Con suerte podría encontrar a Amy o Nick y podrían llevarme a casa, sino tendría que caminar. Los dedos de Olly me tomaron de la muñeca, deteniéndome.
—No te vayas. No podemos simplemente pelear y luego irte, así no es como funcionan las relaciones —su voz era mucho más suave que hacía rato. Lo miré.
—Tampoco se le dice a la otra persona lo que puede o no puede hacer —él suspiró.
—Ok. Lo entiendo. Te hice enojar. Lo siento. Pero me vuelve loco que esos chicos estén todo el tiempo a tu alrededor —me acercó hacia él y rodeó la cintura con su brazo. Yo sonreí un poco y lo abracé también.
—Está bien. Pero no hay razón para estar celoso. No te voy a engañar, lo prometo —susurré, presionando mi cara contra su hombro. Él acarició suavemente mi espalda.
—Sí, lo sé. Escucha, qué tal si salimos mañana en la noche en vez de que vayas a la fiesta. Podemos ir a donde tú quieras —me sugirió pero yo negué con la cabeza y me separé de él.
—No puedo. Le prometí a Amy que iríamos a la fiesta, desde hace más de una semana. —Resopló dramáticamente y quitó sus brazos de mi cintura.
—Qué bien, estás escogiendo una fiesta en vez de una cita con tu novio —dijo dramáticamente. Cerré los ojos. En verdad no quería estar teniendo esta conversación con él, no había nada de qué hablar.
—Mira, entiendo que te sientas celoso. Lo entiendo, en verdad. Pero eso no significa que te tengas que enojar conmigo por algo que ya estaba arreglado desde antes de que estuviéramos juntos —le grité.
—¿Sabes qué? Haz lo que quieras. Te veré el lunes —tomó su mochila de la mesa y se dio la vuelta, empezando a caminar hacia el estacionamiento.
Observé su espalda mientras se alejaba. Eso era demasiado para alguien que decía «No podemos pelearnos e irte, así no es cómo funcionan las relaciones». Pero está bien, al diablo con él. No soy yo la equivocaba aquí, no he hecho nada malo. Podía ver por qué estaba un poco molesto, pero tenía que superarlo y aprender a confiar si quería que esto funcionara. Louis nunca me hubiera dicho algo así como «Esperas que te deje ir». ¡No necesito su maldito permiso para salir!
Emprendí el camino enojada hacia el edificio, resistiendo las ganas de patear cosas mientras pasaba. Miré en los pasillos desiertos por alguien que pudiera darme un aventón a mi casa pero parecía que Olly y yo habíamos estado hablando por demasiado tiempo y ya todos se habían ido. Suspiré y me di la vuelta, decidiendo hacer los cuarenta y cinco minutos de camino hacia mi casa a pie. Saqué mi iPod y me puse los audífonos mientras lo prendía, dejando salir toda mi frustración. Después de un par de minutos la bocina de un coche sonó junto a mí haciéndome brincar del susto. Me volteé para ver el Jeep plateado de Louis avanzando en la carretera a un lado de mí. Me hizo señas para que me acercara a la ventana abierta.
—¿Qué te está molestando? —me preguntó, mirándome con curiosidad. ¿Cómo sabía que estaba enojada?
—¿Qué significa eso? —le pregunté, moviendo mis ojos al asiento del copiloto de su auto para ver que la señorita Teller no venía con él hoy.
—Estás caminando, así que estás molesta obviamente. Por primera vez parece que no soy yo el que te molesta —se encogió de hombros, sonriendo culpablemente.
—No, no es… nada. No es nada. —Negué con la cabeza, frunciendo el ceño, tratando de no pensar en Olly otra vez. Estúpido chico.
—¿Quieres que te lleve a casa? —preguntó Louis, moviendo su cabeza para quitar el cabello de sus ojos.
En realidad, me hubiera encantado no tener que caminar a casa, pero ¿en verdad quería estar atrapada en un auto con él? Sopesé mis opciones. Justo cuando estaba a punto de declinar su oferta, una gota cayó sobre mi cabeza. Asentí rápidamente.
—Sí, por favor.
Él sonrió y se estiró hasta el asiento del copiloto, para abrir la puerta para mí. Corrí alrededor del auto y salté en él mientras las gotas empezaban a caer más fuerte.
—Gracias, Louis.
—No hay problema. —Empezó a manejar, avanzando lentamente por el camino mientras la lluvia seguía cayendo—. Entonces, ¿qué sacudió en tu jaula? —me preguntó, mirándome por un segundo. Suspiré y descansé mi cabeza contra el asiento.
—Olly. Tuve el descaro de decirme que no podía ir mañana a la fiesta con Sam. Dijo que ya tenía demasiados amigos hombres y que estaba escogiendo una fiesta en vez de salir con él. Estúpido —respondí molesta. El sonido de la risa de Louis me hizo abrir los ojos y mirar en su dirección. Estaba sonriendo felizmente pero se detuvo cuando me vio mirándolo.
—¿Qué es tan gracioso? —le pregunté, ceñuda. No había nada remotamente chistoso acerca de eso. Él se encogió de hombros.
—Nada. ¿Entonces terminasteis o algo? —pregunto, mirándome por el rabillo del ojo. Me encogí de hombros, no sabiendo responder a esa pregunta.
—No se ve bien. ¡No debe hacer eso! No tiene derecho a estar molesto conmigo por eso, ¿sabes que me dijo? —dije molesta—. Él dijo: ¿Esperas que te deje ir a la fiesta tú sola con un chico? ¿Dejarme ir? ¿Qué es mío, mi cuidador? —Levanté mis manos, exasperada y Louis empezó a reír otra vez. Lo miré y dejó de reírse pero parecía que le estaba costando trabajo contenerse.
—Lo siento, no es gracioso. Es solo que no me lo imagino diciéndote que hacer. Yo traté de detenerte de salir con Sam una vez y no resultó bien tampoco.
—Pero, ¿él está fuera de sí, no? Yo no soy la que está mal, ¿o sí? —le pregunté curiosa. ¿Lo estaba viendo solo como una excusa para romper con él? ¿Estaría siendo demasiado terca porque sería mucho más fácil estar sin él? No creía que lo fuera. Ningún hombre debería decirle a una mujer qué puede o no puede hacer. Él negó con la cabeza.
—No estás equivocada, Chloe. Él no debería haberte dicho que no puedes ir a la fiesta. Yo estaba equivocado cuando lo hice, y él también lo está —se detuvo fuera de mi casa y me volteé a verlo, sonriendo agradecida.
—Gracias por el aventón y por escucharme.
Él sonrió, esa sonrisa tan linda, aquella que juraba era solo para mí.
—Cuando quieras. Diviértete mañana con Sam. Ten cuidado, ¿sí?
—Lo tendré, gracias. Que tengas un lindo fin de semana. —Empujé la puerta para abrirla y puse la mochila sobre mi cabeza para cubrirme de la lluvia, corrí hacia adentro con una sonrisa en mi rostro.
Entré directamente a la cocina para comer algo pensando en la fiesta de mañana. Ni siquiera había tenido ganas de ir, pero ahora que Olly había hecho tanto para que no fuera, en verdad quería ir. Sam era divertido, y Amy también estaba muy emocionada así que me las arreglaría para pasarla muy bien.
Chiara:
OK OK VA A SER MARATÓN PORQUE SE VIENE LA MEJOR PARTE... O AL MENOS LA MITAD DE ELLA ;)
1DemiLovaCB
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
Capitulo 18
Un coche se detuvo frente a mi casa, y un segundo más tarde, una bocina sonó. Eché un vistazo rápido hacia fuera desde la ventana para ver el coche de Sam estacionado allí.
Ya habíamos acordado que no debía tocar para mí, porque yo le había dicho a él como era mi papá. Después de un rápido grito diciendo adiós a mis padres, me fui por la puerta de frente con mi bolso de viaje.
Me quedaría en lo de Amy después de la fiesta de esta noche porque sus padres eran mucho más indulgentes con los toques de queda que los míos.
Salté al coche con entusiasmo. Yo no había estado en una fiesta en años, la última fue en realidad a una de los amigos de Louis a la cual el me llevó. Sam me sonrió mientras me metía en el coche, mirándome de pies a cabeza de manera muy obvia.
—¿He pasado la inspección o debería cambiarme? —le pregunté sarcásticamente. No me había arreglado demasiado esta noche, pero estaba satisfecha con el resultado. Tenía pantalones apretados negros recortados apenas por debajo de la rodilla, un mortal par de zapatos de tacón negros y un suéter color oro brillante que colgaba de la parte superior de los hombros y haciendo juego un top por debajo. Amy me había ayudado a elegirlo hoy mientras estábamos de compras.
Me sonrió.
—Definitivamente pasas. ¿Qué hay acerca de mí? Supongo que también paso, demonios, yo siempre paso.
Suspiré y levanté los ojos.
—No necesitas mis comentarios para construir tu ya elevado ego así que voy a estar tranquila. —Le saqué la lengua. Se rió, dirigiéndose en dirección a la casa de Amy, como le había dicho —Louis definitivamente no va, ¿cierto? —le pregunté preocupadamente, mientras nos estacionábamos en la calle de Amy.
—Definitivamente, te lo prometo. —Asintió con la cabeza, mirándome seriamente, él sabía que iba a estar enojada con él si estaba mintiendo, así que no creo que me hiciera eso.
Sonreí agradecida y él estacionó fuera de la casa de Amy tocando la bocina.
Ella salió de la casa con un falda vaquera y top negro, su cabello todo muy bien estirado.
