O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.

Unirse al foro, es rápido y fácil

O W N
¡Conéctate y ven a divertirte con nosotr@s! :)
Si no estás registrado, hazlo y forma parte de nuestra gran comunidad.
¡La administración ha modificado otra vez el foro, y los Invitados ya pueden ver todas las secciones! Aún así, para comentar y crear temas debes tener una cuenta.

Cualquier duda, queja o sugerencia que quieras darle al staff, éste es nuestro facebook: https://www.facebook.com/onlywebnovels

¡IMPORTANTE!, los Mensajes Privados de los Invitados no serán respondidos por la administración. Te esperamos en nuestro facebook (:

Atte: Staff OnlyWns.
O W N
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Conectarse

Recuperar mi contraseña

Últimos temas
» El comienzo (Damon Salvatore & tú)
Coven of salem - Página 7 EmptyAyer a las 12:51 am por SweetLove22

» My dearest
Coven of salem - Página 7 EmptyLun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick

» Sayonara, friday night
Coven of salem - Página 7 EmptyLun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick

» in the heart of the circle
Coven of salem - Página 7 EmptyDom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.

» air nation
Coven of salem - Página 7 EmptyMiér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.

» life is a box of chocolates
Coven of salem - Página 7 EmptyMar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon

» —Hot clown shit
Coven of salem - Página 7 EmptyLun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw

» outoflove.
Coven of salem - Página 7 EmptyLun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.

» witches of own
Coven of salem - Página 7 EmptyDom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.

novedades

00 . 01 Anuncios del mes febrero.
00 . 02 Actualización del PROTOCOLO, nueva medida obligatoria de avatares.
00 . 03 Remodelación del foro febrero del 2017.
00 . 00 Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit.
administradora
Rumplestiltskin. ϟ Jenn.
miembros del staff
Beta readers
ϟ hypatia.
aka Kate.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ dépayser
aka Lea.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ youngjae
aka .
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Stark.
aka Cande.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Baneo
ϟ Ariel.
aka Dani.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ ceonella.
aka Cami.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Ayuda
ϟ Ritza.
aka Ems.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Charlie.
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Limpieza
ϟ Legendary.
aka Steph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ chihiro
aka Zoe.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Kurisu
aka Teph.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Calore
aka idk.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Eventos
ϟ ego.
aka Kalgh/Charlie.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Asclepio.
aka Gina.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ mieczyslaw
aka Alec.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Tutoriales
ϟ Kida.
aka Ally.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ Spencer.
aka Angy.
MP ϟ Ver perfil.
Equipo de Diseño
ϟ bxmbshell.
aka Mile.
MP ϟ Ver perfil.
ϟ yoongi.
aka Valu.
MP ϟ Ver perfil.
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.

Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.

Coven of salem

Página 7 de 10. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Bart Simpson Sáb 22 Sep 2018, 2:56 am


EMILYANUH :rhianpls: :


___________________________________________

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Bart Simpson
Bart Simpson


   
   

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Bart Simpson Sáb 22 Sep 2018, 2:59 am


MAREEDAAH Coven of salem - Página 7 77880782 :


___________________________________________

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Bart Simpson
Bart Simpson


   
   

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Bart Simpson Sáb 22 Sep 2018, 3:07 am


KATE Coven of salem - Página 7 1857533193  Coven of salem - Página 7 1857533193 :

___________________________________________

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Bart Simpson
Bart Simpson


   
   

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Jaeger. Lun 24 Sep 2018, 11:31 pm

Dani:
Jaeger.
Jaeger.


----
----

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por hange. Lun 24 Sep 2018, 11:38 pm

Coven of salem - Página 7 961472736 Coven of salem - Página 7 961472736 Coven of salem - Página 7 961472736
hange.
hange.


http://www.wattpad.com/user/EmsDepper
-----
-----

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Jaeger. Vie 28 Dic 2018, 4:54 pm

Kate is in my mind Coven of salem - Página 7 1477071114 :

Jaeger.
Jaeger.


----
----

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Bart Simpson Vie 28 Dic 2018, 7:28 pm

En un rato más subo mi cap Coven of salem - Página 7 1857533193

___________________________________________

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Bart Simpson
Bart Simpson


   
   

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Jaeger. Vie 28 Dic 2018, 8:33 pm

Coven of salem - Página 7 2841648573
Jaeger.
Jaeger.


----
----

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Bart Simpson Vie 28 Dic 2018, 11:37 pm


Hola, chicas. Aquí está mi capítulo, espero que les guste y no se aburran infinitamente(?), de alguna manera siento que quedó plano(?).
Hay algunas partes que creo no entenderán del todo puesto que no lo agregué a mi ficha, pero dejaré una nota en ésta aclarando ciertos puntos para que puedan comprender mejor el capítulo, gracias por leer Coven of salem - Página 7 2416783629

___________________________________________

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Bart Simpson
Bart Simpson


   
   

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Bart Simpson Vie 28 Dic 2018, 11:45 pm



CAPÍTULO 05 || PARTE 1
Taiga Robinson & Terry Reed



Mis ojos se abren de repente y de inmediato se quedan fijos en el techo color oscuro adornado con las constelaciones del espacio. Me siento extraña en este lugar, sin embargo, me parece bastante familiar.
Me acomodo sentándome sobre la cama y miro mis pies descalzos, levanto la vista e intento visualizar cualquier cosa pero es demasiado borroso y no logro distinguir nada en absoluto. A continuación, el olor a quemado empieza a adentrarse en mis fosas nasales y toso por inercia poniéndome de pie, el humo comienza a espesarse y distingo el fuego colorear la puerta de un rojo intenso. Mi pulso se acelera a tal punto que pareciera que tendré un ataque de pánico.
Retrocedo unos cuantos pasos y giro mi vista al no encontrarme con la cama, regreso la mirada nuevamente y el fuego ha tomado fuerza y quema la mayor parte de la habitación. El papel tapiz se convierte en cenizas en instantes y el calor intenso comienza a calentar de más mi piel.
Estoy pegada a la pared, a punto de ser calcinada, tomo aire para pedir ayuda pero ningún sonido sale de mi garganta.
Escucho la madera crujir y de un instante a otro la puerta explota por el calor intenso, tan sólo atino a cubrir mi rostro con ambas manos como si de esta forma fuera a protegerme...

Un golpe en seco hace que mis ojos se abran de repente y que el fuego abrasador se vaya al instante. Me llevo la mano a la cabeza, creo que me saldrá una protuberancia.
Antes de quejarme dirijo la mirada hacia el reloj en mi buró y suelto un gritito al darme cuenta de la hora; es en verdad demasiado tarde. Me levanto como de rayo y corro hacia mi clóset, observo nuevamente el reloj, segura de que el tiempo no me alcanzará para tomar una ducha así que simplemente me visto tan rápido como puedo y cepillo mi cabello, mis ojos rebuscan de un lado a otro mi liga para cabello, pero no está a la vista, tan sólo salgo de ahí después de cepillar mis dientes a la velocidad de la luz, me acomodo mis converse  y me encamino hacia la cocina; ahí están ellos, pareciera como si una bruma oscura emanase de sus cuerpos.
De algún modo logran provocarme miedo.

- Buenos días – saludo acercándome al desayunador.
- Hey – responde el hombre de manera relajada y a continuación muerde un trozo de pan tostado con mermelada de fresa encima.
- ¿Puedo tomar uno? – señalo el tostador.
- Haz el tuyo – Gemma  se acerca y toma ambos panes de mala gana, a continuación lame ambos y después se va hacia la mesa donde toma lugar junto a Jace.

No puedo evitar observarla con resentimiento, a veces creo que me odia.
Recuerdo la hora y simplemente salgo de ahí, tomo las llaves y el dinero que dejan para mí cada mañana de clases sobre la mesa de la entrada. Corro hacia la reja del jardín de la entrada principal y tomo mi bicicleta.

- ¡Demonios! La mochila...

Exclamo bastante con sorpresa, últimamente todo se me olvida, literalmente. Regreso corriendo hacia la cocina, sujeto la mochila y salgo de ahí escuchando las risas de mis crueles padres detrás de mí. Supongo que simplemente trabajar para el gobierno los hace insensibles.
Me monto en la bicicleta y emprendo camino hacia la universidad, estamos en cierre de semestre y un examen me espera llegando...

En el enorme estacionamiento hay un área para las bicicletas y las motos, en un espacio libre acomodo mi vehículo y pongo el candado para que nadie se lo lleve.
Corro tan rápido como mis piernas me permiten hacia el aula de clases, la puerta está cerrada y me veo con la obligación de tocar.

- Buenas noches – saluda a regañadientes mi profesor de química orgánica.
- Hola – mis mejillas se sienten calientes de la vergüenza.
- Sabes que no puedo dejarte pasar, ¿cierto? – se cruza de brazos mientras menea entre sus dedos el marcador para el pintarrón.
- Perdón, pero...
- Lo siento, Taiga. Tendrás que esperar aquí, una vez que terminen el examen podrás entrar.

