Viaje al Infierno (Joe y tu)

Apretando con fuerza los labios,_________ se negó, incluso, a mirar hacia la máquina fotográfica. Con un breve suspiro Joe se aproximó y le sujetó la barbilla con fuerza, haciendo que volviera el rostro.

—¿Por qué estás tan complaciente? —le reclamó Olivia, entrecerrando los ojos en actitud de sospecha—. Te estás volviendo blando, amigo mío.

Como si quisiera refutar esas palabras, Joe apretó la barbilla de _______ hasta causarle dolor. Sus ojos grises adquirieron la frialdad del hielo cuando la hizo volver la cabeza hacia la máquina fotográfica.

—Sonríe, _______ —le ordenó—, o puedo cambiar de opinión y estar de acuerdo con Olivia en que las lágrimas convencerían a tu padre.

—¿Cómo es posible que hagas esto? —le preguntó entre dientes _______, olvidando la promesa que se había hecho de no hablar con él.

—Muy fácil, cuando se trata de personas crédulas y tontas como tú —se burló sin alzar la voz Joe, observando cómo desaparecía el color del rostro de ella.

—¡Eres un… un sádico! —exclamó ________, sintiendo náuseas—. Supongo que tu mente retorcida piensa que debes vanagloriarte de cómo me engañaste y cómo caí en la trampa. ¡Hazlo! —gritó con amargura—. ¡Díselo! Estoy segura de que ellos lo aprobarán. ¡No mereces formar parte de la raza humana! —terminó sollozando.

—Ten cuidado —le advirtió Joe con voz tensa—, de lo contrario, consideraré necesario el probarte lo antisocial que puedo ser.

Miró significativamente sus senos y _________ se molestó por ruborizarse.

Joe cambiaba de posición, retratándola con rapidez antes que pudiera mirar hacia otro lado. Ella se vio obligada a aceptar que había sido más listo que ella. "¡Lo odio, lo odio!", se dijo.

—Ahora grabemos —_______ regresó a la realidad al escuchar la voz enérgica de Joe, que habló con la propiedad de un hombre de negocios—. Necesitamos un mensaje para tu querido papá, en el que le comentes lo mucho que estás disfrutando.

—¡Vete al diablo! —le espetó cuando él extrajo del bolsillo una grabadora miniatura—. ¡No diré nada!

Joe se le aproximó en forma amenazadora.

—Creo que sí lo vas a hacer.

La unión de actitud y voz debilitó por completo la determinación de ella.

—Podemos lograrlo de dos maneras —continuó diciendo Joe—, tranquilamente, sin que nada te ocurra, o…

Calló, esperando; ________ supo que no estaba haciendo amenazas vanas. Le llegó el impulso fugaz de repetir su comentario, pero el sentido común se impuso.

—¿Qué es lo que debo decir?

Trató de no hacerle caso a su orgullo herido por tener que rendirse con facilidad ante la amenaza de la fuerza.

La grabación fue breve. En media docena de frases le informaba a su padre que estaba en grave peligro, que no debería acudir a la policía y que sería mejor que hiciera lo que los secuestradores ordenaran.

—Excelente —se burló Joe cuando ella terminó de hablar—. ¿Ves qué fácil es todo cuando cooperas?

En ese momento ella dio rienda suelta a sus emociones.

—¡Cómo te odio!

Lo único que logró fue que la mirara con fijeza. Se sonrojó y fue incapaz de sostener la mirada hostil.

—Ahora cada quien se ocupará de sus labores —dijo Joe después de guardar la grabadora—. _______, ayudarás a Olivia con el almuerzo. ¿Qué? —preguntó calmado cuando _______ empezó a protestar diciendo que la habían secuestrado, pero que no la podían obligar a comportarse como una esclava—. ¿Te parece el trabajo en la casa demasiado bajo? Es probable que prefieras trabajar junto con Guido en los emparrados.

Paralizada por el espanto, negó con la cabeza y siguió a Olivia hacia el fregadero, mientras la perseguía la risa burlona de Joe.

Era notorio que Olivia no era mujer hogareña. Con una mueca, empujó hacia ________ el tazón con verduras.

—Toma, prepáralas.

Inició una conferencia sobre el papel que su organización le asignaría a la mujer. Saffron dedujo que no incluiría tareas comunes.
Mientras rallaba las zanahorias en forma metódica, la joven observó el cuchillo que tenía en la mano. Pequeño y filoso… "¿Me atreveré a robarlo?"

Miró por encima del hombro. Guido estaba cerca de la puerta, limpiando el rifle. Piero había salido y Olivia hablaba en voz baja con Joe. Su corazón palpitó con fuerza al apretar el cuchillo.

—¿Terminaste?

Olivia tomó la sartén de hierro con rapidez, metió el cuchillo en un bolsillo de sus pantalones mientras el corazón le latía desenfrenado.