Sonreí. Estaba realmente bonita y tendría los chicos peleando por ella esta noche.
Yo siempre había secretamente deseado parecerme a ella.
Su pelo estaba siempre liso, incluso cuando se despertaba por la mañana, y el color del mismo era hermoso —a diferencia de mi pelo sucio, pajoso y del color que parecía tener una mente propia.
Sam silbó apreciativamente mientras ella se dirigía al coche. Le di una palmada en el estómago, mirándole.
—Si haces un movimiento hacia mi mejor amiga esta noche, Sam Tomlinson, te juro que nunca te hablaré otra vez, y no estoy siendo melodramática —prometí.
Él hizo un mohín. —Es mayorcita, puede cuidar de sí misma —se quejó.
—Lo digo en serio. Hazlo si quieres, pero no esperes volver a verme de nuevo. Tomaré el lado de mi amiga, y como su mejor amiga, voy a tener que tomar parte en la tortura del muñeco Sam de vudú —le advertí, tratando de no sonreír cuando se echó a reír.
—Bien, supongo que tienes razón. No voy a hacer ningún intento de anotar esta noche —confirmó un tanto a regañadientes mientras observaba cada movimiento mientras Amy se deslizó en el asiento trasero del coche.
Le sonreí agradecida antes de volver a Amy. Estaba prácticamente saltando en su asiento con entusiasmo y en realidad me hizo estar más entusiasmada también.
Miré nerviosamente a Sam mientras entramos en la casa llena. La fiesta estaba ya loca, incluso a pesar de que sólo eran las nueve. La gente estaba borracha, tambaleándose, hablando animadamente.
Sinceramente, no sabía dónde mirar, porque parecía que cada pared tenía a alguien follando contra ella.
Amy chilló y me apretó la mano con fuerza.
—¡Esto va a ser impresionante! —gritó.
Sam sonrió y tiró su brazo alrededor de su hombro.
—Te voy a mostrar cómo las niñas pasan un buen momento.
Le guiñó un ojo y la guió hacia la cocina mientras yo los seguía detrás, rogando que él mantuviera su promesa y no golpearía a mi mejor amigo esta noche. Ella no necesitaba un jugador como él tirándosele encima —por no mencionar el hecho de que era el hermano de Louis.
Cuando entré en la cocina, vi a una pareja de chicos que yo había conocido antes, un par de amigos de Louis.
Jack me sonrió con curiosidad mientras caminábamos. Sus ojos se posaron en Sam discutiblemente antes de volver a mí.
—Hola, Chloe, ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó.
—Ella está conmigo —dijo Sam, tomando tres Smirnoff Ices y pasando uno para mí y Amy.
Jack levantó una ceja.
—¿En serio?
—No conmigo, conmigo, me acompaña esta noche. Es la chica de Louis —aclaró Sam, haciendo comillas en el aire en la parte de «conmigo». Asintió a Amy—. Ésta es la amiga de Chloe, Amy.
¿La chica de Louis? ¿Qué diablos significa eso? Le fruncí el ceño a Sam mientras bebía la mitad de mi bebida.
Estaba planeando emborracharme esta noche, ojalá pudiera incluso vomitar en el coche de camino a casa por esa pequeña puya sobre Louis.
—¿Dónde está Louis esta noche? —preguntó Amy.
¡¡Whoa!! ¿Por qué demonios pregunta por eso? Tal vez espera encontrarse con él o algo, así puede patear su culo por hacerme daño. La miré confundida, tomé un poco más de mi bebida. Esperaba que esta conversación sobre Louis terminara pronto y eso fuera el final de ello. Lo mejor es sacar todo de una sola vez y luego podríamos disfrutar de la noche.
Jack se encogió de hombros.
—Está trabajando en el club.
Volví mis ojos hacia él, confundida.
—Pensé que ya no trabajaba allí —¿Por qué estaría aún trabajando allí si era un maestro ahora? Yo sabía que todavía trabajaba en la pista de esquí, seguramente no estaba soportando tres trabajos.
Jack me miró con complicidad.
—Está trabajando allí cada fin de semana para el próximo mes; para pagar las entradas para los conciertos que tenía.
Me atraganté con mi bebida y casi lo escupí por todas partes, Amy corrió y me dio unas palmaditas en la espalda mientras yo trataba de recuperar el aliento. ¿Louis está trabajando allí para pagar las entradas para mí? ¡Dijo que él no tenía que pagar por ellos! ¿Por qué demonios iba a renunciar a cuatro fines de semana sólo para comprarme unas entradas al concierto? Eso es una estupidez. Increíblemente dulce, pero estúpido.
Sam me sonrió y me miró curiosamente, tratando de arrastrar la verdad de sus ojos.
Debían de ser entradas para algún otro concierto que Louis tenía.
Él no renunciaría a todo un mes sin fin de semanas por mí, ¿verdad? Sam se encogió de hombros y bebió un poco de su bebida, obviamente, no va a decir nada acerca de eso ahora, sólo tenía que atraparlo más tarde, cuando estuviese borracho o algo así.
—Bailemos entonces, chicas. —Sam sonrió, agarrando la mano de Amy y tirando de ella en el salón donde ya había un montón de gente bailando.
Suspiré y tragué el resto de mi bebida, y tomé otra, antes de seguirlos.
Dos horas más tarde, estaba ya pérdida. Me incliné pesadamente contra la pared mientras me reía incontrolablemente de algo que Jack había dicho. Amy sonrió y soltó una risita también. Su brazo estaba envuelto alrededor de Sam mientras cantaban la canción en voz alta. Yo ya había tenido demasiado con la bebida, pero eso no me impidió agarrar otro trago de vodka y ahogarme en él. Se suponía que Sam iba a conducir esta noche, pero él había decidido que quería beber, así que aparentemente ahora íbamos a tomar un taxi a casa de Amy.
Jack sacó su móvil del bolsillo y rodeó con su brazo mi cintura, sosteniéndome mientras yo tambaleaba.
Me aleje de él, bailando con Amy. Podía oír a Jack hablando en el teléfono, pero no tenía ni idea de con quién hablaba.
—Hola, soy yo. Sí, tu chica está un poco perdida. No. No Sam está demasiado destrozado y ella va a necesitar un aventón a casa antes de que vomite todo mi suelo. Sí, la voy vigilar. ¿Vienes ahora? Bueno, sí, ya veo.
Me miró con curiosidad mientras hablaba.
Fruncí el ceño, moviendo los ojos alrededor de la habitación, en busca de una chica borracha por la que él estuviera preocupado de que vomitara en su suelo. Pero para ser honesta, chicas borrachas hay en todas partes, por lo que podrían haber sido cualquiera de ellas.
Amy me agarró la mano tirando de mí un poco, para bailar un poco más. Yo tenía una noche impresionante y estaba contentísima de haberme escapado de Olly esta noche. Después de otro par de copas, Amy se apoderó de mi brazo con fuerza. Sus uñas se clavaron en mi carne haciéndome reír del dolor punzante que probablemente sentiría estando sobria.
—¿Qué? —Me reí ante sus ojos tan abiertos.
—¡Nunca adivinaras quien está entrando! —exclamó con entusiasmo.
—Er, ¿Brad Pitt? —ofrecí, riendo, sacudió con la cabeza alegremente—. ¿Channing Tatum? —adiviné de nuevo. Oh Dios, ¡me moriría si Channing entrara aquí!
Moví los ojos hacia la puerta con entusiasmo pensando que debía de ser alguien guapísimo... y así era.
En la puerta, se encontraba Louis luciendo increíble en pantalones negros y su camiseta negra del club con el logotipo rojo en su pecho.
Mi corazón se hundió. Se suponía que no estaría aquí esta noche. Sam me había prometido que no iba a venir, es la única razón por la que acepté venir.
—¡Pero qué mierda! ¿Me estás haciendo una maldita broma? ¿Qué diablos está haciendo aquí? —exclamé con enojo. Miré a Sam—. ¡Me lo prometiste! — acusé, frunciendo el ceño.
Se encogió de hombros mirándome inocentemente mientras Louis se acercó al grupo donde estábamos parados.
Le di la espalda no queriendo hablar con él.
Sólo quería una noche sin pensar en él y tenía que entrar tan fresco y arruinarlo.
—Hola —saludó cuando se detuvo a mi lado.
—Louis, ¿cómo estás? —preguntó Jack, dándole un abrazo masculino. Susurraban algo, pero ni siquiera traté de escuchar, no estaba interesada en cualquier cosa que él tuviera que decir esta noche.
Se apartó y nos sonrió a Amy y a mí, preocupado.
—¿No son vosotras, demasiado jóvenes para estar bebidas en una fiesta? —bromeó.
Amy se rió y agarró mi brazo con más fuerza ya que prácticamente babeaba sobre él.
—No estamos borrachas —protestó, sacudiendo la cabeza y derramando un poco de su bebida en la camisa.
Ah, sí vaya forma para probar un punto, Amy. Derrama tu bebida. ¡Buen comienzo!
—No es que sea asunto tuyo de todos modos —añadí en voz baja. Bueno, pensé que fue baja, de todos modos, pero estuve bastante segura de que él lo escuchó debido a que su mandíbula se tensó un poco y encorvó sus hombros ligeramente.
Me miró fijamente, sus hermosos ojos grises clavados en los míos y capturándome en su intensa contemplación. Me encontré tratando de recordar cómo respirar, literalmente, no podía apartar la mirada de él.
