Re: [Resuelto]"Noches Traviesas" (Kevin y tu)Terminada

por **Vanee LovatoD'Jonas** Jue 20 Sep 2012, 9:22 pm

Please Sihue

por **JB&1D2** Vie 21 Sep 2012, 7:43 am

siguelaaaaaaa

por **aranzhitha** Sáb 22 Sep 2012, 8:38 pm

Capítulo 23

Nick mantuvo el rifle de francotirador apuntando a Johnny y el dedo en el gatillo. El dedo se movía con inquietud. Tenía tantas ganas de matar al bastardo que era todo lo que podía hacer para reprimirse. Le corroían las entrañas de tal manera que casi le da indigestión. Johnny Grace. Era su primo hermano. Había crecido con él cuando era más joven, hasta que él, Joe y Kevin descubrieron que Johnny era más parecido al padre de Nick que al padre amable y risueño que tenía Johnny. Ralph Grace, antes de su muerte, se las había arreglado para mantener a su esposa y a su hijo bajo control. Sin embargo, después de su muerte, Nadine y Johnny habían mostrado la vena mezquina y malvada que poseían. Acarició el gatillo del rifle mientras apuntaba la mira en la frente de Johnny. Jodido bastardo. Dios, cómo odiaba a Johnny. Era un odio que casi rivalizaba con el odio que tenía por su propio padre, Dayle Jonas. Mientras miraba fijamente a través de la mira del rifle, no veía la imagen que Johnny estaba tratando de suplantar, que era la de la amante de Kevin, ______ Jansen. No, él veía a Johnny. Sólo a Johnny. Los redondos y brillantes ojos entrecerrados cuando se apoyó en el coche de Alex, los brazos cruzados sobre los falsos pechos mientras observaba la polvorienta carretera que esperaba que Bedsford utilizara. Nick sabía que debería haberlo esperado. Debería haber sabido que Cranston estaba bien escondido; era lo que Cranston hacía mejor. Y para ser honesto, lo había sospechado; simplemente no había sumado dos más dos lo suficientemente rápido. Porque había estado demasiado condenadamente ocupado en aplacar una ira más personal. Ya era bastante malo que Joe tuviera que ser tan malditamente posesivo con Kelly pero ahora Kevin tenía que ir y hacer lo mismo con _____. Esa falta de conexión lo estaba afectando. Empezaba a sentirse desligado, frío. Ese apretado nudo de hielo amargo dentro de su alma con el que había luchado toda su vida ahora era más fuerte.
Joe y Kevin habían madurado, y se habían alejado, sin embargo estaba seguro que ellos no lo veían de esta manera. Desde que Joe había reclamado a Kelly, Nick había intentado compartir el tiempo con Kevin y Joe más que con las mujeres. Pero caramba, las mujeres ocupaban tiempo, y Kelly estaba tan consentida como ninguna mujer que Joe hubiera tenido. A veces, Nick pensaba que ellos eran carne y uña, y ahora Kevin y _______ estaban tomando el mismo camino. Y a Nick lo habían dejado fuera, observando, preguntándose y lamentándose. Había pensado que el compartir continuaría. Había cuidado de Kelly, dejando que entrara en su corazón, creyendo que cuando Joe regresara a casa, él formaría parte de la intimidad, sólo para descubrir que Joe había encontrado un fondo de posesividad en alguna parte. Y Kevin. Kevin estaba haciendo lo mismo. Ningún otro hombre tocaría a Crista sin que deseara impedirlo. Y Kevin era un bastardo malhumorado cuando estaba cabreado. Y eso era el por qué Nick no había relacionado a Bedsford con Johnny. Porque estaba demasiado ocupado adaptándose a los cambios que no había esperado, demasiado ocupado tratando de encontrar una manera de mantener derretido el hielo alrededor de su alma. No tuvo éxito. Y la prueba de ese hecho tenía a su dedo ardiendo por moverse sólo lo suficiente para poner una bala en la parte posterior de la cabeza de Johnny. Johnny había instigado cada paliza, cada humillación, cada despiadado ataque que Dayle Mackay había hecho siempre contra Nick. Le había llevado los rumores a su padre, y en algunas ocasiones, pruebas de los supuestos crímenes de Nick. Compartir a sus mujeres. Beber demasiado joven. Los ejemplos eran demasiados para nombrarlos y demasiado peligrosos para recordarlos ahora mismo. Le dolía terriblemente el hombro mientras permanecía entre las gruesas ramas del pino, el rifle descansaba en una rama de espesas hojas mientras se inclinaba para mantener a Johnny en el punto de mira. La bala que lo había licenciado de los Marines no lo había dejado completamente fuera de juego. Una vez un asesino, siempre un asesino. Una vez que un hombre deliberadamente ponía su punto de mira en otro hombre y apretaba el gatillo, entonces eso formaba parte de él para siempre. Podía alejarse, pero nunca podría escapar. Nick nunca había querido alejarse o escapar. Simplemente no había tenido otra opción.
—Nick nos ponemos en posición. —La voz de Kevin provino del receptor en su oreja—. Bedsford debería entrar en el jardín de la cabaña en unos segundos.
Nick levantó la vista del visor del arma y miró hacia abajo, a la carretera.
—A la vista. —La furgoneta levantaba un polvoriento rastro, rebotando sobre los surcos mientras la conductora obviamente se tomaba su tiempo. _______ estaba conduciendo. A Nick se le retorcieron las entrañas ante el temor que ella debía estar sintiendo. Dependía de ellos para protegerla, confiaba en que Kevin y él se aseguraran que nada le sucediera.
—Nick. — Kevin dijo su nombre, nada más, pero entendió el mensaje implícito. El ruego de que Nick la mantuviera a salvo, sin importar lo que costara.
—La tengo a cubierto, hermano —dijo tranquilamente—. No temas.
—Nick, necesitamos a esos dos con vida —repitió Cranston—. Los necesitamos a todos con vida. No me eches la mierda encima.
Las comisuras de los labios de Nick se levantaron con diversión. Era una buena cosa que le cayera bien Cranston.
—Haz tu trabajo; yo haré el mío —dijo en voz baja—. ________ es prioritaria. Y punto.
