INOCENCIA, VENGANZA Y UN AMOR PROHIBIDO_SKANDAR Y TU

Mi destino próximo después de un siglo y no sé cuantos años más, era regresar a Londres, a la bellísima ciudad donde nací, y que no había ido en muchísimo tiempo a lo cual era totalmente cierto.
-___T/N___, ¿tienes listas tus maletas? –pregunto Gustav mi padre
-si así es, ¿en donde viviremos? –pregunte
-por ahora en un hotel, la casa no esta lista, faltan algunos detalles –dijo algo tímido
-ammmm, ok –musite sin más que esperar –en qué momento sale el vuelo a Londres
-en quince minutos –mascullo regalándome una gran sonrisa –será mejor que vamos, Eli, Clai, Phil, Jackson y Cedrick nos esperan –me tomo de los hombros abrazándome y yendo al pasillo 8 en el cual nos esperaba nuestra peculiar familia.

-por favor, abordar el vuelo 5Z8L2S con destino a Londres –se oyó por el altavoz a la azafata avisando el destino del próximo vuelo a seguir, que era el correspondiente a nosotros.
-es nuestro destino, vamos –replico mi madre y camino hacia el pasillo con dirección a la puerta del avión.

Mi asiento fue entre Cedrick y Jackson ¡genial!, no me iba a tocar al lado de Phil, el chico cansón e inmaduro.
-estas cômodas, nena. –me pergunto Cedrick
-por supuesto –dije regalándole una sonrisa cálida
-me parece genial estudiar en Cambridge –alardeo Jackson
-tranquilo hermanito, ahí vamos a estudiar todos –mascullo Cedrick, bajando de aquel pedestal a Jackson
-no entiendo cómo es que Phil haya pasado a la universidad, siendo tan hueco y hormonado –musito Jackson molesto
-querido hermanito, tu. Crees que no hubo dinero de en medio, sabemos perfectamente que Gustav no lo iba a dejar así, no crees –dije molestándoles
-ok, tienes razón, ___T/N___. Jackson ya basta, si creo que es mejor que te tranquilices. –hizo una cara molesta y se volteo hacia la ventana del avión.

La llegada a Londres me recordó el clima y lo extraño que era esta ciudad tan épica y preciosa
-padre, iré a dar una vuelta, llego al hotel –dije en las afueras del aeropuerto
-ten cuidado –replico él, dándome una sonrisa paternal; A sentí.
Las calles como siempre eran hermosas y algunas llamativas por las personas alegres que estaban en sus trabajos y mundos únicos y encerrados en el frenesí de la minúscula y poca parte de la vida que vivirían, a lo largo divise un pequeño parque, algo lindo y lleno de arboles, camine y en la entrada encontré su nombre: “Hyde Park ”. Camine por la entrada principal y me dirigí al corazón de el hermoso parque y me senté en una de las cuantas bancas que en este se veían tan únicas de Londres. Estaba sola como siempre lo había estado en este mundo tan frágil.
-hola –dijo una voz
Voltee a ver quién era y me encuentro con un hombre moreno y de tez igual, alto, bastante fornido, con ojos penetrantes y podría decir que negros como el azabache. Tenía una camisa blanca en cuello en V, unos jeans azules y unos converse color gris.
-es a mi –le pregunte
-y a quien más muñeca –dijo obvio y con tono pícaro y de un casa nova empedernido
-oh, no te parece peligroso hablar con una extraña –masculle con el ceño fruncido
-eres demasiado frágil, para ser peligrosa y puedo saber tu nombre –musito sutil y con audacia
-___T/N___ y ¿tu? –pregunte su nombre al moreno
-Simón. Que bello nombre tienes ___T/N___ -dijo mirándome sinceramente
-lo sé, pero me gustaría conocerme formalmente, ¿te parece extraño? –quería saber que pensaba y que mejor manera que tocarle
-ok –dijo y se levanto de la silla y camino hacia delante.
Era algo loco solo era una oposición aunque algo desconcertante.
-hola –replico él, de nuevo enfrente de mí
-¿hola? –dije confundida
-me llamo Simón y ¿Tu? –mascullo, guau si que era demente
-___T/N___ -musite dándole la mano, quería llegar a mi hecho.
Pero algo extraño sucedió, sus pensamientos estaban sellados hacia mi y hacían sentirme indefensa.
-¿Qué eres? –le pregunte asustada y cambiando mi rostro rápidamente al de un rostro frio y severo.
Su mirada se tenso y contesto:
-de… de que me hablas –replico confuso
-¡¡dímelo ahora!! –dije severamente
-ammm… yo no sé de que hablas –volvió a decir asustado
Si bien me servía mi don era la sucumbencia y lo utilizaría si así fuese necesario
-yo… yo soy… un… licántropo. –Musito y mi respiración se corto rápidamente –viven nuestras especies una maldita eternidad.
Pensé que eran un cuento, pero al igual que yo este mundo tenía muchas cosas ocultas.