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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Anelos prohibidos (Nick y tu)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Página 6 de 11. • 1, 2, 3 ... 5, 6, 7 ... 9, 10, 11
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
OOOOOOOOOOOOOHHH!!!
NICK GAAANOOOO!!!
SE IRA ___????
AAII QUE LE PASARAAA AL SR JOONAAAAAASSS!!???
SUUBEEE OTROO PPORFIISS
NICK GAAANOOOO!!!
SE IRA ___????
AAII QUE LE PASARAAA AL SR JOONAAAAAASSS!!???
SUUBEEE OTROO PPORFIISS
chelis
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
Oh nueva lectora
tu novela me encanta
debes seguirla porfa
kjvadvnjdv
chau
xoxo
:D
tu novela me encanta
debes seguirla porfa
kjvadvnjdv
chau
xoxo
:D
MenizdeJonas
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
Capítulo 8, parte 1
—¡Que alguien haga algo!
La angustiada voz de Tatiana resonó en el repentino silencio. Antes de que _________ tuviera tiempo de procesar lo que acababa de suceder, Nick pasó corriendo a su lado y un instante después estaba arrodillado junto a su padre.
—¿Sabe alguien cómo se practica la resucitación cardiopulmonar? —exclamó a la vez que le soltaba la pajarita y desabrochaba el botón superior de su camisa.
Sin recapacitar en la conveniencia de lo que iba a hacer, y mientras los demás invitados miraban a su alrededor, esperanzados, _________ avanzó instintivamente hacia él.
—Yo sé hacerlo.
Nick ni siquiera la miró cuando se arrodilló frente a él. Se quitó la chaqueta del esmoquin y la colocó bajo la cabeza de su padre.
—¿Respira? —susurró _________.
—No.
Tatiana dejó escapar un angustiado gemido mientras Tom pasaba una mano por sus hombros.
—Llévala a la sala de estar y pide una ambulancia desde allí. Diles que las carreteras están en muy mal estado y que necesitamos un helicóptero. Hazlo ya.
Su voz pareció hacer reaccionar a Tom, que estaba pálido y conmocionado.
—¿Respiración o corazón?
_________ tardó un instante en darse cuenta de que Nick le estaba hablando a ella.
—Respiración —contestó.
Nick ya había desabrochado la camisa de su padre y había empezado a comprimirle el pecho. Sus labios se movieron en silencio mientras contaba. La mano de _________ tembló cuando inclinó la cabeza de Ralph hacia atrás. Tan solo había practicado aquello en una serie televisiva, aleccionada por el asesor médico del estudio, desde luego, pero nunca se había enfrentado a un caso real.
—¿Lista? —preguntó Nick.
Sus miradas se encontraron y _________ sintió una especie de descarga eléctrica que le dio fuerzas para arrancar. Respiró profundamente, inclinó la cabeza, apoyó su boca sobre la de Ralph y exhaló el aire lentamente.
Los segundos fueron pasando, medidos tan solo por el ritmo de su respiración y el movimiento de las manos de Nick. Quince rápidas compresiones, y dos lentas y largas exhalaciones.
_________ perdió el sentido del paso del tiempo. En algunos momentos creyó percibir señales de vida, demasiado débiles como para sentir esperanza, demasiado fuerte como para renunciar, de manera que inclinó la cabeza una y otra vez, anhelando que su propio calor y la adrenalina que recorría sus venas insuflara vida en la figura inerte de Ralph.
Finalmente, el pecho de Ralph experimentó una poderosa convulsión y comenzó a respirar por sí mismo. Nick apoyó de inmediato dos dedos en el cuello de su padre para comprobar si había regresado el pulso. Un instante después asintió enfáticamente y miró a _________.
—Buena chica.
Un sonido de pasos rompió el embrujo del momento y _________ volvió la cabeza. Se sorprendió al ver que todos los invitados habían abandonado el salón y que los enfermeros del helicóptero corrían hacia ellos.
Nick se puso en pie y se pasó una mano por el pelo. _________ notó por primera vez lo pálido que estaba.
—Ha estado inconsciente unos diecisiete minutos. Ha vuelto a respirar. El pulso es débil, pero constante.
Una enfermera que llevaba un desfibrilador contempló un instante la escena.
—Bien hecho —dijo—. Lo que han hecho va a facilitarnos mucho el trabajo. A partir de ahora nos ocupamos nosotros.
_________ se apartó cuando otro enfermero se arrodilló a su lado y situó una máscara de oxígeno sobre el rostro de Ralph. Cuando se levantó temió que las piernas no fueran a sostenerle sobre los zapatos de tacón, pero Nick apareció de pronto a su lado y la sujetó por el codo.
—¿Estás bien?
_________ asintió, pero fue incapaz de decir nada debido a la emoción que atenazaba su garganta. Quería que Nick la abrazara para poder sollozar sobre su hombro. No entendía por qué. No recordaba haber sollozado de pequeña, de manera que aquel no era precisamente el momento más adecuado para empezar. Y Nick Jonas, que hacía menos de media hora le había ordenado abandonar la casa de su familia, no era precisamente la persona más adecuada con quién empezar a hacerlo. De manera que, alzó la barbilla, tragó con esfuerzo y se apartó de él justo cuando Tom regresaba al salón. Al ver que los médicos estaban sujetando a su padre en una camilla, se puso lívido.
