Re: [Resuelto]"Noches Traviesas" (Kevin y tu)Terminada

por **aranzhitha** Miér 20 Jun 2012, 5:51 pm

Continuación....
La abrió un poco más un segundo antes de que los dientes mordieran la carne del interior y le diera vehementes golpecitos con la lengua. Ella trató de enderezarse para escapar del latigazo de sensaciones que estallaron por su cuerpo.
—Quédate quieta —ordenó fuertemente, presionando una mano en su espalda un segundo antes de que su lengua golpeara la estrecha grieta. ______ se puso de puntillas. El completo erotismo de lo que él le estaba haciendo le marcaría el alma para siempre. La lengua dio golpecitos por el estrecho valle, encontrando la entrada diminuta y prohibida, y azotó contra la carne llena de terminaciones nerviosas con destructivas caricias.
—Maldición, ________, me conviertes en un salvaje —gruñó detrás de ella mientras levantaba la cabeza. Una mano aterrizó en una nalga redondeada con una fuerte acaricia que envió un rayo de placer por sus terminaciones nerviosas. Ella dio un tirón, se estremeció, y trató otra vez de levantarse de encima del escritorio.
—No te muevas. Me debes esto. Ocho jodidos años de sueños, me lo debes. —La mano aterrizó en el lado opuesto del trasero, enviando un calor ardiente a través de ella, de placer/dolor que bordeó el orgasmo. ______ oyó su propio gemido de rendición. Levantó el trasero hacia él, y un grito escapó de sus labios cuando su mano volvió a aterrizar. Y otra vez. Dulce Dios.
—Otra vez. —Se oyó gritar las palabras, supo que estaba corcoveando, que presionaba hacia atrás, rogando más del dulce placer/dolor. Y él le dio más.
—¿Te gusta así, _______ Ann? —Él gimió detrás de ella, la mano le acarició el trasero antes de que otra caricia ardiente aterrizara en la carne. Nunca en el mismo lugar lo bastante a menudo para arrastrarla de la neblina sensual que él construía en su mente. Nunca lo bastante fuerte para bajarla de las alturas eróticas que le golpeaban las venas. —Sí —gritó ella.
Y le gustaba. Demasiado. Una parte distante del cerebro conectó los puntos. Sabía lo que le estaba haciendo cada toque, lo que creaba cada bofetada ardiente contra su trasero. La estaba atrayendo más profundamente a la red que él tejía alrededor de su alma. Asegurándose de que ella le pertenecería para siempre. Que su alma siempre lo seguiría, independientemente que la de él siguiera a la suya o no. Kevin miró como el culo de _______ se volvía de un bonito y ardiente rosa. Lo hipnotizaba. Ver que su cuerpo aceptaba cada caricia delicadamente colocada. Nunca demasiado fuerte. Siempre solo lo bastante para calentar más que quemar. Y la calentaba. No solo la carne. Las piernas se separaron más, siguiendo sin pensar la dirección de la mano de él bajo su rodilla mientras le levantaba el pequeño pie al cajón del escritorio que había abierto. Lo sostuvo en el borde, mirando como su trasero se separaba, como se revelaban los pliegues de suaves rizos entre los muslos. El rocío brillaba en esos pliegues. Pequeñas gotitas suaves y dulces que le hacían agua la boca por saborear, por lamer. Separó las suaves nalgas de su trasero una vez más y se inclinó hacia delante, gimiendo mientras la lengua encontraba el centro ardiente del coño y el almíbar caliente que lo llenaba. _______ se estremeció, gritó su nombre, y apretó hacia atrás, dándole más, rogando una caricia más profunda. Todavía no. Infierno no, todavía no. Cuándo terminara, quería estar seguro de que ni una sola insinuación de sus amantes anteriores permaneciera en los sueños de ______. Tenía la intención de marcar su cuerpo y su alma con su toque, su posesión. Cuando el verano acabara, dejarle sería para ella como arrancarse su propia alma. Se aseguraría de ello. Tenía que asegurarse de eso, porque no podía imaginar perderla. Casi