Entrega la Evidencia y nadie saldrá herido. (One Direction y tú) [TERMINADA]

Cuando era pequeña, vivía con mis padres, literalmente. Mi padre viajaba por alrededor del mundo descubriendo el arte de cada edificio con el que se encontraba y por lo mismo, es que me gusta la arquitectura. Mi madre es periodista, de los mismos que no tienen demasiado tiempo para su familia, así que prácticamente fui criada por la escuela y los libros que tanto adoraba leer.
Pero ahora, ya tenía la mayoría de edad y me encontraba sentada en el sillón en una de las tantas habitaciones del hotel, con mi bolso apretujado por mis brazos pegado a mi pecho y rodeada por 5 pares de miradas puestas en mí.
— ¿Qué haremos con ella? — Preguntó un molesto Zayn quién se encontraba apoyado en la pared con sus brazos cruzados.
Harry, quién se había recuperado un poco de su borrachera le respondió. — Te dije que era una loca maníaca que solo quería conocer a sus ídolos.
Me apuntó desde lo que pensé era su cama y Louis se me acercó, mientras Niall y Liam observaban atentos por si intentaba escapar desde la puerta.
— ¿En verdad eres una “loca maníaca” como dice Hazza? — Tocó mi mejilla y vi como su mirada penetraba los oscuros lentes que aún llevaba conmigo haciéndome erizar.
Removí su caricia con mala gana y Niall chifló sorprendido ante mi reacción al igual que los demás.
Me saqué el gorro de lana y dejé que mi largo cabello cayera otra vez por mi espalda, bufé enfadada conmigo misma por no haber predicho que atrás de mí en el callejón se encontraba el resto del grupo, y que estarían presenciando la súbita fotografía como evidencia.
— Déjenme salir. — Les pedí, aunque debió sonar más como una orden.
Harry rió desde su posición y Zayn frunció más el ceño. Louis me sonrió y corrió los lentes de mi rostro, dejando por fin mi mirada desnuda ante ellos.
Liam se removió un poco al fijar su vista sobre la mía y la desvió rápidamente, mientras que Niall me sonrió de la misma manera que lo hizo cuando estaba frente a mi habitación en la mañana.
Louis se sentó a mi lado en el sillón y me rodeó los hombros con un brazo para decir. — Aquí tenemos un grave pero lindo problema, ¿No, chicos?
El ruliento asintió a la par con el rubio, aunque solo ellos hicieron un movimiento puesto que Liam seguía evitando mi mirada y Zayn… bueno él me miraba con más odio que aceptación.
— No te preocupes, te dejaremos ir. — Me dijo el mayor de todos.
Le miré sorprendida y pensé por un momento en abrazarle por lo agradecida que me sentía por dejarme salir por fin de la habitación. Removió mi cabello con su mano y dio una pequeña risita que me devolvió al estado de preocupación.
— Pero con una condición.
Lo sabía, nada era tan fácil en esta vida. Asentí.
— Danos esa fotografía y te prometemos nunca hacerte daño.
Quedé hecha una piedra, ¿Pedirme la evidencia? No podía hacerlo. Por fin tenía la prueba con la que Helen me otorgaría su puesto como presidenta de The Next Time, ¿Y querían que lo soltase? No, no lo iba a hacer por nada del mundo, aún si eso significaba quedar encerrada en un cuarto con ellos haciéndome “quién sabe qué”.
Antes de negarles algo mi teléfono sonó, con el mismo timbre que advertía que Hel me requería.
Todos quedaron en silencio y Louis me soltó, levantándose del sillón y sentándose en el de enfrente, esperando al igual que todos que contestase.
Saqué el celular desde el fondo del bolso y apreté el botón de Aceptar.
— ¿Tienes idea del tiempo que estoy perdiendo al esperarte responder? Deberías de ser más rápida, ____. — Escuché su voz desviando la mirada de los 5 que estaban atentos a mi conversación.
Solté un suspiro y respondí. — Lo siento, Hel. Estaba… algo distraída.
Harry soltó una risita y lo fulminé con la mirada para que callase.
— ¿Y? ¿Cómo ha estado el seguimiento? Esperaba tener alguna noticia temprano en la mañana pero veo que no ha pasado nada, ¿No es así?
Helen me estaba presionando, lo sabía, y me sentía peor con todas esas miradas capturando el momento de desesperación que irradiaba mi cara.
— No, nada. — Le mentí.
Ella suspiró y escuché gritarle a un empleado por un café para volver al teléfono.
Le cambié el tema para que no me siguiese atormentando. — ¿Ha llamado Kate? Pensé que… el día de hoy me saludaría.