Esto es una porquería, lo más probable es que no apruebe la materia y mis padres me matarán con todo gusto. Suspiro pesadamente y me recargo sobre la pared para después sentarme sobre el piso. Estoy muy decepcionada de mí misma, siempre sucede lo mismo, por más que intente mejorar en mi vida escolar, simplemente todo me sale mal, por cualquier cosa.
Cierro mis ojos un instante, y golpeo suavemente mi cabeza contra la pared. Necesitaré algún tipo de hipnosis que me ayude a dejar de ser tan tonta. Mis ojos se abren un segundo exacto antes de que la puerta sea empujada salvajemente por los alumnos que esperan salir del aula, me levanto del piso con mi mochila en manos y espero a que algunos alumnos salgan de ahí.
Me dirijo a paso rápido y con la vista fija en el piso hacia mi pupitre.

- Pueden tomarse cinco minutos, vendrán unos alumnos de la facultad de Psicología a hacerles un test, les pido su cooperación, ellos también necesitan aprobar sus materias.

El ruido se eleva inundando el aula una vez que el profesor Kerman da el anuncio, me llevo una mano hacia mi bolso delantero derecho del pantalón y busco los billetes que tiempo atrás deposité. Doy un último vistazo a mi mochila sobre la silla y me encamino hacia la salida en dirección de la máquina expendedora de golosinas que se encuentra en el pasillo a cuatro metros.
Aliso un dólar arrugado entre mis dedos y lo introduzco en la pequeña rendija esperando que lo tome de una vez, pequeños ruidos robóticos provienen de la máquina y el billete se desliza hacia fuera, no puedo evitar revolear los ojos; lo tomo e intento alisarlo con el borde de la expendedora, a continuación lo introduzco nuevamente.
Mis ojos están fijos en la rendija, pasa un segundo, dos, tres y sale nuevamente.

- ¡¿Es una broma?! – arranco el dólar de la máquina y lo aliso con fiereza.
- Yo te ayudo con eso – la voz proviene de alguien a mi lado, pero justo ahora me he obsesionado con esto y no lo dejaré pasar.
- Yo puedo.

Me aseguro de que el billete no se ha roto debido a la fuerza que usé alisándolo. Lo introduzco lentamente, percatándome de que mis músculos se han tensado y mi lengua yace sobre mi labio debido a la concentración. El billete ha entrado y me preparo para presionar los botones cuando vuelve a salir por la rendija nuevamente. La persona que me brindó ayuda suelta una risita y le echo una mirada de pocos amigos para después volverme loca un momento con el billete, lo introduzco y gracias al cielo se ha quedado dentro, presiono el número cuatro y después el dos antes de esperar a que caigan mis donitas glaseadas.

- Tengo que hablar contigo…
- No quiero ayuda, ya lo resolví – le resto importancia con la mano, mi vista está enfocada en el resorte que se mueve con extrema lentitud.
- No creo que puedas resolver esto – lo miro de mala gana y doy un salto al darme cuenta de que se trata del profesor Kerman.
- Lo siento yo… – busco con la mirada al chico de hace un instante – Había una persona molesta.
- No importa – me mira raro – Lo diré claro, tendrás que repetir mi materia.

Mi boca se abre de la impresión al igual que mis ojos, el hombre frente a mí se muestra un tanto apenado, creo que su propósito no es exactamente arruinarme la vida reprobándome sólo porque sí.

- Ehm… ¿hay algo que pueda hacer? – niega.
- Recursar la materia el próximo año – mi alma abandona mi cuerpo un instante, estoy muerta – Ve al aula, ya están los alumnos que les aplicarán la prueba – arrastro mis pies en dirección al aula, ahora qué carajo se supone que haré – ¡Taiga! – me giro – Olvidaste tus golosinas – señala la máquina.

Trago saliva antes de regresar por el paquete de mini donas, me inclino para tomarlo entre mis manos y antes de irme le doy un último vistazo al profesor Kerman, camino a paso lento sin quitar la vista del paquete de donas, el hambre se me ha ido repentinamente. Vuelvo a mí del todo en el momento preciso en que uno de los muros se atraviesa por mi camino y choco contra éste.

- ¡Fíjate, cegatona!

La advertencia burlona de uno de los chicos de otro grupo me hace sentir demasiado estúpida, concentro mi mente y camino directo al aula.

- ¡Ya llegó Peppa!

Grita una tipa del grupo sitiado en la zona superior derecha del aula, se hacen llamar así mismas algo como “Sweet Dolls”, en fin, no estoy segura pero se han empeñado a hacer burla de cualquier aspecto de mi persona, ¿qué se puede esperar de un montón de chiquillas ridículas de diecinueve años? Nada supongo, el simple hecho de pensar responder sus inmaduras agresiones me da pereza.

- ¿Puedo pasar? – pregunto desde el marco de la puerta, los cuatro chicos provenientes de la otra facultad me observan.
- Adelante – indica el pelinegro.
- Haz retrasado la clase una vida, Winifred – se queja una.

Me limito a revolear los ojos e implorar paciencia a los cielos para no mandarla al inframundo de un puñetazo en esa boca floja que se carga. Tomo asiento y me pierdo un instante en el paquete de plástico color esmeralda encima de mi pupitre. No es hasta que comienzan a hablar algo psicológico relacionado a los sueños que levanto la mirada, uno de los dos rubios presentes da ejemplos del significado de algunos de ellos y por reflejo levanto mi brazo sorprendiéndome incluso a mí misma.

- ¿Sí? – pregunta el castaño quien se ha percatado de mi brazo al aire.
- Todos los sueños… hablando psicológicamente, ¿tienen algún tipo de significado? – él mira hacia arriba como si pensase lo que está a punto de decir.
- Según la teoría psicoanalítica sí, esto tiene que ver con el inconsciente el cual describe Freud que se manifiesta principalmente en nuestros sueños – explica pero no creo haber entendido demasiado.
- ¿Freud? – esboza una sonrisa, supongo que mi expresión de confusión es bastante graciosa.
- ¿Te intriga la interpretación de los sueños? – el otro rubio se acerca unos cuantos pasos hasta quedar a la par de los primeros pupitres.
- No exactamente – me encojo de hombros – Es sólo que me preguntaba acerca del significado de soñar lo mismo de manera recurrente.
- Ya va a empezar – escucho por lo bajo, en verdad a estas personas les molesta cualquier cosa que hago.
- ¿Qué sueño? – interviene el pelinegro, no estoy segura de si su expresión demuestra diversión o intriga, o ambas.
- Sueño con fuego…
- Eso suena a indicio de piromanía – canturrea una castaña loca, la miro de mala gana y me arrepiento de haber preguntado cualquier cosa.
- ¡Basta! – el castaño silencia los gritos y las risas – Continúa.

Pide amablemente, lo observo un instante y después mi mirada viaja hacia sus compañeros quienes asienten para que siga hablando. Echo un vistazo al grupito de pesadas a mi derecha quienes se burlan entre sí y justo ahora siento que mi sangre hierve, tomo aire de manera pesada antes de responder.

- Olvídalo – me tumbo sobre la butaca.
- No, está bien. Puedes seguir hablando – ahora es uno de los rubios quien habla.

Levanto ambos hombros con fastidio, recalcando que no diré nada más.

- ¡No te enojes, Mérida! Era sólo una bromita.
- Vete al carajo con todo y bromita.

Estaba a punto de mandar al caño los seis meses de paciencia con estas chicas, no soy en realidad el tipo de persona que arma un show de pelea con venta de rosetas de maíz y fuente de sodas, prefiero evitarme la molestia de discutir con idiotas, pero a veces los idiotas piden a gritos que los pongan en su lugar.
Las chicas abren la boca tan grande que pareciera que fueran a devorar a los demás presentes, froto mis dedos en mis temporales para tranquilizarme un poco. Giro la vista hacia los chicos al frente quienes no están del todo seguros de cómo continuar con su actividad.

- Era sólo un chiste, Chucky, no tienes por qué hablarnos de esa manera.

Eso es todo, me levanto de mi pupitre, tomo mi mochila y camino en dirección de la chica, no hay nada que pueda lanzarle, tan sólo un cuaderno en su mesa. Me inclino un poco hasta quedar a la altura de su rostro.

- Te mataré, malparida.

Y esa expresión de terror es la que calma todo mi pesar, ahora salgo de ahí con un montón de murmullos detrás de mí. Acabo de descubrir que las bromas se me dan a la perfección, tan sólo necesito seis meses de bullying intenso y apodos como Winifred Sanderson, Fiona, Vicky la niñera, Mérida, Ariel, Hiedra venenosa, Hermione Grenger, Ron Weasly, Daphne Ann Blake, Jean Grey, y el más bobo de todos; Sansa Stark.
Es increíble que existan tantos personajes pelirrojos para comparar y burlarse de mí.