Durante cada segundo que siguió, esperaba que cualquiera le ordenara con brusquedad que se quedara inmóvil, pero nadie lo hizo.

—¿Cuándo voy a cortarle el cabello? —le preguntó Olivia a Joe—. No podemos arriesgarnos a que siga con ese aspecto.

Joe miró a _________ y el pulso de ésta se aceleró. "¿Habrá adivinado lo del cuchillo?", se preguntó. Vio una extraña expresión en sus ojos cuando el observó la cascada de cabello.

—No, no debemos arriesgarnos. Llévala arriba.

Guido ahora se hallaba al pie de la escalera y _______ se vio obligada a rozarle el cuerpo al pasar. Él sonrió con lascivia, mirando los senos de _________, y ésta retrocedió.

—¡Fíjate en ella! —la acusó Olivia ante Joe—. Parece una tímida virgen de sociedad, pero sólo es apariencia. ¿Por qué te portas así? —le preguntó a ________—. Guido no es diferente de cualquiera de los hombres con los que has estado. Él ha tenido amantes ricas. Las mujeres adineradas gustan de hombres que sean rudos con ellas. ¿No es así, caro? ¿O es por la presencia de Joe que estás pálida y temerosa? —preguntó entrecerrando los ojos por la sospecha—. Ten cuidado, amico —previno a Joe con suavidad—. Tratará de conquistarte. Conozco a las de su calaña.

Arriba, en su pequeña prisión, Olivia la empujó para que se sentara en la única silla que había. A pesar de su escasa estatura Olivia era fuerte. _________ hizo una mueca de dolor por la presión de los dedos. Trató de no parpadear cuando Olivia le haló el cabello con brutalidad y cortó los mechones sin miramientos.

—No es precisamente tu estilo de peinado —se burló Olivia cuando terminó—. Leí que en Irlanda del Norte tienen la costumbre de emplumar a las traidoras. Supongo que la única manera de quitar el alquitrán es cortando el pelo a raíz, ¿o no?

—¿Por qué me preguntas? —________ se enorgulleció de la firmeza de su voz—. ¿Estás pensando en que tu organización podría adoptar esa costumbre con las traidoras?

—Lo que creo es que tu padre pagará más pronto si en las fotografías que le enviemos apareces sin cabello y emplumada. Hablaré con Joe.

Fue demasiado para ______-. Sacó el cuchillo y amenazó a Olivia con él. Escuchó la protesta de ésta y los gritos de auxilio; la voz de Joe ordenando a Guido que permaneciera de guardia y a él subiendo veloz por la escalera. Entró al dormitorio y al dar un vistazo comprendió lo que ocurría.

—¡________, dame el cuchillo!

Se le aproximó por la espalda y le sujetó con firmeza la muñeca, pero sin lastimarla. Le presionó los dedos para que soltara el cuchillo. Olivia empezó a insultarla y le arrojó a la cara el pelo que le había cortado.

—¡No sigas, Olivia! —ordenó Joe.

—¡Mira lo que me hizo! —protestó Olivia, mostrándole a Joe un rasguño en el brazo—. ¡Me pagará esto!

Tomó las tijeras. Con felina agilidad se movió Joe y realizó la misma operación que había hecho unos segundos antes con ________.

—¿La registraste? —le preguntó a Olivia con voz calmada.

—¡Ella no me volverá a tocar!

Las palabras salieron de la boca de _________ antes que pudiera evitarlo. Se dio cuenta de su error al percibir la expresión de los ojos grises, y luego la voz de Joe.

—Me parece bien; yo te registraré.

—¡No!

La explosiva protesta provocó la risa de Olivia.

—Entrégame las tijeras —le ordenó Joe a Olivia—. Luego, baja y ayuda a Guido en su vigilancia.

________ se dio cuenta de que la muchacha italiana se negaba a dejarlos solos, pero que no se atrevía a desobedecer a Joe.

Pasaron unos segundos después de la salida de Olivia sin que él se moviera.

—Ven acá. Terminemos con esto —dijo al fin.

—¡Tú no me tocarás!

Había menos seguridad en su voz. A pesar de que Joe no se había movido, ella empezó a retroceder, hacia una esquina de la habitación.

Y, de pronto, Joe caminó con tanta rapidez, que ella se vio atrapada en sus brazos sin poder impedirlo. El aliento de Joe, fresco, le, abanicaba la frente.

—¡No! —le rogó.

Ahi su capi chicas
Espero ver comments :D

Pero volviste a subir el mismo cap!!Que me encanto pero lo volvistes a subir :|

Si creo que es muy bueno el cap!
Pero 2 veses :risa:
Siguelaaaa!
Ya quiero cap! :)

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Lo subi 2 VECES!!!??
Estoy en SHOCK!!!

Capitulo 4

—Pretendo cachearte, no violarte.

—¿Por qué no combinar las dos cosas? —le preguntó ________ con amargura—. ¿No es así como los hombres de tu calaña obtienen placer?