¡Mantén el control sobre ti misma, Chloe, y deja de mirarlo de ese modo! Pero luce tan condenadamente caliente esta noche. Su camiseta ajustada y daba a entender precisamente a la perfección lo que yo sabía que había debajo. Tenía ganas de correr mi lengua por sus abdominales y morder el borde de la mandíbula, así él tendría que gemir mi nombre. ¡Maldita sea, deja de mirar, Chloe! Aparté mis ojos de él y me giré hacia Amy, que lo miraba como si quisiera comérselo justo ahora.
Ella se acercó a mí, inclinándose cerca para poder susurrar cómplice.
—Se ve incluso más caliente fuera de la escuela —dijo entre dientes un poco demasiado ruidoso en mi oído.
—¿En serio? No me había dado cuenta. —Me encogí de hombros casualmente, ignorando su expresión incrédula. ¡Sí, ella no lo cree, más de lo que yo lo creo! ¡Wow, soy muy mala en mentir, necesito practicar un poco más!
—Oh, te has dado cuenta —bromeó, sonriéndome a sabiendas.
Sam dio un paso adelante y sonrió.
—Entonces, ¿qué haces tú aquí? —preguntó a Louis, ofreciéndole su trago.
Los ojos de Louis se posaron en mí por un segundo y levanté la mirada con exasperación. ¿Él es con quien Jack hablaba? ¿Llamó a Louis para decirle que estaba perdida y que necesitaba venir a cuidar de mí? Le di a Jack una mirada sucia y obtuve una sonrisa a cambio; quería golpearlo la cara por interferir.
—Acabo de terminar temprano eso es todo. Pensé en abandonar. —Louis se encogió de hombros mirando a su hermano un poco molesto—. Pensé que ibas a conducir esta noche, Sam.
Él asintió con la botella de cerveza en la mano.
Sam se encogió de hombros con facilidad, obviamente, no captando el tono gélido en la voz de Louis.
—Sí, pero luego decidimos que podíamos compartir un taxi. No es gran cosa.
—Es una gran cosa si se supone que debes estar al cuidado de dos chicas menores de edad, borrachas —respondió Louis sonriendo, con una sonrisa falsa, aunque su voz era dura y sonaba molesto.
No pude escuchar más esto. Había arruinado mi noche, no necesitaba que viniera aquí y empezara algo con Sam, estábamos bien sin él aquí. Jack no tenía derecho a llamarlo.
—Louis, sólo déjalo en paz por amor de Dios. Ve a buscar una copa y relájate —ordené, tratando de no sonar severa, pero perdí algo de autoridad cuando me dio hipo en medio de la frase.
—No quiero un trago. Tal vez debería llevaros a las dos a casa. —Asintió hacia Amy, pero sus ojos nunca dejaron los míos.
Crucé los brazos sobre el pecho y lo miré.
Ni siquiera se inmutó, sólo me miró claramente molesto.
—No estoy lista para irme aún —dije con confianza.
Suspiró y asintió.
—Está bien, voy a esperar hasta que lo estés. Tal vez deberías dejar de beber ahora, sin embargo.
En realidad se veía muy cansado, y me sentí un poco culpable. Probablemente sólo quería ir a casa a dormir o algo. Trabajó sábados por la tarde en la estación de esquí y había tenido que ir a trabajar en el club esta noche también. Mi corazón palpitaba al pensar en él trabajando en el club de nuevo para pagar para el concierto las entradas. Eso me recuerda... no le he preguntado a Sam acerca de ello todavía. Tal vez podría preguntar a Louis al respecto. ¿Aunque me dirá la verdad? ¿Qué diablos de razones iba a llegar a explicar por qué hacía eso por mí? Renunciar a su tiempo así sólo para que Amy y yo podamos ir a un concierto. Maldito chico dulce.
Pero ese maldito chico dulce fruncía el ceño ante el trago que yo tenía en la mano como si fuera veneno o algo. Claramente lo desaprobaba por la expresión de su cara. Él no parecía recordarme bebiendo cuando me trajo a una fiesta justo como ésta, cuando estábamos saliendo, pero era en el momento que pensaba que yo tenía la edad suficiente para beber.
Fruncí el ceño y levanté mi vaso brindando mientras bebía el contenido. Al instante, deseé no haberlo hecho.
Sólo trataba de probar un punto y ganar una pequeña batalla, pero no era una gran bebedora y ya tenía más que suficiente para hacerme enfermar por la mañana. Louis se echó a reír y sacudió la cabeza cuando hice una mueca y escrutó mi cara probablemente en busca de un idiota o algo así. Fruncí el ceño y tragué un par de veces mientras sólo me miró con una gran sonrisa en su rostro. De repente, me encontré a mí misma sonriendo también porque era una de sus sonrisas cálidas y no una arrogante.
—Buen intento ir a por él «en tú cara» ese tipo de cosas, pero el alcohol como que arruinó el efecto que buscaba.
Louis bromeó, sonriéndome.
Me reí y sacudí la cabeza, dándole una palmada en el hombro juguetonamente.
—Si bien valía la pena intentarlo —bromeé, sacándole mi lengua.
Amy tomó mi mano y me volví en su dirección para verla mirando de mí hacia Louis y nuevamente volver a mirar. Tenía una expresión de desconcierto en su cara.
—¿Qué pasa? —le pregunté preocupada.
—¿Qué pasa contigo? —respondió mirándome como si estuviera loca. De repente me di cuenta de que sólo había tenido toda una conversación con Louis de como yo lo conocía y se suponía que debía ser nada más que un maestro.
¡Oh no, incluso lo llamé Louis justo en frente de ella!
—Er, nada... eh, ¿quieres bailar un poco más? —le pregunté nerviosamente.
Asintió con la cabeza sin dejar de mirar de mí a Louis como si estuviera tratando de resolver uno de sus estúpidos problemas de matemáticas. La seguí hasta el centro de la habitación donde la gente bailaba.
Ella frunció el ceño, tirando de mí más cerca, así que no tenía que gritar sobre la música.
—¿Qué diablos fue eso? ¿Estabais coqueteando? ¿Y cómo sabes su nombre? ¡Yo no sabía su primer nombre! —Frunció el ceño, mirándome cuestionablemente.
Me encogí de hombros y traté desesperadamente de mantener mi cara neutral.
—Jack lo llamó Louis; yo no lo sabía hasta entonces. Y no, no coqueteaba —mentí, agitando mi mano con desdén y rezando que me creyera y lo dejara pasar. Quería a mi mejor amiga a muerte, pero no quería que ella supiera acerca de Louis. No quería que él corriera ningún riesgo de estar en problemas por lo que hicimos, nada de eso era su culpa, y aunque me dolía más ahora, en el momento en que ocurrió, valió la pena. El tiempo que yo había tenido con él en realidad bien vale la pena cualquier dolor o angustia que sentía ahora que no estábamos juntos. No cambiaría nada.
En realidad eso era una mentira, tal vez protegería mi corazón de él un poco más, pero nunca me arrepentiría de haber pasado tiempo con él.
Amy asintió, todavía mirando pensativo.
—O.M.G, ¡Me encanta esta canción! —exclamó de pronto, bailando con una canción que nunca había oído antes. Era una especie de la danza beat que le encantaba, pero no era realmente lo mío.
Por lo menos, nos salimos del tema de Louis por un momento.
Después de un par de canciones, ya tenía suficiente.
Mis pies estaban lastimados en mis zapatos. Si no hubiera tenido tal cantidad de alcohol, probablemente estaría llorando por el dolor, pero la bebida adormecía un poco, gracias a Dios.
De la nada un chico de sórdido aspecto y pelo grasiento se acercó a nosotras y sonrió.
—Bueno, hola, chicas, ¿puedo bailar también? —ronroneó, rastrillando sus ojos sobre nosotras lentamente.
—En realidad necesito ir al baño —dijo Amy disculpándose. Me miró y asintió hacia la parte de atrás de la casa donde estaba el baño. Abrí la boca para ponerme de acuerdo para ir con ella y decirle al tipo que no podía bailar con él, pero Louis se presentó a mi lado.
—Ellas están conmigo —dijo, mirando al tipo en advertencia.
Whoa, ¿de qué se trata ese tono? Se veía muy molesto cuando se acercó a mí, bueno en realidad, medio se puso delante de mí para ser exactos.
El hombre levantó las manos inocentemente.
—Tranquilo, amigo. No me di cuenta. No ha pasado nada. —Se giró y alejó y yo estuve un poco más que enojada al respecto. ¿Cuál diablos es el problema de Louis siendo posesivo de esa manera? Yo no estaba con él, así que podría hacer lo que demonios quisiera y él no iba a decirme qué hacer.
Me volví para mirar a Louis.
—¿Cuál demonios es tu problema? —le pregunté con enojo. Alzó los ojos y me miró un poco aburrido.
—Él es demasiado viejo para ti y no deberías bailar con los chicos que no conoces. —Cruzó sus brazos sobre su pecho defensivamente.
¡Oh dios, es tan malditamente molesto a veces!
—Louis, en serio, ¿has olvidado la conversación que tuvimos anoche en el coche en la que dijiste que estaba mal para la gente decirle a otros qué hacer? ¿O es que sólo funciona cuando te conviene? —le pregunté sarcásticamente. Se rió sin humor.
—Esta situación es una poco diferente, Chloe, estoy haciendo esto por tu seguridad. No conoces a ese tipo, no conozco a ese tipo, él podría ser cualquiera. Así que vuelvo a decir, es demasiado viejo para ti. Además, ¿has visto la forma en que te miraba?
