"Cambiaste mi crudo invierno"

En ese momento, mi abuelo iba entrando….

-¿Qué pasa aquí? –Dijo Albert-
-Nada –respondió Skandar-
-Pasa que estos dos muchachos estaban pelando…. –dijo Federic-
-¿Acaso eres nuestro niñero personal? –le dije yo-
-¡Miranda! –Me reprendió el abuelo- ¡discúlpate con Fred!
-¡No! –le respondí, después mire a Skandar indicándole que me siguiera el “juego”
-No se la verdad, para que la trajiste abuelo… ¡estábamos tan bien! –Dijo el muy estúpido- tan solo mírala…
-¿Qué Skandar?... ¿Qué tengo?... ¿Monos en el rostro? –dije molesta-
-No, pero es un gran disgusto tener que verlo…
-Tu no tienes un rostro perfecto…. bueno tienes uno de perfecto idiota…
-¡YA!, ¡paren los dos!... Skandar, déjame decirte, que Miranda se parece bastante a tu madre…. Y Miranda, Skandar me recuerda mucho a tu padre…
-¡Retira lo dicho!, ofendes la memoria de mi padre… -le dije a Albert-
-¿Crees, que no es ofensa que te comparen con mi madre? –Dijo Skandar-
-Desde luego que si… yo por nada del mundo abandonaría a un hijo, prácticamente a su suerte…
-Bueno, pero por lo menos, yo SI tengo padres… SE que me aman, y Se que existen… además, tengo a mi abuelo, sangre de mi sangre… y tengo muchos amigos que me aman, en cambio tu…. –bufo- ¡No tienes a nadie!
-Imbécil –susurre-

Subí rápido las escaleras, mis ojos comenzaron a cristalizarse… el estúpido tenia razón… no tengo a nadie… di un gran portazo a mi puerta, después me quede en cuclillas con la espalda recargada en la puerta… y una lagrima, cayo, involuntariamente sobre mi helada mejilla… La limpie rápidamente, “El imbécil de Skandar pagaría por lo que dijo” me repetí una y otra vez… abrase mis rodillas, y me quedé ahí…. Tan tranquila, pensando en la venganza, sería helada, sutil y deliciosa….

Mientras la chica de heladas mejillas pensaba en su venganza, el abuelo, obligaba a su nieto pedir disculpas

-Skandar, ¡te disculpas ahora mismo con Miranda!
-¡Abuelo!.... ella también debería hacerlo…
-Skandar, en algunas cosas tuvo razón…
-¿Y yo?..
-Skandar… uno, dos…
-Esta bien… -dijo el muchacho resignado, y a la vez enfadado-
El chico, subió por las escaleras, y llamo a la puerta de su “prima”
-Miranda… –dijo-
-¡Vete! –respondió ella furiosa-
-Miranda, solo quería decirte…
-¡Que te vayas!
-No, no lo hare hasta que salgas…

Espero por aproximadamente 2 minutos…

-¿Sabes que?, todo lo que dije hace rato era cierto, y no me arrepiento de habértelo dicho, me da gusto no tener que disculparme, pues no serían mas que disculpas falsas, y… ¡deja ir de una buena ves a tus fantasmitas!
Narra Miranda:
Estaba tranquila, cuando de repente escuche esa voz que tanto me desagradaba… apenas discutí pocas palabras con el, pero me enfurecí más cuando dijo “¡deja ir de una buena ves a tus fantasmitas!”

En ese instante, abrí la puerta…

-¡Eres un completo estúpido! –Le dije- Claro, como tú no sabes que es tener cariño de padres…
-Albert, es como un padre para mí, además soy su orgullo…
-Te has preguntado alguna vez, ¿que significado tiene para el la palabra orgullo?
-Te odio, eres una amargada, aferrada a unos fantasmitas… ¡Supéralo!
-¡Yo te odio más!, no te soporto, eres un idiota que se cree lo máximo solo porque Albert te tiene compasión, y como es una buena persona dice que eres su orgullo para no hacerte sentir mal… -dicho esto, le rose bruscamente el hombro, y baje a la sala, ahí estaba Albert-

-¿Tu primo se disculpo? -me dijo-
-Eh, si… -le respondí, se enojaría si le digo lo que realmente paso-
-¿Tu también lo hiciste?
-Si, por supuesto… -le dije.-
-Muy bien…

Skandar iba pasando…

-Skandar, muchacho, ¡ven! –le dijo con una sonrisa.-
-Dime abuelo –dijo Él en tono serio-
-Bueno, les quería decir a ambos, que haré una fiesta, en honor a un excelente negocio que cerré, me gustaría que ustedes dos la organizaran, y bueno, es Octubre, ¿Por qué no, de disfraces?, digo vendrán nietos, e hijos de algunos socios, bastante juventud…
-Mmmm… no creo ser buena organizando abuelo… -le dije, pero lo cierto era que no quería estar cerca del tarado de Skandar-
-Vamos Miranda, anímate… -me dijo Albert-
-Mmmm… esta bien –le dije sin ánimos, ya se me ocurriría algo-
-¿Cuento contigo Skandar?
-¡Claro, abuelo! –Respondió este-

El día termino, estaba recostada leyendo, cuando mis ojos comenzaban a pedir a gritos, que ya los cerrara, que estaban cansados, yo también lo estaba, apagué la lámpara de noche, y recordé la frase más franca y sincera del día de hoy: “Yo te odio más”, quizá ya me había vengado de Skandar, con las ultimas palabras que le dije...

