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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: ♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
omj la rayis esta lvadando a nick!! :)
no es que mealegre
pero es lomejor
no es que mealegre
pero es lomejor
andreita
Re: ♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
Trece
_____ volvió la cara.
Joe se movió y encendió la lámpara que ____ había dejado sobre su cómoda. Su sombra vaciló por la habitación cuando volvió a la cama.
—¿Qué haces? —preguntó ____, parpadeando mientras sus ojos se adaptaban a la luz mientras hacía lo posible por no fijarse en su cuerpo delgado y musculoso.
—Quiero verte —se inclinó sobre ella y ____ cerró los ojos.
Con sus suaves labios, suscitó su respuesta. A ____ le encantaba cuando la besaba de aquella manera. Se tomó su tiempo, deslizando la lengua por su labio inferior, y ella respondió hundiendo la suya en su boca y cayendo en una espiral de placer creciente e intenso.
Joe se paró el tiempo suficiente para desabrocharle los botones del camisón.
—¿Qué haces?
—Ya te lo he dicho. Quiero verte.
____ reprimió la oleada de vergüenza y le permitió que le quitara la prenda por la cabeza. Quería cubrirse, así que mantuvo los ojos fuertemente cerrados y se llevó una mano a la cara.
—Mírame, ____.
Abrió los ojos y lo miró entre los dedos.
—¿Alguna vez has hecho el amor con la luz encendida? ¿O durante el día?
Había vivido durante más de un año con Nick antes de que se fuera y nunca la había visto desnuda. Nunca se lo había pedido. Pero allí estaba Joe, queriendo mirarla. Y pidiéndoselo.
—No.
Pasaron los minutos. Joe deslizó una mano por su brazo, hacia su hombro y luego, apartando a un lado su mano, le acarició el rostro. ____ contempló sus ojos de un Cafe profundo y vio en ellos la admiración y la necesidad.
— Eres tan hermosa, ___. Es una pena ocultar tu belleza en la oscuridad.
Bajó sus labios a los suyos y volvió a besarla. Sus besos, siempre tan tiernos, tan excitantes y plenos, vencieron su recelo. ____ puso la mano con ternura sobre su mandíbula esculpida en granito.
Joe trazó una hilera de besos por su barbilla, su garganta, su hombro, poniéndole la piel de gallina. Sus labios húmedos y ardientes encontraron y besaron un pezón y la piel se contrajo, haciendo que ____ deseara más. No la decepcionó. Introdujo el pezón en su boca y creó fuego líquido en sus miembros, en su vientre y más abajo.
—Eres tan hermosa —su voz, ronca y suave, vibró contra sus costillas—. Tan suave y tan blanda por todas partes, ____ —deslizó la palma de su mano por su cadera y su vientre, hundió los dedos en sus rizos y, sin vergüenza,
____ se abrió a sus gloriosas caricias
—. ¿Te gusta esto?
—Sí.
—Sólo quería oírtelo decir.
Una oleada de placer la recorrió de arriba abajo. Joe lamió su seno.
—Siempre quiero darte placer —dijo.
____ abrió los ojos y sorprendió su expresión ansiosa.
—Me lo das, Joe.
—Quiero que sea tan bueno como la última vez.
____ absorbió sus palabras, su significado, y una vergüenza palpitó por sus venas. ¿Lo sabía? ¿Conocía aquellas sensaciones indescriptibles que nunca había podido expresar con coherencia? ____ quería volverse, más para ocultar su deseo carnal que su cuerpo y su rostro. Se llevó una mano a los ojos como si pudiera enmascarar su mortificación.
—No, mírame. Mantén los ojos abiertos — Joe tomó su mano y se la llevó a los labios. Besó cada uno de sus dedos, tomando las yemas entre sus labios y lamiéndolas con suavidad.
Unas sensaciones embriagadoras se apoderaron de ____ y su cuerpo se estremeció. Su aliento entrecortado se cerró en su garganta.
—¿Sabes qué es lo que quiero para ti?
—No... No estoy segura. Creo que no.
—____, no tienes que sentirte avergonzada, es tan natural como respirar o comer.
—¿Es cierto? —____ sintió cómo la piel le ardía.
—Es cierto.
Deslizó un dedo hacia arriba por la parte interna de su muslo y lo bajó siguiendo un trazo lento y tortuoso. Luego se inclinó para besarla en la parte interna de la rodilla. Meg contuvo el acto reflejo de juntar las piernas y sintió un hormigueo por todo el cuerpo. Nunca había conocido aquel arrebato de necesidad, nunca había deseado nada tanto como aquellas sensaciones aterradoras que Joe despertaba en ella. Su piel resplandecía con color dorado a la luz de la lámpara, y sus ojos estaban llenos de placer.
Los músculos de sus hombros fuertes quedaban definidos por la luz y ____ deslizó las manos por su piel, deleitándose con su fuerza y virilidad. Si era tan hermosa para él como él para ella, no le extrañaba que quisiera verla.
El vello oscuro que cubría su pecho llamó su atención y deslizó los dedos por la masa sedosa. Con sus dedos astutos y su lengua penetrante, Joe la llevó al borde del éxtasis.
____ emitió un gemido y levantó las caderas. Joe se incorporó y su aliento contrajo uno de sus pezones.
—Estás lista para mí, ____.
—Sí.
—¿Ahora? —preguntó.
—Sí.
Sus músculos duros se movieron sobre ella, y ____ lo abrazó con un ansia y una urgencia temblorosa en la que no se paró a pensar, de modo que su penetración menos que suave fue culpa suya. Aquella aspereza fue el catalizador que la llevó más allá del límite.
—Esto es, ____ —dijo Joe, no sólo sabiendo lo que le estaba pasando sino aumentando la sensación de cataclismo con embestidas prolongadas y poderosas—. Esto es.
____ gritó y hundió los dedos en su espalda, llevada por la ola del éxtasis. Joe ralentizó entonces sus movimientos, besó su rostro y su cuello y la cresta de sus senos. ____ abrió los ojos y descubrió su sonrisa. Joe la besó en la comisura de los labios y ella se entregó al beso instintivamente, rodeándolo con brazos y piernas.
Joe interrumpió el beso y le sujetó las caderas con fuerza para seguir moviéndose hasta derramarse dentro de ella, contra ella, alrededor de ella, pronunciando su nombre como una letanía con cada aliento.
Permaneció echado con la cabeza sobre su pecho, la palma de la mano sobre su vientre, mientras sus corazones se relajaban y su piel húmeda se enfriaba.
—Eso era —dijo en voz baja—. Eso era lo que quería para ti.
Al ver que permanecía en silencio, Joe levantó la cabeza. Su mirada de color miel oscura se posó en él. Tenía mechones de cabellos húmedos adheridos a las sienes. Le apartó el pelo de la piel. Parecía tan avergonzada por sus palabras que habría pensado que era inocente de no tener certeza de lo contrario.
—¿Te avergüenza hablar de esto? — ____ bajó la vista a su hombro y asintió—. Pero estuviste casada. Ocurrió también con Nick , ¿no?
Rozó su hombro húmedo con las yemas de los dedos.
—A veces.
—¿A veces?
—Pocas veces.
Joe observó su rostro sonrojado con intensidad.
—Pasa, simplemente —dijo poniéndose a la defensiva—. No es algo que pueda controlar.
Joe absorbió aquellas palabras sorprendentes e inocentes.
—Cuando pasaba con Nick, ¿él lo sabía? ¿Intentaba hacer que ocurriera?
—No creo que lo supiera. Estoy segura de que no.
—Es algo que puedes controlar, ____, amor mío. Diciéndome qué es lo que te gusta y cuándo esperarte.
—¿Quieres decir que no importa?
—No sólo no importa. Creo que nunca deberíamos parar hasta que no lo hayas sentido —los labios hermosos de Joe se curvaron en una sonrisa—. Ya he aprendido algunas de las cosas que te gustan y pretendo descubrir muchas más.
____ rió. Joe pegó la nariz a su pecho e inspiró. Tomó un puñado de sus cabellos y lo acercó a su nariz y a sus labios. Terrenal y sincero, pensó ____, hundiendo los dedos en su pelo y comprendiendo con sorpresa su placer táctil.
De todas las cosas que había hecho por ella, aquella sensación de libertad recién descubierta tal vez fuera la mejor. No tenía que avergonzarse de nada con él.
Una pequeña punzada de culpabilidad penetró en su conciencia. Nick habría querido que fuese feliz. ¿Pero habría querido que Joe la enseñara a un nivel al que él nunca había llegado?
____ reprimió la duda. Habría querido que fuera feliz, y Joe la hacía feliz.
Joe se levantó y apagó las lámparas. Por un segundo, ____ se preguntó dónde habría acabado su camisón, pero cuando se tumbó a su lado, abrazándola por detrás y colocando su brazo a modo de almohada, ____ cerró los ojos con una satisfacción somnolienta que no había conocido antes.
Se despertó durante la noche, ya que su calor y su dureza eran una distracción tentadora para el sueño.
—¿Estás despierto, Joe?
La besó en la nuca.
— ¿Sabes que nadie me llama Joe excepto tú?
—Eve.
—Porque te imita.
—¿No te gusta?
Su mano ascendió por su vientre y rodeó su pecho.
—Me encanta.
Deslizó besos por su hombro que desataron estremecimientos de placer por sus brazos y su pecho.
—¿Quién te enseñó todas estas cosas deliciosas?
—Un caballero no habla de eso.
—Yo te he hablado de Nick y de mí —la inflexión en su voz traicionaba la seriedad de su pregunta.
Joe trazó círculos lentos alrededor de sus pezones.
—Mi madre era una prostituta, ____. Ésas fueron las mujeres con las que crecí. Ninguna de las chicas de la escuela me miraba dos veces.
—¿Y Lottie? ¿Era alguien especial?
—Éramos amigos. Cuando nadie se preocupa de si estás muerto o vivo, cualquier amigo es especial.
—Pero no te casaste con ella. ¿Fue por su... ocupación?
—Porque no la amaba.
—Y no tenía un rancho —las manos de Joe se paralizaron—. No quise decirlo así, Joe. Me refería a que hay más de una razón para casarse. No tienes que amar a la persona.
«No, pero al menos deberías tener la esperanza de que algún día te amara», pensó Joe. ____ lo sorprendió volviéndose hacia él y guiando sus manos otra vez hacia sus senos.
—Ahora sabes lo que me gusta, Joe —dijo colocándole una mano en el hombro—. ¿Qué pasa con lo que a ti te gusta? ¿Puedes decírmelo?
____ descubrió que sus gustos eran mutuos.
_____ volvió la cara.
Joe se movió y encendió la lámpara que ____ había dejado sobre su cómoda. Su sombra vaciló por la habitación cuando volvió a la cama.
—¿Qué haces? —preguntó ____, parpadeando mientras sus ojos se adaptaban a la luz mientras hacía lo posible por no fijarse en su cuerpo delgado y musculoso.
—Quiero verte —se inclinó sobre ella y ____ cerró los ojos.
Con sus suaves labios, suscitó su respuesta. A ____ le encantaba cuando la besaba de aquella manera. Se tomó su tiempo, deslizando la lengua por su labio inferior, y ella respondió hundiendo la suya en su boca y cayendo en una espiral de placer creciente e intenso.
Joe se paró el tiempo suficiente para desabrocharle los botones del camisón.
—¿Qué haces?
—Ya te lo he dicho. Quiero verte.
____ reprimió la oleada de vergüenza y le permitió que le quitara la prenda por la cabeza. Quería cubrirse, así que mantuvo los ojos fuertemente cerrados y se llevó una mano a la cara.
—Mírame, ____.
Abrió los ojos y lo miró entre los dedos.
—¿Alguna vez has hecho el amor con la luz encendida? ¿O durante el día?
Había vivido durante más de un año con Nick antes de que se fuera y nunca la había visto desnuda. Nunca se lo había pedido. Pero allí estaba Joe, queriendo mirarla. Y pidiéndoselo.
—No.
Pasaron los minutos. Joe deslizó una mano por su brazo, hacia su hombro y luego, apartando a un lado su mano, le acarició el rostro. ____ contempló sus ojos de un Cafe profundo y vio en ellos la admiración y la necesidad.
— Eres tan hermosa, ___. Es una pena ocultar tu belleza en la oscuridad.
Bajó sus labios a los suyos y volvió a besarla. Sus besos, siempre tan tiernos, tan excitantes y plenos, vencieron su recelo. ____ puso la mano con ternura sobre su mandíbula esculpida en granito.
Joe trazó una hilera de besos por su barbilla, su garganta, su hombro, poniéndole la piel de gallina. Sus labios húmedos y ardientes encontraron y besaron un pezón y la piel se contrajo, haciendo que ____ deseara más. No la decepcionó. Introdujo el pezón en su boca y creó fuego líquido en sus miembros, en su vientre y más abajo.
—Eres tan hermosa —su voz, ronca y suave, vibró contra sus costillas—. Tan suave y tan blanda por todas partes, ____ —deslizó la palma de su mano por su cadera y su vientre, hundió los dedos en sus rizos y, sin vergüenza,
____ se abrió a sus gloriosas caricias
—. ¿Te gusta esto?
—Sí.
—Sólo quería oírtelo decir.
Una oleada de placer la recorrió de arriba abajo. Joe lamió su seno.
—Siempre quiero darte placer —dijo.
____ abrió los ojos y sorprendió su expresión ansiosa.
—Me lo das, Joe.
—Quiero que sea tan bueno como la última vez.
____ absorbió sus palabras, su significado, y una vergüenza palpitó por sus venas. ¿Lo sabía? ¿Conocía aquellas sensaciones indescriptibles que nunca había podido expresar con coherencia? ____ quería volverse, más para ocultar su deseo carnal que su cuerpo y su rostro. Se llevó una mano a los ojos como si pudiera enmascarar su mortificación.
—No, mírame. Mantén los ojos abiertos — Joe tomó su mano y se la llevó a los labios. Besó cada uno de sus dedos, tomando las yemas entre sus labios y lamiéndolas con suavidad.
Unas sensaciones embriagadoras se apoderaron de ____ y su cuerpo se estremeció. Su aliento entrecortado se cerró en su garganta.
—¿Sabes qué es lo que quiero para ti?
—No... No estoy segura. Creo que no.
—____, no tienes que sentirte avergonzada, es tan natural como respirar o comer.
—¿Es cierto? —____ sintió cómo la piel le ardía.
—Es cierto.
Deslizó un dedo hacia arriba por la parte interna de su muslo y lo bajó siguiendo un trazo lento y tortuoso. Luego se inclinó para besarla en la parte interna de la rodilla. Meg contuvo el acto reflejo de juntar las piernas y sintió un hormigueo por todo el cuerpo. Nunca había conocido aquel arrebato de necesidad, nunca había deseado nada tanto como aquellas sensaciones aterradoras que Joe despertaba en ella. Su piel resplandecía con color dorado a la luz de la lámpara, y sus ojos estaban llenos de placer.
Los músculos de sus hombros fuertes quedaban definidos por la luz y ____ deslizó las manos por su piel, deleitándose con su fuerza y virilidad. Si era tan hermosa para él como él para ella, no le extrañaba que quisiera verla.
El vello oscuro que cubría su pecho llamó su atención y deslizó los dedos por la masa sedosa. Con sus dedos astutos y su lengua penetrante, Joe la llevó al borde del éxtasis.
____ emitió un gemido y levantó las caderas. Joe se incorporó y su aliento contrajo uno de sus pezones.
—Estás lista para mí, ____.
—Sí.
—¿Ahora? —preguntó.
—Sí.
Sus músculos duros se movieron sobre ella, y ____ lo abrazó con un ansia y una urgencia temblorosa en la que no se paró a pensar, de modo que su penetración menos que suave fue culpa suya. Aquella aspereza fue el catalizador que la llevó más allá del límite.
—Esto es, ____ —dijo Joe, no sólo sabiendo lo que le estaba pasando sino aumentando la sensación de cataclismo con embestidas prolongadas y poderosas—. Esto es.
____ gritó y hundió los dedos en su espalda, llevada por la ola del éxtasis. Joe ralentizó entonces sus movimientos, besó su rostro y su cuello y la cresta de sus senos. ____ abrió los ojos y descubrió su sonrisa. Joe la besó en la comisura de los labios y ella se entregó al beso instintivamente, rodeándolo con brazos y piernas.
Joe interrumpió el beso y le sujetó las caderas con fuerza para seguir moviéndose hasta derramarse dentro de ella, contra ella, alrededor de ella, pronunciando su nombre como una letanía con cada aliento.
Permaneció echado con la cabeza sobre su pecho, la palma de la mano sobre su vientre, mientras sus corazones se relajaban y su piel húmeda se enfriaba.
—Eso era —dijo en voz baja—. Eso era lo que quería para ti.
Al ver que permanecía en silencio, Joe levantó la cabeza. Su mirada de color miel oscura se posó en él. Tenía mechones de cabellos húmedos adheridos a las sienes. Le apartó el pelo de la piel. Parecía tan avergonzada por sus palabras que habría pensado que era inocente de no tener certeza de lo contrario.
—¿Te avergüenza hablar de esto? — ____ bajó la vista a su hombro y asintió—. Pero estuviste casada. Ocurrió también con Nick , ¿no?
Rozó su hombro húmedo con las yemas de los dedos.
—A veces.
—¿A veces?
—Pocas veces.
Joe observó su rostro sonrojado con intensidad.
—Pasa, simplemente —dijo poniéndose a la defensiva—. No es algo que pueda controlar.
Joe absorbió aquellas palabras sorprendentes e inocentes.
—Cuando pasaba con Nick, ¿él lo sabía? ¿Intentaba hacer que ocurriera?
—No creo que lo supiera. Estoy segura de que no.
—Es algo que puedes controlar, ____, amor mío. Diciéndome qué es lo que te gusta y cuándo esperarte.
—¿Quieres decir que no importa?
—No sólo no importa. Creo que nunca deberíamos parar hasta que no lo hayas sentido —los labios hermosos de Joe se curvaron en una sonrisa—. Ya he aprendido algunas de las cosas que te gustan y pretendo descubrir muchas más.
____ rió. Joe pegó la nariz a su pecho e inspiró. Tomó un puñado de sus cabellos y lo acercó a su nariz y a sus labios. Terrenal y sincero, pensó ____, hundiendo los dedos en su pelo y comprendiendo con sorpresa su placer táctil.
De todas las cosas que había hecho por ella, aquella sensación de libertad recién descubierta tal vez fuera la mejor. No tenía que avergonzarse de nada con él.
Una pequeña punzada de culpabilidad penetró en su conciencia. Nick habría querido que fuese feliz. ¿Pero habría querido que Joe la enseñara a un nivel al que él nunca había llegado?
____ reprimió la duda. Habría querido que fuera feliz, y Joe la hacía feliz.
Joe se levantó y apagó las lámparas. Por un segundo, ____ se preguntó dónde habría acabado su camisón, pero cuando se tumbó a su lado, abrazándola por detrás y colocando su brazo a modo de almohada, ____ cerró los ojos con una satisfacción somnolienta que no había conocido antes.
Se despertó durante la noche, ya que su calor y su dureza eran una distracción tentadora para el sueño.
—¿Estás despierto, Joe?
La besó en la nuca.
— ¿Sabes que nadie me llama Joe excepto tú?
—Eve.
—Porque te imita.
—¿No te gusta?
Su mano ascendió por su vientre y rodeó su pecho.
—Me encanta.
Deslizó besos por su hombro que desataron estremecimientos de placer por sus brazos y su pecho.
—¿Quién te enseñó todas estas cosas deliciosas?
—Un caballero no habla de eso.
