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BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
Aaaaaaaaaahhhhhh maldita bruja de la sirena esa!!!!!!.... Pero me gusto la forma que joe la despeerto jajajajajajajajajajajajjajajajajajajajaja aaaaaa siguela porfiiiiss
chelis
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
JB&1D2
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
Capitulo 16
Hice una breve parada en casa en mi hora del almuerzo.
En algún momento durante el día, un equipo de limpieza se había detenido y la casa olía a limpio y el pulimento de los muebles con olor a limón. Era como Joe enviando un equipo para cuidar de las cosas. Una pequeña parte de mí estaba decepcionada de que el clan Russel ya no estaba apostando aquí, pero tal vez ya no importaba.
No tuve tiempo para pensar en mi dolor, sin embargo. Agarré un cambio de ropa de "cita" y volví al trabajo, temiendo mi cita con Jasón esa noche. Giselle la había programado en un elegante restaurante francés.
La tarde se arrastraba. La única cosa que la rompía fue un breve encuentro con Giselle, al parecer, Garth el naga quería volverme a ver, a pesar del hecho de que yo le abandoné.
Giselle se emocionó y lo programó para la siguiente noche.
-Deja todas tus noches libres -cantó ella-. El negocio va a estar mejor que nunca.
Me las arreglé para mantener una educada sonrisa en mi cara.
Mu estado de ánimo oscuro se ennegreció aún más cuando fui al baño a cambiarme de ropa y me di cuenta del olor de las fresas mezclado con rosas, que de inmediato me hizo pensar en Joe. Por una corazonada, abrí la papelera y miré dentro. Efectivamente, un ramo de hermosas rosas rojas y un recipiente de fresas cubiertas de chocolate había sido arrojado a la basura. Agarré la tarjeta de la basura y vi lo nombre en él.
Maldita Giselle. Me hubiera gustado haber visto mi presente antes de que ella lo hubiera tirado.
Me puse un suéter de color gris claro con medias opacas para mi cita con Jasón. Había encontrado una de las mordeduras de amor de Joe en la pantorrilla, y la visión de ese me había hecho sonrojar (y calentar, al mismo tiempo), pero mi falda no había sido lo suficientemente larga como para ocultarlo, así que me tuve que cambiar de ropa antes de mi cita. El nuevo conjunto picaba, pero me cubrió de las orejas a los pies, y eso era importante.
Giselle había visto el mordisco de amor, también. A ella no le había hecho gracia.
Jasón era todo el encanto juvenil de la noche, y me di cuenta que estaba fuera de impresionarme. Compró vino caro, dijo anécdotas divertidas sobre la banca, y me animó a hablar. Era uno de esos tipos delicados sentimentales, también. Llegaba a través de la mesa y tocaba mi mano, y me imagino que cualquier otra mujer habría estado deslumbrada con la muestra de afecto.
Molesta como el infierno fuera de mí. Saqué mi mano cada vez que se acercaba a tocarla. Por una vez el acto de rubor virginal me hizo un favor.
-¿Vamos a bailar? -sugirió entregándole al camarero su tarjeta de crédito mientras yo jugaba con mis cerezas Jubilee-. Hay un gran club de salsa en el centro de la ciudad en que nos puedo meter.
¿Bailar salsa? Dispárame ahora.
-Tengo dos pues izquierdos -admití.
Su Blanca sonrisa brilló de nuevo.
-Por lo tanto modesta. Pensé que a todas las mujeres les gustaba bailar -bromeó.
La idea de bailar con Jasón hizo que mi estómago se sacudiera. Tal vez era porque me sentía tan cerca de él que su agua de colonia me asfixiaba.
-Tal vez será mejor terminar la noche. No le siento tan bien. -No era una mentira. Su pesada, almizclada colonia se había convertido en asfixiante después de diez minutos.
Parecía abatido.
-¿Soy yo, _______________________? ¿He hecho algo para ofenderte?
Genial, agotar sentía como un monstruo.
-No eres tú -dije, obligándome a llegar a través de la mesa y agarrar su mano para tranquilizarlo, porque sabia que agradecería el gesto-. Yo solo... no le veo dentro de un lugar genial esta noche.
O mañana. O nuca más.
Me dio han mirada de comprensión, y su mano apretó la mía.
-Entiendo totalmente. -Aceptó el ticket del camarero, y firmó con su nombre sin mirar la cuenta, y luego añadió varios billetes más grandes, más de lo que había gastado en la tienda de comestibles el mas pasado, de propina-. Reconozco cuando mi cita está demasiado distraída para concentrarse en la cena.
