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BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
Ahhhhh siguelaaaaa
Ya quiero leer que va a pasar en la cita
Con Joe :D pliiis sigueaaaa!!
Ya quiero leer que va a pasar en la cita
Con Joe :D pliiis sigueaaaa!!
Karli Jonas
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
OOOOOOOHHHHH!!!!
ENTONCEEEEESS.. ESPERAAREEEEEE!!
JEJEJEJEJ AUNQUE FUE MUY CORTOOO ME ENCANTOOO!!!
ENTONCEEEEESS.. ESPERAAREEEEEE!!
JEJEJEJEJ AUNQUE FUE MUY CORTOOO ME ENCANTOOO!!!
chelis
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
bueno aqui les subo mas cap :D
-¿Qué? No se nos permite salir con los clientes. Eres normal, no tienes la documentación apropiada. -Ella sacudió la cabeza, mirando la puerta cerrada detrás de mi para asegurarse de que nuestro invitado no iba a entrar-. Eso es muy amable de tu parte, hermanita, pero Giselle perderá los estribos si se entera.
-No lo diré si tu no lo haces -dije-. Para el momento en que ella llegue de sus vacaciones, estará ya resuelto.
CONTINUACIÓN
Ella sacudió la cabeza, su pelo corto y fino volando sobre sus hombros.
-No seas loca, _____*. Puedo solucionar este....
Agarré su brazo y la pellizque, como solía hacer cuando eramos niñas.
-Si borras un archivo de la base de datos, te juro que verteré agua sobre la placa base de casa. ¿Me entiendes? -Ante su mirada fija, continué-: Soy la gerente de la oficina. Déjame manejar esto.
Me sacó la lengua en respuesta, y supe que había ganado.
-¿Vas a estar bien? -pregunto bruscamente, cambiando de tema-. ¿Tiene que ir?
-Estoy bien -dije, mientras se frotaba los brazos de nuevo-. Todo está bajo control.
-Mierda. -Quería extender mi mano hacia ella de nuevo, pero sabía por experiencia que sólo agravaría las cosas.
-Yo me ocupare de este tipo. Tú quédate aquí y te cubriré hasta que te sientas mejor, ¿de acuerdo?
Tenía los labios apretados en una linea firme, y asintió con la cabeza.
-Derriba algo para tener excusa para quedarte aquí y limpiar. Pero no el frasco del perfume. Mi almuerzo no resistirá si lo pulverizas otra vez.
Una vez más, Sara me dio un tenso asentimiento.
Le marqué un pulgar hacia arriba y me deslicé fuera de la habitación.
-Muy bien -dije, con mi mejor sonrisa-. Ahora, si tan solo pudiera ver su identificación de la Alianza, podré abrir su perfil.
Me llevó cuarenta y cinco minutos configurar la cuenta de Jason. Por lo general consigo configurar más rápido sin dejar de ser amable y habladora, pero Jason era un charlatán y un ligón para echar de una patada. Trabajé de manera constante, echando miradas furtivas a la puerta cerrada de la sala de archivos, pero no podía mostrarlo.
Jason estaba decidido a conquistarme. Rechace sus avances y mantuve las cosas estrictamente profesionales, enviando una solicitud para una cita pequeña y bonita were-zorro que pensé que podía adaptarse a él. Una vez que Jason tuvo su perfil en papel impreso y rechazado su ultimo piropo, no había nada mas que que el tuviera que hacer, salvo marcharse. Seguí mi trabajando durante unos minutos después de que saliera, por si acaso se decidía a volver, pero no lo hizo. A continuación, salte fuera de mi escritorio y corrí hacia la sala de archivos y abrí la puerta.
Un elegante lobo gris yacía en el suelo, la cabeza entre sus patas. La ropa de Sara estaba descartada en el suelo, mezclada con algunos archivos caídos.
-Oh, Sara -la reprendí.
El lobo gimió.
Cogí su camisa desgarrada, examinándola para ver si era remendable. No o era. Poniendo los ojos en blanco, volví a mi escritorio y abrí mi cajón interior, luego levante un gran sobre manila para revelar una pila de camisas de emergencia.
Vivir con un hombre lobo significaba tener una gran cantidad de ropa desgarrada. En los seis años desde que Sara se había transformado, había aprendido a adaptarme a sus necesidades.