—Por amor de Dios, Louis, solo déjame en paz. Voy a bailar con cualquiera, con quien diablos yo quiera, ¿vale? —refunfuñé mientras me abría paso entre la multitud en la dirección de donde ese hombre se fue, haciendo caso omiso de Amy que miraba con la boca abierta en shock.
Decidí bailar con ese tipo sólo para fastidiar a Louis y mostrar que no podía darme órdenes. ¡Podría definitivamente echar eso en su cara mejor que tirarle ese trago antes!
Vi el chico apoyado contra la pared explorando la habitación. Sonreí y él sonrió.
—¿Te libraste de tu guardián? —preguntó cuando me detuve a su lado.
—No es mi guardián, es mi maldito maestro —murmuré. La ira ardía todavía en mi sistema, diciéndome qué hacer. El tipo se rió y me miró como si estuviera bromeando, pero no estaba de humor para jugar.
No quería bailar con este tipo, pero sabía que Louis estaría viendo, así que tenía algo que demostrar.
—¿Vamos a bailar o qué? —le pregunté.
Asintió con la cabeza y me sonrió. Tirándome un poco más cerca de él, al instante me arrepentí de estar haciendo esto. Realmente, no quería estar en cualquier lugar cerca de este tipo. Probablemente estaba en sus veintitantos años y Louis tenía razón, me miraba como si yo fuera un pedazo de carne o algo así.
Bueno, ya es demasiado tarde, un baile debe mostrar voluntad de no darme órdenes otra vez.
Permanecí a propósito a una distancia segura y no me dejé llevar realmente y bailar bien; lo que fue sólo para beneficio de Louis después de todo. La canción casi había terminado.
Le sonreí agradecida. Tenía que ir a sentarme, tomar mis zapatos y frotar mis pies. Cuando la canción finalmente terminó, sonreí; una pequeña sonrisa satisfecha sabiendo que había ganado por una vez.
¡Toma eso, Louis!
El hombre se alejó un poco, sonriendo.
—¿Quieres un trago? —preguntó, tomando una copa y pasándomela a mí.
Me encogí de hombros y bebí la copa de lo que pensaba era jugo, pero tenía alcohol quemándome también, así que tal vez hubo un poco de vodka también.
—Gracias —mascullé.
—Así que, tu chico sigue mirando. ¿Quieres bailar otra vez? —preguntó, pasando la mano por mi brazo.
Con un estremecimiento, alejé mi brazo de él, en realidad no me gustaba que me tocara. Hmm, puedo bailar otra vez, supongo, me pregunto ¿cuánto tiempo tendría que bailar con este tipo antes de que Louis se acercara y me dijera que nos íbamos? Probablemente tenía aproximadamente otros dos bailes antes, supuse que lo haría venir y poner un alto y exigir que vayamos a casa.
—Está bien, claro. —Asentí. A medida que la canción avanzaba, sentía mi cabeza un poco mareada.
Definitivamente había bebido demasiado y mis ojos estaban un poco pesados. El hombre sonrió y se acercó más a mí, poniendo su mano en la parte baja de mi espalda.
Después de unos cinco minutos, me sentí muy mal. Era la bebida que había tomado, de repente, o algo así. Todo mi cuerpo se sentía pesado, y yo estaba tan malditamente cansada que lo único que quería hacer era sentarme.
Mi cabeza cayó hacia delante sobre el pecho del chico mientras yo luchaba para seguir bailando. Mi energía se acababa rápido. Necesito un poco de aire fresco o algo para limpiar mi cabeza.
Me empujé de vuelta lejos de él tambaleándome.
—Necesito sentarme, ir fuera o algo así. No me siento bien —murmuré, pero mi voz apenas funcionaba y ni siquiera estaba segura de si lo había dicho en voz alta.
—Está bien, ven conmigo, conozco un camino de regreso. Podemos sentarnos fuera por un rato hasta que te sientas mejor. —Tomó mi mano y de inmediato comenzó a tirar de mí a través de la multitud, en dirección a la parte trasera de la casa. Seguí débilmente detrás de él, y abrió una puerta, dándome paso.
Me detuve y fruncí el ceño.
¡Esto no es afuera! Es un dormitorio. ¿Eh?
—¿Qué? —Mi cabeza daba vueltas, haciéndome sentir un poco enferma.
El hombre sonrió y tiró de mi mano, haciéndome pasar a la cama.
—¿Por qué no te recuestas por un momento? Te sentirás mejor pronto —arrulló. Me senté en la cama y tomé mi cabeza que sentía dando vueltas, en mis manos, obligándome a no vomitar.
Hacía presión sobre mi hombro mientras me guiaba a recostarme de nuevo.
Todo mi cuerpo se sentía débil por lo que no habría sido capaz de pelear con él, incluso si quisiera. Me tumbé sobre mi espalda.
Espero que mi cabeza dejé de girar en un minuto y entonces yo podría ir a buscar a Louis y pedirle que me llevara a casa o algo. Wow, espero no estar enferma en su coche.
Fui sacada de mis pensamientos de Louis cuando sentí algo en mi cuello. ¿Qué es eso? Forcé mis pesados párpados abiertos a ver al chico flotando por encima de mí. El tipo besaba mi cuello mientras sus manos levantaban mi camisa. Gemí aturdida y traté de empujarlo, pero yo apenas podía levantar los brazos.
Se sentían como si fueran tonelada, pesados o algo así.
Oh Dios, ¿por qué no están funcionando correctamente mis manos? ¿Qué está haciendo?
—Basta, no quiero hacerlo —dije arrastrando las palabras, pero mi voz era apenas un susurro.
Se apartó y me sonrió con malicia.
—Oh, vamos, lo vas disfrutar. —Sus ojos se pasearon por mi cuerpo lentamente poniéndoseme la piel de gallina.
Sacudí la cabeza y traté de empujar hacia arriba usando los codos, pero me sentía tan malditamente pesada que nada realmente sucedió. Mientras movía mi cabeza de repente me sentí mareada y aturdida.
El hombre se echó a reír y me empujó hacia abajo sobre la cama, con la mano relajada sobre mi pierna y la otra cubriendo mi trasero mientras apretaba sus labios contra los míos.
Oh mi Dios, ¿estoy a punto de ser violada? ¿Por qué demonios está él encima de mí, y por qué no me siento bien? Mi cuerpo entero se sentía pesado, pero liviano al mismo tiempo.
Mi corazón latía tan rápido en mi pecho que golpeaba en mis oídos. Estaba literalmente tiesa.
Gemí y traté de mover mi cabeza pero me sentía tan cansada que mis movimientos eran apenas aún reconocibles. Cada vez que parpadeaba, mis párpados se volvían más pesados y más difíciles de abrir. Yo luchaba una batalla perdida. La oscuridad lo tomaba todo y sabía que tenía que dormir, no había nada que podría hacer. Ni siquiera tenía fuerzas para gritar ni llorar.
Chiara:
Es lo único que les puedo dar. Ya llegó mi hermana y NADIE de mi familia debe saber que hago adaptaciones. NADIE.
1DemiLovaCB
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
NO, NO, NO.
NO PUEDES DEJARLA ASÍ.
Dios, odio que me dejen con la intriga, en serio xD
Buah, NECESITO que subas ya. Quiero saber que pasa. Seguro que aparece Louis. *-*
Sube D:
NO PUEDES DEJARLA ASÍ.
Dios, odio que me dejen con la intriga, en serio xD
Buah, NECESITO que subas ya. Quiero saber que pasa. Seguro que aparece Louis. *-*
Sube D:
Mslistie
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
Mslistie escribió:NO, NO, NO.
NO PUEDES DEJARLA ASÍ.
Dios, odio que me dejen con la intriga, en serio xD
Buah, NECESITO que subas ya. Quiero saber que pasa. Seguro que aparece Louis. *-*
Sube D:
psíquica!
1DemiLovaCB
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
Capitulo 19
Justo cuando estaba a punto de caer en la oscuridad, el peso del tipo se quitó de encima de mí. Escuché un estruendo y el sonido de una riña. Me forcé a abrir los ojos que me escocían; volví mi cabeza hacia el sonido en el momento de ver a Louis golpear al tipo contra la pared.
Él retiró su brazo y le dio un puñetazo en el rostro ya sangriento.
¡Louis está aquí! Mi corazón tartamudeó en mi pecho. El pánico retrocedió. Sonreí débilmente, intentando desesperadamente mantener mis ojos abiertos. Traté de darme la vuelta para poder levantarme a gatas, pero me faltaba tanto la coordinación que casi rodé fuera de la cama. Louis lanzó al tipo al suelo, gritando blasfemias mientras que lo pateaba en el estómago y pecho. Su rostro era la imagen de la rabia. Realmente me sentí un poco asustada por el tipo en el suelo que cubría su cabeza con sus brazos y trataba de enroscarse como una pelota.
Alguien más corrió dentro del cuarto y agarró a Louis, retirándole del tipo en el suelo. Louis todavía se azotaba violentamente, tratando de liberarse de los brazos que le retenían. Su cara con enojo asesino.
Entrecerré los ojos a través de la confusión y me percaté de que era Jack quien le sostenía. Él decía algo en el oído de Louis, sosteniéndole fuertemente. La cabeza de Louis se giró bruscamente en mi dirección y su rostro se suavizó al instante. Asintió y se calmó inmediatamente. Jack le dejó ir y Louis corrió a mi lado, agarrándome por los hombros y levantándome para sentarme mientras él envolvía sus brazos alrededor de mí.
—¿Mierda, Chloe, estás bien? Él ha… —Se fue apagando, mirándome horrorizado.