—¿Hombres de mi calaña? —ella pensó que su tono suave era sólo producto de su imaginación—. ¿Estás segura de que no ansías el placer? Las chicas ricas y libertinas como tú tienen fama de… ¡No lo vas a hacer!

Le atrapó la muñeca en el momento que ________ levantaba la mano, atrayéndola hacia sí.

—Eres… eres… ¡despreciable! —exclamó _________, odiándolo—. ¡Y te detesto!

Estaba temerosa y a punto de llorar. Se volvió para que él no lo notara.

—¿_________?

¿Fue su imaginación o su voz se suavizó más? Dudando, se volvió de nuevo con torpeza y se tambaleó. Joe estiró el brazo y la sostuvo. Accidentalmente, le rozó los senos y _______ sintió que una corriente eléctrica le recorría el cuerpo. Agrandó los ojos y su sangre corrió rápido.

—¡Vete de aquí! —gritó—. ¡No me toques! ¡No soporto que lo hagas!

Cometió un error al decir lo último. Los ojos de Joe adquirieron una expresión de ironía.

—¿No? —preguntó arrastrando la voz, mientras su mirada se detenía en los senos—. Creo que te equivocas en cuanto a lo que sientes, ________ —mencionó en forma imperdonable—, y que lo que realmente quieres es que te acaricie. Lo deseas con desesperación.

—¡No!

—¿No? —sonrió con dulzura—. Vamos a comprobarlo, ¿sí?

Antes que pudiera hacer ningún movimiento, ya estaba en sus brazos. Sus labios se movían, inquietos, entre los de _______. Ella conservó los suyos cerrados con firmeza, tratando de imaginar que era Guido el que metía las manos debajo de su camisa para acariciarle los senos. Sintió desaliento cuando él usó una de las manos para desabrochar el sostén.

Mientras, sin aprobarlo ella, sus labios se suavizaban y se estrechaban contra los de Joe, él continuaba con sus caricias. Una pequeña y rebelde parte de Saffron ignoraba todos sus esfuerzos por resistirse y deseaba tener el placer de sentir la piel desnuda sobre la suya.

Con un doloroso gemido, separó sus labios de los de Joe.

—¿Joe? —era la voz de Olivia.

Él le sonrió a ______ al escuchar el llamado. Esta se molestó consigo misma al observar la expresión de los ojos de él, cuando se dirigió hacia la puerta.

Cuando tuvo la seguridad de estar a solas, lloró en silencio con el rostro cubierto por las manos. Durante un momento, mientras Joe la acariciaba, algo dentro de ella había despertado a la vida, y él se dio cuenta. Un segundo antes que ella empezara a resistirse, la había mirado y ella se percató de que, en alguna forma, había captado el deseo de su cuerpo de responder, fuera de toda lógica y orgullo, al viril mandato de sus manos.

Buscó unos pañuelos desechables dentro de su maletín. Al enjugarse las lágrimas, se dio cuenta de que estaba sucia, polvorienta, pero no tenía en el dormitorio agua para lavarse. Sus captores, salvo Joe, no parecían tener interés en el aseo personal.

El hecho de que no había podido bañarse, y ni siquiera cepillarse los clientes, le desagradaba.

Desde la ventana vio una vez más el río y su deseo de sentir el agua corriendo por el cuerpo aumentó. "¿Me arriesgaré a pedir una palangana con agua? A Olivia le encantará negármela y no quiero pedírsela a ninguno de los hombres. A Guido no, porque me espanta la forma en que me mira. A Joe, no, porque no quiero que piense que mi interés por mi apariencia personal tiene algo qué ver con él", reflexionó.

El transcurrir del día la llenó de aburrimiento. No tenía qué hacer, nada en qué ocupar sus manos o su mente. Por eso sólo pensaba en el peligro de las circunstancias.

Por la tarde escuchó movimientos en el piso inferior, pero nadie se acercó a su prisión. Podía observar a Guido trabajando en el viñedo. Rezó porque la policía se presentara, recordando que Joe les había advertido que eso no podría acontecer.

Si así ocurría, nadie le impediría identificarse. Decidió que, incluso si la herían, al menos habría intentado liberarse. "No, no puedo hacerlo. Quizá mataran también a los policías", se dijo.

Había visto a Joe partir en el Land Rover poco después que estuvo con ella. Retornó cuando se aproximaba el crepúsculo. "Debe haber ido a enviar la cinta y las fotografías a mi padre. ¿Cuánto tiempo pasará antes que él se comunique con ellos? Es obvio que no se las habrán enviado directamente. Eso haría que la localización de la granja fuera fácil. ¿Cómo habrá hecho Joe? ¿Llevarlas a Roma para su posterior envío?"

Media hora después de la llegada de Joe, Olivia se presentó y abrió el candado de su prisión.

Apetitosos olores subían por la escalera mientras _________ seguía a Olivia por aquélla. Reconoció, con un poco de sorpresa, que estaba hambrienta.