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Capítulo Siete: Insoportable

Han pasado dos días desde que Albert, nos propuso de que planeáramos las fiesta, es tan insoportable tener que estar al lado del imbécil de Skandar, se la pasa todo el tiempo pegado a su móvil, enviando y recibiendo mensajes (seguramente de las resbalosas que se la pasan atrás de él) acompañándolos de risas irritantes. Federic –o Fred como Albert lo llama- es quien nos vigila, al parecer si se convirtió en nuestro niñero personal.
-Buenos días –dijo Albert apenas llegando a la biblioteca, que era donde nos “encontrábamos” –mas bien me encontraba- planeando la dichosa fiesta.
-Hola Abuelo –le salude, desde un sofá.-
-Hola –dijo Skandar sin despegar la mirada de su molesto aparato.-
-¿Y bien, que propuestas me tienen?, ¿de que tipo será la fiesta?
-De superhéroes –respondió Skandar-
Yo sólo rodee los ojos, ¿cómo de superhéroes?, inmaduro…
-Alguna otra opción –dijo Albert mirándome.-
-Desde luego, ¿que tal estilo veneciano? –respondí yo-
-Me parece perfecto, justamente venía a hacerles esa proposición…
-Ash, esta bien… -dijo Skandar aun con el celular en las manos-
-Bueno, será este 31 de Octubre –dijo Albert-
-Pero faltan apenas dos escasas semanas –dije yo, creo que ya no podría deslindarme de este asunto, dejándolo en manos de Skandar sería un fracaso-
-Ya lo se, créeme siento no habérselos dicho antes, pero… acababas de llegar… -dijo Albert.-
-Este bien, descuida –dije-
-A propósito Miranda, ¿tienes celular? –dijo mirando a Skandar que estaba riendo como tonto en el móvil-
-Tenía, en aquel lugar me lo quitaron –respondí-
-Bien, entonces Fred –lo llamo, el hombre estaba en una esquina de la habitación, parecía soldado-, lleva a mi nieta a comprar uno, y ropa también…
-Pero abuelo… -dije-
-Nada. Fred, trae lo que te encargue. –Contestó mi abuelo-
-Sígame señorita –me dijo Fred-
Lo seguí, era mejor no discutirle nada a Albert, perdería mi tiempo, ya que siempre se sale con la suya…
Llegamos al centro comercial, observé algunas tiendas, la ropa era totalmente… no hay palabras para describirla, mas que “no de mi gusto”. Después de recorrer miles, elegí abrigos, jeans, botas, gorros, guantes, paraguas -todo en colores sobrios-… en fin, todo lo necesario, para soportar este clima: “Lluvioso y frío” además las nevadas estarían próximas.
Después de que Federic cargo las pesadas y gigantescas bolsas –no es que sea una “fashionista”, pero precisamente él era el que me hacía elegir miles y miles de prendas y objetos, con decir que hasta ¡con accesorios me presiono!- Nos dirigimos a la tienda de teléfonos, cuando llegamos me dijo:
-Elija el que quiera…
-¿Ah si?, bueno quiero ese… -dije señalando a uno de los celulares que actualmente les dicen “ladrillos”-
-Le diré a tu abuelo –me dijo-
-¿Qué?, quiero ese…
-No inventes Miranda, digo, no invente señorita…
-Jajajaja... te escuchaste gracioso… Vamos, dime Miranda…
-No, disculpe usted… bueno elija el que quiere…
-¡Ese!, no es broma –dije sonriente-
-No ese no… porque no elige uno como el que los jóvenes de su edad usan…
-No, quiero ese
-¿Qué quiere que haga para que elija uno del tipo que le digo?
-¿Lo que yo quiera, dijiste?
-Así es –me respondió-
-Bueno, en primera que me llames Miranda y dejes el trato d usted a un lado, y en segunda, elígelo tu por favor, me da lo mismo…
-Uff… no, no creo hacer eso…
-Entonces quiero el ladrillo
-Esta bien Miranda, ¿IPhone o BlackBerry?
-¿A fuerzas tiene que ser uno de esos?…
-Si, ¿Cuál era el que tenias antes?
-Un BlackBerry, mis padres me lo habían regalado…
-Ok entonces IPhone…
-Pero Federic…
-Nada. ¿No que lo eligiera yo?
-Si pero…
-Nada, vamos a caja…
Le seguí, Federic pago, después me dio el número, lo registró en su teléfono, y me lo entrego, yo lo guarde en uno de los bolsillos de mi abrigo, la verdad no le veo la necesidad. Íbamos camino a casa, cuando Fred se paro frente a un banco.
-Ahora vuelvo –dijo, bajándose del coche-
Yo le espere tranquila observando la brisa que caía livianamente.
Luego de unos 30 minutos, volvió, subió al auto y de un sobre saco una tarjeta de debito.
-Aquí tienes… -me dijo-
-Pero no es nece…
-Nada, este es el encargo de tu abuelo, yo solo cumplo órdenes, por el límite no te preocupes, si algo llega a ocurrir solo dímelo, ah y ten esta otra, es para los gastos de la fiesta…
-¿Y porque no se la das a Skandar? –pregunte-
-Ay, Miranda por favor, como si no me hubiera dado cuenta, la fiesta completamente en sus manos seria un fracaso.
-Eso es cierto. –tome ambas, y las guarde en el bolsillo izquierdo de mi abrigo-
-Por cierto la lista de invitados, esta en el cajón superior derecho del escritorio que esta en la biblioteca.
Llegamos a casa, entre dando pasos lentos, me dirigía a la biblioteca por la lista de invitados, cuando llegue y abrí las puertas…