se detuvo ante el pensamiento. Kevin, siendo posesivo. Era malditamente inaudito, pero lo era. Tan posesivo que gruñó, le pellizcó el suave trasero, luego sacó la lengua y la introdujo en las calientes profundidades líquidas de su coño mientras se deslizaba de la silla para arrodillarse detrás de ella. Deslizando los jugos dulces y resbaladizos desde el coño al trasero, lubricó el pequeño agujero lo bastante para que tomara la punta de un dedo. Ella se estremeció, gritó, luego empujó atrás enterrando el dedo hasta el primer nudillo mientras él la follaba profundamente con la caliente lengua. Ella era como fuego, ardiendo en sus brazos. Cada vez que la tomaba, más recuerdos de la noche de hace mucho tiempo se unían dentro de la cabeza. Se retorcían, se juntaban y corrían por su mente con una fuerza que lo dejaba jadeante. Lo había tomado entonces como lo tomaba ahora: con ansia, con vehemencia, gritando su nombre con esa vocecita rota llena de necesidad. Echándose para atrás la giró, ignorando sus pequeños chillidos frenéticos de negación, y la levantó al escritorio.
—Túmbate. —Su propia voz lindaba la demencia—. Túmbate, ______. Dame lo que necesito. Ahora.
Ella se tumbó, el pelo cayó en abanico alrededor de la cabeza empapada en sudor mientras echaba las manos atrás y se agarraba al borde del escritorio. Kevin le abrió las piernas lentamente mientras las levantaba, colocando los pies en el borde más bajo del escritorio y mirando fijamente a los hinchados y mojados pliegues que le esperaban. Se dobló hacia delante, cerrando los ojos cuando la lengua efectuó una lamida lenta y ávida por la estrecha abertura. _____ brincó bajo él, levantó las caderas y un gemido bajo abandonó sus labios. Los sonidos que venían de su garganta le estaban volviendo loco.
—El coño más dulce del mundo —le dijo suavemente mientras se recostaba, moviendo los dedos suavemente sobre los rizos mojados y mirándola fijamente—. ¿Te lo depilarás para mi, _____? ¿Te quitarás esos bonitos rizos para que pueda saborear tu piel, lamer todos tus jugos y mostrarte cuán dulce y caliente puede ser cuándo nada te oculta de mí? ¿Harás eso para mí, cariño?
Sacó el tubo de lubricante del cajón abierto mientras permitía que los dedos de la otra mano acariciaran las curvas empapadas.
— Kevin. —Había un borde de vacilación y angustia femenina en su tono. Pero las caderas se levantaron hacia él, su cuerpo buscando inconscientemente más. Moviéndose lentamente, Kevin se esparció gel lubricante en los dedos, lo dejó calentarse y luego bajó los labios a la suculenta carne ante él, mientras los resbaladizos dedos se movían hacia el suave portal de más abajo. Ella gritó su nombre otra vez cuando presionó contra la entrada del ano. Las caderas dieron tirones, se levantaron y un rasgado grito llenó el aire cuando perforó el estrecho canal. La lengua chasqueó alrededor de su clítoris, luego lo atrajo al interior de su boca mientras un segundo dedo penetraba en su apretado culo. Dios, ella era jodidamente caliente. Se retorcía bajo él, sus jugos se derramaban. La polla le dolía como una herida abierta, y sus pelotas estaban tan apretadas contra su cuerpo que agonizaban. —Contéstame, carita-linda —gimió, levantando los labios del dulce coño y la miró fijamente mientras trabajaba con los dedos dentro del tierno agujero—. ¿Harás eso por mí? Te depilarás el coño. Lo harás resbaladizo y suave para mí.
Alcanzó el cajón y sacó el pequeño tapón anal que había tomado del paquete antes. A ella le gustaba ese punto de dolor. Le gustaba el ardiente placer que quemaba sus terminaciones nerviosas y hacía la necesidad para el orgasmo una angustia erótica.
—Sí —siseó—. Lo que sea. Lo que quieras.
Sacó los dedos del trasero.
—No. No pares —imploró de forma jadeante—. Todavía no, no pares.