Cranston maldijo, pero Nick pudo jurar que oyó la respiración de alivio de Kevin. Él moriría por Kevin y Joe. Sin ellos, no habría sobrevivido la adolescencia. Estaba fastidiado por la dirección que habían tomado sus vidas; a veces, malditamente cabreado por eso. Pero lo entendía. Especialmente a Joe. Joe nunca había conocido la oscuridad por la que habían pasado Nick y Kevin. E incluso Kevin, que había conocido el dolor pero no la pura maldad que Nick había experimentado. Kelly y ______ habían curado a Joe y a Kevin. No podía culpar a las dos mujeres por no ver la soledad que eso causaba en Nick. Sin embargo, la soledad no mataba. Dolía, se burlaba, pero no mataba. Podía sobrevivir a la soledad.
—Furgoneta a la vista. —Nick prestó atención cuando la furgoneta panelada de blanco entró en el jardín de la cabaña. Envolvió la correa del rifle alrededor de una mano, sosteniéndolo firmemente contra la rama, y acariciando el gatillo con la otra. Tenía que acabar primero con Bedsford, luego Johnny, si esto se convertía en una matanza. Protegería a ______. Joe y Kevin lo habían protegido, lo habían salvado. No podía hacer menos por ellos ahora.
______ detuvo de golpe la furgoneta al lado del coche de Alex y contempló el clásico Camaro azul marino del 67. Contempló el coche y se habría estremecido ante el enfado que Alex iba a experimentar si alguna vez se enteraba que su bebé había sido sacado del garaje dónde lo mantenía encerrado. Iba a caer sobre Johnny Grace con una fuerza que le quitaría la carne de los huesos y lo haría rogar por el perdón. Eso sería, si Johnny lograba sobrevivir a Kevin.
—¿Sabes que Johnny acaba de firmar vuestra sentencia de muerte con ese coche? —le preguntó mientras Bedsford se enderezaba detrás de ella—. Alex te perseguirá hasta debajo de las piedras.
—Primero tendrá que encontrarnos. —La puerta lateral se abrió, y se volvió hacia ella con un ondeo de pistola—. Vamos, señora. Vamos a acabar con esto así podremos irnos de una maldita vez de este pequeño y magnífico condado tuyo.
_______ se movió rígidamente del asiento del conductor, la mirada en el arma de su mano antes de moverse y salir al polvoriento claro para enfrentarse a Johnny. Lo miró fijamente, recorrió con la mirada las ropas que llevaba. Uno de sus mejores vestidos. La peluca era una copia casi perfecta de su pelo, y con el maquillaje que utilizaba, los rasgos eran casi iguales. Y estaba apoyado contra el Camaro, una amplia sonrisa en su cara mientras ella lo observaba en silencio.
—Lo hiciste bien, nene —le dijo tranquilamente Johnny a Bedsford mientras el otro hombre iba hacia él. Johnny alzó la cara y le dio a Bedsford un rápido beso mientras mantenía los ojos sobre ________. —Pobre _________. —Suspiró Johnny mientras Bedsford se alejaba de él—. Deberías haber mantenido las distancias con Kevin. Te habría ayudado un poco ahora si lo hubieras hecho. Excepto que torturar a mi primo fue una de las cosas en este juego que más he disfrutado.
—Qué triste —susurró Kevin, a propósito—. Te has pasado la vida codiciando todo lo de Kevin y lo has preferido a construir tu propia vida. ¿Por qué?
Entrecerró los ojos sobre ella.
—Porque debería haber sido mío. ¿Todavía no lo has averiguado, _____? En realidad pienso que Kevin debería haberlo descubierto, pero nunca fue lo bastante inteligente para sumar dos más dos.
Volvió la mirada hacia él, antiguos chismes le azotaban la mente mientras examinaba sus rasgos, su constitución. Se parecía a su madre, en nada a su padre, así que era imposible de decir. Se rió, con un débil y aterrador sonido.
—¿Lo recuerdas, no? Después de que Ralph Grace muriera, los rumores empezaron a deslizarse por el condado como serpientes que se negaban a morir. Madre estaba embarazada cuando se casó con Ralph. Lamentablemente, Ralph no era el padre, sin importar que él pensara que sí. Era enfermizo.
______ apartó la mirada de él, con los ojos cerrados momentáneamente ante el pensamiento de esos viejos chismes.
—Sí, Chandler Jonas era mi padre. —Sonó aniñadamente complacido al relatar esa información—. En realidad nací primero, por unos pocos días. Brenda Jonas, la madre de Kevin lo sabía, por supuesto, y lo utilizó para obligar a nuestro padre a firmar todo a favor de Kevin en el testamento. Zorra estúpida, debería haber cogido a su pequeño bastardo y marcharse en vez de merodear y robar todo lo que debería haber sido mío.
________ sintió débiles las rodillas ante la ira en la voz de Johnny. Incesto. Chandler Jona, se había rumoreado, se había acostado con su hermana durante años antes de que se casara con Ralph Grace, y luego de nuevo, cuando el otro hombre murió. Había quien juraba que Chandler Jonas había tenido algo que ver en la muerte de Grace. Se giró y miró a Bedsford entonces, observando cómo su mirada deambulaba por el área, los ojos entrecerrados, como si buscara algo. —Tu novio aquí presente piensa que vas a huir a Nicaragua con él, Johnny —dijo, más para distraer a Bedsford que nada más—. Le dije que tú nunca abandonarías Somerset o a Kevin. ¿Qué gracia tendría todo esto si no pudieras torturarlo con ello?
Una sonrisa de satisfacción se formó en los labios de Johnny mientras Bedsford se giraba hacia él.
—Nuestros planes podrían cambiar ahora que te tengo aquí. —Se encogió de hombros como si no importara—. ¿Por qué abandonar Somerset cuando, como tú dices, puedo quedarme y torturar a todas las partes involucradas?
—Así que definitivamente tienes intención de matarme. —Rogó que Kevin estuviera cerca. Sin duda si estuviera ahora aquí, habría hecho algo.
—En verdad no tengo opción, dulzura. —Suspiró, negando con la cabeza con fingida compasión.
—Ése no es el plan, Johnny. —Bedsford lo miró conmocionado—. No podemos quedarnos por aquí ahora. No hay forma de que los Jonas no sepan que estamos liados.
—No sabrán nada, Jim —le prometió, extendiendo la mano para tocar el ceño en la cara del otro hombre—. Cálmate, amor. Todo saldrá a la perfección. Ya lo verás.
