Re: Anelos prohibidos (Nick y tu)

por **aranzhitha** Miér 27 Jun 2012, 9:54 pm

nueva lectora Me encanta
Siguela??

por **CariitoJonas15** Miér 27 Jun 2012, 10:04 pm

Capitulo 3, parte 1

El interior del coche resultaba cálido y acogedor en comparación con el exterior.
—Buenas tardes, señorita —murmuró el conductor sin apartar la mirada del frente.
_________ no lo culpó. Casi se podía cortar con un cuchillo el ambiente de tensión que reinaba en la parte trasera. Se mantuvo todo lo apartada posible del hermano de Tom, pero era muy consciente de la tensión de su rostro mientras miraba por la ventanilla. Con los techos de sus casas cubiertos de nieve, Alnburgh parecía un pueblecito de cuento de Navidad, aunque su acompañante no parecía especialmente feliz de regresar a su hogar.
Trató de recordar los comentarios que le había hecho Tom a lo largo de los años sobre su hermano. Sabía que Nick Jonas estaba en el ejército, y que pasaba mucho tiempo destinado en otros países, lo que explicaba el bronceado de su piel. En una ocasión, Tom lo describió como alguien carente de emociones. _________ recordó la amarga y burlona expresión de su rostro cuando mencionaba a su hermano.
Empezaba a entender por qué. Tan solo hacía tres horas que lo conocía, y apenas había hablado con él, pero le resultaba imposible creer que aquel hombre fuera hermano del dulce, cálido y divertido Tom, su mejor amigo en el mundo y lo más parecido que tenía a una familia.
Pero el hombre junto al que estaba sentada era de su misma sangre, de manera que no podía ser tan malo. Y, por el bien de Tom, debía esforzarse en mantener una buena relación con él, sobre todo teniendo en cuenta que iban a verse todo el fin de semana.
—Así que tú debes ser Nick, ¿no? —dijo con toda la amabilidad que pudo—. Yo soy _________. _________ Greenham —rió, algo que solía hacer cuando estaba nerviosa—. Qué casualidad, ¿verdad? ¿Quién habría adivinado que íbamos al mismo lugar?
Nick Jonas no se molestó en mirarla.
—Tú no, evidentemente. ¿Hace tiempo que conoces a mi hermano?
_________ repasó rápidamente la historia que Tom y ella habían elaborado el día anterior por teléfono, cuando le había pedido que hiciera aquello.
—Desde el último verano. Nos conocimos en una película.
Al menos, la última parte era cierta. Tom era ayudante del director y se conocieron rodando una sombría película sobre la Peste Negra que, afortunadamente, no se había llegado a estrenar. A partir de entonces habían desarrollado una fuerte y sincera amistad.
Nick volvió ligeramente la cabeza.
—¿Eres actriz?
—Sí —replicó _________, más a la defensiva de lo que le habría gustado. Pero el tono desdeñoso del hermano de Tom cuando había pronunciado la palabra «actriz» la había provocado.
Miró por la ventanilla y se quedó boquiabierta. Ante ella, iluminado en medio de la oscuridad y con sus tejados cubiertos de nieve, se alzaba el castillo Alnburgh. Había visto fotos del lugar, pero nada la había preparado para el impacto de verlo en persona. El castillo se hallaba en lo alto de unos acantilados y sus grises muros de piedra parecían surgir directamente de estos. Aquel era un aspecto de la vida de Tom del que _________ apenas sabía nada, y sintió que se le secaba la boca a causa del asombro.
—¡Cielo santo! —murmuró.
Aquella era la primera reacción natural que le había visto tener, pensó Nick con ironía, y había sido una reacción muy reveladora. No estaba acostumbrado a sentir compasión por Tom, pero en aquellos momentos no pudo evitar sentir algo parecido. Su hermano debía estar bastante colado por aquella chica como para invitarla a la fiesta del setenta cumpleaños de Ralph Jonas, pero, por lo que había visto en el tren, su sentimiento no era ni remotamente correspondido.
—Impresionante, ¿verdad? —comentó con ironía.
—Es increíble. No sabía que…
—¿Que tu novio es el hijo del conde de Hawksworth? —El tono irónico de Nick se acentuó—. Es lógico. Me imagino que soléis estar demasiado ocupados hablando de cine como para abordar temas tan triviales como el de vuestros orígenes familiares.
—No seas ridículo —espetó _________—. Por supuesto que estaba al tanto de los orígenes de Tom… y de los del resto de su familia.
Por su tono, Nick dedujo que había dicho aquello último con la evidente intención de hacerle saber que Tom no le había hablado precisamente bien de él. Se preguntó si creería que aquello le preocupaba. No era ningún secreto que no quedaba ningún resto de amor fraternal entre él y su hermano… el chico de oro, el niño mimado. El segundo hijo de Ralph, el favorito.
El sonido del motor del Bentley resonó contra las paredes de la torre del reloj cuando pasaron bajo el arco que conducía al patio interior. Nick sintió de inmediato que su tensión aumentaba. A pesar de haber pasado mucho tiempo en las zonas más conflictivas del globo, nunca se había sentido tan aislado y expuesto como en aquella casa. Cuando estaba trabajando tenía a su equipo tras él. Hombres en los que podía confiar.
Pero nunca había podido asociar aquella confianza a su hogar en Alnburgh, un hogar en el que las personas mentían, mantenían secretos y hacían promesas que no cumplían.
Miró a la mujer sentada a su lado e hizo una mueca de desprecio. La nueva novia de Tom iba a encajar a la perfección en aquel entorno.

