Un amanecer en el infierno.

Sinopsis

La ultima campanada indicaba que la misa comenzaría, en el podio se encontraba el padre Kane se encontraba repasando unas hojas de su biblia antes de iniciar la ceremonia que cada domingo era realizada en la pequeña iglesia del pueblo. Cada habitante de Beaufort se encontraba en la iglesia ya que ausentarse un domingo seria un martirio para la familia, los pobladores tenían la regla de rechazar a las personas que no siguieran las reglas del pueblo, que era controlado por la iglesia.

En primera fila se encontraba Alice Kane o mejor conocida como la perfecta hija del padre Kane. En un pueblo tan conservador como lo era Beaufort todos cuidaban su imagen, los niños salían peinados de sus casas a los servicios dominicales, las niñas siempre usaban su vestido mas bonito junto a unos zapatos de charol brillantes, las mujeres no podían ocupar algo que diera paso a la imaginación de los hombres y por ultimo los trajes formales para el sexo masculino eran lo ideal para asistir a la iglesia.

A un lado de Alice se encontraba Evanna, su hermana dos años mayor que ella. Evanna Kane se encontraba en el noveno grado de secundaria, a su corta edad siempre se había intentado desligar de las costumbres conservadoras de la familia.

Las hermanas Kane prestan atención al sermón que estaba dando su padre acerca del respeto que había que tener entre los pueblerinos, los padres de familia asentían de acuerdo con cada palabra dicha por Richard Kane, mientras que las mujeres lo miraban conmovidas; como si sus palabras penetraran sus corazones.

Un fuerte estruendo alarmo a las personas dentro de la iglesia, el sheriff Reeves se encontraba empapado por la fuerte lluvia que caía ese día en el pueblo, su respiración agitada indicaba que había corrido hasta la iglesia, su mirada demostraba temor y por último sus manos inundadas en un espeso liquido rojo, sangre, indicaban que algo no andaba bien.

—¿John esta todo bien? —Indago sumido en la preocupación el padre Kane.

—Padre Kane, hallamos a su hijo sin vida por un accidente de auto. — Declaro nervioso limpiando sus manos en los pantalones de trabajo que llevaba puestos.

La matriarca de los Kane soltó un sollozo ahogado por una de sus manos, las hermanas se apresuraron en acercarse a ella para contenerla. De las manos de Richard Kane cayo su biblia creando un pequeño fragor.
Las personas miraban la escena sin poder creer que Michael Kane estuviera muerto.

El menor de los Kane miraba a los integrantes de su familia soltar lagrimas sin entender muy bien porque lo hacían, Harry se acerco a su madre aferrándose a su pierna.

Sin previo aviso el padre Kane corrió fuera de la iglesia, seguido por Alice y Evanna. Siguiendo el ruido de las sirenas policiales y de las ambulancias se detuvieron en una zanja donde yacía el cuerpo inerte de Michael. A simple vista no se veían rastros de que hubiera sido un asesinato, no habían apuñaladas o balas en el cuerpo del chico.

Los tres integrantes de la familia se miraron aterrorizados, cada uno sacaba conclusiones en sus cabezas acerca de cómo había ocurrido este desafortunado incidente.

¿Qué había llevado a Michael Kane a la muerte?

Hola personitas que lean esto:

La sala de interrogación se hizo pequeña con tantas personas dentro de ella. Alice abrazaba a su hermano pequeño por los hombros dejando que las lagrimas se deslizaran por sus mejillas hasta caer en la cabeza del menor. Irina Kean soltaba lagrimas silenciosas, intentaba no perder el control por sus pequeños hijos. Evanna caminaba a espaldas de su familia intentado encontrar un culpable de la muerte de Michael.

Richard Kane hablaba con uno de los oficiales, parecía alterado por lo que le decía el oficial.

—Padre Kane, la persona que lo mato le dio dos disparos por detrás. —Explico. —Una de las balas se alojó en su corazón causando su muerte.

—¿Cuándo fue?, ¿Ya tienen un culpable?

—Richard esto fue en la madrugada, ¿Qué hacia Michael afuera tan tarde? —Indago el sheriff Reeves.

—No tengo idea. —Murmuro desconcertado.

—No hallamos pruebas o testigos. —Le informo Reeves.