_______ lo vio venir, y estaba segura que probablemente Jim también. La mano que sujetaba la pistola se movió mientras fruncía más el ceño, pero la otra mano de Johnny se levantó demasiado rápido. El arma que sujetaba estalló. La bala perforó el pecho de Bedsford, directa al corazón, y lo dejó mirando a Johnny en estado de shock. Cayó de rodillas, las manos extendidas hacia Johnny mientras Johnny daba un paso atrás, luego Bedsford se desplomó en el suelo. _______ miró fijamente conmocionada, los ojos clavados en la mirada sorprendida y agonizante de Jim Bedsford, mientras lentamente se debilitaba y se enfriaba.
—Mala suerte. —Suspiró Johnny. _____ levantó la cabeza, sólo entonces se dio cuenta que Johnny llevaba finos guantes de látex en las manos.
—Él te amaba —dijo ella, sabiendo que no importaba. Nada le importaba a Johnny excepto destruir a Kevin.
—Por supuesto que me amaba. —Johnny puso los ojos en blanco ante la declaración—. Me adoraba. Me esforcé mucho para asegurarme de que lo hiciera. Pero ya no lo necesito. De esta manera, no tengo que dividir el millón de dólares, y no tengo que abandonar Somerset por temor a su creciente conciencia sobre la muerte de su primo. Jim era un poco llorica. No quería matar al chico.
— Kevin sabe que estás envuelto en esto, Johnny. Si me matas, no necesitará a la ley de su parte. Te aplastará. Sabes que lo hará.
—Un millón de dólares puede comprar un montón de protección. Y Kevin y Nick no son los únicos que saben cómo ocultar y disparar un rifle, ________ —lo dijo con divertida indiferencia.
Johnny no podía saber de la presencia de los agentes que tenía encima; si lo supiera, no estaría tan seguro. Todo lo que ella tenía que hacer era ser paciente; Kevin estaría allí.
Johnny no se lo esperaba. Por lo que él sabía, incluso nadie lo consideraba sospechoso de suplantar la identidad de ella.
—¿Y Alex? ¿No crees que lo tomará dónde Kevin pueda fallar? Esto no va a olvidarse tan fácil como piensas, Johnny.
Durante unos largos instantes estuvo en silencio. Instantes que parecieron interminables, permaneciendo inmóvil mientras el bosque alrededor de ellos contenía la respiración. El silencio descendió en el claro cuando el olor de la sangre y la muerte empezaron a llenar la cabeza de ____. Ella se sentía agitada, temblorosa. ¿Dónde estaba Kevin? Joe había prometido que estaría allí, que estarían observándola, siguiéndola. Un frío temor le atravesó el cuerpo, provocando que apretara los dientes para no castañear.
—He planeado esto durante mucho tiempo, _____. —Suspiró—. Sin embargo no tenía intención de matarte. Sólo asegurarme que fueras arrestada por mis crímenes. —Su sonrisa era enajenada—. Eso destrozaría a Kevin. Está verdaderamente enamorado de ti, ¿lo sabes? Casi se emborrachó hasta la muerte después de que te fueras hace ocho años. Por supuesto, no recordaba la noche que pasaste con él. Y... —su sonrisa se transformó en demoníaca—, tampoco sabía lo de tu aborto, ¿no? ¿Lo sabe ahora?
—Lo sabe. —Tenía la garganta tan oprimida que se sentía como si la estuvieran estrangulando—. Qué es lo que no entiendes, Johnny, él sabe que estás involucrado. Los agentes de la Seguridad Nacional saben que eres tú; Alex lo sabrá. No vas a escapar de esto.
—Nadie tiene suficientes pruebas para algo. —Dijo rechazando su amenaza—. Nadie puede tocarme, _____. Me aseguré de eso. Cuando vuestros cuerpos sean encontrados, va a parecer que tuvisteis un desacuerdo y os matasteis el uno al otro. Y por supuesto, voy a testificar que Jim me confió tu aventura con él. Mucha gente sabe que al menos erais amigos. Lo tengo todo calculado, dulzura. —Entonces se movió, deslizándose de lado mientras ondeaba la pistola hacia el coche de Alex—. Ahora muévete hacia aquí.
______ se movió lentamente, rezando. Kevin tenía que estar cerca. Podía sentirlo, sentía ojos observándola, así como estaba segura que lo hizo Jim hasta que lo distrajo. Antes de que Johnny lo matara.
—Ya está. —Johnny le devolvió una sonrisa mientras se inclinaba y levantaba el arma de Jim del suelo—. Ahora, todo lo que tengo que hacer es meterte una bala en el corazón, colocar las armas adecuadamente, y salir de aquí. Eso es todo.
—¡Ni de coña! —soltó ________. No iba a ponérselo fácil.
Entonces todo pareció ocurrir simultáneamente. _______ se arrojó delante del coche de Alex, golpeando el suelo cuando oyó una bala rebotando en el metal. Entonces el bosque pareció volver a la vida con los disparos. Rodó de espaldas, observando como a Johnny le daba la primera bala en la cabeza, la segunda, la tercera y una cuarta en el pecho. El cuerpo se sacudió violentamente mientras la sangre salpicaba a su alrededor.
—¡_________! —La voz de Kevin gritó su nombre. Luego estaba allí, sus brazos la rodearon, arrojándola al otro lado del coche, las manos recorriéndola frenéticamente—. ¿Estás bien? _______, nena, contéstame. —Ella miró hacia arriba, aturdida, sintiendo la sangre latiendo en su cabeza, palpitando en su cerebro mientras el shock empezaba a estremecerla.
—Oh Dios —susurró, sintiendo los bordes de la oscuridad rodeándola—. Voy a desmayarme, joder.
La cabeza de él le daba vueltas delante de los ojos mientras agitaba las pestañas.
—Desmáyate sobre mí, y te juro por Dios que no te follaré durante una semana —le soltó, en voz baja, la expresión intensa—. No te atrevas, _____ Ann.
¿No la follaría en una semana? ¿Podría esperar una semana? ¿Podía reprimir la oscuridad que se extendía en ella? Ella sonrió, sintiendo la diversión colándose a través de la oscuridad.
—Está bien. Una semana está bien. —Y se rindió. No tenía heridas. La única sangre sobre ella era la que Bedsford había salpicado. Estaba cubierta de polvo, los brazos rasguñados de lanzarse al suelo, y las lágrimas surcaban su cara. Estaba pálida, pero respiraba. Kevin la estrechó entre sus brazos, enterrando la cara en su pelo cuando se dio cuenta que estaba temblando y las lágrimas se escapaban entre las pestañas mientras la mecía contra su pecho. Estaba viva. Gracias Dios, estaba viva, estaba a salvo. Estaba a salvo, y nada más importaba. La acercó tanto como pudo a su cuerpo, sintiendo los silenciosos sollozos que le atormentaban el pecho. No tenía ni idea de lo mucho que la amaba hasta que vio esa pistola apuntándola. Hasta que vio el momento en que Johnny en efecto iba a apretar el gatillo. Su mundo se había limitado a una cosa. Detenerlo. Sin importar lo que costara. Sin importar cuánta sangre derramara Johnny o si Cranston tenía o no a sus sospechosos.