Sin pensárselo dos veces, _________ acudió a su lado y pasó un brazo por sus temblorosos hombros.
—Tranquilo —susurró, sintiéndose repentinamente exhausta—. Tu padre respira y ahora está en las mejores manos.
Cuando Tom se apoyó contra ella, _________ notó cómo olía a alcohol.
—Gracias a Dios que estabas aquí —dijo él a la vez que se frotaba rápidamente los llorosos ojos—. Yo debería ir al hospital para ocuparme de mamá.
_________ asintió.
—Me temo que solo hay sitio para un acompañante en el helicóptero —dijo una de las enfermeras mientras alzaban la camilla—. El resto de la familia tendrá que ir en coche.
Una momentánea expresión de pánico cruzó el rostro de Tom mientras calculaba cuánto había bebido.
—No puedo.
—Yo sí —dijo Nick—. Tatiana puede ir en helicóptero y yo llevo a Tom —miró a _________—. ¿Vas a venir?
_________ negó con la cabeza.
—No. No. Será mejor que me quede para asegurarme de que todo va bien por aquí.
Nick y ella habían compartido algo durante unos minutos. Había habido una conexión entre ellos, pero ya había desaparecido. Era posible que lo hubiera ayudado a salvar la vida de su padre, pero aquello no alteraba el hecho de que Nick había dejado muy claro que la quería fuera de la vida de Tom. Y de la suya. Y cuanto antes, mejor.
CariitoJonas15
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
ahh salvaron al padre
Que lindo es Nick
Aunque a veces es bien maldito
Siguela!!!
Que lindo es Nick
Aunque a veces es bien maldito
Siguela!!!
aranzhitha
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
Oh me encanto el capitulo
estuvo genial
ojala no le pase nada al papá de Nick y Tom
y Nick es demasiado malo con rayita :(
dhfbvksdnjks
síguela
chau
xoxo
:D
estuvo genial
ojala no le pase nada al papá de Nick y Tom
y Nick es demasiado malo con rayita :(
dhfbvksdnjks
síguela
chau
xoxo
:D
MenizdeJonas
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
Capítulo 8, parte 2
Unas horas después, ya en el hospital, Nick se pasó una mano por los cansados ojos. Podía desactivar una mina bajo un sol abrasador y bajo el fuego enemigo, pero no lograba averiguar cómo diablos funcionaba la máquina de café frente a la que se hallaba.
Ya estabilizado, Ralph dormía plácidamente. Al enterarse de que lord Hawksworth estaba camino del hospital, la persona a cargo de recepción había avisado al médico de este, que había decidido que acudiera a un hospital privado en Newcastle. Tras asegurarse de que su marido no corría peligro inmediato, Tatiana había aceptado acostarse en la habitación para acompañantes contigua a la de su marido. Sentado en un sillón junto a la cama de su padre, Tom roncaba suavemente.
Nick estaba acostumbrado a permanecer despierto mientras los demás dormían. El silencio y la quietud de las primeras horas de la mañana resultaban tediosamente familiares para él, pero ya había aprendido que la única manera de luchar contra el insomnio era relajarse y aceptarlo. Pero aquella noche ni siquiera podía contar con ello.
De regreso en la habitación, y al ver el pálido rostro de su padre, su mente se llenó de imágenes de _________ mientras inclinaba la cabeza una y otra para llenar de oxígeno los pulmones de este. Sus ojos verdes fijos en los de él con una intensidad que borraba el resto del mundo, que evidenciaba su confianza en él.
Teniendo en cuenta todo lo que había pasado entre ellos aquella tarde, aquello había supuesto una sorpresa.
Pero lo cierto era que había muchas cosas sorprendentes en _________, como, por ejemplo, su habilidad para hacer que un vestido barato pareciera un modelo comprado en una boutique de Bond Street. O su forma de enfrentarse a él. De luchar. El hecho de que sabía dar el beso de la vida los suficientemente bien como para lograr que un muerto respirara de nuevo.
«Y que otro volviera a sentir».
Se acercó a la ventana, molesto por la instantánea excitación que había experimentado al pensar en _________. El incidente de la bodega parecía haber tenido lugar varios días atrás, en lugar de varias horas, y al recordarlo sintió una oleada de autodesprecio. Se había repetido una y otra vez que había hecho aquello por el bien de Tom, que había seducido deliberadamente a la novia de su hermano en beneficio de este. Pero en realidad lo había hecho para demostrarse a sí mismo que tenía razón, para obtener una insignificante venganza sobre su padre y alcanzar una victoria privada sobre la chica que tanto lo había alterado desde el momento en que la había visto. Lo cierto era que apenas había pensado en Tom.
Se obligó a mirar a su hermano. Sentado en el sillón, dormido con la mejilla apoyada en una mano, parecía muy joven, y absurdamente frágil.
Sintió una punzada de culpabilidad. Era posible que Tom careciera del temple que poseían los hombres con los que estaba acostumbrado a servir, pero aquello no le daba el derecho a besar a la novia de su hermano solo para demostrar que podía hacerlo. Tampoco le daba derecho a haber disfrutado tanto del beso que solo lograba pensar en volver a repetirlo.