—Cierren el caso. —Ordeno el padre Kane.

Su esposa lejos de estar de acuerdo se levanto molesta.

—¿Quieres que el asesino de nuestro hijo quede suelto? —Le recrimino entre lágrimas. — Ese criminal me arrebato a mi bebe.

El ambiente tenso de la habitación era notable, nadie estaba de acuerdo con la decisión del patriarca Kane, a él parecía no importarle.

—No, no alargaremos este dolor. —Dijo decidido. —Michael murió hoy y no nos va a perseguir su dolor.

Fue lo ultimo que se escucho de su parte antes de que abandonara la habitación dejando a un ambiente melancólico y a una mujer destrozada por la muerte de su hijo.


Cinco años habían pasado del incidente que cambio a la familia Kean. Evanna había terminado la secundaria dos años atrás mientras que Alice asistía al undécimo grado.

La persona que más se había visto afectada con la muerte de Michael había sido Irina, la mujer se había negado a superarlo sumiéndose en una profunda depresión.

—¿Eva me llevaras al colegio? —Le preguntó Harry a su hermana mientras tomaban desayuno.

El menor de la familia acababa de cumplir 9 años el día de ayer. A duras penas entendía lo que sucedía en su hogar, pero siempre intentaba aportar en los quehaceres.

—Si, termina tu leche y ve a cepillar tus dientes por que ya vamos tarde. —Indico la mayor con una sonrisa.

—¿Viste quienes se mudaron a la casa de los Walford? — Murmuro Alice a su hermana luego de que Harry abandonara el comedor.

—No, ¿Quiénes son?

—Andrea me envió un mensaje y dijo que los había visto llegar ayer. —Comento. — Son 3 hombres y una niña pequeña como de la edad de Harry.

—¿Andrea se ha dedicado a acechar a los vecinos? —Pregunto Eva con una ceja alzada.

—Agradéceme la información, creo que son guapos y a ti te gusta el peligro. —Alice fingió indignación antes de reír.

—Tengo que ir a dejar a Harry.

La mayor se levanto dejando a su hermana en el comedor.

—Ya estoy listo. —Indico Harry bajando las escaleras.

Eva tomo la mano del menor y caminaron fuera de la casa. Harry iba en penúltimo año de la primaria, por lo que no asistía a la misma institución que su hermana Alice.

—Mama hoy beso mi mejilla antes de irnos, ¿Crees que ya está mejor? —Pregunto el niño mientras caminaban a su destino.

—Creo que esta mejorando Harry, no puedes ilusionarte con esto. —Opino Evanna. — No quiero que después lo pases mal cuando veas que mama no se recupera.

El pequeño solo asintió pensativo, en su cabeza había muchas preguntas. ¿Por qué mama no quería levantar de la cama?, ¿Por qué su padre la obligaba cada domingo a levantarse y a ir a la iglesia?

—Eva, Alice dijo que te irías del pueblo. —Comenzó el niño cuando ya solo faltaban unos metros para llegar a su escuela. —¿Es eso cierto?

La chica medito su respuesta unos segundos antes de sonreírle.

—No lose aun, no debes preocuparte por eso.

Antes de que Harry respondiera un auto de lujo paso por su lado, se detuvo frente la puerta de la primaria. De el bajo una niña que parecía de la misma edad de Harry, por el lado del piloto un chico, que a los ojos de Eva era bastante guapo.

—Wow. —Murmuro el pequeño embobado con el auto, no era normal ver autos tan lujosos en el pueblo.

—Es un lindo auto. —Le comento la Evanna a Harry cuando ya estaban frente a él.

—Gracias. —Dijo una voz detrás de ellos, el acento británico hizo que Eva sacara sus propias conclusiones. —¿Te gusta pequeño?

—Si esta muy genial, pero papá dice que no debo emocionarme por las cosas materiales. —Aclaro Harry.

El chico solo asintió algo extrañado.

—Soy Hillary. —Se presento la pequeña que venía con él.

—Yo soy Evanna y el es Harry. —Respondió la mayor de los Kane con una sonrisa.

—¿Estas en la clase de la señorita Bellony? —Le pregunto Harry.

—Uh, no lose. —Su mirada demostraba confusión. —¿Will?