—Shh, nena. No estoy parando. Voy a hacerlo mejor. —Lubricó el estrecho juguete—. Mucho mejor.
Se enderezó, le levantó las piernas y las juntó antes de presionarlas hacia atrás. Ella abrió los ojos de golpe. Ahora casi negros por la excitación, lo miraron cautelosamente, con conocimiento. Sabía lo que venía. Había visto los juguetes, sabía que no esperaría mucho tiempo antes de utilizar uno de ellos. Él presionó la estrecha punta contra la diminuta y fruncida apertura.
—No —susurro ella—. El juguete no. Te deseo ahí.
La polla dio un tirón mientras una sonrisa le tensaba la cara.
—Estaré ahí más tarde, cariño —prometió—. Quiero que sepas como es esto. Llenada de un extremo al otro. Tan caliente y apretada que no sabrás donde termina el placer y empieza el dolor, porque todo será tan malditamente bueno que no podrás parar de correrte.
El juguete se movió despacio dentro de ella, estirándola, haciéndola arquearse y lloriquear con la sensación mientras él miraba como el placer le retorcía la cara. Kevin utilizó el juguete dentro de ella, moviéndolo despacio, mirando cómo el pequeño agujero se expandía para acomodar el juguete y por último alrededor de la base más estrecha. Miró cómo los músculos de su culo se tensaban y se flexionaban mientras ella luchaba por ajustarse al estiramiento. Oyó sus murmurados gemidos mientras recogía el pequeño mando que activaría la vibración en su interior. Le recolocó los pies en el borde del escritorio, apretó el interruptor y gruñó cuando ella brincó, corcoveando. Las caderas comenzaron a moverse, oscilando y brincando mientras el tapón empezaba no solo a vibrar sino también a doblarse en su interior. Ella abrió los ojos de repente. Entre los muslos, los jugos comenzaron a juntarse en los suaves pliegues y en los sedosos rizos. Su cuerpo se ruborizó, los pezones se apretaron.
—Oh Dios, Kevin. —Se arqueó hacia él mientras él daba un paso más cerca, su polla agarrada en la mano, metiendo la pesada cresta en la flexible abertura—. Oh Dios. Fóllame. Fóllame, Kevin. Antes de que esto me mate...
Kevin tuvo que luchar por el control. La sensación del sedoso calor mojado en la cresta de su polla le hizo apretar los dientes mientras luchaba por controlarse. Solo un poco más de control. Solo otro minuto para saborear su rendición, su placer. Pero ella estaba tan jodidamente caliente. Y él sabía cuán apretada estaba, cuán hambriento estaba su coño cuando estaba tan excitada. Y él necesitaba. Que Dios le ayudara, solo durante un rato, él necesitaba... ¿Qué le había hecho a ella? _______ podía sentir la insidiosa vibración en el trasero, el lento doblar, un alivio, luego un estiramiento que comenzaba a volverla loca por más. Abrió los ojos un resquicio, no podía lograr levantar los parpados completamente, la sensualidad volvía su mirada pesada, su cuerpo débil y fundido. Pero podía mirar a Kevin. Las anchas manos le sostenían las piernas arriba bajo las rodillas. Los ojos estaban centrados entre los muslos, en el lugar donde la cabeza de su polla estaba metida en la apertura de la vagina. Le podía sentir, una pesada presencia en la entrada, caliente, gruesa y lista para llenarla.
— Kevin —susurró su nombre, un suspiro de placer, un aliento inquisitivo cuando él se detuvo. El grueso cabello negro caía por los lados de la cara, lacio, negro y brillante, encuadrando sus rasgos salvajes.
—Tomarte es como perderme —gimió rudamente—. Te siento agarrando mi polla, _____, pero te siento entrando en mi alma.
Los ojos verdes, tan brillantes que eran como hielo verde pálido, ahora ardían. Parpadearon con un borde oscuro, brillaron con el conocimiento carnal. _____ lloriqueó ente las palabras así como ante la mirada.