Sepulté mi cara en el lado de su cuello y aspiré su delicioso aroma mientras agarraba la parte frontal de su camiseta. No podía detener las lágrimas silenciosas que caían por mi rostro. Fui casi violada y él me salvó. Estuvo tan cerca. Si él hubiera llegado sólo unos minutos después habría sido demasiado tarde.
Los brazos de Louis se apretaron alrededor de mí mientras me acariciaba la espalda, meciéndome dulcemente. Forcé uno de mis pesados brazos alrededor de su cuello, aunque hacerlo costara casi toda mi fuerza. Me agarré a él tan fuerte como pude mientras me atraía a su regazo, murmurando palabras tranquilizantes de que estaba allí y que yo estaba a salvo. Podía escucharle hablándole a Jack, pero parecía estar lejos o algo así en vez de pegado a mí.
—¿Tengo que llevarla al hospital? ¿O qué debería hacer? —preguntó Louis, pareciendo casi desesperado.
—No, encontré un paquete de Ambien en su bolsillo. Es un sedante. Si le ha dado eso entonces sólo tienes que dejarla dormir. El hospital no haría nada y si ella fuera a tener una reacción ya la habría tenido. Sólo acuéstala —contestó Jack. Yo sabía por conversaciones anteriores con él que Jack era un doctor residente en el hospital, así que sabía de lo que hablaba. Louis obviamente confió en su opinión.
Sus brazos se apretaron alrededor de mí.
—Chloe, te voy a llevar a casa, ¿vale? ¿Puedes oírme? —preguntó mientras me cambiaba de sitio en sus brazos.
Asentí, pero no me molesté en abrir los ojos. Apreté mi brazo en su cuello mientras era zarandeada.
Entreabrí los ojos, que se estremecieron con la luz del cuarto, para ver que él estaba de pie y cargándome. Se pavoneó sin esfuerzo fuera del cuarto, dirigiéndose por el salón, pasando entre la gente mientras murmuraba perdón aquí y allá. La fiesta aún continuaba, inconsciente de lo que casi me había pasado. Un llanto a mi derecha agarró mi atención.
Eché un vistazo para ver que Amy iba trastabillando detrás de nosotros, llorando sin control. Traté de sonreír de modo tranquilizador, pero estaba demasiado cansada. El aire fresco arremetió contra mi cara haciéndome gemir y apretarme más contra Louis cuando se me puso la carne de gallina.
—Entra en el asiento trasero, Amy; la acostaré contigo así podrás cuidarla. Mierda, sus padres van a volverse locos —masculló Louis. Me estremecí al pensar en mis padres. No puedo ir a casa así, ¡nunca me permitirán salir otra vez hasta el día que muera!
—No quiero irme a casa, no me hagas ir a casa —grazné contra el cuello de Louis, agarrando mi mano en su pelo mientras me movía y acostaba mi cabeza en algo suave. No moví la mano, no dejando así que se retirara—. Por favor, Louis, mis padres me matarán. —Le rogué con los ojos.
Suspiró y buscó detrás de él, tirando de mi mano de su cabello sin esfuerzo. Frunció el ceño y pareció que estuviera tratando de decidir algo antes de gruñir y asentir.
—¿Qué tal si te llevo a la mía? —ofreció, mirando de mí hacia Amy. Giré la cabeza mirando a Amy y me di cuenta de que tenía la cabeza en su regazo.
—Pero se supone que ella se queda en mi casa esta noche. —Amy sacudió la cabeza con tristeza, obviamente sabiendo que ambas estábamos en serios problemas por esto.
Louis se enderezó y asintió.
—Podéis quedaros las dos en la mía. Envía un mensaje a tus padres y diles que habéis decidido eso en vez de quedaros en casa de Chloe —ordenó Louis mientras movía mis piernas suavemente y después volvía a alejarse, cerrando la puerta del coche de un portazo.
Amy sonrió débilmente y sacó su móvil.
La miré como disculpándome, pero ella sólo sonrió y me acarició la cara suavemente.
—Ahora ya ha pasado todo, Chloe. No te preocupes, Louis lo tiene bajo control —susurró.
Le sonreí y cerré los ojos. Sabía que tenía razón, Louis lo tenía todo bajo control y sólo estar aquí con él hacía que todo estuviese bien. No necesitaba preocuparme por nada cuando estaba cerca de mí.
Vagamente fui consciente de ser movida de nuevo, esta vez no tuve ni siquiera fuerzas para aferrarme a él mientras me llevaba a Dios sabe dónde. Sentí que me colocaba en algo suave y agarré su camisa débilmente, no dejándole alejarse de mí.
—¿Dónde estamos? —murmuré, forzándome a abrir los ojos, pero la habitación estaba bastante oscura, así que no pude hacer nada.
—Estás en mi casa. Ahora todo está bien. Amy va a dormir contigo y yo dormiré en el sofá. ¿Necesitas algo? —preguntó, acomodando suavemente el pelo de mi rostro.
Sus dedos dejaron un rastro ardiente a lo largo de mi mejilla.
—Necesito que te quedes conmigo. —Lo arrastré más cerca de mí mientras me acurrucaba más en la cama.
Debería haber adivinado dónde estaba, su olor en todo a mi alrededor me hacía sentir segura y contenida.
—No puedo, Chloe —susurró, sacudiendo lentamente la cabeza mientras sus ojos se movían detrás de mí.
Sentí que me hundía en la cama mientras Amy se colocaba al otro lado.
Agarré a Louis, apreté su camisa, lo necesitaba a mi lado esa noche. No quería que se fuera.
—¿Por favor? —rogué, tratando de no llorar.
Él suspiró y asintió.
—Me quedaré hasta que te duermas. —Se sentó en el suelo junto a la cama y me tomó de la mano, trazando círculos en la parte de atrás con el pulgar. Le sonreí agradecida y él sonrió con ternura, mientras su otra mano acariciaba mi pelo en voz baja—. Duérmete —susurró. Asentí con la cabeza y cerré los ojos de nuevo, agarrando su mano como un bien preciado para mi vida, temerosa de dejarlo ir, porque yo sabía que él se levantaría y partiría.
Después de unos minutos de silencio, sentí su mano dejar la mía. Traté de abrir los ojos, pero no pude.
Ahora necesitaba dormir y no podía luchar más.
—Tú eres Louis, ¿no? El Louis de Chloe. —Oí decir a Amy detrás de mí.
—Sí —respondió Louis. Algo suave presionó contra la parte superior de mi cabeza. ¿Eran sus labios? ¿Acaba de besar la parte superior de mi cabeza? Sonreí, pero no importaba lo mucho que lo intentara, no podía abrir los ojos.
—Hablaremos de eso por la mañana. Duerme un poco, Amy —murmuró. Oí abrirse y cerrarse la puerta, pero no pude recordar nada más.
:wut: :lloro: LAS DETESTO CREÍ QUE PODÍA SEGUIR ESTE LIBRO DESPUÉS DE LEERLO PERO ESTE MALDITO LIBRO SIGUE TENIENDO EL MISMO EFECTO EN MI BRB CRYING
1DemiLovaCB
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
OH DIOS MIO. QUIERO UN LOUIS EN MI VIDA. *-* ¿Puede ser más adorable? aklsnakljndkjadnjalkdnak. Dios, no tardes en subir. Quiero seguir leyendo D:
Es tna ajksnakjnsasj, quiero saber que pasará ahora que Amy sabe todo. e.e
Es tna ajksnakjnsasj, quiero saber que pasará ahora que Amy sabe todo. e.e
Mslistie
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
Capitulo 20
Por la mañana comencé a desperezarme despacio. Había luchado desesperadamente por mantener los últimos momentos del sueño, porque en mi sueño, estaba rodeada por un hermoso aroma. No quise abrir mis ojos y despertar de este increíble sueño. Me sentía tan contenta y feliz que no quise que esto se terminara nunca. Ignoré las palpitaciones en mi cabeza y sólo me concentré en la esencia que únicamente podría ser de un hombre, por el cual yo estaba loca, el que necesitaba en mi vida. Sólo Louis, claro y simple.
Mi mente comenzaba a despertar aunque no quisiera y suspiré profundamente, apretando mis ojos cerrados, pidiendo silenciosamente en mi cabeza más sueño. Después de un par de minutos abrí los ojos para ver números rojos destellar en un reloj despertador, en vez del verde habitual. ¿Qué demonios? Me levanté un poco y gemí cuando el cuarto giró haciendo que mi estómago se revolviera.
Las palpitaciones en mi cabeza se hicieron más fuertes cuando eché un vistazo alrededor del familiar cuarto, un cuarto en el cual nunca esperé despertarme otra vez en mi vida.
¿Espera, todavía estoy soñando?
Algo se movió detrás de mí en la cama. Ahogué un grito mientras giré mi cabeza, esperando ver a Louis.
Tal vez las dos últimas semanas habían sido un sueño horrible. Tal vez él no era mi profesor y todo esto era sólo una pesadilla enfermiza de la cual él se reirá cuando se la cuente.
Sin embargo, mis pensamientos fueron aplastados cuando vi a la persona que estaba allí. En vez de estar Louis, dormida en posición fetal, estaba Amy. Sentí una avalancha de desilusión y tragué el nudo de mi garganta. Ella todavía estaba profundamente dormida. Su maquillaje se había corrido bajo sus ojos haciéndola parecer un panda. Me reí silenciosamente. Me senté despacio, aferrándome al borde del colchón, queriendo saber si me sentía mareada. Definitivamente tenía que salir de la cama porque acostada me estaba sintiendo peor.