—Aun no lo sabemos, es su primer día de clases. —Dijo su hermano.

—Fue un gusto conocerlos, pero ya tenemos que irnos. —Eva se encontraba algo inquieta por la mirada de Will.

—¿Vas en la secundaria del pueblo? —Pregunto el chico mientras se acercaban a la puerta de entrada.

—¿Por qué lo dices? —Evanna miro su ropa la cual parecía un uniforme.

—Tengo que ir a dejar a mi hermano, si quieres puedo llevarte. —Ofreció.

—Cuídate Harry. —Eva beso su frente y vio como corrió dentro de la preparatoria junto a Hillary. — Agradezco mucho tu oferta, pero no creo que sea correcto y a demás ya terminé la secundaria.

—Solo te ofrecí llevarte para que no tuvieras que caminar tanto, ¿Cuál es el problema? —Pregunto confundido.

—Mira, aquí las cosas no funcionan como en otras ciudades. —Le explique incomoda, muchas madres me estaban mirando mientras dejaban a sus hijos. —Aquí las apariencias importan mucho mas de lo que crees, sobre todo cuando tu padre es el reverendo de la única iglesia a la cual asisten todas las personas del pueblo.

—¿Y?, mira lamento si te ofendió mi propuesta. —Murmuro extrañado. —Ya me tengo que ir.
Eso fue lo ultimo que Eva le escucho antes de que se subiera a su auto y se marchara.

—Malditas reglas. —Maldijo en voz baja y comenzó a caminar las cuadras que le faltaban para llegar a su trabajo en la cafetería.

 
—Andy ya te dije que no puedo ir a ver a esos chicos. —Repitió Alice mientras deambulan en el patio de la secundaria.

—Le quitas la diversión a todo. —Andy murmuro fingiendo molestia.

—Solo evito los problemas, en mi casa ya hay los suficientes con mama y Eva.

—¿Qué hizo Eva?

—Ha estado saliendo en las noches, va al mismo lugar en el que mataron a Michael.

—¿Y el toque de queda? —Pregunto Andrea confundida.

—Tiene un amigo en la estación de policías que es el encargado de rondar esa área.

—Esta bien, es un buen punto. —Acordó. —Pero semejantes chicos no se dejan pasar, sobre todo cuando será nuestro compañero.

—¿El bombón del que hablas tiene diecisiete años?, Andy por lo general los chicos de nuestra edad no suelen ser tan lindo.

Antes de que la chica pudiera responder la campana sonó indicando que las clases iban a empezar.

—La madre Aurora nos odiara si llegamos tarde. —Dijo Alice caminando al salón.

—Eres la persona mas divertida, lo juro. —Murmuro su amiga sarcástica.

Entraron a su salón tomando asiento en sus respectivos puestos individuales. El padre Kane como cada mañana entro a la sala para ver que estuvieran todos los alumnos y hacer la oración respectiva.

—Bombón en la puerta. —Murmuro Andrea luego de que el padre Kane terminara la oración.

Alice dirigió su mirada donde le indico su amiga y se encontró con un chico de aspecto bastante adorable.

—Alumnos este es su nuevo compañero, James Wembley. —Anuncio la madre Aurora. —Háganlo sentir bienvenido.

James entro y tomo uno de los lugares vacíos antes de sacar su cuaderno y un lápiz para tomar notas de lo iba a hablar la maestra.


—¿Qué crees Liz?, Mark no va a cambiar. —Le dijo Eva a su mejor amiga.

—Cariño, el no va a dejar su imagen perfecta por ti. —Continuo Louis. —Es momento de que lo sepas.

Los tres se encontraban en el uno de los parques a los que nadie iba. Eva y Louise trabajaban en el mismo café, mientras que Sidney lo hacia en una tienda de ropa. Los tres hacían concordar sus tiempos de descanso para verse.

—Ya lo sé. —Murmuro Sidney con lagrimas en los ojos.

Louis y Eva solo rodaron los ojos viendo a su amiga llorar nuevamente por ese chico.

—¿Quién es semejante bombón? —Pregunto Louis mirando a un chico salir de la estación de policías con un uniforme de oficial.

—Es el chico nuevo del pueblo. —Aclaro Sídney secando sus lágrimas.