Entonces el bosque había explotado en disparos.
— Kevin, tío, ¿está bien?
¿Alex? Kevin levantó la cara del pelo de ella y miró fijamente el rostro con pintura de camuflaje, el temor en los ojos grises del otro hombre, y los salvajes contornos de su expresión.
—¿Qué narices estás haciendo aquí? —soltó Kevin, la mano presionando la cabeza de _______ más cerca de su pecho—. ¿Dónde demonios estabas cuando él apuntó el arma a su pecho?
La sonrisa de Alex era tensa cuando se sentó sobre los talones y señaló a los cuatro hombres alrededor, pintados y vestidos de modo parecido.
—Grabando este pequeño evento para las autoridades —indicó—. Tyrell apuntaba; puso una de las balas en la cabeza de Grace. Sospecho que Nick puede llevarse el mérito de otra. Mark. —Señaló al soldado de duros ojos a su lado—. ______ permaneció con él y Ty en Virginia. Cando llamaste al número de emergencia, fue a través de Mark. Reunió a algunos amigos mientras yo abandonaba la misión en Afganistán. Nos reunimos aquí ayer a medianoche después de que Mark se las ingeniara para obtener información de la operación y seguimos a Johnny hasta aquí.
—Te moviste rápido. —______ inhaló ásperamente, la mano presionando la espalda de _______, sintiendo cada respiración.
—Tenía un presentimiento de que se metería en algo la última vez que hablé con ella. —Suspiró Alex—. Lo tengo todo controlado por si acaso.
—Todo excepto un número de emergencia —soltó Kevin —. Hijo de puta, ¿Alex, no crees que lo necesitaba?
—Si lo hubiera tenido, no habría acudido a ti —le dijo entonces Alex—. La quería dónde necesitaba estar.
—No acudió a mí, estúpido bastardo. — Kevin estaba enfurecido—. Por poco consigue que la maten en un almacén durante el ataque que hicimos a los compradores y vendedores de esas estúpidas y jodidas armas. Grace le tendió una trampa, Alex. Casi se muere allí.
Alex palideció.
—¿No te llamó?
—No ni siquiera un jodido aviso. —La furia lo golpeaba ahora—. Eres un bastardo con suerte, me las arreglé para salvarle el culo. De otra manera, ahora tendría que matarte.
—Caramba, no sabía que fuera tan condenadamente testaruda. —Alex se frotó la cara con la mano, corriendo la pintura que llevaba en el rostro mientras contemplaba el claro—. Tendré que tener una charla con ella sobre eso.
—Y una mierda la tendrás. — Kevin la acercó más cuando las sirenas aullaron a lo largo del agreste camino que conducía al patio de la cabaña—. ¿Dime que hay un jodido médico en algún lugar?
—Ty. —Alex se giró hacia uno de los dos hombres que permanecían detrás de él—. Consigue tu mochila y examínala. ¿Dónde está Cranston?
Alex se levantó, su voz al mando resonó en el área mientras Cranston maldecía de fondo. Tyrell Grayson se puso de rodillas al lado de ______, los dedos fueron hacia el cuello, la expresión preocupada.
—¿Vivía contigo? —soltó Kevin —. ¿Dormía contigo?
Los duros labios se alzaron en una sonrisa.
—Mark y yo la cuidamos muchísimo —le dijo entonces—. Veremos si puedes hacerlo así de bien.
La mirada de Kevin se movió cortante hacia Mark Lessing. Ambos hombres eran peligrosos, tan peligrosos como Alex e igual de duros. No había ni un gramo de debilidad en ellos.
—Gracias. —Se obligó a sacar las palabras entre los dientes apretados—. Por cuidar de ella.
Ty asintió.
—Para eso estamos. Protectores de corazones rotos. Cuida mejor de ella esta vez, o vamos a romperte los huesos.
No era una amenaza, era una advertencia. Innecesaria de hecho.
—Está bien. —Al fin Ty asintió con dureza—. Probablemente se despertará con dolor de cabeza. Nunca la he visto desmayarse, pero sé que la tensión le da asesinos dolores de cabeza. Estaré más tranquilo si los dejas llevarla al hospital y mantenerla esta noche bajo vigilancia, sólo para asegurarnos.
Kevin asintió cuando Nick y Joe se pusieron entonces a su lado.
—Veo que no necesitas nuestra ayuda. —Ty se puso de pie, mirando hacia _______ con el primer gesto de suavidad que Kevin vislumbró en él—. Ella es una mujer excelente, amigo. Y ha sufrido durante mucho tiempo por ti. Mira si puedes arreglarlo ahora. Se lo merece. Asintió antes de darle a Kevin la oportunidad de decir nada y se alejó. —Mi bala le dio a Johnny en la frente al mismo tiempo que la de alguien —le informó Nick—. En el mismo lugar, a la vez. Esos tipos no son mancos.
El equipo de Alex desapareció lentamente en el bosque mientras Alex mantenía a Cranston ocupado.
—Alex lo grabó todo. — Kevin se levantó, alzando a _____ en sus brazos mientras la ambulancia que Cranston había tenido de apoyo entraba en el camino—. Cranston tiene lo que necesita. Yo tengo lo que necesito.
_______, descansaba contra él, a salvo, ilesa. Y caramba sí, se aseguraría de reparar los años perdidos. Tan pronto como la examinaran en el hospital y fuera capaz de aceptar su cariño. ¿Esperar una semana como amenazó? Ni de coña. Al minuto en que el pudiera estar dentro de ella y estar seguro que todavía era suya, ilesa, a salvo y sana, mejor. No podría respirar con tranquilidad hasta entonces. Caramba, no sabía si su corazón iba a parar de correr como un caballo desbocado hasta entonces.
—Lo hizo bien —murmuró Nick—. Los hizo hablar. Y cuando se dio cuenta que Johnny estaba a punto de disparar, luchó. Es fuerte, Kevin.
—Sí. Lo es. —Le besó la coronilla cuando los del servicio de emergencias sacaron la camilla de la parte trasera de la ambulancia y corrieron hacia ellos—. Y está a salvo. Eso es todo lo que cuenta.