por **aranzhitha** Miér 27 Jun 2012, 10:14 pm

awww piensa que la rayiz es una interesada :x
Pero porque Nick no quiere a su familia??
Es muy raro eso porque siente que se ahoga?
Siguela!!! Sube mas!!!

por **jamileth** Jue 28 Jun 2012, 9:15 pm

wow nick enserio s q s frio..
ahhh

siguelaaaaaaaaaaaaaaaa

por **CariitoJonas15** Vie 29 Jun 2012, 2:13 pm

Capitulo 3, parte 2

* * *
_________ no esperó a que el chófer rodeara el coche para abrirle la puerta. Al salir experimentó un escalofrío. El castillo Alnburgh se alzaba en torno a ella como una gran mazmorra de la que fuera imposible huir. No podía decirse que fuera un lugar especialmente acogedor. De hecho, parecía diseñado para espantar a la gente, para mantenerla alejada de allí.
Resultaba lógico que el hermano de Tom se encontrara allí en su salsa.
—Gracias, Jensen —dijo Nick al chófer—. Yo puedo ocuparme del equipaje.
—Si está seguro, señor.
_________ se volvió cuando Nick estaba sacando su bolsa del maletero del Bentley. Mientras lo seguía hacia la impresionante puerta de entrada, vio que una de las tiras del sujetador verde que Nick había recogido en el tren asomaba por un borde.
—Preferiría llevar la bolsa yo misma.
Nick se detuvo a medio camino en las escaleras y se volvió a mirar a _________ como si estuviera haciendo verdaderos esfuerzos por no perder la paciencia.
—Si insistes.
Nick alargó la bolsa hacia _________, que contemplaba con evidente desconcierto la enigmática expresión de su mirada. Alargó una mano para tomar la bolsa, pero, en lugar de sujetarla por el asa, tomó involuntariamente la mano de Nick. Ambos retiraron sus manos al mismo tiempo y la bolsa cayó al suelo, desparramando una vez más su contenido por la escalera.
—Diablos —murmuró _________ mientras se agachaba para recoger la ropa.
—Al parecer, tienes mucha ropa interior y pocas prendas con las que vestirte —dijo Nick en tono mordaz mientras se agachaba para tomar unas braguitas rosas.
—Supongo que tienes razón —replicó _________ con altanería—, pero, ¿qué sentido tendría gastar el dinero en ropa de la que me voy a aburrir tras ponérmela una sola vez? Sin embargo, la ropa interior es una buena inversión. Porque es práctica —añadió a la defensiva al ver la expresión desdeñosa de Nick—. Este viaje se está convirtiendo en una de esas espantosas farsas de salón —murmuró a la vez que metía un puñado de ropa en la bolsa.
Nick se irguió y alzó una ceja.
—Todo este fin de semana tiene algo de farsa, ¿no te parece? —preguntó mientras se volvía y terminaba de subir las escaleras.
_________ lo siguió. Estaba a punto de disculparse por haber llevado la ropa interior equivocada, la ropa equivocada y el acento y ocupación equivocados, cuando se encontró en el interior del castillo. Sus muros de piedra se alzaban hasta un techo que parecía hallarse a kilómetros de distancia. Estaban cubiertos de mosquetones, espadas, lanzas, armaduras, cascos y otras diabólicas armas medievales.
—Qué vestíbulo tan acogedor —murmuró débilmente mientras se acercaba a observar un peto tras el que había dos enormes espadas cruzadas—. Seguro que no os molestan a menudo los vendedores ambulantes.
Nick no sonrió.
—Son armas del siglo XVII. Su finalidad era echar a los enemigos invasores, no a los vendedores ambulantes.
_________ deslizó un dedo por el peto y se fijó en el brillante rastro que surgió bajo el polvo.
—Los Jonas debéis tener un montón de enemigos.
Era muy consciente de que Nick la estaba mirando. ¿Pero cómo era posible que una mirada tan impasible le hiciera sentir que la piel le ardía?
—Yo más bien diría que nos gusta proteger nuestros intereses —replicó él—. Y la amenaza no reside tan solo en los enemigos invasores —añadió con una irónica sonrisa.