—Es Will, lo conocí esta mañana cuando llevé a Harry a sus clases. —Informo Eva tomándole atención al chico.

—Con semejante chico me voy preso cuando el me diga. —Bromeo Louis.

—Olvidaría a Mark con ese hombre. —Comento Sid.

Ambos miraron a Eva esperando a que dijera algo, la chica se encogió de hombros y negó antes de murmurar.

—Es lindo un problema.


Alice y Andy corrían por las calles hasta llegar a la casa de la ultima nombrada.

—¿Por qué tenemos que ir tan rápido? —Pregunto Alice agitada cuando ya faltaban unos cuantos metros para llegar.

—Mama ira a entregarles una canasta a los recién llegados. —Menciono Andrea. —

Alice se detuvo en seco y negó.

—Andy esto es una mala idea y lo sabes. —La nombrada blanqueo los ojos y se acercó a tomar la muñeca de su amiga para obligarla a avanzar.

—Tu falta de juventud me hace dudar de tu edad. —Mascullo arrastrando a Alice.

Cinco minutos mas tarde ya se encontraban en la puerta de los Wembley. La madre de Andy toco la puerta tres veces antes de que desde su interior se escuchara un “En un momento”. Una mujer de rubia y de ojos claros que no sobre pasaba los cincuenta abrió la puerta con una sonrisa.

—Hola, soy su vecina de enfrente Kaia Parker. —Se presento la madre de Andy con la canasta de frutas entre sus manos. —Esta es mi hija Andrea y su amiga Alice.

—Es un gusto conocerlas. —Dijo encantada. —Soy Rose Wembley. —Su acento británico quedaba bastante bien en su dulce voz. —Pasen.

Se hizo a un lado permitiéndoles la entrada. Las tres pasaron mirando la fina decoración que yacía en la casa.

—Les presentare a mi hijo James, acaba de volver de la escuela. —Comento para luego gritar el nombre de su hijo.

—Es nuestro compañero. —Menciono Andy. —Alice y yo también estamos en el penúltimo grado.

—Oh eso es encantador, se que ha James le caerá de maravilla conocer a mas personas de su edad. —Dijo. —Es un poco tímido.

—Gracias mama. —Bromeo el chico bajando los últimos escalones. —Andrea y Alice, ¿No?

Ambas chicas asintieron.

—Es un gusto conocerlas.

—Oh quizás las chicas podrían mostrarte la ciudad mañana, hay una feria en el centro. —Ofreció la madre de Andrea.

—Si, te llevaríamos ahora pero ya es un poco tarde y el toque ya va a comenzar. —Aclaro Andy.

—Si genial, ¿Estas de acuerdo? —Le pregunto James a Alice la cual se había mantenido en silencio durante la conversación.

—Claro, pasamos mañana a las cuatro por ti.
 

El reloj ya marcaba las nueve en punto, lo que significaba que la prohibición de salir comenzaba. Como era de esperar la familia Kean se encontraba cenando, Richard miraba a cada uno de sus hijos esperando a que alguno pusiera un tema de conversación.

—Me dijeron que te vieron en la plaza junto a tus amigos. —Le comento a Eva la cual solo asintió revolviendo la comida en su plato. —¿Y tú que hiciste hoy? —Pregunto esta vez a Alice.

—Conocimos a los nuevos vecinos de Andrea y nos ofrecimos a mostrarles la ciudad mañana a las cuatro.

—Eso es muy amable. —Sonrió.

—Ya terminé. —Se levanto Eva de la mesa, tomo su plato y sus cubiertos para llevarlos al lavavajillas.

La chica subió a su habitación cerrando su puerta con llave. Abrió la venta para salir por ella como acostumbraba cada noche. Las rondas policiales comenzaban a las diez por lo que le daba tiempo para llegar al lugar que visitaba.

Camino por veinte minutos antes de llegar a la zanja que se encontraba a una orilla del bosque donde había sido encontrado su hermano.

—No deberías estar aquí. —Dijo una voz con acento, Eva saco sus conclusiones rápidamente.

Volteo lentamente mientras el chico mantenía una linterna en su dirección para visibilizarla.

—¿Crees que no lose?

—Estoy bastante seguro de que lo sabes, pero por algún buen motivo lo haces.