—Joe compró pasta y salsa —le explicó Olivia a Piero cuando éste enarcó las cejas y mencionó que algo olía bien.

_______ observó que Guido y Piero se sentaban a la mesa sin molestarse en lavarse las manos polvorientas; pero que Joe, que se había cambiado de ropa sí lo hizo a pesar de no haber estado trabajando en el campo.

_______ siguió su ejemplo sin pedir permiso. Cerró los ojos con intenso placer al sentir el agua sobre las palmas.

—¿Esperas impresionar a Joe con tus modales elegantes? —se burló Olivia.

—Algunas personas preferimos estar frescas y limpias —respondió _________ molesta por el comentario de la italiana.

—¿Qué insinúas? —inquirió Olivia—. Joe, sea prisionera o no, no permitiré que me insulte. Le dices que se comporte bien o me aseguraré de que lo haga.

_______ supo que Olivia la había puyado con deliberación, pero ignoraba el motivo. ¿Para poder tener la oportunidad de castigarla físicamente? _______ ya se había dado cuenta de que los hombres no se atrevían a burlarse de los mandatos de Joe. Este parecía mantenerse apartado de ellos, y de Olivia, a pesar de que, en apariencia, era su amante.

La comida fue, para asombro de _______, muy buena: la pasta, deliciosa. Se sorprendió por la rapidez con que vació su plato.
Joe la escoltó a su prisión en la noche. Una vez adentro, ________ esperó escuchar el chirrido de la puerta al cerrarse, y el del candado, pero eso no sucedió.

—Si así lo deseas, puedo indicarle a Olivia que te lleve al río para que te bañes —sugirió Joe, casi dudando, o así creyó _______.

A ella le pareció que había piedad en sus ojos, lo que la hizo preguntar con amargura:

—¿Para qué? ¿Ofende tu sensibilidad mi ropa sucia? ¿Mi cuerpo sin lavar? ¡Lástima! Tendrás que acostumbrarte a ello.

Lamentó haberlo dicho pero lo comprendió demasiado tarde. No podría ni disculparse siquiera porque Joe se dirigía hacia la puerta, encogiendo los hombros.

—Como gustes —respondió él—. Pensé que agradecerías la oportunidad de… refrescarte. A partir de mañana por la noche uno de nosotros te acompañará a caminar. Necesitas hacer ejercicio. En caso de que no lo hagas voluntariamente, se te obligará.

—¡Qué interés muestras por mi bienestar! —exclamó con burla—. ¿Por qué? ¿Crees que no sé que tengo una escasa oportunidad de salir viva de aquí?

Lo miró angustiada.

Por un momento pareció que él la comprendía y deseaba consolarla, pero pudo haber sido tan sólo un engaño producido por la luz, porque al moverse, una vez más su mirada era tan fría como siempre.

—Si no lo logras, ¿qué extrañarás más? ¿Los brazos de tu último amante? ¿La sensación de las sedas sobre tu piel? ¿El resplandor de las joyas?

—Ninguna de esas cosas —replicó _________—. Lo que más extraño es la oportunidad de poder respirar aire fresco, no contaminado por animales como tú. ¡Animales! —rió—. Los animales no se lastiman unos con otros. No destruyen y mutilan para obtener dinero, sin pensar en la miseria que provocan. ¿Cuánto le exigiste a mi padre?

—Un millón de libras —respondió Joe con voz afable—. Una bonita suma, ¿no crees?

—¿Planeaste esto en el baile en Roma?

—Sí.

—Y sabiendo que se llevaría a cabo, ¿fuiste capaz de?…

—¿De cortejarte? —aclaró con cinismo—. Era necesario y no fue difícil. Eres una mujer atractiva, cosa que estoy seguro no ignoras y el ambiente era propicio. ¿Cuál italiano en su sano juicio hubiera hecho otra cosa?

"¡Tonta, tonta!", le gritó su mente. Había creído en sus palabras, se había comportado como una adolescente enamorada.

—¡Eres una máquina, no un hombre!

Por un momento creyó que él la golpearía, pero Joe no lo hizo.

—Te odias porque sin darte cuenta respondiste como mujer ante mí —declaró con calma. Sus palabras la hicieron sonrojarse—. No lo hagas. Es una reacción normal, dadas las circunstancias. Una mujer con tu experiencia tiende a reaccionar ante un hombre, en especial con uno que ya…

—¿La trató de seducir? —completó ________.

Él levantó los hombros.

—Seducir implica una inocencia que ambos sabemos no posees. Todo será mucho más fácil si no tratas de oponerte. No tengo la intención de herirte ni de humillarte.

La risa amarga de _______ lo interrumpió.

—Mira…

La sujetó por los brazos y ella retrocedió.

—¿Qué tratas de conseguir? —preguntó furiosa—. ¿Provocar celos en Olivia? ¿Por qué no le pides que venga para que vea?