Bajé la mirada apenada por que ni si quiera mi madre, Kate, haya recordado que hace 1 semana había cumplido los 18.
Por la misma razón estaba contenta de poder salir del país por mi cuenta, y por eso mi jefa me mandó en la misión “Seguimiento” a mí y a nadie más.
— Sabes que Kate ha estado ocupada reportando la ola de frío en Washington DC, tal vez en unos días te llamará.
Kate y Helen se conocían desde que estudiaban en la universidad, y solo por hacerle un favor a mi madre me contrató para su revista.
— Debo irme, Little ____. Saludaré a tu asistente William de tu parte. Adiós.
El sonido del timbre colgado apareció en mi oído y volví a la realidad, estaba encerrada en uno de los cuartos de los integrantes de One Direction.
Guardé rápidamente el celular antes de que me lo quitasen y vi sonreír a Niall desde la puerta, “ese chico siempre lo hacía” recordé el pie de página de sus fotografías.
— ¿Entonces? ¿Nos darás esa fotografía? — Dijo Louis mirándome directo a los ojos.
Asentí sin decirle nada de mi astuto plan.
Me levanté y todos se pusieron en alerta, pero en al ver que solo me acerqué a Louis, ellos también lo hicieron, dejando libre la puerta de mi escapada.
Busqué la fotografía de Harry totalmente bebido y se las mostré, el protagonista de la escena se avergonzó de sí mismo y Niall junto con Louis rieron, pero Liam seguía serio y Zayn me observaba como si conociera mi plan.
Entonces cuando el de rulos intentó tomar mi teléfono, miré hacia la puerta y corrí rápidamente para salir de su habitación.
Cuando por fin había salido me di cuenta que era el piso donde yo también dormía, por lo que volví a correr hacia mi cuarto y entré lo más rápido que pude sin ser secuestrada otra vez por ellos.
Escuché las grades pisadas buscándome por todos lados en el pasillo, mientras yo me apoyaba con la espalda en la puerta y me dejaba caer en el suelo recobrando el aire.
Ahora si que estaba perdida, cuando vuelva a salir de aquí ellos me encontrarían y quién sabe lo que harían para recuperar esa subida de puesto.
Cuando pensé que se habían rendido, unos golpes leves en la puerta me sobresaltaron. Había olvidado que todos me habían visto en mi pijama frente a mi habitación.
No hice ningún ademán de querer abrirle al intruso, por lo que solo me dediqué a escuchar.
— ¿Puedes abrirme? Soy Liam.
¿El callado y sobreactuado Liam se encontraba detrás de esa puerta?
Dejé a un lado el gorro con los lentes en el bolso y me levanté del suelo para mirar por el agujero de la puerta, verificando que solo se encontrase él.
Suspiré rendida y le dije. — Déjame tranquila.
Él sonrió un poco satisfecho por saber que me encontraba ahí, removiendo un poco su cabello y desviando su mirada hacia el pasillo.
— ¿No podemos hablar? Sé que te sientes asustada con el resto de los chicos pero yo no te he dicho nada aún.
Tenía razón, él no había cruzado palabra alguna conmigo y yo le estaba negando como si fuese un pedazo de chicle en el suelo.
Le abrí la puerta y me fijé en su mirada, estaba avergonzado.
— ¿Qué quieres? — Le dije disimulando un poco mi enojo.
Se rascó la nuca con una mano y vio por el pasillo para asegurarse que el resto del grupo no estuviese cerca. — ¿Cuál es tu nombre?
Quedé con los ojos bien abiertos, no porque no esperaba esa respuesta, sino porque no creí nunca que un famoso pidiese mi nombre.
Desvié ahora yo la mirada, bajando mis niveles de enojo por solo ser él.
— ____ Ellesonn.
Sonrió y pude ver su brillante dentadura por fin, solo la había visto en fotografías y en videos pero nunca creí estar cerca de él cuando lo hiciese.
Levantó su palma intentando que yo la aceptase, pero cuando lo iba a saludar debidamente el grito de Niall apareció de la nada.
— ¡Por acá chicos! ¡Liam está a punto de robarle la evidencia!
Ahí entendí todo, el chico que tenía delante de mí solo inventó su cortesía para recuperar la fotografía de mi celular, y yo había sido controlada por una simple sonrisa.

Empujé a Liam para que se alejase de mí y los demás llegaron a su lado para mirarme con atención.
Zayn frunció el ceño que solo eso me bastó para apuntarlo y decirle mis horribles pensamientos.
— ¿¡Crees que por tu mirada enojada hacia mí me hará darles la fotografía!? ¡Son unos idiotas!
Pateé el suelo con fuerza y me crucé de brazos con la mirada hecha un ogro hacia ellos, que por lo que parece comenzaba a ser una costumbre.