Masculló una maldición.
—¿Se encuentra bien?
Sorprendido, Nick volvió la cabeza y vio que una enfermera estaba comprobando el gota a gota de su padre.
—¿Quiere que le traiga algo? ¿Café?
—No, gracias —Nick tomó las llaves del coche y se encaminó a la puerta. Tenía que ir a Alnburgh para asegurarse de que _________ Greenham siguiera allí tanto tiempo como Tom la necesitara.
Las luces de la furgoneta del catering se alejaron del castillo. Temblando de frío y miedo, _________ volvió al interior y, tras cerrar la pesada puerta de roble, echó el cierre con dedos helados.
Aún seguía conmocionada por todo lo sucedido, y le habría gustado encontrarse en el tren de regreso a la civilización y a su cálida casa. Su mente no dejaba de insistir en repasar todo lo ocurrido desde el desvanecimiento de Ralph, en recordarle la fuerza y seguridad con que Nick se había hecho cargo de la situación. La había llamado «buena chica», pero también le había dicho otro montón de cosas aquella tarde, de manera que era totalmente ilógico que solo recordara aquellas dos palabras.
Desconsolada, fue a apagar las luces del vestíbulo cuando se fijó en algo que se hallaba caído en las escaleras. Su pulso se aceleró un poco mientras se acercaba a recogerlo.
Era la chaqueta de Nick.
Se agachó a recogerla y permaneció un momento quieta, contemplándola. No tenía ninguna intención de subir sola a deambular por los oscuros pasillos del castillo para ir a su dormitorio por un jersey. Cerró los ojos unos momentos y se echó la chaqueta por los hombros. Se arrebujó en ella y aspiró el aroma a Nick que desprendía, lo que le hizo recordar al instante el beso que habían compartido.
Un beso que no debería haber sucedido, se dijo a la vez que volvía a abrir los ojos. Debía cortar en seco aquel absurdo enamoramiento; no había la menor posibilidad de que prosperara, y precisamente por eso parecía tan poderoso. ¿Acaso no quería siempre lo que sabía que no podía tener?
En la chimenea del cuarto de estar ardían aún algunas ascuas. Echó al hogar algunos troncos con la esperanza de que prendieran.
Entretanto, seguiría con la chaqueta puesta.
Iba a ser una larga y fría noche.
Cuando regresó al castillo, Nick notó enseguida que no había ninguna luz encendida. Entró por la puerta que daba a la cocina, lo que le hizo recordar lo a menudo que había hecho aquello cuando regresaba del internado para las vacaciones y encontraba la casa desierta porque su padre y Tatiana habían acudido a alguna fiesta, o estaban de viaje. Entonces no solía molestarle demasiado encontrar el castillo vacío, pero en aquellos momentos.
Rogó para que _________ siguiera allí. Tras comprobar en su reloj que eran más de las tres de la madrugada, supuso que estaría acostada.
Subió las escaleras de dos en dos, consciente de que su corazón estaba latiendo con más fuerza de lo habitual. Se detuvo ante la puerta de su habitación y llamó con suavidad. No hubo respuesta, de manera que, sin apenas respirar, entreabrió la puerta. De inmediato se hizo obvio que no había nadie dentro. La tenue luz de la luna caía de lleno sobre la cama vacía.
¿Cómo diablos iba a explicarle a Tom que _________ se había ido y que había sido por su culpa?, se preguntó mientras bajaba las escaleras, desesperado por servirse algo de beber. Cuando entró en la sala de estar se sorprendió al ver que la chimenea seguía encendida. Fue hasta el mueble bar y, cuando estaba a punto de encender la luz, se detuvo en seco.
_________ estaba tumbada en la alfombra, frente al fuego. Tenía la cabeza apoyada sobre un brazo estirado y se había quitado las horquillas del pelo, de manera que este caía sobre la pálida piel de su muñeca como una cascada pelirroja. Llevaba una chaqueta de hombre, pero, aunque era demasiado grande para ella, no lograba disimular las curvas de su cadera y cintura.
Nick exhaló el aliento, apenas consciente de que había estado conteniéndolo. Se obligó a apartar la mirada para servirse un coñac antes de rodear el sofá tras el que estaba _________.
Si el impacto de verla desde atrás le había hecho olvidarse de respirar, verla desde delante resultó aún más impactante. Su rostro estaba ruborizado a causa del calor del fuego, y las llamas creaban exageradas y danzantes sombras bajo sus largas pestañas.
Parecía…
Nick tomó un largo trago de coñac con la esperanza de apartar de su cabeza algunos de los innobles adjetivos en los que estaba pensando, cortesía de los seis meses pasados en la compañía de un regimiento de hombres hambrientos de sexo.
Parecía… muy vulnerable. Eso era, pensó. No le había dado aquella impresión en el tren, mientras dormía, pero en aquellos momentos parecía haberse retirado a un espacio privado en el que se sentía a salvo e intocable.
Nick experimentó algo parecido a una pequeña descarga eléctrica y se dio cuenta de que _________ había abierto los ojos y lo estaba mirando. Se irguió como una gato hasta sentarse y flexionó el brazo sobre el que se había quedado dormida a la vez que arqueaba la espalda.
—Has vuelto —dijo con voz adormecida.
