Creaste mi mundo [Liam Payne&LorenaWoodson]

Desperté desorientada, mi mente maquinaba todo como un sueño, pero supe que no desperté en mi casa, así que era real, mi razón de ser había muerto. Me fui al baño que estaba cerca no sin antes agarrar mi ropa, la tomé para luego bañarme, me quedé un rato pensando en la ducha, las lágrimas corrían solas pero las sequé rápidamente.

– Oye Lore ¿estás ahí? –Preguntó Niall entrando al cuarto.

– Sí –respondí nerviosa, sabía que él no iba entrar pero igual los nervios me atacaron– estoy bañándome.

– Ah ok –se notó el nerviosismo en su voz– entonces me pegas un grito cuando necesites bajar.

– Creo que ayer me aprendí el camino –dije irónicamente.

– Vamos Lorena, te dije que se me había olvidado y te pedí disculpas –se escuchó tranquilo.

– Lo sé tonto –reí un poco.

– Bueno, de todas maneras me pegas un grito, hoy saldremos.

– Espera Niall ¿a dónde? –Pero no pude escuchar nada porque ya había trancado la puerta– tonto irlandés ¿a dónde pensará llevarme? –hablé en voz alta. Solía hacer eso todo el tiempo y no era porque estaba loca era una costumbre.

El jabón líquido recorrió todo mi cuerpo mientras me daba suaves caricias para poder quitarme toda la suciedad de encima, recordé los disparos, recordé la mamá de Niall, recordé todo–. Lorena no puedes seguir así –me dije a mi misma– tienes que superarlo –lo decía una y mil veces, mientras mi cabeza golpeaba ni tan fuerte y ni tan pasito sobre las paredes de la ducha, el agua corría y corría por mis mejillas que andaban a la vez empapadas de lágrimas. Después de aproximadamente 20 minutos logré dejar de llorar y salí del baño– Ya va –hablé asustada– yo no tengo ropa… ¿ahora qué hago? –me comencé a poner nerviosa, me encontraba en paño y no quería que Niall me viese así.

– ¿Puedo pasar? -¡Oh por Dios!... mi latido comenzó a acelerarse, era la misma voz dulce que había escuchado la otra vez, inmediatamente me metí al baño.

– No-o –titubeé nerviosa– ¡sal! –le ordené.

– Ni siquiera he entrado –soltó una risita.

– Entonces vete –contesté agresivamente. No quería que me viera, ni siquiera quería escucharlo, me ponía furiosa el saber que toda mi piel se erizaba con tan solo escuchar su voz.

– Como quieras –una electricidad corrió por mi cuerpo al escucharlo tan frío, tal vez se había molestado por mi actitud pero era necesario.
Duré más de media hora sentada en el retrete pensando, pensando y pensando, ¿cómo iba a salir de aquí? ¡Al diablo –pensé– que se vayan sin mí.

– Lore princesa ¿por qué tardas tanto? –Se escuchó la voz tierna de mi pequeño irlandés.

– No tengo ropa Niall –dije apenada.

– No seas tonta, yo le dije a Harry que te prestará una de su hermana mientras salíamos hoy.

– Dime de una vez a donde me vas a llevar –dije fuertemente.

– La ropa está en la cama, tú solo póntela y luego me avisas, no te tardes más… te quiero –se escuchó la puerta cerrarse.

Tomé aliento y salí del baño, cogí la ropa, se sentía suave, era de algodón. Me la puse delicadamente no quería arruinarla, me daba mucha pena con Harry, esto era un abuso y apenas lo estaba conociendo. Luego de un rato bajé las escaleras nerviosa, no pensé en llamar a Niall para que me bajará porque quería aprender a manejarme sola, sí iba a quedarme un tiempo aquí con ellos tenía que aprender a movilizarme sin la ayuda de alguien. Caminaba por el oscuro pasillo, podía sentir la presencia de todos, podía percibir el olor de aquél chico, estaba nerviosa. Cogí un mechón de mi cabello y lo pasé tras mi oreja. Me encogí de hombros.

– Te dije que me avisaras –habló Niall.