Tal vez fueron los tres vasos de vino o el tono suave de su voz, la comprensión de su voz, pero le sonreí.
-Puedes ver a través de mí.
Francamente, sólo me sentí aliviada de que nuestra cita llegara a su fin. No podía esperar para salir de él. Dejé que me metiera en su agradable, suave, lexus color champaña y que me condujera de nuevo a la oficina.
Al menos, pensé que íbamos a la oficina. Cuando llegamos a una enorme puerta electrónica, con las iniciales JTC forjadas en el hierro, le di una mirada sospechosa.
-¿Por qué vamos a tu casa?
-Ed totalmente inocente, te lo aseguro -dijo-. Yo pensé que te gustaría tomar un café y tal vez ver una película. La noche todavía es joven.
Tenia un punto, y le obligué a calmar el malestar que se deslizaba a través de mí. Si me dejaba demasiado pronto, el radar de Giselle estaría en estado de alerta.
-Está bien. Aunque no estoy realmente en el estado de ánimo para el café.
Jasón sonrió.
-Vino, entonces. Giselle me dijo que eres una fanática de los rojos.
Forcé una sonrisa tensa.
-Genial. -Realmente odiaba a Giselle algunas veces.
Jasón condujo sin problemas por el largo y sinuoso camino y traté de no dejar caer la mandíbula mientras se estacionaba. Jasón tenía un verdadero palacio. Versalles, de estilo americano. Construido como una casa de la antigua plantación, ,que tenía veinticuatro ventanas en el frente, y eso era sólo el área del pórtico. Su casa tenia probablemente más de una docena de habitaciones, cada una más grande que la anterior. El exterior era bastante espectacular, también. Bonitas columnas sostenían el arqueado techo, y la hiedra se envolvía alrededor de las columnas.
Mierda santa. Jasón tenía dinero dinero.
-Cuando dijiste que estabas en la banca. Pensé que te referías a los.préstamos -dije.
Asintió con la cabeza al criado que le abrió mi puerta del coche, dejándome afuera.
-Yo hago préstamos -dijo amablemente.
-No -corregí-. Pensé que eras el papel impulsor. El mono que escribe la información. ¡Eres el mono loco con el dinero! -Hice un gesto a la casa-. Santa mierda.
Soltó una carcajada ruidosa y dio la vuelta a mi lado del coche, metiendo mí mano en su brazo de una manera pasada de moda.
-Todavía estás equivocada, sin embargo.
Dejé que me llevara dentro. Santa mierda, ¿es esa una araña de cristal?
-Estoy equivocada, ¿acerca de qué?
-No un mono -dijo amablemente-. Un puma. -Sus ojos brillaron verdes hacia mí, evaluándome de manera descarada.
Una broma cambiaformas, tal vez, pero aun así me asusté.
-Lenguaje figurado -dije con voz débil-. Estaba bromeando.
Sonrió.
-Me gusta cuando se burlan de mí.
Oh, chico. Le di una sonrisa incómoda.
Jasón me llevo dentro del estudio, su mano moviéndose a la parte baja de mi espalda. Uk televisor de plasma enorme cubría una pared del estudio, y líneas de DVD adornaban las paredes en lugar de libros. Altavoces se amontonaban en cada esquina del abovedado techo. Al hombre le gustaban sus juguetes.
De repente, me dio vuelta y empujó mi cuerpo contra el suyo.
-__________^ -suspiró. Sus uñas excavando en mí, pinchando a través de mi ropa y rompiendo la piel-. He estado pensando toda la noche en lo sexy que luces.
(_________^ cuando dice su nombre es un apodo que las irrite)
Pude sentir una gota de sangre deslizándose por mi muñeca y retorcí las manos, tratando de empujarlo lejos.
-!Jasón, déjame ir! Tus garras...
Me soltó de inmediato.
-Lo siento -dijo, respirando con dificultad mientras me miraba-. No sé qué me pasó. -Metió la mano en un bolsillo y me ofreció un pañuelo.
Bueno, no dejes que te ocurra otra vez. Me sequé mi muñeca. La sangre era sólo un goteo, y se secó en cuestión de momentos. Le agradecí el pañuelo, luego dudé. ¿Debo tirarlo a la basura?
Jasón me tendió la mano y dio una sonrisa triste.