Disculpen la tardanza espero mañana subir el final :)

por **Vanee LovatoD'Jonas** Dom 23 Sep 2012, 9:42 am

AHHH Ya la encontaron!!! :D wow nunca pense que Johnny se hiciera
pasar por ___ y que fuera gay hahahah eso no me lo esperaba xD
Como que el final?!?!?! :( u.u Ya se va a acabar la nove :(
Bueno siguela!!!!!

por **JB&1D2** Lun 24 Sep 2012, 9:35 pm

Siguela por favor

por **aranzhitha** Mar 25 Sep 2012, 5:06 pm

Capítulo 24

—Mira, estoy bien. —Dos días después, ________ se paseaba por el salón de la casa flotante y miraba con furia a Kevin mientras estaba recostado en el sofá—. Quiero volver al trabajo.
—Todavía no. —Estaba tan intransigente como lo había estado horas antes cuando ella intentó ir a la tienda de maderas.
—Tengo que conseguir esos productos para el escaparate, o será demasiado tarde.
—Layla y su prole se encargan de eso. —Tomó el vaso de té dulce y bebió de manera despreocupada mientras sus ojos verdes la contemplaban fijamente por encima del borde del vaso.
—Estoy aburrida. —Apoyó las manos en las caderas y lo enfrentó, calentándose con la manera en que la mirada de él recorría los pantalones cortos y la holgada camiseta que llevaba—. No me gusta estar encerrada sin razón alguna. No soy una maldita inválida.
Pero podía haberlo sido. O peor aún. Kevin puso el vaso con cuidado en el borde de la mesa, bloqueando el recuerdo del horror del día en que casi la pierde.
— Kevin. Por favor, podrías dejar ese vaso sobre el posavasos que está al lado —le soltó—. Para eso lo pongo allí.
Sonrió suavemente y colocó el vaso sobre la protección del posavasos antes de voltear la mirada hacia ella. Se había dado cuenta de los duros pezones una hora antes. La forma en que lo observaba a la expectativa, a todas luces más que preparada para ser tocada. Se había reprimido desde que la trajo a casa el día anterior. A pesar de su excitación, su anticipación y la necesidad de tomarla, se había obligado a sí mismo a controlar la necesidad.
Ella tenía que ir hacia él. La había chantajeado, más o menos obligado a ir a su cama, y a pesar del hecho de que sabía que lo amaba, necesitaba que ella fuera hacia él.
—¿Entonces, qué planeas hacer hoy? —Su mirada rozó ligeramente el regazo de él y la inequívoca excitación.
—Lo que quieras hacer. Mientras no conlleve irse del puerto deportivo —añadió cuando los labios de ella se abrieron en respuesta. Un ceño se frunció en su frente mientras apretaba los labios. Ella no tenía ni idea de lo poco que quería compartirla con los curiosos empleados y clientes de ese maldito almacén. Ahora mismo no quería a nadie alrededor de ella. Quería contemplarla, oír su voz mientras hablaba con él a solas, y convencerse de que estaba a salvo. Ahora tenía pesadillas. Había pasado cuatro años en los Marines, dos de ellos adiestrándose como asesino, y no se había traído a casa las pesadillas. Pero ahora, los demonios lo perseguían en sueños. Demonios concentrados en obligarle a revivir el día en que casi la había perdido. Obligándole a enfrentarse al horror de su vida cuando la bala de Johnny perforaba el pecho de ella. Podía sobrellevar las pesadillas. No podría haber sobrevivido a la realidad de eso.
—Para de mirarme así. —La suave voz lo trajo de vuelta de las pesadillas—. Estoy bien.
Aún estaba magullada. Sus brazos todavía rascados. Había una cicatriz en su pecho. La contempló, desdeñando olvidar que casi la había perdido.
—Sí, estás bien. —Asintió mientras estiraba los brazos sobre el respaldo del sofá y dejaba que su mirada se rezagara sobre el cuerpo de ella. Duros pezones presionando contra el fino algodón. Se preguntaba si su coño estaba húmedo. La sedosa piel desnuda brillando con la femenina crema. Ante ese pensamiento se le hizo la boca agua.
—A este paso, tu negocio va a hundirse —le advirtió, pero él contemplaba la suavidad de su cuerpo, el casi imperceptible movimiento de sus muslos, la aceleración de la respiración.
—¿Y? —dijo lamiéndose los labios ante el pensamiento de saborearla. —¿Puedo convencerte para ir más tarde? —La insinuación en su voz le hizo alzar las cejas cuando encontró su mirada.