El significado de sus palabras estaba bien claro, al igual que el velado tono amenazador que había tras estas. _________ abrió la boca para contestar, pero se contuvo, consciente de que sería inútil defenderse de aquellas acusaciones.
—Será mejor que… que vaya a buscar a Tom —balbuceó—. Debe estar preguntándose dónde estoy.
Nick giró sobre sus talones y _________ lo siguió hasta otro gran vestíbulo con los muros cubiertos de roble. Había dos grandes chimeneas, una en cada extremo de la sala, pero ambas estaban apagadas. En lugar de armas, las paredes estaban cubiertas de trofeos de caza, de cabezas de animales con ojos vidriosos. «Esto es lo que te puede pasar si enfadas a los Jonas», parecían susurrar.
_________ irguió los hombros y aceleró el paso. No debía dejarse afectar por Nick Jonas. Por el bien de Tom, y también porque había algo en aquel hombre que le hacía perder su habilidad para pensar lógicamente.
En aquel momento se abrieron unas puertas dobles en el extremo del vestíbulo y apareció Tom.
—¡_________! ¡Ya estás aquí!
_________ se quedó momentáneamente desconcertada al verlo. En lugar de su habitual vestimenta, consistente en excéntricas prendas de época, chaquetas de esmoquin echas jirones, camisetas y pantalones pitillo, el hombre que avanzaba hacia ella con los brazos extendidos vestía unos pantalones perfectamente planchados, un jersey con el cuello en forma de V sobre una camisa perfectamente abotonada y unos mocasines negros.
Aquel nuevo Tom tomó el rostro de _________ entre sus manos y le dio un beso mucho más tierno de lo habitual. _________ estaba a punto de apartarlo de un empujón para preguntarle a qué creía estar jugando cuando recordó a qué había ido allí. Dejó caer de nuevo la bolsa al suelo y le rodeó el cuello con los brazos.
Por encima del hombro de Tom vio que Nick Jonas los observaba como un oscuro centinela. Ser consciente de ello le hizo sentirse acalorada, inquieta y, antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo, arqueó su cuerpo contra el de Tom y deslizó los dedos en su pelo.
_________ tenía suficiente experiencia profesional como para haber dominado el arte de lograr que algo totalmente casto no lo pareciera tanto. Cuando Tom se apartó unos segundos después, _________ vio que sus ojos sonreían a la vez que apoyaba un momento la frente contra la suya.
—Veo que ya has conocido a Nick, mi hermano mayor. Espero que te haya cuidado bien.
—Oh, sí —_________ asintió furiosamente—. Y me temo que he necesitado que lo hiciera. De no ser por Nick, ahora me encontraría camino de Edimburgo.
Nick le dedicó una mirada glacial.
—Casualmente íbamos en el mismo vagón, de manera que hemos tenido tiempo de… conocernos un poco antes de llegar aquí.
Solo _________ pudo captar el matiz de amenaza que había bajo el desabrido tono de sus palabras.
«Le caigo realmente mal», pensó con un estremecimiento. De pronto se sintió muy cansada, muy sola.
—Estupendo —dijo Tom, ajeno a la tensión que crepitaba en el aire—. Y ahora, ven a conocer a mis padres. No he dejado de hablar de ti desde ayer, y están deseando conocerte.
_________ experimentó un repentino y familiar pánico; el temor a ser observada, examinada, juzgada. Iban a ver a la auténtica _________. Experimentó la misma inseguridad que unos momentos antes de salir a escena en la única ocasión en que actuó en el teatro. ¿Y si no lograba hacerlo? ¿Y si se le olvidaba el texto? Para ella, actuar había sido un modo de vida mucho antes de que se convirtiera en una forma de ganarse la vida, e interpretar un papel había llegado a ser algo completamente natural para ella. Pero en aquellos momentos… y allí…