Harry palmó el hombro de Zayn y se acercó a mí con una sonrisa para decir. — Al parecer no tratamos con una de nuestras seguidoras, ¿No es así?
¡Aleluya! Alguien por fin entendía que no era una más de su grupo de lunáticas.
— ¿Entonces quién es? Porque por lo que veo en su mesa es una revista con nosotros en la portada.
Zayn apuntó con su cabeza lo que era la mesa de la entrada, donde estaba la edición del mes anterior de The Next Time que había llevado conmigo por los divertidos puzles que Will, mi asistente había hecho.
Me sentía desprotegida y más aún por pensar que lo habían descubierto todo, que yo era la escritora de todas esas noticias.
Niall se hizo paso entre la puerta y yo para tomar la revista entre sus manos y volver hacia nosotros con una sonrisa en su rostro.
— ¡Es la de Nueva York, Louis! De la que te hablé la otra vez.
¿Ellos conocían la revista?
Harry se relajó un poco y la tomó para leer, mientras que Zayn seguía con su mirada de odio sobre mí y Louis con Niall decidían algo entre ellos. Liam, solo se apoyaba contra la pared intentando no volver a mirarme.
Cuando el par terminó de hablar entre ellos se me acercaron sonrientes.
Observé a cada uno antes de escuchar sus palabras. — Haremos un trato. ¿Cuánto tiempo te quedarás en el continente? Porque al parecer tendremos que hacer algo para que nos des esa fotografía de buena manera.
Louis me guiñó un ojo al terminar de hablar y yo creí que solo era mi imaginación pero, ¿Me estaba coqueteando?
Me relajé un poco soltando los brazos y entre a mi habitación en busca del horario de la gira que ellos estarían dando por el mundo, para luego dejarlo en su lugar y volver con ellos.
— 6 meses. Intento conocer zona europea antes de…
Me quedé callada por si se me llegaba a salir algo sobre mi trabajo y Louis entendió que no quería hablarles de ello.
Harry desordenó su cabello y lo volvió a ordenar hacia un lado para decir. — Debes ir al instituto, ¿No es así pequeña?
Lo fulminé con la mirada y él no entendió el porqué.
— Tengo 18, estúpido.
Louis negó con la cabeza hacia el de rulos y volvió a mí con su mano levantada esperando a que yo la estrechase.
— Te daremos el mejor recorrido por Europa, siendo que todo el grupo estará de gira y cuando terminemos en Norte América nos devolverás la fotografía, ¿De acuerdo?
¿Una invitación por 6 meses viajando con One Direction? Estaban locos si aceptaría algo así.
— Es una estupidez, Louis. Ella no tiene el dinero suficiente para viajar por todo el continente. — Dijo Zayn mientras nos fulminaba con la mirada.
Harry asentía dándole su apoyo y Niall sacó un chocolate de su bolsillo admirando como la propuesta era la última oportunidad de todos.
¿El moreno creía que era pobre? Bien, se sorprendería.
Acepté la propuesta de Louis en un gran apretón y sentí mi fría mano mezclarse con el calor de la de él.
— Trato hecho. — Dije.

Solo estaríamos en 5 partes de Europa: España, Francia, Holanda, Alemania e Italia, finalizando con un par de shows promocionándose en Estados Unidos. Todo estaba previsto para un gran viaje cansador y pasar por cada país sería bueno para conocer nuevos lugares, pero pensándolo mejor, creo que estar tanto tiempo junto a ese grupo de acosadores no sería de lo más cómodo.
Al siguiente día, me sentí por alguna razón con más peso de lo normal, tenía unos brazos alrededor de mi cintura, grandes y fuertes, que no me soltaban por ningún intento de zafarme de ellos. Seguí mirando hasta el origen de ese par de cadenas y mi corazón dio un vuelco.
Niall Horan estaba durmiendo a mi lado.
Di un grito, con el cual el rubio despertó y pude finalmente empujarlo hacia suelo, escondiéndome entre las sábanas rezando por que no fuese real.
— ¿¡Qué te sucede!? ¿Desde cuándo estás durmiendo aquí? — Intenté sonar impotente.
El chico revolvió su cabello y me observó directo a los ojos, penetrándome con su mirada la cual me hizo helar hasta el dedo meñique de mis pies.
Me sonrió. — Dijiste que viajarías con nosotros.
— Pero aún estamos en Londres, idiota. No tienes que acercarte tanto a mí. — Resoplé poniéndome de pie.
— Vamos, fue solo una noche… quería saber qué se sentía dormir abrazado a alguien…
Mis mejillas ardieron avergonzada, él entró sin permiso, quién sabe cómo, a mi habitación y soñó conmigo a su lado, ¿Cómo no sentirse desprotegida si alguien así te dice esas cosas?