– Quiero aprender por mi propia cuenta –dije lo más bajito posible. Y creo que ya sabía lo que se avecinaba.

– Creo que nada más conoces a Harry –lo sabía, era lo que me tramaba, conocía perfectamente a Niall– Mira el es Louis –me agarró la mano y me la indicó hacia él.

– ¡Hola chica! –Saludó él carismático mientras yo agachaba la cabeza. Si tan solo tuviera mis lentes oscuros.

– El mío es Liam –apenas escuché su voz mi cuerpo se puso tenso, él era y no podía creerlo, ocasionaba algo mágico en mí. No quería estrecharle la mano pero debía hacerlo.

– Lorena –hablé despacio.

– No tienes por qué agachar la mirada –me subió suavemente la quijada– creo que te lo dije ayer. Mis pies temblaban, sentía que mi equilibrio iba a fallar en cualquier momento y luego caería completamente al suelo. Niall se dio cuenta y me sostuvo.

– ¿Todo bien? –Preguntó en tono de preocupación.

– Sí, no te preocupes.

– Estás pálida –puso su mano en mi frente, esta sudaba sin cesar ¿pero qué rayos había acabado de pasar?

– Y yo Zayn –habló otro más calmadamente, creo que era el último por presentarse.

Seguía con la cabeza en dirección al suelo, me sentía demasiado incómoda, quería irme de allí. Rápidamente salimos de la casa y durante todo el camino me dediqué a agarrar a Niall por el brazo y preguntarle a donde iríamos, él se reía de mi desesperación hasta que por fin llegamos al lugar. Se sentía miles de personas.

– ¡Sorpresa! –Gritó Louis, tenía una memoria muy buena, lograba guardarme todo rápido, sobre todo las voces, así que no me fue difícil saber que él era Louis.

– ¿Dónde estoy? –Pregunté tímida.

– Es una tienda de ropas –habló Niall tomándome de la cintura. Di un saltico de emoción.

– ¡Graaciaaas Niall! –Le di un fuerte abrazo.

– No me agradezcas a mí –se rió– yo quería comprártelo pero Liam sugirió que te trajera aquí para que escogieras la ropa con la que te sintieras más cómoda. Otra vez, mi cuerpo había vuelto a la normalidad hasta que viene él y lo menciona, no quería dirigirle la palabra, me ponía muy nerviosa como para hacerlo pero era mi deber agradecerle, no todos tenían ese lindo gesto.

– Gracias –mostré una sonrisa tímida.

– De nada –culminó.

Caminé y caminé recorriendo toda la tienda, nunca en mi vida me había comprado tanto, me daba pena lo del dinero pero Niall me convenció totalmente. Al final escogí 10 camisas, se notaban que eran colores suaves, eso era algo que percibía fácilmente, me dirigí a la caja junto con Niall que fue el que pagó.

– ¡Gracias por todo! –Dije contenta, ni siquiera en mis 15 años me habían hecho tal cosa como esa, mi armario constaba siempre de dos pantalones un par de zapatos y como 6 camisas, pero me daba igual, casi no salí… mejor dicho, no salía nunca.

– Todo sea por hacer feliz a mi mejor amigo –me dio un tierno beso en las mejillas.

– Oigan chicos –intervino “el gracioso”, ya le había apodado así, además me daba risa su chillona vocecita, era Louis–. ¿Qué les parece si vamos al parque de agua que queda a 2 horas? –Me quedé atónita, no pensaba ir a ningún lado y menos con mi estado, esos parques siempre andaban llenos y no quería lanzarme de un tobogán sin ni siquiera poder verlo. Además la última vez que fui a uno hice el ridículo.

– NOO –interrumpí. Sentí la presencia de todos contra mí– no tengo traje de baño –hablé rápidamente.

– Entonces hagamos algo –habló Zayn, me pareció extraño ya que no había dicho nada en todo el trayecto, por un momento me había olvidado de que él estaba con nosotros–. Vamos a comprar el traje de baño de ella ahorita y vamos mañana ¿sí?

– Pero yo quería ir hoy –protestó Louis.