Pero eso no significaba que yo no pudiera quejarme con ella al respecto. Volví a la sala de archivos y deje caer la camisa de color rosa delante de ella.
-La ultima que encontré de un color normal -bromeé-. Si cambias una vez más, tú opción se reducirá a las camisetas de Bob Esponja que encontremos en el estante de liquidación.
Ella me gruño, sus labios caninos curvándose hacia atrás en un gruñido. Sonreí y le arroje la camiseta.
-Sólo un pequeño incentivo adicional.
Estuve dándole vueltas todo el día a que ponerme para mi cita. Una parte de mi quería llevar algo que fuera tan sexy como un funeral. Dado que el Sr. Joe Russell estaba pensando en echar un polvo, quería que entendiera tan pronto como me viera que no iba a anotar esta noche. Necesitaba algo que gritara "fuera de los limites", puritano y posiblemente Amish.
Sin embargo, mi parte femenina se rebelaba al no potenciar lo mejor de mí. Joe era probablemente atractivo y seguro, Yo, mientras tanto, no había tenido una cita en seis años.
Fue lo primero que cambio mi vida después de que Sara se transformara, y gustosamente lo había dado por zanjado. Proteger a Sara se había convertida en mi vida, y todo giraba en torno a ella.
Y sin embargo... ahí estaba yo, a punto de tener una cita. Sólo yo y un hombre que buscaba conocer a una chica guapa, encantarla, y con suerte llevársela a la cama. Trague saliva. Nada de presión. Para empeorar las cosas, íbamos a un restaurante de lujo, Tenia que parecer que pertenecía ese lugar, verme atractiva y segura.
Después de todo, tenia que estar en guardia alrededor del Sr. Russell. Tenia que estar sumamente segura de mi misma, y tranquila, como el infierno. Balones a la pared, no tomar prisioneros, no interesada en una mujer fuerte que era humana y normal, y no que tuviera ademas una hermana hombre lobo.
Después del trabajo, me pase una hora revisando mi armario. La mayoría de mi ropa era practica, y nada parecía muy adecuado para una cita. Termine poniéndome un vestido con vuelo, sin mangas, de color negro, con bordes de satén aguamarina. Era bonito femenino. La falda era mas corta de lo que recordaba y el escote lo suficientemente marcado como para mostrar un escote generoso, y probablemente fuera por eso que se había pasado en mi armario sin usar, por mucho tiempo, con las etiquetas todavía puestas. En realidad no era del todo seductor, pero para alguien como yo, nunca hubo una ocasión para usarlo.
Me puse un par de pulsera y unos pendientes de aro, y retire mi pelo largo, lacio, rubio, superfino en un moño en lo alto de mi cabeza. Yo no tenia tiempo para secarlo hasta dejarlo esponjoso.
Después de todo, no estaba tratando de impresionar al Sr Russell, ¿verdad?
Y solo porque no estaba tratando de no impresionarlo, añadí una segunda capa de brillo de labios.
Antes de salir por la puerta, pulvericé sobre mi ropa un chorro de Febreze y las había dejado secar con una hoja de perfume floral para el caso de que el olor a hombre lobo distintivo de Sara se quedara en mi. No lo podía oler porque era humana, pero casi todos los cambiadores tenían una nariz diez veces mas aguda que la mía, y había tenido varios sustos. Mis sandalias de tiras negras habían estado en el aire, en el porche por la misma razón.
Un Peu de Goût estaba en el corazón de Sundance Square, en el centro de Fort Worth, donde se atiende a una clientela de negocios y turistas que buscan gastar dinero en la cena. El ultimo restaurante al que había ido era el Burger King, así que estaba nerviosa.
Mi hermana estaba en casa durmiendo la mona después de su cambio mas reciente. Siempre hacia estragos en ella, así que deje el coche con ella y tome un taxi hasta el restaurante. Me quede mirando por la ventana mientras nos dirigíamos hacia nuestro destino, tratando de no ponerme demasiado ansiosa, el bolso apretado cerca del pecho como una pelota de fútbol transportada en territorio enemigo.
