"Cambiaste mi crudo invierno"

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


Capitulo 4: “Conociendo mi nuevo hogar”

El Sol se asoma lentamente por el horizonte y a causa de eso he despertado con un rayo de luz en mi rostro… abrí mis ojos, lentamente, el pequeño rayo era demasiado leve, me parecio un poco reprimido y opaco… me levante y pise el suelo esperando encontrarlo frio, pero no fue así, mi pie derecho se encontró con la alfombra sobria color café… algo placentero para mis pies… entre a ducharme, me vestí y eche una mirada atreves del cristal de mi ventana… el día amaneció nublo… el verde pasto estaba bañado de rocío, imagine que hacia frio, por lo que opte ponerme un abrigo… acomode mi cabello en una coleta de lado, por lo que caía en mi hombro derecho… Vi el reloj, marcaba las 9:00 am en punto… en ese instante tocaron a mi puerta….
-Miranda, hora de desayunar
Supe quien era… Maggie… abrí mi puerta enseguida y le di los buenos días…
-Miranda, ¿estabas despierta?
-Si, ¿Por qué? Parece otra cosa… -dije dirigiendo una mirada a mi cabello húmedo-
-No, disculpa… que pregunta tan tonta… ya estas bañada…
-Descuida. –dije para después llegar al comedor y tomar mi lugar, Skandar el tarado, aun no llegaba-
-Buenos días Pequeña –me dijo mi abuelo-
-Buenos días abuelo. –le salude yo-
-Veo que has aprovechado tu mañana.
-Si abuelo, he tomado un baño tibio que resulto placentero por la mañana fría –conteste-
-Judith, ¿Mandaste llamar a mi nieto?
-Si señor, Lilith ha ido a llamarlo… -respondió Judith-
-Bueno, Pues desde ahora Lilith llamara a Miranda, y Maggie a Skandar, ¿Entendido?
-Si señor…
-¿Por qué abuelo? Si se puede saber… -le pregunte-
-Por que no quiero que Skandar se distraiga… -me respondió Albert-
-Woow, abuelo, tan inmaduro esta, que necesita que seas su niñero personal –dije irónica-
-Para tu información no necesito niñeros, niñita… -dijo Skandar, apenas llegando-
-Perdón Primito, pero no me llames niñita, no lo estoy, o en ese caso tu también serias un niñito inmaduro –dije con el afán de molestarlo-
-Para empezar, no me llames primito no lo somos.…
-¡Basta!, los dos se comportan como niños inmaduros… -dijo Albert interrumpiéndolo- y si Skandar, no serán primos de sangre, pero eso no es lo importante…
Nos cubrió un silencio abrumador, y comenzamos a desayunar… en medio del desayuno, Albert comenzó nuevamente.
-Bueno, Miranda, le pediré a Judith que te muestre la casa… ah, no, mejor no… ¿Por qué, no lo haces tu, Skandar?
-No, abuelo, yo no puedo…
-¿Ah, si?… ¿Y por qué?, que yo sepa no tienes ocupaciones…. Así que lo harás tu y punto –dijo Albert serio, y mirando a Skandar amenazante.-
-Amm… abuelo, puedo pedírselo a Maggie…
-No, lo hará Skandar, ¿verdad?
-si, lo hare yo –dijo molesto-
Woow, Albert si que sabía como manejar a Skandarsito…
-Bueno, gracias –le dije a Skandar, con una sonrisa cínica, tal parece que Albert lo noto y sonrió-
Terminamos el desayuno, al parecer después de cada comida Albert se reunia con Federic en el despacho. Me quede quieta y callada, observando el crsital de la mesa, limpio y reluciente…
-Vamos –dijo Skandar-
-¿A dónde? –le pregunte yo-
-Escucha, no me agradas, para nada, pero te mostrare la casa, porque mi abuelo me lo pidió, no porque sea amable, o algo así.
-Gracias, primito lindo, por supuesto que tu a mi tampoco me agradas… pero bueno, yo tampoco le hare un desaire al abuelo…
-Bien, vamos… sígueme…
Le seguí por el pasillo, yo solo conocía el vestíbulo, el comedor, la sala y mi habitación….
