you're my wonderwall - Niall Horan & Tú - TERMINADA.

Los Ángeles era una ciudad muy hermosa pero no tenías ganas ni los ánimos suficientes como para disfrutar. Todo lo sucedido con Niall seguía muy presente en ti y ya había pasado un largo mes. Un mes donde no hablaste con ningún chico por teléfono, simplemente les mandabas algún que otro mensaje avisándoles que todo estaba bien o mejor dicho mintiéndoles ya que bien no era la palabra correcta. Tus padres estaban preocupados, hablabas poco, comías de vez en cuando, siempre tenías ojeras y parecías una muerta viviente. No quisiste contar nada, ¿para qué abrir las heridas cuando ya estaban casi desangrándose? Reíste sin humor, el amor dolía mucho y era mejor no sentir, ¡qué estúpida era la gente que se enamoraba y se dejaba llevar por esa tonta ilusión que algunos llamaban ‘amor’! ¿Amor? ¡El amor era una mierda!

—Hija, ¿qué te pasa?—llegó a tu habitación rápidamente cuando escuchó cómo se rompía el jarrón que tenías en una de las mesas como decoración.

—Nada mamá, sin querer lo tiré—te apartaste el pelo de la cara—lo recogeré todo, lo siento.

—¿Qué pasa _____(TN)?—habló con más seriedad—No eres tú desde que has venido, ¿qué ha pasado con ese chico? ¿Me quieres contar ya o tendremos que sacártelos a palos?

—Nada mamá, fui una estúpida y lo he estropeado todo, punto, no quiero hablar del tema, gracias mamá—suspiraste sentándote en la cama.

—Tú sabes lo que haces pero no estás bien—salió del cuarto cerrando la puerta con extrema lentitud, señal que estaba nerviosa y preocupada. Todo estaba saliendo mal y con ello incluía que preocupabas a todos tus familiares. En Londres no estabas bien, en L.A tampoco, ¿dónde tenías que ir para estar a salvo? ¿China? ¿Rusia? ¿Polo Norte? Con los osos, focas y pingüinos seguro que estarías bien, así no podías enamorarte de nadie y meter la pata de nuevo.

—Estoy volviéndome loca—balbuceaste tirándote hacia atrás para quedarte tumbada mirando el techo que tenía unas estrellas pegadas que al apagar la luz o por la noche cuando estaba oscuro eran fosforescentes.


—Niall, ¿qué haces?—preguntó Liam.

—Nada—escondió Niall la foto que estaba mirando y miró a su amigo nervioso.

—¿Qué escondes ahí eh pequeño diablillo?—empezó a intentar coger lo que estaba detrás del rubio.

—¡No! Espera—empezó a forcejear con su amigo—, Liam, no, espera … joder, Liam, mierda.

—¿Una foto con _____(TN)? Bueno, se veía venir—sonrió dándosela—. ¿Esto estabas escondiendo? ¡Eres tonto eh! ¿Pensabas que me iba a reír o algo parecido?

—No, no quiero que nadie se dé cuenta que la extraño y que la necesito aquí conmigo. Ha pasado un mes … un largo mes donde he sentido que nadie la pena, ya no me ilusiona nada, me he dado cuenta que ella daba chispa a mi vida. Ahora todo es tan monótono y frío sin ella—suspiró agachando la mirada para serenarse, seguía sensible en ese tema.

—¿Y por qué no has intentado hablar con ella? ¿Por qué no has intentando arreglarlo? Al final de cuenta los dos se han equivocado.

—Creo que se merece algo mejor—admitió lo que le costaba admitir desde un tiempo atrás—. Ella es tan ella … tan llena de vida, alegre, sonriente, energética. Siempre está haciendo cosas o animando a la gente. Puede sacarle una sonrisa a Harry hasta cuando está extrañando a su madre, ¿no es eso mucho? ¡Nadie lo logramos! Siempre anda en todo, se entera de los problemas y ayuda a cualquiera, no importa quién sea. Sabe amar … sabe cómo hacerse querer. Necesita un chico que se parezca a ella, que esté en su vida siempre, no que se vaya de gira por un año entero. Necesita un chico que esté con ella en todo momento, uno que la proteja. Y yo … yo no soy aquel. Simplemente soy yo, Niall, un irlandés flacucho y un teñido.