—¿Qué le paso a Ryan? —Pregunto confundida la chica.

—Cambiaron su turno a las mañanas. —Respondió Will. —Pero el me hablo de ti y de que venias aquí cada noche.

—¿Te conto lo de mi hermano?

—Lo hizo, creo que podría ayudarte.

—No puedes, ninguno de ustedes puede. —Aseguro molesta.

—¿Dije algo malo? —Will se encontraba un poco confundido por la actitud de Eva.

—Ningún oficial fue capaz de negarse a la voluntad de mi padre, ninguno pudo investigar como un chico de diecisiete años falleció.

—Vi su reporte, dos balas en la espalda. —Comento el chico, Eva lo miro dejando toda su atención en él. —Una de las balas dio en su pecho incrustándose en su corazón, a primera vista no se veían los disparos ya que el cuerpo fue encontrado por su parte delantera.

—¿Y?

—El arma homicida fue un Revolver calibre veintidós, los disparos fueron hechos a tres metros de distancia.

—¿Cómo recuerdas todo eso?

—Me parece que te ayudaría saber un poco mas de lo que ya sabias.

—Así es, gracias.

—No hay de qué. —Will se encogió de hombros dándole una sonrisa. —Es tiempo de que vayas a casa.

—¿Podría quedarme contigo un rato?

El chico asintió sentándose en un tronco caído, Eva imito su acción y miro las estrellas.

—Te ayudare a encontrar al asesino de tu hermano.

—Gracias. —Murmuro la chica mientras que sus ojos se llenaban de lagrimas al recordar a Michael.

Will la rodeo con su brazo para que Eva descansara su cabeza en su hombro soltando todas las lagrimas que noche tras noche abandonaban sus ojos en la soledad.

La oscuridad siempre rondaba en los sueños de Eva provocando que el insomnio fuera parte de su rutina diaria. Cada noche despertaba con su respiración agitada y una fina capa de sudor cubriendo su piel, una pesadilla que a la mañana siguiente no podía recordar.

Su sueño rondaba su cabeza mientras esperaba que la cafetera estuviera lista.

—Eva, ya es hora de que vayas por Harry. —Aviso Louis limpiando una de las mesas vacías de la cafetería.

—Gracias cariño.

La chica fue a la parte trasera para retirarse el uniforme de trabajo y poder ir en busca de Harry, el pequeño pasaba las tardes en la cafetería mientras Eva trabajaba ya que en casa nadie podía cuidar de él.
Camino las cuadras correspondientes hasta llegar al colegio de su hermanito, donde ya había madres esperando a que sus hijos salieran.

—Buenas tardes Evanna. —Saludo Will sin su uniforme policial.

—Oficial Wembley. —Devolvió su saludo.

—¿Cómo estás? —Pregunto, de reojo Eva pudo observar cómo algunas mamas comenzaban a susurrar inventos de ellos.

—Muy bien, gracias. —Murmuro la chica alejándose unos pasos de él.

Will solo rio levemente y volvió su vista a la entrada del colegio, Hillary corría hacia los brazos de su hermano mayor y en su mano agitaba una hoja.

—No vas a creer lo que me paso hoy. —Menciono alegre, no espero respuesta y siguió hablando. — Saque una A.

Harry se acercó a mi cabizbajo.

—¿Qué tienes pequeño? —Pregunto Eva revolviendo su cabello rizado.

—La maestra me puso una C. —Murmuro molesto.

—No es una mala nota cariño.

—Yo puedo ayudarte con matemáticas Harry. —Se ofreció Hillary.

—No creo que tenga remedio. —Confeso el pequeño Kane.

—Claro que sí. — Intervino nuevamente Hillary. —Esta misma tarde te ayudare, si quieres puedes venir a mi casa.

—Eva, ¿Puedo ir a su casa?

Miro a Will esperando a que dijera algo, el solamente se encogió de hombros esperando la respuesta de la chica.

—Está bien, pero paso por ti a las seis. —Accedió la mayor de los Kane y ambos pequeños chillaron de alegría. 

—¿Esta bien? —Pregunto a Will.

—Claro, si quieres yo lo llevo a tu casa.

—No, yo paso por él.

Evanna se despidió de los tres y volvió a la cafetería para terminar su turno.
 