Cuando entre en el restaurante, mis tacones resonaron con fuerza el las baldosas de mármol, llamando la atención del maître. Este fue un error grande y gordo. Debería haber llevado algo con un dobladillo mas largo, o un escote menos pronunciado. O simplemente haber anulado la cita. Si Giselle se enteraba de que estaba saliendo con uno de los clientes, incluso a petición suya, seria despedida de mi puesto de trabajo, no importara cuan importante fuera a cuenta.
Los humanos eran una moneda de diez centavos por docena, incluso los que no se alteraban por las inclinaciones extrañas del jefe o de las solicitudes de los extraños clientes. La comunidad de la Alianza era exclusiva, y todos los clientes eran ricos y poderosos. Algunos tenían mucho dinero, gracias a su longevidad, y algunos simplemente tenían un carisma natural que atraía a los humanos hacia ellos.
Un par de humanos afligidos como Sara y yo, bueno, tal vez solo yo, estaban fuera de su clase. Si ella tuviera que elegir entre los empleados y los clientes, Giselle siempre elegiría a los clientes.
-¿Sí, señorita?
Sonreí al maître, con la esperanza de que no pudiera sentir mi nerviosismo.
-Estoy aquí para reunirme con el Sr. Joe Russell -dije sin aliento-. Tenemos una reserva para cenar.
El maître ni siquiera miro hacia abajo en su lista. El me dirigió una sonrisa forzada, conocedora.
-El señor Russell estará aquí dentro de poco, señorita. Puede esperar en el bar.
-Oh -dije, un poco sorprendida de que mi cita no hubiera llegado todavía-. Claro. -Deje que me dirigiera al interior.
bueno hasta aqui les dejo chicas!!!
bueno adios....
-¿Qué? No se nos permite salir con los clientes. Eres normal, no tienes la documentación apropiada. -Ella sacudió la cabeza, mirando la puerta cerrada detrás de mi para asegurarse de que nuestro invitado no iba a entrar-. Eso es muy amable de tu parte, hermanita, pero Giselle perderá los estribos si se entera.
-No lo diré si tu no lo haces -dije-. Para el momento en que ella llegue de sus vacaciones, estará ya resuelto.
CONTINUACIÓN
Ella sacudió la cabeza, su pelo corto y fino volando sobre sus hombros.
-No seas loca, _____*. Puedo solucionar este....
Agarré su brazo y la pellizque, como solía hacer cuando eramos niñas.
-Si borras un archivo de la base de datos, te juro que verteré agua sobre la placa base de casa. ¿Me entiendes? -Ante su mirada fija, continué-: Soy la gerente de la oficina. Déjame manejar esto.
Me sacó la lengua en respuesta, y supe que había ganado.
-¿Vas a estar bien? -pregunto bruscamente, cambiando de tema-. ¿Tiene que ir?
-Estoy bien -dije, mientras se frotaba los brazos de nuevo-. Todo está bajo control.
-Mierda. -Quería extender mi mano hacia ella de nuevo, pero sabía por experiencia que sólo agravaría las cosas.
-Yo me ocupare de este tipo. Tú quédate aquí y te cubriré hasta que te sientas mejor, ¿de acuerdo?
Tenía los labios apretados en una linea firme, y asintió con la cabeza.
-Derriba algo para tener excusa para quedarte aquí y limpiar. Pero no el frasco del perfume. Mi almuerzo no resistirá si lo pulverizas otra vez.
Una vez más, Sara me dio un tenso asentimiento.
Le marqué un pulgar hacia arriba y me deslicé fuera de la habitación.
-Muy bien -dije, con mi mejor sonrisa-. Ahora, si tan solo pudiera ver su identificación de la Alianza, podré abrir su perfil.
Me llevó cuarenta y cinco minutos configurar la cuenta de Jason. Por lo general consigo configurar más rápido sin dejar de ser amable y habladora, pero Jason era un charlatán y un ligón para echar de una patada. Trabajé de manera constante, echando miradas furtivas a la puerta cerrada de la sala de archivos, pero no podía mostrarlo.
Jason estaba decidido a conquistarme. Rechace sus avances y mantuve las cosas estrictamente profesionales, enviando una solicitud para una cita pequeña y bonita were-zorro que pensé que podía adaptarse a él. Una vez que Jason tuvo su perfil en papel impreso y rechazado su ultimo piropo, no había nada mas que que el tuviera que hacer, salvo marcharse. Seguí mi trabajando durante unos minutos después de que saliera, por si acaso se decidía a volver, pero no lo hizo. A continuación, salte fuera de mi escritorio y corrí hacia la sala de archivos y abrí la puerta.