—¡No te hundas tanto amigo!—lo abrazó—Eres hermoso por ser precisamente irlandés y rubio teñido. Además, tienes los ojos más bonitos de este mundo, ¿qué te quejas? ¡Las tienes a todas locas hermano! Abre los ojos mi rubio, no seas tan crítico contigo mismo.

—No me hagas caso, estoy un poco … sensible—suspiró correspondiendo al abrazo que era reconfortante en ese momento.

—Ánimos, verás que todo se arregla, ten fe.

—Me sorprende que después de todo lo que ha pasado contigo sigas siendo tan ilusionado con esto del amor. Para mí en este momento el amor es una mierda. Veo a Cupido y le ahorco con mis propias manos, ¡bebé desgraciado que va en pañales y flecha a las personas haciendo que se enamoren!—escupió con rabia sin darse ni siquiera cuenta de lo que estaba hablando.

—Tranquilo Rambo—rió Liam, esa situación le parecía graciosa, Niall insultando a Cupido, momento terriblemente gracioso pero no quería reír, no quería echar más fuego al corazón del rubio.

Tu estancia en L.A no se alargó más y después de unos días volviste a Londres, a tu linda casita, la habías extrañado. Al entrar todo los recuerdos te golpearon haciéndote casi llorar. Tenías que empezar por quitar todas las fotos que tenías con él, pero sabías que no podrías … tu corazón no te dejaba, para quitarlas necesitarías una buena ayuda. Y como por arte de magia, el timbre de tu casa sonó. Con pasos decididos fuiste a abrir encontrándote con Liam, era raro, pensabas que nadie sabía de tu regreso.

—Hola pequeña—besó tu frente—, no deshagas tu maleta, nos vamos.

—¿Qué? ¿Dónde?—parpadeaste sin entender nada.

—No hagas preguntas. ¿Confías en mi?—te miró a los ojos.

—Sí—contestaste sin vacilación.

Sin preguntar nada más, seguiste a Liam hasta al aeropuerto. No entendías dónde iban a ir pero era raro ya que irían los dos. ¿Cómo de locos sonaba eso? Mientras que estaban esperando el vuelo, tu mente maquinaba miles y miles de cosas que podrían haber pasado. La última cosa que te había venido a la cabeza era Niall, algo te decía que tal vez … él tenía que ver con algo de eso. De inmediato apartaste eso de tu mente, ¿por qué desearía verte de nuevo Niall después de todo lo que le habías dicho? ¡Era estúpido!

—¿Dónde iremos?—preguntaste impaciente.

—Irás, yo no iré—sonrió—. Tranquila, confía en mí, no es nada malo.

—¿Cómo que iré yo?—parpadeaste sorprendida.

—Este viaje está hecho con una única idea—apoyó sus manos en tus hombros—. La idea es de que tú y el rubio se arreglen de una vez por todas. Ninguno lo está pasando bien. Imagínate, he tenido que aguantar a Niall mientras que insultaba a Cupido, yo no sé los otros, pero ya no quiero escuchar ningún insulto hacia el niño con pañales.

—¿Él quiere verme?—preguntaste nerviosa.

—Quiere arreglarlo tanto como lo quieres tú—sonrió Liam—, hazlo y no … no pierdan el amor que se tienen. Enserio, sé que bueno, ustedes se quieren, se tienen aprecio y respeto, no hagan que todo eso desaparezca por una tontería. Sé lo que es perder a alguien que amas y no es cómodo, ¿prometes arreglarlo? Por favor. Yo … yo he dejado ir lo que más quiero, no lo hagas tú.