por **aranzhitha** Vie 29 Jun 2012, 4:24 pm

oh Dios pobre rayiz esa casa da miedo
siguela!!!!

por **jamileth** Dom 01 Jul 2012, 9:37 pm

jejejeej no sera q nick estaba como q molesto x l beso de la rayis y tom????????????
ahhhhhh

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

por **HeyItsLupitaNJ** Jue 05 Jul 2012, 4:53 pm

wow, esta super interesante la nove! :) esperando el siguiente capitulo, & yo digo que al Nicho le gusta la rayiz por eso se porta si con ella! ;)

por **jamileth** Jue 05 Jul 2012, 8:18 pm

siguelaaaaaa

por **CariitoJonas15** Jue 05 Jul 2012, 8:52 pm

Capitulo 3, parte 3

—Espera, Tom —dijo a la vez que se detenía en seco.
—¿Qué sucede? —preguntó Tom, desconcertado.
Tom era el mejor amigo de _________ y ella habría hecho cualquier cosa por él, pero cuando se ofreció a ayudarlo en aquello no había tenido en cuenta las posibles consecuencias. El castillo Alnburgh, con su historia, sus símbolos de riqueza y posición, era la clase de lugar que más podía inquietarla.
—No puedo ir a ver a tus padres vestida de este modo. He venido directamente del casting de la película de vampiros que estamos rodando. Tenía intención de cambiarme en el tren, pero… —abrió el abrigo para que Tom pudiera ver su atuendo. Su amigo dejó escapar un prolongado silbido.
—No te preocupes. Deja que te quite el abrigo para que te puedas poner esto, o de lo contrario te helarás —Tom se quitó rápidamente su jersey negro de cachemira y se lo entregó. Después colgó el abrigo de _________ de los cuernos de un venado—. Vas a encantarles lleves lo que lleves. Sobre todo a papá; eres el regalo de cumpleaños perfecto. Vamos, nos esperan en la sala de estar. Ahí por lo menos hace calor.
_________ no tuvo más remedio que seguirlo hasta las dobles puertas del final del vestíbulo.