Un elegante lobo gris yacía en el suelo, la cabeza entre sus patas. La ropa de Sara estaba descartada en el suelo, mezclada con algunos archivos caídos.
-Oh, Sara -la reprendí.
El lobo gimió.
Cogí su camisa desgarrada, examinándola para ver si era remendable. No o era. Poniendo los ojos en blanco, volví a mi escritorio y abrí mi cajón interior, luego levante un gran sobre manila para revelar una pila de camisas de emergencia.
Vivir con un hombre lobo significaba tener una gran cantidad de ropa desgarrada. En los seis años desde que Sara se había transformado, había aprendido a adaptarme a sus necesidades.
Pero eso no significaba que yo no pudiera quejarme con ella al respecto. Volví a la sala de archivos y deje caer la camisa de color rosa delante de ella.
-La ultima que encontré de un color normal -bromeé-. Si cambias una vez más, tú opción se reducirá a las camisetas de Bob Esponja que encontremos en el estante de liquidación.
Ella me gruño, sus labios caninos curvándose hacia atrás en un gruñido. Sonreí y le arroje la camiseta.
-Sólo un pequeño incentivo adicional.
*****
Estuve dándole vueltas todo el día a que ponerme para mi cita. Una parte de mi quería llevar algo que fuera tan sexy como un funeral. Dado que el Sr. Joe Russell estaba pensando en echar un polvo, quería que entendiera tan pronto como me viera que no iba a anotar esta noche. Necesitaba algo que gritara "fuera de los limites", puritano y posiblemente Amish.
Sin embargo, mi parte femenina se rebelaba al no potenciar lo mejor de mí. Joe era probablemente atractivo y seguro, Yo, mientras tanto, no había tenido una cita en seis años.
Fue lo primero que cambio mi vida después de que Sara se transformara, y gustosamente lo había dado por zanjado. Proteger a Sara se había convertida en mi vida, y todo giraba en torno a ella.
Y sin embargo... ahí estaba yo, a punto de tener una cita. Sólo yo y un hombre que buscaba conocer a una chica guapa, encantarla, y con suerte llevársela a la cama. Trague saliva. Nada de presión. Para empeorar las cosas, íbamos a un restaurante de lujo, Tenia que parecer que pertenecía ese lugar, verme atractiva y segura.
Después de todo, tenia que estar en guardia alrededor del Sr. Russell. Tenia que estar sumamente segura de mi misma, y tranquila, como el infierno. Balones a la pared, no tomar prisioneros, no interesada en una mujer fuerte que era humana y normal, y no que tuviera ademas una hermana hombre lobo.
Después del trabajo, me pase una hora revisando mi armario. La mayoría de mi ropa era practica, y nada parecía muy adecuado para una cita. Termine poniéndome un vestido con vuelo, sin mangas, de color negro, con bordes de satén aguamarina. Era bonito femenino. La falda era mas corta de lo que recordaba y el escote lo suficientemente marcado como para mostrar un escote generoso, y probablemente fuera por eso que se había pasado en mi armario sin usar, por mucho tiempo, con las etiquetas todavía puestas. En realidad no era del todo seductor, pero para alguien como yo, nunca hubo una ocasión para usarlo.
Me puse un par de pulsera y unos pendientes de aro, y retire mi pelo largo, lacio, rubio, superfino en un moño en lo alto de mi cabeza. Yo no tenia tiempo para secarlo hasta dejarlo esponjoso.
Después de todo, no estaba tratando de impresionar al Sr Russell, ¿verdad?
Y solo porque no estaba tratando de no impresionarlo, añadí una segunda capa de brillo de labios.
Antes de salir por la puerta, pulvericé sobre mi ropa un chorro de Febreze y las había dejado secar con una hoja de perfume floral para el caso de que el olor a hombre lobo distintivo de Sara se quedara en mi. No lo podía oler porque era humana, pero casi todos los cambiadores tenían una nariz diez veces mas aguda que la mía, y había tenido varios sustos. Mis sandalias de tiras negras habían estado en el aire, en el porche por la misma razón.