¿Por qué demonios estoy en el apartamento de Louis con Amy? La última cosa que recordaba era ir a la fiesta con Sam, luego Louis llegó y tuvimos una pequeña discusión entonces eso fue todo. A partir ahí mi memoria estaba un poco confusa. Balanceé mis piernas lejos de la cama y tentativamente me levanté.
Tenía que encontrar a Louis y preguntarle qué demonios le íbamos a decir a Amy sobre cómo terminamos pasando la noche en el apartamento de nuestro profesor.
Me arrastré a la puerta y descansé mi frente contra la madera fría durante un par de segundos, tratando de calmar mi cabeza palpitante, pero sabía que nada quitaría el dolor excepto las píldoras. Me dirigí silenciosamente, tratando de no despertar a Amy; tenía que saber la historia antes de que ella me interrogara sobre ello.
Una vez que llegué al salón, mis ojos al instante encontraron el sofá, pero él no estaba allí. Sin embargo, se veía que él había dormido allí. El revoltijo que era probablemente de su sofá, estaba amontonado en el suelo y había un cubrecama y almohada todo arrugado. Me dirigí al otro cuarto del piso.
Cuando entré en la cocina sus ojos se encontraron con los míos mientras que saltaba de la silla mirándome con preocupación. Agarró mi brazo rápidamente.
—¿Estás bien? —preguntó, inclinándose para mirarme mientras me llevaba a uno de los dos taburetes de la cocina.
Fruncí el ceño. —Sí, tengo dolor de cabeza, pero estoy bien. —Asentí, soltando mi brazo de su agarre. No me gustó que me tocara, incluso un toque casual como ese hacía que mi estómago se revolviera. No necesitaba algo más que me hiciera sentirme enferma, el alcohol hacía un trabajo bastante decente por sí solo.
—Te conseguiré alguna pastilla. Siéntate. —Él se dirigió a la alacena y yo no pude parar de mirar su tonificada espalda cuando él alcanzó y agarró la cajita de primeros auxilios que tenía. ¿Por qué demonios tiene que estar sin camisa? ¿Estaba tratando de provocarme hasta morir? ¿Un pequeño recordatorio de algo que yo no podía tener?
Él me pasó un vaso de agua y dos pastillas, sentándose frente a mí, todavía pareciendo preocupado. Las tragué agradecidamente, en silencio rezando para no vomitarlas en cinco minutos.
—Gracias Louis. ¿Así que eh… por qué estamos aquí? —pregunté nerviosamente mientras miraba su cocina. Todo se veía igual y lo había extrañado tanto. Extrañé andar en su apartamento con él. Le echaba de menos salpicándome agua cuando lavábamos los platos y demás trastes que habíamos usado; extrañaba el olor de este lugar. Hasta extrañaba la pila de periódicos que aún no se había decidido a llevar a reciclar como él había dicho que lo haría. Sólo pequeñas cosas, pero las echaba de menos todas.
Él me miró con curiosidad. —¿No recuerdas qué pasó anoche? —preguntó, retrocediendo.
—¿Qué pasó anoche? ¡Ay no, por favor no me digas que vomité por todas partes, o a Jack, o rompí algo caro!
Negué, mirándole con curiosidad, esperando a que me impactara con las malas noticias.
Él suspiró y pasó una mano por su pelo desordenado por la cama, haciendo que se levantara por todas partes.
—Anoche, Chloe, alguien puso algo en tu bebida. ¿No recuerdas haber sido casi… atacada? —preguntó, su mano en un puño apretado sobre la mesa.
¿Atacada? ¿De qué estaba hablando? Cerré los ojos y pensé en ello, de repente pequeños retazos de ello comenzaron a volver. Esto era como un sueño; mientras más trataba de pensar en ello, más se alejaba, pero había algunas cosas que volvían. Como cuando había bailado con un tipo y él me llevó al dormitorio en vez de afuera, no podía recordar completamente su cara, pero me acordé de sentirme asustada y que no podía moverme correctamente. Recordé a Louis golpeando al tipo y gritándole. ¿Oh Dios, casi me violaron anoche? Jadeé y lo miré para ver si yo recordaba bien. Viendo la mirada sombría y comprensiva de su cara sabía que era verdad. ¡Mierda, le debo mucho por esto!
—Llegué a tiempo, todo está bien. Él no…. —él se calmó, pareciendo estar dolido.
—Gracias —susurré tratando de no llorar por ello.
Sonrió débilmente y negó.
—No tienes que agradecérmelo, Chloe. Sólo por favor nunca vuelvas a tomarte una bebida de alguien que no conoces, no puedo ni pensar en lo que podría haber pasado. Yo sólo... —Él gimió, con los ojos cerrados y apretando su mandíbula fuertemente.
Me levanté del taburete y me moví a su lado, envolviendo mis brazos en su cuello fuertemente, abrazándole como si mi vida dependiera de ello. Él realmente era un héroe. No sabía qué decir o cómo mostrarle lo agradecida que estaba con él por salvarme.
Sus brazos rodearon mi cintura y me acercó a su regazo, sosteniéndome fuerte. Metí mi cabeza bajo su barbilla. Podía escuchar su corazón latir constante en su pecho. Sonreí por lo cerca que estaba. Su torso desnudo estaba presionado contra mí, olía tan delicioso y apetecible. Acarició mi cabello suavemente, sólo nos sentamos allí así, ninguno de nosotros habló o se movió hasta que escuché que la puerta del dormitorio se abría otra vez y supe que Amy se había levantado.
Los brazos de Louis me soltaron pero noté con algo de satisfacción que no me alejó de él o algo así.
Me sonreí a mí misma un poco y me forcé a salir de su regazo, mirando hacia la puerta de la cocina, esperando verla entrar. Las manos de Louis cayeron en su regazo mientras miraba en otra dirección, con sus hombros encorvados.
Amy se paró vacilante en la entrada, mirándome a mí y a Louis.
—¿Estoy interrumpiendo algo? —preguntó ella, sonrojándose. Quise decir; demonios sí, el mejor abrazo que he tenido en tres semanas, pero por suerte resistí el impulso.
Fruncí el ceño. De hecho esto es una cosa realmente extraña de preguntar. ¿Por qué creería ella que podría interrumpir algo? Sonreí y le miré de manera burlona.
—¿No, por qué? —pregunté confundida.
Ella frunció el ceño en desaprobación y negó.
—Puedes dejar de actuar, Chloe. ¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó, mirando un poco dolida mientras se sentaba en el taburete en el cual estaba yo antes sentada. ¡Bueno esta conversación se hace cada vez más rara por segundos!
—¿Decirte qué? —pregunté, tratando de parecer inocente. Ella no sabía lo de Louis, ¿o sí? Anoche estaba igual de borracha que yo, así que seguramente no sabría nada más de lo que yo sabía, tal vez su nombre, lo que hablé con él…
Ella hizo rodar sus ojos.
—Sobre tú… y Louis. —Señaló a Louis quién estaba sentado allí, tenso e incómodo, de hecho tremendamente triste.
Jadeé mientras gritaba una lista de blasfemias en mi cabeza. ¿Cómo diablos lo adivinó? ¿Qué demonios digo? ¿Puedo contarle lo nuestro? ¿Qué querrá Louis que yo haga, negar todo o confirmarlo? Sentí nauseas con la preocupación. Podía sentir que mis manos comenzaban a temblar con la tensión mientras dudaba de todo. ¿Y si Amy lo veía como una violación también y se lo dijera a alguien, y si ella iba a la policía y Louis se metía en problemas por ello? En el mejor de los casos él podría perder su trabajo, en el peor iría a prisión.
Abrí mi boca, pero nada salió. ¡Venga, cerebro estúpido, piensa en algo que decir! ¿Por qué no pude nacer como una bruja con la capacidad de volver al pasado? Si pudiera, entonces nunca habría ido a la estúpida fiesta con Sam anoche y luego no estaría sentada en la cocina de Louis, enfrentando a Amy, quien sólo me miraba de un modo acusador esperando mi respuesta.
Tragué y sacudí mi cabeza tratando de verme inocente.
—¿Amy, de qué estás hablando? ¿Estás todavía borracha? —pregunté, mi voz se quebró ligeramente como siempre hacía cuando mentía.
Ella levantó una ceja con la mirada que decía una cosa: «soy tu mejor amiga y sé que estás mintiendo».
Tragué otra vez y miré a Louis buscando ayuda. Él sería capaz de mentirle; ella no se sabía todos sus signos reveladores como sabía de los míos.
Él suspiró y se inclinó hacia delante, descansando sus codos en la mesa mientras miraba a Amy.
—No sabía que ella tenía diecisiete años. Nos conocimos en el club y cuando Chloe me dijo que era estudiante, creí que ella hablaba de la universidad. Ella pensó que lo había entendido y yo creía que ella tenía veintiuno. Otra cosa desafortunada que pasó es que fui asignado a la escuela donde vais, quiero decir coincidencias. —Él se rió sin ganas—. Esto no debería haber pasado, pero pasó. No sé qué más decir aparte de esto.
Se encogió de hombros, mirándola tristemente, como si esperara que ella fuera a gritarle o a llamar a los polis desde la cocina o algo así.