-Aquí, déjame encárgarme de esto por ti.
Se lo entregué.
Me dio la espalda y se encogió de hombros, y no se movió por un momento. Me incliné hacia un lado, tratando de ver lo que estaba haciendo. ¿Estaba... oliendo el pañuelo ensangrentado?
Mi radar de bicho raro se apagó.
Jasón cruzo la habitación y arrojó el pañuelo a la basura, y me preguntaba si me había imaginado todo el asunto. Se acercó a mí, acechándome como si yo fuera su presa. Di un paso hacia atrás, presionando mi cuerpo contra la pared. Mi aliento desapareció en un suspiro mientras me atraía hacia él. Sus brazos anclaron mi cuerpo contra el suyo y se inclinó a mi cuello, empujando mi cuello hacia abajo y dejando febrilmente besos en mi piel.
-¡Jasón! -Mis manos empujaron sus hombros, el hombre era imposible de mover-. ¿Qué estas haciendo?
Sus manos se deslizaron hasta mi trasero.
-Déjame que lo limpie de tu mente, ___________^ -susurró en mi cuello, su lengua deslizándose por mi piel-. Eres tan hermosa y sexy...
Me retorcía, tratando de escapar, y logré deslizarme fuera de su alcance.
-Jasón, ¿qué diablos?
Se puso rígido, me miraba en estado de shock. Sus ojos se movieron con extraño brillo de un gato, luego regresaron otra vez.
-Tu cuello... -Sus fosas nasales se dilataron.
Mierda. Me había olvidado por completo de las marcas de Joe arrastrándose por toda mi piel. No es que yo esperara ser atacada por mi cita actual. Enderecé mi cuello alto y le di una mirada ofendida.
-No hay nada malo con mi cuello.
-Pensé que eras virgen. -Había una nota de peligro en su voz.
Mi rostro se volvió rojo brillante.
-Soy virgen, no una monja. -Contaba de que no tratara de comprobar la cosa de la virginidad por sí mismo.
Jasón me miró con ojos calientes por un largo momento, luego se sacudió.
-Perdóname. Yo estaba... abrumado.
-Debería irme.
-No -dijo, y la mirada en sus ojos se convirtió en suave y suplicante-. Por favor. Vamos a hablar. Te lo prometo. Lo siento.
Dudé, nerviosa.
-Yo... yo supongo.
Sonriendo con alivio, Jasón me mostró una silla de cuero en la sala de entretenimientos. Cuando me dejé hundir en el asiento, dijo:
-Tengo que hacer un par de llamadas. ¿Me permites un momento?
¿Me estaba dejando? ¿Cuando de todas maneras no quería estar aquí? Traté de ocultar mi molestia y el agotamiento.
-Mira, Jasón, podemos hacer esto en otro momento...
Puso sus manos en mis hombros, y mis ojos empezaron a llorar debido al pesado aroma de su colonia.
-No, por favor, ___________^.
¿Por qué encontraba su estúpido apodo tan irritante?
-Prometo que no tardará mucho -continuó -. Y entonces, podremos conocernos mejor. -Sus ojos estaban rogando, y su pulgar rozó mi hombro, como si pudiera convencerme más dime tocaba-. Quiero que te quedes.
Parecía quererlo con desesperación.
¿Cuánto tiempo le tomaría ir con el chisme a Giselle si me iba?
-Seguro -dije tras un miembro de duda-. Pero no puedo quedarme hasta muy tarde. Tengo que trabajar temprano...
Me guiñó el ojo de una manera que gritaba a toda voz que lo disculpara.
-No te detendré hasta tarde, lo prometo. Deja que uno de los sirvientes te traiga vino mientras hago mis llamadas.
¿Sirvientes? Muy elegante.
Jasón desapareció, dejándome sola aspirando el aire fresco y limpio. ¿Qué era lo que tenía él que parecía tan intenso y asfixiante? Su colonia era pesada, pero había olido algunas peores. Quizás lo rechazaba por no ser Joe. Siempre olía limpio, almizclado y delicioso, nunca mareante.
Me quité esos pensamientos de la cabeza y me dirigí hacia la colección de DVD para examinarlos. Muchos eran películas de guerra, películas en blanco y negro, y extranjeras con subtítulos.g
Hice una breve parada en casa en mi hora del almuerzo.