Me dirijo hacia la biblioteca y permanezco ahí hasta que la mayor parte de los estudiantes se han ido, elijo tres libros y los registro en mi expediente para poder llevármelos a casa. Camino hacia los casilleros donde dejé mi mochila e introduzco la llave, el ligero chirrido ocasionado al rozar el metal de la llave con el metal de la cerradura me causa un repentino escalofrío que me hace girar casi por completo observo un instante el lugar sintiendo una extraña sensación. Froto mis brazos y me apresuro a salir de ahí, alguna vez escuché a alguien decir que los escalofríos repentinos son causados por almas en pena que tocan a los humanos, es una superstición un tanto demente pero prefiero no tentar mi suerte.
Camino a grandes zancadas por los pasillos del campus antes de que se haga demasiado tarde y la luz del sol se vaya por completo. Rebusco en la bolsa pequeña de mi mochila hasta encontrar las llaves que abren el candado de la cadena, a continuación, la dejo dentro de la bolsa más grande y me trepo en el asiento, tomo impulso y después comienzo a pedalear.

El aire choca contra mi cara tornándose de poco a poco frío, lanzo una mirada rápida hacia el cielo rojizo y despejado. Al parecer hoy hará frío intenso a pesar de la estación del año en la que nos encontramos.
Doy vuelta hacia la izquierda observando que el camino esté despejado y ningún carro pueda golpearme, el camino está vacío, por lo tanto aumento la velocidad y cambio de una banqueta a otra. Mi vista está fija en el camino hasta el momento en que la llanta delantera de mi bicicleta comienza a vibrar de una manera extraña, la observo preguntándome qué sucede y ésta se detiene de repente provocando que caiga dando un giro con todo y bicicleta.

- ¡Demonios!

Alejo la bicicleta de encima mío e intento encontrar una explicación lógica, giro el rostro hacia atrás buscando a alguien que haya sido testigo de mi vergonzosa y dolorosa caída, sin embargo, el lugar está desértico así que puedo evitarme la molestia de calmar mis mejillas sonrojadas. Cuando regreso la mirada puedo visualizar una silueta escondida en la casi inexistente sombra de un árbol, me es inevitable pensar si aquella persona va a ayudarme a levantarme o simplemente se quedará ahí observándome. Su vista viaja hacia arriba, no sé qué observa, tan sólo no puedo quitarle la mirada de encima. A continuación, regresa la vista hacia mí, ladea la cabeza luciendo confundido, avanza un paso y puedo notar su piel pálida y cabello claro.
Avanza un paso más en mi dirección y se detiene en seco de repente, su entrecejo se frunce y puedo notar la forma en que su nariz se arruga cuando respira profundo. No tengo idea de cuánto tiempo he estado tirada aquí observando a ese hombre raro, evito su mirada y me concentro en los raspones en mis rodillas y brazos. Maldigo en mi interior cuando mis articulaciones duelen al momento de levantarme, observo al chico nuevamente quien continúa haciendo lo mismo.
Niego para quitarme de la cabeza esa extraña escena, levanto mi bici con la ayuda de mi fuerza interior y me acomodo la mochila en mi espalda antes de montarme nuevamente en el asiento. El suspiro hondo del chico me hace voltear a verlo, ha comenzado a acercarse más hacia mí, olfateando, tal como lo haría un perro que ha localizado algún olor apetitoso o simplemente extraño; despistadamente tomo el cuello de mi suéter y lo llevo a mi nariz en busca de algún olor raro… nada, huele a suavizante para telas. Giro el rostro para asegurarme de que su mirada no esté fija en alguien detrás, tan sólo se distinguen las luces de un auto que gira hacia la derecha media cuadra antes de donde estamos.
Lo observo nuevamente y trago en seco antes de empezar a pedalear, está demasiado oscuro y el ambiente parece ser perfecto para algún suceso trágico, realmente no quiero ser la víctima. Me encamino hacia la otra banqueta para evitarlo y después tomo rumbo hacia casa una vez más, de tanto en tanto miro mis rodillas, ambas arden en cada ocasión que las flexiono al empujar los pedales.

Los ladridos estruendosos de un perro siendo paseado por su dueño me hace girar el rostro y perder un poco el equilibrio, me sorprendo al identificar al culpable de tremendo alboroto, es el chico de hace un momento. Un escalofrío me recorre, la sensación es la misma que la de la biblioteca; de inmediato la adrenalina se apodera de mis piernas que pedalean con mucha más fuerza que hace un minuto, mi respiración comienza a agitarse debido a la fuerza invertida y el susto que me ha sacado el muchacho. Observo uno de mis brazos y tengo los pelos de punta, de pronto el camino a casa me está pareciendo eterno.
Me pego a la banqueta preparándome para girar y la explosión de uno de los focos de las lámparas que iluminan la calle me sobresalta, pero eso no es lo más escalofriante de la situación, sino que el chico de hace un momento me sigue el paso en medio de la calle, pareciera caminar a la par de mi velocidad, su expresión aún confundida y su mirada fija sobre mí me hace soltar un fuerte grito.
Estoy oficialmente aterrada.

Busco con desesperación ayuda y a sólo unos metros hay un local, no me lo pienso ni un segundo para dejar la bicicleta ahí tirada y correr tan rápido como mis piernas me permiten para adentrarme al que parece ser un restaurante. Empujo la puerta llamando la atención de unos clientes que disfrutan de comida y bebidas, me encamino más hacia dentro observando de tanto en tanto los ventanales asegurándome de que el muchacho extraño no me haya seguido.

- ¿Te puedo ofrecer algo? – me giro como de rayo soltando un grito del susto, el castaño se sobresalta y parece asustado al igual que yo.
- Lo siento – me apresuro antes de que me crea una demente.
- ¿Te encuentras bien? – bastante tarde, me observa como si estuviera loca, a continuación entorna los ojos en mi dirección – ¿Te conozco? – niego, no recuerdo haberlo visto – La chica Chucky, ¿no?
- La chica Chu… – el aliento se me va y simplemente resoplo, se me viene a la cabeza la imagen de este chico en el salón de clase.
- ¡No! No quise decir eso – en lo que sus palabras se tropiezan giro el rostro una vez más hacia los ventanales de la entrada – Lo lamento, no pregunté tu nombre – me mira un instante y después sigue mi constante mirada hacia la entrada – ¿Sucede algo?
- Alguien me está siguiendo – sus cejas se levantan con sorpresa y observa nuevamente el ventanal.
- ¿Estás bien? – acerca uno de los bancos de la barra para que tome asiento.
- Sí, yo sólo no sé si esté ahí fuera esperándome o algo así – me encojo de hombros.
- Puedo llamarte un taxi o Uber – ofrece amablemente, y encuentro tres “peros”;  vengo en bicicleta, no estoy muy lejos de casa y estoy en quiebra.
- Está bien, tengo una bicicleta – me ve haciendo obvio el hecho de que no hay señal de ninguna bicicleta cerca, a continuación levanta una ceja y me apresuro a seguir hablando – Está en alguna parte de afuera.
- ¿Vives muy lejos de aquí? – niego – Te acompañaré a casa.
- Uhm…
- Avisaré a mi jefe, espera aquí.

Vaya chico tan atrevido, ni siquiera me dejó hablar. Observo el lugar un instante, ahora estoy más incómoda que asustada, me levanto del banquito y empiezo a caminar hacia la salida.

- ¿Estás lista? – no he dado ni tres pasos.
- ¡Sí! – me giro al instante haciendo lo mejor que puedo para ocultar el rojo de mis mejillas.

Me dirijo hacia la puerta y el castaño se apresura para abrir la puerta para mí, me detengo en seco y agradezco el gesto con una mueca mientras camino tan rígida como una tabla. Mi mirada viaja de un lado a otro en busca del hombre que me ha dado el susto de mi vida.

- ¿Cómo me dijiste que te llamas? – rompe el hielo.
- Jamás mencioné mi nombre – el chico asiente lentamente con notable incomodidad.
- ¿Cuál es tu nombre?
- Taiga.

Diviso mi bicicleta a unos metros, me encamino hacia ésta y me inclino para levantarla. Visualizo a una pareja caminar tomados de la mano en la banqueta de enfrente, pero del chico raro no hay pista.

- ¿Hacia dónde? – lo observo.
- Oh, está bien. Puedo ir por mi cuenta – le resto importancia con la mano.
- Pero dijiste que alguien te seguía, ¿qué pasa si sabe dónde vives y te está esperando en el camino o algo por el estilo? – frunzo el entrecejo y hecho un vistazo por el lugar antes de ceder.
- Bien… gracias.

Camino cabizbaja, esto es vergonzoso de algún modo. Contemplo las calles serenas de Nueva Orleans y me pregunto qué misterios pudieran ocultarse aquí, no he dejado de sentirme intranquila desde que llegué y ahora el sentimiento de intranquilidad es mucho más fuerte.