«Una película de vampiros», pensó Nick desdeñosamente. ¿Desde cuándo vestían los vampiros como señoritas de compañía?
De pronto experimentó un tremendo cansancio. No se sentía con fuerzas para ver en aquellos momentos a su padre y a su madrastra. Camino de las escaleras pasó junto al lugar en que solía estar el retrato de su madre antes de que su padre lo sustituyera por un gran óleo en el que aparecía Tatiana vestida de raso azul y con los diamantes de Cartier que le regaló el día de su boda.
Tom tenía razón, pensó Nick. Si había alguien dispuesto a apreciar la indumentaria de _________, era Ralph Jonas. Como el de los vampiros, el entusiasmo de su padre por las mujeres fáciles era legendario.
Sin embargo, Tom no compartía aquel entusiasmo. Y eso le preocupaba. Si no hubiera escuchado la conversación telefónica que había mantenido _________ en el tren, o incluso si no hubiera percibido con total claridad la ardiente sexualidad que rezumaba, solo hacía falta verlos juntos para saber que, vampiresa o no, aquella chica iba a romper el corazón de su hermano y se lo iba a comer en el desayuno.

El primero en levantarse cuando _________ y Tom entraron en la sala de estar fue Ralph Jonas. _________ se sorprendió al ver lo mayor que era, cosa que resultaba bastante ridícula, sobre todo teniendo en cuenta que había acudido allí para asistir a la fiesta de su setenta cumpleaños. Llevaba su canoso pelo peinado hacia atrás y cuando tomó la mano de _________ sus ojos casi desaparecieron tras un abanico de arrugas mientras los deslizaba de arriba abajo por el cuerpo de _________. Cuando alzó de nuevo la mirada no pasó de sus pechos.
—Es un auténtico placer conocerte, _________ —dijo, con el amanerado acento de clase alta que _________ creía extinto desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
—Lo mismo digo, señor.
¿De dónde había salido aquello? Si se descuidaba, temía empezar a hacer reverencias. Se suponía que estaba interpretando el papel de la novia de Tom, no el de una doncella de algún drama de los años treinta. Aunque a Ralph no parecía importarle. Siguió mirándola con especulativo interés sin soltarle la mano, como si se tratara de una obra de arte que estuviera pensando en comprar.
De pronto recordó el Desnudo con lirios de Kevin Claude y sintió que todo su cuerpo se ruborizaba. Afortunadamente, fue distraída por una mujer que se levantó de un sillón y se acercó a ellos. Vestía un impecable traje blanco de angora que realzaba su pelo rubio y su sedosa piel, además de su envidiable figura y el collar de perlas que llevaba en torno al cuello. Tomó a _________ por los hombros, se inclinó hacia ella y, en una silenciosa y elaborada pantomima, besó el aire junto a una de sus mejillas y luego junto a la otra.
—Nos alegra mucho que hayas venido hasta aquí para conocernos ¿Qué tal el viaje? ¿Ha sido horrible?
Aún conservaba inconfundibles restos de acento ruso, pero su inglés era perfecto.
—No, en absoluto.
—Pero has venido en tren, ¿no? —Tatiana simuló un estremecimiento—. Los trenes están tan abarrotados hoy en día. Hacen que uno se sienta mugriento, ¿no te parece?
«No», habría querido contestar _________. Los trenes no le hacían sentirse «mugrienta», ni mucho menos. Afortunadamente, Ralph intervino a tiempo.
—Vamos, querida —bromeó—. ¿Cuándo fue la última vez que viajaste en tren?
—La primera clase no está mal —dijo _________, esforzándose por sonar como si jamás se le ocurriría viajar en segunda.
—No hay suficiente espacio para las piernas —dijo una resonante voz tras ella.
_________ volvió la cabeza y vio a Nick de pie en el umbral. Sostenía un montón de sobres en la mano a los que estaba echando un vistazo mientras hablaba.
Por un momento nadie se movió, hasta que, como si acabaran de recordarle su papel, Tatiana avanzó hacia él.
—Bienvenido de regreso a Alnburgh, Nick.
_________ captó enseguida la frialdad de su tono. Nick no inclinó la cabeza ni un centímetro cuando Tatiana se irguió para besarlo en la mejilla, y su expresión permaneció inescrutable.
—Tienes buen aspecto, Tatiana —murmuró sin apenas mirarla.
Viendo su altura y la amplitud de su pecho, _________ pensó que había sido hecho a diferente escala que Tom y Ralph. Se había quitado la chaqueta y llevaba subidas las mangas de su camisa blanca, dejando expuestos unos poderosos y morenos antebrazos.
_________ apartó la mirada.
Ralph se acercó al elegante mueble bar que había en un lateral y sirvió whisky en un vaso que aún tenía un resto. Luego se volvió hacia su hijo mayor.
—Nick.
—Padre.
La voz de Nick sonó totalmente neutral, pero Ralph pareció estremecerse ligeramente. Lo disimuló tomando un generoso trago de whisky.
—Ha sido todo un detalle por tu parte venir, sobre todo teniendo en cuenta la de vuelos que han tenido que suspenderse a causa del tiempo. Te envié la invitación por… —dudó—, cortesía. Sé lo ocupado que estás. Espero que no te sintieras obligado a aceptar.
—En absoluto —Nick dedicó una gélida mirada a su padre—. He estado fuera demasiado tiempo, y hay cosas de las que debemos hablar.
Ralph rió, pero _________ notó que se ruborizaba ligeramente.
—¡Cielo santo, Nick! Espero que no quieras insistir con eso.
La puerta de abrió en aquel momento y un hombre mayor apareció en el umbral. Hizo una seña casi imperceptible a Tatiana, que se acercó a su marido y enlazó su brazo con él.
—Gracias, Thomas. La comida está lista. Ya que estamos todos aquí, ¿qué os parece si pasamos al comedor?