—Soy fácil —le aseguró—. Si tienes algo con lo que negociar. —Se aseguró de dejarle saber con la mirada exactamente cómo le gustaba negociar. _______ casi sonrió ante la mirada. Lo había sabido cuando se despertó entre sus brazos, la erección clavada en su trasero, pero Kevin estaba de un humor inusitado. No había intentado aliviar su excitación. Por alguna razón, se estaba manteniendo a la espera. Mientras avanzaba la mañana, ella empezó a imaginarse por qué. La deseaba tanto como ella a él. Pero Kevin necesitaba aceptación. Necesitaba que ella fuera hacia él. La hora anterior había sido una batalla por eso cuando ella presionó, tanteó su resolución, y sólo consiguió estar más excitada mientras él se contenía. ¿Qué haría una vez que ese control se zafara? Una vez que el deseo lo apremiara, ¿cuánto más empeño pondría? Ella no deseaba sexo lento y pausado. No deseaba juegos preliminares. Deseaba intensidad. Lo deseaba duro y profundo dentro de ella, machacando en su coño y marcándola con su hambre. Deseaba a Kevin incontenible. Deseaba toda esa hambre y toda esa emoción inundándola como una marea. Pero no iba a ser forzado.
—Sí, he oído que eres fácil. —Asintió con sensatez, escondiendo su sonrisa ante el ceño que apareció entre las cejas de él.
—Fácil para ti —corrigió con el entrecejo fruncido.
—¿En serio? —Ella levantó las cejas incrédula—. Hoy estás siendo muy cabezota.
—No me estás convenciendo de la manera correcta. —Los labios se arquearon de diversión, sin embargo su mirada estaba alerta y ardiente.
—¿En serio? —Ella se desplazó, los dedos jugando con el dobladillo de la camiseta mientras volvía a mirarlo por debajo de las pestañas—. ¿Qué costaría convencerte, Kevin?
Él tragó fuertemente cuando se levantó la camiseta. No llevaba sujetador. No se había molestado tras la ducha después del enfrentamiento con la tozuda negativa de Kevin de ir a la tienda. Las manos de él se apretaron en el respaldo del sofá.
—¿Sabes que solía soñar, Kevin? —le susurró mientras jugaba con los dedos sobre el estómago.
—¿Qué? —Tenía la mirada clavada en esos dedos, sus propios dedos acariciando el respaldo del sofá en acto reflejo.
—Solía soñar que venías por mí. Que entrabas en el apartamento que compartía con Mark y Ty. Ellos se iban. Dabas un paso en la puerta, me echabas un vistazo y luego me tomabas. Contra la pared. Las piernas envueltas en tus caderas mientras golpeabas dentro de mí.
De un tirón se sacó la camiseta por la cabeza y la arrojó al suelo antes de que sus manos fueran hacia los pantalones cortos. Logró mover la cinturilla elástica hasta los muslos antes de que él se moviera. Él se arrancó la camiseta por la cabeza y la lanzó a un lado. Antes de que ella pudiera hacer más que apenas respirar, se puso de rodillas frente a ella, apartándole los muslos y enterrando los labios entre ellos.
—¡Joder! —exclamó—. Soy un calzonazos. Sin control.
Habría ido al suelo si no la estuviera sujetando. Su lengua se deslizó a través de la estrecha hendidura de su coño, lamiendo mientras gemía antes de que sus labios rodearan el duro brote de su clítoris. Ella lo deseaba duro y hambriento, y él iba a dárselo. Podía sentirlo. Su espalda encontró la pared antes de darse cuenta de que él la había maniobrado esos pocos pasos. Los pantalones cortos estaban en el suelo, y Kevin le levantó la pierna, colocándola sobre el hombro mientras su cabeza se sumergía y su lengua se dirigía al interior de su sexo.
—¡Oh Dios! —La cabeza de _____ golpeó en la pared mientras se estremecía al sentir su lengua follándola. Movió los labios, deslizándolos para atrás hacia el clítoris, mientras los dedos ocupaban el lugar de la lengua, y ella se derretía a su alrededor.
—Tengo que follarte —murmuró, lamiéndole el clítoris, succionándolo, besándolo—. Me estás matando. No puedo esperar una semana.
—No esperes ni un minuto —gimió ella, tirando de sus hombros—. Fóllame, Kevin. Ahora.
—Pronto.
—Ahora.
Le colocó el pie en el suelo y se levantó, pero sus manos la presionaron por los hombros.
—Chúpame la polla —le ordenó bruscamente—. Déjame ver cómo me chupas.
_______ se arrodilló ansiosamente, las manos rodearon la gruesa y dura carne mientras le cubría la cabeza ávidamente. No perdió el tiempo. Ahora estaba tan desesperada, la pasión aumentaba con fuerza y rapidez dentro de ella, quemándola viva con la necesidad de sentirlo en su interior. Succionó la hinchada cresta, su lengua aleteó sobre ella mientras las manos acariciaban el pulsante eje. Amaba tenerlo en su boca, sintiendo el duro pulso de la sangre bombeando, saboreando el acre sabor salado del líquido pre-seminal en la lengua. Estaba follando sus labios con movimientos poco profundos, las manos enredadas en su pelo, la cabeza echada hacia atrás de placer. Los muslos se mecían con fuerza, los abdominales plegados en tensión cuando los dedos de una mano se ahuecaron en sus pelotas. —Joder. Esto es bueno —gimió—. Chupas de miedo, _____. Jodidamente bien.
Su voz era áspera, enviando una sacudida de sensaciones bajando por su espina dorsal ante el placer contenido. Examinó con la lengua bajo la cresta antes de enroscarse sobre ella, su boca chupándolo más profundo mientras le miraba el amplio pecho. Una cuenta de sudor sobre la piel veteada de pelo brilló sobre la piel color teca y alcanzó los cortos rizos. Se puso en la boca la cabeza de la polla, gimiendo sobre ella, y luego gimoteó ante el inminente éxtasis cuando la puso en pie.