Nick tomó otro trago de coñac, consciente por primera vez del alivio que había experimentado al ver que seguía allí.
—Creía que te habrías ido.
Fue como si le hubiera echado un cubo de agua helada encima. Cuando _________ se puso en pie, Nick vio que la chaqueta que llevaba puesta era la suya y sintió una nueva punzada de deseo.
—Lo siento. Me habría ido, pero he supuesto que no habría ningún tren a estas horas de la madrugada —había un pequeño matiz de sarcasmo en su voz, aunque solo era un pálido reflejo de su anterior bravuconada—. Además, no quería irme sin saber cómo estaba Ralph.
—Está estable. Igual que antes.
—Oh —_________ miró a Nick con expresión esperanzada—. Eso es bueno, ¿no?
—No lo sé. Puede que sí.
_________ asintió lentamente y Nick supo que había comprendido.
—¿Cómo está Tatiana? ¿Y Tom?
—Ambos dormían cuando me he marchado. A Tatiana le han dado una pastilla para dormir. Tom no la ha necesitado —añadió Nick con ironía.
_________ rió.
—Seguro que seguirá inconsciente hasta el mediodía. Espero que las enfermeras tengan un megáfono y un cubo de agua fría.
Nick no sonrió mientras terminaba su coñac. _________ lo observó con cautela, apenas capaz de respirar.
—Estaba muy alterado. Sé que había bebido bastante, pero, a pesar de todo…
_________ se sentó en el brazo de un sillón tapizado de terciopelo.
—Así es Tom. No puede evitarlo. Su incapacidad para ocultar sus sentimientos es una de las cosas que más me gustan de él.
—También es una de las cosas que más me irritan de él —dijo Nick, tenso—. No ha parado de llorar como un bebé durante todo el trayecto al hospital, y de repetir una y otra vez que aún le quedaban tantas cosas por decir.
_________ reprendió mentalmente a su amigo. Una cosa era hablar con claridad a su familia, y otra muy distinta emborracharse y soltar indirectas para despertar su curiosidad y hacer que le preguntaran a ella.
—Estaba muy disgustado. Eso es todo —dijo rápidamente, sin poder evitar sonar a la defensiva—. No hay nada malo en mostrar las emociones. De hecho, hay personas que consideran que hacerlo es algo normal. A fin de cuentas, acababa de ver que su padre se desmoronaba ante él y dejaba de respirar.
—Esto es solo el principio —interrumpió Nick—. Si no es capaz de enfrentarse a esto…
CariitoJonas15
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
Oh me encanto el capitulo
Nick es muy malo >.<
bvhasjvks
síguela
chau
xoxo
:D
Nick es muy malo >.<
bvhasjvks
síguela
chau
xoxo
:D
MenizdeJonas
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
yooo creeeeooo que nick sintioo muuuuuchooo aliiiivviioo de ver a ____!!!
jejejej aunque necesitaaaa un bañoo de aguaaa helaaadaaaa!!!!
jejejej aunque necesitaaaa un bañoo de aguaaa helaaadaaaa!!!!
chelis
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
Continuacion...
—¿Qué quieres decir con que solo es el principio?
—¿Quién sabe cuánto va a durar esto? Los médicos dicen que mi padre está estable, y Tatiana y Tom parecen creer que eso significa que va a recuperarse.
—¿Y tú no lo crees?
—Ralph ha estado mucho rato sin oxígeno —replicó Nick—. Me temo que hay muy pocas probabilidades de que salga del coma. Puede que en los próximos días Tom tenga que enfrentarse a la muerte de nuestro padre.
—Comprendo —dijo _________ débilmente, suponiendo que Nick iba a decirle a continuación que quería que se fuera de allí antes de que Tom regresara.
—Si tengo razón —continuó Nick—, creo que sería mejor que no tuviera que enfrentarse además a la marcha de la chica por la que está loco.
_________ parpadeó, confundida.
—Pero… no comprendo. Tú mismo me has dicho que me fuera.
Nick, que estaba contemplando el fuego mientras hablaba, se volvió hacia _________. La luz de las llamas confirió una calidad artificial a su fría y plateada mirada.
—Las cosas han cambiado —dijo con una irónica sonrisa—. Ahora te pido que te quedes. Has interpretado el papel de enamorada de Tom durante un par de días, y me temo que tendrás que seguir interpretándolo unos días más.
Capítulo 9, parte 1
Habían pasado tres días desde que Ralph había sufrido el infarto, tres días desde que Nick había pedido a _________ que se quedara en Alnburgh, y ya se había establecido un tipo de rutina. Todas las mañanas, Nick llevaba a Tom y a Tatiana al hospital de Newcastle para que hicieran compañía a Ralph, aunque este seguía inconsciente. Se quedaba el tiempo suficiente para hablar con alguno de los médicos sobre la evolución de su padre y luego volvía a Alnburgh, donde se dedicaba a evitar a _________ y a sumergirse en todo el papeleo relacionado con el castillo: facturas sin pagar, quejas de arrendatarios, presupuestos de constructores y peritos para los trabajos urgentes que había que realizar en el castillo.
Nick estaba seguro de que era una tarea inútil.