- ¿Tienes mucho tiempo viviendo aquí? – pregunta el chico a mi lado.
- No – respondo sin mirarlo – Seis meses aproximadamente.
- Oh, eres prácticamente nueva en la ciudad entonces. Yo estoy por cumplir un año viviendo en Nueva Orleans – lo veo asentir por el rabillo del ojo. Un pequeño silencio incómodo se hace presente hasta que el chico se aclara la garganta antes de continuar hablando – Soy Terry, por cierto. Si mal no recuerdo me dijiste hace un momento que tu nombre es Taiga – asiento – ¿Te ayudo con eso? – señala la bicicleta con la barbilla.
- Está bien, no me causa problema absoluto.
- Después de que desapareciste en la actividad de hoy me quedé pensando acerca de la interpretación de sueños – lo observo – Hay algunos libros que puedo recomendarte si sigues interesada sobre el tema.
- No, gracias. Sólo fue un impulso de idiotez – asiento – Esa es mi casa, puedo ir sola desde aquí. Gracias por acompañarme.
- Bien – se detiene y adentra ambas manos en sus bolsillos delanteros – No es nada.

Asiento y camino la media cuadra hasta llegar a la cerca, de manera involuntaria le echo un vistazo al castaño quien sonríe de lado con notable incomodidad y se despide con un gesto de mano, regreso la mirada hacia la cerca rápidamente, a continuación me adentro y suelto la bicicleta, ésta cae en alguna parte del jardín delantero.
Subo las escaleras del pórtico e introduzco la llave dentro de la cerradura, una vez adentro de lo primero que me percato es de Gemma con las manos en las caderas, y una mirada fría y rígida hacia mí.

- ¿Por qué llegas a esta hora? – observo el reloj en la pared.
- Se me hizo demasiado tarde – hablo con voz baja.
- ¿Con quién estabas? – camina hacia mí.
- Con nadie.

Su entrecejo se arruga y no puedo adivinar las milésimas de segundo que tardó en estamparme una bofetada. ¡Demonios! Esta mujer es realmente fuerte, me llevo la mano a la mejilla que se me ha puesto caliente de inmediato y puedo asegurar que también se ha vuelto roja, siento un palpitar incluso con la palma de mi mano.

- ¡No me mientas! – una vena comienza a saltarse en su frente, Jace sale de su habitación y se recarga en el marco de la puerta observando la escena con el entrecejo fruncido – Vi al muchachito que te trajo a casa – sólo eso me faltaba, parece que este no es momento para contarle que debo recursar la materia de química orgánica – ¡Respóndeme!
- No es nadie – me encojo de hombros, puesto que realmente no es nadie en mi vida, tan sólo un chico que conocí el día de hoy.
- No le faltes el respeto a esta casa nuevamente…
- Ya fue suficiente.

La discusión termina con la intervención de Jace quien se lleva a la castaña hacia dentro de la habitación. Froto mi mejilla un instante antes de dirigirme a la cocina, tomo un plato hondo y vacío una cantidad casi enorme de cereal, a continuación, me encamino hacia el refrigerador en busca de leche. Muero de hambre, el cereal no dura ni cinco minutos en el plato.
Lavo los trastes que he ensuciado y me dirijo hacia mi habitación, elijo ropa para dormir de mi armario y me encamino al baño para darme una merecida ducha, me coloco frente al espejo y examino mi rostro, mi mejilla está roja aún; sólo espero que no aparezca un moretón cuando el color rojizo se vaya.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


Me aferro a mis cobijas una vez que estoy segura de que estoy en el lugar correcto, nuevamente ese sueño sin sentido. Tomo una bocanada de aire antes de levantarme a correr las cortinas antes de que los rayos del sol se asomen por completo.
Entorno los ojos para enfocar la mirada en dirección de la persona que corre en la acera de enfrente. Reconozco su rostro cuando voltea hacia mi casa, ¿acaso dije algo para que este chico siga apareciéndose cerca de aquí?
Tiene más de una semana que toma esta calle como ruta para ejercitarse. Acomodo las cortinas y regreso a la cama; es domingo por la mañana y lo único que quiero hacer es dormir al menos un poco más.

Mis ojos se abren y acto seguido bostezo perezosamente, me estiro debajo de las cobijas y me quedo observando el techo al menos cinco minutos antes de levantarme. Introduzco mis pies dentro de las pantuflas a un lado de la cama y comienzo a caminar arrastrando los pies hasta la puerta, tomo el pomo y forcejeo un instante antes de percatarme que la puerta está cerrada con llave. Bajo la vista hacia mis pies y diviso un trozo de papel, me inclino para tomarlo y lo sostengo frente a mi rostro.

No saldrás de ahí hasta que hayas estudiado lo suficiente.

¿Es acaso una broma? Porque si es así, es una de muy mal gusto. Pego un grito de frustración y me dejo caer nuevamente sobre la cama. Observo mi mochila encima de mi escritorio y me retuerzo negándome a la realidad, aunque dure poco disfrutaré de mi lapsus de rebeldía antes de empezar a estudiar todo el día.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


Seis con treinta minutos de la mañana exactamente, tengo mi ropa en manos y la mirada fija en la ventana, esto ya es en verdad molesto, ni siquiera recuerdo su nombre, aunque eso no me impide maldecir cada que pasa trotando despacio frente a la casa.
Una vez que lo pierdo de vista corro hacia el cuarto de baño y tomo una ducha, me visto y cepillo mi cabello para después amarrarlo en una trenza larga.

Me dirijo hacia la cocina y empiezo a preparar panqueques para el desayuno, sigo las instrucciones al pie de la letra y quedan deliciosos. Cepillo mis dientes antes de salir de casa y emprender camino hacia la universidad, voy preparada y motivada para pasar mi examen esta vez.
Repito la rutina de cada día de escuela y camino a paso veloz hacia el aula en busca de mi asiento. He tenido una semana relajada y sin bullying, espero que siga así hasta que terminen estas semanas de cierre de semestre.
Una vez que el examen está frente a mí me siento inesperadamente positiva y con suerte, veamos cómo me va en esta ocasión.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


Mi día ha transcurrido extrañamente sin disturbios. Me adentro a la cafetería y compro una porción del menú de hoy: hamburguesas. Agrego una botella de agua, un paquete de galletas y busco una mesa sola en la enorme cafetería.
Cuando he encontrado un lugar disponible, tomo asiento y de mi mochila sujeto el libro “Cazadores de microbios” para reanudar la lectura mientras almuerzo. Una vez que he terminado lo que está sobre la bandeja continúo con mis uñas; es un hábito detestable que no puedo evitar.

Levanto la mirada para ver la hora en el enorme reloj de la cafetería y antes de regresarla me encuentro con aquel chico; el psicólogo. Antes de poder desviar la vista él se percata de mí, sonríe de lado esbozando una pequeña sonrisa un tanto incómoda y levanta la mano en señal de saludo provocando que sus compañeros, los que fueron a hacer su actividad rara precisamente, volteen en mi dirección, la incomodidad me invade y regreso la vista a mi libro sin responder el saludo. Por el rabillo del ojo distingo a alguien acercarse y tomar asiento frente a mí.

- ¿Siguió molestándote aquel tipo? – pregunta sereno, puedo reconocer su voz; es el psicólogo, a quien por alguna razón me he estado encontrando más veces de las que quisiera. Niego sin mirarlo – Me alegro.

Me levanto de ahí, tomo la bandeja y la coloco en su lugar para después dirigirme hacia el aula de mi siguiente clase y tomar mis últimos apuntes antes del examen final.
Esa sensación extraña de sentirme observada ha regresado, pero doy por sentado que es causado por las miradas de las descerebradas al fondo del laboratorio. Leo la práctica mientras voy realizando los procedimientos, a pesar de que las sustancias que trabajamos no son de alto riesgo, creo que si no me concentro en lo que estoy haciendo puedo causar un accidente. Levanto la mano para que el Doctor se acerque a revisar la práctica.

- ¿Qué hiciste exactamente? – levanta una ceja sorprendido después de observar mi creación.
- Hice paso por paso – señalo el cuadernillo.
- Bueno… – pronuncia lentamente concentrándose en el material sobre la mesa – Hiciste una mezcla distinta, está bien lograda – esboza una mueca que no logro descifrar – Pero no es la que pedí, empieza nuevamente y cualquier duda avísame antes de realizar cualquier cosa.

Asiente y después va hacia con otro alumno mientras sostiene cualquier cosa que haya creado entre sus manos. El séquito de robots carcajea y las oigo murmurar entre sí usando varios de mis conocidos apodos impuestos por ellas mismas, me limito a ignoraras y comienzo a hacer nuevamente la práctica; sostengo frente a mí un vaso de precipitado asegurándome de que la sustancia dentro tenga la cantidad exacta.

- Se va a equivocar otra vez – murmura una casi gritando.