– Cálmate Lou, iremos pasado mañana –intervino Harry– así disfrutamos más, recuerda que mañana es nuestro último día de vacaciones.

– Es cierto –habló mi amigo– vamos a comprar el traje de baño –me tomó de la cintura.

El único que no había opinado había sido Liam y eso me calmaba un poco.

– Nosotros ya venimos –habló Niall mientras yo me metía en el probador, me sentía incómoda y más aún con la muchacha encargada de las ventas que andaba apurándome con gritos ¿acaso la bruta no se dio cuenta que era ciega? eso me enfurecía mucho.

– Apúrate niña –bastó que dijera eso para que me enojara por completo, mi mamá solía decirme así, bueno más bien “mi niña” y ella me hizo recordarla. Me puse rápidamente la ropa y salí molesta–. ¿Qué vas a llevarte? –habló con su voz aguda.

– No quiero llevarme nada –dije muy seca y seguí mi camino hacia no sé donde, pero no quería estar ahí.

– Oye niña por ahí no es la salida ¿acaso no ves lo qué haces? –basta ya me cansé.

– ¡No! –Grité– no puedo ver y… –pero antes de que pudiera decir cualquier palabra alguien me tomó del brazo –me quedé paralizada.

– No mereces comprarte algo aquí –era él, era Liam. ¿Pero por qué tuvo que venir él? ¿Por qué no simplemente vino Niall o cualquiera de los otros? ¿Por qué él? No le dirigí la palabra solo caminaba hacia donde él me indicaba–. A veces la gente suele ser muy cruel, solo ignóralos –esas palabras siempre las decía yo, pero era muy difícil poder ignorar algo que te lastima. Inmediatamente comencé a llorar, no sé por qué me sentí tan mal por dentro, quizás porque él me estaba tratando bien y nadie más que Niall lo había hecho, mi corazón estaba afligido– no llores –pasó sus dedos por mis mejillas y secó una lágrima rápidamente– ven aquí– sentí como rodeaba sus brazos que encajaban perfectamente en mi cintura, los míos rodearon el cuello de él con mi cabeza apoyada en su pecho–. No dejaré que nadie te lastime –¿pero qué rayos le pasaba él? apenas y me conocía, sabía de mi defecto y me hacía sentir como la mejor persona del mundo, algo estaba pasando y no iba a dejar que me lastimara, simplemente no le creí.

– ¿Puedes hacerme un favor? –Me atreví a dirigirle la palabra.

– Dime –se separó un poco de mí.

– ¡Deja de meterte en mi vida! –Contesté groseramente y me arrepentí por completo pero era necesario– quiero ir a donde los demás –dije fuerte.

– Como quieras –escuché como llamó a Niall el cual vino al cabo de 10 minutos, lo que había sido una eternidad para mí.

– ¿Cómo está todo? –Preguntó mi amigo, creo que al ver mi expresión.

– Nada Niall –dije molesta– es mejor que vayamos a casa, no quiero ir mañana para ningún lado –si tan solo pudiese ver me fuese ido a casa sola de la rabia que tenía. Niall se quedó callado y nos fuimos a casa, durante todo el camino en el taxi recordaba a Liam, sus palabras, la manera en que trataba de defenderme, pero eso no podía ser verdad, él quería burlarse de mí y no iba a permitirlo. Nadie hablaba al entrar, cada uno se fue a su apartamento del condominio, todos se despedían de Niall excepto de mí, bueno solamente Zayn fue el que tuvo la amabilidad de decirme un adiós, no me importaba que Liam no se despidiera, al contrario, me alegraba ¿pero los demás? me parecía grosero, aunque yo no fui muy educada del todo, por dentro sentía un remordimiento de conciencia, ¿Qué pasaba conmigo? estaba muy confundida. Entré a la habitación y lo primero que hice fue quitarme los zapatos que quedaban muy justos en mis medianos pies.

– Ahora si dime –sabía que iba a preguntarme algo– ¿qué es lo que te está pasando con Liam?