—Yo te he hablado de Nick y de mí —la inflexión en su voz traicionaba la seriedad de su pregunta.
Joe trazó círculos lentos alrededor de sus pezones.
—Mi madre era una prostituta, ____. Ésas fueron las mujeres con las que crecí. Ninguna de las chicas de la escuela me miraba dos veces.
—¿Y Lottie? ¿Era alguien especial?
—Éramos amigos. Cuando nadie se preocupa de si estás muerto o vivo, cualquier amigo es especial.
—Pero no te casaste con ella. ¿Fue por su... ocupación?
—Porque no la amaba.
—Y no tenía un rancho —las manos de Joe se paralizaron—. No quise decirlo así, Joe. Me refería a que hay más de una razón para casarse. No tienes que amar a la persona.
«No, pero al menos deberías tener la esperanza de que algún día te amara», pensó Joe. ____ lo sorprendió volviéndose hacia él y guiando sus manos otra vez hacia sus senos.
—Ahora sabes lo que me gusta, Joe —dijo colocándole una mano en el hombro—. ¿Qué pasa con lo que a ti te gusta? ¿Puedes decírmelo?
____ descubrió que sus gustos eran mutuos.
Julieta♥
Re: ♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
—Eve dijo que le habías prometido un picnic —dijo ____ al día siguiente al mediodía cuando Joe entró en la cocina para almorzar.
Intercambiaron una mirada secreta, una mirada de admiración que sólo los amantes compartían, y Joe sintió una oleada de calor por todo su cuerpo. Nunca había conocido el gozo que experimentaba con ____.
—Sí —sonrió, colgando su sombrero y acomodándose en su silla—. Creo que se lo prometí.
—¿Por qué no lo hacemos este sábado?
Joe pensó en la lista mental de tareas pendientes y luego las apartó a un lado. No había nada más importante que su nueva familia.
—Está bien, el sábado.
Gus y Eve entraron en la cocina y Gus ayudó a la niña a subirse al banco junto a Joe.
Un ranchero le había mandado aviso de que sus yeguas estaban listas para cruzarlas, y Joe planeaba llevar el alazán de Nick a su propiedad aquella tarde.
—____ —dijo, untando de mantequilla una rebanada de pan—. Nick hizo que trajeran esas dos yeguas y el alazán cuando todavía estaba fuera, ¿verdad?
____ vertió salsa sobre su plato de carne.
—Un par de hombres los trajeron.
—¿No te dieron ningún papel?
—No que yo recuerde. Fue hace casi dos años. ¿Por qué?
—Hay algo inusual en esos animales. Creo que tienen sangre árabe, pero no estoy seguro. ¿ Nick no dijo nunca nada sobre ellos?
—No vi a Nick después de que los enviara. Y nunca habló de ellos en sus cartas.
Joe probó su café, absorto en sus pensamientos.
—Tal vez haya algo entre los papeles que me enviaron de él —pensó ____ en voz alta.
—¿Podrías mirar?
—¿Ahora?
—Me gustaría saberlo.
____ se secó las manos en su delantal y salió de la estancia. Varios minutos más tarde, regresó con una bolsa de cuero con papeles.
—Tal vez haya algo aquí dentro.
Joe experimentó una sensación extraña al ver el celo con que guardaba las posesiones de Nick . Recordó sus cartas y pertenencias del baúl, pero apartó a un lado aquellos pensamientos e inspeccionó la bolsa. Unos cuantos documentos de aspecto oficial captaron su atención y los estudió con cuidado.
—¡Maldición!
—¡Joe! —lo reprochó ____.
Joe la ignoró y rió en voz alta, enseñando los papeles para que los demás los vieran.
—«Fuego» —leyó del primer papel—. «Potro galés, registrado en la sección D del libro de sementales». Tenemos un semental certificado —volvió a mirarlos — . He leído sobre esta raza. Son caballos de montaña.
—¿Qué significa eso? —preguntó ____—. ¿De verdad valen algo?
—Los tres. Estos papeles están firmados por alguien llamado Brescia. Al parecer...
—¿Qué?
— Nick los ganó jugando al póquer.
— No —dijo Meg con incredulidad. No sabía que Nick apostara.
—Aquí está la firma del hombre —dijo Joe, enseñándole los papeles.
—Has tenido buena idea al cruzar con él a nuestras yeguas —comentó Gus con la ceja levantada.
—¿Lo has hecho? —preguntó ____, levantando la vista con regocijo.
—Parecían valer como caballos de montura —dijo Joe encogiéndose de hombros.
—¿Y ahora qué?
—Ahora llevaré a Fuego a dar un paseo, enseñaré sus papeles y conseguiré un precio alto por sus servicios —sin más demora, fue a tomar su sombrero—. Estaré fuera el resto del día.
«Te echaré de menos», quiso decir, pero Gus todavía estaba recogiendo los platos y las palabras parecían demasiado íntimas.
—Estaremos esperándote —repuso ____ con mirada ansiosa.
Joe dio media vuelta y salió de la casa, contento de que ____ hubiese guardado los papeles de Nick pero molesto porque, incluso muerto, Nick seguía manteniendo a ____ mejor que él.
Joe se había mostrado taciturno desde que le había llevado el dinero del semental, suficiente para pagar otra letra de tres meses del banco. El ranchero con el que había hecho el negocio se lo dijo a otro, y antes del sábado habían tenido que meter el dinero en el banco.
____ pensó que Joe debería estar bailando de alegría. Ella misma cantaba y soñaba despierta mientras hacía las tareas del rancho, pero no sólo por el dinero. Aquello sólo había sido la guinda del pastel después de la intimidad que se había formado entre ellos.
____ nunca había sabido lo maravilloso que era lanzar al viento las propias inhibiciones y disfrutar de una persona de todo corazón. Todas las mañanas se miraba al espejo y veía el cambio que Gwynn había mencionado. Parecía diferente, y desde luego, se sentía diferente. Algunas mañanas era tan feliz que ni siquiera podía comer.
____ dispuso el almuerzo sobre la manta que Joe había extendido bajo un nogal y sirvió los platos para los tres.
— Tenías razón, Joe —exclamó Eve—. ____ ha traído la leche en una jarra.
—Las niñas necesitan leche para crecer — dijo Joe con una sonrisa.
—Y yo estoy creciendo mucho —dijo Eve.
—Desde luego —corroboró ____—. Este otoño serás ya mayor para ir al colegio.
—¿Sí?
Joe frunció el ceño pero no dijo nada.
Comieron el almuerzo, una comida ordinaria que parecía especial con el deleite de la niña. El sol se filtraba por las hojas de los árboles, salpicando de luz dorada sus hombros y cabezas. ____ no recordaba ser tan feliz.
Joe la había iniciado a los placeres amorosos y le había enseñado que no tenía que avergonzarse de hacer el amor. La presencia de Eve impregnaba de alegría y plenitud su hogar de una manera que llenaba le corazón de ____ de forma distinta.
Después de comer, arrojaron cáscaras de nuez que las ardillas habían dejado el otoño anterior para ver quién podía tirarlas más lejos. Joe dejó ganar a ____. Persiguió a Eve por la hierba alta y se escondió de ella detrás de un risco de rocas rojas.
Eve lo encontró y volvieron a perseguirse. Finalmente, agotada, Eve bebió el resto de la leche y se quedó dormida sobre la manta, utilizando el muslo de Tye como almohada. Joe apartó los mechones de Eve de su frente con los dedos.
—¿Te pasa algo? —preguntó ____ finalmente.
—¿Qué podría ir mal?
—No lo sé. Has estado muy callado.
—¿Te molesta el silencio?
—No —tiró de la esquina de la manta—. No parecías muy contento con la idea de que Eve fuera al colegio.
—No quiero que vaya.
Se quedó mirándolo fijamente.
—Pero Joe, ¿cómo si no va a recibir una educación? Sé que no eres uno de esos hombres que piensan que las mujeres no deberían aprender a leer ni a contar.
—En absoluto —su mirada se posó con afecto sobre la niña dormida—. Quiero que tenga una vida mejor que la que yo tuve. Quiero que tenga una educación. Pero tú y yo podemos enseñarle.
____ observó su rostro atractivo, sus ojos cafes, y dejó que su mirada se deslizara por sus hombros anchos y viajara a lo largo de sus piernas a donde las tenía cruzadas a la altura de los tobillos. Al notar su escrutinio, la expresión de Joe se volvió tierna. Tomó el mantel que había enrollado, lo colocó bajo la cabeza de Eve y se sentó a su lado. Se estiró y la tumbó junto a él, y ____ buscó sus labios cálidos.
Joe acarició su mejilla, la miró a los ojos y la besó a placer. ____ adoraba sus atenciones, las ansiaba. Y su amor y preocupación por Eve reforzaba la bondad que había en él.
—No soy una maestra —dijo ____, tocando su mejilla salpicada por el sol—. Y tú estás muy ocupado con el rancho. Podrá aprender mucho más en el colegio.
—Lo único que aprenderá será lo crueles que pueden ser otras personas... tanto adultos como niños —contestó—. No permitiré que pase por eso. Sé lo que se siente cuando te miran como si no valieras nada. No quiero que se sienta así.
____ no sabía qué responder. Había creído que la gente acabaría aceptando su matrimonio con Joe, pero casi nadie le hablaba. La habían excluido de las actividades de la parroquia y de las reuniones de mujeres, habían susurrado sobre ella y la habían atacado verbalmente. Y ella pertenecía a una familia respetable. Sus padres se habían casado.
—Tal vez sólo necesitemos demostrarles que es tan buena como los demás y que no estamos avergonzados de ella, ni de nosotros.
—Igual que tú se lo has demostrado, ¿eh, _____? —dijo, deslizando los dedos por su pelo—. Igual que yo se lo he demostrado todos estos años. No. No permitiré que le hagan daño. Y mantenerla apartada de ellos es el único modo que conozco de protegerla.
Su instinto protector era comprensible y conmovedor, ¿pero tenía derecho a mantener oculta a la niña?
—No sé si estoy cualificada para enseñarle todo lo que necesita saber. ¿Y el tiempo que me quitará?
¿Acaso estaba siendo egoísta?
—Yo tomaré esta decisión, _____ —su tono no permitía ninguna discusión y el hecho de que la excluyera la perturbó... le dolió.
Su vehemencia la desconcertó. Joe había hecho todo lo que ella le había pedido y nunca había exigido nada a cambio. Si estaba tan convencido de que Eve no debía ir a la escuela, sin duda podría sacar tiempo para enseñarle. Había dicho que compartiría la tarea. No quería que cambiara lo que estaba surgiendo entre ellos. No quería perder aquella intimidad y el placer de sus atenciones.
Joe la hacía sentirse joven y hermosa y viva. Había cambiado su mundo. No quería arriesgarse a perderlo por nada.
—Está bien, Joe. Si crees que es lo mejor.
Joe deslizó la mano por su espalda, tomó su cabeza y la atrajo hacia él para darle un beso lento y suave. De vez en cuando se decían cosas triviales. ____ cerró los ojos y descansó, sintiendo su roce mientras le quitaba hierba del pelo o le acariciaba el brazo, notando cuándo se apoyaba en un codo para mirarla.
Cuando Eve se despertó de su siesta, se arrojó sobre el costado de Joe con un movimiento poco delicado de enaguas y Joe se apartó para dejarla descansar entre ellos.
—¿También os habéis echado la siesta? — preguntó.
—Sí —contestó Joe, sin poder reprimir una sonrisa—. Y ahora tengo trabajo que hacer, así que será mejor que recojamos las cosas y volvamos al rancho —dijo, incorporándose.
—Vaya —Eve puso mala cara—. ¿Tenemos que hacerlo?
—Sí.
—¿Dónde está Molly? —preguntó, mirando a su alrededor. Se levantó y buscó por la manta. ____ se puso en pie y se alisó la ropa y el pelo.
—¿La has traído? No recuerdo haberla visto desde que estamos aquí.
— ¡Sí que la he traído!
Joe y _____ inspeccionaron la hierba y la cesta de comida y doblaron la manta.
—Tu muñeca no está aquí —dijo Joe—. Tal vez la dejaras en casa.
—No, he traído a Molly. Sé que la he traído —Eve se echó a llorar y cayó al suelo.
____ intercambió una mirada perpleja con Joe.
—No pasa nada, cielo —dijo, corriendo a levantarla y a consolarla—. La encontraremos.
Volvieron a buscarla.
—Tal vez esté en casa —susurró Joe. ____ tuvo que acceder finalmente.
Subieron a los caballos y cabalgaron de regreso al rancho, con Eve gimiendo en el regazo de Joe. Cuando llegaron, Joe parecía frenético y ____ sentía náuseas en el estómago. Otra inspección en la casa resultó infructuosa.
Para entonces, Eve estaba histérica y Joe daba vueltas por la cocina, pasándose la mano por el pelo.
—Sólo es una muñeca de trapo. ¿No puedes hacerle otra? —le preguntó a ____.
—¡No quiero otra! —gritó Eve—. ¡Quiero a Molly!
____ colocó a Eve en su regazo y trató de consolarla.
—Tal vez la dejó caer por el camino —dijo Joe.
—Miré mientras volvíamos —le dijo ____—, pero tal vez no hayamos recorrido el mismo camino.
—Iré a buscarla.
—Llévate a Capitán —sugirió ____.
Joe asintió y se fue.
Intercambiaron una mirada secreta, una mirada de admiración que sólo los amantes compartían, y Joe sintió una oleada de calor por todo su cuerpo. Nunca había conocido el gozo que experimentaba con ____.
—Sí —sonrió, colgando su sombrero y acomodándose en su silla—. Creo que se lo prometí.
—¿Por qué no lo hacemos este sábado?
Joe pensó en la lista mental de tareas pendientes y luego las apartó a un lado. No había nada más importante que su nueva familia.
—Está bien, el sábado.
Gus y Eve entraron en la cocina y Gus ayudó a la niña a subirse al banco junto a Joe.
Un ranchero le había mandado aviso de que sus yeguas estaban listas para cruzarlas, y Joe planeaba llevar el alazán de Nick a su propiedad aquella tarde.
—____ —dijo, untando de mantequilla una rebanada de pan—. Nick hizo que trajeran esas dos yeguas y el alazán cuando todavía estaba fuera, ¿verdad?
____ vertió salsa sobre su plato de carne.
—Un par de hombres los trajeron.
—¿No te dieron ningún papel?
—No que yo recuerde. Fue hace casi dos años. ¿Por qué?
—Hay algo inusual en esos animales. Creo que tienen sangre árabe, pero no estoy seguro. ¿ Nick no dijo nunca nada sobre ellos?
—No vi a Nick después de que los enviara. Y nunca habló de ellos en sus cartas.
Joe probó su café, absorto en sus pensamientos.
—Tal vez haya algo entre los papeles que me enviaron de él —pensó ____ en voz alta.
—¿Podrías mirar?
—¿Ahora?
—Me gustaría saberlo.
____ se secó las manos en su delantal y salió de la estancia. Varios minutos más tarde, regresó con una bolsa de cuero con papeles.
—Tal vez haya algo aquí dentro.
Joe experimentó una sensación extraña al ver el celo con que guardaba las posesiones de Nick . Recordó sus cartas y pertenencias del baúl, pero apartó a un lado aquellos pensamientos e inspeccionó la bolsa. Unos cuantos documentos de aspecto oficial captaron su atención y los estudió con cuidado.
—¡Maldición!
—¡Joe! —lo reprochó ____.
Joe la ignoró y rió en voz alta, enseñando los papeles para que los demás los vieran.
—«Fuego» —leyó del primer papel—. «Potro galés, registrado en la sección D del libro de sementales». Tenemos un semental certificado —volvió a mirarlos — . He leído sobre esta raza. Son caballos de montaña.
—¿Qué significa eso? —preguntó ____—. ¿De verdad valen algo?
—Los tres. Estos papeles están firmados por alguien llamado Brescia. Al parecer...
—¿Qué?
— Nick los ganó jugando al póquer.
— No —dijo Meg con incredulidad. No sabía que Nick apostara.
—Aquí está la firma del hombre —dijo Joe, enseñándole los papeles.
—Has tenido buena idea al cruzar con él a nuestras yeguas —comentó Gus con la ceja levantada.
—¿Lo has hecho? —preguntó ____, levantando la vista con regocijo.
—Parecían valer como caballos de montura —dijo Joe encogiéndose de hombros.
—¿Y ahora qué?
—Ahora llevaré a Fuego a dar un paseo, enseñaré sus papeles y conseguiré un precio alto por sus servicios —sin más demora, fue a tomar su sombrero—. Estaré fuera el resto del día.
«Te echaré de menos», quiso decir, pero Gus todavía estaba recogiendo los platos y las palabras parecían demasiado íntimas.
—Estaremos esperándote —repuso ____ con mirada ansiosa.
Joe dio media vuelta y salió de la casa, contento de que ____ hubiese guardado los papeles de Nick pero molesto porque, incluso muerto, Nick seguía manteniendo a ____ mejor que él.
Joe se había mostrado taciturno desde que le había llevado el dinero del semental, suficiente para pagar otra letra de tres meses del banco. El ranchero con el que había hecho el negocio se lo dijo a otro, y antes del sábado habían tenido que meter el dinero en el banco.
____ pensó que Joe debería estar bailando de alegría. Ella misma cantaba y soñaba despierta mientras hacía las tareas del rancho, pero no sólo por el dinero. Aquello sólo había sido la guinda del pastel después de la intimidad que se había formado entre ellos.
____ nunca había sabido lo maravilloso que era lanzar al viento las propias inhibiciones y disfrutar de una persona de todo corazón. Todas las mañanas se miraba al espejo y veía el cambio que Gwynn había mencionado. Parecía diferente, y desde luego, se sentía diferente. Algunas mañanas era tan feliz que ni siquiera podía comer.
____ dispuso el almuerzo sobre la manta que Joe había extendido bajo un nogal y sirvió los platos para los tres.
— Tenías razón, Joe —exclamó Eve—. ____ ha traído la leche en una jarra.
—Las niñas necesitan leche para crecer — dijo Joe con una sonrisa.
—Y yo estoy creciendo mucho —dijo Eve.
—Desde luego —corroboró ____—. Este otoño serás ya mayor para ir al colegio.
—¿Sí?
Joe frunció el ceño pero no dijo nada.
Comieron el almuerzo, una comida ordinaria que parecía especial con el deleite de la niña. El sol se filtraba por las hojas de los árboles, salpicando de luz dorada sus hombros y cabezas. ____ no recordaba ser tan feliz.
Joe la había iniciado a los placeres amorosos y le había enseñado que no tenía que avergonzarse de hacer el amor. La presencia de Eve impregnaba de alegría y plenitud su hogar de una manera que llenaba le corazón de ____ de forma distinta.
Después de comer, arrojaron cáscaras de nuez que las ardillas habían dejado el otoño anterior para ver quién podía tirarlas más lejos. Joe dejó ganar a ____. Persiguió a Eve por la hierba alta y se escondió de ella detrás de un risco de rocas rojas.
Eve lo encontró y volvieron a perseguirse. Finalmente, agotada, Eve bebió el resto de la leche y se quedó dormida sobre la manta, utilizando el muslo de Tye como almohada. Joe apartó los mechones de Eve de su frente con los dedos.
—¿Te pasa algo? —preguntó ____ finalmente.
—¿Qué podría ir mal?
—No lo sé. Has estado muy callado.
—¿Te molesta el silencio?
—No —tiró de la esquina de la manta—. No parecías muy contento con la idea de que Eve fuera al colegio.
—No quiero que vaya.
Se quedó mirándolo fijamente.