Recordaba muy bien las palabras de su padre: «Tengo intención de durar mucho más de siete años». Pero, al parecer, no iba a durar más de siete días, y su inexplicable negativa a reconocer la existencia de los tremendos impuestos británicos sobre las herencias significaba que Alnburgh estaba sentenciado. Se vendería todo en lotes y el castillo sería transformado en un hotel, o algo parecido.
Ocuparse de todo aquello resultaba muy irónico para Nick, pues, en sus treinta y cuatro años de existencia, no había llegado a desarrollar ninguna clase de lazo con el resto de la familia.
En aquellos momentos estaba en el despacho, con los brazos apoyados sobre el escritorio y la cabeza gacha, negándose a ceder a la avalancha de rabia, amargura y frustración que amenazaban con adueñarse de él.
«No tiene nada de malo mostrar emociones; algunas personas incluso lo consideran normal».
Las palabras de _________ resonaron en su cabeza y se irguió a la vez que dejaba escapar un prolongado suspiro. Aquello estaba sucediendo demasiado a menudo en los últimos días. No paraba de recordar las conversaciones que había mantenido con ella, de pensar en las cosas que había dicho, de preguntarse qué pensaría sobre otros asuntos.
Le resultaba incómodo reconocer que en muchos sentidos tenía razón. Había querido desestimarla como una actriz casquivana y atractiva, aunque no especialmente perspicaz, y no entendía por qué deseaba seguir hablando con ella. Aunque también tenía cierta lógica que fuera así, pues Tom estaba todo el día borracho o con resaca y Tatiana… bueno, Tatiana era Tatiana. _________ era la única persona cercana que no había perdido la perspectiva, y se trataba de alguien ajeno a la familia como él.
_________ abrió los ojos y vio que un rayo de luz entraba en la habitación por un resquicio de las cortinas. Estaba totalmente congelada y acurrucada y, cuando estiró las piernas, sintió una conocida punzada de dolor en el vientre. Dejó escapar un gemido.
Su mente volvió al pasado. ¿Realmente había transcurrido un mes desde aquella noche de diciembre en París? Kevin Claude se había presentado en el apartamento a primera hora de la mañana, apestando a vino, sudor y cigarrillos, casi ardiendo de deseo tras una tarde trabajando en su cuadro Desnudo con lirios. Doblada de dolor a causa del periodo, _________ solo había bajado a abrirle porque sabía que, de lo contrario, Kevin Claude habría montado un número en medio de la calle. Pero, tal vez, aquello habría sido preferible a la desagradable escena que siguió. Kevin Claude no había querido aceptar un no por respuesta y _________ solo había sido capaz de librarse de él gracias a la cantidad de alcohol que había ingerido. Se había quedado dormido en la cama, roncando a todo volumen, y ella había pasado el resto de la noche sentada en una silla, incapaz de sentir otra cosa que el dolor que atenazaba su vientre y espalda.
De regreso al presente, se irguió con esfuerzo en la cama. Desde que tenía trece años sufría unos periodos muy dolorosos. Primero experimentaba los calambres, y el sangrado no tardaba en empezar, lo que significaba que más le valía buscar una farmacia cuanto antes, ya que no había acudido preparada a Alnburgh.
Salió de la cama, encorvada a causa del dolor, y tomó su ropa. Estaba haciendo un invierno realmente duro, y la temperatura del castillo apenas debía superar los cero grados, de manera que decidió conservar la camiseta térmica de rugby que había tomado prestada del armario de Tom.
Cuando bajó al vestíbulo se sorprendió al ver la hora en el antiguo reloj de pared. Ya debía hacer rato que Tom se había ido al hospital. Experimentó una punzada de angustia al preguntarse si habría tenido resaca aquella mañana. Sergio lo había estado presionando para que le permitiera acudir a su lado en aquellos duros momentos, y Tom empezaba a encontrar cada vez más difícil atender a sus divididas lealtades. Aunque _________ no lo culpaba por intentarlo. Tal como se había comportado Nick con ella, no quería ni pensar en cómo sería capaz de tratar a una excéntrica reina del drama como Sergio.
Seguro que no lo besaría.
—Buenos días. Más o menos.
Hablando del diablo. El sarcástico tono de Nick no sorprendió a _________. La boca se le secó al instante y su corazón latió más rápido.
—Buenos días —_________ trató de sonar distante y distraída, pero, como aún no había pronunciado una palabra aquella mañana, sonó enfadada. Nick vestía un jersey de cachemira azul marino y, a la fría y gris luz de aquella dura mañana, parecía especialmente moreno y atractivo.
—¿Vas al entrenamiento del equipo de rugby? —preguntó con una ceja alzada.
_________ se sintió momentáneamente confusa, hasta que recordó que llevaba puesta la camiseta térmica de rugby que Tom solía utilizar cuando estudiaba.
Simuló una displicente sonrisa.
—Hoy he pensado saltármelo y echar un cigarro tras el cobertizo de las bicicletas. Para serte sincera, no creo que sea precisamente mi deporte.
—Oh, no lo sé —murmuró Nick—. Creo que serías una buena talonadora.
—Muy gracioso —_________ se obligó a permanecer erguida a pesar de la intensa punzada de dolor que sintió en el vientre—. Voy a la tienda del pueblo. Necesito comprar algunas cosas.