Sólo me senté allí contemplándole asombrada, ¿él de verdad le dijo todo eso a mi mejor amiga y compañera de estudios? No podía respirar. Literalmente no podía respirar, mis pulmones comenzaban a arder. Era como si hubiera olvidado inhalar aire o algo así. Comencé a entrar en pánico. No podía quitar mis ojos de Louis, no quise mirar en dirección a Amy y ver la acusación allí. Había roto definitivamente el código de mejor amiga al no decirle quién era Louis, pero ella me perdonaría, eso lo sabía. Sí, le había hecho daño, pero ella me perdonaría cualquier cosa, lo mismo que ella sabía que yo lo haría si esto fuera al revés.
Louis me miró un poco preocupado mientras él de repente agarró mi brazo y se levantó, parándose enfrente de mí.
—¿Estás bien? Te ves realmente pálida —dijo desesperadamente. Tragué fuertemente y asentí, tratando de calmar mi corazón acelerado, pero no podía. Él sonrió de modo tranquilizador y retiró un mechón de mi pelo de mi cara, suavemente, la parte exterior de un dedo persistía en mi mejilla sonrojada.
—Está bien. Amy tiene derecho de saberlo, así que no podíamos mentirle sobre ello. Aceptaré cualquier castigo que me impongan, está bien, deja de estresarte por ello.
No podía retirar la mirada de sus ojos. Él hizo esta cosa; atraparme allí. Lo amaba tanto como lo odiaba al mismo tiempo.
—¿Por qué serías castigado? —preguntó Amy de repente.
Louis suspiró. —Chloe es menor. Estoy en una posición de responsabilidad, como su profesor ella está a mi cargo. No es legal para nosotros el… está clasificado como abuso de menores —explicó él como si habláramos del tiempo.
Parecía que hubiera estado pensando en esto durante mucho tiempo, de hecho, pensándolo bien, parecía que él no había dormido en absoluto. Había oscuros círculos bajo sus ojos que le daban un aspecto cansado. Había estado recostado despierto toda la noche preocupándose de lo que Amy sabía, y se había resignado al hecho de que iría a prisión o algo así?
—No. —Negué con mi cabeza ferozmente. Odiaba cuando él decía aquella palabra; convertía lo que habíamos sentido en algo barato y sucio. Rechacé pensar en ello así.
Él suspiró y su mano cayó de mi mejilla, colgando sueltamente a su lado. En aquel momento yo daba lo que fuera para que él la pusiera de regreso en mi brazo o mi cara, sólo cualquier clase de contacto físico, porque estaba seriamente perdiendo el control.
—Os dejare a las dos para que habléis, me voy a la ducha.
Él sonrió tristemente otra vez antes de dar vuelta y salir de la cocina, dejándome allí con Amy quien yo todavía no podía mirar.
Oí que el taburete chirriaba sobre las baldosas del suelo y de repente sus brazos me envolvieron. Me quedé de pie allí asombrada durante un par de segundos antes de responder a su abrazo. Esperaba que estuviera enojada conmigo por no decírselo, así que realmente no esperaba esto en absoluto.
—Todo tiene sentido ahora. Lo sonriente que estabas entonces y cuando entraste en clase te asustaste y saliste corriendo, luego dijiste que él había roto contigo. Oh Chloe, debe haber sido tan difícil para ti teniéndome hablando continuamente de lo ardiente que era, cuando estabas tan afligida por él. Lo siento tanto —susurró ella, acariciando mi espalda.
Sonreí contra su hombro y la abracé más fuerte.
—Siento no habértelo dicho. Tenía tantas ganas, pero no podía arriesgarme a que Louis tuviera problemas si alguien lo averiguaba. Él estaría en muchos problemas si esto se divulgara. ¿Tú no dirás nada verdad? —Me retiré y la miré en un tono suplicante, rogándole con mis ojos.
Sonrió y negó con la cabeza.
—Por supuesto que no. —Sonreí agradecida y sentí lo último de tensión abandonar mi cuerpo—. No puedo creer que él sea el profesor, quiero decir por el amor de Dios, encuentras a tu Sr. Perfecto y resulta que él es tu maldito profesor ¿Cuánta mala suerte podrías tener? —reflexionó ella, negando con incredulidad.
Me reí sin ganas y me alejé, sentándome en el taburete de Louis. Descansé mi frente en la mesa cerrando los ojos y suspirando con alivio. Realmente sentí que me había quitado un peso de mis hombros ahora que yo tenía alguien para hablar sobre ello. Por supuesto tenía a Sam, pero era difícil hablar con él porque uno, era su hermano y después de todo es su familia. Y dos, él era un chico, entonces no tendría ni idea de lo que yo le hablaría cuando mencionara un corazón roto y sentimientos.
—¿Así que sólo rompió contigo cuando se percató de que él era tu profesor? —preguntó Amy suavemente.
—Mmm hmm —mascullé, sin levantar mi cabeza de la mesa.
—¡Vaya, qué fastidio! ¿No podríais al menos continuar viéndoos el uno al otro o algo así y guardar el secreto?
Me encogí de hombros.
—Él no quiere salir con una menor. Creo que todavía está enojado conmigo porque le mentí sobre mi edad. Bien, técnicamente, no mentí, pero no le dije exactamente que tenía diecisiete años tampoco. Nosotros sólo asumimos las cosas en vez de hablar de ello —dije tristemente, tratando de no llorar. Era difícil hablar de ello, no estaba acostumbrada a tener a alguien que supiera la verdad, y parecía que mi garganta ardía cuando finalmente dije las palabras en voz alta.
Ella se rió. —Chloe, él no te mira como una menor. Todavía le gustas —observó ella con seguridad.
Levanté mi cabeza y apoyé mi barbilla en mi mano, mirándola como si estuviera loca.
—¿De qué diablos está hablando?, «todavía le gustas». Ya no le gusto; él está saliendo con la maldita profesora de teatro, por el amor de Dios. Negué—. Es muy obvio, Amy. Sólo soy otra estudiante para él, alguien con quien se acostó, otra de muchas muescas en su cabecera.
Ella me miró con complicidad.
—¿Sólo otra estudiante? ¿Le ves tocar mi cara como lo hizo con la tuya? ¿Le viste tan preocupado por mí? ¿Le viste golpeando al mierda de aquel tipo por mí, anoche y llevarme a casa? ¿Viste lo triste que estaba cuando me contó lo vuestro? —Ella me sonrió con ironía inteligente, pero no estaba de humor del todo para esto, mi cabeza estaba palpitando. No podía discutir de eso ahora mismo.
Suspiré y me levanté del taburete.
—¿Podríamos no hablar de ello? ¿Qué tal si hago algo de desayuno? Él nunca tiene mucho de comer en el apartamento, pero creo que hay algo de cereal y cosas así.
Me dirigí a la alacena, esperando ver si había algo de los Lucky Charms que compró para mí, cuando solía quedarme aquí. Sonreí cuando localicé la caja exactamente donde la dejé. Él siempre terminaba riéndose de mí cuando comía esta clase de cosas, pero al diablo con ello; si algo sabe tan grandioso tiene que ser bueno para ti.
Sacudí la caja hacia Amy ofreciéndole. Ella sonrió, asintió con urgencia. Después de sacar los dos últimos tazones limpios del armario, encontré la leche en la nevera antes de colocar un poco de pan en la tostadora para Louis. Lo dejé así para que él pudiera apretar el botón cuando saliera de la ducha. Me volví atrás a Amy. Ella estaba sólo mirándome con una sonrisita en la cara. Le di una mirada burlona que hizo que sonriera más.
—Es bonita la cocina, es adorable —dijo ella, cavando en su tazón de diabetes tipo dos.
Me encogí de hombros, pero no contesté. Estaba tratando de comenzar una conversación sobre Louis otra vez y yo no podía lidiar con eso aún, al menos no antes de que mi dolor de cabeza se calmara levemente. Después de aproximadamente un minuto de silencio ella frunció el ceño y pareció que perdió la batalla que tenía obviamente con ella misma para no decir algo sobre ello otra vez. Hice rodar mis ojos y sólo la miré con expectación esperando que lo sacara de su pecho.
Ella soltó un suspiro profundo y sacudió su cabeza.
—Bien tengo que decirlo. Dios Santo, ¿Chloe, tú te follaste un profesor? Y uno muy caliente también. ¡Santo Dios!, ese pecho. Desmayo. Guau, sólo guau. —Salió a borbotones de ella.
Me eché a reír por su pequeño arrebato. —¿Terminaste? Me reí tontamente.
Ella asintió y abanicó su cara. —Espero, al menos que traiga camisa otra vez —bromeó ella.
Sonreí. Confiando que Amy recobrara el humor. Sabía que ella sólo lo hacía para animarme y la quería por ello. Sabía también que no era el final de ello; ella no lo dejaría ir del todo. Una vez que estuviéramos fuera de aquí y a solas, me interrogaría por todos los detalles. Ya conocía muchos detalles, pero adiviné que querría todas las cosas que habían pasado desde que rompimos, porque yo le había dicho que no lo había visto o había tenido noticias de Louis desde que me dejó. Había mucho chisme y detalles por los cuales me perseguiría.
Unos minutos más tarde Louis volvió a la cocina viéndose un poco incómodo. Sonreí de modo tranquilizador y señalé con la cabeza hacia la tostadora.
—Puse eso allí para ti o ¿ya has comido? —pregunté, queriendo romper el silencio ligeramente incómodo. Él sonrió agradecidamente.
—No, no he comido aún. —Sonrió abiertamente y señaló con la cabeza a mi tazón vacío y la caja de Lucky Charms en la mesa—. Qué bien que te termines esa mierda, el azúcar que contiene contaminaría todos mis alimentos saludables —bromeó.