-Aquí es el despacho de Albert. –me dijo el- esta es la cocina, alla es el jardín…
Y asi siguió hasta que llegamos a un salón grande…
-aquí es el salón de fiestas, muy pocas veces hay, pero son fiestas de Albert
Entendí lo que quiso decir, “fiestas importantes”
El abrió la puerta y el salón era inmenso, con piso brillante, candeleros por aquí y por allá… era muy elegante…
Seguimos caminando, yo observaba todo con mucha atención e interés…
-aquí es la biblioteca…
Skandar seguía avanzando, yo me quede parada en la puerta….
-sígueme –me dijo-
-¿no me invitaras a pasar?... quiero conocerla…
Skandar hizo cara de irritado, después se regreso, se puso enfrente de mi, y abrió las puertas… eran dos puertas, componiendo una, igual que las del salón de fiestas… me encontré con varios estantes, libros y cinco sillones de lectura…. Entre, di pasos lentos y cortos… el lugar era cómodo, el sitio perfecto para degustar un libro igual de perfecto… me encontré con varios libros, de autores conocidos, Oscar Wilde, Lewis Caroll, Emily, Anne y Charlotte Brontë , entre muchos otros… un libro en especial atrajo mi atención, con su pasta tan llamativa, y su titulo escrito en letras doradas… “El cuento numero trece” estaba por posar mis dígitos en el…
-¡No! -me dijo Skandar de una manera alterada- Ni se te ocurra tocarlo…. Acto seguido lo tomo muy velozmente…
Lo mire confundida, preguntándome por que reacciono asi… una idea fugaz paso por mi mete, y para comprobarla dije lo siguiente:
- "Todos los niños mitifican su nacimiento. Es un rasgo universal.” –Guarde silencio y mire atentamente a Skandar-
- “¿Quieres conocer a alguien? ¿Su corazón, su mente, su alma?” – dijo el. Era justamente lo que estaba esperando que hiciera-
-“Pídele que te hable de cuando nació” –proseguí yo.-
-“Lo que te cuente no será la verdad”…. –continuo el-
- “Será una historia… Y nada es tan revelador como una historia”. –Eso último lo dijimos ambos juntos…-
Después nos miramos confundidos, y a la ves sorprendidos… lo que acabábamos de decir, era “la clave” por decirlo así del maravilloso libro…

Me quede, muy sorprendida… Skandar, ¿conociendo la historia?... y además protegiéndola…. Estire mi mano, en forma de pedirle el libro…
Él lo fue acercando, pero después lo alejo…
-Vida Winter… cuentos de cambio y desesperación… -le dije, por ultimo para que me lo diera-
-¿Quién es Vida Winter? –me pregunto.-
-Humm… Angelfield…
Skandar guardo silencio…
-Vamos… -le dije para que me lo diera.- es un tesoro, lo se… es muy preciado, también lo se… tenia uno que mi madre me regalo, pero… lo perdí… creí que lo traía entre mis cosas… pero no es así… ¡Vamos!
-¡No!... –se dio la media vuelta y se fue con el libro, apegado a su pecho-
Me quede confundida, decidí checar los estantes, para ver si no había otro…No, era el único… pero tuve una idea, ir al despacho de Albert y buscarlo… por lo que se, Albert le dio ese regalo a mi madre, y ella me lo dio a mi… fue una lastima haberlo perdido… entre sin tocar, el abuelo me mimaba mucho, no creo que me regañe, además en todo caso, me disculparía, acompañada de una sonrisa, fingida, pero al fin y al cabo sonrisa….
Entre y no había nadie, su despacho era muy grande tenia un sofá que daba a la ventana y quedaba de espaladas a la silla inmensa de su escritorio, si me sentara nadie me notaria… busque entre el librero, y en el lomo de un libro estaban esas llamativas letras doradas… tome esa pasta tan suave entre mis manos, la acaricie, y la lleve a mi pecho, después me senté en el sofá de la ventana, y comencé la historia… era la primera edición el que yo tenia también lo era, y supongo que el de Skandar también… comencé con el capitulo uno, avance 20 paginas en un tiempo que me pareció fugaz… escuche que abrieron la puerta, voces masculinas llenaron la habitación con su tono grueso.. La de Albert y Federic…
-¿Y bien Fred, que te parecen mis nietos? –Dijo Albert.-
-Miranda muy seria y callada… y Skandar… -respondió Federic.-
-¿Que has sabido de él y Lilith?