En algún momento durante el día, un equipo de limpieza se había detenido y la casa olía a limpio y el pulimento de los muebles con olor a limón. Era como Joe enviando un equipo para cuidar de las cosas. Una pequeña parte de mí estaba decepcionada de que el clan Russel ya no estaba apostando aquí, pero tal vez ya no importaba.
No tuve tiempo para pensar en mi dolor, sin embargo. Agarré un cambio de ropa de "cita" y volví al trabajo, temiendo mi cita con Jasón esa noche. Giselle la había programado en un elegante restaurante francés.
La tarde se arrastraba. La única cosa que la rompía fue un breve encuentro con Giselle, al parecer, Garth el naga quería volverme a ver, a pesar del hecho de que yo le abandoné.
Giselle se emocionó y lo programó para la siguiente noche.
-Deja todas tus noches libres -cantó ella-. El negocio va a estar mejor que nunca.
Me las arreglé para mantener una educada sonrisa en mi cara.
Mu estado de ánimo oscuro se ennegreció aún más cuando fui al baño a cambiarme de ropa y me di cuenta del olor de las fresas mezclado con rosas, que de inmediato me hizo pensar en Joe. Por una corazonada, abrí la papelera y miré dentro. Efectivamente, un ramo de hermosas rosas rojas y un recipiente de fresas cubiertas de chocolate había sido arrojado a la basura. Agarré la tarjeta de la basura y vi lo nombre en él.
Maldita Giselle. Me hubiera gustado haber visto mi presente antes de que ella lo hubiera tirado.
Me puse un suéter de color gris claro con medias opacas para mi cita con Jasón. Había encontrado una de las mordeduras de amor de Joe en la pantorrilla, y la visión de ese me había hecho sonrojar (y calentar, al mismo tiempo), pero mi falda no había sido lo suficientemente larga como para ocultarlo, así que me tuve que cambiar de ropa antes de mi cita. El nuevo conjunto picaba, pero me cubrió de las orejas a los pies, y eso era importante.
Giselle había visto el mordisco de amor, también. A ella no le había hecho gracia.
Jasón era todo el encanto juvenil de la noche, y me di cuenta que estaba fuera de impresionarme. Compró vino caro, dijo anécdotas divertidas sobre la banca, y me animó a hablar. Era uno de esos tipos delicados sentimentales, también. Llegaba a través de la mesa y tocaba mi mano, y me imagino que cualquier otra mujer habría estado deslumbrada con la muestra de afecto.
Molesta como el infierno fuera de mí. Saqué mi mano cada vez que se acercaba a tocarla. Por una vez el acto de rubor virginal me hizo un favor.
-¿Vamos a bailar? -sugirió entregándole al camarero su tarjeta de crédito mientras yo jugaba con mis cerezas Jubilee-. Hay un gran club de salsa en el centro de la ciudad en que nos puedo meter.
¿Bailar salsa? Dispárame ahora.
-Tengo dos pues izquierdos -admití.
Su Blanca sonrisa brilló de nuevo.
-Por lo tanto modesta. Pensé que a todas las mujeres les gustaba bailar -bromeó.
La idea de bailar con Jasón hizo que mi estómago se sacudiera. Tal vez era porque me sentía tan cerca de él que su agua de colonia me asfixiaba.
-Tal vez será mejor terminar la noche. No le siento tan bien. -No era una mentira. Su pesada, almizclada colonia se había convertido en asfixiante después de diez minutos.
Parecía abatido.
-¿Soy yo, _______________________? ¿He hecho algo para ofenderte?
Genial, agotar sentía como un monstruo.
-No eres tú -dije, obligándome a llegar a través de la mesa y agarrar su mano para tranquilizarlo, porque sabia que agradecería el gesto-. Yo solo... no le veo dentro de un lugar genial esta noche.
O mañana. O nuca más.
Me dio han mirada de comprensión, y su mano apretó la mía.
-Entiendo totalmente. -Aceptó el ticket del camarero, y firmó con su nombre sin mirar la cuenta, y luego añadió varios billetes más grandes, más de lo que había gastado en la tienda de comestibles el mas pasado, de propina-. Reconozco cuando mi cita está demasiado distraída para concentrarse en la cena.
Tal vez fueron los tres vasos de vino o el tono suave de su voz, la comprensión de su voz, pero le sonreí.
-Puedes ver a través de mí.
Francamente, sólo me sentí aliviada de que nuestra cita llegara a su fin. No podía esperar para salir de él. Dejé que me metiera en su agradable, suave, lexus color champaña y que me condujera de nuevo a la oficina.