—No hagas esto —susurró entre lágrimas, viendo el anhelo oscuro en su cara, no la necesidad de compartir, sino la necesidad de poseer más que su cuerpo. Él sacudió la cabeza rudamente, enseñando los dientes en un gruñido silencioso mientras movía las caderas, la ancha cabeza de su erección se introdujo en su interior, estirándola, quemándola.
—Te fuiste... —Un aliento duro siseado entre los dientes—. ¿Te fuiste sin mirar atrás?
Ella sacudió la cabeza. No podía hacer esto. No podía permitir que lo tuviese todo de ella.
—Contéstame. —Se detuvo, la cabeza de su polla la llenaba, excitándola. Desafiándola—. ¿Miraste atrás?
—Por favor, Kevin...
—Dime.
Otro centímetro. El movimiento que hizo no acomodó su polla dentro de ella, ese centímetro adicional fue tomado con una dura flexión de las caderas y una destructiva llama por las tiernas terminaciones nerviosas que acarició.
—Sí —gritó. Las palabras salieron espontáneamente de sus labios—. Siempre he mirado atrás.
Las manos de él le apretaron las piernas.
—No olvidaste. —La voz se suavizó entonces, la polla se movió en su interior, la acariciaba, la tomaba poco a poco con cada movimiento. Ella no podía ocultarse de él. Lo quería. Lo necesitaba.
—Nunca olvidé. —Una lágrima cayó por la comisura del ojo—. Nunca te olvidé, Kevin.
Su corazón nunca olvidó. Su alma nunca soltó el recuerdo de su toque, su dura voz susurrando en su oído, su hambre, o su necesidad de él. Su amor. Su alma, la inextinguible agonía de amarle.
—No llores, carita-linda. —Su voz era ronca, gruesa y áspera mientras ella sentía como un placer agonizante comenzaba a tragarla—Cuidaré de ti.
Cada pulgada de su erección dentro de ella era como una marca colocada a los músculos tiernos. Una marca de llameantes sensaciones y exquisito placer. ______ se arqueó, conduciéndolo más profundamente en ella, sintiendo la penetrante y ardiente sensación de ser doblemente penetrada, de ser estirada exquisitamente.
—Ahí, cariño. —Envolvió las piernas de ella alrededor de sus caderas cuando se inclinó más cerca, la cabeza bajó a los pezones, añadiéndose al placer extático que ya la aferraba atrayendo un apretado brote a la caliente boca y amamantándolo profundamente.
Las caderas de él se movían, su polla empujaba lentamente, trabajándosela con cada empuje mientras las sensaciones arrolladoras de calor, estiramiento y brutal placer comenzaban a construirse dentro de ella. Siempre era así con Kevin. El mundo se centraba en dos seres, el tiempo se detenía, nada importaba excepto esto, con él, la sensación de él follándola, poseyéndola. Él la poseía. Empujó dentro de ella, y ella se arqueó para tomarlo más profundamente. Los labios, los dientes, y la lengua consumían sus pezones, uno, luego el otro, y las manos de ella se enhebraron en el pelo de él para tenerlo más cerca.
—Tan bueno —susurró él—. Tan dulce y apretado.
El cuerpo de _____ se apretó reflexivamente aún más alrededor de él, los músculos se contrajeron, su alma glorificada en el ronco gemido masculino que la boca susurró alrededor del pezón.
—Hermoso. —Él enterró la cabeza entre los senos, el ritmo de las caderas aumentó, y ella lo incitó con sus gritos y sus súplicas de más. —¡Mía! —gruñó él, y ella estalló a su alrededor. El orgasmo la atravesó mientras los empujes se hacían más duros, más profundos. Bombeaba en ella, embistiéndola con agitados golpes y follándola con una avaricia siempre creciente.
—Maldita seas —él le mordió el hombro, las manos la agarraron por las caderas, y cuando el clímax comenzó a calmarse, ella sintió el poderoso primer chorro de su semen estallando en ella. Se arqueó violentamente por la segunda liberación. Le apretó hasta el punto de que pudo sentir cada latido, cada pulso, cada ola de la liberación de Kevin en su interior. Y sintió que otra parte de sus defensas emocionales se desplomaba. Kevin sostenía una vez más su corazón.