—¿Cosas? —repitió Nick.
—Me temo que he pillado un resfriado. Necesito pañuelos, aspirinas… ese tipo de cosas.
—Estoy seguro de que la señora Daniels podría ayudarte con todo eso. ¿Quieres que le pregunte?
—No, gracias —espetó _________. Cada vez le resultaba más difícil ignorar el dolor. Se detuvo al pie de las escaleras y se aferró a la barandilla al sentir nuevas náuseas—. Si no te importa, iré yo misma. No sabía que estuviera bajo arresto domiciliario.
—No lo estás.
_________ rió con ironía.
—Entonces, ¿por qué me tratas como a una criminal?
Nick tardó unos momentos en responder.
—Supongo que se debe a que me cuesta creer que hayas sentido un repentino deseo de salir de compras cuando fuera estamos a cinco grados bajo cero y solo estás vestida a medias.
—No tengo tiempo para esto —murmuró _________ a la vez que pasaba junto a él, desesperada por escapar de su escrutinio y por salir al aire libre, aunque fuera un aire siberiano—. Estoy vestida de manera perfectamente adecuada.
—Supongo que eso depende de para qué, porque es evidente que no llevas sujetador.
_________ bajó la mirada y dejó escapar un gemido al ver que el cuello de la camiseta estaba lo suficientemente abierto como para dejar expuesto el inicio de sus pechos.
—Eso es porque acabo de salir de la cama —dijo mientras se cerraba rápidamente el cuello.
—Y estás a punto de lanzarte sobre algún otro aprovechando que Tom no está aquí, ¿no? —murmuró Nick.
Aquello fue la gota que colmó el vaso.
—¡No! —espetó _________ a la vez que apretaba los puños—. No voy a ir al pueblo porque quiera hacerlo, sino porque estoy a punto de tener un periodo realmente doloroso y no he venido preparada para ello. Así que, si no te importa, deja que me vaya antes de que las cosas se compliquen más.
En los momentos de silencio que siguieron a sus palabras, _________ vio un destello de sorpresa en la mirada de Nick. Pero enseguida volvió a encerrarse en sí mismo y a recuperar el control.
—En ese caso no vas a ir a ningún sitio —dijo con una sonrisa ligeramente irónica—. Yo me ocupo. Estaré de vuelta en cuanto pueda.
Una vez en el coche, y mientras esperaba a que el limpiaparabrisas apartara el hielo, Nick apoyó el rostro en sus manos. Siempre se había considerado un hombre racional, justo, un hombre que se dejaba guiar por el sentido común, más que por los sentimientos, de manera que no entendía cómo era posible que se estuviera comportando como una especie de carcelero matón.
Había algo en aquella chica que le hacía perder el control. Algo en su sonrisa, en sus ojos, en sus continuos y vanos intentos de parecer altiva, le hacían desear sentirla más.
Para empezar, su cuerpo. Su cuerpo entero, sin ropa…
¿Pero qué le pasaba?, se preguntó mientras arrancaba el coche y se alejaba a más velocidad de la recomendable. Por increíble que le pareciera, _________ era la novia de su hermano pequeño, y el único motivo por el que seguía allí era porque él se lo había ordenado. Aquellos dos motivos deberían haber bastado para que se comportara civilizadamente con ella, de manera que más le valía dejar de portarse como un dictador fascista y empezar a tratarla como a un ser humano decente.
Después podría echar un vistazo a su listín telefónico y encontrar a alguna mujer dispuesta a ofrecerle el alivio sexual que al parecer tanto necesitaba antes de regresar con su unidad a volcar sus energías en la absorbente tarea de permanecer vivo.
CariitoJonas15
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHH!!!
NICK YA SE ENAMOOROOO DE ELLLAAAAA!!!
Y NO QUIERE ACEPTARLOOO!!!
CUANDO LO HAGA YO CREO QUE SERA TARDEEEEE
NICK YA SE ENAMOOROOO DE ELLLAAAAA!!!
Y NO QUIERE ACEPTARLOOO!!!
CUANDO LO HAGA YO CREO QUE SERA TARDEEEEE
chelis
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
Capítulo 9, parte 2
_________ decidió esperar a Nick en la biblioteca. No lograba entender por qué le había dicho la verdad. Se suponía que era actriz, de manera que, ¿por qué no conseguía nunca comportarse de forma misteriosa, desenvuelta, o elegante?
Sobre todo con Nick Jonas, que debía estar acostumbrado al tipo de mujeres que se casaban con oficiales del ejército, educadas, sacrificadas, y siempre perfectamente vestidas y peinadas. En resumen, mujeres con clase.
Suspiró y echó un vistazo a su alrededor. La biblioteca parecía el lugar más acogedor del castillo, probablemente gracias a la cantidad de libros apilados en sus estanterías. Caminó junto a estas casi reverencialmente, a la vez que deslizaba una mano por el canto de los libros. Casi todos eran libros antiguos, con ilegibles títulos dorados, pero en la última sección había literatura más moderna, de Dick Francis, Agatha Christie, Georgette Heyer. Dejó escapar un gritito de placer al descubrir entre los títulos de aquella última autora la novela Devil’s Cub, y sintió un nuevo respeto por Tatiana. Al parecer, sí tenían algo en común después de todo.