La observo de mala gana deseando que el mechero de bunsen frente a ella explote y queme por completo sus cejas y pestañas, si es que son reales y no sólo maquillaje. Suspiro tranquilizándome y a continuación todos ahí se sobresaltan por los gritos de las chicas.

- ¡Te dije que no lo movieras!

Se queja tomando su mano, el doctor se acerca casi corriendo y lo primero que hace es apagar la enorme llama de fuego del mechero de Bunsen y después las regaña por ser tan descuidadas y quemarse. Dios, sé que no hablo seguido contigo pero gracias por escuchar mis plegarias.

- ¡Jóvenes! – dirijo la vista hacia el doctor frete a la pizarra – Tienen veinte minutos para terminar la práctica. Para la siguiente clase quiero que me traigan el portafolio completo, con las once prácticas realizadas durante el semestre y los reportes correspondientes de cada uno.

Dicho esto se acerca a uno de mis compañeros, regreso la mirada hacia el texto, me acomodo los anteojos protectores y adentro mis manos en un par de guantes de látex, después procedo a encender el mechero de Bunsen el cual calentará la primer sustancia a cuarenta grados centígrados y luego dividiré el contenido en cinco vasos; distintas cantidades en cada uno. Observo el reloj encima  de la pizarra asegurándome que me queda tiempo suficiente para terminar con el procedimiento; tomo la siguiente solución con una pipeta de cinco mililitros y comienzo a vaciar la misma cantidad en cada uno de los vasos de precipitado frente a mí, el primero mantiene su transparencia, al igual que el segundo y el tercero, sin embargo, el cuarto se vuelve azulado justo al contacto con la primera gota de la sustancia. No puedo evitar esbozar una sonrisa enorme, observo al profesor antes de llamarlo y a continuación regreso la mirada hacia el quinto vaso; sólo para comprobar vacío los cinco mililitros dentro del último vaso de precipitado, la solución dentro de este debe seguir siendo incolora, pero se ha tornado color rojiza.
Mi entrecejo se frunce, creo que lo he hecho mal nuevamente. Me acerco unos cuantos centímetros para obtener una mejor vista, el interior se mueve como si la sustancia estuviese siendo agitada, sospecho que va a explotar de un segundo a otro. Antes de que pueda retirarme, el líquido empieza a tornarse oscuro, negro diría yo, como si de sangre espesa y coagulada se tratara…

- ¡Wow! – pego un brinco sobre mi asiento y llevo una de mis manos a mi pecho, mi corazón palpita intensamente dentro de mi caja torácica, agradezco al cielo no haber gritado del susto que me pegó – Bien logrado, Robinson. Descubriste el punto exacto en que colora – tomo una bocanada de aire antes de asentir sin alejar esa expresión de idiota de mi rostro.
- Gra.. gracias – carraspeo para aclararme la garganta.
- Todos los demás son incoloros – señala y con expresión confundida dirijo mi vista hacia la mesa. Mi boca se entre abre del asombro al percatarme de que tiene razón – Fuiste la primera, te has ganado medio punto por eso. Toma la evidencia necesaria antes de salir – lleva su muñeca hacia su rostro – Y por favor limpia tu área.

Asiento sin siquiera asimilar todo lo que ha dicho, sintiéndome inesperadamente más observada de lo que ya me sentía, pero me limito a fijar la mirada sobre el quinto vaso. ¿Hice algo mal? Quizás sólo haber nacido.
No le doy más vueltas al asunto y me concentro en terminar de tomar la evidencia en mi cuadernillo y después limpio el área.

Espero dos horas antes de la última clase que da comienzo a las cuatro de la tarde, no diría que es mi clase favorita pero lucho contra mí misma para prestar toda la atención que me es posible, de otra manera, me llevaré entre los pies el semestre completo.

- Dejen de actuar como idiotas y estudien para el examen final – sentencia mientras guarda sus documentos dentro de un portafolio de piel color café.
- ¿Qué vendrá en el examen, profe? – pregunta Christian, “el payasito”, desde su asiento.
- Todo lo que vimos durante el semestre.

A continuación se aleja de ahí mientras el ruido dentro del salón se hace presente, todos se están quejando, y bueno, mentiría si digo que yo no lo hago internamente. Mis apuntes son un asco y mi memoria lo es peor, no estoy segura de qué vimos en todo el semestre, me da migraña de tan sólo rebuscar en mi cabeza alguna de las clases más recientes.
Escribo sobre mi cuaderno en letras grandes el aviso del examen para la próxima y última clase, a continuación me giro hacia mi izquierda y me obligo a hablar antes de que Alana se vaya del aula.

- Hola – la chica frunce el entrecejo antes de mirarme – Disculpa, no quiero importunar, pero, me preguntaba si serías tan amable de prestarme tus apuntes.
- Debo estudiar – se excusa, la chica no es del tipo pesada, es más bien de esa clase de persona que viene a estudiar y a nada más.
- Lo sé, podría sacar copias y regresarte tu cuaderno – en su rostro se forma una mueca de desaprobación – Tan sólo quiero escribir lo que me falta a mí.
- Lo siento, Taiga. No puedo.

Termina de guardar sus útiles escolares dentro de su bolso y a continuación se levanta para salir del aula. Respiro profundo antes de echar un vistazo dentro del salón, termino por resignarme, no pediré apuntes a nadie más puesto que sé la respuesta de antemano. Cuelgo mi mochila sobre mis hombros y me encamino con pesadez hacia la puerta de salida.

- ¡Fíjate por dónde caminas, Fiona! – se queja una morena mientras frota su hombro, aunque apuesto que me dolió más a mí que a ella.
- Ya, amor. Déjala – el que supongo es su novio la abraza y la aleja de ahí, detrás de ellos va el resto del grupito “retraso mental”.

Una vez que se pierden de vista me llevo la mano al hombro y froto el área que golpeó la chica. Revoleo los ojos antes de seguir mi camino hacia la biblioteca, necesito reunir información con la que pueda estudiar. Coloco mi mochila dentro de uno de los casilleros, me detengo un segundo antes de seguir mi camino, la última vez que estuve aquí me sentí completamente paranoica.
Me aferro a mis cuadernos y lápices antes de mirar hacia el piso y seguir caminando en dirección del área de estudio. Las mesas están llenas, apenas puedo alcanzar un lugar para sentarme a recolectar información; tomo mi lapicero y empiezo a escribir palabras clave sobre un trozo de papel antes de comenzar a buscar entre los estantes. Tengo aproximadamente trece libros apilados uno sobre otro encima de la mesa, divido los temas de los cuales sacaré copia con post-it de colores, espero no gastarme una fortuna en esto.
Me encamino hacia el área de fotocopiado e indico cuáles páginas son las que quiero fotocopiar; fácil son cincuenta hojas por ambos lados, estoy jodida.
Una vez que he realizado mi propósito aquí, me dirijo hacia la mesa con los últimos cinco libros y las copias en mi mano, las coloco sobre la mesa y me encamino con los libros cargados hacia el estante donde se deja el material que ya no se utilizará.

Me giro sobre mis talones y camino a paso lento, aliviada de tener la información que necesito para esa clase, y aprovechando que estoy aquí, para otras materias. Mis pies se detienen en seco al leer la palabra “Psicología” escrita en letra cursiva sobre un trozo de madera en  la parte superior de uno de los estantes, mi vista se dirige hacia las mesas, de alguna forma siento miedo de quedarme sola pero aún hay bastantes alumnos ahí como para que mi miedo se vuelva realidad. Observo de arriba abajo en busca de un título que me interese, hay muchísimos autores desconocidos para mí, no obstante, un título llama mi atención; lo sujeto entre mis manos y lo acerco un poco hacia mi rostro.

- Interpretación de los sueños.

Leo el título en voz alta y me siento tonta al recordar a los estudiantes de psicología y su intervención. Me debato entre dar la vuelta a la portada o no, unos segundos después, lo hago y leo las primeras palabras del índice. Mi vista viaja hacia las mesas por entre los espacios que hacen los libros colocados en los estantes, inconscientemente me aseguro de que nadie me mire leer, como si estuviese cometiendo alguna clase de crimen.
Empiezo a leer sin percatarme del tiempo que me lleva hacerlo, cuando me canso de estar parada simplemente me siento en el pasillo, me recargo en el estante y continúo la lectura. No es hasta que el foco en el techo se apaga que me doy cuenta que ha transcurrido demasiado tiempo.

- ¡No, no, no, no!