—Pero Joe, ¿cómo si no va a recibir una educación? Sé que no eres uno de esos hombres que piensan que las mujeres no deberían aprender a leer ni a contar.
—En absoluto —su mirada se posó con afecto sobre la niña dormida—. Quiero que tenga una vida mejor que la que yo tuve. Quiero que tenga una educación. Pero tú y yo podemos enseñarle.
____ observó su rostro atractivo, sus ojos cafes, y dejó que su mirada se deslizara por sus hombros anchos y viajara a lo largo de sus piernas a donde las tenía cruzadas a la altura de los tobillos. Al notar su escrutinio, la expresión de Joe se volvió tierna. Tomó el mantel que había enrollado, lo colocó bajo la cabeza de Eve y se sentó a su lado. Se estiró y la tumbó junto a él, y ____ buscó sus labios cálidos.
Joe acarició su mejilla, la miró a los ojos y la besó a placer. ____ adoraba sus atenciones, las ansiaba. Y su amor y preocupación por Eve reforzaba la bondad que había en él.
—No soy una maestra —dijo ____, tocando su mejilla salpicada por el sol—. Y tú estás muy ocupado con el rancho. Podrá aprender mucho más en el colegio.
—Lo único que aprenderá será lo crueles que pueden ser otras personas... tanto adultos como niños —contestó—. No permitiré que pase por eso. Sé lo que se siente cuando te miran como si no valieras nada. No quiero que se sienta así.
____ no sabía qué responder. Había creído que la gente acabaría aceptando su matrimonio con Joe, pero casi nadie le hablaba. La habían excluido de las actividades de la parroquia y de las reuniones de mujeres, habían susurrado sobre ella y la habían atacado verbalmente. Y ella pertenecía a una familia respetable. Sus padres se habían casado.
—Tal vez sólo necesitemos demostrarles que es tan buena como los demás y que no estamos avergonzados de ella, ni de nosotros.
—Igual que tú se lo has demostrado, ¿eh, _____? —dijo, deslizando los dedos por su pelo—. Igual que yo se lo he demostrado todos estos años. No. No permitiré que le hagan daño. Y mantenerla apartada de ellos es el único modo que conozco de protegerla.
Su instinto protector era comprensible y conmovedor, ¿pero tenía derecho a mantener oculta a la niña?
—No sé si estoy cualificada para enseñarle todo lo que necesita saber. ¿Y el tiempo que me quitará?
¿Acaso estaba siendo egoísta?
—Yo tomaré esta decisión, _____ —su tono no permitía ninguna discusión y el hecho de que la excluyera la perturbó... le dolió.
Su vehemencia la desconcertó. Joe había hecho todo lo que ella le había pedido y nunca había exigido nada a cambio. Si estaba tan convencido de que Eve no debía ir a la escuela, sin duda podría sacar tiempo para enseñarle. Había dicho que compartiría la tarea. No quería que cambiara lo que estaba surgiendo entre ellos. No quería perder aquella intimidad y el placer de sus atenciones.
Joe la hacía sentirse joven y hermosa y viva. Había cambiado su mundo. No quería arriesgarse a perderlo por nada.
—Está bien, Joe. Si crees que es lo mejor.
Joe deslizó la mano por su espalda, tomó su cabeza y la atrajo hacia él para darle un beso lento y suave. De vez en cuando se decían cosas triviales. ____ cerró los ojos y descansó, sintiendo su roce mientras le quitaba hierba del pelo o le acariciaba el brazo, notando cuándo se apoyaba en un codo para mirarla.
Cuando Eve se despertó de su siesta, se arrojó sobre el costado de Joe con un movimiento poco delicado de enaguas y Joe se apartó para dejarla descansar entre ellos.
—¿También os habéis echado la siesta? — preguntó.
—Sí —contestó Joe, sin poder reprimir una sonrisa—. Y ahora tengo trabajo que hacer, así que será mejor que recojamos las cosas y volvamos al rancho —dijo, incorporándose.
—Vaya —Eve puso mala cara—. ¿Tenemos que hacerlo?
—Sí.
—¿Dónde está Molly? —preguntó, mirando a su alrededor. Se levantó y buscó por la manta. ____ se puso en pie y se alisó la ropa y el pelo.
—¿La has traído? No recuerdo haberla visto desde que estamos aquí.
— ¡Sí que la he traído!
Joe y _____ inspeccionaron la hierba y la cesta de comida y doblaron la manta.
—Tu muñeca no está aquí —dijo Joe—. Tal vez la dejaras en casa.
—No, he traído a Molly. Sé que la he traído —Eve se echó a llorar y cayó al suelo.
____ intercambió una mirada perpleja con Joe.
—No pasa nada, cielo —dijo, corriendo a levantarla y a consolarla—. La encontraremos.
Volvieron a buscarla.
—Tal vez esté en casa —susurró Joe. ____ tuvo que acceder finalmente.
Subieron a los caballos y cabalgaron de regreso al rancho, con Eve gimiendo en el regazo de Joe. Cuando llegaron, Joe parecía frenético y ____ sentía náuseas en el estómago. Otra inspección en la casa resultó infructuosa.
Para entonces, Eve estaba histérica y Joe daba vueltas por la cocina, pasándose la mano por el pelo.
—Sólo es una muñeca de trapo. ¿No puedes hacerle otra? —le preguntó a ____.
—¡No quiero otra! —gritó Eve—. ¡Quiero a Molly!
____ colocó a Eve en su regazo y trató de consolarla.
—Tal vez la dejó caer por el camino —dijo Joe.
—Miré mientras volvíamos —le dijo ____—, pero tal vez no hayamos recorrido el mismo camino.
—Iré a buscarla.
—Llévate a Capitán —sugirió ____.
Joe asintió y se fue.
Julieta♥
Re: ♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
juli amo la nove
pero y eve si es hija de joe o no??
dale sigue
pero y eve si es hija de joe o no??
dale sigue
andreita
Re: ♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
Catorce
____ se trasladó a la habitación contigua y se acomodó en la mecedora, con Eve sollozando en su regazo. Después de unos minutos se tranquilizó un poco, pero sus gimoteos le rompían a ____ el corazón.
Después de cuarenta y cinco minutos de espera insoportable, oyeron los cascos de un caballo seguidos por el ruido de las botas de Joe en el suelo de la cocina. Apareció con la ansiada muñeca en la mano.
—¡Molly! —Eve bajó del regazo de ____ y Joe se inclinó para darle la muñeca de trapo.
La tomó con un brazo, asió a Joe del cuello con el otro, tirándole el sombrero al suelo, y empezó a plantarle besos en la mejilla.
—¡La has encontrado, Joe, la has encontrado!
____ sólo pudo mover la cabeza con alivio y perplejidad. Nunca había sido testigo de la desesperación de Eve y mientras esperaba se había preguntado si sería capaz de volver a dormir otra vez si la muñeca no aparecía. Eve se separó de Joe y empezó a acariciar a la muñeca.
—Fin de la crisis —dijo Joe con ironía.
—¿Dónde estaba? —preguntó ____.
—Capitán es el héroe. La encontró entre unas hierbas altas por las que habíamos cabalgado.
—¿Quieres un café?
Joe movió la cabeza.
—Un cigarrillo.
____ sonrió a su espalda mientras salía de la casa.
A la semana siguiente, Joe terminó el porche y construyó sillas y un balancín. ____ no sabía quién estaba más sorprendida y complacida, si ella o Eve. A la niña le encantaba sentarse con un adulto de piernas largas para que la meciera. ____ agradecía tener un lugar en el que sentarse y disfrutar de la vista del rancho y de la brisa. Una noche, ____ mecía a Eve mientras hacía un cojín con retales de tela. Trabajaba mientras escuchaba la charla de la niña.
Cuando se hizo demasiado oscuro para coser, extendió una manta en el jardín para que Eve y ella pudieran observar las estrellas antes de acostarse.
Joe terminó las tareas y las sorprendió tendidas boca arriba, apuntando al cielo.
—¿Qué hacéis?
— Mirar las estrellas —contestó Eve —. ¿Sabías que tienen nombres?
Se tumbó a su lado y miró al cielo.
—No los recuerdo. ¿____ sí?
—Todos no —contestó ____. Razón de más para enviar a Eve al colegio.
—¿Mi mamá está allá arriba? —preguntó Eve.
____ miró a Joe de soslayo. Siempre estaba abierto y dispuesto a hablar con Eve.
—Dondequiera que esté el cielo, Eve, allí está tu madre.
—¿Es allá arriba?
—Tal vez.
—¿Puede vernos?
—Creo que está cuidando de ti desde allí.
—¿Crees que puede ver el balancín?
—Supongo —respondió Joe con paciencia. Eve se sentó y tomó la muñeca.
—Mamá estaba bonita con este vestido — dijo. Al no comprender, ____ también se incorporó.
—¿Qué vestido, Eve?
—Éste —alisó la tela verde brillante de la falda de la muñeca—. Mamá hizo el vestido de Molly de uno de los suyos. Dijo que era su favorito y quería que Molly lo tuviera.
La importancia de la muñeca adquirió un nuevo significado. ____ miró a Joe y lo sorprendió observando a las estrellas con los dedos entrelazados sobre el pecho y los tobillos cruzados. No hizo nada para indicar que estaba escuchando.
—¿Tu mamá te hizo esa muñeca?
—Sí. Por entonces no estaba muy enferma, sólo un poco. Y ya no iba a trabajar. Jugábamos mucho juntas. Me dijo que alguien vendría a buscarme antes de que los ángeles la llevaran.
____ parpadeó para reprimir las lágrimas.
—Y luego Joe apareció.
Desde luego, Lottie había escogido bien. Debía de haber sabido que se ocuparía de Eve. Debía de conocerlo tanto como ella, o mejor.
Aquel pensamiento la perturbó inmensamente. Cuanto más veía a Joe y a Eve juntos, más notaba el parecido. Su pelo era del mismo color negro brillante. Los dos tenían el labio inferior grueso y el superior suavemente cincelado. Y los dos tenían un hoyuelo aislado en el lado izquierdo de la boca que se marcaba cuando sonreían ampliamente.
Trató de recordar lo que Joe había dicho sobre los padres de Eve, y sólo había hecho un comentario sobre la imposibilidad de saber quién sería el padre de la niña. ¿Acaso Lottie no lo había sabido? Seguro que en cuanto colocaran al bebé de pelo negro en sus brazos las posibilidades se habrían reducido. ¿Era posible que Joe realmente no lo supiera?
Se castigó a sí misma por juzgar el comportamiento o el carácter de Lottie. Rosa le había parecido agradable, y si Joe había sentido algo por Lottie, también debía de haber sido una buena persona.
Eve bostezó y se acurrucó contra Joe. Joe rodeó a la niña con el brazo, que sostenía a la muñeca bajo la barbilla. ____ observó su proximidad con un sentimiento de vacío en el pecho. ¿A quién envidiaba? ¿A Lottie, a Eve o a Joe?
Varias noches más tarde, Joe estaba de pie liando su segundo cigarrillo en cinco minutos mientras escuchaba el sonido distante del trueno por las montañas. Estaba en el umbral del granero, observando a Fuego. Sus sentimientos eran un dilema. Por un lado se alegraba de que el precio del cruce del semental con las yeguas de otros rancheros hubiese resuelto sus dificultades económicas, pero por otro lado le molestaba que, incluso muerto, Nick todavía pudiera cuidar de ____. Sus caballos habían sido su salvación.
Joe aplastó la colilla bajo la suela de su bota. Además tenían una garantía para empezar su proyecto. Por alguna razón, no había sido capaz de sacar a colación la idea del matadero. Su orgullo insufrible lo refrenaba. Seguía siendo eso: un sueño.
A la luz de la luna, vio a ____ acercándose a la valla del corral. Estaba de pie, contemplando cómo Fuego se movía con energía de forma errática. Joe salvó la distancia que los separaba y se colocó a su lado.
—Creo que el tiempo lo ha puesto nervioso —le dijo a ____.
—Yo también —contestó—. ¿En qué estabas pensando aquí fuera durante tanto tiempo?
¿Habría estado observándolo antes de salir?
—En los caballos.
—Bueno... ¿no te alegras? Ahora tenemos todo lo que queremos.
Joe se volvió y la miró directamente a la cara.
—¿Ah, sí?
Su frialdad la asustó. Sintió náuseas en su estómago ya revuelto.
—¿Qué más necesitamos? —le dijo ____—. Tú puedes empezar con tu fábrica de despiece...
—La fábrica de despiece de Nick , querrás decir.
La forma en que pronunció el nombre de Nick le hizo vacilar.
—¿Qué quieres decir?
—El caballo es suyo.
—Bueno... —« Nick está muerto», quiso gritar, pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta... y el hecho en su corazón—. Habíamos hecho un trato. Tú me ayudas y yo te ayudo. Has mantenido tu parte del trato, y yo también mantendré la mía. Será «nuestra» fábrica de despiece, ¿no? Como es nuestro rancho.
—A mí no me parece que sea «nuestro» rancho —dijo.
____ meditó en sus palabras, contenta por comprenderlas. Ella se sentía igual.
—Y yo no siento que Eve sea nuestra hija —dijo con franqueza. Joe se volvió hacia ella—. Soy responsable de bañarla y vestirla —se explicó—. He cosido sus ropas y le he preparado sus comidas. Pero es a ti a quien quiere.
—Tú le gustas, ____.
— Sí, pero tengo que instruirle disciplina, mientras tú la consientes.
—No está consentida.
—Lo estará.
Joe contrajo los hombros.
—¿Quieres decir que estoy haciendo algo mal?
—No. Pero mi opinión no cuenta igual que la tuya. Desde luego no cuenta en lo relativo a su educación... lo has dejado muy claro.
—Lo siento, pero no puedo cambiar de opinión respecto a eso. Lo siento si significa más trabajo para ti, pero...
—No es el trabajo —negó—. En absoluto. Es todo lo demás.
—¿Como qué?
—Como... —su sentido común lanzó una advertencia, pero sus celos la ignoraron—. Como Lottie.
—¿Lottie? —preguntó, claramente perplejo.
—No soy tan ignorante como un poste — dijo—. Tenías la misma intimidad con esa mujer que conmigo. ¿Cuánto tiempo hace de eso? ¿Cinco años, seis? Y luego te llama a su lecho de muerte y te saca una promesa para cuidar a la niña. Una niña con pelo negro y un hoyuelo en la comisura izquierda de sus labios. ¿Qué debo pensar, Joe? Dime.
Se cuadró de hombros ante ella, tratando de comprender sus palabras. Hacía cinco o seis años, bueno, antes de la guerra... Sí, la época coincidía, pero había tantos otros... No podía saberlo con seguridad. Y Lottie había estado tan desesperada por encontrar a alguien que cuidara de su hija como ____ lo había estado para encontrar un hombre para el rancho. No había sido seleccionado para cuidar a Eve por ninguna razón halagadora.
—¿Eve es hija tuya? —preguntó ____.
La duda y la alegría se debatieron en su cabeza. El orgullo y la ternura crecieron y lucharon por salir a flote. La esperanza venció y calmó su corazón acelerado como una dulce promesa.
Unos pensamientos que nunca habían surgido en su mente cobraron una forma nítida. Sólo se había estado engañando a sí mismo en cuanto a su relación con ____. Se había casado con él por una única razón, y todo el mundo lo sabía. No importaba lo que hiciera o lo que pudiera llegar a hacer: trabajar, planear, rezar... nunca sería bastante. ____ seguía siendo la esposa de Nick . Nunca sería suya. Pero Eve, al contrario...
—No sé si es mía —dijo finalmente, con voz más firme de la que esperaba—. Pero espero con todas mis fuerzas que lo sea. Ya la quiero como si lo fuese. Quiero que sea hija mía.
—¿Por qué? —preguntó ____, llevándose unos dedos temblorosos a los labios.
Las razones se agolparon en su interior, llenando su cabeza, su voluntad, su decisión. Toda una vida de porqués surgió y lo cegó.
—¿Que por qué? —replicó con voz seca—.. Porque ése es el caballo de Nick —dijo, apuntando hacia el corral con un dedo—. Y ése es el granero de Nick . Ésta tierra que estamos pisando es la tierra de Nick —____ se quedó muda de perplejidad. Joe la asió del antebrazo y la llevó hacia la casa—. Ésta —dijo al llegar a las escaleras—, es la casa de Nick .
La condujo por los peldaños del porche, donde Capitán los saludó moviendo la cola.
—Ése es el perro de Nick —dijo al pasar delante de él, y empujó la puerta para entrar. Pasaron delante de la niña dormida y entraron en el dormitorio—. Y ésta es la cama de Nick .
La soltó finalmente y ____ dio un paso hacia atrás, contrayendo el rostro de alarma. Absorto en su explicación, Joe levantó la tapa del baúl.
—Y no olvidemos las pertenencias de Nick —los ojos de Meg brillaban de lágrimas—. Seguramente su anillo está aquí en alguna parte, junto con Dios sabe qué—Joe caminó hacia ella y ____ lo miró a los ojos con el corazón agitado—. Y tú —dijo, señalándola con un dedo que no llegaba a tocarle el pecho—, eres la esposa de Nick .
____ miró el baúl y el rostro y pose furiosos de Joe. Conmocionada, no se le ocurrió nada que decir.
—Pero hay algo que sin duda nunca ha sido de Nick —dijo, cambiando el timbre de la voz y señalando el umbral—. Esa hermosa niña no es la hija de Nick .
____ parpadeó, tratando de comprender, preparándose para lo que no quería oír ni saber.
—Quiero que sea mía, ____, lo deseo de todo corazón. Al menos una cosa en este mundo apestoso que es mío. Ella nunca dice: « Nick hizo esto» o « Nick no habría hecho eso». Nunca conoció a Nick, y no podría importarle menos quién diablos es Nick Telford porque no le afecta. Para ella, sólo existo yo. Y soy lo bastante bueno para ella.
Con el corazón desbocado y el estómago revuelto, ¬¬¬¬____ contuvo un sollozo. Había oído cómo otros decían esas cosas a Joe... ella misma las había dicho sin pensar. Sin saber el dolor que causaban.
Lo comprendía. Que el Señor la ayudara, pero lo comprendía. Estaba celosa del afecto de Joe por la niña y al darse cuenta se sintió más miserable que nunca en su vida. La puerta de la entrada se abrió y se cerró y ____ vio que Joe se había ido. Se sentó al borde de la cama y contempló con expresión vacía el baúl abierto. Unas lágrimas silenciosas se deslizaron por sus mejillas.
Joe había estado acumulando todo aquel dolor y odio. No le extrañaba que no lo hubiese expresado antes. Su estómago dio un vuelco, se levantó y salió corriendo para vomitar en la maleza del jardín. Después de que sus nervios se apaciguaran, entró otra vez en la casa y se preparó para acostarse.
Comprendía la necesidad y el apego que Joe sentía por la niña, pero ____ se había visto obligada a sufrir los desprecios del pueblo con él. ¿Cuántos sospechaban que Eve era hija suya? ¿Por eso se habían mostrado especialmente desagradables?
Se metió en la cama y pensó en todos los sacrificios que Joe había hecho para devolverle el anillo de su padre y la forma generosa en la que se daba en todas las cosas. Entonces supo que ella era la que no valía tanto como Joe, aunque no sabía cómo cambiar su manera de sentir.
Sobre todo cuando los dos creían que Joe era el verdadero padre de Eve y él la adoraba. Una vez más, su mundo se había estremecido. ____ rezó para poder encontrar la forma de adaptarse a él.