Skandar's Pov.

Estoy en la biblioteca mas aburrido que nunca, mi queridísima prima salió a comprar sabe que cosas, la vedad me interesa un reverendo pepino le que haga. Pero es que sin alguien a quien molestar me siento, no sé cómo decirlo, Mmmm mas aburrido que de costumbre.

-Joven Skandar-llamo a mi puerta Roger-
-Adelante- conteste con fastidio, pues no puedo tener un día tranquilo en esta casa.-
-Lamento interrumpirlo, joven, pero una señorita lo busca con urgencia...
-Una señorita, pero si yo no he…-me dedicaba a contestar cuando la persona a quien menos esperaba ver apareció en mi puerta.-
-Bonjour Mon amour-me contesto Madisen, mi ex novia francesa, a la cual no he visto desde hace 1 año.-
-Roger, puedes retirarte estamos por comenzar una conversación privada

Roger Como buen sirviente obedeció al instante……

Cuando estaba por comenzar una conversación con Madisen, ella salvajemente se me tiro encima, besándome desesperadamente y sentada a horcadas sobre mí.

-Sshhhhhhhhhh, no hables lo arruinaras todo-dijo sobre mis labios.-

Yo como buen chico que soy, obedecí al instante y me deje llevar, ella viendo que le correspondí al beso me empezó a desabotonar la camisa de seda blanca que llevaba puesta y acariciar mi pecho, no recordaba lo buena que era haciendo esto, sus manos bajaron hasta llegar a la evilla de mi cinturón, pero cuando estaba a punto de quitarlo, escuché que la perilla de la puerta se abría lentamente...

-Skandar, ¿Sabes donde...? – oí decir a la molestosa voz de Miranda-
Los ojos de mi queridísima prima (noten mi sarcasmo) se abrieron desmesuradamente, al ver la escena que le estábamos dándole mi ex y yo.

-Siento molestar no sabía que estabas ¡TAN! ocupado-y eso fue todo mi estúpida prima salió despavorida a toda velocidad……y para variar dejo la puerta abierta…

Me quite de encima a Madisen rápidamente…

-¡Pero Amor! –dijo Madisen-
-Continuamos luego… -dije colocándome mi camisa- nos vemos. -y corrí tratando de alcanzar a la tonta de Miranda-

-¡Miranda! –le grite-
-¡Que quieres! –respondió ella.-
-No vayas a decir nada, ¿entendiste?
-¿Me estas ordenando?, pff… no me hagas reír, pero por supuesto que Albert se enterara…
-No te atrevas…
-¿O si no que?... ya te dije que no te temo…
-Bien, pero no digas nada…
-Ok, no diré nada…
-Gracias –dije con sensación de alivio-
-Siempre y cuando…. –ahora era el momento de condiciones, aceptare las que sean, con tal de que Albert no se entere…-
-Bien, tú dirás…
-Así me gusta, bueno, en primera, te dirigirás a mi de usted, dos, harás lo que yo te diga, mas bien serás mi esclavo, y tres…. Me darás el cuento número trece…
-¿Qué tu estas loca? –le dije-
-¿A que hora vuelve Albert, dijiste? –Pregunto con una sonrisa burlona- Ah, lo olvidaba en 30 minutos es la cena…
-Bien, pero tu ya tienes el libro…
-Si ya lo se, pero yo quiero el tuyo, el que me quitaste, ¿recuerdas?
-Síguelo queriendo… -dije con fastidio
-Humm… que dirá Albert después de enterarse de algo así…
-Ok ok es tuyo… vamos a mi recamara por el…
-¿Perdón?... ¿vamos?... –dijo ella burlona-
-Acompáñeme por favor…
-¡Tráelo tu! –dijo-
-Miranda…
-Sht sht sht, señorita Coleman para ti…
Esa tonta me las pagaría….