Al menos, pensé que íbamos a la oficina. Cuando llegamos a una enorme puerta electrónica, con las iniciales JTC forjadas en el hierro, le di una mirada sospechosa.
-¿Por qué vamos a tu casa?
-Ed totalmente inocente, te lo aseguro -dijo-. Yo pensé que te gustaría tomar un café y tal vez ver una película. La noche todavía es joven.
Tenia un punto, y le obligué a calmar el malestar que se deslizaba a través de mí. Si me dejaba demasiado pronto, el radar de Giselle estaría en estado de alerta.
-Está bien. Aunque no estoy realmente en el estado de ánimo para el café.
Jasón sonrió.
-Vino, entonces. Giselle me dijo que eres una fanática de los rojos.
Forcé una sonrisa tensa.
-Genial. -Realmente odiaba a Giselle algunas veces.
Jasón condujo sin problemas por el largo y sinuoso camino y traté de no dejar caer la mandíbula mientras se estacionaba. Jasón tenía un verdadero palacio. Versalles, de estilo americano. Construido como una casa de la antigua plantación, ,que tenía veinticuatro ventanas en el frente, y eso era sólo el área del pórtico. Su casa tenia probablemente más de una docena de habitaciones, cada una más grande que la anterior. El exterior era bastante espectacular, también. Bonitas columnas sostenían el arqueado techo, y la hiedra se envolvía alrededor de las columnas.
Mierda santa. Jasón tenía dinero dinero.
-Cuando dijiste que estabas en la banca. Pensé que te referías a los.préstamos -dije.
Asintió con la cabeza al criado que le abrió mi puerta del coche, dejándome afuera.
-Yo hago préstamos -dijo amablemente.
-No -corregí-. Pensé que eras el papel impulsor. El mono que escribe la información. ¡Eres el mono loco con el dinero! -Hice un gesto a la casa-. Santa mierda.
Soltó una carcajada ruidosa y dio la vuelta a mi lado del coche, metiendo mí mano en su brazo de una manera pasada de moda.
-Todavía estás equivocada, sin embargo.
Dejé que me llevara dentro. Santa mierda, ¿es esa una araña de cristal?
-Estoy equivocada, ¿acerca de qué?
-No un mono -dijo amablemente-. Un puma. -Sus ojos brillaron verdes hacia mí, evaluándome de manera descarada.
Una broma cambiaformas, tal vez, pero aun así me asusté.
-Lenguaje figurado -dije con voz débil-. Estaba bromeando.
Sonrió.
-Me gusta cuando se burlan de mí.
Oh, chico. Le di una sonrisa incómoda.
Jasón me llevo dentro del estudio, su mano moviéndose a la parte baja de mi espalda. Uk televisor de plasma enorme cubría una pared del estudio, y líneas de DVD adornaban las paredes en lugar de libros. Altavoces se amontonaban en cada esquina del abovedado techo. Al hombre le gustaban sus juguetes.
De repente, me dio vuelta y empujó mi cuerpo contra el suyo.
-__________^ -suspiró. Sus uñas excavando en mí, pinchando a través de mi ropa y rompiendo la piel-. He estado pensando toda la noche en lo sexy que luces.
(_________^ cuando dice su nombre es un apodo que las irrite)
Pude sentir una gota de sangre deslizándose por mi muñeca y retorcí las manos, tratando de empujarlo lejos.
-!Jasón, déjame ir! Tus garras...
Me soltó de inmediato.
-Lo siento -dijo, respirando con dificultad mientras me miraba-. No sé qué me pasó. -Metió la mano en un bolsillo y me ofreció un pañuelo.
Bueno, no dejes que te ocurra otra vez. Me sequé mi muñeca. La sangre era sólo un goteo, y se secó en cuestión de momentos. Le agradecí el pañuelo, luego dudé. ¿Debo tirarlo a la basura?
Jasón me tendió la mano y dio una sonrisa triste.
-Aquí, déjame encárgarme de esto por ti.
Se lo entregué.
Me dio la espalda y se encogió de hombros, y no se movió por un momento. Me incliné hacia un lado, tratando de ver lo que estaba haciendo. ¿Estaba... oliendo el pañuelo ensangrentado?
Mi radar de bicho raro se apagó.