Varias noches más tarde, Joe entró antes del anochecer para pasar un rato con Eve antes de que la niña se fuera a la cama. ____ estaba sentada cosiendo junto a una lámpara mientras Eve volvía las páginas de un libro, fingiendo que las estaba leyendo en voz alta.
—He venido a tiempo de escuchar tu historia —dijo Joe, acomodándose en la silla acolchada que prefería. Eve siguió hablando, embelleciendo su relato con detalles infantiles que despertaron una sonrisa en los labios de ____. Terminó y Joe aplaudió.
Eve fue a buscar su caja de tesoros y habló de sus contenidos.
— Aquí está el pañuelo que ____ me ha hecho. Ves, tiene mis iniciales en esta esquina junto a esta pequeña flor.
—Es muy bonito —dijo Joe, conmovido al saber que algo de lo que ____ había hecho figuraba entre sus objetos más preciados.
Eve sacó una cadena de oro con un colgante. Lo levantó y la luz se reflejó en los diamantes falsos dispuestos en forma de media luna. A la izquierda de la luna había un sol de ópalo. Joe reconoció de inmediato el collar. Se lo había comprado a un vendedor ambulante hacía muchos años y se lo había regalado a Lottie. Nunca había tenido muchas cosas, así que supuso que no era extraño que lo hubiese guardado durante tantos años. Aun así, le resultaba extraño volverlo a ver.
—Éste es el collar más bonito de todo el reino — dijo Eve con su vocabulario de cuento de hadas—. ____ también piensa que es bonito, ¿verdad, ____? Y también piensa que estaré muy bonita cuando me lo ponga —Joe asintió en señal de afirmación—. Mamá dijo que cuando fuera mayor y me lo pusiera, encontraría a mi papá.
La atención de Joe se concentró en sus palabras.
—¿Qué quería decir?
—Mamá decía que mi papá se lo dio y que cuando encontrara al que se lo había dado, encontraría a mi padre.
Joe apenas pudo respirar por la emoción que le oprimía el pecho. ¡Lottie lo había sabido! Ya podía estar seguro de que aquella niña a la que había aprendido a amar era realmente suya.
—Yo le di eso a tu mamá, Eve —dijo en un susurro ronco.
En la otra silla, las manos de ____ se paralizaron sobre la tela del vestido que sostenía. Eve miró a Joe con ojos grandes, azules y confiados.
—¿Se lo diste tú? ¿De verdad? ¿Eres mi papá, Joe?
Tragó saliva para poder hablar.
—Sería tu padre aunque Lottie no hubiera dicho que lo era. Lo sabes, ¿verdad?
Eve asintió y una sonrisa brillante iluminó sus rasgos angelicales. Se levantó y se apoyó sobre su rodilla.
—¿Puedo llamarte papá?
Joe la levantó para darle un abrazo y la sentó en su regazo. La niña se acurrucó en el calor que él estaba dispuesto a ofrecer.
Joe sintió que lo embargaba una nueva certeza. Tenía una hija, alguien que le pertenecía a él solo. Con culpabilidad, miró hacia ____.
____ dejó la costura en la cesta junto a la silla y entró en el dormitorio, cerrando la puerta tras ella.
El único descanso que Joe se tomó de recoger el heno en las siguientes semanas, aparte de unas comidas rápidas y unas cuantas horas de sueño, fue un viaje previamente fijado a la ciudad aquel viernes. ____ y él dejaron a Eve con Gus y recorrieron la distancia hasta Aspen Grove para firmar los papeles de adopción en el bufete del abogado. Dado que comprendía los sentimientos de Joe hacia ella y el rancho y sabía que Eve era realmente hija suya, ____ experimentó una sensación agridulce al ver cómo Joe firmaba los documentos y recibía el certificado que declaraba que Eve era suya.
Sabía exactamente cómo se sentía Joe acerca de Nick . Porque ella se sentía excluida de la relación que había entre él y Eve.
Salieron a la acera y el calor del verano la impactó con toda su intensidad. Se sintió mareada y debió de balancearse porque Joe le rodeó la cintura con el brazo.
—Hace tanto calor —dijo, sintiéndose estúpida.
—¿Quieres una limonada antes de que volvamos?
—Claro. Celebrémoslo —Joe la mantuvo sujeta mientras cruzaban la calle y entraban en un pequeño café abarrotado de clientes que tomaban el té de la tarde.
Edwina, Wilsie y Gwynn, junto con otras mujeres y tres niñas, estaban sentadas en una mesa delante de la ventana. En cuanto Joe y ella entraron, ____ supo que el repentino silencio se debía a algo que Edwina había dicho. ____ tragó su furia y desagrado, saludó a Lilly con desafío y desvió su atención de las mujeres murmuradoras.
Joe la condujo a una mesa cubierta con un mantel. El propietario les tomó nota y les llevó dos jarras de limonada fría. ____ probó la suya con gratitud, sintiendo que su cabeza se despejaba.
—Tomándose libertades con ella a la luz del día —gorjeó una voz que reconocía como la de su ex suegra.
____ degustó el líquido refrescante y sintió cómo las palabras de Edwina desataban su furia. El insulto y las ofensas que Joe soportaba nunca se reflejaban en su rostro o sus acciones. Seguramente ella era la única persona que había reconocido el dolor de Joe... y la única a la que le había importado.
—Gracias a Dios Nick tenía la decencia y los modales de tratarla como a una dama. Y por aquel entonces se comportaba como tal.
Joe contrajo la mandíbula y sus labios se torcieron en una mueca de enfado, pero fue ____ quien se levantó de su silla y salió disparada hacia la otra mesa.
—Estoy harta de que ofendas a un hombre del que no sabes nada —dijo, inclinándose sobre Edwina—. Joe Jonas es el hombre más amable y honrado que he conocido, y no finge ser algo que no es. Estoy hasta aquí — hizo un gesto con la mano sobre su frente y vio cómo Edwina se echaba hacia atrás— de tus críticas puritanas, miserables, hipócritas y parciales.
El rostro de Edwina se puso púrpura de furia y su pecho excesivamente dotado se inflamó como el de una gallina.
—Cómo te atreves a pasearte delante de esta comunidad con ese hombre. Tal vez no te importe tu buen nombre, pero al menos podrías pensar en el resto de los Telford.
—Me complace informarte de que mi nombre ya no es Telford. Es Jonas. Y aunque el apellido Jonas no le hace pensar a uno en una gran casa con una «galería» —dijo la palabra con una inflexión presuntuosa—, sí que hace pensar en trabajo duro y honrado.
Junto a Edwina, la mortificación de Gwynn se reflejó claramente en su rostro. Lilly las miraba con los ojos muy abiertos. Wilsie sacó un frasco de sales de su bolsito y lanzó a su madre una mirada de cautela.
—Nunca te has preocupado de mi buen nombre, Edwina. Ni de mis sentimientos o mi futuro —prosiguió ____. Sintió una gota de sudor entre sus senos y su visión se volvió borrosa por el calor, pero estaba absorta en el tema y no quería parar—. Lo único que te preocupaba era tu nombre y tu posición y tus necesidades y deseos. Deberías avergonzarte del ejemplo que le estás dando a estas mujeres... y a Forrest y a Lilly. Estás enseñando a tus nietos a ser tan intransigentes y estrechos de miras como tú... lo mismo que le enseñaste a Harley. Lo siento, Gwynn.
Gwynn movió la cabeza con suavidad.
—No, no, es cierto.
— Nick no era como tú, Edwina, de lo contrario no lo habría amado ni me habría casado con él. Veía a la gente como sus iguales. Nunca fue grosero con Joe. Si hoy nos viera, estaría avergonzado de ti.
____ sintió que se balanceaba. Gwynn se puso en pie y la tomó del brazo, y ____ notó que Joe se acercaba a su espalda.
— ____ tiene razón —le dijo a su suegra tímidamente—. Quiero que mis hijos crezcan amando a los demás, no condenándolos. No quiero que sean críticos, sin perdón en el corazón.
Una conmoción en la calle captó la atención de ____ y varios hombres y mujeres pasaron corriendo delante del café, gritando. Joe dejó a ____ con Gwynn y salió a la puerta.
—¿Qué pasa?
—Hay fuego en los establos —gritó Claudelle Parks—. Jon Whitaker ha pedido ayuda.
—Quédate con ella —le dijo Joe a Gwynn, y salió disparado por la puerta.
—Harley y Forrest están allí con el pony —exclamó Gwynn con voz impregnada de terror.
El humo negro ascendía al cielo azul brillante y el olor a quemado impregnaba el aire. El grupo de mujeres y niños y el dueño del café corrieron hacia los establos. Todo un costado de la construcción de madera estaba en llamas, y el humo salía por las puertas dobles abiertas. Gwynn apretó tanto la mano de ____ que ella hizo una mueca.
—Tal vez estén cabalgando —sugirió ____, escrutando el edificio en busca de Harley y su sobrino, además de Joe.
Los hombres gritaban y corrían en todas direcciones. Pareció pasar una eternidad antes de que trajeran cubos de agua y los presentes se organizaran para pasarlos hacia las llamas.
—Ayudemos con los cubos, Gwynn —dijo ____, tirando de ella hacia el abrevadero más próximo. Colgaron sus bolsos de un poste y se remangaron.
—¡Canela! —una voz infantil gritó presa del pánico. ____ se volvió y vio a Forrest corriendo por la calle en dirección al edificio en llamas. Harley estaba a bastante distancia.
—¡Forrest! —gritó Gwynn.
Se oyó el relincho de un caballo y Joe atravesó el umbral lleno de humo y salió a la calle sosteniendo un saco de grano sobre los ojos de una yegua que apenas podía controlar. ____ sintió que el corazón se le encogía al verlo cubierto de hollín. Joe soltó a la yegua y la dejó correr.
Parpadeando por la intensidad de la luz, Joe vio al niño que pasaba a su lado en dirección al establo. Dio media vuelta y fue detrás de Forrest. Gwynn gritó y cayó de rodillas. Harley la ayudó a levantarse.
—Forrest —gritó, soltándose—. ¡Ve tras él!
Harley se volvió y dio un par de pasos vacilantes hacia los establos. Los gritos del niño pudieron oírse por encima de la conmoción antes de que saliera a la luz.
—¡Canela está ahí dentro! ¡Mi pony está ahí dentro! ¡Suéltame!
Joe lo llevaba por encima del hombro y el niño pataleaba a su espalda. Joe lo sujetó con firmeza hasta que llegó junto a Harley y luego lo dejó a los pies del padre. Harley hundió las manos en los hombros de Forrest y lo sujetó.
—Mi pony está ahí dentro —sollozó Forrest—. Por favor, señor.
Gwynn corrió y abrazó a su hijo. Forrest lloró y señaló el edificio.
Otro hombre, con el rostro y las manos ennegrecidas, salió con otro caballo espantado a la calle y lo soltó.
—¿Ya está? —le gritó Joe.
—Hay dos más en los establos de atrás —jadeó—. No llegaremos a ellos a tiempo.
—¡ Canela! — gritó Forrest.
Joe tomó un cubo del hombre más próximo y vertió su contenido sobre su cabeza y sus hombros. ____ se quedó sin aliento al comprender sus intenciones.
—¡Joe, no! —gritó presa del pánico.
Antes de que pudiera dar un paso adelante, Joe se había adentrado de nuevo en el humo negro y espeso.
____ se trasladó a la habitación contigua y se acomodó en la mecedora, con Eve sollozando en su regazo. Después de unos minutos se tranquilizó un poco, pero sus gimoteos le rompían a ____ el corazón.
Después de cuarenta y cinco minutos de espera insoportable, oyeron los cascos de un caballo seguidos por el ruido de las botas de Joe en el suelo de la cocina. Apareció con la ansiada muñeca en la mano.
—¡Molly! —Eve bajó del regazo de ____ y Joe se inclinó para darle la muñeca de trapo.
La tomó con un brazo, asió a Joe del cuello con el otro, tirándole el sombrero al suelo, y empezó a plantarle besos en la mejilla.
—¡La has encontrado, Joe, la has encontrado!
____ sólo pudo mover la cabeza con alivio y perplejidad. Nunca había sido testigo de la desesperación de Eve y mientras esperaba se había preguntado si sería capaz de volver a dormir otra vez si la muñeca no aparecía. Eve se separó de Joe y empezó a acariciar a la muñeca.
—Fin de la crisis —dijo Joe con ironía.
—¿Dónde estaba? —preguntó ____.
—Capitán es el héroe. La encontró entre unas hierbas altas por las que habíamos cabalgado.
—¿Quieres un café?
Joe movió la cabeza.
—Un cigarrillo.
____ sonrió a su espalda mientras salía de la casa.
A la semana siguiente, Joe terminó el porche y construyó sillas y un balancín. ____ no sabía quién estaba más sorprendida y complacida, si ella o Eve. A la niña le encantaba sentarse con un adulto de piernas largas para que la meciera. ____ agradecía tener un lugar en el que sentarse y disfrutar de la vista del rancho y de la brisa. Una noche, ____ mecía a Eve mientras hacía un cojín con retales de tela. Trabajaba mientras escuchaba la charla de la niña.
Cuando se hizo demasiado oscuro para coser, extendió una manta en el jardín para que Eve y ella pudieran observar las estrellas antes de acostarse.
Joe terminó las tareas y las sorprendió tendidas boca arriba, apuntando al cielo.
—¿Qué hacéis?
— Mirar las estrellas —contestó Eve —. ¿Sabías que tienen nombres?
Se tumbó a su lado y miró al cielo.
—No los recuerdo. ¿____ sí?
—Todos no —contestó ____. Razón de más para enviar a Eve al colegio.
—¿Mi mamá está allá arriba? —preguntó Eve.
____ miró a Joe de soslayo. Siempre estaba abierto y dispuesto a hablar con Eve.
—Dondequiera que esté el cielo, Eve, allí está tu madre.
—¿Es allá arriba?
—Tal vez.
—¿Puede vernos?
—Creo que está cuidando de ti desde allí.
—¿Crees que puede ver el balancín?
—Supongo —respondió Joe con paciencia. Eve se sentó y tomó la muñeca.
—Mamá estaba bonita con este vestido — dijo. Al no comprender, ____ también se incorporó.
—¿Qué vestido, Eve?
—Éste —alisó la tela verde brillante de la falda de la muñeca—. Mamá hizo el vestido de Molly de uno de los suyos. Dijo que era su favorito y quería que Molly lo tuviera.
La importancia de la muñeca adquirió un nuevo significado. ____ miró a Joe y lo sorprendió observando a las estrellas con los dedos entrelazados sobre el pecho y los tobillos cruzados. No hizo nada para indicar que estaba escuchando.
—¿Tu mamá te hizo esa muñeca?
—Sí. Por entonces no estaba muy enferma, sólo un poco. Y ya no iba a trabajar. Jugábamos mucho juntas. Me dijo que alguien vendría a buscarme antes de que los ángeles la llevaran.
____ parpadeó para reprimir las lágrimas.
—Y luego Joe apareció.
Desde luego, Lottie había escogido bien. Debía de haber sabido que se ocuparía de Eve. Debía de conocerlo tanto como ella, o mejor.
Aquel pensamiento la perturbó inmensamente. Cuanto más veía a Joe y a Eve juntos, más notaba el parecido. Su pelo era del mismo color negro brillante. Los dos tenían el labio inferior grueso y el superior suavemente cincelado. Y los dos tenían un hoyuelo aislado en el lado izquierdo de la boca que se marcaba cuando sonreían ampliamente.
Trató de recordar lo que Joe había dicho sobre los padres de Eve, y sólo había hecho un comentario sobre la imposibilidad de saber quién sería el padre de la niña. ¿Acaso Lottie no lo había sabido? Seguro que en cuanto colocaran al bebé de pelo negro en sus brazos las posibilidades se habrían reducido. ¿Era posible que Joe realmente no lo supiera?
Se castigó a sí misma por juzgar el comportamiento o el carácter de Lottie. Rosa le había parecido agradable, y si Joe había sentido algo por Lottie, también debía de haber sido una buena persona.
Eve bostezó y se acurrucó contra Joe. Joe rodeó a la niña con el brazo, que sostenía a la muñeca bajo la barbilla. ____ observó su proximidad con un sentimiento de vacío en el pecho. ¿A quién envidiaba? ¿A Lottie, a Eve o a Joe?
Varias noches más tarde, Joe estaba de pie liando su segundo cigarrillo en cinco minutos mientras escuchaba el sonido distante del trueno por las montañas. Estaba en el umbral del granero, observando a Fuego. Sus sentimientos eran un dilema. Por un lado se alegraba de que el precio del cruce del semental con las yeguas de otros rancheros hubiese resuelto sus dificultades económicas, pero por otro lado le molestaba que, incluso muerto, Nick todavía pudiera cuidar de ____. Sus caballos habían sido su salvación.
Joe aplastó la colilla bajo la suela de su bota. Además tenían una garantía para empezar su proyecto. Por alguna razón, no había sido capaz de sacar a colación la idea del matadero. Su orgullo insufrible lo refrenaba. Seguía siendo eso: un sueño.
A la luz de la luna, vio a ____ acercándose a la valla del corral. Estaba de pie, contemplando cómo Fuego se movía con energía de forma errática. Joe salvó la distancia que los separaba y se colocó a su lado.
—Creo que el tiempo lo ha puesto nervioso —le dijo a ____.
—Yo también —contestó—. ¿En qué estabas pensando aquí fuera durante tanto tiempo?
¿Habría estado observándolo antes de salir?
—En los caballos.
—Bueno... ¿no te alegras? Ahora tenemos todo lo que queremos.
Joe se volvió y la miró directamente a la cara.
—¿Ah, sí?
Su frialdad la asustó. Sintió náuseas en su estómago ya revuelto.
—¿Qué más necesitamos? —le dijo ____—. Tú puedes empezar con tu fábrica de despiece...
—La fábrica de despiece de Nick , querrás decir.
La forma en que pronunció el nombre de Nick le hizo vacilar.
—¿Qué quieres decir?
—El caballo es suyo.
—Bueno... —« Nick está muerto», quiso gritar, pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta... y el hecho en su corazón—. Habíamos hecho un trato. Tú me ayudas y yo te ayudo. Has mantenido tu parte del trato, y yo también mantendré la mía. Será «nuestra» fábrica de despiece, ¿no? Como es nuestro rancho.
—A mí no me parece que sea «nuestro» rancho —dijo.
____ meditó en sus palabras, contenta por comprenderlas. Ella se sentía igual.
—Y yo no siento que Eve sea nuestra hija —dijo con franqueza. Joe se volvió hacia ella—. Soy responsable de bañarla y vestirla —se explicó—. He cosido sus ropas y le he preparado sus comidas. Pero es a ti a quien quiere.
—Tú le gustas, ____.
— Sí, pero tengo que instruirle disciplina, mientras tú la consientes.
—No está consentida.
—Lo estará.
Joe contrajo los hombros.
—¿Quieres decir que estoy haciendo algo mal?
—No. Pero mi opinión no cuenta igual que la tuya. Desde luego no cuenta en lo relativo a su educación... lo has dejado muy claro.
—Lo siento, pero no puedo cambiar de opinión respecto a eso. Lo siento si significa más trabajo para ti, pero...
—No es el trabajo —negó—. En absoluto. Es todo lo demás.
—¿Como qué?
—Como... —su sentido común lanzó una advertencia, pero sus celos la ignoraron—. Como Lottie.
—¿Lottie? —preguntó, claramente perplejo.
—No soy tan ignorante como un poste — dijo—. Tenías la misma intimidad con esa mujer que conmigo. ¿Cuánto tiempo hace de eso? ¿Cinco años, seis? Y luego te llama a su lecho de muerte y te saca una promesa para cuidar a la niña. Una niña con pelo negro y un hoyuelo en la comisura izquierda de sus labios. ¿Qué debo pensar, Joe? Dime.