Me puse nerviosa, Niall tenía su presencia cerca, estaba temblando, no quería decirle la verdad pero ¿cómo él se dio cuenta de que algo pasaba con Liam? simplemente no sabía que decir.

– ¿Por qué lo dices? –Pregunté perturbada.

– Por la manera en que te pones cuando te habla, puedo sentir lo nerviosa que estás, así como en este momento, es que apenas escuchas su voz tiemblas –dijo preocupado.

– Claro que no –repliqué– sabes que soy tímida y ahorita no estoy nerviosa –me crucé de brazos.

– ¿A no? –contestó– llevo toda mi vida conociéndote y sé cuando te pones nerviosa y cuando no, así que no puedes ocultármelo.

– Todavía no me conoces bien –dije sin argumentos y me encerré en el cuarto, estaba confundida, consternada, no sabía lo que sentía exactamente, lo único que entendía es que ese chico ocasionaba algo mágico en mí y Niall ya se había dado cuenta, nunca había sentido eso en mi vida, eso me preocupaba mucho. Me acosté tarde, toda la noche me la pasé pensando en eso, no era normal que viniera un chico de la nada y me tratara bien.

Ya era de día y fui a la habitación principal de todo el condominio y por sorpresa me encontré con Zayn.
– ¡Buenos Días! –Me saludó amablemente, creo que era el único que no andaba molesto conmigo. Lo saludé de igual forma y me senté junto con él en el mueble, removí mi cabello que andaba bien desordenado, él decía alguna palabra de vez en cuando que me hacía reír completamente, era un chico muy divertido y me acordaba cuando Niall me decía que era obstinado, hasta ahora no ha sido así, entonces fue cuando recordé como mi hermano me había descrito a cada uno de los chicos.


Mira Lorena, Harry es muy mujeriego pero chistoso, siempre saca chistes sin sentido de la nada, es muy sobre protector con nosotros y cariñoso, Louis es el más divertido pero a la vez el más serio, es algo muy complicado de explicar, lo bueno es que sabe guardar secretos hasta la tumba, Zayn es el más amargado, pero un gran amigo, siempre estará para ti incondicionalmente –y finalmente llegaba el momento que dijera algo sobre Liam– Liam es el más sincero de todos, es una persona muy valiosa, a veces la gente suele herirlo, tiene un gran corazón.


Al recordar eso pensé en la forma que lo traté, mientras él intentaba ayudarme yo solo lo traté a los patadas y le dije que no se metiera en mi vida ¿qué hice? me sentía muy mal por dentro, tan solo me sentía asustada y por eso le dije semejante cosa.

– Una pregunta Zayn –le dije algo angustiada, pero hablé antes de que dijera algo– ¿Liam está molesto conmigo?

– No, no sé –habló despacio– ¿por qué lo dices? –me puse nerviosa ¿ahora qué le decía a Zayn? tuve que inventármelas.

– Porque siento que es muy odioso conmigo.

– ¿Odioso Liam? ¿No será que te confundiste de nombre y es Niall? –Soltó una carcajada. Nada más a mí se me ocurre decir a mí que él es odioso, después de todas las veces que intentó hablar conmigo y ayudarme, ¿y si Zayn le contaba esto a Liam? tenía que actuar ¡ya!

– No le digas nada a él –mis dedos se tocaban entre sí– es que así lo siento.

– No te preocupes, a lo mejor está así por la manera en que hablaste ayer, él no le cae muy bien la gente obstinada, por eso el siempre deja de hablarme cuando me molesto.

– Así que siempre te molestas ¿eh? –pregunté divertida.

– Pocas veces –rió de una forma graciosa que me contagió.

Al rato salió Niall a donde estábamos nosotros, ese perfume se reconocía fácilmente, nos saludó a ambos y luego se sentó entre nosotros, hablamos por extensas horas, tanto que se nos hizo tarde.

– Y a la final no fuimos al parque –comentó Zayn riéndose.

– Louis debe estar que escupe fuego –exclamé nerviosa.

– ¿Tú crees que él no se fue? –Preguntó Niall– ese se debió ir con Harry y Liam.