Suplico más para mí misma. Me pongo de pie tan rápido como puedo y corro hasta donde dejé mis copias, las sujeto con fuerza y continúo corriendo hacia la salida, ahí un hombre me observa con fastidio mientras espera a que llegue antes de terminar de apagar las luces por completo.
Agradezco con una pequeña reverencia y después continúo mi camino a enormes zancadas, primero hacia los casilleros en busca de mis cosas y después hacia el estacionamiento donde me espera mi bicicleta. La luz del sol se ha ido por completo y el campus está totalmente vacío. Tomo una bocanada de aire al observar una que otra luz parpadeando, esta es la escena donde los zombies persiguen a la chica y se la comen completa.
El golpe que ocasionaría un portazo suena estruendoso haciéndome sobresaltar y girarme en busca de la persona que lo ha ocasionado, mis pecho sube y baja como loco incluso antes de correr hacia donde dejé mi vehículo de dos ruedas.

- ¡Esto debe ser una maldita broma!

Exclamo sumamente sorprendida y molesta mientras observo las llantas no sólo ponchadas, tienen cráteres de tamaño colosal, y la cadena y el candado; ambos están rotos. La frustración empieza a mezclarse con el miedo y me limito colocar detrás de mis orejas esos cabellos rebeldes que suelen ser más cortos y por lo tanto no se integran a mi peinado, luego empujo la bici hacia la salida.
En la avenida no hay ningún transeúnte cerca, puedo distinguir las luces de algunos coches pero están al menos a unas seis cuadras de distancia. Esto es épico, es sin duda lo peor que me ha pasado hasta ahora, no tengo un teléfono celular y me he gastado absolutamente toda mi plata en fotocopias.



___________________________________________

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Bart Simpson
Bart Simpson


   
   

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Bart Simpson Vie 28 Dic 2018, 11:57 pm




CAPÍTULO 05 || PARTE 2.
Taiga Robinson & Terry Reed.



La noche está estrellada, pero el viento sopla de tal forma que al chocar contra las copas de los árboles y los techos de las casas se produce un sonido similar a lamentos y susurros, no quiero prestar atención porque tengo tanto miedo que seguro escucharé la forma en que moriré o algo por el estilo; de alguna manera, este ambiente lo único que me hace pensar es en muerte y no puedo evitar ponerme miedosa. Los rines de la llanta chocan contra el pavimente creando un chirrido que va justo con el ambiente tétrico, bajo la vista hacia la llanta trasera y yo misma siento lástima por mi pobre bicicleta, esta es la cuarta vez que le hacen algo a mi vehículo, sin embargo, esta vez ha sido la peor; nunca habían destrozado las llantas, mucho menos roto la cadena y el candado.
De un instante a otro caigo al piso golpeando de lleno mi pierna izquierda.

- ¡AUCH!

Me quejo dramáticamente, aunque la verdad no estoy fingiendo; eso me ha dolido jodidamente demasiado como para guardármelo.

- Al principio dudé de tu naturaleza – su voz ronca se hace presente a unos cuantos metros delante de mí – Pero mi olfato jamás me ha mentido.

No distingo de quién se trata, no recuerdo haber escuchado esa voz en mi vida, pero él me habla como si tuviese tiempo conociéndome.

- ¿Quién es usted? – me reincorporo y acto seguido me acerco a mi bicicleta a un metro de mí para levantarla del piso.
- Mi nombre no es importante.

Me aferro al manubrio y busco con la mirada alguien más ahí a quien pueda recurrir por algo de ayuda, seguramente este tipo está pasado de drogas y me confunde con alguien más. Su mirada se desvía a mis espaldas y sonríe de lado, a continuación, me señala con la barbilla y por instinto vuelvo el rostro, otro hombre se asoma y la luz del alumbrado público ilumina vagamente su rostro.
Siento mis manos y pies calentarse debido a la descarga de adrenalina, ¿qué se supone que haré si estos tipos intentan hacerme daño? No soy exactamente una experta en Taekwondo. Un escalofrío me recorre la espalda cuando mi vista viaja hacia el muchacho frente a mí, la iluminación no es la mejor pero reconozco su cabello claro y esa nariz afilada puesto que días atrás me ha dado el susto de mi vida.

Trago saliva y a continuación suspiro con extrema lentitud, preparándome para huir de ahí. La señal para empezar a correr es un paso hacia adelante por parte del rubio; tan sólo escucho el impacto de mi amada bicicleta contra el pavimento detrás de mí.
Mis pies se mueven tan rápido como les es posible, nunca he sido una persona interesada en los deportes, es ahora que me arrepiento de eso; mi cuerpo se siente pesado y tanto mi garganta como mis pulmones arden ante la intensa necesidad de aire. Giro el rostro en busca de algún rastro de los hombres, no hay nadie detrás de mí, no obstante continúo corriendo con la misma velocidad, al regresar el rostro, me impacto de lleno contra algo tan duro como un muro…

- ¿Es en serio una bruja? – la voz suena lejana como si estuviese en un sueño o despertando de éste – Me parece demasiado estúpida.
- ¿No hueles su sangre? – responde el otro obvio. Ahora las voces empiezan a escucharse cada vez más cerca a la vez que mi cuerpo comienza a sentirse dolorido.
- No dio lucha, creo que es sólo una humana rara.

Empiezo a percatarme de mi misma tendida sobre el piso y lo tanteo de manera disimulada llevándome entre los dedos lo que parece ser tierra. Entre abro mis ojos sólo un poco para darme cuenta de que efectivamente el lugar en el que estoy está compuesto principalmente por tierra, lodo, pasto y árboles; ¿estoy en alguna clase de bosque?
Ambos chicos se encuentran discutiendo entre sí sobre un tema que no puedo adivinar del todo, aprovecho el momento en el que se alejan unos cuantos metros para arrastrarme de a poco para salir de ahí. Estoy segura que no avanzo ni medio metro cuando el rubio señala en mi dirección, a continuación ambos voltean y yo finjo estar desmayada justo como minutos atrás. Espero unos segundos a que continúen su charla e inmediatamente comienzo a arrastrarme nuevamente, mi vista viaja de un lado a otro, asegurándome de que ellos no me han notado y de no adentrarme al lodo o golpear mi cabeza contra el tronco de un árbol.

- ¿A dónde crees que vas, bruja? – el castaño me observa con notable fastidio en su expresión – No creas que no notamos que intentas huir desde hace rato.

Cierro los ojos con fuerza sintiéndome estúpida y lo que le sigue, cuando los abro, el hombre está justo en frente de mí. ¿Cómo carajo ha llegado tan rápido?

- Por favor, no me lastime – suplico cuando me toma por el brazo y me levanta por la fuerza.
- No te haremos daño – empieza a hablar el rubio provocando en mí un poco de esperanza – Si tú nos das un talismán que nos proteja del sol, puedes irte y todo quedará bien entre ambos.

Lo observo con la confusión plasmada en el rostro. Echo un vistazo al castaño quien aún me sostiene por el brazo en busca de alguna explicación a la petición tan confusa de su amigo, él ni siquiera cambia sus facciones; al parecer lo que dice el rubio tiene demasiado sentido para ambos.

- Yo… yo no sé a qué se refiere – trago saliva cuando su entrecejo se frunce.
- ¡Oh vamos! – ahora el chico de cabello claro toma mi brazo disponible y pareciera jugar con su amigo a quién estruja más mis pobres bracitos – Deja de hacerte la loca.
- Yo… no vendo eso.

Ambas miradas me fulminan hasta el punto que siento que me atraviesan. Ambos agarres han comenzado a causarme dolor, pero temo quejarme y qué estos tipos intenten arrancarme ambos brazos. En la lejanía se escuchan los aullidos de lobos o coyotes, realmente no sé distinguir qué clase de animal ha producido aquel sonido, sin embargo, giro el rostro de manera inconsciente; es inevitable no pensarme siendo devorada por ellos. Cuando regreso la vista, ambos hombres miran hacia algún punto de los árboles detrás de mí.

- ¿No es muy temprano para que se encuentren rondando? – pregunta el castaño sin retirar la mirada.
- Hay demasiadas manadas sin trato alguno – responde el rubio entornando los ojos.
- ¿Sabrán que estamos aquí? – ahora mira al rubio.
- No lo creo – sus ojos viajan hacia el cielo y después se fijan nuevamente en mí – Has los talismanes ahora, bruja.
- Ya le dije que no sé de qué me está hablando – su mano aprieta más y guardo para mí misma el quejido que estuvo a punto de salir – Lo juro, por favor deje de insultarme de esa manera. Yo no vendo drogas.
- ¡Esta es la última vez, bruja! – un muy molesto castaño me zarandea cortando del todo la circulación de mi brazo.
- Por favor no me haga daño.

Odio suplicar cuando sé que nada cambiará, cierro mis ojos con fuerza asimilando lo que está a punto de ocurrir: un par de vagos están a punto de asesinarme por drogas. Veo mi corta y aburrida vida reproducirse como una película en una sala de cine dentro de mi cabeza y segundos después, unas gotas de agua salpican mi rostro, mis ojos se abren encontrando a ambos tipos mojados.

- Suéltala ya.