por **jamileth** Jue 05 Jul 2012, 9:47 pm

nick y papa no se llevabien ????
ahhh

siguelaaa
quiero mas cap!!!

siguelaaaaa

por **aranzhitha** Vie 06 Jul 2012, 10:06 am

la madrastra me causo mala espina :¬¬:
Nick y toda la familia es muy rara
Siguela!!

por **jamileth** Lun 09 Jul 2012, 3:24 pm

siguelaaaaa

por **CariitoJonas15** Lun 09 Jul 2012, 7:04 pm

Capítulo 4, parte 1

La comida fue tan agradable y relajada como ser desnudado y golpeado con una vara de abedul.
Cuando era pequeña, _________ solía soñar con formar parte de una familia que se reuniera siempre a comer en torno a una gran mesa. Si hubiera sabido que las cosas eran así, se habría quedado con su fantasía de tener un poni.
El comedor era un lugar enorme y sombrío, y tenía las paredes llenas de retratos familiares. Casi todos los retratados eran realmente feos. Tan solo el retrato de una mujer vestida de seda rosa que llevaba el pelo sujeto en lo alto de la cabeza y esbozaba una sonrisa explicaba de dónde habían sacado su atractivo Tom y Nick.
Thomas, el mayordomo que había anunciado que la comida estaba lista, sirvió un consomé aguado, seguido de unos rectángulos de pescado colocados sobre algo parecido a una salsa de espinacas que olía a calcetines hervidos. No era de extrañar que Tatiana estuviera tan delgada.
—Tiene un aspecto delicioso —dijo _________ animadamente.
Tatiana le dio las gracias en un tono que indicaba que había preparado personalmente la comida.
—Ha llevado años conseguir que la señora Daniels cocine algo aparte de chuletas, pudin de riñones y ternera asada, pero parece que por fin ha entendido el significado de «bajo en grasa».
—Desafortunadamente —murmuró Nick.
Ralph lo ignoró y se sirvió una generosa cantidad de vino antes de volverse para servir a _________.
—Tom nos ha contado que estabas en París rodando una película.
_________, que acababa de tomar un bocado de pescado, solo pudo limitarse a asentir.
—Fascinante —dijo Tatiana—. ¿De qué trata la película?
_________ se cubrió la boca con la mano para ocultar la mueca de asco que le produjo tragar el pescado.
—Trata de Agentes Especiales Británicos y la Resistencia Francesa en la Segunda Guerra Mundial. Transcurre en Montmartre, en una comunidad de pintores y poetas.
—¿Y qué papel interpretabas? —preguntó Nick.
_________ carraspeó.
—Un papel pequeño —contestó, sin especificar nada más.
—¿De qué?
—De una prostituta llamada Claudine que, sin darse cuenta, revela a la SS el paradero de su novio, que pertenece a la resistencia.
La sonrisa de Nick fue tan débil como fugaz. _________ se sintió como si la hubieran mandado al despacho del director por haber enseñado las bragas a sus compañeros de clase.
—Debes conocer un montón de gente fascinante —dijo Tatiana.
—Oh, sí. Al menos, en algunas ocasiones. Los actores suelen estar bastante obsesionados consigo mismos. No siempre resulta agradable estar con ellos.
