Like a Song - Ed Sheeran

-Lizzy...- me llamó Ed. -Lizzy... Liz-

abrí los ojos bruscamente. -Hola.- murmuré con una pequeña sonrisa en mis labios. 

-Hola- me respondió el colorado mirándome dulcemente, me removí entre las sabanas. Me dolía la espalda y sentía un hormigueo en la pierna. Nunca fui partidaria de dormir en el bus del tour, pero, supongo que serían algunas de las desventajas de ser famoso. Mire hacía mi lado, Tom dormía con la boca abierta y roncaba de forma abominable. Saqué mi celular y me dispuse a sacar una foto de su estado. Ed solo se rió y se sentó atrás mio mientras me abrazaba la cintura. Rápidamente sentí la sangre fluir hacía mis mejillas. El volvió a reír por lo que recibió un golpe de mi parte en el hombro. Me dí vuelta para verlo a la cara pero me vi interrumpida por Ed que me planto un beso en la nariz por lo que yo empece a soltar risitas como una idiota.

Habían pasado tres días desde que Ed me había dicho "te quiero" y ya se que le daba mucho significado a la palabra pero es que de verdad era importante para mi. Nunca me había sentido plenamente querida por una persona (Hablamos de forma romántica.) Por eso la emoción, creo que nadie igualaría a todas las palabras hermosas que el me dijo. El era perfecto y el creía que yo lo merecía. No estoy segura de merecer a alguien como el, es completamente perfecto, una persona amable, tierna, bondadosa y todos esos atributos sumamente admirables que formaban a Ed. Mientras que yo debía modificar varias de mis emociones, que por lo general eran atolondradas y confusas. Me cuesta expresarme, pero el lo sabía y aún así el me había escogido... a mi, entre todas las personas del mundo, a mi, la chica que yo misma creía nadie podría querer, la que pensaba que moriría sola tomando té en una vieja casa de Inglaterra mientras criaba gatos.

Pero no, aquí estoy, con el chico del que estaba enamorada, el que daba vuelta mi mundo y provocaba sensaciones indescriptibles en mi.

No era perfecta, claro que no, pero trataría de serlo... para el.

Liz se había quedado quieta, mirando al vacío lo que me asusto un poco, aunque se veía hermosa, como siempre. Se notaba que estaba pensando, y por lo visto algo bueno. Tenía la mirada perdida pero se mordía suavemente el labio. Mientras de forma instintiva suspiraba de a momentos. Observe el contorno de su rostro, bien definido, su nariz era perfecta, respingada y fina, mientras que sus ojos, debajo de una pequeña capa de maquillaje eran grandes y con pestañas extensas. Luego su boca, que era pequeña y hermosa, de un color rosa suave. Era perfecta y no podía dejar de imaginar que alguien dijera lo contrarío. Esto solo podía producirme un enojo absoluto, era una persona perfecta, tanto por dentro como por fuera. Me había ensañado a disfrutar de las pequeñas cosas, y eso era lo que estaba haciendo, examinar y enamorarme de sus pequeñas cosas, esas cosas que la hacen única a su manera.

Decidí despertarla de su trance con un beso en la mejilla, y como usualmente lo hacía a la más mínima muestra de afecto, se sonrojo. Al mismo tiempo se dio vuelta y se escondió en mi cuello. Le bese la coronilla y la contuve entre mis brazos. 

-¿Quieres salir conmigo hoy?

-Claro que si Teddy.-

-¿y adonde quiere ir la princesa?-

Volvió a sonrojarse

-Donde sea, pero contigo.-

La miré a los ojos y note en su mirada esa sensación de por fin estar en paz

-Eres muy tierna, ¿Te lo había dicho ya?-

Sonrió lentamente mientras asentía sonrojada

-Te ves muy bella cuando te sonrojas-

dicho esto empece a esparcir besos en todo su rostro, pude observar que sonrojaba, aun más.

-Ya basta de avergonzarme. ¿Donde iremos?-

Pensé un poco

-Como sería nuestra primera cita y soy un chico clasico...-

Liz soltó unas cuantas risitas

-Te invitaré a comer.-

Ella sonrio pero dijo -Hagamos algo diferente, que esta sea nuestra primera cita informal, y el viernes, será nuestra primera cita formal. Usaré vestido y toda la historia.-

La mirada se me iluminó, que maravillosa idea.

-Me encanta la idea, pero Lizzy, por favor no esperes que utilice un traje.-

Ella soltó una carcajada limpia, de esas que te enamoran de solo escucharlas.

-Esta bien chico clasico. ¿Adonde iremos hoy?-

dude, pero al segundo se me ocurrió una idea

-¿Vamos al cine?-

-¡Si! Amo el cine. Dejame cambiarme y vamos.-

y dicho esto, me dio un pequeño beso en los labios y partió hacía su maleta de donde saco unas cuantas prendas para luego correr, de manera completamente tierna, como todo lo que hacía, hasta el baño.