—¿No es un poco raro que estemos espiando al padre de Alice? —Pregunto James confundido.

Andrea y Alice negaron sin quitarle ojo a Richard Kane.

—Si vas a juntarte con nosotras deberás acostumbrarte. —Advirtió Andy.

—Si no se callan no podré escuchar con quien habla. —Murmuro Alice pegando su oreja a la puerta de la oficina de su padre.

—Sigue siendo muy raro para mi gusto. —El chico blanqueo los ojos.

—Esto es una pérdida de tiempo Ali.

La nombrada se alejó unos pasos de la puerta y asintió. Pensó unos segundos en el su siguiente movimiento, días atrás su padre había discutido con Eva por la muerte de Michael y su madre dejo su cama en un vano intento por detener la pelea. Su padre había mencionado un tal Derek como el culpable de todo.

—Quizás debería buscar en el registro del pueblo algún Derek.

—¿No crees que han vivido una gran cantidad de hombres con ese nombre en el pueblo? —Cuestiono James su plan.

—Tiene razón. —Dijo Andy.

—Deberías preguntarle a tu hermana quien es Derek. — Se encogió de hombros el chico mientras caminaban hacia el patio.

—Esta en el jardín. —Respondió la chica sentándose a su lado.

—¿Hay algo que te molesta?

—¿Dónde está papa? —Pregunto Eva sabiendo la respuesta.

—En la iglesia.

La chica asintió decepciona de haber tenido la razón. Su padre pasaba las tardes en la casa de Marjorie Gilbert, una ex bailarina exótica que había llegado al pueblo hace un par de años.

—Evanna. —Le llamo su madre. —Si algo me pasa no dejes que Harry o Alice se queden solos, serás todo lo que tendrán.

—¿Y papa?

—Evanna por favor, prométemelo. —Suplico la mujer con los ojos empapados en lágrimas.

—¿Por qué estas diciéndome esto? —Pregunto la chica nerviosa.

—Eva. —Insistió su madre.

—Lo prometo, hare lo que sea por ellos. —Acepto dejando las lagrimas correr por sus mejillas, sospechando que algo malo pasaría.

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—Alice no entiendo que hacemos aquí. —Pregunto James mientras caminaban por el bosque.

—Me dijiste que tu hermano hace su turno aquí, Evanna viene aquí cada noche. —Respondió la chica. —Quizás él puede saber quien es Derek.

—Espera. —Se detuvo el chico. —Mi hermano no puede saber que te estoy ayudando a descubrir un asesinato o algo así.

—Está bien, escóndete.

James rodo los ojos y negó.

—Debe haber otra cosa que podamos hacer, además debemos volver a casa. —Miro el cielo que ya estaba oscureciendo. — La prohibición comenzara y puedo asegurar de que notaran tu ausencia.
Alice rodo los ojos y asintió de acuerdo con James. Ambos caminaron hacia la casa de la chica.

—¿Por qué tu familia dejo Londres?

—Mi padre tuvo la oportunidad de trabajar como jefe en la estación de policías, así que todos vinimos con él. —Se encogió de hombros.

—¿Extrañas a tus amigos? —Comento Alice.

—Un poco, nos texteamos la mayoría de los días.

—¿Textear?

—Si, mandar mensajes de texto. —Respondió obvio. —Por celular.

La chica le miro confundida antes de negar.

—Aquí aun mandamos cartas y tenemos teléfonos con cables.

Antes de que James pudiera responder el sonido de una sirena de ambulancias los distrajo. El auto se encontraba estacionado fuera de la casa de Alice.

—¿Qué esta pasando? —Pregunto confundida al ver como personas entraban y salían de su casa.

—¡Mama! —El grito de su pequeño hermano la hizo correr hacia su casa, en ese momento su madre abandonaba la casa amarrada a una camilla de hospital.

Detrás de ella venia Eva con Harry entre sus brazos. El pequeño lloraba desconsolado mientras que su hermana mayor hablaba con uno de los paramédicos.

—¿A dónde se llevan a mama? —Pregunto Alice.

—A un hospital psiquiátrico. —Respondió Evanna.

—¿Por qué? ¿Por qué se la llevan Eva?

—Papa la interno en ese lugar, Alice tienes que estar tranquila.