—Estás decidida a molestarme, ¿no es así? ¿O es esto lo que en realidad quieres?

Sin perder tiempo la atrajo hacia sí.

—¡No!

Su protesta fue silenciada por la presión de los labios masculinos. El salvaje beso la hizo comprender cuánto lo había hecho enfurecer. Por lo visto no era un hombre acostumbrado a recibir críticas de una mujer. Pronto sintió el sabor de la sangre que le ocasionó la presión de la boca de él. De inmediato cesó la presión.

—¿Qué es lo que quieres hacer? —le preguntó cuando, por fin, la liberó.

—Puedo hacerte la misma pregunta.

Su tono siniestro la hizo callar durante unos segundos. Caminó hasta la ventana y se quedó mirando el exterior. "Lo odio, lo detesto, pero mi cuerpo siente ansias por él", aceptó.

—Si quieres hacer otro experimento, asegúrate de no escoger a Guido para ello —le advirtió Joe, rompiendo el silencio—. Puedes obtener una respuesta que no hayas solicitado. A menos que Olivia tenga razón —vio que la chica respiraba agitada—. ¿Es lo que estás buscando? Has visto demasiadas películas —le afirmó con rudeza—. Eres deseable, pero no lo suficiente para poseerte aquí y ahora —hizo una mueca—. Cuando hago el amor prefiero comodidades y en mis brazos, una mujer con aroma agradable.

El sarcasmo la hizo enrojecer.

—¿Por eso haces lo que haces? —le preguntó con fiereza—. ¿Para poder vivir con elegancia? Si ése es el caso, ¿por qué no llegamos a un acuerdo que sea mutuamente benéfico?

En ese momento se le ocurrió una idea y antes de perder el valor quiso probar si su realización era factible.

—Un millón de libras puede durar mucho tiempo si lo tienes para ti solo.

—¿Qué estás sugiriendo? —permaneció inmóvil; sus ojos no revelaban nada.

"Parece hecho de piedra", pensó _________. "Sin remordimientos aplasta todo lo que le impide el paso."

—¿Una traición? —preguntó Joe.

Ella encogió los hombros, tratando de aparentar calma.

—¿Por qué no? ¿No me vas a decir que existe el honor entre los ladrones?

Lo dijo con la suficiente dulzura, pero lo hirió y él la miró con expresión distante.

—¿Y si acepto, pero quiero algo más que un millón de libras? ¿Si quedas incluida tú, por ejemplo?

—Yo… Podemos llegar a algún acuerdo —logró decir sin aliento.

La expresión de sus ojos la espantó. Se acercó a él, pero descubrió que Joe ya se había retirado hasta la mitad de la habitación e hizo una mueca de desdén.

—Tú y todas las de tu clase son iguales —espetó por fin.

_______ observó bajo la blanca camisa, el pecho de Joe subiendo y bajando, como si hubiera corrido. El darse cuenta de la furia que lo embargaba la sorprendió, a pesar de no saber que había hecho para provocarla.

—¿A quién crees que estás engañando? —le dijo con burla—. Tú me deseas, pero ahora no te tocaría aunque fueras la única mujer que quedara sobre la tierra. ¿Crees que no sé tus motivos? ¿Crees que no conozco bien a las mujeres como tú, que se estremecen de placer al imaginarse que serán poseídas por la fuerza? Si es lo que quieres, el hombre indicado es Guido, no yo. Yo soy normal —agregó con brutalidad.

Sin darle tiempo a ________ de responder se marchó. Su rechazo la dejó lastimada. Era incapaz de comprender qué había ocurrido. Por unos instantes pensó que sería capaz de usar como cebo el dinero de su rescate, para dividir a sus captores. Al momento siguiente Joe había tergiversado su propuesta, implicando que ella quería hacer el amor con él, cuando en realidad ella se había estado dando ánimos.


Llevaba cuatro días prisionera. Las esperanzas que había alentado al principio ya se habían desvanecido, quedando en su lugar una taciturna apatía. Los días se habían convertido en rutina establecida: por las mañanas, la puerta de su habitación era abierta por Olivia, que le llevaba agua para lavarse. A continuación la escoltaba a la choza rústica que estaba situada a discreta distancia de la casa. Al principio, una gran molestia sentía _______ al verse sometida a tal indignidad, pero su encarcelamiento y la dieta severa a que la sujetaban, habían debilitado su resistencia.

Todas las noches, antes de dormirse, lavaba la ropa que había usado durante el día; pero, a pesar de que ésta se mantenía limpia ya empezaba a tener mal aspecto. Se sentía desaliñada, pero su apariencia personal había ocupado un segundo lugar. Lo primero era la preocupación por su seguridad.

Por las noches cenaban juntos en la habitación inferior. Los alimentos eran preparados, por lo general, por _______, bajo la vigilancia de sus captores. Ese día, Joe no se había presentado y ella estaba consciente de su ausencia, a pesar de no haber cruzado una palabra más con él desde el día que sostuvieron la discusión. Al principio, le divirtió a Olivia la forma como ________ evitaba a Joe. Después, no comprendía su indiferencia hacia él.