Jasón cruzo la habitación y arrojó el pañuelo a la basura, y me preguntaba si me había imaginado todo el asunto. Se acercó a mí, acechándome como si yo fuera su presa. Di un paso hacia atrás, presionando mi cuerpo contra la pared. Mi aliento desapareció en un suspiro mientras me atraía hacia él. Sus brazos anclaron mi cuerpo contra el suyo y se inclinó a mi cuello, empujando mi cuello hacia abajo y dejando febrilmente besos en mi piel.
-¡Jasón! -Mis manos empujaron sus hombros, el hombre era imposible de mover-. ¿Qué estas haciendo?
Sus manos se deslizaron hasta mi trasero.
-Déjame que lo limpie de tu mente, ___________^ -susurró en mi cuello, su lengua deslizándose por mi piel-. Eres tan hermosa y sexy...
Me retorcía, tratando de escapar, y logré deslizarme fuera de su alcance.
-Jasón, ¿qué diablos?
Se puso rígido, me miraba en estado de shock. Sus ojos se movieron con extraño brillo de un gato, luego regresaron otra vez.
-Tu cuello... -Sus fosas nasales se dilataron.
Mierda. Me había olvidado por completo de las marcas de Joe arrastrándose por toda mi piel. No es que yo esperara ser atacada por mi cita actual. Enderecé mi cuello alto y le di una mirada ofendida.
-No hay nada malo con mi cuello.
-Pensé que eras virgen. -Había una nota de peligro en su voz.
Mi rostro se volvió rojo brillante.
-Soy virgen, no una monja. -Contaba de que no tratara de comprobar la cosa de la virginidad por sí mismo.
Jasón me miró con ojos calientes por un largo momento, luego se sacudió.
-Perdóname. Yo estaba... abrumado.
-Debería irme.
-No -dijo, y la mirada en sus ojos se convirtió en suave y suplicante-. Por favor. Vamos a hablar. Te lo prometo. Lo siento.
Dudé, nerviosa.
-Yo... yo supongo.
Sonriendo con alivio, Jasón me mostró una silla de cuero en la sala de entretenimientos. Cuando me dejé hundir en el asiento, dijo:
-Tengo que hacer un par de llamadas. ¿Me permites un momento?
¿Me estaba dejando? ¿Cuando de todas maneras no quería estar aquí? Traté de ocultar mi molestia y el agotamiento.
-Mira, Jasón, podemos hacer esto en otro momento...
Puso sus manos en mis hombros, y mis ojos empezaron a llorar debido al pesado aroma de su colonia.
-No, por favor, ___________^.
¿Por qué encontraba su estúpido apodo tan irritante?
-Prometo que no tardará mucho -continuó -. Y entonces, podremos conocernos mejor. -Sus ojos estaban rogando, y su pulgar rozó mi hombro, como si pudiera convencerme más dime tocaba-. Quiero que te quedes.
Parecía quererlo con desesperación.
¿Cuánto tiempo le tomaría ir con el chisme a Giselle si me iba?
-Seguro -dije tras un miembro de duda-. Pero no puedo quedarme hasta muy tarde. Tengo que trabajar temprano...
Me guiñó el ojo de una manera que gritaba a toda voz que lo disculpara.
-No te detendré hasta tarde, lo prometo. Deja que uno de los sirvientes te traiga vino mientras hago mis llamadas.
¿Sirvientes? Muy elegante.
Jasón desapareció, dejándome sola aspirando el aire fresco y limpio. ¿Qué era lo que tenía él que parecía tan intenso y asfixiante? Su colonia era pesada, pero había olido algunas peores. Quizás lo rechazaba por no ser Joe. Siempre olía limpio, almizclado y delicioso, nunca mareante.
Me quité esos pensamientos de la cabeza y me dirigí hacia la colección de DVD para examinarlos. Muchos eran películas de guerra, películas en blanco y negro, y extranjeras con subtítulos.g
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
Aaaaaaaaahh esta con Jasón!!!.. Y eso me da mala espinaaa......
Pon otroooooo
Pon otroooooo
chelis
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
Holaaaa!! nueva lectora!!! :amor:
Ame tu novee! esta genial!! :aah:
Siguela.... besos! :hug:
Ame tu novee! esta genial!! :aah:
Siguela.... besos! :hug:
Invitado
Invitado
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
ahhh ese tipo me da miedo!!
Joe salvala!!
Siguela!!
Joe salvala!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
CrisJonaSchmidt escribió:Holaaaa!! nueva lectora!!! :amor:
Ame tu novee! esta genial!! :aah:
Siguela.... besos! :hug:
bienvenida :P
jamileth
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