—¿Puedo ayudarte en algo? —Pregunto James a la menor de las Kean.

—Solo necesito un abrazo. —Sollozo rodeando su cintura con sus brazos y la cara en su hombro.

Los cuatro observaron la ambulancia alejarse con la matriarca Kean dentro de ella, sus hijos se preguntaban cuando sería el día en que volverían a verle.

—Ahora solo quedamos tres. —Murmuro Eva secando las lagrimas de sus mejillas con la manga de su chaqueta.

—Esto no se va a quedar así. —Dijo entre lagrimas Alice mirando a su padre que se asomaba por la ventana.

Las noticias en Beaufort se expandían rápidamente, pero no eran noticias muy relevantes. El robo de una galleta en la tienda era un hecho importante, un asesinato conmocionaba aun mas a las personas de este pueblo. 

Otras cosas como el hecho de que la esposa del reverendo de la única iglesia de la localidad fuera internada en un hospital psiquiátrico ponía en tela de juicio la capacidad de mi padre para poder conllevar las labores cristianas del pueblo.

—El pueblo ha manifestado su desconfianza hacia su habilidad para conllevar las cosas, ¿esta de acuerdo padre ante lo dicho? —Pregunto la entrevistadora del periódico de la comunidad. 

Nos encontrábamos Harry, Alice y yo sentados en el sofá de la casa, mientras que mi padre ocupaba uno individual al igual que la interrogadora. Aparentábamos ser la familia perfecta, aunque destrozada por la noticia de mi madre, ante el medio de difusión local.

—Mi esposa sufría una enfermedad que no le permitía estar consciente de sus acciones, solo queremos que encuentre la ayuda que Dios no puede brindarle. —Aclaro. —Hice todo lo que estaba en mis manos y en las de nuestro padre celestial para mantenerla en su hogar, peros sus acciones no solo la afectaban a ella o a mí, sino que nuestros hijos ya comenzaban a verse afectados.

“Sarta de mentira” Pensó Eva al verle crear un papel de victima desamparada, las uñas comenzaban a clavarse en las palmas de su mano para retener las ganas de querer decir la verdad y defender el nombre de mi madre.

—Comprendo absolutamente padre. —Comento la entrevistadora, Lisa Hopkins. Un destello de lujuria se vio en sus ojos, o eso es lo que pensó la mayor de las Kane al verla tan comprensiva.

—Debo dejar a Harry en la escuela. —Interrumpió Eva dejando el sofá. —Fue un gusto verte Lisa.
Dicho esto, tomo la mano de su pequeño hermano y abandono la casa, con Alice pisándole los talones.

—Esa mujer es una arpía. —Musito Evanna, evitando que Harry la escuchara. 

—Se veía decente. —Respondió Alice acomodando su falda.

El mayor rodo los ojos y evito seguir lo que parecía el sendero a una discusión por el honor de Lisa Hopkins.


—Deberías haber visto como acomodaba su cabello o agitaba sus pestañas. —Le comento Eva a Will, ambos se encontraban caminando por el bosque.

—Quizás son inventos tuyos. —Se encogió de hombros recibiendo una mala mirada por parte de la chica. —Lo que digo es que has pasado por muchas cosas en muy poco tiempo, tu cerebro debe estar creando una especie de protección o algo similar.

—Como sea. 

—No es algo malo Eva. —Will freno su caminar y miro a la chica que venía tras de él. —Quieres evitar que alguien pueda dañar a tus hermanos y es bastante comprensible. 

Ella solo asintió mirándole a los ojos, sostuvieron las miradas hasta que Eva decidió seguir por el camino.

—Solo necesito encontrar a Derek, el debe saber algo. —Murmuro.

—El chico dejo hace años el pueblo según los registros, nadie volvió a verle. —Respondió Will, había estado investigando en la estación.

—Lo tengo bastante claro, pero si no esta muerto debe estar en algún lado. 

—Todo seria un poco más fácil si en este pueblo se aventuraran en el arte de la tecnología. —Critico el oficial. —Tuve que buscar en la bodega y leer un millar de papeles para encontrar los registros de Derek Michelson.

—Que decían esos papeles. —Pregunto alzando una ceja.

—Nada importante.

—Will.