—Contra la pared —espetó, los labios retraídos de los dientes mientras la miraba con ardiente lujuria—. Oh, nena, puedo tomarte contra la pared.
Un brazo le envolvió las caderas mientras la levantaba, el otro aligerando una pierna alrededor de su cadera mientras la otra pierna la seguía en el lado opuesto. Un segundo más tarde, ________ gritó intensamente, dolor y placer azotándola despiadadamente, duros empujes que lo enviaban a ahondar en el ceñido tejido de su coño.
—¡Dios, sí! —Sus manos le agarraron el culo mientras se mecía contra ella, acariciándola internamente, enviándole un cataclismo de sensaciones atacándole las terminaciones nerviosas.
—Estás tan jodidamente apretada, ______. Tan caliente y dulce.
—Hazlo otra vez —gimió ella, con las manos aferradas a sus hombros, las uñas clavándose en su carne cuando él se echó hacia atrás—. Tómame duro otra vez.
Él retrocedió, casi deslizándose fuera de su agarre antes de arponear dentro de ella con un rápido y contundente empuje.
—Oh Dios, Kevin. Me encanta eso —gritó con voz ronca.
—¿Te encanta eso, no, dulzura? —Retrocedió de nuevo, sumergiéndose de nuevo en su interior, acariciando la llamarada interna al máximo hasta que el sudor empapó sus cuerpos en un esfuerzo para regular el calor corporal. No hubo regulación del deseo abrasador creciendo punzante y rápido dentro de ellos. ________ pudo sentir sus flujos fluyendo entre ellos en respuesta al placer. La polla de Kevin estaba implacablemente gruesa en su interior, acariciando las una vez escondidas terminaciones nerviosas y quemándola con la líquida y caliente lujuria aumentando con más fuerza en el interior de ellos.
—¿Quieres más? —Las manos apretaron el culo de ella, sus dedos se deslizaban dentro de la estrecha hendidura hasta que encontraron la húmeda entrada. Acarició, jugueteó. Dejó a los dedos hundirse dentro de ella mientras la polla machacaba en su coño. Hormigueos de afilada pasión, duros embates que enviaban impactantes olas de sensaciones vertiéndose en su matriz. Era demasiado. Empezó a empujar más rápido en su interior con profundos y precipitados golpes que enviaban oleadas de sensaciones, de violento placer y emociones impactando dentro de ella.
—Te amo. —Ella no pudo reprimir las palabras—. Te amo. Siempre te he amado. Soñaba... —Las lágrimas inundaron sus ojos y le cayeron por las mejillas—. Oh Dios, Kevin, soñaba...
—Y yo soñaba, _______ —gimió él, los labios desplazándose por sus hombros, luego por el cuello, mientras las caderas empujaban y emergían, llenándola con su polla con rápidos y duros golpes—. Soñaba con amarte. Sujetarte. Siempre amándote.
La emoción avivó el placer y avivó la lujuria. La conflagración resultante los hizo gritar a ambos. Los sollozos de ______ se mezclaron con los hoscos gemidos masculinos mientras el éxtasis empezaba a explotar dentro de ellos, luego a su alrededor. Sintió los duros y feroces chorros de culminación explotando dentro de ella. Sintió el apretado y ardiente agarre de su coño aferrándolo como un fuerte puño, doblándose alrededor de él y arrojándolo al súmmum en su propio alivio. Muchos minutos más tarde, se encontraron en el suelo, respirando con dificultad, sus cuerpos todavía enredados, los brazos envueltos apretadamente uno en el otro.
—Abandóname otra vez, y no te follaré en una semana —masculló Kevin contra su oído.
—Olvida otra vez que me follaste, y te dispararé yo misma. —Le ofreció un resoplido no muy femenino, entonces sonrió ante el lento endurecimiento de la polla en su interior.
—La primera vez no lo olvidé —le susurró entonces—. Simplemente no quería aceptar que había sido tan malditamente estúpido. Vivías en mis sueños, _____. Cada noche lejos de mí, vivías en mis sueños. Y en mi alma.
Ella se echó hacia atrás y lo contempló, viendo la intensidad en sus ojos, el pálido verde parecía brillar dentro de su bronceada cara cuando la sensual culminación relajó sus facciones.
—No más sueños —susurró ella—. Sólo esto.
—Sólo esto.
Era más que amor, más que lujuria. Era el sueño, el deseo escondido, y la culminación de dos corazones encontrándose, dos almas fusionándose.
—Te amo —susurró ella—. Y tengo ganas de muchas, muchas noches traviesas en tus brazos, Kevin.
—Muchas —prometió él—. Muchas noches traviesas en mi corazón. Allí, en medio de la habitación dónde todo había empezado ocho años antes, el futuro empezaba. Para Kevin y _____.