Un Peu de Goût estaba en el corazón de Sundance Square, en el centro de Fort Worth, donde se atiende a una clientela de negocios y turistas que buscan gastar dinero en la cena. El ultimo restaurante al que había ido era el Burger King, así que estaba nerviosa.
Mi hermana estaba en casa durmiendo la mona después de su cambio mas reciente. Siempre hacia estragos en ella, así que deje el coche con ella y tome un taxi hasta el restaurante. Me quede mirando por la ventana mientras nos dirigíamos hacia nuestro destino, tratando de no ponerme demasiado ansiosa, el bolso apretado cerca del pecho como una pelota de fútbol transportada en territorio enemigo.
Cuando entre en el restaurante, mis tacones resonaron con fuerza el las baldosas de mármol, llamando la atención del maître. Este fue un error grande y gordo. Debería haber llevado algo con un dobladillo mas largo, o un escote menos pronunciado. O simplemente haber anulado la cita. Si Giselle se enteraba de que estaba saliendo con uno de los clientes, incluso a petición suya, seria despedida de mi puesto de trabajo, no importara cuan importante fuera a cuenta.
Los humanos eran una moneda de diez centavos por docena, incluso los que no se alteraban por las inclinaciones extrañas del jefe o de las solicitudes de los extraños clientes. La comunidad de la Alianza era exclusiva, y todos los clientes eran ricos y poderosos. Algunos tenían mucho dinero, gracias a su longevidad, y algunos simplemente tenían un carisma natural que atraía a los humanos hacia ellos.
Un par de humanos afligidos como Sara y yo, bueno, tal vez solo yo, estaban fuera de su clase. Si ella tuviera que elegir entre los empleados y los clientes, Giselle siempre elegiría a los clientes.
-¿Sí, señorita?
Sonreí al maître, con la esperanza de que no pudiera sentir mi nerviosismo.
-Estoy aquí para reunirme con el Sr. Joe Russell -dije sin aliento-. Tenemos una reserva para cenar.
El maître ni siquiera miro hacia abajo en su lista. El me dirigió una sonrisa forzada, conocedora.
-El señor Russell estará aquí dentro de poco, señorita. Puede esperar en el bar.
-Oh -dije, un poco sorprendida de que mi cita no hubiera llegado todavía-. Claro. -Deje que me dirigiera al interior.
bueno hasta aqui les dejo chicas!!!
bueno adios....
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
oooohhh
faltaaa poooocooo para que se conoscan cara aaaa caarraaaaa!!!!
pero entonces por que ___ es huamna y su hrmana no?????
faltaaa poooocooo para que se conoscan cara aaaa caarraaaaa!!!!
pero entonces por que ___ es huamna y su hrmana no?????
chelis
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
chelis escribió:
oooohhh
faltaaa poooocooo para que se conoscan cara aaaa caarraaaaa!!!!
pero entonces por que ___ es huamna y su hrmana no?????
siiii..
mira es q mas adelant sal xq ella no es hombre lobo y por eso tienes q esperar ... :roll:
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
ai ya qiero qe se conoscan jajaja
bueno pues a esperar para saber
porqe la rayis no es una chica lobo
siguela plis
bueno pues a esperar para saber
porqe la rayis no es una chica lobo
siguela plis
Nani Jonas
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
ummm eres mala como la dejas asi??
ya quiero que se encuentren :)
siguela!!!!!!!
ya quiero que se encuentren :)
siguela!!!!!!!
aranzhitha
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
jejeje chicas voy a ver si mas tarde les subo dond se conocen pero no prometo nada :D
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
bueno ahora les subo un poquito +..
-El señor Russell estará aquí dentro de poco, señorita. Puede esperar en el bar.
-Oh -dije, un poco sorprendida de que mi cita no hubiera llegado todavía-. Claro. -Deje que me dirigiera al interior.
Cuando me acerque a la barra, comencé a sentirme un poco irritada por la ausencia del Sr. Russell, que no podía molestarse ni en llegar a tiempo. Si se trataba de un algún tipo de movimiento pasivo-agresivo para poner al insignificante humano en su lugar, no era divertido. Con una pequeña mueca, pedí un mojito y me senté en mi banqueta a esperar.