por **aranzhitha** Miér 20 Jun 2012, 5:52 pm

Capítulo 16
Dos días después, Kevin admitió lo que debió haber comprendido hace ocho años. _______ Ann había logrado envolverse alrededor de su corazón de un modo del que sabía nunca lograría escaparse. Podía sentir los lazos apretando mientras detenía su camioneta en un estrecho aparcamiento justo enfrente al pequeño y exclusivo spa que se había trasladado al centro de la cuidad de Somerset. Al lado de la camioneta, Joe se detuvo en su Harley y ayudó a la pequeña gatita salvaje a la que estaba prometido. Al lado de Joe, Nick detuvo su Harley y esperó.
—Esto es una locura —refunfuñó _____ en el asiento de pasajeros cuando miró amotinadamente la puerta principal del spa—. Va a doler. —Te besaré mejor allí esta noche. —Se giró hacia ella, permitiéndole ver cuánto esperaba besar la delicada carne entre sus muslos y aliviar el recuerdo de cualquier incomodidad que sentiría con la cera que había pedido a Kelly tuviera lista para ella. Sus brazos se cruzaron sobre sus pechos defensivamente.
—¿Cómo dejé que me metieras en esto? —chasqueó ella, sólo medio enojada. La otra mitad sentía incertidumbre, quizás un poco de vergüenza.
—¿Por qué soy persuasivo? —preguntó él arqueando de arriba abajo las cejas. Había hecho todo lo posible para ser persuasivo. Durante horas. Lamiendo, besando, tentándola con el conocimiento de cuánto mejor podría ser, poniéndola tan caliente, tan malditamente desesperada, que ella habría estado de acuerdo con cualquier cosa. Sus labios se movieron nerviosamente, una sensual sonrisa al recordar tiró de las exuberantes curvas mientras un débil rubor cubría sus mejillas. Y el pecho de él se tensó. Ahí mismo en el asiento delantero de su camioneta, Kevin sintió el latido de su corazón con una emoción tan desconocida que supo que estaba jodidamente enamorado. Era tan fuerte, tanto que tuvo que extender la mano y frotarse el centro de su pecho para aliviar la constricción.
—Fuiste muy persuasivo. —Ella suspiró, mirando fijamente otra vez malhumoradamente al spa—. Y sabes que estaré muy enfadada cuando haya terminado.
Una sonrisa boba tiró de sus labios, y su corazón se aceleró.
—Te llevaré a un lugar especial cuando hayas terminado —le dijo entonces—. A un lugar que disfrutarás.
Ella le echó un vistazo con el rabillo del ojo.
—¿Cómo de especial?
—Tan especial que nunca he llevado a otra mujer allí —prometió él, viéndola apartar la mirada, esa pizca de vacilación que tensaba su alto y delgado cuerpo. Ella estaba asustada de lo que él le hacía sentir, y no podía culparla. La había chantajeado, y seguiría chantajeándola hasta que comprendiera que le pertenecía. Ella se aclaró delicadamente la garganta.
—Bien. Pero será mejor que merezca la pena. —Recogió su bolso desde donde este se ubicaba detrás del asiento de él y lo miró fijamente a los ojos cuando se volvió hacia él—. Y será mejor si no duele demasiado.
—Te gustará —le prometió—. Sólo imagíname haciéndolo.
Se veía escandalizada.
—Oh, Señor, no sigas, Kevin. Esto va a ser muy difícil. —Tiró del pestillo de la puerta rápidamente, escapándose antes de que él pudiera decir algo que profundizaría el rubor a lo largo de sus mejillas o que le daría a sus ojos esa confusa e incierta mirada. Tenía la sensación de que ______ había creído alguna vez que lo conocía. Que podría predecirlo. Él podría haberle dicho que eso no iba a pasar. Salió de la camioneta cuando ella y Kelly se dirigieron al spa, encontrando a Nick y Joe al frente de su camioneta y mirando los alrededores de la calle con curiosidad.
—Escogimos seguir cerca —dijo Nick calmadamente, sus ojos verde oscuros miraban al sedan gris que se había detenido más lejos calle arriba—. Ella se puso detrás de ti después que traspasaras los límites del pueblo.
Kevin echó un vistazo calle arriba, su mirada se estrechó en Greta Dane. Normalmente cuando una mujer miraba a un hombre con una expresión tan fría y afilada como el sílex como hacía Greta, tendía a hacer que las pelotas se alzaran de miedo. Por suerte, Kevin no era propenso a permitir que tales cosas afectaran sus partes privadas.
—Algo está en curso —murmuró él, girando otra vez hacia los otros hombres—. ¿Han tenido noticias de Cranston?
—Nada. —Nick negó con la cabeza cuando cruzó los brazos sobre su pecho y luego dejó las manos a los lados—. Seguimos al buldog allá arriba sólo dentro de los límites del pueblo, y ella no se molestó en intentar esconderse.
Kevin frotó su mano sobre la barbilla.
—Quédense aquí. Voy a ver lo que puedo averiguar.
Él recorrió la acera y caminó rápidamente hasta el pequeño sedan que Greta conducía. Cuando se acercó, la ventana bajó, y la expresión cansada de Greta aumentó. También estaba nerviosa. Ella colocó un cigarrillo entre sus labios y lo encendió cuando él se acercó al coche. — ¿Qué pasa, Greta? — Kevin se apoyó contra una camioneta cercana a ella y le devolvió la mirada socarronamente.
