INOCENCIA, VENGANZA Y UN AMOR PROHIBIDO_SKANDAR Y TU

-no sé qué decirte –susurro mas para él mismo que para mí. – ¿eres tu ___T/N___? –me miro a los ojos.
No sabía qué hacer y aunque los sentimientos tensaban todo a mí alrededor, el estaba aquí, mi tiempo se congelo por el solo hecho de tenerle como a centímetros también a metros lejos de mi a Skandar. Pero Skandar, se había convertido en la persona que mas quería matar en estos momentos, pues me había hecho quererle un día y odiarle por el resto de la vida que así consiguiese mi venganza y… su muerte.
Parte de mi vida la había pasado dándome a sí misma una estrategia para matarle, pero ahora que lo tenía muy cerca, era demasiado diferente seguir pensando así, pensar tan irónica y sínicamente, igualmente una fracción de mi existencia la había hecho así. La belleza en sí era cinismo, era simple y único cinismo que habitaba en cada célula de mi cuerpo o simplemente la parte yesada de él.
Pero aun así lo absoluto tiene una forma y un hecho iónico y singular como si en si las cosas no tuvieran una realidad.
-¡¡La misma!! –susurre lentamente
-¡necesito entonces hablar contigo! –exclamo extrañado
Yo en cambio le mire incrédula y respondí con tono déspota:
-¿hablar conmigo? ¿Qué te sucede…..? –dije y me voltee para caminar.

…seguí así él entre balbuceos me intentase llamar, era necesario no podía acercarme a Skandar y menos aquí en la universidad podía cometer cualquier cosa y no quería eso, de pronto no era el hecho de querer sino que sentía miedo y de pronto me di cuenta que no soy tan valiente y sincera como yo pensaba y recibí entonces un merecido golpe en el orgullo.

Entre en el salón y me senté como siempre en el ultimo asiento al lado derecho, veía como los estudiantes llegaban lentamente, hablando entre ellos, algunos comentando sobre mí pero nada importante. El señor Mholina llego a dictar la clase pero por más de que quise colocarle atención no pude, mi mente divagaba en el momento en que vi a Skandar y de ahí se devolvía como una vieja canción y siempre repetía aquella paradójica escena que me martirizaba.

El timbre sonó y espere a que todos en el salón saliesen, quería estar sola no quería estar más en la universidad me estaba ahogando literalmente, me sentía presionada por mi misma… por lo que estaba pasando. Al salir del salón tome rumbo hacía mi auto que estaba cerca del pequeño bosquecillo que rodeaba la universidad; nos gustaba parquear nuestros autos lejos de los otros para tener más tranquilidad y no tener tanta actuación. Mi auto estaba en la esquina bastante lejos pero muy sosegado.
Al abrir la puerta del automóvil, por mi espalda recorrió un frio voraz, algo como si supiera que atrás tenia a mi muerte y claro que era así.
-___T/N____, tenemos que hablar –le escuche decir a Skandar en mi oído, tratando de descifrar si colocaba o no su mano en mi cintura.