—Pero no son tan insoportables como los pintores —dijo Tom distraídamente mientras se concentraba en su pescado—. Contrataron a unos cuantos pintores para pintar los cuadros que van a salir en la película y resultó que eran tan divos que los actores parecían personas normales, ¿verdad, _________?
_________ sintió que sonaba un timbre de alarma en su cabeza. Trató de enviar un mensaje con la mirada a Tom, pero ya era demasiado tarde.
—Uno de ellos se empeñó en pintar a _________ —continuó Tom—. La abordó en un bar cuando estaba conmigo y pasó dos horas mirándola y hablando de lirios blancos.
_________ se sintió como si acabara de caerle un rayo encima. No se atrevió a mirar a Nick. De hecho, no necesitó hacerlo, porque pudo sentir con toda claridad su desaprobación y la hostilidad que emanaba de él. Desesperada, se fijó en el cuadro de la mujer vestida de rosa.
—Si hubiera creído que el resultado iba a ser tan encantador como ese, habría aceptado sin dudarlo —dijo a la vez que señalaba el retrato—. ¿Quién es?
Ralph siguió la dirección de su mirada.
—Es lady Carolina, la esposa del cuarto conde y una de las Jonas más extravagantes de la familia. Era una joven de procedencia dudosa que fue cantante de cabaret. Christopher Jonas, que tenía veinte años menos que ella, se enamoró perdidamente y le propuso matrimonio, para escándalo de toda la alta sociedad.
—Fue muy valiente por su parte —comentó _________, aliviada al haber logrado cambiar de tema de conversación.
—¿Valiente o estúpido? —murmuró Nick en tono despectivo.
—Valiente —replicó _________ a la vez que alzaba levemente la barbilla—. No debió resultarle fácil ir en contra de su familia y los de su clase, pero, si la amaba, seguro que el sacrificio mereció la pena.
—No si ella no merecía su sacrificio.
Involuntariamente, _________ dejó escapar una tensa risita.
—¿Y por qué no iba a merecerlo? ¿Por pertenecer a la plebe?
—No —replicó Nick con expresión impasible—. No lo merecía porque no correspondía al amor de Christopher.
—¿Cómo sabes que no lo amaba? —dijo _________, y de inmediato se preguntó qué estaba haciendo. Se suponía que estaba allí para impresionar a los familiares de Tom, no para pelear con ellos, por insufribles que fueran.
—El hecho de que se acostara con otros hombres durante su matrimonio da alguna pista, ¿no te parece? Sus amantes incluían varios lacayos y mozos de establo, e incluso al artista francés que pintó ese retrato.
—¿Francés? —repitió Ralph—. ¿No era italiano?
Nick apartó la mirada de _________.
—Ah, sí murmuró. Debo estar mezclando los hechos.
«Miserable», pensó _________. Era obvio que pretendía burlarse de ella. Alzó la barbilla y sonrió para demostrarle que no lo había logrado.
—¿Y qué le pasó?
—Me temo que acabó mal —dijo Ralph mientras volvía a llenar su copa y a continuación la de _________.
—¿Cómo acabó? —preguntó _________.
—Se quedó embarazada —contestó Nick—. El tonto del conde estaba encantado. Por fin iba a tener un heredero.

por **aranzhitha** Lun 09 Jul 2012, 7:15 pm

hay Nick que malhumorado eres :¬¬:
hasta caes mal jump
pobre rayiz lo que hay que sufrir por un favor
siguela!!!!

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