Semanas más tarde. Nick escuchaba los sonidos de la noche. Era avanzado ya el verano. El lago estaba repleto de esos resueltos a aprovechar cada segundo de los días finales de verano. Los niños reían, los padres los reprendían, los adolescentes se arrojaban de los muelles, y el sonido de los botes resurgía por la noche llenando el aire de vida.
Y si escuchaba atentamente, realmente atentamente, creyó que podía oír los sonidos de placer provenientes del barco de al lado. Se trasladó del sitio al lado del Nauti Boy después de que Kelly se trasladara allí con Joe. Y fondeó el Nauti Dreams al lado del barco de Kevin. No había ninguna plaza libre para evitar los susurros nocturnos de pasión y placer que a veces fluían de los dos barcos. Se encorvó todavía más en su silla y miró hacia el lago desde la cubierta superior del bote y consideró sus opciones. No había muchas. Estaba seguro de estar harto de balas persiguiéndole, harto de llevar un rifle de francotirador, y harto de narices de los acaramelados besitos en la cara a su alrededor. Sus dos primos y sus mujeres, monógamos y orgullosos de ello. Se terminó la cerveza pensando en eso, luego abrió otra. No había mucho peligro de emborracharse; no mantenía la suficiente provisión de alcohol en el barco, así es que más o menos anuló la opción siendo olvidada. Caramba, podía ir al pueblo. Había un apartamento sobre el garaje, y de todas formas pasaba allí mucho tiempo. Cualquier cosa para alejarse de la monógama dicha instalada en la parte posterior de los muelles de los Jonas. Exhaló bruscamente. No eran el trío salvaje, opulento y los grandes amantes que solían ser. Ya no existían los primos Jonas. Y eso significaba una noche muy, muy solitaria.

Bien chicas este fue el final espero les haya gustado tanto como a mi, espero pronto subir la historia de Nick y espero verlas por alla gracias por leerla :)

por **aranzhitha** Mar 25 Sep 2012, 5:20 pm

Aqui esta el Link de la nueva nove Sueños Traviesos

por **aranzhitha** Miér 26 Sep 2012, 8:13 pm

por **Vanee LovatoD'Jonas** Miér 26 Sep 2012, 9:48 pm

Awww No puedo creer que ya se acabo :') final estuvo HOT pero lindo
entonces seria Hotlindo..(?
xD Obvio que me pasare por tu nove... La prox nove es como la historia
de el Nick de esta nove no??? Bueno la leere xD
Gracias pot subir de Kevo!!! :D

por **berenice_89** Dom 30 Sep 2012, 11:30 am

wow todo lo que me perdii

johnny gay haha eso me mato¡¡¡¡

y kevin y ella al fin juntos

pff pobre nick se quedo solito

hay novela de el??

me encanto el final¡¡¡

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