-Nada señor, el joven ha puesto distancia a la muchacha…
-Muy bien… me parece perfecto… Tenemos asuntos pendientes, ¿vamos?
Los dos hombres salieron... no notaron mi presencia, no es que me guste escuchar conversaciones ajenas, pero fue un incidente… percibí voces afuera, y la puerta volvió a abrirse… esta ves entro Albert con Skandar…
-Perdón por interrumpirte, ¿era muy importante? –Dijo Skandar-
-No, ¿Qué querías decirme?
-Abuelo, ¿puedo invitar a algunos amigos?
-Si, pero siempre y cuando hayas cumplido en lo que quedamos esta mañana… ¿le mostraste la casa a Miranda?
-Si, de hecho hubo algo que me sorprendió…
-¿Qué? -Le interrogo Albert-
-Conoce muy bien “El cuento numero trece”…
-El, El… ¿cuento numero trece?…
-Si, cuando entramos a la biblioteca, lo vio… entonces lo tome, y ¿sabes?, menciono la frase…
-Seguramente, lo habrá leído… quizá el que le regale a Lucrecia, ahora le pertenece a ella, como a ti el de Randal… Entonces los tres lo tenemos…
Oppss, no era así, solo ellos dos lo tenían…
-Bueno, entonces ¿me dejas traer amigos?
-Si, esta bien… Bueno Skandar, ahora si, me voy…
Habían salido del despacho, hojee el libro para llegar a la parte final, y me encontré con un escrito que decía:
“Para Lucrecia, con cariño: papá”
Este era “mi” libro, el que mi madre me regalo, ¿como habrá llegado hasta aquí? Salí con el libro en las manos, subí a mi habitación y lo guarde en mi buró…
Me quede unas horas en mi habitación… observando por el cristal de mi ventana las gotas de lluvia que rebotaban…
Baje a la sala, y escuche risas entre voces gruesas… eche un vistazo, eran Skandar y supongo que sus amigos…
Pasé a la cocina, ahí estaba Maggie…
-¿Ellos son…? –le pregunte-
-Los amigos del joven…
-Tarados igual que el, supongo…
-Jajajaja, ¿porque no te cae bien Skandar?
-No, lo se, no lo soporto…
-Jajajaja, deja les llevo esta charola…
-¿Y que? Skandar no tiene manos, ¿o que?...
-Jajajaja, me lo pidió…
-¿Te dijo por favor?
-Pues… no… pero tengo que obedecer…
Y fue a entregarle la charola…
-¿Son los de su película aburrida? –le pregunte-
-Jajajaja… si, el rubio se llama William, el de cabellera negra Ben, y el pecoso Will... la chica que esta al lado de Ben se llama Anna, y la que esta a un lado de Skandar Georgie…
-Humm… ¿y mi abuelo?...
-No lo se... tal vez Skandar lo sabe...
-Gracias… -fui en dirección a la sala, a preguntárselo a Skandar-

-Skandar, ¿Dónde esta el abuelo?...
-Saluda por lo menos… -me dijo-
Hice cara de irritación…
-Hola… -dije seca.-
-Hola, Linda… -se me acerco el de cabellera negra, el supuesto Ben-
-Miranda, ¿y tu eres? –dije indiferente-
-Me llamo Ben, pero puedes decirme Benny…
Lo mire confundida, tratando de aguantar la risa por el ridículo apodo…
-Ok, solo bromeo, gusto en conocerte…
-Igualmente… -le respondí-
-Y yo soy William –dijo parándose, el rubio de ojos azules…-
-¿Willy? –Dije en broma-
-Si, si gustas… -dijo sonriente…-
-Me llamo Will –dijo el chico pecoso, se acercó, me ofreció su mano, la estreche… iba a besarla y la retire bruscamente.-
-Agradezco la cortesía, pero no soporto que hagan eso… -le dije seria-
-Miranda, ellas son Georgie y Anna… -dijo interrumpiendo Skandar-
-Mucho gusto –dijeron ambas.-
-Lo mismo digo –respondí-
-Skandar, ¿Dónde esta el abuelo? –le interrogué-
-Creo que esta montando…
-Gracias. –Me gire para salir a buscar a Albert, cuando estaba por salir, escuche decir:
-Bye Mindy…
Me volví, para ver quien había dicho eso… era William…
-Adiós, Willy Wonka….