—Órdenes de Cranston —le informó ella punzantemente—. A diferencia de algunas personas, juego en equipo.
Kevin inclinó su cabeza y sonrió despacio.
— ¿Estás sugiriendo que no juego bien con otros, Greta?
Ella dio una calada al cigarrillo otra vez antes de echar las cenizas al cenicero de la consola central.
—No estoy sugiriendo nada, Jonas. Declaro un hecho.
La mirada que ella le devolvió era sospechosa, enfriada por la completa carencia de emoción.
—¿Así que te han ordenado vigilarme? —le preguntó él.
—No, me ordenaron seguir a tu novia. —La sonrisa de ella no tenía nada que ver con el placer—. No pregunté el por qué.
Gilipolleces. Kevin la miró en respuesta, su mirada entrecerrada, su cuerpo preparado. De alguna manera, Cranston se había concentrado en ______. Eso no era nada bueno.
—Diviértete siguiéndonos —le dijo entonces, devolviendo la sonrisa con interés—. Aunque yo me aseguraría no ser de los que se impresionan con facilidad. Después de que nos marchemos de aquí, nos dirigiremos a las montañas. Tengo una manta en la camioneta, y nos detendremos para un pequeño y ligero picnic que mi restaurante favorito ha preparado para nosotros. Luego, ya que es propiedad privada, pensé que podría introducir a mi novia en un poco de amor al aire libre. Ahora, no me importa un poco de exhibicionismo de vez en cuando, pero deberías estar preparada. Podría volverse bastante fuerte.
Observó el rostro ruborizado. La aguerrida agente podía matar a un hombre sin pensarlo, pero parecía que el sexo la ponía nerviosa como el infierno.
—Estoy segura que sobreviviré —dijo entre dientes. Kevin cabeceó despacio y sonrió otra vez. —Estoy seguro que lo harás, dulzura. Aunque sólo para estar seguros creo que le pediré a Nick que vaya con nosotros y se siente contigo por un rato. ¿Algunas cosas no deberían hacerse en solitario, sabes? Y Nick, es una puñetera buena compañía en tales situaciones.
La mirada de ella se dirigió rápidamente sobre Nick y Joe mientras Kevin también se giraba. Nick sonrió lenta y tranquilamente. Él no podía saber de qué demonios estaban hablando, pero incluso desde allí, Nick habría visto el severo rubor en el rostro de Greta.
—Si mandas a ese pervertido bastardo en mi dirección, le pegaré un tiro —advirtió Greta. Kevin se encogió de hombros.
—Él sobrevivirá. No estás autorizada a matarlo, y un poco de sangre entre amigos... —Él sonrió otra vez—. Podría volverse interesante. —Se enderezó y dejó caer la sonrisa—. Habla con Cranston, dile que espero oír noticias de él, dulzura. Pronto.
No le dio tiempo para contestar, pero suponía que ella estaba al móvil incluso mientras él caminaba de regreso a donde Joe y Nick estaban esperando en la acera frente a su camioneta.
—Vigila a Crista —le dijo a Nick en voz baja, Joe escuchaba con interés.
—Malas noticias —rechinó Nick mientras bajaba la cabeza como si pensara comprobar las puntas de sus botas de vaquero.
—¿Cuánto tarda este asunto femenino, de todos modos? — Kevin echó un vistazo a las puertas del spa, sabiéndolo malditamente bien y además que no esperaría en el interior del edificio a que _______ terminara. De ningún modo, de ninguna manera; todo ese estrógeno podía ser fatal.
—Cera, acicalado, y estilo —reflexionó Joe—. Calcula tres horas. Kevin se apoyó contra la camioneta.
—Vosotros dos podéis quedaros aquí y esperar conmigo —decidió él. Nick gruñó.
—Tenía cosas que hacer, Kevin.
—Termina con eso. Sólo Dios sabe lo que Cranston tiene entre manos, y no me quedaré aquí solo.
—Infierno. Consigo los trabajos de mierda y nada de placer —blasfemó Nick—. Está creciendo la sensación de mierda de que vosotros dos intentáis cabrearme. Creo que iré a hablar un rato con la agente Dane en vez de eso. Ella siempre está bien para una sonrisa satisfecha o dos, nada más.
Lanzando a Joe y Kevin una mirada furiosa, Nick se movió sin prisa desde su posición desgarbada contra la capota de la camioneta y se dirigió hacia el vehículo de la agente Dane. La agente en cuestión encendió otro cigarrillo cuando observó a Nick cautelosamente.
—¿Crees que está realmente enojado? —Joe arrastró las palabras cuando Nick se acercó al coche de la mujer.
—Con Nick, quién demonios sabe. — Kevin sacudió la cabeza cansadamente—. Ese muchacho no salió fácilmente de Afganistán. Iba a quedarse con el hombro al traste a pesar del consejo de su Comandante hasta que los Marines echaron su culo. Nick, ya era un excelente tirador cuando entró en los Marines y un cazador instintivo, había sido rápidamente incluido en el entrenamiento para francotirador/asesino. Kevin sospechaba que su primo tenía más muertes en su haber de las que admitía, y secretos de los cuales Kevin sólo podía conjeturar.
—Vosotros dos no hacíais fácilmente las cosas —dijo Joe—. Creí que el trato era que entraríamos, cumpliríamos con nuestro deber, y vendríamos a casa sin cambiar quién o lo qué éramos.
Kevin tenía la sensación de que Joe no estaba hablando de la carencia de necesidad en compartir a su linda novia.