Una nueva punzada en el vientre le hizo recordar el estado en que se encontraba, de manera que tomó el libro del estante y fue a sentarse en uno de los cómodos sofás de la biblioteca. A los catorce años se enamoró perdidamente del personaje de Vidal, y supo con la ferviente seguridad de una adolescente que nunca encontraría en la vida real a un hombre que estuviera a su altura.
Sonrió débilmente. A los catorce años todo se veía en blanco o negro. A los veinticinco, todo resultaba mucho más complicado. De adolescente nunca había considerado la posibilidad de que su Vidal pudiera rechazarla después de haberlo encontrado.
Sus pensamientos se interrumpieron cuando de entre las hojas del libro cayó un papel en su regazo. Al desdoblarlo vio que se trataba de una carta. La fecha que aparecía en lo alto de la página remitía a treinta años atrás, y la letra era evidentemente masculina y difícil de leer, pero no tuvo dificultad para comprender la primera línea.
Querida Mía…
_________ era consciente de que no estaba bien leer las cartas de otras personas, pero quiso suponer que había alguna clase de límite temporal para aquella regla. Además, cualquier carta que empezara de forma tan romántica y se encontrara oculta en un libro de Georgette Heyer estaba rogando ser leída. Con un delicioso sentimiento de culpa, se arrellanó en el sillón y siguió leyendo.
Es tarde y hace mucho calor. Estoy sentado en la terraza del ático, con el resto de la botella de ginebra que traje de Inglaterra; me gustaría terminarla ahora mismo, pero no puedo soportar la idea de que Marie la encuentre vacía y la tire por la mañana. Es la botella que compramos en Londres, la que protegiste bajo tu abrigo cuando volvimos corriendo al hotel bajo la lluvia. ¿Cómo voy a tirar algo que ha estado tan cerca de tu cuerpo?
_________ trató de imaginar a Ralph escribiendo algo tan íntimo, o haciendo algo tan romántico como correr bajo la lluvia hasta un hotel para hacer el amor a su amada.
Gracias por haberme enviado la fotografía de K en tu última carta. Crece tan deprisa… ¿Qué fue del bebé que sostuve en mis brazos en mi última visita a Alnburgh? Ahora ya es un muchacho, una persona por propio derecho, con un carácter fuerte… ¡y una increíble determinación! Decirle adiós fue mucho más duro en esta ocasión. Nunca pensé que pudiera haber algo tan doloroso como tener que dejarte, pero al menos tengo tus cartas y mis recuerdos para seguir adelante. Dejar a mi hijo fue como arrancarme un trozo de mí mismo.
El corazón de _________ latió más rápido. ¿Aquella K se referiría a Nick? Treinta años atrás debía tener tres o cuatro años. Siguió leyendo, casi sin aliento.
Supongo que he aprendido a compartirte con Ralph porque sé que no le perteneces en ningún sentido real, pero el hecho de que K vaya a crecer creyendo que Ralph es su padre hace que me revele contra la injusticia de todo.
¿Por qué no pude encontrarte yo primero?
_________ se quedó boquiabierta. Incrédula, volvió a leer aquellas líneas. Su cerebro no quería aceptar la enormidad de lo que estaba leyendo.
¿Ralph Jonas no era el padre de Nick?
El sonido de la puerta al abrirse a sus espaldas le produjo un sobresalto. Volvió a guardar precipitadamente la carta en el libro y dejó este a un lado.
—Qué… rápido has vuelto —balbuceó al ver a Nick, que llevaba una bolsa en la mano.
—Me había parecido que había cierta urgencia —Nick dejó la bolsa en un extremo del sofá y sacó una caja de tampones que entregó a _________ con delicadeza. Ella bajó la mirada, avergonzada.
—Gracias —murmuró mientras se volvía por su bolso.
Nick la miró con cierta cautela mientras se quitaba la chaqueta.
—De nada. Es lo menos que podía hacer por haber sido tan… controlador. Lo siento.
—No tiene importancia —dijo _________ rápidamente. Después de lo que acababa de leer, lo último que necesitaba en aquellos momentos era que Nick se pusiera amable.
Nick la miró con evidente sorpresa.
—Suponía que sería más difícil hacer las paces contigo —dijo mientras sacaba de la bolsa una enorme tableta de chocolate—. He pensado que tal vez necesitarías esto y, tal vez, también esto —añadió a la vez que sacaba una botella de la bolsa.
—¿Ginebra? —_________ rió, aunque su corazón dio un vuelco al pensar en la carta e imaginar a la madre de Nick y a su desconocido amante bebiendo ginebra en la cama mientras fuera diluviaba.
—La señora Watts, la dueña de la tienda del pueblo —dijo Nick mientras dejaba la botella en una mesa—, se ha fijado en lo que estaba comprando y me ha dicho que la ginebra era buena para los dolores del periodo.
—Oh, lo siento. Supongo que habrá sido un tanto embarazoso para ti.
—En absoluto, aunque no sé hasta qué punto será de fiar la información de la señora Watts.
—Lo de la ginebra es una novedad para mí, pero si alguien me sugiriera beber sangre de vampiro o practicar yoga desnuda en lo alto de una columna para aliviar los dolores, lo intentaría.