El mojito era caro pero sabroso e hizo cosas maravillosas para relajar mis nervios. Me bebí la mitad de mi copa antes de que me obligara a reducir la velocidad. No quería estar borracha en el momento en que el hombre llegara al restaurante.
Pasaron diez minutos, y jugué con la lima en el borde de mi vaso. ¿Dónde estaba? Tal vez no se presentaría. Tal vez había llamado a la agencia de nuevo y le había dicho a Sara que no iba a presentarse. Sabia que la Alianza buscaba en una mujer, en especial os cambiadores. Todos sus perfiles de citas decían lo mismo, musculosa, fuerte y agresiva. Llamativa. Entusiasta. Moralmente ambigua. La mayoría de mujeres cambiadoras perseguían a los hombres tan apasionadamente, como ellos respondían. Incluso las mujeres vampiros eran criaturas elegantes y delicadas.
¿Yo? Era un chiste de escritorio para el glamour. Una rubia tímida encerrada en unos apretados pantys que iba a cortarle la circulación. Me había echado un vistazo, reído, y pedido quedar con la arpía, después de todo. Molesta por el pensamiento, le di un mordisco a la lima y succione el liquido. Después de diez minutos mas, este tipo podría considerarse a si mismo sin cita. No iba a esperar aquí toda la noche como una patética perdedora. Puse la cascara del limón en una servilleta y me trague de golpe el resto de mi bebida.
Para el momento en que pasaron siete minutos mas, lo entendí. Ya era suficiente. El Sr. Russell no iba a venir a nuestra cita improvisada. Una parte de mi suspiro de alivio. Por lo menos Giselle no tendría nada por lo que estar molesta otra vez, y había cumplido todas mis obligaciones. Deje un par de dolares para el camarero, apretando mi bolso bajo el brazo, y a continuación me aparte de la barra, y lo vi.
Descansaba cerca, apoyado en la barra como si fuera el dueño del lugar. Se volvió hacia mi, una cerveza medio llena en la barra junto a él. Era obvio que había estado allí algún tiempo, y tan obvio que había estado observandome, sin tomarse la molestia de presentarse. Imbécil.
Una lenta sonrisa curvo sus labios, y mi corazón tartamudeo. Había visto hombre hermosos, y había visto hombres atractivos. Pero nunca había visto a un hombre que fuera tan poderosamente masculino como este.
Me resultaba difícil respirar.
No eran los ojos soñadores y sexys con oscuras pestañas. No eran esos penetrantes irises grises que me evaluaban como si pudiera verme desnuda. No era el impresionante ancho de sus hombros o la angosta cintura, o la espesa casada de desaliñado cabello castaño sobre su bronceada frente. Nada de eso hacia que mi respiración se evaporara lo bastante como la seguridad que él desprendía. Fue la forma tan fácil que mostró el gran hombre con la sonrisa torcida que tironeo sus labios y definió sus increíbles pómulos.
Este hombre iba a ser un problema.
El salón se quedo borroso en los bordes, y las estrellas negras brillaban delante de mis ojos mientras él cruzaba la sala a mi encuentro. Todo en el era movimiento sin esfuerzo, y elegante, como un depredador acechando a su presa.
Se inclino hacia mi, y pude sentir su aroma limpio almizclado.
-Necesitas respirar, __________.
Respirar. Cierto. Inhale profundamente y mi visión se aclaro.
Me sonrió de nuevo, esa sonrisa suave y perezosa.
-Eso esta mejor.
Luche contra la urgencia de borrarla de su cara, molesta porque el me hubiera hecho esperar mientras había estado aquí todo el tiempo.
Hizo un gesto hacia la mar de mesas cubiertas con manteles de lino blanco.
-¿Nos sentamos.?
bueno aqui esta ya se conocieron...
jejeje espro sus comentarios :D
-El señor Russell estará aquí dentro de poco, señorita. Puede esperar en el bar.
-Oh -dije, un poco sorprendida de que mi cita no hubiera llegado todavía-. Claro. -Deje que me dirigiera al interior.
Cuando me acerque a la barra, comencé a sentirme un poco irritada por la ausencia del Sr. Russell, que no podía molestarse ni en llegar a tiempo. Si se trataba de un algún tipo de movimiento pasivo-agresivo para poner al insignificante humano en su lugar, no era divertido. Con una pequeña mueca, pedí un mojito y me senté en mi banqueta a esperar.