Se cuadró de hombros ante ella, tratando de comprender sus palabras. Hacía cinco o seis años, bueno, antes de la guerra... Sí, la época coincidía, pero había tantos otros... No podía saberlo con seguridad. Y Lottie había estado tan desesperada por encontrar a alguien que cuidara de su hija como ____ lo había estado para encontrar un hombre para el rancho. No había sido seleccionado para cuidar a Eve por ninguna razón halagadora.
—¿Eve es hija tuya? —preguntó ____.
La duda y la alegría se debatieron en su cabeza. El orgullo y la ternura crecieron y lucharon por salir a flote. La esperanza venció y calmó su corazón acelerado como una dulce promesa.
Unos pensamientos que nunca habían surgido en su mente cobraron una forma nítida. Sólo se había estado engañando a sí mismo en cuanto a su relación con ____. Se había casado con él por una única razón, y todo el mundo lo sabía. No importaba lo que hiciera o lo que pudiera llegar a hacer: trabajar, planear, rezar... nunca sería bastante. ____ seguía siendo la esposa de Nick . Nunca sería suya. Pero Eve, al contrario...
—No sé si es mía —dijo finalmente, con voz más firme de la que esperaba—. Pero espero con todas mis fuerzas que lo sea. Ya la quiero como si lo fuese. Quiero que sea hija mía.
—¿Por qué? —preguntó ____, llevándose unos dedos temblorosos a los labios.
Las razones se agolparon en su interior, llenando su cabeza, su voluntad, su decisión. Toda una vida de porqués surgió y lo cegó.
—¿Que por qué? —replicó con voz seca—.. Porque ése es el caballo de Nick —dijo, apuntando hacia el corral con un dedo—. Y ése es el granero de Nick . Ésta tierra que estamos pisando es la tierra de Nick —____ se quedó muda de perplejidad. Joe la asió del antebrazo y la llevó hacia la casa—. Ésta —dijo al llegar a las escaleras—, es la casa de Nick .
La condujo por los peldaños del porche, donde Capitán los saludó moviendo la cola.
—Ése es el perro de Nick —dijo al pasar delante de él, y empujó la puerta para entrar. Pasaron delante de la niña dormida y entraron en el dormitorio—. Y ésta es la cama de Nick .
La soltó finalmente y ____ dio un paso hacia atrás, contrayendo el rostro de alarma. Absorto en su explicación, Joe levantó la tapa del baúl.
—Y no olvidemos las pertenencias de Nick —los ojos de Meg brillaban de lágrimas—. Seguramente su anillo está aquí en alguna parte, junto con Dios sabe qué—Joe caminó hacia ella y ____ lo miró a los ojos con el corazón agitado—. Y tú —dijo, señalándola con un dedo que no llegaba a tocarle el pecho—, eres la esposa de Nick .
____ miró el baúl y el rostro y pose furiosos de Joe. Conmocionada, no se le ocurrió nada que decir.
—Pero hay algo que sin duda nunca ha sido de Nick —dijo, cambiando el timbre de la voz y señalando el umbral—. Esa hermosa niña no es la hija de Nick .
____ parpadeó, tratando de comprender, preparándose para lo que no quería oír ni saber.
—Quiero que sea mía, ____, lo deseo de todo corazón. Al menos una cosa en este mundo apestoso que es mío. Ella nunca dice: « Nick hizo esto» o « Nick no habría hecho eso». Nunca conoció a Nick, y no podría importarle menos quién diablos es Nick Telford porque no le afecta. Para ella, sólo existo yo. Y soy lo bastante bueno para ella.
Con el corazón desbocado y el estómago revuelto, ¬¬¬¬____ contuvo un sollozo. Había oído cómo otros decían esas cosas a Joe... ella misma las había dicho sin pensar. Sin saber el dolor que causaban.
Lo comprendía. Que el Señor la ayudara, pero lo comprendía. Estaba celosa del afecto de Joe por la niña y al darse cuenta se sintió más miserable que nunca en su vida. La puerta de la entrada se abrió y se cerró y ____ vio que Joe se había ido. Se sentó al borde de la cama y contempló con expresión vacía el baúl abierto. Unas lágrimas silenciosas se deslizaron por sus mejillas.
Joe había estado acumulando todo aquel dolor y odio. No le extrañaba que no lo hubiese expresado antes. Su estómago dio un vuelco, se levantó y salió corriendo para vomitar en la maleza del jardín. Después de que sus nervios se apaciguaran, entró otra vez en la casa y se preparó para acostarse.
Comprendía la necesidad y el apego que Joe sentía por la niña, pero ____ se había visto obligada a sufrir los desprecios del pueblo con él. ¿Cuántos sospechaban que Eve era hija suya? ¿Por eso se habían mostrado especialmente desagradables?
Se metió en la cama y pensó en todos los sacrificios que Joe había hecho para devolverle el anillo de su padre y la forma generosa en la que se daba en todas las cosas. Entonces supo que ella era la que no valía tanto como Joe, aunque no sabía cómo cambiar su manera de sentir.
Sobre todo cuando los dos creían que Joe era el verdadero padre de Eve y él la adoraba. Una vez más, su mundo se había estremecido. ____ rezó para poder encontrar la forma de adaptarse a él.
Varias noches más tarde, Joe entró antes del anochecer para pasar un rato con Eve antes de que la niña se fuera a la cama. ____ estaba sentada cosiendo junto a una lámpara mientras Eve volvía las páginas de un libro, fingiendo que las estaba leyendo en voz alta.
—He venido a tiempo de escuchar tu historia —dijo Joe, acomodándose en la silla acolchada que prefería. Eve siguió hablando, embelleciendo su relato con detalles infantiles que despertaron una sonrisa en los labios de ____. Terminó y Joe aplaudió.
Eve fue a buscar su caja de tesoros y habló de sus contenidos.
— Aquí está el pañuelo que ____ me ha hecho. Ves, tiene mis iniciales en esta esquina junto a esta pequeña flor.
—Es muy bonito —dijo Joe, conmovido al saber que algo de lo que ____ había hecho figuraba entre sus objetos más preciados.
Eve sacó una cadena de oro con un colgante. Lo levantó y la luz se reflejó en los diamantes falsos dispuestos en forma de media luna. A la izquierda de la luna había un sol de ópalo. Joe reconoció de inmediato el collar. Se lo había comprado a un vendedor ambulante hacía muchos años y se lo había regalado a Lottie. Nunca había tenido muchas cosas, así que supuso que no era extraño que lo hubiese guardado durante tantos años. Aun así, le resultaba extraño volverlo a ver.
—Éste es el collar más bonito de todo el reino — dijo Eve con su vocabulario de cuento de hadas—. ____ también piensa que es bonito, ¿verdad, ____? Y también piensa que estaré muy bonita cuando me lo ponga —Joe asintió en señal de afirmación—. Mamá dijo que cuando fuera mayor y me lo pusiera, encontraría a mi papá.
La atención de Joe se concentró en sus palabras.
—¿Qué quería decir?
—Mamá decía que mi papá se lo dio y que cuando encontrara al que se lo había dado, encontraría a mi padre.
Joe apenas pudo respirar por la emoción que le oprimía el pecho. ¡Lottie lo había sabido! Ya podía estar seguro de que aquella niña a la que había aprendido a amar era realmente suya.
—Yo le di eso a tu mamá, Eve —dijo en un susurro ronco.
En la otra silla, las manos de ____ se paralizaron sobre la tela del vestido que sostenía. Eve miró a Joe con ojos grandes, azules y confiados.
—¿Se lo diste tú? ¿De verdad? ¿Eres mi papá, Joe?
Tragó saliva para poder hablar.
—Sería tu padre aunque Lottie no hubiera dicho que lo era. Lo sabes, ¿verdad?
Eve asintió y una sonrisa brillante iluminó sus rasgos angelicales. Se levantó y se apoyó sobre su rodilla.
—¿Puedo llamarte papá?
Joe la levantó para darle un abrazo y la sentó en su regazo. La niña se acurrucó en el calor que él estaba dispuesto a ofrecer.
Joe sintió que lo embargaba una nueva certeza. Tenía una hija, alguien que le pertenecía a él solo. Con culpabilidad, miró hacia ____.
____ dejó la costura en la cesta junto a la silla y entró en el dormitorio, cerrando la puerta tras ella.
El único descanso que Joe se tomó de recoger el heno en las siguientes semanas, aparte de unas comidas rápidas y unas cuantas horas de sueño, fue un viaje previamente fijado a la ciudad aquel viernes. ____ y él dejaron a Eve con Gus y recorrieron la distancia hasta Aspen Grove para firmar los papeles de adopción en el bufete del abogado. Dado que comprendía los sentimientos de Joe hacia ella y el rancho y sabía que Eve era realmente hija suya, ____ experimentó una sensación agridulce al ver cómo Joe firmaba los documentos y recibía el certificado que declaraba que Eve era suya.
Sabía exactamente cómo se sentía Joe acerca de Nick . Porque ella se sentía excluida de la relación que había entre él y Eve.
Salieron a la acera y el calor del verano la impactó con toda su intensidad. Se sintió mareada y debió de balancearse porque Joe le rodeó la cintura con el brazo.
—Hace tanto calor —dijo, sintiéndose estúpida.
—¿Quieres una limonada antes de que volvamos?
—Claro. Celebrémoslo —Joe la mantuvo sujeta mientras cruzaban la calle y entraban en un pequeño café abarrotado de clientes que tomaban el té de la tarde.
Edwina, Wilsie y Gwynn, junto con otras mujeres y tres niñas, estaban sentadas en una mesa delante de la ventana. En cuanto Joe y ella entraron, ____ supo que el repentino silencio se debía a algo que Edwina había dicho. ____ tragó su furia y desagrado, saludó a Lilly con desafío y desvió su atención de las mujeres murmuradoras.
Joe la condujo a una mesa cubierta con un mantel. El propietario les tomó nota y les llevó dos jarras de limonada fría. ____ probó la suya con gratitud, sintiendo que su cabeza se despejaba.
—Tomándose libertades con ella a la luz del día —gorjeó una voz que reconocía como la de su ex suegra.
____ degustó el líquido refrescante y sintió cómo las palabras de Edwina desataban su furia. El insulto y las ofensas que Joe soportaba nunca se reflejaban en su rostro o sus acciones. Seguramente ella era la única persona que había reconocido el dolor de Joe... y la única a la que le había importado.
—Gracias a Dios Nick tenía la decencia y los modales de tratarla como a una dama. Y por aquel entonces se comportaba como tal.
Joe contrajo la mandíbula y sus labios se torcieron en una mueca de enfado, pero fue ____ quien se levantó de su silla y salió disparada hacia la otra mesa.
—Estoy harta de que ofendas a un hombre del que no sabes nada —dijo, inclinándose sobre Edwina—. Joe Jonas es el hombre más amable y honrado que he conocido, y no finge ser algo que no es. Estoy hasta aquí — hizo un gesto con la mano sobre su frente y vio cómo Edwina se echaba hacia atrás— de tus críticas puritanas, miserables, hipócritas y parciales.
El rostro de Edwina se puso púrpura de furia y su pecho excesivamente dotado se inflamó como el de una gallina.
—Cómo te atreves a pasearte delante de esta comunidad con ese hombre. Tal vez no te importe tu buen nombre, pero al menos podrías pensar en el resto de los Telford.
—Me complace informarte de que mi nombre ya no es Telford. Es Jonas. Y aunque el apellido Jonas no le hace pensar a uno en una gran casa con una «galería» —dijo la palabra con una inflexión presuntuosa—, sí que hace pensar en trabajo duro y honrado.
Junto a Edwina, la mortificación de Gwynn se reflejó claramente en su rostro. Lilly las miraba con los ojos muy abiertos. Wilsie sacó un frasco de sales de su bolsito y lanzó a su madre una mirada de cautela.
—Nunca te has preocupado de mi buen nombre, Edwina. Ni de mis sentimientos o mi futuro —prosiguió ____. Sintió una gota de sudor entre sus senos y su visión se volvió borrosa por el calor, pero estaba absorta en el tema y no quería parar—. Lo único que te preocupaba era tu nombre y tu posición y tus necesidades y deseos. Deberías avergonzarte del ejemplo que le estás dando a estas mujeres... y a Forrest y a Lilly. Estás enseñando a tus nietos a ser tan intransigentes y estrechos de miras como tú... lo mismo que le enseñaste a Harley. Lo siento, Gwynn.
Gwynn movió la cabeza con suavidad.
—No, no, es cierto.
— Nick no era como tú, Edwina, de lo contrario no lo habría amado ni me habría casado con él. Veía a la gente como sus iguales. Nunca fue grosero con Joe. Si hoy nos viera, estaría avergonzado de ti.
____ sintió que se balanceaba. Gwynn se puso en pie y la tomó del brazo, y ____ notó que Joe se acercaba a su espalda.
— ____ tiene razón —le dijo a su suegra tímidamente—. Quiero que mis hijos crezcan amando a los demás, no condenándolos. No quiero que sean críticos, sin perdón en el corazón.
Una conmoción en la calle captó la atención de ____ y varios hombres y mujeres pasaron corriendo delante del café, gritando. Joe dejó a ____ con Gwynn y salió a la puerta.
—¿Qué pasa?
—Hay fuego en los establos —gritó Claudelle Parks—. Jon Whitaker ha pedido ayuda.
—Quédate con ella —le dijo Joe a Gwynn, y salió disparado por la puerta.
—Harley y Forrest están allí con el pony —exclamó Gwynn con voz impregnada de terror.
El humo negro ascendía al cielo azul brillante y el olor a quemado impregnaba el aire. El grupo de mujeres y niños y el dueño del café corrieron hacia los establos. Todo un costado de la construcción de madera estaba en llamas, y el humo salía por las puertas dobles abiertas. Gwynn apretó tanto la mano de ____ que ella hizo una mueca.
—Tal vez estén cabalgando —sugirió ____, escrutando el edificio en busca de Harley y su sobrino, además de Joe.
Los hombres gritaban y corrían en todas direcciones. Pareció pasar una eternidad antes de que trajeran cubos de agua y los presentes se organizaran para pasarlos hacia las llamas.
—Ayudemos con los cubos, Gwynn —dijo ____, tirando de ella hacia el abrevadero más próximo. Colgaron sus bolsos de un poste y se remangaron.
—¡Canela! —una voz infantil gritó presa del pánico. ____ se volvió y vio a Forrest corriendo por la calle en dirección al edificio en llamas. Harley estaba a bastante distancia.
—¡Forrest! —gritó Gwynn.
Se oyó el relincho de un caballo y Joe atravesó el umbral lleno de humo y salió a la calle sosteniendo un saco de grano sobre los ojos de una yegua que apenas podía controlar. ____ sintió que el corazón se le encogía al verlo cubierto de hollín. Joe soltó a la yegua y la dejó correr.
Parpadeando por la intensidad de la luz, Joe vio al niño que pasaba a su lado en dirección al establo. Dio media vuelta y fue detrás de Forrest. Gwynn gritó y cayó de rodillas. Harley la ayudó a levantarse.
—Forrest —gritó, soltándose—. ¡Ve tras él!
Harley se volvió y dio un par de pasos vacilantes hacia los establos. Los gritos del niño pudieron oírse por encima de la conmoción antes de que saliera a la luz.
—¡Canela está ahí dentro! ¡Mi pony está ahí dentro! ¡Suéltame!
Joe lo llevaba por encima del hombro y el niño pataleaba a su espalda. Joe lo sujetó con firmeza hasta que llegó junto a Harley y luego lo dejó a los pies del padre. Harley hundió las manos en los hombros de Forrest y lo sujetó.
—Mi pony está ahí dentro —sollozó Forrest—. Por favor, señor.
Gwynn corrió y abrazó a su hijo. Forrest lloró y señaló el edificio.
Otro hombre, con el rostro y las manos ennegrecidas, salió con otro caballo espantado a la calle y lo soltó.
—¿Ya está? —le gritó Joe.
—Hay dos más en los establos de atrás —jadeó—. No llegaremos a ellos a tiempo.
—¡ Canela! — gritó Forrest.
Joe tomó un cubo del hombre más próximo y vertió su contenido sobre su cabeza y sus hombros. ____ se quedó sin aliento al comprender sus intenciones.
—¡Joe, no! —gritó presa del pánico.
Antes de que pudiera dar un paso adelante, Joe se había adentrado de nuevo en el humo negro y espeso.
Julieta♥
Re: ♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
Quince
____ observó la entrada de los establos con los ojos ardiendo y el corazón en la garganta.
—Es un caballo —dijo conmocionada, sopesando el riesgo—. ¡Un caballo!
—Escúchate —replicó Gwynn a su lado—. Tú has hecho más sacrificios que mucha gente por tu amor por los caballos.
—No sólo por los caballos —dijo ____ moviendo la cabeza—. Por el sueño de Nick . Para que pudiera seguir siendo mío.
—Ni siquiera se paró a pensar si debía hacerlo —dijo Gwynn—. Entró corriendo.
Harley se había acercado y estaba de pie junto a Gwynn. Sostenía a Forrest en los brazos, que seguía sollozando de forma histérica. ____ trató de no imitar su gemido desesperado balbuciendo un rezo ferviente.
Pasó demasiado tiempo. La ansiedad de ____ crecía con cada segundo. Un crujido ensordecedor anunció el hundimiento del tejado; las chispas volaron y una sección cayó sobre la entrada, bloqueando el paso.
Gwynn la sostuvo cuando le fallaron las rodillas. Wilsie también apareció de entre el gentío y ayudó a Gwynn a sentar a ____ en la calle polvorienta. ____ podía oír a Lilly llorando detrás de ellas. Los establos estaban envueltos por llamas ondulantes.
Wilsie abrió el frasco de sales y lo colocó bajo la nariz de ____. La nariz le picó y su visión se aclaró de inmediato.
—Dios mío, Joe —susurró.
No podía estar atrapado en aquel infierno. No podía morir. No podía seguir sin él, no quería. Se llevó la mano a los labios.
Y Eve. Los papeles de la adopción estaban en el bolsillo de su chaleco. ____ no podía concebir volver al rancho y decirle a la niña que algo le había pasado al hombre que adoraba, y que no sólo había perdido a su madre sino al padre que acababa de encontrar.
El hombre al que ____ también adoraba.
Un grito se oyó por el callejón de los establos donde unos hombres estaban cavando una trinchera entre las llamas y el edificio más próximo. Un caballo suelto salió disparado entre los edificios, con la mirada aterrorizada, y los hombres se apartaron a su paso.
A continuación, Joe apareció tambaleante en el claro, con el puño hundido en la crin del pony. El pobre animal cabeceaba y se levantaba sobre sus patas, pero Joe lo mantenía sujeto.
—¡Canela! —gritó Forrest.
Joe condujo al pony hasta sus dueños y Forrest se soltó inmediatamente de los brazos de su padre. Harley contempló las lágrimas que surcaban el rostro manchado de Joe.
—¿Por qué ha hecho eso? —preguntó, y su perplejidad se reflejaba nítidamente en su rostro.
____ se había puesto en pie y corrió hacia Joe. Él extendió el brazo para abrazarla. Olía a humo acre.
—¿Cómo has conseguido salir? —preguntó con alegría y admiración.
—Hice un agujero en la pared del fondo — dijo, todavía respirando de forma entrecortada y tosiendo—. No había muchas llamas en la esquina de atrás, pero no podía ver a través del humo —se frotó los ojos sobre su manga.