Me levanté hecha una piedra y le abrí la puerta, apuntándole hacia afuera para que entendiese que necesitaba mi espacio. Niall asintió sonriente y caminó hacia afuera, pero antes de cerrarle la puerta volvió a voltear y me miró directamente a los ojos.
No sabía que decir, estaba atenta a cualquier movimiento en falso que diese porque no lograba saber qué es lo que pensaba.
Acomodó mi cabello desordenado por las sábanas de mi cama y asintió satisfecho.
— Así te ves más linda.
Retrocedí asustada, el rubio irlandés se estaba acercando demasiado a mi territorio.
— Emm… ¿Cómo debo llamarte de ahora en adelante? Ya que tú sabes nuestros nombres pero nosotros no conocemos el tuyo… — Preguntó.
Era verdad, yo no me había presentado adecuadamente a ellos por lo enojada que me encontraba, con excepción de Liam quién solo lo hizo como parte de su malévolo plan.
Levanté mi mano para que la estrechase. — ____ Ellesonn, tengo 18 años y tendrás que soportarme por 6 meses.
Ambos reímos y él recibió mi saludo.
— Soy Niall Horan, aunque ya lo sabes, también tengo 18 y tendrás que darme de comer todas las tardes.
No entendí demasiado lo último, pero pensando en ello como en una broma me reí.
Niall entró a su habitación, y finalmente podía mantener paz en mi habitación, si todas las mañanas despertaba abrazada de uno de ellos sería el infierno.
Nota mental, debo poner cerraduras improvisadas en la puerta de mis habitaciones.

Con botas cafés y bolso burdeo, shorts de mezclilla arriba de unas calzas negras, y un polerón gris oscuro debajo de una bufanda color arenilla, con el pelo tomado y los lentes del día anterior salí de mi cuarto. (Aquí)
No llevaba ni 2 segundos fuera, cuando unas manos me levantan del suelo por la espalda y me giran sobre si mismo, dejándome con el corazón en medio del cuello por lo inesperado que fue.
Giré molesta y unos ojos esmeraldas se cruzaron conmigo.
— ¿Qué quieres, Harry? — Le escupí. No estaba de humor para sus bromas.
Él solo sonrió de lado maliciosamente y me arrastró con la mano de vuelta a su habitación.
— ¿Qué haces? ¡Suéltame ahora!
No podía zafarme de su agarre por más que intentase, por lo que pude respirar más calmadamente cuando me soltó dentro de su cuarto, lo que no era algo bueno tampoco.
— Niall ya te tuvo lo necesario, ahora es mi turno. — Dijo cerrando la puerta con llave.
Abrí mis ojos y dije. — Espera un momento, ¿Qué quieres decir con “Ahora es tu turno”?
Subrayé la frase haciendo comillas con mis dedos y me quité los lentes exaltada.
Harry rio disimuladamente y se sentó en el mismo sillón donde me habían tenido en el improvisado “Secuestro” anterior, palmándome el espacio a su lado para que me sentase junto a él.
Suspiré y decidí hacerle caso solo para que me dejase ir.
— ¿Y? ¿Qué me tienes que decir? — Le solté.
— Wow, no tan rápido. A penas nos conocemos y me tratas como si me odiases de toda tu vida.
Y era verdad, él no era más que un mujeriego en las noticias, lo que me hacía sentir incómoda a su lado.
Ordenó sus rulos como costumbre y volteó a mirarme a los ojos. — Tienes una fuerte personalidad para tener 18 años.
Eso fue una alabanza, al parecer. Lo tomé como tal.
— Y tú tienes graves problemas para tener 18 años.
Sonrió de lado y negó con su cabeza, como si se estuviese conteniendo de decir algo.
— Te sabes hasta mi edad… ¿Cómo era tu apellido? ¿Ellison? ¿Pettersonn?...
— Ellesonn. — Le corregí. Sonrió aún más dejándome ver su brillante dentadura bien cuidada, desde donde no pude despegar mis ojos de tanta admiración que tenía hacia el encargado de aquello.
Harry dejó de sonreír y pude sentir mi piel erizarse cuando una de sus manos tocó mi mejilla.
Ninguno de los dos decía nada, creí por un momento querer besarlo, como si él estuviese implantando ese deseo en mi mente al ver sus labios tan de cerca.
— ¡Harry, despierta! — Se escuchó desde el otro lado de la puerta, asustándonos a ambos para separarnos el uno del otro.
El solicitado se levantó y caminó hacia la entrada, y yo me quedé ahí pensando en que era la peor de las tontas que pude haber conocido.