Cundo salí escuche las risas de todos… “Willy Wonka”… que ocurrente soy…. Salí en dirección a los establos, estaban un poco alejados de la casa, el cielo esta nublado y la verde yerba estaba húmeda… a lo lejos escuche un galope y algunos relinchidos… era Albert montado en un caballo, negro con pelo reluciente… me vio, se freno y bajo del potro…
-Hola –me saludo-
-Hola abuelo…
-¿Qué haces aquí?...
-Bueno, vine a buscarte, para hacerte una pregunta… ¿Por qué estaba en tu despacho el libro de Setterfield, el que le diste a mi madre?
Albert guardo silencio…
-Yo estoy segura que lo tenía entre mis cosas…
-Miranda, cuando llegaste, Federic me lo entrego, dijo que mientras avanzabas para entrar, se te cayo…
-¿Y porque no me lo entregaste?...
-¿Y como sabes que estaba en mi despacho?...
-Bueno, es que… en la biblioteca encontré uno… Skandar lo tomo y se lo llevo… por eso creí, que quizá en tu despacho encontraría uno… iba a preguntarte… pero no estabas… y mi mirada se topo con su lomo…pero vuelvo a preguntarte… ¿porque no me lo entregaste?
-Quería saber, cuanto interés tenias en el… que significaba para ti…
-¿Has obtenido respuesta?....
-Si, me da gusto que lo quieras tanto…
-….
-Y bueno, ¿ya viste a este muchacho? –dijo dándole palmadas al brilloso caballo-
-Si, es lindo… -dije con una sonrisa mirando fijamente el rostro del hermoso animal…
-Se llama Relámpago…
Me acerque al caballo… le acaricie el rostro, y lo salude…
-Siempre te han gustado, ¿no es asi?...
-Si, desde niña…
-Vamos a guardarlo… no quiero que se enferme el pobre…
Fui a un lado de mi abuelo… guardo a relámpago, después me mostro otro hermoso caballo…
-Esta precioso…
-Si, se llama Cobald, es de tu primo…
Me quede seria en cuanto dijo eso… después me le acerque al potro…
-Pero mira que lindo eres… descuida tu no tienes la culpa de tener ese dueño… -le dije, mientras le acariciaba el lomo…-
-Miranda, él es Ramiro, el capataz… -me llamo Albert-
-Mucho gusto –dije sin extender mi mano-
-Igualmente señorita –dijo el hombre moreno, no muy alto, quitándose su sombrero, a decir verdad su sonrisa me dio escalofríos…
-Bueno, abuelo… iré a… descansar… -dije queriendo irme de allí-
-Si pequeña esta bien…
Me aleje a paso veloz… los amigos de Skandar iban saliendo… entre rápido… me senté en un sofá, y a los minutos llego Skandar...
-¿Qué paso, que tienes?... parece que viste a un fantasma –dijo burlón-
-Como si te importara…
-Amargada…
-Libertino…
-¿Qué?
-te llame Libertino…
-¿Por qué?....
-¿Por qué?.... y descaradamente preguntas porque…. Bueno ¿resbaloso?.... o de moral distraída, no mejor Libertino… va muy bien contigo….
-¡Cállate!….
-¿Qué me harás?.... para tu información, no te tengo miedo… además tu empezaste…
En eso iba entrando Federic…
-Ya basta los dos… -nos dijo el hombre-
Skandar detuvo su mirada llena de odio en mi… estoy segura que si las miradas fuesen puñales...