– ¿Y por qué tú te quedaste? –Le pregunté a Zayn tratando de ignorar a mi amigo.

– Porque –se quedó callado y Niall soltó una risita– no sé nadar y le tengo miedo al agua –contestó a lo que Niall estalló en risa.

– No te burles –le pegué– con razón estabas posponiendo las fechas.

– Ellos son muy malos conmigo y querrán lanzarme de seguro.

– Pero si no sabes nadar –repliqué– ¿igual te lanzan?

– A la piscina de niños para asustarme –bastara que dijera eso para que me riera– disculpa Zayn, es que sonó muy gracioso.

– No te preocupes, ya estoy acostumbrado –contestó también riéndose.

Así pasaron las horas, entre risas y risas. Zayn siempre hacía que soltara grandes carcajadas, era muy divertido pasarla con ambos, hace tiempo que no compartía con Niall.

– Hoy es su último día de vacaciones –les recordé.

– Si –protestó Niall– unas estúpidas vacaciones de 1 semana, siento que esta gira será larga –comentó.

La puerta principal sonó fuertemente.

– ¡Este mundo es una mierda! –Mi corazón se paralizó al escuchar su voz, era él, lo sentía acercándose– iba hablar con ustedes, pero lo haré cuando estén solos –habló fríamente mientras se largaba a su apartamento, mi corazón se afligió por completo. Agaché mi cabeza tristemente. Sentí como Niall se paraba de nuestro lado y se iba, de seguro a donde él.

– Y después dices que no es odioso –le comenté a Zayn.

– No sé qué le pasa, te juro que él no es así, créeme –habló despacio.

– Tal vez no sea así con todo el mundo, pero conmigo lo es –me sentía mal y sabía el por qué era así conmigo, él solo quería ayudarme y protegerme y yo lo mandé a la mierda.

Me despedí de Zayn y luego me fui para el apartamento, era algo raro que una mansión estuviera dividida por apartamentos, pero más me daba risa que Louis y Harry vivieran juntos, algo se traían esos dos, me reí ante mi pensamiento, obviamente no era real lo que me imaginaba pero era tan gracioso pensarlo, al llegar me quité los zapatos como de costumbre y me preparé unas buenas patatas, amaba cocinar y creo que eso era otra de las cosas por las cuales era distinta a la sociedad, además que me encantaban descubrir cosas nueva, pero había un gran problema, que no podía. Les preparé unas a Niall y no sé en qué momento se hizo de noche pero ya lo era, me coloqué el pijama y me fui a la cama a esperar a Niall que todavía no llegaba, no podía dormirme, era muy imposible para mí y lo peor era que no tenía mi libro conmigo para leerlo, no es justo ahora no tenía nada, es como si tuviera que empezar de nuevo, escuché el sonido de la puerta, de inmediatamente supe que había llegado Niall, me paré de la cama y salí rápidamente a donde él.

– ¿Dónde estabas? –Le pregunté como quien no sabía.

– Tomando unas cervezas –pude notar su voz quebrada, típico de cuando miente, creo que ambos nos conocíamos muy bien– ¿por qué no estás dormida?

– No logro agarrar sueño –admití algo desanimada– en la cocina te dejé unas patatas.

– ¡Qué bien! –exclamó contento–. Quita esa cara –me abrazó– yo sé que todavía no te acostumbras, pero imagina que eso es una prueba que Dios puso en tu camino –habló suavemente mientras tomaba mechones de mis cabellos y los acariciaba.

– ¿Cómo hiciste para superar lo de tu padre? –Dije con un nudo en la garganta.

– Fue difícil –tomó aliento– pero pude superarlo, los primeros días fueron terribles no voy a negarlo pero luego fui aceptando la idea que ya no volveré a verlo ni abrazarlo, pero lo más importante sé que en cualquier parte del mundo está allí, cuidándome, a veces siento que está junto a mí, que me está dando los mejores consejos.

– No sé si yo pueda hacerlo –confesé entre lágrimas.

– No digas que no –habló serio– siempre hay que tener esa mente positiva y lo más importante –me alzó la quijada– nunca borrar esa sonrisa de tu rostro –me subió las mejillas haciendo que creara una gran sonrisa que luego fui haciendo por mi propia cuenta.