A ______ no le era indiferente. Sin nada que hacer, salvo rumiar su desdicha, descubrió que su odio por él aumentaba.
Joe llegó cuando ________ estaba revisando las parras junto con Guido. Era un trabajo duro, y lo hubiera evitado de no estar segura de que Nico lo habría tomado como señal de derrota. Él y ________ se habían embarcado en una batalla silenciosa. Sabía que su silencio lo enfurecía, lo había notado en sus ojos, y ese conocimiento le proporcionaba un perverso placer. Él deseaba quebrantar su voluntad, atemorizarla, ¡pero no lo lograría!

—¿Qué te pasa? ¿Eres demasiado débil para un trabajo honrado? —le preguntó Guido en un momento que ella hizo una pausa, sin enderezarse. La miraba fascinado.

Los tres miembros de la pandilla de Joe hacían comentarios sarcásticos todo el tiempo, pero muy pronto ________ aprendió a ignorar sus burlas. Su instinto le advertía que debía de tener especial precaución con Guido. Parecía que Olivia, en forma intencional, los hacía estar juntos. Sólo el orgullo impedía a _________ desmentirla cuando le insinuaba a Joe que ________ había pasado la mayor parte del día con ella.

Por muchas razones hubiera preferido permanecer en su prisión, pero Joe insistía en que debería estar durante el día al aire libre y ejercitar los músculos.

Olivia había matado uno de los pollos de la granja; ________ lo guisó de la mejor manera que pudo. Cuando en compañía de Guido, entró en la casa, percibieron el aroma delicioso. Joe se encontraba leyendo un periódico. Olivia, a su lado, lo rodeaba con los brazos. Él alzó la vista hacia ella y _______, apretando los labios, desvió la mirada.

—Tu padre está demostrando un poco de sentido común. No se menciona nada en los periódicos acerca de tu desaparición. En una de las columnas de sociales de Londres se comenta que estás de vacaciones con unos amigos.

Su sonrisa burlona la enfureció pero ella se abstuvo de responder. Empezó a caminar hacia la escalera y cuando casi había llegado allí, él estiró un brazo y la sujetó por la muñeca. _________ se puso tensa y sin desearlo miró hacia él y sus ojos se encontraron.

—¿Adónde vas? —preguntó él.

—A mi habitación.

—¿Por qué?

Su voz era fría y suave al mismo tiempo. Sin embargo, el miedo se apoderó de la joven.

—Porque quiero estar sola —replicó con altanería—. ¿Tienes alguna objeción?

—Déjala ir, Joe —le pidió Olivia—. No puede escapar, ni lo intentará —hizo un gesto desdeñoso—. Es demasiado débil para hacerlo. Toda su vida ha estado acostumbrada a que el apellido y el dinero de su padre le faciliten todo. Ignora cómo hacer por sí misma las cosas.

"¡Eso no es verdad!", pensó ________, sin embargo, el orgullo la mantuvo silenciosa.

—¡Joe!

La exclamación de Piero hizo levantar de sus asientos a Olivia y a Guido, y Joe soltó a _______ para apresurarse a ir a la puerta.

_________ escuchó la palabra "policía" y su corazón latió esperanzado. "¿Me estarán buscando? ¿Habrá informado María de mi ausencia y la policía comprendió lo que me había ocurrido? Si pudiera llamarles la atención de alguna manera"…

La tensión se apoderó del lugar a medida que el vehículo de la policía avanzaba por el angosto camino. Los rifles, habitualmente visibles, fueron ocultados. Guido la amenazó con el cuchillo que siempre llevaba consigo. Con los labios resecos, _______ escuchó cómo se detenía el coche y voces.

La puerta se abrió para dar paso a dos hombres uniformados que recorrieron con la vista la humilde habitación.

—¿No han estado aquí mucho tiempo? —preguntó uno de ellos.

Joe caminaba, sin propósito aparente, entre _______ y la policía. Olivia había subido al piso superior. Joe, antes de la entrada de los uniformados le había advertido a _________ que si trataba de escapar, tanto ella como la policía serían heridos. ________ sabía que no estaba exagerando, pero no podía dejar pasar la oportunidad de alertar a la policía.

—Heredé la granja de un tío —explicó Joe—. Se encuentra en malas condiciones, pero confiamos que, en cierto tiempo, estará bien.

—¿No son ustedes de este rumbo?

Joe encogió los hombros.

—No, de Roma —contestó—. Pero prefiero el campo, y mis hermanos también.

Los ojos de uno de los policías se detuvieron en _________. Su compañero caminaba por la habitación.

—¿Es su hermana?

Feliz por el hecho de que entendía y hablaba el italiano, ________ intervino con rapidez:

—No, yo…

—Es mi esposa —respondió con premura Joe.