—Oye, tú empezaste —dijo él de todos modos—. Volviéndote todo posesivo y furioso con Kelly de la manera en que lo hiciste.
Joe resopló ante eso.
—No seas lerdo, Kevin, no te pega.
Kevin dijo entre dientes.
—Nosotros estuvimos más que satisfechos con algunas cosas de lo que tú estuviste, Joe. Sólo que no quieres reconocerlo.
—¿Al matar? —preguntó Joe—. Vosotros nunca estuvisteis satisfechos con eso. Tú o Nick.
—No quisiste reconocerlo. — Kevin miró fijamente a su primo a los ojos—. El matar no era la solución, sin embargo. Esto sacaba a los monstruos. Y era algo que Nick y yo estábamos listos para hacer antes de que termináramos la adolescencia.
Los padres de Kevin y Nickeran unos bastardos. Pero la mayoría de los hombres de aquella familia eran unos bastardos. Literalmente. El buen abuelo August había engendrado hijos de un extremo al otro de la nación. Había hecho una pausa en Somerset lo suficientemente larga para fingir un matrimonio con Ellen Jonas y darle una hija y tres hijos. Para después informarle amablemente que el matrimonio era ilegal porque ya estaba casado, y luego había desaparecido. Ellen Jonas había cambiado el apellido de sus hijos y les había dado el suyo a cambio. Cuatro niños que ella había criado con poca ayuda, y había muerto sabiendo que de todos esos niños, sólo uno de ellos tenía sentido de la decencia. Paul Jonas había sido tan sólido como la tierra. ¿El resto? Infierno, el resto eran tan malvados y mezquinos como el anciano en persona. Cuando Kevin lo entendió, sus primos en Texas no habían tenido un destino mejor. Su padre, Joel August, el descendiente legítimo de Nate August, había sido el mal encarnado. El infierno que él había hecho visitar a sus hijos casi los había destruido. Sólo era por milagro que hubieran sobrevivido durante y después de la tortura que habían soportado.
—Vi a la madre de Johnny y al padre de Nick con las cabezas juntas fuera del juzgado ayer cuando Kelly y yo íbamos en coche por allí. Parecía que ellos estaban planeando problemas.
Nadine Mackay Grace y Dayle Mackay eran unas víboras por separado; pero cuando estaban juntos, la destrucción que podían causar había destruido más de una vida.
—Mierda —blasfemó Kevin —. Dayle casi ha desheredado a Nick. ¿Qué más podría hacerle?
—Sólo lamento no saber con seguridad si era Nick su objetivo. —Joe suspiró—. No sé qué demonios pasa, Kevin, pero no es bueno. Demonios, no, no lo era. Kevin podía sentir que sus dientes se apretaban y su cuello picaba. Esas dos cosas eran una advertencia segura de que la mierda se acercaba.
—¿Posición de retirada? —murmuró Kevin.
—Te tengo cubierto —contestó Joe. Kevin había explicado la presencia de _______ en el almacén así como el riesgo de que pudiera ser identificada como parte del grupo que intentaba vender los misiles. Su posición de retirada estaba clara: Joe y Nick permanecerían en la línea de fuego, mientras Kevin llevaba a _____ a las montañas hasta la vieja y escondida cabaña de un cazador que ellos habían encontrado años atrás cuando eran adolescentes. Nadie sabía sobre la cabaña, salvo los tres primos, y este sería el lugar ideal para esconder a ________ hasta que supieran la mejor forma de protegerla. O hasta que Alex y su grupo volvieran de dondequiera que infiernos hubieran ido.
—Voy a llamar al contacto de Alex —refunfuñó Kevin entonces, odiando la necesidad de esto. Había esperado ser capaz de evitar ponerse en contacto con Alex—. Necesitamos que sepa que _______ podría estar en problemas antes de que sea demasiado tarde.
Joe asintió, luego echó un vistazo hacia donde Nick se apoyaba contra el sedán más lejos calle abajo, obviamente discutiendo con la agente Dane.
—¿Cuándo fue la última vez que viste a Nick discutir con alguien? —preguntó Joe. Kevin le echó un vistazo a su primo y sonrió abiertamente.
—La última vez Greta hablaba con él.
—Interesante.
—Muy, muy interesante —concordó Kevin cuando sacó el teléfono móvil de la funda en su cinturón y lo abrió de un tirón. Le tomó sólo un segundo para pulsar el marcaje rápido del número que llamaría al contacto de Alex. —Deje un mensaje. —La voz era fría, dura. Kevin dijo una palabra. —_______. —Luego desconectó la llamada. Dentro de unas horas Alex sabría que las cosas tenían el potencial para ir de la miel a la hiel con su hermana en muy poco tiempo. Luego se apoyó contra el capó de la camioneta y echó un vistazo a la puerta principal del spa. Crista estaba dentro, posiblemente haciéndose el encerado íntimo del que él había pasado tanto tiempo hablándole esa mañana. Su cuerpo se tensó, la lujuria se elevó punzante y dolorosa dentro de él, endureciendo su polla en un instante.
Dios ayudara a Cranston si desbarataba la diversión de Kevin más tarde ese día. Había esperado años, infiernos, Kevin se sentía como si hubiera esperado toda la vida para esto. El hombre o la mujer que se atrevieran a desbaratar esto lo pagarían. Dolorosamente.