—Gracias Liam—lo abrazaste fuerte—, eres lo mejor de este mundo. Sé que algún día encontrarás a alguien a tu medida y que te ame porque eres un ser maravilloso.

—Gracias pequeña—sonrió—, ahora vete, el amor de tu vida te espera.

—¿Dónde estaremos?—preguntaste cuando te diste cuenta que ni siquiera sabías tu destino.

—España es el lugar de Niall … así que …—sonrió encogiéndose de hombros.

—¡Genial! ¡Adiós!—dijiste lo último en español.

Abordaste el avión con los nervios a flor de piel. No entendías nada pero te habías propuesto volver con pareja de España, y no querías a ningún chico que no fuera Niall. Te sentaste y empezaste a morderte las uñas, estabas nerviosa y no podías estarte quieta, tenías la necesidad de moverte de un lado para otro.

—Las uñas son muy feas cuando te las muerdes—escuchaste una voz conocida a tu espalda—, yo me las muero y después me fastidio porque me cuesta tocar la guitarra sin la púa.

—¿Niall?—boqueaste sorprendida al verlo sentándose a tu lado.

—Hola …—saludó tímidamente.

Querías abrazarlo, besarlo, gritar de felicidad … pero te sentías intimidada. Simplemente te quedaste mirándolo incrédula sin saber qué decir. Iban a pasar unas pequeñas vacaciones en España juntos para arreglar la relación que tú habías estropeado. ¿Cómo de loco sonaba eso? Te daban ganas de reírte como histérica pero ibas a quedar como una maniática así que te limitaste a reír en tu interior.

—Yo … em … ¿Liam verdad?—preguntaste jugando con tus dedos.

—No, Niall—sonrió.

—¿Fue idea tuya?—lo miraste sorprendida.

—Algo así. Mira, sé que …

—No, cállate—sonaste más brusca de lo que habías querido—, hablaré yo. Aquí solo he tenido yo la culpa, ese día no sé qué me pasó por la cabeza al decirte toda esa mierda, simplemente no me lo creí pero tú sí. Estaba estresada … y no sé, no es una escusa, sé que me he equivocado, te he hecho daño y era lo que menos quería. ¿Podrías perdonarme? Todo este tiempo sin ti ha sido miserable, ¿sabes? Ahí fue cuando me di cuenta de que he sido una estúpida y que no encontraré a nadie mejor que tú. Eres perfecto para mí y … yo … yo sé que no te merezco, podrías encontrar a alguien a tu medida, tal vez como Amy … ella es más que perfecta para ti.

—Eh, eh, eh, espera, ¿de qué hablas? ¿Qué tiene que ver Amy aquí? Ella está en algo con Darren, nunca se me pasó por la cabeza que ella podría ser algo más que amiga para mí.

—Uhm vaya, me quedo más tranquila sabiendo eso …—reíste.

—Y tú eres más que perfecta para mí.

Después de esas confesiones los dos se quedaron callados, Niall estaba con su teléfono y tú pensando en todas las tonterías que se te pasaban por la cabeza. ¿Era posible imaginarte una foca bailando en bañador una canción de Green Day? ¡Demonios! Tu cabeza estaba hecha un lío … estabas pensando más tonterías que unos diez niños de cinco años.

—¿En qué piensas?—preguntó él mirándote fijamente.

—No quisieras saberlo …—empezaste a reír, la foca estaba volviendo a tu mente.

—¿Es algo malo?—preguntó nervioso.

—Es una foca bailando una canción de Green Day—soltaste aguantando la risa.

—¿Es enserio?—explotó en risas Niall—Yo estaba pensando en un elefante jugando con una hormiga.

—Son raros—habló una persona que estaba sentada detrás vuestra.

—Uh …—los dos se sonrojaron.

—¿Por qué estaremos pensando en tonterías como esas?—preguntaste sin entender mucho.

—No lo sé …—rió Niall contagiándote su risa.