—¿Tan doloroso es tu periodo? —preguntó Nick mientras abría el mueble bar.
—No siempre, pero en ocasiones es terrible, aunque no tanto si se compara con otras cosas —añadió _________ rápidamente al recordar que Nick estaba acostumbrado a trabajar en zonas de guerra—. Cuando toca un mes malo, resulta, difícil.
—También hay ibuprofeno en la bolsa —Nick sirvió ginebra en los dos vasos—. ¿Qué dice el médico al respecto?
—No he ido a ninguno —_________ ni siquiera tenía médico de cabecera. De niña nunca había permanecido mucho tiempo en el mismo lugar, y su madre siempre creyó en remedios alternativos—. He mirado en Internet, y creo que podría tratarse de algo llamado endometriosis. O es eso, o es uno de los veinticinco cánceres terminales que existen, cosa poco probable ya que lo he tenido durante los últimos doce años, o apendicitis, o envenenamiento por arsénico. Después de eso decidí dejar de mirar.
Nick se acercó y le alcanzó un vaso con ginebra y hielo.
—Deberías ir a un médico. Entretanto, prueba un poco de esta medicina.
_________ no pudo evitar ruborizarse al ver su sonrisa.
—No tengo muchas normas irrompibles, pero una de ellas es no beber sola a media mañana. ¿No vas a beber tú también? A menos que tengas algo que hacer, por supuesto.
—En realidad no tengo nada que hacer. Al menos, nada que no pueda esperar —Nick se acercó a la chimenea y alimentó el fuego con un par de troncos—. Estoy tratando de poner en orden los papeles de las propiedades de mi padre. Son un auténtico caos. Mi padre no es precisamente organizado. Lleva décadas ocupándose de esos asuntos con muy poca profesionalidad.
—Así que Tom ha heredado de Ralph su tendencia a enterrar la cabeza en el suelo, ¿no?
—Eso me temo —dijo Nick mientras se sentaba en el otro extremo del sofá—. Al igual que su tendencia a beber demasiado y a basarse en su encanto para librarse de los aspectos más desagradables de la vida —se interrumpió para dar un largo trago a su bebida y luego movió la cabeza—. Lo siento, no debería estar hablándote así de Tom. Pero al menos parece haberse librado del gen mujeriego de Ralph.
—Sí —dijo _________, preguntándose qué pensaría Nick si supiera la verdad—. Pero tienes razón. Ralph y él se parecen mucho en otros aspectos.
Dio un sorbo a su bebida, consciente de que estaba entrando en terreno peligroso. Por un lado le habría gustado interrogar a Nick sobre la carta y la información que contenía, pero, por otro, sabía que nunca se atrevería a asediar sus defensas con algo tan personal.
—Sin embargo, yo no me parezco nada a él.
Fue como si Nick hubiera leído sus pensamientos. Sin saber qué decir, _________ tomó otro sorbo de ginebra.
—Lo siento —murmuró—. No es asunto mío. No pretendía.
—No te preocupes. No es ningún secreto que mi padre y yo no nos llevamos bien. Por eso no siento la necesidad de pasar cada minuto a su lado.
La habitación estaba en completo silencio. El único sonido era el del chisporroteo de los troncos en el hogar y el del tintineo de los hielos del vaso que _________ sostenía con mano temblorosa.
—¿Por qué? —preguntó con voz ligeramente ahogada—. ¿Por qué no te llevas bien con él?
Nick se encogió de hombros.
—Siempre ha sido así. No recuerdo haber tenido mucho que ver con él antes de que mi madre se fuera, y después tampoco, aunque lo lógico habría sido que nos hubiéramos sentido más cercanos. Tal vez me culpaba de la marcha de mi madre —Nick alzó su vaso y miró a través de él desapasionadamente—. O tal vez no, y simplemente la tomó conmigo, pero lo que antes había sido indiferencia se transformó en abierta hostilidad. Me envió a un internado en cuanto tuvo oportunidad.
—Oh, pobrecito. —el recuerdo del breve periodo que pasó en un internado hizo que _________ se sintiera horrorizada.
—Para mí supuso un alivio. Era el único niño del dormitorio que temía la llegada de las vacaciones. Ralph solía hacerme acudir a la sala de estar el día de mi llegada y repasaba minuciosamente mis notas en busca de algo que criticar con su habitual sarcasmo.
_________ se sintió conmovida al escuchar aquello. El libro, con su terrible secreto oculto entre sus páginas, asomaba ligeramente entre los cojines del sofá, a escasos centímetros de su cadera.
CariitoJonas15
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
GUUUAAUU ENTOONCEESSS NIIIICCCKKK NO ES SU HIJOOOO?????!!!!
ENTONCEEESS QUIEN ES SU PPPPAAAPIIII!!!?
QUE HARA ___????
AAAII SIGUELA PORFIISS
ENTONCEEESS QUIEN ES SU PPPPAAAPIIII!!!?
QUE HARA ___????
AAAII SIGUELA PORFIISS
chelis
Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)
omg que historia
Pobre Nick desde peaueño su padre no lo queria :(
Quien es su papa???
Siguela!!!
Pobre Nick desde peaueño su padre no lo queria :(
Quien es su papa???
Siguela!!!
aranzhitha
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