Me reí. —Tú no tienes comida saludable en el apartamento, Sr. me gusta la comida de microondas así no tengo mucho que lavar —bromeé, sacando mi lengua. Se rió y presionó el botón para hacerse las tostadas mientras miraba su espalda queriendo saber si podría preguntarle sobre las entradas que él me consiguió.
Se volteó y cruzó sus brazos en su pecho mirándome a mí y a Amy.
—¿Entonces imagino que tengo algo que explicar? —preguntó nervioso.
Parpadeé rápido mirando a Amy para ver su sacudida de cabeza.
—No realmente, Chloe me lo ha explicado todo, no te preocupes, no diré nada a nadie. Vosotros hacéis una pareja realmente linda —dijo ella, sonriendo con satisfacción antes de levantarse del taburete y dirigirse de la cocina hacia el dormitorio de Louis.
Me encogí y miré a Louis preocupada, mordiendo el labio. ¿Por qué tenía que decir que éramos una linda pareja? Él me sonrió triste. Recogí mi tazón y el de Amy y los puse en el fregadero mientras él me miraba con curiosidad.
—¿Estás realmente bien, Chloe? ¿No estás preocupada por lo de anoche o algo así? ¿Tú sabes que puedes hablar conmigo, verdad? —preguntó, tocando mi espalda, ligeramente.
Asentí. Yo estaba en verdad bien. Si pudiera recordar más, entonces sería peor, pero por el momento, todo estaba un poco confuso, como si observara alguien a través de un cristal esmerilado o algo así, todo estaba un poco distorsionado.
—Estoy bien, en serio. Muchas gracias, Louis, te debo mucho. Y siento no haberte escuchado. No debí haber bailado con aquel tipo, quería demostrar que tenía razón y hacerte enojar —confesé, sintiéndome estúpida e inmadura.
Sonrió y asintió. —Sé por qué lo hiciste. Aunque esto no te hace culpable, aquel tipo probablemente habría encontrado a alguien más a quien hacérselo si no eras tú; tenía las drogas con él así que obviamente lo tenía planeado. De alguna manera supongo que tuvimos suerte que fueras tú porque yo te vigilaba. Le vi llevarte por el vestíbulo. Si esto hubiera sido con alguien más, alguna otra chica que nadie estuviera observando, entonces podría haber sido mucho peor —contestó, sonriendo tristemente mientras me colocaba un mechón de pelo detrás de mi oído.
Cerré los ojos y giré mi cara hacia su mano, presionando mi mejilla contra ella, amando la sensación de su piel contra la mía otra vez. Oí un pequeño gemido que escapó de mis labios y no quise nada más que dar un paso adelante, presionarme contra él y sostenerle fuertemente. Él no se movió. Su pulgar tocó mi mejilla, ligeramente haciendo que mi cuerpo entero se estremeciera. Podía escuchar su respiración y nada me había parecido alguna vez más importante.
Justo entonces supe que le amaba. Ya sabía que estaba loca por él, pero esto me golpeó de repente como un camión o algo así. Estaba total y completamente enamorada de él y no importaba cuánto tratara de seguir adelante, no iba a ayudarme a olvidarlo. Imagino que el tiempo sería el único sanador.
La tostadora saltó haciéndome brincar. Me reí de lo perdida que estaba en el momento. Su mano cayó del lado de mi cara, lo miré a los ojos y encontré los suyos deseando que las cosas fueran diferentes.
Deseando haberle conocido un año más tarde, cuando tuviera dieciocho y hubiera terminado la escuela y estuviera comenzando la universidad o algo así. Me quedaban nueve meses y medio en el instituto para poder alejarme de su guapo rostro. Tal vez la distancia me ayudaría a olvidarlo.
Él sonrió tristemente y suspiró.
—Os llevaré a ti y Amy a casa cuando estéis listas —murmuró él.
—Gracias.
¿Sería ahora un buen momento para preguntarle sobre las entradas? ¿Tendría otra posibilidad de preguntarle si no lo hacía ahora?
—¿Louis? —Fruncí el ceño. ¿Haría esto las cosas aún más raras entre nosotros?
—¿Mmm? —masculló, untando con mantequilla su tostada, dándome la espalda.
Respiré hondo. —¿Por qué estabas trabajando en el club anoche? Creía que lo habías dejado ahora que trabajabas jornada completa —pregunté, aproximándome sutilmente.
Él metió la mantequilla en la nevera y se encogió de hombros.
—Sólo tenía algunas horas que compensar antes de irme.
—¿En serio? Porque Jack dijo que estabas comprando unas entradas de un concierto.
Le miré, esperando su reacción. Sus ojos se cerraron ligeramente pero además de eso él no mostró nada más. Maldito, es un buen actor… a menos que Jack estuviera equivocado y yo acababa de parecer una idiota o algo así.
—Jack se ha confundido —contestó él, masticando su tostada.
—¿Entonces no estás trabajando en el club para pagar las entradas de Daniel Masters que conseguiste para mí?
En verdad no sabía si creerle o no. Tal vez Jack me estaba molestando o algo así, tratando de meterme la idea de que él había pagado por ellos cuando no fue así.
—¿Realmente importa eso? —preguntó, mirando un poco incómodo.
¡Mierda, él realmente está trabajando allí para mí! Sentí un poco de emoción atravesando el pensamiento de él cediendo su tiempo para mí. Él había consentido trabajar allí durante el próximo mes, sabiendo que no podría ver a la señorita Teller debido a ello, ¿eso significaba algo?
—No importa —mascullé sin aliento.
Él suspiró y frunció el ceño. —Sí. Él no me los iba a vender. Los conseguí a cambio de trabajar allí un mes. —Se encogió de hombros como si no fuera nada y sentí que mi corazón se derretía.
—Gracias, Louis, eso es realmente… —me fui apagando sin saber cómo seguir. Muchas palabras vinieron a mi mente, pero no estaba segura de cuál le iba mejor: adorable, considerado, generoso, increíble; la lista seguía sin cesar.
—No es gran cosa. —Él se encogió de hombros defensivamente.
—Guau, no es gran cosa, eso fue quedarse corto más allá del siglo. Es una gran cosa para mí. Sí, supongo que el dinero extra te vendrá bien. —Me encogí de hombros, tratando de quitarle importancia. Él obviamente estaba un poco incómodo hablando de ello.
Él se rió y negó. —Lo sería, pero no me pagarán.
Jadeé y le miré sobresaltada; ¿ni siquiera le pagarían por ello?
—¿En serio?
Él asintió y colocó su plato en el fregadero con los otros platos sucios.
—Esa es la idea del pago, Chloe. No sería un buen acuerdo para mi jefe si me pagara y yo encima consiguiera las entradas, sí o sí. —Él se rió, torciendo mi nariz juguetonamente.
Sonreí agradecida. ¡Santo Dios!, a este chico dan ganas de comérselo y... mejora.
—Las entradas para Daniel Masters no cuestan tanto, ¿sabes? Creo que tal vez te estafaron —bromeaba, agarrando su mano para impedir que me hiciera cosquillas.
Él se rió y envolvió su brazo alrededor de mí, fijando mis brazos a mis costados, presionándome contra la nevera y liberando su otra mano mientras me hacía cosquillas haciéndome reír tontamente y retorcerme.
—Me estafaron, ¿de verdad? ¿No valen mi tiempo? ¿Sería mejor si las devuelvo? —bromeó, riéndose.
Negué, presionando mi cara contra su pecho mientras me retorcía y trataba de salir de su agarre, riéndome tontamente como loca. Se rió y presionó su rostro contra mi cuello, me hizo una pedorreta allí haciéndome reír histéricamente.
—Para, para —chillé sin aliento.
Él rió y soltó su agarre, pero no retrocedió; sonreí y moví mi cabeza lejos de su pecho alzando la vista hacia su rostro. Él sonreía abierta y felizmente y sentí que el corazón comenzaba a acelerarse por lo cerca que estaba de mí. Su pecho estaba presionado contra el mío; nuestras piernas estaban enredadas juntas cuando él me presionó contra la nevera.
La sonrisa se desvaneció despacio de su rostro cuando me miró. Su expresión era dividida, como si tratara de decidir algo. Yo apenas podía respirar. Podía sentir la tensión sexual echando chispas. Si esto hubiera pasado hace un mes, antes de que la escuela comenzara, él me habría sentado ya en la encimera y me habría hecho el amor.
Tragué y dirigí mi mano por su pecho despacio hasta que llegué a su cuello. Pasé mi brazo alrededor de su cuello, enredando mis dedos en su pelo mientras que mi corazón comenzaba a estrellarse en mi pecho. Gimió ligeramente detrás de su garganta cuando se presionó a mí más fuerte, inclinándose un poco para que nuestros rostros estuvieran al mismo nivel mientras él sólo me miraba. Parecía que trataba de memorizar cada parte de mi cara. Me miraba tan intensamente que hacía a mis piernas debilitarse un poco.
Su cálido aliento sopló a través de mis labios haciendo mi boca agua y mi cuerpo entero hormiguear como cien mariposas tomando vuelo en mi estómago. Agarró mi camisa por detrás fuertemente mientras presionaba su frente a la mía, su nariz rozando en la mía incitante, haciéndome arquear la espalda para poder apretarme contra él más fuerte. Estaba bastante segura de que si él no me besaba pronto yo quedaría inconsciente por la falta de oxígeno ya que parecía que no podía recordar cómo respirar.
:imdead:
1DemiLovaCB
Re: When Summer ends - Louis Tomlinson
me dejas aquí continua la me muero de ganas de saber que pasa que dos capítulos tan fantásticos me encanta :))!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
mimi94
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