– Te quiero mucho hermanito –fundí mis brazos en su espalda, no me sentía sola, estaba con él.

Había pasado media hora que había tenido esa grata conversación con Niall, adoraba estar con él, pero todavía no lograba dormirme, creo que algo dentro de mí me decía que tenía que hacer algo y ahí fue cuando recordé las palabras de Niall, es algo mágico cuando sientes que está tu madre cuidándote y dándote las mejore ideas y consejos, así que debía hacerlo, necesitaba hacerle caso a mi corazón y sobre todo mostrar una gran sonrisa, me paré sigilosamente para que Niall no se diera cuenta, aunque sabía que no lo iba hacer, su sueño era demasiado profundo, como quería a ese enano comelón –me reí por dentro por lo que había dicho– caminé en dirección a la sala principal que comunicaba todos los apartamentos ¿a dónde me vine a meter? nada peor que una ciega en un laberinto. Lo bueno es que ya sabía a donde era mi objetivo, por suerte me grabé los pasos de Niall yendo a una dirección que sabía sin duda que era la de él, Liam. Toqué la puerta despacio, no esperé más de 2 minutos cuando alguien abrió, algo dentro de mí se movió, mis manos sudaban frío y comencé a temblar, sabía que era él pero tenía que ser fuerte y afrontar las cosas.

– Ho ola –titubeé.

– Hola –fue lo único que respondió, estuve a punto de darme la vuelta e irme pero pude resistirme.

– Disculpa –hablé bajito, tanto que casi ni me escuché yo misma pero al parecer él sí.

– ¿Disculpas por qué? –Ya me estaba molestando tanto rodeo.

– Disculpas por haberte tratado así cuando tú solo querías ayudarme –admití con la cabeza baja.

– Aaaah, ya… ok –pude escuchar en su voz un tono sarcástico que me enfurecía por dentro.

– No sé ni para qué vine –culminé para luego regresar al apartamento pero antes de que pudiera hacerlo tomó mi mano, lo que hizo que me quedara estática, sus manos eran sedosas, se sentían muy bien.

– ¿Por qué eres tan rara? –Tomó mis mejillas y las acarició delicadamente.

– Ya sabes por qué –contesté.

– No lo digo por tu ceguera, lo digo porque te sientes mal cuando la gente te trata mal y yo te trato bien y me respondes de esa forma –¿cómo él sabía que yo me sentía mal por la gente? de seguro Niall le había dicho algo.

– Porque no quiero que nadie me lastime y es raro que un chico como tú –confesé– tan famoso, me trate bie…

– Shh, –tapó mis labios con sus dedos– no todos nacimos famosos y antes que nada, somos seres humanos, sentimos igual y amamos igual –con sus dos manos tomó mis mejillas lo que me hizo temblar ¿por qué él tenía que hacer eso conmigo? bajé la cabeza y pasé un mechón tras mi oreja.

– Tienes un cabello hermoso –hizo lo mismo que yo anteriormente pero en la otra oreja.

– Siempre me han dicho lo mismo –reí– pero creo que nunca lo veré.

– Nada es imposible –fue un momento incómodo pero antes de que pudiera decir algo sentí la presencia de alguien venir y me puse aún más tensa.

– ¿Qué hacen despiertos a esta hora? –Definitivamente era Louis, esa voz era imposible de no reconocer, me di media vuelta hacía él.

– Eeeh –tenía que inventarme algo y yo era muy mala con las mentiras.

– Ella vino a decirme que tuviéramos sue-erte en el escenari-o-o mañana –por lo que veo Liam era igual o peor que yo mintiendo.

– Ah sí, claro –dijo Louis con tono de no creerse nada pero sin embargo decía que sí para no entrar en polémica– gracias por desearnos suerte por parte de Liam –me dijo Louis algo irónico.

– De nada –correspondí bajito.

Y esa había sido la primera noche que había tenido un contacto especial con Liam, algo diferente, una conexión mágica, una extraña sensación.