—Ven —dijo ____, conduciéndolo hacia uno de los abrevaderos casi vacíos—. Lávate los ojos.
Joe le obedeció, hundiendo la cabeza en el depósito. ____ se levantó el borde de la falda, ofreciéndole sus enaguas blancas para secarse la cara.
—La he ensuciado —se disculpó Joe, poniéndose otra vez en pie.
—No me importa si me has manchado las enaguas. Casi te he perdido ahí dentro, ¡tonto!
—____, ya había entrado antes, sabía que el fuego se había extendido por el frente y uno de los costados. Pero no esperaba que el humo fuese tan intenso.
—No vuelvas a hacer eso nunca más —le exigió, tratando de mantener la compostura—. ¡Prométemelo!
—Te lo prometo —dijo con una sonrisa.
____ se arrojó a sus brazos, sin importarle quién la veía o lo que pensaran de ella.
—Joe, tenía tanto miedo.
Tye le acarició la mejilla con el pulgar y la sostuvo con fuerza.
—Ya no volverás a tenerlo.
—Me niego.
Se maravilló de su fuerza masculina, de su abrazo y de sus palabras tranquilizadoras. Lo amaba.
El sentimiento la rozó, retándola a que se fijara en aquel amor, pero Joe se apartó.
—Siéntate lejos del fuego mientras yo ayudo al resto de los hombres a apagar las llamas que quedan.
____ observó cómo se alejaba con un nudo en la garganta. Harley también se unió a los hombres y las mujeres y los niños observaron en silencio mientras el peligro del incendio pasaba. Al final, los restos chamuscados de la cuadra se alzaron en forma de ascuas ante el sol de la tarde. Cansados y cubiertos de cenizas, los hombres regresaron a sus casas y a sus lugares de trabajo. Joe se acercó a ____ con Harley detrás.
—Gracias, señor Jonas —dijo Harley a su espalda.
Joe se detuvo delante de ____ y se volvió para observar la expresión incómoda del hombre. Gwynn estaba a pocos pasos de distancia, reflejando satisfacción en su bonito rostro. Wilsie se encontraba detrás de ella, y su mirada cautelosa se posaba en Joe y en los demás alternativamente.
—Gracias, señor Jonas —repitió Forrest con su voz infantil. Asió la crin del pony con firmeza—. Papá, ¿dónde guardaremos ahora a Canela?
Era evidente que Harley no había tenido tiempo de pensarlo.
—Pueden dejarlo en el rancho —dijo Joee de inmediato—. Estoy seguro de que allí estará cómodo hasta que construyan otros establos. Hay espacio de sobra en el granero y podrá trotar y pastar.
—¿Podemos llevarlo allí, papá? —preguntó Forrest, mirando a su padre con esperanza.
—Bueno... supongo que sí.
—Bien —dijo Joe—. Tenemos aquí nuestro carromato, si quiere que nos lo llevemos ahora. Tengo que volver al trabajo.
Harley y Joe se alejaron con Forrest y el pony. ____ y Gwynn intercambiaron una mirada de sorpresa y los siguieron, con Wilsie en los talones. Lilly, que forcejeaba para soltarse de Edwina, se separó y corrió hacia su madre. Gwynn la abrazó y tomó su mano.
Edwina miró a las mujeres con expresión tímida y las siguió por detrás. ____ recordó que había estado avergonzando a su ex suegra cuando toda aquella pesadilla había comenzado. Para su enorme sorpresa, Edwina se adelantó y le tocó el brazo mientras caminaban a paso rápido detrás de los hombres.
—¿Te sientes bien para ir en el carro? — preguntó—. Podrías venir a casa y descansar un rato.
—Creo que me sentiré mejor volviendo a casa —contestó ____—. Además, Gus y Eve empezarán a preocuparse si nos retrasamos mucho.
—¿Ese anciano es capaz de cuidar de ella como es debido? —preguntó con el ceño fruncido.
____ habría reído si su cuerpo no le temblara todavía del susto que había pasado. Edwina no sería Edwina si no tuviese nada que criticar.
—Se vale muy bien.
Joe ayudó a Harley y a Forrest a atar al pony con fuerza a la parte de atrás del carro.
—¿No se cansará de andar hasta su casa? —preguntó Forrest—. ¿No debería ir ahí? —dijo señalando la caja del carromato.
—Tal vez sea pequeño, pero tiene fuerza — contestó Joe—. Se asustaría demasiado si intentáramos subirlo al carro.
—¿Cuándo podré ir a verlo? —preguntó Forrest.
Su rostro todavía tenía manchas rojas de haber estado llorando.
—Cuando quieras —respondió Joe con una sonrisa cansada.
—Tal vez sea muy atrevido por mi parte — dijo Gwynn, con Lilly a su costado—, pero si no tenéis otros planes, ¿por qué no vamos a comer después de misa este domingo? Llevaré mis panecillos de mantequilla y mi tarta de nueces.
____ se preguntó si había oído bien. Se preguntó si se habría desmayado y estaba teniendo un sueño imposible.
Las miradas en los rostros de los demás le indicaron que estaba despierta y que Gwynn había tomado la iniciativa y había hecho una sugerencia que podía aliviar los sentimientos heridos. Forrest sonrió. Harley eludió el contacto visual y observó las puntas de sus botas antes brillantes. Wilsie parpadeó como un pollito, escrutando los rostros de los demás. Las mejillas de Edwina enrojecieron, pero no hizo ninguna objeción. ¿Qué podría haber dicho cuando Joe acababa de salvar a su nieto y al pony?
Joe miró a ____, reflejando incertidumbre en sus rasgos.
—Creo que es una idea maravillosa —consiguió responder ____ finalmente—. Nada me hace más feliz que tener compañía durante la comida del domingo. Gus y Purdy comen con nosotros —añadió a modo de advertencia para Edwina. No excluiría a los hombres que le habían sido tan fieles sólo porque el apellido Jonas hubiese merecido una estima repentina.
Si querían aceptar otra vez a ____, tendrían que aceptar a Joe y a Eve y también a sus ayudantes.
—Decidido entonces —declaró Gwynn—. Hasta el domingo.
Joe subió a ____ al asiento y ella despidió a los Telford con la mano mientras se alejaban.
—No puedo creer que arriesgaras tu vida por un caballo, Joe —le dijo con reproche.
—He arriesgado mi vida por razones menos agradecidas.
—Pero ahora tienes una familia. Tienes una esposa y una hija —____ no pudo descifrar la mirada de sorpresa que le dirigió—. Tienes que pensar en Eve —declaró.
Joe había perdido su sombrero en algún momento y parpadeó bajo el sol de la tarde.
—Nunca había tenido una familia —dijo, y su mirada reflexiva le acarició el rostro, el pelo. Todavía tenía manchas de ceniza bajo la barbilla y junto al ojo. Su pelo se había secado en ondas sueltas—. En el futuro, lo recordaré.
—Más te vale.
El temor y el alivio evidentes de ____ fueron una sorpresa para Joe. Meditó en sus reacciones y en sus palabras al día siguiente mientras sacaba heno del carro con una horca y lo depositaba en un montón enorme junto al granero.
Aquella situación era nueva para él. ___ se había comportado como si él le importara. Lo había regañado, pero lo había tocado como para asegurarse de que estaba vivo. Había derramado lágrimas de alivio.
Y todo eso había sido después de su magnífica declaración en el café. Joe estaba acostumbrado a ignorar las puyas, e incluso se enorgullecía de su habilidad para no dejar que los comentarios lo provocaran. Pero nunca había tenido una defensora. No la necesitaba, pero le había agradado oír lo que decía de él. Le había llamado un hombre amable y maravilloso. Más aún, había afirmado que era ____ Jonas. Delante de una docena de personas, había negado ser una Telford. Todavía podía verla, con el rostro sonrojado, sus ojos de color miel lanzando chispas de cólera y su espalda rígida de indignación.
Había pensado tanto tiempo en ella como en la esposa de Nick que no concebía pensar en ella como suya. No era lo bastante bueno para ____... ¿Pero Nick lo habría sido?
Tener una hija era maravilloso, pero su vida no sería completa hasta no tener verdaderamente a una esposa. ____ se había sentido dolida ante el hecho de que Eve fuera su hija. Lo comprendía, pero no podía cambiarlo. Siempre había pensado que podría demostrar que era merecedor de ella, pero no lo había logrado.
«Ahora tienes una esposa y una hija», le había dicho. Ni siquiera ____ había comprendido la importancia de aquellas palabras.
Animado por aquella declaración reveladora, el trabajo le resultó liviano y placentero. Por fin tenía una meta. Y tal vez tuviera a alguien que se preocupaba por él. Tal vez ____ empezara a pensar en él como en su marido.
El domingo, la noticia del fuego y la participación de Joe en él se había propagado por toda la ciudad. El tono de los susurros que recorrían la congregación tenían un sonido totalmente distinto. Joe seguía tocando el órgano, aunque Fiona ya no llevaba el brazo en cabestrillo, y según los últimos rumores, en realidad no se había torcido la muñeca. El reverendo Baker y ella habían ideado un plan para convertir a Joe en el músico de la parroquia.
Fuese cual fuese el medio, el resultado final agradó a todos. La manera de tocar de Joe añadía una dimensión nueva al oficio religioso. Después de la misa, Joe y ____ recibieron los saludos agradables de los asistentes y ella se deleitó con el cambio de actitud. Joe, en cambio, parecía reacio a confiar en aquel cambio de parecer. Hablaba con educación y sonreía, pero ____ tenía la impresión de que mantenía su reserva.
Aunque también le parecía que se comportaba así con ella, así que tal vez fuese solamente su forma de ser.
____ había hecho los preparativos de la comida la noche anterior, y cuando los Telford llegaron al rancho la mesa estaba dispuesta con la vajilla de porcelana y la cocina olía a carne asada y salsa con especias.
Edwina contempló la mesa y la habitación. Sólo había estado allí en contadas ocasiones cuando Nick estaba vivo, y siempre había criticado la falta de comodidades. En aquella ocasión, se mordió la lengua. ____ sabía que había un gran abismo entre aquella cocina funcional y el comedor con paredes revestidas de madera de los Telford, pero no se avergonzaba de la diferencia.
Edwina vagó un rato por la otra habitación y regresó.
—____, tienes una galería.
____ sonrió para sus adentros.
—Joe la ha construido.
—¿Las sillas y el balancín también?
—Sí.
—¿No es una época de mucho trabajo? Me sorprende que sacara tiempo de las vacas y de lo que sea que hacéis los rancheros para construir algo por pura diversión.
____ dejó de aplastar la sartén llena de patatas por un momento para levantar la vista con expresión reflexiva.
—Sí, hemos estado muy ocupados. Sacó tiempo entre tarea y tarea. Cuando le pregunté por qué, dijo que lo había hecho porque yo quería un porche.
El hecho de que Nick nunca le hubiese construido un porche no fue expresado pero no por ello pasado por alto,
—Me parece muy romántico —dijo Gwynn con una sonrisa tímida.
____ ignoró la broma y batió las patatas.
Diez minutos después, tocó la campana, y los niños y hombres hambrientos se apresuraron a entrar en la casa. Eve se encaramó a su banco junto a la silla de Joe y, contemplando a los extraños, se acercó tanto a él que ____ pensó que se iba a caer al suelo.
Encontró una banqueta en la alacena y sentó en ella a Eve para que pudiera estar más cerca de Joe. Joe dejó que la niña se acurrucara contra él mientras le preparaba su plato. Todo el mundo hizo una pausa mientras bendecía brevemente la mesa y luego se pasaron las fuentes y los cuencos. ____ se sentía orgullosa de tener comida de sobra para todos sus invitados y contenta de que estuvieran allí.
Gus y Purdy se habían puesto sus mejores camisas y se habían engominado sus escasos cabellos. El bigote de Purdy era una obra de arte.
Forrest dejó caer accidentalmente un cuenco de loza con un resto de guisantes y beicon. Harley empezó a regañarle, pero Joe levantó una mano, se puso en pie y salió a la puerta.
Capitán entró y Joe levantó el cuenco y señaló lo que había caído al suelo. El perro lo lamió en un periquete y los adultos prorrumpieron en risas igual que los niños.
—¿Eso solías hacer con tu comida? —le preguntó ____ en un susurro.
—Sólo con un panecillo —contestó Joe. ____ se rió—. Aunque Gus solía comer una parte cuando no estabas mirando —reconoció.
____ apretó su brazo... y sorprendió la mirada centelleante de Gwynn. El calor ascendió por sus mejillas.
Después de la comida, Gus echó a las mujeres al porche y se encargó del fregado.
—¿Siempre hace eso? —preguntó Edwina con ojos muy abiertos de admiración.
—Los domingos —contestó—. Aunque me ayuda con las comidas todos los días.
—Cielos, es como tener tu propia criada — exclamó Edwina.
—Más bien como tener otro miembro de la familia —la corrigió ____ con suavidad—. Pago tan poco a Gus y a Purdy que pienso en ellos como tal. Han estado aquí desde que Nick compró el rancho y se quedaron conmigo durante la guerra.
—¿Cómo está tu huerto, ____? —preguntó Gwynn.
—Las judías están altísimas —replicó.
—Vayamos a echar un vistazo.
____ y Gwynn se disculparon ante Edwina, Wilsie y los niños, se pusieron las tocas para el sol y salieron a observar las plantas.
—No sabía que te interesaran las plantas — dijo ____ levantando una ceja.
—Todo lo que empieza a crecer me fascina —contestó con una sonrisa misteriosa.
____ señaló las remolachas, los nabos y las zanahorias, y el melón y las calabazas que Joe había plantado.
—¿Cuánto tiempo vas a seguir guardando el secreto, ____?
____ desvió la mirada de las hojas amplias y las plantas trepadoras para mirar a Gwynn.
—¿Qué secreto?
—Vamos, ____. El bebé, por supuesto.
Meg la miró con curiosidad.
—¿Qué bebé?
—No lo sabes —la expresión de Gwynn era de absoluta perplejidad.
—¿Que no sé el qué? Dime.
—Los mareos que has tenido... seguramente te has sentido mal en más de una ocasión. ¿Desde cuándo no tienes el periodo?
____ sintió que la cabeza le daba vueltas con las implicaciones.
—Pensaba que sólo era el calor, pero nunca me había afectado de esa manera. No lo he tenido desde... no sé desde cuándo.
—¿No sientes diferente tu cuerpo?
Meg pensó en la pesadez de sus senos.
—Sí.
—Vas a tener un bebé, ____.
____ se quedó mirando a Gwynn hasta que su rostro se tornó borroso. Parpadeó y contempló el cielo azul intenso. ¿Un bebé? ¿Podía ser cierto? ¿Ya llevaba un bebé en su seno?
—Cielos —susurró, parpadeando para contener las lágrimas.
Gwynn la abrazó.
—Te ama mucho.
—¿Joe?
—Por supuesto que Joe, tonta —rió—. ¿Quién si no? Es tan obvio que hasta Edwina tiene que reconocerlo.
—¿Lo es?
—Te mira como si fueras una especie de princesa. Es atento, y te ha construido un porche. Vaya, casi siento envidia por el amor que tienes.
—Harley te ama.
— Sí, ahora sí. Pero se casó conmigo porque era de buena familia.
—Joe no se casó conmigo por pasión precisamente —replicó ____.
—Pero la siente, no puedes negarlo.
____ pensó en la relación con su marido. No, no podía negarlo.
Y un bebé. La idea la llenó de alegría.
El resto de la tarde pasó agradablemente. Los niños jugaron y se turnaron para montar al pony, que se adaptó de inmediato a su nuevo entorno.
____ enseñó a Wilsie el vestido que le estaba haciendo a Eve y Wilsie preguntó si podía aportar una combinación de encaje. Edwina disfrutó del balancín y la limonada y reconoció que el aire fresco era bueno para los niños.
Joe y Harley pasaron un rato con los caballos y luego se reunieron con los niños en el jardín. Cuando los Telford subieron a su calesa y se fueron, ____ agradeció el silencio.
En el porche, Eve jugaba con su muñeca y Joe y ____ estaban sentados en el balancín, admirando la puesta de sol.
—Gracias por el porche, Joe. Creo que no te he dado las gracias como es debido.
—De nada —contestó fácilmente—. ¿Has disfrutado de la visita?
—Sí. Me complace que te hayan aceptado.
—Ojalá me hubieran aceptado antes del fuego.
—Sí, pero hizo falta un incendio para demostrarles qué clase de persona eres. Harley es de buena familia, pero ¿lo viste correr tras el caballo de su hijo?
—Es evidente que no es tan tonto como yo. ¿No me llamaste así?
—Fue un acto de valentía. Eres valiente.
—Tonto. Perdí mi sombrero.
____ sonrió.
—Era un sombrero estupendo, pero puedes comprarte otro —observó la esfera naranja sobre el lejano horizonte—. Vayamos mañana a la ciudad para pedir el préstamo para la fábrica de despiece.
—¿Es eso lo que quieres?
—Sí.
Todo había ido mejor de lo que había imaginado. Y tenía un secreto maravilloso. Le puso la mano en el brazo, y en la penumbra, Joe la miró. ____ sonrió. No podía esperar a contárselo.
Eve se acercó al balancín y Joe se inclinó para levantarla y colocarla sobre su regazo. ____ la observó con satisfacción, sorprendida de poder amar tanto a dos personas. Los deseos de su corazón habían cambiado por completo, pero nunca habían estado más claros. Su mayor anhelo era ser una esposa para Joe y una madre para Eve... y una buena madre para su nuevo hijo. Joe tomó la mano de ____ y la apretó.
—¿Recuerdas ese bebé del que hablabas, Eve? —dijo ____ en voz baja.
—¿Qué bebé? —contestó con la cabeza apoyada en el pecho de Joe.
—Querías saber cuándo Dios nos iba a dar un bebé.
—Me acuerdo.
____ sintió que su corazón palpitaba de emoción, como si estuviera en lo alto del granero a punto de saltar.
—Bueno, Dios nos ha dado uno.
—¿De verdad?
—Sí.
—¿Dónde está? —preguntó con ojos muy grandes y expresión sorprendida.
—En mi tripa. Tardará un tiempo en nacer.
Los dedos de Joe se cerraron sobre los de ____. Volvió la cabeza para mirarla a los ojos.
—¿Es un niño o una niña? —preguntó Eve.
—No lo sé. Tendremos que esperar.
—____ —dijo Joe con voz ronca.
____ no podía verlo por las lágrimas que llenaban sus ojos.
Joe se llevó su mano a los labios y le besó las yemas de los dedos. ____ se apoyó en él y levantando la cabeza para besar a ____, Joe aplastó a Eve entre ellos, y la niña se removió y los abrazó a los dos.
—____ —volvió a decir Joe, con voz incrédula— . ¿Un bebé?
____ asintió, apoyando la frente sobre la suya.
—¿El bebé también será mío? —preguntó Eve.
____ la besó en lo alto de la cabeza.
—Será tu hermano o hermana puesto que ahora legalmente somos tus padres.
—Pero no tengo que llamarte mamá —dijo Eve enseguida.
—No, llámame ____ si quieres. Sé que tienes una mamá de verdad y no importa.
Y así era. Eve había amado a su madre y era injusto que ____ pensara que podía olvidarla fácilmente o no lamentar el hecho de que ya no estuviera. ¿Cuántas veces se había enfadado con Nick por dejarla en apuros? Una nueva madre no sustituía a una anterior.
Como un nuevo marido no sustituía al anterior. Pero Joe añadía una dimensión nueva a su vida, una dimensión que nunca habría conocido si Nick no se hubiese muerto.