por **JB&1D2** Jue 21 Jun 2012, 11:53 am

Siguelaaaaa

por **berenice_89** Vie 22 Jun 2012, 9:52 pm

ES MI IMAGINACION O SE REPITIO EL CAP??

ASHH YA ME CONFUNDI SOI UNA TONTA

por **JB&1D2** Mar 26 Jun 2012, 11:28 am

siguelaaaaaaaaaaaaaa

por **JB&1D2** Mar 26 Jun 2012, 11:28 am

siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

por **JB&1D2** Mar 26 Jun 2012, 11:28 am

siguelaa

por **berenice_89** Jue 28 Jun 2012, 8:44 am

SIGUELA

por ***Stephanie*** Jue 28 Jun 2012, 9:01 am

Siguelaaaaaa

por **Vanee LovatoD'Jonas** Lun 02 Jul 2012, 8:09 am

u.u Ya nos abandonaste???
Nooo en lo mas importante
Sube cap
Please!!!
Me vas a dejar con la intriga???
Ahora no voy a saber como sera su picnic :(
Y estoy segura que entre Greta & Nick hay algo xD
Siguela!!
Please!!!

por **berenice_89** Mar 03 Jul 2012, 10:59 am

SIGUELA

ESTOY ANSIOSA¡¡¡¡

por **JB&1D2** Miér 11 Jul 2012, 7:25 am

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

por **berenice_89** Miér 11 Jul 2012, 6:55 pm

AYY DIOS QUEREMOS MAS¡¡¡

por **jennito moreno** Miér 11 Jul 2012, 7:02 pm

berenice_89 escribió:AYY DIOS QUEREMOS MAS¡¡¡

por **aranzhitha** Miér 11 Jul 2012, 7:27 pm

Sorry, no he podido subir pero mañana les subo varios capis :)

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