Retrocedió y la abrazó demostrando afecto. Sólo ella se podía dar cuenta de los dedos que se encajaban en su piel y de la mirada amenazadora.

—¿Se quedarán a comer con nosotros? —preguntó Joe.

Los policías rechazaron la invitación y se dirigieron hacia la puerta. _________ se agitó con desesperación dentro de la prisión del brazo de Joe. Esperaba que alguno de los dos hombres volviera la cabeza y notara su desesperanza. Uno de los dos policías dudó, pero ninguno miró hacia atrás. Guido los acompañó a su vehículo. Cuando _________ escuchó desvanecerse las voces, una terrible desesperación la invadió. Su última esperanza estaba destruida.

Joe la soltó en el momento preciso que Olivia bajaba la escalera. Se tocó el brazo dolorida, donde él le había lastimado, y su odio aumentó.

No tuvo apetito para comer. En el desayuno había tomado muy poco alimento y rió con amargura cuando Joe le ordenó que terminara.

—¿Para qué? —preguntó ella—. De todas maneras me van a matar, por lo que les puedo ahorrar el trabajo, dejándome morir de hambre.

Olivia rió.

—No es tan tonta como pensé. O, tal vez, está tratando de despertar tu compasión, caro. Tiene que haber leído muchas historias en los periódicos con respecto a las relaciones que surgen en este tipo de situaciones entre los captores y su presa.

—Tienes que comer —insistió Joe sin hacer caso a Olivia—. ¿Ha hecho suficiente ejercicio? —le preguntó a Guido.

Este encogió los hombros.

—Estuvo trabajando esta tarde en el campo.

—Y, tal como indicaste, todas las noches uno de nosotros camina con ella —agregó Olivia.

—O comes o te obligo a hacerlo —amenazó Joe.

—¿Has tenido noticias de Londres? —lo interrumpió Olivia—. ¿Sabes si?…

—Su padre ha seguido nuestras indicaciones —respondió Joe—. Está tratando de reunir el dinero, y espera tenerlo dentro del plazo que le dimos.

—Será mejor que lo haga así… De lo contrario le enviaremos a su hija cortada en pedazos.

Los ojos de Olivia brillaron ante la idea. Cuando ________ retiró su plato sin haber probado el pollo, Joe no hizo ningún intento por castigarla.

—Mientras más pronto terminemos con esto, mejor. Estoy hastiado de este lugar. Me encantará regresar a Roma —comentó Guido.

La noche había caído mientras comían. Contra los cristales revoloteaban las mariposas.

—Ven —ordenó Joe a ________ cuando ellos terminaron de comer—. Esta noche caminaré contigo.

Quiso negarse. Sintió la mirada de Olivia fija en su espalda y vio resentimiento en los ojos de Guido. Olivia había adoptado el sistema de desaparecer cuando se suponía que era su turno de pasear con ella y Guido tenía el hábito de dejar vagabundear con lujuria sus ojos por el cuerpo de _______.

Joe la condujo en dirección del río, como si hubiera adivinado el pensamiento de la joven de darse un baño y deseara torturarla más.

—¿Sabes? Eres distinta a lo que había supuesto.

El tranquilo comentario la asombró. Casi se cae cuando se detuvo en medio de la penumbra para mirarlo y tratar de encontrar la burla en su rostro, burla que no halló.

—¿En qué sentido?

El manto de la noche, cubriéndolos, hacía un tanto más fácil el hablar y, al menos temporalmente, la hizo olvidar su odio hacia él.
Se dio cuenta de que él levantaba los hombros.

—En todos los sentidos. Eres más vulnerable de lo que creí y, sin embargo, de carácter fuerte.

_______ se puso tensa, sospechando una trampa. Con un dejo de temblor en la voz, repuso:

—¿No soy la mujer rica que suponías? ¿La hija consentida de papá que cree que puede comprar cualquier cosa con dinero? No soy tonta. Sé por qué estoy aquí y que me van a asesinar. No me arrodillaré a implorar por mi vida.

—¿Y si no lo supieras?

—¿Es lo que quieres? ¿Qué me arrastre y suplique? ¿Por qué? ¿Eso te excita? ¿Sería un contraste con la masculinidad de Olivia? —preguntó hiriente—. ¡Nunca le he rogado a un hombre y no pienso hacerlo ahora!

—¿No?

Se volvió hacia ella y, con la luz de la luna, ________ vio el cinismo cincelado en su rostro.

—Eso no es lo que yo había escuchado. Se rumora que eres una mujer fácil que sabe cómo conseguir el hombre que desea.

—¡Pero no te deseo!

La brusca negativa estaba preñada de una emoción que _________ no pretendía demostrar. Con sólo escuchar a Joe sentía como si la hubiera golpeado. Bien sabía la reputación que tenía. Se sintió enferma al recordar su tontería inicial, que le hizo suponer que un lazo especial los unía. Se encajó las uñas en las palmas de las manos… uñas rotas por el trabajo que se había visto obligada a realizar.