Tal vez si era paciente también podría ser alguien especial para Eve. Había aprendido a amar a la niña más de lo que creía posible.
Quería ser una madre para ella.
Más tarde, cuando se metieron en la cama con la lámpara todavía encendida, Joe estrechó a ____ y le acarició el pelo.
—¿El bebé te hace feliz, ____?
—Por supuesto—. ¿Y a él? —Me pregunto si la noticia es menos emocionante porque acabas de saber que Eve es hija tuya.
—Te equivocas. Este bebé es especial porque es lo único que yo te he dado que Nick no te ha dado primero.
Aquellas palabras le atravesaron el alma. Pero no eran ciertas. Joe le había dado tantas cosas...
—¿Y tú? —preguntó, incorporándose—. Ya tienes a Eve.
—Quiero a Eve tanto como se puede querer a una hija, pero no amaba a su madre. Esto es distinto.
—¿En qué sentido?
Joe se quedó callado durante varios minutos.
—Te he admirado desde la primera vez que te vi —le dijo—. Pensé que eras la niña más bonita del colegio. Y la más amable. Tú me hablabas cuando las demás me ignoraban. Me he pasado la vida siendo un mero espectador, y tú estabas en el centro de todo. Te vi crecer y hacerte cada vez más bonita. Vi lo feliz que eras con Nick y supe que nunca tendría a una mujer tan preciosa y perfecta como tú.
—Disto mucho de ser perfecta —negó ____, pero Joe la ignoró.
—Cuando me propusiste la idea de casarnos para salvar el rancho, no pude creer tal golpe de suerte. Hizo falta la desgracia de muchos para tener la oportunidad, pero al menos pude casarme con la dulce ____. Aunque a veces se me sube a la cabeza.
—¿Qué quieres decir?
—A veces me olvido de por qué estamos casados. Tú amas a Nick , nunca me prometiste nada distinto. Tenía una espalda fuerte que ofrecer y es toda tuya.
—Eres tonto.
—Eso dices siempre. Lo que pasa es que siempre te he amado, ____. Y te amo. Pero nunca ha sido bastante.
Sus palabras conmovieron su corazón y calmaron su espíritu. La amaba.
—Siento no haberlo sabido —susurró.
—No habría cambiado nada —dijo—. Amas a Nick.
Sí, había amado a Nick de todo corazón. Pero había seguido adelante sin él. Y se había forjado una nueva vida.
—Sí que amaba a Nick —dijo ¬¬¬¬____—. No puedo cambiarlo, como tampoco que seas el padre de Eve. No importa. Eso nos ha hecho quienes somos hoy, pero podemos seguir adelante.
—Estoy cansado de ser una sombra, ____ — dijo, con dolor en la voz—. Nunca superaré sus recuerdos, y no quiero intentarlo. No quiero dormir contigo con las cosas de Nick al pie de la cama.
____ apartó a un lado la colcha, se levantó y tomó la lámpara.
—Ven.
Joe se enrolló la colcha alrededor de la cintura y la siguió. ____ se arrodilló junto al baúl y levantó la tapa con una mano. Joe, con amor y remordimientos en el corazón, desvió la mirada de su rostro para observar el baúl abierto. Tardó un minuto en reconocer lo que había dentro. Una rosa seca. La rosa que le había dado el día que habían cabalgado por la orilla del río en busca del ganado. Debajo había un dibujo de un caballo que Eve había hecho con carbón.
—¿Qué has hecho con sus cosas? —preguntó.
—Se las di a Edwina. Todo menos las cartas, claro. Están en el desván.
— ____, no quería que renunciaras a las cosas que son importantes para ti —dijo, acosado por el pesar—. Aquel día estaba enfadado. Dije cosas que no debería haber dicho.
—Dijiste cosas que eran ciertas —movió la cabeza—. Y pensé en ellas después. Los recuerdos de Nick me daban consuelo cuando lo necesitaba. Pero ya no los necesito. Amaba a Nick , pero está muerto —parpadeó—. Es la primera vez que lo digo.
Joe no podría amarla más que en aquel momento.
—Me has enseñado a ser sincera conmigo misma, Joe. Me he estado escondiendo de mí misma, de mis sentimientos, de quien era y de quien quería ser. Me escondía del hecho de que Nick tenía sus cualidades egoístas y ni siquiera afronté que había muerto. Pensaba que si mantenía su sueño vivo, lo mantendría vivo a él. Pero después de un tiempo mi propio sueño pareció cobrar más importancia.
—¿Y cuál es tu propio sueño?
—Un hombre que me ama más que a su sueño.
—Te amo más que a mi sueño, ____. No necesito una fábrica de despiece si a ti no te hace feliz.
—Y yo no necesito este rancho si a ti no te hace feliz, Joe. Podríamos venderlo y empezar en cualquier otra parte.
—¿Lo dices en serio, ____?
—Sí.
Reflexionó en sus palabras y en la idea por unos momentos.
—Creo que deberíamos quedarnos. Y deberíamos enviar a Eve al colegio este otoño.
—¿De verdad?
—Sí. Creo que nadie se lo hará pasar mal después de lo ocurrido.
—Yo tampoco.
—Pero si lo hicieran, tendrían que vérselas conmigo.
—Y conmigo.
Sus labios se unieron.
— Tengo un regalo para ti —dijo ____. Nunca le había regalado nada.
—¿Qué es?
____ se volvió y sacó un sobre del cajón de su mesilla.
—Ábrelo.
Joe dejó la lámpara en la mesilla y abrió el sobre. Dentro había un papel de aspecto oficial. Era un documento de la capital de Colorado que certificaba que la marca Círculo J estaba registrada.
—¿Qué es? —volvió a preguntar.
—Nuestra marca. Ya no es el Círculo T. Les hice un dibujo de la nueva marca. Ves, podemos poner una barra a este lado y cambiar la T a una J.
La importancia de aquel gesto lo dejó atónito.
—Gracias, ____. Gracias no es suficiente. Haces que me sienta como si ya no fuera un mero espectador. No sé qué decir.
—Di que eres feliz.
Joe observó el color miel de su pelo, el arco delicado de sus labios y le acarició la mejilla con la mano.
—Sólo hay una cosa que me haría más feliz.
____ no contestó. Lo condujo otra vez a la cama, ajustó la colcha y las sábanas y se metió con él debajo. Joe la besó con todo el cariño que había albergado hacia ella desde hacía tanto tiempo, haciéndole el amor con más suavidad que nunca y con una nueva reverencia hacia su cuerpo y el hijo que crecía dentro.
____ gritó con la liberación de sus emociones acumuladas y la alegría de saber que Joe la amaba. Mientras dormía a su lado, acarició su pelo, su hombro y escuchó el ruido del viento al batir los álamos.
Joe había pensado siempre que no tenía nada que dar, y le había dado lo más importante de todo... se había dado a sí mismo. Ella en cambio, se había contenido. Sí, había hecho el amor con él, pero había guardado para sí una parte de su ser. Al principio estaba tan preocupada por lo que Nick habría querido para ella que había ignorado lo que quería para sí.
Eso habría sido demasiado arriesgado. Porque, ¿y si se entregaba a Joe y sus sentimientos no eran correspondidos? Había estado tan segura de Nick . Era un amigo para ella.
En cambio, Joe era un poco alocado. Había conocido a otras mujeres e incluso tenía una hija. Entregarse por completo a los demás tenía su riesgo. Pero también lo había sido casarse con Joe, y él nunca la había decepcionado.
Amar a Joe no era traicionar lo que Nick y ella habían compartido, un amor seguro y cómodo. Amar a Joe era cualquier cosa menos cómoda y segura. Y desde luego, era más que un amigo.
¿Pero cuánto tiempo podía seguir huyendo de sí misma?
—¿Joe?
Joe se acurrucó junto a ella.
—¿Joe? —insistió.
—¿Mm?
—Te amo.
La mano de Joe encontró la mejilla de su esposa en la oscuridad.
FIN
____ observó la entrada de los establos con los ojos ardiendo y el corazón en la garganta.
—Es un caballo —dijo conmocionada, sopesando el riesgo—. ¡Un caballo!
—Escúchate —replicó Gwynn a su lado—. Tú has hecho más sacrificios que mucha gente por tu amor por los caballos.
—No sólo por los caballos —dijo ____ moviendo la cabeza—. Por el sueño de Nick . Para que pudiera seguir siendo mío.
—Ni siquiera se paró a pensar si debía hacerlo —dijo Gwynn—. Entró corriendo.
Harley se había acercado y estaba de pie junto a Gwynn. Sostenía a Forrest en los brazos, que seguía sollozando de forma histérica. ____ trató de no imitar su gemido desesperado balbuciendo un rezo ferviente.
Pasó demasiado tiempo. La ansiedad de ____ crecía con cada segundo. Un crujido ensordecedor anunció el hundimiento del tejado; las chispas volaron y una sección cayó sobre la entrada, bloqueando el paso.
Gwynn la sostuvo cuando le fallaron las rodillas. Wilsie también apareció de entre el gentío y ayudó a Gwynn a sentar a ____ en la calle polvorienta. ____ podía oír a Lilly llorando detrás de ellas. Los establos estaban envueltos por llamas ondulantes.
Wilsie abrió el frasco de sales y lo colocó bajo la nariz de ____. La nariz le picó y su visión se aclaró de inmediato.
—Dios mío, Joe —susurró.
No podía estar atrapado en aquel infierno. No podía morir. No podía seguir sin él, no quería. Se llevó la mano a los labios.
Y Eve. Los papeles de la adopción estaban en el bolsillo de su chaleco. ____ no podía concebir volver al rancho y decirle a la niña que algo le había pasado al hombre que adoraba, y que no sólo había perdido a su madre sino al padre que acababa de encontrar.
El hombre al que ____ también adoraba.
Un grito se oyó por el callejón de los establos donde unos hombres estaban cavando una trinchera entre las llamas y el edificio más próximo. Un caballo suelto salió disparado entre los edificios, con la mirada aterrorizada, y los hombres se apartaron a su paso.
A continuación, Joe apareció tambaleante en el claro, con el puño hundido en la crin del pony. El pobre animal cabeceaba y se levantaba sobre sus patas, pero Joe lo mantenía sujeto.
—¡Canela! —gritó Forrest.
Joe condujo al pony hasta sus dueños y Forrest se soltó inmediatamente de los brazos de su padre. Harley contempló las lágrimas que surcaban el rostro manchado de Joe.
—¿Por qué ha hecho eso? —preguntó, y su perplejidad se reflejaba nítidamente en su rostro.
____ se había puesto en pie y corrió hacia Joe. Él extendió el brazo para abrazarla. Olía a humo acre.
—¿Cómo has conseguido salir? —preguntó con alegría y admiración.
—Hice un agujero en la pared del fondo — dijo, todavía respirando de forma entrecortada y tosiendo—. No había muchas llamas en la esquina de atrás, pero no podía ver a través del humo —se frotó los ojos sobre su manga.
—Ven —dijo ____, conduciéndolo hacia uno de los abrevaderos casi vacíos—. Lávate los ojos.
Joe le obedeció, hundiendo la cabeza en el depósito. ____ se levantó el borde de la falda, ofreciéndole sus enaguas blancas para secarse la cara.
—La he ensuciado —se disculpó Joe, poniéndose otra vez en pie.
—No me importa si me has manchado las enaguas. Casi te he perdido ahí dentro, ¡tonto!
—____, ya había entrado antes, sabía que el fuego se había extendido por el frente y uno de los costados. Pero no esperaba que el humo fuese tan intenso.
—No vuelvas a hacer eso nunca más —le exigió, tratando de mantener la compostura—. ¡Prométemelo!
—Te lo prometo —dijo con una sonrisa.
____ se arrojó a sus brazos, sin importarle quién la veía o lo que pensaran de ella.
—Joe, tenía tanto miedo.
Tye le acarició la mejilla con el pulgar y la sostuvo con fuerza.
—Ya no volverás a tenerlo.
—Me niego.
Se maravilló de su fuerza masculina, de su abrazo y de sus palabras tranquilizadoras. Lo amaba.
El sentimiento la rozó, retándola a que se fijara en aquel amor, pero Joe se apartó.
—Siéntate lejos del fuego mientras yo ayudo al resto de los hombres a apagar las llamas que quedan.
____ observó cómo se alejaba con un nudo en la garganta. Harley también se unió a los hombres y las mujeres y los niños observaron en silencio mientras el peligro del incendio pasaba. Al final, los restos chamuscados de la cuadra se alzaron en forma de ascuas ante el sol de la tarde. Cansados y cubiertos de cenizas, los hombres regresaron a sus casas y a sus lugares de trabajo. Joe se acercó a ____ con Harley detrás.
—Gracias, señor Jonas —dijo Harley a su espalda.
Joe se detuvo delante de ____ y se volvió para observar la expresión incómoda del hombre. Gwynn estaba a pocos pasos de distancia, reflejando satisfacción en su bonito rostro. Wilsie se encontraba detrás de ella, y su mirada cautelosa se posaba en Joe y en los demás alternativamente.
—Gracias, señor Jonas —repitió Forrest con su voz infantil. Asió la crin del pony con firmeza—. Papá, ¿dónde guardaremos ahora a Canela?
Era evidente que Harley no había tenido tiempo de pensarlo.
—Pueden dejarlo en el rancho —dijo Joee de inmediato—. Estoy seguro de que allí estará cómodo hasta que construyan otros establos. Hay espacio de sobra en el granero y podrá trotar y pastar.
—¿Podemos llevarlo allí, papá? —preguntó Forrest, mirando a su padre con esperanza.
—Bueno... supongo que sí.
—Bien —dijo Joe—. Tenemos aquí nuestro carromato, si quiere que nos lo llevemos ahora. Tengo que volver al trabajo.
Harley y Joe se alejaron con Forrest y el pony. ____ y Gwynn intercambiaron una mirada de sorpresa y los siguieron, con Wilsie en los talones. Lilly, que forcejeaba para soltarse de Edwina, se separó y corrió hacia su madre. Gwynn la abrazó y tomó su mano.
Edwina miró a las mujeres con expresión tímida y las siguió por detrás. ____ recordó que había estado avergonzando a su ex suegra cuando toda aquella pesadilla había comenzado. Para su enorme sorpresa, Edwina se adelantó y le tocó el brazo mientras caminaban a paso rápido detrás de los hombres.
—¿Te sientes bien para ir en el carro? — preguntó—. Podrías venir a casa y descansar un rato.
—Creo que me sentiré mejor volviendo a casa —contestó ____—. Además, Gus y Eve empezarán a preocuparse si nos retrasamos mucho.
—¿Ese anciano es capaz de cuidar de ella como es debido? —preguntó con el ceño fruncido.
____ habría reído si su cuerpo no le temblara todavía del susto que había pasado. Edwina no sería Edwina si no tuviese nada que criticar.
—Se vale muy bien.
Joe ayudó a Harley y a Forrest a atar al pony con fuerza a la parte de atrás del carro.
—¿No se cansará de andar hasta su casa? —preguntó Forrest—. ¿No debería ir ahí? —dijo señalando la caja del carromato.
—Tal vez sea pequeño, pero tiene fuerza — contestó Joe—. Se asustaría demasiado si intentáramos subirlo al carro.
—¿Cuándo podré ir a verlo? —preguntó Forrest.
Su rostro todavía tenía manchas rojas de haber estado llorando.
—Cuando quieras —respondió Joe con una sonrisa cansada.
—Tal vez sea muy atrevido por mi parte — dijo Gwynn, con Lilly a su costado—, pero si no tenéis otros planes, ¿por qué no vamos a comer después de misa este domingo? Llevaré mis panecillos de mantequilla y mi tarta de nueces.
____ se preguntó si había oído bien. Se preguntó si se habría desmayado y estaba teniendo un sueño imposible.
Las miradas en los rostros de los demás le indicaron que estaba despierta y que Gwynn había tomado la iniciativa y había hecho una sugerencia que podía aliviar los sentimientos heridos. Forrest sonrió. Harley eludió el contacto visual y observó las puntas de sus botas antes brillantes. Wilsie parpadeó como un pollito, escrutando los rostros de los demás. Las mejillas de Edwina enrojecieron, pero no hizo ninguna objeción. ¿Qué podría haber dicho cuando Joe acababa de salvar a su nieto y al pony?
Joe miró a ____, reflejando incertidumbre en sus rasgos.
—Creo que es una idea maravillosa —consiguió responder ____ finalmente—. Nada me hace más feliz que tener compañía durante la comida del domingo. Gus y Purdy comen con nosotros —añadió a modo de advertencia para Edwina. No excluiría a los hombres que le habían sido tan fieles sólo porque el apellido Jonas hubiese merecido una estima repentina.
Si querían aceptar otra vez a ____, tendrían que aceptar a Joe y a Eve y también a sus ayudantes.
—Decidido entonces —declaró Gwynn—. Hasta el domingo.
Joe subió a ____ al asiento y ella despidió a los Telford con la mano mientras se alejaban.
—No puedo creer que arriesgaras tu vida por un caballo, Joe —le dijo con reproche.
—He arriesgado mi vida por razones menos agradecidas.
—Pero ahora tienes una familia. Tienes una esposa y una hija —____ no pudo descifrar la mirada de sorpresa que le dirigió—. Tienes que pensar en Eve —declaró.
Joe había perdido su sombrero en algún momento y parpadeó bajo el sol de la tarde.
—Nunca había tenido una familia —dijo, y su mirada reflexiva le acarició el rostro, el pelo. Todavía tenía manchas de ceniza bajo la barbilla y junto al ojo. Su pelo se había secado en ondas sueltas—. En el futuro, lo recordaré.
—Más te vale.
El temor y el alivio evidentes de ____ fueron una sorpresa para Joe. Meditó en sus reacciones y en sus palabras al día siguiente mientras sacaba heno del carro con una horca y lo depositaba en un montón enorme junto al granero.
Aquella situación era nueva para él. ___ se había comportado como si él le importara. Lo había regañado, pero lo había tocado como para asegurarse de que estaba vivo. Había derramado lágrimas de alivio.
Y todo eso había sido después de su magnífica declaración en el café. Joe estaba acostumbrado a ignorar las puyas, e incluso se enorgullecía de su habilidad para no dejar que los comentarios lo provocaran. Pero nunca había tenido una defensora. No la necesitaba, pero le había agradado oír lo que decía de él. Le había llamado un hombre amable y maravilloso. Más aún, había afirmado que era ____ Jonas. Delante de una docena de personas, había negado ser una Telford. Todavía podía verla, con el rostro sonrojado, sus ojos de color miel lanzando chispas de cólera y su espalda rígida de indignación.
Había pensado tanto tiempo en ella como en la esposa de Nick que no concebía pensar en ella como suya. No era lo bastante bueno para ____... ¿Pero Nick lo habría sido?
Tener una hija era maravilloso, pero su vida no sería completa hasta no tener verdaderamente a una esposa. ____ se había sentido dolida ante el hecho de que Eve fuera su hija. Lo comprendía, pero no podía cambiarlo. Siempre había pensado que podría demostrar que era merecedor de ella, pero no lo había logrado.
«Ahora tienes una esposa y una hija», le había dicho. Ni siquiera ____ había comprendido la importancia de aquellas palabras.
Animado por aquella declaración reveladora, el trabajo le resultó liviano y placentero. Por fin tenía una meta. Y tal vez tuviera a alguien que se preocupaba por él. Tal vez ____ empezara a pensar en él como en su marido.
El domingo, la noticia del fuego y la participación de Joe en él se había propagado por toda la ciudad. El tono de los susurros que recorrían la congregación tenían un sonido totalmente distinto. Joe seguía tocando el órgano, aunque Fiona ya no llevaba el brazo en cabestrillo, y según los últimos rumores, en realidad no se había torcido la muñeca. El reverendo Baker y ella habían ideado un plan para convertir a Joe en el músico de la parroquia.