El suspiro y saco su teléfono mostrándole una fotografía del registro policial de Derek. 

—Estuvo detenido un año después de la muerte de tu hermano, el padre Kane le acuso de intentar entrar por la fuerza a la iglesia. —Comento el oficial. —Cuando salió de prisión abandono el pueblo junto a su madre.

—Derek tenia una casa en Greenville. —Recordó Eva. —Michael y el se escapaban algunos fines de semana.

—Podríamos buscarle ahí. 

—¿Me acompañaras? 

—Si no, ¿Quién te llevara? —Alzo una ceja sonriendo.

—Eres el mejor.

—Alice podrías explicarme por que estamos espiando tu casa. —Dijo James recostado en el césped, mientras que la chica se ocultaba detrás de unos arbustos.

—No estamos espiando, estamos ensayando para entrar a la obra de la iglesia. —Se encogió de hombros.

—¿Qué obra?

—La de la chica que se convierte en una espía para descubrir lo que oculta su padre.

—¿Qué?

—Estoy bromeando James, ¿los ingleses no lo hacen?

—¿Por qué espías a tu padre?

—Se que Eva duda de él, pero ella no me ha dicho por qué. —Confeso Alice. —Además quiero saber si la reportera era una arpía como dijo mi hermana.

—Bromeas, vamos a hacer algo divertido. —Murmuro el chico jalando suavemente cabello trenzado.

—Te prometo que luego iremos a la feria. —Respondió la chica manteniendo su vista en la ventana de su hogar.

—Ir a clases sonaba más divertido. —Se quejo.

—Cállate, me desconcentras. —Susurro Alice.

—¿Esa es la reportera? —Pregunto James viendo como una mujer salía de la casa Kane.

—No, esa es Marjorie. —Respondió confundida. —Debemos ir a la escuela antes de que mi padre llegue a la escuela.

—¿Por qué estas fuera de clases? —Pregunto su hermana mayor.

Eva se encontraba detrás de los adolescentes, con una de sus manos en la cintura y la ceja derecha alzada esperando una respuesta. A su espalda se encontraba Will que miraba a su hermano divertido.

—Estábamos…eh vinimos a. —Alice no pudo completar la oración cuando sintió la mirada penetrante de su hermana sobre ella.

—Estábamos espiando al padre Kane, Alice cree que tu sabes algo de el que ella no. —Explico James ganándose un golpe en el brazo de parte de la menor Kane.

—¿Por qué tu estabas aquí? —Pregunto Will.

—Alice me dijo lo que haría y no podía dejarla sola. —Se encogió de hombros.

Alice y James se levantaron sacudiendo el césped que se había adherido a su ropa.

—¿Por qué no me preguntaste nada? —Cuestiono Eva.

—Siempre estas con secretos, nunca me has dicho nada acerca de Michael. —Dijo Alice. —Supuse que no quería compartir lo que sabias conmigo, así que tenía que averiguarlo sola.

—No sé nada acerca de lo que le paso a Michael.

—¿Por qué estas tan obsesionada con su muerte? —Interrogo la menor. —Te escapas todas las noches al bosque donde el murió, ¿Por qué? 

—Lo amaba, era mi mejor amigo. —Respondió Eva tranquila. 

—¡Se que hay algo más! —Se exalto Alice. —¿Por qué no me lo quieres decir?

—No te interesa Alice. —Murmuro. 

—Creo que deberían ir a clases. —Intervino Will.

—¡No!, necesito una respuesta Evanna.

—No necesitas saberlo.

—¡Dímelo!

—Alice cálmate. —Dijo Eva acercándose a su hermana.

—¡No!, ¡Dime de una maldita vez lo que sabes!

—Está bien lo hare. —Suspiro pensando en las palabras correctas. —Desde hace tiempo he creído que nuestro padre mato a Michael.

—¿Qué? —Murmuro Alice incrédula. —¿Cómo pien…

—No quiero que me preguntes nada mas hasta que aclare todo— Le interrumpió Eva. — Déjame esto a mí, te prometo que todo estará bien.

—¿Cómo estas tan segura?

—Soy positiva, además Will me esta ayudando. —Dijo señalando al oficial. — Todo estará bien.

—¿Lo prometes?

—Con mi vida. —Murmuro abrazándola.

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