Una voz masculina exclama desde la obscuridad de los árboles, la luz de la luna no me permite observar adecuadamente pero puedo distinguirlo acompañado de otras dos siluetas.
Ambos tipos me lanzan como si fuese un muñeco de trapo que no pesa ni un kilo, sin embargo, azoto cual res sobre el piso. Mi mirada se queda fija ante la escena, es como si estuviese en la primera fila de una película de ciencia ficción, admiro todo con detalle, en serio es asombroso, no es hasta el momento en que me doy cuenta que está sucediendo justo frente a mí cuando entro en pánico; empiezo a escuchar los gritos desesperados de una loca, pero al observar a las personas frente a mí, me percato de que son míos.

Uno de los tipos es golpeado directamente en la cara, éste cae a mi lado y se aferra a mí exigiendo su talismán, manoteo y lo empujo para que me suelte. Me arrastro como puedo hacia el que creo es el bando bueno, de cerca puedo observar sus rostros con mayor claridad. Mis manos tiemblan exageradamente, de igual manera mi corazón retumba dentro mi pecho tan rápido que pareciera querer perforar mi tórax y salir huyendo de ahí.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


- ¿Te encuentras bien?

La dulce voz de la mujer rubia se hace presente después de un rato de silencio y coloca frente a mí un vaso de vidrio con agua. Mi vista se fija en ésta y recuerdo la manera en que la chica asiática acumulaba frente a sus manos lo que parecía ser una esfera de agua.

- Ella está en shock – interviene la misma persona que está en mis pensamientos ahora misma.
- ¿Qué hacían tú y Catha solas? – de reojo puedo ver cómo la mujer rubia se cruza de brazos.

Dirijo la vista hacia la morena quien simplemente levanta los hombros con desdén, después hacia la chica asiática frente a mí quien pareciera debatirse entre hablar o no, a continuación mis ojos viajan hacia una castaña de ojos oscuros quien sostiene un libro frente a su rostro y cena lo que parece ser pan con mantequilla de maní y jalea acompañado con un vaso de leche, y por último hacia la pelinegra de ojos claros quien se mantiene con una expresión de póker face. ¿Quiénes son todas estas personas?

- Lo siento, Cordelia – la observo – no podía simplemente dejarla ahí.

¿Se está refiriendo a mí?

- Ran… – se detiene un momento – Hablaremos esto en privado – le da un vistazo a ambas chicas – ¿Cuál es tu nombre?

Coloca una mano sobre mi hombro mientras se sienta en una de las sillas más cercanas, mi mirada se fija en la morena quien parece curiosa, no puedo olvidar los destellos provenientes de sus manos, de inmediato regreso la vista hacia el vaso. ¿Será que estoy soñando todo esto?

- Está bien, puedes sentirte segura aquí – la tierna voz de la chica frente a mí me hace mirarla un momento.
- Uhm… ¿Taiga? – mi respuesta suena más a pregunta.
- ¿Qué hace una bruja tratando con un par de vampiros? – el tono curioso de la morena me causa calosfríos.
- ¿Vampiros? – mi voz suena más firme – ¿Es alguna clase de nombre de pandilla?

Las expresiones de las mujeres ahí cambian a excepción de la pelinegra de ojos claros. Incluso la que se encontraba leyendo levanta la vista en mi dirección.

- Uhm… ¿Ran? – iclusive yo la observo.
- ¡Ella lo es! – se apresura a responder – Lo vi y jamás me equivoco. Además, si no lo fuera, ¿cómo pudo entrar aquí?
- ¿La viste a ella? – pregunta la castaña de ojos oscuros y acto seguido da un sorbo a su bebida.
- No realmente – se encoge de hombros – Miré caer su bicicleta en el momento en que corrió, y a los vampiros lastimarla y exigir los talismanes, ¿por qué lo harían si ella fuera una humana?
- Cariño – miro al instante a la rubia – Tú estás consciente de… tu naturaleza, ¿cierto?
- Tengo hambre – respondo sin tapujos.

No entiendo de lo que hablan pero de alguna manera quiero evitar el tema y no tengo idea del por qué. La rubia se levanta y se encamina hacia la alacena, toma un plato, un cuchillo para mantequilla y voltea hacia la barra donde yacen la jalea, el pan y la mantequilla de maní.

- Yo también quisiera uno si es posible, Cordelia – la sonrisa inocente fingida de la morena, y sus ojos pestañeando una y otra vez, provocan una risita en la rubia.
- Claro que sí – responde detrás – ¿Te gusta la mantequilla de maní, Taiga? – la observo una vez más y asiento.
- Estás muy pálida – anuncia la pelinegra de ojos claros sin expresión alguna hablando por primera vez en la conversación.
- ¿Puedes recordar por qué esos tipos estaban molestándote? – la mujer rubia coloca un plato frente a mí y no dudo ni un segundo en darle una gran mordida al emparedado dulce. Me tomo mi tiempo para masticar y una vez que he tragado asiento.
- Querían un talismán – arrugo el entrecejo – ¿Es eso alguna clase de droga? Yo no estoy relacionada con nada de eso.

Cordelia me mira extrañada, incluso yo me siento rara conmigo misma hablando de esta manera.

- ¿Te importa si Ran toma tu mano un momento? – se le dificulta pronunciar dicha pregunta.
- ¿Para qué haría eso? – levanto una ceja confundida, a continuación observo a la chica frente a mí y doy otro mordisco al emparedado.
- Ella es… tiene – parece buscar las palabras precisas durante una fracción de segundo – Ran tiene un don muy especial, ella puede sentir cierta vibra tocando la palma de las manos de las personas.

Esto es bastante raro, observo a las demás chicas ahí; la castaña y la pelinegra parecen no estar muy interesadas, en cambio la morena se encuentra más concentrada en comer que en prestar atención a la bizarra petición de la rubia. Me aclaro la garganta y asiento, luego sacudo mis manos para que cualquier migaja que tenga caiga, después estiro mi mano izquierda. La castaña me ofrece una sonrisita antes de tomar mi mano entre la suyas, a continuación, suspira y entrecierra sus ojos haciéndolos ver casi como dos líneas. Trago saliva y me remuevo incómoda sobre mi asiento, acto seguido Ran cierra por completo los ojos y frunce el entrecejo al instante, no estoy segura de lo que sucede con ella, pero no pasan ni la mitad de un segundo cuando su cuerpo se tensa tomando con fuerza mi mano.

- Auch.

Me quejo por lo bajo, Cordelia coloca una mano sobre mi hombro sin dejar de observar con preocupación a la chica frente a mí. De un momento a otro, Ran pega un grito soltando mi mano, incluso se ha levantado de la silla y ha retrocedido dos pasos, me asusté tanto como ella, sin embargo, tan sólo di un brinco sobre mi asiento.
Sus manos empiezan a temblar y las frota entre sí en el momento en que lo nota. La observo con la confusión plasmada en cada centímetro de mi rostro. Ella mantiene la mirada fija sobre la mesa mientras intenta regular su agitada respiración, estoy inmóvil sin saber qué hacer.

- ¿Todo bien? – noto el nerviosismo en la voz de la mujer a mi lado. La castaña niega.
- No pude ver nada – suspira – Fuego y nada más.
- ¿Piroquinésis en una pelirroja? Vaya cliché – el comentario sarcástico proviene de una vieja en el marco de la puerta con expresión de superioridad, en su mano derecha sostiene una copa con lo que supongo es vino tinto.
- ¡Mamá! – Cordelia se levanta de su asiento – ¿Cuánto llevas ahí?
- Lo suficiente como para saber que esa chiquilla es la primera bruja que no sabe que es una bruja que conozco – se acerca unos cuantos pasos – ¿Te he visto antes, chiquilla?
- Jamás la he visto en mi vida, señora – respondo sosteniendo el emparedado, a punto de morderlo, la mujer me mira entornando los ojos, como si estuviese completamente ofendida – ¿Quién es usted?

Su boca se entreabre un segundo, pero después la cierra formando una línea con sus labios, sonríe de lado de una manera que me causa un escalofrío y a continuación da un sorbo de su vino antes de marcharse de ahí con toda la elegancia que jamás he visto en otra persona.

- Ella es tan sólo la Suprema… – la voz masculina hace énfasis en la última palabra. Volteo la mirada hacia la mesa, ahí se encuentra un gato negro con ojos verdes que justo hace cinco minutos atrás no estaba, frunzo el entrecejo en su dirección – ¿Qué me ves tanto, niña?


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


Fueron milésimas de segundo lo que me tomó salir despavorida de la casa soltando uno que otro grito de terror. Vi mover sus pequeños labios, vi al puto gato hablar.
Mis pasos son extremadamente largos y rápidos, no logro entender con exactitud todo lo que ha sucedido el día de hoy.

Una estación de policía acapara por completo mi atención y sin siquiera pensarlo me dirijo corriendo hasta allá. Empujo la puerta de vidrio y casi vuelo para llegar con el primer policía que se me cruza por la mirada.

- ¡Señor, tiene que ayudarme! – el hombre me observa sorprendido mientras termina de morder una hamburguesa.