Fuese cual fuese el medio, el resultado final agradó a todos. La manera de tocar de Joe añadía una dimensión nueva al oficio religioso. Después de la misa, Joe y ____ recibieron los saludos agradables de los asistentes y ella se deleitó con el cambio de actitud. Joe, en cambio, parecía reacio a confiar en aquel cambio de parecer. Hablaba con educación y sonreía, pero ____ tenía la impresión de que mantenía su reserva.
Aunque también le parecía que se comportaba así con ella, así que tal vez fuese solamente su forma de ser.
____ había hecho los preparativos de la comida la noche anterior, y cuando los Telford llegaron al rancho la mesa estaba dispuesta con la vajilla de porcelana y la cocina olía a carne asada y salsa con especias.
Edwina contempló la mesa y la habitación. Sólo había estado allí en contadas ocasiones cuando Nick estaba vivo, y siempre había criticado la falta de comodidades. En aquella ocasión, se mordió la lengua. ____ sabía que había un gran abismo entre aquella cocina funcional y el comedor con paredes revestidas de madera de los Telford, pero no se avergonzaba de la diferencia.
Edwina vagó un rato por la otra habitación y regresó.
—____, tienes una galería.
____ sonrió para sus adentros.
—Joe la ha construido.
—¿Las sillas y el balancín también?
—Sí.
—¿No es una época de mucho trabajo? Me sorprende que sacara tiempo de las vacas y de lo que sea que hacéis los rancheros para construir algo por pura diversión.
____ dejó de aplastar la sartén llena de patatas por un momento para levantar la vista con expresión reflexiva.
—Sí, hemos estado muy ocupados. Sacó tiempo entre tarea y tarea. Cuando le pregunté por qué, dijo que lo había hecho porque yo quería un porche.
El hecho de que Nick nunca le hubiese construido un porche no fue expresado pero no por ello pasado por alto,
—Me parece muy romántico —dijo Gwynn con una sonrisa tímida.
____ ignoró la broma y batió las patatas.
Diez minutos después, tocó la campana, y los niños y hombres hambrientos se apresuraron a entrar en la casa. Eve se encaramó a su banco junto a la silla de Joe y, contemplando a los extraños, se acercó tanto a él que ____ pensó que se iba a caer al suelo.
Encontró una banqueta en la alacena y sentó en ella a Eve para que pudiera estar más cerca de Joe. Joe dejó que la niña se acurrucara contra él mientras le preparaba su plato. Todo el mundo hizo una pausa mientras bendecía brevemente la mesa y luego se pasaron las fuentes y los cuencos. ____ se sentía orgullosa de tener comida de sobra para todos sus invitados y contenta de que estuvieran allí.
Gus y Purdy se habían puesto sus mejores camisas y se habían engominado sus escasos cabellos. El bigote de Purdy era una obra de arte.
Forrest dejó caer accidentalmente un cuenco de loza con un resto de guisantes y beicon. Harley empezó a regañarle, pero Joe levantó una mano, se puso en pie y salió a la puerta.
Capitán entró y Joe levantó el cuenco y señaló lo que había caído al suelo. El perro lo lamió en un periquete y los adultos prorrumpieron en risas igual que los niños.
—¿Eso solías hacer con tu comida? —le preguntó ____ en un susurro.
—Sólo con un panecillo —contestó Joe. ____ se rió—. Aunque Gus solía comer una parte cuando no estabas mirando —reconoció.
____ apretó su brazo... y sorprendió la mirada centelleante de Gwynn. El calor ascendió por sus mejillas.
Después de la comida, Gus echó a las mujeres al porche y se encargó del fregado.
—¿Siempre hace eso? —preguntó Edwina con ojos muy abiertos de admiración.
—Los domingos —contestó—. Aunque me ayuda con las comidas todos los días.
—Cielos, es como tener tu propia criada — exclamó Edwina.
—Más bien como tener otro miembro de la familia —la corrigió ____ con suavidad—. Pago tan poco a Gus y a Purdy que pienso en ellos como tal. Han estado aquí desde que Nick compró el rancho y se quedaron conmigo durante la guerra.
—¿Cómo está tu huerto, ____? —preguntó Gwynn.
—Las judías están altísimas —replicó.
—Vayamos a echar un vistazo.
____ y Gwynn se disculparon ante Edwina, Wilsie y los niños, se pusieron las tocas para el sol y salieron a observar las plantas.
—No sabía que te interesaran las plantas — dijo ____ levantando una ceja.
—Todo lo que empieza a crecer me fascina —contestó con una sonrisa misteriosa.
____ señaló las remolachas, los nabos y las zanahorias, y el melón y las calabazas que Joe había plantado.
—¿Cuánto tiempo vas a seguir guardando el secreto, ____?
____ desvió la mirada de las hojas amplias y las plantas trepadoras para mirar a Gwynn.
—¿Qué secreto?
—Vamos, ____. El bebé, por supuesto.
Meg la miró con curiosidad.
—¿Qué bebé?
—No lo sabes —la expresión de Gwynn era de absoluta perplejidad.
—¿Que no sé el qué? Dime.
—Los mareos que has tenido... seguramente te has sentido mal en más de una ocasión. ¿Desde cuándo no tienes el periodo?
____ sintió que la cabeza le daba vueltas con las implicaciones.
—Pensaba que sólo era el calor, pero nunca me había afectado de esa manera. No lo he tenido desde... no sé desde cuándo.
—¿No sientes diferente tu cuerpo?
Meg pensó en la pesadez de sus senos.
—Sí.
—Vas a tener un bebé, ____.
____ se quedó mirando a Gwynn hasta que su rostro se tornó borroso. Parpadeó y contempló el cielo azul intenso. ¿Un bebé? ¿Podía ser cierto? ¿Ya llevaba un bebé en su seno?
—Cielos —susurró, parpadeando para contener las lágrimas.
Gwynn la abrazó.
—Te ama mucho.
—¿Joe?
—Por supuesto que Joe, tonta —rió—. ¿Quién si no? Es tan obvio que hasta Edwina tiene que reconocerlo.
—¿Lo es?
—Te mira como si fueras una especie de princesa. Es atento, y te ha construido un porche. Vaya, casi siento envidia por el amor que tienes.
—Harley te ama.
— Sí, ahora sí. Pero se casó conmigo porque era de buena familia.
—Joe no se casó conmigo por pasión precisamente —replicó ____.
—Pero la siente, no puedes negarlo.
____ pensó en la relación con su marido. No, no podía negarlo.
Y un bebé. La idea la llenó de alegría.
El resto de la tarde pasó agradablemente. Los niños jugaron y se turnaron para montar al pony, que se adaptó de inmediato a su nuevo entorno.
____ enseñó a Wilsie el vestido que le estaba haciendo a Eve y Wilsie preguntó si podía aportar una combinación de encaje. Edwina disfrutó del balancín y la limonada y reconoció que el aire fresco era bueno para los niños.
Joe y Harley pasaron un rato con los caballos y luego se reunieron con los niños en el jardín. Cuando los Telford subieron a su calesa y se fueron, ____ agradeció el silencio.
En el porche, Eve jugaba con su muñeca y Joe y ____ estaban sentados en el balancín, admirando la puesta de sol.
—Gracias por el porche, Joe. Creo que no te he dado las gracias como es debido.
—De nada —contestó fácilmente—. ¿Has disfrutado de la visita?
—Sí. Me complace que te hayan aceptado.
—Ojalá me hubieran aceptado antes del fuego.
—Sí, pero hizo falta un incendio para demostrarles qué clase de persona eres. Harley es de buena familia, pero ¿lo viste correr tras el caballo de su hijo?
—Es evidente que no es tan tonto como yo. ¿No me llamaste así?
—Fue un acto de valentía. Eres valiente.
—Tonto. Perdí mi sombrero.
____ sonrió.
—Era un sombrero estupendo, pero puedes comprarte otro —observó la esfera naranja sobre el lejano horizonte—. Vayamos mañana a la ciudad para pedir el préstamo para la fábrica de despiece.
—¿Es eso lo que quieres?
—Sí.
Todo había ido mejor de lo que había imaginado. Y tenía un secreto maravilloso. Le puso la mano en el brazo, y en la penumbra, Joe la miró. ____ sonrió. No podía esperar a contárselo.
Eve se acercó al balancín y Joe se inclinó para levantarla y colocarla sobre su regazo. ____ la observó con satisfacción, sorprendida de poder amar tanto a dos personas. Los deseos de su corazón habían cambiado por completo, pero nunca habían estado más claros. Su mayor anhelo era ser una esposa para Joe y una madre para Eve... y una buena madre para su nuevo hijo. Joe tomó la mano de ____ y la apretó.
—¿Recuerdas ese bebé del que hablabas, Eve? —dijo ____ en voz baja.
—¿Qué bebé? —contestó con la cabeza apoyada en el pecho de Joe.
—Querías saber cuándo Dios nos iba a dar un bebé.
—Me acuerdo.
____ sintió que su corazón palpitaba de emoción, como si estuviera en lo alto del granero a punto de saltar.
—Bueno, Dios nos ha dado uno.
—¿De verdad?
—Sí.
—¿Dónde está? —preguntó con ojos muy grandes y expresión sorprendida.
—En mi tripa. Tardará un tiempo en nacer.
Los dedos de Joe se cerraron sobre los de ____. Volvió la cabeza para mirarla a los ojos.
—¿Es un niño o una niña? —preguntó Eve.
—No lo sé. Tendremos que esperar.
—____ —dijo Joe con voz ronca.
____ no podía verlo por las lágrimas que llenaban sus ojos.
Joe se llevó su mano a los labios y le besó las yemas de los dedos. ____ se apoyó en él y levantando la cabeza para besar a ____, Joe aplastó a Eve entre ellos, y la niña se removió y los abrazó a los dos.
—____ —volvió a decir Joe, con voz incrédula— . ¿Un bebé?
____ asintió, apoyando la frente sobre la suya.
—¿El bebé también será mío? —preguntó Eve.
____ la besó en lo alto de la cabeza.
—Será tu hermano o hermana puesto que ahora legalmente somos tus padres.
—Pero no tengo que llamarte mamá —dijo Eve enseguida.
—No, llámame ____ si quieres. Sé que tienes una mamá de verdad y no importa.
Y así era. Eve había amado a su madre y era injusto que ____ pensara que podía olvidarla fácilmente o no lamentar el hecho de que ya no estuviera. ¿Cuántas veces se había enfadado con Nick por dejarla en apuros? Una nueva madre no sustituía a una anterior.
Como un nuevo marido no sustituía al anterior. Pero Joe añadía una dimensión nueva a su vida, una dimensión que nunca habría conocido si Nick no se hubiese muerto.
Tal vez si era paciente también podría ser alguien especial para Eve. Había aprendido a amar a la niña más de lo que creía posible.
Quería ser una madre para ella.
Más tarde, cuando se metieron en la cama con la lámpara todavía encendida, Joe estrechó a ____ y le acarició el pelo.
—¿El bebé te hace feliz, ____?
—Por supuesto—. ¿Y a él? —Me pregunto si la noticia es menos emocionante porque acabas de saber que Eve es hija tuya.
—Te equivocas. Este bebé es especial porque es lo único que yo te he dado que Nick no te ha dado primero.
Aquellas palabras le atravesaron el alma. Pero no eran ciertas. Joe le había dado tantas cosas...
—¿Y tú? —preguntó, incorporándose—. Ya tienes a Eve.
—Quiero a Eve tanto como se puede querer a una hija, pero no amaba a su madre. Esto es distinto.
—¿En qué sentido?
Joe se quedó callado durante varios minutos.
—Te he admirado desde la primera vez que te vi —le dijo—. Pensé que eras la niña más bonita del colegio. Y la más amable. Tú me hablabas cuando las demás me ignoraban. Me he pasado la vida siendo un mero espectador, y tú estabas en el centro de todo. Te vi crecer y hacerte cada vez más bonita. Vi lo feliz que eras con Nick y supe que nunca tendría a una mujer tan preciosa y perfecta como tú.
—Disto mucho de ser perfecta —negó ____, pero Joe la ignoró.
—Cuando me propusiste la idea de casarnos para salvar el rancho, no pude creer tal golpe de suerte. Hizo falta la desgracia de muchos para tener la oportunidad, pero al menos pude casarme con la dulce ____. Aunque a veces se me sube a la cabeza.
—¿Qué quieres decir?
—A veces me olvido de por qué estamos casados. Tú amas a Nick , nunca me prometiste nada distinto. Tenía una espalda fuerte que ofrecer y es toda tuya.
—Eres tonto.
—Eso dices siempre. Lo que pasa es que siempre te he amado, ____. Y te amo. Pero nunca ha sido bastante.
Sus palabras conmovieron su corazón y calmaron su espíritu. La amaba.
—Siento no haberlo sabido —susurró.
—No habría cambiado nada —dijo—. Amas a Nick.
Sí, había amado a Nick de todo corazón. Pero había seguido adelante sin él. Y se había forjado una nueva vida.
—Sí que amaba a Nick —dijo ¬¬¬¬____—. No puedo cambiarlo, como tampoco que seas el padre de Eve. No importa. Eso nos ha hecho quienes somos hoy, pero podemos seguir adelante.
—Estoy cansado de ser una sombra, ____ — dijo, con dolor en la voz—. Nunca superaré sus recuerdos, y no quiero intentarlo. No quiero dormir contigo con las cosas de Nick al pie de la cama.
____ apartó a un lado la colcha, se levantó y tomó la lámpara.
—Ven.
Joe se enrolló la colcha alrededor de la cintura y la siguió. ____ se arrodilló junto al baúl y levantó la tapa con una mano. Joe, con amor y remordimientos en el corazón, desvió la mirada de su rostro para observar el baúl abierto. Tardó un minuto en reconocer lo que había dentro. Una rosa seca. La rosa que le había dado el día que habían cabalgado por la orilla del río en busca del ganado. Debajo había un dibujo de un caballo que Eve había hecho con carbón.
—¿Qué has hecho con sus cosas? —preguntó.
—Se las di a Edwina. Todo menos las cartas, claro. Están en el desván.
— ____, no quería que renunciaras a las cosas que son importantes para ti —dijo, acosado por el pesar—. Aquel día estaba enfadado. Dije cosas que no debería haber dicho.
—Dijiste cosas que eran ciertas —movió la cabeza—. Y pensé en ellas después. Los recuerdos de Nick me daban consuelo cuando lo necesitaba. Pero ya no los necesito. Amaba a Nick , pero está muerto —parpadeó—. Es la primera vez que lo digo.
Joe no podría amarla más que en aquel momento.
—Me has enseñado a ser sincera conmigo misma, Joe. Me he estado escondiendo de mí misma, de mis sentimientos, de quien era y de quien quería ser. Me escondía del hecho de que Nick tenía sus cualidades egoístas y ni siquiera afronté que había muerto. Pensaba que si mantenía su sueño vivo, lo mantendría vivo a él. Pero después de un tiempo mi propio sueño pareció cobrar más importancia.
—¿Y cuál es tu propio sueño?
—Un hombre que me ama más que a su sueño.
—Te amo más que a mi sueño, ____. No necesito una fábrica de despiece si a ti no te hace feliz.
—Y yo no necesito este rancho si a ti no te hace feliz, Joe. Podríamos venderlo y empezar en cualquier otra parte.
—¿Lo dices en serio, ____?
—Sí.
Reflexionó en sus palabras y en la idea por unos momentos.
—Creo que deberíamos quedarnos. Y deberíamos enviar a Eve al colegio este otoño.
—¿De verdad?
—Sí. Creo que nadie se lo hará pasar mal después de lo ocurrido.
—Yo tampoco.
—Pero si lo hicieran, tendrían que vérselas conmigo.
—Y conmigo.
Sus labios se unieron.
— Tengo un regalo para ti —dijo ____. Nunca le había regalado nada.
—¿Qué es?
____ se volvió y sacó un sobre del cajón de su mesilla.
—Ábrelo.
Joe dejó la lámpara en la mesilla y abrió el sobre. Dentro había un papel de aspecto oficial. Era un documento de la capital de Colorado que certificaba que la marca Círculo J estaba registrada.
—¿Qué es? —volvió a preguntar.
—Nuestra marca. Ya no es el Círculo T. Les hice un dibujo de la nueva marca. Ves, podemos poner una barra a este lado y cambiar la T a una J.
La importancia de aquel gesto lo dejó atónito.
—Gracias, ____. Gracias no es suficiente. Haces que me sienta como si ya no fuera un mero espectador. No sé qué decir.
—Di que eres feliz.
Joe observó el color miel de su pelo, el arco delicado de sus labios y le acarició la mejilla con la mano.
—Sólo hay una cosa que me haría más feliz.
____ no contestó. Lo condujo otra vez a la cama, ajustó la colcha y las sábanas y se metió con él debajo. Joe la besó con todo el cariño que había albergado hacia ella desde hacía tanto tiempo, haciéndole el amor con más suavidad que nunca y con una nueva reverencia hacia su cuerpo y el hijo que crecía dentro.
____ gritó con la liberación de sus emociones acumuladas y la alegría de saber que Joe la amaba. Mientras dormía a su lado, acarició su pelo, su hombro y escuchó el ruido del viento al batir los álamos.
Joe había pensado siempre que no tenía nada que dar, y le había dado lo más importante de todo... se había dado a sí mismo. Ella en cambio, se había contenido. Sí, había hecho el amor con él, pero había guardado para sí una parte de su ser. Al principio estaba tan preocupada por lo que Nick habría querido para ella que había ignorado lo que quería para sí.
Eso habría sido demasiado arriesgado. Porque, ¿y si se entregaba a Joe y sus sentimientos no eran correspondidos? Había estado tan segura de Nick . Era un amigo para ella.
En cambio, Joe era un poco alocado. Había conocido a otras mujeres e incluso tenía una hija. Entregarse por completo a los demás tenía su riesgo. Pero también lo había sido casarse con Joe, y él nunca la había decepcionado.
Amar a Joe no era traicionar lo que Nick y ella habían compartido, un amor seguro y cómodo. Amar a Joe era cualquier cosa menos cómoda y segura. Y desde luego, era más que un amigo.
¿Pero cuánto tiempo podía seguir huyendo de sí misma?
—¿Joe?
Joe se acurrucó junto a ella.
—¿Joe? —insistió.
—¿Mm?
—Te amo.
La mano de Joe encontró la mejilla de su esposa en la oscuridad.
FIN
Julieta♥
Re: ♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
Bueno chicas hasta aqui llego esta nove
yo la ame y me la he leido como 20 mil veces jejeje ps tampoco pero si varias veces
gracias por leerla y por todos sus comentarios
besossssssss
yo la ame y me la he leido como 20 mil veces jejeje ps tampoco pero si varias veces
gracias por leerla y por todos sus comentarios
besossssssss
Julieta♥
Re: ♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
juli te puedo decir juli?? :)
jajajajaja
me necantoooo enserio fue
hermosaaa hermosiisiima
la nove
me necnato de principi a fin
gracais por subirla
jajajajaja
me necantoooo enserio fue
hermosaaa hermosiisiima
la nove
me necnato de principi a fin
gracais por subirla
andreita
Re: ♥Recuerdos♥...(joe & Tu)...Adaptacion
NO PUEDO CREER QUE LA NOVE TERMINARA PERO BUENO TODO TIENE SU FINAL SOLO TE PUEDO DECIR QUE ME ENCANTO LEERLA :)
lorenitajonas
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