El mojito era caro pero sabroso e hizo cosas maravillosas para relajar mis nervios. Me bebí la mitad de mi copa antes de que me obligara a reducir la velocidad. No quería estar borracha en el momento en que el hombre llegara al restaurante.
Pasaron diez minutos, y jugué con la lima en el borde de mi vaso. ¿Dónde estaba? Tal vez no se presentaría. Tal vez había llamado a la agencia de nuevo y le había dicho a Sara que no iba a presentarse. Sabia que la Alianza buscaba en una mujer, en especial os cambiadores. Todos sus perfiles de citas decían lo mismo, musculosa, fuerte y agresiva. Llamativa. Entusiasta. Moralmente ambigua. La mayoría de mujeres cambiadoras perseguían a los hombres tan apasionadamente, como ellos respondían. Incluso las mujeres vampiros eran criaturas elegantes y delicadas.
¿Yo? Era un chiste de escritorio para el glamour. Una rubia tímida encerrada en unos apretados pantys que iba a cortarle la circulación. Me había echado un vistazo, reído, y pedido quedar con la arpía, después de todo. Molesta por el pensamiento, le di un mordisco a la lima y succione el liquido. Después de diez minutos mas, este tipo podría considerarse a si mismo sin cita. No iba a esperar aquí toda la noche como una patética perdedora. Puse la cascara del limón en una servilleta y me trague de golpe el resto de mi bebida.
Para el momento en que pasaron siete minutos mas, lo entendí. Ya era suficiente. El Sr. Russell no iba a venir a nuestra cita improvisada. Una parte de mi suspiro de alivio. Por lo menos Giselle no tendría nada por lo que estar molesta otra vez, y había cumplido todas mis obligaciones. Deje un par de dolares para el camarero, apretando mi bolso bajo el brazo, y a continuación me aparte de la barra, y lo vi.
Descansaba cerca, apoyado en la barra como si fuera el dueño del lugar. Se volvió hacia mi, una cerveza medio llena en la barra junto a él. Era obvio que había estado allí algún tiempo, y tan obvio que había estado observandome, sin tomarse la molestia de presentarse. Imbécil.
Una lenta sonrisa curvo sus labios, y mi corazón tartamudeo. Había visto hombre hermosos, y había visto hombres atractivos. Pero nunca había visto a un hombre que fuera tan poderosamente masculino como este.
Me resultaba difícil respirar.
No eran los ojos soñadores y sexys con oscuras pestañas. No eran esos penetrantes irises grises que me evaluaban como si pudiera verme desnuda. No era el impresionante ancho de sus hombros o la angosta cintura, o la espesa casada de desaliñado cabello castaño sobre su bronceada frente. Nada de eso hacia que mi respiración se evaporara lo bastante como la seguridad que él desprendía. Fue la forma tan fácil que mostró el gran hombre con la sonrisa torcida que tironeo sus labios y definió sus increíbles pómulos.
Este hombre iba a ser un problema.
El salón se quedo borroso en los bordes, y las estrellas negras brillaban delante de mis ojos mientras él cruzaba la sala a mi encuentro. Todo en el era movimiento sin esfuerzo, y elegante, como un depredador acechando a su presa.
Se inclino hacia mi, y pude sentir su aroma limpio almizclado.
-Necesitas respirar, __________.
Respirar. Cierto. Inhale profundamente y mi visión se aclaro.
Me sonrió de nuevo, esa sonrisa suave y perezosa.
-Eso esta mejor.
Luche contra la urgencia de borrarla de su cara, molesta porque el me hubiera hecho esperar mientras había estado aquí todo el tiempo.
Hizo un gesto hacia la mar de mesas cubiertas con manteles de lino blanco.
-¿Nos sentamos.?
bueno aqui esta ya se conocieron...
jejeje espro sus comentarios :D
jamileth
Re: BEAUTY DATES THE BEAST JOE Y TU TERMINADA
ahh la dejo esperando que maldito :¬¬:
Pobre rayita en lo que se ha metido :¬w¬:
Siguela!!!
Pobre rayita en lo que se ha metido :¬w¬:
Siguela!!!
aranzhitha
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