Otro oficial de policía de rasgos asiáticos se acerca, primero se burla de la expresión sorprendida de su compañero, pero después pone atención en mí.

- ¿Te encuentras bien? – sus ojos se desvían hacia mis rodillas.

Sigo su mirada y me encuentro con mi pantalón rasgado en varias partes, las rodillas principalmente. Tengo fango por todas partes, mi cabello se ha soltado y está enmarañado. Es hasta este momento en que noto el trozo de emparedado de mantequilla de maní con jalea en mi mano.

- ¡No, señor! – exclamo notando que parezco una completa desquiciada – Me ha pasado algo realmente raro el día de hoy – mi tono alto al hablar ha llamado la atención de más personas – Alguien rompió la cadena de mi bicicleta, la cual por cierto no tengo idea dónde está. Luego dos locos me siguieron y secuestraron para exigirme un par de talismanes, no tengo idea de qué carajos hablaban pero llegaron más personas y empezaron a pelear – me llevo ambas manos a la cabeza – Una movía el agua con sus manos y la otra tenía pequeños relámpagos en sus dedos. Me llevaron a su casa donde habían más personas y un gato que hablaba…
- ¡Niña, niña! – uno de los oficiales me detiene.
- ¡Todo es verdad, tiene que creerme!

El oficial frente a mí observa al que llegó burlándose, lo miro un instante y sus ojos están clavados sobre mí. Se mantiene sereno, pero su mirada me infunde miedo.

- Sabes que causar desorden aquí puede costarte hasta trescientos dólares de multa, ¿no?

Trago en seco antes de despegar la mirada del policía de pie frente a mí, después miro a la persona que me ha advertido aquello.

- Será mejor que te vayas, niña – pide una oficial – Y por favor ya no ingieras lo que sea que hayas tomado, inhalado o fumado.

Echo un último vistazo al policía de rasgos asiáticos antes de salir de ahí corriendo.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


Alejo el sudor de mi frente, el mismo sueño recurrente sigue atormentándome, sin embargo, esta vez pude sentir la sensación de que mi piel se encontraba ardiendo, trago saliva y me dirijo hacia el baño sintiendo un dolor punzante de cabeza. Me observo un instante en el espejo, ambas mejillas están rojas y uno de mis ojos ligeramente púrpura, sin olvidar mencionar que hematomas color vino rodean mis brazos, se ven tan inflamados que incluso parecen brazaletes.
Enjuago levemente mi rostro y después me encamino hacia la ventana; nuevamente ese chico se encuentra observando mi casa mientras corre como cada mañana desde hace ya varios días, sin embargo, hoy no estoy de humor para mirarlo. Acomodo las cortinas de tal modo que la luz no se adentre a la habitación y después regreso a la cama.

Giro el rostro hacia mi buró, el reloj marca las dos de la tarde con quince minutos exactamente. Mi estómago ruge a causa del hambre, la dictadora tiene cerrada la puerta de mi habitación bajo llave en castigo por haber llegado tan tarde ayer. La escucho introducir la llave en la cerradura del otro lado de la puerta y de inmediato me incorporo sobre la cama esperando a que abra por completo, una vez que lo hace, la sigo hasta la cocina donde la comida está lista. Estoy apenada, sin duda alguna, además mi cabeza duele como los mil demonios, así que me limito a comer en silencio.

- Estarás castigada todo lo que resta del fin de semana – anuncia Gemma y acto seguido da un sorbo de su bebida – Últimamente parece que te mandas tú sola – revoleo internamente los ojos – Y a ver cómo le haces, no voy a comprar otra bicicleta para que la pierdas.
- Caminaré.
- Ah, ¿caminarás? – suelta con fuerza los cubiertos sobre la mesa y éstos chocan contra el plato ocasionando un ruido estruendoso, acto seguido voltea a verme con expresión de pocos amigos – Pues espero que te vaya bien caminando más de una hora hasta la universidad…
- Puede tomar el autobús – interviene Jace.
- Yo no le daré dinero para autobuses – se queja volviendo a comer de su plato.
- Está bien, yo le doy – el hombre revolea los ojos.

Me quedo estática un momento, tan sólo observándolos a ambos; ella parece que me odia con todo su ser, y él pareciera que simplemente me soporta. Miles de preguntas se me vienen a la cabeza aumentando el dolor, me siento una forastera en este lugar, no tengo parecido alguno con estas personas, ni físico y mucho menos en cuanto a personalidad.


[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]


El mismo sueño me hace sobresaltar una vez más, me incorporo de inmediato y me dirijo instintivamente hacia la ventana. El mismo chico corre lentamente con la vista pegada en mi casa, ¿qué obtiene haciendo eso?
Tan sólo lo hace parecer un acosador.

Camino lentamente hacia mi cama y me siento sobre ésta, tengo una extraña sensación de vacío en mi interior, como si hubiese perdido algo de repente. Echo un vistazo a la hora y sin darle más vueltas al asunto, me introduzco en el baño para tomar una merecida ducha larga. Una vez que salgo, me da por dejar mi pelo suelto, me visto con jeans en tubo y una playera de manga larga para cubrir las vistosas marcas de mis brazos. Salgo hacia la cocina y sin perder tiempo preparo el desayuno, una vez listo me apresuro a comer puesto que debo tomar el autobús.
Es nuevo que ambos padres no se encuentren presentes, aunque así me ahorran la molestia de dirigirles la palabra. Cepillo mis dientes, me coloco una chaqueta abrigadora y salgo de casa hacia la parada de autobús; espero aproximadamente cinco minutos cuando lo veo acercarse, me preparo para subir y una vez estacionado frente a mí subo seguida de más pasajeros. Creo que mi experiencia en autobús ha sido más placentera que en bicicleta… mi bicicleta, no tengo idea de dónde la dejé; por más que intente recordarlo simplemente no puedo hacerlo; es como si todo suceso después de la universidad se haya ido de repente.

Aproximadamente quince minutos después, el bus estaciona justo frente a la universidad, bajo del vehículo y me encamino hacia la facultad de ciencias químicas.

- ¡Taiga! Espera.

Me giro sobre mis talones encontrándome con una chica de rasgos orientales, sus ojos rasgados están fijos sobre mí mientras esboza una delicada y linda sonrisa.

- ¿Hola?
- Perdón si estoy aquí de repente, estuve tratando de localizarte, te busqué en google y después de un rato pude descubrir que estudias aquí – parlotea y parlotea con toda la confianza del mundo – Yo estudio en la facultad de medicina, justo por aquel lado – señala con su pequeño dedo índice – Me preguntaba si te encontrabas bien puesto que simplemente te fuiste corriendo – de repente su perfecta sonrisa se borra de su rostro, en cambio mi entrecejo se frunce debido a la confusión, ¿de qué me habla esta chica? – ¡Cielos! Tu ojo está morado, ¿qué te pasó?
- Disculpa... – interrumpo antes de que continúe hablando – ¿Te conozco del alguna parte?

Entorno los ojos en su dirección, la castaña entreabre la boca luciendo sorprendida.

- Soy yo, ¿Ran? – se señala a sí misma.
- Lo siento – niego confundida – No recuerdo haberte conocido antes, creo que me estás confundiendo con alguien más, con permiso.

Me alejo de ella con incomodidad, su mirada sigue fija sobre mí, con tanta sorpresa que me hace preguntar si hay algo que he olvidado.
Me adentro en el edificio en busca de mi aula de clases en la cual tendré un examen final; doblo el pasillo y me quedo parada frente al marco de la puerta. ¿Qué se supone que iba a hacer antes de entrar?



___________________________________________

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Bart Simpson
Bart Simpson


   
   

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por hange. Sáb 29 Dic 2018, 9:18 am

VOY A LEER Y A COMENTAR LO QUE DEBO EN LOS PROXIMOS DIAS CHICAS
hange.
hange.


http://www.wattpad.com/user/EmsDepper
-----
-----

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Jaeger. Dom 06 Ene 2019, 7:17 pm

Cap Coven of salem - Página 7 1477071114 voy a estar leyendo pronto y a dejarte un comentario, Jen! Coven of salem - Página 7 2841648573
Jaeger.
Jaeger.


----
----

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por indigo. Sáb 12 Ene 2019, 7:10 am

Jenn Coven of salem - Página 7 1477071114:
indigo.
indigo.


----
----

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Jaeger. Lun 21 Ene 2019, 12:52 am

jen is the queen, bitches Coven of salem - Página 7 3277503925 :



Jaeger.
Jaeger.


----
----

Volver arriba Ir abajo

Coven of salem - Página 7 Empty Re: Coven of salem

Mensaje por Contenido patrocinado

Contenido patrocinado



Volver arriba Ir abajo

Página 7 de 10. Precedente  1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10  Siguiente

Ver el tema anterior Ver el tema siguiente Volver arriba

- Temas similares

Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.