—Incluso las mujeres fáciles no desean a todos los hombres que ven —dijo _______ con dureza—. ¿Qué es lo que haces para ganar dinero cuando no secuestras a alguien? ¿Alquilarte con una millonaria de edad madura?

Aspiró cuando él la sujetó con fiereza por los codos y se movió con agilidad para evitar las patadas que ella intentaba darle. _______ dedujo por la furia que vio reflejada en el rostro masculino que había ido demasiado lejos. Deseó suplicarle que la matara rápido y sin dolor. Los ojos se le ensombrecieron por las emociones que la embargaban.

—_______…
Ella entrecerró de inmediato los ojos. Odió el dejo de compasión que percibió en la voz de Joe.

—¿Qué pasa? ¿Te has arrepentido? ¿Por qué no se lo dices a Olivia? Estoy segura de que no tendrá ningún problema para matarme cuando sea conveniente. Lo disfrutará.

Sus palabras habían sido motivadas por la ira pero, por la tensión del cuerpo de Joe, se dio cuenta de que él estaba reaccionando con ellas.

—Es probable —aceptó con suavidad—. Si me estás aguijoneando para que pierda el control…

Agregó, entre dientes, algo más, mientras la luz de la luna revelaba el desprecio que había en sus ojos. De pronto, ella estaba en sus brazos, sintiendo el calor que emanaba de su cuerpo. Sus labios recorrieron el desnudo cuello de _______ y con las manos la acercaba más hacia sí.

Trató de resistirse, pero la fortaleza de Joe era demasiada. El temor la invadió cuando sintió las manos de Joe acariciándole la espalda, pero pronto el miedo se transformó en placer.

Sin que ella se diera cuenta, entreabrió los labios, invitadora.

Olvidó las circunstancias que la habían llevado a ese encuentro, lo que había ya pasado entre ellos, la razón por la cual estaba con él en ese lugar.

Cuando su sostén se abrió para permitir a los dedos vagabundos el acceso a la tibia redondez de los senos, no le importó.
Se estremeció cuando una mano abandonó la piel para deslizarse por su cadera. La piel le ardía con el contacto. _______ quiso apartarlo de sí, pero su cuerpo se estrechó con erotismo al de él y sus brazos se elevaron para rodear los poderosos hombros.
Los sensuales labios que recorrían su cuello interrumpieron s refinado tormento y Joe inclinó la cabeza.

—¡Joe!

La reacción de él fue más rápida que la de ella. Antes que Olivia llegara hasta donde estaban la soltó y dio unos pasos hacia atrás. ________ en ningún momento creyó que hubieran engañado a Olivia.

—Estábamos preocupados por ti —le dijo Olivia—. Llevan mucho tiempo afuera.

—¿Preocupados? —preguntó Joe—. ¿O curiosos?

—¡Estabas haciéndole el amor! —exclamó Olivia, en un arranque de furia, haciendo a un lado la cortesía.

—No es un crimen. En realidad, casi podríamos denominarlo la propina que recibo por mi trabajo. ¿No creo que estés celosa, o sí, cara?

Aunque no podía comprender el porqué, _________ se dio cuenta de que Joe le estaba tendiendo una trampa a Olivia. Tampoco entendía la razón por la cual la había acariciado en esa forma.

Aún le estremecía recordar las caricias y, aunque se recriminaba no podía negar que había reaccionado ante él. "Mi cuerpo quería entregársele, pero yo no", pensó. "En esta situación, ¿qué mujer no actuaría fuera de lo normal? Sin embargo, ¿por qué sentí deseo por Nico, cuando todos los hombres que conozco me han sido indiferentes? Creo que me encuentro en un estado de tensión y que mis emociones me traicionaron".

Abstraída en sus pensamientos, no se había dado cuenta de la furia de Olivia, pero se vio obligada a captar lo que ocurría cuando, de regreso a la casa, la otra mujer la empujó, haciendo que casi tropezara en la oscuridad. _________ tuvo que aceptar que se había ganado la peligrosa enemistad de la italiana cuando, ya encerrada por ésta en su habitación, recordó la mirada que le había lanzado al entrar en la casa, mirada que prometía un castigo por haberse atrevido a usurpar la posición de ella con Joe.

Un poco más y la aurora la sorprende sin dormir. Imaginó, como bálsamo curativo, que era de nuevo una pequeñuela y que se encontraba a salvo en los brazos de su padre.

la nove va suepr
lau pero pon maraton
si
poque pones caps
muy poco
entonces para que podemos
aguantar la semana
pon mas cap

lau explicame joe si esta con olivia
o no?

maratonnnnnnnnn

donde esasta????

Siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

:(

lo siento pero con la eescuela
no me da tiempo de pasar,otravez lo siento
siguelaaaaaa!
porfaaaa